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Cómo deben actuar los fieles para obtener las mayores gracias frente al Santísimo Sacramento expuesto.  

En las adoraciones eucarísticas, ante el santísimo sacramento expuesto en una custodia, suceden cosas realmente sobrenaturales.

Quienes concurren con frecuencia experimentan un cambio en su vida que sólo puede ser atribuible a la adoración.

Y han sido testigos de increíbles hechos.

Sin embargo, hay fieles a quienes les cuesta abandonar la creencia, de que la actividad febril va a solucionar sus problemas y los del mundo.

Pero todo tiene su tiempo, lo hay para la acción y también para la contemplación y la reflexión.

¿No te parece que sería el mejor regalo de tu vida tener frente a ti a Jesucristo, para que le puedas preguntar los que quieras saber, contarle tus problemas y pedirle ayuda?   

Aquí hablaremos sobre el hecho misterioso de Jesús hablando a los adoradores eucarísticos con casos concretos, daremos informaciones prácticas para aquellos que no conocen la actividad, sobre lo que tienen que hacer y esperar de esa actividad, y mostraremos los beneficios objetivos obtenidos.

La Adoración Eucarística es una práctica que ha tomado auge en las últimas dos décadas debido a su eficacia comprobada.

Se han multiplicado las horas de exposición del santísimo sacramento en las parroquias para que los fieles vayan a hacer sus horas santas.

Y se han inaugurado capillas de adoración perpetua, en que la hostia consagrada está expuesta las 24 horas de todos los días y los fieles se anotan para cubrir los horarios. 

Sin embargo, hay algunos católicos a quienes les cuesta comprender y asimilar esta acción de contemplación al santísimo Sacramento, porque son más del tipo de hacer cosas.

Pero no hay contradicción entre la acción y la contemplación, porque todo tiene su tiempo.

Juan Pablo II, siendo un hombre claramente de acción, fue el Papa que peregrinó más en la historia, por ejemplo, pasaba 6 horas diarias ante el Santísimo Sacramento, y sus escritos los hacía con él expuesto.  

Entonces expliquemos que es todo esto.

La adoración eucarística es pasar un tiempo en silencio, contemplando una hostia consagrada expuesta en una custodia sobre el altar. 

No olvidemos que la adoración eucarística es la adoración de la hostia que recibimos en la eucaristía.

Por lo tanto sólo es posible por la consagración que las manos de un sacerdote ordenado hacen de las especies del pan y el vino, haciendo presente a Jesucristo en ellas.

Cuando vamos a una adoración eucarística veremos el Santísimo Sacramento expuesto en silencio, esperando frente a nosotros.

Nos arrodillaremos frente a Él primero y podemos sentarnos luego.

Y experimentaremos la fuerza de Dios que sale de la custodia, como rayos invisibles que se posan en el adorador, penetrando en lo más profundo del alma con una música que sólo el alma escucha.

No vemos Sus ojos, pero nos está mirando.

No escuchamos Su voz, pero nos habla y nos enseña.

No vemos Sus manos pero nos está tocando, sanando, bendiciendo.

En 1996, cuando la salud de la Madre Teresa de Calcuta se estaba deteriorando, a menudo quedaba internada en el hospital. 

Y ella quería tener al Santísimo Sacramento en la habitación, a pesar de ser una persona de acción.

Y cuando le tenían que hacer algún examen importante o intervención de rutina, el médico le pedía al sacerdote que expusiera el Santísimo Sacramento.

Porque el médico, que no era cristiano, había observado que cuando estaba expuesto, la Madre Teresa quedaba inmóvil, en silencio, fijando sus ojos en la hostia consagrada, y además la ayudaba a sanar.

Es que Su mensaje llega a nuestro corazón, sin estruendo pero firme y directo.

Es la voz del Creador, del Salvador, del Amor eterno.

Su Presencia en el Santísimo Sacramento se hace tan real como si estuviera de pie ante nuestros ojos sorprendidos.

Y allí, en la Presencia de Jesús, los que dudan creen y los corazones son sanados. 

Silenciosamente y poderosamente, Jesús nos muestra la verdad sobre nuestras vidas, y Su amor.

Nuestra actitud frente al Santísimo Sacramento entonces es: 

Primero reconocer que en el Santísimo Sacramento está Jesucristo.

Segundo, reconocer que ese Dios que adoramos en el Santísimo Sacramento es el nexo entre lo divino y los hombres.

Y tercero que a ese Dios que estamos mirando frente a nosotros le debemos honor y gloria, y que Él está ahí para brindarnos Su amor y Su ayuda.

Y la disposición que requiere de nosotros es,

Primero necesitamos silencio, que es lo que al mundo le cuesta comprender.

Un ejemplo es que los medios de comunicación quedaron consternados cuando Benedicto XVI dirigió una adoración en Hyde Park en el 2010, en que 8000 jóvenes se limitaron a guardar silencio ante el Santísimo Sacramento.

La televisión quedó frustrada porque requería conversaciones continuas y actividad febril.

La segunda disposición es que estemos atentos al Señor en el Santísimo Sacramento, sin atender a otra cosa, nada de celular.

Y la tercera disposición es ser receptivos. Debemos estar abiertos a recibir de Dios.

Y Él nos guiará siempre y cuando se lo dejemos.

Si no estamos abiertos y no le presentamos al Señor nuestras heridas y todo lo oculto que tenemos, entonces lograremos poco cambio.

En la medida que estemos abiertos Él nos enseñará acerca de Él y acerca de nosotros mismos.

Y así en silencio, atendiendo sólo a Él y estando abiertos a recibir, observaremos el proceso por el cual Dios irá agrandando nuestros corazones para amarlo y para amar a los demás.

Nos guiará en la oración durante la adoración, en los actos de reparación y en la forma de expresar nuestro amor.

Y así podremos obtener muchas gracias que el Señor quiere darnos.

El Santo Cura de Ars definía la adoración diciendo «Él me mira y yo lo miro».

Pero el adorador experimenta que es una mirada que comunica.

Y que Él nos da más amor cuanto más profunda es nuestra hambre, y a su vez que Él nos da hambre de Él mismo.

Y si lo dejamos, Él nos habla sobre cómo nos ve a nosotros y a nuestros problemas, y a partir de ahí se pueden delinear soluciones a nuestros problemas.

El Padre Ghislain Roy, un canadiense exorcista, da una serie de consejos a quienes no están familiarizados con la adoración eucarística.

Propone que hay que ir a la adoración eucarística por lo menos una hora por semana. 

Y más aún cuando las personas sufren enfermedades ellas mismas o personas queridas.

Y recomienda dividir el tiempo en cuatro.

En el primer cuarto permanecer frente a Él, decirle que vienes para amarlo y que quieres dejarte Amar por Él.

En el segundo cuarto darle las gracias por todo lo que te ha dado, como la vida, tu familia, la comida, etc.

En el tercer cuarto hacer reparación por las cosas que pasan en el mundo y por tus allegados que no lo conocen.

Y en el cuarto período exponerle tus problemas y hacer las peticiones que desees.

¿Y qué pruebas objetivas podemos exhibir sobre la eficacia de la adoración?

El Padre Patricio Hileman, un ex monje Benedictino, luego ermitaño Eucarístico que vivió en la montaña solo adorando al Santísimo, hasta que Dios le reveló la misión de construir Capilla de Adoración Perpetua, cuenta dos pruebas objetivas muy claras, dentro de los cientos que tiene.

Una es que el aumento de las capillas de adoración en México ha resultado en un impresionante descenso de las tasas de criminalidad.

Porque cuando una parroquia adora a Dios día y noche, la ciudad se transforma.

En el momento que se inauguró la primera capilla de adoración perpetua en Ciudad Juárez, 40 personas al día estaban muriendo debido a que dos grupos de narcotraficantes estaban combatiendo por el transporte de drogas a los Estados Unidos.

Entre el 2008 y el 2010, Ciudad Juárez estaba catalogada como una de las ciudades más peligrosas del mundo, pero en 2017 es más segura que muchas ciudades de Estados Unidos.

Después que se abrió la primera capilla en Ciudad Juárez en el 2013, los homicidios se redujeron tan drásticamente que la gente le dijo al P. Hileman:

«Padre, desde que la capilla se abrió nadie ha muerto en Ciudad Juárez; hace dos meses que nadie ha muerto».

Antes de eso se estaba por cerrar el seminario porque sólo había 8 seminaristas y en el 2017 se contaba con 88, y todos esos nuevos seminaristas habían participado en las Horas Santas.

Y también contó el caso de un niño que oyó del padre Hileman, que si se apuntan en la madrugada Jesús los va a bendecir cien veces más.

El niño decidió apuntarse a las 3 de la mañana y le contó a su madre que lo hizo porque «quiero que papá deje de tomar, deje de pegarte y dejemos de ser pobres».

Durante la primera semana la mamá lo acompañó y en la segunda semana invitó a su papá.

Al mes de que comenzaron a ir a la Adoración Perpetua el papá dio el testimonio de que experimentó el amor de Jesús y se sanó.

Después se volvió a enamorar de la mamá en esas horas santas, dejó de tomar, dejó de pelearse con la mamá y dejaron de ser pobres.

Por la fe de un pequeñito de 8 años toda la familia se sanó frente al Santísimo Sacramento.

Es que los milagros más grandes en las adoraciones eucarísticas ocurren en la madrugada.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre los hechos sobrenaturales que suceden en las adoraciones eucarísticas y sus beneficios objetivos.

Y me gustaría preguntarte qué experiencias has tenido con las adoraciones eucarísticas o has sentido que otros tuvieron y si la has practicado.  

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