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Al Final Mi Inmaculado Corazón Triunfará


corazonCuando hablamos de triunfo simultáneamente hablamos de batalla. Triunfar significa ganar una batalla.

La Virgen Santísima en esta gran batalla que libramos hoy, batalla a la que el Santo Padre Juan Pablo II, le llama la cultura de la muerte, que no solo incluye la destrucción de la vida humana, sino también la destrucción del alma, nos ofrece su Corazón como refugio seguro, pero a la vez, nos indica que en estos tiempos en particular, Dios ha querido que el triunfo sea adquirido por Ella: “dile a todo el mundo, que grandes gracias vienen a través del Corazón Inmaculado de María” y “que Dios ha confiado al Inmaculado Corazón, la paz y la conversión del mundo”.(Beata Jacinta).

Cuando Lucia, pregunta a Jesús, porque la conversión de Rusia será fruto de la Consagración de esta al Inmaculado Corazón, el Señor respondió: «Porque quiero que se vea claro que ese triunfo es del Inmaculado Corazón de María y así se extienda el culto y la devoción al Inmaculado Corazón junto a la devoción a Mi Sagrado Corazón».

La Virgen Santísima nos habla en Fátima de una batalla que se libra en estos tiempos que incluye la perdida generalizada de la fe, perdida de muchas almas, guerras, destrucción, pero después de todo la peor guerra es la de la perdida de la fe, pues el Señor nos dice: “no tengan miedo a los que matan el cuerpo, sino a los que matan el alma”.

La peor muerte es la del alma que pierde la fe, se aleja de Dios, de su amor y sus mandatos, se hunde en una vida de pecado, corriendo el riesgo de la condenación eterna, o sea de la muerte eterna.

 

¿Por qué la Santísima Virgen batalla contra el mal?

Desde el inicio de las Escrituras (Genesis 3) hasta el final (en Apocalipsis 12), se nos revela a la Santísima Virgen en enemistad y en batalla contra Satanás, sus secuaces y sus obras.

Genesís 3,15- “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza, mientras acechas tu su calcañar”. Apocalipsis 12: “un gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza…. Apareció otra señal: un dragón rojo….. quiere devorar a su Hijo en cuanto naciera…. Y la mujer huyo al desierto… El dragón persiguió a la mujer, pero se le dieron a la mujer las dos alas del águila grande para volar al desierto…. Entonces despechado contra la mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús”.

La Virgen Santísima juega un papel importantísimo en la batalla espiritual desde la rebelión de Lucifer. Cuando Dios creó a Lucifer (la estrella de la mañana- portador de luz) creó a una magnífica criatura que participaba de su libertad y poder. Cuando Lucifer y sus ángeles se rebelaron con un grito “no serviré”, fue precisamente por el anuncio del futuro evento de la Encarnación: Dios se haría hombre nacido de mujer por el poder del Espíritu Santo. Dios reveló su plan que salvaría al hombre del pecado. Los ángeles tendrían que servir al Dios hecho hombre, a su Madre y a todos los redimidos. Esto lo consideró una humillación y se rebeló junto con sus seguidores, fueron expulsados del cielo. Satanás se hizo desde ese momento portador de oscuridad, rebelión, mentira, orgullo y soberbia. Enemistado con Dios para siempre, enemistado con la mujer que traería al mundo al Dios hecho hombre y enemistado con todos los seguidores de Cristo de quienes Ella es Madre espiritual.

“En el designio salvifico, el misterio de la Encarnación constituye el cumplimiento sobreabundante de la promesa hecha por Dios a los hombres después del pecado original, después de aquel pecado cuyos efectos pesan sobre toda la historia del hombre en la tierra. Viene al mundo el Hijo, el “linaje de la mujer” que derrotará el mal del pecado desde su misma raíz. La victoria del Hijo de la mujer no sucederá sin una dura lucha, que penetrará toda la historia humana. “La enemistad” anunciada en el comienzo es confirmada en el Apocalipsis, libro de las realidades últimas de la Iglesia y del mundo. María, está situada en el centro mismo de aquella “enemistad” de aquella lucha que acompaña la historia de la humanidad en la tierra y la historia misma de la salvación… En esta historia María, sigue siendo una señal de esperanza futura» (S.S Juan Pablo i.e., a.m. #11) .

La Virgen Santísima es la respuesta de Dios a Lucifer. Ella es la nueva estrella de la mañana que nos trae la luz verdadera, la portadora de la salvación, de la Palabra encarnada, el Arca de la Alianza. La gran señal que apareció en el cielo vestida del sol: revestida de la luz de Cristo. Con la luna bajo sus pies (luna que simboliza el tiempo, bajo sus pies).

Ella tiene autoridad, ejerce dominio sobre el tiempo, es su patrona. Ella aunque vivió en el tiempo, es superior a las vicisitudes del tiempo y no es condicionada por el, o sea, tiene el poder dado por Dios, para aplastar las batallas que se dan en los tiempos específicos). Coronada: partícipe del poder real de su Hijo (Ella es reina de cielos y tierra). Con doce estrellas: simboliza el triunfo de la Iglesia en María.

La respuesta de María: «he aquí la esclava del Señor» respuesta perfecta al grito de Lucifer: «no serviré».

La respuesta de María a Isabel (alabanza, humildad, servicio y misericordia) oposición directa a Satanás que busca su gloria propia, su autonomía. Que es orgulloso, egoísta y lleno de odio y acusación.

Por la cooperación perfecta de María al plan salvífico de Dios desde la Anunciación hasta la Cruz, ella con su “fíat”, participa de ese “aplastar la cabeza de Satanás”. Y la descendencia de María, que es Cristo y el talón que son los hijos espirituales de María, aplastan la cabeza de la serpiente, o sea, la raíz del pecado: el orgullo.

La raíz de la batalla es el pecado. María, tiene poder sobre el demonio y vence su obra destructora, al Ella haber sido creada Inmaculada en virtud de la futura redención de su Hijo. Ella por ser Inmaculada, no tuvo nunca pecado original ni personal, o sea, Satanás nunca tuvo poder sobre ella, ni su mente, ni corazón, ni acciones. Es por eso, que nuestra Madre, nos llama con urgencia a la conversión auténtica, a la renuncia al pecado, indiferencia, incredulidad y rebeldía que hay en el hombre de hoy…. Ella siempre batalla como buena Madre en esta hora decisiva para la humanidad, hora en que se juega la salvación eterna de tantas y tantas almas, incluso de la nuestra.

¿No son todas las apariciones de la Virgen, intervenciones directa de Nuestra Madre, en un momento para prevenir y proteger a la Iglesia y a la humanidad de los peligros que la falta de conversión pueden ocasionar con consecuencias trágicas? ¿No son las apariciones de la Virgen, interferencias a las obras y trampas del demonio, renovando la fe y la oración? Ella siempre se coloca, como buena Madre en la defensa de sus hijos, entre el demonio y los hombres, para contrarrestar los efectos oscuros y pecaminosos de su acción diabólica.

Si en toda la historia de la Iglesia, hemos visto estas intervenciones evidentes e interferencias de la Santísima Virgen en defensa de sus hijos, batallando y triunfando contra el demonio, en estos últimos siglos, la hemos estado viendo intervenir como nunca antes. Esto se entiende a la luz de lo que dijo San Luís de Montfort: a medida que pase el tiempo la batalla se intensificará.

San Luís María Grignion de Montfort: “Dios ha hecho una enemistad irreconciliable que durará y crecerá hasta el fin del mundo y es entre María, su Santísima Madre y el demonio; entre los hijos y servidores de la Virgen, y los hijos y súbditos de Lucifer; de modo que el más terrible de los enemigos de Satán que Dios ha suscitado es María, su Santísima Madre, a la que dió, desde el mismo paraíso terrestre, aunque todavía no estuviese más que en su idea, tanto aborrecimiento a este enemigo de Dios, tanto arte para descubrir la malicia de esta antigua serpiente, tanta fuerza para vencer, abatir y aplastar a este orgulloso monstruo, que la teme más que a todos los ángeles y todos los hombres, y en cierto sentido más que al mismo Dios

 

El enemigo mas terrible que ha suscitado Dios contra Satanás es María. ¿y porqué?

1-Porque Satanás, que es tan orgulloso, sufre infinitamente mas al verse vencido y castigado por una sencilla y humilde esclava de Dios, y la humildad de la Virgen lo humilla mas que el poder divino.

2-Porque Dios ha concedido a María un poder grande contra los demonios. (lo vemos en exorcismos, en obras marianas). Este poder es por su inmaculada concepción y porque nunca pudo el demonio hacerla participar en el reino de la oscuridad a través del pecado.

3-Lo que Lucifer perdió por orgullo lo ganó María con su humildad. Lo que Eva perdió por la desobediencia, lo ganó María por su obediencia. Eva al obedecer a la serpiente, se hizo causa de perdición para sí y para todos sus hijos; María al permanecer siempre fiel a Dios, se convirtió en causa de salvación para sí y para todos sus hijos y servidores consagrándonos al Señor.

María descubrirá siempre la malicia de la infernal serpiente y sus tramas infernales, desvanecerá sus diabólicos consejos y librará a sus fieles servidores, hasta el fin de los tiempos, de sus crueles garras. El poder de María sobre todos los demonios resplandecerá particularmente en los últimos tiempos en que Satanás pondrá acechanzas a su calcañar, es decir, a los humildes esclavos y a los pobres hijos que María suscitará para hacer guerra al infierno”. (Tratado de la verdadera devoción # 52 y 53)

 

¿Es necesario el triunfo del Inmaculado Corazón?

Satanás es el príncipe de este mundo, al ser un ángel poderoso, ha tenido poder sobre las sociedades, naciones y eventos. Ese poder fue roto por la muerte y resurrección de Nuestro Señor y esa salvación esta disponible a nosotros, la Iglesia. Tenemos la victoria, en Cristo, pero la batalla por acoger y vivir esta victoria continua en cada generación hasta el final de los tiempos. Es precisamente en esta batalla de la humanidad de hoy, de los hijos de Dios y de la Iglesia, contra Satanás y sus secuaces, que la Virgen Santísima viene en nuestro auxilio como capitana de las grandes batallas de Dios, para ayudarnos a alcanzar la victoria que en su corazón es plena y real.

Aparición en Fátima el 13 de Julio de 1917: “visteis el infierno a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que les voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz….. habrán guerras, hambre y persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirla vendré a pedir la Consagración de Rusia a mi Inmaculado CORAZÓN y la comunión reparadora de los primeros sábados. Si se atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz, si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones contra la Iglesia. Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas….. De pronto el horizonte se presenta sombrío….y después surge un rayo brillante de luz y de esperanza: “Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará.“

En este mensaje de Fátima, nuestra Señora ha querido despertarnos la conciencia de que estamos en una batalla que envuelve naciones, sociedades y reinos, y cada individuo que en ellos reside. “No podemos negar la existencia de fuerzas en la sociedad que actúan con hostilidad hacia la Iglesia. Todas estas cosas manifiestan la obra sutil del príncipe de este mundo y del misterio de la iniquidad aún en nuestros días”. (Sínodo de obispos, 1985- Final Relatio #14)

La clave de la estrategia de Satanás en nuestros tiempos ha sido el ateísmo, la corrupción de la fe y la secularización total de la humanidad. Gradualmente, Rusia, como lo anunció la Virgen en Fátima, ha esparcido sus errores, no solo a nivel político, sino y más importante, esparciendo a nivel espiritual, su ateísmo, materialismo y secularismo humanista, reduciendo al hombre a la sola creencia en el mundo visible, y en desear ponerlo bajo su control sin necesidad de Dios. También, la Iglesia, la fe y las Escrituras han estado bajo ataque directo de una “religión conformada con el mundo” (no hablo de sus técnicas, sino de la doctrina) o “de imposturas religiosas”, “falsos conceptos de la religión”, “falsos conceptos de Iglesia”. “Muy frecuentemente los hombres engañados por el Maligno, se hicieron necios en sus razonamientos y trocaron la verdad de Dios por la mentira, sirviendo a la criatura en lugar del creador” (Lumen Gentium #16)

Podemos deducir con claridad que la batalla mayor de estos tiempos que encierra todas las que se libran hoy es: CRISIS DE FE. Tenemos una crisis de fe: porque no se cree en Dios, ni en su Palabra, una falta de obediencia a Dios que se ha revelado a sí mismo y que ha revelado también la Verdad. Falta de fe, que se traduce en una vida cuyo fin es terreno, no celestial; y también se niegan los valores sobrenaturales. En la Carta Apostólica de Su Santidad Juan Pablo II, Tertio Millennio Adveniente, leemos: “De hecho, no se puede negar que la vida espiritual atraviesa en muchos cristianos un momento de incertidumbre que afecta no solo la vida moral, sino incluso a la oración y a la misma rectitud teologal de la fe. Esta, ya probada por el careo con nuestro tiempo, está a veces desorientada por posturas teológicas erróneas, que se difunden también a causa de la crisís de obediencia al Magisterio de la Iglesia”.(# 36)

El Santo Padre nos está diciendo que nuestra fe está siendo probada en estos tiempos porque el error ha entrado en todas las áreas de nuestra vida: espiritual, moral y doctrinal. Debido a esta crisís de fe, las mentes se han oscurecido y las conciencias están desorientadas y confundidas. El pecado ya no se llama por su nombre, y es por esto que vemos tanto caos, orgullo intelectual, rebeldía, búsqueda de la verdad fuera de Dios y definiendo la verdad de acuerdo a la interpretación personal de cada uno y a las circunstancias. Hay también una fascinación por lo oculto y por el movimiento de la Nueva Era. Y toda esta confusión también podemos observarla, incluso, algunas veces en los círculos religiosos.

Es por esto que es necesario el triunfo de su Inmaculado Corazón, porque cuando la Iglesia libra una batalla como la de nuestros tiempos, la Madre viene en auxilio, a socorrernos y llevarnos al desierto (Apocalipsis 12: escondernos en su corazón, alimentándonos con su fe firme, su disposición a la Palabra, su obediencia a la revelación de Dios. Formándonos con su mediación maternal, con sus enseñanzas, sus direcciones y consejos. Y cuidándonos del maligno, defendiéndonos en esta guerra por nuestras almas, manteniéndonos cerca guardados en su corazón, donde el demonio no puede entrar, ni robarnos. “No tengas miedo, mi Inmaculado Corazón será tu refugio y tu camino seguro para llegar a Dios” (La Virgen a Lucía)

Es evidente, que en estos tiempos, y podría decir que de forma urgente, es necesaria una poderosa victoria de la Santísima Virgen sobre el mal: el triunfo del Inmaculado Corazón, triunfo de la gracia sobre el pecado, de la luz sobre las tinieblas, de la verdad sobre el error, de la santidad sobre la corrupción, de la paz sobre la guerra y la violencia.“Es necesario el triunfo del Inmaculado Corazón de María para salvar la humanidad, mostrando a Jesús, fruto bendito de su vientre” (S.S.Juan Pablo II: Ángelus, 8 de Julio de 1984).

S.S. Juan Pablo II cita al Cardenal August Hlond, que al morir dijo: “la victoria si llega llegará por medio de María”. Mientras entraba en los problemas de la Iglesia universal, al ser elegido Papa, llevaba en mí una convicción semejante: que también en esta dimensión universal, la victoria, si llega, será alcanzada por María. Cristo vencerá por medio de Ella, porque El quiere que las victorias de la Iglesia en el mundo contemporáneo y en el mundo futuro estén unidas a Ella” (Cruzando el Umbral de la Esperanza, página 236)

El triunfo del Inmaculado Corazón, es también el triunfo de la Iglesia. “Traerá la nueva primavera de la Iglesia» que el Santo Padre nos habla en Tertio Milenio Adveniente: «resurgir la fe, brillará la Iglesia, triunfará el Corazón de Cristo”.

 

¿En qué consiste este triunfo?

