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Filtración desde dentro de la curia romana sobre como debe ser su reforma [13-06-05]

Un miembro de la curia romana que mantiene su anonimato.
Un miembro destacado de la Curia romana, que prefiere conservar el anonimato y, por eso, firma como Ireneo de Lyon, lanza, desde su conocimiento de la maquinaria vaticana, una hoja de ruta para la Reforma de la Curia. Con el objetivo de aportar su grano de arena y servir de cauce a otras aportaciones procedentes de todos los sectores eclesiales.

 

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Era de esperar. A pocos meses de su elección a la Cátedra de Roma, el Papa francisco constituyó una especie de Consejo de la Corona «para aconsejarlo en el gobierno de la Iglesia universal» y para «estudiar un proyecto de revisión de la Constitución apostólica Pastor Bonus».

Algunos susurran que la idea de este grupo de cardenales que asesora al Papa había surgido ya antes de la renuncia de Benedicto XVI, con el objetivo de limitar el poder del cardenal Tarcisio Bertone, que los ocho cardenales que forman el grupo ya estaban en contacto antes del cónclave y que, entre ellos, estaba también Bergoglio. Difícil probarlo.

Lo cierto es que si hay algo de lo que se arrepiente Benedicto XVI es de no haber llevado a cabo la reforma de la Curia romana.

Pero examinemos los hechos. El grupo de trabajo está integrado por cardenales representantes de los cinco continentes, comenzando por el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el italiano Giuseppe Bertello, seguido del arzobispo emérito de Santiago de Chile, el cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa; el arzobispo de Bombay, Oswald Gracias; el arzobispo de Múnich, Reinhard Marx, y el arzobispo de Kinshasa, Laurent Monsengwo Pasinya. El grupo se completa con el arzobispo de Boston, Sean Patrick O’Malley, el arzobispo de Sídney, George Pell, y el de Tegucigalpa, cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, con funciones de coordinador. El obispo de Albania, Marcello Semeraro, actúa de secretario.

Desde el punto de vista jurídico, en el seno de la Curia no cambia nada. De hecho, se trata de un «grupo», no de una «comisión» y, mucho menos, de un «consejo». Es, más bien, un grupo de sabios pastores a los que el pastor de la Iglesia universal les pide que le aconsejen para guiarla de la mejor manera posible.

Dicho grupo tendrá que dialogar, además, de cara a una revisión de la Constitución apostólica «Pastor Bonus» sobre la curia romana. Y, a primeros de octubre celebrará su primera reunión formal.

La Pastor Bonus es la ley que rige el funcionamiento de la Curia romana: Secretaría de Estado, Congregaciones, Consejos Pontificios y Tribunales. Fue Juan Pablo II, en 1988, el que promulgó la Pastor Bonus, para adecuar la Curia a las modernas exigencias de nuestros días.

En 1967, Pablo VI había realizado la gran reforma de la Curia con la ‘Regimini ecclesiae universae’. El Papa Montini, que había tenido una amplia experiencia curial, lo cambió todo, haciendo a la Curia mucho más funcional y eficiente, pero, al mismo tiempo, quiso atribuir una enorme importancia y poder a la Secretaría de Estado, confiriéndole la supervisión y la coordinación de todos los dicasterios y de todos los organismos de la Curia.

Creo (y espero vivamente) que el Consejo de la Corona de los ocho cardenales comience su trabajo redimensionando el papel de la Secretaría de Estado. El núcleo duro está precisamente aquí. El que relea una copia de los Anuarios Pontificios del tiempo de Pío XII podrá constatar fácilmente que la Secretaría de Estado venía al final de todos los dicasterios de la Curia romana. Y venía al final, porque es y, en realidad, sigue siendo, la Secretaría del Papa.

El Papa Montini había trabajado siempre en la Secretaria de Estado y quiso colocarla por encima de todos los demás dicasterios, para que actuase de puente entre el Papa y los dicasterios. En los Anuarios pontificios actuales campa sobre todos los demás dicasterios, con sus dos secciones: la primera para los Asuntos Generales y a segunda para las relaciones con los Estados. Y, en la cima de la pirámide, el Secretario de estado, cuyo enorme poder supera, con mucho, el de cualquier primer ministro.

Esta estructura ralentizó mucho el acceso al Papa de parte de los presidentes de los dicasterios y anuló casi por completo «las audiencias de mesa». En la práctica, todavía hoy, se entrevistan con el Papa, en fecha fija, los Prefectos de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el viernes por la tarde), el de Obispos (el sábado a última hora de la mañana) y el de Propaganda Fide (el viernes al final de la mañana). A veces, se reúnen con el Papa los prefectos de la Congregación para las Iglesias Orientales y el de la Causa de los Santos.

Todo lo demás está controlado y filtrado por la Secretaría de Estado. Es fácil deducir que, de esta forma, el Papa no conozca ‘ex auditu’ por parte de cada uno de los Prefectos la evolución y la problemática de cada dicasterio. Éstos vienen pidiendo, desde hace tiempo, una relación «de mesa» y en directo con el Pontífice. Porque, abolidas las «audiencias de mesa», son el Secretario de Estado y el Sustituto de la Secretaría de Estado los que sesionan con el Papa.

Hay que tener en cuenta que, por derecho, los prefectos de las Congregaciones de la Curia romana actúan con potestad ordinaria vicaria, es decir en nombre del Romano Pontífice. Por el contrario, la Secretaría de Estado, en strictu senso’ no es un dicasterio y no gozaría de esa potestad ordinaria vicaria, dado que su rol es el de ser la Secretaría del Papa.

El objetivo fundamental de la reforma de la Curia debería ser el de privilegiar la colegialidad, en línea con las indicaciones, nunca puestas en práctica, del Concilio Vaticano II, de ser un instrumento al servicio del Papa y no un organismo en cierto modo autónomo y, menos todavía, un condicionante en el ejercicio del ministerio del sucesor de Pedro y de sus relaciones con el episcopado.

En este contexto, no se excluye que el Papa Francisco prevea, para su reforma de la Curia, un papel más decisivo para las Conferencias episcopales y para los organismos internacionales que aglutinan a las Conferencias episcopales nacionales. La Iglesia caminaría así hacia una comunidad de escucha y acogida de las comunidades locales que son emanación de la Iglesia universal. De esta forma, se basaría no tanto en la estructura cuanto en las comunidades. El de la colegialidad es uno de los temas conciliares todavía por desarrollar y que el Papa Francisco parece decidido a abordar. Se trata de un problema muy sentido en el seno de la Iglesia. Sería importante ver cuántos poderes, hasta ahora consultivos, querrá compartir el Papa Francisco y transformarlos en deliberativos. Pienso -a título de ejemplo- en el Sínodo de Obispos. Por medio de la colegialidad la Iglesia podrá estar mucho más cercana a la realidad de lo que lo está en la actualidad.

Por este motivo, la auténtica reforma debe comenzar por redefinir y rediseñar el papel y el servicio de la Secretaría de Estado, que debe volver a sus antiguas y únicas funciones de Secretaria papalis. De esta forma, no solo se conseguirá autonomía para los dicasterios, sino que, además, permitirá que se relacionen directamente con el Sumo Pontífice.

Desde esta perspectiva, también habría que redimensionar el papel del Secretario de Estado. Éste, rodeado de un equipo de estrechos colaboradores, podría ser el ‘primus inter pares’ de los colaboradores del Papa y no un auténtico primer ministro de un gobierno.

Enunciada esta premisa, lo más razonable es pensar que la Curia romana, en la que está pensando Francisco, debe ser ágil, sencilla, esencial, funcional, con menos dicasterios y menos oficiales. Hoy hay en la Curia 9 dicasterios y 12 Consejos Pontificios, más las Comisiones y los Tribunales. Y, sobre todo, tendrá que ser una Curia de auténtico servicio.

Al iniciar su ministerio de Obispo de Roma, pastor de la Iglesia universal y sucesor de Pedro, el Santo Padre Francisco declaró: «Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños; eso que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (cf. Mt 25,31-46). Sólo el que sirve con amor sabe custodiar».

Éste será a mi juicio, el objetivo de la reforma de la Curia en la que está trabajando el Papa Francisco a través del poder consultivo de su Consejo de la Corona.

SEGUNDA PARTE: PROPUESTAS CONCRETAS

Pablo VI anunció la necesidad de adecuar la Curia Romana a las exigencias del Concilio Vaticano II inmediatamente después de su elección, en 1963. Pero necesitó cuatro años de intensa labor por parte de una comisión cardenalicia creada ad hoc e integrada por tres purpurados hasta poder promulgar la ‘Regimini Ecclesiae Universae’.

Una análoga comisión cardenalicia fue creada por Karol Wojtyla en 1985 y tardó tres años en promulgar la ‘Pastor Bonus’. Con la esperanza de que los miembros del Consejo de la Corona sean un poco más rápidos, sólo nos queda hacer nuestra aportación sobre los dicasterios, congregaciones, consejos, etc., en medio de un redimensionamiento de la estructura, para dotarla de mayor agilidad y eficacia.

Actualmente, las Congregaciones son nueve: Doctrina de la Fe, Iglesias Orientales, Culto Divino y disciplina de los sacramentos, Causa de los santos, Obispos, Evangelización de los pueblos, Clero, Institutos de vida consagrada y Sociedades de vida apostólica y Educación católica.

