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Son varias Oraciones por los Enfermos, por la Sanación de los Recuerdos, Oración del Perdón, Sanación de la propia Imagen, Sanación por la Familia.

 

 

 

 

ORACION POR LOS ENFERMOS del Padre Emiliano Tardif

Únete con fe a esta oración
depositando tu vida entera en las manos de Jesús.

Señor Jesús,
creemos que estás vivo y resucitado.
Creemos que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar
y en cada uno de nosotros.

Te alabamos y te adoramos,
por venir hasta nosotros
como pan vivo bajado del cielo.

Tú eres la plenitud de la vida.
Tú eres la resurrección y la vida.
Tú eres, Señor, la salud de los enfermos.

Hoy queremos presentarte a todos los enfermos,
porque para Ti no hay distancia
ni en el tiempo ni en el espacio.
Tú eres el eterno presente y Tú los conoces.

Ahora, Señor, te pedimos
que tengas compasión de ellos,
para que todos reconozcan que Tú estás vivo
en tu Iglesia hoy;
y que se renueve su fe y su confianza en Ti;
te lo suplicamos, Jesús.

Ten compasión de los que sufren en su cuerpo,
de los que sufren en su corazón
y de los que sufren en su alma
que están orando y oyendo los testimonios
de lo que Tú estás haciendo
por tu Espíritu renovador
en el mundo entero.

Ten compasión de ellos, Señor.
Desde ahora te lo pedimos.
Bendícelos a todos
y haz que muchos vuelvan a encontrar la salud,
que su fe crezca
y se vayan abriendo a las maravillas de tu amor,
para que también ellos sean testigos
de tu poder y de tu compasión.

Te lo pedimos, Jesús,
por el poder de tus santas llagas,
por tu santa cruz y por tu preciosa sangre.
Sánalos, Señor.
Sánalos en su cuerpo,
sánalos en su corazón,
sánalos en su alma.
Dales vida y vida en abundancia.

Te lo pedimos por intercesión
de María Santísima, tu madre,
la Virgen de los Dolores,
quien estaba presente, de pie, cerca de la cruz.
La que fue la primera en contemplar
tus santas llagas
y que nos diste por madre.

Tú nos has revelado
que ya has tomado sobre Ti
todas nuestras dolencias
y por tus santas llagas hemos sido curados.

Hoy, Señor,
te presentamos en fe a todos los enfermos
que nos han pedido oración
y te pedimos que los alivies en su enfermedad
y que les dés la salud.

Te pedimos por la gloria del Padre del cielo,
que sanes a los enfermos
que van a leer esta oración.

Haz que crezcan en la fe,
en la esperanza,
y que reciban la salud para gloria de tu Nombre.
Para que tu Reino siga extendiéndose más y más
en los corazones,
a través de los signos y prodigios de tu amor.

Todo esto te lo pedimos Jesús,
porque Tú eres Jesús,
Tú eres el Buen Pastor y todos somos ovejas
de tu rebaño.
Estamos tan seguros de tu amor,
que aún antes de conocer el resultado
de nuestra oración en fe, te decimos:
gracias Jesús por lo que Tú vas a hacer
en cada uno de ellos.

Gracias por los enfermos
que Tú estás sanando ahora,
que Tú estás visitando con tu misericordia.
Gracias, Jesús,
por lo que Tú vas a hacer.

Lo depositamos en tus manos desde hoy
y te pedimos que lo sumerjas en tus santas llagas.
Que lo cubras con tu sangre divina,
y que a través de este mensaje
tu corazón de Buen Pastor hable a los corazones
de tantos enfermos que van a leerlo.
¡Gloria y alabanza a Ti, Señor!

 

ORACIÓN POR LOS ENFERMOS del padre Emiliano Tardif

Emitida en Radio 5 de RNE

Señor, Tú eres el buen pastor y Tú has dicho:
«vengan a mí todos los que están cansados y cargados
y Yo los aliviaré».

Venimos a ti con todos los enfermos de esta parroquia
que están unidos con nosotros,
te lo suplicamos Jesús, bendícelos a todos,
pon tu mano de buen pastor sobre cada uno de ellos
y por los méritos de tu pasión
comienza a sanarlos de su enfermedad;
si es tu santa voluntad
sabemos Jesús que Tú puedes sanarlos;
y te lo pedimos en fe,
no mires nuestros pecados
sino la fe de tu Iglesia
y por el poder de tus Llagas gloriosas,
por tu santa Cruz y por tu preciosa Sangre
comienza a sanar a muchos de ellos Señor.