La reconquista espiritual de todo el mundo. O sea, que nuestros corazones regresen a su Hijo, que vuelvan a pertenecerle a El, y su Corazón Inmaculado es el camino seguro y, perfecto para llegar al Corazón de Cristo. Ella, como madre nuestra, quiere hacer todo lo posible, para regresarnos al camino de su Hijo, por llevarnos a Él, por revelarnos al único Salvador y Señor. Ella quiere enseñarnos el camino que hemos perdido: el amor, la fe, la conversión, la vida de los sacramentos, los valores morales, los valores familiares, la obediencia y fidelidad a Dios y a sus mandamientos.

”La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, para así poder devolverlos a Dios. Es por ello que debemos reconocerla por lo que ella es y someternos a ella y a su reinado, el cual es todo amor y ternura” (San Maximiliano Kolbe)

Siempre debemos pensar en el triunfo de la Santísima Virgen en término de destrucción del pecado, de sus estructuras y de las consecuencias del pecado. Precisamente se trata del triunfo del Corazón Inmaculado, porque la batalla se libra en el corazón de los hombres, que se han endurecido, se han alejado de Dios y han dado cabida a la oscuridad y al pecado, al mundo, la carne y el demonio. Ella, en cuyo Corazón se vive en plenitud el triunfo Redentor de Cristo, nos quiere hacer participes de esa victoria, manifestando a cada uno de nosotros y a las naciones todas, el triunfo de Su Corazón, el triunfo de la gracia sobre el pecado, del amor sobre el egoísmo, de la paz sobre la violencia, de la fe renovada por el Espíritu Santo sobre el ateísmo, de la amorosa devoción sobre la indiferencia y la frialdad, de la verdad de la revelación sobre la mentira, las herejías y falsa religión.

 

¿Cómo se dará este triunfo? ¿Cuáles son los medios?

“Las palabras de Fátima, con el fin del siglo, parecen acercarse a su cumplimiento” (JPII).

Este triunfo va abriéndose paso a través de diversos actos significativos y se realizará en la historia a través de nuestra respuesta a la obra de nuestra Madre en estos tiempos, a nuestra fiel obediencia a sus peticiones y direcciones. Además, se dará por el sacrificio de los apóstoles de los tiempos modernos (los hijos de María, los amantes y adoradores de la Eucaristía, los fieles al Papa), que siguiendo las huellas de los doce después de Pentecostés, con su mismo espíritu de entrega hasta el martirio por la fe, de sangre si tal fuere el designio de la misericordia de Dios, o por lo menos moral, se mantendrán firmes en su testimonio de oración, penitencia, amor, paz, fidelidad a la verdad en la difícil hora presente.

 

¿Cuando y de qué manera?

Quizás esto pertenece a la tercera parte del secreto, que a su tiempo se patentizará mejor. No sabemos exactamente el como ni el cuando, pero sabemos los medios que la Santísima Virgen nos esta dando para que promovamos y aceleremos este triunfo. En el mismo mensaje de Julio 13, Ella nos lo dice: “para impedirla (batalla espiritual y crisís de fe) vendré a pedir la Consagración de Rusia a mi Inmaculado CORAZÓN y la comunión reparadora de los primeros sábados. Si se atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá una era de paz”

1- Consagración y Reparación.

Consagración que es entregarnos, confiarnos al Corazón de Nuestra Madre. Dejarnos formar, moldear, guiar y enseñar por Ella. Es llenarnos de sus disposiciones interiores y participar de sus gracias. Es guardarnos dentro de Ella, para ser protegidos en esta ardua lucha que libramos contra las fuerzas del mal.

Es pertenecerle a Nuestra Santísima Madre, es ser reclamados como cosa y posesión suya, lo cual debilita el poder de Satanás sobre nosotros que quiere perdernos, alejarnos de Dios y condenarnos.

Sabemos que las almas que se entregan a Ella completamente y sin reservas llegan a comprender mucho mejor quien es el Señor Jesús y los misterios de Dios. La Madre de Dios no puede llevarnos a ningún lugar excepto a Nuestro Señor, a Su Iglesia y a Su Magisterio. Los apóstoles de estos tiempos, se forman en el Inmaculado Corazón, igual que después de la resurrección, durante esa persecución, los apóstoles estaban con María Santísima.

Ponernos el servicio de Ella: «Deseamos ser perfectos instrumentos de la Inmaculada y ser totalmente guiados por Ella, en perfecta obediencia»(San Maximiliano Kolbe).

Es importante, mas que nunca, darla a conocer y hacer que muchos la amen y se consagren a Ella. “Jesús quiere utilizarte para darme a conocer y hacerme amar” (La Virgen Santísima a Lucía)

La Consagración no es simplemente una oración o un acto de devoción, es un compromiso, un estilo de vida, de obediencia, humildad, servicio incondicional, apertura a los demás, capacidad de silencio, purificación, etc.

Todo acto de consagración, atrae y actualiza el triunfo del Inmaculado Corazón. El acto de Consagración del mundo según JUAN PABLO II, se ordena al triunfo final del Corazón Inmaculado, profetizado en Fátima. Porque cuando nos consagramos la aceptamos como Madre, Maestra y Reina, y la invitamos a ejercer toda su misión espiritual en nosotros. Podríamos deducir que el triunfo del Inmaculado Corazón se ha ido tejiendo poco a poco con una serie de eventos cruciales para la vida de la Iglesia de este siglo: apariciones, movimientos marianos, consagraciones, JUAN PABLO II y la Consagración de 1984, la caída de las estructuras políticas marxistas que impedían la libertad de fe y religión, el Año Mariano, la beatificación de los niños de Fátima, la renovación de consagración del mundo y la Iglesia en Octubre del 2000.

De manera a veces, extraordinaria, pero generalmente de formas mas sutiles, estamos viendo la intervención clara y directa de Nuestra Madre renovando la fe enfriada y confundida, llamándonos a la vida de oración, penitencia, amor y adoración a la Eucaristía, Reparación, sacramentos, rezo del Santo Rosario y fidelidad a la fe de la Iglesia.

Junto con la consagración, la reparación. El 10 de Diciembre de 1925, se le apareció a Sor Lucía, la Santísima Virgen con el niño Jesús. Le dijo el niño: “ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas, que los hombres ingratos le clavan sin cesar; sin que haya nadie que haga un acto de reparación para arrancárselas.”

Inmediatamente dijo la Santísima Virgen: «Mira hija mía, mi corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú al menos procura consolarme».

Elementos de la Comunión Reparadora de los primeros sábados:
1- Rezo del Santo Rosario meditado (adentrarnos en los misterios de Nuestra Redención)

2-Sacramento de la Reconciliación y examen de conciencia (estrategia de conversión y arrepentimiento)

3-Recibir la comunión en reparación por nuestros pecados y los pecados del mundo y las ofensas a su Corazón Inmaculado.

4-Adoración al Santísimo Sacramento (estar ante la presencia de Cristo para adorarle, amar, creer, por los que no lo adoran, aman, y creen). La reparación atrae misericordia.

 

2. El Santo Rosario

En cada una de las apariciones de Fátima, Ella pide “recen el rosario”, ¿por qué? Arma poderosa contra la crisís de fe. “Es la fe contenida en una mano”. Todos los misterios principales de nuestra salvación y Redención están contenidos en los misterios del rosario (Profundizar la fe en espíritu de oración).

Grandes Batallas se han vencido con el Rosario: Santo Domingo, Lepanto (octubre 7, 1571); Brasil (1964); El Papa Pío IX: “denme un ejercito de personas que rezan el rosario y conquistare el mundo”.

Después de cada decena se nos ha pedido recitar: «Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, conduce todas las almas al cielo, especialmente las que mas necesitan de tu misericordia”.

Las grandes batallas de Dios en su pueblo, las ha librado la Virgen María, viniendo en nuestro auxilio y dirigiéndonos en medio de la tribulación: (Juan/Cruz) (Santiago con Pilar) (Guadalupe) (Covadonga) (Lepanto) (Polonia) (Rusia)… Como el pilar o columna de Genesís 13, 21-22, de nube durante el día, y la columna de fuego durante la noche precedía a los israelitas en el desierto para enseñarles el camino, y nunca dejó de ocupar su lugar en frente del pueblo, la Virgen Santísima es el nuevo pilar o columna, que se revela a Santiago y le deja un pilar en los inicios del cristianismo, y también revelada en tiempos mas recientes en el sueño de San Juan Bosco. Ella va delante de la Iglesia y de cada uno en tiempos de confusión y batalla, llevándonos seguros al Corazón de Jesús.

Ella siempre intervendrá en la historia de los hombres. Dios le ha dado poder para ello. La historia de Ester: En Fátima la Virgen trajo un detalle particular en su vestido: una estrella. Esto nos hace comprender la misión esencial de la Santísima Virgen en esta aparición. Ester significa estrella. Para ello vamos al libro de Ester: la reina interviene para salvar al pueblo de la trampa y exterminio del enemigo. El enemigo mas bien es exterminado, logra el favor del Rey, quien reversa toda la acción del enemigo hacia el mismo.

 

El triunfo del Inmaculado Corazón es progresivo y se va dando paso a paso

Hemos visto como fruto de la consagración del mundo y Rusia, la caída de las estructuras políticas que impedían la fe. Pero, esto no significa que el mundo de hoy es un mundo creyente. En 1991: cuando el Santo Padre visita Fátima: “Estoy conciente que el espíritu detrás del comunismo no está muerto, y se corre el peligro de remplazar el marxismo con otra forma de ateísmo, que exaltando la libertad tiende a destruir las raíces de la moralidad humana y cristiana. Las nuevas condiciones de los pueblos y de la Iglesia son todavía peligrosas e inestables. Por eso Madre, revela tu amor a cada uno de tus hijos y a las naciones, pues te necesitamos”.

Que nos quiere decir el Santo Padre: que la Santísima Virgen ha logrado ya la primera etapa de la batalla, derrumbar un sistema estructurizado con poder político, pero todavía hay mucho que derrumbar, todos los errores que esparcío el materialismo, insubordinación, rebeldía, violencia, opresión, ateísmo, un mundo sin Dios, sin apertura a sus misterios, disensión de la verdad, secularismo. O sea, falta alcanzar que cese la crisis de fe y sus consecuencias, dentro de la Iglesia y en el mundo, en los corazones, en las familias y en las naciones enteras. En este mismo mensaje de Fátima: “Portugal no perderá la fe”…. y después viene el secreto….que significa que hay naciones que sí la perderán? Falta vencer todavía la crisis de fe: Con esta victoria, se cumplirá la totalidad de la promesa: “Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará” y vendrá un tiempo de paz.

“La actual crisís mundial y la interna de la Iglesia, en el fondo pondrán de manifiesto una gran verdad oculta a los ojos: la de la humanidad que se sentirá impotente para resolverla por sí misma, a pesar de la técnica y el progreso. Entonces en el fondo de su pobreza, sentirá la necesidad de unirse a Dios a modo de exigencia vital. Tal será el momento decisivo para el triunfo del Inmaculado Corazón.”

Ahora bien, el fruto de este triunfo será la era de paz. ¿Porqué era de paz? Porque al triunfar su corazón, ella la Reina de la paz nos hará partícipes de la paz que en su corazón reside. Paz que es fruto de su total comunión de amor con Cristo, paz que recibe de Él por la unidad perfecta de ambos corazones. Paz que ella posee por su perfecta armonía con la voluntad de Dios y sus designios.

 

Trabajar por ese triunfo

“Aquellos que se entregan completamente a la Inmaculada arderán con un amor tan poderoso que les hará prender ese fuego a todo lo que esta a su alrededor y causar que muchas almas ardan con ese mismo amor. Así conquistarán el mundo entero y cada alma en particular para la Inmaculada. Esto lo harán lo mas pronto posible.” (San Maximiliano Kolbe)

La consagración personal y la vivencia auténtica: derrumba las estructuras de pecado que existen en nuestros corazones. Primero, tenemos que hacer que ella triunfe en nuestros corazones y así va a ir triunfando en la sociedad.

“Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Virgen Santísima, y por ella, para el Sagrado Corazón de Jesús. Esas almas llegarán a amar al Sagrado Corazón mucho mejor y mas profundamente de lo que lo han hecho hasta ahora. A través de su amor incendiará el mundo y lo consumirá” (San Maximiliano Kolbe).

Creo que debemos reconocer la seriedad del momento, y cuanto depende de nuestra respuesta la hora que vivimos. Su Inmaculado Corazón triunfará, que bello sería sabernos instrumentos aunque sea pequeñísimos de ese triunfo. En Fátima (la última noche): “vayan y sean apóstoles de mi Inmaculado Corazón».

O sea, debemos responder al llamado de Nuestra Madre, a los medios que nos da para alcanzar el triunfo de su Corazón Inmaculado, y debemos mas que nunca darla a conocer, hacerla amar y utilizar los medios que ella nos da para nuestra conversión y la era de paz.

Ana Catalina Emmerick (mística del principio del siglo XIX) nos dice: “Vi volar por la superficie del cielo un Corazón resplandeciente de una luz roja, del cual partía una estela de rayos blancos que conducían a la llaga del Costado de Jesús. Esos rayos atraían a ellos un gran número de almas, que a través del Corazón y la estela luminosa, entraban al Costado de Jesús. Se me explicó que ese Corazón era el de María”.

Por Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM

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El mensaje de María Corredentora en Akita y su complementariedad con el Movimiento del Dogma

El Padre Thomas Aquinas Yasuda es considerado como la máxima autoridad del mundo en cuanto al Mensaje y a las apariciones aprobadas por la Iglesia de Nuestra Señora de Akita, Japón. El Padre Yasuda ha sido el director espiritual de la visionaria, Sor Agnes Sasagawa de Nuestra Señora, la cual es cálidamente conocida como la “Fátima del Oriente”. El siguiente artículo fue leído en la Conferencia Internacional de Vox Populi Mariae Mediatrici, en Roma, Mayo 31, 1997…

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En Abril 22, 1984, el Obispo John Shojiro Ito, el ordinario local de una diócesis donde ocurrieron las apariciones Marianas, emitió una carta pastoral en la cual autorizaba la veneración de la Santa Madre de Akita. En la carta pastoral, el Obispo Ito declaró la autenticidad sobrenatural de tres mensajes Marianos a una monja Japonesa, o sea los mensajes de un ángel y otros eventos misteriosos desde 1973 en un convento en Akita, al norte de Japón. Akita pertenece a su diócesis.

Su sucesor ordinario local, el Obispo Francisco K. Sato, ha continuado la autorización de su predecesor en cuanto a la veneración de la Santa Madre de Akita. Gracias a la autorización de estos dos obispos diocesanos para la veneración de la Santa Madre de Akita, peregrinos de todas partes -algunos 50 países- han llegado hasta el convento de las apariciones en los últimos 13 años. Las peregrinaciones continúan hasta el día de hoy.

Aquí, me gustaría llamar su atención al hecho de que Akita, Fátima y Lourdes tienen un decisivo desarrollo Providencial —un ordinario local declaró en una carta pastoral la verdad sobrenatural de la aparición Mariana. En Lourdes, el Obispo Bertrand Laurence lo hizo el 18 de Enero de 1862; en Fátima, el Obispo José de Silva emitió su carta pastoral el 13 de Octubre de 1930; y en Akita, el Obispo Ito hizo lo mismo en 1984.

Los misteriosos eventos en Akita se centran principalmente en una estatua de madera de la Santísima Virgen María en el convento de las Doncellas de la Santa Eucaristía. La estatua está de pie sobre un globo con una cruz parada detrás de su cuerpo. La estatua extiende ambas manos ligeramente hacia abajo. La estatua fue tallada por un escultor Budista Japonés, Saburo Wakasa, quién usó una pequeña tarjeta de la imagen de “La Señora de Todos los Pueblos” de Amsterdam como su modelo.

La talló hace unos 30 años y agregó las características faciales de una típica mujer Japonesa a la imagen de la Señora de Todas las Naciones.

La estatua derramó lágrimas por primera vez el 4 de Enero de 1975. Era un Sábado en la mañana. La segunda y tercera ocasiones de lágrimas ocurrieron en la tarde y en la noche del mismo día. La última lacrimación, la número 101, ocurrió el 15 de Septiembre de 1981, o sea en la festividad de los Siete Dolores de la Santísima Madre María.

