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No apagar el espíritu, pero también tener cuidado con las profecías

No nos hagamos ecos de los miedos.

Por estos días, hay abusos de varios supuestos videntes, que están operando una agenda que a la larga provoca una reacción masiva de fieles contra la credibilidad de los videntes en términos genéricos, incluso caen algunos en la redada, como los de Medjugorje, sin comerla ni beberla, porque no han manejado tales escenarios terriblemente apocalípticos, ni comparten su agenda política, ni su estrategia de terror por los eventos que vendrán.

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Estos videntes definen que la verdad es lo que dicen los videntes y acomodan la realidad a lo que sus profecías dicen, en lugar de probar si las prfecías tienen algo de valor probando su valor para explicar la realidad.

HAY COSAS MUY OBVIAS PARA PROFETIZAR 

Lo cierto es que el clima es tal en este momento, que no se necesita ser una “herramienta profética del cielo” para darse cuenta que hay una especie de miedo generalizado sobre cosas que pueden suceder y que son tantos los pecados de la humanidad, que hace muy fácil unir ambas cosas: se está viniendo un castigo, inminente, por los pecados contra Dios.

Pero estas profecías no son nuevas, han recorrido los siglos, solo hace falta desempolvar autores católicos de siglos anteriores, muchos de ellos santos, y repetirlas, para tener audiencia dispuesta a darles credibilidad. Sin embargo en estos siglos no ha sucedido el gran castigo y los pecados se han ido acumulando.

Sin embargo no podemos dejar de tener fe de que Dios habla a la humanidad por los profetas. El punto es discernir quienes son sus profetas, porque todo está muy entreverado.

DIOS HABLA POR MEDIO DE LOS PROFETAS

Cuando se trata de ciertos profetas, la Biblia no nos deja ninguna duda, por supuesto, de que tienen el don del Espíritu Santo: Dios habla a través de ellos; El hace pocas cosas sin avisar a sus siervos. Vea Joel. Consulte cualquier número de libros bíblicos. Vea Jeremías.

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Jeremías es especialmente relevante.

Para aprender, en ese libro – sobre todo en el capítulo 27 – hay tres cosas, que cuando Dios se comunica a través de los profetas, es por lo general para guiar y da esperanza; pero cuando Él castiga por lo general es “por la espada, por el hambre, y con pestilencia”.

La guerra, la escasez de alimentos, y las epidemias.

Estas son guías para nuestro tiempo.

¿LEEMOS LAS ESCRITURAS TANTO COMO LO HACEMOS LOS MENSAJES DE LOS VIDENTES ACTUALES?

Esto no es preguntado para disuadir sobre lo profético, lo que sería sofocar el Espíritu. No pretendemos tomar ninguna posición firme sobre la mayoría de los videntes controvertidos, sino presentar los hechos y esperar el discernimiento.

Hemos transmitido información sobre centenas de supuestas apariciones de todo el mundo. No creemos en el “cesacionismo”, de que los dones del Espíritu cesaron con la muerte de los Apóstoles, eso descontaría a los santos.

Sin embargo, siempre, debemos suplicar al Espíritu Santo por iluminación, para que nos otorgue una perspectiva equilibrada, para revelar la falsedad (incluyendo dentro de nosotros mismos).

Obviamente damos el beneficio de la duda a los que creen que reciben palabras que son proféticas, aunque una vez que hay profecías que fallan es razonable dejarlos a un lado, de acuerdo con Deuteronomio 18:22:

“Si algún profeta habla en nombre de Yavé y lo que dice no sucede, tú sabrás que esta palabra no viene de Yavé. El profeta habrá hablado para jactarse y no le harás caso.”.

Eso es una prueba sencilla. ¿La usamos?

LA PROFECÍA DE LOS DOS PAPAS

Tomemos un caso que se está divulgando en este momento. Una de las cosas que hemos observado es que la existencia de una Papa en actividad, Francisco, y uno Emérito, Benedicto XVI, ha generado la visión de supuestos videntes de que hay dos Papas, y por lo tanto uno de ellos tiene que ser falso.

Y es más, que Benedicto XVI ha sido obligado a renunciar por una especie de golpe de Estado y está preso contra su voluntad.

¿En que se basan para decir que habrá dos Papas?

Lo que circula en internet son básicamente dos argumentos.

Uno atribuido a Ana Catalina Emmerich,

Vi una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por el plan de una secta. Cuando esté cerca el reino del Anticristo, aparecerá una religión falsa que estará contra la unidad de Dios y de su Iglesia. Esto causará el cisma más grande que se haya visto en el mundo”.

Y otro de Sor Sofía María Gabriel que habría vaticinado

Habrá dos Papas rivales y una gran Crisis centrada en el Papado Vaticano, y la Iglesia quedará dividida en dos bandos”.

Claro que estas menciones están metidas dentro de las profecías que hablan de que se encaramará en el papado un Papa que en realidad trabajará para el anticristo o lo será.

Vea este video

¿HAY EVIDENCIA ACTUALMENTE DE QUE BENEDICTO XVI Y FRANCISCO SEAN PAPAS RIVALES?

No hay verdaderas señales de que esto es así. Benedicto no se ha caracterizado por ser un cobarde, sino que puso coraje en denunciar la ideología de género, los problemas dentro de la religión musulmana, la pedofilia dentro del clero, etc., y sin embargo no ha dado señales de que “Francisco y su gente” lo tienen preso. Por el contrario, ha colaborado con él permanentemente y seguramente no por coacción.

De modo que si se quiere criticar a Francisco por sus posiciones, se deben usar argumentos más anclados a la realidad, y no mensajes de supuestos videntes que dicen cosas que no se pueden probar.

Quien quiera criticar a Francisco lo puede hacer por las cosas que hace y dice el propio Papa. Por ejemplo se lo puede criticar por como “se sacó de arriba” al cardenal Burke, o por su aperturismo para buscar soluciones para que una buena parte de los divorciados comulguen, y varios temas más, pero no por cosas sobre las que no hay pruebas.

Esto no quiere decir que Benedicto XVI y Francisco estén en una sintonía exacta, tal vez no. Sus pontificados han tenido no sólo una diferencia de estilos sino también diferencia de matices. Mientras Benedicto XVI tuvo un pontificado confrontado contra el aborto y la ideología de género por ejemplo, en el de Francisco estos temas no son centrales, y esto no es un tema de estilo sin de opciones.

NO SE NECESITA SER PROFETA PARA DECIR QUE ESTAMOS EN UN MOMENTO TURBULENTO

En este momento, no estamos seguros de lo que es jactancioso y lo que no lo es, debido a que muchos de los enunciados son sobre supuestos eventos que aún se espera que se desarrollen. 

profecia del fin del mundo

Los principales eventos del mundo, como opina un hombre que afirma que ha recibido mensajes, Charlie Johnston de Illinois, un ex locutor de radio y asesor político de Illinois, quien dice:

“Lo que se siente no es un momento de calma. Los eventos continúan a buen ritmo. Pero ahora hay una resignación en la tierra hasta que las personas se reconcilien con la realidad de que no vamos a estar en la luz de nuevo hasta que estemos directamente confrontados y superemos la oscuridad. La calma que se siente es de la gente, sobria, ciñendo sus mentes y sus almas. Me he quedado asombrado por la cantidad, en la política y en la oficina, que se han puesto en contacto conmigo en busca de asesoramiento sobre su plan o cómo convertir los activos para que no pierdan todo. Muchos están yendo a las tiendas de alimentos, ropa y artículos para ellos mismos y para acoger refugiados. Mientras tanto, estoy rodeado de conversiones repentinas y algunas curaciones. La gente está encontrando su camino de regreso a Aquel que es el único que puede vencer la oscuridad – y estoy profundamente agradecido de estar ayudando a que lo encuentren”.

¿Todos percibimos lo mismo a nuestro alrededor?

Fue Johnston quien afirmó haber recibido advertencias – desde la infancia – de la venida de un “gran tormenta”.

¿Qué quiere decir con eso? ¿Una tormenta meteorológica? ¿Una militar o social?

Y así es en este reino tenebroso, que a menudo se entiende sólo en retrospectiva.

Permítanme emitir esta profecía: una muy intensa oscuridad está afligiendo a muchos y la guerra espiritual se ha incrementado, pero también la presencia del Espíritu y de los ángeles.

¿Esto es fruto de una videncia? No, es fruto de un análisis, de discernimiento de lo que está sucediendo en la sociedad, está en el aire, lo saben las personas de fe. Y hasta los ateos consideran que la humanidad va barranca abajo.

No temáis, decía Juan Pablo II  constantemente. El miedo es un arma del enemigo, a menos que sea un santo temor de Dios (y al fuego del infierno).

¿Se necesita recibir mensajes auditivos o mentales del cielo para considerar que los temores de calamidades son un recurso que muchísima gente espera escuchar porque cree que van a suceder?

Y es así que estamos especialmente abiertos a toda clase de profecías y no somos exigentes para medir su grado de veracidad, como el caso de la profecía de dos Papas que uno tiene preso al otro.

Fuentes:

 

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FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María Mensajes a Santa Brígida: Suecia MENSAJES Y VISIONES notorio

Visiones de Santa Brígida sobre el Purgatorio

Reveló la Virgen María a santa Brígida lo siguiente: «Yo soy la Madre de todas las almas que estén en el purgatorio, y todas las penas que tienen que purgar por las faltas cometidas, constantemente son aliviadas y mitigadas por mis plegarias».

En tiempos de santa Brígida hubo un hombre noble y rico, pero entregado enteramente a la disolución y demás vicios. (Auriem t, 1, pág. 182). Le dio la última enfermedad, y sin embargo en todo pensaba menos en disponerse para la muerte.

Súpolo Santa Brígida, y al instante se puso a pedir eficazmente al Señor que ablandase el pecho de aquel pecador obstinado, y le convirtiese; y tantas veces y con tal insistencia llamó a las puertas de la divina misericordia, que al fin le habló su Majestad, diciéndole que fuese a un sacerdote a exhortar al enfermo a penitencia. Hízolo tres veces uno muy celoso, pero por mas que le dijo fue todo en vano, hasta que la cuarta vez ayudado de la gracia divina, logró compungirle y trocarle el corazón, de suerte que exclamó el enfermo: “Hace setenta años que no me he confesado, habiendo sido en tan largo tiempo esclavo del demonio, guardándole fidelidad, y aun tratando estrechamente con él; pero ahora me siento enteramente mudado, pido confesión, y espero que Dios me ha de perdonar”. Esto dicho con abundantes lágrimas, se confesó cuatro veces aquel mismo día, al siguiente recibió el Viático, y pasados otros seis murió con extraordinario compunción. Apenas había espirado se apareció el Señor a santa Brígida, y le dijo que su alma había ido al purgatorio, y que no tardaría en estar en el cielo. Quedó la santa admirada sobre manera de que un hombre que tan mal había vivido, hubiese al fin muerto en gracia, y el Señor le declaró el motivo con estas palabras: “Sabe, hija, que la devoción de mi querida Madre le ha cerrado las puertas del infierno, porque aunque él nunca la amó de veras, tenía devoción a sus dolores, y siempre que los consideraba, o solo de oír su nombre mostraba compasión; por esto ha encontrado un atajo para salvarse”.

DEL LIBRO DE LAS REVELACIONES

Libro 6, Capítulo 5  Incomparable poder y misericordia de la Virgen María. Siete espantosos tormentos padecidos por el alma de un príncipe en el purgatorio, y eficacia de la limosna, del sacrifico de la misa y de la sagrada comunión, para librarle de ellos. 

Yo soy la Reina del cielo, dice la Virgen a la Santa; yo soy Madre de la misericordia; yo soy la alegría de los justos y la intercesora de los pecadores para con Dios. En el fuego del purgatorio no hay pena alguna que por mí no se haga más suave y llevadera de lo que de otro modo sería; tampoco hay ningún mortal tan desventurado, que mientras vive, carezca de mi misericordia, pues por mi causa, tientan los demonios menos de lo que en otro caso tentarían; ni hay ninguno tan apartado de Dios, a no ser que del todo estuviere maldito, que si me invocare, no vuelva a Dios y no alcance misericordia.

Y porque soy misericordiosa y he alcanzado de mi Hijo misericordia, quiero manifestarte cómo ese difunto amigo tuyo, de quien te compadeces, podrá librarse de los siete castigos de que mi Hijo te ha hablado. Y en primer lugar, se libertará del fuego que por la incontinencia padece, si con arreglo a las tres órdenes que en la Iglesia hay de casadas, viudas y doncellas, hubiese alguien que por el alma de este difunto proporcionara la dote para casar una doncella, para que otra entrase en religión, y para que una viuda pudiese vivir según su estado; porque en cuanto a la incontinencia, pecó tu amigo, excediéndose en las cosas que aun en su estado le fueran lícitas.

En segundo lugar, porque en la gula pecó de tres modos: comiendo y bebiendo opípara y excesivamente; teniendo muchos manjares por ostentación y soberbia; y estando mucho tiempo a la mesa, omitiendo a la par las obras de Dios. Y así, el que quisiere satisfacer por estos tres linajes de gula, ha de recoger, en honra de Dios que es trino y uno, tres pobres durante un año entero, y les ha de dar de comer los mismos manjares y tan buenos como los que él tenga en su propia mesa, y no ha de comer hasta que viere comer a esos tres, a fin de que por esta corta tardanza, se borre aquella larga demora que tenía tu amigo cuando se sentaba a la mesa. A esos tres pobres se les ha de proporcionar también los correspondientes vestidos y camas.

Lo tercero, por la soberbia que de muchos modos tuvo, debe el que quisiere, reunir siete pobres y una vez a la semana por todo un año lavarles los pies con humildad, diciendo entre tanto en su corazón: Señor mío Jesucristo, que fuísteis preso por los judíos, tened misericordia de él. Señor mío Jesucristo, que estuvísteis atado a la columna, tened misericordia de él. Señor mío Jesucristo, que siendo vos inocente, fuísteis condenado por los inicuos, tened misericordia de él. Señor mío Jesucristo, que fuísteis despojado de vuestras propias vestiduras, y revestido por burla con unos andrajos, tened misericordia de él. Señor mío Jesucristo, que fuísteis azotado tan cruelmente, que se veían todas vuestras costillas, sin que hubiese en vos cosa sana, tened misericordia de él.

Señor mío Jesucristo, que fuisteis extendido en la cruz, horadados con clavos vuestros pies y manos, atormentada la cabeza con crueles espinas, anegados en lágrimas vuestros ojos, y vuestra boca y oídos llenos de sangre, tened misericordia de él. Y después de lavarles los pies a esos pobres, les dará de comer, y les suplicará humildemente que pidan por el alma del difunto.

Lo cuarto, pecó en la pereza de tres modos: fue perezoso para ir a la iglesia; perezoso para aprovechar las indulgencias, y perezoso para visitar los sepulcros y reliquias de los Santos.

El que quisiere satisfacer por lo primero, ha de ir a la iglesia una vez al mes por espacio de un año, y mandar decir una misa de difunto por el alma de ese tu amigo: por lo segundo, irá siempre que pueda y quiera, y especialmente por dicha alma, a los templos donde hay concedidas indulgencias, y por lo tercero, por medio de persona de confianza envíe su ofrenda a los principales Santos de este reino de Suecia, donde por causa de las indulgencias suele acudir mucha gente devota, como san Erico, san Sigfrido y otros, y el que llevare la ofrenda, ha de ser remunerado por su trabajo.

Lo quinto, porque el difunto pecó en vanagloria y alegría; el que quiera satisfacer por él, ha de reunir por espacio de un año una vez al mes los pobres que haya en su distrito o en los inmediatos, y los llevará a una casa, y hará decir delante de ellos una misa de difuntos, y antes de comenzar ésta, el sacerdote suplicará y amonestará a los pobres que rueguen por el alma del finado. Después de la misa se les dará de comer a todos los pobres, de modo que se levanten complacidos de la mesa, para que el difunto se alegre con las oraciones de ellos, y los pobres con la comida.

Lo sexto, porque deberá pagar cuanto debe hasta el último maravedí, y mientras estará penando, has de saber, hija mía, que antes de morir y a su muerte tuvo deseo, aunque no tan ardiente como debiera, de pagar todas sus deudas, y por este deseo se halla en estado de salvación; en lo cual puede el hombre ver cuánta es la misericordia de mi Hijo, quien por tan poca cosa da el descanso eterno, y si no hubiese tu amigo tenido ese deseo, se hubiera condenado para siempre.
Por tanto, los parientes que le han sucedido en sus bienes, deben tener deseo de pagar, y en efecto satisfacer sus créditos a todos cuantos supiere les debía el difunto, y al tiempo de pagarles les suplicarán humildemente, que perdonen al alma del difunto, si por la larga demora han sufrido algún perjuicio; pero si no pagaren dichos parientes, tomarán a su cargo la responsabilidad del difunto.

A cada monasterio de este reino se ha de enviar también una ofrenda y mandar decir una misa pública, y antes de que se comience se ha de pedir por el alma del finado, para que se aplaque el Señor. Después se dirá una misa de difuntos en cada iglesia parroquial donde tu amigo tuvo sus bienes, y antes de cantarla, el sacerdote, y hallándose presente todo el pueblo, le ha de decir a éste: La presente misa se va a celebrar por el alma de tal príncipe, y en nombre de Jesucristo os ruego, que si en algo os ofendió ese difunto en palabras, obras o por sus órdenes, se lo perdonéis, y ensegnida se acerque al altar.

Lo séptimo, porque fue juez, y confió su cargo a vicarios inicuos, por lo cual aunque se halla en el purgatorio, está en manos de los demonios. No obstante, como contra la voluntad de él obraban aquéllos inicuamente, aunque no vigilaba ni atendía como debiera, puede ser libertado de esta pena, si tuviere el auxilio del santísimo cuerpo de mi Hijo, que diariamente es ofrecido en el altar. Pues el pan que en el altar se pone, antes de decir las palabras: Este es mi Cuerpo, es meramente pan; pero después de dichas estas palabras de la consagración, se convierte en el cuerpo de mi Hijo, el cual lo recibió de mí sin mancha alguna, y el cual fue crucificado. Entonces es en espíritu honrado y adorado el Padre por los miembros del Hijo, alegrase el Hijo con el poder y majestad del Padre, y yo que soy su Madre y lo engendré, soy honrada por todo el ejército celestial. Todos los ángeles se vuelven a él y lo adoran, y las almas de los justos denle gracias, porque por él fueron redimidas. ¡Qué horrorosa abominación la de los miserables, que toman en sus indignas manos a tan grande y tan digno Señor!

Este cuerpo que murió por amor a los hombres, es el que puede libertar de la pena al difunto. Y así deberá decirse una misa de cada solemnidad de mi Hijo, a saber: una de la Natividad, otra de la Circuncisión, otra de Epifanía, otra del Corpus Christi, una de Pasión, otra de Pascua, otra de la Ascensión y una de Pentecostés. Dirase también una misa de cada solemnidad que en mi honor se celebre. Se dirán también nueve misas en honor de los nueve coros de los ángeles; y cuando se vayan a celebrar estas misas, se han de reunir nueve pobres, a quienes se les dará de comer y vestir, para que los ángeles a cuya custodia fué encargado el difunto y a los cuales ofendió de muchas maneras, puedan aplacarse con esta pequeña ofrenda, y presentar su alma a Dios. Dígase además una misa por todos los difuntos, a fin de que con ella obtengan el eterno descanso, y lo alcancen también para el alma de tu amigo.

Fue este un príncipe misericordioso, que después de muerto se apareció a santa Brígida y le dijo: Nada alivia tanto mis penas en el purgatorio, como la oración de los justos y el Sacramento del altar. Pero como fuí príncipe y juez, y encomendé este cargo a los que amaban poco la justicia, me hallo todavía en este destierro, aunque me libertaría de él, si los que debieran ser amigos míos y lo fueron, fuesen más celosos por mi salvación. 

Libro 6, Capitulo 14. Vio santa Brígida que un alma del purgatorio recibía muy poco alivio en sus penas, por la ostentación y orgullo con que sus hijos y albaceas le ofrecían los sufragios. 

Bendito sea tu nombre, Hijo mío, dice la Virgen. Tú eres el Rey de la gloria y el Señor poderoso que tiene justicia con misericordia. Tu amantísimo Cuerpo que se formó sin pecado y se alimentaba en mis entrañas, ha sido hoy consagrado en favor del alma de ese difunto. Te ruego, amadísimo Hijo, que le sirva de socorro a su alma, y ten compasión de ella.

Bendita seas, Madre mía, respondió el Hijo, bendigante todas las criaturas, porque tu misericordia es inagotable. Yo soy como el que por muy subido precio compró un pequeño campo de cinco pies, en el cual estaba escondido oro purísimo. Este campo de cinco pies es este hombre, a quien compré y redimí con mi preciosísima sangre, y en el cual había oro purísimo, que es el alma criada por mi Divinidad, la que está ya separada del cuerpo, y queda en este sola la tierra. Sus sucesores son como el hombre poderoso que presentándose en el tribunal, le dice al verdugo: Separa del cuerpo con la cuchilla su cabeza, y no permitas que viva más tiempo, ni economices su sangre. Así hacen esos: van al tribunal, cuando trabajan decorosamente en favor del alma de su padre, pero dicen al verdugo: Separa del cuerpo su cabeza.

¿Quién es este verdugo, sino el demonio, que separa de su Dios el alma que con él consiente? A este le dicen los hijos del difunto: Separa, cuando despreciando la humildad, las buenas obras que practican, las hacen por soberbia y honra del mundo más bien que por amor de Dios. Por la soberbia se aparta del hombre la cabeza, que es Dios, y se une a el por la humildad. Dan voces para que el padre no viva más tiempo, cuando no sienten su muerte, con tal de alcanzar sus bienes; y dicen que no se ahorre la sangre, cuando no se cuidan de la amarga pena del difunto, ni cuánto tiempo ha de estar en ella, con tal que puedan hacer su propia voluntad: solamente piensan en el mundo, y poco les importa mi Pasión.

Hijo mío, respondió la Virgen, he visto tu severa justicia, pero no acudo a ella, sino a tu piadosísima misericordia; y así, por mis ruegos, ten compasión de ese que diariamente leía en honra mía mi Oficio, y no le pongas en cuenta la soberbia que respecto a él tienen sus sucesores, porque mientras ellos ríen, éste llora, y es castigado de un modo inconsolable.

Bendita seas, amadísima Madre, respondió el Hijo. Tus palabras están llenas de mansedumbre y son más dulces que la miel; salen de tu corazón que está lleno de misericordia; y así, tus palabras indican misericordia. Este por quien pides, alcanzará por tus ruegos tres clases de misericordia. Se librará, en primer lugar, de las manos de los demonios, quienes como cuervos lo están afligiendo incesantemente.

Pues como las aves de rapiña cuando oyen algún terrible sonido, dejan por temor la presa que tienen en las uñas, del mismo modo dejarán por tu nombre esa alma los demonios, y no la tocarán ni la molestarán más. En segundo lugar, del fuego más grave será trasladado al más leve. Lo consolarán, por último, los santos ángeles. Pero todavía no será librado enteramente de las penas, y aún necesita auxilio: conoces y ves en mí toda la justicia, y que nadie puede entrar en la bienaventuranza, si no estuviere limpio como el oro purificado por el fuego. Por consiguiente, por tus ruegos se librará del todo, cuando llegare el tiempo de la misericordia y de la justicia. 
 

Libro 6, Capitulo 29. Visión del juicio de un alma contra la que el demonio opone gravísimas acusaciones; la Virgen María la defiende, y habiéndole alcanzado amor de Dios en el último instante de la vida, la salva pero con gravísima pena en el purgatorio. Léase con detención, que es de mucha doctrina y de grande enseñanza. 

Vio santa Brígida que se presentó en el tribunal de Dios un demonio, el cual tenía asida el alma de cierto difunto, la cual estaba temblando como un corazón que palpita. Y el demonio dijo al Juez: Aquí está la presa. Tu ángel y yo estábamos siguiendo esta alma desde su principio hasta el fin; él para defenderla, y yo para hacerle daño, y ambos la acechábamos como cazadores. Más al fin cayó en mis manos, y para alcanzarla soy tan ávido e impetuoso como el torrente que cae desde arriba, al cual nada resiste sino algún fuerte estribo, esto es, tu justicia, la que todavía no ha decidido en este juicio, y, por tanto, aún no la poseo con seguridad. Por lo demás, la deseo con tanto afán, como el animal que se halla tan consumido por la abstinencia, que de hambre se comería hasta sus propios miembros. Y así, puesto que eres justo Juez, da tocante a ella justa sentencia.

Y respondió el Juez: ¿Por qué cayó más bien en tus manos, y por qué te acercaste a ella más que mi ángel? Y contestó el demonio: Porque sus pecados fueron más que sus buenas obras. Y dijo el Juez: Muestra cuáles son. Respondió el demonio: Un libro tengo lleno con sus pecados. Y dijo el Juez: ¿Qué nombre tiene ese libro? Su nombre es inobediencia, respondió el demonio, y en ese libro hay siete libros, y cada uno de ellos tiene tres columnas, y cada columna tiene más de mil palabras, pero ninguna menos de mil, y algunas muchas más de mil. Respondió el Juez: Dime los nombres de esos libros, pues aunque yo todo lo sé, quiero, no obstante que hables, para que conozcan otros tu malicia y mi bondad. El nombre del primer libro, dijo el demonio, es soberbia, y en él hay tres columnas.

La primera, es la soberbia espiritual en su conciencia, porque estaba ensoberbecido con la buena vida que creía tener mejor que la de los otros; y ensoberbeciese también por su inteligencia y conciencia que creía más prudente que la de los demás.

La segunda columna era, porque estaba soberbio con los bienes que se le habían concedido, con los criados, con los vestidos y demás cosas.

La tercera columna era, porque se ensoberbecía con la hermosura de los miembros, con su ilustre nacimiento y con sus obras. En estas tres columnas hay infinitas palabras, según muy bien sabes.

El segundo libro es su codicia: este tiene tres columnas. La primera es espiritual, porque pensó que sus pecados no eran tan graves como se decía, e indignamente deseó el reino de los cielos, que no se da sino al que está perfectamente limpio. La segunda es, porque deseó del mundo más de lo necesario, y su deseo se encaminó únicamente a exaltar su nombre y su descendencia, a fin de criar y ensalzar sus herederos, no a honra tuya, sino según la honra del mundo.

La tercera columna es, porque estaba soberbio con la honra del mundo y con ser más que los otros. Y en estas columnas, según bien sabes, hay innumerables palabras, con que buscaba el favor y la benevolencia, y adquiría bienes temporales.

El tercer libro es la envidia, y tiene tres columnas. La primera fue mental o en su ánimo, porque ocultamente envidiaba a los que tenían más que él, y prosperaban más. La segunda columna es, porque por envidia recibió cosas de los que tenían menos que él, y más lo necesitaban. La tercera, porque por envidia perjudicó a su prójimo ocultamente con sus consejos, y aún públicamente, tanto de palabra como de obra, tanto por sí como por los suyos, y hasta incitó a otros a que lo hicieren.

El cuarto libro es la avaricia, y en él hay tres columnas. La primera es la avaricia mental, porque no quiso decir a otros lo que sabía, con lo cual hubieran los otros tenido consuelo y adelanto, y pensaba consigo de esta manera: ¿Qué provecho me resulta, si doy ese consejo a este o al otro? ¿Qué recompensa tengo, si le fuere a otro útil ese consejo o palabra? Y así, cualquiera se apartaba de él muy afligido, no edificado ni instruido, como hubiera podido ser, si hubiese él querido.

La segunda columna es, porque cuando podía pacificar los disidentes, no quiso hacerlo, y cuando podía consolar los afligidos, no se cuidó de ello. La tercera columna es la avaricia en sus bienes, en términos, que si debía dar un maravedí en tu nombre, se angustiaba y se le hacía penoso, y por honra del mundo daba ciento de buena gana. En estas columnas hay infinitas palabras, como muy bien te consta. Todo lo sabes y nada se te puede ocultar; mas por tu poder me obligas a hablar, porque quieres que esto sirva de provecho a otros.

El quinto libro es la pereza, y tiene tres columnas. Primera, porque fue perezoso en hacer buenas obras por honra tuya, esto es, en cumplir tus mandamientos; pues por el descanso de su cuerpo perdió su tiempo, y le eran muy deleitables el provecho y placer de su cuerpo. La segunda columna es porque fue perezoso en pensar, pues siempre que tu buen espíritu infundía en su corazón el arrepentimiento, o alguna buena idea espiritual, pareciale aquello demasiado difuso, y apartaba su mente del pensamiento espiritual, y tenía por grato y suave todo gozo del mundo.

