Las terribles Inundaciones de Brasil ¿Un Preaviso de la Gran Tribulación?
Toda cosa que sucede en el mundo, y en especial sucesos grandes y terribles, como las inundaciones en Brasil de fines de abril de 2024, ocurren sólo porque Dios las deja pasar.
Y si son cosas grandes, sin duda hay un mensaje importante detrás, que los cristianos deben considerar.
Porque Dios no hace nada sin comunicarlo a sus hijos de antemano con varios preavisos.
De modo que deberíamos tomarlo como una alerta de algo más grande que podría venir.
Y precisamente ha habido recientemente en Brasil mensajes a videntes que mostraban este escenario.
Aquí discerniremos el mensaje que podrían tener detrás estas terribles inundaciones de Brasil, cuál es su advertencia, y si constituyen un pre aviso de algo más grande o no para el mundo.
Ante sucesos de la envergadura de las inundaciones en Brasil, no debemos hacer como los ateos, y también muchos católicos, que dicen “son cosas que pasan”, como si Dios no tuviera el control.
Las palabras de Jesús en la Biblia llaman a discernir estos sucesos, a los que llama «señales de los tiempos».
Pide que observemos lo que sucede en el mundo con discernimiento.
Que busquemos comprender su significado más profundo y el mensaje que tienen para nosotros.
Y entonces ¿cómo podemos discernir las consecuencias de las fuertes lluvias que azotaron el sur de Brasil, particularmente los estados de Rio Grande do Sul y Santa Catarina, a partir del 29 de abril de 2024?
El hecho es que la caída de agua récord provocó el desbordamiento de ríos, inundaciones generalizadas y deslizamientos de tierra, con miles de desplazados.
Hasta el 7 de mayo las inundaciones dejaron centenares de muertos y desaparecidos, miles de personas habían perdido sus hogares y medios de vida, y el daño económico ascendía a miles de millones de dólares.
La prensa atea dijo que las inundaciones en Brasil fueron un recordatorio de los devastadores efectos del cambio climático.
Pero Dios nos pide que discernamos las señales de los tiempos tomando en cuenta que Él siempre está detrás de todo evento.
Discernamos lo siguiente, la tragedia que golpeó a Brasil fue por el agua, y el agua desbordada significa caos según la Biblia.
En el relato de la creación, en Génesis 1, el agua se presenta como parte del caos primordial que existía antes de la intervención divina.
El segundo día de la creación, luego que separó la luz de la oscuridad, Dios separó las aguas para dar forma a la tierra seca y al cielo, simbolizando el orden que surge del desorden.
Por otro lado, el agua desbordada se asocia con la destrucción y el juicio divino en las Escrituras.
El diluvio universal en Génesis 6 es un ejemplo claro de las aguas que arrasan con la humanidad pecadora, como un castigo de Dios.
¿Estamos sugiriendo que estas inundaciones en Brasil fueron un castigo de Dios? No lo sabemos, tal vez sí.
Pero lo que es claro, que además fueron un pre aviso de lo que vendrá al mundo si no hay conversión.
¿Por qué lo decimos?
Porque el 27 de febrero 2023, la Monja Nordestina de quien Lucas Gelasio nos está informando sus visiones, había terminado sus oraciones antes de irse a dormir.
Y ahí tuvo una visión: se le apareció el mar, inmenso y tranquilo, y en él un barco pilotado por un hombre.
Una ola de tamaño colosal se formó y avanzó hacia el barco.
En el lado opuesto de la ola estaba la costa de una gran ciudad.
Y un hombre estaba en la arena de la playa, con los brazos abiertos, de cara al mar.
Tenía una apariencia majestuosa y daba la impresión de tener el poder de detener la ola y no dejar que golpeara ni el barco ni la ciudad.
Y luego, el 4 de julio, mientras adoraba al Santísimo Sacramento, la monja vio a Nuestro Señor.
