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Cómo el Padre Pío Usaba las Habilidades de su Ángel [tú puedes hacer lo mismo]

El Padre Pío se comunicaba intensamente con su Ángel.

Llamaba a su Ángel Angelino.

Y se valía de él para múltiples actividades.

Las anécdotas que traemos aquí nos indican como podemos aprovechar las posibilidades de nuestro Ángel de la Guarda.  

padre pio y arcangel san miguel

El ángel del Padre Pío sentía gran compasión por los terribles sufrimientos del Santo.
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Y sentía una gran alegría a causa de su crecimiento espiritual y la gloria ofrecida a Dios.

Leer también: Magníficos Consejos del Padre Pío sobre el Ángel de la Guarda

Veamos algunas historias del Padre Pío de cómo su ángel le ayudaba.

angel en vias de ferrocarril

 

Ángel  Traductor

El ángel le traducía cartas o hacía de intérprete cuando venían personas que no sabían italiano.
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El padre Pío no había estudiado lenguas extranjeras, pero las entendía.
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No había estudiado francés, pero lo escribía.
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A la pregunta de su director, el padre Agustín, sobre quién le había enseñado francés, el padre respondió:
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Si la misión del ángel custodio es grande, la del mío es más grande aún, porque debe hacer de maestro explicándome otras lenguas
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A principios de 1912 se le ocurrió al padre Agustín valorar la santidad del padre Pío, escribiéndole en lenguas que él no conocía.

Y entre ambos comenzó una correspondencia en francés y griego. Padre Pío superó brillantemente la prueba, porque hacía traducir las cartas a alguien.

Sobre esto hay un testimonio del cura párroco de Pietrelcina que, bajo juramento, certificó que el padre Pío, estando en Pietrelcina, recibió una carta del padre Agustín en griego.

El testimonio firmado dice así:

“Pietrelcina, 25 de agosto de 1919. Certifico, bajo juramento, yo, Salvatore Pannullo, párroco, que el padre Pío, después de recibir la presente carta, me explicó literalmente el contenido.

Al preguntarle cómo había podido leerla y explicarla, no conociendo el griego, respondió: “Lo sabe usted. Mi ángel custodio me ha explicado todo”.

El padre Agustín escribió en su Diario: El padre Pío no sabía ni francés ni griego. Su ángel custodio le explicaba todo y el padre respondía bien.

La ayuda de este singular maestro era tan eficaz que podía escribir en lenguas extranjeras. Entre sus cartas escritas, hay algunas que, al menos en parte, fueron escritas en francés.

Un día vino de Estados Unidos una familia, porque la niña, de padres italianos, quería hacer su primera comunión con el padre Pío.

La señorita americana, María Pyle, la preparó bien, pues la niña no sabía ni palabra de italiano.

La víspera de la comunión, María Pyle la llevó al padre Pío para que confesara a la niña, ofreciéndose a hacer de traductora, pero el padre Pío no aceptó.

Después de la confesión, María Pyle le preguntó a la niña si el padre Pío le había entendido, y respondió que sí.

Y tú ¿lo has entendido?

Sí.

Pero ¿te ha hablado en inglés?

Sí.

El padre Ruggero afirma que un día se presentaron cinco austríacos que querían confesarse con el padre Pío a pesar de no saber ni palabra de italiano.

Pensó que el padre Pío los rechazaría por no entenderlos. Pero, al salir el primero, salió riéndose, y los otros igualmente salieron con mucha alegría.

Yo le pregunté algunos días después cómo había hecho para confesar a los cinco austríacos, que no sabían italiano, y me respondió: Cuando quiero, entiendo todo.

En 1940 vino un sacerdote suizo y habló en latín con el padre Pío. Antes de irse, el sacerdote le encomendó a una enferma.

El padre Pío le respondió en alemán: Ich werde Sie an die gottliche Barmherzigkeit empfehlen (la encomendaré a la divina misericordia). El sacerdote quedó admirado del hecho.

Refiere el padre Luigi Lo Viscovo que un día vino un sacerdote francés, residente en Lourdes, que quería confesarse con el padre Pío.

Le dije que el padre no oía confesiones en francés, porque no sabía esa lengua. Este sacerdote respondió que debía ser como en Lourdes que hay confesiones en distintas lenguas.

Me acerqué al padre Pío y le dije que ese sacerdote estaba hablando que él no conocía el francés ni otras lenguas.

El padre Pío respondió:

Dile que sé francés, inglés, griego, latín, hebreo, arameo, alemán y otras lenguas, pero no quiero confesarlo.

El padre Tarsicio Zullo declaró: Cuando llegaban a san Giovanni Rotondo peregrinos de distintas lenguas, el padre Pío los comprendía.

Una vez le pregunté: “Padre, ¿cómo hace para entender tantas lenguas y dialectos?”. Y respondió: “Mi ángel me ayuda y me traduce todo”.

angeles distraidos

 

Ángel  Enfermero

Cuando estaba enfermo y no había nadie que le pudiera ayudar en un momento determinado, era su ángel quien le hacía pequeños servicios.

El padre Paolino cuenta al respecto: Viviendo con el padre Pío, llegué a tenerle cierta confianza.

Cuando estaba enfermo, sudaba mucho y tenía necesidad de ayuda para cambiarse. Muchas veces yo estaba tan cansado que, apenas iba a la cama, me quedaba dormido.

Un día le dije:

Si quieres que te ayude de noche, mándame tu ángel para que despierte.

Está bien.

Ese día a medianoche fui despertado bruscamente. Pensé de inmediato en el padre Pío, pero me quedé dormido de nuevo.

A la mañana siguiente, le dije que había sentido que me despertaban y de nuevo me había dormido.

Le dije:

«¿Para qué ha venido su ángel a despertarme, si me ha dejado dormir otra vez? Si viene, que me despierte de modo que me levante».

En la tarde de ese mismo día, le recordé lo mismo. En la noche me desperté y de nuevo me dormí.

La tercera noche desperté de nuevo y me levanté corriendo para ir a la celda del padre Pío. Le pregunté qué necesitaba y me respondió:

«Estoy lleno de sudor y no puedo cambiarme solo».

Las otras noches ¿quién lo cambiaba? Con seguridad su ángel.

En 1965 yo (P. Alessio Parente) pasaba parte de la noche acompañando al padre Pío y por la mañana debía acompañarlo hasta el altar.

Después guardaba sus guantes y me iba a mi celda a descansar un poco.

Muchas veces, cuando no me despertaba a tiempo, sentía a alguien tocar fuerte en mi puerta.

A veces, sentía en mi sueño una voz que me decía: “Alessio, levántate”.

Un día no me desperté ni para la misa ni para acompañarlo después de las confesiones.

Despertado por otros hermanos, fui a la celda del padre Pío y le dije: “Discúlpeme, padre, pero no me he despertado”.

Y me respondió: “¿Tú crees que voy a mandarte siempre a mi ángel custodio a despertarte?”.

estatua del angel de la paz fatima

 

Ángel  Proveedor

En una oportunidad el padre Pío, vestido de militar, no tenía para pagar el billete del autobús para ir a su pueblo y el ángel lo pagó por él.
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Era el año 1917, en plena guerra mundial.
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El padre Pío había ido a Nápoles para el control de su salud en el hospital militar.

El 6 de noviembre le dieron licencia por ocho días. Fue a la estación y sacó gratis el billete en tren de Nápoles a Benevento. Tenía una lira de dieta para el viaje.

Él dice:

A la salida del hospital, atravesé una plaza donde había mercado.

Me detuve un poco para observar lo que vendían y se me acercó un hombre que vendía sombrillas de papel por una lira, pero no podía quedarme sin nada, pues debía pagar el viaje (de Benevento a Pietrelcina).

Seguí caminando y vino otro vendedor de sombrillas por 50 céntimos.

Viendo a aquel hombre que tanto me insistía para llevar el pan a sus hijos, le tomé una y le di 50 céntimos. Él, feliz, se fue.

Yo estaba cansado y afiebrado. El tren llegó a Benevento con mucho retraso.

Apenas bajé del tren fui a la estación para tomar el autobús para Pietrelcina, pero ya había salido.

Tuve que hacer noche en Benevento y pensé en quedarme en la estación para no importunar a los amigos que conocía.

Busqué un lugar en la sala de espera, pero estaba llena de gente. La fiebre aumentaba cada vez más y no tenía fuerzas ni para tenerme en pie.

Cuando me cansaba de estar quieto, caminaba un poco dentro y fuera de la estación.

El frío y la humedad penetraban en mis huesos y así pasaron muchas horas.

Me vino la tentación de entrar en el bar de la estación, porque allí el local estaba caliente, pero estaba lleno de oficiales y soldados, esperando trenes y cada uno gastaba su consumo.

Yo solo tenía 50 céntimos y pensaba: “Si entro, ¿cómo hago?”.

El frío se hacía sentir cada vez más y la fiebre me consumía. Eran las dos de la mañana y no había ni un sitio vacío en la sala de espera ni para echarme a descansar en el suelo.

Me encomendé a Dios y a nuestra Madre celeste.

No pudiendo aguantar más, entré en el bar. Las mesas estaban ocupadas y esperaba con ansia que alguno se levantara para dejarme un sitio vacío.

Hacia las tres y media llegó el tren Foggia-Nápoles, y varias mesas quedaron vacías, pero por mi timidez no me dio tiempo para ocupar ni siquiera una silla.

Yo pensaba: “No tengo dinero ni para consumir más de un café y, si me siento, ¿qué ganaría este pobre propietario que se pasa toda la noche trabajando?”.

A las cuatro llegaron algunos trenes y quedaron dos mesas vacías. Me acomodé en un rincón, esperando que no lo notaran los camareros.

Después de unos minutos, llegaron un oficial y dos suboficiales y se sentaron en la mesa vecina.

De inmediato se acercó el camarero y también a mí me preguntó qué quería. Tuve que pedir un café.

Los tres tomaron algo y de inmediato se fueron, pero yo me decía: “Si lo bebo pronto, tendré que salir y quiero que el café me dure hasta que llegue el autobús”.

Cuando el camarero me miraba, trataba de mover la cucharilla como para mover el azúcar en el café.

Por fin llegó la hora, me levanté y fui a pagar. El camarero me dijo gentilmente: “Gracias, militar, pero todo está pagado”.

Pensé: “Como el camarero es anciano, quizás me conoce y me quiere hacer una cortesía”. También pensé: “¿Habrá pagado el oficial?”. De todos modos lo agradecí y salí.

Llegué al lugar del autobús y no encontré a ninguna persona conocida que me prestara para pagar el billete de Benevento a Pietrelcina, sólo tenía 50 céntimos y el billete costaba 1.80.

estatua de angel

Confiando en la providencia de Dios, subí al autobús y tomé lugar en uno de los últimos lugares para poder hablar con el cobrador y asegurarle que pagaría el porte a la llegada.

A mi costado tomó lugar un hombre grande, de bello aspecto. Tenía consigo una maletita nueva y la apoyó sobre sus rodillas.

Partió el autobús y el cobrador se iba acercando a mi puesto. El señor que estaba a mi lado sacó de su maletín un termo y un vaso, echando en el vaso café con leche bien caliente. Me lo ofreció, pero, agradeciéndoselo, traté de no aceptar.

Dada su insistencia, acepté mientras él se servía en el vaso del mismo termo.

En ese momento llegó el cobrador y nos preguntó adónde íbamos. Todavía no había abierto yo la boca, cuando el cobrador me dijo: “Militar, su billete a Pietrelcina ya ha sido pagado”.

Yo pensé: “¿quién lo habrá pagado?”. Y le agradecí a Dios por aquel que había hecho esa buena obra. Por fin llegamos a Pietrelcina.

Varios pasajeros bajaron y también bajó antes que yo el señor que estaba a mi lado. Cuando me doy la vuelta para saludarlo y agradecerle, no lo vi más.

Había desaparecido como por encanto. Caminando, me volví varias veces en todas las direcciones, pero no lo vi más.

El padre Pío contaba muchas veces este suceso a sus hermanos, reconociendo que aquel joven había sido su ángel de la guarda.

Otro caso que también podemos anotar es el haber dado pan para comer a toda la Comunidad.

Era el año 1941, durante la segunda guerra mundial. El pan estaba racionado y cada día iban a pedir comida unos 15 pobres del lugar.

El Superior, padre Rafael, refiere que a la hora de la comida del mediodía no había pan para los 10 religiosos ni para los pobres.

Dice:

Fuimos al comedor y comenzamos a comer la menestra, mientras el padre Pío estaba orando en el coro.