La tercera columna es porque fue perezoso de boca, esto es, en orar y en hablar lo que era de provecho a los otros y en honra tuya; pero era muy aficionado a palabras chocarreras. Cuántas palabras hay en estas columnas, y cuán innumerables son, tú sólo lo sabes.

El sexto libro es la ira, y tiene tres columnas. La primera, porque irritabase con su prójimo por cosas que no le interesaban. La segunda columna es, porque con su ira dañó de obra a su prójimo, y a veces por ira destrozaba sus cosas. La tercera es, porque por ira molestaba a su prójimo.

El séptimo libro era su sensualidad, y tiene también tres columnas. La primera es, porque de una manera indebida y desordenada deleitabase carnalmente; pues aunque era casado, y no se mezclaba con otras mujeres, con todo pecó impúdicamente de un modo ilícito con ademanes, con palabras y obras inconvenientes. La segunda columna es, porque era demasiado atrevido en hablar, y no sólo estimulaba a su mujer a hablar con libertad, sino que muchas veces con sus palabras atrajo también a otros, para que oyesen y pensasen liviandades. La tercera columna es, porque mantenía su cuerpo con excesiva delicadeza, haciendo preparar para sí en abundancia las más exquisitas viandas para mayor placer de su cuerpo, y para que los hombres lo alabasen y lo apellidasen espléndido.

Más de mil palabras hay en estas columnas, porque se sentaba a la mesa más despacio de lo justo, sin considerar la pérdida del tiempo; hablaba muchas cosas inoportunas, y comía más de lo que pedía la naturaleza. Aquí tienes, oh Juez, todo mi libro: adjudícame, pues, esa alma.

Guardó silencio entonces el Juez, y acercándose la Madre, que estaba más lejos, dijo: Yo quiero disputar con ese demonio sobre la justicia. Y respondió el Hijo: Amadísima Madre, cuando al demonio no se le niega la justicia, ¿cómo se te podrá negar a ti, que eres mi Madre y la Señora de los ángeles? Tú todo lo puedes y todo lo sabes en mí, pero sin embargo, habla, para que otros sepan el amor que te tengo.

En seguida dijo la Virgen al demonio: Te mando, diablo, que me respondas a tres cosas que te pregunto, y aunque lo hicieres a la fuerza, estás obligado por justicia, porque soy tu Señora. Dime, ¿conoces tú, por ventura, todos los pensamientos del hombre? Y respondió el demonio: No, sino solamente aquellos que puedo juzgar por las operaciones exteriores del hombre y por su disposición, y los que yo mismo le sugiero en su corazón, pues aunque perdí mi dignidad, sin embargo, por lo sutil de mi naturaleza, me quedó tanta penetración, que por la disposición del hombre puedo entender el estado de su mente; pero sus buenos pensamientos no puedo conocerlos.

Entonces le volvió a hablar al demonio la bienaventurada Virgen, y le dijo: Dime, diablo, aunque sea a la fuerza: ¿Qué es aquello que puede borrar lo escrito en tu libro? Nada puede borrarlo, respondió el demonio, sino una cosa, que es el amor de Dios; y el que lo tuviere en su corazón, por pecador que sea, al punto se borra lo que acerca de él estaba escrito en mi libro. Dime, diablo, le preguntó por tercera vez la Virgen: ¿Hay, por ventura, algún pecador tan inmundo y tan apartado de mi Hijo que no pueda alcanzar perdón mientras vive? Y respondió el demonio: Nadie hay tan pecador que, si quisiere, no pueda volver a la gracia mientras vive. Siempre que cualquiera, por gran pecador que sea, mude su voluntad mala en buena, tiene amor de Dios y quiere permanecer en él, todos los demonios no son bastantes para arrancarlo.

En seguida la Madre de la misericordia dijo a los circunstantes: Al final de su vida se volvió a mí esta alma, y me dijo: Vos sois la Madre de la misericordia y el auxilio de los infelices. Yo soy indigno de suplicar a vuestro Hijo, porque mis pecados son graves y muchísimos, y en gran manera lo he provocado a ira, porque he amado más mi placer y el mundo que a Dios mi Creador. Os ruego, pues, tengáis misericordia de mí, Vos, que no la negáis a ninguno que os la pide, y por tanto, me vuelvo a Vos y os prometo, que si viviere, quiero enmendarme y volver mi voluntad a vuestro Hijo, y no amar ninguna otra cosa sino a él.

Pero sobre todo me pesa y siento no haber hecho nada para honra de vuestro Hijo, mi Creador; y así os ruego tengáis misericordia de mí, piadosísima Señora, porque a nadie sino a vos tengo a quien acudir. Con tales palabras y con este propósito vino a mí esta alma al final de su vida. ¿Y no debía yo oírla? ¿Quién hay, que si de todo corazón y con propósito de la enmienda hace una súplica a otro, no merezca ser oído? ¿Y cuanto más yo, que soy la Madre de la misericordia, no debo oir a todos los que me claman?

Y respondió el demonio: Nada sé acerca de ese propósito; pero si es según dices, pruébalo con razones manifiestas. Eres indigno de que yo te responda, dijo la Virgen; sin embargo, porque esto se hace para provecho de otros, te voy a contestar. Tú, miserable, tienes ya dicho, que nada de lo escrito en tu libro puede borrarse sino por amor de Dios. Y volviéndose entonces la Virgen al Juez, dijo: Hijo mío, haz que abra el diablo ese libro y lea, y vea si todo está allí escrito por completo, o si se ha borrado algo.

Entonces dijo el Juez al demonio: ¿Dónde está tu libro? En mi vientre, respondió el demonio. Y le dijo el Juez: ¿Cuál es tu vientre? Mi memoria, respondió el diablo; porque como en el vientre está toda inmundicia y hedor, así en mi memoria está toda perversidad y malicia, que como pésimo hedor huelen en tu presencia. Pues cuando por mi soberbia me aparté de ti y de tu luz, entonces hallé en mí toda malicia, y obscurecióse mi memoria respecto a las cosas buenas de Dios, y en esta memoria está escrita toda la maldad de los pecados. Dijole entonces el Juez al demonio: Te mando, que veas con esmero y busques en tu libro qué es lo que hay escrito y qué borrado respecto a los pecados de esta alma, y dilo públicamente. Y respondió el demonio: Miro mi libro, y veo escritas cosas diferentes de las que creí. Veo que han sido borrados aquellos siete catálogos, y nada queda de ellos en mi libro sino los excesos y demasías.

En seguida dijo el Juez al ángel bueno que se hallaba presente: ¿Dónde están las buenas obras de esta alma? Y respondió el ángel: Señor, todas las cosas están en vuestra presciencia y conocimiento, las presentes, las pasadas y las futuras. Todo lo sabemos y lo vemos en Vos, y Vos en nosotros, ni necesitamos hablaros, porque todo lo sabéis. Pero porque queréis mostrar vuestro amor, manifestáis vuestra voluntad a quienes os place. Desde que en un principio se unió esta alma en el cuerpo, estuve yo siempre con ella, y tengo también escrito un libro de sus buenas obras. Y si quisierais ver ese libro, está en vuestro poder.

Y dijo el Juez: No conviene juzgar sino después de oir y entender lo bueno y lo malo, y examinado todo bien, debe entonces sentenciarse con arreglo a justicia, ya sea para la vida, ya para la muerte. Mi libro, respondió el ángel, es la obediencia, con que os obedeció, y en él hay siete columnas. La primera, es el bautismo; la segunda, es su abstinencia ayunando, y el contenerse en las obras ilícitas, en los pecados, y hasta en el placer y tentaciones de la carne; la tercera columna es la oración y el buen propósito que respecto a Vos tuvo; la cuarta columna son sus buenos hechos en limosnas y otras obras de misericordia; la quinta, es la esperanza que en Vos tenía; la sexta, es la fe que tuvo como cristiano; la séptima, es el amor de Dios. Oyendo esto el Juez, volvió a decir al ángel bueno: ¿Dónde está tu libro? Y él respondió: En vuestra visión y amor, Señor mío. Entonces en tono de reconvención, dijo la Virgen al diablo: ¿Cómo custodiaste tu libro, y cómo se borró lo que en él estaba escrito? Y respondió el demonio: ¡Ay! ¡Ay!, porque tú me engañaste.

En seguida dijo el juez a su piadosísima Madre: En este particular te ha sido en razón favorable la sentencia, y con justicia has ganado esa alma. Después daba voces el demonio, y decía: Perdí, y he sido vencido; pero dime, Juez: ¿Hasta cuándo he de tener esta alma por sus excesos y demasías? Yo te lo manifestaré, respondió el Juez; abiertos y leídos están los libros. Pero dime, diablo, aunque yo todo lo sé, dime si con arreglo a justicia debe esta alma entrar o no en el cielo. Te permito que ahora veas y sepas la verdad de la justicia. Y respondió el demonio: Es justicia en ti, que si alguien muriere sin pecado mortal, no entrará en las penas del infierno, y todo el que tiene amor de Dios, de derecho puede entrar en el cielo. Y como esta alma no murió en pecado mortal y tuvo amor de Dios, es digna de entrar en el cielo, después que purgue lo que deba.

Y dijo el Juez: Ya que te he abierto el entendimiento y te he permitido ver la luz de la verdad y de la justicia, di para que lo oigan quienes yo quiero: ¿cuál debe ser la sentencia de esta alma? Respondió el demonio: Que se purifique de tal modo, que no quede en ella una sola mancha; porque aun cuando por justicia se te ha adjudicado, con todo, está todavía inmunda, y no puede llegar a ti, sino después de purificarse. Y como tú, ¡oh, Juez!, me preguntaste, ahora también pregunto: ¿Cómo debe purificarse y hasta cuándo ha de estar en mis manos? Respondió el Juez: Te mando, diablo, que no entres en ella, ni la absorbas en ti; pero debes purificarla hasta que esté limpia y sin mancha, pues según su culpa padecerá su pena.

De tres modos pecó en la vista, de tres modos en el oído y de otros tres modos en el tacto. Por consiguiente, debe ser castigada de tres modos. En la vista: primero, debe ver personalmente sus pecados y abominaciones; segundo, debe verte en tu malicia; tercero, debe ver las miserias y terribles penas de las demás almas.

Igualmente se ha de afligir de tres modos en el oído. Primero, oirá un horrible ¡Ay!, porque quiso oír su propia alabanza y lo deleitable del mundo: segundo, debe oír los horrorosos clamores y burlas de los demonios: tercero, oirá oprobios e intolerables miserias, porque oyó más y con más gusto el amor y el favor del mundo, que el de Dios, y sirvió con más empeño al mundo que a su Dios.

De tres modos también se ha de afligir en el tacto. Primero, ha de arder en abrasadísimo fuego interior y exteriormente, de manera que en ella no quede ni la menor mancha, que no se purifique en el fuego: segundo, ha de padecer grandísimo frío, porque ardía en su codicia y era frío en mi amor: tercero, estará en manos de los demonios, para que no haya ni el menor pensamiento ni la más leve palabra que no se purgue, hasta que se ponga como el oro, que se purifica en el crisol y en la fragua, a voluntad de su dueño.

Entonces preguntó el demonio: ¿Hasta cuándo estará esa alma en esta pena? Y respondió el Juez: Puesto que su voluntad fué vivir en el mundo, y era tal esta voluntad, que de buena gana hubiera vivido en el cuerpo hasta el fin del mundo, esta pena ha de durar hasta el fin del mundo. Justicia mía es, que todo el que me tiene amor divino, y con todo empeño me desea y anhela por estar conmigo y separarse del mundo, éste sin pena debe obtener el cielo, porque la prueba de la vida presente es su purificación. Mas el que teme la muerte por causa de la acerba pena futura, y quisiera tener más tiempo para enmendarse, éste debe tener una pena leve en el purgatorio. Pero el que olvidándose de mí, desea vivir hasta el día del juicio, aunque no peque mortalmente, sin embargo, por el perpetuo deseo de vivir que tiene, debe tener pena perpetua hasta el día del juicio.

Entonces dijo la piadosísima Virgen María: Bendito seas, Hijo mío, por tu justicia, que es con toda misericordia. Aunque nosotros lo veamos y sepamos todo en ti, di no obstante, para inteligencia de los demás, qué remedio deba tomarse que disminuya tan largo tiempo de pena, y cuál otro para que se apague un fuego tan cruel, y cómo también pueda esta alma librarse de las manos de los demonios. Y respondió el Hijo: Nada se te puede negar, porque eres la Madre de la misericordia, y a todos proporcionas y buscas consuelo y misericordia.

Tres cosas hay que hacen disminuir tan largo tiempo de pena, y que se apague el fuego, y que esa alma se libre de las manos de los demonios. La primera es, si alguien devuelve lo que él injustamente tomó o arrancó de otros, o está obligado a devolverles en justicia; pues el alma debe purgarse, o por los ruegos de los santos, o por limosnas y buenas obras de los amigos, o por una suficiente purificación. Lo segundo es una cuantiosa limosna, pues por ella se borra el pecado, como con el agua se apaga la sed. Lo tercero es, la ofrenda de mi cuerpo hecha por él en el altar, y las súplicas de mis amigos.

Estas tres cosas son las que lo libertarán de aquellas tres penas. Entonces dijo la Madre de la misericordia: ¿Y de qué le sirven ahora las buenas obras que por ti hizo? Y respondió el Hijo: No preguntas, porque lo ignores, pues todo lo sabes y ves en mí, sino que lo investigas para mostrar a los otros mi amor. A la verdad, no quedará sin remuneración la más insignificante palabra, ni el más leve pensamiento que en honra mía tuvo; pues todo cuanto por mí hizo, está ahora delante de él y dentro de su misma pena, y le sirve de refrigerio y de consuelo, y por ello siente menos ardor del que sufriría de otro modo. Y volvió la Virgen a decirle a su Hijo: ¿Por qué esa alma está inmóvil, como quien no mueve manos ni pies contra su enemigo y no obstante vive?

Y respondió el Juez: De mí escribió el Profeta, que fui como un cordero que enmudece delante de quien lo trasquila; y a la verdad, yo enmudecí delante de mis enemigos: por tanto, es justicia, que por no haberse tomado interés por mi muerte esa alma y por haberla considerado de poca importancia, esté ahora como el niño que en las manos de los homicidas no puede dar voces. Bendito seas, dulcísimo Hijo mío, que nada haces sin justicia, dijo la Madre. Tú dijiste antes, Hijo mío, que tus amigos podían socorrer a esta alma, y bien sabes que ella me sirvió de tres modos. Primero, con la abstinencia, pues ayunaba las vigilias de mis festividades y en ellas se abstenía en mi nombre; segundo, porque leía mi Oficio; y tercero, porque cantaba por honra mía. Y así, Hijo mío, puesto que oyes a tus amigos que te dan voces en la tierra, te ruego, que también te dignes oírme a mí.

Y respondió el Hijo: Siempre se oyen con mayor benevolencia las súplicas de la persona predilecta de algún señor; y como tú eres lo que yo más amo sobre todas las cosas, pide cuanto quieras, y se te dará. Esta alma, dijo la Madre, padece tres penas en la vista, tres en el oído, y otras tres en el tacto. Te ruego, pues, amadísimo Hijo mío, que le disminuyas una pena en la vista, y es que no vea los horribles demonios, aunque sufra las otras dos penas, porque tu justicia así lo exige según la justicia de tu misericordia, a la cual no puedo oponerme. Te suplico, en segundo lugar, que en el oído le disminuyas una pena, y es que no oiga su oprobio y confusión. Te ruego, por último, que en el tacto le quites una pena, y es que no sienta ese frío mayor que el hielo, el cual lo merece tener, porque era frío en tu amor.

Y respondió el Hijo: Bendita seas, amadísima Madre, a ti nada se te puede negar: hágase tu voluntad, y sea, según lo has pedido. Bendito seas tú, dulcísimo Hijo mío, dijo la Madre, por todo tu amor y misericordia.

En aquel instante apareció un santo con gran acompañamiento, y dijo: Alabado seáis, Señor, Dios nuestro, Creador y Juez de todos. Esta alma fue en su vida devota mía, ayunó en honra mía, y me alabó haciéndome súplicas, de la misma manera que a estos amigos vuestros que se hallan presentes. Así, pues, os ruego de parte de ellos y mía, que tengáis compasión de esta alma, y por nuestras súplicas le deis descanso en una pena, y es que los demonios no tengan poder para obscurecer su conciencia; pues si no se les contiene, la obscurecerán de tal modo, que nunca había de esperar esa alma el término de su desdicha y alcanzar la gloria, sino cuando fuese tu voluntad mirarla especialmente con tu gracia; y este es un suplicio mayor que todo otro. Por tanto, piadosísimo Señor, concededle por nuestras súplicas, que en cualquiera pena en que estuviere, sepa positivamente que ha de acabar aquella pena, y que ha de alcanzar la gloria perpetua.

Y respondió el Juez: Así lo exige la verdadera justicia, porque esa alma apartó muchas veces su conciencia de los pensamientos espirituales y de la inteligencia de las cosas eternas, y quiso obscurecer su conciencia, sin temer obrar contra mí, y por tanto, justo es, repito, que los demonios obscurezcan su conciencia. Mas porque vosotros, amadísimos amigos míos, oísteis mis palabras y las pusisteis por obra, no se os debe negar nada, y así haré lo que pedís. Entonces respondieron todos los santos: Bendito seáis, Dios, en toda vuestra justicia, que juzgáis justamente, y nada dejáis sin castigo.

En seguida dijo al Juez el ángel custodio de aquella alma: Desde el principio de la unión de esta alma con su cuerpo, estuve yo con ella, y la acompañé por providencia de vuestro amor, y algunas veces hacía mi voluntad. Os ruego, pues, Dios y Señor mío, que tengáis misericordia de ella. Y respondió el Señor: Sí, bien está; pero acerca de esto, queremos deliberar. Entonces desapareció la visión.
 
Fue éste un caballero bondadoso y amigo de los pobres, y dio por él cuantiosas limosnas su esposa, la cual falleció en Roma, como lo tenía anunciado el espíritu de Dios, por medio de santa Brígida, a la que dijo: Ten entendido que esa señora regresará a su patria, pero no morirá allí. Y así fue, porque segunda vez volvió a Roma, donde murió y fue enterrada. 

Libro 4, Capitulo 91. Hay un lugar en el purgatorio, donde no se padece otra pena que del deseo.

Estaba santa Brígida haciendo oración por un anciano sacerdote ermitaño, amigo suyo, que acababa de morir, y había tenido un vida ejemplar, llena de grandes virtudes, y ya estaba puesto en la iglesia en un féretro para enterrarlo.

Hallándose en esta oración se le apareció a la Santa la Virgen María y le dijo: Sabrás, hija mía, que el alma de este ermitaño amigo tuyo, hubiera entrado en el cielo al punto de salir del cuerpo, a no ser porque en el instante de su muerte no tuvo deseo de presentarse a la presencia de Dios y de verlo. Y por esta razón se halla detenido en el purgatorio del deseo, donde no hay ninguna pena, sino solamente el deseo de llegar a ver a Dios. Con todo, antes que sea sepultado su cuerpo, su alma entrará en la gloria. 

Libro 6, Capítulo 38.  Indecibles y horribilísimas penas de abuela y nieta, una en el infierno y otra en el purgatorio, por el orgullo y vanidad de sus vidas, con mucha doctrina y enseñanza que sobre esto da la Virgen María a santa Brígida. Léase con detención y pidiendo a Dios su santa gracia, pues es muy bastante para convertir a cualquier alma. 

Alabado seáis, Dios mío, dijo la Santa, por todas las cosas que han sido creadas; honrado seáis por todas vuestras virtudes, y todos os tributen homenaje por vuestro amor. Yo, criatura indigna y pecadora desde mi juventud, os doy gracias, Dios mío, porque a ninguno de cuantos pecan, negáis la gracia si os la piden, sino que de todos os compadecéis y los perdonáis. ¡Oh dulcísimo Dios! es admirable lo que conmigo hacéis, que cuando os place, adormecéis mi cuerpo con un letargo espiritual, y despertáis mi alma para que vea, oiga y sienta las cosas espirituales.

¡Oh Dios mío! ¡Cuán dulces son vuestras palabras a mi alma, que las recibe como sabrosísimo manjar! Entran con alegría en mi corazón, y cuando las oigo, estoy satisfecha y hambrienta: satisfecha, porque nada me debilita sino vuestras palabras; y hambrienta, porque con mayor empeño deseo oirlas. Dadme, pues, auxilio, bendito Dios mío, para que yo haga siempre vuestra voluntad.

Y respondió Jesucristo: Yo soy sin principio ni fin, y todo cuanto existe ha sido creado por mi poder. Todo está dispuesto por mi sabiduría, y todo se rige por mi juicio. Todas mis obras están ordenadas por amor, y así, nada me es imposible. Pero es demasiado duro el corazón que ni me ama ni me teme, siendo yo el Gobernador y Juez de todos, y el hombre hace más bien la voluntad del demonio, que es traidor y su verdugo, el cual extiende por toda la tierra su veneno, con el cual no pueden vivir las almas y son sumergidas en los abismos del infierno.

Este veneno es el pecado, que les sabe dulcemente, aunque es amargo al alma, y por mano del demonio se esparce sobre muchos todos los días. Mas ¿quién ha oído cosa tan extraña, como el que a los hombres se les ofrezca la vida y escojan la muerte? Sin embargo, yo, Dios de todos, soy sufrido, me compadezco de su miseria y hago como aquel rey, que al enviar con sus criados el vino, les dijo: Dadlo a muchos, porque es saludable; a los enfermos da salud, a los tristes alegría, y a los sanos corazón varonil. Pero no se envía el vino sino en un vaso conveniente. Del mismo modo mis palabras, que se comparan al vino, las envíe a mis siervos por medio de ti, cuyo corazón es como un vaso, el cual quiero llenar y agotar según me plazca. Mi Espíritu Santo te enseñará a dónde has de ir y qué has de hablar. Por consiguiente, di con valor y alegría lo que mando, porque nadie prevalecerá contra mí.

Entonces dijo la Santa: ¡Oh Rey de toda gloria, inspirador de toda sabiduría y dador de todas las virtudes! ¿Por qué me elegís para tamaña obra a mí, que he consumido mi vida en los pecados? Yo soy ignorante como un jumento, desnuda de virtudes, en todo he delinquido y no me he enmendado nada.

Y respondió el Espíritu: ¿Quién se admiraría, si un señor cualquiera, con las monedas o barras de plata que le diesen, mandara hacer coronas, anillos o vasos pará su uso? Así, tampoco es de admirar si yo recibo los corazones de mis amigos que se me presentan, y hago en ellos mi voluntad; y puesto que uno tiene más entendimiento y otro menos, me valgo de la conciencia de cada cual, según conviene a mi honra, porque el corazón del justo es moneda mía. Por tanto, permanece firme y pronta a mi voluntad.

Enseguida dijo la Virgen a la Santa: ¿Qué dicen las mujeres soberbias de tu reino? Y contestó la Santa: Yo soy una de ellas, y así me avergüenzo de hablar en vuestra presencia. Y dijo la Virgen: Aunque yo sé todo eso mejor que tú, sin embargo, quiero oírtelo decir. Respondió la Santa: Cuando se nos predicaba la verdadera humildad, decíamos que nuestros mayores nos dejaron vastas posesiones y grandiosas costumbres, ¿por qué, pues, no debemos imitarlos? También nuestra madre ocupaba su puesto entre las principales señoras, vestía magníficamente, tenía muchos criados y nos criaba con suntuosidad, ¿por qué no he de dejar a mis hijas lo que aprendí, que es a portarse con magnificencia, vivir con alegría corporal y morir también con gran pompa y fausto del mundo?

Dijo entonces la Madre de Dios: Toda mujer que pusiere en práctica esas ideas, va al infierno por el camino más derecho, y esta es la severa respuesta que debe dárseles. ¿De qué les servirán semejantes ideas, cuando el Creador de todas las cosas consintió que su cuerpo estuviese siempre en la tierra con la mayor humildad, desde que nació hasta su muerte, y jamás lo cubrió el vestido de la soberbia? No consideran estas mujeres el rostro de mi Hijo mientras vivía, ni cómo estuvo muerto en la cruz cubierto de sangre y pálido con los tormentos, ni se cuidan de las injurias y oprobios que El mismo oyó, ni de la afrentosa muerte que quiso escoger.

Tampoco recuerdan el lugar donde mi Hijo exhaló su postrer aliento, porque donde los ladrones y salteadores recibieron su pena, allí mismo fué castigado, y también me hallé presente yo, que soy su Madre, que entre todas las criaturas soy la que El más quiere y en mí reside toda humildad. Por consiguiente, los que se conducen con semejante pompa y soberbia, y dan ocasión a otros para que los imiten, son como el hisopo, que si se moja en un licor inflamado, los quema a todos y mancha a los que rocía. Del mismo modo los soberbios dan ejemplo de soberbia y orgullo, y con este mal ejemplo abrasan en gran manera las almas.

Quiero, pues, hacer como la buena madre, que para amedrantar a sus hijos les enseña la vara, que igualmente ven sus criados. Y al verla los hijos, temen ofender a la madre, y le dan gracias, porque los amenazaba sin castigarlos. Pero los criados temen ser azotados si delinquen; y así, por ese temor a la madre hacen los hijos muchas más cosas buenas que antes, y los criados menor número de cosas malas. Y puesto que soy la Madre de la misericordia, quiero manifestarte cuál es el pago del pecado, a fin de que los amigos de Dios se hagan más fervorosos en el amor del Señor, y conociendo los pecadores su peligro huyan del pecado a lo menos por temor, y de esta suerte me compadezco de buenos y malos: de los buenos para que alcancen mayor corona en el cielo; de los malos, para que incurran en menor pena; pues no hay pecador, por grande que sea, a quien no esté yo dispuesta a ayudar y mi Hijo a darle su gracia, si pidiere misericordia con amor de Dios.

Acto continuo aparecieron tres mujeres: madre, hija y nieta. La madre y la nieta aparecieron muertas, pero la hija apareció viva. La difunta madre salía como arrastrando del cieno de un tenebroso lago; tenía arrancado el corazón y cortados los labios, temblábale la barba, y los dientes muy blancos y largos, chocaban unos contra otros, las narices estaban corroídas y los ojos saltados, colgábanle dos nervios hasta las mejillas; la frente hundida y en lugar de ella un enorme y tenebroso abismo; faltábale en la cabeza el cráneo y bullíale el cerebro como plomo derretido y derramábase como pez hirviendo; al cuello, como al madero que se trabaja en el torno, rodeábale un agudísimo hierro que lo destrozaba sin consuelo; el pecho estaba abierto y lleno de gusanos de todos tamaños dando vueltas unos sobre otros; eran los brazos como mangos de piedra, y las manos como mazas nudosas y largas; las vértebras de la espalda estaban todas sueltas y subían y bajaban sin parar; una larga y gran serpiente venía arrastrando desde la parte baja a la alta del estómago, y uniendo como un arco su cabeza y cola, ceñía continuamente las vísceras como una rueda; eran las piernas como dos bastones cubiertos de agudísimas púas, y los pies como de sapo.

Entonces esta madre difunta le dijo a su hija que aún vivía: Oye tú, lagarta y venenosa hija. ¡Ay de mí, porque fuí tu madre! Yo fui la que te puse en el nido de la soberbia, donde bien abrigada crecías hasta que llegaste a la juventud, y te gustó tanto, que en él has invertido toda tu vida. Te digo, por tanto, que cuantas veces vuelves los ojos con las miradas de soberbia que te enseñé, otras tantas echas en mis ojos un veneno hirviendo con intolerable ardor; siempre que dices las palabras soberbias que de mí aprendiste, tomo una amarguísima bebida; todas las veces que se llenan tus oídos con el viento de la soberbia movido por las tempestades de la arrogancia, tal como oir elogiar tu cuerpo y desear las honras del mundo, todo lo cual lo aprendiste de mí, otras tantas veces viene a mis oídos un sonido terrible con viento impetuoso y abrasador.

¡Ay de mí, pobre y miserable! pobre, porque no tengo ni siento nada bueno; y miserable, porque abundo en todos los males. Pero tú, venenosa hija, eres como la cola de la vaca que anda por sitios fangosos, y siempre que mueve la cola, mancha y rocía a los circunstantes: así tú, eres como la vaca, porque no tienes sabiduría divina, y andas según las obras y movimientos de tu cuerpo. Por tanto, siempre que haces lo que yo acostumbraba, que son los pecados que te enseñé, se renueva al punto mi pena y se hace más cruel. ¿Y por qué te ensoberbeces con tu linaje, viperina hija? ¿Te sirve acaso de honra y esplendor el que la inmundicia de mis entrañas fué tu reclinatorio? Saliste de mi impuro vientre, y la inmundicia de mi sangre fué tu vestidura al nacer; y ahora mi vientre, en el cual estuviste, se halla todo corroido por gusanos.