El número “ciento uno” de los 101 episodios de lacrimaciones, tiene un profundo significado que explicaré después.

Soy un sacerdote católico que he presenciado con mis propios ojos, casi todos los 101 episodios de lacrimaciones de la estatua, exceptuando tres de esos ellos. El Obispo John Ito me nombró director espiritual de este convento en 1974 —un año antes de que comenzaran las lacrimaciones-.

Cada vez que la estatua lloraba, alguien me notificaba y me llamaban para ir a la escena. En todas las ocasiones de mis encuentros con estos incidentes, les pedí a los testigos que rezaran cinco décadas de los Misterios Dolorosos del Rosario en frente de la estatua que lloraba. En todas las ocasiones en que quedaban lágrimas en la estatua después de haber terminado el rezo conjunto del rosario, yo juntaba las lágrimas con cotonetes. Estos cotonetes, junto con etiquetas indicando la fecha de cada lacrimación, han sido conservados como una preciosa evidencia sólida, y se guardan dentro de un recipiente de madera con una tapa de vidrio.

El porqué la estatua derramaba lágrimas, había permanecido como una pregunta sin respuesta durante varios años. Algunas personas interpretaron las lacrimaciones como la advertencia de la Santísima Madre en contra de los pecados de los hombres modernos. Desde el inicio de esa serie de lacrimaciones, yo había pensado que pudiera haber una profunda relación entre las lágrimas de la estatua y el hecho histórico de que la Santísima Virgen María había llorado en el Calvario, cuando vio a su Divino Hijo Jesucristo redimir a la humanidad por medio de Su sangriento sacrificio en la Cruz.

En 1981, un misterioso evento me enseñó que Dios hizo que la estatua llorara para enseñarle a la Iglesia Católica Romana la verdad de la Corredención por la Santísima Virgen María llamando la atención de la Iglesia a los sufrimientos y lágrimas de María al pie de la Cruz. Me ha sido dada esta comprensión después de que un ángel explicara el profundo significado de las 101 lacrimaciones de la estatua a sor Agnes Katsuko Sasagawa, una de las monjas en el convento. Sor Agnes inmediatamente corrió a mi oficina para contarme el mensaje angélico después de la aparición.

El mensaje y las lágrimas constituyen revelaciones privadas. Aquellos que recibieron el mensaje y fueron testigos de los misteriosos eventos no tienen la tarea de definir o promulgar una doctrina o dogma de la fe. Sin embargo, no significa que el mensaje y las lágrimas puedan ser ignoradas. Este mensaje relacionado con la Corredención y las lágrimas de la estatua de la Santísima Virgen María tienen el mismo profundo significado que las apariciones Marianas en Lourdes en 1858.

Cuando el Papa defina y promulgue al mundo la Corredención de la Santísima Virgen María como un dogma de fe, entonces los verdaderos creyentes Católicos de todo el mundo, aceptarán estas revelaciones privadas en Akita como eventos invaluables por medio de los cuales Dios explicó la verdad de la Corredención, igual como han aceptado las apariciones Marianas en Lourdes.

En Lourdes, Bernadette Soubirous fue testigo de como la Santísima Virgen María emitió una luz esplendorosa de su majestuosa figura en la gruta de Massabielle, un total de dieciocho veces. Dios le enseño a la Iglesia Católica Romana, a través de las experiencias de Bernadette, que esta esplendorosa figura de la Santísima Virgen en sí misma significa su Inmaculada Concepción, además de las mismas palabras de la Santísima Madre: “Yo soy la Inmaculada Concepción.”

No obstante que el dogma de la Inmaculada Concepción había sido promulgado al mundo por el Papa Pío IX cuatro años antes de las apariciones, el contenido del dogma permaneció como un tema difícil de entender y aceptar en los corazones de los laicos Católicos ordinarios. Como resultado de esto, el dogma no podía entrar en los corazones de los Católicos creyentes del mundo, aún después de varios años de su promulgación ex-cátedra.

Entonces, Dios envió a la Santísima Virgen María a Lourdes como un gran regalo divino para todos los creyentes Católicos. Hoy, sabemos que muchas estatuas con la imagen de la Santísima Virgen María en Lourdes han sido colocadas en muchas iglesias Católicas en todo el mundo para festejar la divina intervención en 1858.

Estos desarrollos sugieren que el Dogma de la Inmaculada Concepción no hubiera podido ejercer su efecto favorable de reforzar la fe de los laicos ordinarios si las apariciones Marianas en Lourdes no hubiesen ocurrido y por lo tanto no hubiesen influido profundamente en esos laicos. Estas apariciones les han ayudado a los laicos ordinarios a entender este dogma, y la fe de cada creyente se ha incrementado por su mayor entendimiento del dogma.

En términos generales, aun si un dogma es promulgado como una verdad de fe por un Papa, la verdad sigue siendo difícil de entender desde el punto de vista de los creyentes Católicos ordinarios. El Apóstol Pablo dijo en su carta a los Romanos (12:6), “Nuestros dones difieren de acuerdo a la gracia que se nos ha dado. Si tu don es la profecía, entonces úsalo de conformidad con las enseñanzas de la fe.”

Aquí San Pablo le enseña a la Iglesia Católica que la verdad del contenido de una profecía o mensajes de una supuesta aparición, pueden y deben ser juzgados al examinarlos para ver si corresponden con los dogmas y las doctrinas Católicas. Esto es porque las expresiones de los dogmas son enunciados por los seres humanos bajo la inspiración del Espíritu Santo.

Lo que San Pablo dijo aquí se aplica a Lourdes, donde Dios hizo los arreglos para que el dogma de la Inmaculada Concepción fuera explicado de una manera que pudiera ser entendido por los creyentes Católicos ordinarios al relacionar el difícil dogma a esas apariciones Marianas.

Como todos Ustedes ya saben, nuestro Santo Padre, el Papa Juan Paulo II, en varias ocasiones ha hecho alusión a la Corredención de la Santísima Virgen María a través de su encíclica Redemptoris Mater y de las explicaciones en sus audiencias generales, aun cuando todavía no lo define y promulga como dogma.

Si los creyentes Católicos de todo el mundo llegasen a entender que los 101 episodios de lacrimaciones de la estatua de la Santísima Virgen María en Akita significan su Corredención, entonces podrían entender y aceptar el próximo dogma de la Corredención en sus corazones con más facilidad, igual como las apariciones Marianas en Lourdes les ayudaron a los creyentes a entender el dogma de la Inmaculada Concepción.

La verdad de la Corredención contiene un sutil detalle teológico. Por lo tanto, es difícil que los Católicos ordinarios entiendan la verdad.

Es realmente sorprendente que Dios haya revelado ésta difícil verdad en Akita en una forma fácilmente entendible para los creyentes ordinarios Católicos, o sea, al hacer que la estatua derramara lágrimas que simbolizan sus sufrimientos maternos en el Calvario, los cuales ofreció al Padre Celestial como Corredentora al dar su total consentimiento a la inmolación de su Divino hijo Jesús en la Cruz.

La voluntad de Dios era que María sufriera junto con Jesús de conformidad con Su eterno plan de Salvación. Fue aun más doloroso para María el consentir a la inmolación de su Hijo que su muerte física. Ella ofreció sus sufrimientos a Dios, por lo tanto actuando de conformidad con el plan de Dios para la salvación de la humanidad.

Claro está, nadie debe interpretar que la Redención de Jesús y la Corredención de María están al mismo nivel de valor. San Pablo dice en su Primera Carta a Timoteo (2:5-6), “Porque hay un solo Dios, y hay un solo mediador entre Dios y la humanidad, El mismo un hombre, Jesucristo, quién se sacrificó a sí mismo para pagar el rescate de todos los hombres.”

Se deben entender las diferencias esenciales entre la Redención de Jesucristo y la Corredención de María, teniendo presente las diferencias ontológicas entre las personas de Jesús y de María. La Divina Persona de Jesucristo, quién asumió una naturaleza humana, ofreció Su cuerpo al Padre Celestial como el Sacrificio y sufrió en Su carne humana y alma para redimir a la humanidad.

En ese momento, María, observando el sacrificio de su hijo desde el pie de la Cruz, dio el pleno consentimiento a la inmolación y ofreció a su amado hijo al Padre Celestial, en base a la persona humana de María. En verdad, María padeció dolores espirituales muy agudos cuya intensidad está más allá de la imaginación de cualquier ser humano. Dios llamó nuestra atención a los sufrimientos de María al hacer que la estatua en Akita derramara lágrimas.

Ninguna sabiduría humana podrá llegar a comprender la profundidad del abandono de María en el amor de Dios, que hizo que mostrara una profunda obediencia al Padre Celestial como Su doncella, desde el momento de la Anunciación hasta el momento de la Redención por su hijo Jesús en la Cruz.

Su primera acción pública como especial cooperadora del Redentor registrada en las Escrituras, fue la presentación del niño Jesús a Dios en el Templo, en el cuadragésimo día después del nacimiento del Redentor de acuerdo con la Ley del Señor. Entonces, ofreció al niño Jesús a Dios y en silencio, expresó su voluntad para consentir a la futura inmolación de su hijo, desde el punto de vista de Su madre.

Entonces, el justo y anciano profeta Simeón, le profetizó el misterio de su misión como Corredentora: “Éste, está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción —¡y a ti misma una espada te atravesará tu alma!”. (Lc 2:35).

the messages of Our Lady of Akita

 
 

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El significado más profundo de las Lágrimas de la Estatua de Nuestra Señora de Akita

El 15 de Septiembre de 1981, alrededor de las dos de la tarde, la estatua de la Santísima Virgen María derramó lágrimas por la ocasión número 101. Un total de 65 personas, incluyéndome a mí (Padre Thomas Aquinas Yasuda), fuimos testigos ese día. Las lágrimas nos llegaron a todos al corazón, especialmente porque ese día era la festividad de los Siete Dolores de la Santísima Virgen María. Ninguno de los presentes podía prever, sin embargo, que Dios había deseado que este episodio fuera la última lacrimación de la estatua….

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El treceavo día a partir de esa fecha, o sea el 28 de Septiembre, Sor Agnes sintió la presencia de un ángel a su lado durante sus oraciones silenciosas frente a la Sagrada Eucaristía expuesta, lo cual se daba después del rezo del Rosario junto con las hermanas en la capilla.

Sor Agnes no vio Al ángel en persona en esa ocasión. Pero la misteriosa visión de una hermosa y majestuosa Biblia rodeada por una luz celestial surgió delante de ella. El ángel le dio instrucciones para que leyera una pasaje de las Escrituras. En una página abierta de la Biblia, reconoció la referencia: Versículo 15, Capítulo 3 del Génesis. Entonces, oyó la voz del ángel que le decía, en la forma de un preámbulo, que había una profunda relación entre este pasaje y las lágrimas de la Santísima Virgen María.

El ángel continuó diciendo, “Hay un profundo significado al número 101 con los 101 episodios de las santas lacrimaciones de la estatua de la Santísima Virgen María. Esto significa que el pecado entró al mundo a través de una mujer y que es también a través de una mujer que la gracia de la salvación entró al mundo. El cero, que está entre los dos ‘unos’, significa Dios que existe desde toda la eternidad hasta la eternidad. El primer ‘uno’ representa a Eva, y el último ‘uno’ representa a la Santísima Virgen María.”

Entonces el ángel le dio otra vez instrucciones para que volviera a leer el Versículo 15 del Capítulo 3 del Génesis, y le dijo, “Le debes transmitir este mensaje al sacerdote Católico que te ha dado la guía espiritual.” Entonces el ángel se fue. Al mismo tiempo desapareció la visión de la Biblia.

Después de la adoración de la Santa Eucaristía, Sor Agnes corrió a mi oficina y me pidió que verificara el pasaje. Abrí la Biblia y encontré el pasaje que tiene el anuncio profético de Dios a Satanás. “Enemistad pondré entre tí y la mujer, entre tu linaje y su linaje: Ella te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañal.”

Fue por medio del mensaje del ángel, quién citó el Versículo 15 del Capítulo 3 del Génesis, que se pudo entender el profundo significado de las lágrimas de la Santísima Virgen María.

Esto significa que las lágrimas de la estatua resultaron del objetivo Divino de llamar la atención de todos los Católicos Romanos a los sufrimientos de María al pie de la Cruz como Corredentora. Las lágrimas milagrosas fueron creadas por Dios para enseñarle a toda la Iglesia Católica Romana que la Santísima Virgen María sufrió y lloró como la Madre de Jesucristo en su noble acto de Corredención, cuando dio su pleno consentimiento a Su inmolación.

Cuando nuestra Santísima Madre María observó a Jesús crucificado para redimir a la humanidad, consintió al sacrificio de su Hijo y ofreció a su Hijo al Padre Celestial. Sus intensos sufrimientos espirituales (a la luz del evento de perder a su amado Hijo Jesús), sin embargo, hizo que derramara lágrimas de sus ojos físicos. De todas maneras, la Santísima Madre María soportó los sufrimientos.

Las lacrimaciones de la estatua de la Santísima Madre María en el Convento en Akita es igual a las experiencias misteriosas de Santa Bernadette, quién fue testigo de la visión de María la Inmaculada Concepción en la gruta de Massabielle.

He oído que muchas estatuas de María derramaron lágrimas en diversos sitios alrededor del mundo. Pero el significado de ninguna de estas lacrimaciones ha sido explicado por medio de la referencia de un ángel a las Escrituras.

En Akita, Dios relacionó las lágrimas de la estatua de la Santísima Virgen María con el próximo dogma de la Corredentora, al hacer que las mismas lágrimas significaran el próximo dogma con anticipación.

En este sentido, las lágrimas fueron una Divina profecía mística del dogma. Si confirmamos que el significado de los 101 episodios de las lacrimaciones de la estatua puede ser claramente explicado por las palabras de las Escrituras, entonces podemos concluir que las lacrimaciones son realmente Revelaciones Divinas y que tienen un origen sobrenatural celestial.

Para confirmar esto, examinemos la profunda Cristología del Apóstol San Pablo en su carta a los Romanos, en la cual San Pablo, inspirado por Dios, identificó a Jesucristo como el nuevo Adán. San Pablo escribió, “Por tanto, como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. (Romanos 5:12).

“Adán prefiguró al que había de venir. El don mismo [de la Redención] sobrepasó por mucho a la caída. Si es cierto que por la caída de un hombre murieron muchos, es aún más cierto que la gracia divina, que venía por un hombre, Jesucristo, les llegó a muchos como un abundante don gratuito. Los resultados del don también sobrepasaron los resultados del pecado de un hombre.” (Romanos 5:15-16)

Debido a que la verdad del contraste entre el viejo Adán y el nuevo Adán, Jesucristo, fue explicado por San Pablo, es natural concluir que San Pablo estaba también consciente de un contraste similar entre la antigua Eva y la nueva Eva, María, la Madre de Dios.

Esto es porque el pecado de Adán tiene relación con el pecado de Eva, quién tentó a Adán para desobedecer la orden de Dios. Es evidente que la gracia de la Redención de Jesucristo, el Redentor, vino al mundo de acuerdo al plan de Dios, quién quiso que Jesús naciera de María, la Inmaculada Concepción, la Nueva Eva.

Ahora, consideremos una analogía entre la Cristología de San Pablo y la explicación del ángel acerca de la misión de nuestra Santísima Madre María, dada a Sor Agnes para nosotros. El ángel dijo: “Hay un profundo significado al número 101 de los 101 episodios de las santas lacrimaciones de la estatua de la Santísima Madre María. Esto significa que el pecado entró en el mundo por una mujer y que es también por una mujer que la gracia de la salvación entró en el mundo…. El primer ‘uno’ representa a Eva, y el último ‘uno’ significa la Santísima Madre María.”

