Hay un programa de Solemnidades Pascuales, en rito latino, en la Basílica del Santo Sepulcro y en otros Santuarios de Tierra Santa.
Impreso por los padres franciscano.
Que nos indica que las celebraciones comienzan el viernes anterior al Domingo de Ramos.
Y culmina el Lunes de Pascua.
Durante esos 11 días se realizan diversos actos litúrgicos.
Con todo, nos limitaremos a los más importantes.
Antes de comenzar a ver las distintas ceremonias hay que hacer un par de aclaraciones.
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Primero, explicar un poco la forma de la Basílica del Santo Sepulcro y luego la situación.
La Basílica, de estilo románico, fue construida en el s. XII por los Cruzados.
Muchas capillas, y altares se suceden en la actual iglesia, pertenecientes a diferentes comunidades cristianas y de estilos muy diversos.
Las más importantes son el Calvario y el Santo Sepulcro.
Entrando, a la derecha de la puerta, encontramos una escalera que nos sube al Calvario.
Dos capillas, una católica y otra griega ortodoxa, comparten el espacio superior dividido por dos gruesas pilastras.
En la capilla de los franciscanos se encuentra el altar de la Dolorosa y el de la Crucifixión.
En la ortodoxa el lugar de la muerte de Cristo.
A no más de 20 metros del Calvario está el Santo Sepulcro.
En medio de una rotonda, cortada la roca de su alrededor y cubierto de mármol, se encuentra el Sepulcro vacío de Cristo.
Dentro del Sepulcro se pueden celebrar misas, para lo cual se coloca una tabla encima del lugar donde reposó el Cuerpo del Señor.
Sin embargo, las misas solemnes (por ejemplo todas las de la Semana Santa) se celebran afuera del Sepulcro.
Se coloca un altar portátil justo enfrente de la puerta y la sede unos metros más atrás, mirando la Tumba.
En cuanto a la situación de la Basílica es algo especial.
Dados los continuos problemas existentes entre las diversas denominaciones cristianas, acerca de los derechos de propiedad de la Basílica, se establece en 1757 el Statu Quo, reformado posteriormente varias veces.
Cualquier disputa entre las distintas confesiones sobre derecho de propiedad o culto se rige por este código.
De tal modo que, los franciscanos, no pueden organizar las ceremonias litúrgicas convenientemente, ni adaptarlas según las indicaciones del Concilio Vaticano II de modo completo.
Esto trae algunos inconvenientes.
Solamente para dar un ejemplo, cuando la Pascua latina cae el Domingo de Ramos ortodoxo, las ceremonias se superponen y uno puede estar a un metro del Patriarca sin por ello poder oír una sola palabra de lo que dice.
Lo mismo debe decirse de lo extraño de los horarios: si la Vigilia Pascual se celebra el Sábado Santo a las 7 de la mañana, se debe a este mismo motivo.
Pero la Basílica del Santo Sepulcro, no es sólo especial por estos hechos, que no dejan de ser accidentales.
Se destaca sobre todo por ser la iglesia que contiene el Calvario y el Santo Sepulcro.
Por lo mismo, su liturgia siempre tuvo un sabor especial.
No sólo porque la liturgia de Jerusalén influyó en las liturgias de las demás iglesias, sino también, porque como atestigua la peregrina Egeria, la liturgia de Jerusalén era esencialmente “adapta al día y al lugar”.
La comisión litúrgica de la Custodia de Tierra Santa, está estudiando el modo de que esta riqueza particular se convine con las reformas litúrgicas de 1975.
DOMINGO DE RAMOS
Tenemos este día dos celebraciones muy importantes.
La Santa Misa pontifical con el canto de la Pasión, y procesión de Ramos, en el Santo Sepulcro, por un lado.
Y la procesión de Ramos desde Betfagé (desde la Iglesia que conserva la roca de la cual Nuestro Señor montó el pollino) hasta Jerusalén, por otro.
La Santa Misa es a las 7 de la mañana. Se celebra en latín, pero los franciscanos imprimieron una hermosa guía de la Misa en latín, árabe, italiano, español, inglés, francés y alemán (casi 200 páginas) gracias a la cual todo el mundo puede seguir las ceremonias perfectamente.
Lo mismo hicieron para las demás ceremonias en el Santo Sepulcro.