Mas ¿por qué me quejo de ti, cuando con mayor motivo debería quejarme de mí misma? Tres son las cosas que más me afligen el corazón. Primera, que siendo creada por Dios para los goces del cielo, abusaba de mi conciencia y me abrí el camino para los tormentos del infierno. Segunda, que Dios me creo hermosa como un ángel, y me he afeado en términos, que me parezco más al demonio que al ángel; y tercera, que el tiempo que tuve de vida, lo empleé muy mal, porque me fuí en pos de lo transitorio, que es el deleite del pecado, por el cual siento ahora un mal infinito, cual es la pena del infierno.

Y volviéndose en seguida a la Santa, le dice: Tú que me estás mirando, no me ves sino por comparaciones corporales; pues si me vieras en la forma en que estoy, morirías de terror, porque todos mis miembros son demonios: y así, es cierto lo que dice la Escritura, que como los justos son miembros de Dios, así los pecadores son miembros del demonio. De esa manera estoy experimentando ahora que los demonios están fijos en mi alma, porque la voluntad de mi corazón me preparó para tamaña fealdad. Pero oye más todavía. Parécete que mis pies son de sapo, lo cual es porque estuve firme en el pecado, y por eso ahora están firmes en mí los demonios, y me muerden sin saciarse nunca.

Mis piernas son como bastones espinosos, porque tuve mi voluntad según mi placer y deleite carnal. Las vértebras de la espalda están sueltas y moviéndose unas contra otras, porque la alegría de mi espíritu unas veces subía por el consuelo del mundo, y otras bajaba con la excesiva tristeza e ira por las contradicciones del mundo. Y como la espalda se mueve según lo hace la cabeza, así debería yo haber sido estable y movediza según la voluntad de Dios; mas por no haberlo hecho, padezco justamente lo que ves.

Una serpiente viene arrastrándose desde la parte baja del estómago hasta la alta, y puesta en forma de arco, da vueltas como una rueda; lo cual es porque mi placer y deleite fue desordenado, y mi voluntad quería poseerlo todo, y gastar de muchas maneras y sin discreción, y por esto da ahora vueltas por mi interior la serpiente y me muerde de un modo inconsolable y sin misericordia. Tengo abierto mi pecho y roído por gusanos, lo cual manifiesta la verdadera justicia de Dios, porque amé las cosas pútridas más que a Dios, y el amor de mi corazón estaba en las cosas transitorias; y como de gusanos chicos se crían otros mayores, así mi alma está llena de los pútridos demonios.

Mis brazos parecen mangos, porque mi deseo tuvo como dos brazos; pues deseé larga vida y vivir mucho tiempo en el pecado. Deseé también y anhelaba, porque el juicio de Dios fuese más suave de lo que dice la Escritura, aunque bien me dijo mi conciencia que mi vida era breve y el juicio de Dios intolerable. Pero mi deseo de pecar me sugirió que mi vida era larga, y muy fácil el juicio de Dios, y con semejantes ideas trastornábase mi conciencia, y de esta suerte mi voluntad y mi razón seguían el placer y deleite; y por esto mismo el demonio se mueve ahora en mi alma contra mi voluntad, y mi conciencia entiende y conoce que es justo el juicio de Dios. Son mis manos como dos mazas largas, porque no me fueron agradables los preceptos de Dios; y así, mis manos me sirven de peso, sin serme de ningún uso.

Mi cuello está dando vueltas como un madero que se tornea con un hierro agudo, porque las palabras de Dios no fueron gratas para entrar en la caridad de mi corazón, sino muy amargas, porque se oponían al deleite y placer de mi corazón, y por eso está ahora puesto contra mi garganta un hierro agudo. Mis labios están cortados, porque era pronta para decir expresiones soberbias y chocarreras, pero indolente y perezosa para hablar palabras de Dios. La barba está trémula y los dientes chocando unos contra otros, porque tuve cumplida voluntad de dar sustento a mi cuerpo para parecer hermosa, incitante, sana y fuerte para todos los placeres del cuerpo, y por esto tiembla sin consuelo mi barba; y los dientes chocan unos con otros, porque fue inútil para el provecho del alma el uso y trabajo de los dientes.

Las narices están cortadas, porque como suele hacerse entre vosotros con los que en semejante caso delinquen para su mayor vergüenza, así a mí se me ha hecho para siempre el cauterio de mi pudor. Cuelgan los ojos de dos nervios que llegan hasta las mejillas; y esto es justo, porque como los ojos se alegraban de la hermosura de las mejillas para ostentar soberbia, así ahora, con el mucho llorar han saltado y con vergüenza cuelgan hasta las mejillas. Con justicia, también, está sumergida la frente y en su lugar hay excesivas tinieblas, porque rodeé mi frente con el velo de la soberbia, y quise gloriarme y parecer hermosa, y por esto se halla ahora mi frente tenebrosa y deforme.

Bulle, como es muy justo, el cerebro, y vierte fuera plomo y pez, porque como el plomo es movedizo y flexible a voluntad del que lo usa, así mi conciencia, que residió en mi cerebro, movíase según la voluntad de mi corazón, aunque entendía yo bien lo que debía hacer. Pero la Pasión del Hijo de Dios, nunca se fijó en mi corazón, sino vertíase, como lo que se aprende y se deja. Y en cuanto a la sangre que corrió del cuerpo del Hijo de Dios, no me cuidaba de ella más que si hubiera sido pez, y como se huye del pez, huía de las palabras de amor de Dios, para que no me molestasen ni me apartaran de los deleites del cuerpo. Por causa de los hombres, oí, sin embargo, algunas veces las palabras divinas, pero me entraban por un oído y me salían por otro; y por esto derrama mi cerebro pez ardiente con vehementísimo hervor.

Tapados con duras piedras están mis oídos, porque con gusto entraban en ellos las palabras soberbias, y bajaban suavemente hasta el corazón, porque de éste se hallaba excluido el amor de Dios; y porque por el mundo y por soberbia hice cuanto pude, por esto ahora están excluidas de mis oídos las palabras alegres.

Y si me preguntas si hice algunas obras meritorias, te diré que hice como el contraste que corta la moneda y la devuelve a su dueño. Si yo ayunaba y daba limosnas y hacía otras cosas, las hacía solamente por puro temor del infierno y por huir de las desgracias corporales; pero como en ninguna obra mía hubo nada de amor de Dios y las hacía en su desgracia, esas cosas no me valieron para alcanzar el cielo, aunque no quedaron sin recompensa. Si me preguntares, además, cual es mi voluntad interiormente, cuando tengo tanta fealdad por de fuera, te diré, que mi voluntad es como la del homicida y la del matricida, que de buena gana mataría a su progenitora; y así yo también deseo el peor mal a Dios mi Criador, el cual, fué conmigo excelente y piadosísimo.

Habla en seguida la difunta nieta de la abuela que estaba en el infierno, con su propia madre que aún vivía, y le dice: Oye, madre mía y mejor que madre escorpión. ¡Ay de mí, porque me engañaste! Me manifestaste semblante alegre y en cambio me heriste gravemente en el corazón. Con tus mismos labios me diste tres consejos, con tus obras aprendí, y con tus pasos me manifestaste tres caminos. El primer consejo fué amar carnalmente, para obtener la amistad carnal: el segundo fue gastar pródigamente por honra del mundo los bienes temporales, y el tercero, tener descanso por el placer del cuerpo. Pero semejantes consejos me han sido muy perjudiciales, pues porque amé carnalmente, obtuve la vergüenza y la envidia espiritual; porque gasté con prodigalidad los bienes temporales, fui privada de los dones de la gracia de Dios en la vida, y he conseguido la ignominia después de la muerte; y porque durante mi vida me deleitaba en el descanso de mi cuerpo, en la hora de la muerte comenzó para mi alma una inquietud sin consuelo.

Tres cosas aprendí también de ti, y fueron: hacer algunas buenas obras, sin dejar el pecado que me deleitaba; por lo cual experimento tanta angustia y tribulación, como quien mezclara miel con veneno y lo presentara a un juez, e irritado éste, lo derramase sobre quien se lo ofrecía. Me enseñaste además a cubrir los ojos con un lienzo, a llevar sandalias en los pies, sortijas preciosas en las manos y el cuello todo desnudo exteriormente. El lienzo que obscurecía mis ojos, significaba la hermosura de mi cuerpo, la cual obscurecía mis ojos espirituales de manera, que no atendía yo a la hermosura de mi alma.

Las sandalias que defendían los pies por debajo y no por encima, significan la fe santa de la Iglesia que guardé fielmente, aunque sin acompañarla con ninguna obra de provecho; y como las sandalias ayudan los pies, así mi conciencia, permaneciendo en la fe, ayudó a mi alma; pero como no acompañaban buenas obras, mi conciencia estaba como desnuda. Las sortijas preciosas en las manos significan la vana esperanza que tuve; porque las obras mías entendidas por las manos, las juzgué contando con una misericordia de Dios poderosa y amplia, la cual se significa en las sortijas; y porque cuando toqué con la mano la justicia de Dios, no la sentí ni atendí a ella, fuí por tanto muy atrevida para pecar.

Al acercarse la muerte cayó de mis ojos el lienzo sobre la tierra, esto es, sobre mi cuerpo, y entonces el alma se vio a sí misma y conoció que estaba desnuda, porque pocas obras mías fueron buenas y los pecados muchísimos, y de vergüenza no pude estar en el palacio del Rey eterno, porque fuí vestida ignominiosamente, y entonces me llevaron arrastrando los demonios a un castigo riguroso, donde era yo objeto de burla y afrenta.

Lo tercero que de ti aprendí, madre cruel, fué a vestir al siervo con las vestiduras del Señor, y colocado en la silla del Señor, honrarlo como si fuera éste, y darle al Señor los desechos del siervo y todo lo despreciable. Este Señor es el amor de Dios, y el siervo es la voluntad de pecar. Y así, pues, en mi corazón donde debió reinar el amor Divino, estaba siempre colocado el siervo, esto es, el deleite y el placer del pecado, al cual vestí cuando me valí para mi placer de todo lo criado y temporal, y solamente di a Dios los despojos, lo impuro y lo más despreciable, y no por amor sino por temor. De esta manera alegrábase mi corazón con el éxito del placer de mi liviandad, porque hallábase excluido de mí el amor de Dios y el Señor bueno, y tenía acogido al mal siervo. Estas son, madre, las tres cosas que con tus obras aprendí.

También con tus pasos me enseñaste tres caminos. El primero fué luminoso para el mal, y así que entré por él, me quedé ciega con tan maldita luz: el segundo era corto y resbaladizo como el hielo, y me caí, así que hube andado un paso: el tercero fué muy largo, y como eché a andar por él, vino por detrás de mí un torrente impetuoso y me trasladó a un profundo hoyo debajo de un monte. En el primer camino está significado el progreso de mi soberbia, la cual fue muy luminosa, porque la ostentación que nace de la soberbia, resplandeció tanto en mis ojos, que no pensé su fin, y por consiguiente, quedé ciega. En el segundo camino está significada la desobediencia; pero el tiempo de la inobediencia en esta vida no es largo, porque después de la muerte se ve el hombre obligado a obedecer.

No obstante, fué largo para mí, porque cuando daba un paso, esto es, una confianza humilde, me resbalaba al punto, porque quería que se me perdonara el pecado confesado; pero después de la confesión no quería dejar de pecar, y por consiguiente, no fuí constante en la obediencia, sino que recaía en los pecados, como quien se resbala en la nieve; porque mi voluntad fué fría, y no quería apartarme de lo que me deleitaba. De esta suerte, así que daba un paso y confesaba los pecados, volvía a recaer al punto, porque quería reiterar los pecados confesados y que me agradaban.

El tercer camino fue que esperaba yo lo imposible, esto es, poder pecar y no tener larga pena; poder también vivir mucho tiempo y no acelerar la hora de la muerte; y así que eché a andar por este camino, vino detrás de mí un torrente impetuoso, esto es, la muerte, que cogiéndome de uno a otro año, derribó mis pies con la pena de la flaqueza. ¿Qué eran mis pies, sino que al acercarse la enfermedad, muy poco pude atender al provecho del cuerpo, y menos a la salud del alma? Caí, pues, en un hoyo profundo, cuando reventó mi corazón, que estaba engreído con la soberbia y endurecido en pecar, y el alma cayó a la honda caverna donde se castigan los pecados. Este camino fué muy largo, porque después de concluir la vida carnal, empezó al punto un largo castigo. ¡Ay de mí, madre, y no buena, porque todo cuanto de ti aprendí alegremente, ahora lo estoy pagando con llanto.

La misma hija difunta dijo después a santa Brígida, que veía todo esto: Oye tú, que me estás mirando: mi cabeza y rostro están interior y exteriormente como el trueno y el rayo abrasador; mi cuello y pecho se hallan en una dura prensa sujetos con largas puntas de hierro; mis pies son como largas serpientes; mi vientre está golpeado con fuertes martillos, y mis piernas como el agua que de los canales cae congelada. Pero todavía tengo una pena interior más amarga que todas éstas. Porque al modo que estaría una persona que tuviese obstruidos todos los respiraderos de la vida, y llenas de viento todas las venas, se comprimiesen hacia el corazón, el que a causa de la violencia y poder del viento estuviera para reventar; tan miserablemente estoy yo por el viento de la soberbia que tanto quise.

Me hallo, no obstante, en el camino de la misericordia, porque en mi gravísima enfermedad me confesé lo mejor que supe, aunque por temor; pero al acercarse la muerte, me puse a considerar la Pasión de mi Dios, esto es, que aquella era mucho más dura y más amarga que la mía, la que por mis culpas merecía yo padecer. Con esta consideración alcancé lágrimas y deploré que siendo tan grande el amor de Dios hacia mí, fuese tan escaso el mío para el Señor.

Miré entonces a Dios con los ojos de mi conciencia, y dije: Señor, creo que sois mi Dios, tened misericordia de mí, Hijo de la Virgen, por vuestra amarguísima Pasión, que de buena gana enmendaría yo ahora mi vida si tuviese tiempo. Y en aquel instante encendióse en mi corazón una centellita de amor de Dios, por la cual parecíame la Pasión de Jesucristo más amarga que mi muerte, y estaba yo de esta suerte, cuando reventó mi corazón, y mi alma vino a parar a manos de los demonios para ser presentada en el tribunal de Dios. Y vine a parar a manos de los demonios, porque fué indigno que los hermosísimos ángeles se acercaran a un alma de tanta fealdad. En el tribunal de Dios clamaban contra mí los demonios, porque mi alma fuese condenada al infierno, pero respondió el Juez: Veo en su corazón una centellita de amor divino, la cual no debe apagarse, sino venir a mi presencia, y así, condeno a esta alma al purgatorio, hasta que purificada, merezca alcanzar el perdón.

Y si me preguntares si soy participante de todas las buenas obras que por mí se hacen, te contestaré con una comparación. A la manera que si vieses los dos platillos de una balanza colgando, y en una hubiese plomo que naturalmente tirase hacia abajo, y en otra algo ligero que propendiera hacia arriba, y cuanto más se fuera echando en este último platillo, más pronto subiría el otro que está muy cargado, igualmente acontece conmigo; porque cuanto más alta estuve en pecar, más baja estoy en el castigo; y por consecuencia, me levanta de la pena todo lo que se hace por mí en honra de Dios, especialmente la oración y buenas obras hechas por varones justos y amigos de Dios, y los socorros que se dan con bienes legítimamente adquiridos y las obras de amor de Dios. Todo esto es lo que cada día me hace ir acercándome al Señor.

Después dijo la Virgen a la Santa: Te admiras, hija mía, de que hablemos reunidos, yo, que soy la Reina del cielo, tú que vives en el mundo, esa alma que está en el purgatorio y la otra del infierno; pues voy a explicártelo. Yo no me aparto jamás del cielo, porque nunca me separo de la presencia de Dios, ni el alma que está en el infierno se aparta de sus penas, ni tampoco la otra del purgatorio antes de ser purificada, ni tú vienes a nosotros antes de la separación de la vida corporal. Mas por virtud del espíritu de Dios, elévase tu alma con tu inteligencia para oir las palabras de Dios en los cielos, y se te permite saber varias penas del infierno y del purgatorio, para que les sirvan de aviso a los malos, y de consuelo y provecho a los buenos. Ten, no obstante, entendido, que tu cuerpo y tu alma permanecen unidos en la tierra, pero el Espíritu Santo que está en los cielos, te dará inteligencia para comprender su voluntad.
 
Háblase aquí de tres mujeres, de las cuales la tercera, que aún vivía, entró en un monasterio, donde pasó el resto de su vida en ejercicios de gran perfección. 

 
Libro 6, Capitulo 50. Dice Jesucristo que el alma es su esposa, y añade quiénes sean espiritualmente los criados y las esclavas del alma Revela también a santa Brígida las terribles penas que padecía un alma en el purgatorio, y cómo podía ser aliviada en ellas. 

Cierto señor, dice Jesucristo, tenía una mujer, para la cual edificó una casa, le proporcionó criado, criadas y víveres, y se marchó a un largo viaje. A su vuelta encontró el señor difamada a su mujer, inobedientes a sus criados, y deshonradas las criadas, e irritado con esto, entregó la mujer a los tribunales, los criados a los verdugos, y mandó azotar a las criadas. Yo, Dios, soy este Señor, que tomé por esposa el alma del hombre, criada por el poder de mi divinidad, deseando tener con ella la indecible dulzura de mi misma divinidad. Me desposé con ella mediante la fe, el amor y la perseverancia de las virtudes. Edifíquele a esta alma una casa cuando le di el cuerpo mortal para que en él se probase y se ejercitara en las virtudes.

Esta casa, que es el cuerpo, tiene cuatro propiedades, es noble, mortal, mudable y corruptible. El cuerpo es noble, porque fue criado por Dios, participa de todos los elementos, y resucitará para la eternidad en el último día; pero es innoble comparado con el alma, porque es de tierra, y el alma es espiritual. Por tanto, por tener el cuerpo cierta nobleza, debe estar engalanado con virtudes, para que pueda ser glorificado en el día del juicio. Es también el cuerpo mortal por ser de tierra, por lo que debe resistir las seducciones de los deleites, porque si sucumbiere a ellas, pierde a Dios. Es igualmente mudable, por lo que ha de hacerse estable por medio del alma, pues si sigue sus impulsos, es semejante a los jumentos. Es, por último, corruptible, y por esto debe siempre estar limpio, pues el demonio busca la impureza, la cual huye de la compañía de los ángeles.

Habitadora de esta casa, es decir, del cuerpo, es el alma, y en él mora como en una casa, y vivifica al mismo cuerpo; pues sin la presencia del alma es el cuerpo horroroso, fétido y abominable a la vista. Tiene también el alma cinco criados, que sirven de consuelo al cuerpo. El primero es la vista, que debe ser como el buen vigía, para distinguir entre los enemigos y los amigos que llegan. Vienen los enemigos, cuando los ojos desean ver rostros hermosos, y todo lo deleitable a la carne y lo que es perjudical y deshonesto: y vienen los amigos, cuando se deleita en ver mi Pasión, las obras de mis amigos y todo lo que es en honra de Dios.

El segundo criado es el oído, el cual es como el buen portero, que abre la puerta a los amigos y la cierra a los enemigos. La abre a los amigos, cuando se deleita en oír las palabras de Dios, las pláticas y obras de los amigos del Señor; y la cierra a los enemigos, cuando se abstiene de oír murmuraciones, chocarrerías y necedades.

El tercer siervo es el gusto de comer y beber, el cual es como el buen médico, que ordena la comida para la necesidad, no para lo superfluo y deleitable; porque los alimentos han de tomarse como si fueran medicinas, y así deben observarse dos reglas: no comer mucho, ni demasiado poco; porque la mucha comida es causa de enfermedades, y si, por otra parte, se come menos de lo debido, se adquiere un hastío en el servicio de Dios.

El cuatro criado es el tacto, el cual es como el hombre laborioso, que trabaja para sustentar su cuerpo, y al mismo tiempo doma con prudencia los apetitos de la carne y desea ardientemente conseguir la salvación eterna.

El quinto siervo es el olor de las cosas deleitables, el cual puede no existir en muchos a fin de obtener mayor recompensa eterna; y por tanto, debe ser este siervo como el buen mayordomo, y pensar si ese deleite le conviene al alma, si adquiere merecimiento, y si puede subsistir el cuerpo sin él. Pues si considera que el cuerpo puede de todos modos estar y vivir sin ese olor deleitable, y por amor de Dios se abstiene de él, merece que el Señor le dé gran recompensa, porque es virtud muy grata a Dios, cuando el hombre se priva aun de las cosas lícitas.

A más de tener el alma estos criados, debe también tener cinco criadas muy aptas, para custodiar a la señora y guardarla de sus peligros. La primera ha de ser timorata y cuidadosa de que el esposo no se ofenda con la inobservancia de sus mandamientos, o de que la señora se haga negligente. La segunda ha de ser fervorosa en no buscar nada sino la honra del esposo y el provecho de su señora. La tercera debe ser modesta y estable, para que su señora no se engría con la prosperidad, ni se abata con la desgracia. La cuarta debe ser sufrida y prudente, para poder consolar a la señora en los males que le sobrevengan. La quinta ha de ser tan púdica y casta, que en sus pensamientos, palabras y obras no haya nada indecoroso o libertino.

Si, pues, el alma tiene la casa que hemos dicho, unos criados tan dispuestos y las criadas honradas, sienta muy mal que la misma alma, que es la señora, no sea hermosa y esté llena de abnegación. Quiero, por consiguiente, manifestarte el ornato y atavío del alma.

Ha de ser esta equitativa en discernir lo que debe a Dios y lo que debe al cuerpo, porque juntamente con los ángeles participa de la razón y del amor de Dios. Por tanto, debe el alma mirar la carne como si fuera un jumento, darle moderadamente lo necesario para la vida, estimularla al trabajo, corregirla con temor y abstinencia, y observar sus impulsos, no sea que por condescender con la flaqueza de la carne, peque el alma contra Dios. Lo segundo, el alma debe ser celestial, porque tiene la imagen del Señor de los cielos, y por tanto, nunca ha de entretenerse ni deleitarse en cosas carnales, a fin de no hacerse imagen del mismo demonio. Lo tercero, ha de ser fervorosa en amar a Dios, porque es hermana de los ángeles, inmortal y eterna. Debe, por último, ser hermosa en todo linaje de virtudes, porque eternamente ha de ver la hermosura del mismo Dios: mas si consiente con los deseos de la carne, será horrorosa por toda la eternidad.

Conviene también, que la señora, que es el alma, tenga su comida, la cual es la memoria de los beneficios de Dios, la consideración de sus terribles juicios y la complacencia en su amor y en guardar sus mandamientos. Debe, pues, el alma evitar con empeño el no ser jamás gobernada por la carne, porque entonces todo se desordena, y sucede que los ojos quieren ver cosas deleitables y peligrosas, los oídos quieren oir vaciedades; agrada también gustar cosas suaves y trabajar inútilmente por causa del mundo; entonces es seducida la razón, domina la impaciencia, disminúyese la devoción, auméntase la tibieza, palíase la culpa, y no son consideradas las cosas futuras; entonces mira el alma con desprecio el manjar espiritual, y le parece penoso todo lo que es del servicio de Dios.

¿Cómo puede agradar la continua memoria de Dios, donde reina el placer de la carne? ¿Ni cómo puede el alma conformarse con la voluntad de Dios, cuando solamente le agradan las cosas carnales? ¿Ni cómo puede distinguir lo verdadero de lo falso, cuando le es molesto todo lo que pertenece a Dios? De semejante alma, afeada de este modo, puede decirse, que la casa de Dios se ha hecho tributaria del demonio amoldándose a él.

De tal suerte es el alma de este difunto que estás viendo, pues el demonio la posee por nueve títulos. Primero, porque voluntariamente consintió en el pecado; segundo, porque despreció su dignidad y lo prometido en el santo bautismo; tercero, porque no cuidó de la gracia de su confirmación dada por el obispo; cuarto, porque no hizo caso del tiempo que se le hubo concedido para penitencia; quinto, porque en sus obras no me temió a mí, su Dios, ni tampoco mis juicios, sino que de intento se apartó de mí; sexto, porque menospreció mi paciencia como si yo no existiese, o como si yo no pudiera condenarlo; séptimo, porque se cuidó menos de mis consejos y preceptos que de los de los hombres; octavo, porque no daba gracias a Dios por sus beneficios, porque tenía su corazón fijo en el mundo; y noveno, porque toda mi Pasión estaba como muerta en su corazón, y por consiguiente, padece ahora nueve penas.

La primera, es porque todo lo que padece, lo sufre por justo juicio de Dios, por precisión y a la fuerza; la segunda, porque dejó al Criador y amó la criatura, y por tanto, lo detestan todas las criaturas; la tercera, es el dolor, porque dejó y perdió todo cuanto amó y todo esto está contra él; la cuarta, es el ardor y sed porque deseaba más las cosas perecederas que las eternas; la quinta, es el terror y poderío de los demonios, porque mientras pudo no quiso temer al benignísimo Dios; la sexta, es carecer de la vista de Dios, porque en su tiempo no vió la paciencia del Señor; la séptima, es una horrorosa ansiedad, porque ignora cuándo han de acabar sus tormentos; la octava, es el remordimiento de su conciencia, porque omitió lo bueno e hizo lo malo; la novena, es el frío y el llanto porque no deseaba el amor de Dios.

Sin embargo, porque tuvo dos cosas buenas: primera, creer en mi Pasión y oponerse en cuanto pudo a los que hablaban mal de mí; y segunda, amar a mi Madre y a mis santos, y guardar sus vigilias, te diré ahora cómo por las súplicas de mis amigos que por él ruegan, podrá salvarse.

Se salvará lo primero, por mi Pasión, porque guardó la fe de mi Iglesia; segundo, por el sacrificio de mi Cuerpo, porque este es el antídoto de las almas; tercero, por los ruegos de mis escogidos que en el cielo están; cuarto, por las buenas obras que se hacen en la santa Iglesia; quinto, por los ruegos de los buenos que viven en el mundo; sexto, por las limosnas hechas de los bienes justamente adquiridos, y si se restituyen los que se sabe están mal adquiridos; séptimo, por las penalidades de los justos que trabajan por la salvación de las almas; ; octavo, por las indulgencias concedidas por los Pontífices; noveno por varias penitencias hechas en beneficio de las almas, que los vivos no acabaron cumplidamente.

Esta revelación, hija mía, te la ha merecido el patrono san Erico, a quien sirvió esta alma, porque llegará tiempo en que decaerá la maldad de esta tierra, y en los corazones de muchos resucitará el celo de las almas.
 
 

Ella me ha arrebatado injustamente el alma que comparece ante Vos

Después de la muerte de su hijo, Santa Brígida fue llevada a un palacio magnífico. Ahí vio a Jesús sentado en su tribunal y rodeado de una corte innumerable de ángeles y santos, a su lado estaba la Santísima Virgen, que seguía con atención el juicio.

A los pies del Juez, vio bajo la forma de un recién nacido, el alma del difunto, que  temblaba y no lograba ver ni oír lo que ocurría. A la derecha del Juez, cerca del alma, estaba un ángel, el demonio estaba a su izquierda, pero ninguno de los dos tocaba al alma.

El demonio, entonces, se puso a gritar:«Escucha, Juez todopoderoso, yo debo quejarme de una mujer que es a la vez mi Soberana y Vuestra Madre, a quien vuestro amor le ha dado todo poder sobre el cielo y sobre la tierra, y sobre nosotros, los demonios del infierno. Ella me ha arrebatado injustamente el alma que comparece ante Vos, pues en verdad, a mí me correspondía apoderarme de ella en el momento de separarse del cuerpo y llevarla con mis compañeros ante Vuestro tribunal. Ahora bien, Juez Justo, el alma no había terminado de salir del cuerpo, cuando Vuestra Madre, la tomó consigo y la cubrió con su poderosa protección hasta presentarla ante Vos.»

La bienaventurada Virgen María, le respondió así: «Escucha, Satanás, cuando saliste de las manos del Creador, tenías la inteligencia de la justicia que vive en Dios por la eternidad. Tuviste la libertad de actuar a tu voluntad y aunque hayas preferido odiar a Dios antes que entregarle tu corazón, sabes bien lo que la justicia exige. Yo te digo que a mí me corresponde más que a ti presentar esta alma ante Dios, su Juez; ya que durante su estancia en la tierra, ella me demostró un gran afecto, ella se complacía en recordarse que Dios se dignó escogerme como su Madre y que quiso exaltarme por encima de todas las criaturas.»

« Tú has visto, Satanás, en qué condiciones ha muerto este hombre. ¿Qué te parece, entonces? ¿No era justo que yo tomara su alma bajo mi protección para presentarla ante el tribunal de Dios, antes que dejarla entre tus manos para compartir tus suplicios?»

