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El poder Comenzar de Nuevo, luego de las Caídas, es el Gran Legado del Cristianismo

El que esté libre de pecados que tire la primera piedra dijo Jesús.

Y la respuesta fue el reconocimiento que todos somos pecadores

Pero podemos rehabilitarnos.

El pecado es dañino porque genera heridas.

En primer lugar en Dios, y luego en los otros.

Y manchas en nuestra vida, que hay que limpiar.

El cristianismo es la única religión que ha sabido lidiar con esto, porque nos da la posibilidad de comenzar de nuevo cada vez que caemos.

En esto radica el éxito de la moral judeo-cristiana, que fue revelada originalmente al pueblo judío y reformulada a través del cristianismo.

Los seres humanos tenemos un potencial a través de nuestra voluntad y libre albedrío, que nos permite crear un futuro que no existe, a través de nuestras elecciones de cursos de acción.

Pero como contrapartida cada acto humano es irrevocable.

Deja una marca en la historia que no puede borrarse o deshacerse fácilmente.

Ninguna de las cosas buenas o malas que se hacen puede ocultarse porque son vistas por Dios.

Y tampoco pueden ocultarse permanentemente al público porque tienden a descubrirse.

De modo que nuestros actos tienen consecuencias, tanto en nuestro tiempo histórico como en la eternidad.

En la medida que el pasado no se puede cambiar esto es tan aterrador como reconfortante.

Reconfortante porque sabemos que cada acto bueno que hicimos está registrado por Dios.

Pero es aterrador porque cada cosa mala que hicimos, cada pecado, por más pequeño que haya sido, también está registrado por Dios y es irrevocable.

Pero la cultura judeocristiana ha sido una revolución para manejar esto.

Porque ha planteado que se puede cambiar el pasado por la gracia.

¿Qué es la gracia?

La gracia es el regalo de Dios en qué el verdadero arrepentimiento y nuestra actitud de enmienda permiten borrar nuestros pecados.

O sea, eliminar la mancha del registro de la historia y comenzar de nuevo.

  

QUE ES EL PERDÓN

El empezar de nuevo implica el perdón de los pecados.

En la Biblia aparecen dos tipos de perdón.

Uno es el perdón de Dios por nuestros pecados que es nuestra rehabilitación frente a Dios en la gracia.

Y el otro perdón es nuestra obligación de perdonar a los otros, lo que implica un perdón social.

Este tema es muy importante porque de ello depende nuestro destino eterno.

El bautismo fue dado para quitar el pecado heredado de Adam, o sea el pecado original.

E incluso cualquier pecado que personalmente cometimos antes del bautismo.

Pero para los pecados cometidos después del bautismo se necesita el sacramento de la penitencia confesión o reconciliación.

Poder que fue dado por Cristo a la Iglesia para que la ésta siguiera con su actividad, porque Él ya no iba a estar visible en la Tierra.

Este poder dado a los apóstoles de perdonar y retener los pecados se transmite a sus sucesores.

Tan importante es esto que Cristo envío a sus seguidores hacer el trabajo de perdonar antes de abandonar el mundo.

Les pidió que hicieran presente el perdón de Dios a todas las personas,

Esto es lo que hace el catolicismo mediante el sacramento de la confesión a un sacerdote debidamente ordenado.

Y la confesión tiene diversas ventajas

Se busca el perdón de la manera en que Cristo pretendía.

Se aprende una lección de humildad al confesarse ante un sacerdote.

Se reciben gracias sacramentales.

Se da la seguridad que el pecado está perdonado sin depender de un sentimiento subjetivo,

Y se obtiene un aprendizaje y consejos para evitar los pecados en el futuro.

Hay que tener en cuenta que el perdón de los pecados se logra si se reconoce que se ha pecado y hay intención de enmienda.

El perdón es la gran buena noticia de la misericordia de Dios que Jesucristo nos vino a entregar.

Y esta es una característica central que comenzó indirectamente en el judaísmo y que fue perfeccionada en el cristianismo.

Por eso Occidente es la demostración de que el pensamiento judeo-cristiano ha sido el más exitoso de la historia.

Veamos una elocuente reflexión del rabino Lord Jonathan Sacks al focalizar las cosas que hicieron exitoso a la moral judeo-cristiana.

