La Iglesia Católica está enfrentando uno de los mayores ataques de todos los tiempos.
Los escándalos sexuales de homosexualidad y pedofilia están asolando a la Iglesia.
La lucha contra el mundo se ha trasladado al interior de la Iglesia.
Donde el maligno está generando actos reñidos con la moralidad católica, tratando de que la Iglesia abdique de su doctrina y generando fuertes confrontaciones internas.
Esto no nos debe sorprender, porque ya estaba suficientemente profetizado.
En este artículo hablaremos de las profecías de estos sucesos.
EL TIEMPO DE LA PASIÓN DE LA IGLESIA
La Iglesia Católica prevé que el triunfo final contra el maligno sucederá de la misma manera que lo vivió Jesucristo.
O sea que la Iglesia pasará por su pasión de manera similar a Nuestro Señor.
Esto lo dice claramente el Catecismo de la Iglesia Católica. En el numeral 675 dice,
“Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes.
La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra desvelará el “misterio de iniquidad” bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad.
La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne”.
Y en el numeral 677 agrega,
“La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección.
El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal que hará descender desde el cielo a su Esposa.
El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa.”
Y en el numeral 676 dice que estaríamos relativamente cerca, porque la impostura del Anticristo aparece ya esbozada en el mundo.
Pero antes de la llegada del anticristo sucederá un renacimiento de la Iglesia.
QUE SUCEDERÁ ANTES DE LA LLEGADA DEL ANTICRISTO
San Hipólito, Padre de la Iglesia, dijo que quienes estén absortos en los asuntos del mundo serán fácilmente engañados por el anticristo.
En cambio quienes estén atentos a las escrituras y las tengan en sus manos y en su mente, escaparan a la impostura de este personaje.
“Porque ellos verán claramente a través de su apariencia insidiosa su impostura engañosa, y huirán de sus manos.
Buscarán al amigo del hombre con lágrimas y un corazón contrito; y él los librará … y con su diestra salvará a los que están en sus trampas, que de manera digna y justa le suplican”.
Santa Brígida de Suecia dijo además,
“Antes del anticristo, los portales de la fe se abrirán a un gran número de paganos”.
Y en el mismo siglo XIX Ana María Taigi dijo,
“Naciones enteras se unirán a la Iglesia poco antes del reinado del anticristo.
Estas conversiones serán increíbles.
Quienes sobrevivan deberán conducirse bien.
Habrá innumerables conversiones de herejes, que regresarán al seno de la Iglesia; todos notarán la conducta edificante de sus vidas, así como la de otros católico”s.
Pero previamente habrá un proceso de penetración del maligno en la iglesia.
LA PENETRACION DE SATANAS EN LA IGLESIA
Hay muchas profecías de místicos y declaraciones de Papas y otros actores relevantes sobre la penetración la estrategia de penetración del maligno en la Iglesia.
En el siglo XVII Nuestra Señora y Jesucristo demostraron a Sor Mariana de Jesús Torres los pecados que sucederían a finales del siglo XX.
Ella vio herejías, blasfemias, sacrilegios contra Dios mismo, degradación humana, toda clase de impurezas.
Nuestra Señora le dijo,
“Satanás reinará casi por completo mediante las sectas masónicas y se enfocarán principalmente en los niños, para sostener esta corrupción general”.
Y agregó,
“El sacramento del matrimonio será atacado y profundamente profanado. Casi no habrá virginidad en el mundo.
Los sacerdotes se desviarán del espíritu de su vocación y satanás corromperá y depravará a muchos de ellos.
Escandalizarán al pueblo cristiano y harán que el odio a los malos católicos caiga sobre la Iglesia y sus sacerdotes”.
Nuestra Señora le dio 3 profecías.
En una aparición el 21 de enero de 1610, luego de mostrarle los innumerables los pecados del siglo XX le dijo,
“En este momento supremo de necesidad de la Iglesia, el que debe hablar se quedará en silencio”.