Y Satanás preguntó de nuevo: «¿Por qué, Oh Reina, a la hora de la agonía de esta alma, nos has mandado huir de manera que ninguno de nosotros pudo ni asustarla ni perturbarla?

La Virgen replica: «Lo hice por el amor ardiente que en vida ella me había dedicado.»  

Fuente: http://www.tenesperanza.org

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Foros de la Virgen María MENSAJES Y VISIONES Nuestra Señora reina de la Paz: Irlanda a Cristina Gallagher

Con muchos Angeles… mensajes de la Virgen María a Cristina Gallagher

Christina ha visto muchos ángeles diferentes y ha visto ángeles individualmente así como en grupos. Una vez cuando Christina estaba soportando un gran sufrimiento, entonces se le apareció su propio ángel guardián. Él le prometió que él se «llevaría sus problemas y le daría paz», y esto es lo que realmente pasó después de que él se apareció ante ella. A Christina le fue dado el nombre del ángel; es Carmello.

Christina ha visto en varias ocasiones al ángel guardián de su país natal, el Angel de Irlanda, así como, San Rafael (patrón de aquéllos que viajan), el Angel de Paz, el Angel de la Ira e incluso al ángel guardián de su Director Espiritual, el Padre McGinnity. El Padre relata una historia acerca de esa ocasión:

«Yo tuve una experiencia profundamente impresionante que tenía que ver con mi ángel guardián en un momento cuando yo menos lo esperaba. Fue en el curso de una serie de charlas dadas por Christina en los Estados Unidos. Cuando yo ofrecí la Misa privadamente un día de la gira cuando no había ninguna función pública, sentí una paz celestial que contagiaba mi alma de una manera muy profunda justo cuando había terminado la Consagración de la Misa. Era tan fuerte, como si un poder estuviera entrando en mi alma y tan especial: Yo nunca había tenido experiencia semejante de paz «no terrestre» antes. Apenas permaneció dentro de mí por un minuto o dos. Después yo le pregunté a Christina si algo raro había tenido lugar durante la Misa. Ella sonrió por lo que acababa de ver y se sorprendió de que yo supiera. Después ella me reveló que mi ángel guardián apareció durante la Misa de pie detrás de mí y ligeramente sobre mí y que el ángel puso sus manos en mis hombros. Cuando yo pregunté en qué momento es que esto había ocurrido, Christina dijo ‘ Justo cuando la Consagración tuvo lugar. ‘»

 

EL ARCANGEL MIGUEL

Miguel bendito se colocó en las fases tempranas de las apariciones a un lado de Christina para protegerla, mientras el Padre Pio se puso a su otro lado. Ella ha visto a Miguel Bendito en varias ocasiones. él ha aparecido muy poderoso con una gran espada, dirigida para tranquilizarla a ella con su protección. Christina dice, «él era enorme. Se veía como un hombre grande, con alas, en luz blanca radiante. Yo lo he visto en formas diferentes. Era muy guapo. Tenía una cara fuerte. Su poder causaba un sentimiento de debilidad, casi miedo dentro de mí. Repetidamente, él hizo gestos con su espada. Miguel bendito parecía mucho más poderoso que el diablo. él tiene un poder mayor que cualquiera excepto Dios y Nuestra Madre Bendita. Yo me sentía en su presencia un tremendo sentimiento de protección. Es un poder espiritual de paz y seguridad. Me llenó de respeto.»

Fue cuando Satanás estaba insistiendo en sus ataques sobre Christina que Miguel Bendito se le apareció por primera vez a ella. Sin embargo, Christina en muchas ocasiones había tenido conocimiento explícito de su presencia y protección: «él siempre está allí» dice Christina » ahora me siento mucho más feliz. Pero incluso con Miguel Bendito cerca de mí, todavía digo frecuentemente su oración.»

Merece la pena mencionar que, a pesar de que Nuestra Madre Bendita ponga a un lado de Christina al más grande arcángel como su protección constante contra el diablo, Ella le recuerda a Christina que es necesario pedir su ayuda continuamente. «Mi niña, usa el agua bendita más a menudo. Implora a Miguel Bendito, el arcángel, más a menudo. Pídale que te proteja». Parece que Nuestra Madre Bendita encontró necesario pedir esto cuando había peligro de que los ataques de Satanás aumentaran en contra de Christina. Ella nunca debe abandonar el arma de la oración para invocar a Miguel Bendito que está asignado a ella.

 

COROS DE ANGELES

En la ocasión en que Christina vió el Cielo y al Padre Celestial sentado en un trono, ella vio muchos ángeles diminutos sin alas que moviéndose a voluntad de arriba abajo como un haz de luz que conduce a Dios. Cuando ella veía a la Santísima Trinidad, en esa ocasión, grupos de ángeles cantaban «Gloria a Dios en las Alturas» en una armonía tan perfecta que parecía como música aunque era una mezcla de voces innumerables. Una vez mientras viajaba en los Estados Unidos para hablar sobre los mensajes de Nuestra Señora, le fue permitido a Christina oír voces angélicas cantar en armonía a Nuestra Señora Bendita.

En la Casa de Oración donde Nuestra Madre Bendita le prometió a Christina que ella habría de «estar presente con muchos ángeles» Christina ha visto repetidamente ángeles durante la Misa, y a veces fuera de Misa. Ella los ha visto en cantidades innumerables y con gran gentileza y respeto, asistiendo a Nuestra Señora Bendita. Ella los ha visto y oído cantar durante Misa.

 

El ANGEL DEL SANTO PADRE

En una ocasión durante Misa, a Christina le fue mostrado el Santo Padre caminando en jardines bellamente arreglados que ella nunca había visto antes y al lado de él un prelado. De repente Christina pudo ver el ángel del Santo Padre venir al lado de él y escudarlo con su gran ala de un peligro particular.

 

EL ANGEL DE LA PASCUA

El domingo, el 5 de septiembre de 1993, Nuestra Señora Bendita dio un mensaje a Christina en el que se refirió al Angel del Pascua.

«Mis niños, yo vengo con un mensaje de amor y paz. Lloro por su seguridad de cuerpo y alma. Les ofrezco la armadura de protección de la luz de Dios. Ustedes piensan que son astutos y sabios. No son sino tontos y ciegos. Lean la Palabra del Señor su Dios. Con Su sangre ustedes son redimidos. Mis niños, les suplico a ustedes, despierten antes de que sea demasiado tarde. El Angel de la Pascua está a la mano. Yo deseo que ustedes sean sabios y cultos en la luz de Dios. Tomen su armadura. Póngasela sin miedo. Yo soy su Madre y dirijo esta batalla. Como Dios me eligió traer a su Redentor a través del fruto de Mi vientre, yo una vez más se los traigo en Gloria, como Rey, porque yo soy la sierva de Dios, y comparto su gloria y victoria por la redención de la raza humana. En esa gloria Mi Corazón Inmaculado triunfará. Mis niños, no duden en responder; vivan mi mensaje de amor y paz. A través de él, ustedes tendrán esperanza en la vida. Yo les imparto Mis bendiciones, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.»

 

FORMACION DEL CALIZ

Aunque los momentos de gracia y el armonioso cantar de los ángeles en formaciones variantes durante la Misa son deleitables a la vista, uno de las vistas más impresionantes con relación a los ángeles que Christina ha testificado, fue cuando ellos la conmovieron, incluso hasta las lágrimas de alegría, durante la Misa el sábado 8 de octubre de 1994. Los ángeles llegaron formados en un cáliz vistoso y perfecto a través de un intercalado intrincado de sus alas. De este cáliz, se elevó la mitad de una hostia de cuya mitad superior era visible que se desprendía una luz radiante que iluminaba a los ángeles que quedaron absortos de la hermosura y por reverencia. Ellos miraban hacia arriba, no hacia adentro.

  

EL ARCANGEL ANONIMO

Justo cuando Christina tomó su lugar en la capilla para la Misa, un ángel se presentó ante ella con una gran luz. Christina se preguntaba qué ángel podría ser éste. él (pero Christina agregó, «yo digo ‘ él ‘ pero el ángel no era ni ‘él’ ni ‘ella’ «) radió una gran luz pero también un poder a su alma, algo más delicado que paz – un sentimiento de entrega que Christina no había experimentado a semejante grado antes. El ángel le confió a Christina que él era ‘ el arcángel anónimo: ella entendió que era el cuarto arcángel. él le explicó a Christina que fue enviado por Dios para ayudarla a entregarse; que si ella pudiera entregarse más, sufriría menos. Christina experimentó que el ángel la rodeaba totalmente y traspasaba su alma.

Ella lo describió como si el ángel pudiera «envolverse alrededor de su alma». Christina no entendió la mención de «el arcángel anónimo» y le preguntó ya que no había tal cosa como un arcángel anónimo en las Escrituras. El ángel parecía divertido por esta pregunta hecha por Christina, aunque el efecto que el arcángel causó en Christina fue tal que ella se vió cuestionando lo que ella no podría entender normalmente. El arcángel le dijo que sólo le dijera a su director espiritual. Entonces el ángel le mostró el Libro de Vida que ella había visto en Los Angeles cuando Jesús le mostró su próxima purificación. Le agradó al arcángel el que ella hubiera reconocido el Libro y le dijo que ese libro es su responsabilidad aunque por ahora él tenía la responsabilidad de ayudarla a que ella se entregara.

En el ofertorio de la Misa, Christina tomó conciencia de la necesidad de ofrecer a este ángel una intención del P. McGinnity que estaba entregaba a Dios en la Misa que estaba siendo ofrecida. El ángel continuó teniendo este efecto maravilloso en Christina más allá del tiempo de la celebración de la Misa y de hecho desde entonces, debido a los horrores del sufrimiento y molestia que experimentó eran tan enormes que su director espiritual comentó que él no consideraba que Christina pudiera soportar el mismo grado de entrega y ecuanimidad que ha mostrado desde la venida de este arcángel. Ella comentaría, «Si ese ángel continúa conmigo, nada podrá perturbarme. . .»

 

LA ASIGNACION DE ANGELES PARA LA PROTECCION DE CHRISTINA

El 9 de diciembre de 1995, Jesús concluyó un mensaje a Christina refiriéndose a las tareas específicas (espirituales todas) de cada uno de los ángeles y santos que habían sido asignados en momentos diferentes para estar con ella. . .

«Yo te he dado a Mi Madre para ser el Guardián de tu alma; Miguel el guardián de tu carne; Tú ángel guardián libertad de tus facultades; el ángel que se proclamó a sí mismo como «el anónimo» para confortarte; Al Padre Pio como guardián en contra del espíritu maligno para protegerte junto con Miguel. Muchos espíritus de Luz te rodean. Los santos continúan intercediendo, por tus necesidades, espiritualmente. . . «

 

ANGELES QUE INTERCEDEN A TRAVÉS DE LA MISA

EL Día de Navidad en 1995, Christina presenció a ángeles alrededor y encima del altar regocijándose. Entonces ellos todos iniciaron la formación de un círculo mirando hacia arriba y formando una corona perfecta con sus alas doradas. A Christina le fue dado el saber que éste era los medios de subida al sacrificio. Un arroyo de almas vino del Purgatorio, muchos centenares (algunos eran más grises que otros en color indicando a Christina que ellos vinieron de los niveles más bajos de Purgatorio). Christina supo que cada ángel que formaba la corona era asignado a varias de estas almas para escoltarlos a su lugar apropiado en Cielo. Las almas se fundieron lejos en grupos de aproximadamente cincuenta cada uno mientras «la corona» ascendía.

Christina reconoció a su propio ángel a la cabeza de una línea de ángeles que vienen a un lado del altar. Ellos flotaron adelante y miraron hacia arriba intercediendo a través del Sacrificio de la Misa por todos los presentes. éstos eran los ángeles guardianes de todo el presente.

 

LOS ANGELES DE LA CORONA DE NUESTRA SEÑORA

El 10 de febrero de 1996, durante la Misa aproximadamente veinticinco ángeles vinieron. Christina estaba consciente de la presencia de Nuestra Señora aunque no era visible. Entonces los ángeles empezaron a formar la corona de Nuestra Señora. ¡Ellos podían asumir cualquier posición ante al asombro de Christina! En una mirada rápida, ella dijo,

«¡Tú pensarías en una corona real! Un ángel tomó la forma de el globo terráqueo y un ángel formó el poste y otro el travesaño de la cruz!»

 

LOS ANGELES Y LAS SAGRADAS HERIDAS

En una ocasión durante la adoración del Sagrado Sacramento cuando Jesús apareció vivo en la cruz a Christina y miró a los adoradores, a pesar del peso enorme de Su cansancio, algunos ángeles se acercaban lentamente, uno a la vez y limpiaron la Sangre Preciosa de las heridas en Su Cuerpo. Cuando hacían esto, sin embargo, Christina notó que cada uno de los ángeles se volteaba a otro lado, para no ver la herida en particular que estaba tocando. Le fue revelado a ella que era el horror del pecado el que infligió estas heridas en Nuestro Señor y que causaba en los ángeles esta revulsión. La única herida que ellos no limpiaron era la herida en Su Sagrado Costado.

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Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA MENSAJES Y VISIONES Nuestra Señora de Umbe: España

Mensajes de Nuestra Señora de Umbe, España

En el Alto de Umbe, Bilbao, Felisa Sistiaga, madre de 4 hijos, tuvo apariciones de la Virgen, la primera en 1941 y luego desde 1969, muy parecidas a las de Garabandal; en el Aviso, dice, se iluminará el cielo con una gran cruz; después del Papa Pablo VI habrá sólo otros dos, uno con pocos días de pontificado, Juan Pablo I, el último será el actual Juan Pablo II. En las aguas del «pozo» bendito por la Virgen se han reportado muchas curaciones…
VER HISTORIA Nuestra Señora de Umbe, España ( 2 de septiembre)
…VIDEOS…

 
La Virgen me dijo también: «Su Espíritu estará eternamente en ti». Y continuó: «Te doy una medalla mía, de inspirada belleza. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras, Cristo os perdonará. Yo, vuestra Madre, como Intercesora de Él, os quiero decir que os enmendéis, pues ya estáis en los últimos Avisos. 0s quiero mucho y no quiero vuestra condenación».

Inés, hija de la vidente de Umbe, Felisa Sistiaga, relata lo siguiente:

Durante los siguientes 28 años a mi ama no se le presentó la Virgen, pero tuvo dos apariciones.

La primera ocurrió pocos años después de la aparición de la Señora. Felisa vio a un ángel junto a la casa vestido con una túnica blanca.

La segunda sucedió el 29 de junio de 1968. Hacia las dos de la madrugada se le apareció a mi ama en su dormitorio San Pedro que le dijo:
«Tú has estado en la puerta de mi casa dos veces pero sin llave». Alargó la mano y se la ofreció.

Felisa le respondió «Yo no he estado en tu casa».
Pero él le contestó que sí y ofreciéndole de nuevo la llave se marchó, aunque ella no la cogió.

En un principio mi ama no reconoció a San Pedro. Recorrimos varias iglesias con ama y al final logró identificarlo en una parroquia de Deusto. En cuanto a que estuvo dos veces a la puerta de la casa de San Pedro, se refería a que en el curso de una operación Felisa estuvo en dos momentos a punto de morir.

Fue el preludio de las numerosas ocasiones en las que la Virgen iba a aparecerse a la vidente. Por ello, y como mi ama no conocía bien el castellano, a partir de la cuarta aparición, y con el fin de guardar los mensajes, empecé a escribir un diario bajo la supervisión de mi ama.

El 28 de marzo de 1969, 28 años después de la primera aparición ocurrida en 1941, la Señora se le presentó cerca de la casa. Ella le preguntó en euskera dos veces qué deseaba, pero no le contestó y se fue.

Tres semanas más tarde volvió a aparecerse enfrente del caserío. Mi ama le preguntó lo mismo, pero la Virgen no respondió y se marchó. El 23 de mayo de 1969 vio otra vez a la Virgen junto al pozo y ella le preguntó en euskera qué quería.

La Señora le contestó: «¿Sabes en qué mes estamos?».
La vidente le respondió que en mayo, el mes de la Virgen.
Ella le dijo: «Yo os he ayudado mucho. Estáis en mi casa y quiero que me la dejéis».


Fue la primera vez que le habló a mi ama y a partir de aquel día siempre se comunicó con ella en castellano. (Nuestra familia sabe hablar euskera pero no sabe escribirlo).

En aquellas fechas nuestra ama estaba triste y preocupada. Mi padre, Bonifacio, se encontraba muy enfermo y nos vimos obligados a vender todo el ganado ante la imposibilidad de atenderlo. En estas circunstancias, la Virgen se le apareció en la cuadra el 20 de julio de 1969.

Le dijo: «El primer día que yo vine a salvarte bajé primeramente al pozo y esta agua desde hoy queda bendecida para siempre. Curará a los enfermos y a los sanos que se laven la cara y los pies. Quiero que aquí se levante una capilla».

Los Primeros curados fueron mi hermana Feli y mi padre. Feli llevaba 22 años enferma padeciendo una infección desconocida y sin poder andar. Los médicos no le daban mucho tiempo de vida. Se lavó la cara y los pies como mandó la Virgen y se curó. Mi padre durante 14 años tuvo una enfermedad en los huesos y sus posibilidades de continuar vivo eran pocas, según los doctores. Con sus pocas fuerzas fue al pozo. Por las dificultades de su dolencia no pudo lavarse y se santiguó con el agua quedando curado al momento.

Desde entonces se han sucedido las curaciones y han sido muchas las personas enfermas que han acudido a Umbe a pedir su recuperación. En nuestros archivos, que guardamos con mucho cariño y esmero, se contabilizan más de 1200 curaciones (que van aumentando sin interrupción) de distintas enfermedades, algunos casos fueron desahuciados por los médicos.

Casi incontables son las curaciones que nos llegan desde distintas partes del mundo desde que en su mensaje de aparición de la Virgen a mi ama el día 20 de julio de 1969 entre otras manifestaciones dijo: «Este agua queda hoy bendecida para siempre».

La Virgen le ha repetido en varias ocasiones a mi ama la obligación de los curados de dar testimonio.

En la aparición del 24 de diciembre de 1970 la Señora le dijo: «Que los enfermos curados hagan justicia por el favor que han recibido».

Para ello los beneficiarios deben entregar la documentación a la Asociación para su revisión y si se considera oportuno informará al Obispado de Bilbao-Vizcaya, que es el que al final decidirá si ha habido o no en la documentación concreta que se entrega, milagro.

En todos los mensajes transmitidos a mi ama, la Virgen pide oración y penitencia para salvar al mundo de las catástrofes y la conversión de los pecadores, y advierte que si no se hace caso llegará un castigo.

Así se lo comunicó a la vidente el 23 de mayo de 1971:
«Por todos mis hijos, mis ansias y dolores no tienen fin. Grandes faltas de fe en la Tierra acarrearán su miseria. Si no se hace más caso, de Jueves a Viernes Santo, dentro de 30 años, a principios del siglo, se formará una niebla que no os veréis los unos a los otros. No os servirá ninguna luz. Durará todo el tiempo que haga falta. Los justos y los dignos no sufrirán. Todos mis hijos tendrán que pedir perdón a Dios. Esto es un aviso del castigo. En el período de tiempo que falta hasta entonces cambiarán dos Papas».

El 4 de junio de 1972 la Señora dijo a mi ama: «Cumplid bien vuestros deberes. Orad siempre que soy la Madre del Salvador, la Madre de Dios. Quiero una capilla y que se acuda a ella en procesión. Mi Hijo está cargado de penas. Le pediré que se descargue si no escuchan mis palabras. Esta nación provoca muchos errores contra la Iglesia».

La Virgen en posteriores apariciones le transmitió a la vidente que el agua seguiría curando y siguió pidiendo oración y penitencia.

En su mensaje del 11 de diciembre de 1975 la Señora dijo: «Cuando con vuestras oraciones y sacrificios me ayudáis a salvar un alma y convertís un pecador me cerráis una herida. Estoy muy contenta con Umbe. Yo os tengo a todos bajo mi manto».

No sólo la Virgen ha advertido a través de mi ama de los males que pueden ocurrir si los seres humanos no cambiamos nuestra actitud y hacemos caso a los mensajes. El primer sábado de septiembre de 1979, una hora antes de la procesión, se le apareció a Felisa en el jardín de su casa un Niño. La vidente le pregunto quién era y él le contestó: «Soy el Niño Jesús«.
Felisa: «¿Qué quieres de mí?» .
Niño Jesús: «Que cuides bien de mi Madre. Hoy con tantas flores estará contenta. Hoy sonreirá» .
Felisa: «Los hombres no creen» .
Niño Jesús: «Para cuando crean será tarde».

Desde 1978 se viene celebrando todos los años, el primer sábado de septiembre, la procesión de la Santísima Virgen de Umbe, que portada a hombros de los peregrinos sale de la casa, recorre las campas, llega al pozo y termina delante de la casa. Con ello se cumple uno de los deseos que la Virgen le manifestó a mi ama.

Miles de personas acuden ese día desde distintos lugares de la geografía española e incluso del extranjero a participar en la procesión y venerar a la Virgen Pura Dolorosa para agradecerle los favores recibidos y pedirle su intercesión para sí y los suyos. Este día la casa permanece abierta desde las 10 de la mañana hasta las 8 de la tarde para rezar el rosario, recoger flores y curaciones que aporten los peregrinos.

El último mensaje de la Virgen a mi ama, la vidente, tuvo lugar en Umbe el 8 de diciembre de 1988.
La Señora le dijo: «Hoy en tu presencia me dirijo a la humanidad. Los demonios están sueltos en la Tierra. Con el Rosario venceréis. Os espero a todos aquí. Deseo mi capilla. No desfallezcáis. Estáis protegidos».

Felisa vio a la Virgen acompañada de dos peregrinos de Umbe ya fallecidos: un sacerdote, que había sido su confesor y que le dijo: «Dios y la Virgen no tienen tanta prisa como se tiene en la Tierra». La vidente le besó la mano y él le dio la bendición. El laico habló también a Felisa: «Donde estoy no hay sufrimientos. Sin merecerlo, con vuestras oraciones, estoy en el cielo». Oraron intensamente para que se iluminen los que tengan que sacar esta causa adelante.

Esta fue la última aparición de la Virgen a mi ama, que falleció el 10 de febrero de 1990. Tras su muerte, nosotros, sus hijos, cumpliendo el mandato que nuestra ama nos dio en vida, procedimos el 9 de marzo del mismo año, ante notario, a la apertura de un sobre cerrado en el que ella había guardado celosamente un mensaje y un objeto por encargo de la Virgen para que fuera abierto después de su muerte. El mensaje fue escrito el 15 de agosto de 1969 tras la aparición de la Virgen y dice lo siguiente:

«Vengo a hacer la paz de mis hijos que no me hacen caso». La Virgen me ha dicho muchas veces que viene para toda la humanidad, para todos sus hijos, y que a todos nos tiene bajo su intercesión. A todos nos quiere mucho y desea nuestra salvación, de tal manera que antes del castigo enviará Dios un Aviso, y para que nadie dude de este Aviso habrá un Milagro.

Uno de los deseos manifestados en varias ocasiones por la Virgen a mi ama es la construcción de una capilla en Umbe. Algunos peregrinos han constituido la ASOCIACIÓN DE COLABORADORES CON LA FAMILIA DE LA VIDENTE DE UMBE, FELISA SISTIAGA, para aunar esfuerzos con el objetivo de cumplir los fines que la Virgen le transmitió en numerosas ocasiones a mi ama y especialmente la construcción de la Capilla.

 

RESUMEN DE ALGUNAS APARICIONES

El 25 /3/1941. A las doce de la noche, Felisa sentada en la cocina de su casa, ve un gran resplandor que desciende de lo alto. En un rincón contempla a la Virgen arrodillada, con una vela encendida a cada lado, vestida de Dolorosa; aparenta unos dieciocho años, es bellísima y está sonriente. Quedó maravillada y entusiasmada. No le habló y desapareció enseguida.

El 23/5/1969. Al pasar por el pozo camino de su casa se le apareció la Virgen y le dijo: «Estais en mi casa y quiero que me la dejeis». Y así lo hicieron. Desde hace años en éste sitio se reza el Santo Rosario.

El 20/7/1969. En la cuadra de la casa contemplaba con gran luminosidad a la Virgen. Le dice «El primer día que yo vine a salvarte bajé primeramente al pozo, y éste agua desde hoy queda bendecida para siempre y curará a los enfermos y a los sanos que se laven la cara y los pies. Quiero que aquí se levante una capilla».

El 9/8/1969. A las diez de la noche la familia Sistiaga se encontraba próxima al pozo, cuando apareció un ángel mensajero de la Virgen, el cual le entregó un trozo de terciopelo negro, como muestra del que deberá llevar la imagen de la Virgen. Felisa vio el ángel y el resto de la familia sólo unos resplandores vivísimos, así como un poco de él oyendo a la vez cánticos de coros celestiales.

El 14/7/1970. Mientras que rezaban el Rosario se le apareció la Virgen y le dijo: «Cumplir mi deseo en la tierra, que haré el vuestro en el cielo. Yo os quitaré las lágrimas».

El 31/7/1970. La Virgen le dijo: «Yo cumplo lo que prometo. Y el agua seguirá curando». Tres personas se habían curado. En otra aparición la Virgen tomó en sus manos el Rosario de Felisa y, al devolvérselo, los presente pudieron apreciar su gran luminosidad y brillo dorado. Le recordó otra vez: «y el agua seguirá curando». Y le dijo: «Aquí quiero mi capilla».

El 30/10/1970. Estando reunidos para rezar, los presentes pudieron ver una luz. La vidente vio a la Virgen que rezó junto con ellos el Rosario. Le manifestó su deseo de traer la paz al mundo, y de que se acuda a rezar a éste lugar. En otra aparición dice: «Si hacen lo que Yo os digo, se salvarán y tendrán paz. Quiero aquí una capilla. Vosotros rezad el Rosario todos los días por la conversión de los pecadores. El agua seguirá curando».

El 24/12/1970. La Virgen dice: «Los enfermos curados hagan justicia al favor que han recibido. Si no tendrán el castigo que merecen».

El 23/5/1971. La Virgen dice a Felisa: «Por todos mis hijos mis ansias y dolores no tienen fin. Grandes faltas de fe en la tierra acarrearán su miseria. Si no se hace más caso, de Jueves a Viernes Santo, dentro de treinta años, a principio de siglo, se formará una niebla que no os vereis los unos a los otros. No os servirá ninguna luz.
Durará todo el tiempo que haga falta. Los justos y los dignos no sufrirán. Todos mis hijos tendrán que pedir perdón a Dios. Esto es un aviso del castigo. En el período de tiempo que falta hasta entonces
cambiarán dos papas».


El 22/6/1971. La Virgen dijo a Felisa: «Me he aparecido en varios lugares, pero son muy pocos los que creen. Salvaré de las guerras a España; pero habrán muchas catástrofes y enfermedades. Morirán muchos.
Antes que el castigo, os daré el aviso. Se iluminará el cielo con una cruz, que al descomponerse producirá una inmensa luz blanca, que incluso impedirá ver el sol. Durará cuatro horas. Seguidamente azotará un viento ardiente en toda la tierra. De la impresión, muchos morirán. Los que tengan fe en Dios no sufrirán».

El 2/10/1971. La Virgen le dice: «Orad hijos míos, penitencia. Pedid, que soy vuestra Madre. Dios da a toda la humanidad un don que no se vende ni se puede comprar. Orad, que quiero salvar a mis hijos».

El 4/6/1972. Dice la Virgen: «Cumplid bien vuestros deberes, orad siempre, que soy la Madre de El Salvador, la Madre de Dios. Quiero una capilla y que se acuda a ella en procesión. Mi Hijo está cargado de penas, le pediré que se descargue si no se escucha mis palabras. Esta nación provoca muchos errores contra la Iglesia. Orad, que mi Hijo escucha vuestras oraciones. A los curados que no lo notifican les vendrán males mayores; los que lo comunican son mis lámparas encendidas y serán siempre refugiados bajo mi manto. El agua seguirá curando».

El 11/12/1975. La Virgen le dice a Felisa: «Cuando con vuestras oraciones y sacrificios me ayudais a salvar un alma y convertis un pecador, me cerrais una herida. Estoy muy contenta con Umbe. Yo os tengo a todos bajo mi manto». Al decir esto, la Virgen estrechaba sobre su corazón los fieles que se reúnen en Umbe y se mostraba muy sonriente. En varias de sus apariciones la Virgen ha repetido:»… el agua seguirá curando».