San Pablo comparó al nuevo Adán, Jesucristo, el Redentor, con el viejo Adán, un pecador. En el mensaje de Akita en 1981, Dios quiso que el ángel revelara el contraste entre la antigua Eva, quién tentó a Adán para que pecara, y la nueva Eva, nuestra Santísima Madre María, quién dio a luz al Salvador.

Los 101 episodios de las lacrimaciones de la estatua significan esta verdad: Dios integró a María como una parte inseparable de Su plan de Redención desde toda la eternidad.

Siempre que la Hermana Agnes tenía encuentros con eventos sobrenaturales que no podían ser explicados como fenómenos naturales —ya sean mensajes de la Santísima Madre o del ángel— la hermana, antes que nada, reportaba dichos eventos al Obispo John Ito o a mi mismo,
solicitando guía espiritual.

En ninguna ocasión la Hermana Agnes anunció ella misma esos eventos al público. Cuando recibió el mensaje más importante que explicaba el significado de los 101 episodios de lágrimas de la estatua, también reaccionó de la misma manera.

La autenticidad sobrenatural de las lágrimas de la estatua de la Santísima Madre María fue sustanciado y corroborado por otros dos milagros objetivos.

Uno de ellos, es la curación milagrosa de un cáncer cerebral en 1981 de una ama de casa de Corea del Sur, la Sra. Teresa Chun Sun Ho. La Sra. Chun había entrado en coma a causa de los tumores cerebrales que la redujeron a una existencia meramente vegetativa. Sus parientes, familiares y amistades le rogaron a la Santísima Madre María de Akita que curara a la mujer encamada colocando la fotografía de la estatua de las lágrimas junto a la almohada. Entonces, una visión de la Virgen María, que era exactamente la misma imagen que la de la Santísima Madre María de Akita, se le apareció a la Sra. Teresa Chun a la medianoche del 4 Agosto, en medio de la coma.
Entonces, quedó totalmente curada. Los radiografías de su cerebro —tomadas en el Hospital de San Pablo en Seoul— certifican la total desaparición del cáncer de su cerebro.

Después de la curación, la Sra. Teresa Chun declaró: “La Santísima Madre María de Akita, quién tenía un cordero blanco en sus brazos, se me apareció, cuando estaba encamada, y exhaló sobre mi frente tres veces. Vi que la lana del cordero se movía y agitaba debido a las fuertes exhalaciones de la Santísima Madre.”

Este milagro fue atestiguado por el Dr. Gil Song Lee con un certificado médico, el cual fue enviado a la Santa Sede junto con un documento escrito por el Padre Maryknoll Roman Theisen, S.T.D., entonces jefe del Tribunal Arquidiocesano de la Sede de Seul. La Iglesia de Corea del Sur estableció un comité que se formó para trabajar por la canonización de 103 mártires Coreanos y envió documentos reportando su curación a la Santa Sede.
El milagro fue empleado para obtener la autorización de la Santa Sede para la solicitud del comité por la canonización de 103 mártires.

El otro de los dos milagros, es la curación de la sordera completa de la misma Sor Agnes en 1982. Para entonces, ya habían pasado nueve años desde que perdió el oído en 1973. El 30 Mayo, en festividad de Pentecostés, su sordera fue curada al momento en que recibió la bendición con el Santísimo Sacramento en la custodia que yo elevé en la capilla.

Al momento en que se dio la bendición con la Eucaristía, ella oyó una campanilla de adoración tocada por otra hermana religiosa. Su curación fue atestiguada en un certificado médico emitido por el Dr. Tatsuhiko Arai, del Hospital de la Cruz Roja en Akita.

San Bernardo, un Doctor de la Iglesia, proporcionó una intuición profunda en relación con esta verdad en uno de sus sermones: “El anciano y justo hombre Simeón profetizó que la Virgen María sufriría un martirio espiritual. Simeón le dijo a María que el niño Jesús estaba destinado para ser una señal de rechazo. Entonces, le dijo a María que una espada también atravesaría su corazón.” Entonces, San Bernardo continuó diciendo en la forma de una oración acerca de lo que sucedió en el Calvario, “Querida y Santa Madre, tu corazón fue ciertamente atravesado por una espada. La lanza empleada por el soldado Romano no pudo perforar el cuerpo de tu Hijo sin perforar tu corazón. Después de la muerte de Jesús, la cruel lanza perforó el costado de nuestro Señor sin misericordia. Jesús, quién ya estaba muerto para ese momento, no sintió ningún dolor. Pero esta lanza ciertamente perforó tu corazón…. Es apropiado que yo diga que tu eres más grande que los mártires”.

¡Cuantas lágrimas derramó nuestra Santísima Madre cuando fue testigo del continuo sufrimiento de Jesús en la Cruz!. La intensidad de los sufrimientos de María están más allá de lo que pudiera imaginar cualquier ser humano. Los sufrimientos de María al pie de la Cruz fueron, en un sentido místico, los dolores de parto, cuando aceptó ser la madre de todos los fieles de acuerdo al plan de Dios, quien quiso darle a la humanidad la verdadera Madre Celestial quién continúa cuidando a los creyentes hasta el fin del mundo.

A través de su humilde aceptación de los dolores místicos de un parto, se convirtió en la madre del Cuerpo Místico de Cristo al cual pertenecemos como sus miembros. Primero, concibió en su casto vientre a Jesús, la cabeza del Cuerpo Místico de Cristo, y después, a través del proceso de su Corredención, comenzó a dar a luz a los miembros de Su Cuerpo Místico, que son la comunidad formada por las generaciones de todos los creyentes Católicos.

Debido a que el proceso místico de la aplicación de los efectos del sacrificio Redentor de Cristo continúa hasta el fin del mundo, las actividades de intercesión de María como la Mediadora de todas las gracias, que han fluido desde la Redención, también continúan, al mismo tiempo que actúa como una especial subordinada a Jesús y al Espíritu Santo, el Santificador.

En medio de este proceso místico y real de la distribución conjunta de gracias, Jesús y nuestra Santísima Madre están juntos luchando contra Satanás para ayudar a los creyentes a unirse con valor en la Redención subjetiva, o en la aplicación de los efectos del sacrificio de Cristo. Debido a ésta lucha mística con Satanás —donde están en juego la vida eterna de las almas— uno puede afirmar que nuestra Madre Celestial todavía sigue ofreciendo sus dolores místicos del parto por todos nosotros, por todos los creyentes, al mismo tiempo que actúa como un instrumento de gracias para santificarnos.
Al hacer esto, la Santísima Madre hace una mediación de las gracias de acuerdo con la voluntad y los deseos de Jesucristo, al mismo tiempo que distribuye gracias como una subordinada del Espíritu Santo.

Al reconocer las realidades de esta Redención subjetiva, los creyentes deben usar su libre voluntad para ofrecer sus sufrimientos, oraciones y sacrificios por amor, para cooperar en los efectos del sacrificio de Jesús que serán aplicados a sus almas. De esta manera, son llevados a unirse en la lucha de la Santísima Madre contra Satanás. Esta es la razón por la cual Dios le dijo a la serpiente, “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje.”

Porque esta lucha continuará hasta que nuestra Madre complete el proceso de dar a luz a todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, y, en este sentido, sus dolores místicos de parto continuarán hasta el fin del mundo. Este es el significado más profundo de su Corredención. Las lágrimas derramadas por la estatua de madera de Nuestra Señora de Akita es la evidencia sólida que Dios ha manifestado en la historia, con el fin de demostrar la larga enemistad entre Satanás y nuestra Santísima Madre.

En medio de este perenne antagonismo, el Rosario es nuestra poderosa arma. Con esto, clamamos a nuestra Abogada para que “ruegue por nosotros los pecadores”. Y nuestra Santísima Madre, Mediadora de todas las gracias bajo el Espíritu Santo, aplastará la cabeza de la Serpiente en una batalla a la cual debemos unir nuestra libre voluntad y responsabilidad.

Las Escrituras dicen: “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María la esposa de Cleofás, y María Magdalena (Juan 19:25)”. Esto significa que las otras dos mujeres, también de nombre María, estaban de pie, mientras lloraban a la vista de Jesús crucificado. Pero las lágrimas de las otras dos Marías eran derramadas por compasión por los sufrimientos de Jesús, por lo tanto no tienen la misma profundidad de significado en sus lágrimas.

En un marcado contraste, las lágrimas de la Santísima Virgen María eran lágrimas que resultaban de sus dolores espirituales cuando dio su pleno consentimiento al sacrificio de su divino Hijo Jesús y lo ofreció al Padre Celestial como la madre del Redentor de la humanidad. En su mente y en su alma, la Santísima Madre no exigió ver a Jesús debido a su obediencia a Dios y debido a su conocimiento de que el Sacrificio de Jesús era necesario para redimirnos a nosotros, la humanidad.

Por lo tanto, hay un abismo esencial entre el significado de las lágrimas de la Santísima Virgen María y el de las lágrimas de las otras dos Marías. Las lágrimas de la Santísima Virgen María fueron las lágrimas de la Corredención objetiva y mística.

¿Cuál es el significado de las divinas revelaciones de las lágrimas de la Corredención usando la estatua de la Santísima Virgen María, en relación con la crisis que abarca la Iglesia Católica Romana en todo el mundo?

Desde la clausura del Concilio Vaticano II, los movimientos ecuménicos han ido ganando fuerza en muchos países. El alcance del significado del ecumenismo ha sido ampliado para significar un diálogo con religiones no Cristianas. Muchos proponentes del ecumenismo dicen que las enseñanzas de otras religiones tienen ciertos grados de verdad relativo a la ética y a la moral, pero se les olvida llamar una específica y especial atención a la Redención de Jesucristo. El resultado ha sido que el verdadero significado de la Redención ha quedado confuso en las mentes de muchos Católicos.

Aun en contra de los antecedentes de esta situación mundial, el dogma de la Redención de Jesucristo crucificado en la cruz continúa emitiendo una luz única. Las religiones que no son Cristianas no tienen la Redención entre sus enseñanzas. La verdad de la Redención por Jesucristo quién sufrió por los pecados de la humanidad ofreciéndose a si mismo en el sacrificio de la cruz para satisfacer la justicia de Dios, es algo único y tiene un valor absoluto.

Si los clérigos Católicos y los laicos desechan o comienzan a darle menos valor a esta Redención, se va a crear un serio peligro de que todas las doctrinas y dogmas Católicos pierdan su significado. Tenemos que considerar este peligro. Si la Iglesia Católica Romana usa mal o no entiende el valor tan especial de la Redención, va a terminar degenerándose en simplemente una secta entre numerosas sectas religiosas de todo el mundo.

Creo que la razón por la cual la Corredención Mariana está ahora bajo el escrutinio internacional en los últimos años, es que Dios está tratando de revivir una seria atención de los Católicos hacia el dogma de la Redención.

El hecho de que este movimiento del dogma esté ganando terreno parece tener conexiones místicas con el plan de Dios para conducir al Santo Padre a definir y promulgar el dogma de la Corredención Mariana. Cuando el Santo Padre promulgue el dogma de la Corredención de acuerdo al plan Divino, esto revivirá la fe de muchos Católicos en el dogma de la Redención de su Hijo, Jesucristo.

El Padre Celestial, ofendido por la proliferación de los valores inmorales y las enseñanzas teológicas heréticas en el mundo de hoy, aparentemente hizo que la estatua de madera de la Santísima Madre en Akita derramara lágrimas, con el fin de ayudarle a los creyentes Católicos a entender más fácilmente la verdad de su Corredención, y a conducirlos a abrazar su fe Católica en la Redención y en la Corredención como sus verdaderos valores heredados.

VIDEO

(Our Lady of Akita, communion in the tongue)

Esta es la segunda parte de la exposición del Padre Thomas Aquinas Yasuda sobre el Mensaje de las apariciones de Nuestra Señora de Akita, Japón. El Padre Yasuda ha sido el director espiritual de la visionaria, Sor Agnes Sasagawa de Nuestra Señora, la cual es cálidamente conocida como la “Fátima del Oriente”…

 
 

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Una visión del mundo con base en Fátima

La siguiente es la trascripción  de un discurso hecho en Fátima, en la Conferencia de Paz Mundial 2000, en octubre de 1999, nos ayuda a comprender mejor las circunstancias reales del Secreto de Fátima completo. por John Vennari

Las posiciones que se expresan en este discurso muestran las implicancias tradicionalistas de los mensajes de Fátima en contra del modernismo y toma como enmblema a Fátima de la corriente de defensa de las tradiciones de la Iglesia Católica.

TODO SOBRE FÁTIMA

Virgen de Fátima, Portugal ( 13 de mayo)
Los Videntes de Fátima
Aparición y mensajes del Ángel, en Fátima
Las seis apariciones de Nuestra Señora de Fátima en 1917
Ultima aparición de la Virgen de Fátima, la danza del sol, Portugal ( 13 de octubre)
El secreto de Fátima
Cronología de Fátima: 3º secreto y consagración de Rusia
El cuarto secreto de Fátima, o segunda parte del tercer secreto
El pedido de la Virgen respecto a Rusia
Aparición de Rianjo a la hermana Lucía de Fátima ( agosto 1931)
Consecuencias de la Consagración de Rusia: los pedidos de Jesús y María
Una visión del mundo con base en Fátima
Devociones a Fátima


Hoy es 13 de octubre de 1999, 82º aniversario del Milagro del Sol en Fátima, el 13 de octubre de 1917. Este milagro había sido predicho 3 meses antes, el 13 de julio de 1917.

En aquella ocasión, Lucía de Fátima pidió a Nuestra Señora: “Quería que nos dijese quién es y que hiciera un milagro para que todos crean que Vd. se nos aparece.”

Nuestra Señora respondió:
Continuad viniendo todos los meses. En octubre diré quién soy y lo que quiero, y haré un milagro para que todos vean y crean.”

Y el 13 de octubre de 1917, hoy hace 82 años, 70.000 personas fueron testigos del gran Milagro del Sol. 70.000 personas vieron el sol danzando en el cielo y enseguida desplomándose en dirección a la tierra. Estos testigos, incluso el padre de Jacinta, Tío Marto, nos informan que estaban aterrados. Dijo él: “El sol… comenzó a moverse y a danzar hasta que pareció que se desprendía del cielo y caía sobre nosotros. Fue un momento espantoso.”

Según los testigos, el milagro duró unos 8 minutos. Y después que el sol “retornó a su posición en el cielo”, el suelo, que antes del milagro estuviera encharcado por haber llovido toda la noche, estaba seco. Del mismo modo, las ropas de aquellos que habían permanecido bajo la lluvia, el día entero, estaban completamente secas.

Dicen los testigos que, durante el Milagro del Sol, podían mirar directamente al sol sin quedarse ciegos ni perjudicar de ninguna forma sus ojos.

En este siglo, Nuestra Señora realizó para nosotros uno de los más asombrosos milagros de todos los tiempos — un milagro público predicho 3 meses antes y atestiguado por 70.000 personas. Este milagro llegó a ser publicado hasta en el periódico liberal, anticlerical y masónico O Século .

La noticia del periódico del 15 de octubre de 1917 decía:
«Vimos a una inmensa multitud volverse hacia el sol, que estaba en su cenit, sin nubes. Parecía una bandeja de plata y era posible mirarlo fijamente sin ningún inconveniente. No quemaba los ojos. No cegaba. Podríamos decir que se produjo un eclipse. En ese momento surgió un tremendo clamor y se oyó gritar a la multitud que estaba cerca de nosotros: ‘¡Milagro!… ¡Milagro!… ¡Prodigio!… ¡Prodigio!…’ Delante de los ojos aturdidos de las personas cuya actitud nos transportó a los tiempos bíblicos, y que, enmudecidas, con la cabeza descubierta, contemplaban el azul del cielo, el sol tembló, hizo unos movimientos extraños y abruptos, contra todas las leyes cósmicas, ‘el sol danzó’, según la típica expresión de los campesinos.”

Éste ha sido, sin sombra de duda, el milagro público más grande que el Cielo realizó desde que Nuestro Señor fundó Su única y verdadera Iglesia Católica.