Más numerosos sin embargo son los Consejos Pontificios, exactamente doce: Laicos, Unión de los cristianos, Familia, Justicia y Paz, Cor Unum, Pastoral para los trabajadores sanitarios, Textos Legislativos, Diálogo interreligioso, Comunicaciones sociales y Nueva evangelización (creado en 2010). Estos Consejos Pontificios tienen una función de promoción de actividades y iniciativas de su competencia. Y finalmente las Oficinas que son tres, Cámara Apostólica, Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica y Prefectura de los Asuntos económicos de la Santa Sede.

Es muy difícil aventurar cuáles serán las opciones operativas que serán sugeridas y propuestas por el Santo Padre. Mi función, en este caso, como conocedor de la Curia por dentro, es sugerir los siguientes cambios en la organización de los dicasterios no sólo por razones económicas, sino también con el fin de no desperdiciar recursos y no duplicar funciones sin necesidad.

En primer lugar, creo que se deberían reducir a la mitad los Pontificios Consejos y pasar de 9 a 10 las Congregaciones.

1. Además de las 9 Congregaciones existentes, debería crearse la Congregación del pueblo de Dios. La Lumen Gentium, tras haber descrito el misterio de la Iglesia (1-8), coloca en el primer puesto al Pueblo de Dios. Pues bien, existen congregaciones de Obispos, del Clero y de Religiosos. Falta la Congregación del Pueblo de Dios. Sería una manera espléndida de conmemorar y aplicar lo dicho por el Concilio Vaticano II, en su 50 aniversario. Este nuevo dicasterio debería englobar las competencias de los actuales Pontificios Consejos para los Laicos, para la Familia, para la pastoral de emigrantes e itinerantes y para la pastoral de los agentes sanitarios. Se trata de no subdividir al pueblo de Dios en categorías. De ahí que la nueva congregación deba ser competente en la pastoral de todas las vocaciones y servicios laicales.

2. El Pontificio Consejo Cor Unum podría unirse al de Justicia y Paz. La «solicitud de la Iglesia católica hacia los necesitados» (PB 145) puede conjugarse perfectamente con la promoción de la justicia y de la paz. Por lo tanto, paz, justicia y solidaridad. Un trinomio adecuado para un nuevo Consejo Pontificio.

3. El Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización debería pasar a llamarse Pontificio Consejo para la Evangelización y el Ministerio de la Palabra, atribuyendo a este dicasterio:
-Todo lo que en el Código de Derecho Canónico se refiere a la catequesis.
-Lo referido a la homilética
-La enseñanza de la Religión en las escuelas
-E, incluso, la Pontificia comisión bíblica.

4. El ámbito de la Cultura podría ser confiado a la Congregación para la Educación, a la que han quitado competencias sobre los seminarios, para pasársela a la congregación del Clero, una decisión que podría revisarse. En la actualidad, la congregación del Clero supervisa el 50% de la formación de los seminaristas y el otro 50% depende de otro dicasterio. La situación no parece demasiado armónica. Parecía más armoniosa la situación anterior, según la cual la congregación del Clero era competente sobre los dos primeros grados del sacramento del orden: diaconado y presbiterado. La formación de los seminaristas parece armonizarse mejor con la formación académica, supervisada por la congregación de la Educación.

Según esta hipótesis de trabajo las Congregaciones pasarían a ser 10 y los Pontificios consejos, 6.

Como principios generales, la reforma de la Curia debería inspirarse en los siguientes:

-Redimensionar la Secretaría de Estado, que debería volver a su antigua función de Secretaría papal.
-Retomar las ‘audiencias de mesa’ para los prefectos de los dicasterios, para que puedan hablar directamente con el Papa.
-Una significativa reducción de los organismos curiales.
-Un papel menos asfixiante de la Curia romana respecto a las iglesias locales.
-El retorno a una mayor colegialidad en el seno de la propia Curia romana.

En este sentido, cabe decir una palabra sobre los que prestan servicio al Papa en la Curia romana, que deberían regir su actuación al menos por estos dos principios generales:

1. Que, antes de empezar a trabajar en la Curia, hayan laborado durante al menos un quinquenio en la actividad pastoral. Incluidos los aspirantes al servicio diplomático de la Santa Sede. El servicio en la Curia romana es esencialmente un servicio al obispo de Roma y pastor de la Iglesia universal y sus colaboradores deben tener experiencia pastoral y de cura de almas.

2. Que los oficiales de servicio cambien de organismo con cierta asiduidad, para evitar el excesivo apego a un puesto y adquirir continuamente nuevas competencias.

Todo lo aquí expuesto es sólo una hipótesis de trabajo. Es decir, un servicio. Personalmente, me encantaría que todos los que lo deseasen interviniesen para hacer sus propias aportaciones, matizaciones y sugerencias.

De esta forma, el Consejo de la Corona ampliaría su radio de acción a implicaría a las bases. Y la reforma de la Curia romana podría nacer de una consulta eclesial.

Fuentes: Religión Digital, Signos de estos Tiempos

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Que está haciendo la Iglesia respecto al abuso de menores [13-06-05]

Prevención y combate a la pederastia.
Dos hechos importantes ocurrieron ayer, uno fue lo revelado por del profesor Davide Cito en el seminario en la Universidad de la Santa Cruz sobre lo que ha realizado e indagado la Iglesia sobre el abuso de menores. Y otro fue que el papa Francisco recibió al psicólogo jesuita Hans Zollner del Centro para la Protección de los Menores de la Universidad Gregoriana, a quien felicitó y pidió que prosiguiera en el mismo rumbo.

 

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Desde el inicio de su pontificado, Francisco ha manifestado su preocupación especial por los mas débiles, por los niños, por eso ha abrazado la política instaurada por Benedicto XVI respecto a la prevención y el combate de la pederastia y los abusos por parte del clero.

LA INTERVENCIÓN DEL PROFESOR DAVIDE CITO EN EL SEMINARIO EN LA UNIVERSIDAD DE LA SANTA CRUZ

Hace algunas semanas se llevó a cabo en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz un encuentro que forma parte del curso de actualización que organiza periódicamente el ateneo para los agentes de la comunicación sobre temas relacionados con la vida de la Iglesia.

El profesor de Derecho canónico Davide Cito, asesor de la Congregación para el Clero, pronunció una conferencia sobre los abusos en contra de menores dentro de la Iglesia.

Fue una clara exposición sobre la situación y presentó algunos aspectos relevantes. «Nunca podremos agradecer por completo a Benedicto XVI por lo que hizo en este terrible campo», por las nuevas normas que desde 2001 regulan el problema.

«Conscientes de que las críticas habrían caído sobre él, y no sobre otros, y ayudado por mons. Charles Scicluna (que era el “promotor de justicia” en esa época), no tuvo miedo al reconocer que había un fenómeno terrible en la Iglesia», recordó.

«En lugar de delegar a las Conferencias episcopales y a las diócesis el problema, lo asumió él, en las buenas y en las malas. Y cargó consigo todas las negatividades»; ahora la gestión del problema está pasando nuevamente a las conferencias; «y los obispos no quieren tener estas responsabilidades, quieren que sea la Santa Sede la que lo haga. La Santa Sede no quiere cargar con esto en sus espaldas y prefiere que sean las diócesis las que se ocupen de ello».

Los datos estadísticos:

«Los casos que llegan ahora cada año a Roma desde todo el mundo son alrededor de 400. Me parece un número muy elevado. Lo que ha cambiado es la geografía de los lugares. Los casos sobre los que hablaba Scicluna en 2001 eran casi todos de la región norteamericana y del mundo anglosajón; ahora se habla de Sudamérica, de México, de España, de Italia y de Polonia. Todavía no hay muchos en Asia y en África. Países que parecían 9inmunes no lo son. Benedicto se había dado cuenta de ello».

El problema social de este fenómeno es universal; se trata de un tema no solo de la Iglesia, sino también civil, por lo que, si es universal desde el punto de vista civil, lo es también para la Iglesia.

El prof. Cito insistió en el hecho de que:

«las personas son animadas a denunciar a las autoridades civiles. A menudo las personas no quieren esto: las situaciones cambian dependiendo de los países. En los últimos tiempos, ha habido colaboraciones estrechas entre autoridades civiles y eclesiásticas que han dado muchos frutos».

«Pero 400 casos al año es un dato doloroso. Y no sirve consolarse sabiendo que en la sociedad civil son muchos más».

Es interesante la tipología de las víctimas descrita por el estudioso:

«Mientras en el caso de los abusos “civiles” la mayor parte es menor de 10 años, y es monstruoso, en la Iglesia, alrededor del 90% de los casos es del mismo sexo que el abusador; una tendencia diferente con respecto a los casos “civiles”, en los que representan al máximo el 30%. En la Iglesia, la edad es mucho más elevada, de los 15 a los 17 años. Ya no se trata de pederastia, en sentido estricto, pero sigue siendo abuso de menores».

Ante la pregunta sobre el papel de la homosexualidad en este fenómeno, el prof Cito respondió que

«la homosexualidad existe en la Iglesia, pero hay que estar atentos al decir que la homosexualidad es la causa de todo esto. Sería como decir que la heterosexualidad es lo que lleva a sacerdotes a embarazar a muchachas. Sin duda en la Iglesia existe el ambiente que puede favorecer todo esto. Pero lo que se pretende evitar es crear una relación de causa-efecto, que establecería que la causa de este problema es la homosexualidad. No figura esta palabra en el informe del John Jay College».