De pronto, aparece el padre Pío con bastante pan fresco. Lo miramos sorprendidos y yo le digo: “Padre Pío, ¿de dónde ha sacado este pan?”.

Me responde: “Me lo ha dado una peregrina de Bologna en la puerta”.

Le respondo: “Gracias a Dios”. Ninguno de los religiosos dijo una palabra: Habían comprendido.

Habían entendido que era un milagro patente que Dios hizo por sus oraciones y, aunque no lo dijo, podemos suponer que lo hizo por medio de su ángel.

estatua del angel caido

 

Ángel  Chofer

No faltaron casos en los que su ángel tuvo que ayudar a quienes se dormían al volante o velar para que no les pasara ningún accidente.

El señor Piergiorgio Biavate tuvo que viajar en su coche de Florencia a San Giovanni Rotondo.

A medio camino se sintió cansado y se quedó un rato en una estación de gasolina para tomar un café. Después continuó el viaje.

Dice el protagonista:

Sólo recuerdo una cosa, encendí el motor y me puse al volante, después no me acuerdo de nada más. No recuerdo ni un segundo de las tres horas pasadas manejando al volante.

Cuando ya estaba frente a la iglesia de san Giovanni Rotondo, alguien me sacudió y me dijo: “Ahora toma tú mi puesto”.

El padre Pío, después de la misa, me confirmó: “Has dormido durante todo el viaje y el cansancio lo ha tenido mi ángel, que ha manejado por ti”.

Atilio de Sanctis, abogado ejemplar, contó un hecho que le ocurrió a él mismo:

El 23 de diciembre de 1948 debía ir de Fano a Bolonia con mi mujer y dos de mis hijos (Guido y Juan Luis) para traer al tercer hijo, Luciano, que estaba estudiando en el colegio Pascoli de Bolonia.

Salimos a las seis de la mañana, pero, como no había dormido bien, estaba en malas condiciones físicas. Guié hasta Forlí y cedí el volante a mi hijo Guido. Una vez que recogimos a Luciano del colegio, nos detuvimos algo en Bolonia y decidimos volver a Fano.

A las dos de la tarde, después de haber cedido el volante a Guido, quise guiar otra vez.

Una vez pasada la zona de san Lorenzo, noté mayor cansancio. Varias veces cerré los ojos y cabeceé. Quise dejar el volante a Guido, pero se había dormido.

Después, ya no me acuerdo de nada. A un cierto momento recobré el conocimiento bruscamente por el ruido de otro coche.

Miré y faltaban sólo dos kilómetros para llegar a Imola. ¿Qué había sucedido?

Los míos estaban charlando tranquilamente. Les expliqué lo sucedido. No me creían. ¿Podían creer que el auto había ido solo?

Después admitieron que yo había estado inmóvil un largo rato y no había respondido a sus preguntas ni intervenido en la conversación.

Hecho el cálculo, mi sueño al volante había durado el tiempo empleado en recorrer unos 27 kilómetros.

Dos meses después, el 20 de febrero de 1950, volví a san Giovanni Rotondo y le pedí una explicación al padre Pío, que me respondió: “Tú dormías y tu ángel guiaba el coche. Sí, tu dormías y tu ángel guiaba el coche”.

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Ángel  Defensor

Muchas veces el ángel lo defendía del poder del maligno.
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En una carta al padre Agustín del 13 de diciembre de 1912 le dice:
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No hubiera sospechado ni lo más mínimo el engaño de barbazul (el diablo), si mi angelito no me hubiera descubierto el engaño.
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El compañero de mi infancia trata de aliviarme los dolores que me dan estos apóstatas impuros.

Y él mismo asegura:

Después de las apariciones diabólicas casi siempre se aparecen Jesús, María o el ángel custodio.

El ángel le decía:

Defiéndete (del maligno), aleja de ti y desprecia sus malignas insinuaciones y no te aflijas, amado de mi corazón, pues yo estoy junto a ti.

Oh, Señor, ¿qué he hecho yo para merecer tanta amabilidad de mi angelito? Pero no me preocupo de esto. ¿Acaso no es el Señor el dueño para dar sus gracias a quien quiere y como quiere?

Yo soy el juguete del niño Jesús, como él mismo me repite, lo malo es que Jesús ha escogido un juguete de poco valor. Sólo me desagrada que este juguete escogido por Él ensucie sus manos divinas.

Un día le llegó una carta toda ennegrecida por el diablo, que no se podía leer.

Y le escribe al padre Agustín el 13 de diciembre de 1912:

Con ayuda del angelito he triunfado esta vez sobre el pérfido cosaco.

El angelito me sugirió que a la llegada de la carta, le echara agua bendita antes de abrirla. Así hice con la última, pero ¿quién puede describir la rabia de Barbazul?

En otra carta al padre Agustín del 5 de noviembre de 1912, le escribía:

El sábado me parecía que los demonios querían acabar conmigo. No sabía a qué santo dirigirme.

Me vuelvo a mi ángel y, después de hacerse esperar un poco, al fin viene aleteando en torno a mí y con su angélica voz cantaba himnos a la divina Majestad.

Le grité ásperamente de haberse hecho esperar tanto mientras yo estaba pidiéndole su ayuda.

Para castigarlo, no quería mirarlo a la cara, quería alejarme y huir de él, pero el pobrecito vino a mi encuentro casi llorando, me agarró para que lo mirara y lo vi todo apenado.

Me dijo: Estoy siempre a tu lado. Estaré siempre junto a ti con amor. Mi afecto por ti no desaparecerá ni con tu muerte.

Sé que tu corazón generoso late siempre por nuestro común Amado”. ¡Pobre angelito! Él es demasiado bueno. ¿Conseguirá hacerme conocer el grave deber de la gratitud?

estatua de angel pensativo

 

Ángel  Predicador

Con frecuencia, cuando el ángel se le aparecía, le daba consejos espirituales o pequeñas prédicas para afianzarlo en la fe.
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Y en la seguridad de que, por más sufrimientos que debiera padecer, nunca el Señor lo iba a abandonar.
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El ángel estaba siempre a su lado, aunque a veces no intervenía por voluntad de Dios, para darle oportunidad de triunfar con la gracia de Dios.

Veamos algunos de sus consejos espirituales. En carta del 18 de enero de 1913 le escribe al padre Agustín:

Jesús, a la prueba de temores espirituales, une la larga prueba del malestar físico, sirviéndose de los brutos cosacos…

Me quejé a mi ángel y él, después de haberme dado una pequeña prédica, me dijo: “Agradece a Jesús que te ha escogido para seguirlo de cerca en la senda del Calvario.

Yo veo con alegría esta conducta de Jesús hacia ti. ¿Crees que estaría tan contento, si no te viese tan golpeado? Yo, que deseo tu progreso, gozo de verte en este estado.

Jesús permite los asaltos del demonio, porque quiere que te asemejes a Él en las angustias del desierto y de la cruz.

Tú, defiéndete, aleja de ti las malignas insinuaciones y, donde tus fuerzas no alcancen, no te aflijas, amado de mi corazón, pues yo estoy a tu lado”. Oh, padre mío, ¿qué he hecho yo para merecer tanta amabilidad de mi angelito?.

pila de agua bendita con angel

 

Mándame  tu  Ángel

El padre Pío recomendaba a sus hijos espirituales que, en caso de dificultad, le enviaran a su ángel para pedir por sus necesidades y él les ayudaría.

El padre Alessio Parente declaró:

Cuando confesaba, les decía a los penitentes que, si no podían venir a verlo, le mandaran su ángel.

Un día estaba en la terraza con él. Le pedí consejo para una persona y me respondió: “Déjame en paz, ¿no ves que estoy ocupado?”.

Yo me callé, pero lo veía rezar el rosario y no me parecía demasiada ocupación. Pero él añadió: “¿No has visto todos estos ángeles custodios de mis hijos espirituales, que van y vienen?”.

Yo le respondí: “No los he visto, pero lo creo porque usted cada día les repite a sus hijos que se los manden”.

El mismo padre Alessio nos refiere otro caso:

Una tarde, después de haberlo ayudado a acostarse, me senté en el sillón, esperando que llegara el padre Pellegrino a cuidarlo.

Mientras estaba esperando, sentía que el padre Pío rezaba el rosario y, a veces, interrumpía el rezo y decía frases como:

“Dile que rezaré por él. Dile que intensificaré mis plegarias para obtener su salvación. Dile que llamaré al Corazón de Jesús para conseguir esa gracia. Dile que la Virgen no le negará esa gracia”.

El padre Pierino Galeone, refiere que en 1947 estuvo 20 días en san Giovanni Rotondo.

Las personas, viéndome siempre cerca del padre Pío, me pedían encomendarle sus penas: la suerte de familiares desaparecidos en Rusia, la curación de un hijo, la solución de sus problemas, encontrar trabajo, etc.

El padre siempre me respondía con dulzura y amor. Un día me dijo:

Cuando tengas necesidad de algo, mándame tu ángel y yo te responderé.

Una mañana una mamá se me acercó llorando, antes de la misa, para recomendarme a su hijo.

El padre ya había subido al altar y yo no me atreví a hablarle, así que, conmovido, como me había aconsejado, le mandé a mi ángel para encomendarle el hijo de aquella madre.

Terminada la misa, me acerco al padre Pío y le encomiendo al joven. Y él me responde: “Hijo mío, ya me lo has dicho”.

Entendí entonces que mi ángel custodio le había advertido oportunamente y el padre Pío había orado por él.

angeles y esferas

La señora Pía Garella manifestó que en 1945, poco después de terminada la guerra, el 20 de setiembre, se hallaba en el campo a unos kilómetros de Turín.

Y deseó enviarle al padre Pío un telegrama de felicitación por el aniversario de sus llagas, pero no encontró a nadie que se lo pudiese enviar por estar en el campo.

De pronto, se acordó de la recomendación del padre Pío: Cuando tengas necesidad, mándame a tu ángel…

Entonces, se recogió unos momentos y le pidió a su ángel que le diera personalmente la felicitación.

A los pocos días, recibía una carta de una amiga de san Giovanni Rotondo, Rosinella Placentino, en la que le informaba que el padre Pío le había dicho: Escribe a la señora Garella y dile que le doy las gracias por la felicitación espiritual que me ha mandado.

El abogado Adolfo Affatato manifestó que, mientras estudiaba en Nápoles, iba frecuentemente a San Giovanni Rotondo a ver al padre Pío como padre espiritual.

Un día me dijo:

Si alguna vez no puedes venir, no te preocupes, basta que vayas a una iglesia donde está el Santísimo sacramento y me envíes a tu ángel custodio.

Un día, mientras iba a dar el examen de Derecho privado, entré a una iglesia que estaba en mi camino.

Salí muy bien del examen y, cuando fui a visitar al padre Pío para darle las gracias, me dijo: “Te había dicho que en los momentos de dificultad me enviases a tu ángel, pero bastaba una sola vez”.

Ana Benvenuto refiere en el Proceso que, estando en Foggia, una mañana hubo un bombardeo terrible. El esposo de su hermana era médico y trabajaba en el hospital. Dice:

Yo le rogué a mi ángel que fuera a decirle al padre Pío que ayudara a mi cuñado para que no le pasara nada malo”.

Por la tarde, llegó mi cuñado y nos dijo que se había salvado de milagro. Había sentido una fuerza misteriosa que lo obligaba a salir de un refugio a otro y eso ocurrió hasta cuatro veces.

Al día siguiente, nos fuimos a san Giovanni Rotondo para agradecerle la ayuda al padre Pío. Después de confesarme con él, le pregunté: “Padre, cuando estoy lejos y tengo necesidad urgente, ¿cómo puedo hacer?”

Me respondió:

¿Qué hiciste ayer por la mañana?

Padre, ¿entonces vino mi ángel a visitarlo?

¿Qué crees que el ángel es tan desobediente como tú?

Desde entonces, siempre he creído en el ángel custodio.

Otro día me dijo: Son tantos los que me mandan a su ángel a pedir ayuda que, si debiera escuchar los agradecimientos de todos, estaría fresco.

Una hija espiritual del padre Pío fue un día al convento para hablar con él, pero el padre Pío le mandó a decir que no podía ni quería recibirla. Ella dice:

Me sentí dolida por ese trato inhumano y, mientras regresaba a casa, le dije a mi ángel: “Mañana no asistiré a misa ni comulgaré. Vete y díselo al padre”.

En la tarde, antes de anochecer, me envió una persona a decirme: “Dile que mañana no comulgue”.

Al día siguiente, me acerqué al convento con Lucietta Fiorentino, y el padre, desde una ventana, me dijo: “Bravo, el ángel custodio es tu empleado, lo has enviado para decirme todas tus rabietas.