Y el 2 de febrero del mismo año, Fiesta de la Purificación, le agregó,
“Durante esa época, la Iglesia se verá atacada por terribles hordas de la secta masónica...
Los vicios de la impureza, la blasfemia y el sacrilegio dominarán en este tiempo de depravada desolación, y aquel que debería hablar será silencioso”.
Y en marzo de 1634 le dijo como sería el final,
“Llegarán tiempos difíciles, cuando aquellos que deben defender justamente los derechos de la Iglesia serán cegados.
Se unirán a los enemigos de la Iglesia para ayudarlos a cumplir sus propósitos.
¡Ay del error del sabio, del que gobierna la Iglesia, el Pastor del rebaño que Mi Hijo santísimo confió a su cuidado!
Pero cuando parezcan triunfantes y cuando la autoridad abuse de su poder, cometa injusticias y oprima a los débiles, su caída estará cerca”.
También hay un secreto dado a Maximin, uno de los videntes de Nuestra Señora de La Salette (1846) que dice lo siguiente:
“Antes de todo, grandes desórdenes llegarán, en la Iglesia y en todas partes.
Luego, después, nuestro Santo Padre el Papa será perseguido.
Su sucesor será un pontífice que nadie espera.
Entonces, después, una gran paz vendrá, pero no durará mucho tiempo. Un monstruo vendrá a perturbarla.
Todo lo que te digo aquí llegará en el otro siglo, a más tardar en el año dos mi”l.
Más adelante, en Octubre 13 de 1884 el Papa León XIII, experimentó una visión horrible:
“El 13 de octubre de 1884, después que el Papa León XIII había terminado de celebrar la Santa Misa en la Capilla del Vaticano, acompañado de unos pocos cardenales y miembros del personal del Vaticano, de repente se detuvo al pie del altar.
Se quedó allí durante unos 10 minutos, como si estuviera en trance, con el rostro ceniciento y blanco.
Entonces, va de la capilla a su oficina, y compuso la oración a San Miguel, con las instrucciones que se dijera después de las misas en todo el mundo”.
Cuando se le preguntó lo que había sucedido, lo explicó.
Cuando estaba a punto de dejar el altar, de repente escuchó voces, dos voces, una suave y la otra gutural y áspera.
Parecían venir de cerca del tabernáculo.
Mientras escuchaba, oyó la siguiente conversación.
La voz gutural, la voz de satanás con su orgullo, jactándose a Nuestro Señor:
“Yo puedo destruir tu Iglesia”
La suave voz de Nuestro Señor:
“¿Tu puedes? Entonces sigue adelante y hazlo”.
Satanás: “Para ello, necesito más tiempo y más poder”.
Nuestro Señor: “¿Cuánto tiempo? ¿Cuánto poder?”
Satanás: “75 años a 100, y un mayor poder sobre aquellos que se entregan a mi servicio”.
Nuestro Señor: “Tú tienes el tiempo, tú tendrás el poder. Has con ellos lo que quieras”.
Esta petición de satanás para destruir la Iglesia es también muy similar a la profecía de la beata Ana Catalina Emmerich durante una visión de satanás en el Descenso de Cristo a Infierno:
“En medio del infierno había un abismo espantoso.
Lucifer fue precipitado allí cargado de cadenas, una espesa humareda lo rodeaba por todas partes.
Su destino era regulado por una ley que Dios mismo había dictado.
Vi que, cincuenta o sesenta años, si no me equivoco antes del año 2000, Lucifer debía salir durante algún tiempo del abismo.
Vi muchos otros datos que he olvidado.
Otros demonios debían también ser puestos en libertad en una época más o menos alejada, con el fin de tentar a los hombre y de servir de instrumentos a la justicia divina.
Muchos de estos demonios deben salir del abismo en esta época y otros de aquí a poco tiempo”.
En 1972, poco tiempo después de terminado el Concilio Vaticano II, el Papa Pablo VI dijo esta enigmática frase:
“Tengo la sensación de que por alguna grieta ha entrado el humo de Satanás en el Templo de Dios…
Pensábamos que después del Concilio vendría un día soleado para la historia de la Iglesia.
