Estamos en l centro mundial de oración por los difuntos y las almas del purgatorio.
El que acoge especialmente a los que han sufrido la muerte de un ser querido.
Fue fundado por el sacerdote Paul Buguet (1843-1918), para rezar en particular por los difuntos.
Junto al Santuario, el padre Buguet fundó la Obra Nuestra Señora de Montligeon.
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Reconocida por la Santa Sede en 1895, ha dado origen a grupos de oración y vida cristiana en Europa, América, Asia y sobre todo África de los que forman parte millones de personas.
En estos grupos se celebran misas cada día por las intenciones confiadas en el Santuario de Nuestra Señora de Montligeon.
Las intenciones ahora pueden enviarse también a través de la página web.
Recomendamos ver especialmente los videos que estan abajo.
El santuario es dirigido en estos momentos por tres sacerdotes de la Comunidad de San Martín (recientemente surgida en Francia).
Además, animan el santuario seis religiosas de la Nueva Alianza cuya misión consiste en «servir a la misericordia divina en la sencillez y en la alegría» y en animar los oficios litúrgicos, ofrecer acogida y acompañamiento individual.
El Santuario propone, entre otras cosas, peregrinaciones, retiros y fines de semana espirituales.
COMO SE CREÓ EL SANTUARIO
Imagínate paseando por los campos de Normandia y detrás de un caminito rodeado de campos y de bosques se revela a vuestra mirada una basílica imponente…
Ese es el santuario de Nuestra Señora de Montligeon, en el que todos los días, desde el siglo XIX, se reza por los difuntos.
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Además numerosas personas encuentran hoy allí escucha, apoyo y consuelo, después de la pérdida de un ser querido.
El nacimiento del santuario de Nuestra Señora de Montigleon está unido a la historia de un sacerdote, el padre Pablo Buguet.
Dos años antes de ser nombrado párroco de este pueblecito, el padre Buguet, joven sacerdote en ese momento, está profundamente afligido por tres muertes acontecidas en su familia.
El 1 de noviembre de 1876, su hermano Augusto es aplastado por una campana caída de la iglesia de Nuestra Señora de la Mortagne.
» ¿Y su alma?», dirá entonces el joven párroco.
A este trágico accidente suceden la muerte de sus dos sobrinas de 12 y 16 años…
«La necesidad de consolar las almas del purgatorio…Tengo que trabajar para liberar esas almas», apunta entonces el padre Buguet en su diario.
La idea de crear una obra, con este fin, germina en su corazón a partir de ese momento.Va a hacerse realidad en La Capilla-Montligeon.
Una de las preocupaciones que obsesionan a este sacerdote es rezar y hacer rezar por todos los difuntos, sobre todo por «aquellos por los que no reza nadie».
Después de varias gestiones, en 1884 el párroco Bugeut obtiene del obispo de su diócesis la aprobación de los estatutos de su asociación.
Se convierte entonces, como dice él mismo, en el «viajante de las almas del purgatorio«, haciendo colectas de parroquia en parroquia para construír su obra.
En 1887, se lanza en otra aventura:
«Buscaba el conciliar este doble objetivo: hacer rezar por las almas olvidadas y, a cambio, obtenir a través de ellas los medios de hacer vivir a los obreros».
Al llegar a Montligeon, le ha impresionado la pobreza material y humana de los habitantes del pueblo, cada vez más abandonado por los jóvenes.
Decide crear una imprenta para publicar los boletines de su obra, y suscitar así trabajo.
En 1894, la imprenta ha permitido la creación de 31 empleos.
En 1887, después de la primera peregrinación organizada para rezar por «las almas santas», las muchedumbres empiezan a afluir de toda Francia y del extranjero.
La fama de Nuestra Señora de Montligeon se extiende poco a poco por el mundo.
«Quisiéramos elevar, en Montligeon, una capilla digna de nuestra gran hermosa obra donde todos los días vienen a juntarse, para subir juntar hasta Dios, las recomendaciones del universo», podemos leer en junio de 1890.
Muy deprisa, para responder al deseo del padre Buguet, los dones afluyen hasta el punto de que, el 22 de septiembre de 1894, comienzan los primeros trabajos.