  

SIETE CARACTERÍSTICAS QUE HICIERON ÚNICO Y EXITOSO AL PENSAMIENTO JUDEO CRISTIANO

Una de las mentes más interesantes de Gran Bretaña de hoy es el rabino Lord Jonathan Sacks, ex rabino jefe del Reino Unido. 

Un filósofo e intelectual, así como un estudioso del judaísmo, que fue nombrado recientemente Profesor de Derecho, Ética y Biblia en el Kings College de Londres.

En una conferencia abordó la importancia de la Biblia para la ley y la ética en la sociedad actual.

Lord Sacks destacó siete proposiciones extraídas de la ética bíblica, que ayudan a entender por qué el occidente desarrolló la economía de mercado, la política democrática, los derechos humanos y la sociedad libre.

“El historiador Niall Ferguson cita el veredicto de un miembro de la Academia China de las Ciencias Sociales, encargado de encontrar una explicación de por qué Occidente superó a China en el siglo XVI y logró la grandeza industrial y científica. 

Al principio, dijo, pensamos que era porque tenía mejores armas que las que nosotros teníamos.

Entonces pensamos que era el sistema político.

Siguientemente pensamos que era por el sistema económico.

Pero durante los últimos veinte años no hemos tenido ninguna duda: fue su religión”.

  

LAS SIETE CARACTERÍSTICAS DEL ÉXITO DEL PENSAMIENTO JUDEO-CRISTIANO

Según Sacks las 7 características “ganadoras” del judeo cristianismo son las que siguen:

  

1 – La dignidad Humana

  

2 – La libertad y la responsabilidad

  

3 – La santidad de la vida 

Un principio central porque los seres humanos son la imagen de Dios, por lo tanto, la vida humana misma es sagrada.

  

4 – El matrimonio como la matriz de la sociedad

La familia es sagrada.

  

5 – La sociedad es un pacto  que une a las personas a Dios en una alianza

  

6 – La autoridad política sujeta a la autoridad divina

Por último, dijo que el séptimo aspecto era un principio básico del judaísmo: ya que la sociedad es el resultado de la alianza, esto significa que todo el poder humano, toda la autoridad política, está sujeta a la autoridad trascendente de lo Divino. 

Hay límites morales al poder, ha aseverado: “el derecho es soberano sobre la fuerza”.

  

7 – La cultura de la culpa en lugar de la vergüenza

Citando a la antropóloga estadounidense Ruth Benedict, Lord Sacks dijo que otro aspecto era el concepto de la culpa en lugar de vergüenza.

La articulación de la diferencia entre una cultura de culpa y la cultura de vergüenza, se basó en la observación de Sir Bernard Williams.

Sobre que las culturas de vergüenza son culturas visuales, mientras que una cultura de culpa es una cultura que escucha.

Dando el ejemplo de la historia de Adán y Eva, dijo:

“Es un punto muy significativo que la Biblia hebrea introdujo una cultura de la culpa a un mundo que sólo conocía las culturas de la vergüenza.
.
Porque las culturas de culpa hacen una distinción, y las culturas de vergüenza no lo hacen, entre el pecador y el pecado.
.
Lo que está mal es el acto no la persona”.

Ruth Benedict diferenció la cultura de vergüenza con la de la culpa comparando la antigua Grecia con el judeo-cristianismo.

Ambas tienen morales sobre cómo el hombre debe comportarse y enfoques con respecto a la mala conducta.

En la cultura de la vergüenza, simbolizada por Grecia, lo que importa es lo que la sociedad piensa de ti, cómo los otros te ven.

Por lo tanto somos actores en un escenario público.

Mientras que en la cultura de la culpa, simbolizado por el judeo-cristianismo,  el énfasis está puesto en tu conciencia, lo que la voz interior te dice.

Por lo tanto entablamos una conversación interna con nuestras deidades.

La diferencia práctica se establece cuando en la cultura de la vergüenza (Grecia) te atrapan haciendo el mal.

Ahí se produce una mancha que acompaña a la persona a través del tiempo y que sólo puede borrarse cuando se desvanezca el recuerdo.

En cambio en la cultura de la culpabilidad, como es el judeocristianismo, se produce una distinción entre el hecho y entre el que hizo el hecho, entre el pecado y el pecador.