Le mostró Sus llagas, de las que salían luces, y le dijo: “Hija, Yo soy el Cordero, Yo soy quien abre el Libro.
Acérquense a Mí, vean Mi costado abierto y traspasado por toda la humanidad pecadora.
Mira dentro de Mi herida, mira Mi corazón.
Este es el libro que contiene todos Mis secretos. Soy Yo quien os revelo las páginas de este libro, a través de vuestro ángel”.
Y más adelante continuó: “Recuerda que soy el hombre en la playa, el que tiene el poder de detener la ola”.
Y luego siguió, pidiendo oración por el Santo Padre, sugiriendo que no estará sólo y que la Iglesia no perecerá.
De modo que esta visión tiene dos interpretaciones complementarias, como pasa en muchas profecías.
Una sobre el futuro de la Iglesia y el control que Él tiene sobre ella.
Y otra más literal, como un pre aviso de las tribulaciones que vendrán por el agua.
En el Apocalipsis capítulos 6 y 16 se sugiere que el mundo experimentará desastres naturales de gran magnitud durante su purificación o castigo.
En Lucas 21 dice: “Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la Tierra habrá angustia de las gentes, perplejidad por el bramido del mar y de las olas; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas”.
Y el 3 de enero de 1944, Sor Lucía de Fátima tuvo una visión en Tuy, España, que muchos analistas consideran que es una de las partes no publicadas del 3er Secreto de Fátima.
Ella dijo que vio que una punta de lanza llameante tocaba el eje de la Tierra y ésta se sacudía.
Lo cual indica que finalmente el ángel ejecuta el castigo, que había insinuado en la primera parte del 3er secreto.
Porque recordemos, que en el 3er Secreto de Fátima, que el Vaticano publicó en el año 2000, se ve que un ángel quiere incendiar la Tierra con su espada llameante, pero la luz se apaga ante la intercesión de la Santísima Virgen.
Entonces en esta nueva visión, el ángel toca el eje de la Tierra y Sor Lucía dice que vio montañas, ciudades, pueblos y aldeas con sus habitantes enterrados.
El mar y los ríos se desbordan, se inundan y arrastran con ellos casas y personas en un número incontable.
Y luego ella dice, «es la purificación del mundo, del pecado en que está inmerso. El odio, la ambición, provocan guerras destructivas».
De modo que tanto las inundaciones como las guerras son parte de la purificación del mundo.
Y esto coincide con lo que contestó Juan Pablo II en Fulda en 1980, cuando se le preguntó por qué el Vaticano no había publicado el 3er Secreto de Fátima, él dijo,
«Es suficiente para usted saber que regiones íntegras de la Tierra serán inundadas, con agua desbordando grandes regiones de la Tierra, y que millones morirán de un momento al siguiente».
¿Entonces cómo deberíamos discernir estas inundaciones de Brasil?
¿Hay un mensaje de Dios para Brasil? ¿Y para la humanidad?
La clave está en lo que el Señor le dijo a la monja nordestina: «Recuerda que soy el hombre en la playa, el que tiene el poder de detener la ola».
Él puede detener desde la degradación ecológica de la Tierra hasta la degradación de la moral del mundo.
Y Él puede detener el castigo que pesa sobre el mundo, porque es condicional a nuestra conversión.
Estas inundaciones, si bien podrían ser una amonestación a Brasil por su infidelidad, sobre todo estamos ante un preaviso de las tribulaciones que vendrán, si no reparamos las heridas que hemos infligido a Dios y si no acatamos Su moral y nos convertimos.
Y no es un preaviso sólo para Brasil, sino para todo el mundo, porque su importancia recorrió el planeta.
Bueeeno hasta aquí el discernimiento, con categorías cristianas de análisis, sobre el significado de las inundaciones de fines de abril de 2024 en Brasil.
Y me gustaría preguntarte si has discernido otras cosas que suceden en el mundo como un preaviso de la tribulación o no.
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