Y a los que Tú no vas a sanar hoy
porque en tu plan providencial,
Tú tienes algo distinto para ellos,
te pedimos que les des fortaleza
para que nunca se desesperen
y que sepan ofrecer sus sufrimientos
uniéndolos a tus sufrimientos en la Cruz
para darle un valor de redención.

Pero estamos tan seguros de tu presencia viva
en medio de nosotros Señor que,
aun antes de conocer el resultado de nuestra oración
en fe te decimos gracias
por todo lo que estás haciendo ahora
por nuestros enfermos.

Y todo esto te lo pedimos por intercesión
de nuestra Madre la Virgen Santísima;
y te damos gracias por lo que Tú
vas a seguir haciendo por ellos.

 

ORACIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS POR UN ENFERMO

Dulcísimo Jesús, que dijisteis:
«Yo soy la Resurrección y la Vida»,
que recibiendo y llevando en Vos nuestras enfermedades,
curabas las dolencias de cuantos se te acercaban;
a Ti acudo para implorar de tu Divino Corazón
a favor de los enfermos,
suplicándote por intercesión de tu Santísima Madre,
la bienaventurada siempre Virgen María,
salud de los enfermos,
quieras aliviar y sanar en la presente enfermedad
a tu siervo …….. ,
si es conveniente para su bien espiritual y el de mi alma.

Señor Jesús, que al funcionario real que te decía:
«Venid, Señor, antes que mi hijo muera»,
le respondisteis: «Vete, tu hijo vive».
Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que al ciego de Jericó,
que sentado junto al camino te decía en alta voz:
«Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí»,
le respondiste: «Recupera tu vista, tu fe te ha salvado»,
y al momento vio.
Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que diciendo: «Quiero, sé limpio»,
limpiaste al leproso, que te decía suplicante:
«Señor, si quieres puedes limpiarme».
Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que librasteis al mudo poseído del demonio,
hablando luego con admiración
a las turbas el que antes era mudo.
Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que sanaste al enfermo
que llevaba treinta y ocho años de su enfermedad,
junto a la piscina de las ovejas, diciéndole:
«Levántate, toma tu camilla y anda» y anduvo.
Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que delante del hijo muerto de la viuda de Naím,
enternecido, dijiste a la madre:
«No llores»; y tocando el féretro, añadiste:
«Joven, a ti te digo, levántate»;
entregándolo luego vivo a su madre.
Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que dijisteis:
«Bienaventurados los que lloran
porque ellos serán consolados».
Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que dijisteis:
«En verdad, en verdad te digo,
que todo cuanto pidieras al Padre,
en mi Nombre, os lo dará».
Sánalo, Señor.

Omnipotente y sempiterno Dios,
eterna salud de los que creen,
escúchanos en bien de tus siervos enfermos,
por quienes imploramos el auxilio de tu Misericordia;
a fin de que recobrada la salud,
te den en tu Iglesia ferviente acción de gracias.
Por Cristo Nuestro Señor.
Así sea.

 

ORACION POR LOS ENFERMOS DE CUERPO ENTERO

Jesús sabemos que tú estás presente
en el santísimo sacramento del altar
con tu cuerpo, sangre, alma y divinidad.

Bendito y adorado sea el sacratísimo
Corazón Eucarístico de Jesús.

-Te alabamos y bendecimos
quisiste tener una mamá para que te diera
su cuerpo y su sangre
para que tú la derramaras por nosotros.
Gracias Jesús.

-Y como María
queremos abandonarnos a tu voluntad,
para que en tus manos de alfarero divino
reconviertas nuestra vasija en una obra de arte
para ti.

-Aquí estoy Jesús tal y como soy,
tal vez humillado, tal vez perseguido,
incomprendido, calumniado, alegre, triste, enfermo,
sea como sea mi estado te digo
“Señor hágase en mí según tu Palabra”
Tú eres Cristo Jesús Salvador de mi historia
Presente, pasada y futura,
ven a caminar por ellas y bendícelas.

-Tú curaste a los leprosos,
cura mi lepra espiritual,
producida por mi pecado,
pecado de soberbia, debilidad o ignorancia, arrogancia
que fueron los que originaron en mi enfermedad.
Clávalos Cruz y unge mis heridas con tu bendita sangre.

-Tú que abriste los oídos a los sordos,
cura y libérame del espíritu de ceguera
que no me permite verte
para poder alabarte y bendecirte,
ni me permite ver las necesidades de mis hermanos.