Señorita Lucietta, ¿sabes qué ha hecho esta señorita? Se propuso no venir a misa ni comulgar y le ha mandado a su ángel para decírmelo”. Yo exclamé:

Padre, ¿ha venido a decírselo?

Claro, no es desobediente como tú, seguro que ha venido.

estatua de angel de la guarda

 

Ángel  Viajero

El ángel del padre Pío debía ir muchas veces en su nombre a visitar enfermos o convertir pecadores.
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Lo tenía siempre ocupado en hacer obras de bien, no sólo a los de cerca, sino también a personas lejanas.

El padre Gabriel Bove declara:

Para mí era sorprendente lo que decía la gente de que el padre Pío tenía mucha familiaridad con su ángel custodio y le pedía que fuera durante la noche a confortar a los enfermos y socorrer a los pecadores.

Esto me lo confirmó el mismo padre.

Un día de verano de 1956, después de bendecir a los fieles, salía el padre Pío de la iglesia muy fatigado. Aquel día parecía que estaba más cansado que de ordinario.

Caminaba apoyado del brazo del padre Giambattista y se parecía a san Francisco estigmatizado bajando del monte. Yo lo tomé del otro brazo, preguntándole: “Padre, ¿está muy cansado?”

Sí, hijo mío, estoy aplastado por tanto calor.

Esta noche descansará. Además pediremos a su ángel custodio que venga a aliviarlo.

Detuvo el paso y con fuerte voz me gritó: “Pero ¿qué dices? Debe ir de viaje”. Era eso precisamente lo que yo quería saber. Disimulando mi sorpresa, le respondí:

¿Qué? ¿Su ángel debe viajar?

Cierto.

Entonces, le dije: Padre, si su ángel debe viajar para confortar a los enfermos y socorrer a los pecadores, permita que nuestros dos ángeles, al menos tomen su puesto.

No, que cada uno de sus ángeles esté con su protegido. Y, sonriendo, añadió: ¿Y si estos ángeles se ponen celosos?.

arcangel miguel

 

Otros  Servicios

El ángel del padre Pío le ayudaba en todas sus necesidades. Por la mañana lo despertaba.

Así le dice al padre Agustín en una carta del 14 de octubre de 1912:

Por la noche me duermo con una sonrisa de felicidad…, esperando que el pequeño compañero de mi infancia venga a despertarme para cantar las alabanzas matutinas al Amado de nuestros corazones.

Y no sólo rezaba y cantaba con él las alabanzas del Señor en el coro, también le comunicaba los pecados o cosas ocultas de sus visitantes, aunque en ocasiones lo hacían los mismos ángeles de sus penitentes.

María Pompilio declaró:

Una mañana el padre Pío, viéndome en la sacristía, me llamó y me dijo una acción mala que había cometido, ofendiendo al Señor.

Yo no supe qué responderle y no podía negarlo. Le pregunté cómo lo sabía, pero un día, tanto le importuné que, al final, me dijo con voz baja: “Ha sido tu ángel custodio”.

Cuando estuvo de sacerdote joven en su pueblo de Pietrelcina, su ángel le guardaba la casa. Por eso, la gente del pueblo decía que tenía poco cuidado en cerrar la puerta de su casa. Les decía: Tengo un ángel que me la cuida.

A sus hijos espirituales los despedía diciendo: El ángel del Señor te acompañe, te guíe y te proteja durante el viaje. Les recomendaba que se cuidaran de no cometer pecados en su presencia.

Ana Benvenuto certifica que un día fue a dar un paseo con una vecina, quien sintió varias veces el perfume del padre Pío.

Ella se sintió mal por no haberlo sentido y, al día siguiente, fue al convento a confesarse. El padre Pío, de inmediato, le preguntó:

Ana, ¿llevas medias? Le dije: “Sí, padre”. “Pero ayer por la tarde, ¿por qué ibas sin medias?”.

Traté de excusarme por el mucho calor, pero el padre me respondió: “Aunque hubieras estado sola, debías haber ido con medias.

Acuérdate que somos espectáculo para el ángel custodio y no debemos entristecerlo”.

Un día el papá del padre Pío se cayó por las escaleras de la casa de María Pyle y no se hizo nada, porque su ángel lo cuidó.

El suceso ocurrió en los primeros meses de 1946. Cuando su papá se lo refirió, el padre Pío le dijo:

Agradece a tu ángel custodio que te ha puesto un almohadón en cada grada para que no te hagas daño.

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Ángel  Acólito

Los ángeles nos acompañan cuando estamos en la iglesia y ayudan al sacerdote para evitar profanaciones de la Eucaristía por descuido.

El padre Alessio Parente relata:

Una mañana, al dar la comunión, se terminaron las hostias de mi copón. Cuando lo estaba purificando, del lado derecho de mi espalda, vi una hostia que, como una flecha, fue a meterse en el copón.

Después de las confesiones, fui a la celda del padre Pío y le conté el hecho. Y el padre, en tono severo, me dijo: “Agradece a tu ángel custodio que no te ha hecho caer a tierra a Jesús. Aprende que la comunión se distribuye con amor y reverencia”.

Otro día un religioso le presentó esta cuestión al padre Pío:

Padre, nuestros ojos no ven bien los pequeños fragmentos de hostia consagrada que se caen al distribuir la comunión.

El padre respondió: ¿Qué crees que hacen los ángeles en torno al altar?”.

Todos entendieron que los ángeles están listos para intervenir y recoger los pedacitos y llevarlos al copón.

dibujo de angel orando fondo

 

Ángeles  Cantores

Es sabido que los ángeles cantan bien como aquellos ángeles de la noche de Navidad que cantaban: Gloria a Dios en el cielo.
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En la misa están presentes todos los ángeles como en el cielo, pues la misa es el cielo en la tierra.
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Y se unen al sacerdote cantando, especialmente en el momento del Gloria y del Santo.
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Ofreciendo las buenas obras de los asistentes en el momento de las ofrendas y acompañando a los presentes en el momento de ir a comulgar.

Una noche, en el convento de san Giovanni Rotondo, los religiosos sintieron una música extraña en la iglesia sin poder explicarse el porqué, pues en aquel momento nadie estaba en la iglesia.

Fueron a preguntarle al padre Pío y respondió:

¿De qué se maravillan? Son las voces de los ángeles que llevan las almas del purgatorio al paraíso.

¡Cuántas veces cantarán los ángeles, cuando sus protegidos van al cielo desde el purgatorio! Y ¡cuántas veces cantarán mientras están por millones adorando a Jesús sacramentado en todos los sagrarios del mundo!

No olvidemos que los ángeles rezan por sus protegidos y podemos enviarlos a visitar a nuestros familiares cercanos o lejanos, incluso hasta el purgatorio, para que los saluden de nuestra parte y les lleven nuestras bendiciones y obras buenas por ellos.

Los ángeles se entristecen al ver nuestros pecados y se alegran y se ríen con nosotros al ver nuestras buenas obras.

El padre Agustín nos cuenta lo que decía el padre Pío en uno de sus éxtasis del 29 de noviembre de 1911:

Ángel de Dios, ángel mío, ¿no estás tú a mi lado para mi custodia? Dios te ha encomendado que me cuides. Debes estar junto a mí…

¿Y te ríes? ¿Qué te hace reír? Dime, ¿quién estaba ayer por la mañana aquí presente? ¿Y te pones a reír de nuevo? ¿Un ángel que se pone a reír? Dímelo, porque no te dejaré hasta que no me lo hayas dicho.

dibujo de angel guardia fondo

 

El  Perro  Guardián

Es conocida la historia de san Juan Bosco, a quien se le apareció por espacio de 30 años un perro, a quien llamaba Gris, y que le protegía de los peligros, cuando sus enemigos querían matarlo.
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Pues bien, un día el padre Pío envió a su ángel a salvar a un ingeniero que estaba en peligro de muerte y lo hizo su ángel bajo la figura de un perro.

El general Tarsicio Quarti declaró el 30 de junio de 1943 lo que le contó un joven ingeniero:

Había bajado en la estación de San Severo y, al no encontrar medios de comunicación, se dirigía a pie hacia San Marco in Lamis.

Estando en pleno campo se le acercaron unos campesinos con aire amenazante con horcas y palas.

Aquellos días estaba la gente alterada, porque habían caído varios paracaidistas ingleses y lo confundieron con uno de ellos, que había escondido su paracaídas muy cerca del lugar.

Pero él se puso a rezar, viendo que se acercaban hacia él y, de pronto, apareció un perro feroz, amenazando a los campesinos que, espantados, desistieron de seguirlo.

Pudo a la mañana siguiente llegar a san Giovanni Rotondo. Cuando lo vio el padre Pío, le dijo de inmediato: “La hubieras pasado mal si no te hubiese enviado a mi ángel custodio”.

Fuentes:

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Novena a los Ángeles

La Novena comienza el 20 de septiembre y la fiesta es el 29 para los arcángeles y el 2 de octubre para los ángeles en general.

Los ángeles nos acompañan en adoración. Son ministros del Señor, infinitamente bueno. Es voluntad de Dios que nos ayuden a adorarle.

Los ángeles presiden las reuniones del culto cristiano, como se ve por las oraciones de la Iglesia. La liturgia es una participación de la que celebran los ángeles en el Cielo. Unámonos a ellos con reverencia para alabar a Dios. Su ministerio consiste en inspirarnos con fe y amor a que realicemos dignamente nuestra adoración. Nos preparamos internamente para recibir los Sacramentos, pues la Iglesia los invoca en nuestra ayuda.

Los ángeles nos ayudan contra el mal. Ellos nos ayudan en la lucha contra el diablo. El Nuevo Testamento nos pide que tengamos fe en Dios, fe en Cristo, y que usemos las armas de Dios. Dios envió sus ángeles para darnos la ayuda que necesitamos contra el mal. Este es su misterio en la obra de nuestra salvación, continuando la batalla una vez comenzada contra Lucifer y sus ángeles rebeldes.

Nos inspiran pensamientos contra las insinuaciones diabólicas y nos invitan a que acudamos a Dios en oración. Solo en el Cielo conoceremos lo mucho que realmente nos han ayudado en la lucha contra el diablo.

Los ángeles anhelan nuestra salvación. Con los ángeles participamos de la vida divina, y somos como ellos criaturas de Dios en Cristo Jesús. Por eso, ellos anhelan nuestra salvación; que juntos con ellos glorifiquemos a Dios y disfrutemos viendo su gloria.

Con gozo los ángeles aceptan las misiones que Dios les encomienda para nuestra santificación. Vencedores de los demonios, los ángeles nos protegen contra los enemigos del alma. Haríamos bien pidiéndoles que nos asistan para rechazar las tentaciones del Malo.

Los ángeles, además, presentan nuestras oraciones ante Dios acompañando con sus plegarias nuestras peticiones. Nos conviene, pues, encomendarnos a ellos especialmente en los momentos difíciles y sobre todo en la hora de la muerte, para que nos defiendan de los ataques del enemigo y lleven nuestras almas al Cielo.

Tenemos Ángel de la Guarda. Hay algunos ángeles con misión de cuidar de las almas en particular. Se les llaman Ángeles de la Guarda. Es doctrina tradicional de los primeros escritores de la Iglesia, basada en textos de la Sagrada Escritura y fundada sobre razones sólidas. Lo prueba el hecho de haber establecido la fiesta en honor de los Ángeles de la Guarda.

El Creador no abandona las criaturas a que dio existencia; les proporciona cuanto necesiten para lograr su perfección natural. Cristo murió por todos y para todos mereció los medios de salvación. La asistencia de los ángeles es parte del plan de Dios para salvar a todas las gentes.

Los ángeles también oran por nosotros. En las vidas de los santos observamos que se comunican frecuentemente con los ángeles. Comunicación fundada en la sencilla fe de que espíritus invisibles a quienes el amor induce a orar por las personas en particular y por las comunidades ante el torno de Dios.

Los ángeles ayudan ante todo en el campo espiritual y sobrenatural. Esto lleva consigo su solicitud por las necesidades corporales en la medida en que éstas se relacionan con la salvación y santificación.

Debemos amar y venerar al propio Ángel de la Guarda, porque él nos mantiene en comunicación con el Cielo. Ha sido siempre y continúa siendo nuestro devoto amigo, dispuesto en todo momento a ayudarnos en nuestro camino del Cielo.
Honrando a nuestro Angel de la Guarda, honramos a Dios al mismo tiempo, pues lo representan en la tierra. Es gran honor tener por amigo a criatura tan bella y leal a Dios.