Por consiguiente, yo pienso que podemos decir que la magnitud de este milagro corresponde a la magnitud y a la importancia del Mensaje que Nuestra Señora dio en Fátima. Y fue tan espectacular la forma de este milagro, en especial con la danza del sol en el cielo y desplomándose enseguida hacia la tierra, que se hacía imposible desviar de él la mirada; de tal modo, el propio Mensaje de Fátima es de tal magnitud, de tal importancia, tan central, que yo creo que a través de este milagro Nuestra Señora nos estaba diciendo que nunca, jamás debemos desviar la mirada de Fátima, jamás desviar la mirada de Su Mensaje, no consentir jamás que ninguna cosa nos desvíe la atención de Su Mensaje.

Es éste el motivo por el que esta presentación se titula “Una visión del Mundo con base en Fátima.” Nuestra Señora vino a Fátima al principio de este siglo, uno de los siglos más ateos de todos los siglos. El mundo se encuentra actualmente impregnado no sólo de paganismo, sino de un paganismo poscristiano, que es mucho peor que el paganismo precristiano. El paganismo precristiano no había oído hablar de Cristo. Pero el paganismo poscristiano ha oído el mensaje de Cristo y lo ha rechazado y a Su única y verdadera Iglesia. Por eso es ésta una situación mucho peor que la del antiguo paganismo, que era ignorante de Cristo.

El Mensaje de Fátima tiene que ser central en nuestra vida católica; central en nuestra visión del mundo. Yo creo que todo lo que Nuestra Señora hizo en Fátima nos muestra que debemos basar nuestra visión completa del mundo en el Mensaje de Fátima y no en ninguna otra cosa que pudiera entrar en conflicto con él.

Hago hincapié en esto porque para muchos la devoción a Nuestra Señora de Fátima no es central. Es con frecuencia un asunto marginal, periférico. Como una devoción a Santa Rita, o a San Judas o a San Antonio . Se le considera un buen y provechoso suplemento para nuestra vida espiritual, pero es sólo una devoción marginal, sólo de importancia secundaria y que no tomamos suficientemente en serio.

Las visitas de Nuestra Señora en Fátima nos han proporcionado la base para una completa visión del mundo — una visión del mundo que no está fuera de moda, que no está fuera de época. Y esta visión del mundo con base en Fátima nunca se puede “actualizar” para que signifique algo distinto de su significado original; ni tampoco puede tener un papel secundario ni ser alterada ni eclipsada por la superstición del aggiornamento . Nada de lo que ha sucedido en este siglo puede exceder en importancia al Mensaje que Nuestra Señora dio en Fátima.

Y el Mensaje de Fátima no es otra cosa sino una urgente reafirmación de la doctrina tradicional de la Iglesia, y una reafirmación de la urgente necesidad de reparación, con consecuencias especiales para nuestros tiempos.


NOS LIBERA DE SLOGANS POPULARES

La verdad tiene una cualidad liberadora. Nuestro Señor dijo “La verdad os hará libres”. Y el Mensaje de Fátima nos libra de caer en los numerosos y vacíos slogans populares de la actualidad. Nos impide caer en el slogan de que las Naciones Unidas ateas son “la última grande esperanza de paz para la Humanidad”. Nos impide caer en el slogan de que estamos entrando en una “nueva primavera” con el advenimiento del nuevo milenio. Nos impide caer en el slogan de que estamos actualmente en el umbral de alguna nueva “civilización del amor” en la cual los católicos y los miembros de religiones falsas pueden dejar de lado sus diferencias para trabajar juntos con el objetivo de convertir el mundo en un lugar mejor. (Es interesante que la noción de que católicos y no católicos pueden colaborar juntos para construir una especie de nueva “civilización del amor” en la realidad ya fue condenada por el Papa San Pío X al condenar el Movimiento Sillon en Francia en 1910.)

Debemos observar que las dos expresiones tan populares hoy en día, “Una Nueva Primavera” y “Una Civilización del Amor” — ninguna de ellas contiene cualquier mención del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora. Sin embargo, Nuestra Señora hizo realmente en Fátima la promesa de una gran victoria. Pero no la llamó una “nueva primavera”, ni la llamó una “civilización del amor”. La llamó “El Triunfo de Mi Inmaculado Corazón”.

Nuestra Señora vino a Fátima con el Mensaje de que “Dios quiere establecer en el mundo la devoción a Mi Inmaculado Corazón.” No habrá victoria, no habrá “nueva primavera” a no ser que un número suficiente de católicos cumpla fielmente los pedidos de Nuestra Señora de Fátima. Éste tiene que ser nuestro centro de gravedad.

Pasemos ahora en revista Sus pedidos. En Fátima, Nuestra Señora nos pidió que:
• recitemos diariamente por lo menos Cinco Decenas del Rosario;
• usemos el Escapulario Marrón;
• ofrezcamos a Dios nuestros deberes diarios como un acto de sacrificio;
• hagamos los Cinco Primeros Sábados de Reparación a Su Inmaculado Corazón;
• Nuestra Señora pidió también que el Papa, en unión con todos los obispos del mundo, consagrase Rusia a Su Inmaculado Corazón, prometiendo la conversión de Rusia a través de esos medios, y un período de paz que le será concedido al mundo. Esta consagración aún tiene que ser realizada
.

Mi pequeña contribución a la demostración de que Rusia no ha sido consagrada, y no ha sido convertida, proviene de un pequeño artículo en el Toronto Sun, de 9 de agosto de 1999, el cual informa que Larry Flint, el así llamado “Rey de la Pornografía”, acaba de publicar en Moscú una versión rusa de la revista Hustler.

Para quien no sabe lo que es, la revista Hustler es una de las revistas pornográficas más gráficas en los Estados Unidos. Es una industria multimillonaria con enorme circulación. Larry Flint se jactó de haber enviado suscripciones gratuitas de esta revista a todos los miembros del parlamento ruso. Estos 15 años después de la consagración en 1984; una consagración que no mencionó a Rusia por su nombre, cosa que Nuestra Señora había pedido.

Con el Triunfo del Inmaculado Corazón de Nuestra Señora, ¡Larry Flint sería incapaz de llevar esto adelante!


REVERENCIA A LA TRADICIÓN

Así, pues, quiero explicar por qué el Mensaje de Nuestra Señora de Fátima tiene que ser central en nuestra visión del Mundo.

Primero que todo, lo que hace que el Mensaje de Fátima sea eminentemente confiable es que Nuestra Señora de Fátima mostró un respeto profundo a la doctrina inalterada y consistente de la Iglesia a través de los siglos. Cuando Nuestra Señora vino a Fátima, no nos dio cualquier doctrina nueva, ni nos dio cualquier nueva interpretación de la doctrina católica que se desviase de la enseñanza constante de los siglos. Dijo San Pablo “Pero aún cuando nosotros mismos, o un ángel del cielo os predique un evangelio diferente del que nosotros os hemos anunciado, sea anatema.” (Gál. 1:8)

Y Nuestra Señora siguió estas sacrosantas directivas. No sólo mostró un profundo respeto hacia lo que la Iglesia siempre ha enseñado, con el mismo significado y con el mismo sentido (eadem sententia eodem sensu) , sino que reafirmó las doctrinas y orientaciones cruciales. Y las doctrinas y orientaciones que Ella reafirmó pueden darnos una guía para aquellas doctrinas que sufren los más grandes ataques en nuestro siglo.


NUESTRA SEÑORA EN EL PLAN DE SALVACIÓN

En primer lugar, el Mensaje de Nuestra Señora de Fátima consolida la profunda importancia de Nuestra Señora en el plan de la salvación.

Sabemos por el Mensaje que la salvación del mundo, la conversión de Rusia y la paz mundial, dependen, en definitiva, de que la humanidad cumpla el deseo de Dios, de establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María. La centralidad y la importancia de Nuestra Señora son acentuadas de nuevo en Fátima.

Ahora bien; un buen mariólogo podría hablar todos los días de como Nuestra Señora es central en el plan de la salvación. Pero deseo detenerme en un aspecto de esta verdad. Esto es: Nuestra Señora fue absolutamente necesaria para que Cristo se hiciese hombre — quizás debiera decir Hijo del Hombre.

Dios, que es Todopoderoso, no se habría hecho miembro de la raza humana sin María, no se habría hecho “Hijo del Hombre” sin Nuestra Señora.

Esto no es una enseñanza mía, sino del gran Abad benedictino Marmion (1858-1923). Él ha sido probablemente el más grande escritor espiritual del siglo XX. Respecto a la obra del Abad Marmion dijo el Papa Benedicto XV “léanla, es la pura doctrina de la Iglesia.”

El Abad Marmion comenta en sus libros que, para que Nuestro Señor se hiciese verdaderamente miembro de nuestra raza humana, un Hijo de Adán, un “Hijo del Hombre”, Él dependía absolutamente de que Nuestra Bendita Madre le dijese “sí” al ángel que Le preguntó si consentía en ser Madre del Dios-Hombre, Jesucristo.

Por supuesto, Nuestro Señor podría haberse hecho hombre por sí mismo, sin la intervención de Nuestra Señora. Podría en un instante haber asumido una naturaleza humana de la materia que creó de la nada, y aparecer ante nosotros como un hombre.

Pero no hizo esto; Él sería, por decirlo así, como un habitante de otro planeta resplandeciendo sobre la tierra. No habría forma de considerarlo como siendo parte de nuestra raza humana. Podría ser visto como un hombre, caminar como un hombre, hablar como un hombre. Pero jamás podríamos verlo como siendo realmente parte de nuestra familia humana, parte de nuestra sangre, parte de nuestra raza humana. Jamás podríamos verlo como un auténtico descendiente físico de nuestros primeros padres, Adán y Eva. No tendríamos ninguna sensación de parentesco con Su humanidad.

Para que Nuestro Señor llegase a tener verdaderamente parentesco con nosotros, verdaderamente parte de la familia humana que necesitaba la redención, fue absolutamente necesario que naciera de una hija de Adán y Eva, y esta “hija” fue la Pura e Inmaculada Siempre Virgen María. Ella fue absolutamente esencial.

Dios dependió de Nuestra Señora para que Nuestro Señor Jesucristo verdaderamente pudiese llamarse a Sí Mismo el “Hijo del Hombre”. Y, como comenta el Abad Marmion, parece que el título de “Hijo del Hombre” es la descripción de Sí Mismo que Nuestro Señor consideraba más apreciada para Su Corazón mientras estuvo en la tierra. El Abad Marmion explica que, al referirse a Sí Mismo, Nuestro Señor usó más la expresión “Hijo del Hombre” que cualquier otro título.

Y de igual modo, el Mensaje de Fátima nos ayuda a recordar nuestra dependencia en relación a Nuestra Señora. Nos recuerda que la devoción a Ella, y en particular a Su Inmaculado Corazón, no es una cosa periférica, no es algo extra u opcional. ¡No! Nuestro Señor hizo de la devoción a Su Inmaculado Corazón una condición ineludible para la conversión de Rusia, para poder asegurar al mundo un período de paz.


DOCTRINAS FUNDAMENTALES AFIRMADAS

Además, en el Mensaje de Fátima vemos afirmados los dogmas fundamentales de nuestra Fe. Cuando Nuestra Señora vino a Fátima:
• Ella habló de la doctrina del Cielo,
• Ella habló de la doctrina del Infierno,
• Ella habló de la doctrina del Purgatorio,
• Ella habló de la doctrina de la Sagrada Eucaristía,
• Ella habló de la doctrina del Sacramento de la Penitencia.

E indirectamente Ella habló de la doctrina del Reino Social de Jesucristo — y afirmó la doctrina papal tradicional de que sólo hay una Iglesia verdadera, fuera de la cual no hay salvación, y que los Estados y los Gobiernos deben reconocer esta Iglesia como tal y deben reconocer el poder indirecto de la Iglesia sobre el Estado y sobre la sociedad civil. Todo esto está implícito en el pedido de Nuestra Señora, de que el Papa consagre Rusia a Su Inmaculado Corazón.

Primero, el Cielo.

El 13 de mayo de 1917, cuando Lucía le preguntó a Nuestra Señora “¿De dónde es Vd.? ”,
Ella contestó: “ Yo soy del Cielo”.

Nuestra Señora está en el Cielo, en cuerpo y alma. El Cielo es un lugar, un lugar real, y no solamente un estado de espíritu. Y según el Mensaje, es un lugar que alcanzaremos sólo si vivimos la vida sacramental de la gracia santificadora a través de ser miembros del Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia Católica.

Nuestra Señora nos recordó también la doctrina del Infierno . Que el Infierno existe. Que es un lugar; y que las almas humanas van allí, han ido allí y están allí actualmente. Nuestra Señora ciertamente no era seguidora del teólogo progresista Hans Urs von Balthasar, el cual especuló que “el infierno existe, pero está vacío”.

No. Nuestro Señor dijo: “la verdad os hará libres”. Y la afirmación de Nuestra Señora de la doctrina del Infierno nos libra de todos los errores de von Balthasar y de susseguidores, no importa quiénes sean.

Aún más impresionante: Nuestra Señora no solamente habló con aquellos niñitos acerca de la realidad del Infierno. El 13 de julio de 1917, Nuestra Señora de Fátima les dio a los tres niños una visión terrorífica del Infierno.

Este es un relato de las propias memorias de Sor Lucía:
“Nuestra Señora abrió las manos como en los meses anteriores. El reflejo pareció penetrar la tierra y vimos como un mar de fuego. Sumergidos en este fuego estaban los demonios y las almas como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas con forma humana. Llevados por las llamas que de ellos mismos salían, juntamente con horribles nubes de humo, flotaban en aquel fuego y caían para todos los lados igual que las pavesas en los grandes incendios sin peso y sin equilibrio, entre gritos de dolor y desesperación que horrorizaban y hacían estremecer de espanto. (Debió ser ante esta visión cuando dije aquel ‘Ay!’, que dicen me oyeron.) Los demonios se distinguían por formas horribles y repugnantes de animales espantosos y desconocidos pero transparentes igual que carbones encendidos. Esta visión duró sólo un momento. Y gracias a que la Santísima Virgen en la primera aparición nos había prevenido con la promesa de llevarnos al cielo, porque si no yo creo que habríamos muerto de susto y pavor.”

Nuestra Señora les dijo entonces:
“Visteis el infierno donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlos Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.”

Fue ésta una visión pavorosa dada a los niños. Sor Lucía afirmó muy claramente que “ los demonios se distinguían [de las almas de los condenados ]”. Por lo tanto, esto demuestra que es completamente falsa la teoría de von Balthasar [de que el Infierno existe, pero está vacío — u otra opinión, de que “sabemos que existen demonios en el Infierno, pero no sabemos realmente si hay seres humanos en el Infierno]. En el Infierno hay demonios y en el Infierno hay almas humanas . Esta visión les dio a los niños la gracia y el ánimo de realizar sacrificios heroicos por la salvación de las almas .

Nuestra Señora afirmó también la doctrina sobre el Purgatorio.
El 13 de mayo de 1917, Lucía le preguntó a Nuestra Señora acerca de dos amigas suyas recientemente fallecidas.
Lucía preguntó: “¿María das Neves ya está en el Cielo?” (esta joven había fallecido aproximadamente a los 16 años).
Nuestra Señora respondió: “Sí, ya está.”
Entonces Lucía Le preguntó sobre otra amiga suya que había fallecido de 18 ó 20 años: “¿Y Amelia?”
Nuestra Señora contestó: “ Estará en el purgatorio hasta el fin del mundo.”

Esta afirmación de Nuestra Señora también contradice los falsos credos protestantes que rechazan el Purgatorio. Precisamente por aquella única declaración “Estará en el purgatorio hasta el fin del mundo”, Nuestra Señora les está diciendo a los protestantes que “vuestra doctrina protestante que rechaza el Purgatorio es falsa”.

Nuestra Señora afirmó la enseñanza sobre el Sacramento de la Confesión . Ella estableció la confesión sacramental como una condición necesaria para que las almas cumpliesen los pedidos para los Cinco Primeros Sábados.

