Indígenas católicos y evangélicos enfrentados.
Los enfrentamientos entre indígenas católicos y evangélicos en México es un tema que viene de lejos. Al respecto hemos dado información aquí y aquí. Ahora el obispo Arizmendi, de San Cristóbakl de las Casas, ha declarado que los enfrentamientos entre católicos y evengélicos son inadmisibles entre cristianos y ‘Quien usa la violencia en nombre de la religión no ha entendido el evangelio’
El obispo de San Cristobal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, lamentó en una rueda de prensa realizada después de misa, el choque que se ha producido entre católicos y protestantes en el ejido Puebla, del municipio de Chenalhó.
En declaraciones reportadas por la prensa local, el obispo fue categórico:
«Quien promueve la violencia en nombre de una religión, no ha comprendido el Evangelio de Jesús, aunque se diga creyente».
Y añadió:
«Jesús nos enseña a abrir el corazón y los brazos, incluso a los enemigos, con más razón a los hermanos de sangre y de fe cristiana. Esto es lo que con todo respeto les pido y es nuestra oración de todos los días: paz y reconciliación, con justicia y verdad».
La manzana de la discordia es un terreno de propiedad federal, aunque El Heraldo de Chiapas, indica que es administrado por la diócesis de San Cristobal.
«Ni el párroco ni el obispo podemos ceder ese predio donde estaba construida una ermita católica dedicada a San Pedro, porque legalmente pertenece a la nación, no a la diócesis ni a la parroquia», dijo.
«Es una contradicción religiosa –aseveró el obispo– que estén peleando protestantes contra católicos, cuando nuestra religión cristiana nos enseña y nos exige el amor mutuo, el respeto a las diferencias, la tolerancia, e incluso el perdón de los agravios sufridos».
«Exhorto vivamente a protestantes y católicos –concluyó el obispo– a vivir el evangelio de Jesucristo, que nos pone como distintivo único de que en verdad lo seguimos a Él, nuestro único Salvador, el que nos amemos unos a otros. Que sepamos perdonarnos, como Él nos perdona. Que la justicia humana haga su trabajo de reparar los daños causados, pero que nuestro corazón esté abierto a la reconciliación y a la paz».
Fuentes: Zenit, Signos de estos Tiempos