 

LA PALABRA DE DIOS

He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado.
Pórtate bien en su presencia y escucha su voz; no le seas rebelde, que no perdonará vuestras transgresiones, pues en él está mi Nombre. Ex 23, 20-21

Que Él dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus caminos.
Te llevarán ellos en sus manos, para que en piedra no tropiece tu pie; Sal 91, 11-12

Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos. Mt 18, 10

 

ORACIÓN INICIAL (PARA TODOS LOS DÍAS)

Ángel Santo, amado por Dios, que por divina disposición, me has tomado bajo tu protección desde el primer instante de mi vida, jamás has dejado de defenderme, de iluminarme y de guiarme.
Te venero y te amo como protector, me coloco bajo tu protección y confío profundamente en tu compañía.
Te pido, por el amor de Jesucristo que escuches mis súplicas y las lleves con amor ante Dios, condúceme por el camino seguro cuando mis pasos se desvíen, enséñame, cuando necesite orientación, levántame, cuando mis pies tropiecen, consuélame en la aflicción, protégeme cuando esté en peligro y lleva la súplica que te presento hoy, ante Dios, nuestro Padre y protector. Amén.

ORACIÓN FINAL (PARA TODOS LOS DÍAS)

Padre Bueno y misericordioso, tú que en muchas ocasiones te vales de los Santos Ángeles para darnos a conocer tu voluntad, te pedimos confiados su permanente compañía y protección, a la vez que te rogamos, nos ayudes a descubrir lo que Tú, Padre bueno, deseas para nosotros.
Santos Ángeles, intercedan por nosotros y ayúdennos a acoger en nuestro corazón la voluntad de Dios. Amén.

PRIMER DÍA
Oración Inicial
Lectura de : Mt 2, 19-20
Después de la muerte de Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, en Egipto. Le dijo: «Levántate y regresa con el niño y su madre a la tierra de Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño». José, pues, se levantó, tomó al niño y a su madre, y se vino a la tierra de Israel.
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles, acudimos a ustedes para pedir por su intercesión, la poderosa ayuda de Dios en este momento particular de nuestra vida; y hoy, de una manera muy especial queremos pedirles por (se pide la gracia).
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

SEGUNDO DÍA
Oración Inicial

Lectura de Lc 1,10,15
Mientras el pueblo permanecía fuera, en oración, se le apareció el Ángel del Señor. El Ángel estaba de pie a la derecha del altar del incienso. Zacarías, al verlo, se turbó y tuvo miedo. El Ángel le dijo entonces: «No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido escuchada, y tu esposa Isabel te dará un hijo al que llamarás Juan. Grande será tu felicidad, y muchos se alegrarán con su nacimiento, porque tu hijo ha de ser grande ante el Señor. No beberá vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre.
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Ángel de Dios, hoy vengo ante ti para darte gracias por tu poderosa intercesión, por comunicarme los designios de Dios y por dejar en mi corazón serenidad, paz y valentía para continuar caminando en la vida. Amén
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

TERCER DÍA
Oración Inicial
Lectura Lc 1, 30-33.38
Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Vas a quedar embarazada y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Lo ensalzarán y con razón lo llamarán: Hijo del Altísimo, Dios le dará el trono de David, su antepasado. Gobernará por siempre el pueblo de Jacob y su reino no terminará jamás».
Dijo María: ,yo soy la esclava del Señor; que se haga en mí lo que has dicho». Después de estas palabras el Ángel se retiró
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles, gracias por comunicarnos que la presencia de Dios se manifiesta en la cotidianidad de nuestra vida. Les pedimos que intercedan ante Él para que aún en los acontecimientos que nos parecen absurdos, tristes y dolorosos sepamos ver el amor de Dios y lo que de allí sirve para dar un nuevo sentido a nuestro caminar en la vida. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

CUARTO DÍA
Oración Inicial

Lectura de Lc 2, 9-11
El Ángel del Señor se les apareció, y los rodeó de claridad la gloria del Señor, y todo esto les produjo un miedo enorme. Pero el Ángel les dijo: «No teman, porque yo vengo a comunicarles una buena nueva que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy nació para ustedes en la ciudad de David un Salvador que es Cristo Señor.
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles de Dios, sentimos que cada día necesitamos renovar nuestra fe y nuestra esperanza; que la alegría del nacimiento de Jesús nos comunique optimismo y nos aliente en la búsqueda de caminos nuevos que conduzcan a la paz. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

QUINTO DÍA
Oración Inicial
Lectura de: Lc 22, 41-44
Después se alejó de ellos como a la distancia a la que uno tira una piedra, y doblando las rodillas, oraba diciendo: «Padre, si quieres, aparta de mí esta prueba. Sin embargo, que no se haga mi voluntad sino la tuya».
Entonces se le apareció un Ángel del cielo que venía a animarlo, y empezó a luchar contra la muerte. Oraba con más insistencia y su sudor se convirtió en grandes gotas de sangre, que caían hasta el sueloPalabra de Dios.
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles, gracias porque en los momentos más difíciles de la vida ustedes han sido una luz en el camino, nos han comunicado esperanza y han iluminado en la fe nuestro sufrimiento. Les pedimos que nos comuniquen la esperanza y que las dificultades no nos dejen apagar la presencia de Dios en nuestra vida. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

SEXTO DÍA
Oración Inicial
Lectura de: Mt 28, 1-6
Pasado el sábado, al despertar el alba del primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a visitar el sepulcro. De repente se produjo un gran temblor: el Ángel del Señor bajó del cielo y, llegando al sepulcro, hizo rodar la piedra que lo tapaba y se sentó encima. Su aspecto era como el relámpago y sus ropas blancas como la nieve. Al verlo los guardias temblaron de miedo y quedaron como muertos. El Ángel dijo a las mujeres: «Ustedes, no teman, porque yo sé que buscan a Jesús crucificado. No está aquí. Ha resucitado tal como lo había anunciado.
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles, les pedimos por todas las personas que sufren por causa de la violencia, las víctimas y sus familias, las personas que se olvidan que todos somos hermanos y causan sufrimiento y dolor; intercedan por todos para que la solidaridad y la confianza en Dios se hagan presentes en nuestras vidas. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

SÉPTIMO DÍA
Oración Inicial
Lectura de: Hch 12, 6-8
La noche anterior al día en que Herodes se proponía presentarlo al pueblo, Pedro dormía entre dos soldados, atado con dos cadenas; otros guardias vigilaban ante la puerta de la cárcel. De repente, se presentó el Ángel del Señor y la celda se llenó de luz. El Ángel tocó a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: «Levántate, rápido», y las cadenas cayeron de sus manos. Entonces el Ángel le ordenó: ‘Asegúrate bien el cinturón y colócate las sandalias». Así lo hizo. Y el Ángel agregó: «Ponte tu manto y sígueme».
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles de Dios, gracias porque sus palabras nos motivan a encontrar en Dios una razón nueva para vivir, un deseo profundo de liberación. Les pedimos que nos ayuden a ser fuertes cuando necesitamos transformar nuestras cárceles interiores en lugares de encuentro y de paz. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

OCTAVO DÍA
Oración Inicial

Lectura de: Hch 27, 21-24
Como hacía días que no comíamos, Pablo se puso en medio y les dijo: «Amigos, hubiera sido mejor seguir mi consejo cuando les dije que no saliéramos de Creta; nos habríamos evitado este peligro y esta pérdida. Pero ahora los invito a que recobren ánimo, porque ninguno de ustedes morirá, solamente se perderá el barco. Pues anoche se me apareció un Ángel de Dios a quien pertenezco y a quien sirvo que me dijo: «Pablo, no tengas miedo, tienes que presentarte ante el César y Dios te concede la vida de todos los que navegan contigo».
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles de Dios, les pedimos que nos ayuden a crear en nuestra sociedad la cultura de la vida, que infundan en nuestros corazones los valores del respeto, la solidaridad y la tolerancia para que la vida sea un signo más del amor de Dios a la humanidad. Amén
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

NOVENO DÍA
Oración Inicial
Lectura de:(Hch 1, 9-11
Entonces en presencia de ellos, Jesús fue levantado y una nube lo ocultó. Mientras miraban fijamente al cielo hacia donde iba Jesús, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: «Hombres de Galilea ¿Qué hacen ahí mirando al cielo? Este que ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá como lo han visto subir al cielo».
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles de Dios, al concluir esta novena queremos agradecerles, su presencia permanente en nuestra vida, su compañía que nos inspira a obrar el bien y que nos conduce a Dios. Que por la intercesión de ustedes, el Señor nos obtenga las gracias necesarias para vivir mejor nuestra fe y lo que confiadamente les hemos pedido. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

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A Ángeles y Arcángeles DEVOCIONES Y ORACIONES

Novena al Ángel de la Guarda

El 2 de octubre se celebra la fiesta de los Angeles de la Guarda; el 23 de septiembre comienza su novena.

Un ángel de la guarda es un espíritu creado por Dios que protege y dirige a una persona en particular.
Los cristianos creen que los ángeles de la guarda protegen cualquier persona o vivienda a pedido del propio Dios.

En el Libro de Daniel, los ángeles parecen ser asignados a ciertos países. Enoc 100:5 –parte de cuya escritura está inspirada en los documentos de la Iglesia Etíope Ortodoxa de Tewahedo– manifiesta que los hombres justos gozan de ángeles protectores.

En Hechos 12:15 aparece otra alusión a tal creencia, mientras que en Mateo 18:10, Jesús explica que existen ángeles de la guarda que cuidan a los niños.

Por la señal de la santa Cruz…

Pésame Dios mío…

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA DE LA NOVENA

A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor. Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!, también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas y pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente en esta vida y poseerle eternamente en la gloria.

Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena, para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea.

DÍA PRIMERO

¡Oh buen Ángel custodio! ayudadme a dar gracias al Altísimo por haberse dignado destinaros para mi guarda.
Os pido que por intercesión de María, me alcancéis de Dios un fervoroso espíritu y la práctica de una oración constante para agradecer a Dios todos sus beneficios, y especialmente el de teneros por celestial custodio mío.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA SEGUNDO

¡Oh Príncipe celestial!, dignaos obtenerme el perdón de todas las ofensas que he hecho a Dios y a Vos, despreciando vuestras amenazas y vuestros consejos.
Os pido que, por intercesión de María, me alcancéis de Dios un verdadero dolor de los pecados, que me obtenga el perdón de todas las faltas y caídas de la vida pasada.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA TERCERO

¡Oh mi Tutor amoroso!, infundid en mi alma un profundo respeto hacia Vos, de tal manera que jamás tenga el atrevimiento de hacer cosa alguna que os desagrade.
Os pido que, por intercesión de María, me alcancéis de Dios el recuerdo de la presencia divina y el respeto a vuestra presencia continua, las cuales han de guardarme del pecado.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA CUARTO

¡Oh Médico compasivo!, enseñadme el remedio y dadme el auxilio para curar mis malos hábitos y tantas miserias como oprimen mi alma.
Os pido que, por intercesión de Maria, me alcancéis de Dios un verdadero espíritu de mortificación, con el cual domine mis malas pasiones y la sensualidad, y obtenga la paz y la libertad de espíritu, juntamente con las demás virtudes.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA QUINTO

¡Oh, mi Guía fiel!, alcanzadme fuerza para vencer todos los obstáculos que se encuentren en el camino de la existencia y para sufrir pacientemente las tribulaciones de esta miserable vida.
Os pido que, por intercesión de María, me alcancéis de Dios una verdadera paciencia y conformidad en todas las contrariedades y penas de la vida que Dios pueda permitir para mi santificación.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA SEXTO

¡Oh Intercesor eficaz cerca de Dios!, alcanzadme la gracia de seguir prontamente vuestras santas inspiraciones y de conformar, en todo y para siempre, mi voluntad a la de Dios.
Os pido que, por la intercesión de María, me alcancéis de Dios una obediencia absoluta a todos mis superiores, la cual me santifique por el cumplimiento de la voluntad divina en ella manifestada.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA SÉPTIMO

¡Oh Espíritu purísimo, encendido todo en amor de Dios!, alcanzadme este fuego divino, y al mismo tiempo una verdadera devoción a vuestra augusta Reina y buena Madre mía, la Virgen Santísima.
Os pido que, por intercesión de María, me obtengáis de Dios la caridad perfecta y la devoción a María, que sean para mi fuente abundantísima de méritos, camino segurísimo de salvación y el más dulce consuelo en la hora de la muerte.