Vino por el contrario un día lleno de nubes, de tempestad, de oscuridad… se ha producido la intervención de un poder adverso. Su nombre es satanás…”
Cinco años después, en 1977, el Cardenal Karol Wojtyla en el Congreso Eucarístico de Pensilvania dijo:
“Estamos ahora ante la confrontación histórica más grande que la humanidad jamás haya pasado.
Estamos ante la lucha final entre la Iglesia y la anti-iglesia, el Evangelio y el anti-evangelio.
Es una lucha que descansa dentro de los planes de la Divina Providencia y es un reto que la Iglesia entera tiene que aceptar”.
Finalmente para terminar este breve recorrido debemos mencionar al padre Malaquías Martin, quien lo escribió en su libro The Windswept House.
El 29 de junio de 1963 fue entronizado Lucifer en secreto, y por un grupo de laicos y sacerdotes, a Lucifer en el Vaticano.
Y se refiere a poderosos grupos satánicos actuando en la Iglesia.
Todo esto que estamos diciendo hace sentido y cierra con lo que está sucediendo en los últimos dos pontificados.
LA AGONÍA DE LOS ÚLTIMOS DOS PONTIFICADOS
Los dos últimos pontificados muestran un aceleramiento de la actividad del maligno en el mundo, y especialmente dentro de la Iglesia, que es lo que nos ocupa.
La dolorosa agonía del Papa Benedicto XVI está asociado a los escándalos de filtraciones llamados ‘vatileaks’.
El Papa Benedicto XVI estaba solo y él debe saber que estamos a punto de entrar en la Pasión de la Iglesia Católica.
La abdicación de Benedicto XVI podía estar asociada a un fuerte lobby homosexual dentro de la Iglesia.
El que posteriormente ha subido sus apuestas en el pontificado de Francisco.
La Iglesia ha sido penetrada por una oscuridad mayor que en ninguna otra época.
No se trata solamente de herejías o malas conductas de grupos, o incluso de cúpulas.
Lo primero que han hecho ha sido relajar la oposición interna y monolítica de la Iglesia contra esos pecados
El centro es el tema de la homosexualidad, porque en torno a ella está girando la gran crisis desatada en la Iglesia este año.
Hoy podemos ver sacerdotes qué están trabajando duro para que la Iglesia se abra al estilo de vida homosexual.
Incluso se les da visibilidad designándolos como oradores en eventos importantes y delicados, como sucedió con el padre James Martín en el Encuentro Mundial de Familias en Irlanda.
Esto sucede en momentos en que la Iglesia ha entrado en un período de fuerte crisis por los abusos sexuales de sacerdotes.
Que han causado mucho revuelo especialmente en la Iglesia de Estados Unidos, con el descubrimiento de una red homosexual integrada por cardenales y obispos, que se protegen entre sí, trabajan para sus ascensos en la estructura y potencian las culturas homosexuales dentro de los seminarios.
Los estudios muestran que el 80% de los abusos sexuales por sacerdotes católicos es a personas de sexo masculino, en cambio entre los protestantes el 80% de los abusos sexuales es sobre personas de sexo femenino.
La crisis de los abusos sexuales en la Iglesia Católica es una crisis de homosexualidad; de quiebre del celibato por relaciones homosexuales.
Pero los altos niveles del Vaticano no se atreven a mencionarlo de esa manera, porque una buena parte del clero es homosexual, y el mencionarlo traería muchos problemas internos.
Según expertos, el 40% de los sacerdotes en Estados Unidos son homosexuales así como el 60% de los obispos.
No hay estadísticas en otras partes del mundo, pero parecería que hay más homosexuales proporcionalmente dentro de los sacerdotes, que dentro de la población general.
Esta evaluación puede verse aquí.
A esto hay que sumarle la crisis producida por el pedido de renuncia del Papa Francisco solicitada por el ex Nuncio papal Carlo María Viganó.
