El cristianismo considera que el ser humano es una estructura compleja de cuerpo y alma.

Ambas partes se interconectan y la salud pasa por el buen funcionamiento de ambos.

Por eso hay que prestar atención a curar cuerpo y alma en conjunto.

Una forma de curación cristiana conocida es la sanación espiritual a través del arrepentimiento del pecado y enmienda de vida y el perdón, que renueva la vida espiritual.

Esta relación cuerpo y alma recientemente lo ha empezado a considerar la medicina occidental, al descubrir que muchas enfermedades tienen causas espirituales, psicosomáticas.

Pero hay una tradición cristiana que se introduce en los medicamentos.

Y en general se sabe poco de los remedios concretos que se proponen desde el cristianismo.

En este artículo daremos un vistazo a los remedios que se proponen desde el cristianismo, para que luego podamos profundizar.

  

ENFERMEDADES ACTUALES Y REVELACIONES DE DIOS

Actualmente la humanidad se ve expuesta a muchas enfermedades.

Muchas de ellas no existían en la antigüedad y son producidas por la exposición constante a distintos químicos.

Y otras por los alimentos que se consumen en la actualidad.

Gracias a los avances en la medicina occidental, muchas enfermedades se han podido combatir.

Sin embargo, hay una industria en los medicamentos que busca que las personas encuentren constantemente una respuesta a sus malestares en el consumo de preparaciones químicas.

Pero Dios nos muestra que existen otro tipo de curaciones.

Mediante pasajes de la Biblia, revelaciones y acciones de aceites y ungüentos por la intercesión de los santos, Dios nos muestra un camino de sanación que no siempre encuentra respuesta en la medicina tradicional.

De todos modos, la medicina occidental también es una herramienta que Dios da para que podamos sanar, y que de ninguna manera las recomendaciones de la Biblia se oponen a ella.

Y muchos santos y devotos seguidores de Dios descubrieron en la Biblia remedios para curar enfermedades y malestares del cuerpo.

Además, a través de visiones, se revelaron formas de sanar enfermedades graves, y ataques del maligno.

Y existe un caso típico en que un fraile franciscano elaboró un medicamento contra el cáncer a través del aloe, ver aquí, siguiendo el consejo del Padre Pío que dijo que se hallaría un remedio simple para curar el cáncer.

Pero contrario a lo que muchos piensan, no hay que elegir entre creer en la medicina o en las curaciones propuestas por la espiritualidad católica, sino que ambas se complementan.

Es así como muchas de estas curaciones son usadas por la medicina, y otras pueden usarse como complementos o incluso añadirse en las comidas diarias.

De todos modos, siempre antes de consumir algo para la salud, sea natural o químico, hay que realizar una consulta médica con algún médico abierto a formas de curación que no sean las estrictas de la medicina occidental, porque también están los fundamentalistas.

Sobre todo, porque una hierba, un aceite o un medicamento pueden no ser perjudiciales en sí mismos, pero estar contraindicados para algunas personas, dependiendo de su condición.

  

ACEITES MILAGROSOS QUE OBRAN POR LA INTERCESIÓN DE LOS SANTOS

Hay aceites milagrosos, que no obran por sí mismos, sino que Dios elige sanar a través de ellos y por la intercesión de los santos.

El mismo Evangelio narra cómo los apóstoles, en numerosas ocasiones, curaban a los enfermos con aceites y óleos.

Está expresado concretamente en Marcos 6, 13:

…Expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.

Y puede ser comparado al pasaje del Evangelio de la curación de un sordomudo (Marcos 7, 31-37) en el que Jesús tocó con su saliva la lengua del sordomudo, y acompañando este gesto con la oración, produjo la curación.

Numerosas son las historias de curaciones por la intercesión de un santo y también por la intercesión de la Virgen María.

Sin ir más lejos, las personas concurren al santuario de la Virgen de Lourdes en Francia, en el que, a través del agua de su fuente, muchas personas fueron sanadas de enfermedades graves, crónicas o terminales.

También están los llamados “oleos de los santos que son los líquidos que exudan los cuerpos, tumbas y altares de santos.

Lo mismo que los óleos exudados por imágenes religiosas.

En estos dos últimos casos se recogen los óleos en algodones y pañuelos y se entregan a los enfermos.