Igualmente as pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA OCTAVO

¡Oh invencible Protector!, asistidme a fin de corresponder dignamente a vuestro amor y a vuestros beneficios, y para trabajar con todas las fuerzas en promover vuestro culto y vuestra devoción.
Igualmente os pido que, por intercesión de Maria, me alcancéis de Dios un celo fervoroso para la práctica del bien y una fervorosa devoción angélica, que sean mi propia santificación y la del prójimo.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA NOVENO

¡Oh bienaventurado ministro del Altísimo!, alcanzadme de su misericordia infinita que llegue yo a ocupar un día uno de los tronos que dejaron vacíos los ángeles rebeldes.
Os pido que, por intercesión de Maria, me obtengáis de Dios la gracia de una santa muerte, confortada con los Santos Sacramentos, que me abra las puertas de la gloria eterna.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS

Oración a la Santísima Trinidad. Para obtener de Dios las gracias que esperamos, ¡oh buen Ángel de la Guarda!, en unión vuestra y de todos los otros Ángeles del cielo, y por mediación de la Virgen Maria, Madre de Dios y Madre nuestra, saludo ahora a la Trinidad Santísima con el Trisagio angélico, diciendo de todo corazón:
Santo. Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Rezar al Padre Eterno: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Rezar al Hijo Unigénito: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Rezar al Espíritu Santo: Padrenuestro. Avemaría y Gloria.

Oración de San Juan Berchmans

Ángel Santo, amado de Dios, que después de haberme tomado, por disposición divina, bajo vuestra bienaventurada guarda, jamás cesáis de defenderme, de iluminarme y de dirigirme: yo os venero como a protector, os amo como a custodio; me someto a vuestra dirección y me entrego todo a Vos, para ser de Vos gobernado. Os ruego, por lo tanto, y por amor de Jesucristo os suplico, que, cuando sea ingrato para con Vos y obstinadamente sordo a vuestras inspiraciones, no queráis, a pesar de esto, abandonarme; antes al contrario, ponedme pronto en el recto camino, si me he desviado de él; enseñadme, si soy ignorante; levantadme, si he caído; sostenedme, si estoy en peligro, y conducidme al cielo para poseer en el una felicidad eterna. Amén.

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Oraciones a los Ángeles Custodios o de la Guarda

HIMNO DE LAUDES AL SANTO ÁNGEL DE LA GUARDA

Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.

Aunque espíritu invisible, se que te hallas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuenta todos mis pasos.

En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y oro.

Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga, que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.

Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía.

En presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Amén.

 

ANGEL DE DIOS

Angel de Dios, bajo cuya custodia me puso el Señor con amorosa piedad, a mí que soy vuestro encomendado, alumbradme hoy, guardadme, regidme y gobernadme. Amén.

 

ORACIÓN AL ANGEL DE LA GUARDA
(Macario, El Egipcio)

Ángel santo, que velas por mi pobre alma y por mi vida, no me dejes – soy pecador – y no me desampares a causa de mis manchas. No dejes que se me acerque el mal espíritu. Y dirígeme poderoso preservando mi cuerpo mortal.

Toma mi mano débil y condúceme por el camino de la salvación.

 

DEVOCIÓN AL SANTO ANGEL DE LA GUARDA
(San Juan Berchmans)

Ángel Santo, amado de Dios, que después de haberme tomado, por disposición divina, bajo tu bienaventurada guarda, jamás cesas de defenderme, de iluminarme y de dirigirme: yo te venero como a protector, te amo como a custodio; me someto a tu dirección y me entrego todo a ti, para ser gobernado por ti. Te ruego, por lo tanto, y por amor a Jesucristo te suplico, que cuando sea ingrato para ti y obstinadamente sordo a tus inspiraciones, no quieras, a pesar de esto, abandonarme; antes al contrario, ponme pronto en el recto camino, si me he desviado de él; enséñame, si soy ignorante; levántame, si he caído; sostenme, si estoy en peligro y condúceme al cielo para poseer en él una felicidad eterna. Amén.

 

ORACIÓN AL ANGEL DE LA GUARDA

Ángel de la paz, Ángel de la Guarda, a quien soy encomendado, mi defensor, mi vigilante centinela; gracias te doy, que me libraste de muchos daños del cuerpo y del alma. Gracias te doy, que estando durmiendo, me velaste, y despierto, me encaminaste; al oído, con santas inspiraciones me avisaste.

Perdóname, amigo mío, mensajero del cielo, consejero, protector y fiel guarda mía; muro fuerte de mi alma, defensor y compañero celestial. En mis desobediencias, vilezas y descortesías, ayúdame y guárdame siempre de noche y de día. Amén.

Padrenuestro y Avemaría.

 

ORACIÓN INFANTIL AL ÁNGEL DE LA GUARDA

Ángel de mi guarda,
dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día

Las horas que pasan,
las horas del día,
si tú estás conmigo
serán de alegría

No me dejes solo,
sé en todo mi guía;
sin Ti soy chiquito
y me perdería

Ven siempre a mi lado,
tu mano en la mía.
¡Ángel de la guarda,
dulce compañía!
Bendita la luz del día
y el Señor que nos la envía.
¡Bendito el Niño Jesús,
bendita Santa María!
Con Dios me acuesto,
con Dios me levanto,
con la Virgen María
y el Espíritu Santo
Cuatro esquinitas
tiene mi cama,
cuatro angelitos
guardan mi alma

Todos le llevan al niño,
yo también le llevaré,
una jarra de manteca
y un tazón de dulce miel.

Todos le llevan al niño,
yo también le llevaré,
las cosas que a mí me gustan
para que goce Emmanuel.

Me ha contado Jesusito:
viene para que yo sea
un angelito en el cielo
y su amigo aquí en la tierra.

Yo le he dicho a Jesusito
que yo seré aquí en la tierra
su amiguito para siempre
y que en el cielo le vea.

Jesusito de mi vida,
eres niño como yo,
mira cuanto que te quiero
que te doy mi corazón.
¡Tómalo! ¡Tómalo!
Tuyo es, y mío no.

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Letanía de los Santos Ángeles

-Señor, ten piedad de nosotros. Se repite
-Cristo, ten piedad de nosotros.
-Señor, ten piedad de nosotros.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.

 

-Dios Padre, Creador de los Angeles, Ten piedad de nosotros.
-Dios Hijo, Señor de los Ángeles,
-Dios Espíritu Santo, Vida de los Ángeles,
-Santísima Trinidad, delicia de todos los Ángeles,                                     

-Santa María, Ruega por nosotros.
-Reina de todos los Ángeles,                                                                       

-Santos Querubines, Ángeles de la Palabra, Rogad por nosotros.
-Santos Tronos, Ángeles de la Vida,
-Santos Ángeles de la Adoración,
-Santas Dominaciones,
-Santas Potestades,
-Santos Principados del Cielo,
-Santas Virtudes,                                                                                         

-San Miguel Arcángel,
-Vencedor de Lucifer,
-Ángel de la fe y de la humildad,
-Preservador de la santa unción,
-Patrono de los moribundos,
-Príncipe de los ejércitos celestes,
-Compañero de las almas de los difuntos,

-San Gabriel Arcángel,
-Santo Ángel de la Encarnación,
-Fiel mensajero de Dios,
-Ángel de la esperanza y de la paz,
-Protector de todos los siervos y siervas de Dios,
-Guardián del santo Bautismo,
-Patrono de los Sacerdotes,

-San Rafael, Arcángel, Ruega por nosotros.
-Ángel del Amor divino,
-Vencedor del enemigo malo,
-Auxiliador en la gran necesidad,
-Ángel del dolor y de la curación,
-Patrono de los médicos, de los caminantes y de los viajeros,               

-Grandes Arcángeles Santos, Rogad por nosotros.
-Ángeles del servicio ante el trono de Dios,
-Ángeles del servicio para los hombres,
-Santos Angeles Custodios,
-Auxiliadores en nuestras necesidades,
-Luz en nuestra oscuridad,
-Apoyo en todo peligro,
-Exhortadores de nuestra conciencia,
-Intercesores ante el trono de Dios,
-Escudo de defensa contra el enemigo maligno,
-Constantes compañeros nuestros,
-Segurísimos conductores nuestros,
-Fidelísimos amigos nuestros,
-Sabios consejeros nuestros,
-Ejemplos de nuestra obediencia,
-Consoladores en el abandono,
-Espejo de humildad y de pureza,
-Ángeles de nuestras familias,
-Ángeles de nuestros Sacerdotes y pastores…
-Ángeles de nuestros niños,
-Ángeles de nuestra tierra y Patria,
-Ángeles de la Santa Iglesia,
-Todos los Santos Ángeles,                                                                         

-Asistidnos en la vida. Se repite.
-Asistidnos en la muerte.
-En el Cielo os lo agradeceremos.                                                              

-Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor.

-Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor.        

-Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.

V. Dios mandó a sus Ángeles que cuiden de ti.
R. Los cuales te guardarán en todos sus caminos

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Oración a María Reina de los Ángeles

La Iglesia la proclama Reina doce veces: Reina de los ángeles, de los patriarcas, de los profetas, de los apóstoles, de los confesores, de las vírgenes, de los mártires, de todos los santos, del Santísimo Rosario, de la paz, concebida sin pecado original y llevada a los cielos.

Escribe acerca de la Reina de los Angeles el Venerable Luis Eduardo Cestac, fundador de la Congregación de las Siervas de María:

En 1863 un alma… sintió su mente elevada hacia la Santísima Virgen, quien le dijo que efectivamente, los demonios andaban sueltos por el mundo, y que había llegado la hora de rogarle como Reina de los Ángeles pidiéndole las legiones santas para combatir y aplastar los poderes infernales.

–»Madre mía», dijo esta alma, «¿ya que sois tan buena, no podrías enviarlas sin que os rogáramos?»
–»No», respondió la Santísima Virgen, «la oración es condición impuesta por Dios para alcanzar las gracias».
– «Entonces, Madre mía», dijo el alma «¿querrías enseñarme Vos la manera de rogaros?»

Y creyó escuchar la oración

¡Oh Augusta Reina de los Cielos
y Señora de los Ángeles!
Pues habéis recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de la serpiente infernal; dignaos escuchar benigna las súplicas que humildemente os dirigimos; enviad la santas legiones para que
, bajo vuestras ordenes, combatan a los demonios, donde quiera repriman su audacia y los persigan hasta precipitarlos al abismo.

¿Quién como Dios?
Santos Ángeles y Arcángeles, defendednos y guardadnos. ¡Oh buena y tierna Madre! Vos seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza.
¡Oh divina Madre! Enviad los Santos Ángeles para defendernos y rechazar lejos al demonio, nuestro mortal enemigo. Amén.

El señor Cestac fue el depositario de esta oración. Lo primero que hizo fue presentarla a Monseñor Lacroix, obispo de Bayona, quien le dio su aprobación. Inmediatamente mandó imprimir medio millón de ejemplares, que distribuyó gratis por todas partes.

No estará demás advertir que, durante la primera impresión, las máquinas se rompieron dos veces. La oración a la Reina de los Ángeles se extendió rápidamente y fue aprobada por muchos obispos y arzobispos.

San Pío X concedió trescientos días de indulgencia a quienes la rezaren.

(Imprimátur del Vicario General de Buenos Aires, 29 de febrero de 1912)
-“Regina Angelorum”, publicación de la Orden de María Reina, Pascua de 1978

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A Ángeles y Arcángeles DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones a los Arcángeles

En el Cristianismo arcángeles son una categoría de ángeles. Constituyen uno de los nueve coros de la jerarquía. Los arcángeles son los penúltimos, antes de los propios ángeles (tal y como lo indica el prefijo arc, que significa superior). 

Los tres aceptados por la Iglesia Católica son:
Miguel, jefe del ejército celestial
Gabriel, el mensajero celestial
Rafael, protector de los viajeros, de la salud y del noviazgo.

 

ARCÁNGEL SAN MIGUEL

Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Angeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Angeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos.Apocalipsis 12, 7-8

A SAN MIGUEL ARCÁNGEL PARA PEDIR LA PROTECCIÓN DEL CIELO

Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales. Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.

 

ARCÁNGEL SAN GABRIEL

Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Lucas 1, 26-28

ORACIÓN A SAN GABRIEL

Dios Señor nuestro, imploramos tu clemencia para que habiendo conocido tu Encarnación por el anuncio del arcángel San Gabriel, con el auxilio suyo consigamos también sus beneficios. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

ARCÁNGEL SAN RAFAEL

«Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la Gloria del Señor» Tobías 12, 15

ORACIÓN A SAN RAFAEL

Arcángel San Rafael, que dijiste: «Bendecid a Dios todos los días y proclamad sus beneficios. Practicad el bien y no tropezaréis en el mal. Buena es la oración con ayuno, y hacer limosna mejor que atesorar oro», te suplico me acompañes en todos mis caminos y me alcances gracias para seguir tus consejos.

