Skip to main content

Los demógrafos dicen que el secularismo está muriendo.

Porque los ateos tienen cada vez menos hijos, en comparación a los que practican una religión.

Sin embargo no toman en cuenta que el cristianismo está cambiando y que la presión social hace que los jóvenes se alejen de la verdadera religión.

Primero, el cristianismo por lo menos en occidente, está siendo invadido por un humanismo, que pone al hombre como centro, despreocupándose de la salvación y la vida eterna.

En segundo lugar, porque los hijos de familias auténticamente cristianas cambian su concepción al llegar a la universidad o al tener contacto con el mundo ateísta del trabajo.

Y entonces la presión los hace totalmente ateos en el sentido fuerte del término o que abracen alguna ideología humanista, que está presente en el cristianismo.

   

LA TRANSFORMACIÓN DEL CRISTIANISMO EN HUMANISMO

El humanismo parte del cristianismo pero lo distorsiona fuertemente.

Su medida es el hombre y olvida la trascendencia de la religión auténtica.

Y es por eso que su meta es construir un orden social perfectamente justo en la Tierra y considera de menor rango la importancia de llagar al cielo.

Muchos cristianos actuales, especialmente católicos, creen que ese es el cristianismo bueno que debe practicarse: crear el cielo en la tierra.

El humanismo descree de la naturaleza humana caída y de la realidad del mal.

Piensan que el mal y la criminalidad se deben al pecado social, que son las estructuras sociales injustas.

Y terminan creyendo en la perfectibilidad de los seres humanos y de las sociedades que conforman estos.

Así llegan a considerar a occidente como una civilización nefasta, racista, explotadora e injusta.

Pero no creen lo mismo de los totalitarios, por ejemplo marxistas, que quieren crear una sociedad igualitaria entre todos los hombres en la tierra como meta central, pero abdican de valores trascendentes como la libertad.

Son además pacifistas a cualquier precio y mezclan el moralismo con el relativismo.

Confunden el amor a los pobres en sentido cristiano con un igualitarismo colectivista o socialista, a pesar que muchos no son marxistas.

Es así como para ellos los peores pecados son el racismo, la homofobia, etc.

Pero relativizan pecados que son trascendentes a la vida humana, como el aborto y la eutanasia.

Su relativismo los lleva a abdicar de los mandamientos de Dios en el ámbito moral personal.

Repetimos, la clave de este humanismo es el esfuerzo por crear el reino de los cielos en la tierra.

Y es por eso que son más criticadas las sociedades occidentales capitalistas que los regímenes tipo Unión Soviética, China maoísta o Cuba de Castro, a pesar de su totalitarismo y ateísmo.

A tal punto, que en el furor del Espíritu del Concilio Vaticano II, el obispo de Cuernavaca propuso la canonización de Chu En Lai, un duro marxista y genocida.

Este humanismo ha penetrado fuertemente en la Iglesia Católica.

Fue el que produjo la teología de la liberación y también está produciendo ahora las tendencias a preocuparse por el medio ambiente y las migraciones, por sobre las necesidades espirituales de la humanidad y la salvación.

Incluso son incapaces de darse cuenta del panteísmo qué hay detrás del ecologismo y el transformarse en administradores de la naturaleza.

Esta brecha se ahonda porque los progresistas humanistas cristianos ni siquiera se oponen fuertemente a los regímenes qué persiguen a los cristianos en el resto del mundo.

Porque su objetivo no es difundir la religión cristiana de Cristo sino el igualitarismo en la tierra.

Por eso se dice que el Dios del humanismo cristiano es el Dios de este mundo inferior.

Pero el humanismo cristiano real no puede confundirse con el humanismo actual, porque el humanismo cristiano subordina todo lo humano a lo que está por encima del hombre.

El humanismo actual progresista es en realidad ateo, aunque impulse la religión de la humanidad, porque la piensa como la unión de todas las religiones sobre la base de la deificación de las necesidades de los seres humanos en la tierra.

La oración de este humanismo moderno es la sanación física, la prosperidad económica, el no juzgar la moralidad, la misericordia absoluta sin ninguna condición por sobre el cuidado de las almas y la conversión para llegar al cielo.