-Tú que sanaste a los epilépticos y a los mudos,
libérame de los espíritus de epilepsia y mudez
que me impiden expresarme y transmitir tu palabra
con sabiduría, prudencia, claridad, afecto y firmeza.

-Tú que hiciste caminar a los paralíticos,
libérame del espíritu de parálisis
que me impiden moverme
y me dejan postrado largo tiempo
haciéndome perder la alegría
y no sé donde debo ir para cumplir tu voluntad,
y no me dejan caminar para evangelizar.

-Tú que resucitaste a los muertos,
resucita las áreas de mi vida
y de mi historia que están marchitas,
agonizantes o muertas.
Resucita mi matrimonio, mi trabajo,
mis relaciones familiares,
con mis hermanos de grupo,
resucita mi corazón que murió al amor,
o a mis sentimientos que mataron,
o dejaron herido y no puedo amar más.

-Tú que liberaste a los poseídos por el espíritu del mal,
libérame de toda influencia maligna,
a mi persona, a mi familia, a mi entorno,
y cólmame de tu espíritu santo
para que rotas las cadenas que me atan
pueda reflejar tu gloria a través de tu obra.

-Tú Señor que sanaste a tus discípulos del miedo
que los mantenía encerrados,
libérame de toda clase de miedos, al agua,
a la gente, a las multitudes,
a Dios, a las alturas, a la enfermedad,
al dolor, a la muerte,
a la soledad a los lugares cerrados.
Libérame a mí y toda mi familia.

-Señor tú que abriste el Mar Rojo,
ábreme los caminos en mi trabajo,
en mis decisiones,
en las dudas que me atormentan,
en la oscuridad de mi camino de fe.
Libérame a mí y a toda mi familia.

-Tú que entregaste la bendición a Abrahán, Jacob e Isaac,
bendice hoy a toda mi generación Señor.
A todos mis antepasados,
a las generaciones presentes y futuras.
Libéranos de los odios, muertes,
suicidios, enfermedades mentales,
cualquier tipo de brujerías, magia negra,
tarot, ciencias ocultas,
maldiciones, etc. y de todo aquello
que pudiera estar atado
y que me estuviera produciendo
un continuo sufrimiento,
desesperación, depresión etc.

-Yo renuncio en nombre de Jesucristo
a todos los caminos del mal,
negatividad y falta de amor.
Te pedimos que nos liberes del espíritu de blasfemia
que tuvieron mis antepasados
y que aún me salpican a mí
y a mis generaciones futuras.

-Te pido Señor que traigas a mi mente
cualquier actitud negativa arraigada profundamente
de dolor odio, remordimiento,
desgracia, suicidio, alcoholismo,
malos tratos, o cualquier tipo de vicio.
Te pedimos que sean sanadas y liberadas
por el misterio de tu presencia Real en la eucaristía.
Gracias Señor.
Envíanos a tus santos ángeles y arcángeles
para que nos guíen a lo largo del camino
a mí y a mi familia.
Amén

 

ORACION DE SANACIÓN DE RECUERDOS del Padre Emiliano Tardif

Como todos estamos enfermos por heridas en nuestro pasado, a continuación hacemos una oración de curación interior para que el Señor sane el corazón de los que reconozcan necesitarlo.

Padre de bondad, Padre de amor,
te bendigo, te alabo y te doy gracias
porque por amor nos diste a Jesús.

Gracias Padre porque a la luz de tu Espíritu
comprendemos que él es la luz,
la verdad y el buen pastor,
que ha venido para que tengamos vida
y la tengamos en abundancia.

Hoy, Padre, quiero presentarte a este hijo(a).
Tú lo(a) conoces por su nombre.
Te lo(a) presento, Señor,
para que Tú pongas tus ojos de Padre amoroso
en su vida.

Tú conoces su corazón y conoces las heridas
de su historia.
Tú conoces todo lo que él ha querido hacer
y no ha hecho.
Conoces también lo que hizo o le hicieron
lastimándolo.
Tú conoces sus limitaciones, errores y su pecado.
Conoces los traumas y complejos de su vida.

Hoy, Padre,
te pedimos que por el amor que le tienes
a tu Hijo, Jesucristo,
derrames tu Santo Espíritu sobre este hermano(a)
para que el calor de tu amor sanador,
penetre en lo más íntimo de su corazón.