VIDEO

Monte Umbe – Lugares de Poder (1_4).mp4

Monte Umbe – Lugares de Poder (2_4).mp4

Monte Umbe – Lugares de Poder (3_4).mp4

Monte Umbe – Lugares de Poder (4_4).mp4

Mitxel Casas – Apariciones de la Virgen de Umbe

Mitxel Casas – Curaciones Virgen de Umbe – 1


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Foros de la Virgen María MENSAJES Y VISIONES Sor Josefa Menéndez

Indice de los Mensajes a Sor Josefa Menendez

 

 

 

 

 

 

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Foros de la Virgen María MENSAJES Y VISIONES

Relato de la Virgen sobre su Asunción a Amparo Cuevas vidente de El Escorial

El 15 de agosto de 1986 la Virgen María relata a Amparo Cuevas, la vidente de El Escorial (España) como fue su asunción al los cielos. Comienza relatando algo de su vida para luego contar su tránsito a los cielos: la llamada a los apóstoles, los preparativos de éstos, su pedido para que su cuerpo no sea tocado por nadie, y la visión de la venida de el Señor a buscarla, el recibimiento de Dios Padre en los cielos y del Espíritu Santo…

Hija mía, quiero que participes hoy de alguna parte del tránsito de mi vida terrestre a la del Cielo, hija mía. Primero mi alma y todo mi cuerpo.Cuando acariciaba sus cabellos rubios como el oro, hija mía, entre mis dedos tocaba las espinas que un día iban a punzar su cabeza. Esa cabecita tan pequeña sería bañada en sangre por los pecados de los hombres.Mi Corazón sufrió mucho tiempo, hija mía, porque vio, desde Niño, la amargura que iba a pasar mi Hijo.Veía sus grandes ojos y ese rostro tan divino, lleno de hermosura, cómo iba a quedar desfigurado por la maldad de los hombres, hija mía. Todo esto lo sufrió mi Corazón.

Cuando Dios mi Creador mandó a un cortesano para comunicarme que iba a ser Madre del Verbo Humanado, mis entrañas se estremecieron de gozo en ese mismo instante.

Luego, hija mía, cuando nació el Verbo y lo tuve en mis brazos, también sentí un gran gozo; esta criatura no era digna de ser Madre de Dios mi Creador, pero mi cuerpo se estremeció de una gran alegría. Pero luego, el dolor atravesó mi Corazón de parte a parte por una espada.

Cuando el Niño iba creciendo y acariciaba sus manitas, veía sus clavos en ellas y sus manos manchadas de sangre; esa Víctima inocente…

Cuando le veía que venía con sus bracitos abiertos a abrazar a su Madre, veía sobre ellos la Cruz que atravesaría sus manos de parte a parte. Cuando acariciaba sus pies, veía los clavos atravesados de un lado a otro.

Luego, cuando iba creciendo, veía su rostro tan bello -esa belleza no era de este mundo-…

Luego, cuando mi Hijo iba creciendo, le acompañaba en sus predicaciones y mi Corazón rebosaba de gozo, hija mía. Pero esa espada seguía clavada dentro de mi Corazón.

Y el dolor más grande fue cuando me quedé en este destierro tanto tiempo sola, en silencio, para reparar los pecados que los hombres cometerían a la Iglesia de mi Hijo; y quedé aquí para dar testimonio de esa Iglesia; porque mi Hijo la hizo santa, pero los hombres la han “desartificiado” . ¡Con la santidad que tenía!…

Luego, cuando llegó mi hora, después de mucho tiempo de dolor y de silencio, recogimiento y de reparación de los pecados de las almas, sentí este gran gozo de ser mi alma transportada al Cielo. Dios, mi Creador, me hizo ver este momento feliz que vas a ver, hija mía.

LUZ AMPARO: Veo a la Virgen orando en una cosa cuadrada de madera, de rodillas; está orando por los pecados de la Humanidad. Dice que su hora se acerca, que sólo faltan tres días.

Llama a los ángeles que la acompañan y les dice: “Id a Roma y avisad a Pedro. Que también venga Pablo y vengan todos los Apóstoles. Comunícales que su Madre y Reina va a dejar este mundo. Ha llegado la hora”…

Dice: “Gracias, Dios, mi Creador, que me vas a hacer participar de tu gloria”.

¡Ay, cuántos llegan! ¡Ay!, Pedro, Pablo, Juan también, Santiago -¿Es él?-, Andrés, él es. Ése, ¿Cuál es? Manuel, otro… ¡Ay, cuántos llegan! ¿Quién son todos ésos? ¡Ah!, son discípulos.

Los llama Pedro. ¿Qué va a hacer? Y les dice a todos… -¡Huy, cuántos!-:

“Sentaos, hermanos míos; tengo que daros una dura noticia; muchos no lo sabéis. Me ha comunicado un cortesano que María, nuestra Madre, nos va a dejar. Siento un gran dolor dentro de mi corazón. Siempre nos ha protegido y nos ha guiado. Ha sido nuestra Madre y nuestra Reina y nuestro refugio aquí, en la Tierra”.

Está llorando; todos lloran… “No sé si podré seguir dándoos la noticia, hermanos míos; la garganta se me hace…”.

¡Ay, pobrecito, cómo llora! “¡Ah! Se me despedaza el corazón. Se nos va, ¡Ay! Pero tenemos que ser fuertes. ¡Ay!, tú, Juan, vete y dedica todo tu tiempo a estar con Ella y prepara todo para su tránsito”.

¡Cómo lloran, pobrecitos! ¡Ay! Miran al Cielo y dicen: “Dios celestial…”.

¡Ay, los deja solos! ¡Ayyy! Pedro dice:

“Siempre estaremos con Ella. Esta amargura que siente nuestro corazón -¡Ay!-, un día se convertirá en felicidad estando cerca de Ella. Tenéis que ser fuertes. Ya no tenemos una Madre que nos proteja y nos guíe y nos aconseje; pero hay que seguir; y todos daremos la vida por Jesús. ¡Seremos fuertes!”.

Se van; bendice a todos; se van llorando todos. Llegan ahí, a donde están esas mujeres de ahí…

¡Ay! ¿Dónde estás, pobrecita? (Se refiere a la Virgen). ¿Ya estás preparada?… ¡Ay! Está ahí acostada en esa…, eso es un tarimón de ésos, igual que lo que había allí, en mi pueblo. El tarimón ese… ¡Ay! Está acostada ahí. Pero, ¡Qué guapa estás!

¡Ay! Llegan todos y se ponen ahí, a su alrededor. Inclinan la cabeza (Luz Amparo, de rodillas, imita ese gesto e inclina la cabeza hasta el suelo).

¡Ay!, la saludan. Ella se levanta. Pedro no quiere. “No os mováis, Señora”, le dice.

¡Huy! ¿Qué va a hacer? ¡Pobrecita, si ya no puede!… No tiene fuerza. ¡Ay!, se pone de rodillas.

Le dice a Pedro: “Pedro, quiero seguir dando testimonio de la Iglesia hasta mi último momento aquí, en la Tierra. Os repito, como os decía mi Hijo: seguid predicando y amaos unos a otros”.

¡Ay, pobrecitos todos!

(Prosigue la Virgen). “Quiero que uno por uno me deis vuestra bendición. He hecho en todo la voluntad de Dios para dar testimonio de la Iglesia. He orado, he reparado los pecados de los hombres.

Pero, si algo hice mal, o algo malo hice con vosotros, os pido perdón; dadme vuestra bendición. Tú, Pedro, tienes que ser fuerte. Sufrirás mucho. Tú Pablo, también. Juan también; Andrés y Santiago y todos vosotros. Yo he sido una buena Madre para todos; pero perdonad si alguna falta he cometido contra vosotros”.

(Continúa Luz Amparo emocionada pintando la escena). Le da Pedro la bendición. ¡Ay, pobrecito! ¡Ay, los otros también! Uno por uno, todos, todos… ¡Ay, ay, pobrecita! Pero si Ella no necesita tantas cosas…

“Os pido que se cumpla, Pedro, mi última voluntad, la que pedí a mi Hijo: que mi cuerpo no sea tocado por nadie.

Sé que has mandado a Juan para que las doncellas entren y perfumen todo mi cuerpo; pero mi última voluntad es que mi cuerpo no sea tocado por nadie.

Toda mi vida, nadie ha visto mi cuerpo. Sólo mi rostro, para ser conocida, he dejado al descubierto.

También te pido, Pedro: tengo dos túnicas de gran valor regaladas por mi prima Isabel. Ruego las repartas a estas doncellas que tan bien y tan humildemente han vivido conmigo durante toda su vida. También os digo: perseverad en la caridad y perseverad en la humildad”.

Todos lloran. Agachan las cabezas y la saludan. ¡Ay, pobrecita! Se pone Ella sobre la tarima. Todos agachan el rostro al suelo.

Pedro dice: “Adiós, Reina y Señora de todo lo creado. Madre nuestra, ruega ante Dios celestial que nos dé fuerzas para poder amar hasta el fin de nuestra vida al Divino Redentor, a Dios nuestro Creador y a Vos, Madre bendita. Que seamos fieles vasallos en la Tierra hasta los siglos de los siglos”.

¡Oy!, ¿Qué tiene en el pecho? La Virgen tiene en el pecho una gran luz, como un sagrario, ahí… ¡Oy, eso es!… ¡Ay!, ¿Qué es eso?

“En la hora de mi muerte doy testimonio de la Eucaristía. En este sagrario he conservado a mi Hijo durante toda mi vida. He reparado las ofensas que han hecho los seres humanos y los sacrilegios que han cometido con este divino Cuerpo”.

¡Oy, está ahí en el centro! ¡Ay, viene a por Ti! ¡Sale de ahí el Señor! ¡Ay, ay, ay, qué cosas!… ¡Ay, y sale de ahí! ¡Ay!

“He llevado conmigo, durante toda mi vida, este tabernáculo sagrado”.

¡Ay, ay! ¡Huy, qué luz tiene! ¡Huy, qué guapa estás! ¡Ay, ahí estás Tú también! ¡Oy!, viene a transportar a su Madre, ¿También? ¿Quién viene también ahí? ¿Todos? ¡Ay, ésa es la madre de la Virgen!, ¿También? Y su padre. ¡Huy!, todos los que nac… ¡Huy!, los que se murieron antes. Están todos ahí juntos. ¡Huyyy! Todos van a acompañarla, ¡Todos!

Ya se ha dormido. ¡Oy, pobrecita! ¡Ay, ay, no la toquéis, porque no quiere! (Luz Amparo -según comentario posterior- intenta desdoblar un pliegue del manto de la Virgen y nota que la ropa está rígida. En las imágenes se ve claro el ademán de Amparo, la cual expresa su extrañeza). ¡Ay! Pero, ¿Cómo tiene esto así? ¡Está pegado! ¡Uh!…; ¡ay!, el traje está pegado a la tabla, ¡Ay!, porque nadie podrá tocar su cuerpo. ¡Huy!… ¡Ay, el Señor, pobrecito, va con Ella también! Pues, si te has muerto antes, ¿Cómo estás… todos ahí? ¡Puf, huyyy, cuántos ángeles, cuántos, cuántos!

¡Buuuy! ¿A dónde la vais a llevar ahora? ¡Ay, qué luz! Y ¡cómo cantan todos! Todos cantan. Le hacen una reverencia con la cabeza hasta el suelo. Ya se la van a llevar. ¡Huy, pobrecitos! ¡Pobrecita! ¿Dónde la lleváis? ¡Mira, qué día también, el Viernes Santo!…

¿También se muere Ella? O ¿Se duerme?… Y ¡qué calor! Hace el mismo calor que cuando te -¡uh!-…, te estabas en la Cruz Tú. ¡Ay, Señor, qué grande eres! ¿Dónde la vais a llevar?

“La llevaré con todos mis cortesanos, todos los profetas, todos los mártires, todos los santos, Adán y Eva…, al Valle de Josafat”.

¡Huy…, ay! ¡Ay!, don…, ¿Otra vez la…? Pues, si es igual que lo Tuyo la piedra esa. ¿Van a meter ahí? ¡Uuuh!

“Por ser Madre de Dios, resucitará igual que yo, al tercer día. Su alma será llevada al Paraíso y su cuerpo permanecerá tres días en este mismo lugar”.

¡Huy…, bueno! Huy, una se queda y otra se va. ¡Es el alma! ¡Huy, cómo es!…

¡Ay, qué luz!… ¡Ay, sale una luz de ahí! ¡Ay!, ¿Dónde la lleváis ya?

Pues está ahí, está ahí. ¡Ay!, ése es el espíritu, y ése es el cuerpo.

¡Bueno, qué lío! ¡Ay!, ¿Dónde va a entrar? ¡Qué voz se oye! Una voz -¡Qué fuerte!- la llama:

“Sube, hija mía, amada mía, entra en el trono que hay preparado para Ti. Nadie ha pisado en este lugar. Sólo tu planta virginal es la que pisará”.

¡Uf! ¡Hala, todos!… ¡Qué luces! Ahora la misma que ha subido baja, ¡huy…, se mete ahí dentro del sepulcro! ¡Huy, cómo se mueve ese otro cuerpo! ¡Huyyy, qué cosas…, qué luz…, huy, qué luz! ¡Ay, se la llevan ya!… ¡Ay, cómo sube con todos los ángeles!

Se vuelve a oír la voz:

“Sube, María, hija mía. Ya has dejado ese destierro de dolor y te sentarás en el trono como Emperatriz de Cielo y Tierra”.

Ahora se oye otra voz, que es la del Verbo:

“Madre mía, ¡Sube, sube!, que estamos esperando en el trono que tenemos preparado para Ti. Gracias, Madre, por haberme alimentado y criado con tu leche virginal.
Serás casi igual a mí. Todos los títulos serán concedidos por las tres Divinas Personas; por el Padre, por el Hijo, que soy el Verbo”.

Y el Espíritu Santo le dice:

“Ven, Esposa mía, amada mía, paloma mía, ven, que serás coronada y tendrás gran poder sobre el mundo y para salvar a la Humanidad. Tu planta virginal aplastará al enemigo, y serás Reina de Cielo y Tierra”.

¡Ay, ay, le ponen esa corona!… ¡Ay, qué guapa estás!

“Pero nadie pisará este lugar; ni aun los serafines ni los querubines. Está preparado sólo para Ti”.

¡Ay, ay, qué grande es eso! ¡Ay, ay! ¡Ayyy!… Vuelven a reverenciar los ángeles todos. ¡Ay, ay!…

(Tras larga pausa interviene un ángel):

“Reina y Señora, aquí estamos postrados a tus plantas virginales. Somos vasallos tuyos; ordénanos, que haremos cuanto nos ordenes” (Luz Amparo expresa admiración).

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Foros de la Virgen María Mensajes a Santa Brígida: Suecia MENSAJES Y VISIONES

Mensaje de la Virgen María sobre su Asunción a Santa Brígida

Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los cielos, y alabanza que la Señora hace de san Jerónimo.

 

 

CAPÍTULO 45

Dícele a la Santa la Madre de Dios: ¿Qué te ha dicho ese que presume de sabio, acerca de que la carta de mi amigo san Jerónimo que habla de mi Asunción, no debe leerse en la Iglesia de Dios, porque le parece que en ella dudó el Santo acerca de mi Asunción, porque dijo que no sabía si yo había subido al cielo en cuerpo o no, ni quiénes me llevaron?

Yo, la Madre de Dios, le respondo a ese maestro, que san Jerónimo no dudó de mi Asunción; más, puesto que Dios no reveló claramente esta verdad, no quiso san Jerónimo definir de un modo explícito lo que Dios no había revelado.

Pero acuérdate, hija mía, de lo que antes te dije, que san Jerónimo era compasivo con las viudas, espejo de los verdaderos monjes, y vindicador y defensor de la verdad, y que alcanzó para ti aquella oración con que me saludaste. Mas ahora añado que san Jerónimo fué como medio manejable, por el cual hablaba el Espíritu Santo, y una llama inflamada con aquel fuego que vino sobre mí y sobre los apóstoles en el día de Pentecostés. Felices, pues, los que oyen y siguen estas sus doctrinas.
Admirable vida de la Virgen María después de la Ascensión de su divino Hijo. Háblase también de la Asunción de esta Señora en cuerpo y alma.

 

CAPÍTULO 46

Acuérdate, hija mía, dice la Virgen a la Santa, que hace varios años elogié a san Jerónimo acerca de mi Asunción; pero ahora voy a referirte esta misma Asunción.

Después de la Ascensión de mi Hijo viví yo bastantes años en el mundo, y quísolo Dios así, para que viendo mi paciencia y mis costumbres, se convirtieran al Señor muchas almas, y cobrasen fuerza los apóstoles de Dios y otros escogidos. También la natural disposición de mi cuerpo exigía que viviera yo más tiempo, para que se aumentase mi corona; pues todo el tiempo que viví después de la Ascensión de mi Hijo, visité los lugares en que él padeció y mostró sus maravillas.

Su Pasión estaba tan fija en mi corazón, que ya comiese, ya trabajase, la tenía siempre fresca en mi memoria, y hallábanse mis sentidos tan apartados de las cosas del mundo, que de continuo estaba inflamada con nuevos deseos, y alternativamente me afligía la espada de mis dolores. Mas no obstante, moderaba mis alegrías y mis penas sin omitir nada perteneciente a Dios, y vivía entre los hombres sin atender ni tomar nada de lo que generalmente gusta, sino una escasa comida.

Respecto a que mi Asunción no fué sabida de muchos ni predicada por varios, lo quiso Dios, que es mi Hijo, para que antes se fijase en los corazones de los hombres la creencia de su Ascensión, porque éstos eran difíciles y duros para creer su Ascensión, y mucho más lo hubieran sido, si desde los primeros tiempos de la fe se les hubiese predicado mi Asunción.

Asunción de la Virgen María, con notable revelación sobre el fin del mundo.

 

CAPÍTULO 47

Dice la Virgen a la Santa: Como cierto día, transcurridos algunos años después de la Ascensión de mi Hijo, estuviese yo muy ansiosa con el deseo de ir a estar con Él, vi un ángel resplandeciente como antes había visto otros, el cual me dijo: Tu Hijo, que es nuestro Dios y Señor, me envía a anunciarte que ya es tiempo de que vayas a él corporalmente, para recibir la corona que te está preparada. Y yo le respondí: ¿Sabes tú acaso el día y hora en que he de salir de este mundo? Y me contestó el ángel: Vendrán los amigos de tu Hijo, quienes darán sepultura a tu cuerpo. Enseguida desapareció el ángel, y yo me preparé para mi tránsito, visitando según mi costumbre todos los lugares donde mi Hijo había padecido.

Hallábase un día suspenso mi ánimo en la admiración del amor de Dios, y en aquella contemplación llenóse mi alma de tanto júbilo, que apenas podía caber en sí, y con semejante consideración salió de mi cuerpo. Pero qué cosas y cuán magníficas vió entonces mi alma, y con cuánta gloria la honraron el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y por cuánta muchedumbre de ángeles fué elevada al cielo, ni tú podrías comprenderlo, ni yo te lo quiero decir, antes que se separen tu alma y tu cuerpo, aun cuando algo de todo esto te manifesté en aquella oración cotidiana que te inspiró mi Hijo.

Los que conmigo estaban en la casa en el momento de yo expirar, conocieron bien por el desacostumbrado esplendor, que notaron, que alguna cosa de Dios pasaba entonces conmigo. Vinieron los amigos de mi Hijo enviados por disposición divina, y enterraron mi cuerpo en el valle de Josafat, y los acompañaron infinitos ángeles como los átomos del sol; pero los espíritus malignos no se atrevieron a acercarse. A los pocos días de estar mi cuerpo sepultado en la tierra, subió al cielo con muchedumbre de ángeles. Y este intervalo de tiempo no es sin grandísimo misterio, porque en la hora séptima será la resurrección de los cuerpos, y en la hora octava se completará la bienaventuranza de las almas y de los cuerpos.

La primera hora fué desde el principio del mundo hasta el tiempo en que se dió la ley a Moisés; la segunda desde Moisés hasta la Encarnación de mi Hijo; la tercera, cuando mi Hijo instituyó el bautismo y mitigó la austeridad de la ley; la cuarta, cuando predicaba de palabra y lo confirmaba con su ejemplo; la quinta, cuando mi Hijo quiso padecer y morir, y cuando resucitó de la muerte, y probaba su resurrección con positivos argumentos; la sexta, cuando subió al cielo y envió su Espíritu Santo; la séptima, cuando vendrá a juzgar y todos resucitarán con sus cuerpos para el juicio; la octava cuando se cumplirán todas las cosas que fueron prometidas y profetizadas, y entonces será la bienaventuranza perfecta; entonces se verá Dios en su gloria, y los santos resplandecerán como el sol, y ya no habrá más dolor alguno.

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Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Mensajes de Rosa Mística: Italia a Pierina Gilli MENSAJES Y VISIONES

Las Apariciones de la Rosa Mystica en Fontanelle

Después de las apariciones de Montechiari, Pierina permaneció 19 años con las Monjas Franciscanas del Lirio en Brescia prestando servicios de enfermera. Fueron muchas las enfermedades que la afligieron. Pierina no tenía que convertirse en monja, sino vivir en el convento en perfecta obediencia, siguiendo los consejos del padre espiritual del seminario. Durante este tiempo tuvo el consuelo y los consejos de Sta. María Crucificada de la Rosa, quien se le aparecía frecuentemente.“No ha llegado todavía el momento. Vendré yo a avisarte; ahora reza, invita a orar, repara y dame muchos sacrificios para que los hombres se conviertan.”

Ver:
María Rosa Mystica, Italia ( 13 de julio)
Las Apariciones de la Rosa Mystica en Montichiari
Las Apariciones de la Rosa Mystica en Fontanelle
El significado de las Escarchas de la Rosa Mystica
Testimonio de la Biblia encontrada intacta luego del incendio en Paraguay
Historia del Opus Rosa Mystica
Rosa Mystica que derramó una lágrima en el 2008, en Argentina
La Rosa Mystica que gotea su Rosario en Paraguay
Novena a la Rosa Mystica
Rosario a María Rosa Mystica
Visita al Santuario de la Rosa Mística en Fontanelle

Pasaron trece años sin apariciones. En la mañana del 5 de abril 1960 rezando sus oraciones en su habitación sorpresivamente apareció la Virgen como la había visto en 1947. Sorprendida Pierina no puede hablar pero nota en la mano de la Virgen una hoja escrita y reconoce su propia caligrafía, piensa en el “Secreto” y se asusta de haberse equivocado pero la Virgen le afirma: “Hija, no temas has entregado al religioso Padre Ilario Moratti el secreto de mi amor. Tanto él como el religioso Padre Giustino Carpin son testigos de mi Mensaje. Los acompaño con la Gracia y la Bendición de mi Hijo Jesús”.

Pierina pregunta que si puede revelar el Secreto,

La Virgen responde:

“No ha llegado el momento. Vendré y te avisaré; reza, has rezar, hagan mucho para que los hombres se conviertan”.

La Virgen se apareció el 6 de diciembre de 1961 y el 27 de abril de 1965 principio y final del Concilio Vaticano Segundo, igual en ambas apariciones y Pierina lo describe de esta manera.

Vi en la mano derecha una esfera de luz roja pálida y en su interior muchas manos unidas, en la izquierda otra esfera de luz blanca y adentro se veía una iglesia y sobre el campanario la palabra “Paz”.

La interpretación de esta aparición, las esferas eran el símbolo del Concilio Ecuménico que responde a la oración, la paz y la unión.

En esta segunda aparición la Virgen permite que el Padre Giustino le haga saber el Secreto al Padre Ilario Moratti y a Monseñor Luigi Novarece .

PREPARACIÓN PARA PRIMERA APARICION DE FONTANELLE: 27 DE FEBRERO 1966

La Virgen le dijo a Pierina que los días 12, 14 y 16 de abril, después de Pascua, fuera en peregrinaje de penitencia desde la Iglesia a Fontanelle. Fontanelle es un campo de Montichiari donde se halla una fuente de agua escondida en una gruta. Una vieja grada de piedra con unos diez escalones da acceso a la cueva.

La Virgen le dijo: “El Domingo Segundo de Pascua (17 de abril) mi Divino Hijo Jesucristo me envía una vez más a la tierra, a Montichiari, para llevar a la humanidad copiosas Gracias. De ese domingo en adelante, que se lleve siempre a los enfermos y comenzarás tu primero a ofrecerles un vaso de agua y lavarles las llagas. Esta será tu nueva misión de acción y apostolado, no más escondida, no más retirada. El Domingo Segundo de Pascua, apenas haya llegado yo, el agua quedará convertida en una Fuente de purificación y de Gracia….”.

PRIMERA APARICIÓN EN FONTANELLE: 17 DE ABRIL DE 1966

Pierina rezaba el rosario paseándose en el camino, a poca distancia de la gruta. La vidente descendió de espalda y arrodillada y la Virgen la siguió, la Virgen le dijo: «besa las gradas, y haz levantar aquí un crucifijo” señaló con la mano izquierda el punto preciso en donde debía ser colocado. «Que los enfermos y todos mis hijos pidan ante todo perdón a mi divino Hijo. Besen con mucho amor la cruz y luego saquen agua de la fuente y beban».

La celestial señora se acercó a la fuente y mandó a Pierina: «Coge barro en las manos y luego lávate. Esto te debe mostrar como el pecado es lodo y suciedad en el corazón de mis hijos pero sí se bañan con el agua de la gracia, las almas quedan purificadas y son otra vez dignas de la amistad de Dios».

Se inclinó, tocó con sus manos la fuente en dos lugares y prosiguió: «Es preciso que se haga conocer a todos mis hijos los deseos de mí Hijo Jesús, comunicados en 1947 y los mensajes que di en la Iglesia de Montichiari. Deseo que los enfermos y todos mis hijos acudan a esta fuente milagrosa. Tu misión está en este lugar en medio de los enfermos y de quienes necesiten de tu ayuda».

SEGUNDA APARICIÓN EN FONTANELLE: 13 DE MAYO 1966

La Virgen escogió el aniversario de las apariciones en Fátima para manifestarse nuevamente a Pierina Gilli junto a la fuente, a las 11:40 AM. Se habían reunido en el lugar unas 20 personas. He aquí la conversación que se produjo:

-La Madre de Dios inició el diálogo: «¡Que se difunda la voz de mi venida a la Fuente!”.
-Pierina preguntó: «¿Cómo podré hacerlo sí no se me creen y se me impide actuar?»
-«Esta es tu misión, la cual ya pedí”.
-«Oh amada Madre de Dios, sin un milagro suyo que acredite mis palabras, las autoridades eclesiásticas no me prestarán fe. Yo te pido que hagas un milagro».
-Sin dar respuesta a la petición, la Virgen sonrió maternalmente y continuó: «Mi divino Hijo es todo amor, pero el mundo va hacia la ruina. Yo he alcanzado una vez mas misericordia y vengo a Montichiari para traer las gracias de su amor, pero para salvar a la humanidad se necesita oración, sacrificio y penitencia».
Después señaló la fuente hacia la derecha y dijo: «Deseo que aquí se construya un baño cómodo, alimentado por esta agua, en donde se pueda sumergir a los enfermos», y mostrando hacia la izquierda, dispuso: «esta otra parte de la fuente debe ser reservada para beber.»


Pierina le preguntó el nombre que debía llevar la fuente y la Rosa Mística contestó: «Que se llame la fuente de la Gracia». “He venido para traer amor, misericordia, paz a las almas de mis hijos y recomiendo que no tiren fango a la caridad.” Pierina le preguntó el significado de su manto y Ella respondió: “Significa mi Amor que abraza a toda la humanidad.”

TERCERA APARICIÓN EN FONTANELLE: 9 DE JUNIO 1966. “FIESTA DE CORPUS CHRISTI”

“Hoy, mi Divino Hijo Jesucristo me ha enviado nuevamente. Hoy es la Fiesta del Cuerpo del Señor. ¡Fiesta de la unión! ¡Fiesta del Amor!. ¡como!. ¡Cuanto desearía que este grano se transforme en Pan Eucarístico…, en tantas Comuniones Reparadoras!. Desearía que este grano transformado en tantas partículas llegase a Roma y para el 13 de octubre alcanzase Fátima”. “Deseo que se haga un cobertizo con una imagen que pose su mirada sobre la Fuente”. “Deseo que para el 13 de octubre la imagen se traiga aquí en procesión; pero antes deseo que el pueblo de Montichiari se consagre a mi Corazón”.

CUARTA APARICIÓN EN FONTANELLE: 8 DE AGOSTO 1966. “FIESTA DE LA TRANSFIGURACIÓN”

«Mi Hijo me ha enviado nuevamente a pedir la unión de Comunión Reparadora y que esto sea para el 13 de octubre. Que se difunda por todo el mundo la noticia de esta santa iniciativa que debe comenzar este año por primera vez y que se repita siempre cada año”. “Que se trate de hacer llegar este grano al predilecto hijo Papa Pablo y que se diga que ha sido bendito con mi visita. Es grano de su tierra de Brescia y que se diga lo que mi Divino Hijo Jesucristo desea, y también para Fátima.»