El ruso cristiano Soloviev, que murió en 1900, dijo que el anticristo sería un gran humanista que torpediaría el cristianismo desde dentro.

Falsificaría lo bueno, combinando el cristianismo auténtico con el apoyo al gobierno mundial y al ambientalismo radical.

Y así presentaría una misericordia sin castigo y una justicia sin el arrepentimiento necesario para transformar el alma.

Jesús en realidad promete más que el pan, promete el pan de la vida eterna y no la vida que se termina en la tierra.

Lo interesante del caso es que quienes abrazan el humanismo y siguen llamándose cristianos consideran que está contribuyendo a un aggiornamiento del cristianismo.

Esta transformación que se está produciendo en el cristianismo, y especialmente en el catolicismo, parecería que contradice lo que los demógrafos opinan.

Ellos dicen que el secularismo está muriendo por el cambio demográfico.

Que el centro de gravedad de la sociedad va en dirección a una mayor religiosidad.

Sus proyecciones muestran al secularismo perdiendo impulso y comenzando a declinar en Europa y América para el año 2050.

En gran parte debido a la baja fertilidad occidental y la inmigración religiosa.

¿Pero qué pasa cuando la única referencia religiosa son los hogares, y por el contrario, la enseñanza y lo demás de la cultura es anti religioso?

Cuando hablamos de religiosidad nos referimos aquí a la auténtica religión de un Dios trascendente por encima de la humanidad.

   

EL EJEMPLO DE LOS JUDÍOS

Los que dudan de que la demografía puede dar forma a la política debe considerar los judíos del mundo.

La combinación de polarización religiosa y explosión demográfica es particularmente acentuada entre los judíos.

Ellos comenzaron a secularizarse en grandes cantidades en el siglo XIX, y la ortodoxia surgió para combatir esta tendencia.

La temperatura del fundamentalismo judío aumentó considerablemente después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial.

Y surgió una comunidad ultra-ortodoxa, o haredi, segregándose ellos mismos de los otros judíos.

El Primer Ministro de Israel, David Ben-Gurion y los dirigentes sionistas en gran medida seculares, asumieron el sombrero negro de copa, como una reliquia de la historia.

Dieron a los ultra-ortodoxos una exención para el servicio militar, subsidios para estudiar en la Yeshivá, y otros privilegios religiosos.

Fue para asegurarse que su anti-sionismo no disuadiera a las grandes potencias de establecer un hogar para los judíos en Palestina.

En 1948, había sólo 400 Judíos de Israel con exenciones militares, muchas de los cuales no fueron utilizadas.
.
En 2007, ese número había aumentado a 55.000.

Mientras tanto, el margen de los alumnos ultra-ortodoxos judíos en las escuelas primarias de Israel en 1960 se había disparado.

Ahora representan una tercera parte en las clases de primer grado judío.

Ellos están ganando poder: en Jerusalén, los haredim se amotinaron hace unos años, exigiendo el derecho a segregar a las mujeres en los autobuses, y ya han elegido el primer alcalde de la ciudad Haredi.

Fuera de Israel, los ultra-ortodoxos pueden formar la mayoría de observantes estadounidenses y británicos judíos en 2050.

El ejemplo judío muestra que el cambio de la población puede revertir el secularismo y desplazar el centro de gravedad de toda una sociedad en un sentido religioso conservador.

Ten en cuenta que el cambio se ha producido, porque los valores que la gente están cada vez más polarizados y determinan el tamaño de la familia.

   

EN EL RESTO DEL MUNDO SEGÚN ERIC KAUFAMNN

Eric Kaufmann dice que en una forma más modesta, lo mismo es cierto en otros lugares.

En el mundo musulmán, las mujeres a favor de la ley de la sharia tienen el doble de las tasas de natalidad de las mujeres musulmanas que están más opuestas.

Mientras tanto, los europeos y americanos que se reportan “sin religión” están liderando la fecundidad por debajo del nivel de reemplazo.

En la mayor parte de Europa, la media no religiosa está en torno a un hijo por mujer.

En los Estados Unidos, están en 1.5, muy inferior a la media nacional 2.1, que está oscilando y a la baja.