Tú que Sanas los corazones destrozados
y vendas las heridas
sana a este hermano, Padre.
Entra en ese corazón, Señor Jesús,
como entraste en aquella casa
donde estaban tus discípulos llenos de miedo.

Tú te apareciste en medio de ellos y les dijiste:
«paz a vosotros».
Entra en este corazón y dale tu paz.
Llénalo de amor.
Sabemos que el amor echa fuera el temor.
Pasa por su vida y sana su corazón.

Sabemos, Señor,
que Tú lo haces siempre que te lo pedimos,
y te lo estamos pidiendo con María,
nuestra madre,
la que estaba en las bodas de Caná
cuando no había vino
y Tú respondiste a su deseo,
transformando el agua en vino.

Cambia su corazón y dale un corazón generoso,
un corazón afable, un corazón bondadoso,
dale un corazón nuevo.
Haz brotar, Señor, en este hermano(a)
los frutos de tu presencia.

Dale el fruto de tu Espíritu que es el amor,
la paz y la alegría.
Haz que venga sobre él
el Espíritu de las bienaventuranzas,
para que él pueda saborear y buscar a Dios
cada día viviendo sin complejos
ni traumas junto a su esposo(a),
junto a su familia, junto a sus hermanos.

Te doy gracias, Padre,
por lo que estás haciendo hoy en su vida.
Te damos gracias de todo corazón
porque Tú nos sanas,
porque tu nos liberas,
porque Tú rompes las cadenas
y nos das la libertad.

Gracias, Señor,
porque somos templos de tu Espíritu
y ese templo no se puede destruir
porque es la Casa de Dios.

Te damos gracias, Señor, por la fe.
Gracias por el amor
que has puesto en nuestros corazones.

iQué grande eres Señor!
Bendito y alabado seas, Señor.

 

ORACIÓN DE PERDÓN del Padre Roberto De Grandis

Señor Jesucristo, hoy te pido la gracia de poder perdonar
a todos los que me han ofendido en mi vida.
Sé que Tú me darás la fuerza para perdonar.
Te doy gracias porque Tú me amas
y deseas mi felicidad más que yo mismo.
Señor Jesucristo,
hoy quiero perdonarme por todos mis pecados,
faltas y todo lo que es malo en mí
y todo lo que pienso que es malo.

Señor, me perdono por cualquier intromisión en ocultismo,
usando tablas de uija, horóscopos,
sesiones, adivinos, amuletos,
tomando tu nombre en vano, no adorándote;
por herir a mis padres, emborracharme,
usando droga, por pecados contra la pureza,
por adulterio, aborto, robar, mentir.
Me perdono de verdad.

Señor, quiero que me sanes de cualquier ira,
amargura y resentimiento hacia Ti,
por las veces que sentí que Tú mandaste
la muerte a mi familia, enfermedad,
dolor de corazón, dificultades financieras
o lo que yo pensé que eran castigos.
¡Perdóname, Jesús, Sáname!

Señor, perdono a mi madre
por las veces que me hirió,
se resintió conmigo,
estuvo furiosa conmigo, me castigó,
prefirió a mis hermanos y hermanas a mí,
me dijo que era tonto, feo, estúpido
o que le había costado mucho dinero a la familia,
o cuando me dijo que no era deseado,
que fui un accidente,
una equivocación o no era lo que quería.

Perdono a mi padre por cualquier falta de apoyo,
falta de amor, o de afecto, falta de atención,
de tiempo, o de compañía,
por beber, por mal comportamiento,
especialmente con mi madre y los otros hijos,
por sus castigos severos,
por desertar, por estar lejos de casa,
por divorciarse de mi madre,
por no serle fiel.

Señor, perdono a mis hermanos y hermanas
que me rechazaron,
dijeron mentiras de mí, me odiaron,
estaban resentidos contra mí,
competían conmigo por el amor de mis padres;
me hirieron físicamente
o me hicieron la vida desagradable de algún modo.
Les perdono, Señor.

Señor, perdono a mi cónyuge por su falta de amor,
de afecto, de consideración, de apoyo,
por su falta de comunicación, por tensión, faltas,
dolores o aquellos otros actos o palabras
que me han herido o perturbado.

Señor, perdono a mis hijos por su falta de respeto,
obediencia, falta de amor, de atención, de apoyo,
de comprensión, por sus malos hábitos,
por cualquier mala acción que me puede perturbar.

Señor, perdono a mi abuela, abuelo, tíos, tías y primos,
que hayan interferido en la familia
y hayan causado confusión,
o que hayan enfrentado a mis padres.