Paralelamente a esto están también las Píldoras de Fray Galvao que buscan la sanación mediante la fe, pero no se basan en hierbas o aceites.

  

HIERBAS Y ACEITES MEDICINALES EN LA BIBLIA

La Biblia menciona distintas hierbas, frutas y verduras, entre las que se encuentran el aloe (Juan 19,39: Fue también Nicodemo, el mismo que anteriormente había ido a verlo de noche, y trajo una mezcla de mirra y áloe, que pesaba unos treinta kilos), la canela, el pepino, verduras amargas, etc.

Estas frutas, verduras y hierbas tienen efectos positivos sobre la salud, que incluyen la curación de quemaduras, la regulación de la presión arterial, el alivio del dolor, entre otras propiedades.

Son numerosos los versículos en los que la Santa Biblia menciona hierbas para curación.

Ya en el Antiguo Testamento, Dios revela en Ezequiel 47, 12:

Al borde del torrente, sobre sus dos orillas, crecerán árboles frutales de todas las especies.

No se marchitarán sus hojas ni se agotarán sus frutos, y todos los meses producirán nuevos frutos, porque el agua sale del Santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de remedio.

En el Apocalipsis 2, 22, habla de árboles de vida cuyas “hojas servían para curar a los pueblos”.

Hay numerosos estudios que parten del análisis de distintas hierbas y plantas mencionadas en la biblia y concluyen en que tienen propiedades curativas hasta hoy en día.

La creación incluye muchos elementos maravillosos.

El Padre pensó en sus creaturas y no sólo creó plantas, para que el humano pueda sanar, sino que no esperó a que descubrieran sus propiedades, sino que habló de ellas en la Biblia para que los seres humanos tomaran conocimiento.

Es un enorme signo de amor de Dios hacia Su creación.

  

REVELACIONES CURATIVAS A SANTA HILDEGARDA DE BINGEN

Santa Hildegarda de Bingen fue una monja alemana nacida en 1098 y nombrada doctora de la Iglesia en 2012 por el Papa Benedicto XVI.

Santa Hildegarda tenía una visión holística de la salud, y la veía como un todo conformado por cuatro dimensiones: cósmica, espiritual, física y psíquica.

Durante toda su vida, Dios le fue revelando las causas de las enfermedades y los remedios para muchas de ellas.

Con esto combate la idea de que el hombre está condenado a la enfermedad.

En el siguiente video, por ejemplo, puede aprenderse acerca de la visión global de Santa Hildegarda acerca de las afecciones de la salud y su origen psicosocial.

La Santa tuvo visiones desde muy pequeña. Hay testimonios de visiones que datan de cuando Hildegarda tenía 3 años.

Incluso hay diversos libros escritos por ella y también otros escritos por distintas personas a partir de la sabiduría de la santa derramada por Dios.

Algunos de sus títulos:

  • Adiós tristeza. Cómo superar la depresión según Santa Hildegarda de Bingen. Wighard Strelhow.
  • Scivias (la obra más importante de la obra de la Santa)
  • Curación holística. Santa Hildegarda de Bingen.
  • Secretos de Dios. Una compilación de los escritos de Santa Hildegarda.
  • Plantas curativas. Santa Hildegarda de Bingen.

Entre otros.

Hildegarda habla también de cómo curar la depresión y sostiene que las cuatro dimensiones del ser humano tienen la respuesta a las distintas enfermedades y que es necesario estar dispuesto a vivir en armonía, ya que las enfermedades son falta de armonía, según la santa.

Todas estas cosas le fueron reveladas a Santa Hildegarda mediante experiencias, muchas de las cuales terminaban en éxtasis.

Según esta Santa, muchas hierbas de la naturaleza poseen propiedades curativas que el Ser Humano nunca conocerá a no ser que Dios se las revele especialmente.

Conviene incursionar en Santa Hildegarda de Bingen y las revelaciones que tuvo para conocer más acerca de las propiedades curativas de los elementos de la naturaleza.

También se le puede rezar a Santa Hildegarda y pedir que sea intercesora ante un malestar, y para poder descubrir la cura.

  

SANTO TOMÁS DE AQUINO

Muy similar a Santa Hildegarda, el gran teólogo Santo Tomás de Aquino no se quedó sólo en el padecimiento físico y también habló del dolor de alma y espíritu.