Pero hay que decir que el informe del John Jay College, instituto de criminología estadounidense, fue criticado por el presidente del National Review Board, organismo laico que ayuda a los obispos estadounidenses en la lucha en contra de la pederastia. Un periodista dijo a Al Notzon III, presidente del organismo, que los investigadores del John Jay concluyeron que «la atracción homosexual no era un factor significativo» en la crisis.

Al Nortzon III respondió que:

«la mayor parte de las víctimas de abusos por parte de religiosos son chicos en edad post-pubertad. No concuerdo con las conclusiones alcanzadas, puesto que el 83% de los casos son de varón hacia varón».

El prof Cito indicó que:

«muchos de los responsables de estos casos sufrieron abusos a su vez».

Y recordó que en el documento redactado a comienzos del siglo sobre las nuevas ordenanzas para los seminaristas se instituyó una regla para evitar que personas con tendencias homosexuales no deben ser aceptadas en los seminarios.

EL PAPA EXHORTÓ A LOS AGENTES Y A LOS ORGANISMOS ECLESIALES A TRABAJAR POR EL BIEN DE LOS MENORES, LAS VÍCTIMAS MÁS VULNERABLES

Al final de la misa matutina en Santa Marta, el Papa Francisco impulsó el trabajo del Centro para la protección de los menores de la Universidad Gregoriana, creado tras el simposio internacional sobre abusos en contra de menores por parte de miembros de la Iglesia que se llevó a cabo en 2012:

«Es un trabajo importante, sigan así»

«Después de la Misa, tuvimos la ocasión para saludar al Papa: éramos tres… Le presentamos brevemente el proyecto», indicó a la Radio Vaticana el director del Centro, el jesuita psicólogo Hans Zollner.

«El Papa –contó– excuchó con mucha atención y en más de dos o tres ocasiones subrayó que se trata de un trabajo muy importante y que, cito, “debemos seguir adelante con este compromiso”».

 Además de Zollner estaban presentes en Santa Marta los representantes del Centro en Polonia y un experto en desarrollo de las unidades de aprendizaje canónicas y teológicas del programa a distancia, que será distribuido en todo el mundo.

Zollner, que también es el vicerrector de la Gregoriana, recordó que Francisco afrontó el tema hace algunas semanas, cuando invitó a trabajar «por el bien de los más vulnerables, de los menores», durante el Ángelus del pasado 5 de mayo.

«Esto –añadió– sigue completamente la línea de Papa Benedicto XVI, a quien, hace cuatro meses, pudimos entregar las actas del congreso que llevamos a cabo en la Gregoriana, en febrero de 2012, y en el que participaron representantes de las Conferencias episcopales de todo el mundo para hablar justamente de la prevención del mal que afecta a los menores».

 En su homilía matutina, Francisco invitó a los cristianos a seguir el ejemplo de la templanza pero también de la honestidad de los niños:

«La templanza que pretende Jesús de nosotros no tiene nada, nada que ver con esta adulación, con esta forma azucarada de seguir adelante. ¡Nada! La templanza es simple, como la de un niño. Un niño no es hipócrita, porque no es corrupto», dijo.

Según Zollner,

«llamar a la pureza, a la autenticidad, a la no hipocresía de un niño, nos indica también el desafío de vivir nuestro ser cristianos y nuestro ser testimonio de Jesús con autenticidad y credibilidad».

El jesuita también expuso a la Radio Vaticana el trabajo que se desarrolla en el Centro, que hasta ahora ha recibido «una respuesta muy animadora» y «muchas ofertas de colaboración».

Después de la fase “piloto”, en colaboración con ocho diócesis y con algunas provincias de jesuitas en India e Indonesia, que terminará en 2014, Zollner explicó que el centro está pensando cuáles serán sus actividades para el futuro:

«Queremos no solo profundizar nuestro aporte y nuestros módulos de aprendizaje, sino que queremos también llegar a un mayor número de personas. Ahora nos damos cuenta de que será necesario que haya diferentes niveles de información y también otros niveles diferentes, como la formación de enseñantes y la formación de personal que operará en las parroquias».

Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

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El Banco del Vaticano comprometido con la política de transparencia [13-05-25]

El propio IOR denuncia que habrían tratado de lavar dinero en él.
Avanzando en su objetivo de transparencia, autoridades financieras de la Santa Sede comunicaron la identificación de seis intentos de uso del Instituto para las Obras Religiosas  para blanquear dinero sucio durante 2012.

 

banco vaticano

 

Lo llamativo es que la noticia sobre la identificación de transacciones sospechosas no fue esta vez un trascendido periodístico sino un anuncio oficial del Vaticano. Un gesto de transparencia que fue muy bien recibido por la prensa italiana.

Al presentar el primer informe de la Autoridad de Información Financiera del Estado Pontificio (AIF), organismo creado por Benedicto XVI en 2010 para controlar las actividades monetarias y comerciales de los establecimientos vaticanos, su director, el experto suizo René Brülhart, anunció que pronto dispondrá de más medios para supervisar el IOR (nombre oficial del Banco Vaticano), cuestionado por varios escándalos.

El informe de 64 páginas de la AIF está disponible en inglés e italiano en este link.

En lo que hace a los seis casos detectados el año pasado en el marco del esfuerzo que está haciendo la Santa Sede para aplicar todas las reglas financieras internacionales, el funcionario precisó que dos de ellos eran lo suficientemente graves como para ser remitidos al procurador del Vaticano para la apertura de una investigación, pero no dio precisiones sobre los casos en cuestión.

El Vaticano se ha comprometido a buscar una mayor transparencia, mediante el cumplimiento de las normas internacionales, para combatir delitos tales como el financiamiento del terrorismo, el blanqueo de dinero sucio y el fraude fiscal. En julio pasado, un informe de Moneyval, la estructura del Consejo de Europa que supervisa estos temas, estimaba que el IOR, si bien había hechos progresos en materia de transparencia financiera, debía aún llevar adelante importantes reformas.

Reconociendo que “nada es perfecto en este mundo”, el experto suizo aseguró que el Vaticano está decidido a cumplir con las exigencias de Moneyval, en particular sobre una mejor supervisión de las operaciones del IOR. “En las próximas semanas, tendremos una nueva legislación sobre la cual podrá apoyarse la AIF”. Este mes, la AIF cerró un acuerdo de intercambio de informaciones sobre las transacciones financieras dudosas con el Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN), la autoridad norteamericana en la materia, para “reforzar la cooperación bilateral en los intercambios de informaciones financieras” con los Estados Unidos.

La revista Forbes ha catalogado al IOR como el establecimiento bancario más secreto del mundo. El vaticano busca limpiar esta imagen de plaza financiera opaca que arrastra desde la quiebra fraudulenta, hace más de 30 años, del Banco Ambrosiano, del que el IOR era accionista.

En el año 2010, la justicia italiana congeló 23 millones de euros que el IOR tenía en un banco italiano. El Vaticano explicó entonces que el IOR sólo estaba transfiriendo fondos propios entre sus cuentas en Italia y en Alemania. Los fondos quedaron disponibles nuevamente en junio 2011, pero la investigación está en curso.

El AIF, un organismo de control y regulación interna, entró en actividad en 2011. Benedicto XVI también había adoptado nuevas normas para la transparencia y la prevención del blanqueo de fondos y el financiamiento del terrorismo. Su creación, dijo el director en la conferencia de prensa, constituye “un acto de coherencia para una misión en el plano moral”, de modo que la economía y la finanza “no sean simples fines”, sino que estén al servicio de la persona.

Como se dijo, la AIF ha desarrollado también la cooperación externa, con autoridades internacionales belgas y españolas, en especial. En ello se juega la “credibilidad” del Vaticano y de este organismo, y es por eso que en 2013 se firmarán nuevos acuerdos con otros países e instituciones. Brülhart destacó también la excelente cooperación que existe con las autoridades y el Banco de Italia.

El Vaticano “ya es un socio creíble” en la lucha internacional contra el blanqueo y el sistema de vigilancia interna “ha empezado a funcionar”, se entusiasmó el funcionario. “El aumento en el señalamiento de sospechas es muy prometedor. Pretendemos continuar en esta ruta”, insistió Brülhart en la conferencia de prensa en la cual presentó el informe.

Según el experto financiero vaticano, la Santa Sede quiso “responder a la exigencia concreta de establecer, en el plano institucional y jurídico, y en el nivel técnico, un sistema interno sólido, eficaz y duradero en el tiempo”.

Pese a que algunos expertos dudan de los poderes reales de la AIF, Brülhart  aseguró que “entre 2010 y 2012, en un plazo relativamente breve, el Vaticano ha puesto los pilares de este sistema interno”.

De las 49 recomendaciones planteadas por Moneyval (40 sobre blanqueo de dinero, 9 sobre antiterrorismo), la Santa Sede no está o no lo suficientemente en regla en sólo siete casos, precisó el director de la AIF.

El próximo informe del organismo será presentado en diciembre en Moneyval.

El diario británico especializado Financial Times dijo que difícilmente el Papa Francisco implemente mayores cambios en el IOR antes de la primera reunión del panel de asesores que creó con cardenales por él designados, prevista para el mes de octubre próximo.