Por eso se centran en la expiación y el arrepentimiento, en la disculpa y el perdón.

O sea que hubo un acto malo, pero la mancha no se vuelve indeleble, hay un remedio para cambiar el pasado.

En cambio la cultura de la vergüenza no tiene salida por lo tanto la presión es para no ser descubierto.

De tal modo que la disculpa se produce solamente cuando cualquier otra alternativa falló, porque la única solución posible si te descubren es que serás deshonrado.

Esta característica de la vergüenza está de alguna manera presente en cualquier sistema moral.

Pero cuando se hace muy predominante, hay una fuerte presión a ser deshonesto y hablamos de cualquier campo de la vida.

En cambio cuando la sociedad acepta el arrepentimiento y la disculpa, hay más posibilidades de que haya un clima de mayor honestidad en la sociedad.

Por el bien nuestro y por el bien de la sociedad debemos facilitar que las personas se disculpen, que se arrepientan genuinamente y se esfuercen por no repetir la maldad.

Porque eso genera un clima de honestidad en todas la sociedad.

En última instancia debemos aprender a perdonar.

Y eso es lo que el cristianismo enseña.

Pero Lord Sacks también previno del deterioro que está sufriendo esta noción judeo-cristiana.

  

LAS SIETE CARACTERÍSTICAS HOY ESTÁN EN RIESGO

Lord Sacks dijo:

“Estas son las siete características que creo que hacen a la ética bíblica diferente de cualquier otro sistema ético.
.
Es el único sistema ético en el que el amor y el perdón están en el corazón de la vida moral.
.
Me parece que las siete creencias se encuentran actualmente en riesgo”.

Dijo que ya habíamos visto la pérdida de la santidad de la vida en relación con el aborto.

Y que vamos a ver en la muerte asistida – esto será una consecuencia inevitable de la pérdida de nuestro sentido de la dignidad humana y de nuestro sentido de la libertad humana.

Una de las ideas más interesantes que se plantea es que nuestra sociedad ha pasado de una moral de culpa a una moral de la vergüenza:

“Hoy vemos el juicio de los medios de comunicación, el juicio de la humillación pública.
.
Y en una moral de la vergüenza, el único comando final es, ‘No debes ser descubierto’.
.
Es muy difícil crear un espacio para la confesión, el arrepentimiento, el perdón, la rehabilitación.
.
Una vez que usted ha sido avergonzado, es el final de usted”.

Finalmente Lord Sacks dijo que temía que estemos en grave peligro de olvidar los límites morales del poder:

Hoy en día es muy fácil pasar de decir ‘tengo derecho a hacer x’ a ‘estoy en lo cierto al hacer x’.

Porque todo lo que no está prohibido por la ley es moralmente permisible y por lo tanto moralmente razonable. 

Si ya no hacemos una distinción entre el derecho y la moral, si dependemos totalmente de la economía de mercado, en las leyes y en los organismos reguladores, vamos a tener el tipo de mal funcionamiento económico que tenemos hoy en día, con desigualdades más grandes y comportamiento económico que debería ser inaceptable”.

  

EN RESUMEN: EL CRISTIANISMO ES LA RELIGIÓN DEL NUEVO COMIENZO

En el cristianismo cuando reconocemos nuestra culpa ante Dios, esa culpa se elimina para siempre.

Dios borra nuestros pecados por toda la eternidad.

Y aquí en la Tierra tenemos una sucursal del tribunal divino, que es el confesionario.

Dónde resulta paradójico para los sistemas legales que no se condene de una falta a una persona si confiesa el delito.

Que admitir la maldad sea precisamente el motivo por el cual la persona no es condenada.

Por lo tanto al acusado se libera de toda culpa por haber admitido su mala conducta.

Y por eso decimos que el cristianismo es la religión del comenzar de nuevo.

Porque el arrepentimiento y la confesión producen la restauración y la resurrección.

Hablamos de resurrección, porque nuestro pecado nos llevó a la muerte espiritual y cuando regresamos al padre recibimos su perdón, su misericordia y nos resucita por la gracia.

Y es una trama permanente, porque Jesucristo dijo que hay que perdonar siempre, hasta 70 veces 7.

Por lo tanto no importa cuántas veces y cuantas cosas malas, porque si nos arrepentimos vamos a resucitar.