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A Ángeles y Arcángeles DEVOCIONES Y ORACIONES

Corona de San Miguel Arcángel

De acuerdo con una piadosa tradición el arcángel san Miguel declaró a una persona devota que le sería grato se pusieran en uso las siguientes oraciones en honor suyo. La propagación y difusión de esta devoción se debe a una religiosa carmelita del monasterio de Vetralla, diócesis de Viterbo (Italia), muerta con fama de santidad en 1751. El 8 de agosto de 1851 Pío IX concedió indulgencias a la práctica de este piadoso ejercicio.

A ser posible, delante de una imagen del santo Arcángel, hacer un acto de verdadera contrición y rezar a continuación devotamente las siguientes salutaciones:

V. Oh Dios, ven en mi ayuda.
R. Apresúrate, Señor a socorrerme. Gloria al Padre…

SALUTACIÓN I. Un Padrenuestro y tres Avemarías al primer coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del celeste coro de Serafines, suplicamos al Señor nos haga dignos de una llama de perfecta caridad. Amén.

SALUTACIÓN II. Un Padrenuestro y tres Avemarías al segundo coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de Querubines, quiera el Señor concedernos la gracia de abandonar el camino del pecado, y de correr por el de la perfección cristiana. Amén.

SALUTACIÓN III. Un Padrenuestro y tres Avemarías al tercer coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del sagrado coro de los Tronos, infunda el Señor en nuestros corazones un espíritu de verdadera y sincera humildad. Amén.

SALUTACIÓN IV. Un Padrenuestro y tres Avemarías al cuarto coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de las Dominaciones, quiera el Señor concedernos la gracia de poder dominar nuestros sentidos y corregir las pasiones depravadas. Amén.

SALUTACIÓN V. Un Padrenuestro y tres Avemarías al quinto coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del celeste coro de las Potestades, dígnese el Señor librar nuestras almas de las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.

SALUTACIÓN VI. Un Padrenuestro y tres Avemarías al sexto coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro de las admirables Virtudes celestiales, no permita el Señor que caigamos en las tentaciones, sino que nos libre de todo mal. Amén.

SALUTACIÓN VII. Un Padrenuestro y tres Avemarías al séptimo coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de los Principados, dígnese Dios llenar nuestras almas del espíritu de verdadera y sincera obediencia. Amén.

SALUTACIÓN VIII. Un Padrenuestro y tres Avemarías al octavo coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de los Arcángeles, quiera el Señor concedernos el don de la perseverancia en la fe y en las obras buenas, para que podamos conseguir la gloria del paraíso. Amén.

SALUTACIÓN IX. Un Padrenuestro y tres Avemarías al noveno coro angélico.
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de todos los Ángeles, dígnese el Señor concedernos que nos guarden en la presente vida mortal, y después nos conduzcan a la gloria eterna de los cielos. Amén.

A continuación se rezan cuatro Padrenuestros: el primero a San Miguel, el segundo a san Gabriel, el tercero a san Rafael, y el cuarto a nuestro Ángel Custodio.

Se concluye este ejercicio con la siguiente antífona y oración final:

 

Antífona. Gloriosísimo príncipe san Miguel arcángel, cabeza y jefe de los ejércitos celestiales, depositario de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, doméstico en la real morada de Dios, nuestra guía admirable después de Jesucristo, y de excelencia y virtud sobrehumanas, dignaos librar de todo mal a todos los que acudimos a Vos con confianza, y haced por medio de vuestra protección incomparable que adelantemos cada día en servir fielmente a nuestro Dios.

V. Rogad por nosotros, oh gloriosísimo San Miguel arcángel, príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.

 

Oración. Omnipotente y sempiterno Dios, que con un prodigio de bondad y misericordia para la salvación de todos los hombres elegisteis por príncipe de vuestra Iglesia al gloriosísimo san Miguel arcángel; os suplicamos nos hagáis dignos de que con su benéfica protección nos libre de todos nuestros enemigos, para que ninguno de ellos nos moleste en la hora de nuestra muerte, sino que seamos conducidos por él a la presencia de vuestra divina Majestad. Por los méritos de Nuestros Señor Jesucristo. Amén.

Fuente: devocionario.com

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A Ángeles y Arcángeles DEVOCIONES Y ORACIONES

Letanía al Arcángel San Miguel

-Cristo, óyenos. (Se repite)
-Cristo, escúchanos.
-Señor, ten piedad de nosotros.
-Cristo, ten piedad de nosotros.
-Señor, ten piedad de nosotros.
     

-San Miguel, (Ruega por nosotros)
-Tú, cuyo nombre es un relámpago,
-Tú, cuyo nombre es un himno a Dios,
-Serafín del incensario de oro,
-Elevada llama de amor divino,
-Perfecto adorador de Dios,
-Modelo de sumisión amorosa,
-Modelo de pronta obediencia,
-Leal servidor de Dios,
-Primer heraldo de la verdad,
-Primer defensor de la fe,
-Primer testigo de Dios,
-Instigador de la lucha contra Satanás,
-Ángel apóstol de los ángeles,
-Celador del Reino de Dios,
-Primer defensor de la justicia,
-Primer vengador del buen derecho,
-Abogado nuestro,
-Portador de las llaves del abismo,
-Tú que encadenas a Satanás,
-Justiciero de Dios,
-Portaestandarte de la Trinidad,
-Guerrero de armas de luz,
-Espada de Dios,
-Terror de los traidores y de los perjuros,
-Terror de los orgullosos demonios,
-Centella de Dios,
-Tú que llevas las siete estrellas,
-Vencedor de la primera guerra,
-Virrey de los ejércitos de Dios,
-Inspirador de valentía,
-Tú que guerreas por el mundo,
-Defensor de los hijos de Dios,
-Ángel que vale por mil ejércitos,
-Esperanza de los combatientes,
-Intrépido soldado de Dios,
-Refuerzo dado a las justas causas,
-Liberador de los oprimidos,
-Caballero de Dios,
-Angel de los pastores de Navidad,
-Angel de Cristo en agonía,
-Ángel de la aurora pascual,
-Consejero de Constantino,
-Guerrero del castillo del Santo Ángel,
-Protector de la unidad católica de España y de las Naciones Hispanoamericanas,
-Cantor de los gozos marianos,
-Espejo del Altísimo,
-Ángel vicario del Verbo,
-Protector de la Iglesia militante,
-Consolador de la Iglesia purgante,
-Honor de la Iglesia triunfante,
-Tú, que recibes la confesión de nuestros pecados,
-Tú, a quien la Iglesia implora en nuestra última hora,
-Tú, cuya potente voz despertará a los muertos,
-Introductor de las almas al cielo,
-Asiste de Cristo en el Gran Día,
-Heraldo de las sentencias eternas,
-Precantor de las alabanzas divinas,
-El más elevado de los serafines,
-Príncipe de los nueve coros de Angeles,

Oremos

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

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Novena a San Miguel Arcangel

La fiesta de los arcángeles es el 29 de septiembre y su novena comienza el 20 de septiembre.

DÍA PRIMERO
ORACIÓN (del día)
Dios y Señor de los ángeles, a quienes encomiendas la guarda de los hombres: ofrezco los merecimientos de estos soberanos espíritus y los del Príncipe de los ángeles, San Miguel, que por sí, y por medio de sus ministros, guarda la naturaleza humana, que me guardes de todo pecado, me concedas una pureza angélica y otorgues lo que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra.

Aquí rezará nueve veces el Padre Nuestro y Ave María, en honra de los nueve coros de los Ángeles, y de su príncipe San Miguel; después la oración siguiente.

ORACIÓN
Gloriosísimo Príncipe de la Corte del Cielo. Excelentísimo Arcángel San Miguel, gran primer Ministro de Dios, amigo de Jesucristo, y muy favorecido de su Santísima Madre, defensor de la Iglesia y abogado de los hombres: pues tanto favorecéis a vuestros devotos, haced que yo os sepa amar y servir, y alcanzadme del Señor lo que deseo y pido en esta Novena, a mayor honra y gloria suya y provecho de mi alma.

Aquí, con la mayor confianza y devoción que se pudiere, pedirá cada uno al santo Arcángel la gracia o favor que desee alcanzar en la novena.

ORACIÓN
Omnipotente y sempiterno Dios; que por Tu suma clemencia nombraste, para la salud de los hombres, al gloriosísimo San Miguel Arcángel Príncipe de tu Iglesia concédenos, que por su intercesión y eficaz auxilio merezcamos ahora ser defendidos de todos nuestros enemigos, en la hora de nuestra muerte seamos libres, y presentados benignamente ante el trono de tu Majestad excelsa. Amén.

DÍA SEGUNDO

Este día, como todos los demás siguientes de la Novena, se ha de hacer y decir lo mismo que en el primero, variando sólo la oración del coro angélico, que le corresponde a cada día.

Dios y Señor de los Arcángeles, a quien encomiendas los negocios gravísimos de vuestra gloria; por tales merecimientos gravísimos de vuestra gloria: ofrezco los merecimientos de estos nobilísimos espíritus y los de San Miguel Arcángel, que defendió vuestra honra y gloria contra Lucifer y sus ángeles, para que yo busque en todas las cosas vuestra mayor honra y gloria y me des lo que pido en esta novena. Amen.

DÍA TERCERO

Dios y Señor de los Principados a quienes encomendáis la guarda de los reinos, ofrezco los merecimientos de estos excelentísimos espíritus y los del príncipe de la Milicia Celestial, San Miguel, guarda mayor de todos los reinos cristianos, para que guardes mis sentimientos y potencias de todo desorden y desobediencia a vuestras leyes divinas y me concedas lo que pido en esta novena, a mayor honra y gloria. Amén.

DÍA CUARTO

Dios y Señor de las Potestades, quienes tienen especial poder para refrenar los demonios; ofrezco los merecimientos de estos poderosísimos espíritus y los de vuestro siervo, San Miguel Arcángel, que alcanzó sobre los demonios la mayor victoria y con la misma facilidad pelea continuamente contra ellos, en favor de los hombres, para que me defiendes de todas las tentaciones del mundo, del demonio y de la carne y me des lo que pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

DÍA QUINTO

Dios y Señor de las Virtudes, por las cuales haces milagros propios de vuestro soberano poder, gobernando la naturaleza, para que os sirva a vuestra gloria: ofrezco los merecimientos de estos prodigiosos espíritus y los de San Miguel, principal instrumento de todas las maravillas que se hacen en el mundo, para que me concedas, que vencidas las malas inclinaciones de mi corrompida naturaleza, conserve y aumente vuestra gracia y consiga lo que pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

DÍA SEXTO

Dios y Señor de las Dominaciones, las que presiden a los coros inferiores y son ministros de vuestra providencia, os ofrezco los merecimientos de estos eminentísimos espíritus y los de vuestro primer ministro San Miguel, para que me concedas perfecto señorío sobre mis pasiones y perfecta obediencia a todos mis superiores y la gracia que pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

DÍA SÉPTIMO

Dios y Señor de los Tronos, en quienes descansas, como en el trono de vuestra gloria y os sientas como en tribunal de justicia: ofrezco los merecimientos de estos altísimos espíritus y los de San Miguel Arcángel, trono de vuestra grandeza y ministro supremo de justicia, para que concedas, que yo me juzgue a mí mismo con rigor, para ser después juzgado con piedad y consiga lo que pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

DÍA OCTAVO

Dios y Señor de los Querubines que están adornados de perfectísimas sabidurías: ofrezco los merecimientos de estos sapientísimos espíritus y los de San Miguel, príncipe de los sabios del cielo, por quien enseñas a vuestra Iglesia las verdades que necesita saber para que me enseñe a temerte y amarte, que es la mayor sabiduría y que me concedas lo que pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

DÍA NOVENO

Dios y Señor de los Serafines que se abrazan a vuestro amor: ofrezco los merecimientos de estos ardentísimos espíritus y los de vuestro amado y amante San Miguel, para que yo os ame, único Dios y Señor mío, sobre todas las cosas, con toda el alma, con todo el corazón y con todas las fuerzas; y para que me concedas lo que pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

ORACIÓN

¡Oh soberano Arcángel! ¡Oh excelente príncipe de la corte del cielo! ¡Quién no os será muy devoto desde hoy, si así favorecéis a vuestros devotos? ¡Quién no os servirá con mucho cuidado, si de esta manera pagas los servicios que os hacen? Mas para que yo os ame, basta saber el amor que me tienes al que no puedo corresponder, con igual amor. Pero ya que con obras no puedo responder a tantas mercedes, recibe mis palabras y afectos. Gracias te doy, ¡oh excelso y sublime espíritu!, porque defendisteis la honra y gloria de mi Señor Jesucristo y por todos los servicios que en toda la vida le hicisteis a Él y a su Santísima Madre.