Y una vez más, por medio de esto, Nuestra Señora les está diciendo a nuestros amigos protestantes: “vuestra doctrina protestante que rechaza el sacramento de la Confesión es falsa”.

A seguir, la Sagrada Eucaristía.

Las apariciones de Fátima no solamente afirman la doctrina de la Eucaristía, sino que afirman también el deber del hombre de reverenciar la Sagrada Eucaristía como el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesucristo.

En 1916, un año antes que Nuestra Señora viniese a Fátima, Jacinta, Francisco y Lucía fueron favorecidos con tres apariciones separadas de un ángel — precursor de las visitas de Nuestra Señora. La tercera y última de las apariciones del ángel ocurrió en el otoño de 1916, con el “Angel de la Eucaristía”.

En esta ocasión, cuando el ángel vino para administrar a los niños la Sagrada Eucaristía, no apareció con una sonrisa de oreja a oreja diciéndoles:
“¡Oh, niños!, estoy aquí para deciros que el propósito de la Eucaristía es inculcar en vosotros un sentido de comunidad y solidaridad, promoviendo el diálogo y las relaciones personales, y celebrando la dignidad inherente del ser humano a través de la unidad en la diversidad.”

No fue ésta la escena, de ninguna manera.

Lucía nos cuenta que era mediodía y los niños estaban postrados, recitando las oraciones de reparación que en la primavera anterior les había enseñado el “Ángel de la Paz”.

Escribe Lucía:
“No sé cuantas veces habíamos repetido esta oración cuando advertimos que sobre nosotros brillaba una luz desconocida. Nos incorporamos para ver lo que pasaba y vimos al ángel teniendo el la mano izquierda un cáliz sobre el cual está suspensa una hostia de la que caen algunas gotas de sangre dentro del cáliz.”

“El ángel deja suspenso el cáliz en el aire, se arrodilla con nosotros y nos hace repetir tres veces:
‘Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Te adoro profundamente, y Te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente
en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María Te pido la conversión de los pobre pecadores.’”

Escribe Lucía que el ángel se levantó, tomó otra vez el Cáliz y la Hostia en sus manos, y les dio la Comunión a los tres niños, colocando la Santa Hostia en la lengua de Lucía y repartió la Sangre del Cáliz entre Francisco y Jacinta, diciendo al mismo tiempo:
“Comed y bebed el Cuerpo y Sangre de Jesucristo horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios.”

Después de esto, relata Lucía que el ángel “[se postró] de nuevo en tierra repitió con nosotros otras tres veces la misma oración: ‘ Santísima Trinidad… etc. ‘ , y desapareció.”

¿Es posible que el Cielo envíe a la humanidad una instrucción más convincente sobre cómo se debe reverenciar y venerar la Sagrada Eucaristía? Por sus actos el ángel no sólo instruyó a los tres niños de Fátima, sino también a todo el siglo XX y a todas las naciones hasta el fin de los tiempos.

Una vez más, la actitud peculiar del ángel con relación a la Eucaristía estaba en plena conformidad con la doctrina y con la práctica tradicionales de la Iglesia:
• El ángel estaba arrodillado, postrado con su faz hacia el suelo. Al hacer esto, estaba reconociendo la Soberana Majestad y Divinidad de Jesucristo verdaderamente presente en la Eucaristía. Esto nos recuerda la gran reverencia que le debemos al Santísimo Sacramento.
• El ángel recitó oraciones de reparación por las blasfemias y sacrilegios cometidos contra el Santísimo Sacramento, como si estuviese previendo los innumerables ultrajes que ocurrirían contra el Santísimo Sacramento, especialmente después de 1960.
• El ángel rezó, a través del Inmaculado Corazón de María, por la conversión de los pobres pecadores, especialmente — podemos deducir por el contexto — de aquellos que pecan contra la Sagrada Eucaristía.
• El ángel no le dio a Lucía la Comunión en la mano.

Los tres niños de Fátima supieron que el ángel fue enviado para instruirlos, y para que siguiesen su ejemplo.

Escribe Lucía:
“… Llevado[s] por una fuerza sobrenatural que a eso nos movía… nos postrábamos para rezar esa oración…permanecimos en la misma actitud repitiendo siempre las mismas palabras…”

Además, parecía que el ángel era un mensajero celestial de Dios dándonos el ejemplo de la profunda reverencia que le debemos al Santísimo Sacramento. Y, una vez más, la doctrina de la Sagrada Eucaristía es rechazada por protestantes, judíos, musulmanes, hindúes, budistas. El Cielo está diciendo a todas estas religiones fabricadas por el hombre que su doctrina es errónea, que sus credos son falsos.


LOS CINCO PRIMEROS SÁBADOS

Antes de entrar en la próxima sección, que trata de los Cinco Primeros Sábados, quiero hacer una observación. A la luz de lo que podríamos llamar “sensibilidades ecuménicas”, existe actualmente una tendencia para reducir la importancia de las sólidas verdades católicas, en consideración a una orientación ecuménica. Esta nueva idea dice que, al tratar con no católicos, no deberíamos concentrarnos demasiado en aquellas cosas que nos dividen , sino dejarlas de lado, y concentrarnos en aquéllas que nos unen .

En contraste, vemos que no es ésta la manera que Nuestra Santa Madre adoptó en Fátima. Nuestra Señora reconoció que Su primer deber es enseñar la Verdad. Y al dar énfasis
• al Rosario,
• a la devoción de Su Inmaculado Corazón,
• al Escapulario del Monte Carmelo,
• al Purgatorio,
• a la autoridad del Papado,
• al Sacramento de la Confesión,
• a la Sagrada Eucaristía como el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesucristo.

Nuestra Señora está dando énfasis a todos los puntos verdaderos que DIVIDEN a los Católicos de los Protestantes, y que DIVIDEN a los Católicos de todas las demás religiones sobre la faz de la tierra.

¿Podrá alguno de nosotros reclamar que en nuestro enfoque queremos saber más que la Madre de Dios?

Y el Mensaje de Fátima no sólo hace hincapié en estos puntos que nos dividen, sino que explica claramente que, en el orden objetivo, aquellos que no creen estas verdades, y especialmente aquellos que rehúsan a darle a Ella el honor que Le es debido, son culpables del crimen de blasfemia.

Nuestro Señor enseñó esto de una forma delicada pero firme cuando explicó los Cinco Primeros Sábados de Reparación.

La devoción de los Cinco Sábados a Nuestra Señora no es algo nuevo. No fue una innovación. Una vez más, al pedir los Cinco Primeros Sábados, Nuestra Señora estaba mostrando un profundo respeto a la Tradición.

En 1892, el Papa León XIII concedió una indulgencia plenaria a todos los fieles que dedicasen 15 Sábados consecutivos en honor de Nuestra Señora del Rosario.

Posteriormente, el Papa San Pío X concedió una indulgencia plenaria a todos los que hiciesen los Doce Primeros Sábados en honor de Nuestra Señora.

Además de eso, el 13 de junio de 1912 el Papa San Pío X concedió nuevas indulgencias a los Fieles que practicasen la devoción de Reparación a Nuestra Señora en los Primeros Sábados de cada mes.

Y cinco años después de ese día , el 13 de junio de 1917, Nuestra Señora mostró a los 3 niños de Fátima Su Inmaculado Corazón, “rodeado de espinas que parecían clavarlo”, pidiendo reparación.

Al pedir por los Cinco Primeros Sábados, Nuestra Señora tomó una devoción tradicional, la simplificó y le dio una mayor eficacia.

El 10 de Diciembre de 1925, cuando Sor Lucía a los 18 años era una postulante en Pontevedra, se le aparecieron Nuestra Señora y el Niño Jesús. Dijo Nuestro Señor:
“Ten pena del Corazón de Su Santísima Madre que está rodeado con las espinas que los hombres ingratos constantemente le clavan sin haber quien haga un acto de reparación para quitárselas.”

El Niño Jesús está preocupado con estos pecados contra Su Madre.

A seguir, Nuestra Bendita Madre le dijo a Lucía:
“Mira, hija Mía, Mi Corazón rodeado de espinas que los hombres ingratos en cada momento me clavan con blasfemias e ingratitudes. Tú al menos, haz por consolarme y di que a todos aquellos que durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la sagrada comunión, recen el Rosario y Me acompañen 15 minutos meditando sus misterios con el fin de desagraviarme, Yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación.”

Posteriormente, el confesor de Sor Lucía, el Padre Gonçalves, le pidió a que hiciese algunas preguntas a Nuestra Señora acerca de los Cinco Primeros Sábados.

Una de las preguntas que él hizo fue: “¿Por qué cinco sábados, y no nueve o siete en honor de los Dolores de Nuestra Señora?”

Durante la revelación de Nuestro Señor en Tuy el 29 de mayo de 1930, Sor Lucía formuló esa pregunta. Fue ésta la respuesta que le dio el Cielo:
“Hija Mía, el motivo es sencillo. Cinco son las clases de ofensas y blasfemias proferidas cont
ra el Inmaculado Corazón de María:
1. Las blasfemias contra la Inmaculada Concepción.
2. Las blasfemias contra Su Virginidad Perpetua.
3. Las blasfemias contra la Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como la Madre de los hombres.
4. El tratar de infundir públicamente en el corazón de los niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio para con esta Inmaculada Madre.
5. Los ultrajes dirigidos a Ella en Sus sagradas imágenes.”

Por consiguiente, es esto lo que quiero decir cuando digo que, indirectamente y en el orden objetivo, Nuestro Señor ha acusado a todos los miembros de religiones no católicas de ser culpables de blasfemia contra el Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.

Veamos una vez más estas cinco ofensas:
1. Blasfemias contra la Inmaculada Concepción
La mayoría de los protestantes, así como la mayoría de los ortodoxos orientales, no creen en la Inmaculada Concepción. Tampoco lo creen, por supuesto, los judíos, musulmanes, hindúes, budistas, francmasones, comunistas, socialistas, humanistas seculares, etc.

2. Blasfemias contra Su Perpetua Virginidad
Una vez más, esto acusa a la mayor parte de los protestantes, judíos, musulmanes, hindúes, budistas, la gran mayoría de los cuales no cree en Su Perpetua Virginidad. De hecho, muchos católicos hoy en día no creen en Su Perpetua Virginidad.

3. Blasfemias contra Su Divina Maternidad, rehusándose además a reconocerla como Madre de los Hombres
Por supuesto, sabemos que los musulmanes, judíos, hindúes, budistas rechazan esta doctrina, especialmente porque no creen que Jesucristo es Dios. Y Nuestro Señor advirtió: “Nadie viene al Padre sino por Mí.”

4. Las blasfemias de todos los que públicamente siembran en el corazón de los niños la indiferencia o el menosprecio o hasta el odio a esta Madre Inmaculada
Nuevamente, es ésta la situación de los protestantes, judíos, musulmanes, hindúes, budistas y la mayoría de otras falsas religiones. Los miembros de esas religiones enseñarán a sus niños a no atribuir ninguna importancia a Nuestra Señora ni a Su Inmaculado Corazón. Obsérvese también que a los ojos del Señor esto no es cosa de poca importancia. Él llama a esto blasfemia y convoca a los católicos a caer de rodillas y hacer reparación por estos grandes pecados. Son espinas en el Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.

5. Las ofensas de aquellos que La insultan directamente en sus Sagradas Imágenes.
Esto incluye aquellos que realmente destruyen Sus Imágenes, o las ridicularizan, o aquellos protestantes que acusan de idolatría a los católicos porque tienen estatuas de Nuestra Señora en los lugares de honor en sus residencias.
Además de ser una llamada a la penitencia, ésta es una acusación contra todas las religiones no católicas.

Por lo tanto, Nuestro Señor NO está utilizando el enfoque moderno ecuménico. NO está dando énfasis a aquellos puntos que nos unen a las falsas religiones. Está dando énfasis a aquellos puntos que nos separan de los no católicos. Al hacer eso, creo que Nuestro Señor nos está diciendo que esos puntos son mucho más importantes que cualquier unidad ecuménica superficial.

Está haciendo hincapié en que estas blasfemias contra el Inmaculado Corazón de Nuestra Señora no pueden ser consideradas frívolamente. Son, de hecho, pecados contra la Fe.


TRADICIÓN DE REPARACIÓN

En este momento, quiero volver a un punto que hice antes. En todo lo que ha hecho Nuestra Señora de Fátima mostró un profundo respeto por la tradición, y que los Cinco Primeros Sábados eran, y aún son, una devoción tradicional . Por supuesto, doctrinariamente Nuestra Señora no estaba enseñando nada nuevo.

En efecto, Ella fue muy obediente al Primer Concilio Vaticano, que enseñó como artículo de fe — de fide — que no se puede alterar el significado de la Sagrada Doctrina. El 1er. Vaticano enseñó:
“El significado de los Dogmas Sagrados, que deben ser preservados para siempre, es el que nuestra Santa Madre Iglesia ha determinado. No es posible alejarse nunca de esto, en nombre de una comprensión más profunda.” 1

Así, pues, ya sea la doctrina del Purgatorio, o la doctrina de la Sagrada Eucaristía, o la doctrina de la Confesión, o la doctrina establecida de que sólo hay una Iglesia verdadera, fuera de la cual no hay salvación, el 1er. Concilio Vaticano enseñó que el significado de estas doctrinas jamás se puede cambiar. Y vemos que Nuestra Señora fue absolutamente fiel a esto.

Además, en Fátima, Nuestra Señora demuestra Su continuidad con las revelaciones especiales hechas por el Cielo a la Iglesia en el siglo XIX ; ya sea su aparición en Lourdes, en La Salette, ya sean las manifestaciones de Nuestro Señor a Sor María de Saint-Pierre en Francia en la década de 1840. Todos constituyen el mismo mensaje urgente.

Cuando Nuestra Señora apareció en Lourdes en 1858, pidió para “hacer penitencia, hacer reparación”.

Cuando Nuestra Señora apareció en La Salette en 1846, suplicó que se “hiciese penitencia”, que se “hiciese reparación”. Y avisó en La Salette que Francia podría ser castigada principalmente por dos pecados: por los pecados contra la profanación de los domingos (pecados contra el Tercer Mandamiento) y por usar el nombre de Dios en vano (pecados contra el Segundo Mandamiento).

Esto también está en consonancia de una manera muy especial con las revelaciones, aprobadas por la Iglesia, transmitidas por Nuestro Señor a Sor María de Saint-Pierre en la década de 1840. Sor María de Saint-Pierre era una monja carmelita en Francia, que murió con poco más de 20 años (una historia fascinante que no tenemos tiempo de relatar en detalle).

En estos mensajes ( como en Fátima), Nuestro Señor confirmó la gran necesidad de hacer reparación . Y Nuestro Señor pidió en particular la reparación a Su Santa Faz . Nuestro Señor le dio a Sor María de Saint-Pierre una oración especial llamada FLECHA DORADA (en reparación por las blasfemias), que indicaré enseguida.

Y el 24 de noviembre de 1843, Nuestro Señor le dijo a Sor María de Saint-Pierre:
“La Tierra está cubierta de crímenes. La violación de los Tres Primeros Mandamientos de Dios ha irritado a Mi Padre; el Santo Nombre de Dios es blasfemado (2º Mandamiento) y los Días Santificados del Señor son profanados (3er. Mandamiento) llenando completamente la medida de las iniquidades. Estos pecados ascienden hasta el trono de Dios provocando Su ira que pronto irrumpirá si no se aplaca Su justicia. En ninguna otra época esos crímenes alcanzaron tal intensidad.” 2

Esto se refiere a la década de 1840, que consideramos “los buenos viejos tiempos”. Actualmente está todo mucho peor.