“Con el grano que queda que se hagan pequeños panecitos y en un día fijo que se distribuyan aquí en la Fuente como recuerdo de mi venida. Y esto sea en agradecimiento a los hijos que trabajan la tierra”.

“Después que fui Asunta al Cielo, me he puesto siempre en medio como mediadora entre mi Divino Hijo Jesucristo y toda la humanidad!…  ¡Cuántos favores!… ¡Cuántos castigos he tenido!… ¡Cuántos coloquios he tenido con las almas!…¡Cuántas visitas más hice a la tierra para traer mensajes!”. “Pero los hombres continúan todavía ofendiendo al Señor!. He aquí por qué mi deseo de la unión mundial de la Santa Comunión Reparadora!”. “Es un acto de amor y reconocimiento por parte de los hijos hacia el Señor”.

ETAPA A PARTIR DE 1969

LA OBEDIENCIA: 15 DE MAYO DE 1969. FIESTA DE LA ASCENSIÓN

«La obediencia es paz que viene del Señor… Lo contrario es discordia y ruina de las almas!». «Imitar el ejemplo que nos ha dado primero mi Divino Hijo Jesucristo: se humilló y se hizo obediente hasta la muerte de Cruz. Hija, la obediencia es humildad, muchas veces es sacrificio, pero Dios Nuestro. Señor sabe dar después al alma paz y docilidad, que es el verdadero amor de ÉL!».

MEDALLA DE LA ROSA MÍSTICA: 19 DE MAYO DE 1970

La Virgen María, Rosa Mística le pidió a Pierina: “Haz acuñar una medalla según este modelo: por un lado «Rosa Mística» y por el otro, «María, Madre de la Iglesia«.

“He sido enviada por el Señor, que escogió a Montichiari para traer el don de su amor, el don de la fuente de gracia y el don de la medalla de mi amor maternal. Yo intervendré en la difusión de la medalla, prenda de caridad universal. Mis hijos me llevarán sobre sus corazones a todas partes y yo les prometo mi protección maternal llena de gracias, en este tiempo en que se quiere destruir la veneración que se me tributa”. “Esta medalla es el signo de que mis hijos están siempre conmigo que soy la Madre del Señor y Madre de la humanidad. Este es el triunfo del amor universal. La bendición del Señor y mi protección estarán siempre con aquellos que recurren a Mi”.

EL SANTO ROSARIO: 17 DE ENERO DE 1971

«Dile a mis hijos que recen el Santo Rosario…, anillo de Fe y de luz y vínculo de unión, de gloria, de intercesión.» Luego, el 25 de julio de 1971: «Aquellos que vengan a la fuente y me honren con su devoción, diles que recen el Santo Rosario.»

Mientras ocurrían las apariciones, sus motivaciones expresaban cada vez más el dolor y las preocupaciones de la Madre Celestial. La Madre le recomendaba a Pierina: «Ora, ora, oh hija y haz orar, muchos hijos míos viven en tinieblas. No se quiere ya al Señor Dios. Oh, la Iglesia de mi Divino Hijo, en que lucha se encuentra! es por eso que extiendo el manto de mi Amor sobre la humanidad, porque hay urgencia de oración, de amor y de oración de expiación… La humanidad corre hacia su gran ruina.»

«Es necesario unirse en oración y en amor en torno al Señor. El está abandonado y ultrajado por tantos hijos suyos. Nosotros queremos almas fieles y vigorosas, listas para dar testimonio y demostrar que mi Divino Hijo se inmoló sobre la Cruz y que cada uno comprende cuánto y cómo el Corazón de Jesús está lleno de Amor y Misericordia.»

LOS ANGELES: 29 DE JUNIO DE 1974

Se repite esta aparición de varios años atrás (13 de enero de 1951) donde se había mostrado una puerta de luz de oro y sobre ella la leyenda cada leyenda con un color diferente: Fíat de la Creación, Fíat de la Redención, María de la Corredención .

La Virgen transmite a Pierina: «Feliz el hombre que se confía a la protección de su Ángel custodio y escucha sus inspiraciones…».

ROSA MÍSTICA Y CUERPO MÍSTICO: 22 DE JULIO DE 1973

Pierina pregunta a la Virgen que oraciones deberían decir, y Ella contestó: «Oración de Fe, oración de amor, oración de alabanza, oración para obtener gracias», y agregó «¡Recitad el Santo Rosario!».

A continuación contesta la pregunta de porque se había manifestado como Rosa Mística. Dice así la Virgen: «Rosa mística no tiene en sí nada de nuevo… En Rosa Mística está simbolizado el «Fíat» de la Redención, el «Fíat» de mi colaboración”.

Mientras la Madre Celestial hablaba, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Después agregó: «La Gracia del Señor y su Misericordia infinita por la Iglesia harán florecer de nuevo la Rosa Mística. Y si se escucha esta invitación materna, Montichiari será el lugar desde el cual la luz mística se irradiará a todo el mundo. Sí, todo esto se realizará!».

Es oportuno aclarar y subrayar el simbolismo de la rosa. Esta es una y múltiple: sus numerosos pétalos están dispuestos en un bello orden, para crear así, en su conjunto, una armonía de unidad. Así es por naturaleza adaptada para representar la multitud de los miembros y la unidad en Cristo del Cuerpo Místico, que es la Iglesia.

“Yo soy la Inmaculada Concepción, la Madre de Jesús el Señor, la Madre de la Gracia, la Madre del Cuerpo Místico: ¡La Iglesia!».

LA IGLESIA: 8 DE SEPTIEMBRE DE 1974

Llena de belleza, llena de bondad, llena de luz. Ella le dijo a Pierina: «Yo soy María, la Madre de la Iglesia. Por esta Iglesia, por el Santo Padre, por los sacerdotes y por todos los hijos de la Iglesia pido oración, oración, oración, para que vuelva a los corazones el verdadero amor al Señor y a la verdadera caridad».

Continua diciendo: «Invocad especialmente la protección del Arcángel San Miguel, para que proteja a la Iglesia contra todos los engaños amenazantes y la defienda. En efecto, la Iglesia no se ha encontrado jamás en tanto peligro como hoy.»

LA IMAGEN DE ROSA MÍSTICA: 23 DE NOVIEMBRE DE 1975

Hoy se celebra la Fiesta de Cristo Rey. Pierina le pregunta a la Virgen: «Virgen querida, os ruego, ¿querríais decirme algo sobre las imágenes de la Virgen Peregrina que fueron llevadas a Roma?».

La Santísima Virgen respondió: «Ante estas imágenes se ha orado y yo estoy ahora especialmente presente en la ciudad de mi amado hijo Papa Pablo, el Padre de la Iglesia. En verdad dondequiera que yo me detenga mediante esas imágenes, llevo conmigo las Gracias del Señor y el Amor de este Corazón materno. Yo llevo la luz a los corazones, donde aun hay tinieblas, para que ellos comprendan el Amor que he revelado en Montichiari… Colaborad con mi Amor, dad con mi Amor, sacrificad con mi Amor. Así vosotros estaréis unidos a mi por siempre.»

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Las Apariciones de la Rosa Mystica en Montichiari

PRIMERA APARICIÓN

Pierina Gilli, nacida el 3 de agosto de 1911, ejercía el oficio de enfermera. En la primavera de 1947, se le apareció, en su totalidad, una hermosísima señora que vestía túnica morada y cubría su cabeza con un velo blanco, tenía el pecho atravesado por tres espadas, su rostro estaba triste. Le corrían lágrimas hasta el suelo.
Sus dulces labios se abrían para decir: «Oración, Penitencia, reparación», y guardó silencio.

Ver:
María Rosa Mystica, Italia ( 13 de julio)
Las Apariciones de la Rosa Mystica en Montichiari
Las Apariciones de la Rosa Mystica en Fontanelle
El significado de las Escarchas de la Rosa Mystica
Testimonio de la Biblia encontrada intacta luego del incendio en Paraguay
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Rosa Mystica que derramó una lágrima en el 2008, en Argentina
La Rosa Mystica que gotea su Rosario en Paraguay
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Rosario a María Rosa Mystica
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SEGUNDA APARICIÓN: 13 DE JULIO DE 1947

El domingo 13 de julio de 1947, en el hospital, se apareció nuevamente la Madre de Dios. Vestía de blanco y en lugar de las tres espadas, tres rosas, blanca, roja y dorada, adornaban su pecho.

Pierina le preguntó asombrada: «Por favor, dígame quien es usted».

Con una dulce sonrisa la señora le contestó: «Soy la Madre de Jesús y madre de todos vosotros». Después de una pausa prosiguió: «Nuestro Señor me envió para implantar una nueva devoción Mariana en todos los institutos, tanto masculinos como femeninos, en las comunidades religiosas y en todos los sacerdotes. Yo les prometo que si me veneran de esta manera especial, gozarán particularmente de mi protección, habrá un florecimiento de vocaciones religiosas. Deseo que el día 13 de cada mes se me consagre como día Mariano y los doce precedentes sirvan de preparación con oraciones especiales.»

Su rostro se iluminó con una inexplicable alegría y continuó: «En ese día derramaré sobreabundancia de gracias y santidad sobre quienes así me hubiesen honrado. Deseo que el 13 de julio de cada año sea dedicado en honor de Rosa Mística».

Luego le explicó el significado de las tres espadas:
1- La primera espada, significa la pérdida culpable de la vocación sacerdotal o religiosa.
2- La segunda espada, la vida en pecado mortal de personas consagradas a Dios.
3- La tercera espada, la traición de aquellas personas que al abandonar su vocación sacerdotal o religiosa, pierden también la fe y se convierten en enemigos de la iglesia.

El significado de las rosas.
La rosa blanca simboliza el espíritu de oración
La rosa roja, el espíritu de sacrificio (para reparar).
La rosa dorada o amarilla, el espíritu de penitencia.

 

TERCERA APARICIÓN: 22 DE OCTUBRE DE 1947

En la capilla del hospital de Montichiari, durante la celebración Eucarística con asistencia de médicos, empleados y gentes del lugar, hizo su aparición la hermosísima Señora. Todos se percataron de una presencia extraordinaria pero solamente Pierina pudo verla y escucharla.

María, Rosa Mística, pidió la práctica de la devoción que ya había recomendado y recalcó: «Mi divino Hijo, cansado por las incesantes ofensas, quiso descargar su justicia, pero oficié como mediadora entre El y los hombres, intercediendo especialmente por las almas consagradas».

Pierina, la vidente, le dio las gracias en nombre de todos y ella se despidió recomendándole con majestad y ternura: «¡Vive de amor…, amor al prójimo!».

 

CUARTA APARICIÓN: 16 DE NOVIEMBRE DE 1947

La aparición de Rosa Mística a Pierina, en una Iglesia parroquial de Montichiari tuvo por testigos a varias personas, entre las cuales se contaban algunos sacerdotes.

Su mensaje puede resumirse en estas palabras: «Mí divino Hijo Jesús y Señor Nuestro esta hastiado de las muchas y graves ofensas que se le infieren por tantos pecados contra la santa pureza. Le provoca desatar un diluvio de castigos…, pero usé mi intercesión para que tenga compasión una vez mas, por eso pido en desagravio oración y penitencia. Suplico íntimamente a los sacerdotes que amonesten a los hombres para que no sigan en la liviandad. Yo regalaré gracias a quienes ayuden a explicar esos delitos».

¿Se nos perdonará entonces? preguntó la vidente.
La Rosa Mística contestó: «Sí, en cuanto se les deje de cometer». Y con esta palabras se alejó.

 

QUINTA APARICIÓN: 22 DE NOVIEMBRE DE 1947

Pierina le preguntó a nuestra Madre: ¿Qué debemos hacer para cumplir sus deseos de oración y penitencia?

Resplandeciente de bondad, contestó la Virgen: «¡Oración!» Hizo silencio unos momentos y continuó: «penitencia quiere decir, aceptar las pequeñas cruces diarias y realizar el trabajo cotidiano en espíritu de expiación».


En seguida le prometió solamente: «El 8 de diciembre alrededor del mediodía vendré otra vez aquí y será la hora de gracia. La hora de gracia será un acontecimiento de numerosas y grandes conversiones, almas totalmente endurecidas en el mal y frías como el mármol, tocados por la divina gracia volverán a ser amantes y fieles a Dios».

 

SEXTA APARICIÓN: 7 DE DICIEMBRE DE 1947

Serena y majestuosa la Virgen llevaba un manto blanco y desde la cabeza le caía graciosamente en pliegue: un niño se lo sostenía a la derecha y una niña al izquierdo.

La Madre de Dios dijo: «Mañana mostraré mi Inmaculado Corazón que es tan poco conocido por los hombres!». Después de un corto silencio prosiguió: «En Fátima, propagué la consagración a mi Corazón, en Bonate procuré que penetrara en las familias cristianas, aquí en Montichiari, deseo implantar la devoción a Rosa Mística unida a la veneración de mi Inmaculado Corazón, y deseo arraigarla especialmente en los conventos e institutos religiosos, para que las almas consagradas a Dios obtengan aumento de gracia a mi maternal Corazón.»

Pierina le preguntó quienes son los niños que estaban a su lado, Nuestra Señora le explicó: «Son Jacinta y Francisco quienes te acompañarán desde ahora en todos tus contratiempos. Ellos también tuvieron que sufrir a pesar de haber sido mucho mas pequeñitos que tú. Esto es lo que quiero de ti: sencillez y bondad a semejanza de estos niños». Extendió entonces sus brazos hacia la tierra en señal de protección y mirando al cielo exclamó: «Alabado sea el Señor» y desapareció.

 

SÉPTIMA APARICIÓN: 8 DE DICIEMBRE DE 1947

Pierina contempló a la madre de Dios decir.- «¡Yo soy la Inmaculada Concepción!» y con gran majestad afirmó «Yo soy María de las Gracias, esto es, la llena de Gracia, Madre de mi Divino Hijo Jesucristo».

Descendió suavemente por la escala y añadió: «Por mi venida a Montichiari deseo ser invocada y venerada como Rosa Mística. Quiero que al mediodía de cada 8 de diciembre (Solemnidad de la Inmaculada) se celebre la hora de la gracia en todo el mundo; mediante esta devoción se alcanzarán muchas gracias para el alma y el cuerpo. Nuestro Señor, mi Divino Hijo Jesús, concederá copiosamente su misericordia, mientras los buenos recen por sus hermanos que permanecen en el pecado. Es preciso informar cuanto antes, al Supremo Pastor de la Iglesia Católica, el Papa Pío XII, mi deseo de que esta hora de gracia sea conocida y extendida por todo el mundo. Quien no pueda ir a la iglesia que los haga en su casa al mediodía y conseguirá mis gracias.»

Luego mostrándole su purísimo corazón exclamo: «Mira este corazón que tanto ama a los hombres, mientras la mayoría de ellos lo colma de vituperios». Calló unos momentos y continuó: «Sí todos, buenos y malos, se unen en la oración, obtendrán de este corazón misericordia y paz. Los buenos acaban de alcanzar por mi mediación la misericordia del Señor, que detuvo un gran castigo. Dentro de poco se conocerá la eficaz grandeza de esta hora de gracia.»

Notando Pierina que la resplandeciente Señora iba a alejarse le imploró fervorosamente: «¡Oh hermosa y amada Madre de Dios, yo le doy gracias!. Bendiga a todo el mundo especialmente al Santo Padre, a los sacerdotes, religiosos y a los pecadores”.

Ella contestó: «Tengo preparado una sobreabundancia de gracia para todos aquellos hijos que escuchan mi voz y toman a pecho mis deseos». Con estas palabras se terminó la visión.

 

ROSA MYSTICA Y FÁTIMA

La Virgen hace una unión estrecha entre la aparición y mensajes de Fátima y de Rosa Mística:

1. Revela su Inmaculado Corazón, como lo hizo en Fátima.

2. Habla explícitamete de Fátima y de su deseo de que, junto con la devoción a Rosa Mística, los institutos religiosos tengan devoción a su Inmaculado Corazón.

3. Se aparece con los beatos Jacinta y Francisco, los videntes de Fátima, y se los propone a Pierina como modelos y ejemplos de sacrificio.

4. En su tercera aparición en Fontanelle pide que se haga reparación (mensaje central de Fátima), pidiendo la Unión de la Comunión Reparadora, todos los 13 de Octubre de cada año.

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Foros de la Virgen María Madre Amorosa: Estados Unidos a Nancy Fowler MENSAJES Y VISIONES

Los 10 Mandamientos dictados por Jesus a Nancy Fowler de Nuestra Madre Amorosa

En 1990 y 1991, Jesús le ha brindado a Nancy muchas enseñanzas sobre los Mandamientos, y pidió que se publicaran cuando El hubiera completado la serie. Esta publicación contiene las principales enseñanzas que Nancy recibió sobre los Diez Mandamientos.

La historia de las apariciones de la Madre Amorosa a Nancy Fowler se puede leer en NUESTRA MADRE AMOROSA DE CONYERS, ESTADO UNIDOS ( 13 DE OCTUBRE)

EL PRINCIPAL MANDAMIENTO

Y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó, tentándolo: Maestro, ¿cuál es el principal mandamiento de la ley? Jesús le dijo: Tú amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el principal y primer mandamiento. Y el segundo es: Tú amarás al prójimo como a tí mismo. Dependen de estos dos mandamientos toda la ley y los profetas.

24 de enero de 1991

Jesús le dijo a Nancy: «Escribe estas palabras y ponlas con Mis Diez Mandamientos: Aquél que obedece los mandamientos dados por Mí es el hombre que Me ama; y Mi Padre amará a aquél que Me ame. Yo también le amaré y Me revelaré ante él». [ver Juan 14:21]

26 de enero de 1991

Jesús dijo: «Amáos los unos a los otros como Yo os he amado. Esta es la orden que os doy, que se amen los unos a los otros». [ver Juan 15:12]

EL PRIMER MANDAMIENTO

Exodo 20:2-6

Yo soy el Señor tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto, del cautiverio. No tendrás dioses extraños ante mí.
No deberás adorar a ningún ídolo, ni ser la imagen de nada que esté arriba en el Cielo, o abajo en la Tierra, ni a nada que esté en las aguas debajo de la Tierra. No les adorarás, ni les servirás: Yo soy el Señor tu Dios, poderoso, celoso, testigo de la injusticia de los padres para con sus hijos, hasta la tercera y cuarta generación de aquéllos que me odian; y piadoso hacia miles de ellos que me aman, y cumplen mis mandamientos.

28 de diciembre 28 de 1990

«Tu cuerpo es un templo del Espíritu Santo. ¿No quieres cuidar el templo? Míralo de esta manera. La codicia acompaña al orgullo. Puedes codiciar la comida, la glotonería, codiciar el dinero, codiciar el sexo, codiciar el poder. La comida no es pecado; el sexo no es pecado; el poder no es pecado; la codicia sí lo es … lo que hagas con ella voluntariamente y a sabiendas».

«Parece que El estuviera sufriendo», dijo Nancy.

Jesús dijo, «Poned cualquier cosa o a cualquier persona antes que a Mí, y estaráis violando Mi primer mandamiento.
«Coméis en demasía. Os gusta hacerlo. Queréis mucho poder. Os gusta. Queréis demasiado sexo. Os gusta. Oh qué engañado puede estar el hombre por Satanás. Oh qué engañado puede estar el hombre por Satanás. Oh qué engañado puede estar el hombre por Satanás.

«Los hombres creen que son amos de sí mismos, pero Satanás es su amo».
«Ama a tu Dios con todo tu corazón, mente, alma y fuerza. No ames a nadie ni a nada más que a Mí. Si lo haces, te convertirás en un esclavo. Sólo Yo soy el Maestro que te puede liberar. Ámame y nunca serás un esclavo. Ama a Satanás y estarás en cautiverio.

«Sólo Yo soy tu Señor, tu Dios. No pongas a nadie, a nada antes que a Mí. Yo soy Amor; Yo soy Vida. Vive en Mí, y te daré Mi Vida. Vive en Satanás, y tendrás la muerte. El es oscuridad. El camina en la oscuridad, y si prefieres caminar con él, entonces prefieres caminar en la oscuridad. ¿No es mejor ver y tener luz? ¿No te sientes mejor cuando puedes ver tu camino?»

29 de diciembre de 1990

«Sobrevendrá mayor sufrimiento para la Humanidad. La Santísima Trinidad de Dios está profundamente ofendida por los pecados de la Humanidad y el rechazo universal de Dios. Yo me hago eco de las palabras de Mi mensajero, el Arcángel Gabriel, quien os dijo: ‘El tiempo se acerca'».

«Yo soy Jesús. Yo soy uno con el Padre. Yo soy la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Yo soy quien os habla».
«El resplandece en una luz inmensa. La luz es como una luz que parpadea».

Nancy agregó que, cuando crece la intensidad de la luz, estás mucho más conciente de que estás ante Su presencia, y prestas especial atención a lo que El está diciendo.
«El hombre sabrá que Yo soy Dios. Yo soy un Dios celoso. No adores a otros dioses más que a Mí sólo. Mi gente se ha alejado de Mis mandamientos. Aléjate de Mis mandamientos, y te estarás alejando de Mí. Tú rechazas Mis mandamientos. Tú rechazas Mi amor, entonces deberás descarriarte y sufrir.
«Mis preciosos hijos. Mis preciosos hijos. ¿Porqué Me han hecho esto? Sepan que vendrán días difíciles. Quédense a mi lado y recen, recen, recen».

Más tarde, Jesús le dijo a Nancy con agotamiento e inmenso dolor,
«El hombre tiene demasiados dioses, y sólo deberían tener uno. Quiero que Mis hijos Me den su corazón en la cruz. Mi corazón está en la cruz. Estoy unido a la cruz. Quiero que Mis hijos se unan a la cruz con amor…»

17 de enero de 1991

«Tengo un mensaje para toda la humanidad. Dejen de querer ser más grandes que Yo. Dejen de adorar dioses falsos. Dejen de asesinar. Dejen de mentir. Dejen de golpearme. Dejen de arrancar la carne de Mis huesos. Dejen de ignorarme. Dejen su forma de ser autosuficiente y egoísta. Comiencen de nuevo. Con corazones sinceros, arrepentidos, vueltos hacia Mí. Yo les digo, amen, amen, amen, en cualquier momento, en cualquier lugar. Denme su corazón de amor. Mi gente necesita Mis mandamientos de amor».

19 de enero de 1991

«Mi preciosa hija, Yo soy Jesús, Hijo de Dios Vivo. Me complace que me estés empezando a conocer, así le puedes contar a otros sobre Mí. Mis mandamientos de amor son maneras de ayudar a Mis hijos a crecer en amor Conmigo, en Mí y a través de Mí. Mis mandamientos de amor son maneras de ayudarles a vivir una vida ordenada y significativa. La vida tiene sentido cuando has encontrado tu camino hacia Mí. Yo no les proporciono una razón de ser. Yo soy el Camino, la Verdad, la Vida. Si Yo soy el Camino, ¿no tendría sentido que les dé señales a lo largo del camino para ayudarles a llegar a Mí?

«¿No tienes reglas de tráfico? ¿No enseñas a tus hijos a que miren hacia los dos lados antes de cruzar la calle? Bueno, Yo trato de ayudarles al darles las reglas más importantes de la vida, Mis mandamientos de amor. ¿Es que acaso no son reglas, pautas y guías que les dicen cómo amar? ¿No crees que el primer mandamiento es el que tiene más sentido? Ven a Mí primero; no pongas a nadie delante de Mí. Amame primero. Si cumples con el primer mandamiento, solemnemente te digo que harás el resto porque querrás hacerlo. Te darás cuenta y comprenderás que Yo soy amor, amor perfecto y la fuente de todo el amor.

«Nancy, a veces Mis hijos no llegan a cumplir el primer mandamiento y necesitarán más ayuda de Mis otros mandamientos para encontrar su camino hacia Mí. Mis hijos no hacen lo que Yo quiero que hagan. Deja la palabra «hacen» ahí. Tal vez pueda atraer su atención de esta manera.
«Nuevamente, yo digo que si Me conocen, realmente me conocen, Me amarán y desearán con todo su corazón y fuerza obedecerme, servirme.

«¿Acaso un niño que no tiene reglas de amor en el seno de su familia no será muy desdichado, no se sentirá muy solitario, muy perdido y sufrirá mucho más?
«Dile a Mi gente – cumplan Mis mandamientos y sufrirán menos y serán más felices, nunca se sentirán perdidos ni solos. Enséñale a Mis hijos, Nancy. Mira el amor que te muestro. Mira Mi rostro.»

Más tarde Jesús volvió a aparecer y dijo,
«Nancy, me concentré en la primera parte del mandamiento. Yo soy el Señor tu Dios y no deberás tener dioses extraños antes que Yo, porque en América hay demasiados dioses antes que Yo. Si no tienes a ningún otro dios antes que Yo, y Me amas con toda tu mente, corazón y fuerza, y se aman los unos a los otros como Yo los amo, no tendrás ninguna otra necesidad de ningún otro Mandamiento».

Nancy preguntó sobre la palabra alma.
«¿Dejaste de lado la palabra alma?»
«Puedes agregar alma. Amame a Mí y a los demás de todas las maneras, completamente, plenamente. No tienes ninguna otra necesidad de tener guías, porque ya conoces el camino. Mis hijos en América necesitan la primera parte de este mandamiento, luego les podré hablar del resto. ¿No tienes que reconocer primero que hay un Dios, y que ese Dios soy Yo? Hay demasiados dioses falsos, Mi preciosa hija».

EL SEGUNDO MANDAMIENTO

Exodo 20:7

No tomarás el nombre del Señor vuestro Dios en vano; porque el Señor no liberará de culpas a aquél que tome el nombre del Señor vuestro Dios en vano.

28 de octubre de 1991

Mientras Nancy estaba en la iglesia, Jesús dijo,
«Mira a ese hombre, El está limpiando Mi Casa. Cuéntale a la gente sobre Mi Segundo Mandamiento. Limpien sus bocas. Hablen como hombres y mujeres santos. Imítenme. Hablen con amor. Hablen con respeto. Hónrenme.

«Yo soy el Amo. Tú eres el esclavo. Hónrame. Respétame. Amame. No tomes Mi Nombre en vano. No pongas tu nombre, tu reputación antes que los Míos. Yo soy más grande. Yo soy el que da. Tú eres quien recibe Mi amor, piedad y bondad.
«Entonces, ¿por qué Me deshonran? ¿Deshonran Mi santo nombre? Mi nombre es Jesús. Mi nombre es soberano. Mi nombre es santo. Mi nombre es más importante que todos los nombres. ¿Por qué pisotean Mi nombre? ¿Por qué maldicen Mi nombre?»

Nancy recibió una inspiración para recoger y abrir un libro de Gloria y Alabanzas que estaba sobre el banco de la iglesia. Jesús le dijo que escribiera esta oración de Pablo que estaba en esa página: «Esto es por lo que oro de la mano de mi Padre. Cada familia toma de El su vida y su nombre».
Jesús dijo entonces,
«Tu vida y tu nombre vienen de Mí. Yo soy superior. Hónrame a Mí primero. Honra Mi Nombre».

EL TERCER MANDAMIENTO

Exodo 20:8-11

Recordad que el día de descanso deberá ser sagrado. Deberáis trabajar seis días, y deberáis hacer todo vuestro trabajo. Pero el séptimo día es el día de descanso del Señor vuestro Dios; no deberáis trabajar ese día, ni vosotros ni vuestro hijo, ni vuestro sirviente, ni vuestra bestia, ni el extraño que esté dentro de vuestra casa. Porque en seis días el Señor hizo el cielo y la tierra, y el mar, y los objetos que hay en ellos, y descansó el séptimo día, y lo santificó.

9 de febrero de 1991

«Todos Mis hijos deberán descansar en el séptimo día. Quiero que descansen de todos los problemas mundanos, y se tomen tiempo para reflexionar sobre Mi bondad y Mi amor. Si hacen esto, apreciarán todos Mis regalos, y verán y sabrán que todo es un regalo Mío. Así, todo en su vida tendrá más riqueza, porque lo verán con los ojos del amor. Entonces todo tendrá nuevamente el equilibrio adecuado. Tendrán tiempo para su familia. Tendrán tiempo para descansar físicamente. Tendrán tiempo aparte para el crecimiento espiritual. Tendrán tiempo para descansar emocionalmente.

«Todo necesita estar en equilibrio para poder trabajar adecuadamente. Si una rueda de una máquina está rota, esto afectará a la máquina entera. Por medio de Mi ayuda para mantenerse en equilibrio, les estoy ayudando a volver hacia Mí. Su viaje por la vida es un viaje de vuelta hacia Dios, de vuelta hacia Mí.
«Si tienen muchos neumáticos desinflados, será mucho más difícil para ustedes su viaje de vuelta hacia Mí. Si mantienen el automóvil bien y balanceado, su viaje será más placentero y fácil.