Gracias os doy por el ángel que has destinado para mi guarda y por los otros beneficios generales y particulares que por vos o por medio de vuestros ángeles me has hecho, los cuales no conozco bastante en esta vida, ni los puedo dignamente agradecer y por eso pido y suplico al ángel de mi guarda, que en mi nombre te los agradezca y juntamente los que has hecho a toda la naturaleza humana; y principalmente a la Santa Iglesia, de que yo soy miembro. Yo me gozo de todos los privilegios, gracias, prerrogativas, dignidades y dones naturales y sobrenaturales con que el Señor te ha honrado y enriquecido y doy al Señor eternas gracias por ellos, porque así quiso exaltarte y hacerte su privado y favorecido entre todos los ángeles.

Defiéndeme, ¡oh valerosísimo capitán de los ejércitos de Dios! Envía en mi socorro vuestros soldados, para que me defiendan de los demonios y no me rindan a sus combates y tentaciones. Manda vuestros ángeles que me guíen para no andar errado; que me alumbren para que no camine ciego y que pongan sus manos para que no tropiecen mis pies en el camino peligroso, de esta vida. Asistid con vuestros ángeles, a mi muerte y alcanzadme del Señor contrición verdadera de mis culpas, para que presentada por vuestras manos ante el trono de la Santísima Trinidad, entra en posesión de la gloria, donde alabe al Señor para siempre dar perpetuas gracias de haber conseguido con vuestra intercesión la bienaventuranza. Amén.

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Novena a San Rafael Arcángel (por la unión de los matrimonios)

La Fiesta de los Arcángeles se celebra el 29 de septiembre, y su novena comienza el 20.

El arcángel San Rafael aparece en la Sagrada Escritura en el libro de Tobías. Su vida tiene como dos caras: Por un lado, está constantemente ante el trono de Dios, y por otro cumple una misión aquí en la tierra: dar la salud a los enfermos, guiar a los caminantes y proteger a los esposos de las insidias del demonio.

Con esta novena queremos entregar un instrumento religioso que motive a los esposos a unirse santamente y castamente, como Cristo se une a su esposa, la Santa Iglesia.

 

ORACIONES PARA CADA DÍA

+ Por la señal de la santa Cruz…
+ Pésame Dios mío…

+ Oración a San Rafael
San Rafael, poderoso príncipe de la Gloria, llamado “medicina de Dios”; por aquella caridad con que liberaste del demonio a Tobías y a Sara, y les enseñaste a formar un matrimonio santo: Te pedimos que purifiques, protejas y perfecciones nuestro matrimonio y nuestro Hogar; y que viviendo unidos en Cristo en esta vida, al final de nuestros días nos lleves a gozar definitivamente del premio que tú ya posees. Amén
+ Lectura Bíblica (varía en cada día) (unos momentos de silencio)

+ 7 Padrenuestros, 7 Avemarías, 7 Gloria, en honor a los 7 arcángeles que están ante el trono de Dios.
+ Señor ten piedad
Cristo ten piedad
Señor ten piedad
+ Oración Final
Te Pedimos Señor que visites nuestro hogar y expulses lejos de él todas las insidias del enemigo, que tus Ángeles habiten en él y nos custodien en paz; y que tu bendición esté siempre sobre nosotros. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

+ Oración a la Virgen María
Bendita sea tu pureza, y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza; a ti celestial Princesa Virgen sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón; mírame con compasión, no me dejes Madre mía morir sin tu bendición. Amén.

+ Oración a San José
Glorioso patriarca San José, verdadero y virginal esposo de la santísima Virgen María, que fuiste elegido para custodiar al Hijo de Dios durante su infancia terrenal, concede a nuestro matrimonio la unión en el amor de Cristo, la fidelidad y la gloria celestial. Amén.

+ Oración a la Sagrada Familia
Señor, que en tu bondad nos propones el modelo perfecto de la Sagrada Familia, concédenos que imitándola en sus virtudes domésticas y unidos por el vínculo de la caridad lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

LECTURAS PARA CADA DÍA

Día primero: Dios creó el matrimonio en un orden feliz, pero el pecado daña el matrimonio, rompiendo ese orden.

(Génesis 2,18) “Dijo Yahvé Dios: “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada”. Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne.
De la costilla que Yahvé Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: “Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.” Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.
Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo Dios: “Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra y sometedla; mandad a los peces del mar y a las aves de los cielos y a todo animal que serpea sobre la tierra.”
Pero… por la envidia del diablo entró el pecado en el mundo: Dios dijo a la mujer: «Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu deseo, y él te dominará.
Al hombre le dijo: « Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida. Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo volverás. »

Día segundo: Cristo restaura el orden del Matrimonio, intercediendo su Madre, por medio de la gracia del Sacramento.

(Juan 2,1-11): “Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos.
Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: « No tienen vino. » Jesús le responde: « ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora. » Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga.»
Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua. » Y las llenaron hasta arriba.
«Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala. » Ellos lo llevaron.
Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio y le dice: « Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora. »
Así, en Caná de Galilea, hizo Jesús su primer signo. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.”

Día tercero: este orden jerárquico del Matrimonio es signo del orden amoroso entre Cristo y la Iglesia.

(Efesios 5,22-23) : “Las mujeres deben obedecer a sus maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo. Así como la Iglesia está sujeta a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.
Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.
Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miembros de su Cuerpo.
Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne.
Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia. En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que obedezca al marido.

Día cuarto: El amor de los esposos debe ser casto.

(Tobías 8,4-10) : “Tobías se levantó del lecho y dijo Sara, su esposa: «Levántate, amada, y oremos y pidamos a nuestro Señor, pues somos hijos de santos, y no podemos unirnos como los paganos que no conocen a Dios». Ella se levantó y empezaron a suplicar y a pedir el poder quedar a salvo. Comenzó él diciendo: ¡Bendito seas tú, Dios de nuestros padres, y bendito sea tu Nombre por todos los siglos de los siglos! Bendíganle los cielos, y tu creación entera, por los siglos todos. Tú creaste a Adán, y para él creaste a Eva, su mujer, para sostén y ayuda, y para que de ambos proviniera la raza de los hombres. Tú mismo dijiste: No es bueno que el hombre se halle solo; hagámosle una ayuda semejante a él. Yo no tomo a esta mi esposa con deseo lujurioso, sino con el deseo de tener hijos, en los que sea bendito tu nombre por los siglos de los siglos. Ten piedad de mí y de ella y podamos llegar juntos a nuestra ancianidad.
Y dijeron a coro: « Amén, amén. » Y se acostaron para pasar la noche.”

Día quinto: El padre debe dar buenos consejos a sus hijos.

(Tobías 4,2-20) : “Llamó Tobías a su hijo y le dijo: Acuérdate, hijo, de que tu madre pasó muchos trabajos por ti cuando te llevaba en su seno. Y cuando ella muera, sepúltala junto a mí, en el mismo sepulcro. Acuérdate, hijo, del Señor todos los días y no quieras pecar ni transgredir sus mandamientos; practica la justicia todos los días de tu vida y no andes por caminos de injusticia, pues si te portas según verdad, tendrás éxito en todas tus cosas, como todos los que practican la justicia.
Haz limosna con tus bienes; y al hacerlo, que tu ojo no tenga rencilla. No vuelvas la cara ante ningún pobre y Dios no apartará de ti su cara. Regula tu limosna según la abundancia de tus bienes. Si tienes poco, da conforme a ese poco, pero nunca temas dar limosna, porque así te atesoras una buena reserva para el día de la necesidad. Porque la limosna libra de la muerte e impide caer en las tinieblas. Don valioso es la limosna para cuantos la practican en presencia del Altísimo.
Guárdate, hijo, de toda fornicación y, sobre todo, toma mujer del linaje de tus padres; no tomes mujer extraña que no pertenezca a la tribu de tu padre, porque somos descendientes de profetas. Recuerda, hijo, que desde siempre nuestros padres Noé, Abraham, Isaac y Jacob tomaron mujeres de entre sus hermanos y fueron bendecidos en sus hijos, de modo que su estirpe poseerá la tierra en herencia.
Así pues, hijo, ama a tus hermanos; no tengas con tus hermanos, ni con los hijos y las hijas de tu pueblo, corazón soberbio, en orden a tomar para ti mujer de entre ellos; pues la soberbia acarrea la ruina y prolija inquietud; y la ociosidad, bajeza y extrema penuria; porque la ociosidad es madre de la indigencia.
No retengas el salario de los que trabajan para ti; dáselo al momento. Si sirves a Dios serás recompensado. Pon cuidado, hijo, en todas tus acciones y muéstrate educado en toda tu conducta. No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. No bebas vino hasta emborracharte y no hagas de la embriaguez tu compañera de camino.
Da de tu pan al hambriento y de tus vestidos al desnudo. Haz limosna de todo cuanto te sobra; y no tenga rencilla tu ojo cuando hagas limosna. Pon tu pan y tu vino sobre la tumba de los justos, pero no lo des a los pecadores.
Busca el consejo de los prudentes y no desprecies ningún aviso saludable.
Bendice al Señor Dios en toda circunstancia, pídele que sean rectos todos tus caminos y que lleguen a buen fin todas tus sendas y proyectos. Pues no todas las gentes tienen consejo; es el Señor quien da todos los bienes y, cuando quiere, eleva o humilla hasta lo profundo del abismo. Así, pues, hijo, recuerda estos mandamientos y no permitas que se borren de tu corazón.”

Día sexto: La mujer virtuosa alegra el hogar.

(I Timoteo 2, 14-15): “No fue engañado Adán, sino que la mujer, seducida [por el demonio], cayó en el pecado, sin embargo se salvará engendrando hijos, si con modestia permanece en la fe y amor y santidad”
(Proverbios 31,10-31): “Una mujer perfecta, ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que las perlas. En ella confía el corazón de su marido, y no será sin provecho.
Le produce el bien, no el mal, todos los días de su vida. Se busca lana y lino y lo trabaja con manos diligentes.
Es como nave de mercader que de lejos trae su provisión. Se levanta cuando aún es de noche, da de comer a sus domésticos y órdenes a su servidumbre. Hace cálculos sobre un campo y lo compra; con el fruto de sus manos planta una viña. Se ciñe con fuerza sus lomos y vigoriza sus brazos.
Siente que va bien su trabajo, no se apaga por la noche su lámpara. Echa mano a la rueca, sus palmas toman el huso.
Alarga su palma al desvalido, y tiende sus manos al pobre. No teme por su casa a la nieve, pues todos los suyos tienen vestido doble. Para sí se hace mantos, y su vestido es de lino y púrpura. Su marido es considerado en las puertas, cuando se sienta con los ancianos del país. Hace túnicas de lino y las vende, entrega al comerciante ceñidores.
Se viste de fuerza y dignidad, y se ríe del día de mañana.
Abre su boca con sabiduría, lección de amor hay en su lengua. Está atenta a la marcha de su casa, y no come pan de ociosidad.
Se levantan sus hijos y la llaman dichosa; su marido, y hace su elogio: «¡Muchas mujeres hicieron proezas, pero tú las superas a todas! »
Engañosa es la gracia, vana la hermosura, la mujer que teme a Yahvé, ésa será alabada.”

Día séptimo: los hijos deben amar y honrar a sus padres.

(Eclesiástico 3,2-10. 14-18): “El Señor glorifica al padre en los hijos, y afirma el derecho de la madre sobre su prole. Quien honra a su padre expía sus pecados; Como el que atesora es quien da gloria a su madre. Quien honra a su padre recibirá contento de sus hijos, y en el día de su oración será escuchado. Quien honra a su padre vivirá largos días, obedece al Señor quien da sosiego a su madre: Como a su Señor sirve a los que le engendraron.
En obra y palabra honra a tu padre, para que te alcance su bendición. Pues la bendición del padre afianza la casa de los hijos, y la maldición de la madre destruye los cimientos.
No te gloríes en la deshonra de tu padre, que la deshonra de tu padre no es gloria para ti.
Pues el servicio hecho al padre no quedará en olvido, será para ti restauración en lugar de tus pecados. El día de tu tribulación se acordará El de ti; como hielo en buen tiempo, se disolverán tus pecados. Como blasfemo es el que abandona a su padre, maldito del Señor quien irrita a su madre. Haz, hijo, tus obras con dulzura, así serás amado por Dios.
Cuanto más grande seas, más debes humillarte, y ante el Señor hallarás gracia.”