Durante estas revelaciones, Nuestro Señor pidió que se formase una asociación de Reparación de la Santa Faz y dictó también la oración, LA FLECHA DORADA, para la reparación contra las blasfemias:
“Que el Santísimo, Sacratísimo, adorabilísimo, misteriosísimo e inefable Nombre de Dios sea alabado, bendito, amado, adorado y glorificado, en el Cielo, en la tierra, y en el infierno, por todas las criaturas de Dios, y por el Sagrado Corazón de Nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, en el Santísimo Sacramento del Altar. Amén.” 3

En aquella ocasión, uno de los más grandes promotores de esta Devoción a la Santa Faz fue el “Santo Hombre de Tours”, Leo DuPont, que colgó un cuadro de la Santa Faz en su locutorio ante el cual ardía el santo oleo. Tantos fueron los milagros realizados en el locutorio de Leo DuPont que el Bienaventurado Papa Pío IX le llamó “el taumaturgo del siglo XIX”.

Ahora, Nuestra Señora de Fátima continua esta sólida “tradición”; esta inalterada y urgente llamada a la reparación.

Y las revelaciones de Nuestro Señor a Sor María de Saint-Pierre piden no sólo reparación [por los pecados] contra el 2º y 3er. Mandamientos, como lo hizo Nuestra Señora de La Salette, sino también reparación por los pecados contra el Primer Mandamiento. Sabemos que el Primer Mandamiento es: “Yo soy el Señor vuestro Dios, no tendréis dioses extraños ante Mí..” Y nuestra teología tradicional católica nos dice que los pecados contra la Fe, especialmente el pecado de herejía , son pecados contra el Primer Mandamiento.

De esto se sigue que somos llamados no a reírnos ni a tornarnos íntimos de los falsos credos de los no católicos; sino que somos llamados a caer de rodillas y hacer reparación por estos pecados contra la Fe, estos pecados contra el Primer Mandamiento. Estos pecados de herejía que producen las cinco blasfemias contra el Inmaculado Corazón de María fueron enunciados por Nuestro Señor en Tuy el 29 de mayo de 1930.


FÁTIMA VS. “EL ESPÍRITU DE ASÍS”

Finalizando, yo creo que el Cielo quiere que el Mensaje de Nuestra Señora de Fátima sea una cuestión central en nuestra visión del mundo. Todo lo que suceda en la Iglesia o en el mundo será juzgado como bueno o malo, adecuado o inadecuado, teniendo por base si está, o no, en conformidad con las palabras de Nuestra Señora en Fátima.

En Fátima, Ella confirmó las doctrinas fundamentales de la Fe y focalizó aquellos puntos de la doctrina que nos separan de los no católicos, para demostrar que la Verdad es lo más importante. También nos instruyó, especialmente a través de los Cinco Primeros Sábados y en consonancia con las revelaciones hechas en Lourdes, La Salette y a Sor María de Saint-Pierre, acerca de la necesidad de hincarnos de rodillas y hacer reparación por los pecados de los hombres, en particular por los pecados contra la Fe que hacen parte de los credos no católicos, especialmente en relación a Su Inmaculado Corazón.

Ella no enseñó ninguna doctrina nueva, ni tampoco una comprensión modernizada de la doctrina que pudiese significar una reinterpretación de la doctrina católica de una forma distinta de la que ha sido enseñada durante 2.000 años.

Ella nos dijo que la paz mundial sólo vendrá por medio de la obediencia a Su pedido acerca de la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María, y no por medio de católicos que se reúnen con falsas religiones en oraciones interreligiosas por la paz — religiones que Ella afirma, blasfeman contra Ella por su incredulidad. De hecho, y es triste decirlo, en la gran reunión-plegaria en Asís en 1986, cuando los católicos rezaron en público con falsas religiones por la causa de la paz, no se rezó el Santo Rosario. Y esto a pesar de que el Rosario es la oración específica transmitida por Nuestra Señora como condición para la paz . De la misma manera, en aquel día, no fue ni honrado ni invocado el Inmaculado Corazón de María.

Ésta es una desviación radical del plan ofrecido por Nuestra Señora. De hecho, yo creo que estas asambleas interreligiosas no sólo fallarán en producir cualquier fruto saludable, sino que en realidad podrán acarrear un gran castigo. Y digo esto no con mi propia autoridad sino con la de uno de los más eminentes cardenales del siglo XX, el gran Cardenal Mercier de Bélgica.

En 1918, justamente un año después de las apariciones de Nuestra Señora de Fátima, el gran Cardenal Mercier afirmó que la Primera Guerra Mundial fue un castigo por el crimen de los hombres al colocar la única religión verdadera en el mismo nivel de los falsos credos (que es precisamente lo que hacen estas nuevas reuniones pan-religiosas, en total contradicción con los 2.000 años de la doctrina católica). En una carta pastoral titulada “La Lección de los Acontecimientos”, el Cardenal Mercier dijo:
“En nombre del Evangelio y a la luz de las Encíclicas de los cuatro últimos Papas, Gregorio XVI, Pío IX, León XIII y Pío X, yo no vacilo en afirmar que esta indiferencia hacia las religiones, que coloca en el mismo nivel la religión de origen divino y las religiones inventadas por los hombres, a fin de incluirlas en el mismo escepticismo , es la blasfemia que atrae el castigo sobre la sociedad mucho más que los pecados de los individuos y de las familias .” 4

Por consiguiente, vemos que las afirmaciones del Cardenal Mercier están en perfecta continuidad con las enseñanzas consistentes de los Papas a través de los siglos, y en perfecta armonía con una visión del mundo con base en Fátima.

Así, terminaré con lo que he dicho antes. De la misma forma que el gran Milagro de 13 de octubre de 1917 — especialmente con el Sol danzando en el cielo y enseguida lanzándose hacia la tierra — fue tan espectacular que se hizo imposible desviar la mirada; así también el propio Mensaje de Fátima es de tal magnitud, de tal importancia, de tal centralidad que no debemos desviar nunca nuestra mirada de Fátima, ni desviar nunca nuestros ojos de los de Nuestra Señora, ni permitir nunca que, de ninguna forma, nos separemos de Ella.

————————-
NOTAS:
1. Vaticano I, Sesión III, Capítulo. IV, Fe y Razón.
2. Scalan, The Holy Man of Tours [El Santo Hombre de Tours] , (Tan Books), pág. 122.
3. P. Janvier, Life of Sister Saint-Pierre [Vida de la Hermana Saint-Pierre ], con la aprobación del Revdmº Charles Colet, Arzobispo de Tours , (John Murphy & Co, Baltimore, 1884), pág.114.
4. Citación extraida de The Kingship of Christ and Organized Naturalism [La majestad de Cristo y el Naturalismo Organizado], por el Padre Denis Fahey (Regina Publications, Junio de 1943), pág. 36. Nota según citación extraida de la Carta Pastoral de 1918, del Cardenal Mercier, The Lesson of Events [La Lección de los Acontecimientos].

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.Apariciones, Visiones, Revelaciones, Ivan Dugandžic

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.Criterios de discernimiento de Profetas y Videntes, Padre Felix Bourdier

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Criterios para el Discernimiento de presuntas Apariciones y Revelaciones, Padre Fabián Castro

padre fabian castroLa problemática que gira en torno a las experiencias ligadas a los fenómenos sobrenaturales en la vida y misión de la Iglesia tiene vigencia en este comienzo del tercer milenio cristiano.

En el año 1978 la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe dio a conocer las “Normae de modo procedendi in diudicandis presumptis apparitionibus ac revelationibus.” Este texto estaba dirigido a los Obispos y fueron enviadas y dadas a conocer a ellos sin que se realizase una publicación oficial, en consideración a que se dirigen principalmente a los Pastores de la Iglesia. El Cardenal Levada, actual Prefecto de dicha Congregación, decidió que se publicaran oficialmente.

En el Prefacio de las mismas explica (para leerlo completo hacer click aquí) que se han ido publicando traducciones en diversas lenguas sin autorización de la Congregación. En vistas a ellos las publicaron en el original en latín y traducidas a varios idiomas.

EL PORQUE DE LA INTERVENCIÓN DE LA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE

Si nos preguntamos porque dicho organismo vaticano se “mete” en este asunto, el Cardenal nos lo recuerda:

“La Congregación para la Doctrina de la Fe se ocupa de las materias vinculadas a la promoción y tutela de la doctrina de la fe y la moral, y es competente, además, para elexamen de otros problemas conexos con la disciplina de la fe, como los casos de pseudo-misticismo, supuestas apariciones, visiones y mensajes atribuidos a un origen sobrenatural.”

Como marco de referencia para estos fenómenos el Cardenal cita un texto de Benedicto XVI en la “Exhortación Apostólica Post-sinodal Verbum Domini”:

«De este modo, la Iglesia expresa su conciencia de que Jesucristo es la Palabra definitiva de Dios; él es “el primero y el último” (Ap 1,17). Él ha dado su sentido definitivo a la creación y a la historia; por eso, estamos llamados a vivir el tiempo, a habitar la creación de Dios dentro de este ritmo escatológico de la Palabra; “la economía cristiana, por ser la alianza nueva y definitiva, nunca pasará; ni hay que esperar otra revelación pública antes de la gloriosa manifestación de Jesucristo nuestro Señor (cf. 1 Tm 6,14; Tt 2,13)” (Dei Verbum, n. 4).

En efecto, como han recordado los Padres durante el Sínodo, la “especificidad del cristianismo se manifiesta en el acontecimiento Jesucristo, culmen de la Revelación, cumplimiento de las promesas de Dios y mediador del encuentro entre el hombre y Dios. Él, ‘que nos ha revelado a Dios’ (cf. Jn 1,18), es la Palabra única y definitiva entregada a la humanidad”. (Propositio 4). San Juan de la Cruz ha expresado admirablemente esta verdad: “Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra… Porque lo que hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado a Él todo, dándonos el todo, que es su Hijo. Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra cosa o novedad” (Subida al Monte Carmelo, II, 22).»

En base a esto continúa con la siguiente distinción:

«El Sínodo ha recomendado “ayudar a los fieles a distinguir bien la Palabra de Dios de las revelaciones privadas” (Propositio 47), cuya función “no es la de… ‘completar’  la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia” (Catecismo de la Iglesia Católica, 67).

El valor de las revelaciones privadas es esencialmente diferente al de la única revelación pública: ésta exige nuestra fe; en ella, en efecto, a través de palabras humanas y de la mediación de la comunidad viva de la Iglesia, Dios mismo nos habla.

El criterio de verdad de una revelación privada es su orientación con respecto a Cristo. Cuando nos aleja de Él, entonces no procede ciertamente del Espíritu Santo, que nos guía hacia el Evangelio y no hacia fuera.

La revelación privada es una ayuda para esta fe, y se manifiesta como creíble precisamente cuando remite a la única revelación pública. Por eso, la aprobación eclesiástica de una revelación privada indica esencialmente que su mensaje no contiene nada contrario a la fe y a las buenas costumbres; es lícito hacerlo público, y los fieles pueden dar su asentimiento de forma prudente.

Una revelación privada puede introducir nuevos acentos, dar lugar a nuevas formas de piedad o profundizar las antiguas. Puede tener un cierto carácter profético (cf. 1 Ts 5,19-21) y prestar una ayuda válida para comprender y vivir mejor el Evangelio en el presente; de ahí que no se pueda descartar. Es una ayuda que se ofrece pero que no es obligatorio usarla. En cualquier caso, ha de ser un alimento de la fe, esperanza y caridad, que son para todos la vía permanente de la salvación. (Cfr. Congregación para la Doctrina de la Fe, El mensaje de Fátima, 26 de junio de 2000)»

Luego de este prefacio actual, nos sumergimos en el texto de las “normas sobre el modo de proceder en el discernimiento de presuntas apariciones y revelaciones” (pueden leerlas completas haciendo click aquí).

Ellas están precedidas de una Nota Previa en la cual se explican el origen y el carácter del documento. Allí podemos leer que:

«Hoy más que en épocas anteriores, debido a los medios de comunicación (mass media), las noticias de tales apariciones se difunden rápidamente entre los fieles y, además, la facilidad de viajar de un lugar a otro favorece que las peregrinaciones sean más frecuentes, de modo que la Autoridad eclesiástica se ve obligada a discernir con prontitud sobre la materia.

Por otra parte, la mentalidad actual y las exigencias de una investigación científicamente crítica hacen más difícil o casi imposible emitir con la debida rapidez aquel juicio con el que en el pasado se concluían las investigaciones sobre estas cuestiones (constat de supernaturalitate, non constat de supernaturalitate: consta el origen sobrenatural, no consta el origen sobrenatural) y que ofrecía a los ordinarios la posibilidad de permitir o de prohibir el culto público u otras formas de devoción entre los fieles.»

PROTOCOLO DE ACCIÓN

En este contexto, y en bien de la plena comunión con la Iglesia y los frutos que de esta se derivan, es que se estableció el siguiente protocolo de acción:

«Cuando se tenga la certeza de los hechos relativos a una presunta aparición o revelación, le corresponde por oficio a la Autoridad eclesiástica:

a) En primer lugar juzgar sobre el hecho según los criterios positivos y negativos.

b) Después, en caso de que este examen haya resultado favorable, permitir algunas manifestaciones públicas de culto o devoción y seguir vigilándolas con toda prudencia (lo cual equivale a la formula “por el momento nada obsta”: pro nunc nihil obstare).

c) Finalmente, a la luz del tiempo transcurrido y de la experiencia adquirida, si fuera el caso, emitir un juicio sobre la verdad y sobre el carácter sobrenatural del hecho (especialmente en consideración de la abundancia de los frutos espirituales provenientes de la nueva devoción).»

Para dar pistas objetivas al discernimiento previsto en el punto (a) se establecieron “Criterios para juzgar, al menos con probabilidad, el carácter de presuntas apariciones o revelaciones”. Notemos que se pone una frase que deja la puerta abierta a un imprevisto: “al menos con probabilidad”. Creo que es una aclaración muy prudente que nos ayuda a descubrir la verdadera naturaleza de estas revelaciones privadas en comparación con la Revelación Única y Definitiva del Hijo de Dios (como se explicara más arriba). Estos son las indicaciones:

CRITERIOS POSITIVOS

a) La certeza moral o, al menos, una gran probabilidad acerca de la existencia del hecho, adquirida gracias a una investigación rigurosa.

b) Circunstancias particulares relacionadas con la existencia y la naturaleza del hecho, es decir:

1. Cualidades personales del sujeto o de los sujetos (principalmente equilibrio psíquico, honestidad y rectitud de vida, sinceridad y docilidad habitual hacia la Autoridad eclesiástica, capacidad para retornar a un régimen normal de vida de fe, etc.).

2. Por lo que se refiere a la revelación, doctrina teológica y espiritual verdadera y libre de error.

3. Sana devoción y frutos espirituales abundantes y constantes (por ejemplo: espíritu de oración, conversiones, testimonios de caridad, etc.).

CRITERIOS NEGATIVOS

a) Error manifiesto acerca del hecho.

b) Errores doctrinales que se atribuyen al mismo Dios o a la Santísima Virgen María o a algún santo, teniendo en cuenta, sin embargo, laposibilidad de que el sujeto haya añadido —aun de modo inconsciente— elementos meramente humanos e incluso algún error de orden natural a una verdadera revelación sobrenatural. (cfr. San Ignacio, Ejercicios. n. 336).

c) Afán evidente de lucro vinculado estrechamente al mismo hecho.

d) Actos gravemente inmorales cometidos por el sujeto o sus seguidoresdurante el hecho o con ocasión del mismo.

e) Enfermedades psíquicas o tendencias psicopáticas presentes en el sujeto que hayan influido ciertamente en el presunto hecho sobrenatural,psicosis o histeria colectiva, u otras cosas de este género

COMO PROCEDER

Fijados los criterios la pregunta sería: ¿cómo se debe proceder?

«Con ocasión de un presunto hecho sobrenatural que espontáneamente algún tipo de culto o devoción entre los fieles, incumbe a la Autoridad eclesiástica competente el grave deber de informarse sin dilación y de vigilar con diligencia.

La Autoridad eclesiástica competente, si nada lo impide teniendo en cuenta los criterios mencionados anteriormente, puede intervenir para permitir o promover algunas formas de culto o devoción cuando los fieles lo soliciten legítimamente (encontrándose, por tanto, en comunión con los Pastores y no movidos por un espíritu sectario). Sin embargo hay que velar para que esta forma de proceder no se interprete como aprobación del carácter sobrenatural del los hecho por parte de la Iglesia. (cf. Nota previa, c).