«Cada uno de los mandamientos es una ayuda, es un paso, para ayudarles a amarme a Mí y a los demás. No tomen Mis mandamientos pensando que no deben hacer esto o lo otro, sino que deben amar más. Todos los mandamientos son una ayuda para ayudarles a crecer en el amor.
«Como crecen las plantas y los árboles, como crece un niño, así todos los seres humanos están destinados a crecer en el amor.
«Mírenlo de esta manera. A cada ser humano se le da una pequeñísima semillita de Mi Amor perfecto. Y esa semilla está destinada a crecer en la plenitud de Mi Amor».

10 de febrero de 1991

«Ustedes no pueden cumplir con el día de descanso sagrado, a menos que se analicen y se mejoren a sí mismos, y que corrijan los pecados cometidos en los pasados seis días».

Nancy pensó, «Sí, si…»
Jesús leyó sus pensamientos y dijo, «Sin condiciones, Nancy. Tómate tu tiempo para reflexionar sobre Mi bondad y Mi amor».

EL CUARTO MANDAMIENTO

Exodo 20:12

Honrad a vuestro padre y a vuestra madre, y tendráis una vida más larga en la tierra que os dará el Señor vuestro Dios.

22 de febrero de 1991

«Mi hija adorada, déjame enseñarte sobre el Cuarto Mandamiento de Dios. Honra a tu Padre y a tu Madre. Tu Padre es Dios. Hónralo primero a El. Tu madre es Mi Madre, la santa Madre de Dios; yo te la cedo como tu Santa Madre. Nunca tendrás un padre superior a Dios, ni una madre superior a la Madre de Dios.

«Los padres terrenales están destinados a imitarnos, para ser nuestras manos, nuestros pies, nuestro corazón. No debes juzgar los defectos de tu padre y tu madre. Y los padres no deben juzgar los defectos de sus hijos. Ambos están destinados a amar como nosotros los amamos. Crezcan con más amor a Dios y a los demás.
«Padres, tomen las manos de sus hijos; hijos, tomen las manos de sus padres, y caminen juntos en armonía y con amor en su viaje de vuelta hacia Mí. Ayúdense los unos a los otros a crecer. Ambos son maestros. Aprendan de Mí y aprendan de los demás. Yo les digo, imítennos.

«Si sus padres los hieren, o si a ustedes, padres, los hieren sus hijos, respondan como Yo lo hago cuando ustedes Me hieren… CON AMOR. Nunca dejen de amar. Mi amor por ustedes es incondicional. Nuevamente les digo, imítennos, hijos queridos. Mis hijos son todos, no nacidos, nacidos, jóvenes, viejos, lisiados, sanos, pobres, ricos, orgullosos, humildes.

«Ninguno deja de ser Mi hijo, aunque Me niegue. Yo soy el Creador y ustedes son los hijos que Yo creé. Yo los llamo, a todos ustedes, hacia Mí. Nunca los abandonaré. Por favor no Me abandonen a Mí. Si abandonan este mandamiento, Me están abandonando a Mí. Lo que le hagan al menor de Mis hermanos, Me lo están haciendo a Mí.
«Yo les digo: imítennos. Sean santos, como Yo lo soy. Sean amor, como Yo lo soy. Así como viven y crecen en sus familias de la tierra, vivan y crezcan en Mí, Yo soy Jesús, Hijo de Dios Vivo».

EL QUINTO MANDAMIENTO

Exodo 20:13

No matarás.

6 de marzo de 1991

«Cada vez que no amen o vivan en paz, o deseen perjudicar a otros en pensamiento, palabra u obra, estarán violando este mandamiento.
«Escriban estas palabras: Vivan en paz y en unión con su prójimo, respeten sus derechos, busquen su bienestar espiritual y físico, y cuiden adecuadamente de su propia vida y salud. Este mandamiento prohíbe el asesinato intencional, las peleas, el rencor, el odio, la venganza, el escándalo y el mal ejemplo».

Entonces a Nancy le vino la inspiración de leer Mateo 18:6, donde Jesús dice, «Pero sería mejor para aquél que escandalice a cualquiera de estos pequeños que creen en Mí, que le aten una piedra al cuello, y que lo hundan en el fondo del mar».

19 de marzo de 1991

«Déjenme ver esta nación, este presidente, apreciar Mi piedad y Mi amor. Denle nuevamente un lugar a Dios en este país. Denle un lugar a Dios en sus escuelas, en su gobierno, en sus líderes, en cada hombre, mujer y niño. Entonces, y sólo entonces, serán una nación grande ante Dios.

«Aborrezco los asesinatos en esta tierra. Han asesinado a los que no habían nacido. Han asesinado la palabra de Dios, quitándola de sus escuelas y de sus corazones. Denme nuevamente el lugar al que pertenezco».

21 de marzo de 1991

«A menos que los asesinatos cesen, enviaré un castigo para esta Nación».

EL SEXTO MANDAMIENTO

Exodo 20:14

No cometeráis adulterio.

21 de marzo de 1991

«Vivan en armonía. Respétense los unos a los otros. No deseen o tomen las posesiones de otra persona. ¿Tomarían la casa de otra persona? Si tratan de hacerlo, las leyes impuestas por el hombre no lo permitirían. Se meterían en graves problemas.

«¿No son Mis leyes superiores a las de los hombres? Si toman la esposa u esposo de otro u otra, estarán violando Mi ley. Cuando violan Mi ley, están matando la mejor de las vidas, la vida del alma, y perderán la paz y las bendiciones que les doy. Aléjense de Mí, y se unirán a Satanás. Nadie está en paz cuando está con Satanás. No son libres. Pero son esclavos del pecado. Son herramientas, instrumentos de Satanás.
Caminan en la oscuridad.

«Yo soy Luz. Yo soy Vida. Yo soy Paz. Yo soy el Camino. Yo soy la Verdad. Yo soy Amor.
«Nada ni nadie es superior a Mi vida en su alma. Nunca hagan nada por perderla, por matarla. Si su deseo de sexo se hace excesivo, Me estarán empujando hacia afuera. No pueden servir a dos amos.
«Mantengan sus pensamientos, palabras, y obras puras. Mantengan sus pensamientos, palabras, y obras en Mí. Yo soy Santo. Estén cerca mío. Llámenme cuando necesiten ayuda».

22 de marzo de 1991

«Sean pacientes, toleren todo por mí.
«Muchas almas están eligiendo voluntariamente vivir en la oscuridad. Ellos piensan que su decisión es sólo por unos años en la tierra, pero es por toda la eternidad. Muchas almas se están hundiendo en los fuegos eternos y son condenadas para siempre. Muchos están allí por el pecado de la carne. Aquéllos que elijan matar a sabiendas, estarán allí con ellos.

«Las palabras, obras y pensamientos impuros repetidos voluntariamente están enviando personas a los fuegos eternos de la oscuridad. Mis hijos están tomando una decisión conciente de romper Mi mandamiento. Repiten este pecado, luego lo razonan y, entonces, ya no le reconocen como un pecado. A estas almas las desterraré de Mi vista. Yo soy un Dios de piedad y amor, y un juez justo. La violación de Mis mandamientos mata la vida del alma.

«Maldita sea esta malvada generación pecadora. Qué rápido cesan sus oraciones de paz en el momento que creen que ya la consiguieron. La ira de Dios Padre está creciendo. Maldigo a Mi gente que marcha junto a los asesinos, a los abortistas. Maldigo a Mis sacerdotes que participan en actos impuros».
«Ya ustedes han visto suficiente. Ya han escuchado suficiente. Yo he hablado».

2 de abril de 1991

Jesús reveló su rostro sufrido y dijo,
«El marido de (Nombre omitido) se quemará un largo tiempo en el Purgatorio si sigue adelante con el divorcio. Si no fuera porque tú dices el Rosario de la Divina Misericordia, él estaría en los fuegos eternos de la condenación. Detesto el divorcio. Yo te digo, si estas almas se casan luego de divorciarse y continúan violando Mi mandamiento, purgaré sus almas por largo tiempo en el Purgatorio». [Este hombre había elegido voluntariamente continuar siendo infiel a su mujer, y estaba tramitando el divorcio de su esposa por otra mujer].

«Dí Mis palabras: un hombre o una mujer que no pueda vivir con la esposa o esposo que ha elegido, y se divorcia, paga las consecuencias ahora o más tarde. El ahora es, manténte célibe. El más tarde es el Purgatorio o los fuegos eternos de la condenación».

Nancy preguntó, «¿No hay ninguna alma divorciada que vaya directamente al cielo?»
«Muy, muy, muy pocas», dijo Jesús. «Los que violan Mis mandamientos no irán al cielo. El cielo espera a aquéllos que Me aman y cumplen Mis mandamientos».

Nancy respondió, «Oh, Señor, por favor ayuda, ayuda a toda la gente que se encuentra en esa situación».
«No será fácil inculcar Mis mandamientos a Mi gente desobediente, pero estás llamada para hacerlo. Yo te apoyo».

Nota del teólogo: Aunque uno evite el castigo del infierno por arrepentimiento sincero, igual queda normalmente el castigo temporario debido al pecado. El castigo temporario que quede para el cual no se ha tenido satisfacción en el momento de morir, entonces, esta es la razón para el Purgatorio, lo que es una revelación de la Misericordia de Dios.

17 de abril de 1991

«Hay muchos matrimonios malos. Hay muchos matrimonios que yo no bendigo. Y si no tienen mi bendición, están en problemas».

Mateo 19:4-6

¿No han leído que el Creador, desde el principio, hizo hombres y mujeres, y dijo, «Por esta causa el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos se convertirán en uno»? Por lo tanto ya no son dos, sino una misma carne. Por consiguiente, lo que Dios ha unido, que ningún hombre lo separe.

22 de noviembre de 1991

Un pequeño grupo de los hijos de Nuestra Madre Amantísima estaba recopilando los mensajes para la publicación de «Los Mandamientos». El mensaje de Jesús del 2 de abril de 1991 sobre el divorcio, el nuevo matrimonio, el celibato, el Purgatorio y el juicio eterno, despertó inquietud y preguntas, especialmente por las dificultades maritales y divorcios experimentados por miembros del pequeño grupo. El grupo no estaba de acuerdo en cuanto a si el mensaje del 2 de abril de 1991 se refería a una situación específica, o si Jesús hablaba del acto del divorcio en general. El grupo le pidió a Nancy que le pidiera a Jesús que les aclarara este mensaje. En ese momento el grupo comenzó a rezar, y Jesús les respondió rápida y poderosamente con el siguiente mensaje.

«Miren Mis parábolas. ¿No enseñé sobre una situación específica para aplicarla a todo en general? ¿No son Mis parábolas sin tiempo? ¿No enseño para todos los tiempos? ¿No ven que doy reglas que están cambiando con los pecados del hombre? Queridos hijos, Yo soy Jesús, Hijo de Dios Vivo. Mis leyes sobrepasan las de los hombres. Mis leyes son para todos los tiempos, para toda la gente, para todas las naciones. El hombre trata de distorsionar y torcer Mis leyes para adecuarlas a sus pecadoras vidas individuales. Yo no me doblego ante las leyes del hombre. Es el hombre quien se debería doblegar ante Mis leyes. Yo me mantengo en el mismo punto, detesto el divorcio. Yo miraré en los corazones de cada uno de Mis hijos». [Nancy dijo que la luz alrededor del crucifijo estaba oscilando con gran intensidad].

«Hijos, si dicen que Me aman, entonces no querrán distorsionar Mis leyes, sino que por su amor hacia Mí, cumplirán Mis mandamientos. Hay demasiados divorcios; hay demasiados nuevos matrimonios; hay demasiados pecados. El hombre trata de tomar decisiones sin contar conmigo. Aléjense de Mí y vayan al pecado. Quédense conmigo y tendrán vida.
«Yo les digo, hijos queridos, reconcíliense conmigo y con los demás. Yo he hablado. Yo soy Jesús. Soy el Hijo del Padre Eterno».

EL SEPTIMO MANDAMIENTO

Exodo 20:15

No robarás.

12 de abril de 1991

«Mi adorada hija, te enseñaré sobre el robo. Comienza a escribir.
«Cada vez que eres deshonesto, estás robando. La deshonestidad lastima tu alma y la de los demás. Entonces eres culpable de robar Mi preciosa vida en el alma. Eres un hurtador, un ladrón. Yo te digo, no hay nada peor que robar la vida del alma.
«Nadie le roba a otro sin robarme a Mí primero. Yo te acusaré ante Mí. Arrepiéntete. Arrepiéntete. Arrepiéntete.

«Ningún hombre escapa del castigo por sus pecados. Le castigaré con el remordimiento de conciencia en esta vida y le reformaré y, después, su alma será purgada. Mi amor por cada alma es inmenso, y yo exijo pureza. Amenme puramente, amen puramente a los demás.

«Padres, cuando no dan amor, le están robando a sus hijos Mi amor. Si toman Mi amor y se lo guardan para sí, son como ladrones que toman pero nunca dan.
«Cuando son egoístas, roban todo para sí mismos. Un ladrón toma y no da. Sólo dando comienzan a entrar en mi Reino. Sólo cuando se entregan completamente, dejan de tomar. Cuando se rinden y dan Mi amor plenamente, entonces ya no pueden tomar, sino que dan.

«Un ladrón toma y es codicioso. Quiere tomar más y más. Si sólo toman y nunca dan, ¿acaso no son ladrones?
«Yo no tengo ningún ladrón en Mi Reino. Mi Reino no es de este mundo. Nancy, todos mis mandamientos son reglas de amor. Falla en el amor, y fallarás en Mi Reino».

EL OCTAVO MANDAMIENTO

Exodo 20:16

No levantaréis falso testimonio contra vuestro prójimo.

27 de abril de 1991

Jesús le dijo a Nancy cuando se encontraba en la iglesia para la Misa,
«Tú darás testimonio sobre Mí. Tú darás testimonio sobre Mi presencia viviente. Yo soy la verdad. No hay falsedad en Mí. Llamo a todos Mis hijos para que Me imiten. Cada vez que no cumplan en imitarme, no estarán cumpliendo Mi mandamiento de amor. Sean sinceros. Sean humildes como yo. La verdad cura. Las mentiras dañan y lastiman. Yo soy un curador. Los llamo para ser curadores. Aprendan de Mí, sean humildes en el amor y la verdad. En la verdad hay libertad. En las mentiras les espera el cautiverio. Sean libres y vuelen, o sean prisioneros y permanezcan atados».

Más tarde, la Segunda Lectura durante la Misa fue de 1 Juan 3:18-24,
«Mis pequeños hijos, déjennos amar, no con la palabra, ni con la lengua, sino con los hechos, y con la verdad. Con esto sabemos que somos de la verdad; y ante Sus ojos convenceremos a nuestros corazones. Ya que si nuestros corazones nos regañan, Dios es más grande que nuestro corazón, y todo lo sabe. Queridos hermanos, si nuestros corazones no nos regañan, tendremos confianza en Dios; y lo que sea que pidamos, lo recibiremos de El; porque cumplimos sus mandamientos, y hacemos las cosas que Lo complacen. Y este es Su mandamiento, que debemos creer en el nombre de su Hijo Jesucristo; y amarnos los unos a los otros, según los mandamientos que nos legó. Y aquél que cumpla Sus mandamientos, morará en El, y El en él. Y en esto sabemos que El mora en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado».

Más tarde Jesús le dijo a Nancy cuando ella rezaba ante el Santísimo Sacramento,
«Si Yo permitiera a todos que Me vieran, aún quedarían aquéllos que Me nieguen. La fe es más poderosa. Muere a tí mismo, luego pide la gracia de la fe, y entonces las señales tendrán sentido.
«Nancy, tú sabes la verdad. Cuando Mis hijos caminan en la oscuridad, no tienen verdad. Yo soy la Verdad. Yo soy la Luz. Tú Me ves. Tú ves Mi luz. Lleva mi presencia viviente a Mis hijos. Lleva a ellos Mi luz. Yo te llamo para dar testimonio de la verdad. No serás derrotada porque Yo no lo seré. Ama, ama, ama, y Yo estaré vivo para tí. Ama, ama, ama, y permite a Mis hijos ver Mi luz. Mis hijos tienen miedo de dar testimonio. Ayúdales, preciosa. Yo soy verdad, y tú dirás la verdad.

«El hombre necesita ser sincero consigo mismo ante Mí y con los demás. Yo soy verdad. Si Me conocen, entonces ustedes son sinceros. Si mienten, ¿cómo pueden decir que Me conocen? Mis amigos y Yo somos uno. Una mentira no se puede mezclar con la verdad. La masa se mezcla con ingredientes similares para hacer algo de sabor agradable. Si mezclas masa con ingredientes amargos, quedará amargo, desagradable».

EL NOVENO MANDAMIENTO

Exodo 20:17

No codiciarás a la mujer de vuestro prójimo.

16 de mayo de 1991

«Mi adorada hija, déjame enseñarte sobre Mi mandamiento de amor – No codiciarás a la mujer de vuestro prójimo. Para los modernistas, no tomen la mujer o el marido del prójimo; mantengan sus casas internas limpias, libres de pensamientos y deseos pecaminosos. Abrigar pensamientos o deseos impuros significa que están en sus corazones.

«Tengan el deseo de hacer que sus corazones sean como el Mío, puro, santo, humilde, gentil, amoroso, que perdona, que tiene compasión. Para otras virtudes de Mi Corazón, vean la letanía de Mi Sagrado Corazón, la que rezaron ayer por la tarde. (Ver letanía en la página 45)

«¿No está un ama de casa más cómoda, más tranquila cuando su casa está limpia y lista para recibir visitas? ¿No es la visita más placentera para ella y para sus invitados? Si el interior de la casa está sucio, ¿se sentirán los invitados bienvenidos, cómodos y desearán quedarse con ella? Si la casa está limpia y preparada para los invitados, ¿no se darán cuenta los invitados de que ella es una buena ama de casa? ¿No refleja el interior de su casa a ella misma?

«Cuánto más importante es tu vida espiritual interior. Si tu alma está limpia y brillosa, Mi luz resplandecerá para que otros la vean. Tú Me reflejarás por el brillo, el amor de tu corazón. Si los deseos de tu corazón son pecaminosos, no Me reflejarás. Le mostrarás al mundo el reino del mal. ¿No es mejor reflejar bondad que maldad? ¿No estarás más contento pensando en Mí?

«Mantengan sus pensamientos y sus deseos puros y santos, y estarán listos para recibir a su invitado. Una buena ama de casa mantiene su casa lista para sus invitados. ¿Están listos para recibirme, para darme la bienvenida? Yo vendré a una hora que no sepan. Mantengan sus casas limpias y listas para mantener sus corazones en Mí».

Más tarde, cuando Nancy estaba en su casa, se inspiró con Jeremías 31:33 donde dice,
«Yo pondré Mi ley en sus entrañas, y la escribiré en sus corazones».

Entonces Jesús dijo, «Puedes agregar eso».

EL DECIMO MANDAMIENTO

Exodo 20:17

No codiciarás la casa de vuestro prójimo; ni desearás su sirviente, ni su doncella, ni su buey, ni su asno, ni nada de lo que es suyo.

Sin fecha

«Comienza a escribir. La codicia o el ser posesivo significa que deseas tener y p
oseer a cualquier precio. Es mal en tu corazón. Los deseos malos no Me agradan.
«Cuando deseas tener y controlar, hacerte cargo de todo en tu mundo, tu vida, tu felicidad, ¿no estás acaso rechazando los regalos que te doy? Todo es regalo Mío.
«Si clamas ser dueño de todo, ¿no estás entonces proclamando que no es un regalo? ¿No estás colocándote por encima de Mí? Qué seguido oigo a Mis tontos hijos clamar, ‘mi vida es mía. Mi cuerpo es mío. Puedo hacer con ellos lo que yo quiera’.
«Si tomas lo de otros, ¿no estás acaso tomando algo Mío? Yo soy quien da los regalos. ¿Cuándo entenderás que Yo soy Dios?

«Hijos, estén en guardia. Miren lo que permiten entrar en sus corazones. Protejan su corazón, que es la fuente de la vida. Tu corazón está hecho a Mi imagen. No permitas que tu corazón se vuelva irreconocible, distorsionado. Refléjame. Mi camino es perfecto. Mi corazón es perfecto. Yo solo te puedo dar paz. Yo solo puedo darte amor. Yo solo puedo darte felicidad.
«¿Tu vida o la Mía?
«¿Tu voluntad o la Mía?
«¿Tu camino o el Mío?
«¿Tu corazón o el Mío?
«¿Tu vida o la Mía?
«¿Tu tiempo o el Mío?
«¿Tus talentos o los Míos?
«¿Tus regalos o los Míos?
«Recuerda quién soy, y Yo recordaré quién eres tú».

YO LLAMO Y LLAMO Y LLAMO

31 de diciembre de 1990

«Mi preciosa pequeña hija. Tú consuelas Mi dolido corazón con tus maneras aniñadas. Hoy, cuando sentías mucho dolor, Me dijiste, está bien, Jesús, no sufras. Me preocupo por ti. En tu manera infantil Me entregaste tu persona en esos momentos. Pensabas en Mi dolor y no en el tuyo. Te digo solemnemente que Yo aprecio tus rezos, pequeña. Tienes razón en decir que Mi ira crece. Mis hijos, Mis perdidos, tontos hijos ya nos han ignorado a Mí y a Mi madre lo suficiente. Y a todos los que mando, Mis hijos los ignoran. Detén aquí Mis bendiciones, y recibe antes Mi castigo.

«Mis hijos no han sabido demostrar fe, confianza, y no creen en nuestras visitas aquí. Déjame decir esto nuevamente, Yo no aparezco de esta manera en ninguna otra parte del mundo.
«Ha llegado el momento de Mi justicia. Mis hijos no creen en Mi justicia, y la verán. Yo llamo y llamo y llamo, y Mis hijos no responden. No vienen.
«Yo llamo y llamo y llamo. Ellos cierran sus oídos.
«Estoy otorgando aquí las bendiciones más grandes, aparte de las de Mi Misa. En ningún lugar se dan Mis bendiciones como aquí. ¿Dónde están Mis hijos? ¿Dónde están Mis hijos de la Misa? ¿Dónde están Mis hijos? Yo te digo, están buscando su propio autosuficiente yo. Cuánto he tolerado. Todos Mis mandamientos violados, abandonados. Asesinato. Asesinato. Asesinato.

«El asesinato está en sus corazones. Asesinan a los que no han nacido. Asesinan a los que han nacido. Asesinan a los ancianos. Asesinan a los jóvenes. Asesinan a los buenos. Asesinan a los lisiados. Calumnian Mi nombre, Me desprecian. Me escupen. Alejan Mis palabras. Mi preciosa hija, tú ves Mi cara que sufre. Mírame. Ves Mi amor. Mis hijos, ¿dónde han ido? Ya estás lista para contar Mis palabras y no hay nadie aquí para oírlas».
Nancy dijo, «El sufrimiento, casi no lo puedo soportar».
«Yo he enviado importantes señales del cielo. Quiero que sepas que son importantes señales. Nancy, te dije que prefiero que Mis hijos vengan de vuelta hacia Mí en amor».
«El sufrimiento en tu cara es inmenso. Es tan grande como yo le he visto», dijo Nancy.

7 de abril de 1991

«Más sufrimiento sobrevendrá sobre Mi gente. Mis hijos rehúsan escuchar y rehúsan obedecer Mis mandamientos, Yo amo a todos y deseo que Mis hijos vuelvan hacia Mí. ¿Qué más puedo hacer para atraer su atención? Con el castigo están forzados a responder».

2 de junio de 1991

Durante las primeras horas de la mañana, Nancy vio un círculo de luz blanca aparecer en la pared.
Entonces Jesús dijo,
«Yo soy un círculo. Todo gira en torno a Mí. Ningún círculo es más completo que Yo. Yo no tengo principio ni final.
«Los mandamientos no son lineales, sino un círculo completo. Yo estoy hablando. Yo soy Jesús. Yo soy Amor. Tú comienzas tu camino conmigo y lo terminas conmigo.
«Quiero que sepas que todos los regalos vienen de Mí. Si tomas algo (o a alguien) de otro, estás tomando de Mí. Nadie golpea a otro sin estar golpeándome a Mí primero. Nadie le saca algo a otro, sin sacármelo primero a Mí.
«Si deseas el mal, deseas lo que no es Mío. Desea Mi corazón, y recibe la plenitud de Mi Amor eternamente.
«Nancy, hoy da testimonio de Mi Presencia Viva en la Eucaristía. Tú Me oyes. Tú Me conoces. Amame más. Vé y enseña».

Nota del teólogo: Jesús es la Palabra Eterna de Dios en nuestra carne, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad Encarnada. Por lo tanto, Jesús, como Dios, no tiene principio ni final. Jesús, como hombre, tuvo un principio: concebido en la Virgen María por el Poder del Espíritu Santo.

Los Mensajes de la Virgen María sobre los Mandamientos

6 de marzo de 1991

«Yo soy la Santa Virgen María, la Madre de Dios y tu querida madre.
«Ser sumisa a tu marido y a los demás es morir tú misma, y dejar que Dios viva en ti. Tu vida no es tu vida. Vive tu vida por mi Hijo. Déjalo crecer en ti y ayúdale a crecer en los demás».

Entonces Nancy tuvo una visión, «hay un alma y yo estoy sosteniendo una vasija con agua. Estoy esparciendo agua en esta semilla de un alma. La semilla estaba en una inmensa luz. Soy cuidadosa de mojarla lentamente al principio. Luego le doy más agua, y crece y crece y se convierte en un hermoso lirio de Pascua».

«El evangelio de San Juan es sobre la suave, amorosa crianza del alma. Trata a cada alma con tierna, amorosa crianza, y ese alma florecerá en la vida eterna. Nancy, sé paciente, amable, suave y amorosa siempre, y ayuda a las pequeñas semillas a florecer convirtiéndose en hermosos y puros lirios de Pascua.

«Nunca mates un alma; ayuda a cada alma a vivir en Dios. Tú debes vivir en Dios primero, antes de poder ayudar a los demás. Si no ven a mi Hijo en tí, entonces ¿cómo podrás contarles sobre El? Es como estar en un cine, y estar esperando para ver la película, y que no venga ninguna, pero sí oyes el sonido. ¿No es mejor cuando la película y el sonido están juntos? Debes dar testimonio de que El es el Vivo Hijo de Dios».

6 de enero de 1991

«Oh, qué terrible, grave pecado es el aborto.
«El hombre trata continuamente de tomar decisiones que están reservadas solamente a Dios. El hombre no conoce el destino de cada niño que se concibe, no conoce el destino de cualquier niño que se concibe. Entonces asesinan a los papas. Asesinan a los sacerdotes. Asesinan a las monjas y así sucesivamente. ¿No trae este grave pecado ira a Dios?»

21 de marzo de 1991

«Yo soy la Madre de Dios y tu madre amantísima. Estoy muy triste de que las madres sigan asesinando a sus bebés que llevan dentro de sus entrañas».
Nancy dijo, «Ella está llorando».

9 de abril de 1991

«Madre, estás tan triste». Nancy dijo que una lágrima corría por su mejilla.
«Los pecados de la humanidad lastiman a mi Hijo. Cuando mi Hijo sufre, yo sufro.
«Nuestros hijos no cumplen los mandamientos de Dios. Se alejan de mi Hijo sin siquiera saber que lo han hecho. Muchas almas están perdidas y vagan en la oscuridad».

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Foros de la Virgen María MENSAJES Y VISIONES Nuestra Señora del Carmen de Garabandal: España

Dos Testimonios de Curaciones en Garabandal

Dios premia la gran fe de Christiana Wayo: una nueva rótula para su rodilla.
En 1968, cuando bajaba por la escalera de su casa en Makurdi, Nigeria, Cristiana Wayo resbaló y cayó desde los seis últimos peldaños golpeando fuertemente su rodilla izquierda contra el piso.

Ocho años de constante dolor terminaron para un dentista Canadiense, el Dr. Roseluk, al ser el bendecido con una medalla besada por Nuestra Señora de Garabandal.

 
 
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Dos Testimonios de Curaciones en Garabandal
Visión del Padre Andreu en Garabandal, España ( 8 de agosto de 1961)
El Diario de Conchita, la vidente de Garabandal
La aldea de San Sebastián de Garabandal donde apareció la Virgen en 1961
Los Mensajes y Milagros de Garabandal
 
 

LA CURACIÓN DE CHRISTIANA WAYO EN GARABANDAL

Incapaz de levantarse por sí misma, llamó a algunos vecinos para que vinieran a socorrerla. Fue llevada al hospital donde se le aplicó un vendaje elástico a su rodilla.