Y lo trascendente para la sociedad es que la culpa no lo va a perseguir más.

El autor GK Chesterton explicó el milagro de la confesión con esta reflexión:

«Cuando un católico proviene de la Confesión, realmente, por definición, vuelve a salir al amanecer de su propio comienzo y mira con nuevos ojos a todo el mundo

Él cree que en ese rincón oscuro, y en ese breve ritual, Dios realmente lo rehízo a su propia imagen.

Él es ahora un nuevo experimento del Creador.

Es un experimento tan nuevo como lo era cuando solo tenía cinco años.

Él está parado, como dije, en la luz blanca, en el digno comienzo de la vida de un hombre.

Las acumulaciones de tiempo ya no pueden aterrorizar». (Autobiografía)

Esta es la gran diferencia entonces entre la moral cristiana y la moral pagana.

El cristiano nunca pierde la esperanza, porque el arrepentimiento restaura todas las cosas.

Por eso decimos que el cristianismo es una religión del comenzar de nuevo, porque creemos en un Dios que hace constantemente nueva las cosas.

Y son estos valores judeocristianos los que hoy están bajo ataque y son cada vez más perseguidos en el mundo, tanto en occidente como en Oriente.

Porque en realidad este sistema de valores es el que ha hecho exitosa a la moral cristiana.

Generando un potencial de bondad permanente para las culturas.

Fuentes:

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Testimonios históricos del cristianismo en Jordania

Una zona hoy asediada por el terrorismo islámico.
Hoy Jordania está bajo amenaza de ser el próximo objetivo del nuevo Califato del Estado Islámico creado con partes de Siria e Irak. Ver aquí. Por eso, creímos conveniente hacer un pequeño viaje para mostrar lo que una vez fue un lugar judeo cristiano. Jordania acoge en su territorio un auténtico tesoro histórico y arqueológico para los cristianos. Muchos lugares santos bíblicos se encuentran en este país.

 

betania lugar bautismo

 

Cuando el peregrino cristiano viaja a Tierra Santa, normalmente se limita a recorrer los lugares santos de Israel y Palestina, olvidándose de que Jordania también es Tierra Santa y que aquí se encuentran algunos de los lugares más importantes citados en el Antiguo y el Nuevo Testamento.

 

MONTE NEBO 

Ante la orilla oriental del mar Muerto se elevan las imponentes montañas del Moab o “de Abarim”. Una de las cimas de este sistema montañoso es el monte Nebo. Para llegar a él hay que salvar un desnivel desde los 422 metros por debajo del nivel del mar a los 817 metros del monte Nebo.

Dice el libro Deuteronomio:

“Aquel mismo día, el Señor dijo a Moisés: ‘Sube a esa montaña de los Abarim, al monte Nebo que está en el país de Moab, frente a Jericó, y contempla la tierra de Canaán que yo doy en propiedad a los israelitas. Tú morirás en la montaña a la que vas a subir e irás a reunirte con los tuyos, como tu hermano Aarón murió en el monte Hor y fue a reunirse con los suyos’”.

El monte Nebo es, por lo tanto, el lugar donde murió Moisés y desde donde contempló la tierra de Canaán antes de morir.

Como pasa con muchos otros lugares bíblicos, no se sabe a ciencia cierta dónde se situaba el monte Nebo citado en este texto. Pero una tradición muy antigua lo ubica en este lugar de los montes Abarim, frente al mar Muerto.

Encontramos aquí un memorial que rememora la entrada del pueblo de Israel en la tierra prometida y la muerte de Moisés, junto con una iglesia católica custodiada por los franciscanos y construida sobre los restos de otra iglesia que data del siglo VI después de Cristo. Esta primera construcción se descubrió en el año 1933 y conserva en buen estado parte del ábside, muros laterales, algunas columnas y un rico mosaico en el suelo. A este lugar vinieron los Papas Juan Pablo II en el año 2000, y Benedicto XVI en 2009.

Desde el mirador habilitado junto al ábside de la iglesia se contempla una espectacular vista del mar Muerto, el valle del Jordán y el desierto de Judea. Ante los ojos del peregrino se extiende toda la Tierra Santa que Moisés contempló antes de morir. De noche incluso se pueden ver las luces de Jericó y Jerusalén.

 

LUGAR DEL BAUTISMO DE JESÚS 

El río Jordán es como una grieta verde que con la vegetación de sus riberas rompe la monotonía ocre del desierto de Judea, atravesándolo de norte a sur desde el mar de Galilea hasta el mar Muerto, y marcando la línea fronteriza entre Israel, los territorios palestinos y Jordania. Unos kilómetros antes de desembocar en el mar Muerto se encuentra el lugar del bautismo de Jesús.

Tanto Israel como Jordania se disputan el punto exacto: los israelíes defienden que se encuentra en la orilla occidental del río, mientras que los jordanos argumentan que está en la orilla oriental. Las evidencias arqueológicas y la tradición parecen dar la razón a los jordanos. No en vano Juan Pablo II visitó la orilla jordana al igual que hizo recientemente el Papa Francisco.

Para un peregrino cristiano, la orilla jordana del río Jordán es un punto de partida más que apropiado para iniciar una peregrinación por Tierra Santa. Hasta hace poco, visitar este lugar no era posible, pues era una zona militarizada: el río marca la frontera entre Jordania e Israel. Hoy, sin embargo, la zona está abierta al público y habilitada para el acceso de peregrinos, aunque sigue habiendo soldados jordanos a poco más de un tiro de piedra de los soldados israelíes, que vigilan con aspecto de estar un poco aburridos desde la orilla de enfrente.

A diferencia del lado israelí, en la orilla jordana podemos encontrar multitud de restos arqueológicos que demuestran que “su” lugar del bautismo, en Betania de Transjordania, fue un punto de peregrinación cristiana desde los comienzos del cristianismo.

Betania de Transjordania ya era un lugar santo antes de los tiempos de Jesús: en esta área se encuentra la llamada colina de Elías, donde la tradición sitúa el punto donde Elías subió al cielo en un carro de fuego. Por eso no es coincidencia que fuera aquí donde bautizaba Juan el Bautista.

En las excavaciones arqueológicas emprendidas desde mediados de los años noventa del siglo XX, se han encontrado restos de cinco iglesias bizantinas construidas a partir del siglo V, como la de san Juan el Bautista, construida en tiempos del emperador Anastasio (491-518 d.C.). De ella parte una escalera de piedra que desciende hasta una piscina que recibe agua del Jordán, donde los peregrinos se sumergían para recibir el bautismo. En las cercanías de estas cinco iglesias podemos encontrar otras piscinas bautismales y cuevas en las que vivían los ermitaños.

También san Juan Bautista vivía en una cueva excavada en la piedra, muy cerca de la colina de Elías. La cueva de san Juan Bautista, a la que con frecuencia acudía Jesús, se ha podido identificar gracias a los restos de una iglesia bizantina construida junto a ella en el siglo V y cuyo ábside está curiosamente excavado en la roca. La iglesia, la primera construida al Este del río Jordán, pertenecía a un conjunto monástico del que formaban parte otras iglesias, un de las cuales ha recibido recientemente el nombre del Papa Juan Pablo II.

En el área de Betania de Transjordania se están construyendo hoy nuevas iglesias católicas, ortodoxas y protestantes, lo que demuestra la preferencia del cristianismo por el probable lugar jordano del bautismo de Jesús frente al hipotético lugar israelí.

 

MADABA

Muy cerca del monte Nebo (a 86 kilómetros al sur de Ammán), se encuentra la ciudad de Madaba, citada en la Biblia en el libro de los Números. Se trata de una de las ciudades más antiguas del mundo, habitada de forma ininterrumpida al menos desde hace 4.500 años. Después de estar bajo poder moabita y nabateo, la ciudad se incorporó al poder romano tras la conquista por el emperador Trajano de la que después sería la provincia romana de Arabia en el año 106 después de Cristo.

En la ciudad experimentaron una rápida expansión las comunidades cristianas que empezaban a introducirse en Arabia, y muchos de los cristianos murieron mártires durante las persecuciones de Diocleciano. Durante el período bizantino, Madaba experimentó un importante desarrollo. En esa época, entre los siglos V y VII después de Cristo, se construyeron numerosas iglesias cuya principal característica eran los suelos cubiertos por complejos y ricos mosaicos.