Día octavo: Educar a los hijos en las virtudes es el deber primero de los padres.

(Eclesiástico 30,1-8. 11-13): “El que ama a su hijo, le corrige sin cesar, para poderse alegrar en su futuro. El que enseña a su hijo, sacará provecho de él, entre sus conocidos de él se gloriará.
El que instruye a su hijo, pondrá celoso a su enemigo, y ante sus amigos se sentirá gozoso.
Murió su padre, y como si no hubiera muerto, pues dejó tras de sí un hombre igual que él.
En su vida le mira con contento, y a su muerte no se siente triste.
Contra sus enemigos deja un vengador, y para los amigos quien les pague sus favores.
El que mima a su hijo, vendará sus heridas, a cada grito se le conmoverán sus entrañas. Caballo no domado, sale indócil, hijo consentido, sale libertino. No le des libertad en su juventud, y no pases por alto sus errores. Doblega su cerviz mientras es joven, castígalo cuando es niño, no sea que, volviéndose indócil, te desobedezca, y sufras por él amargura de alma. Enseña a tu hijo y trabaja en él, para que no tropieces por su desvergüenza.

Día noveno: Toda la vida de la familia debe estar iluminada por Cristo.

(Colosenses 3,12-17): “Revestios, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros. Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección. Y que la paz de Cristo presida vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un solo Cuerpo. Y sed agradecidos.
La palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza; instruíos y amonestaos con toda sabiduría, cantad agradecidos, himnos y cánticos inspirados, y todo cuanto hagáis, de palabra y de boca, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por su medio a Dios Padre.”

Autor: P. Fr. Rafael María Rossi O.P.

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A Ángeles y Arcángeles DEVOCIONES Y ORACIONES

Novena a San Gabriel Arcángel

La novena a San Gabriel Arcángel, debe comenzarse a rezar el dia 16 de cada mes para finalizarse el día 24 del mismo mes. Y para la fiesta de los Arcángeles (29 de septiembre), la novena comienza el 20 de septiembre.

San Gabriel Arcángel es el mensajero celestial por excelencia, santo patrono de las comunicaciones, por lo cual pon tu confianza en el que rapidamente llevara tu pedido hacia el Padre Celestial.

 

ORACION PARA COMENZAR CADA DIA

Señor Jesús, tú dijiste: Pidan y se les dará. (Mat. 7:7)
El que pide, recibe. (Mat. 7:8)
Todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, se lo concederá. (Ju 14:13; 16:23)
Llegamos ante ti con mucha fe: escucha nuestra oración. Perdona nuestras culpas. Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestras lagrimas se conviertan en alegría,
como prometiste, (Ju. 16:20) para que vivamos alabando el Nombre que te puso el Arcángel Gabriel, (Luc. 1:31) y sigamos alabándolo en el cielo. Amén.

 

Día 1º – El sufrimiento como misión del cristiano
Intención: por los que han perdido un pariente o amigo

Salmo 17: ¡Te amo, Señor, mi roca, mi Dios! (Cantar y orar, n. 334)

Evangelio: Lucas 24:44-53. “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
‘Esto es lo que les decía mientras estaba con ustedes: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mi tenía que cumplirse’.
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: ‘Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su Nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de esto. Yo les enviaré lo que mi Padre ha prometido: ustedes quédense en la ciudad, hasta quesean revestidos con la fuerza de lo alto’.
Después los sacó hacia Betania y, levantandio las manos, los bendijo.
Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo.
Ellos se postraron ante El y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban continuamente en el Templo bendiciendo a Dios”.

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.

 

Día 2º – Los “hermanos”
Intención: por los enfermos físicos o impedidos

Salmo 127: Como brotes de olivo en torno a tu mesa, Señor, así son los hijos de la Iglesia. (Cantar y orar n. 397)

Evangelio: Mateo 13:54-58. “En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: ‘¿De dónde saca este hombre esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es la María su madre, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo esto?’
Y aquello era para ellos una piedra de tropiezo.
Jesús les dijo: ‘A un profeta solamente lo desprecian en su tierra y en su casa’. Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe”. +

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.

 

Día 3º – La sorpresa
Intención: por los que enfrentan conflictos familiares

1ª lectura: Génesis 18: 1-15. “Dios se apareció a Abraham en las encinas de Mambré, mientras estaba sentado a la entrada de la carpa, en lo más caluroso del día. Alzando los ojos Moisés miró, y vió que tres hombre estaban de pie cerca de él. Tan pronto como los vió corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se postró en tierra. Y dijo: ‘Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego no pases de largo junto a tu servidor. Que traigan un poco de agua y lávense los pies, y recuéstense bajo el árbol. Voy a traer un bocado de pan para que fortalezcan su corazón. Luego seguirán su camino: que para eso han pasado junto a este servidor’. Y contestaron: ‘Haz como has dicho’.
Entonces Abraham fue de prisa a la carpa y dijo a Sara: “Prepara tres arrobas de harina, amasa y haz unas tortas’. Luego Abraham corrió al corral de las vacas, tomó un ternero tierno y hermoso y se lo dio al mozo, que se apresuró a aderezarlo. Después tomó ricota y leche y el ternero que había aderezado, y se lo puso ante ellos, quedándose él mismo en pie cerca de ellos, bajo el árbol. Ellos se pusieron a comer.
Le preguntaron: ‘¿Dónde está Sara, tu mujer?’ Contestó: ‘Ahí, en la carpa’. Dijo entonces el huésped: ‘Volveré a ti sin falta el año que viene; y entonces tu mujer, Sara, tendrá un hijo’. Sara estaba escuchando a la entrada de la carpa, detrás de él. Abraham y Sara eran entrados en años, y Sara ya no tenía reglas. Se rió Sara interiormente, y dijo: ‘Después de estar gastada, ¿voy a sentir el placer? ¡Y además mi marido es viejo!’. Entonces dijo Dios a Abraham: ‘¿A qué viene eso de reirse Sara diciendo: ‘¿De veras va a dar a luz una vieja como yo?’ ¿Hay algo imposible para Dios? En el plazo señalado volveré a ti el año próximo y Sará tendrá un hijo’. Sara trató de desmentir diciendo: ‘No me he reído’; pues tenía miedo. Mas El replicó: ‘Nada de eso. Sí, te has reído’.”

Salmo 112: El Señor exalta a los humildes y hace felices a los pobres. (CyO, n. 374)

Evangelio: Lucas 1:5-25

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.

 

Día 4º – Levantarse
Intención: por los deprimidos y solitarios

1ª lectura: 1 Samuel 1:24-28; 2:1-8. “En aquellos días cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con El al templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. Ana presentó el niño a Elí: ‘El Señor me ha concedido mi petición: este niño es lo que yo pedía. Se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo’. Después de postraron ante el Señor. Y Ana rezó esta oración:
Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación.
No hay santo como el Señor, no hay roca como nuestro Dios.
Se rompen los arcos de los valientes, mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan, mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos, y la madre de muchos queda baldía.
El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece.
El levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria;
pues los pilares de la tierra son de Dios y sobre ellos afianzó el orbe”.

Cántico: Lucas 1:46ss : El Señor hizo en mí maravillas: ¡Gloria el Señor!

Evangelio: Lucas 1:26-38

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.

 

Día 5º – La alegría
Intención: por los enfermos emocionales o espirituales

1ª lectura: Sofonías 3:14-18. “Regocíjate, hija de Sión:
grita de júbilo, Israel;
alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén.
El Señor ha cancelado tu condena,
ha expulsado a tus enemigos.
Aquel día dirán a Jerusalén: No temas, Sión,
no desfallezcan tus manos.
El Señor, tu Dios, en medio de ti,
es un guerrero que salva.
El se goza y se complace en ti,
te ama y se alegra con júbilo
como en el día de fiesta”.

Salmo 121: Cómo me alegré cuando me dijeron: ‘Vamos a la casa del Señor’.

Evangelio: Lucas 1: 39-45

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.

 

Día 6º – La esperanza
Intención: por los que afrontan la crisis de su economía

1ª lectura: Isaías 9:1-4 “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;
habitaban en tierra de sombras y una luz les brilló.
Levantaste la alegría y aumentaste el gozo;
se gozan en tu presencia, como gozan al segar,
Como se alegran al repartirse el botín.
pues quebrantaste la vara del opresor,
el yugo de su carga y el bastón de su hombro.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado:
lleva a hombros el principado, y su Nombre es:
“Maravilloso consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la Paz”.

Salmo 126: Bendice, Señor, nuestro trabajo y danos el pan de cada día, porque confiamos en ti. (Cantar y orar, n. 384

Evangelio: Lucas 2:1-21

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.
Señor, haz de nosotros instrumentos de tu paz, instrumentos de tu paz.

 

Día 7º – El valor de perder y ganar
Intención: por los que sufren violencias o abusos

1ª lectura: Malaquías 3:1-4. “Así dice el Señor:
Miren, yo envío mi mensajero para que prepare el camino ante mí.
De pronto entrará en el santuario el Señor a quien ustedes buscan,
el mensajero de la alianza que ustedes desean.
Mírenlo entrar, dice el Señor del mundo ¿Quién podrá resistir el día de su venida?
¿quién quedara de pie cuando aparezca?
Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero:
se sentará como un fundidor que refina la plata,
como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví,
y presentará al Señor la ofrenda como es debido.
Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén,
como en los días pasados, como en los años antiguos”.+

Salmo 137: Bendeciré al Señor por su inmensa bondad.

Evangelio: Lucas 2:22-35

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, vi la ciudad santa de Jerusalén;
y una voz decía: Esta es la morada de Dios entre los hombres: nueva creación.

 

Día 8º – La libertad
Intención: por los jóvenes que luchan ante opciones difíciles

1ª lectura: Judit 9:4-11. “En aquel tiempo Judit oró así: ‘¡Oh Dios, mi Dios, escucha a esta viuda!
Tú que hiciste las cosas pasadas, las de la ahora y las venideras,
que has pensado el presente y el futuro, y sólo sucede lo que tu dispones,
y tus designios se presentan y te dicen: ‘Aquí estamos’.
Todos tus juicios están preparados y tus juicios de antemano previstos.
Mira a los asirios que juntan muchas fuerzas,
orgullosos de sus caballos y jinetes, engreídos por la fuerza de sus infantes,
fiados en sus escudos y en sus lanzas, en sus arcos y en sus hondas,
y no han reconocido que tú eres el Señor, quebrantador de guerras.
Tu Nombre es: ¡Señor! ¡Quebranta su poder con tu fuerza!
Pues planean profanar tu santuario donde reposa la Gloria de Nombre.
Mira su altivez y abate su soberbia por mano de mujer,
Tú eres el Dios de los humildes, defensor de los pequeños, apoyo de los débiles”.

Salmo 88: La misericordia del señor cada día cantaré

Evangelio: Lucas 2:36-40

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará. Ví un cielo nuevo y una tierra nueva, ví la ciudad santa de Jerusalén;
y una voz decía: Esta es la morada de Dios entre los hombres: nueva creación.
Señor, haz de nosotros instrumentos de tu paz, instrumentos de tu paz.

 

Día 9º – A Dios Padre sea la gloria
Intención: Acción de gracias por los dones recibidos

1ª lectura: Romanos 16:25-27 – Efesios 1:14
Gloria a Dios que tiene el poder de afianzarlos
según el Evangelio que anuncio,
proclamando a Jesucristo,
revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad,
y que ahora se ha manifestado para alabanza de su gloria.
Este es el misterio
que por medio de los profetas
y según el designio de Dios
fue dado a conocer a todas las naciones
a fin de conducirlas a la obediencia de la fe.
A Dios el único sabio
por Jesucristo
sea la gloria eternamente. Amén.

Salmo 26: Aunque todos me abandonen, el Señor me recibirá

Evangelio: Lucas 2:41-52

+ Himnos:
Yo soy el camino firme; yo soy la vida y la verdad; por mí llegarán al Padre y al Santo Espíritu tendrán.
América con Cristo, sal de tu tierra.
Lleva la vida y la esperanza del Evangelio para todos los pueblos
da de tu pobreza lo que tengas, comparte tus bienes y te sobrará.
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, ví la ciudad santa de Jerusalén;
y una voz decía: Esta es la morada de Dios entre los hombres: nueva creación.
Señor, haz de nosotros instrumentos de tu paz, instrumentos de tu paz.

Fuente http://www.arcangelgabriel.com

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