En el día en que la Iglesia recuerda la entrada de Cristo, el Señor, en Jerusalén para consumar su sacrificio pascual, la Iglesia Jerosolimitana celebra esta memoria con la bendición de Ramos.
Y la procesión se hace por tres veces alrededor de la Edícola de la Anástasis (el Santo Sepulcro) y que pasa delante del Calvario a la tercera vuelta.
De este modo se manifiesta la unidad del misterio en su doble vertiente de muerte y resurrección.
Antes de la procesión el Patriarca bendice los ramos dentro de la Capilla del Ángel (la cámara previa al Santo Sepulcro) y personalmente los reparte entre los concelebrantes y los fieles.
Después de la tercera vuelta, que pasa frente al Calvario, los cantores entran en la Capilla del Ángel entonando el himno “Gloria, alabanza y honor”.
Después entra el Patriarca y se canta el responsorio “Al entrar el Señor en la Ciudad Santa”, como si fuese Cristo el que entra en el lugar de su triunfo, en el lugar en que abatió la muerte.
Remarca pues, la liturgia en el Santo Sepulcro, de un modo especial, la unidad del misterio Pascual.
Haría falta considerar las antífonas, cantos y salmos que se van intercalando en la procesión para ver su riqueza y la fuerza que cobran al recitarlos en ese lugar.
Como ejemplo tomemos lo que cantamos mientras la procesión pasa frente al Calvario para tornar al Sepulcro: la antífona “Los niños hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor aclamando ¡Hosanna en el Cielo!, se va intercalando en el Salmo 23.
Se pide en él abrir figuradamente las puertas del santuario para que entre el Señor, santuario que el Señor abrirá efectivamente con su resurrección: “Portones, alzad los dinteles, levantaos puertas antiguas, va a entra el Rey de la Gloria. ¿Quién es ese Rey de la Gloria? El Señor, héroe valeroso, el Señor, héroe de la guerra”.
Por la tarde la bendición de ramos se celebra en el santo lugar de Betfagé y la procesión sigue la loma del Monte de los Olivos y atravesando el torrente Cedrón por Getsemaní llega por la puerta de San Esteban a la explanada adyacente a la Piscina Probática.
Esta procesión, que imita localmente la entrada del Señor, es la manifestación popular católica más importante del año.
Miles de fieles agrupados según pertenezcan a parroquias o a distintas asociaciones marchan cantando y rezando durante más o menos 2 horas. Se suman incluso grupos no católicos.
JUEVES SANTO
Destacamos en este día dos cosas. La Misa de la Cena del Señor (Misa Crismal y lavatorio de pies) en el Santo Sepulcro, y la Hora Santa en Getsemaní.
Misa de la Cena del Señor: sigue el esquema y los textos del misal romano de 1975.
Lo mismo las lecturas con relación al leccionario, con la única particularidad que son ampliadas con los leccionarios armenio y gregoriano.
Se celebra a la mañana (7:00 hs.) por exigencia local.
Así como la Misa del Domingo de Ramos en esta Basílica también, manifiesta la unidad del Misterio Pascual, en su doble vertiente muerte-resurrección, de modo semejante la relación entre la Última Cena – Sacrificio de la Cruz es expresada en la Misa de la Cena del Señor en el Santo Sepulcro.
Esta íntima conexión se significa también en la procesión con el Santísimo Sacramento que da tres vueltas alrededor de la Edícola en la tercera incluye la Piedra de la Unción pasando delante del Calvario.
Después el Santísimo el colocado en el sagrario puesto sobre el Santo Sepulcro del Señor.
No quiere esto significar que Cristo reposa en el Sepulcro, sino que como Señor convertido en alimento vive siempre con los suyos y acoge su sacrificio de oración y alabanza.
Institución de la Sagrada Eucaristía, institución del Sacramento del Orden, mandato del Señor sobre la caridad fraterna: tres misterios inefables que la liturgia enseña a sus fieles con los signos de la procesión con el Santísimo, la renovación de las promesas sacerdotales y el lavatorio de los pies, respectivamente.
Y todo eso entre el Calvario y el Santo Sepulcro donde Cristo consumó el Misterio Pascual.
Hora Santa en Getsemaní: en la base del Monte de los Olivos, al este de Jerusalén, a unos 300 metros de la Puerta de San Esteban, se encuentra el Huerto de los Olivos al que Jesús solía ir a rezar, y donde fue entregado por Judas a los judíos.