A pesar de los vaivenes de la historia y de los numerosos enfrentamientos bélicos que se sucedieron en esta región, la comunidad cristiana de Madaba es la más importante del país y una de las más importantes de Oriente Medio.

Madaba es hoy un centro de peregrinación cristiano. Sobre todo por el mapa de Tierra Santa y Jerusalén que se encuentra en el mosaico de la iglesia ortodoxa griega de San Jorge. En él se encuentra la representación cartográfica más antigua que se conserva de Jerusalén (del año 560 después de Cristo) y Tierra Santa.

En el mapa podemos identificar elementos de la ciudad bizantina como el cardo romano, la basílica del Santo Sepulcro, las murallas o el monte Sión. Asimismo, se pueden reconocer algunos elementos de Tierra Santa como el río Jordán, la ciudad de Jericó, el mar Muerto o la ciudad de Belén. La iglesia se encuentra en pleno centro histórico de la ciudad y se construyó en el año 1897. Durante las obras quedó al descubierto este mosaico, perteneciente a una iglesia bizantina.

El mosaico se hallaba bastante dañado en el momento de su descubrimiento. Muchas de sus representaciones habían sido eliminadas tras la conquista persa en el siglo VIII y durante la dominación Omeya. Además, un terremoto en el año 746 dejó muy dañado el suelo sobre el que se extiende. Por si eso fuera poco, tras la construcción de la actual iglesia, el mosaico también sufrió algunos desperfectos debido a las actividades cotidianas del culto y por algunos incidentes. Pese a todo, ha llegado hasta nuestros días en un razonable buen estado de conservación. En la actualidad está restaurado y protegido.

 

LA CUEVA DE LOT

En el entorno del mar Muerto, en una pared rocosa cerca de la orilla, el peregrino que recorra Jordania siguiendo las huellas de la Biblia y del cristianismo primigenio podrá encontrarse con una grata sorpresa: la cueva de Lot.

Se trata de un lugar único por su historia, sus restos arqueológicos, su entorno natural y su situación, con unas vistas sobre el mar Muerto y el desierto de Judea como en pocos sitios se pueden contemplar. La cueva se encuentra junto a una planicie donde algunas fuentes sitúan a las bíblicas Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios por la impiedad de sus habitantes.

Cuenta la Biblia cómo tras huir de forma precipitada de la ciudad de Sodoma, Lot, sobrino de Abraham que vivía en la ciudad, se refugió en un pequeño poblado llamado Soar que fue indultado por Dios. Al día siguiente, Lot contempló la destrucción de Sodoma y Gomorra; sintió miedo de quedarse en Soar, subió a la montaña con sus dos hijas y se instaló en una caverna.

La cueva que podemos visitar a orillas del mar Muerto es, presuntamente, la que dio refugio a Lot y sus hijas. Aunque pueda parecer poco verosímil la identificación de esta cueva (una de las muchas que hay a lo largo de ambas orillas del mar Muerto) con la caverna de Lot, existen algunas evidencias arqueológicas que indican que, con independencia de que sea o no la cueva de Lot, los cristianos han venerado este lugar como lugar santo desde los inicios del cristianismo. La prueba más evidente son las ruinas, en aceptable estado de conservación, de una iglesia bizantina construida junto a la cueva.

Cuando llego al área arqueológica me encuentro con que se encuentra cerrada al público. Sin embargo, no resulta difícil convencer al guarda de que me permita acceder después de prometerle una pequeña contribución económica. Incluso sirve de guía. Subimos por una rampa bajo el sol del verano hasta llegar a las ruinas de la iglesia bizantina.

Es una pequeña iglesia que había pertenecido a un complejo monástico. Se puede apreciar la planta del templo, el ábside excavado en la piedra, unas escaleras que suben al presbiterio, un pequeño graderío a lo largo del ábside, algunos muros, columnas y la cueva. El acceso a ésta se hace por medio de una puerta de piedra adintelada, en un lateral del ábside. En el dintel hay esculpidos símbolos cristianos. La cueva es una pequeña gruta sin aparente interés. Pero el guía explica que, aunque es difícil decir a ciencia cierta si Lot vivió o no ahí, sí se sabe que fue habitada por eremitas antes de la construcción de la iglesia.

Fuentes: Miguel Pérez Pichel, Oasis, Signos de estos Tiempos

 

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