Señor, perdono a mis parientes políticos,
especialmente a mi suegra, mi suegro,
perdono a mis cuñados y cuñadas.

Señor, hoy te pido especialmente la gracia
de perdonar a mis yernos y nueras,
y otros parientes por matrimonio,
que tratan a mis hijos sin amor.

Jesús, ayúdame a perdonar a mis compañeros de trabajo
que son desagradables o me hacen la vida imposible.
Por aquellos que me cargan con su trabajo,
cotillean de mí, no cooperan conmigo,
intentan quitarme el trabajo.
Les perdono hoy.

También necesito perdonar a mis vecinos, Señor.
Por el ruido que hacen, por molestar,
por no tener sus perros atados
y dejar que pasen a mi jardín,
por no tener la basura bien recogida
y tener el vecindario desordenado; les perdono.

Ahora perdono a mi párroco y los sacerdotes,
a mi congregación y mi iglesia
por su falta de apoyo, mezquindad, falta de amistad,
malos sermones,
por no apoyarme como debieran,
por no usarme en un puesto de responsabilidad,
por no invitarme a ayudar en puestos mayores
y por cualquier otra herida que me hayan hecho;
les perdono hoy.

Señor, perdono a todos los profesionales
que me hayan herido
en cualquier forma, médicos, enfermeras, abogados,
policías, trabajadores de hospitales.
Por cualquier cosa que me hicieron;
les perdono sinceramente hoy.

Señor, perdono a mi jefe por no pagarme lo suficiente,
por no apreciarme, por no ser amable o razonable conmigo,
por estar furioso o no ser dialogante,
por no promocionarme,
y por no alabarme por mi trabajo.

Señor, perdono a mis profesores y formadores del pasado
así como a los actuales; a los que me castigaron,
humillaron, insultaron, me trataron injustamente,
se rieron de mí, me llamaron tonto o estúpido,
me hicieron quedar castigado después del colegio.

Señor, perdono a mis amigos que me han decepcionado,
han perdido contacto conmigo, no me apoyan,
no estaban disponibles cuando necesitaba ayuda,
les presté dinero y no me lo devolvieron, me criticaron.

Señor Jesús, pido especialmente la gracia de perdonar
a esa persona que más me ha herido en mi vida.

Pido perdonar a mi peor enemigo, l
a persona que más me cuesta perdonar
o la persona que haya dicho que nunca la perdonaría.

Gracias Jesús, porque me estás liberando
del mal de no perdonar
y pido perdón a todos aquellos
a los que yo también he ofendido.

Gracias, Señor, por el amor que llega a través de mí
hasta ellos.
Amén.

 

ORACION DE SANACIÓN DE LA PROPIA IMAGEN del Padre Robert de Grandis

Padre, en nombre de Jesús,
nos dirigimos a Ti para que toques
a cada uno de estos hermanos
y les des una buena imagen de sí mismos
y una verdadera autoestima en Cristo Jesús.

Señor, ellos pueden que se sientan indignos,
inapropiados o inferiores;
quizás se sientan feos, tímidos,
patosos o que no hacen nada bien.

A lo mejor les llamaron apodos que no les gustaron,
e incluso de adultos pueden sentirse inseguros
y no amados.

Señor Jesús, llévate sus sentimientos de fracaso,
de vergüenza, decepción, culpabilidad o timidez.

Te pedimos que los liberes de toda fuerza negativa
que les ha mantenido en la esclavitud
y les ha apartado de vivir una vida abundante y victoriosa.

Amado Señor, hazles saber cuánto les amas
y que ellos son la niña de tus ojos.

Nos dirigimos a Ti,
para que sepan que Tú has muerto en la cruz,
no solo por sus pecados,
sino también por sus profundas heridas emocionales
y sus recuerdos dolorosos.

Te rogamos, Señor, que sanes todo lo herido
y roto que haya en ellos.

Ayúdales a amarse a sí mismos, a aceptar tu perdón,
a perdonarse a sí mismos y perdonar a otros.

Señor Jesús, llena los vacíos de sus vidas.
Y dales el amor
y la seguridad que pueden no haber recibido.
Dales un atrevimiento santo, confianza
y nuevas energías
para que puedan hacer todas las cosas a través tuyo.

Señor, dales una buena imagen de sí mismos.
Y que puedan verse como Tú les ves:
especiales, dignos y perdonados,
para que cada uno de ellos llegue a ser la persona
que Tú creaste y quieres que sea.
En el precioso nombre de JESÚS.
Amén.