Actualmente encontramos en ese lugar tres centros importantísimos de peregrinación que nos hablan del Jueves Santo.
La Gruta del Prendimiento: donde según la tradición Cristo dejó a ocho de sus apóstoles antes de seguir con Pedro, Santiago y Juan.
El Huerto: allí se conservan unos olivos antiquísimos, que según algunos expertos podrían tener más de 2000 años de edad, testigos silenciosos de aquella noche en la que el Señor sudó sangre por nosotros.
Pero aunque fueran de menos años (como es opinión de otros) hay que notar que sólo un cuidado especial ha podido hacerles llegar hasta nosotros, siendo únicos en este aspecto en todo Jerusalén.
Se ve pues la existencia de una tradición que intenta conservarlos, por lo que serían al menos, retoños de aquellos olivos que Jesús vio al comenzar su Pasión.
La Basílica de la Agonía: donde se encuentra la roca sobre la cual Cristo sudó sangre. Iglesia amplia y hermosísima, representa de modo admirable el misterio que en ella se celebra
A las 20:00 hs. del Jueves Santo se celebra en esta última Iglesia, la Hora Santa para acompañar al Señor.
Esta Basílica no se rige por el Statu Quo, de modo que, la ceremonia puede realizarse sin imposiciones externas.
Esto permite que sea muy ágil y apropiada a la situación, entre otras cosas se puede hacer en varios idiomas parar aprovechamiento de todos.
En resumen, intercalando oraciones, cánticos, antífonas y salmos se proclaman los diversos pasajes del Evangelio que tratan del misterio de Getsemaní: la predicación de la negación de Pedro, la oración del Señor en el Huerto, y la captura de Jesús por parte de los soldados.
Antes de terminar el custodio de Tierra Santa arroja flores sobre la roca de la Agonía y la inciensa. Se canta al final el Himno Vexilla Regis.
Finalizada esta ceremonia muchos permanecen en la Basílica para meditar los misterios que se acaban de proclamar.
La gente puede ir donde está la Piedra Bendita, besarla, rezar ahí unos minutos, tomar algunos pétalos para llevarse a su casa.
También el Huerto es lugar privilegiado para la oración, iluminado esa noche con la luna llena de pascua.
La Iglesia permanece abierta hasta las 12:00 de la noche.
A eso de las 11:00 hs. fuimos a la Iglesia de San Pedro in Gallicantu que también permanece abierta hasta medianoche.
Es la Iglesia construida sobre la casa de Caifás, es decir el lugar donde Cristo pasó la noche del Jueves al Viernes Santo.
Se conserva en esa Iglesia la cisterna donde fue puesto Nuestro Señor, y la Escalera Santa, que Cristo cruzó al menos tres veces entre el Jueves y el Viernes.
VIERNES SANTO
Las actividades más importantes de este día son tres: la Celebración de la Pasión, el Vía Crucis, y la Procesión fúnebre.
La celebración de la Pasión del Señor: Se realiza en el Calvario a las 7 de la mañana por exigencias del Statu Quo.
Sólo el Obispo y los diáconos se revisten con ornamentos.
La estructura es la clásica: liturgia de la palabra, adoración del leño de la Santa Cruz, y comunión eucarística.
Por razones de espacio no se pudo incluir la estructura descrita por Egeria.
Ya que la celebración se realiza en el Calvario, se ha sustituido el Crucifijo con la reliquia de la Santa Cruz, custodiada en un precioso relicario en forma de Cruz gemada y adornada con perlas, y esto porque dicho rito tiene origen en la veneración del Lignum Sanctum Crucis.
El Obispo lleva la reliquia del leño de la Cruz en procesión.
Cuando llega al Calvario la coloca en el altar, se postra rostro en tierra y todos oran en silencio durante unos instantes.
La liturgia de la palabra se desarrolla teniendo como centro la reliquia de la Cruz.
Al comenzar la adoración de la Cruz el obispo exhorta al pueblo:
“Queridos hermanos, en el mismo lugar llamado del Calvario o Gólgota en hebreo, en este lugar, testigo de la pasión y muerte de nuestro Redentor, veneremos el santo leño de la Cruz conscientes de acompañar a Cristo en su Pasión.