Donde expresa que Francisco no sólo conocía los abusos sexuales del ex-cardenal Joseph McCarrick y no lo denunció, sino que levantó las sanciones que le había impuesto Benedicto XVI y lo tomo como su aliado.
Estos hechos están produciendo una crisis terrible en la Iglesia, que nos hacen pensar en las profecías de Malaquías
LAS PROFECÍAS DE SAN MALAQUÍAS
Escribió una extraordinaria visión en la que afirma haber previsto todos los papas, desde la muerte de Inocencio II hasta la destrucción de la iglesia y el regreso de Cristo.
Nombró 112 papas desde ese tiempo hasta el final.
Aunque el último “Petrus Romanus” no tiene número.
Por lo que a algunos estudiosos les lleva a pensar que no se trate de un solo papa sino que represente a una serie de papas posteriores.
Los estudiosos han asociado las descripciones con cada Papa desde entonces.
Juan Pablo II fue profetizado bajo el lema de “De Labore Solis” (del trabajo del sol), y de hecho nació durante un eclipse del sol el 8 de mayo de 1920.
El número 111 en la lista, es la “Gloria Olivae” (Gloria de la Aceituna), y los estudiosos lo asocian con Benedicto XVI.
El Papa Benedicto XVI no era un sacerdote benedictino, pero eligió el nombre de Benedicto, fundador de la Orden de San Benito.
El símbolo de la orden benedictina incluye una rama de olivo.
Después vendría Petrus Romanus.
El lema Petrus Romanus de Malaquías, según las ediciones corrientes dice,
“En la persecución final de la Santa Iglesia Romana, se sentará Petrus Romanus, que pastoreará sus ovejas entre muchas tribulaciones, y cuando estas cosas hayan terminado, la ciudad de siete colinas será destruida, y el terrible juez juzgará a su pueblo. El fin.”
La profecía, por lo tanto, predice que Benedicto XVI es el papa anterior antes del supuesto último Papa que gobernará en la Segunda venida de Cristo o en su venida intermedia, no se sabe bien.
LA CORRECCIÓN DEL PADRE IGARTÚA
En “El Enigma de la Profecía de San Malaquías sobre los Papas”, una obra del padre Juan Manuel Igartúa S.J. publicada en 1976, se desdobla el último lema en dos.
El P. Igartúa se basó en la secuencia original de los lemas de la profecía, que habían quedado mutilados en ediciones poco cuidadosas.
Y sirviéndose del llamado número áureo el determinó que los lemas de la lista serían 113 y no 112.
Es decir, que la lista no acaba con “Gloria Olivae”, el lema correspondiente a Benedicto XVI; sino que después vienen dos lemas más.
O sea que en definitiva desdobla el último lema en dos como figura en las primeras ediciones.
El P. Igartúa pensaba que el lema Petrus Romanus no era aplicable a un papa real sino a toda una sucesión de papas.
Hay tres puntos importantes a tener en cuenta con respecto a este lema final:
Primero, predice la “persecución final de la Santa Iglesia Romana”.
Segundo, la ciudad de las siete colinas (Roma) será destruida.
La profecía predice la próxima destrucción de Roma, aunque quizás no se refiera solamente a una destrucción física sino que se refiere a la destrucción de la fe en el Vaticano.
Tercero, “Pedro el Romano” será el Papa final de este período o el inicio de una serie de nuevos papados.
Por lo tanto, siguiendo al Padre Igartúa, el lema 112 es “In persecutione”, lema que él atribuye al momento del anticristo, y él lo escribe entre signos de interrogación.
Y el último lema, el 113, sería “Petrus Romanus”, que corresponde al pontífice reinante en el momento de la Parusía o de la venida intermedia de Jesucristo antes de la Parusía al final de los tiempos.
En teoría en el pontificado del lema “In persecutione” aparecería el anticristo por ser la última. Su espíritu ya está, solo falta su encarnación.
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