Fuentes: Infobae, Signos de estos Tiempos

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ARTÍCULOS DESTACADOS Catolicismo Interna NOTICIAS Noticias 2013 - enero - agosto Noticias bis Papa Teología de la Liberación

Bergoglio no es simpatizante de la teología de la liberación ni de los “progresistas” [2013-05-19]

Vean por qué.
Algunos católicos y otros que están en la perisferia, suponen que porque el papa Francisco habló de “una Iglesia pobre y para los pobres” es automáticamente un admirador de la teología de la liberación, de cuño marxista, que fuera popular en la región latinoamericana en los años ‘70 y ’80 del siglo pasado y de la cual estamos viendo sus últimos estertores, con la desaparición física de sus principales figuras ya entradas en años.

 

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Pero no. Bergoglio no es de esa corriente, ni un allegado, ni un admirador, por el contrario, se ha enfrentado a esa corriente y ha sufrido, como varios jesuitas del continente, los ataques de compañeros de orden que se habían embanderado con esa ideología de moda, algunos de los cuales colgaron los hábitos, otros fallecieron y los que no se convirtieron, hoy están cada vez mas arrinconados y añosos.

LA DESINFORMACIÓN QUE CREÓ LEONARDO BOFF

Algo que ha confundido a varios católicos es el elogio que de él hicieron los teólogos de la liberación desde el primer momento, por ejemplo el elogio del más combativo de los teólogos franciscanos, el brasileño Leonardo Boff:

«Francisco dará una lección a la Iglesia. Salimos de un invierno rígido y tenebroso. Con él viene la primavera».

Y no bien conocida su elección salió a decir:

«Yo pienso que hay algo providencial (en su elección), que es el Papa del tercer milenio y que puede ser un arquetipo, una referencia mundial de autoridad moral, espiritual, que nos llama a amar la tierra, salvar la humanidad, salvar la vida»

Vea lo que dice en este video:

En realidad, Boff abandonó desde hace tiempo el hábito franciscano, se casó y ha sustituido el amor por Marx por el amor ecologista por la madre tierra y el hermano sol. Pero es todavía el más famoso y el más citado de los teólogos de la liberación.

BERGOGLIO NO COMULGA CON LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN

En realidad, hay un abismo entre la visión de los teólogos latinoamericanos de la liberación y la visión de este Papa argentino.

Bergoglio no es un prolífico autor de libros, pero lo que ha dejado por escrito es suficiente y permite entender qué tiene en mente con su insistente mezclarse con el «pueblo».

Conoce bien la teología de la liberación, la vio nacer y crecer también entre sus hermanos jesuitas, pero siempre marcó su desacuerdo con ella, inclusive al precio de encontrarse aislado.

SU REFERENCIA ES UNA TEOLOGÍA DEL PUEBLO

Sus teólogos de referencia no eran Boff, ni Gutiérrez ni Sobrino, sino el argentino Juan Carlos Scannone, también jesuita y detestado por ellos, quien había sido su profesor de griego y que había elaborado una teología, no de la liberación sino «del pueblo», fundamentada sobre la cultura y la religiosidad de la gente común, en primer lugar de los pobres, con su espiritualidad tradicional y su sensibilidad por la justicia.

Hoy, con 81 años de edad, Scannone es considerado el máximo teólogo argentino vivo, mientras que sobre lo que queda de la teología de la liberación ya en el 2005 Bergoglio concluyó su discurso de este modo:

«Con el derrumbe del imperio totalitario del ‘socialismo real’, esas corrientes quedaron sumidas en el desconcierto, incapaces de un replanteamiento radical y de una nueva creatividad. Sobrevivientes por inercias, aunque haya todavía hoy quienes las propongan anacrónicamente”.

Bergoglio deslizó esta sentencia condenatoria contra la teología de la liberación en uno de sus escritos más reveladores: el prólogo a un libro sobre el futuro de América latina, el cual tiene como autor a su amigo más íntimo en la curia vaticana, el uruguayo Guzmán Carriquiry Lecour, secretario general de la Pontificia Comisión para América Latina, casado, con hijos y nietos, el laico de más alto rango en la curia.

A juicio de Bergoglio, el continente latinoamericano ya ha conquistado un puesto de «clase media» en el orden mundial y está destinado a imponerse todavía más en futuros escenarios, pero está socavado en lo que tiene de más propio, la fe y la “sabiduría católica” de su pueblo.

CONTRA EL PROGRESISMO ADOLESCENTE

La trampa más temible la ve en lo que él llama «progresismo adolescente», un entusiasmo por el progreso que en realidad se vuelve – dice – contra los pueblos y las naciones, contra su identidad católica, ya que:

«tiene relación con una concepción de la laicidad del Estado que más bien es laicismo militante».

El domingo pasado rompió lanzas a favor de la protección jurídica del embrión, en Europa. En Buenos Aires no se olvida su tenaz oposición contra las leyes a favor del aborto libre y los matrimonios «gays». En la promoción de leyes similares en todo el mundo él ve la ofensiva de «una concepción imperial de la globalización», la cual «constituye el totalitarismo más peligroso de la posmodernidad».

PERCIBE UNA OFENSIVA DISEÑADA POR EL MALIGNO

Es una ofensiva que para Bergoglio lleva el signo del Anticristo, como en una novela a la que le gusta citar: «Señor del mundo», de Robert H. Benson, anglicano convertido al catolicismo hace un siglo.

En sus homilías como Papa, la más que frecuente referencia al diablo no es un artificio retórico. Para el papa Francisco el diablo es más real que nunca, es “el príncipe de este mundo” que Jesús ha derrotado para siempre, pero que todavía tiene libertad para hacer el mal.

En una homilía de hace algunos días ha formulado una advertencia:

«El diálogo es necesario entre nosotros, para forjar la paz. Pero con el príncipe de este mundo no se puede dialogar. Jamás».

Fuentes: Sandro Magister, Signos de estos Tiempos

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Desde el Vaticano le han pedido que renuncie, pero el arzobispo de Puerto Rico tiene sus apoyos [13-05-16]

Dura interna eclesial.
Roberto González Nieves, arzobispo de San Juan en Puerto Rico, no está sólo. Mientras en El Vaticano le han sugerido que renuncie, un nutrido grupos de fieles se ha movilizado para mostrarle solidaridad y defenderle. No están dispuestos a perderle como pastor. Mientras tanto el delegado apostólico para la isla insiste en pedir a Roma su remoción sin saber, quizás, de la amistad que le une al Papa Francisco.

 

Roberto Gonzalez Nieves

 

El 8 de mayo González Nieves cumplió 14 años al frente de su arquidiócesis, mientras mantiene una dura pulseada con dos dicasterios de la Curia Romana: las congregaciones para el Clero y para los Obispos. Sus responsables, los cardenales Mauro Piacenza y Marc Ouellet, han intentado destituirle sin éxito.

Por lo pronto casi un centenar de organizaciones formaron la llamada Coalición en Defensa y Solidaridad con el Arzobispo de San Juan, un organismo que pretende limpiar el nombre del prelado porque lo consideran “un elemento de unión”. Mientras tanto su vicario general, Leonardo Rodríguez Jimenes, denunció en una larga carta la existencia de una “cadena de ofensas”, “intrigas” y “ataques” contra el clérigo.

En resumen: un cierre de filas en torno al arzobispo que ya se había manifestado en diciembre de 2012 cuando todos los miembros de la Conferencia Episcopal lo eligieron como su presidente, un cargo que ya había ocupado entre 2001 y 2007. Esto no fue bien visto en Roma. Por eso en una reunión, el 15 de diciembre, el cardenal Ouellet y su secretario, Lorenzo Baldisseri, le reclamaron a González Nieves que “los obispos están de su lado”.

Detalles aparte, todos los defensores coinciden en una cosa: las acusaciones contra él no tienen fundamento. Y resulta difícil no dar crédito a sus afirmaciones. Sobre todo después que la congregación de Piacenza ordenase al arzobispo ecuatoriano de Guayaquil, Antonio Arregui Yarza, una exhaustiva auditoría a la gestión episcopal de su par puertorriqueño. Una visita apostólica iniciada en el lejano 25 de octubre de 2011 pero aún no concluida.

Si realmente existiesen problemas graves, 19 meses son más que suficientes para identificar las pruebas. Y si se tuviesen las evidencias, ni el prefecto Ouellet ni el Papa hubiesen dudado en intervenir como ocurrió en el caso de los 81 obispos obligados a removidos durante el pontificado de Benedicto XVI por diversos motivos.

Aún así las “imputaciones” contra González Nieves permanecen. Primero lo acusan de proteger a pederastas, pero existe un reporte de la Congregación para Doctrina de la Fe que ratifica su actuación como apegada a las normas y lo exonera de cualquier irregularidad. Luego le reclaman haber conducido un proceso eclesiástico contra el presbítero Edward Santana sin jurisdicción, lo cual es verdadero. De hecho esa persona ya fue separada del sacerdocio. Sólo que existe un detalle: el arzobispo condujo esa investigación por solicitud expresa de los tribunales vaticanos.

La tercera cuestión que le achacan corresponde a la propuesta de las llamadas “residencias compartidas”, una ley que buscaba permitir cierta tutela legal a las personas que vivan bajo un mismo techo. Y aunque sus detractores se empeñan en sostener que esa fórmula legislativa pretendía favorecer las uniones homosexuales, en realidad se trataba de una solución amplia para cuestiones patrimoniales en núcleos genéricos de personas. Aún más, esa propuesta fue aprobada a la unanimidad por la Conferencia Episcopal y contó con el aval del cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Doctrina de la Fe.