Aquí, centro preciso del mundo, la naturaleza humana ha sido regenerada y el mundo ha sido recreado con la efusión de la Sangre de Cristo.”
Vía Crucis: durante este día las distintas capillas erigidas en las estaciones del Vía Crucis permanecen abiertas.
Se hace un Vía Crucis a las 10: 30 hs., multitudinario, y muchísimos más en forma privada.
Procesión fúnebre: es una celebración bien catequética, pues se muestra de modo plástico la procesión que tuvo lugar este día desde la Cruz al Santo Sepulcro donde depositaron el cuerpo del Señor.
Llega la procesión al Calvario con un Cristo en Cruz.
Se coloca frente al altar de la Crucifixión y se lo inciensa, memorando el momento de la crucifixión.
Luego se lo traslada al altar ortodoxo, lugar preciso de la muerte de Cristo, y dos diáconos lo desclavan de la Cruz (es un Cristo articulado).
Uno por uno sacan los clavos a golpe de martillo y con pinzas, y los muestran a los fieles.
Después de besar cada clavo lo dejan en una bandeja. También la corona de espinas.
Sigue la procesión llevando a Cristo sobre una síndone hacia el lugar que recuerda la unción con aromas, llamado Piedra de la Unción.
Ahí el Cristo es incensado y ungido con perfumes.
En ese momento un sacerdote predica en árabe acerca del misterio de la Muerte del Señor.
Después sigue la procesión hacia el Santo Sepulcro, donde termina con una oración por parte del Custodio de Tierra Santa.
En esta ceremonia se realizan menos lecturas y cánticos que en las otras, porque la vista de Cristo exánime ayuda a la meditación.
SÁBADO SANTO
Sin lugar a dudas lo más importante en este día es la Vigilia Pascual que se celebra a las 7: 30 AM.
En cuanto a la estructura, no comporta variaciones respecto del Misal Romano, excepto algunas particularidades.
La accesión del fuego se hace a la puerta de la Basílica.
Del fuego bendito se colocan los carbones ardientes en los incensarios y se inciensa la Basílica en el trayecto que va de la puerta a la Anástasis.
Llegado a la Anástasis se hace la preparación del Cirio, y el obispo lo enciende de la llama extraída de dentro del Santo Sepulcro, lugar donde arden las lámparas que simbolizan el resplandor de la Resurrección, la Luz verdadera que ilumina el hombre y a todo lo creado.
Antes de la liturgia bautismal y eucarística, el Obispo, restablecida una antigua costumbre de la Iglesia de Jerusalén, representando a Cristo, anuncia la resurrección de Éste.
Especialmente emocionante es escuchar el canto del Pregón Pascual al lado de la Tumba Abierta:
Exulten por fin los coros de los ángeles,
Exulten las jerarquías del cielo,
Y por la victoria del rey tan poderoso
Que las trompetas anuncien la salvación,
Goce también la tierra, inundada de tanta claridad,
Y que, radiante con el fulgor del rey eterno,
Se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero.
Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
Revestida de luz tan brillante;
Resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.
DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN
La Misa de Pascua sigue el rito del Misal Romano. Se celebra en el Santo Sepulcro, a las 8:00 de la mañana.
A esta Misa concurre mucha más gente que a la Vigilia, pues en las parroquias la Vigilia es el sábado a la noche.
Es pues, el encuentro de los cristianos que están en Jerusalén.
La alegría de la Resurrección la expresan con el habitual saludo: Al Masihu qam.
¡Haqam qam! Cristo resucitó. ¡Verdaderamente resucitó!
“Es la Pascua real no ya la sombra”.
El Sepulcro abierto nos predica el triunfo de nuestro Dios.
A pesar de ser minoría en Tierra Santa, y a menudo perseguidos, los cristianos perciben claramente que la victoria les pertenece.
Canta la secuencia pascual: Dinos María ¿qué has visto en el camino?
Vi el Sepulcro de Cristo Viviente, y la gloria del Resucitado.Esa Tumba que un día se abrió para que los fieles pudiesen ver y palpar la impotencia de la muerte sobre nuestro Señor, sigue abierta.
Millones de cristianos la visitan cada año, llorando lágrimas de alegría.
Pues el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Y murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación.
Fuente: Misioneros del Verbo Encarnado en Tierra Santa