Un escenario en que el cristianismo se vuelve más relevante.
Hace dos semanas, en medio del conflicto interno de Ucrania, que terminó con la destitución del presidente Yanukovich, habíamos advertido de la reedición de un conflicto típico de la guerra fría, que incluso dividía al cristianismo, con la Iglesia Católica Romana apoyando al eje Unión Europea-EE.UU. y el patriarcado ortodoxo de Moscú apoyando a la Rusia de Putin. Ver aquí. E incluso habíamos ahondado en el trasfondo geopolítico del conflicto, ver aquí. Este conflicto de la nueva guerra fría ahora ha aumentado los decibeles con el apoyo militar de Rusia a los secesionistas de Ucrania, empezando por Crimea.
Para el cristianismo queda una incógnita por develar, si el cristianismo occidental se sigue alineando duramente con la Unión Europea-EE.UU., que a la interna lo desprecian, o adquiere una cierta independencia tomando en cuenta que Putin se ha mostrado como un líder mundial que ve con buenos ojos al cristianismo. Esta es una decisión estratégica de Roma, la cual seguramente estará sobre la mesa cuando el presidente Obama visite al papa Francisco este mes. En cualquier caso esta nueva escalada de la guerra fría aumenta el valor estratégico de la Iglesia Católica y su margen de maniobra.
Mientras tanto, es bueno que los católicos estén informados de este importante conflicto que señala una nueva escalada de una guerra fría que se creía extinguida.
LA INTERVENCIÓN RUSA EN CRIMEA
El Parlamento ruso votó unánimemente el sábado pasado otorgar al presidente Vladimir Putin permiso para movilizar a los militares del país en Ucrania y llamó al embajador ruso en Washington después de las declaraciones del presidente Obama en que advirtió a Moscú que «habrá costos» si interviene militarmente en Ucrania.
Putin dice que necesita el movimiento para proteger a los rusos étnicos y el personal de la base militar rusa de Sebastopol en la región estratégica de Crimea en Ucrania.
Todo este movimiento llegó con la destitución del presidente pro-ruso de Ucrania la semana pasada por un movimiento de protesta dirigido a alinear a Ucrania hacia la Unión Europea y fuera de Rusia.
La intervención de Putin llegó cuando surgieron manifestaciones pro-rusas en la Ucrania de habla rusa al este, donde los manifestantes agitaron banderas rusas y atacaron a los partidarios del nuevo gobierno ucraniano.
Luego, 13 aviones rusos aterrizaron en la península de Crimea de Gvardeyskoye (cerca de Simferopol) con 150 soldados en cada avión. El Parlamento de la República Autónoma de Crimea fue ocupado y el nuevo primer ministro nombrado dos días antes pidió
«al presidente Putin ayudar a asegurar la paz y la calma en el territorio de la península de Crimea». Putin respondió que «no ignorará la solicitud de ayuda».
Ucrania por su parte ha acusado a Rusia de una «invasión y ocupación militar». El movimiento también aparece formalizar lo que las autoridades ucranianas describen como un despliegue permanente de tropas rusas en la estratégica región de Crimea.
Su movimiento vagamente se refiere al «territorio de Ucrania» y no específicamente a Crimea, aumentando la posibilidad de que Moscú pudiera usar la fuerza militar en otras provincias de habla rusa en el este y el sur de Ucrania, donde muchos se oponen a las nuevas autoridades de Kiev.
EL PAÍS ESTÁ DIVIDIDO EN DOS: EL OESTE PRO EUROPEO, Y EL ESTE, PRO RUSO
Ucrania ha quedado en medio de la nueva disputa entre Occidente, con la Unión Europea y Estados Unidos a la cabeza, y Rusia, que tiene una enorme influencia en vastas regiones.
El país está dividido en dos. El sector oeste, que votó en contra del destituido presidente Viktor Yanukovich en las elecciones de 2010 y que sostiene a los opositores encabezados por Yulia Timoshenko – la multimillonaria empresaria que estuvo encarcelada hasta la caída de Yanucovich – junto al ex campeón mundial de pesos pesados, Vitali Klitschko.