Así las cosas, todo parece reducirse a una disputa política. ¿Por qué? Lo explica la cuarta acusación: el arzobispo es un “independentista”. Eso lo sostienen varios políticos puertorriqueños, entre ellos la ex representante (diputada), Albita Rivera, quien pocos días atrás llamó a sus seguidores a no dar su limosna dominical para “pegarle donde le duele” al clérigo, al cual calificó de “politiquero que usa a la Iglesia para adelantar su agenda separatista y por eso el Vaticano le tiene el ojo puesto”.

En un territorio libre pero asociado a los Estados Unidos, como Puerto Rico, la identidad nacional es un asunto delicado. Por eso algunos líderes no digieren que en la catedral de San Juan exista un “altar de la patria” donde se rece por el país. Más bien lo consideran la prueba concreta del involucramiento político “independentista” del pastor.

Esto mismo parece ser la convicción del nuncio en República Dominicana y delegado apostólico en territorio puertorriqueño, Josef Wesolowski. Diplomático polaco, el primer interesado en la destitución de González Nieves y el responsable de la carta firmada en diciembre por el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, en la cual se exige al arzobispo quitar el “altar de la patria”. Una misiva despachada en el anterior pontificado pero que, quizás, no surta efecto. Porque Jorge Mario Bergoglio conoce desde hace tiempo al arzobispo de San Juan. Mantiene con él una amistad que puede ser definitiva para dirimir de una vez por todas esta controversia.

Fuentes: Sacro y Profano, Signos de estos Tiempos

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El Vaticano habría ordenado el exilio del Cardenal O’Brien acusado de abuso sexual [13-05-05]

Debe retirarse de Gran Bretaña para no seguir dañando a la Iglesia.
Al hasta ahora sacerdote de más alto rango de la Iglesia Católica, el cardenal Keith O’Brien, que ha admitido “conductas inadecuadas” con cuatro sacerdotes y un seminarista, se le ha pedido desde Roma que se aleje de Gran Bretaña, probablemente para bajar el perfil del problema.

 

Cardinal+Keith+O'Brien+

 

Según The Herald Scotland, el Cardenal Keith O’Brien ha sido informado por el Vaticano que debe abandonar el Reino Unido, por las preocupaciones de causar un mayor daño a la Iglesia Católica en Escocia.

Veremos cómo se procesa este trascendido y como sigue la historia de este Cardenal.

Amigos del clérigo han dicho que ha sido informado por Roma que debe dejar de lado sus planes para retirarse a una casa de campo propiedad de la iglesia en East Lothian y en lugar salir del país.

El Herald entiende que al cardenal O’Brien se le dio la noticia ayer por la tarde, tres días después de haber sido fotografiado moviendo sus pertenencias personales de su residencia oficial en Edimburgo a la residencia en Dunbar, donde había pasado los fines de semana regulares en los últimos años.

El párroco de Dunbar, Canon John Creanor, ha expresado malestar por el movimiento del Vaticano en contra de su «querido amigo».

Es la indicación más clara hasta ahora de la falta de voluntad de la Santa Sede para que la deriva de la admisión del cardenal de la actividad gay en las últimas décadas y las denuncias de abusos contra los clérigos en formación continúen dañando la Iglesia.

Las investigaciones también continúan por la reclamación efectuada por un sacerdote sirviendo en Lanarkshire de una «mafia gay» manejando seminarios en los años 1980 y nombrando figuras católicas importantes.

El Herald reveló el jueves que el arzobispo de Glasgow Philip Tartaglia estaba detrás de un recurso ante el Vaticano para intervenir después que cardenal O’Brien reapareció en Escocia esta semana.

El cardenal O’Brien sigue siendo el único cardenal en la iglesia católica de Escocia. Sin embargo, no está sin apoyo. Una fuente dijo anoche:

«El cardenal ha sido advertido de no trasladarse a la parroquia de Dunbar y se le ha dicho que debía abandonar el país. Eso es muy decepcionante y no es una manera cristiana de tratar a alguien. Hay claramente presión de dentro y de afuera y la Iglesia no muestra ninguna de unidad».

«La gente espera algún tipo de sentencia de cárcel para Keith O’Brien, o al menos el deseo de que él se retire a la vida monástica. Sin duda, sería conveniente para ellos. Personalmente, creo que es una forma atroz de tratar a alguien que ha estado cumpliendo sus responsabilidades».

Una petición reciente organizada por los feligreses de Nuestra Señora de Las Olas en Dunbar, mostró a más de 90% de los asistentes a la vigilia de sábado y la misa del domingo firmando una declaración de «nuestro apoyo y afecto por el cardenal Keith O’Brien».

Pero, mientras, el historiador profesor Tom Devine, dijo que el cardenal debía dejar los altos cargos de la Iglesia, dijo que estaba «todavía causando un daño inmenso».

Ayer, se reportó que el cardenal O’Brien, de 75 años, ha admitido que el escándalo había sido difícil y humillante. El ex arzobispo de St. Andrews y Edimburgo, se vio obligado por el Papa Benedicto XVI a retirarse después de admitir «conducta inapropiada» con cuatro sacerdotes y un seminarista.

Él fue citado diciendo:

«Sólo estoy tratando de hacer mi mejor esfuerzo para vivir una buena vida cristiana ahora. Muchas personas han estado ayudando a que vuelva por el camino correcto y eso es lo que tengo que hacer».

«He recibido el apoyo de muchos buenos cristianos y mucha gente de ninguna religión en absoluto que se dan cuenta que he dicho que lo siento a cualquiera que he ofendido. Si el cristianismo es acerca de algo, se trata del perdón. Eso es lo que tengo que hacer como sacerdote y cardenal – sólo perdonar al malhechor y ayudarle a volver al camino correcto».

«Ha sido bastante difícil, una experiencia muy humillante para mí. Es muy difícil para ellos [los hombres cuyas quejas llevaron a su retiro]. Es por eso que he pedido disculpas por ser un maestro que no ha sido capaz de estar a la altura de la la enseñanza de la Iglesia».

«Sabemos lo que va contra la ley de Dios. Por lo tanto, debemos tratar de vivir de acuerdo con la ley de Dios. Me he disculpado por mis fracasos en este sentido.»

Cuando se le preguntó acerca de cualquier investigación del Vaticano, dijo:

«Son los responsables míos en Roma los que deben contestar ese tipo de preguntas.»

Fuentes: The Herald Scotland, Signos de estos Tiempos


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Reconstrucción de lo que sucedió dentro del Cónclave que eligió al Papa Francisco [2013-03-17]

El proceso de alianza entre los cardenales.
Bergoglio era papable pero no estaba entre los favoritos. El favorito era Angelo Scola, preferido por los italianos y hasta para algunos cercanos a la cura romana, pero en conflicto con los principales de la curia, Bertone y Sodano. Esto debilitó a los italianos. Y luego ocurrieron otros incidentes.

 

 

Esto lo que emerge de las primeras reconstrucciones sobre lo ocurrido en la Capilla Sixtina, entre los cardenales reunidos para elegir al pontífice.

LOS FAVORITOS

Jorge Mario Bergoglio, si bien era mencionado como papable, especialmente por haber sido “finalista” contra Ratzinger en la elección del 2005, no estaba dentro de los favoritos para obtener el pontificado.

Previamente, los “grupos” de los purpurados parecían orientados en otra dirección. Odilo Scherer, Peter Erdo, Timothy Dolan, y Angelo Scola.

Angelo Scola, aparecía a priori como el gran favorito y por eso fue el gran derrotado, porque al final no contó con el apoyo de los partidarios de Bertone y Sodano,

En cambio el cardenal de Sao Paulo, Odilo Pedro Scherer, fue el gran rival de Bergoglio, representando los intereses de la curia romana según los comentaristas.

DOS CORRIENTES DE BASE

Desde el principio se enfrentaron dos corrientes en el cónclave:

– la extraeuropea (y sobre todo sudamericana) con la intención de sacar por primera vez el papado fuera del Viejo continente

y la curial y de los italianos, pero también del poderoso tándem de los enemigos y ahora aliados Bertone y Sodano, que eran irreductiblemente hostiles a Scola por antiguas envidias y rivalidades, y que buscaban un candidatio que pudiera reemplazar a Scola dentro de esa tendencia curial. 

Esto dio como resultado falta de unidad dentro de esta última corriente..

LOS PROBLEMAS CON SCOLA

Bertone no ha digerido nunca el consejo de Scola al Papa en un encuentro en Castel Gandolfo sobre su sustitución en la guía de la Secretaría de Estado, durante el vendaval por la gracia al obispo negacionista del holocausto Williamson

Por su parte, Sodano se ha encontrado en posiciones opuestas respecto a Scola en algunas partidas de poder por el control de instituciones católicas. Ruini mismo, incluso teniendo estima hacia Scola, no dio ninguna indicación de voto a su favor.

Ni siquiera entre los arzobispos residenciales italianos era total el consenso hacia Scola, y a ese punto no podía ser suficiente ni siquiera el consenso de numerosos electores europeos. Además entre los conclavistas cercanos a la Comunidad de Sant’ Egidio (por ejemplo, Sepe) no estaba bien vista la cercanía de Scola al un movimiento lejano de sus planteamientos como Comunión y Liberación.

Durante las últimas horas no habían faltado señales de que la candidatura fortísima de Scola fuera un gigante con pies de barro. De palabra, todos reconocían su excepcional estatura de obispo y de intelectual, pero luego, profundizando un poco, además de las frases de circunstancia, salían a flote distinciones y reservas.