En razón de su oficio doctrinal y pastoral, la Autoridad competente puedeintervenir motu proprio e incluso debe hacerlo en circunstancias graves, por ejemplo: para corregir o prevenir abusos en el ejercicio del culto y de la devoción, para condenar doctrinas erróneas, para evitar el peligro de misticismo falso o inconveniente, etc.

En los casos dudosos que no amenacen en modo alguno el bien de la Iglesia, la Autoridad eclesiástica competente debe abstenerse de todo juicio y actuación directa (porque puede suceder que, pasado un tiempo, se olvide el hecho presuntamente sobrenatural); sin embargo no deje de vigilar para que, si fuera necesario, se pueda intervenir pronto y prudentemente.»

LA AUTORIDAD

¿Y quién es la “autoridad eclesiástica competente«? Se las enumera de acuerdo a las instancias primeras a últimas de intervención.

«1. El deber de vigilar o intervenir compete en primer lugar al Ordinario del lugar.

2. La Conferencia Episcopal regional o nacional puede intervenir en los siguientes casos:

a) Cuando el Ordinario del lugar, después de haber realizado lo que le compete, recurre a ella para discernir con mayor seguridad sobre la cuestión.

b) Cuando la cuestión ha trascendido ya al ámbito nacional o regional, contando siempre con el consenso del Ordinario del lugar.

3. La Sede Apostólica puede intervenir a petición del mismo Ordinario o de un grupo cualificado de fieles, o también directamente, en razón de la jurisdicción universal del Sumo Pontífice.»

Con la expresión “Ordinario del lugar” los cánones eclesiales se refieren al Obispo del lugar donde se producen determinados hechos. Es muy importante tener en cuenta quién es el que da la última palabra sobre el tema porque, frente a estos acontecimientos, hay quienes que afirman la veracidad de los mismos solamente porque el Padre Fulano o la Monja Sultana dijeron que “la cosa es de Dios”. No hay problema que lo digan como personas particulares pero no les corresponde afirmarlo en nombre de la Iglesia.

De la misma manera, la Nota deja abierta la posibilidad de que ocurran hechos que pueden ser dudosos pero no amenazan con el mal a la Iglesia: el obispo del lugar debe dejar que “corra el agua” (por decirlo con una expresión corriente) para que el tiempo sea el que aclare si lo que ocurre es de Dios o no. Y el «tiempo» (léase Dios actuando en nuestra historia) se encarga siempre de aclararlo.

Eso sí, cuando el Obispo del lugar se pronuncie en contra de algún fenómeno de este tipo… por lo menos dudemos de la veracidad de lo que está allí ocurriendo. No necesitamos ir detrás de tantas revelaciones privadas porque para ayudarnos a vivir tenemos un camino claro: el del la Gran Revelación que nos hizo el Hijo de Dios hecho carne, Jesús: Él es la Palabra última y definitiva del Padre hacia toda la humanidad.

Fuentes: Padre Fabián Castro

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.Discernimiento de las apariciones, por René Lauretin

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.Verdaderas y falsas apariciones, criterios de discernimiento

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.Discernimiento sobre las apariciones marianas, Jordi Rivero

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Función de las Apariciones, por René Laurentín

Las apariciones se presentan como una manifestación sensible de lo sobrenatural.

Los signos se sitúan dentro de esa ley constante de la historia bíblica y cristiana: Dios invisible se manifiesta a través de un conjunto de signos visibles, ya que el hombre no puede alcanzar lo invisible sin la mediación del signo. Hay signos rituales: sacramentos que se celebran en nombre y en la persona misma de Cristo; hay también sacramentales; otros signos tienen la función de manifestar a Dios, de revelar su presencia, sus intenciones, a fin de vivificar la fe, de edificar a las comunidades cristianas, de alimentar los vínculos de la comunión de los santos.

 

APARICIONES Y REVELACIONES

Este género de comunicación, normal en la época de la revelación, presenta ciertas dificultades, ya que la revelación acabó con la generación apostólica (según el criterio que se reconoce generalmente). Según san Pablo, cualquier nueva revelación que tuviese la pretensión de ofrecer «otro evangelio», cambiar o completar la revelación precedente, incurre en el anatema (Gál 1,8). Sin embargo, Dios no ha dejado de comunicarse con su pueblo. Pentecostés fue reconocido por el apóstol Pedro como el comienzo de un florecimiento profético en que «los jóvenes tendrán visiones y los viejos tendrán sueños» (He 2,17, citando Jl 3,1-5).

La solución teórica del problema consiste en admitir que una revelación privada puede tener la función de actualizar, recordar, vivificar, explicar o aclarar la primera revelación. Sin embargo, este problema crea cierto malestar que se expresa en una terminología incierta e inadecuada. Por ejemplo, la teología clásica contrapone habitualmente las revelaciones actuales, en cuanto revelaciones privadas, a las revelaciones públicas. Pero esta distinción queda superada por los hechos, ya que las apariciones llamadas privadas tienen a menudo un carácter totalmente público y una gran repercusión en la iglesia, como las de Guadalupe, Lourdes o Fátima. Establecer una distinción entre revelación objetiva y subjetiva no sería muy satisfactorio.

El vocabulario más completo y perfeccionado establecería una distinción entre la revelación fundante y las revelaciones particulares, que continúan según la diversidad de los tiempos y de los lugares. Tomás de Aquino y Cayetano han puesto de relieve que éstas tienen un carácter más bien práctico que especulativo. «Comunican ciertas reglas de conducta más bien que nuevas verdades», subrayaba Juan XXIII en su mensaje para clausurar el centenario de Lourdes (18 de febrero de 1959): «Los romanos pontífices, guardianes e intérpretes de la revelación divina (…), sienten la obligación de recomendar a la atención de los fieles, cuando lo juzguen oportuno para el bien general, después de un maduro examen, las luces sobrenaturales que Dios se complace en conceder libremente a algunas almas privilegiadas, no para proponer doctrinas nuevas, sino para dirigir nuestra conducta: non ad novam doctrinam fidei depromendam, sedad humanorum ac tuum directiones.

También se ha dicho que las apariciones y revelaciones privadas apelan más bien a la esperanza que a la fe. La idea de contraponer las apariciones antiguas a las de nuestros días no deja de mostrar cierta rigidez, ya que, si la autoridad de Dios no se manifiesta en ellas en el mismo orden, sus modalidades psicológicas no presentan diferencias significativas.

 

PÉRDIDA DE VALOR DE LAS APARICIONES

Con L. Volken es necesario constatar que las apariciones y revelaciones han ido perdiendo crédito de modo sistemático.

La teología dogmática define las revelaciones privadas o apariciones de forma negativa en cuanto accesorias, no necesarias, conjeturales, gratuitas, arriesgadas, etc., en oposición a la revelación.

La teología fundamental las coloca igualmente en el último lugar; Melchor Cano ni siquiera las cuenta entre sus «diez lugares teológicos» ni tampoco entre los lugares secundarios que son los últimos para él, como la filosofía, el derecho, la historia; por tanto figuran como un no-lugar teológico.

La exégesis contrapone la revelación bíblica, la palabra inspirada que tiene como autor a Dios, a las revelaciones ulteriores.

La teología moral procura alejarse de este terreno ambiguo, a pesar de que entra dentro de sus dominios, tanto en el tratado de la fe como en el tratado de las profecías.

La mística, a pesar de que debería ocuparse de ellos, desconfía de estos fenómenos, tratándolos más bien como epifenómenos transitorios y arriesgados.

La espiritualidad desconfía de estos carismas de excepción, ya que existe el peligro de que asuman el papel de nuevos evangelios o nuevos pentecostés y ofusquen lo esencial en vez de iluminarlo.

La historia de la iglesia toca este tema como un pariente pobre.

El antiguo Derecho canónico lo trataba en una perspectiva limitativa y represiva, como se verá más adelante.

Estas devaluaciones y estas críticas no hacen más que prolongar los conflictos entre los profetas del AT con las instituciones reales y sacerdotales de aquella época; sin olvidar los conflictos esenciales entre los verdaderos y los falsos profetas a lo largo de todo el AT.

Este género de conflicto puede volver a surgir continuamente entre el magisterio -una de cuyas funciones específicas es la conservación y la salvaguardia del depósito- y el profetismo, que tiene como misión la renovación, la reforma, el camino hacia el futuro. De este modo el profetismo corre siempre el riesgo de presentarse como un magisterio paralelo. Solamente la caridad y la obediencia a Dios pueden vencer la tensión entre el profetismo y la autoridad, que siempre ha existido en la historia de la iglesia, en la medida en que la autoridad no era profética y el profetismo se presentaba al margen de la autoridad.

A esta contención institucional se ha añadido la intensificación del freno racionalista. El racionalismo se había ensañado contra los signos y los símbolos ya desde el nacimiento mismo de la razón, entre los griegos, hace tres milenios. La cultura constituyó por mucho tiempo la lucha reductiva de la razón abstracta en contra del mundo de lo imaginario, considerado como inferior y menospreciable: el mundo de las sombras, de lo irracional, de la «folle du logis» 23. Llegó luego la oleada de otro racionalismo: el de la crítica y el de los maestros de la duda, que intentó interpretar el mundo de los símbolos en función de los impulsos de la subjetividad.

Fuente: “Apariciones” por René Laurentín


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El dogma María Corredentora, Medianera y Abogada pedido por Nuestra Señora de Todos los Pueblos

En las revelaciones de la Virgen María en Amsterdam a una humilde y sencilla mujer Holandesa, Ida Peerdeman (1906-1996), desde Marzo 25 de 1945 hasta Mayo 31 de 1959, pidió que la Iglesia Católica apruebe el Dogma de la santísima Virgen como Corredentora, Mediadora y Abogada.

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En el curso de estas revelaciones Nuestra Señora mencionó que ella deseaba ser conocida como “La Señora de Todos los Pueblos”. Ella pidió que se hiciera un dibujo de acuerdo a sus indicaciones (algo similar a la popular imagen en la medalla milagrosa) y que esta se distribuyera junto con una oración que ella le dictó a la visionaria.

Después de la definición dogmática de la Asunción por el Papa Pío XII el 1 de Noviembre de 1950, Nuestra Señora le dijo a Ida que esta definición tenía que preceder “último y mas grande dogma”: el de María Corredentora, Mediadora y Abogada, para los cuales la pintura y la oración iban a preparar el camino.

Nuestra Señora de todos los Pueblos abre entonces la vía al triple y último dogma mariano. La Señora de todos los Pueblos promete que este dogma traerá la verdadera paz al mundo.

El término “Corredentora” jamás pretende disminuir la preponderancia y la universalidad de la obra de mediación de Cristo, sino que se refiere a ella y también muestra la fuerza.

El término “Corredentora” tiene una larga tradición en la Iglesia. Se puede encontrar en los escritos de los Padres de la Iglesia, de santos y de papas. Edith Stein, Maximiliano Kolbe, Padre Pío, Madre Teresa y sor Lucía de Fátima lo han defendido fuertemente en los tiempos actuales. Juan Pablo II ha usado el término varias veces.

Los obispos holandeses resaltan que sólo Cristo es el Mediador entre Dios y el hombre (ver 1Tim 2,5). Todo lo que María da proviene de Él. Sin embargo Ella es también Corredentora porque fue de ayuda en la obra de redención y participó en ésta (ver Lc 1,38).

Mons. J.M. Punt lo expresó de la siguiente manera: “Esencialmente, cada ser humano está llamado a cooperar en la redención a través de Jesucristo, para completar –como escribe San Pablo- en nuestro cuerpo lo que le falta a su sufrimiento. Todas nuestras oraciones, sufrimientos y obras se vuelven redentoras en la medida en la cual el ser humano está unido a Cristo, en la fe y en la vida” (ver Salvifici Doloris No. 25, Papa Juan Pablo II). María tiene un puesto único en todo esto: su maternidad Divina la une en modo supremo con Él, desde el momento de su nacimiento hasta su muerte y más allá.

Concebida sin pecado, fue creada en la plenitud y la libertad original, así como Dios lo quería para el género humano. Por esto pudo responder en libre sumisión al amor y a la obra de redención de Dios en nombre de la humanidad. Como “Socia del Redentor”, estaba predestinada a seguir la misma vía de Cristo, perseverando hasta la cruz. (ver Jn 19,26-27).

Este papel de corredención y mediación de María no es una invención humana, es un plan de Dios, deseado por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Proclamando este dogma en un modo solemne, la Iglesia daría su libre consentimiento a la redención y glorificaría a Dios mismo reconociendo su plan de salvación.

Esta proclamación solemne haría posible a María revelar plenamente la preeminencia de sus títulos y de su maternidad universal y de conceder “gracia, redención y paz” a la humanidad y al mundo. Es la vía hacia una nueva “Caná”, que da a María la posibilidad de tocar el Corazón del Hijo y realizar una efusión única del Espíritu Santo en nuestros dramáticos tiempos. Es la puerta de la nueva evangelización y del verdadero ecumenismo en el Tercer Milenio.

Los primeros cuatro dogmas marianos se centran en la vida de María y en su Asunción al cielo. El quinto dogma quiere formular ahora su papel universal en el plan redentivo de Dios. “Pues una vez recibida en los cielos”, dice el Concilio Vaticano, “no dejó su oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos por su múltiple intercesión los dones de la eterna salvación”. (Ver Lumen Gentium No. 62).

Fue tan solo después de que los cuatro dogmas acerca de la persona de María [que ella es (1) Madre de Dios y (2) Siempre Virgen; que ella fue (3) Inmaculadamente Concebida y (4) Asunta al Cielo] fueran solemnemente propuestos por la autoridad magisterial de la Iglesia, que la escena estaría preparada para un dogma relativo a la función o rol de María en el trabajo de la salvación bajo el triple nombramiento de Corredentora, Mediadora y Abogada.

De acuerdo a estas revelaciones recibidas por Ida Peerdeman, la misma Virgen de manera efectiva afirmó que “el último y mas grande Dogma Mariano” ya es parte de la doctrina patrimonial de la Iglesia. Debe ser sacado a la luz y aclarado todavía mas por el trabajo de los teólogos y apropiado por toda la Iglesia.

Nuestra Señora también indicó que habría una lucha en este aspecto, pero ella nunca sugirió que el dogma sería definido en base a una revelación privada, aunque sea muy digna de crédito. Esto está totalmente de acuerdo con la sabiduría milenaria de la Iglesia. Por ejemplo, en su magistral encíclica sobre el Sagrado Corazón de Jesús, Haurietis Aquas, el Papa Pío XII se esforzó en resaltar que la doctrina de la Iglesia sobre el Sagrado Corazón de Jesús no se origina a partir de las revelaciones a Santa Margarita Maria Alacoque, aun si estas hayan aportado el mayor ímpetu para la devoción en tiempos modernos. En lugar de eso, el Papa Pío XII con firmeza declaró que la doctrina y devoción de la Iglesia están basadas en las fuentes fundamentales de revelación: las Escrituras y la Tradición.

Los títulos de Corredentora, Mediadora y Abogada nos permiten visualizar el rol de María en nuestra salvación de una manera lógica y coherente: Es precisamente debido a la participación especial e íntima de Nuestra Señora en el trabajo de la redención (como Corredentora) que ella puede ser la distribuidora (Mediadora) de todas las gracias y la gran intercesora (Abogada) para sus hijos después del mismo Jesús (cf. Heb. 7:25; 1Jn 2:1) y el Espíritu Santo (cf. Jn 14:16, 26; 15:26; 16:7).


VIDEO

María Correndentora Mediadora y Abogada II – (1 de 6)

María Correndentora Mediadora y Abogada II – (2 de 6)

María Correndentora Mediadora y Abogada II – (3 de 6)

María Correndentora Mediadora y Abogada II – (4 de 6)

María Correndentora Mediadora y Abogada II – (5 de 6)

María Correndentora Mediadora y Abogada II – (6 de 6)

 

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