Pero en el sur y en el este, con mayoría de rusoparlantes y bastión de las fuerzas de Yanukovich, no quieren aplicar las reformas pro occidentales de la región rival.
En el mapa siguiente se ve la división que existe en Ucrania. La zona naranja es pro occidental, la azul es pro rusa. Las barras indican la franja donde ganó la oposición en las elecciones de 2010. El resto apoyó a Yanukovich, el presidente ucraniano pro ruso destituido el 22 de febrero. Crimea esla penísnsula que se ve más al sur (abajo).
CRIMEA TIENE UNA HISTORIA MARCADA POR LOS CONFLICTOS
Desde principios del Siglo XX la península de Crimea es objeto de disputa entre Rusia y Ucrania. Empezó a formar parte de lo que entonces era el Imperio Ruso en 1783, luego de que las tropas del zar derrotaran a los tártaros, pertenecientes al Imperio Otomano, los anteriores ocupantes.
Tras la revolución rusa de 1917, Ucrania se convirtió en una de las Repúblicas Socialistas que conformaron la Unión Soviética (URSS). Crimea pasó a ser una República Autónoma dentro de la unión de países.
Pero en 1954, Krushev decidió expulsar a los tártaros de Crimea por haber colaborado con el nazismo en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, dejó de tener el estatus de república y pasó a formar parte de Ucrania.
Con la disolución de la URSS en 1991, y la declaración de la independencia de Ucrania, la península volvió a convertirse en un botín de guerra entre el nuevo estado y Rusia.
En 1992 el Soviet Supremo ruso anuló el tratado por el cual Crimea se incorporaba a Ucrania, y la volvió a declarar República Autónoma. De todos modos, Ucrania logró mantenerla dentro de su territorio, aunque como una región con considerable autonomía. Desde entonces empezaron a sucederse los intentos secesionistas, pero todos fueron derrotados por el Gobierno central.
Si el conflicto por Crimea entre Rusia y Ucrania no había estallado hasta este momento fue porque desde 1991, la mayor parte de los presidentes ucranianos tuvieron una postura pro rusa. Y los que no, como Víktor Yúshchenko, líder de la Revolución Naranja y mandatario entre 2005 y 2010, no llegó demasiado lejos en la intención de cortar el cordón umbilical con Moscú.
OTROS MOVIMIENTOS DE RUSIA
En un momento de tensiones aumentaron con Occidente sobre Ucrania, Rusia dice que está negociando con ocho gobiernos de todo el mundo para el acceso a instalaciones militares, para que pueda ampliar sus capacidades de bombarderos navales y estratégicos de largo alcance: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Argelia, Chipre, las Seychelles, Vietnam y Singapur.
El acceso a las nuevas ubicaciones extendería alcance potencial de las fuerzas armadas de Rusia más allá de sus bases extraterritoriales existentes, en el puerto sirio de Tartus y en las antiguas repúblicas soviéticas de Ucrania, Armenia, Bielorrusia, Tayikistán, Kirguistán, Kazajstán y las regiones georgianas ocupadas de Abjasia y Osetia del Sur.
Rusia también está reforzando su presencia militar existente en la región postsoviética, duplicando su número de tropas en Tayikistán y Kirguistán, y la implementación de un regimiento de tropas a Bielorrusia donde ya cuenta con aviones de combate estacionados.
«Rusia ha comenzado a revivir su marina y la aviación estratégica desde mediados de la década de 2000, viéndolos como una herramienta para proyectar la imagen de Rusia en el extranjero y para proteger sus intereses nacionales en todo el mundo», dijo la agencia estatal de noticias RIA Novosti.
Los gastos de defensa de Rusia han estado subiendo de forma pronunciada en los años transcurridos desde su último enfrentamiento militar – la invasión de Georgia en agosto de 2008 – y a principios de este año se informó de que ha superado a Gran Bretaña para convertirse en el tercer mayor inversor del mundo, por detrás de los EE.UU. y China.
Fuentes: Agencias, Signos de estos Tiempos