Un creciente número de purpurados europeos y norteamericanos reprochaban a Scola sus relaciones políticas con dirigentes del grupo Comunión y Liberación, al cual estaba vinculado el arzobispo de Milán desde los tiempos del fundador don Giussani. Comunión y Liberación había presionado fuertemente sobre el Papa Ratzinger para que promoviera a Scola a la arquidiócesis más grande de Europa aunque era ya patriarca de Venecia. Lo lograron y fue todo dato en su momento de quien era indicado como eventual sucesor. Sin embargo, ahora se ve claro que estas maniobras terminaron desprestigiando la candidatura a Papa del cardenal.

DERROTA CURIAL

Todo parece confirmar una rotunda derrota del aparato curial, fruto de la división de los cardenales italianos, las luchas internas del pasado y los escándalos que motivaron la renuncia de Benedicto XVI.

Y sobre todo, en la medida que pasaba el tiempo, adquiría mayor fuerza la sugerencia a favor del “vuelo transoceánico” que hacía vacilar la oportunidad de replegarse sobre un pontificado italiano mientras gran parte del crecimiento de la Iglesia se está experimentando en Sudamérica, África y Asia.

“No puede estar siempre el pastor en el monte y el rebaño en el valle”, sintetizó un purpurado africano en una congregación.

Esta vez la progresión de votos hacia el purpurado argentino fue continua. A punto tal que en la segunda y tercera votación, el miércoles por la mañana, el apoyo de los cardenales norteamericanos fue lo que empujó las cotizaciones electorales de Jorge Bergoglio.

LOS ESTADOUNIDENSES

Poco antes de la puesta en marcha del cónclave, el «sodaniano» Lajolo había manifestado públicamente el fastidio de la Curia por el protagonismo de los cardenales estadounidenses.

Después de que los capos de la Curia obligaron a los norteamericanos a suspender sus conferencias de prensa cotidianas en el Colegio Americano de Roma antes del Cónclave, era inevitable que los once purpurados de la superpotencia consumaran una «vendetta».

En realidad, se supo después hubo un muy consistente lobby armado por Timothy Dolan, el arzobispo de Nueva York, para consumar la votación a favor de Francisco.

Esto fue arrastrando a la América Latina y a otros cardenales europeos, asiáticos y africanos.

EL PROCESO

La Stampa, maneja que ya desde el inicio Scola fue «traicionado» por sus compatriotas tras la primera ronda de votación, en la que, tal y como apunta Carlo Marroni en Il Sole 24 Ore, los votos estaban divididos entre Scola, el Cardenal canadiense Marc Ouellet y Bergoglio, levemente más atrás.

Sin embargo, al día siguiente el apoyo por Bergoglio creció, así como el de Scherer, una vez Scola vio cómo los votos que consideraban seguros -los más leales a Ratzinger- se dividían y, en su mayoría, apuntaban al hoy Papa Francisco.

LOS APOYOS DE BERGOGLIO

Así, Bergoglio habría comenzado a obtener apoyos desde la primera votación siendo el cardenal hondureño Oscar Andres Rodríguez Maradiaga su gran apoyo.

El cardenal de Tegucigalpa, quien ya fuera papable en 2005, fue junto al español Santos Abril, uno de los principales muñidores de votos a favor de Bergoglio, especialmente cuando los cardenales vieron que las pugnas entre los italianos iban a dejar a Scola fuera y, por tanto, era más que probable la elección de un Papa americano.

En ese momento, se intentó que no fuera cercano a la Curia, como podrían serlo Scherer o Ouellet.

EL DESINFLE DE SCHERER

Del otro lado, el partido de la Curia Romana fue centrado por la desconfianza y hostilidad de la mayoría de los cardenales. Fue decisiva, en la última congregación preparatoria de los cardenales antes del Cónclave, la reacción negativa que causó un informe del Secretario de Estado de Benedicto XVI, el cardenal Tarcisio Bertone, que defendió a la Curia y a la gestión del IOR, el banco del Papa envuelto en una sucesión de gravísimos escándalos.

Sólo cuatro purpurados salieron en defensa de Bertone. Uno de ellos fue otro favorito en los papeles, el arzobispo de San Pablo, el cardenal brasileño Odilio Scherer.

Ese testimonio en favor de la gestión del IOR, a despecho de las acusaciones reiteradas por maniobras de corrupción, incineraron ipso facto sus aspiraciones papales y Brasil se quedó sin lograr su sueño.

LA ABDICACIÓN DE SCOLA

¿Cuándo se introdujo el elemento de novedad que impuso otra dirección al Cónclave?

Parece que un momento decisivo fue la comida del miércoles 13 en la residencia de Santa Marta, después de los dos escrutinios de la mañana que habían producido una “fumata” negra.

Al fin de la mañana Scola, según lo que refieren algunas fuentes, podía contar con un paquete de unos 50 votos. No poco, pero tampoco suficientes para decir que las cosas estaban cocinadas, considerando que el quórum era de 77. El riesgo era de un bloqueo. La situación peor que los purpurados querían absolutamente evitar, también para no dar al mundo la imagen de una Iglesia que no logra encontrar el acuerdo y a elegir el propio pastor.

En ese almuerzo el propio Scola habría decidido sumarse al respaldo que el argentino venía teniendo desde el primer momento.

En este punto el mismo Scola habría hecho claramente saber, conversando con los otros cardenales durante la comida, de no quererse convertir en una “candidatura de división” y habría invitado a “trabajar por la unidad”.

Cuando Scola dio un paso atrás, la hipótesis de Bergoglio – un hombre no joven, capaz de seguir la tradición, pero con anticonformismo y novedad – logró inmediatamente capturar sobre sí los votos necesarios, acogida con gran entusiasmo también por los cardenales estadounidenses.

Angelo Scola entonces habría voluntariamente dado un paso atrás, aún después de haber totalizado un buen número de votos la mañana, recorriendo los mismos pasos que en el 2005, durante el precedente Cónclave, recorrió Jorge Bergoglio cuando se hizo a un lado para dejar el espacio a Joseph Ratzinger.

LA HIPOTESIS GEOPÓLITICA ACTUANDO

Vittorio Messori asegura que él ya había dado un nombre, y sólo uno, como candidato: Jorge Bergoglio, y que su amigo y compañero periodista Michelle Brambilla (con el que escribió «Razones para creer») es testigo de que dio sólo ese nombre.

¿Por qué estaba Messori tan seguro? Porque creía que los cardenales votarían por criterios geoestratégicos. Así, su artículo se titula «Decisión geopolítica, como Wojtyla«.

Una opción geopolítica habría sido China. Igual que un Papa polaco agilizó la caída soviética, un Papa chino (como el obispo de Hong Kong) habría hecho lo mismo en Pekín, «en la capital de la superpotencia del futuro».

«Pero la Iglesia nunca tiene prisa», señala, y «el turno de China vendrá probablemente en un próximo Cónclave cuando, como sucede en todos los régimenes totalitarios, el sistema comience su declive, se habrá debilitado y estará preparado para el golpe de gracia».

Así que en este Cónclave la otra gran emergencia venía de América, el continente católico por excelencia.

Messori lo maneja así:

Sudamérica abandona el catolicismo al ritmo de miles de hombres y mujeres cada día. Existen otras cifras que atormentan a los episcopados de aquellas tierras: desde el inicio de los años ochenta hasta hoy, América Latina ha perdido casi una cuarta parte de sus fieles.

¿Adónde van? Entran en las comunidades, sectas, iglesias de los evangelistas, los pentecostales que, enviados y sostenidos por los grandes financiadores americanos, están llevando a cabo el viejo sueño del protestantismo de los Estados Unidos: terminar con la superstición «papista» también en este continente. Hay que añadir que los grandes medios económicos de los que disponen los misioneros atraen a los muchos desheredados de aquellas tierras y les inducen a entrar en comunidad, donde todos son sostenidos económicamente también.

Pero también está el hecho de que las teologías políticas de los decenios pasados, predicadas por curas y monjes convertidos en activistas ideológicos, han alejado del catolicismo a aquellas masas deseosas de una religiosidad viva, colorida, cantada, danzada. Y precisamente en esta clave el pentecostalismo interpreta el cristianismo y atrae riadas de tránsfugas del catolicismo.

Por tanto, los padres del Cónclave probablemente habrían valorado la urgencia de una intervención, según un programa propuesto y gestionado por la misma Roma, tomando posesión como Papa uno de este Continente. Aunque la hemorragia viene sobre todo de Brasil y de la América andina: pero, si tenía que ser un Papa sudamericano, 

¿Por qué un argentino, un arzobispo de un país menos afectado tocado por la fuga a las sectas?: probablemente, ha jugado un papel el hecho de que el cardenal Bergoglio (aparte de la alta calidad del hombre, la preparación teológica, la experiencia) es al mismo tiempo iberoamericano y europeo. 

Además, para:

un reordenamiento de la Curia, era necesario un hombre que supiera afrontar ciertas situaciones vaticanas. En resumen, no ha sido la mía una predicción, sino simplemente un razonamiento.

Fuentes: Vatican Insider, La Stampa, Il Sole 24 Ore, Signos de estos Tiempos

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Las lágrimas de la Virgen conocen el humo de Satanás y nos advierten [2013-03-07]

El texto de este artículo se ha subsumido en este otro artículo que le da un redondeo mas acabado.