De modo paralelo, el padre Buguet se lanza a hacer largos viajes, siempre como misionero de las almas del Purgatorio: Roma (1893) donde el papa León XIII le anima, Europa occidental (1895), Estados Unidos (1897), Alemania y Europa central (1898), España (1899).
El 4 de junio de 1896, la primera piedra de la futura basílica de Nuestra Señora de Montligeon es bendecida. En mayo de 1905, el coro y la nave principal están acabadas.
La primera misa tiene lugar el 1 de junio de 1911, para la peregrinación anual.
El 14 de junio de 1918, Pablo Buguet se apaga.
La obra de Montligeon, en cuanto a ella, sigue todavía hoy, acogiendo hoy a numerosos peregrinos y visitantes.
UN LUGAR DE PAZ Y DE ESCUCHA
Después de un duelo, es necesario a menudo el poder confiarse, el poder llorar…
Una de las vocaciones del santuario de Nuestra Señora de Montligeon es la de ser un lugar de paz, de encuentro y de escucha para las personas en duelo por un difunto.
Allí, todos pueden depositar sus penas, expresar su tristeza y, poco a poco encontrar la paz.
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Un equipo de acogida, compuesto por sacerdotes, hermanas y laicos está presente todo el año.
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Poniéndose a la disposición de peregrinos y visitantes para responder a sus preguntas, consolarles en su desamparo, etc.
A menudo, para evitar que los difuntos no sean olvidados demasiado deprisa, «tachados» de la memoria de los vivos, queremos estar en comunicación con ellos: la oración nos lo permite (cf. Pregunta 26).
Todos los años, miles de nombres y de rostros de personas muertas son confiados a la oración de todos los cristianos, en Nuestra Señora de Montligeon.
Por otro lado, los «asociados de la Obra de Nuestra Señora de Montligeon» tienen la preocupación de rezar de un modo más especial por los difuntos.
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De modo particular por los más olvidados, e invocan por ellos a Nuestra Señora de la Liberación, en unión con todos los peregrinos que vienen al santuario a lo largo del año.
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Existen grupos de oración unidos a Montligeon en numerosos países.
La muerte del otro nos obliga también a menudo a interrogarnos sobre nuestra propia muerte.
Todos tenemos que responder un día a estas preguntas: ¿cuál es el sentido de mi vida aquí abajo? ¿ Qué será de mí después de mi muerte?
La misión del santuario de Montligeon es anunciar el mensaje de la Iglesia sobre el destino eterno de todo hombre, mensaje formidable de esperanza.
El santuario de Nuestra Señora de Montligeon es así pues también un lugar en el que los cristianos vienen a proclamar juntos su esperanza en la vida eterna.
El santuario de Nuestra Señora de Montligeon es:
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-un lugar de paz, de encenntro y de escucha donde uno puede encontrar el consuelo,
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-un lugar donde uno puede encomendar a los difuntos,
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-un lugar donde uno puede escuchar la respuesta oficial de la Iglesia católica frente a las interrogantes sobre el destino del hombre,
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-un lugar donde uno puede proclamar su Esperanza en la Vida eterna.
ALGUNAS FECHAS
El 5 de octubre de 1884 – Moseñor Trégaro envía al abad Buguet los Estatutos de la Obra con la aprobación y el sello episcopal.
Junio de 1894 – Un nuevo plan de la iglesia, mayor que el de 1891, es fijado.
23 de octubre de 1910 – En un «Motus Proprio», el Papa Pío X pone «bajo su especial protección y la de sus sucersores» la obra de Expiación y le concede el título de Basílica de Santa-Maria in Monte-Santo.
31 de mayo de 1911 – Bendición de la nueva iglesia.
1° de junio de 1911 – 25 peregrinación: la misa es celebrada en la iglesia ya terminada.
La cofradía de N.S. de Montligeon cuenta hoy día con 9 millones de afiliados.
La Virgen María ha visitado la iglesia, fue vista por el abad y algunos parroquianos, vestida humildemente y haciendo oración.
LA ERMITA
La ermita de la Basílica es a la vez hostería del Santuario y centro de la fraternidad espiritual de Nuestra Señora de Montligeon
La acogida es segura todo el año; los sacerdotes diocesanos y de la comunidad de San Martín las hermanas de la Comunidad de la Nueva Alianza, con un personal laico abnegado, velan por mantener un clima simple y familiar.