También abordó las propuestas de la Biblia para combatirlo.

El santo dividió el padecimiento en cuatro categorías: letargo, ansiedad, compasión y envidia.

Este último es un dolor muy agudo, que tiene raíz en el pecado, en el alejamiento del amor de Dios.

Esto sigue la tradición de San Agustín que llegó a catalogar la envidia como pecado diabólico.

Por eso, Santo Tomás recomienda para sanar la envidia, los llamados remedios para el alma, que tienen que ver con la oración.

Santo Tomás recomienda orar y pedirle al Padre que es bueno y siempre escucha, que nos proteja y nos regale el don de la Alegría, para que así tengamos la capacidad de alegrarnos con otros por la providencia de Dios en sus vidas.

En cuanto a los otros tres dolores (letargo, compasión y ansiedad) Santo Tomás propone una serie de medidas que podemos observar en distintos pasajes de la Biblia, tales como:

  

– Compartir el dolor con otros: siempre exteriorizar lo que nos pasa es positivo y ayuda a liberar la tensión interior causada por el dolor.

Compartir la vida es una de las propuestas fundamentales del Evangelio, y aplica tanto para los buenos momentos como para los malos.

  

– El llanto y el placer: al contrario de lo que se suele pensar, llorar no es algo que hay que evitar, sino que hay que incorporar esta práctica.

Lejos de sumirnos en la depresión, el llanto también ayuda a descomprimir el alma oprimida.

El placer, por su lado, es un estímulo positivo que ayuda a contrarrestar las malas sensaciones enviadas al cuerpo por el dolor de espíritu.

El placer a incorporar puede ser espiritual o físico: ingerir alimentos de nuestro agrado (siempre con la moderación debida) o tomar una siesta y descansar, son buenos ejemplos.

El cuerpo y el alma están íntimamente conectados, por lo que cuidar y potenciar el físico siempre puede ayudar a una mejora de espíritu.

  

– Estar con Dios, contemplando Su verdad:

“¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!” Salmos 42, 11.

“Si alguno de ustedes está triste, póngase a orar. Si está alegre, alabe a Dios con CánticosSantiago 5, 13-14.

Es bueno recordar que estar cerca de Dios no nos protege de sentir tristeza o dolor, sino que ayuda a transitarlos de manera más amena.

Vivir el dolor junto a Dios posibilita darle un nuevo sentido y también poder entregarlo por otros.

  

REVELACIONES MARIANAS A LUZ DE MARÍA

Luz de María es una laica oriunda de Costa Rica que creció en una familia profundamente cristiana.

Desde momentos tempranos de su vida, ha tenido manifestaciones celestiales y profecías.

Con el tiempo, las manifestaciones comenzaron a hacerse más concretas e incluyeron la curación de una enfermedad que padecía.

Desde entonces, las revelaciones le han mostrado el plan celestial en su vida y le encomendaron una misión: la de cargar el dolor de Cristo en la Cruz y la de transmitir a toda la humanidad la Palabra que recibió.

Durante los últimos años, Luz de María tuvo visiones en las que hay recomendaciones medicinales concretas. Por ejemplo, en noviembre de 2014, Luz de María expresó:

La Madre Santísima me anunció una enfermedad que atacará el sistema nervioso y el sistema inmunológico causando graves problemas en la piel, para lo que me dijo que se utilice la hoja de la planta de ortiga y el ginkgo.

Jesucristo, en 2018, le reveló lo siguiente:

Pueblo Mío, yo miro más allá y la enfermedad que se avecina a la humanidad encontrará cura con la PLANTA DE LA ARTEMISA sobre la piel.

Y como estas, muchísimas más visiones revelan espectaculares propiedades de las frutas, plantas y verduras de consumo más habitual para combatir malestares y enfermedades, que muchas veces se anuncian de manera profética en las visiones y profecías recibidas por Luz de María.

Es claro que la creación de Dios es compleja, y Sus regalos son inmensos.

El Ser Humano no ha descubierto todo, y mucho sólo le es revelado por su Señor.

Estar disponibles a la sabiduría de Dios puede tener muchas buenas consecuencias, entre ellas, estar preparados para combatir malestares serios y enfermedades.

Fuentes:


Ayelén Iara Torres, periodista y licenciada en Comunicación Social. Argentina.

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