 

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Catolicismo Hemeroteca SdeT Interna NOTICIAS Noticias 2011 Pedofilia Polémicas Sacerdotes

La Iglesia no se vino abajo con los escándalos de pedofilia porque tiene un fundamento sobrenatural [2011-07-02] SdeT

Una entrevista con mons. Scicluna, el hombre que desde hace diez años colabora con Joseph Ratzinger en la lucha anti-pedofilia.

Para entrar en donde trabaja, con un grupo restringido de colaboradores, es necesaria una tarjeta magnética. Nadie diría que detrás de aquella puerta de madera clara que se asoma al patio interno en el primer piso del palacio del Santo Oficio, estén custodiados los expedientes sobre los casos más escabrosos y desagradables, los de los abusos en contra de menores perpetrados por sacerdotes y religiosos.

Mons. Charles J. Scicluna, el «promotor de justicia» de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el hombre que desde hace casi una década está al lado de Joseph Ratzinger en la lucha contra la “suciedad” en la Iglesia, no tiene el aspecto de un inquisidor: es cordial, sonriente, directo, para nada clerical.

«Nací en Toronto en 1959 hijo de malteses que habían emigrado a Canadá. Pero, antes de cumplir un año de edad regresé con mi familia a Malta y crecí ahí…». Scicluna se interrumpe. «Beh… crecer, crecer, ¡no tanto!», añade, refiriéndose a su estatura.

A 19 años, después de haber iniciado a estudiar jurisprudencia en la universidad, decide entrar al seminario. «Formaba parte desde hacía muchos años a la “Legio Mariae”, recitaba el rosario cada día, hacía apostolado, pero quería ser abogado». El arzobispo de Malta, tras un par de años, permite que su seminarista complete también sus estudios en leyes en el ateneo laico. Una decisión que se revelará preciosa en el curriculum de Scicluna, obligado a convertirse también, un poco, en detective: «Se ve que el Señor tenía sus planes…».

Ordenado sacerdote en 1986, se fue a estudiar a Roma, en donde obtuvo la licenciatura en derecho canónico en la U. Gregoriana con el profesor Navarrete (futuro cardenal), y su director de tesis fue el estadounidense Leo Burke (también futuro cardenal). Los superiores lo notaron inmediatamente. «Querían que permaneciera en Roma, en la Signatura apostólica, pero el arzobispo me volvió a llamar a Malta, en donde durante cinco años enseñé en la universidad, hice el ‘defensor del vínculo’ en las causas de nulidad matrimonial, trabajé en la parroquia».

En 1995 las insistentes peticiones que llegaban desde Roma vencieron todos los obstáculos y Scicluna fue nombrado «promotor de justicia sustituto» en la Signatura apostólica, el tribunal supremo del Papa. «En 2001, tras la publicación del motu propio con el que Juan Pablo II asignaba a la Santa Sede todos los procesos por los abusos de menores, el cardenal Ratzinger debía instituir el nuevo tribunal. Y, entonces, no se imaginaba, lamentablemente, todo lo que habría tenido que trabajar», explica Scicluna.

El mons. maltés se convierte también en un estrecho colaborador del futuro Papa y, en 2002, es nombrado «promotor de justicia» del ex Santo Oficio. Gracias a las nuevas normas se desempolvan todos los fascículos pendientes. Se vuelven a abrir averiguaciones y, finalmente tras dos años, la Congregación comienza a indagar al fundador de los Legionarios de Cristo, el padre Marcial Maciel. «Nació un entendimiento muy bello, el cardenal Ratzinger, que no tenía una formación canonística, confió en mí».

Su rostro se vuelve serio cuando escucha la pregunta sobre lo que significó en su vida haber tenido que ver con estos escándalos tremendos: «Comprendí que si la Iglesia no se vino abajo a pesar de los escándalos, fue justamente porque tiene un fundamento sobrenatural. No se puede explicar de otro modo».

«La Iglesia, continúa Scicluna, considera entre sus tesoros más preciados la inocencia de los niños, y el liderazgo de Benedicto XVI ha sido y es fundamental. Ha tenido el coraje para decir: “aquí nos hemos equivocado, aquí tenemos que cambiar…”». Justo a esto se refería Razinger en la ya famosa meditación del Via Crucis del viernes santo de 2005, cuando habló de la «suciedad» en la Iglesia: «Aquellas palabras provenían de tres años de estudiar los casos de abuso, se tenía la conciencia de la necesidad de ver a la cara los pecados del clero».

Hace algunos días, al presentar un seminario internacional dedicado a la lucha contra la pedofilia clerical, que se desarrollará en la U. Gregoriana en febrero de 2012, Scicluna usó palabras fuertes, al afirmar que las violencias contra menores por parte de religiosos son un «abuso de poder espiritual». «Sí, es cierto, añade el prelado maltés, existe una diferencia específica entre el abuso cometido por un laico y el de un sacerdote. El religioso se permite cometer estos actos en cuanto sacerdote, contra víctimas que confían encontrar en él al “buen pastor”». El rostro de Scicluna se obscurece todavía más y se tiñe de dolor. «Si el abuso lo ha cometido un sacerdote, la huella en las víctimas permanece mucho más impresa, hay una confianza espiritual que se destruye, una fe que se asesina».

Le preguntamos al «promotor de justicia» si el cambio de mentalidad que pidió Benedicto XVI se está convirtiendo en una realidad al interno de la Iglesia. «Según yo, dice con un hilo de voz, el cambio de mentalidad es posible sólo para aquellos que tienen el coraje de encontrarse con las víctimas de los abusos, de acogerlas, de escuchar sus experiencias. Si no se hace, se puede haber leído de todo, puede uno estar preparadísimo, pero no se logra comprender hasta el fondo el drama que implican estos tremendos pecados. Hay una reacción, una rabia en las víctimas de los sacerdotes que no se encuentra en otros casos, porque toca la profundidad del alma».

Es por ello, revela Scicluna, que los obispos que participarán en el seminario de febrero de 2012 tendrán que haber visitado a las víctimas de religiosos pedófilos en sus respectivos países antes de llegar a Roma. «Es una experiencia traumática que cambia la vida, como me sucedió a mí. Gracias a Dios, a las normas más severas y al crecimiento de una nueva conciencia estos casos están disminuyendo notablemente con respecto al pasado. Debemos continuar acercándonos a las víctimas, que han sido tratadas durante mucho tiempo como víctimas de la Iglesia y que son, en cambio, personas heridas en el alma; hay que ayudarlas y acogerlas para que lo que han sufrido no se repita».

Scicluna se levanta, acompaña a su huésped fuera de la oficina, en el portal, hasta el ascensor. Una bocanada de aire a la luz del sol caliente del junio romano, antes de sumergirse de nuevo entre los papeles que describen el abismo de los pecados más turbios.

UNA ESTRATEGIA GLOBAL PARA LA CRISIS DE LA PEDOFILIA

En febrero, en Roma, un gran simposio destinado a los obispos para reflexionar y escuchar las mejores prácticas para prevenir y curar las “heridas” de los abusos en contra de menores

Es justamente para ayudar a los obispos y superiores de las órdenes religiosas de todo el mundo que la Pontificia Universidad Gregoriana, con la ayuda de otros dicasterios vaticanos, está organizando un simposio que se desarrollará en febrero de 2012 en el prestigioso ateneo de los jesuitas. Se titula “Hacia la curación y la renovación” y tendrá al menos 200 participantes, entre obispos y superiores. Los objetivos principales son analizar todos los aspectos –pastorales, jurídicos, psicológicos y teológicos– de la crisis y, publicando on-line las “best practices”, prevenir y curar los abusos.

Por ello la necesidad de que la Iglesia elabore una respuesta eficaz y coherente frente a la crisis: «No es posible distinguir entre la protección de los menores y el bien común de la Iglesia y de la comunidad cristiana». Para mons. Scicluna la respuesta adecuada debe pasar por los caminos de la educación y de la justicia: educación, en primer lugar del clero, pero también de toda la “base” cristiana, que debe aprender a reconocer y denunciar los signos del abuso. Fundamentalmente, también los procesos de “atención” y de reconocimiento de las víctimas por parte de la Iglesia, a menudo etapa fundamental en el proceso de curación de los individuos y de la comunidad. Una de las conferencias del simposio tendrá como tema la voz de las víctimas, y una de ellas hablará ante los obispos.

En cuanto a la “justicia”, mons Scicluna recordó que el abuso contra menores no es solo un pecado, sino un tanto un delito según la ley canónica como un crimen civil y penal: por ello el imperativo, expresado en la “Carta”, de observar escrupulosamente las leyes locales en términos de denuncia de las noticias de abusos por parte de sacerdotes y obispos. Un imperativo, especificó Scicluna, que no se debe limitar a la obediencia “literal” de la ley, sino que debe también seguir paso a paso los desarrollos de la jurisprudencia.

Fuente: Alessandro Speciale y Andrea Tornielli para Vatican Insider


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Wikileaks revela las tensiones entre el Vaticano y los curas brasileños [2011-07-01] SdeT

La situación es delicada sobre todo después del «caso Recife” del 2009. La preocupación de la Santa Sede está concentrada en la crisis de la disciplina eclesiástica, el crecimiento de la Iglesia evangélica y la influencia de la teología de la liberación entre los jóvenes sacerdotes.