Existe la posibilidad de realizar retiros, sesiones, fines de semanas espirituales, en grupo o individualmente.
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Animados por los sacerdotes y religiosas del Santuario o por el de otros, venidos de fuera.
ALGUNOS DATOS SOBRE LA BASÍLICA
Cuando el visitante llega a la Basílica de Montligeon, descubre la estatua de Nuestra Señora.
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Tallada en un gran bloque de mármol de Carrara de 16 toneladas y escogido por Monseñor Buguet mismo, a principios del siglo XX, es la obra del escultor italiano Tadolini.
Frente a esta estatua, numerosos peregrinos han venido a arrodillarse y a depositar sus penas.
La Virgen está presentando al Niño Jesús a dos mujeres que están a sus pies.
La mujer de la izquierda está en actitud de súplica viendo a María.
Por las llamas que la rodean reconocemos que es un alma del Purgatorio inflamada del deseo de ver a Dios frente a frente.
La Virgen la mira con tal dulzura maternal y le tiende su mano para socorrerla.
Ella cierra el Niño Jesús contra su pecho: “En verdad os digo que quien no acoja el Reino de Dios como un niño no entrará al reino de los cielos” (Lucas, 18, 17)
La mujer de la derecha recibe de Cristo la “corona imperecedera” (1 Co 9, 25), “la corona de vida” (Ap 2, 10).
Curiosamente, las dos mujeres se parecen: ¿serán hermanas? Se puede pensar que representan la misma persona pero en dos estados diferentes.
La basílica está también adornada de numerosas estatuas de santos y con vitrales.
Santos de Occidente y de Oriente, santos muy antiguos y también recientes.
Sus ejemplos nos recuerdan la importancia de la caridad para entrar al Cielo, nos recuerdan igualmente otras actitudes importantes: la conversión, la oración por los difuntos, el celo apostólico, la unión con Cristo.
Todos los sacramentos, y principalmente los de la iniciación cristiana, tenían como objetivo la última Pascua del hijo de Dios, aquella que, por la muerte, le hace entrar en la vida del Reino ( CEC, nº 1680 ).
Entonces se cumplía lo que él confesaba en la fe y en la esperanza: Espero la Resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Los funerales cristianos son una celebración litúrgica de la Iglesia.
Con ellos, la Iglesia considera adecuado no sólo expresar la comunión eficaz con el difunto, sino también hacer participar a la comunidad reunida para las exequias y anunciarle la vida eterna ( CEC, n. 1685 ).
La Iglesia católica posee un Ritual de funerales que acompaña con oraciones cada etapa del duelo y permite a los familiares, cuando honran al difunto, encontrar consuelo y esperanza.
EN EL MOMENTO DE LA MUERTE, EN EL LUGAR DONDE REPOSA EL DIFUNTO
Reunirse alrededor del difunto es un acto de caridad al cual son invitados todos los cristianos, y por eso la comunidad está presente en actitud de profundo respeto.
Cuando la familia rodea a uno de los suyos en su último momento – o bien, si ella está ausente, tan pronto como acuda ante el cuerpo – es el momento en que permanece recogida en silencio o elevando plegarias.
Las plegarias pueden ser muy sencillas, sacadas de los Salmos, de la Palabra de Dios ( cf. En la esperanza cristiana, celebraciones por los difuntos. Desclée/Mame,2008 ) o también improvisadas.
Abren al difunto un camino de esperanza.
Para ayudar a la oración, pueden colocarse cerca del difunto un cirio, un icono
(Pero en ningún caso flores).
CELEBRACIONES Y VIGILIAS
En un ambiente recogido, la palabra de Dios y el recuerdo del difunto invitan a refugiarse en la oración y, desde luego, a dar gracias.
Una vigilia puede tener lugar en la casa o en el tanatorio, a cargo de los familiares o de la comunidad si los difuntos han muerto en soledad y despojo.
Necesita una preparación (momento, modalidades… ) y puede tomar la forma de celebración de la palabra de Dios, de vigilia sálmica, de vigilia con la Virgen María y los santos, de vigilia familiar.
LA INTRODUCCIÓN EN EL ATAÚD
Es el acto que llevan a cabo las funerarias colocando el cuerpo del difunto en el ataúd y cerrándolo después.
Es el último y doloroso momento en que los familiares pueden contemplar el rostro del difunto y la oración aviva la esperanza del reencuentro.
Señor, volvemos a ti nuestra mirada en estos momentos en que dejamos de ver el rostro que amamos:
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concédele verte cara a cara y reafirma nuestra esperanza de encontrarnos de nuevo con él ( o ella ) cerca de ti, por los siglos de los siglos. Amén. (Ritual de los funerales).
LA CEREMONIA EN LA IGLESIA
La celebración de los funerales es el último adiós a la persona desaparecida.
Es también la participación de los vivos en su nacimiento a la Vida eterna, que la Iglesia celebra a través de la liturgia del bautismo (con la presencia del cirio pascual y por el gesto de la aspersión con el agua bendita).
Si se celebra el Sacrificio Eucarístico, el paso del difunto a Dios se asocia de esta forma a la Pascua de Jesús, misterio de su muerte y de su resurrección, y la Eucaristía es entonces el corazón de la realidad pascual de la muerte cristiana.
Si no hay celebración Eucarística, entonces la ceremonia puede ser presidida por diáconos o laicos – lo cual es cada vez más frecuente – pues todo bautizado ( si ha recibido para ello una formación y un mandato ) puede presidir la celebración de funerales.
Todos cuantos pertenecen al pueblo de Dios deben sentirse involucrados en la celebración de los funerales.
No todos con el mismo título, cada uno lo estará según su situación y ministerio.
Una parte de responsabilidad recae sobre los parientes y familiares del difunto, más unidos a él.
Se tendrá cuidado para elegir con ellos, siempre que sea posible, los textos que deben escogerse para la celebración (Presentación del Ritual de los funerales ).
LA INHUMACIÓN EN EL CEMENTERIO
La inhumación en el cementerio constituye, para el difunto, el final de su camino en la tierra.
Es acompañado hasta el final, en la paz recibida de Cristo muerto y resucitado, y los familiares le dan el último adiós, allá donde él reposa en espera de la resurrección.
El lugar de la sepultura se convierte en un lugar de recuerdo, donde algunos desearán venir a honrar a su difunto y pedir por él en la espera de la resurrección.
LA CREMACIÓN EN EL CEMENTERIO
La liturgia de los funerales católicos es una celebración del misterio pascual de Cristo, el Señor.
Las oraciones rezadas en el cementerio pueden ser utilizadas debidamente adaptadas; el Ritual tiene previstas también oraciones específicas para esta circunstancia.
Si el cuerpo ha sido incinerado, la urna funeraria se deposita en lugar adecuado, columbario o tierra llana.
Los familiares se reúnen entonces alrededor de la urna, situada cerca del lugar donde debe ser depositada.
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El celebrante preside un último tiempo de oración, recordando el último adiós celebrado en la Iglesia y donde la comunidad entregó el difunto al Señor.
COMO LLEGAR A MONLIGEON
Dirección
26 rue Principale
61400 La Chapelle-Montligeon
+33 2 33 85 17 00
Acceso por ruta
Ruta Nacional N12.
Desde Paris, salir a Feings y seguir La Chapelle-Montligeon.
Desde Alençon, salir a Mortagne-au-Perche y seguir Rémalard, La Chapelle-Montligeon.
Carretera A28
Desde Rouen, salir a Gacé y seguir Mortagne-au-Perche, Rémalard, La Chapelle-Montligeon.
Carretera A11-A81
Desde Angers-Rennes, salir a Le Mans-Norte y seguir Bonétable, Bellême, La Chapelle-Montligeon.
Fuentes:
- http://www.montligeon.org/fr/
- https://fr.wikipedia.org/wiki/Basilique_Notre-Dame_de_Montligeon
- https://www.facebook.com/montligeon
- http://lieux-de-retraite.croire.com/lieu/160-sanctuaire-notre-dame-de-montligeon.html
- https://www.expedia.com/Sanctuaire-Notre-Dame-De-Montligeon-La-Chapelle-Montligeon.d6308599.Vacation-Attraction
- http://www.orne.catholique.fr/-SANCTUAIRE-NOTRE-DAME-DE,426-.html
- https://www.youtube.com/user/Montligeon61