 

ORACION DE SANACIÓN POR LA FAMILIA

¡Señor Jesús! Hoy venimos a Ti,
en nombre de cada una de las personas de nuestra familia.
Tú, en tus designios de amor por cada uno de nosotros,
nos has colocado en ella
y nos has vinculado
a cada una de las personas que la componen.

En primer lugar, te queremos dar gracias de todo corazón
por cada uno de los miembros de mi familia,
por todo el amor que he recibido tuyo a través de el/os
y te queremos alabar
y glorificar porque nos has colocado en ella.

A través de la familia y en la familia,
tú nos has dado la vida y has querido para nosotros
que formemos un núcleo de amor.

Hoy, Señor, queremos que Tú pases con tu sanación
por cada uno de nosotros y realices tu obra de amor
en cada uno de nosotros.

Y antes de nada, Señor,
queremos pedirte perdón por todas las faltas de amor
que hayamos tenido en casa,
por todas nuestras indelicadezas,
por todas nuestras faltas de comprensión,
por no ser a veces cauces de tu amor para ellos.

En primer lugar, Jesús,
te pedimos que entres en el corazón de cada uno
y toques aquellas experiencias de nuestra vida
que necesiten ser sanadas.

Tú nos conoces mucho mejor que nosotros mismos;
por lo tanto, llena con tu amor
todos los rincones de nuestro corazón.

Donde quiera que encuentres – el niño herido -,
tócalo, consuélalo y pónlo en libertad.

Vuelve a recorrer nuestra vida,
la vida de cada uno de nosotros,
desde el principio,
desde el mismo momento de nuestra concepción.

Purifica las líneas hereditarias y
líbranos de aquellas cosas que puedan haber ejercido
una influencia negativa en aquel momento.

Bendícenos mientras íbamos formándonos
en el vientre de nuestra madre
y quita todas las trabas que puedan haber dificultado,
durante los meses de gestación,
nuestro desarrollo en plenitud.

Danos un profundo deseo de querer nacer
y sana cualquier trauma tanto físico como emocional
que pudiera habernos dañado durante nuestro nacimiento.

¡Gracias, Señor!, por estar ahí presente
para recibimos a cada uno de nosotros en tus brazos
en el momento mismo de nuestro nacimiento,
para darnos la bienvenida a la tierra
y asegurarnos que Tú
nunca nos faltarías ni nos abandonarías.

Jesús, te pedimos que rodees nuestra infancia con tu luz
y que toques aquellos recuerdos que nos impiden ser libres.

Si lo que más necesitamos cada uno fue más cariño maternal,
mándanos a tu Madre, la Virgen María,
para que nos dé lo que nos falta.

Pídele que nos abrace a cada uno,
que nos arrulle a cada uno,
que nos cuente cuentos
y llene el vacío que necesita el calor
y el consuelo que sólo una madre puede dar.

Quizá «el niño interior» siente la falta del amor del padre.
Señor Jesús, déjanos gritar con libertad,
con todo nuestro ser:
«¡Abba!, ¡papá! ¡Papaito!.

Si necesitábamos alguno de nosotros más cariño paternal
y la seguridad de que nos deseaban,
y nos amaban de verdad,
te pedimos que nos levantes
y nos hagas sentir la fuerza de tus brazos protectores.

Renueva nuestra confianza
y danos el valor que necesitamos
para hacer frente a las adversidades de la vida,
porque sabemos, Padre nuestro,
que tu amor nos levantará
y nos ayudará si tropezamos y caemos.

Recorre nuestra vida, Señor,
y consuélanos cuando otros nos trataban mal.

Sana las heridas de los encuentros que nos dejaron asustado,
que nos hicieron entrar en nosotros mismos
y levantar barreras de defensa ante la gente.

Si alguno de nosotros se ha sentido solo,
abandonado y rechazado por la humanidad,
concédenos por medio de tu amor que lo sana todo,
un nuevo sentido del valor de cada uno como persona.

¡Oh Jesús, nos presentamos en este día ante ti,
toda la familia y te pedimos que sanes nuestras relaciones,
que sean unas relaciones llenas de cariño,
de comprensión y de ternura
y que nuestra familia se parezca a la tuya.

Te pedimos, por intercesión de tu Madre, la Reina de la Paz,
que nuestros hogares sean lugares de paz, de armonía
y donde realmente experimentemos tu presencia.
¡Gracias, Señor!

 

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