Wikileaks revela que el Vaticano estaba preocupado por la conducta de los sacerdotes brasileños sobre el celibato. Y así se vuelve a abrir una cuestión extremadamente delicada para la Santa Sede, sobre todo en relación con el espinoso tema de los sacerdotes brasileños (y sudamericanos) cercanos a la teología de la liberación y de las tensiones con Roma de la cual es prueba clamorosa el caso Racife, es decir la controversia sobre el aborto de la madre-niña.

Según los documentos relativos a Wikileaks, el Vaticano ha manifestado su preocupación por el comportamiento de los sacerdotes brasileños, fundamentalmente su indiferencia y porque no observan la regla del celibato eclesiástico. La fuente citada por el diplomático estadounidense es un prelado brasileño, oficial de la Secretaría del Estado. Monseñor  Stefano Migliorelli estrecho colaborador del cardenal Tarcisio Bertone, que informó al embajador de los Estados Unidos, Francis Rooney, que el viaje de Benedicto XVI en 2007 nacía de la alarma por la situación de la Iglesia católica local.

«Monseñor Migliore se lamenta de que el nivel de preparación de los sacerdotes brasileños es muy bajo y que en muchos casos no se respetan los  principios de la disciplina clerical (por ejemplo el celibato eclesiástico…)», evidencia el documento preparado por el diplomático Francis Rooney para la administración americana. En otro pasaje del informe elaborado en el 2007, se afirma que  la crisis sacerdotal, la disminución de la vocación y la indisciplina del clero en América Latina son mucho peor que en los Estados unidos.

La Santa Sede, siempre según el informe estadounidense, da voz de alarma por el crecimiento de las iglesias evangélicas en Brasil y en América del Sur. A juicio de la Secretaria del Estado Vaticano, Brasil y América latina deben ser consideradas como una «tierra de misión» en la cual es necesario «recomenzar desde cero» y «el clero debe ser formado nuevamente» para frenar el avance de las Iglesias evangélicas. Una situación preocupante, por lo tanto, esa que denuncia el eclesiástico Migliorelli al diplomático estadounidense Rooney.

EL CASO RECIFE

Hace dos años y medio la tensión entre la Santa Sede y el episcopado brasileño alcanzó el nivel de alerta. El causante de la tensión fue el «caso Recife».

La Iglesia debe respetar la profesionalidad de los médicos incluso cuando hacen intervenciones que parecen contradecir las leyes eclesiásticas como en el caso de la niña de 9 años violada y obligada a abortar en Brasil porque el embarazo ponía en peligro su vida. La excomunión de la madre y los médicos es «un juicio que pesa como una hacha y hace parecer a la Iglesia insensible».

El 14 de marzo de 2009 en el “Observatore Romano”, el entonces presidente de la Pontificia academia por la vida, Rino Fisichella estigmatizó la posición adoptada por el arzobispo de Recife, José Cardoso Sobrinho, que una semana antes había anunciado la grave sanción canónica contra quién había provocado la interrupción del embarazo, a pesar de que la niña, embarazada de gemelos corría el riesgo de morir. Un caso que ha suscitado clamor en el mundo entero y una dura protesta por parte del presidente Lula en contra de la «Iglesia menos correcta que la medicina». «Antes de pensar en la excomunión era necesario y urgente salvaguardar la vida inocente de la niña y reportarla a un nivel de humanidad en el cual nosotros hombre de Iglesia deberíamos ser expertos predicadores y maestros», sostuvo el arzobispo Fisichella.

El enfoque equivocado por el arzobispo brasileño, añadió el ministro vaticano de la bioética, «por desgracia sufre la credibilidad de nuestra enseñanza que aparece a los ojos de muchos como insensible, incomprensible y sin piedad». Es cierto que «la pequeña Carmen llevaba dentro de sí otras vidas inocentes como la suya, aunque si eran fruto de la violencia, y han sido suprimidas, sin embargo no es suficiente para un juicio que pesa como un hacha». Además, reconoce el ministro vaticano Fisichella, «debido a su cortísima edad y sus condiciones de salud precarias su vida estaba en serio peligro por el embarazo y ninguno llega a una decisión de este tipo con desenvoltura, es injusto e ofensivo sólo pensarlo». Sin embargo, pocas horas después de la excomunión, la Curia definió «justa la excomunión a quién ha provocado el aborto».

Pleno apoyo en el Vaticano al arzobispo de Recife que terminó en la mira de la autoridad civil por la excomunión que había llegado del cardenal Giovanni Battista Re. «Es un caso piadoso pero el verdadero problema es que los dos gemelos eran personas inocentes, tenían el derecho a vivir y éste no podía ser suprimido – comentó en caliente el entonces ministro vaticano de los obispos y presidente de la Pontificia comisión por América Latina-. La vida va siempre tutelada, por lo tanto el ataque a la Iglesia brasileña está injustificado».

La interrupción voluntaria del embarazo «es siempre una supresión de una vida inocente», precisó Re y «por el código de derecho canónico quién practica o colabora directamente en el aborto cae “ipso facto” en la excomunión, la Iglesia ha siempre defendido la vida y debe continuar haciéndolo sin adaptarse a los humores de la época o la oportunidad política». Para corregir el curso, sin embargo, intervino el Presidente de la Academia Pontificia para la Vida. «El debate sobre estos temas – dijo el arzobispo Fisichella – es a menudo estrecho y las diferentes perspectivas no siempre permiten considerar lo grande que es lo que está en juego. Es el momento de mirar lo esencial y de fijarse en los ojos de Carmen, violada por su padrastro». Por lo tanto no había necesidad de que el obispo usase «tanta urgencia y publicidad en el declarar un hecho (la excomunión) que se activa automáticamente».

Carmen «debía ser en primer lugar defendida, abrazada, acariciada con dulzura para hacerla sentir que estábamos todos con ella, todos sin distinción». Fisichella subrayó que «el aborto provocado ha sido siempre condenado por la ley moral como una acto inherentemente malo y esta enseñanza se mantiene sin cambios hasta nuestros días desde el comienzo de la Iglesia» y técnicamente, el Código de derecho canónico usa la expresión «Latae sententiae» para indicar que la excomunión se lleva a cabo precisamente en el momento en el que ocurre el suceso.

Por lo tanto advierte el arzobispo Fiscella, no había necesidad de retirarle la comunión públicamente. De lo que se sentía que había urgencia era sin embargo, «la proximidad de sufrimiento y un acto de misericordia». Ya dos días después la Conferencia de los obispos brasileños dio marcha atrás diciendo que la niña y los médicos no habían sido en realidad excomulgados porque habían actuado para salvar una vida. «El respeto que se le debe a la profesionalidad del médico –escribió Fisichella – es una regla que debe involucrar a todos y no puede allanar el camino para una opinión negativa sin antes haber considerado el conflicto que se ha creado en su corazón». Cierto, algunos, «se habitúan a las situaciones así y no sienten más emociones»; en estos casos, sin embargo, «la elección de ser médico viene degradada solamente a una profesión sin entusiasmo y con pasividad. Generalizar no sería solo incorrecto, sería injusto».

LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y LA “NORMALIZACIÓN” DEL JESUITA JON SOBRINO

Otro nervio descubierto entre la relación con la Santa Sede y América Latina es la relación con la Teología de la liberación, una escuela de pensamiento teológico que se desarrolló sobre todo en América latina y que en el curso de los años ha asumido cada vez más una connotación política, a menudo inspirada por la revolución socialista. Un «compromiso histórico» entre cristianismo y marxismo, orientado hacia los pobres, para los cuales desde la Santa Sede no han faltado nunca los intentos de normalización.

En marzo de 2007 la Congregación para la doctrina de la fe (ex Santa Oficina) definió contrarias a la doctrina católica dos obras de Jon Sobrino, jesuita salvadoreño considerado uno de los padres de la teología de la liberación. Los libros bajó acusación son «Gesù Cristo liberatore – Lettura storico teologica di Gesù di Nazareth», (“Jesucristo liberador –Lectura histórica teológica de Jesús de Nazaret”) de 1991 y «La fede in Gesù Cristo» (“La fe en Jesucristo”) del 1999. Se trata de la primera expulsión de este tipo de la Congregación desde la elección de Benedicto XVI. Cuando Joseph Ratzinger era obispo de Munich financió la traducción al alemán de la tesis doctoral de Sobrino.

La decisión de examinar los textos del teólogo jesuita, que junto con Leonardo Boff y padre Casaldalilga es uno de los mayores exponentes de la Teología de la liberación, fue tomada en 2001, (cuando era el propio Ratzinger quién dirigía la Congregación). Entre las afirmaciones de Sobrino juzgadas como «peligrosas» están aquellas que ponen en duda puntos cruciales de la fe, como la divinidad de Jesucristo, la encarnación del Hijo de Dios, la relación de Jesús con el Reino de Dios, su autoconciencia y los valores de su muerte. Las críticas del Vaticano a Sobrino son el haber dado demasiado valor a la componente histórica de la figura de Jesús separándola de su dimensión divina

«Sobrino es un hombre que ha vivido de cerca la experiencia dramática de su pueblo, por esto ha tendido a desarrollar una “cristología desde abajo” y ha cultivado una sintonía espiritual profunda con la humanidad de Cristo», ha comentado la notificación de la Congregación para la doctrina de fe el director de comunicación del Vaticano, padre Federico Lombardi. «Sin embargo, la insistencia de Sobrino sobre la solidaridad entre Cristo y el hombre no se debe quedar en la sombra o subestimar la dimensión que une a Cristo con Dios».

Fuente: Giacomo Galeazzi para Vatican Insider


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