De vuelta en casa, sintió molestias cuando estaba reposando en la cama. Al incorporarse, dió con su rodilla lesionada contra una silla próxima a la cama y chilló de dolor. Su rodilla había comenzado a hincharse. Con la ayuda de algunas tabletas de calmantes, pudo aguantar el dolor toda la noche y al día siguiente fue llevada nuevamente al hospital donde la internaron.

Se tomaron radiografías y al día siguiente se le mostró los resultados; la rótula, el hueso de la rodilla, estaba rota en dos fragmentos. Se le enyesó la fractura y al cabo de una semana fue dada de alta.

La señora Wayo debía permanecer con la escayola durante tres meses pero a causa de la gran incomodidad que le producía, solicitó y se le permitió quitarla después de ocho semanas. Se sacaron más radiografías y éstas no mostraban ninguna mejoría. Se le aplicó otro enyesado para llevarlo durante seis semanas.

Al cabo de esas seis semanas, el yeso fue removido y otra sesión de Rayos X mostró que no se había producido mejoría alguna. El médico dijo que no había nada más que pudiera hacer excepto extirpar la rótula.

Christiana fue trasladada al Hospital Ortopédico en Kano, donde se le dió un par de muletas. La hinchazón había desaparecido pero el hueso se encontraba incrustado en la carne misma y le resultaba imposible doblar la rodilla.

Después de seis meses en su casa, la señora Wayo fue visitada por el encargado de quirófano del hospital, quien le preguntó si quería realizar la operación.

Se le advirtió que la misma no le daría más movilidad a la rodilla pero que una rótula artificial podría insertársele en el futuro si ella así lo deseara.

Fue al hospital pero, estando embarazada de cuatro meses, se preocupó por si la operación afectaría al bebé. Cuando se le dijo que no, dejó todo en las manos de Dios, dio su consentimiento y firmó los formularios necesarios.

Christiana Wayo es operada, se le quita la rótula de su rodilla.

Una vez operada, el cirujano le mostró las dos piezas fracturadas de la rótula que había sido retirada. Su pierna fue envuelta con una cubierta de yeso, más liviana que las anteriores y con una abertura alrededor de la rodilla para que el aire acelerara el proceso de curación.

Luego de un mes en el hospital, el yeso y los puntos fueron retirados. La herida había cicatrizado bien y se le indicó algunos ejercicios para fortalecer la rodilla. Le hicieron más radiografías, se le entregó un juego completo de las mismas junto con los respectivos documentos para que ella los presentara en el futuro si decidiera operarse para poner una rótula artificial.

Christiana no podía viajar casi mil kilómetros en busca de más tratamientos. No sentía dolor, pero no podía ponerse sobre su pierna izquierda, que se encontraba tiesa, lo cual le dificultaba el andar y la subida de escaleras. Su situación permaneció igual durante los siguientes 13 años.

EL VIAJE A GARABANDAL

El 19 de Julio de 1981, Cristiana se embarcó para Londres con un grupo de Nigerianos dirigidos por la Señora Susana Oduah. Allí iban a unirse al grupo de la Señora Nadege Baco que se dirigía hacia Garabandal. Después del vuelo a Inglaterra, de un viaje en barco hasta Britania y un transporte por ómnibus hasta España, finalmente llegaron al pueblo de San Sebastián de Garabandal al anochecer del 20 de Julio de 1981.

La mañana siguiente, después del desayuno, Cristiana se unió a los otros miembros del grupo que subían a los pinos para rezar el rosario. Dos muchachas nigerianas le servían de apoyo durante la difícil escalada por la pendiente rocosa conocida como la calleja. Se las arregló para subir y luego del rosario descendió nuevamente apoyada en las dos jóvenes.

Pide ayuda a la Santísima Virgen. Dios hace un grandísimo Milagro, una nueva rótula par su rodilla.

A las 4:00 p.m., el grupo subió de vuelta a los pinos para rezar, pero las dos jóvenes que habían ayudado a Christiana esa mañana se habían adelantado. La Señora Wayo trató de hacerlo por su cuenta pero no pudo llegar muy lejos.

Intentando arrastrarse con sus cuatro extremidades, hizo una oración mental a Nuestra Señora pidiéndole ayuda. La calleja es un camino pedregoso y hendido en el terreno, es el camino de subida hacia los pinos.

Christiana, arrastrándose, logró avanzar hasta el lugar de la primera aparición del Ángel y aquí pidió ayuda a Nuestra Señora.

De repente, ¡sintió que tenía fuerza en su pierna!. Entonces, sintiéndose muy liviana, como si alguien estuviera auxiliándola a su lado, caminó la difícil y empinada cuesta hacia el pinar. Una vez allí, se unió a los otros en el rezo del rosario, ¡arrodillándose!.

Ella relata lo que sucedió después:
No estaba consciente de que me había ocurrido algo, ya que los otros habían terminado sus oraciones antes que yo y tuve que regresar bajando sola. Cuando llegué al lugar de la calleja, donde el Ángel se había aparecido a las niñas, me di cuenta que pude caminar desde este punto hasta los pinos como si hubiera sido sostenida por alguien.

Muy contenta, llamé a Susana, líder del grupo, para contarle lo que me había sucedido. Luego pegué un salto, me arrodillé, me agaché como lo hacemos en mi pueblo para barrer, e hice todo esto con facilidad.

Cuando relaté al grupo la historia de mi rodilla, todos nos regocijamos y agradecimos a Nuestra Señora. Todos gritaron: «¡Milagro, Milagro!» y le dijeron a Susana que se lo cuente a la señora Baco.

Durante el viaje de vuelta a Britania, el principal tema de conversación era la curación de la rodilla de la Señora Wayo. Llegaron a Londres el 7 de agosto. A la mañana siguiente, Christiana se levantó alrededor de las 5:00 a.m. para hacer sus oraciones de la mañana.

Dice Christiana:
Durante la oración, un sentimiento interno parecía estar diciéndome:
— Toca tu rodilla, toca tu rodilla.

Hice una pausa y toqué mi rodilla. Sentí algo duro, la rótula. Entonces me senté de plano en el piso y empecé a comparar ambas rodillas. ¡Cada una tenía una rótula!.

Llamé a la puerta de Susana pero ya había ido a Misa. Esto fue cerca de las 7:00 a.m. Volví a mi habitación extrañada por todo lo que me ocurría. Cuando regresó Susana, la llamé para que atestiguara lo que había ocurrido con mi rodilla. Las dos estábamos sorprendidas y atónitas.

Volvimos a Nigeria el 11 de Agosto de 1981. Desde entonces he sido capaz de arrodillarme sin problemas y levantarme sin necesidad de apoyo y puedo rezar de rodillas. Ahora siento mi rodilla, que no la había sentido antes del 7 de Agosto de 1981. Más aún, ahora tengo más fuerza en esta pierna que en la otra.

Una radiografía de la pierna muestra la existencia de la rótula; fue enviada al Profesor Manuel López Linares de Madrid, quien ha estado a cargo de recopilar información sobre curaciones relacionadas con Garabandal.

Damos gracias a Dios por la maravillosa curación de Christiana Wayo, y viendo cómo y dónde tuvo lugar, es una señal, como un presagio, de los innumerables prodigios que Nuestro Señor realizará en ese mismo lugar el día del gran milagro profetizado.

TESTIMONIO SOBRE EL MILAGRO DE UNA NUEVA VIDA PARA EL DR, ROZELUK

El año 1986 empezó muy bien para mi familia y yo. En mi consultorio dental, tenía buen éxito, nuestros dos hijos, Natalka de diez años y Andriy de seis años iban muy bien en la escuela. Todos gozábamos de buena salud. Yo practicaba toda clase de deportes, a saber: Hockey, base ball, tenis, squash, racquetball, natación, patinaje en agua, golf etc.

Mis hijos y yo nos divertíamos jugando pelota durante las tardes de verano. Yo hacia un poco de voluntariado, como Presidente Canadiense de la Asociación de la Juventud Ucraniana. Mi esposa Helen enseñaba a tiempo parcial en una escuela Ucraniana y se encargaba de llevar a nuestros hijos a sus prácticas de música y deportes. Mientras tanto Helen y yo, habíamos entrado a formar parte de un coro que se estaba preparando para su primera actuación bajo un nuevo conductor en el mes de Marzo. Mirando todo, éramos una familia activa, saludable y feliz.

El 19 de Febrero de 1986, fui a practicar en el coro como siempre. Helen no se sentía bien, por eso no fue conmigo esa tarde. De regreso a mi casa, detuve mi auto en una intersección, preparándome para voltear hacia la izquierda. Por el espejo retrovisor, vi dos faros de otro automóvil que volteaba a gran velocidad dirigiéndose en dirección mía. Lo ultimo que yo recuerdo, son esos dos faros del carro el cual estaba ya casi encima del mío. Hasta el día de hoy, yo no recuerdo como salí de mi auto, lo que si recuerdo es que yo estaba parado fuera de el y sujetándome en la carrocería, el cual había sido impulsado con el tremendo impacto del choque, hacia la otra vereda de la interseccion/pista.

No se como, pero pude regresar a mi casa esa noche. Al día siguiente me sentí muy mal, no me podía mover, el dolor que sentía en la cabeza, cuello, hombros y en la espalda era tanto que tuve que cancelar las citas a todos mis pacientes e ir a ver a mi médico. Así comenzaron ocho larguísimos años de consultas a médicos, abogados, terapeutas físicos, quiropractas, especialistas médicos, radiógrafos, y hasta a un médico psiquiatra para exámenes y varios tratamientos, los cuales me ayudaban solo algunas veces por un corto tiempo y nada más. Tuve muy malas reacciones a muchas de las medicinas que se me prescribían, razón por la cual no podía ni tomarlas. Lo único que pude tomar fueron pastillas de tylenol-3 para el dolor, ya que eran las únicas que no me producían malos efectos ni reacciones.. Como reloj, por los siguientes ocho años, mi esposa Helen bajo prescripción medica, compraba 100 tabletas de Tylenol-3 cada tres semanas.

¿Cuál fue el diagnóstico de todos esos médicos?, Que había daño permanente a mi cuello y mandíbula (TMJ). Nada se podía hacer. Lo que me esperaba en el futuro era un incremento de artritis al cuello y espalda, y el dejar de trabajar dentro de unos cinco años debido a la creciente desabilidad.

UN MODO DE VIDA DIFERENTE

Después del accidente yo sufría continuamente de fuertes dolores siete días a la semana, las pastillas de Tylenol-3 no siempre surtían efecto. A menudo habían períodos de dolores intensos que solían durar por 40 horas o más y ninguna pastilla contra el dolor me podía ayudar. Cuando esto pasaba, yo tenia que acostarme de espaldas en el suelo, incapaz de moverme, incapaz de comer. Muchas veces el dolor intenso me hacia vomitar.

Yo era también un barómetro andante, ya que podía sentir los cambios del clima 48 horas antes y mejor que la oficina del tiempo. Aun hoy, prefiero no acordarme de los dos días antes de que un tornado golpeara una comunidad aledaña a nuestra ciudad hace unos años.

No sentía la antigua satisfacción y alegría yendo a los mítines del grupo de Jóvenes Ucranianos. Cuando iba, era solo porque necesariamente debía estar allí presente y pasaba todo ese tiempo tendido de espaldas en el suelo. Me era tremendamente doloroso el hecho de levantarme cada mañana y tratar de cargar a mis hijos. Ellos se preguntaban porque estaba yo siempre enojado con ellos. Yo estaba siempre de mal humor y los rechazaba diciéndoles, que me dejaran en paz.

Nuestra vida social casi había desaparecido y durante el transcurso de ese tiempo cancelamos tantas invitaciones y ceremonias que perdimos muchas amistades. En mi oficina, yo no hallaba forma de trabajar, debido al intenso y constante dolor. Muchas veces tuve que ser conducido a mi casa por alguien de mi oficina porque no estaba en condiciones de manejar mi vehículo. Seis semanas después de mi accidente, dos de las empleadas de mi oficina renunciaron porque no podían soportar la situación. Helen tuvo que reemplazar a una de ellas mientras buscábamos una asistente de reemplazo. Doy gracias a Dios que muchos de mis pacientes comprendieron mi problema y entendían porque tenia que cancelarles sus citas dentales, muchas veces con poca anticipación. Esto pasaba en forma tan frecuente, que algunos de mis pacientes telefoneaban antes de salir para mi oficina, para ver si yo estaba todavía allí. Entre Febrero de 1986 y Abril de 1994, perdí entre un día y medio y dos días y medio de trabajo por semana, lo cual no tardó en afectar nuestra situación económica. Solo doy gracias a Dios que no perdí mi práctica dental del todo, y que Él nos protegió durante todo lo peor.

Debido a todo esto, caí en un estado de depresión terrible, con solo mi familia (mi esposa Helen, mi madre Irene y mi hermano Jerry) como apoyo. Muchas veces le pedí a Helen que cogiera un machete y me diera con el en la cabeza y cuello para ya dejar de sufrir tanto, porque cuando yo estaba en absoluta agonía dolorosa, no había quien pudiera hablarme o ayudarme de alguna forma.

Sumándose a todos los problemas que esto estaba causando en mi oficina, tuve que dejar todo trabajo de voluntariado, me replegué en mi mismo, Para mi la vida no tenia ningún sentido, ningún valor.

UN CAMBIO DE ACTITUD

Aunque yo no era una persona muy religiosa, sentí que habían ciertos cambios en mí. Todo esto era debido principalmente al tremendo apoyo que estaba recibiendo de mi esposa, Helen y mi madre eran personas muy religiosas. De pronto me encontré rezando todas las noches. Comencé a leer la Biblia y prometiéndole a Dios que la leería todas las noches por el resto de mi vida. Sin ninguna condicion.

Yo rezaba principalmente por mi madre a quien yo quería profundamente, ella había sido recientemente diagnosticada de cáncer. Y mientras yo rezaba por ella, ella estaba constantemente rezando para que Dios me ayudara a mí.

Fue debido a mi madre, que Helen y yo, nos encontramos yendo a Garabandal. Ella era una persona que vivía su Fe, dedicando una buena parte de tiempo a la Iglesia, a la Asociación de Mujeres, cocinando para gente enferma, visitándolos aún cuando ella ya no se sentía bien de salud, iba frecuentemente a Retiros durante el fin de semana, con la Liga de Mujeres de la Iglesia.

Cuando varios tratamientos médicos contra el cáncer no lograron los resultados deseados, ella aceptó esto con resignación. Esto ocurrió en el verano de 1993. Helen y yo decidimos que tal vez una peregrinación religiosa le haría mucho bien a mi madre, pero que ella no podía ir sola. Así, yo le dije que pensábamos ir a Garabandal y le prometí que todos iríamos juntos. Ella estaba felicísima y tenia la esperanza de poder vivir lo suficiente para realizar ese viaje.

Sin embargo, durante los meses de Septiembre y Octubre de 1993, su salud empeoró rápidamente. Ahora cuando yo rezaba, era para pedirle a Dios por ella y que se hiciera Su voluntad. Dios se la llevó el 14 de Noviembre de 1993. Para mi, fue enormemente penoso pero a la vez estaba contento por ella- pero la extrañaba mucho. Me olvidé completamente de la planeada visita a Garabandal.

EL VIAJE

Poco después del Año Nuevo y nuestra Navidad Ucraniana, sentía que algo me inquietaba. Recordé entonces la promesa hecha a mi madre de ir a Garabandal.

Debíamos volar desde Toronto hacia Nueva York donde nos encontraríamos con el resto del grupo; pero antes de nuestra partida yo hablaba de ir solamente a España, mas no a Garabandal. Aún durante el viaje a Nueva York yo le seguía diciendo a Helen que yo no sabia el porqué iba. Yo no era una persona muy religiosa, ni tampoco el tipo de persona que caminaba con una Biblia en la mano, o de andar rezando todo el tiempo. Le comenté a Helen que seguramente seríamos los mas jóvenes del grupo y me llevé una novela de misterio y espías para leer cuando me sintiera aburrido. ¡Que tal error el mío! ¡Que sorpresa me llevé al ver a la gente que iba a Garabandal! Y este viaje fue la mejor cosa que yo halla hecho en mi vida. Me salvó la salud mental, mi familia, mi vida, mi matrimonio, mi carrera y más importante que todo, me salvó el alma.

En el aeropuerto de Nueva York, Helen y yo reconocimos inmediatamente a Joey y Marilyn Lomangino ya que habíamos visto bastantes fotos de ellos. Rosemarie Melenchuck, la guía del tour, nos dio la bienvenida, pero tuvimos reparo de acercarnos a Joey. Pero estábamos muy contentos que él estuviera en la peregrinación.

Llegamos sin novedad al pueblito de San Sebastián de Garabandal y era precisamente como lo había imaginado; tranquilo, sereno y pintoresco. Nos sentíamos muy bien allí, pero mi dolor seguía, de todas maneras. Seguí tomando el Tylenol-3 el cual había traído conmigo, como un reloj para calmar el dolor.

Una vez llegados al pueblecito, anunciaron que Joey iba a dar una charla acerca de sus experiencias por la tarde del día siguiente en la iglesia del pueblo. Por supuesto que Helen y yo planeamos esta presentes allí.

Después de la charla de Joey, nos pusimos en la fila como todo el mundo, para venerar su medalla (besada por Nuestra Señora de Garabandal). Yo me sentía como siempre, con dolores en el cuello, hombros y la mandíbula. Pero cuando besé la medalla de Joey–y aún hoy no lo puedo explicar– fue como si súbitamente toda la energía de mi cuerpo, salió otra vez de mis pies.

Un par de días después, Bob House uno de los miembros del grupo, remarcó algo en mí. tal vez fue la expresión de dolor, o la manera de como yo caminaba, y se acercó a nosotros. Hablamos y yo le hablé acerca de mi accidente y el dolor crónico a consecuencia de esto. Bob me sugirió que le pidiera a Joey poner su medalla en mi cuello, pero yo le conteste que yo no había venido a Garabandal para eso. Yo había venido a Garabandal en honor a mi madre, por la promesa hecha de rezar por ella. También le dije que si algo iba a pasar, pasaría de todas maneras pero que yo no iba a pedirlo.

El Viernes Santo fue un día frío y húmedo, lo cual intensifico mi sufrimiento; el Sábado de Gloria fue aún peor. Yo tomaba my Tylenol-3 cada tres horas solamente para poder movilizarme cerca. Por la tarde la situación empeoro, no pude dormir nada toda la noche.

El Domingo de Pascua, 3 de Abril, no pude siquiera levantarme de la cama para ir a la procesión y Rosario por de las calles del pueblo. El dolor era tal, que no pude ni levantar la cabeza cuando los moradores del pueblo pasaron rezando el rosario por la puerta de la casa donde estábamos alojados. Después de tomar dos pastillas mas de Tylenol-3, nosotros pudimos como sea ir a la Misa celebrada por el guía espiritual de nuestro tour., el padre Thomas Blessin. El día pasó lentamente para mi, hasta que llegaron las 6:00 de la tarde cuando tomé mis dos ultimas pastillas de Tylenol-3.

LA CURACIÓN MILAGROSA

A las ocho de la noche, fuimos a cenar, no me sentía con ganas de comer pero Helen me rogó que fuera. Cuando entramos en el comedor de Serafín, el hermano mayor de Conchita, la visionaria, Bob House vino y me preguntó si Joey ya había puesto su medalla sobre mi cuello.

Le contesté que yo no se lo había pedido. Al escuchar mi respuesta, Bob me tomo del brazo y me llevó donde estaba Joey, en una esquina del comedor y le dijo, «Joey, aquí esta un hombre con dolor en la espalda.» Joey siempre tan gentil sacó enseguida su medalla, me preguntó donde me dolía y que guiara su mano. Yo no sabía lo que él estaba diciendo, pero me imaginé que estaba orando.

Después me pidió que yo rezara también y (mientras me ponía su medalla) dijo, «Tal vez ayude o tal vez no; ya veremos». No sentí nada nuevo al momento, y seguí sintiendo el tremendo dolor que me aquejaba continuamente. Después de cenar, fuimos a empacar nuestro equipaje ya que debíamos partir de Garabandal muy temprano al día siguiente.

Dos horas mas tarde, después de empacar, por instinto fui a tomar mi medicina. Súbitamente, me di cuenta que no sentía el mas mínimo dolor ni en el cuello, espalda o la mandíbula. Mi cuello no había estado así, sin dolor, por muchos años, en realidad, no podía recordar la última vez que me había sentido así, totalmente sin dolor. Recé mis oraciones antes de acostarme y no tomé las pastillas para el dolor, pero siempre pensando que seguramente tendría que levantarme a medianoche a tomarlas. A las 2:00 a.m.; me desperté y fui al baño, después al sentare en la cama fui a coger mis pastillas para el dolor, pero, un momento, ¡no tenia dolor! ¡Me sentía de lo mas bien!. Estaba seguro que «me moriría» de dolor en la mañana, pero en esos momentos no tenia dolor alguno. Recé el rosario y le agradecí a Nuestra Señora y a Dios por esas horas que me estaban dando.

Al día siguiente me desperté temprano, y para mayor asombro, me sentía absolutamente bien. Agradecí a Dios y estuve a la espera que el dolor reapareciera mas tarde. Mi esposa Helen, no sabía nada de lo que me acontecía. Cuando nos embarcamos en el ómnibus estuve a la espera que reapareciera el dolor- pero el dolor no reapareció.

Bob House, maravilloso y bondadoso, se acercó a mí cuando estábamos embarcándonos en el ómnibus, y sin saber lo que me había pasado, me dio su medalla que era una replica exacta de la medalla de Joey, diciéndome que la llevase diariamente, lo cual he estado haciendo desde entonces y la llevo siempre conmigo.

Mientras el ómnibus iba camino al aeropuerto de Santander, me di cuenta que haría mal si es que no diera a saber a Joey y al resto del grupo, las pocas, pero maravillosas horas sin dolor de las que había gozado. Ocho horas sin dolor eran para mi algo fantástico y así se lo comuniqué a todos en el ómnibus.

Durante todo el trayecto estuve esperando que el dolor regresara, pero no fue así. Nuestros nuevos amigos venían a cada momento a preguntarme si yo todavía me sentía bien y la respuesta era «Si.»

UNA NUEVA OPORTUNIDAD DE VIDA

Desde ese tiempo casi todos mis pacientes han estado totalmente sorprendidos, maravillados del tremendo cambio en mi persona, Yo era otra vez el antiguo Doctor Mike de antes del accidente. Bromeaba, estaba feliz y radiante. El clima desde ese tiempo, tampoco me afecta ya, y Helen se queja que ha perdido su barómetro andante. ¿Energía? Tengo tanta, que desde entonces, me las he arreglado para agotar de trabajo a mis empleadas en la oficina. Constantemente estoy relatando la historia de Garabandal.

Una de mis empleadas le había dicho a su madre una vez que «Mike está siempre tan feliz y contento que me siento envidiosa» , ella no sabía como era yo antes del accidente. Y otra cosa mas, ahora puedo manejar los palos de golf otra vez, empujar una carretilla pesada, cargar pesos pesados y hacer todas esas cosas que no podía hacer por ocho años. ¡Es maravilloso!

Desde ese entonces, Helen y yo hemos dado un sinnúmero de charlas acerca de Garabandal hasta que podamos hacerlo. Doy gracias a todos aquellos que se han regocijado por mí y si está en los planes de Dios que ese dolor regrese otra vez, no tengan pena por mi. Yo he tenido uno de los mejore regalos que cualquiera pudiera tener. Me sentí con muchísima suerte después de pocas horas sin tener dolor, y ahora después de siete meses, cualquiera se puede imaginar cuan afortunado me considero.

Como resultado de este regalo inesperado, las vidas de mi familia, amistades y pacientes han sido cambiadas para bien, sin mencionar muchos otros que me vieron sufrir por muchos años. Helen y yo, vamos a rogar para que ellos también sean bendecidos y que todos podamos ver pronto el gran Milagro.

Hasta hoy yo me pregunto, ¿Porqué me sucedió esto a mi? Pero no tengo respuesta alguna. Cuanto tiempo durará, solo Dios lo sabe. Pero doy gracias a Dios todos los días por las grandísimas bendiciones que El me ha otorgado.

Han pasado ya varios años de este testimonio de Michael Rozeluk y su apostolado continúa lleno de las bendiciones de Dios.

 

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Foros de la Virgen María MENSAJES Y VISIONES Nuestro Señor Jesucristo Consuelo de los Afligidos: Argentina

Mensajes de Nuestro Señor Jesucristo Consuelo de los Afligidos

Estos mensajes son dados a la vidente Justina de Argentina por Jesucristo y están relacionados con el nacimiento de la advocación Nuestro Señor Jesucristo Consuelo de los Afligidos, cuyo portador es Giorgio Sernani.

 

nuestro senor consuelo de los afligidos

 

Justina fue el canal que recibió en estos mensajes las instrucciones de Jesucristo sobre su pedido de honrarlo con la advocación, el significado de la misma, su nombre, la fecha de su celebración, las gracias que repartirá y que le pide a los fieles como honra.

18 de octubre de 2006

Dice Jesús:
Yo quiero ser honrado con el nombre:
Señor Jesucristo, Consuelo de los Afligidos

Voy a liberar, sanar y conceder gracias en los casos más angustiosos y desesperados a todos los que vengan a honrarme en esta Imagen.

Mi Corazón estará abierto para toda criatura que venga a Mí.
Yo os miraré con mis ojos de misericordia.
No temáis acercaros a Mí, Yo no reprocharé vuestros pecados. Los perdonaré y os aliviaré en mi amor de Padre, y os concederé gracias para vuestros corazones heridos por vuestros pecados.

El Señor también le dice a Justina que Él va a tener un día especial para ser honrado, que nos lo va a decir.
Quiere que le escriba una oración

Ha venido a mí para que lo haga honrar, vendrán a Él.
Me pide que hable mucho de Él, que hable de su amor, que evangelice, haciendo ver todo lo que sufrió por nosotros, cuánto le hemos costado.
Lo crucificaron por amor a nosotros, pero Él no está muerto.

19 de noviembre de 2006
(en la Comunión)

A todos los que me honren en esta Imagen concederé gracias especiales que emanarán de los rayos de luz de mis Santas Llagas para que tengan conocimiento y sabiduría de lo Alto.

20 de noviembre de 2006

El Señor dice que a los que lo honren en su Imagen concederá mucho conocimiento sobre el Misterio de Dios y sobre lo que a Él le agrada.
Dará conocimiento de lo que es del Cielo, y lo que es de la tierra.
Quiere que lo honremos aquí para seguir honrándolo allá.
Quiere que comencemos a vivir el Cielo aquí en la tierra.
Luego de un momento escuchó:
“Fidelidad”
Que pensemos mucho en lo que Él sufrió y que seamos fieles a la Palabra en los Santos Evangelios. Eso lo pone contento.
Cada Llaga de Jesús es un misterio de dolor.
De cada Llaga salen rayos de luz y de gracia
¡Todos vosotros hijos míos, honrad mis Llagas!
(Justina sintió como un fuego en el corazón al escucharlo).

Hay que practicar la Caridad.

Hay algo que va a pasar (ella no sabe qué es), y esta Imagen será un pararrayos para todas las calamidades y tribulaciones que vengan.
Me dice que yo puedo hacer una oración a sus Llagas, si lo siento.

16 de diciembre de 2006

De esos rayos (de las Llagas) saldrán bendiciones de gracias y de consuelo que concederé.
Tienes que hablar mucho de las Llagas del Señor a tus hermanos.
Dile a mis hijitos sacerdotes, a mis obispos, háblales de mi amor, de mi fidelidad hacia ellos. Espero que sean así fieles conmigo. Diles que los amo, que espero su amor a cada momento. Que me amen y serán libres. A su paso se abrirá el camino.
Con qué amor y con qué dolor en el alma estoy hablando a vosotros por la ingratitud recibida.

Me pide: hacer una reunión con un sacerdote (que nombró) para meditar sobre las cinco Llagas, con el rosario y que luego se hable de las Llagas y cada uno medite en silencio.(…). Entiendo que me pide que él hable en todos los lugares que pueda de las Cinco Llagas del Señor.

24 de diciembre de 2006

El día elegido por el Señor es el 7 de octubre y el 7 de cada mes, por el día de la batalla de Lepanto, fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Recordando que en el relato de la batalla se cuenta que don Juan de Austria, antes de su comienzo reunió a toda la tropa en la nave capitana e “hizo enarbolar un Crucifijo y muchas imágenes de Nuestra Señora”. El Crucifijo dio la victoria sobre el Islam gracias a la intercesión de Nuestra Señora invocada con el rezo fervoroso del rezo del Santo Rosario.

Con idéntica actitud debemos enfrentar y vencer al mal que nos invade: Rezo continuo del Santo Rosario y levantar al Señor Crucificado en alto, como señal segura de victoria.

 

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