Francisco volvió a repetir esta semana algo que ya había dicho y que viene de expresiones de Benedicto XVI; alertó que la mayoría de los matrimonios sacramentales hoy en día no son válidos, porque las parejas no entran con una adecuada comprensión de la permanencia y el compromiso.
Durante la apertura de un congreso diocesano en Roma respondiendo a la pregunta de un laico dijo: “Una gran mayoría de nuestros matrimonios sacramentales son nulos”.
“Porque ellos (los novios) dicen ‘sí, para toda la vida’, pero no saben qué cosa dicen, porque tienen otra cultura”.
Y señaló el problema que al matrimonio se ha convertido en un “hecho social” dando un ejemplo
“Recuerdo que he llamado aquí en Italia, el año pasado. He llamado a un joven que he conocido hace tiempo en Ciampino y se casaba. Le he llamado ‘me ha dicho tu mamá que te casarás el próximo mes’, ‘sí, sí, sí,’, ‘¿pero dónde lo harán?’; ‘no lo sabemos – respondió el muchacho – porque estamos buscando la iglesia que se adapte al vestido de mi novia y después debemos hacer tantas cosas, los recuerdos y después buscar un restaurante que no sea lejos’”.
“¡Estas son las preocupaciones!”, lamentó el Papa. El matrimonio ligado a “un hecho social, pero ¿cómo cambiar esto?, no lo sé”, expresó.
“La crisis del matrimonio es porque no se sabe qué cosa es el sacramento, la belleza del sacramento. No se sabe que es indisoluble, no se sabe que es para toda la vida”.
ARGUMENTO DE BENEDICTO XVI
La posibilidad de la falta de fe como una posible causa de nulidad también ha sido planteada por Benedicto XVI.
En un artículo de 1998, publicado por L’Osservatore Romano el 30 de noviembre de 2011, el antecesor de Francisco también consideró la nulidad de los matrimonios celebrados «sin fe» en por lo menos uno de los cónyuges, incluso si están bautizados.
En su último discurso de inauguración del año judicial de la Rota, dijo Benedicto XVI el 26 de enero de 2013, que
«No se debe, por lo tanto, prescindir de la consideración de que puedan darse casos en los que, precisamente por la ausencia de fe, el bien de los cónyuges resulte comprometido y excluido del consentimiento mismo; por ejemplo, en la hipótesis de subversión por parte de uno de ellos, a causa de una errada concepción del vínculo nupcial, del principio de paridad, o bien en la hipótesis de rechazo de la unión dual que caracteriza el vínculo matrimonial, en relación con la posible exclusión coexistente de la fidelidad y del uso de la copula adempiuta humano modo».
Y agregó,
«Con las presentes consideraciones no pretendo ciertamente sugerir ningún automatismo fácil entre carencia de fe e invalidez de la unión matrimonial, sino más bien evidenciar cómo tal carencia puede, si bien no necesariamente, herir también los bienes del matrimonio, dado que la referencia al orden natural querido por Dios es inherente al pacto conyugal».
En julio de 2005 Benedicto XVI dijo también,
«Me parece particularmente dolorosa la situación de todos los que se casaron en la Iglesia, pero que no eran verdaderamente creyentes y lo hicieron por tradición, y después, al encontrarse en un nuevo matrimonio no válido, se convierten, encuentran la fe y se sienten excluidos del sacramento».
LO HABÍA DICHO FRANCISCO A LA ROTA ROMANA EL AÑO PASADO
Inaugurando el año judicial Vaticano, el viernes 23 de enero, el Papa Francisco dio a la Rota Romana una nueva directiva: advirtió que los jueces de matrimonio del Vaticano que no deben «cerrar la salvación de las personas a los estrechos límites del legalismo» e indicó que él quiere que la iglesia ya no cobre por el proceso de anulación matrimonial.
Sugirió Francisco que los jueces eclesiales deben considerar si la decisión de casarse se hizo en el contexto de los valores y la fe, cuando realicen una investigación de la validez de un matrimonio.
Entre sus competencias, la Rota es la máxima instancia de apelaciones para los casos de la declaración de nulidad de los matrimonios, y esta es la razón por la que la directiva de Francisco fuera una reflexión sobre «el contexto humano y cultural en el que se forma la intención matrimonial.»
UNA DOBLE PINZA
Esta apelación de Francisco para que los pastores y canonistas sean misericordiosos con los católicos y hagan todo lo posible para que las reglas no se interpongan en el camino de la gracia y los sacramentos, fue también el tema de la homilía de la misa de la mañana del viernes en la capilla de Santa Marta.
También sigue la lógica de cuando nombró una comisión encargada de simplificar y facilitar los procedimientos de los procesos de nulidad matrimonial.
Y se asocia a los esfuerzos hicieron algunos sectores para influir dentro del Sínodo de la Familia para que se abra a la comunión de los divorciados vueltos a casar. El caso más notable es el de los obispos alemanes, que expresaron su intención de promoverla, ver aquí.