Esta desventaja no es suficiente para evitar la decadencia religiosa de gran parte de Europa y Estados Unidos hoy en día; pero el laicismo debe correr para seguir adelante.

Pero la historia de la decadencia religiosa en Europa sugiere que las tasas de secularización tienden a disminuir con el tiempo, esto presagia el final de la secularización.

Las proyecciones recientemente publicadas con Skirbekk y Goujon muestran al secularismo perdiendo impulso y comenzando a declinar en Europa y América para el año 2050.

En gran parte debido a la baja fertilidad y la inmigración religiosa.

El futuro ya ha llegado a las principales ciudades puerta de la inmigración en la Europa “secular”.

Considera Londres.

En los últimos 20 años, de acuerdo con los censos religiosos, la asistencia a templos cristianos ha caído en picada un 40 por ciento en Inglaterra, pero se ha mantenido estable en la capital.

Observa el interior de una típica iglesia de Londres y encontrarás que más del 60 por ciento de los feligreses no son blancos y muchos otros son inmigrantes de Europa del Este.

Al mismo tiempo, musulmanes, sijs, hindúes y otros grupos religiosos están creciendo.

El efecto neto es una Londres más religiosa que un cuarto de siglo atrás.

En París y en otras “puertas de entrada” europeas, ha ocurrido lo mismo.

Inglaterra, en 2050, se espera que se parezca a Londres, así que es fácil imaginar una Inglaterra y una Europa más religiosa al final de nuestro siglo.

Lo mismo es cierto en los Estados Unidos.

Los “nones” (no tienen religión) pueden ser el tercer grupo religioso más grande en los Estados Unidos, y los ex-católicos el cuarto más grande, pero la historia del cambio necesita de un contexto demográfico.

Si Estados Unidos se mantuviera un 70 por ciento blanco, la población llegaría a los niveles europeos de secularización en dos generaciones y los católicos perderían rápidamente su cuota de mercado frente a los protestantes.

En cambio, el crecimiento rápido de la población hispana y asiática estabilizaría la proporción de los estadounidenses no religiosos en los niveles más o menos de hoy en día.

Los católicos, lejos de disminuir, pueden superar en número a los protestantes entre los jóvenes de la nación tan pronto como en la década de 2040.

Vale la pena recordar que el 97 por ciento del crecimiento de la población del mundo tiene lugar en los “trópicos religiosos”.

Mientras que las poblaciones en las seculares Asia Oriental y Occidente están envejeciendo y ya estarían disminuyendo si no fuera por la inmigración.

Las tasas de natalidad están disminuyendo en el mundo en desarrollo, pero el pico de población máxima entre el Norte y el Sur está por delante, en el año 2050.

En ese momento, la ONU proyecta que habrá cuatro  africanos (en gran parte religiosos) por cada europeo, en comparación con la situación en 1950, cuando había dos y medio europeos por cada africano.

De acuerdo con la Gallup World Poll and World Religious Database, esta revolución demográfica mundial ya ha hecho del mundo un lugar más religioso de lo que era en 1970, y seguirá haciéndolo.

A medida que las regiones seculares se despueblan, van a reponer su fuerza de trabajo con inmigrantes religiosos, inyectando la religión en la sociedad y la política de nuevo.

Desde esta perspectiva, los incidentes de alto perfil, como el asesinato del cineasta holandés Theo van Gogh o la prohibición del burka en Francia pueden llegar a ser las estrofas iniciales de una nueva épica en que la religión vuelve a entrar en la vida pública.

Kaufmann dice que a veces nos olvidamos de que la mayoría de la gente obtiene su religión de la manera tradicional: a través del nacimiento.

La demografía no es el destino, pero es la más predecible de las ciencias sociales.

A medida que la población del mundo llegue a su pico y comience a declinar más adelante en este siglo, la religiosidad impulsará fuertemente contra la corriente.

Al hacerlo, nuestras sociedades re elaborarán nuestras certezas acerca de la secularización, la Ilustración, y el fin de la historia.

   

UN NUEVO ESTUDIO CONFIRMA EL PREDESTINAMIENTO DEMOGRÁFICO

Un nuevo estudio dice que los ateos finalmente morirán porque las personas religiosas tienden a tener familias más grandes.