Francisco no entró en el fondo de los cambios de procedimiento en ese momento. Sin embargo, dejó en claro que espera una facilidad universal de acceso a los tribunales y procesos de gratuidad generalizados.
Esta ‘doble pinza’ pone sobre la mesa la discusión de hasta donde el trabajo pastoral de los sacerdotes y obispos podría alterar la doctrina. En teoría no la debería afectar porque lo pastoral es la expresión de lo doctrinal en el ‘terreno’, pero de hecho la presión hacia la ‘misericordia’ genérica la puede afectar.
Cuando uno va al ‘terreno’ de las parroquias ve una serie de ‘excepciones’ concedidas por los párrocos que coliden con los criterios doctrinales.
Y entonces se arma una gran discusión sin solución aparente, de hasta donde llegar con los casos particulares, hasta donde un caso particular puede pasar por alto la doctrina.
La posición de cada uno seguramente estará teñida de acuerdo al lugar desde donde haga la mirada. Si lo mira desde lo doctrinal no hay duda de que los casos especiales que contradigan principios doctrinales deben ser limitados.
Pero si uno baja al ‘terreno’ de las parroquias y comienza a pensar en personas reales, con problemas reales en su vida, donde el cura debe asistir, entonces el criterio de la ‘misericordia’ pastoral es una opción.
Este es un punto importante para discernir.
CRISIS DE VALORES
Francisco hizo hincapié en que «la crisis de valores en la sociedad» no es un fenómeno reciente, al citar el discurso de apertura del año judicial de la Rota por parte de Pablo VI en 1974, cuando dijo que el hombre moderno
«a veces, herido por un relativismo sistemático que se pliega a las opciones más fáciles de las circunstancias, de la demagogia, de la moda, de la pasión, del hedonismo, del egoísmo, que externamente intenta disputar el dominio de la ley, e internamente, casi sin darse cuenta, sustituye el imperio de la conciencia moral con el capricho de la conciencia psicológica«.
Francisco agregó que,
«el abandono de la perspectiva de la fe conduce inexorablemente a una falsa comprensión del matrimonio, que tiene consecuencias para la maduración de la voluntad nupcial».
Reflexionó también sobre dos polos, en que por un lado la Iglesia es capaz de
«regocijarse en las muchas, muchas familias que, sostenidas y nutridas por una fe sincera, participan de los bienes del matrimonio con fidelidad y determinación».
Pero agregó que la Iglesia también sabe el dolor de muchas familias que
«colapsan, dejando atrás los escombros de las relaciones, proyectos y expectativas comunes».
GRAN NUMERO DE FIELES EN SITUACIONES IRREGULARES
Francisco afirmó que,
«la experiencia pastoral nos enseña que hay hoy en día un gran número de fieles en situaciones irregulares, cuyas historias han sido fuertemente influenciadas por la mentalidad mundana generalizada«.
«Es evidente que, cuando las personas adoptan esta actitud, la fe se ve privada de su valor normativo y orientador y deja abierto un espacio para compromisos, para el egoísmo y las presiones de la mentalidad actual, lo que se ha convertido en dominante a través de los medios de comunicación»
Citando el Canon 1099, dijo que
«la falta de conocimiento de los contenidos de la fe puede conducir a lo que el código describe como un error de la determinación de la voluntad».
Según Francisco, este tipo de error no debe ser
«considerado como excepcional como en el pasado, dada la prevalencia frecuente de pensamiento mundano sobre el magisterio de la Iglesia».
Tal error subrayó Francisco,
«pone en peligro la estabilidad del matrimonio, su exclusividad y su fecundidad, así como la orientación del matrimonio al bien del otro, al amor conyugal como un principio vital del consenso, de la recíproca donación para establecer una unión de por vida».
CONVERSIÓN PASTORAL
De acuerdo a lo anterior, el Santo Padre exhortó a los miembros de la Rota
«a una mayor y apasionada diligencia en su ministerio, en el servicio de protección de la unidad de la jurisprudencia de la Iglesia«.
«Aquí también hay una necesidad de conversión pastoral por parte de las estructuras eclesiásticas, para poder ofrecer la iustitiae opus [obra de la justicia] a todos los que acuden a la Iglesia para arrojar luz sobre su situación matrimonial» dijo Francisco.
Y agregó Francisco,
«se requiere un análisis judicial cuando existan dudas sobre la validez del matrimonio, para determinar si hubo una deficiencia original, en el consentimiento, ya sea en términos de un defecto en la validez de la intención o un grave déficit en la comprensión del matrimonio mismo, en la medida de la determinación de la voluntad».
ES UN TEMA HISTÓRICO
Las anulaciones han sido una fuente de controversia desde al menos la época del rey Enrique VIII, que separó la Iglesia Católica Romana de la Iglesia Anglicana por la negativa del Papa a concederle su anulación matrimonial.
Pero esto genera muchas pasiones y dos bibliotecas. En un caso el proceso de anular un matrimonio por la iglesia ha sido ridiculizado por algunos como demasiado fácil, pero por otros criticado como demasiado complicado, demasiado caro y accesible sólo para aquellos con influencia o medios.
Y en este sentido es que se procesa el debate de la cuestión conexa de la comunión a los católicos divorciados vueltos a casar que no tienen anulación y se le prohíbe recibir la Eucaristía.
Sin duda se trata de un problema serio porque abarca a muchos católicos, la mayoría de los cuales se retira de la concurrencia a misa porque se sienten excluidos al no poder recibir la comunión.
Entonces la disyuntiva que se discute es si la apertura a la comunión significa abrir la puerta a la apostasía y ‘rebajar el planteo’ de las enseñanzas de Jesús, contradiciéndolas (“que el hombre no separe lo que Dios ha unido”), o si es una forma de amoldarse a los tiempos que corren, donde el matrimonio está adquiriendo otro significado e incluso los cambios laborales de los sexos han modificado la interna matrimonial, porque las mujeres han entrado de lleno en el mercado laboral y no dependen tanto de su marido para su manutención.
Este es un tema para discernir que les planteamos a nuestros lectores, porque a pesar del Sínodo de la Familia sigue abierto.
Fuentes:
- http://ncronline.org/news/vatican/pope-francis-says-he-wants-all-annulments-be-free
- http://feedproxy.google.com/~r/NCRegisterDailyBlog/~3/cDOcRvJZ1f0/pope-francis-faith-a-criterion-in-investigating-a-marriages-validity
- http://magister.blogautore.espresso.repubblica.it/2015/01/23/non-e-divorzio-ma-un-po-piu-gli-somiglia/
- http://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2014/09/20/0651/01463.html
- http://forosdelavirgen.org/87385/los-obispos-alemanes-en-masa-se-declaran-a-favor-de-la-comunion-a-los-divorciados-15-01-02/
- http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2013/january/documents/hf_ben-xvi_spe_20130126_rota-romana_sp.html
- http://forosdelavirgen.org/57747/benedicto-xvi-reabrio-la-discusion-sobre-los-divorciados-vueltos-a-casar-2013-02-01/
- https://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-mayoria-de-matrimonios-sacramentales-son-nulos-66136/
Dar la comunión a un cónyuge procedente de un matrimonio canónico válido y vuelto a casar o arrejuntado sería apostasía. Va contra las enseñanzas de Cristo. No sé por qué siquiera se discute. Es algo gravísimo que marcaría el inicio de un cisma entre la Iglesia falsa y el resto fiel, y abriría el camino a la abominación de la desolación y al Anticristo.
Creo que el Señor utiliza hasta las consecuencias de nuestros errores para purificarnos. Si es cierto que sienten el dolor de no poder comulgar, tal vez sea ese el primer acercamiento a Dios, a ese Dios que olvidaron cuando comenzaron una nueva relación, sabiendo que no podían hacerlo, por seguir casados con el primer cónyuge. Debe ser algo sumamente doloroso sentirse feliz por primera vez con una pareja y sentir al mismo tiempo que esa felicidad provoca el alejamiento de Dios. Me parece (y puedo estar equivocada), que la resolución de esos casos escapa a las decisiones humanas, por más que sean de la Iglesia, y entran exclusivamente dentro del terreno del amor misericordioso y la perfecta justicia de Dios Todopoderoso.
acaso no sabes que en el sacramento del matrimonio, ni siquiera los sacerdotes son los ministros????? LOS MINISTROSA SON LOS MISMOS NOVIOS QUE SE CASAN !!!!!! ellos son los que tienen la última palabra sobre si se mantienen juntos o se separan porque el amor se terminó y el infierno ha comenzado.
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO DIIICEEE LO QUE DIOS UNE JAMAS LO SEPARE EL HOMBRE PORQUE DIOS HIZO HOMBRE Y MUJER DESDE EL PRINCIPIO DE LA CREACION Y VALGA LA COMPARACION LOS ANIMALITOS SON MACHO Y HEMBRA Y DIJO DIOS REPRODUSCANCE COMO PRETENDEN CAMBIAR TODO LO QUE DIOS NOS HA ENSEÑADO POR DIOOOS¿
Hay casos, y esto no es ninguna novedad, en que la pareja no convive maritalmente, aunque habiten en la misma casa. En esos casos el sacerdote, previo conocimiento a fondo del individuo, puede autorizar la comunión. Conozco casos sucedidos en la década del 50, No es nada nuevo. Y se les sugería, en caso de que el entorno no supiera la realidad de su relación no marital, que comulgaran en otra parroquia para no dar escándalo. No tiene nada que ver este Papa. Sucedió en tiempos de Pío XII lo que cuento.