Es esencialmente el mismo argumento que utiliza el movimiento pro-vida.

Que dice que la gente pro-vida tienden a tener menos abortos que las personas a favor del aborto, por tanto, los pro-vida tienen más bebés, por lo que en unas pocas generaciones habrá muchos más pro-vida.

The Daily Caller hablando sobre este estudio establece que:

El estudio reciente sugiere que los ateos están muriendo lentamente simplemente porque tienen menos hijos que las personas religiosas.

El número de las personas no religiosas ha disminuido en general durante el siglo pasado, porque las personas no religiosas tienden a ser menos propensas a formar una familia y tener un montón de niños.

Estas son las simples matemáticas demográficas.

Dado que “las personas no religiosas son más propensas a usar métodos anticonceptivos, sus números están siendo superados por aquellos que son altamente religiosos”, afirman los autores.

El estudio define la religiosidad como cualquier religión, ya sean cristianos, hindúes, musulmanes, judíos o de otro tipo.

Las tasas de natalidad musulmanes supera en número a todas las demás categorías religiosas, tanto en los EE.UU. como en Malasia.

Y los autores predicen, además, que a finales del presente siglo, “el Islam habrá superado el cristianismo como la religión más grande del mundo y estará compuesto por más de una cuarta parte de todas las personas en la tierra”.

Los investigadores realizaron el estudio para empezar a formar una “predicción biológicamente informada que contrarresta la tesis de la secularización”

A pesar de que la idea predominante es que la religión está muriendo, sobre la base de encuestas sobre religión en Estados Unidos y en todo el mundo, los autores prevén un descenso del secularismo durante el resto del siglo XXI, especialmente en los países industrializados.

   

PERO HAY UN MOMENTO EN QUE LOS NIÑOS DEBEN DECIR SI ABRAZAN UNA RELIGIÓN O NO

Sí, esto funciona pero hasta cierto punto.

Los cristianos tienen más niños, pero luego muchos padres los ofrecen como sacrificio a la cultura de la modernidad.

Se ve todo el tiempo que muchos buenos y serios católicos pro-vida siguen enviando a sus hijos a escuelas y universidades – que se llaman católicas o no – que realmente buscan subvertir las creencias de sus hijos.

Al hacerlo, están literalmente creando las tropas para el otro lado de la guerra cultural.

Los padres siguen enviando a sus hijos a centros de enseñanza, que aunque se llamen católicos no lo practican en los cursos.

Y luego actúan sorprendidos cuando el joven adulto se convierte en todo lo contrario que siempre le enseñaron en el hogar.

No importa el hecho de que los católicos usen la anticoncepción al mismo ritmo que los demás.

Sino que los niños en algún momento en la vida tienen que optar por ser católicos.

Usted puede ser criado en la fe, pero en algún momento debe elegirla, abrazarla, creer, tener un encuentro con Jesús.

De lo contrario, usted acaba siendo una de esas personas que dice cosas como Me crié católico, pero… (inserta aquí un texto a favor del aborto, del matrimonio gay, etc.)”

En este momento, ante presiones contrarias, se necesita mucha más valentía para abrazar la fe que para decir que eres un ateo.

Piensa en ello, en la cultura de hoy recibes más críticas por salir como católico que por ser un homosexual activo.

Los niños están siendo adoctrinados por las escuelas y la cultura con el fin de que los cristianos sean vistos como neandertales que odian a los demás.

Entonces no es de extrañar que el número de irreligiosos vaya en aumento.

Esto se debe a que es el camino de menor resistencia. Es el camino más transitado.

Estamos en una guerra cultural. Es una guerra por la cultura.

Así que no podemos decir tan fácilmente que los ateos se están extinguiendo.

Los cristianos están ayudando a crear más ateos al no resistir los cantos de sirena de la cultura.

Los cristianos son tan ineptos en la evangelización que somos la mayor evidencia de la intervención sobrenatural para mantener viva la Iglesia.

A veces podemos pensar que la Iglesia ha durado 2.000 años a pesar de nosotros.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis: