Cómo deben actuar los fieles para obtener las mayores gracias frente al Santísimo Sacramento expuesto.
En las adoraciones eucarísticas, ante el santísimo sacramento expuesto en una custodia, suceden cosas realmente sobrenaturales.
Quienes concurren con frecuencia experimentan un cambio en su vida que sólo puede ser atribuible a la adoración.
Y han sido testigos de increíbles hechos.
Sin embargo, hay fieles a quienes les cuesta abandonar la creencia, de que la actividad febril va a solucionar sus problemas y los del mundo.
Pero todo tiene su tiempo, lo hay para la acción y también para la contemplación y la reflexión.
¿No te parece que sería el mejor regalo de tu vida tener frente a ti a Jesucristo, para que le puedas preguntar los que quieras saber, contarle tus problemas y pedirle ayuda?
Aquí hablaremos sobre el hecho misterioso de Jesús hablando a los adoradores eucarísticos con casos concretos, daremos informaciones prácticas para aquellos que no conocen la actividad, sobre lo que tienen que hacer y esperar de esa actividad, y mostraremos los beneficios objetivos obtenidos.
La Adoración Eucarística es una práctica que ha tomado auge en las últimas dos décadas debido a su eficacia comprobada.
Se han multiplicado las horas de exposición del santísimo sacramento en las parroquias para que los fieles vayan a hacer sus horas santas.
Y se han inaugurado capillas de adoración perpetua, en que la hostia consagrada está expuesta las 24 horas de todos los días y los fieles se anotan para cubrir los horarios.
Sin embargo, hay algunos católicos a quienes les cuesta comprender y asimilar esta acción de contemplación al santísimo Sacramento, porque son más del tipo de hacer cosas.
Pero no hay contradicción entre la acción y la contemplación, porque todo tiene su tiempo.
Juan Pablo II, siendo un hombre claramente de acción, fue el Papa que peregrinó más en la historia, por ejemplo, pasaba 6 horas diarias ante el Santísimo Sacramento, y sus escritos los hacía con él expuesto.
Entonces expliquemos que es todo esto.
La adoración eucarística es pasar un tiempo en silencio, contemplando una hostia consagrada expuesta en una custodia sobre el altar.
No olvidemos que la adoración eucarística es la adoración de la hostia que recibimos en la eucaristía.
Por lo tanto sólo es posible por la consagración que las manos de un sacerdote ordenado hacen de las especies del pan y el vino, haciendo presente a Jesucristo en ellas.
Cuando vamos a una adoración eucarística veremos el Santísimo Sacramento expuesto en silencio, esperando frente a nosotros.
Nos arrodillaremos frente a Él primero y podemos sentarnos luego.
Y experimentaremos la fuerza de Dios que sale de la custodia, como rayos invisibles que se posan en el adorador, penetrando en lo más profundo del alma con una música que sólo el alma escucha.
No vemos Sus ojos, pero nos está mirando.
No escuchamos Su voz, pero nos habla y nos enseña.
No vemos Sus manos pero nos está tocando, sanando, bendiciendo.
En 1996, cuando la salud de la Madre Teresa de Calcuta se estaba deteriorando, a menudo quedaba internada en el hospital.
Y ella quería tener al Santísimo Sacramento en la habitación, a pesar de ser una persona de acción.
Y cuando le tenían que hacer algún examen importante o intervención de rutina, el médico le pedía al sacerdote que expusiera el Santísimo Sacramento.
Porque el médico, que no era cristiano, había observado que cuando estaba expuesto, la Madre Teresa quedaba inmóvil, en silencio, fijando sus ojos en la hostia consagrada, y además la ayudaba a sanar.
Es que Su mensaje llega a nuestro corazón, sin estruendo pero firme y directo.
Es la voz del Creador, del Salvador, del Amor eterno.
Su Presencia en el Santísimo Sacramento se hace tan real como si estuviera de pie ante nuestros ojos sorprendidos.
Y allí, en la Presencia de Jesús, los que dudan creen y los corazones son sanados.
Silenciosamente y poderosamente, Jesús nos muestra la verdad sobre nuestras vidas, y Su amor.
Nuestra actitud frente al Santísimo Sacramento entonces es:
Primero reconocer que en el Santísimo Sacramento está Jesucristo.
Segundo, reconocer que ese Dios que adoramos en el Santísimo Sacramento es el nexo entre lo divino y los hombres.
Y tercero que a ese Dios que estamos mirando frente a nosotros le debemos honor y gloria, y que Él está ahí para brindarnos Su amor y Su ayuda.
Y la disposición que requiere de nosotros es,
Primero necesitamos silencio, que es lo que al mundo le cuesta comprender.
Un ejemplo es que los medios de comunicación quedaron consternados cuando Benedicto XVI dirigió una adoración en Hyde Park en el 2010, en que 8000 jóvenes se limitaron a guardar silencio ante el Santísimo Sacramento.
La televisión quedó frustrada porque requería conversaciones continuas y actividad febril.
La segunda disposición es que estemos atentos al Señor en el Santísimo Sacramento, sin atender a otra cosa, nada de celular.
Y la tercera disposición es ser receptivos. Debemos estar abiertos a recibir de Dios.
Y Él nos guiará siempre y cuando se lo dejemos.
Si no estamos abiertos y no le presentamos al Señor nuestras heridas y todo lo oculto que tenemos, entonces lograremos poco cambio.
En la medida que estemos abiertos Él nos enseñará acerca de Él y acerca de nosotros mismos.
Y así en silencio, atendiendo sólo a Él y estando abiertos a recibir, observaremos el proceso por el cual Dios irá agrandando nuestros corazones para amarlo y para amar a los demás.
Nos guiará en la oración durante la adoración, en los actos de reparación y en la forma de expresar nuestro amor.
Y así podremos obtener muchas gracias que el Señor quiere darnos.
El Santo Cura de Ars definía la adoración diciendo «Él me mira y yo lo miro».
Pero el adorador experimenta que es una mirada que comunica.
Y que Él nos da más amor cuanto más profunda es nuestra hambre, y a su vez que Él nos da hambre de Él mismo.
Y si lo dejamos, Él nos habla sobre cómo nos ve a nosotros y a nuestros problemas, y a partir de ahí se pueden delinear soluciones a nuestros problemas.
El Padre Ghislain Roy, un canadiense exorcista, da una serie de consejos a quienes no están familiarizados con la adoración eucarística.
Propone que hay que ir a la adoración eucarística por lo menos una hora por semana.
Y más aún cuando las personas sufren enfermedades ellas mismas o personas queridas.
Y recomienda dividir el tiempo en cuatro.
En el primer cuarto permanecer frente a Él, decirle que vienes para amarlo y que quieres dejarte Amar por Él.
En el segundo cuarto darle las gracias por todo lo que te ha dado, como la vida, tu familia, la comida, etc.
En el tercer cuarto hacer reparación por las cosas que pasan en el mundo y por tus allegados que no lo conocen.
Y en el cuarto período exponerle tus problemas y hacer las peticiones que desees.
¿Y qué pruebas objetivas podemos exhibir sobre la eficacia de la adoración?
El Padre Patricio Hileman, un ex monje Benedictino, luego ermitaño Eucarístico que vivió en la montaña solo adorando al Santísimo, hasta que Dios le reveló la misión de construir Capilla de Adoración Perpetua, cuenta dos pruebas objetivas muy claras, dentro de los cientos que tiene.
Una es que el aumento de las capillas de adoración en México ha resultado en un impresionante descenso de las tasas de criminalidad.
Porque cuando una parroquia adora a Dios día y noche, la ciudad se transforma.
En el momento que se inauguró la primera capilla de adoración perpetua en Ciudad Juárez, 40 personas al día estaban muriendo debido a que dos grupos de narcotraficantes estaban combatiendo por el transporte de drogas a los Estados Unidos.
Entre el 2008 y el 2010, Ciudad Juárez estaba catalogada como una de las ciudades más peligrosas del mundo, pero en 2017 es más segura que muchas ciudades de Estados Unidos.
Después que se abrió la primera capilla en Ciudad Juárez en el 2013, los homicidios se redujeron tan drásticamente que la gente le dijo al P. Hileman:
«Padre, desde que la capilla se abrió nadie ha muerto en Ciudad Juárez; hace dos meses que nadie ha muerto».
Antes de eso se estaba por cerrar el seminario porque sólo había 8 seminaristas y en el 2017 se contaba con 88, y todos esos nuevos seminaristas habían participado en las Horas Santas.
Y también contó el caso de un niño que oyó del padre Hileman, que si se apuntan en la madrugada Jesús los va a bendecir cien veces más.
El niño decidió apuntarse a las 3 de la mañana y le contó a su madre que lo hizo porque «quiero que papá deje de tomar, deje de pegarte y dejemos de ser pobres».
Durante la primera semana la mamá lo acompañó y en la segunda semana invitó a su papá.
Al mes de que comenzaron a ir a la Adoración Perpetua el papá dio el testimonio de que experimentó el amor de Jesús y se sanó.
Después se volvió a enamorar de la mamá en esas horas santas, dejó de tomar, dejó de pelearse con la mamá y dejaron de ser pobres.
Por la fe de un pequeñito de 8 años toda la familia se sanó frente al Santísimo Sacramento.
Es que los milagros más grandes en las adoraciones eucarísticas ocurren en la madrugada.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre los hechos sobrenaturales que suceden en las adoraciones eucarísticas y sus beneficios objetivos.
Y me gustaría preguntarte qué experiencias has tenido con las adoraciones eucarísticas o has sentido que otros tuvieron y si la has practicado.
Los cristianos sostienen que Jesucristo está vivo y entre nosotros.
Y lo saben por la fe y por los encuentros que tienen con sus gracias a través de la vida.
Pero esto no es suficiente para los no creyentes, que exigen pruebas físicas de que está entre nosotros.
Y las pruebas existen y han convertido a muchos incrédulos.
Aunque a otros, no porque si creyeran tendrían que cambiar de vida, y eso les resulta penoso, porque se sienten cómodos con sus pecados.
Aquí hablaremos sobre las pruebas físicas, objetivas, que ha dejado Jesucristo, para indicar que Él está entre nosotros.
Y sobre el final te presentamos 3 devociones, al respecto, que son de mucho fruto.
Los cristianos tenemos evidencias personales de la presencia de Jesucristo en nuestras vidas.
Centenares de peticiones contestadas, incluso respondidas antes que hubiéramos formalizado el pedido, la paz que nos trae su invocación, la seguridad ante peligros que se nos presentan, su providencia en general, etc.
Pero ¿hay algún elemento objetivo de la presencia de Jesucristo en la Tierra, que pueda ser reconocido hasta por los no creyentes?
Si, hay uno, que es la presencia de su sangre entre nosotros.
¿Y cómo está presente?
Como católicos, creemos en la Presencia Real, mediante la cual Jesucristo se hace literalmente presente en una hostia consagrada a través de la transubstanciación.
Que viene de lo prometido por Jesús en la última cena y que recoge Juan 6: 53,
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día.
Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él.»
Pero muchos cristianos no aceptan la transubstanciación, la mayoría de los protestantes.
Y ven como un gesto simbólico el comer la hostia consagrada y beber el vino consagrado.
E incluso algunos sacerdotes a través de la historia, han sido intensamente escépticos, de la doctrina católica de la Presencia Real.
Porque el vino y la hostia permanecen incambiados a la vista de todos, luego de la consagración por un sacerdote debidamente ordenado.
Sin embargo, a lo largo de los siglos ha habido muchos informes y relatos de que la hostia consagrada se convirtió milagrosamente en carne y sangre física, como respuesta.
Son los que llamamos milagros eucarísticos.
Y cuando se realizaron estudios sobre estas hostias milagrosas sangrantes, se hizo un descubrimiento asombroso: se encontró el mismo tipo de sangre cada vez, el tipo AB positivo.
El primer evento registrado de una hostia consagrada que milagrosamente se convirtió en carne y sangre, se remonta al siglo VIII en la ciudad de Lanciano, Italia.
Es llamado el Milagro de Lanciano.
Un monje era escéptico sobre la Presencia Real y la transubstanciación.
Y en una oportunidad cuando celebró la Misa y dijo las Palabras de Consagración con duda en su alma y en su corazón, vio ante sus ojos que la Hostia se transformaba en carne viva y el vino se transformaba en sangre coagulada.
Se realizaron varios estudios científicos sobre estas reliquias que se habían conservado perfectamente a lo largo de los siglos.
El último fue en 1981, donde el profesor Odoardo Linoli utilizó los instrumentos científicos más modernos disponibles.
Los análisis, realizados con absoluto rigor científico y documentados por una serie de fotografías al microscopio, dieron los siguientes resultados:
La carne es verdadera carne.
La sangre es verdadera sangre.
La carne y la sangre pertenecen a la especie humana.
La carne está constituida por el tejido muscular del corazón.
En la carne están presentes, en secciones, el miocardio, el endocardio, el nervio vago y el ventrículo cardiaco izquierdo.
La carne es un corazón completo en su estructura esencial.
La carne y la sangre tienen el mismo grupo sanguíneo AB positivo.
La conservación de la carne y de la sangre, dejadas al estado natural por espacio de doce siglos y expuestas a la acción de agentes atmosféricos y biológicos, es de por sí ya un fenómeno extraordinario.
Otro hecho milagroso ocurrió en 1996, cuando una mujer en Buenos Aires, Argentina, encontró una hostia profanada en un candelabro en su iglesia parroquial.
Y el sacerdote puso la hostia en un vaso con agua para disolverla, según la Ley Canónica.
Y un tiempo después, cuando el sacerdote fue a verificar el estado del vaso con agua y la hostia adentro, observó que la hostia se había convertido en carne y sangre.
En ese momento, Jorge Mario Bergoglio, era el obispo de Buenos Aires, que luego llegaría al pontificado adoptando el nombre de Francisco.
Tres años después del suceso, el obispo auxiliar Bergoglio llamó al científico Ricardo Castañón para que hiciera un estudio y éste envió la hostia al mayor experto en cardiología y patología forense, el Dr. Frederic Zugibe, en los Estados Unidos.
Los resultados fueron los mismos que en Lanciano: tejido cardíaco humano con el tipo de sangre AB positivo.
Pero a esta altura un escéptico puede decir que no necesariamente esa sangre sería la de Jesús.
Pero las pruebas adicionales de trazas de sangre en la Sábana Santa de Turín junto con las del Santo Sudario de Oviedo, que es la tela envuelta alrededor del rostro de Cristo poco después de su muerte, también demostraron ser del tipo de sangre AB positivo.
O sea que el cruce de información entre la sangre de los milagros eucarísticos y de la telas mortuorias de Jesús, Sabana Santa de Turín y Sudario de Oviedo, deja poco espacio como para no reconocer que es Jesucristo, que se está manifestando a través de su sangre.
Su sangre nos está hablando diciendo «soy yo, estoy aquí, compruébenlo».
Además hay una serie de lacrimaciones de sangre de imágenes que mostraron el tipo de sangre AB positivo.
Las dos más referidas son una imagen de la Virgen María que derramó lágrimas de sangre en Siracusa, lo cual desde el punto de vista teológico es correcto que Jesucristo se manifieste a través de Su Madre.
Y también hay una imagen de la Santa Faz que vertió lágrimas de sangre en Benín en 1995.
El tipo de sangre AB positivo es el receptor universal de las transfusiones de sangre, debido a que la persona que lo tiene puede recibir sangre de cualquier tipo.
Lo cual para el caso de Cristo es tremendamente simbólico.
Además los estudios de ADN realizados en todas estas reliquias muestran que se trata de un hombre, que habría vivido en oriente medio, y posiblemente judío.
Y el tejido cardíaco muestra que se trata de un hombre que había sido muy maltratado.
Todo esto apunta a un sólo lugar, que la sangre es el vehículo que Jesucristo nos dejó para mostrar su presencia objetiva.
Y es por eso que muchos místicos y santos fueron devotos de la Preciosa Sangre de Cristo.
Tal vez el que más sobresale es San Gaspar del Búfalo, que en el 1800 fundó la Congregación de la Preciosa Sangre.
Y una de las devociones más interesantes es la de la Sangre que Cristo perdió en su camino al Calvario.
Santa Isabel de Hungría, Santa Matilde y Santa Brígida preguntaron al Señor cuánta sangre había perdido durante su pasión.
Y Nuestro Señor reveló que había perdido 28,430 gotas de sangre.
Y dictó una devoción.
«A todo creyente que recite durante 3 años, cada día, dos Padrenuestros, dos Avemarías y dos Glorias, en honor a las gotas de sangre que perdí, le concederé las cinco gracias siguientes:
1 La indulgencia plenaria y remisión de sus pecados.
2 Estará libre de las penas del Purgatorio.
3 Si muriera antes de completar los 3 años señalados, para él será igual que si los hubiera completado.
4 A la hora de su muerte, será como si hubiese derramado toda su sangre por la santa fe.
5 Yo mismo descenderé del cielo a llevar su alma y la de sus familiares, hasta la cuarta generación».
Y antiguas estampitas de 1898, muestran cómo esta revelación está aprobada por el Papa León XIII el 5 de abril de 1890.
También hay oraciones para ofrecer la preciosa sangre, una es,
«Padre eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de Jesucristo, en reparación por mis pecados, en súplica por las almas santas del Purgatorio, por las necesidades de la Santa Iglesia y especialmente por el alma de (y ahí se dice el nombre)»
Y también hay una ofrenda mariana,
«Inmaculado Corazón de María, ofrece al Padre Eterno la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, por la conversión de los pecadores, especialmente por (y se dice el nombre)».
Bueno hasta aquí lo que queríamos señalar de que Jesús nos dejó su sangre como señal objetiva de su presencia para el mundo.
Se manifiesta con su sangre en los milagros eucarísticos, en las reliquias de la Sábana Santa y el Santo Sudario, y también en otros hechos.
De ahí la importancia de las devociones a Su preciosa sangre.
Y me gustaría preguntarte si conoces alguna otra devoción a la sangre de Cristo.
La presencia real de Jesucristo en la hostia y el vino consagrados es tan difícil de entender, tanto como es una realidad científica y de fe.
En la última cena, del jueves santo, dijo a los discípulos unas palabras, que se comprobaron como una realidad científica en estos últimos 20 siglos.
Partió el pan y les dijo «Tomen y coman, este es mi cuerpo» mientras le daba el pan.
Y luego levantó la copa y dijo: «Tomen y beban, este es el cáliz de mi sangre» y les dio de beber.
Y les dijo que hicieran eso en su memoria de ahora en adelante.
Aquí te queremos hablar de cuatro milagros eucarísticos del siglo XXI, que muestran que eso se está produciendo hoy, cada vez con más comprobaciones de laboratorio.
La Iglesia ha reconocido más de 120 milagros eucarísticos en estos 20 siglos, muchos de los cuales ocurrieron durante tiempos de fe debilitada en la transubstanciación.
Son manifestaciones perceptibles para los presentes y corroboradas por estudios de laboratorio, de que dentro de la hostia hay un cuerpo, que dice sangrando «aquí estoy como prometí».
El milagro eucarístico de Lanciano en Italia, es el más famoso históricamente.
Y tuvo lugar en el siglo VIII cuando un monje que tenía dudas acerca de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, descubrió al momento de pronunciar las palabras de consagración durante la misa, que el pan y el vino se transformaban en carne y sangre.
Y uno de los más impresionantes tuvo lugar en Buenos Aires en 1996, donde una hostia consagrada se transformó en un pedazo de corazón vivo.
Los estudios de laboratorio mostraron que era una parte del ventrículo izquierdo del músculo del corazón, de una persona de aproximadamente 30 años, sangre grupo AB+ y que había sufrido mucho al morir, con seguridad maltratado y golpeado.
Sobre este milagro eucarístico hemos hecho un video específico.
Algunos pueden decir que eso ya fue, que ahora no se producen esos milagros.
Sin embargo deben saber que por lo menos se han producido 4 milagros eucarísticos importantes en este tercer milenio, y varios más de menor entidad, y otros ocultados por los sacerdotes o sus obispos.
Uno de los milagros verificados más recientes comenzó el 28 de abril de 2001 en Trivandrum, India.
El padre Johnson Karoor estaba diciendo misa cuando vio tres puntos rojizos en la hostia consagrada.
Dejó de recitar las oraciones y se quedó mirando la Eucaristía.
Luego invitó a los que estaban en la misa a mirar, y también vieron los puntos que eran tres, símbolo de la Santísima Trinidad.
Pidió a los fieles que permanecieran en oración y colocó la Sagrada Eucaristía en el sagrario.
Y en la misa del 5 de mayo, el padre Karoor volvió a notar otra imagen en la hostia, esta vez un rostro humano.
Durante la adoración, la figura se hizo más clara.
Era la imagen de Jesucristo. También es uno de los milagros más impresionantes de la historia.
Otro milagro Eucarístico del siglo XXI ocurrió en México, en 2006.
En octubre de 2006, durante una misa, dos sacerdotes y una religiosa estaban repartiendo la comunión cuando la religiosa miró al celebrante, el padre Goring, con lágrimas en los ojos.
La hostia que sostenía había comenzado a derramar una sustancia rojiza.
Para determinar la validez del evento, el obispo Alejo Zavala Castro pidió al doctor Ricardo Castañón Gómez, quien investigó el milagro eucarístico en Buenos Aires de la década del 90 y a su equipo, que realizaran una investigación científica.
En 2013, la investigación concluyó que la sustancia rojiza analizada corresponde a sangre en la que hay hemoglobina y ADN de origen humano
El tipo sanguíneo es AB+, similar al que se encuentra en la Hostia de Lanciano y en la Sábana Santa de Turín.
Y también en la hostia del milagro eucarístico de Buenos Aires.
El padre Goring luego explica lo que encontraron los investigadores científicos:
«Dos estudios realizados por eminentes peritos forenses con diferentes métodos han demostrado que la sustancia se origina en el interior, excluyendo la hipótesis de que alguien pudiera haberla aplicado desde el exterior«.
Este fue un descubrimiento fascinante, porque esta sustancia roja que rezumaba de la hostia consagrada tenía las propiedades de una herida, la sangre provenía del interior de la hostia y se esparcía.
Y no menos importante, el tejido correspondía al músculo cardíaco, lo cual es consistente en todos los milagros eucarísticos.
Esta la sangre fresca se mantuvo así aún pasados tres meses.
Los otros dos milagros eucarísticos importantes del siglo XXI sucedieron en Polonia.
Uno sucedió en la ciudad de Sokolka, en 2008 en la iglesia de San Antonio.
Esa mañana, durante la misa, un sacerdote dejó caer accidentalmente una hostia mientras distribuía la Comunión.
Luego se puso la hostia en un pequeño recipiente con agua.
El párroco, Stanislaw Gniedziejko, pidió a la sacristana, la hermana Julia Dubowska de la Congregación de las Hermanas Eucarísticas, que colocara el recipiente en una caja fuerte en la sacristía.
Después de una semana, la hermana Julia revisó el receptáculo. Cuando abrió la caja fuerte, olió algo parecido a pan sin levadura y la hostia tenía una mancha de sangre roja.
Inmediatamente, la Hermana Julia y el P. Gniedziejko le contaron al arzobispo de Bialystok sobre el suceso.
El obispo hizo sacar la hostia manchada del recipiente y colocarla sobre un corporal, donde permaneció en el tabernáculo durante tres años.
Durante este tiempo, el fragmento teñido de la hostia se secó, pareciendo más una mancha de sangre o un coágulo, y se encargaron varios estudios sobre el la hostia.
Los estudios encontraron que el fragmento con manchas de sangre de la hostia es tejido del miocardio, del corazón de una persona que está a punto de morir.
Además, la estructura de las fibras musculares y la de la hostia están entretejidas de una manera imposible de producir por medios humanos.
Cinco años más tarde, el día de Navidad de 2013 se produjo otro milagro eucarístico en Polonia, en la localidad de Legnica.
El párroco de San Jacinto, padre Andrzej Ziombra informó que ese día, una hostia consagrada cayó al suelo.
Se recogió y se colocó en un recipiente con agua, de acuerdo con los procedimientos de la Iglesia.
Poco después, aparecieron manchas rojas en la hostia, según el padre Ziombra.
El obispo local encargó un estudio científico de la hostia a dos departamentos médicos universitarios en febrero de 2014.
En una investigación histopatológica detallada, bajo un microscopio, se encontró un fragmento del músculo cardíaco en agonía.
El sacerdote polaco explicó también que «se encontró un fragmento de la secuencia de ADN, pero para saber de quién podría ser el ADN, todavía se necesita más investigación».
La Congregación del Vaticano para la Doctrina de la Fe aprobó la veneración de la Hostia en Legnica en 2016.
La práctica de la Iglesia es monitorear los estudios y luego seguir examinando si el milagro da frutos espirituales.
Para el padre Ziombra es visible que ya hay conversiones milagrosas a partir de ese milagro, hay curaciones y también hubo un gran movimiento de peregrinaciones antes de la Pandemia.
El párroco se ha sorprendido por la cantidad de personas que han acudido a su localidad del suroeste de Polonia, cerca de las fronteras con Alemania y la República Checa, para venerar la hostia.
Una de las conversiones más conmovedoras vino de un hombre de la ciudad que había sido «hostil a la Iglesia toda su vida, e incluso luchó contra ella».
Y de una manera inexplicable, extraordinaria, se convirtió y después de 50 años acudió a su primera confesión y la primera Sagrada Comunión.
Y de hecho cambió radicalmente su vida y su actitud hacia Dios, se convirtió en un creyente muy ardiente.
El párroco también ha documentado otras «conversiones repentinas» similares en las vidas de las personas que rezaron en Legnica.
Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar sobre los milagros más recientes que Jesús produce cada tanto para reafirmar la transubstanciación.
Para que los fieles recuerden que Él está realmente presente con Su Cuerpo y Su Sangre en cada eucaristía, y no es un símbolo, está realmente ahí.
Y como en esta época hay más posibilidad de hacer estudios científicos, se hacen y reafirman que Jesucristo está presente y vivo en las hostias consagradas.
Y me gustaría preguntarte si piensas que la mayoría de los católicos creen en que Jesús está presente con su carne y sangre en la hostia consagrada o no.
Hay muchas historias que dan cuenta que los animales reconocen a Nuestro Señor y a la santidad, con sus comportamientos.
Están tocados por el hálito divino y parece que se saben hijos de Dios. Reconocen a su creador y a sus profetas.
Esto ha sido testimoniado a lo largo de los siglos con impresionantes milagros, para que prestemos atención.
¿Sabías por ejemplo que los animales hacen silencio, cuando hoy se aparece la Virgen todos los días cerca de las siete de la tarde en Medjugorje? Hemos hecho un video sobre eso.
En este artículo queremos hablar del reconocimiento de los animales de la presencia de Dios y de lo santo, la devoción que adquieren, y especialmente de milagros eucarísticos que tienen a animales como protagonistas.
Comencemos con el reconocimiento de la santidad.
San Roque había nacido en Montpellier, al sur de Francia en el 1300, hijo de una familia muy rica.
Y cuando sus padres murieron y él tenía 20 años, vendió todas sus posesiones, repartió el dinero entre los pobres y se fue como peregrino hacia Roma a visitar santuarios.
En ese tiempo estalló la peste del tifus en Italia y mucha gente murió.
San Roquese dedicó entonces a atender a los más abandonados, a muchos logró conseguirles la curación con sólo hacerles la señal de la Santa Cruz sobre su frente.
Estando en Piacenza, trabajando en uno de los hospitales, “el santo” contrajo la mortal enfermedad.
Y como no quiso ser una carga para ningún hospital, decidió irse a vivir en un bosque, instalándose en una caverna.
Cuando su cuerpo se llenó de manchas negras y de úlceras y ya sin fuerzas, a punto de morir, un perro lo alimentó y lo cuidó milagrosamente.
Un perro que habitaba en una de las casas más importantes de la ciudad empezó a tomar cada día un pan de la mesa de su amo y se lo llevaba al bosque para dárselo a San Roque.
Por ello San Roque es representado con un perro, su ángel de cuatro patas, y es considerado como santo patrono de los perros, a él podemos pedirle para que nos ayude con estas mascotas y otros milagros.
Otro en quien los animales veían a Dios era San Francisco de Asís, el fundador de la orden franciscana, del siglo XIII
Un dia vio que cierto muchacho había apresado muchas tórtolas y las llevaba a vender.
Y el santo, que sentía especial ternura por los animales mansos, mirando las tórtolas con ojos compasivos, le dijo al muchacho que se las diera argumentado que «en la Sagrada Escritura representan a las almas castas, humildes y fieles»
Y no fuera cosa que fueran a parar en manos crueles que les den muerte.
El muchacho se las dio y Francisco comenzó a hablar con ellas dulcemente.
Les hizo nido a todas, se domesticaron, y comenzaron a poner huevos y a empollar a la vista de los hermanos franciscanos.
Vivían familiarmente con Francisco y los demás hermanos, y no se marcharon hasta que Francisco les dio licencia para irse con su bendición.
Y es famoso un día que San Francisco quería predicar pero el gorgojeo de las aves no le dejaba de hablar, entonces el Santo les pidió que hicieran silencio, acataron y escucharon atentamente su sermón.
Y cuando terminó su predicación y exhortación, hizo sobre sus alados oyentes la señal de la cruz para bendecirlos, y ellos se lanzaron a los aires exhalando cantos maravillosos, dispersandose en todas direcciones.
Algo similar sucedió con San Antonio de Padua, otro franciscano.
Un domingo Antonio fue a predicar a los pescadores en el puerto de Rímini, pero estos no le prestaron atención y se burlaron de él.
Entonces Antonio fue al borde del agua y comenzó a predicar a los peces.
Y los peces empezaron a reunirse frente a él levantando sus cabezas y mirándolo atentamente mientras les hablaba.
Y recién se dispersaron cuando Antonio les dio la bendición.
Esto causó una gran impresión en los habitantes de la ciudad, muchos de los cuales comenzaron a llorar pidiendo perdón.
También se cuenta que en la Montaña Santa de Puerto Rico, Elenita de Jesús, a inicios del siglo XX, tenía un gran poder sobre los animales.
Ella predicaba como a las 6 de la tarde y los animales hacían silencio, escuchando sus palabras.
Esto sucede hoy en Medjugorje.
Y una vez celebró una fiesta para perros y gatos, y estos concurrieron y comieron todos juntos sin que hubiera ningún incidente.
Y luego cada uno de ellos se fue solo para su casa.
También hemos hecho un video sobre la Montaña Santa.
Y en el mismo lugar donde San Antonio de Padua predicó a los peces, Rímini, se produjo uno de los milagros eucarísticos más impresionantes y recordados.
Estamos hablando del siglo XIII.
Los herejes patarinos, así se denominaba a los cátaros en el norte de Italia, habían reducido la eucaristía a una simple cena conmemorativa.
Con esto herían a la Iglesia en lo que le es más vital.
En una oportunidad Antonio trató reconvertir a un hereje hablándole de la presencia real de Jesucristo en la eucaristía.
Pero el hereje, llamado Bonvillo, le dijo que si podía probar esto con un milagro, él abjuraría de la herejía y se convertiría en católico, y con él el resto de los cátaros.
Entonces el hereje le propuso que encerraría a su mula privándola de comida durante tres días.
Luego de lo cual la sacaría en presencia del pueblo y le pondría frente un forraje para alimentarla y del otro lado San Antonio pondría una hostia consagrada.
Él prometió que se convertiría si la mula rechazaba el forraje y adoraba la hostia consagrada.
Antonio aceptó y ayunó durante los tres días.
Cuando llegó el día del desafío, Antonio celebró misa delante de gran cantidad de personas que se habían reunido.
Luego de eso, llevó con gran reverencia el Santísimo Sacramento frente a la mula, mientras Bonvillo también le enseñaba el forraje.
Y Antonio le dijo a la mula estas palabras:
«En virtud y en nombre del Creador, que yo, por indigno que sea, tengo de verdad entre mis manos, te digo animal, y te ordeno, que te acerques rápidamente con humildad y le presentes la debida veneración».
E inmediatamente la mula se arrodilló frente al Santísimo Sacramento bajando la cabeza hasta el piso, como genuflexión, ignorando el forraje.
El pueblo quedó maravillado, y Bonvillo abjuró de su herejía y se convirtió junto con sus seguidores.
Y un siglo después en Alboraya, Valencia, sucedió otro milagro eucarístico fantástico.
El párroco de de Alboraya fue requerido para llevar el viático de los enfermos, la comunión, a un judío converso.
Se revistió de sobrepelliz y estola, y del fondo del tabernáculo extrajo un coborrio, una especie de estuche con cadena que se colgaba del cuello.
Colocó en el interior tres hostias consagradas, montó en una mula y, acompañado del sacristán y varios devotos, fueron para allá.
Pero el arroyo que debían atravesar estaba crecido, el párroco cayó de la mula y desapareció el coborrio en el agua.
Entonces el pueblo consternado revisó todo el arroyo para recuperar las hostias, aunque sin éxito.
Pero en la desembocadura del arroyo en el mar vieron con asombro tres grandes peces que, con las cabezas levantadas, mostraban en sus bocas las hostias que venían buscando afanosamente.
El párroco se acercó a ellos con un cáliz y cada pez depositó en él la hostia.
Y este cáliz fue llevado en procesión hasta la iglesia.
En el lugar del milagro se erigió una ermita que lleva el nombre de «Ermita dels Peixets» en lengua valenciana, que significa en castellano «Ermita de los peces».
Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar sobre cómo los animales responden al creador, ya sea salvando a santos como a san Roque, dando testimonio de la presencia real de Dios en la hostia consagrada para la conversión de herejes, como la mula de Rímini y los peces de Alboraya, y prestando atención a las predicaciones de santos, como sucedió a San Francisco, San Antonio y varios más.
Y me gustaría preguntarte si tú has advertido que los animales reconocen la santidad y tienen algún tipo de veneración.
En todas las partes del mundo donde se celebra la Misa y en todas las épocas, Jesús Sacramentado se ha manifestado de formas extraordinarias.
Y lo ha hecho ante los ojos admirados de creyentes, descreídos y sacrílegos, para el bien de todas las almas.
Milagro Eucaristico de Bolsena
Lo ha hecho mediante los denominados Milagros Eucarísticos. .
Que nos ponen de manifiesto cuál es el inmenso valor de la Eucaristía. .
Porque en Ella se encarna y toma Cuerpo Jesucristo, cada vez que el sacerdote pronuncia las palabras de la consagración.
Y esto nos lo recuerda Dios de vez en cuando permitiendo que hasta los incrédulos vean la transustanciación.
Este Informe condensa la mayor parte de lo que Foros de la Virgen María ha investigado sobre el tema, y sobre el final del Informe se pueden ver los links para leer cada historia concreta.
El trabajo de análisis que a partir de aquí ha hecho María Rosa Gutes ha sido impresionante, vale la pena leerlo.
MILAGROS DE TRANSUSTANCIACIÓN VISIBLE
En la categoría de la transustanciación sensible se cuentan numerosos milagros, ya sea, en su mayor parte, para resolver las dudas de fe de los sacerdotes, o bien para abrir los ojos a los sacrílegos, sobre el alcance y la maldad de sus obras y esto último, en no pocos casos, con el efecto de convertirlos, al manifestarse ante ellos nuestro Adorable Redentor como un Dios que se deja torturar y martirizar en silencio, tantas veces como los hombres se dejan vencer por el pecado.
En otras pocas ocasiones, no existe más razón aparente para el milagro, que una gracia de Nuestro Señor a determinadas personas, especialmente devotas.
LA TRANSUSTANCIACIÓN VISIBLE COMO UNA GRACIA ESPECIAL PARA LOS FIELES
Especialmente destacable es el milagro ocurrido en 2013, y que está todavía siendo objeto de investigación, en el Templo María Madre de la Iglesia, en la colonia Jardines de la Paz, en Guadalajara (México). Sucedió estando el sacerdote en oración de adoración ante el Santísimo, solo, al mediodía.
Tenía los ojos cerrados y percibió un resplandor al mismo tiempo que oyó una voz que le anunciaba, que ese mismo día se iba a manifestar en esa comunidad para bendecirla, pidiéndole que repicaran las campanas para convocar a todos, y que dispusiera su pequeño sagrario de adoración particular y la custodia en el altar, esperando hasta las tres de la tarde para abrir el sagrario, momento en que haría un milagro en la Eucaristía, denominado, “Milagro de la Eucaristía en la Encarnación del Amor junto con Nuestra Madre y Señora”.
Pidió al devoto sacerdote que lo transmitiera “a sus apóstoles” (los sacerdotes) para que les sirviera en su conversión.
En la hora anunciada, al abrir el Sagrario, el Santísimo Sacramento estaba bañado en sangre, brotando la sangre del centro de la Hostia. Tal como comunicó el Arzobispado de Guadalajara, sujeto a la verificación oportuna, hay que ver en el acontecimiento
“la Providencia de Dios para fortalecer nuestra fe y devoción para los que somos católicos, en Jesús Eucaristía, que se hace presente en cada Misa, y valorar este prodigio cotidiano…”.
En 1171, en Ferrara (Italia), en la Basílica de Santa María de Vado y en la misa del día de Pascua, cuando el sacerdote fraccionó la Hostia, ésta salpicó Sangre, que incluso manchó el techo de la bóveda situada encima del altar. Algunos refirieron haber visto también a un Niño en la Hostia, siendo Ésta de color sanguinolento.
En 1330, Walldürn (Alemania), otro sacerdote derramó accidentalmente, durante la consagración, el vino del cáliz, el cual, convertido en Sangre, formó sobre el corporal la imagen de Cristo crucificado. De esta imagen partían, además, varias ramificaciones, con la imagen del rostro de Cristo coronado de espinas.
El sacerdote, algo asustado, lo mantuvo en secreto hasta que lo confesó poco antes de morir. El Papa Eugenio IV confirmó el milagro en 1445. Y el corporal del milagro se ha conservado y venerado hasta hoy, en la Basílica Menor de San Jorge de Walldürn.
Milagro Eucarísitico de Buenos Aires
En el milagro de Asti(Italia), 1535, cuando un sacerdote estaba partiendo la Hostia, al celebrar la misa, vio que destilaba unas gotas de sangre, de las cuales tres cayeron en el cáliz, y otra quedó pendiendo de la Hostia.
Admirado, llamó a los que asistían a la celebración a contemplar el prodigio, que quedaron igualmente maravillados. En el momento de la santa comunión, la Hostia recuperó su apariencia ordinaria. Se cuenta que el milagro consiguió la fe y la subsiguiente conversión de unos soldados herejes.
También en Asti, 1718, otro sacerdote, en el momento de la elevación de la Hostia se dio cuenta de que estaba partida por la mitad y ensangrentada en el borde fragmentado, del que cayeron algunas gotas de Sangre, manchando los bordes y la base del cáliz (que así se conserva en la Catedral de Asti), así como el corporal.
En Florencia(Italia) 1230, en la Iglesia de San Ambrosio, un sacerdote dejó un poco de vino consagrado en el cáliz y al día siguiente descubrió que se había convertido en sangre coagulada.
En 1595, se produjo también en Florencia otro milagro, consistente en que un incendio destruyó aquella iglesia, pero dejó a salvo las Hostias consagradas, las cuales, tras caer al suelo mientras intentaban salvarlas, pudieron ser recuperadas incólumes y unidas entre sí, sobre una alfombra que estaba ardiendo.
Estas Hostias y la Sangre coagulada se conservan en sendos relicarios, para la adoración de los fieles.
En el milagro de Meerssen (Holanda), 1222, un sacerdote fue igualmente testigo de cómo la Hostia que acababa de consagrar, destilaba gotas de sangre, que mancharon el corporal.
Aquella misma Hostia ensangrentada, se salvó en 1465 del incendio que destruyó la iglesia, por la intervención un feligrés. Lo que demuestra que la Hostia consagrada también siguió salvándose como testigo.
En 1194, en Augsburg (Alemania), donde en aquella época todavía no se facilitaba la adoración al Santísimo Sacramento, una mujer decidió no consumir la Hostia que había recibido en la comunión y en su lugar la guardó en un pañuelo para su adoración particular.
Sin embargo, como tenía remordimientos, en 1199 lo confesó, teniendo que devolver en consecuencia la Hostia que había retenido ilícitamente.
Fue entonces cuando se constató, que ésta se había convertido en un trozo de Carne sanguinolento, el cual, fue estudiado científicamente y visto que se trataba realmente de Carne y Sangre humanas, y por tanto de nuestro Redentor, se ha conservado en el Convento de Heikig Kreuz como el “Bien Milagroso” (Wunbderbarlichen Gutes).
Da que pensar este milagro, sobre la gracia que supuso el que ocurriera, en un momento en que no se tributaba a Jesús Sacramentado el honor que le es debido, y que, sin embargo, aquella mujer le quiso tributar.
LA TRANSUSTANCIACIÓN COMO SIGNO Y SÍMBOLO DE VICTORIA DEL CRISTIANO
Distinto significado tiene el milagro de Daroca (España), que data de 1239. Unos capitanes de las tropas cristianas que se disponían a luchar contra los moros, pidieron que antes se celebrara una misa en campaña.
Durante la Consagración hubo que interrumpir la misa, por un ataque del enemigo, de modo que las formas consagradas se ocultaron en el corporal en un pedregal del monte. Combatido y vencido el moro, pidieron tomar la comunión en acción de gracias por la victoria.
Fue entonces que, no sabemos si por la fe de los combatientes cristianos, o por el dolor que al Señor había de causar la propia situación del combate, las Hostias consagradas se encontraron ensangrentadas y manchado el corporal que las envolvía. Con dicho corporal se hicieron un estandarte y le atribuyeron después la victoria frente a los moros en la reconquista del castillo de Chío.
DIOS NO PERMITE A SUS SACERDOTES DUDAR DE LA TRANSUSTANCIACIÓN
En el milagro de Lanciano (Italia), que data del año 700, un Monje de la Orden de San Basilio dudaba (influenciado por el ambiente de herejías que lo negaban) de la presencia de Nuestro Señor en la Eucaristía.
Combatía sus dudas con la oración cuando un día, tras las Consagración, vio la Hostia convertida en un círculo de carne y el vino en sangre.
La Carne y la Sangre, conservadas y expuestas públicamente en un altar monumental, se comprobó científicamente que procedían de un ser humano y se conservan milagrosamente hasta hoy, en las condiciones propias de un organismo vivo.
Más concretamente, se trata de carne de un corazón y la sangre, aunque dividida en 5 porciones de distinto tamaño y forma, cada una y el conjunto de todas ellas pesan lo mismo. Lo cual es perfectamente explicable, teniendo en cuenta que el Señor está presente en cada partícula del Santísimo Sacramento del Altar.
El mismo Jesús le dijo a Santa Catalina:
“vosotros recibís toda la esencia divina en aquel dulcísimo sacramento que está bajo la blancura del pan. Y así como el sol no se puede dividir, así todo Dios y todo hombre no se puede dividir en esta blancura de la Hostia.
Supongamos que la Hostia se divide y aún si fuese posible hacer miles de migajas, en cada una está Cristo, todo Dios y todo hombre… dividiendo esta Hostia no se divide ni Dios no el hombre, porque en cada parte está el todo y no disminuye en sí mismo, como sucede con el fuego, según el siguiente ejemplo: si tú tuvieses una llama, ella no disminuiría y tampoco cada uno tendría el todo.
Es verdad que hay quien participa más y quien menos de esta llama porque cada uno recibe el fuego según la materia que lleva… El hombre lleva su vela, que es el deseo santo con el cual se recibe y se toma este sacramento, pero tal vela en sí misma está apagada y se enciende cuando se recibe la Eucaristía”.
Ya en el año 1010, en Ivorra (España), otro sacerdote fue liberado de la misma duda cuando, celebrando la Santa Misa y durante la consagración, el vino vertido en el cáliz se trocó en Sangre visible, que además se desbordó y derramó por el altar, llegando hasta el piso.
El entonces Obispo de Urgell, San Ermengol pudo constatarlo personalmente, luego que supo de lo ocurrido y el Papa, Sergio IV certificó el milagro mediante una Bula pontificia, la cual se conserva junto a las Reliquias del milagro en el mismo lugar donde sucedió y en el Santuario que allí se edificó, en 1663, con el fin de poder dar cabida a los innumerables peregrinos que acudían atraídos por la noticia y los Signos sagrados del milagro.
De 1263 es el llamado milagro deBolsena (Italia), ocurrido un año antes de la institución de la Fiesta del Corpus Christi por el Papa Urbano IV, quien ya dos años antes, en 1261, había tenido noticia del Milagro de Daroca, al que nos referiremos después.
El sacerdote ante quien se produjo el milagro de Bolsena, al igual que en el caso de Lanciano, dudaba de la transustanciación y por este motivo había peregrinado hasta la tumba de San Pedro en Roma, para pedir la gracia de una fe fuerte.
Mientras celebraba la Santa Misa en la Iglesia de Santa Cristina de Bolsena, al dividir la Sagrada Hostia, ésta sangró, manchando el corporal, que se conserva y venera en la Catedral de Orvieto.
En 1297, fue un sacerdote de Gerona (España) el que dudando igualmente y durante la misa que estaba celebrando en la Iglesia del entonces Monasterio de las monjas benedictinas, constató que la Sagrada Forma que acababa de ingerir, se había convertido en un trozo de carne empapado de sangre y de tal consistencia, que le era imposible consumirlo, de modo que tuvo que sacárselo de la boca y envolverlo en el corporal.
Allí lo encontró una de las monjas, que había advertido el extraño comportamiento del sacerdote. Éste reconoció lo que había ocurrido y tanto la Hostia del milagro como el corporal manchado por ella, se veneraron hasta que se dice fueron destruidos durante la guerra civil.
En 1310, Fiecht (Austria), a otro sacerdote le asaltó también, de pronto, aquella duda, mientras consagraba el vino, en el Monasterio de San Georgenberg.
Tras la consagración, pudo constatar, con el abad, los restantes monjes del Monasterio y los peregrinos presentes, que el vino era verdadera Sangre, que estaba como hirviendo y se derramó fuera del cáliz.
En 1480, a instancia del Obispo, aquella Santa Sangre, conservada en el tabernáculo del altar mayor desde hacía 170 años, y que atraía a tantos fieles, fue analizada para constatar que estaba fresca, como si hubiera acabado de salir de una herida.
Se custodia todavía en el mismo lugar para adoración de los fieles. Posteriormente, está documentado que, cuando en el siglo XVI se imponían las tesis de Lutero, la Santa Sangre ayudó, en la predicación de los monjes, a conservar el credo católico.
Milagro Eucaristico de Patierno
Otro caso de incredulidad, mezclado además con irreverencia, es el del milagro de Casia (Italia), de 1330.
Un sacerdote había perdido su respeto por la Eucaristía y ejercía su ministerio sin gusto y por rutina.
Llamado para llevar la comunión a un enfermo, en una época en que ello se hacía solemnemente y tocando la campanilla por el camino, lejos de hacerlo así, colocó además la Hostia consagrada dentro del Breviario para transportarla.
Cuando llegó a casa del enfermo, al abrir el libro, se encontró con dos manchas de sangre, una en cada página entre las que había depositado la Sagrada Forma.
Una de las páginas se conserva en Perugia (con un perfil del rostro de Cristo que se formó después en la mancha) y la otra, con la Hostia adherida, en el Monasterio Agustino de Casia, donde se venera.
En Boxmeer (Holanda), 1400, idéntica duda por parte de otro sacerdote, se resolvió igualmente, con la conversión del vino consagrado en Sangre visible, que se derramó del cáliz como si estuviera hirviendo y cayó sobre el corporal, formando un coágulo del tamaño de una nuez, que todavía se conserva en un relicario, en la Iglesia de San Pedro y San Pablo, donde ocurrió el milagro.
También en Bagno di Romana (Italia), 1412, el prior de la basílica de esa localidad, que por un momento dudó de los efectos de la consagración, asistió al mismo fenómeno de la sangre hirviendo, que el sacerdote del milagro anterior, con la diferencia de que aquí no se formó ningún coágulo, sino que quedó manchado de sangre el corporal, el cual se conserva hasta hoy.
La incredulidad se mezcló de nuevo con la irreverencia en el milagro de Bergen (Holanda), 1421, pues un sacerdote que no creía en la transubstanciación, terminada una misa, arrojó al río las Hostias consagradas que no se habían consumido en aquella celebración.
Algún tiempo más tarde, se hizo pública la noticia del encuentro de unas Hostias con sangre coagulada flotando en el río.
El culto a dicho milagro fue aprobado por el Obispo, y aunque luego prohibido por la reforma protestante, nunca se perdió, entre los católicos, la memoria del milagro.
En disposición de irreverencia, similar al del sacerdote del milagro de Casia y de Bergen -y contemporáneamente al primero de ellos, aunque aquí el año 1300 no es dato indubitado-, un sacerdote de O Cebreiro (España) celebraba la Santa Misa en la inclemencia de un riguroso día de invierno y sin la asistencia de ningún feligrés, cuando vio llegar, exhausto y durante la Consagración, a un fiel asistente de una aldea vecina.
Y en pensando que la misa (para él una simple misa) no merecía el manifiesto sacrificio que el humilde campesino había hecho para llegar, las especies consagradas se le mostraron como Carne y Sangre verdaderas, manchando también los corporales, que se conservan y veneran también hoy, junto a la Hostia del milagro.
En Cimballa (España), 1370, se documenta otro milagro por el cual, dudando también un sacerdote sobre la presencia real de Jesús en la Eucaristía, sus dudas se despejaron de la misma forma, convirtiéndose la forma consagrada en un trozo de Carne, que chorreaba Sangre.
Esta Sangre manchó el corporal, el cual se conserva y venera todavía hoy con el nombre de “Santísimo Misterio Dudado”, cada 12 de septiembre, con motivo del aniversario del milagro.
En Ludbreg (Croacia), 1414, otro sacerdote por un momento incrédulo al consagrar las especies, y mientras celebraba la misa en la capilla del castillo de los condes de Batthyány, fue testigo de la real transubstanciación del vino en Sangre, la cual ocultó, asustado tras un muro del altar principal.
Antes de morir lo confesó y la Santa Sangre atrajo desde entonces a la capilla a numerosos peregrinos; documentándose, además, que obró diversas curaciones.
En el siglo XVIII detuvo una epidemia de peste. Y aunque después fue trasladada a Roma durante un tiempo, fue devuelta a Croacia, donde actualmente se la venera.
En 1420, en el Santuario de Guadalupe (España), de nuevo un sacerdote pedía a Dios le liberara de la misma duda sobre la transubstanciación y así, celebrando un día la santa misa y durante la consagración, una gran nube descendió sobre el altar, para abrir paso después a una visión en la cual la Hostia estaba suspendida sobre el cáliz, derramando en él gotas de Sangre, que mancharon el palio y el corporal.
En Macerata (Italia), 1356, en la Iglesia de Santa Catalina, un sacerdote celebraba misa dudando también de la transubstanciación al fraccionar el pan, cuando, antes de la comunión, vio con gran susto, cómo de la Hostia consagrada brotaba un chorro de sangre, que manchó el corporal y el cáliz.
Estas reliquias se conservan en la Catedral de Santa María Asunta y San Julián, donde fueron trasladadas por orden del Obispo, al conocer lo ocurrido.
En Roma (Italia), 1610, en la antiquísima iglesia de Santa Pudenziana, ocurrió otro milagro con motivo de un sacerdote que en determinado momento tuvo también serias dudas sobre la presencia real de Jesús en la Eucaristía.
La Hostia le resbaló de las manos y cayendo al suelo, dejó una huella indeleble en las gradas del altar de la Capilla Caetani, consistente en una mancha de sangre que todavía puede ser vista en la actualidad.
LA TRANSUSTANCIACIÓN VISIBLE EN HOSTIAS PROFANADAS
Probablemente, el milagro más antiguo de Hostia sangrante sea el que tuvo lugar en Roma en el año 595, ante el mismo Papa, San Gregorio Magno.
En aquella época los fieles llevaban a misa el pan para consagrar, el cual habían elaborado en su casa. Y sucedió que una mujer, durante la misa, se burlaba de que el pan que había preparado ella, por las palabras del sacerdote, pudiera convertirse en Jesús sacramentado.
El Papa, viendo la disposición de aquella mujer le negó la comunión, y pidió a Dios que la iluminase, siendo a continuación que las especies consagradas que había preparado aquella mujer, se convirtieron en Carne y Sangre. La mujer se arrodilló y lloró entonces con gran arrepentimiento.
En 1572, en Gorkum (Holanda), unos protestantes invadieron y saquearon la ciudad, incluyendo la Catedral, donde violentaron el tabernáculo y, extrayendo la Custodia con el Santísimo Sacramento, uno de ellos lo pisoteó con sus botas de clavos, haciéndole tres agujeros, por los cuales sangró.
En vista de ello, uno de los profanadores se arrepintió. La Hostia se venera desde entonces, y como en 1594 fue donada al Rey Felipe II de España, por eso se custodia en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (España).
En Herkenrode-Hasselt (Bélgica), 1317, un párroco fue llamado para administrar los Santos Sacramentos a un fiel que estaba gravemente enfermo.
Al llegar a casa de éste, dejó la Hostia consagrada en la entrada, dentro de la cajita donde la llevaba y metida ésta en una bolsa, y fue a confesar al enfermo, mientras un familiar tuvo la curiosidad de ver qué había en la bolsa, hasta el punto de meter los dedos para tocar la Hostia, dejándolo todo, después, como lo había encontrado.
Cuando el sacerdote fue a buscar la Hostia, observó que había sangrado y aún, que estaba en ella impresa el rostro de Cristo coronado de espinas.
Hasta 1796 fue conservada en un relicario en el monasterio de la localidad, al que se dice libró de un incendio y donde se dice que obró muchas curaciones. Luego se trasladó a la Iglesia de San Quintín, en Hasselt.
En Bruselas (Bégica), 1370, se hurtaron unas Hostias consagradas, por encargo de un mercader contrario al catolicismo, el cual murió asesinado en circunstancias no aclaradas.
La mujer temía que fuera una venganza de Dios y se deshizo de las Hostias entregándolas a unos amigos de su marido, que acuchillaron las Hostias, las cuales sangraron para sorpresa de los profanadores, que las vendieron a un mercader católico.
Dicho mercader contó la Historia al párroco de la Iglesia de Notre Dame de la Chapelle y las Hostias fueron trasladadas solemnemente a la Catedral de Santa Gúdula, donde varios vitrales reproducen las escenas del milagro.
En Middleburg-Lovaina (Bélgica), 1347, una mujer de la nobleza muy devota, convocó a todos sus familiares y empleados a una misa, en su casa. Entre los invitados había un joven que llevaba una vida de pecado, pero que a pesar de ello se acercó a comulgar.
Tras ingerir la Hostia, sintió que tenía un trozo de carne ensangrentada, sacándoselo de la boca, de forma que la Hostia manchó la tela que cubría el comulgatorio.
El sacerdote tomó la Hostia y la guardó en el tabernáculo, al tiempo que el joven tomó conciencia de su estado, se convirtió y desde entonces fue gran devoto del Santísimo Sacramento.
Milagro Eucarístico de Casia
En Poznan (Polonia), 1399, se sustrajeron tres Hostias consagradas para martirizar en ellas a Nuestro Señor.
Fue así cómo emanaron también sangre, la cual salpicó a una de las chicas del grupo de profanadores, que siendo ciega, al instante recuperó la vista.
Asustados de lo que estaban presenciando, intentaron destruir las Sagradas Hostias sin conseguirlo, para arrojarlas después a un pantano, sobre el cual un pastor las vio elevarse, inmersas en una potente luz. De allí descendieron a ruegos del Obispo.
En Dijon (Francia), 1430, una mujer que desconocía totalmente la religión católica, compró una custodia que había sido sustraída y contenía una Hostia consagrada.
Con un cuchillo intentó sacar la Hostia de la custodia y en ese momento observó que empezaba a sangrar. Con la sangre se formó una imagen del Señor, sentado y rodeado de varios instrumentos de su pasión.
La Hostia de aquel prodigio se veneró en Dijon hasta que, en 1794, la iglesia fue confiscada por el poder municipal, como tributo a la “diosa” razón. Se dice que entonces la Hostia fue quemada. La Catedral de Dijon reproduce en sus vitrales algunas escenas del milagro.
En Bois-Seigneur-Isaac (Bélgica), 1415, donde en 1424 se erigió un Monasterio, un feligrés tuvo tres apariciones del Señor cubierto de llagas, en la tercera de las cuales le dijo “ve a la capilla de Isaac. Allí me encontrarás”. Al mismo tiempo, el párroco escuchó una voz que le ordenó celebrar la misa en esa misma capilla.
Al desplegar el corporal, se dio cuenta de que se había pegado un trozo de Hostia de la misa anterior y cuando fue a desprenderla de la tela para consumirla, sangró visiblemente y así durante cuatro días, hasta el día de Pentecostés, en que se coaguló y secó, dejando manchado el corporal, que se venera desde entonces en ese lugar.
En 1996, el Papa Francisco, entonces Arzobispo deBuenos Aires, fue testigo directo del milagro acaecido en una Iglesia de la capital bonaerense. Alguien había abandonado una Hostia consagrada, dejándola en un candelabro.
El sacerdote, en lugar de consumirla, decidió colocarla en un recipiente con agua en el Sagrario de la capilla del Santísimo Sacramento, esperando que se disolviera.
Pero pocos días después, la Hostia se había convertido en una sustancia sanguinolenta.
Examinada científicamente, resultó ser una muestra de un corazón humano vivo, sometido a estrés severo (traumatizado o golpeado), que era imposible, científicamente, que se hubiera mantenido en agua conservando sus células con vida.
Tras los pertinentes estudios, concluyeron que las características de la sangre del milagro de Buenos Aires, resultaban coincidentes con las de la sangre de la Sábana Santa de Turín, del Santo Sudario de Oviedo, y de la también Hostia sangrante del milagro de Lanciano (Italia).
PRODIGIOS OBRADOS POR HOSTIAS CONSAGRADAS
LOS SERES IRRACIONALES SE POSTRAN ANTE JESÚS SACRAMENTADO
En algunas ocasiones, el Señor ha manifestado también su presencia real en la Eucaristía, aunque en otras diversas formas que ahora veremos, y no ya para despertar a los dormidos o tibios, sino para desterrar las herejías en que había desembocado la falta de humildad de algunos cristianos.
Tal era el caso de los patarinos (como se denominaba a los cátaros en el Norte de Italia), que consideraban a la Eucaristía una simple cena conmemorativa y sólo salieron de su error, cayendo de rodillas y adorando con fe y amor a Jesús Sacramentado, gracias al Milagro de San Antonio y la Mula, ocurrido en Rímini (Italia), el año 1227.
Disputando San Antonio de Padua con un miembro de aquella secta, éste le pidió un milagro para crean en la presencia de Jesús en la Eucaristía. A lo que el Santo respondió que eligiera el milagro que quisiera.
Fue así como se tuvo a una mula tres días sin comer ni beber, y al tercero se la llevó a la plaza, para ponerle delante la Eucaristía y una ración de cebada, de forma que, dejando esta última la mula, tras haberla olfateado, y en habiéndole mandado San Antonio, en nombre del Señor, que fuera a hacer reverencia a su Creador, se volvió hacia donde estaba la custodia, y en manifiesta señal de adoración, dobló las rodillas delanteras, e inclinó la cabeza ante nuestro Redentor.
Casi huelga decir que el hereje, confundido y evidentemente convencido, se arrodilló reconociendo también a Jesús en el Santísimo Sacramento.
LAS FUERZAS DE LA NATURALEZA Y TODA CLASE DE PELIGROS SE DETIENEN ANTE JESÚS SACRAMENTADO
En el milagro de Stiphout (Holanda), 1342, la iglesia parroquial fue presa de un incendio, y cuando un grupo de valientes feligreses, alertados por el párroco, trataban de acceder al interior de la iglesia, escalándola y valiéndose de una ventana que se abría sobre al altar, observaron maravillados, que las llamas se habían detenido ante el tabernáculo, dejando a salvo al Santísimo Sacramento.
El milagro de Morrovalle (Italia), de 1560, consistió asimismo, en la preservación del Santísimo Sacramento en el incendio que se declaró en la Iglesia de los franciscanos, donde fue rescatada incólume entre los escombros, tras las siete horas que costó atajar el incendio.
El Papa Pío IV reconoció la autenticidad del milagro, una vez constatado que no existía causa natural que de otro modo explicara que la Hostia Santa se salvara. Se conservó hasta 1560, en que se pierde su rastro.
También el fuego protagonizó otro milagro Eucarístico, mostrando como toda la naturaleza se rinde ante su Amo y Señor. Ocurrió en Faverney (Francia), en 1608.
Eso fue en época calvinista, por lo que de nuevo la herejía quedó en evidencia ante la Presencia real del Señor.
Con motivo de la Fiesta de Pentecostés, los Monjes de la Abadía de Nuestra Señora la Blanca prepararon un precioso altar de madera, que adornaron con flores.
Retirándose a descansar, dejaron expuesto el Santísimo con dos lámparas de aceite para iluminarlo y las puertas de la Iglesia abiertas.
Al día siguiente, se había declarado un incendio que amenazaba con destruir el templo, pero observaron que el Ostensorio con el Santísimo Sacramento se encontraba elevado y suspenso en el aire, las llamas no lo tocaban y se inclinaban como en señal de reverencia.
El fuego se pudo sofocar, pero el Ostensorio seguía suspendido en el aire. Estuvo así, durante 33 horas, hasta el momento de la Consagración en la misa que se celebró el martes, en que descendió suavemente.
También se salvaron del fuego, dentro de un tubo de cristal fijado al Ostensorio, una reliquia de Santa Ágata, un pedazo de seda que envolvía la reliquia, una proclamación de indulgencias por el Papa y una carta episcopal en que la cera de la estampa se fundió y corrió sobre el pergamino, sin alterar el texto.
El milagro fue reconocido por la Iglesia, a partir de los testimonios y relatos que se hicieron y la Hostia se conserva perfectamente hasta hoy.
También sobrevivió a un incendio la Hostia consagrada del Milagro de Pressac (Francia), 1643, que habiéndose fundido el cáliz donde se encontraba, fue ello de tal manera, que en su base se formó una bola con el metal fundido, debajo de la cual permaneció protegido el Santísimo Sacramento.
Aquella Hostia fue consumida al día siguiente, pero el Obispo de Poitiers, oídos los testimonios, autorizó el culto a aquel cáliz milagroso con palabras muy acertadas y que sirven para todos los milagros eucarísticos:
“Los Misterios sagrados son incomprensibles si es que el esplendor de la gracia no ilumina a los espíritus con el fin de elevarlos a los altos conocimientos de los admirables efectos de la potencia de Dios y para obligar a los hombres a adorarlo como a Él debemos, la bondad inefable se manifiesta a veces en modo extraordinario obrando Milagros es la Iglesia con el propósito de confirmar la fe católica y confundir los errores de los espíritus infieles”.
Para confusión de la herejía denominada albigense, que rechazaba los Sacramentos, e igualmente por el necesario sometimiento de toda la creación a Nuestro Señor, se produjo el milagro de Aviñón (Francia) de 1433.
En esa fecha el Santísimo se encontraba perpetuamente expuesto desde 1226, en la capilla de la Santa Cruz, junto al río Sorgue, por decisión del Rey Luis VIII, jefe de las cruzadas, en reparación por los sacrilegios que se habían venido cometiendo contra la Eucaristía.
Habiéndose desbordado el río de resultas de unas fuertes lluvias, en 1433, se produjo una gran inundación, por lo que los miembros de la Cofradía de Penitente Grises, que custodiaban la capilla, se dirigieron a ella a remo en un bote, para salvar a la Eucaristía.
Cuando llegaron, el agua cubría la mitad de la puerta de la Iglesia, pero abierta la puerta, encontraron que el pasillo, desde la puerta hasta el altar, estaba completamente seco. El agua se había acumulado formando paredes de agua a derecha e izquierda del pasillo, a unos cuatro pies de altura, de forma que el Santísimo Sacramento permanecía completamente seco.
Hostia sangrante en Guadalajara
No fue ése el único caso en que las aguas se detuvieron ante Nuestro Señor. El 31 de enero de 1906, en San Andrés de Tumaco (Colombia), el Santísimo Sacramento se puso al frente de toda la población, que atemorizada por los signos de un tsunami que se avecinaba, recurrió a la Iglesia con el fin de organizarse en procesión, en la cual llevaron también las imágenes de los santos, para detener el desastre que se abalanzaba sobre la ciudad.
Y cuando la ola gigantesca que se había formado avanzaba hacia la playa donde se encontraban reunidos, el sacerdote que encabezaba la procesión se puso al frente de las aguas, levantó la Sagrada Hostia y trazó con ella en el espacio la señal de la Cruz.
La ola avanzó para estrellarse contra el sacerdote, pero alcanzándole sólo hasta la cintura, para continuar con un movimiento de retroceso hacia el mar, que recuperó su nivel.
El anterior recuerda al milagro de Canosio (Italia), 1630, coincidiendo con el auge de la herejía calvinista. El río Maira se desbordó y arrastrando grandes rocas, se dirigía con la fuerza de las aguas hacia el pueblo.
El párroco propuso a sus habitantes, rogar al Señor que les salvara de aquella amenaza y hacer voto de agradecerlo cada año al Santísimo Sacramento.
Así lo cumplieron, mientras que el párroco, por su parte, llevó la custodia en procesión al torrente, donde impartió la bendición con el Santísimo. Punto en que el nivel de las aguas recuperó la normalidad.
En 1631, Dronero (Italia), un incendio avanzaba sobre la población, causado por la imprudencia de una joven, que había prendido fuego a unas pajas, y el viento lo había avivado, dirigiendo hacia las casas de un barrio de la localidad.
Como sea que el fuego no podía ser controlado, pese a los vanos intentos que en ello se emplearon, un padre capuchino tuvo la idea de recurrir al Santísimo Sacramento, llevándolo en procesión hasta donde las llamas seguían avanzando. Fue así como se las pudo detener, ante la maravilla y el júbilo de todos.
En 1656, Cava dei Tirreni (Italia), sus habitantes fueron librados de la amenaza de la peste, que ya se había cobrado numerosas víctimas entre la población, mediante la bendición impartida con el Santísimo Sacramento desde la cima del monte Castillo, donde y a cuyo efecto el párroco, movido por una gran fe, lo había conducido en procesión.
También Jesús Sacramentado salvó a los habitantes de Morne-Rouge (Isla Martinica), en mayo de 1902, de una erupción volcánica que amenazaba acabar en catástrofe.
Con este fin, se reunieron para orar en la iglesia parroquial, donde el sacerdote expuso al Santísimo, impartió la absolución general, pues muchos deseaban confesarse, y distribuyó la Santa Comunión.
Durante la adoración, una mujer alertó a los presentes de que la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, rodado de espinas, estaba en la Hostia consagrada expuesta y así pudieron verlo todos, hasta su reserva.
Aunque en agosto del mismo año, otra erupción volcánica destruyó aquel pueblo, cobrándose a sus habitantes por víctimas, se cree que murieron en gracia de Dios, por haberse reconciliado con el Señor en el episodio volcánico del mes de mayo referido.
En el milagro de Asís (Italia), 1240, Santa Clara, libró a las hermanas de su comunidad, de la amenaza de lo soldados sarracenos que habían llegado hasta el claustro del convento, y lo logró alzando frente a los soldados el Santísimo Sacramento, al tiempo que imploraba de Éste el auxilio inminente que necesitaban.
Desde el tabernáculo pudo oírse una voz que decía “Yo te protegeré siempre”, y a la petición de la Santa, de que protegiera también la ciudad, añadió, “tendrá que soportar dificultades, pero será defendida por mi protección”. Fue así como los soldados retrocedieron, abandonando el convento.
En igual desafío a la ley de la gravedad que hemos visto en el milagro deFaverney, y demostrando nuevamente lo que ya sabíamos por las Escrituras y su cumplimiento, de que Cristo no está sujeto a ley alguna, y para Dios no hay nada imposible, se produjo el milagro de la Beata Imelda, quien de muy corta edad, recibió la Comunión en el monasterio de Val di Pietra (Italia) mucho antes del tiempo establecido en aquella época por la Iglesia, debido a que Jesús Sacramentado se manifestó suspendido en el aire sobre la pequeña, en señal de querer unirse a ella, como la niña deseaba y como así se cumplió, en el año 1333.
La niña murió seguidamente, de amor a Jesús, como había presentido y su cuerpo se venera, incorrupto, en la Iglesia de San Segismundo, en Bolonia.
En 1848, Italia, San Juan Bosco estaba celebrando una misa a la que asistían 360 jóvenes, cuando se dio cuenta de que sólo tenía ocho Hostias.
Sin embargo, con ellas pudo dar la Comunión a todos, en una manifiesta y bellísima multiplicación milagrosa en la que Jesús como en el Evangelio, quiere que todos se sacien y en este caso no ya de simple pan, sino de Sí mismo.
En el milagro de Scala (Italia), 1732, numerosos testigos que los jueves hacían adoración ante el Santísimo Sacramento, en el Monasterio del Santísimo Redentor, contándose entre ellos a San Alfonso María de Ligorio, cofundador del monasterio, pudieron ver en la Hostia expuesta, durante tres meses, signos diversos de la Pasión de Nuestro Señor.
EL PECADO EXPULSA A JESÚS SACRAMENTADO DE LOS CORAZONES ENDURECIDOS
En la categoría de prodigio se incluye también el que sigue ahora, ocurrido con motivo de sacrilegio. En Mogoro (Italia) 1604, dos hombres que estaban en pecado mortal y que eran conocidos públicamente por llevar una vida disoluta, fueron a misa el lunes de Pascua y se dispusieron a recibir la comunión cuando se vieron forzados a escupir la Hostia, al sentir que les quemaba.
Las dos Hostias dejaron su huella impresa en el suelo, sin que pudiera ser borrada, por lo que se optó por separar del suelo el trozo de piedra que contenía las huellas y custodiarlo debidamente y de modo que pudieran verlo los fieles. Dios antes ablanda una piedra, que el corazón endurecido por el pecado.
EL MILAGRO DE LA CONSERVACIÓN DE LAS HOSTIAS CONSAGRADAS
En casi todos los casos que hemos recogido, de transustanciación visible, se habla también de milagro de conservación de las Hostias que protagonizaron los milagros, pero ¿es acaso extraño o sorprendente, que el Pan del Cielo, en que Jesucristo se hace presente para llevarnos a la vida eterna, que nos da la vida eterna, se deteriore como materia corruptible ?
Si creemos en las palabras de Jesús, que es la Verdad y la Vida, el milagro no consiste pues en la conservación, que es la consecuencia lógica y material de lo que nos ha dicho en el Evangelio, sino que debemos ver el milagro en la Eucaristía misma y sus efectos en nosotros por la Sagrada Pasión de Nuestro Señor.
Otro milagro que sólo lo es de conservación, con las reservas que acabamos de indicar nos merece el calificarlo de milagro por sí mismo, pues no hay en él más ni mejor milagro, que el mismo Jesús Sacramentado, es el del Santísimo Misterio del Monasterio de San Juan de las Abadesas (España), donde la obra escultórica de “El descendimiento de la Cruz”, alberga desde el sigo XI, intacta la Hostia consagrada en 1251, fecha en que se creó la obra, y que fue encontrada casualmente en 1426, con motivo de unos trabajos de restauración, en la cavidad de seis centímetros de diámetro que el escultor había abierto a tal fin, en la frente de la estatua que representa a Jesús Crucificado.
En 1597, en Alcalá de Henares (España), se registra otro milagro del mismo tipo que el anterior y sin haber transcurrido tantos años desde la consagración de las Hostias santas implicadas.
Recuperadas unas Hostias sustraídas por un sacrílego, que se arrepintió y confesó su pecado, descartaron consumirlas por miedo a que pudieran estar envenenadas, dejándolas custodiadas a la espera de que se disolvieran de manera natural.
No lo consiguieron y además las sometieron durante un tiempo a las mismas condiciones que unas hostias no consagradas, observando que estas últimas sí se deterioraron.
En 1936, el contexto socio-político motivó que unos sacerdotes escondieron (se desconoce dónde) las Hostias denominadas del prodigio, con el fin de protegerlas, sin que hayan aparecido hasta la fecha.
En 1907 en Silla (España), unas Hostias consagradas fueron sustraídas y encontradas dos días después ocultas bajo unas piedras.
En 1934, se constató también como milagro su perfecta conservación, cuyos documentos que lo certificaban se destruyeron en un incendio del palacio arzobispal, provocado dos años después por anarquistas o comunistas. En 1982 se inició un proceso canónico para decretar oficialmente y mantener el culto a aquellas Hostias del milagro, que todavía se conservan.
Milagro Eucarístico de Lanciano
LA EUCARISTÍA SIRVE A LA SALUD DE ALMA Y CUERPO
Que el Milagro está en la Eucaristía y no en las manifestaciones visibles y extraordinarias de la misma, lo muestra si cabe más claramente el llamado milagro de Montserrat (España) de 1657, en que una niña encargó en el Monasterio, tres misas para su padre, para liberarle del purgatorio.
La niña tuvo visiones durante las tres celebraciones eucarísticas, en las que su padre estaba presente, primero envuelto en llamas (las cuales pudieron ver igualmente los monjes, cuando mandaron a la niña que acercara a ellas un pañuelo), después liberado de ellas pero todavía no plenamente purificado y finalmente vestido de blanco subiendo a cielo tras la tercera misa.
Los extraordinarios efectos de la Sagrada Eucaristía, han podido ser constatados también entre los vivos, como es el caso del milagro de La Rochelle (Francia), 1461, ocurrido en Iglesia de San Bartolomé, durante la Pascua.
Una mujer se llevó a misa a su hijo de 12 años, mudo y paralítico desde los 7, a causa de un grave accidente. El chico hacía señas para indicar que deseaba comulgar, y al principio el sacerdote se mostraba contrario porque al ser mudo el chico, no podía recurrir a la confesión.
Sin embargo, era tal la insistencia suplicante de aquel pobre desgraciado, que el sacerdote accedió. Y fue entonces que, sacudiendo al muchacho la fuerza del Señor, recuperó el movimiento y el habla, diciendo: “auditorium nostrum in nomine Domini”.
No es menos milagro, aunque simple manifestación del milagro de la Eucaristía, el de las estigmatizadas Marthe Robin (francesa, 1902-1981) y Teresa Newmann (alemana, 1898-1962), que habiéndose ofrecido al Señor para salvar a los pecadores, se alimentaron exclusivamente con la Eucaristía durante varios y largos decenios de su vida.
La primera sin poder deglutir ningún otro alimento, por una enfermedad neurológica, que aceptó como participación en la Pasión del Señor, y la segunda en un ayuno voluntario.
El Jesuita Carl Sträter, que por encargo del Obispo de Ratisbona estudió la vida de Teresa Newmann, declaró que el significado de su ayuno había sido el de
“demostrar a los hombres de todo el mundo, el valor de la Eucaristía, haciéndoles entender que Cristo está verdaderamente presente bajo las especies del pan y que a través de la Eucaristía se puede conservar la vida física”,
cumpliéndose de este modo, como ya observó el Padre que le daba la comunión todos los días, lo que dice Jesús en el Evangelio:
“mi Cuerpo es verdadera comida y mi Sangre, verdadera bebida”.
MILAGROS DE VISIONES DEL NIÑO JESÚS Y DEL ROSTRO DEL REDENTOR EN LA EUCARISTÍA
En algunas ocasiones, es el Niño Jesús el que se ha dejado ver en la Eucaristía. El primer caso que se conoce data del siglo III-IV y se sitúa en Scete (Egipto).
Uno de los padres del desierto creía y sostenía que el pan de la Eucaristía era sólo un símbolo, y cuando los restantes monjes trataron de corregirle, contestó que sólo les creería si ocurriera algo que le convenciera.
Sus compañeros monjes dijeron que rezarían por esa intención y fue así cómo, durante una misa, todos pudieron presenciar que, durante la consagración, un ángel del Señor inmolaba y partía al Niño Jesús.
Además al monje descreído se le dio, para comulgar, la carne empapada en sangre. Al punto en que dijo, “creo Señor”, la carne volvió a tomar la apariencia de pan.
El 3 de mayo (festividad de la Santa Cruz) de1231, en Caravaca de la Cruz (España), el rey moro a quien un sacerdote católico había ido a predicar el Evangelio, se interesó por conocer de primera mano lo que era una Misa y encargó que se celebrara una en su presencia.
Traído todo a palacio para celebrar el Santo Misterio, el sacerdote echó en falta la cruz en el Altar, y en habiéndoselo dicho al rey, éste le advirtió si no sería la que, de repente, dos ángeles trajeron ante la presencia de todos.
Además, el rey, premiado sin duda por buscar a Dios de buena voluntad, tuvo el privilegio de ver al Niño Jesús en el lugar de la Hostia durante la consagración, de modo de que se convirtió al cristianismo, junto con toda su familia.
En Dijon (Francia), el día de Pascua de 1254, mientras el sacerdote estaba distribuyendo la comunión a los fieles en la Iglesia de San Amado, le cayó una Hostia y al ir a recogerla, vio que se alzaba sola en el aire para posarse en el purificador, donde se transformó en el bellísimo Niño Jesús.
El Obispo de Cambrai, cuando supo lo ocurrido, pidió que se le mostrara la Hostia, en la certeza y la fe (incluso al percibir que se trataba a primera vista de una Hostia consagrada en su apariencia habitual), de que, si otros habían podido ver el prodigio, él había de poder también.
Estaba en este pensamiento cuando pudo ver en la Hostia el rostro de Cristo coronado de espinas, del cual caían dos gotas de sangre.
En la revolución francesa desapareció la Hostia, pero en octubre de 1854, el párroco de la Iglesia de San Pierre, la encontró en una caja de madera, bajo el Cristo del altar de los difuntos, con una carta, datada del 5 de enero de 1793, que decía:
“Yo, el que escribe, canónigo de la insigne iglesia colegial de San Amado, doy fe que ésta es realmente la verdadera Hostia del Santo Milagro que yo he rescatado ante del peligro inminente de la profanación y que felizmente la he conservado. La he conservado en esta píxide y he dejado este testimonio escrito de mi propio puño y letra para los fieles que la descubrirán en un futuro próximo”.
También apareció el Niño Jesús en la Eucaristía, en el bellísimo milagro de Moncada (España), en 1392.
Un sacerdote se atormentaba con la duda de que hubiera sido válidamente ordenado, y en consecuencia, de que estuviera realmente administrando los sacramentos a los fieles que tenía encomendados.
Sus dudas eran más que razonables, porque el Obispo que le consagró, había sido ordenado por el antipapa Clemente VII, elegido por los cardenales franceses para sustituir por la fuerza de las armas, aunque sin éxito, al Papa auténtico, Urbano VI. El cisma se había producido con el fin de mantener la sede papal en Aviñón.
Pedía pues a Dios, el pobre sacerdote, que le diera algún signo para sacarle de la duda. Esto sucedió el día de Navidad del expresado año, en que una niña de cinco años, que sería después Santa Inés, refirió a su madre que quería quedarse a jugar con el Niño que el sacerdote había tenido en sus manos durante la elevación.
Al día siguiente, la pequeña vio lo mismo, por lo que su madre lo contó al sacerdote al terminar la misa. El sacerdote habló con la niña, que se mantenía firme y clara en describir lo que había visto, pero aún optó por una última prueba que le confirmara la señal. Se le ocurrió mostrar a la niña dos Hostias, primero una consagrada y luego otra que no lo estaba, y elevando ambas, preguntó a la niña lo que veía. La pequeña dijo ver al Niño Jesús en la consagrada y en la otra un pequeño disco blanco. No hace falta referir la alegría y emoción que tuvo aquel sacerdote.
En Eten (Perú), 1649, se dejó ver igualmente el rostro resplandeciente del Niño Jesús, mientras estaba expuesto el Santísimo para la adoración, con motivo del Corpus, y cuando ya se iba a proceder a la reserva.
Algunos días mas tarde, volvieron a ver al Divino Niño en la Hostia consagrada, además de tres corazones blancos unidos entre sí, como símbolo de la Santísima Trinidad.
Se ha tenido noticia de la reciente aparición del rostro de Jesús en la Sagrada Forma durante la elevación, en Kerala, India, lo cual la Iglesia investiga por ahora con gran reserva.
También en India, en Chirattakonam, en 2001 el sacerdote y los fieles que estaban en adoración pudieron contemplar el rostro de Jesús en la Hostia consagrada, expuesta en la custodia.
Cuentan que, precisamente, ese día tenían previsto leer en la adoración, el capítulo 20 del Evangelio de San Juan, sobre el encuentro de Tomás con Jesús resucitado.
En Burdeos (Francia), 1822, tras impartir el sacerdote la bendición con el Santísimo a los fieles que estaban en adoración, todos pudieron ver al Señor durante veinte minutos bendiciéndoles en la Hostia.
El Arzobispo de Burdeos aprobó el hecho tras oír a los testigos y hoy en esa capilla, conocida como Capilla del Milagro, se venera como reliquia la custodia de la aparición.
En Les Ulmes (Francia), 1688 ocurrió algo similar al caso anterior. Estando expuesto el Santísimo Sacramento y en el momento en que el sacerdote incensaba la custodia y entonaba la estrofa del Pange Lingua “Verbum caro Panem verum”, apareció Jesucristo en la Hostia, en la forma de un joven con el rostro luminoso, el pelo castaño que le caía sobre los hombros, con una mano sobre la otra y una túnica blanca.
Se dejó ver así durante un cuarto de hora ante todos los presentes. Temiendo y con el fin de evitar una profanación de la Hostia durante la revolución francesa, el entonces vicario la consumió.
En Saint-André de la Réunion (Isla de la Réunion), 1902, tras la adoración de las cuarenta horas, el párroco celebraba misa, cuando en el momento de la elevación, vio una aureola luminosa alrededor de la custodia.
Al tiempo de la comunión, pudo ver en la custodia el rostro de Jesús coronado de espinas, con la mirada baja. Tras la celebración, el sacerdote mandó a los chicos más mayores del coro, que fueran al altar a mirar la custodia y volvieron corriendo, con la noticia de lo que también ellos habían acabado de ver. La noticia se difundió y muchos otros fueron testigos de la misma visión. La cual, después, se mudó en un rostro de Jesús ya no coronado de espinas, y posteriormente en un crucifijo. Tras la bendición eucarística, las visiones desaparecieron.
Milagro Eucarístico de Vilakkannoor
EL PODER Y LA INDELEBLE PRESENCIA DE JESÚS EN LAS HOSTIAS CONSAGRADAS
EL SANTÍSIMO SACRAMENTO SE CONDUCE A BORDO DE UNOS PECES
A veces, el milagro eucarístico ha consistido en que, sacada la Eucaristía de su lugar y destino natural, ya fuera por accidente, o profanada por la maldad e ignorancia de algunos hombres, se ha revelado de forma extraordinaria en lugares inhóspitos, o indignos de albergar al Señor, para ser devuelta al lugar y culto que le es debido.
Y es que Dios no puede permanecer oculto en el mar, o bajo la tierra, o escondido en cualquier rincón. Como dice el Evangelio, “¿acaso se trae la luz para ponerla debajo del celemín o debajo de la cama? ¿No es acaso para ponerla en el candelero?” (Marcos 4, 21-25).
Así lo muestra el Milagro de los Peces deAlboraya (España), datado de 1348, en que, por un accidente, las aguas crecidas de un barranco arrebataron a un sacerdote las Hostias consagradas que llevaba a Almácera, donde se le había requerido su presencia.
Tras larga y afanosa búsqueda, fueron halladas las Sagradas Formas en el punto en que el barranco desembocaba en el mar, en la boca de tres grandes peces que las mostraban, poniéndolas a disposición de quienes las buscaban.
EL SANTÍSIMO SACRAMENTO SE HACE PRESENTE CON LA LUZ DE DIOS
Dentro de la misma categoría de milagro que el anterior, se cuenta el de Patierno (Nápoles), de 1772. Un copón fue sustraído de la Iglesia de San Pedro Apóstol y las Hostias consagradas que contenía fueron enterradas bajo estiércol, en unos terrenos del Duque de Grottolelle.
Fueron encontradas un mes más tarde, por el resplandor que emitían, que intrigó a su casual descubridor.
Estaban intactas, lo cual se constató que era científicamente inexplicable en esas circunstancias. San Alfonso María de Ligorio, entonces obispo, certificó la autenticidad del milagro.
Por lo mismo, aunque se dice que en 1978 fue robado el relicario del milagro de Patierno, y ya no se recuperaron las Sagradas Formas, no se debería descartar y sobre esto abundamos más adelante, que hubieran desaparecido de manera sobrenatural.
EL SANTÍSIMO SACRAMENTO SE HACE PRESENTE DONDE SEA QUE LE QUIERAN, SIN QUE NADA PUEDA IMPEDIRLO NI DESTRUIRLO
En 1125, en Bettbrunn (Alemania), un piadoso campesino muy devoto del Santísimo Sacramento, se encontraba con el inconveniente de tener que desplazarse una larga distancia para asistir a la Iglesia parroquial, en Thollig.
Por ello, resolvió sustraer una Hostia consagrada y le hizo una pequeña cavidad en su bastón de pastoreo, donde la adoraba arrodillado largas horas, clavado el bastón en tierra, en su granja.
Un día, le cayó accidentalmente la Hostia en tierra y de allí no la pudo mover, de lo mucho que pesaba. Recurrió a un sacerdote de la parroquia, que tampoco consiguió levantarla y así fue cómo se llamó al Obispo de Regensburg, que sólo pudo recoger la Hostia después de prometer que se construiría una capilla en ese lugar, que es la Iglesia de San Salvador.
En 1333 se declaró un incendio en el que la Hostia del milagro se dice fue destruida. Se dice esto y podemos dudarlo, no sólo por los casos documentados en que el Santísimo Sacramento ha sido milagrosamente preservado del fuego, sino por la realidad misma de que Dios no puede ser destruido por nada, aunque sí puede aparecer y desaparecer donde sea y de la forma que sea.
Idénticas reflexiones nos merece el milagro de Milsnack (Alemania), en 1383, donde precisamente tres Hostias consagradas, de las que emanaba sangre, fueron lo único que quedó del saqueo e incendio de la ciudad por Von Bülow. Hostias que, sin embargo, fueron supuestamente destruidas en otro incendio en 1522.
Que difícilmente se puede creer que unas Hostias consagradas hayan podido destruirse en un incendio, y que en su lugar es más razonable y lógico pensar que desaparecieron por obra de Dios, volviendo al seno de Dios, lo corrobora, además, lo sucedido en el milagro de Erding, (Alemania), en 1417.
Un campesino que no lograba salir de la pobreza pese al esfuerzo con que trabajaba, contemplaba la riqueza de su vecino, que se dedicaba a lo mismo. Le preguntó un día que hacía para ganarse tan bien la vida y contestó que la razón estaba en tener al Santísimo Sacramento en su casa.
Con la idea de imitarle, el campesino pobre fue a comulgar un Jueves Santo y en lugar de consumir la Hostia la guardó para llevarla a su casa. Parece ser que durante el camino ya se había arrepentido, pero la Hostia le resbaló de las manos y se elevó en el aire sin que pudiera volver a sujetarla.
Avisó de lo ocurrido al párroco, que intentó también recuperar la Hostia, cogiéndola de donde se había apoyado momentáneamente, emitiendo una intensa luz, pero la Hostia volvió a elevarse en el aire y desapareció. Tampoco el Obispo tuvo mejor suerte, por lo que finalmente resolvieron construir en ese lugar una capilla que luego fue un Santuario, denominado de la Preciosísima Sangre.
EL SANTÍSIMO SACRAMENTO SE DEJA MALTRATAR, PERO NO DOMEÑAR, PARA LA CONFUSIÓN Y CONVERSIÓN DE LOS PROFANADORES
También se elevó por sí sola la Hostia consagrada del milagro de París (Francia), de 1290. Un descreído que demás tenía gran odio a la religión católica, hurtó el Domingo de Pascua una Hostia consagrada y con la intención de profanarla, la apuñaló primero, brotando de ella la Sangre del Redentor en abundancia,
Produjo espanto del profanador, que intentó echarla al fuego, sin éxito, porque la Hostia se elevó, y luego quiso echarla en agua hirviendo, sin conseguirlo tampoco, quedando suspendida la Hostia en el aire en forma de crucifijo.
Finalmente, la Hostia quiso posarse en la olla de una devota parroquiana de Saint-Jeane en Grève, que la llevó a la iglesia de esa localidad. Allí se conservó en un relicario, hasta que se perdió su rastro durante la revolución francesa. La casa del profanador se convirtió en oratorio por una Bula de Bonifacio VIII.
Más imponente, si cabe, fue el milagro de Turín (Italia) de 1453, en que un soldado robó la custodia, con la Hostia consagrada de una Iglesia en Eixelles, y se llevó ambas en un saco, el cual cargó en un mulo.
Llegando a la Plaza Mayor de Turín, cerca de la entonces Iglesia del Espíritu Santo, el mulo cayó al suelo, de forma que el saco quedó abierto, abriéndose paso por la abertura la custodia con la Hostia, para elevarse más allá de la altura de los edificios donde quedó suspendida.
Convocado el Obispo para verlo, se postró en actitud de adoración y oró diciendo “quédate con nosotros Señor”, momento en que la custodia cayó al suelo, liberando la Hostia, que resplandecía entonces en el aire. Alzó el Obispo un cáliz y la Hostia se posó graciosamente en él. La Hostia de dicho milagro se conservó hasta el siglo XVI, en que la Santa Sede ordenó consumirla, con el argumento de no tener que obligar a Dios a seguir conservándola.
También se elevaron y quedaron suspendidas en el aire, las Hostias del Milagro deVolterra (Italia), 1472, cuando un soldado florentino, se llevó varios objetos sagrados de la Catedral, incluyendo el recipiente donde se guardaban las Hostias consagradas.
Al salir del templo, lo arrojó con las Hostias, contra una pared. Fue en ese momento que las Hostias se alzaron, emitiendo una fuerte luz, para la sorpresa del soldado, que se arrepintió sinceramente.
En el milagro de Amsterdam (Holanda), 1345, un feligrés gravemente enfermo recibió la comunión en su casa y poco después tuvo un acceso de vómito.
La mujer que lo atendía, tiró todo lo que el enfermo había expulsado al fuego de la chimenea y al día siguiente observó, para su asombro y el de los testigos convocados para verlo, primero, que de la chimenea emanaba una luz, y después, que una Hostia estaba suspendida en su interior.
Llevada a la iglesia la Hostia para darle el culto debido, la Hostia se empeñaba en hacerse presente nuevamente en aquella chimenea, por lo que optaron por construir allí una capilla. Esto nos hace pensar que todo lo que ha estado en contacto con Nuestro Salvador, queda santificado por dicha maravillosa Presencia, de forma que no puede dejar de recibir también el culto que por eso le es debido.
En 1452, un incendio destruyó aquella capilla, quedando intacta sin embargo la custodia con la Hostia consagrada. Fue cuando la trasladaron a otra capilla, que desapareció, creyéndose que fue robada.
Milagro de los Peces de Alboraya
LA PRESENCIA DEL SEÑOR PERDURA EN LAS ESPECIES CONSAGRADAS, CUALQUIERA QUE SEA LA SUERTE DE ÉSTAS, SIN QUE PUEDA PERMANECER IGNORADA
También tuvo que ver con el fuego y con la presencia indestructible del Señor en el Santísimo Sacramento, que es lo que a su vez explica los denominados milagros de conservación a que nos hemos referido anteriormente, el milagro de Alkmaar (Holanda), 1429.
Un sacerdote optó por quemar un trozo de la casulla que se le había manchado con la Sangre del Redentor, al derramar sin querer el vino ya consagrado en la que fue su primera misa.
Sin embargo, para su sorpresa, observó que la casulla, remendada en el trozo que se había manchado, apareció nuevamente con la mancha.
Parece, pues, una clara llamada de atención del Señor sobre la reverencia y adoración que debe observarse ante su Presencia en las especies consagradas, de forma que, aun tratándose de un accidente el vertido del vino consagrado, no es posible ni cabe pretender “borrar” o “eliminar” la Sangre, sino el venerarla adorando en Ella al mismo Señor.
El sacerdote y el párroco de la Catedral fueron a contarlo al Obispo de Utrech, llevándole la casulla. En 1433, tras las investigaciones pertinentes, se autorizó el culto a aquel milagro y la casulla se conserva en la Catedral de San Lorenzo, en un relicario con la forma de un ángel.
Al igual que en el milagro anterior, en el de Boxtel-Hoogstraten (Holanda), 1380, un sacerdote que derramó accidentalmente el vino consagrado, manchando el corporal y el mantel del altar, quiso “eliminar” en vano la Sangre de nuestro Señor esta vez lavando las telas manchadas.
Viendo que no lo conseguía, las escondió en una maleta, debajo de su cama, hasta que lo confesó poco antes de morir. En 1652, aquellas sagradas reliquias fueron llevadas a Hoogstraten, en la frontera con Bélgica, para protegerlas de las luchas religiosas, pero en 1924, el corporal regresó a Boxtel, donde actualmente se venera.
Relacionado con la misma idea de los dos milagros anteriores, está del milagro de Gruaro –Valvasone, (Italia), de 1294, pues una mujer se disponía a lavar el mantel del altar de la Iglesia de San Justo, cuando vio que se manchaba todo de Sangre y que Ésta procedía de una Hostia, (evidentemente consagrada), que había quedado inadvertida en el mantel. Este mantel se conserva en un relicario en la Iglesia del Santísimo Cuerpo de Cristo en Valvasone.
Que Dios, aunque siempre presente, puede aparecer y desaparecer como quiere y donde quiere, sin quedar sujeto a nada ni a nadie, haciendo cualquier prodigio donde se encuentra, sin que su Presencia pueda pasar desapercibida, lo muestra el curioso y también precioso milagro de Kranneburg bei Kleve (Alemania), ocurrido en 1284.
Un aldeano que había ido a comulgar, no pudo deglutir la Hostia consagrada, según parece por alguna enfermedad. De forma que se le ocurrió nada mejor que arrojar la Hostia a un árbol. Arrepentido después, lo confesó al párroco y se buscó la Hostia sin encontrarla. Cuando algunos años más tarde se cortó el árbol, al hacerlo cayó al suelo un crucifijo de madera que se conserva y venera en la Iglesia de San Pedro y San Pablo.
En Weiten-Raxendorf (Austria, 1411), un ladrón se llevó una Hostia consagrada, pero mientras se alejaba a caballo, en determinado momento, el animal se detuvo sin querer avanzar y distraído el ladrón en hacerlo galopar, lo cual hizo el animal repentinamente, no advirtió que la Hostia le cayó al suelo.
Allí la encontró una vecina de la zona, entre unas matas y en el centro de una potente luz. La Hostia estaba partida en dos fragmentos, unidos sólo por unos filamentos de carne ensangrentada. En ese lugar se erigió una capilla y más tarde una iglesia, que todavía custodia la Santa Reliquia.
En 1533, Ponferrada (España), un feligrés tuvo y cayó en la tentación de llevarse un tabernáculo de su parroquia, porque deseaba quedarse con la cajita de plata que contenía y en la cual se guardaban las Hostias consagradas.
Como el tabernáculo, de madera, le pareció sin ningún valor, pensó arrojarlo al río, pero cuando fue a hacerlo no pudo, ya que en ese momento se le hizo extrañamente pesado.
Lo llevó pues a su casa, donde durante la noche, su mujer vio que salían unos rayos de luz. Con el fin de no ser descubierto, el autor del robo decidió deshacerse del tabernáculo y las Hostias, abandonándolos entre unas ruinas, en un campo denominado del Arenal.
Allí fueron encontrados debido a las luces que emitían las Hostia y a unas palomas que sobrevolaban el lugar. El autor del sacrilegio lo confesó finalmente, al no poder soportar los remordimientos.
Algo parecido ocurrió en el milagro de Siena (Italia), en cuya Iglesia de San Francisco, en el año 1730, unos ladrones se llevaron un copón con más de tres centenares de Hostias consagradas preparadas para la Misa de la Asunción, las cuales se encontraron tres días más tarde en otra iglesia vecina, Santa María de Provenzano, en la caja de los pobres, donde un feligrés había visto algo blanco que brillaba.
Se han conservado intactas hasta hoy, habiéndose ello verificado a través de estudios científicos, el penúltimo de ellos en 1914, por encargo del Papa Pío X, y en los que se han comparado sus condiciones de preservación con hostias no consagradas, que sí sufrieron deterioro, por lo que se habla nuevamente, y como no podría ser de otra manera, de un milagro continuo de preservación.
Las Hostias del milagro se exponen públicamente, entre otras ocasiones, el 17 de cada mes, para conmemorar el día de 1730 en que se encontraron. El día de Corpus Christi son llevadas en procesión por las calles de Siena.
En 1824, Onil (España), otro ladrón se llevó varios objetos sagrados de la Iglesia, donde había sido monaguillo, y cuando intentó venderlos fue descubierto, pero no consiguieron que revelara qué había hecho con la Custodia y el Santísimo Sacramento.
Éstos fueron encontrados casualmente algunos días más tarde, abandonados en un campo de cultivo del pueblo vecino, Tibi, desde donde fueron devueltos a Onil, para recibir allí el culto y la veneración debidos. Más de cien años más tarde, en 1843, la Iglesia, verificando la incorruptibilidad de aquella Santa Hostia profanada, confirmó la autenticidad del milagro. La Hostia declarada milagrosa se conserva todavía hoy y venera en la Iglesia de Santiago Apóstol de Onil.
JESÚS SACRAMENTADO SE ZAFA DE SUS PROFANADORES
Otro milagro derivado de haber sido profanado Jesús Sacramentado, fue el de Santarém (Portugal), 1247, reconocido por la Iglesia tras varios estudios e investigaciones canónicas.
Una mujer recurrió a una hechicera para recuperar a su marido, que la engañaba, y a tal efecto, se le mandó que llevara a la hechicera una Hostia consagrada.
Habiendo obtenido ésta tras sacársela de la boca al recibir la comunión y habiéndola ocultado en el pañuelo de su cabeza, la Hostia sangró por el camino. Asustada la mujer, escondió la Hostia en un baúl de su habitación.
Pero estando acostada con su marido, y en plena oscuridad, salieron brillantes rayos haciendo que la pareja se despertase. Al parecer, vieron también ángeles adorando la Hostia sangrante. La mujer confesó su pecado a su esposo y arrepentidos los dos, se pasaron el resto de la noche arrodillados en adoración y reparación ante la Hostia Santa.
Al día siguiente, se lo contaron al sacerdote de la parroquia, donde regresó la Hostia en solemne procesión. La Hostia continuó sangrando durante tres días y todavía sangrando se colocó en un relicario de cera de abeja dentro del tabernáculo.
Allí permaneció hasta que en 1340 se produjo un segundo milagro. El envase de cera se había roto en pedazos y en su lugar había un envase de cristal que contenía la sangre de la Hostia mezclada con la cera, en signo que se atribuye a manifestación de la indisolubilidad del matrimonio. Se ha conservado hasta hoy, con la sangre en estado líquido, en un trono eucarístico en el altar mayor.
El milagro de Alatri (Italia), 1228 fue como el de Santarén en sus circunstancias esenciales y consta que tanto la joven que trataba de recuperar el amor de su novio, como la hechicera que le pidió una Hostia consagrada, se arrepintieron de su fechoría.
El Papa Gregorio IX, en respuesta al Obispo de Alatri, otorgó el perdón a ambas mujeres, considerando que el episodio había redundado en desmentir las herejías que negaban la transustanciación.
Milagro de San Antonio y la Mula
Parecido a los anteriores es el Milagro de Offida (Italia), 1273, pues una mujer, para recuperar el afecto de su marido recurrió también a una hechicera, de forma que, siguiendo las indicaciones de ésta, tras sustraer una Hostia consagrada, la puso al fuego sobre una teja con la intención de pulverizarla y así servirla a su marido, mezclada con la comida.
Pero advirtió que la Hostia se convertía en carne que sangraba y asustada, envolvió la teja con la Hostia en una tela de lino, para enterrarla después en el establo, bajo el estiércol.
Cada vez que la mula del marido entraba allí, se postraba de rodillas, mirando hacia el lugar donde estaba escondida la Hostia, en un nuevo milagro de sometimiento de toda la creación al Redentor.
Al cabo de siete años, la mujer no pudo más con el remordimiento y confesó, desesperada, “que había matado a Dios”. Fue así como se recuperó aquella Sagrada Hostia, que con la tela y la teja se conservan en la Iglesia de San Agustín, en Offida, en un bellísimo relicario en forma de cruz, obra de un orfebre veneciano.
La actitud de la mula del milagro de Offida, recuerda la de los bueyes del milagro de Glotowo (Polonia), 1290. Sucedió en este caso que, con motivo de una invasión lituana, que destruyó aquel pueblo, un sacerdote escondió en pleno campo, una cajita de plata que contenía una Hostia.
Al cabo de muchos años, un campesino la encontró arando la tierra, al extrañarle que sus bueyes se hubieran detenido, inclinados hacia ese lugar, del que además irradiaba una luz muy potente. Se cuenta que la Hostia fue hallada de nuevo en el mismo lugar, donde todavía se conserva, en señal de que Dios quería que se construyera allí una iglesia. Lo cual nos remite a la misma idea, expresada anteriormente, de que Santo es todo lo que Dios toca, y presente está siempre Dios, allí donde se hace presente, sin que pueda dejar de estarlo.
Otra perversa mujer, en el milagro de Trani (Italia), el cual tuvo lugar por el año 1000, también puso al fuego una Hostia (de la que se había apoderado fingiendo comulgar) con la intención de freírla.
Cuando la puso en el aceite hirviendo, observó como se convertía en Carne sangrante, derramándose la Sangre de la sartén, que luego se vertió hacia el suelo. Llena de espanto, la mujer gritó, alertando así a los vecinos, de modo que se supo lo ocurrido y pudo recuperarse la Sagrada Hostia para devolverla a la Iglesia de donde la mujer la había sustraído.
Algunas similitudes con los milagros de Santarén, Alatri y Offida, presenta el milagro de Zaragoza (España) de 1427. Una mujer recurrió a un mago moro para conseguir que su marido no la maltratara, y para ello, fue requerida también para llevarle una Hostia consagrada.
Así lo hizo, evitando a tal fin, consumir la Hostia que había recibido en la santa comunión. La llevó a casa del mago en un pequeño cofre y cuando lo abrieron encontraron dentro a un Niño rodeado de luz.
El mago ordenó entonces a la mujer que quemara al Niño y le llevara las cenizas, pero aunque prendió fuego al cofre, que se quemó, el Niño se mantuvo intacto. Asustados el moro y la mujer, fueron a confesarlo al Obispo. El moro se convirtió y el Niño fue llevado en procesión hasta un Altar de la Catedral, donde fue venerado por todos hasta que al día siguiente, durante la celebración que la Misa, cuando adoptó nuevamente la forma de Sagrada Hostia, que el sacerdote consumió.
San Pedro Damián cuenta que en el año 1050, en Italia, una mujer fue descubierta por el sacerdote, pues inmediatamente sospechó de ella y la siguió, cuando se llevaba una Hostia envuelta en un pañuelo para fines sacrílegos. Al desenvolver el sacerdote el pañuelo, la mitad de la Hostia apareció en forma de Carne ensangrentada.
Todavía podemos mencionar el milagro de Alcoy (España) de 1568. Sucedió en este caso, que un vecino de esa localidad, sustrajo de la Iglesia varios objetos sagrados, incluyendo un cofre de plata que contenía tres Hostias consagradas. Éstas las consumió y después escondió el botín en el establo de su vivienda, debajo de unos troncos.
Advertida toda la población de lo ocurrido, una piadosa mujer, que vivía al lado de la casa del ladrón, le rezó a una imagen que tenía, del Niño Jesús, con el fin de que se encontraran las Hostias. Cuando llevaba un tiempo rezando observó para su sorpresa, que la mano del Niño se movía, apuntando con un dedo a la casa vecina.
El Párroco también había sentido el extraño impulso de dirigirse hacia ese lugar y accediendo al establo del ladrón por el jardín, encontró el cofre conteniendo nuevamente las tres Hostias consagradas que el ladrón había consumido, lo cual, no pudiendo ser entendido por el culpable, sino como cosa ciertamente de Dios, le condujo al arrepentimiento.
En Poederlee (Bélgica), 1412, un hombre que se dedicaba a hurtar objetos sagrados para su reventa, sustrajo también unas Hostias consagradas, que fueron encontradas una semana más tarde, al aire libre, en la localidad vecina de Herentals, cerca de una madriguera de conejos, donde habían quedado expuestas a la lluvia sin alterarse.
Estaban dispuestas en forma de cruz y rodeadas de una luz intensa. El ladrón confesó que las había dejado allí, cuando de pronto se sintió extrañamente impedido para continuar su camino con ellas. En ese lugar, conocido como “el cercado” (De Hegge), se construyó el Santuario De Hegge.
En Marseille-en-Beauvais (Francia), 1533, a finales de diciembre, unos ladrones se llevaron el tabernáculo de plata de la catedral, con las Hostias consagradas que contenía, las cuales abandonaron en un campo, debajo de una piedra.
El 1 de enero, a un sacerdote que pasaba por ese lugar, le llamó la atención precisamente que esa piedra era lo único que no había quedado cubierto por la nieve, tras la fuerte nevada que acababa de caer.
El caso es que levantó la piedra y encontró las Hostias en perfecto estado. En ese lugar se clavó una cruz y luego se erigió una capilla, llamada de las Santas Hostias, en la cual se obraron muchas curaciones, que se documentan en un libro del historiador Pierre Louvet. En 1561, el Obispo-conde de Beauvais, convertido al calvinismo, ordenó que las Santas Hostias fueran consumidas.
Muy parecido al anterior es el milagro de Breda-Niervaart (Holanda), ocurrido en 1300. Un campesino encontró una Hostia consagrada que había sido robada, intacta debajo de un bloque de tierra.
No fue consumida, sino puesta en una custodia para adoración de los fieles. En 1449 la llevaron a la Iglesia de Nuestra Señora de Breda y en la época de las luchas religiosas se perdió su rastro.
Es también similar, el milagro de Cracovia (Polonia), de 1345. Unos ladrones sustrajeron del tabernáculo, el recipiente con las Hostias consagradas, y al descubrir después que no era de oro, lo arrojaron a un pantano.
De allí, emanaba una luz tan intensa y visible, incluso muy a lo lejos y durante todo el día, que se acabó descubriendo y recuperando de allí las Hostias, intactas.
CONCLUSIONES A EXTRAER DE LOS MILAGROS EUCARÍSTICOS
1 – Dios no permite a sus Ministros del Altar la mínima duda sobre el Misterio Central de Nuestra Fe. . 2 – Dios está siempre presente en el Santísimo Sacramento y sólo para ser adorado y para la vida y la salud de las almas. . 3 – Dios está en el Santísimo Sacramento donde quiera que Éste se encuentre, sin poder dejar de estar presente. . 4 – Dios se manifiesta en el Santísimo Sacramento a la vez indefenso y con todo su poder. . 5 – Toda la creación se rinde ante su Creador y Redentor. . 6 – Dios se deja martirizar en el Santísimo Sacramento, con la mansedumbre y la bondad que le son propias, para la conversión de sacrílegos y profanadores. . 7 – Dios muestra su rostro y naturaleza en el Santísimo Sacramento. . 8 – Dios se manifiesta en el Santísimo Sacramento a todos los hombres de todo el mundo y de todas las épocas.
Está claro, en todo caso, que Jesucristo está presente, vivo y entero, en la Eucaristía. Nos lo dicen las Escrituras y los milagros lo atestiguan.
De ahí también el poder de la coronilla de la Divina Misericordia y de las palabras:
“Padre eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor el Jesucristo, en propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”, las cuales cobran toda su fuerza de la Eucaristía.
Que sepamos postrarnos, pues, ante la Eucaristía, para adorarla debidamente, aun sin ver más que el pan y el vino, como todos los testigos de los milagros que hemos recordado aquí ante la percepción de la presencia real de Cristo.
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Las conversiones del ateísmo al cristianismo son muy variadas en sus formas y caminos.
El cardenal Ratzinger respondió cuando se le preguntó cuántas maneras hay para llegar a Dios,
“De tantas maneras como haya personas. Porque incluso dentro de la misma fe, el camino de cada hombre es completamente personal”.
Sin embargo estudiando las conversiones podemos pensar en dos estrategias básicas, que son las que sucedieron a San Pedro y a San Pablo.
San Pablo tuvo una iluminación de conciencia cuando se cayó del caballo en el camino de Damasco.
En ese instante comprendió lo básico que hay que comprender para convertirse y luego fue haciendo el camino de estudio y comprensión de la doctrina.
En cambio el camino de San Pedro fue el de paso a paso, asimilando de a poco la doctrina.
Hay un momento en que la comprensión hace clic en la mente de las personas.
Luego viene toda la etapa de armar la nueva cosmovisión en la inteligencia. Y superar las emociones y el entorno, que muchas veces es hostil hacia la conversión.
Por eso a tantos les cuesta tanto dejar de declararse ateos.
La mayoría de los ateos hoy creen que la ciencia ha eliminado la necesidad de creer en Dios.
Y por lo tanto los que creen en Dios tienen un handicap de inteligencia o de razonamiento.
O en su defecto, les ha ido tan mal en la vida que tienen que creer en Dios para compensar sus problemas y seguir viviendo.
La conversión es un camino lento y sinuoso, pero cuándo se está transitando, los ateos pueden encontrar cada vez más paz interior y ahí darse cuenta que están en el camino a la verdad.
Los ateos razonables se convierten porque son razonables y honestos, están dispuestos a seguir la evidencia.
Están abiertos a los razonamientos filosóficos honestos, por amor a la verdad.
Es así cuándo alguien es impactado por los argumentos de Santo Tomás de Aquino o cuando le prenden argumentos filosóficos a favor de la existencia de Dios.
También puede venir por el estudio de los evangelios, cuando alguien trata de verificar si sus afirmaciones son confiables o no.
Una posibilidad también es cuando se estudian las evidencias de la resurrección de Cristo.
Y también los hechos sobrenaturales que han sucedido en la historia, entre ellos las apariciones, los milagros eucarísticos y otros como el milagro del sol en Fátima.
La conversión también puede venir por comprobar las limitaciones de la ciencia moderna.
Por ejemplo por reconocer el orden y la complejidad del universo y su increíble ajuste para la existencia del hombre.
Otro elemento que puede impactar es el de la belleza, como decía el teólogo Hans Urs Von Balthasar.
El arte y la arquitectura de los edificios católicos, más la belleza de la doctrina pueden embelesar a un ateo.
También puede venir por la experimentación con la oración.
Qué puede suceder en aquellos casos de las personas que están investigando honestamente y se proponen verificar si la oración tiene algún efecto o no.
Las conversiones pueden venir por comprobaciones desde el lado de la ciencia, por ver milagros, y desde el lado de la filosofía, del razonamiento.
Milagro del sol de Fátima en 1917
LOS MILAGROS ASOMBRAN A LOS ATEOS
El mundo actual cree cada vez menos en los milagros.
Las personas educadas modernas tienden a descartar lo milagroso.
Prefiriendo creer en que la ciencia finalmente proporcionará una explicación natural de lo inexplicable.
Creen que sólo el conjunto de ignorantes o crédulos llevan a cabo peregrinaciones desesperadas que buscan curas o van tras las señales milagrosas.
Pero veamos.
La palabra «milagro» viene de la palabra latina que denota asombro.
Y literalmente, significa “un espectáculo para la vista” porque revela la gloria de Dios.
Los milagros de Jesús eran signos mesiánicos que demuestran que el reino de los cielos había venido a la tierra.
Como el Catecismo de la Iglesia Católica 547-50 nos dice:
“Jesús acompañaba sus palabras con numerosos milagros, prodigios y señales, que manifestaban que el Reino está presente en Él y daban fe de que Él era el Mesías prometido”.
La Congregación para la Doctrina de la Fe, la más antigua de las nueve congregaciones de la curia romana, fue fundada para defender a la Iglesia de la herejía y es la que ha estudiado más los milagros.
Se ha referido extensamente a los milagros de sanación.
En un documento explica que la creencia en lo milagroso ha existido a lo largo de la historia de la Iglesia y cita a San Agustín, un estimado doctor de la Iglesia, que personalmente fue testigo de curaciones milagrosas:
“Los Padres de la Iglesia consideraban algo normal que los creyentes pidieran a Dios no solamente la salud del alma, sino también la del cuerpo.
A propósito de los bienes de la vida, de la salud y de la integridad física, San Agustín escribía:
‘Es necesario rezar para que nos sean conservados, cuando se tienen, y que nos sean concedidos, cuando no se tienen’.
El mismo Padre de la Iglesia nos ha dejado un testimonio acerca de la curación de un amigo, obtenida en su casa por medio de las oraciones de un Obispo, de un sacerdote y de algunos diáconos”.
Y en ese documento que citamos, la Congregación incluso da instrucciones sobre cómo orar por sanidad.
Seguramente el Todopoderoso se complace en impactantes curaciones físicas sorpresa.
Porque los milagros confirmados hacen añicos la visión del mundo sin un Dios operante y, a menudo desencadenan una conversión.
Y hablamos de los milagros en general y no sólo los de sanación.
Veremos dos casos.
Un científico ateo se convirtió estudiando milagros eucarísticos, porque no encontró explicaciones científicas sino sobrenaturales.
Y un campeón del ateísmo, que daba letra a otros para que dejaran la fe, experimentó una sanación milagrosa y hoy es una campeón de la fe.
LA CONVERSIÓN DE UN ATEO ESTUDIANDO MILAGROS EUCARÍSTICOS
El Dr. Ricardo Castañón cuenta en sus conferencias cómo un científico ex-ateo creyó en Dios a través de la misma ciencia.
Y cómo en realidad efectivamente Jesús está presente en la hostia consagrada.
El doctor Ricardo Castañón Gómez, boliviano, ha colaborado estrechamente en investigaciones de milagros eucarísticos, en diversas partes del mundo.
Uno de los más emblemáticos, es la investigación que hizo sobre el Milagro Eucarístico de Buenos en el que intervino el Papa Francisco.
Su conversión se debe a la efusión de sangre de una imagen de Cristo de Cochabamba, en 1992.
El experto, siendo entonces ateo, se asombró al ver los resultados científicos de aquella efusión, que tenía componentes humanos.
Este hecho, desató un determinante vuelco espiritual, que lo llevó más tarde a convertirse al catolicismo.
Otro hecho significativo es que el cardenal Jorge Mario Bergoglio el actual papa Francisco, le pidió que investigara dos hostias que sangraban, lo que hoy se llama el milagro eucarístico de Buenos Aires, ver aquí.
Después de 6 años de estudio, demostró que esa sangre de las hostias se trataba de sangre humana, de tejido humano, había corazón vivo, que tiene ADN humano, glóbulos blancos y musculo del corazón.
https://youtu.be/z9fHvp3t7DE
El doctor Ricardo Castañón Gómez es Doctor en Psicología Clínica, realizó estudios universitarios en Alemania, Francia, EE.UU, e Italia.
Es especializado en Medicina psicosomática, Neuropsicofísiología cognitiva, psicólogo clínico con conocimiento especializado en la relación entre el cerebro y el comportamiento humano.
Fue discípulo de Rita Levi Montalcini premio nobel de medicina.
El Doctor Castañón, le dice a la entrevistadora María Rosa Ordaz, que gran parte de su vida fue ateo, conoció el amor de Dios hace algo más de dos décadas.
El amor de Dios es un amor tan extenso, que busca muchas formas para expresarlo al hombre.
Por ejemplo a través de la palabra de Él, enviando a su hijo en persona.
Actualmente lo hace también a través de lo que llamamos experiencias místicas modernas.
Como científico he tenido la bendición de estudiar imágenes que exudan sangre, lagrimas.
Un equipo de investigadores y un servidor, hemos demostrado que el líquido rojizo de las imágenes es sangre humana.
Los teólogos que me asesoran dicen que esta es una expresión de las preocupaciones de Dios.
Le pregunte a un experto dogmático en USA, porque sangran estas estatuas, él me dijo: lea Lucas 19 versículo 38.
Consulté el texto y narra el momento en el cual Cristo entra triunfante a Jerusalén.
Todos lo reciben con gran fiesta, pero se acercan los sacerdotes fariseos y le dicen “maestro has que tus discípulos se callen”, él les responde “si mis discípulos se callaran las piedras gritarán”.
Después de estudiar esta imagen de un Cristo que sangra y llora, he estudiado hostias que sangran.
Las primeras dos, el Cardenal Jorge Mario Bergoglio el actual papa Francisco me pidió que las estudiase.
Después de 6 años de investigaciones demostré: que se trataba de sangre humana, de tejido humano, había corazón vivo.
Esto significa que el Señor para los hombres del siglo XXI, nos está obsequiando una realidad diciendo aquí estoy Yo, estoy presente, este es mi cuerpo, esta es mi sangre, mi palabra se cumple.
Siempre he tenido un concepto importante de México, estoy convencido que México es un lugar bendecido, tienen la Guadalupana, Dios se las dejó, ella quiso quedarse aquí; porque confiaba en ustedes.
Ahora les deja estos signos eucarísticos.
El signo de Chilpancingo es otra hostia que sangra.
Demostramos que es sangre humana, tiene ADN humano, glóbulos blancos, tiene musculo del corazón.
Convencido estoy que Dios lo está haciendo para decirnos, mi palabra se cumple: te he dicho que esto es mi cuerpo, esto es mi sangre y aquí te doy la prueba.
Nosotros los investigadores los llamamos signos hasta que la autoridad de la iglesia reconozca esto como milagro, ahora sólo hablamos de un signo extraordinario.
En lo personal, he estado muy complacido de presentar los resultados de mi investigación, con toda la colaboración y presencia de las autoridades de la diócesis de Chilpancingo Monseñor Alejo Zavala el Obispo.
Ojalá que con el tiempo su equipo de teólogos me ayude a comprender aquello que la ciencia ya ha descubierto, que hay un caso extraordinario y sobrenatural en esa investigación de la hostia.
Rosa María le preguntó cuántas hostias y de que países ha tenido la oportunidad e investigar. Y el Doctor Castañón le respondió:
Tengo varias muestras aproximadamente unas 8 o 10.
Sin embargo solo puedo hablar de aquellas donde los estudios han sido calificados por la autoridad de la iglesia.
Existen otras investigaciones que realizo. Mientras no concluyo, la autoridad de la iglesia me pide que esté en silencio.
En este momento puedo hablar objetivamente de las dos hostias de Argentina; puedo hablar de la hostia de México, de Chilpancingo.
Tengo otra de Sudamérica, existen otras todavía están en reserva, las que estudié presentan efusiones de líquido rojizo, corresponden a sangre humana con presencia de ADN.
Pero la verdad, el Dr. Castañón no era un ateo militante, por lo que su conversión puede haber sido más fácil.
Pero hay otros casos, como el de John C. Wright, que siendo un filósofo y escritor abanderado del ateísmo militante contra el cristianismo tuvo una experiencia sobrenatural que lo convirtió.
Y al igual que San Pablo, pasó de utilizar sus talentos utilizados para perseguir a los cristianos, para proclamar la existencia de Dios.
Hemos visto como puede ser la conversión desde la ciencia, pero también viene por el lado de la filosofía.
LA CONVERSIÓN DE UN CAMPEÓN DEL ATEÍSMO
John C. Wright fue traído a la fe por un milagro que le salvó la vida luego de un ataque al corazón.
Dice que habitualmente recibe emails de sus lectores como estos:
Déjeme ver si entiendo: . Usted, un individuo presuntamente racional que escribe historias de ciencia ficción para ganarse la vida. . ¿Cree sinceramente que el creador de nuestro universo de 13700000000 años de edad, de 70 trillones estrellas, mágicamente embarazó a una hembra humana alrededor de 2000 años atrás? . ¿Una mujer que luego dio a luz a un hijo llamado Jesús, que hizo milagros, resucitó de entre los muertos, y se desempeñó como mensajero del creador de la humanidad?
Y esta es su respuesta:
Yo soy persona presuntamente muy racional.
Yo era un campeón del ateísmo que daba argumentos a favor del ateísmo tan convincentes que mis tres amigos abandonaron su creencia religiosa, debido a mi capacidad de razonamiento persuasivo, y mi padre dejó de ir a la iglesia.
Pero concluí el proceso tortuoso y de décadas de implacable lógica, y vi de que todos mis compañeros ateos estaban terriblemente y cómicamente equivocados acerca de todos los puntos básicos de la filosofía, la ética y la lógica.
Y mis enemigos odiados, los cristianos, tenían razón; y me maravillé sobre cómo pudo pasar esto. Los datos no coinciden con el modelo.
Al ser un filósofo y no un farsante, puse el asunto a una prueba empírica. Por primera vez en mi vida, yo oré, y dije:
«Dios. No hay forma lógica de lo que puedas existir, y aunque aparezcas en la carne, yo diría que es una alucinación.
Así que no puedo pensar en ninguna forma posible, sin importar cuan clara sea la evidencia, de que puedas probarme tu existencia.
Pero los cristianos afirman que eres benevolente, y que mi falta en no creer en ti, inevitablemente me maldecirá.
Si, como dicen, te importa si estoy o no estoy condenado, y si, como dicen todos, eres sabio y todopoderoso, puedes probarme que existes a pesar de que estoy seguro de que tal cosa es lógicamente imposible. .
Agradeciendo de antemano tu colaboración en este asunto, John C. Wright».
Y entonces mi mente estaba en reposo.
Había hecho todo lo que tenía que hacer honestamente para mantener mi posición como alguien con lógica, objetiva, y de mente abierta.
LA RESPUESTA DIVINA
Tres días más tarde, sin previo aviso, tuve un ataque al corazón, y estaba tirado en el suelo, gritando y muriendo.
Entonces fui salvado de una muerte segura por la fe de curación, después de lo cual:
1) sentí al Espíritu Santo entrar en mi cuerpo;
2) me convertí inmediatamente consciente de mi alma, una parte de mí mismo que, hasta ese momento, pensé que no existía;
3) recibí la visita de la Virgen María, su hijo y su Padre;
4) por no hablar de otros espíritus y fantasmas en un período de varios días;
5) incluyendo períodos de éxtasis divino, y una conciencia de la unidad mística del universo;
6) una semana después de que tuve una experiencia religiosa entré en la mente de Dios y vi su simplicidad y su complejidad indescriptible, su amor, humor, y la majestad de su pensamiento.
Y entendí la alegría más allá de la comprensión y comprendí la unidad subyacente de todas las cosas.
Y la paradoja del determinismo y el libre albedrío se hizo clara para mí, al igual que la naturaleza sinfónica de la profecía.
Se me mostró la estructura del tiempo y el espacio.
7) y entonces Cristo en una visión me dijo que Él sería mi juez, y que Dios no juzga a nadie. Mencioné este evento a mi esposa.
Luego, alrededor de un mes más tarde, cuando estaba leyendo la Biblia por primera vez, más allá del mínimo inevitable asignado en la escuela, me encontré con el pasaje en el libro de Juan.
Un pasaje que nunca había visto antes, y que ningún cristiano en mi audiencia había hecho referencia, que decía lo mismo con las mismas palabras:
“Como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, también el Hijo da la vida a los que quiere. .
Del mismo modo, el Padre no juzga a nadie, sino que ha entregado al Hijo la responsabilidad de juzgar, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. .
El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre que lo ha enviado”. (Juan 5:21-23)
8) y entonces he tenido tal vez un par de docenas de oraciones milagrosamente contestadas, tanto es así que ahora lo considero como una rutina normal en lugar de algún acto de fe extraordinario.
Así que yo diría que mi pequeña oración sarcástica fue respondida con mucho más de lo que yo había pedido.
Y me dieron no sólo la evidencia, y no sólo abrumadora evidencia, sino un gozo inefable y la vida eterna.
UNA AVALANCHA DE PRUEBAS
Yo también considero que esta abrumadora avalancha de pruebas es una vergüenza delante de mis hermanos en la fe.
Ya que le dijo a Tomás el incrédulo: «Bienaventurados los que no vieron, y creyeron» – es una bendición que me negó.
En retrospectiva, ojalá no hubiera sido tan arrogante, y hubiera echado un vistazo alrededor en la tierra y el cielo, y visto la complejidad, la maravilla y la belleza de la naturaleza.
Considerado la autoridad incontestable de la conciencia dentro de mí, y saber que yo era un ser creado dentro de la creación del cosmos, no un evento al azar.
Cualquier niño puede verlo, y todos los niños los hacen.
Para mí, el universo era corredor a la muerte, y yo era un preso condenado a muerte que creía que todo fuera del corredor de la muerte era ilusión y sentido por los deseos.
Pero luego recibí una llamada del gobernador del universo conmutando mi sentencia.
Voy a vivir para siempre, al igual que todos nosotros.
Este fue mi reembolso de una vida gastada en la blasfemia, odio y calumnias en contra de Dios.
En lugar de golpearme violentamente como yo bien lo merecía, él me salvó, me alegró y me colmó de gracia.
Me convertí.
Entonces descubrí que la cosmovisión cristiana da sentido a muchas cosas que la cosmovisión atea o agnóstica no puede dar sentido.
Me di cuenta de que incluso en sus propios términos filosóficos, el cristianismo es la explicación más sólida del cosmos y el lugar del hombre en él, respondiendo a muchas preguntas exitosamente que los ateos reclaman no pueden ser contestadas.
Y luego, sin admitirlo, actúan en sus vidas como si respondieran a la pregunta, como la forma de dar cuenta de las facultades racionales del hombre, la universalidad de los principios morales, el orden de la cosmos, la mejor manera de vivir, etc…
LA DISCUSIÓN CON LOS ATEOS
En cuanto a mis amigos ateos, luego descubrí que ninguno de ellos, ni uno solo, me pudieron dar un argumento razonable.
Ellos razonaban así:
«Dios no puede existir. .
Por lo tanto, cualquier evidencia que te has encontrado con la existencia de Dios debe ser alucinación, mala percepción, memoria defectuosa, autoengaño, coincidencia, o cualquier otra cosa. .
Por lo tanto, ninguna de tus pruebas demuestra la existencia de Dios».
No importa lo que vieron, no importa lo que escucharon, no importa cómo el mundo estaba en contra de ellos, irían a los leones en lugar de mirar la evidencia, para que su fe en su falta de fe se mantuviera inconmovible.
Cuando señalé que se trataba de un razonamiento circular, me dijeron malas palabras.
Yo solía ser uno de ustedes, mis queridos ateos, y yo era bueno en mi trabajo. ¡Pero basta!
Mi pregunta para ti es la siguiente: si la ciencia descubre mañana que el universo tenía la mitad de su edad aparente, y estima las estrellas como la mitad de su número actual, ¿tendría la creencia en Dios de alguna manera el doble de credibilidad a sus ojos?
Si es así, ¿por qué?
Si no, entonces, lógicamente, la edad del universo y el número de estrellas no tiene ninguna incidencia en la credibilidad de la creencia en Dios o en la Encarnación.
Una vez más, si estás tratando de convencerme de que no debería creer en los acontecimientos inusuales o eventos inauditos o difíciles de creer, sobre la base de que no es raro ni insólito ni difícil creer en acontecimientos que siempre suceden, la simple lógica indica que este no puede ser el caso.
Lógicamente, cada acontecimiento ordinario es inaudito antes de oír de él. . Incluso el primer ejemplo de eventos repetidos es inusual hasta que se produzca el segundo ejemplo. . Y los eventos son difíciles de creer cuando, y sólo cuando, nuestras expectativas y nuestra experiencia no coinciden. . Por lo tanto, toda novedad es tan increíble como el ornitorrinco, cuando lo encontraste por primera vez. . Por lo tanto no sólo suceden acontecimientos increíbles, tienen que suceder, porque si no fuera así, el concepto de credibilidad no podría existir.
Si, por el contrario, el argumento es que no debo creer los informes de los milagros por el motivo de que no existen los milagros, y que como sabemos que los milagros no existen por lo tanto no oímos informes creíbles de ellos, se está discutiendo en un círculo.
El viernes de 2ª semana de Cuaresma se celebra la Sábana Santa.
Es un poderoso mensaje al mundo de que existió históricamente Jesucristo, su crucifixión, su resurrección.
Hasta ahora los estudios habían coincidido que la sangre presente en el Santo Sudario de Oviedo, en la Sábana Santa de Turín y por lo menos en los Milagros Eucarísticos de Lanciano y Buenos Aires pertenecería a la misma persona. .
Esto nos lleva a pensar que o bien se produjo la historia de la resurrección que narra la Biblia o todo es un gran fraude. .
Pero ahora se han descubierto aún más cosas.
Se ha encontrado que el Sudario de Oviedo y la Sábana Santa de Turín tienen la presencia del mismo tipo de polen presente en los enterramientos de los judíos en el siglo I. .
Lo que refuerza aún más la historicidad de los hechos bíblicos.
Para conocer toda esta fascinante historia ver también:
QUE ES LA SÁBANA SANTA DE TURÍN, EL SANTO SUDARIO DE OVIEDO…
La Sábana Santa es un lienzo de 442 cm por 113 cm según las últimas medidas comunicadas oficialmente.
Se conserva en la capilla real de la Catedral de San Juan Bautista, en la ciudad de Turín (Italia).
Esta tela de lino envolvió el cadáver de un hombre que fue azotado, crucificado con clavos, coronado con espinas en la cabeza y herido por una lanza en el costado.
Las manchas de sangre y de suero no son reproducibles por medios tecnológicos actuales. Es la sangre coagulada en la piel de un hombre herido.
Y se trata de sangre de una persona de sexo masculino del tipo AB, con un ADN muy antiguo.
El tipo de sangre, el ADN y la estructura de las manchas de sangre coinciden con el Santo Sudario conservado en la catedral de Oviedo España.
Este Santo Sudario es el lienzo que habría envuelto la cabeza del hombre muerto y mide 83 cm por 52 cm.
Se dice que llegó a Oviedo en el siglo IX procedente de África en un Arca Sagrada.
En el siglo VIII un monje basiliano dudaba de la presencia real de Nuestro Señor en las especies eucarísticas en el momento de la consagración.
Y en ese momento la hostia se hizo carne humana y el vino se hizo sangre humana.
Una investigación de 1970 por el profesor de anatomía e histología patológica de Siena Odoardo Linoli halló que la carne de la hostia aún conservada es un tejido del miocardio del corazón humano y la sangre es del tipo AB.
Esto fue refrendado en la década de 1990 por el milagro eucarístico de Buenos Aires en el que participó el entonces Obispo Jorge Bergoglio, hoy Papá Francisco.
Allí el Dr. Ricardo Castañón verificó que la hostia era un pedazo del miocardio de un corazón humano y la sangre era humana del tipo AB.
Veremos más en detalle en este artículo esto que estamos resumiendo.
Comencemos por detallar el último gran descubrimiento en la Sábana Santa de Turín y en el Santo sudario de Oviedo, que es la presencia de un polen originario de la zona de medio oriente.
EL MISMO POLEN EN SUDARIO DE OVIEDO Y SÁBANA SANTA DE TURÍN
El 9 de febrero de 2015 la Universidad Católica de Murcia ha lanzado un comunicado expresando que el polen hallado en el Sudario de Oviedo y la Sábana Santa de Turín coinciden.
El grupo de investigación de la Universidad Católica de Murcia que está estudiando muestras del Sudario de Oviedo, ha descubierto un grano de polen de una planta que, según indica la palinóloga del EDICES, Marzia Boi, .
– es compatible con la especie botánica Helicrysum Sp., también identificado en la Sábana Santa (Síndone de Turín); .
– además, se ha descartado que se trate de una contaminación posterior, ya que se encuentra adherido a la sangre; .
– es decir, que llegó a la reliquia a la misma vez que la sangre, no de forma aleatoria en algún momento a lo largo de su historia. .
Este dato es muy importante, pues permite demostrar la autenticidad del Sudario de Oviedo, y desmentir que se trate de una falsificación.
Esta investigación ha sido posible gracias al novedoso microscopio de barrido electrónico de última generación con el que cuenta la UCAM.
Se trata de otra concordancia más, de primer orden, a unir junto con la creciente lista puesta de manifiesto por el estudio científico de estas reliquias de la Pasión atribuidas a Jesús de Nazaret. Cómo señalan investigaciones anteriores, existen varios aspectos que relacionan ambas reliquias.
El Sudario de Oviedo tiene manchas de sangre humana y del grupo AB, que es el mismo grupo sanguíneo de la sangre de la Sábana Santa. .
Además, las manchas de sangre de este encajan matemáticamente con las manchas de sangre de la cara de la Sábana Santa, lo que sólo se explica si los dos lienzos cubrieron el mismo rostro.
Helicrysum se ha utilizado, desde hace miles de años, con fines cosméticos en Oriente Medio.
Además, era usado en los enterramientos judíos durante el siglo I de la era cristiana, por lo que no es de extrañar su presencia sobre restos hemáticos de un lienzo usado para amortajar un cadáver.
DOS MILAGROS EUCARÍSTICOS COINCIDENTES
Hay acreditados decenas de milagros eucarísticos, palpables, visibles y comprobables, a través de la historia.
En que la hostia y el vino se convirtieron en carne y sangre, comprobado por la gente que lo ve y por pruebas de laboratorio.
El caso más famoso es el del milagro de Lanciano, que lo que encontró en su profuso estudio bien pudiera argüirse que es una casualidad o una falla de la investigación.
Pero cuando se estudian diferentes milagros, por diferentes profesionales y dan los mismos resultados cruzados, no hay lugar a dudas.
Si se compara el Milagro de Lanciano con el Milagro Eucarístico de Buenos Aires se comprueba que .
– las dos muestras corresponden a la misma persona, .
– que nació y vivió en medio oriente, .
– que la carne es actualmente un tejido que está vivo a pesar de los años. .
Y también coincide 100% con la sangre hallada en la Sábana Santa de Turín y en el Santo Sudario de Oviedo.
Los Evangelios registran la historia de la Última Cena y aquellas famosas palabras pronunciadas por Jesús: «Este es Mi Cuerpo… Esta es mi Sangre…».
Esas son palabras muy fuertes, porque nos dan la oportunidad de experimentar la presencia real y tangible de Cristo entre nosotros, incluso hoy, 2000 años después de la Última Cena.
EL MILAGRO DE LANCIANO
Un día, a finales de octubre del año 700 dC, un Monje Basiliano celebraba misa en una iglesia dedicada a los Santos Legontian y Domiciano en un pueblo llamado Lanciano, que se encuentra en el sur de Italia.
Durante la consagración de la misa, el monje era entretenido por serias dudas de que el vino y el pan sin levadura frente a él fueran en realidad la presencia real y sustancial del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Después de pronunciar las palabras de la consagración: .
«Este es mi cuerpo… Esta es mi Sangre», . el monje se sorprendió al ver la hostia frente a él que cambiaba a lo que parecía ser una verdadera pieza de carne. . Y el vino cambiaba en lo que parecía sangre real.
Confundido y asustado, el monje llamó a los asistentes hasta el altar para ver lo qué había sucedido.
Huelga decir que todos se asombraron, muchas lágrimas se derramaron, y la noticia del suceso se extendió rápidamente por toda la ciudad y, finalmente en toda Italia.
Después de unos días, el vino, que era ahora sangre coagulada se dividió en cinco glóbulos de diferentes formas y tamaños irregulares.
Se ha especulado mucho, cuestionando ¿por qué el número cinco? ¿Por qué se divide en cinco partes?
Es interesante observar que el número cinco se corresponde con el número de heridas que Cristo sufrió en la cruz, las heridas de los clavos en cada mano y en cada pie, y la herida del costado de Cristo por la lanza del centurión.
Este evento, que se ha conocido como el Milagro de Lanciano, está oficialmente reconocido por la Iglesia Católica Romana como un Milagro Eucarístico.
Esta hostia que se hizo carne y el vino que se convirtió en sangre pueden ser vistos y venerados aún hoy en día, ya que está contenidos en una custodia dentro de la misma Iglesia.
Con los años, muchas pruebas e investigaciones se han realizado sobre estas dos Sagradas Especies.
Los resultados de las pruebas más antiguas documentadas que aún existen son de un ensayo llevado a cabo en 1574.
En esos documentos un fenómeno inexplicable fue descubierto y reportado.
«Las cinco bolitas de sangre coagulada son de diferentes tamaños y formas.
Pero cualquier combinación pesa lo mismo que el total.
En otras palabras, 1 pesa lo mismo que 2, 2 pesan lo mismo que 3, y 3 pesan lo mismo que 5″.
La investigación más reciente y más impresionante fue realizada por la comunidad científica y se llevó a cabo entre 1970 y 1971.
El equipo realizó sus estudios durante un período de 15 meses y sus pruebas involucraron un total de 500 exámenes diferentes. Su informe fue publicado en 1971.
El siguiente es un resumen de su informe:
1) Las muestras testeadas estaban absolutamente libres de cualquier agente extraño utilizado normalmente en la preservación de la carne humana.
2) La carne es carne real y la sangre es sangre real.
3) La Carne y la Sangre pertenecen a la especie humana.
4) La carne consiste en el tejido muscular del corazón humano.
5) La sangre era tipo «AB» positivo, propia de un hombre que nació y vivió en la región del Medio Oriente.
6) A pesar de que las muestras de sangre coaguladas eran de cinco formas diferentes e irregulares y tamaños, todos ellas resultaron ser de exactamente el mismo peso.
7) En la sangre se encontraron las proteínas en las mismas proporciones normales (en porcentaje), como se encuentran en la estructura sero-proteica de la sangre normal fresca.
8) En la sangre también se encontraron estos minerales: cloruros, fósforo, magnesio, potasio, sodio y calcio.
9) La conservación de la Carne y de la Sangre, que fueron dejadas en su estado natural durante más de doce siglos y expuestas a la acción de agentes atmosféricos y biológicos, sigue siendo un fenómeno extraordinario.
Me gustaría hacer hincapié en un hecho afirmado en dicho informe.
Cuando la sangre humana se queda sin refrigeración, las propiedades físicas y químicas naturales se deterioran rápidamente a través de la descomposición.
La sangre de este milagro de Lanciano de más de 1.250 años de antigüedad, sin embargo, todavía contiene todas las proteínas, los productos químicos y las propiedades físicas de la sangre recién derramada.
Sin embargo, los resultados de las pruebas establecen que se no pudo encontrar ningún tipo de conservantes.
EL MILAGRO EUCARÍSTICO DE BUENOS AIRES
Muchos milagros, similares al milagro de Lanciano, se han documentado y reconocido oficialmente por la Iglesia Católica Romana como milagros eucarísticos.
Este evento siguiente es el más reciente reporte de Milagro Eucarístico.
Y sus similitudes con el milagro de Lanciano son a la vez sorprendentes y estimulantes.
El 15 de agosto de 1996, un ministro de la Eucaristía un Ministro de la Eucaristía estaba distribuyendo la comunión durante la misa en una iglesia llamada Santa María, en Buenos Aires, Argentina.
Se le cae accidentalmente una hostia. . No está seguro de qué hacer y le pidió al sacerdote su ayuda. . El sacerdote cogió con reverencia la hostia y la colocó en un pequeño recipiente con agua que tradicionalmente se mantiene al lado del Tabernáculo para tales eventos.
El sacerdote coloca el recipiente en el Tabernáculo donde, con el tiempo, la hostia se espera que se disuelva, en cuyo momento se podría entonces disponer adecuadamente. Ver aquí la historia.
Seis días más tarde, el sacerdote examinó el recipiente, esperando encontrar que la hostia disuelta.
El quedó confundido, sin embargo, por lo que encontró.
La hostia había crecido en tamaño y estaba cubierta de manchas o motas rojas.
El sacerdote la dejó en el Tabernáculo, pensando que con el tiempo se disolvería. . Era sólo una cuestión de tiempo. . Pero a lo largo de un período de varios días más, la hostia fue cambiando su apariencia a la de sangre coagulada, hasta que finalmente parecía un trozo de carne.
A raíz de esto tomó las riendas del asunto el Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco, que envió una muestra del tejido a un laboratorio en Buenos Aires.
El laboratorio reportó el hallazgo de células humanas rojas y blancas de sangre y de tejido de un corazón humano. .
El laboratorio informó además de que la muestra de tejido parecía estar aún con vida, ya que las células se movían o latían como lo harían en un corazón humano vivo.
Tres años más tarde, en 1999, el Arzobispo Bergoglio contrata al Dr. Ricardo Castañón Gómez para realizar algunas pruebas adicionales.
El Dr. Castañón envió una muestra del tejido a un laboratorio de Nueva York.
A los efectos del examen de manera justa e imparcial, al laboratorio no se le dijo nada sobre su origen de la muestra.
El laboratorio informó de que la muestra recibida era de tejido muscular de corazón humano vivo.
Cinco años más tarde, en 2004, el Dr. Gómez se contactó con el Dr. Frederick Zugibe y le pidió evaluar una muestra de prueba, una vez más sin decirle nada acerca de la muestra o de su origen.
El Dr. Zugibe también informó de que la muestra fue de tejido muscular era de un corazón humano vivo. .
El médico informó además de que el tejido muscular parecía estar tomado de una persona cuyo corazón había sido severamente traumatizado o golpeado.
El médico fue informado luego del hecho de que la muestra se obtuvo en 1996. A lo cual, el Dr. Castañón Gómez le dijo:
«Entonces usted me tiene que explicar una cosa. .
Si esta muestra proviene de una persona que ha muerto, entonces ¿cómo puede ser que en lo que fue examinado, las células se estaban moviendo y latiendo? .
Si el corazón proviene de una persona que muere en 1996, ¿cómo pueden estar vivas?»
No hace falta decir que el médico se sorprendió cuando se le contó toda la historia.
COMPARACIÓN CON LA SÁBANA SANTA Y EL SANTO SUDARIO
A continuación, el doctor Ricardo Castañón Gómez dispuso que los informes de laboratorio del milagro Buenos Aires se compararan con los informes de laboratorio del milagro de Lanciano, una vez más, sin revelar el origen de las muestras.
Los expertos que hicieron la comparación concluyeron que los dos informes de laboratorio deben haberse originado a partir de muestras obtenidas a partir de la misma persona. .
Se informó además de que ambas muestras revelaron el tipo de sangre «AB» positivo. .
También dijeron que los ADN de las dos muestras fueron idénticos. . Por lo tanto, la muestra de Buenos Aires y la muestra Lanciano deben haber sido tomadas de la misma persona.
Pero hay un hecho más importante y más interesante aún. .
Cuando los resultados científicos de las muestras de sangre tomadas de Lanciano y Buenos Aires se compararon con las del equipo de científicos que analizaron las muestras de sangre tomadas de la Sábana Santa de Turín y el Santo Sudario de Oviedo, han demostrado ser 100% idénticos. .
Todos ellos tienen un tipo de sangre «AB» positivo. .
Todas ellas son características de un hombre que nació y vivió en la región del Medio Oriente.
Nunca seremos capaces de probar el concepto cristiano de la transubstanciación a un incrédulo.
Pero San Agustín respondió con fuerza, a finales del cuarto siglo, a las alegaciones paganas de que las creencias cristianas no sólo eran supersticiosas sino también bárbaras.
Señaló que la ciencia puede y debe servir para aclarar e iluminar la fe cristiana.
Los casos que se acaban de citar deberían ayudar a confirmar la fe cristiana a los fieles. .
Estos ejemplos también deben servir para recordarnos el hecho de que la presencia eucarística que vemos en el altar es mucho más que un pedazo de pan sin levadura y una copa de vino. .
Que es realmente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Pero lo más importante, que debemos siempre recordar, es que estos milagros que acabamos de citar no son únicos.
Este milagro ocurre todos los días, en todas las iglesias en todo el mundo, en la consagración de la misa.
Y con esta comprensión deberíamos para siempre tratar estas sagradas especies con el respeto que se merecen.
Representación del Mandylion
¿DÓNDE SE CONSERVÓ LA SÁBANA SANTA HASTA EL SIGLO XVI QUE APARECIÓ EN EUROPA?
Emanuela Marinelli, tal vez el mayor especialista en estudios sobre la Sábana Santa ha escrito en un reciente libro tratando de responder a una pregunta central
¿Dónde fue conservada la Sábana Santa los siglos anteriores a su aparición en Europa a mediados del siglo XIV?
La hipótesis más probable es que la Sábana Santa era lienzo misterioso llamada Mandylion.
El que se conservó durante los primeros siglos en Edesa, una ciudad en el sureste de Turquía, y que luego desapareció sin conocer su paradero.
Muchos indicios permiten deducir que el Mandylion era en realidad la cubierta plegada de la Sábana Santa, en la que sólo se veía la cara estampada en el lienzo.
La investigación confirma la presencia en Edesa de una tela con la impresión de la cara de Cristo, llamado por los árabes Mindil.
El historiador Ian Wilson sostiene que el Mandyliones considerado un “acheiropoietos tetradiplon” .
O sea no hecho por la mano del hombre y doblado en cuatro partes.
De acuerdo con fuentes islámicas, el Mindil fue transportado a Ruha (nombre árabe de Edessa) a principios del siglo VII dC, después de haber sido conservado en Éfeso, Antioquía y Damasco.
Y también sirvió para un intercambio de prisioneros entre el califa al-Muttaqi y el emperador de Bizancio.
La historia de la tela de Edesa parece cerrar el círculo de la historia de la Sábana Santa, salvando el desconocimiento de su ubicación desde el 30 dC al 1353.
Cómo se formó la impresión en la Sábana Santa es un misterio.
El reciente libro dice con certeza científica que este lienzo no es una pintura.
La hipótesis más verosímil, incluso ahora, con el apoyo de experimentos llevados a cabo por el Prof. Baldaccini, habla de una radiación ultravioleta direccional.
O sea es una explosión de energía y luz que habría sucedido en la tumba de Jerusalén hace 2000 años.
Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María
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En 1996 se produjo el llamado Milagro Eucarístico de Buenos Aires.
Donde una hostia se transformó en carne y sangre.
Informado Jorge Bergoglio, por entonces Obispo Auxiliar de Buenos Aires, ordenó tomar fotos.
Y luego cuando Arzobispo, dispuso una intensa investigación de laboratorio.
Además de un estudio por el Dr. Castañón, cuyo testimonio se puede ver en el video.
Los estudios mostraron que la hostia se había transformado en una parte del ventrículo izquierdo del músculo del corazón, de una persona de aproximadamente 30 años. .
Cuya sangre era del grupo AB y que había sufrido mucho al morir, con seguridad maltratado y golpeado.
Los científicos que hicieron el estudio no sabían que era una hostia, se lo dijeron luego de los análisis y quedaron asombrados.
Pues tiene glóbulos rojos, glóbulos blancos, y células palpitando y latiendo, y al clavarle una jeringa salía sangre.
Mira el video de reflexiones sobre este artículo, que está abajo.
LOS ANTECEDENTES
Previo al suceso de 1996 hubo antecedentes en la Parroquia de Santa María del barrio de Almagro de Buenos Aires; esto es lo que dice oficialmente la parroquia Santa María:
Mayo 1992
Después de la Misa del viernes 1 de mayo, al hacer la reserva del Santísimo Sacramento, el ministro de la Eucaristía encontró dos trozos de Hostia sobre el corporal del Sagrario.
Consultado el sacerdote, le indicó que los colocara en un recipiente con agua en el Sagrario (una de las formas habituales para esperar que se disuelvan y luego poder purificar).
En los días siguientes, algunos sacerdotes miraban para ver si ya se habían disuelto, sin observar cambios. .
Siete días más tarde, el viernes 8 de mayo, encontraron que las formas tenían un color rojizo, con apariencia de sangre.
El domingo siguiente, 10 de mayo, durante las dos Misas vespertinas, se observaron unas gotitas de sangre en las patenascon las que los sacerdotes distribuían la Comunión.
Julio 1994
El domingo 24, durante la Misa con niños, cuando el ministro de la Eucaristía retiraba el copón del Sagrario, al destaparlo, vio una gota de sangre que corría por la pared interna del mismo.
Agosto 1996
En la Misa de las Fiestas Patronales de la Asunción de la Santísima Virgen, nuevamente se tuvo que poner una Hostia en un recipiente con agua para su disolución.
Unos días más tarde, el 26, una ministra de Eucaristía, al hacer la reserva del Santísimo Sacramento, encontró que la forma se había vuelto carne.
La hostia que ha sido estudiada por orden del cardenal Bergoglio, y es venerada públicamente en la parroquia
Relicario donde se guarda la hostia
Un hecho coincidente que hay que informar es que desde el 15 de agosto de 1996 se autorizó dar la comunión en la mano en Argentina.
Una vez arzobispo, Mons. Bergoglio decidió hacer analizar científicamente aquella sustancia.
Veamos ahora los detalles de la historia.
UNA HOSTIA CONSAGRADA SE CONVIERTE EN CARNE Y SANGRE
A las siete de la tarde el 18 de agosto de 1996, el P. Alejandro Pezet decía la santa misa en la iglesia católica Santa María del Barrio de Almagro, de Buenos Aires.
Cuando estaba terminando la distribución de la Sagrada Comunión, una mujer se acercó para decirle que había encontrado una hostia descartada en un candelabro en la parte posterior de la iglesia.
Al ir al lugar indicado, el P. Alejandro vio la hostia profanada.
Puesto que él era incapaz de consumirla, la colocó en un recipiente con agua y lo guardó en el sagrario de la capilla del Santísimo Sacramento.
El lunes, 26 de agosto, al abrirse el sagrario, vieron con asombro que la hostia se había convertido en una sustancia sanguinolenta. .
El párroco informó al Obispo Auxiliar Jorge Bergoglio, quien dio instrucciones para que la hostia fuera fotografiada de manera profesional.
Por ese entonces Jorge Bergoglio era Obispo Auxiliar del cardenal Quarracino, que era el Arzobispo de Buenos Aires.
Las fotos fueron tomadas el 6 de septiembre.
Muestran claramente que la hostia, que se había convertido en un trozo de carne ensangrentada, y había aumentado considerablemente de tamaño.
ANÁLISIS CLÍNICOS
Por varios años la Hostia se mantuvo en el tabernáculo, y todo el asunto en un secreto estricto.
Dado que la hostia no sufrió descomposición visible, entonces el ahora Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, decidió hacerla analizar científicamente.
Hay que aclarar que toda la información sobre este milagro eucarístico recién se conoció después del años 2001, cuando Bergoglio se convirtió en Cardenal.
Una muestra del tejido fue enviada a un laboratorio en Buenos Aires. .
El laboratorio reportó el hallazgo de células humanas rojas y blancas, de sangre y de tejido de un corazón humano.
El laboratorio informó además de que la muestra de tejido parecía estar aún con vida, ya que las células se movían o latían como lo harían en un corazón humano vivo.
VIAJA EL DR. CASTAÑÓN
Tres años más tarde, en 1999, el Dr. Ricardo Castañón Gómez fue contactado para realizar algunas pruebas adicionales.
El 5 de octubre de 1999, en presencia de representantes del Arzobispo Bergoglio, el Dr. Castañón tomó una muestra del fragmento ensangrentado y lo envió a Nueva York para su análisis. . Puesto que él no deseaba perjudicar el estudio, no informó a propósito al equipo de científicos sobre su procedencia.
El laboratorio informó que la muestra recibida era de tejido muscular de corazón humano vivo.
ANÁLISIS DE UN CARDIÓLOGO FAMOSO
Cinco años más tarde, en 2004, el Dr. Gómez se contactó con el Dr. Frederick Zugibe y le pidió evaluar una muestra. .
Y una vez más sin decirle nada acerca del origen de la muestra.
El Dr. Frederic Zugibe, un cardiólogo reconocido y patólogo forense, determinó que la sustancia analizada era carne y sangre que contiene el ADN humano.
Zugibe declaró que,
“El material analizado es un fragmento del músculo del corazón que se encuentra en la pared del ventrículo izquierdo, cerca de las válvulas. .
Este músculo es responsable de la contracción del corazón. .
Hay que tener en cuenta que el ventrículo cardíaco izquierdo bombea sangre a todas las partes del cuerpo. .
El músculo cardíaco está en una condición inflamatoria y contiene un gran número de células blancas de la sangre. .
Esto indica que el corazón estaba vivo en el momento en que se tomó la muestra. .
Mi argumento es que el corazón estaba vivo, ya que las células blancas de la sangre mueren fuera de un organismo vivo. .
Él requiere de un organismo vivo para mantenerlo. .
Por lo tanto, su presencia indica que el corazón estaba vivo cuando se tomó la muestra. .
Lo que es más, estas células blancas de la sangre habían penetrado el tejido. .
Lo que indica, además, que el corazón había estado bajo estrés severo, como si el propietario hubiera sido severamente golpeado en el pecho“.
SORPRESA DEL CARDIÓLOGO AL SABER LA PROCEDENCIA DEL TEJIDO
Dos australianos, el periodista Mike Willesee y el abogado Ron Tesoriero, fueron testigos de estas pruebas.
Sabiendo de donde la muestra había venido, estaban estupefactos por el testimonio del Dr. Zugibe.
Mike Willesee preguntó al científico cuánto tiempo las células blancas de la sangre se habrían mantenido con vida si hubieran venido de un pedazo de tejido humano, que se hubiera mantenido en el agua. .
Y respondió el Dr. Zugibe que ellas habrían dejado de existir en cuestión de minutos.
El periodista le dijo entonces al médico que la fuente de la muestra había sido en un principio dejada en agua corriente durante un mes.
Y luego por otros tres años en un recipiente con agua destilada; y sólo entonces había sido tomada la muestra para el análisis.
Dr. Zugibe dijo que no había manera de explicar científicamente este hecho.
Sólo entonces Mike Willesee informó al Dr. Zugiba que la muestra analizada provino de una hostia consagrada (pan blanco, sin levadura) que se había vuelto misteriosamente en carne humana con sangre.
Sorprendido por esta información, el Dr. Zugibe respondió:
“Cómo y por qué una hostia consagrada puede cambiar su carácter y convertirse en carne viva y sangre humana seguirá siendo un misterio inexplicable para la ciencia, un misterio totalmente fuera de mi competencia“.
Aquí esta un video del propio Dr. Castañón contando su intervención. .
Y aquí hay un video del Padre Julio Gritti contando toda la historia en un portugues fácil de entender por quienes hablan en español. .
LA COMPARACIÓN CON EL MILAGRO DE LANCIANO
El doctor Ricardo Castañón Gómez dispuso que los informes de laboratorio del milagro Buenos Aires se compararan con los informes de laboratorio del milagro de Lanciano; una vez más, sin revelar el origen de las muestras.
Los expertos que hicieron la comparación concluyeron que los dos informes de laboratorio deben haberse originado a partir de muestras obtenidas a partir de la misma persona.
Se informó además de que ambas muestras revelaron el tipo de sangre “AB” positivo.
También dijeron que los ADN de las dos muestras eran idénticos.
Por lo tanto, la muestra de Buenos Aires y la muestra Lanciano deben haber sido tomadas de la misma persona.
Si se compara el Milagro de Lanciano con el Milagro Eucarístico de Buenos Aires se comprueba que
– las dos muestras corresponden a la misma persona, .
– que nació y vivió en medio oriente, .
– que la carne es actualmente un tejido que está vivo a pesar de los años.
COMPARACIÓN CON LA SÁBANA SANTA Y EL SANTO SUDARIO
Pero hay un hecho más importante y más interesante aún.
Cuando los resultados científicos de las muestras de sangre tomadas de Lanciano y Buenos Aires se compararon con las muestras de sangre tomadas de la Sábana Santa de Turín y el Santo Sudario de Oviedo, han demostrado ser 100% idénticas.
Todas ellas tienen un tipo de sangre “AB” positivo. . Todas ellas son características de un hombre que nació y vivió en la región del Medio Oriente.
LA ACTIVIDAD DE LA PARROQUIA ENCUENTROS EN LA NARRACIÓN DE LOS HECHOS
Luego de un profundo discernimiento, y acompañada por su Arzobispo, la Comunidad ha definido hacer público los sucesos a través de encuentros de Narración de los Hechos y de Adoración Eucarística.
Los encuentros, organizados por la Comunidad a través de un grupo de narradores, se realizan cada mes los terceros viernes de 20 a 22 hs. y los cuartos sábados de 11 a 13 hs.
Todos los interesados pueden concurrir libremente sin necesidad de inscripción previa.
En el caso de grupos numerosos organizados, se pueden comunicar a la Secretaría Parroquial (Tel. + 011 4982-6038 / 4958-4755 (psm.secretaria@gmail.com).
La Parroquia Santa María se encuentra en Av. La Plata 286, Almagro, Buenos Aires.
Y los Horarios del Templo son Lunes a sábados: 9:00 a 20:30hs. y
Domingos: 9 a 13:30 y 16 a 21:30hs.
PLACAS CONMEMORATIVAS EN LA PARROQUIA
La comunidad ha instalado en el templo dos placas conmemorativas del suceso.
En el texto de la placa principal se lee:
“La Comunidad de Santa María dedica esta Capilla a la Adoración Permanente. .
En ella se conservan el Signo Eucarístico y todos los vasos sagrados, a partir de los hechos acontecidos en los años 1992, 1994 y 1996.
Esperamos que el Signo sea para otros lo que ha sido para nosotros, un camino de descubrimiento de la Adoración Eucarística”
La segunda placa brinda información práctica para conocer los hechos mencionados:
“Los encuentros de Narración del Signo Eucarístico se realizan todos los terceros viernes de cada mes de 20 a 22 hs. y todos los cuartos sábados de cada mes de 11 a 13 hs. No hace falta anotarse previamente.
En estos encuentros miembros de la comunidad parroquial contaremos los hechos, conversamos sobre ellos y rezamos juntos.
Este es el modo con el que la comunidad parroquial junto con su Obispo, ha decidido compartir estos hechos con sus hermanos, considerándolo el más adecuado y privilegiándolo por sobre cualquier otro medio de comunicación.”
LA PÁGINA WEB DE LA PARROQUIA FUE HACKEADA POR UN GRUPO MUSULMÁN
En el 2015 la Página de la Parroquia Santa María en Almagro, Buenos Aires, fue hackeada aparentemente por musulmanes, como lo muestra la imagen que publicamos; y el audio reflejaba una oración musulmana.
El hackeo fue severo, porque la Parroquia no pudo recuperar la página hasta tres años después del suceso.
Esta es la portada que había en la página cuando estaba hackeada.
Según la información que surge en la página que dejaron los hackeadores, no serían unos hackers improvisados a quienes se les ocurrió atacar una presa fácil, con bajas defensas.
Tampoco son un grupo de expertos hackeadores que buscan notoriedad.
Sino que fue una unidad bélica de combate cibernético turca, que tienen como pedigree nada menos que haber hackeado el sofisticado sistema de defensa antimisiles de Israel.
Se trata de un Grupo turco fundado en el año 2002, ver aquí su referencia, con sede en Turquía, que pretende ser la primera Cyber Army turca reconocida por las fuerzas armadas del país.
Se describen como anticristianos, anti-Israel y anti-estadounidenses y utilizan tanto imágenes asociadas con la ideología yihadista, así como imágenes del pasado secular del país, incluyendo a Kamal Ataturk.
El mensaje del grupo que salió en la página del sitio web de la ONU, cuando lo hackearon decía:
«Contra los que tiene malas ideas acerca de nuestra religión y nuestro país, incluyendo sitios de Internet, vamos a luchar contra ellos, todos los de origen turco de todo el mundo estamos juntos, no tenemos miedo, vamos a dar respuesta, a cualquiera que permita la crueldad y a los países que hagan crueldad a otros, esperen nuestra visita, los turcos no tienen más paciencia».
Y cuando este grupo se introdujo en el software de misiles balísticos de Israel, Arrow 3, la conocida Cúpula de Hierro, que se jactaba de estar equipado con un firewall insuperable, lo hackeó y dejó el mensaje:
«No hay ningún sistema en el mundo que no pueda ser hackeado: televisores, aviones, unidades de inteligencia pueden ser hackeadas».
Su récord de hackeos es impresionante.
Pero el hackeo que tuvo más repercusión fue al sitio de la película Saving Christmas, protagonizada por Kirk Cameron, que trataba sobre la Navidad, y tiene un mensaje cristiano.
En el hackeo pusieron una imagen de un guerrero Otomano feroz y la frase:
«El que alimenta ideas negativas sobre nuestra religión y nuestro país será combatido por nosotros»
Además de los hackeos al sistema misilístico israelí, a la ONU y a la película Saving Christmas, este grupo ha hackeado a diversas organizaciones norteamericanas, públicas y privadas, israelíes, a sitios chinos, daneses, sirios, holandeses, rusos, al sitio del gobierno etíope, etc.
¿POR QUÉ HACKEARON A UNA PEQUEÑA PARROQUIA DE BUENOS AIRES?
No se dice exactamente la razón por la que este grupo turco hackeó la Parroquia Santa María de Buenos Aires, un objetivo que a primera vista es muy menor.
Pero podemos sospechar que está relacionado con el gran suceso que pasó ahí, el milagro eucarístico de 1996, en el que participó activamente el anterior Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco.
Y suponemos que la importancia de este objetivo no es la participación activa de Bergoglio ‘per se’ en él, sino lo que ha demostrado la investigación del Dr. Castañón sobre este milagro eucarístico de Buenos Aires, reafirmado luego por el Papa.
En definitiva el estudio permite trazar una línea directa con la Sábana Santa. .
Y muestra el milagro de que la sangre en las hostias consagradas es de una persona actualmente viva. .
Algo sorprendente, que sólo puede ser explicado si en la hostia consagrada está verdaderamente presente Jesucristo vivo.
El suceso de la Parroquia Santa María de Buenos Aires es un poderoso alegato sobre la veracidad de la historia que cuenta el cristianismo.
Desaparición y milagroso hallazgo de hostias consagradas robadas.
En 1772, unos ladrones robaron un cierto número de hostias consagradas, que fueron luego encontradas en los terrenos del Duque de Grottolelle, un mes después, bajo el estiércol y completamente intactas.
El hallazgo fue posible gracias a unas luces misteriosas y a una paloma que volaba sobre el lugar en el que fueron enterradas.
EL ROBO Y EL HALLAZGO MILAGROSO
Fue en 1772 y la Iglesia de San Pedro Apóstol en Patierno, una aldea en la provincia de Nápoles, se había producido un robo. Los ladrones habían retirado, entre otros muebles de la iglesia, también un copón que contenía hostias consagradas. A nada había llevado la investigación hecha por el pastor y los feligreses.
Un mes después, el 18 de febrero un joven de dieciocho años, Giuseppe Orefice, pasó por la mañana temprano, cuando todavía estaba oscuro, al lado del campo del duque de Grottelle y un brillo extraño le llamó la atención.
Fue a su casa casa y dijo del extraño fenómeno, pero su padre, con un poco de incredulidad, no dio ninguna importancia al hecho. Al día siguiente, Giuseppe, esta vez acompañado de su hermano menor y de su padre, pasaron de nuevo al lado del campo del Duque.
Esta vez los tres vieron brillar en el campo una estela misteriosa, como si un pedazo de cielo hubiera bajando a la tierra. Giuseppe corrió a llamar al párroco que llegó al lugar indicado en compañía del hermano sacerdote, y desenterraron debajo del suelo húmedo un buen número de hostias intactas y perfectamente conservadas. Otros sacerdotes fueron a explorar el campo y se encuentran con las otras partículas que faltaban.
Las hostias fueron fueron llevadas por una procesión solemne a la iglesia de San Pedro Apóstol en la que todavía se conservaron y veneraron.
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
La noticia prodigiosa se propaga y con rapidez atrae la atención del obispo de ese momento, el gran San Alfonso María de Ligorio, que certificó la autenticidad del milagro después de una rigurosa investigación. San Alfonso María de Ligorio describió detalladamente este Milagro y de él se sirvió para despertar la fe y la devoción de los fieles hacia la Eucaristía.
El Vicario General, Mons. Onorati, redactó el informe del proceso diocesano que duró dos años: desde 1772 hasta 1774. Procedió además a sellar con cera de España de color rojo el nudo del lazo que unía las “dos ampollas incrustadas de plata”. En el informe se lee:
“Decimos, decretamos y declaramos que la mencionada aparición de las luces y la intacta conservación de las sagradas Partículas por tantos días bajo el terreno, ha sido y es un auténtico y respetabilísimo Milagro obrado por Dios, Óptimo Máximo, para ilustrar más y más la verdad del dogma católico y hacer crecer aún más el culto hacia la real y verdadera presencia de Cristo Señor en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía”.
Entre los muchos testigos, estuvieron tres científicos de la época. Entre ellos, el famoso Dr. Domingo Cotugno de la Regia Universidad de Nápoles. Así se expresaron:
“Evidentemente, la extraordinaria aparición de las luces, variada en muchos modos, y la intacta conservación de las desenterradas Partículas, no pueden explicarse con principios físicos, y superan las fuerzas de los agentes naturales; por lo tanto, deben ser consideradas como milagrosas”.
En 1972, el Prof. Pedro De Franciscis, docente de fisiología humana en la Universidad de Estudios de Nápoles, confirmaba esta misma sentencia en su “Relación sobre el hallazgo de las sagradas Hostia, ocurrido el 24 de febrero de 1772 en San Pedro en Patierno”.
En 1967, el Card. Arzobispo Corrado Ursi, en ocasión de la elevación de la iglesia de San Pedro a Santuario Diocesano Eucarístico escribía en la Bula:
“El Prodigio de San Pedro, en Patierno, es un don y una exhortación divina para toda nuestra arquidiócesis. No debemos perder su voz, sino mas bien ella debe alentar eficazmente a todos los fieles de todos los tiempos a considerar el mensaje que habla del “Pan de la vida para la salvación del mundo”, lanzado por Jesús en Cafarnaúm”.
LA REPETICIÓN DE LA RESURRECCIÓN
El milagro parece repetir los sucesos de la mañana de la resurrección. Giuseppe salió temprano en la mañana cuando todavía estaba oscuro, como María Magdalena, ve la luz de Cristo sin reconocerlo. Se necesitó la llegada de los otros miembros de la familia y luego los sacerdotes para comprender plenamente el misterio de que era objeto.
Así que los protagonistas del milagro de Patierno son las dos piedras angulares de la sociedad humana y cristiana: la familia y el sacerdocio. Es una familia que «avista» a Jesús, y aún teniendo en cuenta las búsquedas infructuosas previas del párroco, es posible decir que Jesús se manifiesta en una familia, y hay sacerdotes que más tarde lo reconocen y lo traen.
Por otra parte, las hostias enterradas en un campo, entre la tierra y el estiércol, se refieren al deseo de pisotear la fe, la Iglesia y su misma fuente que es la Eucaristía. Sin embargo, incluso aquí tenemos pruebas de que la verdad de Cristo no puede permanecer oculta en la tierra de nuestra humanidad.
Estas partículas se hicieron visibles por la luz y la gracia y, por lo tanto, nada pudo contra ellas ni la humedad ni el barro, de la misma manera que el hombre está hecho para la vida y para la eternidad y, por tanto, nada puede contra esto, ni las muchas teorías de esta nuestra cultura de la muerte.
El relicario de las hostias de Patierno ha logrado pasar indemne a través de la Revolución Francesa y el Risorgimento y los movimientos anticatólicos resultantes, pero no pudo escapar sin problemas del odio del secularismo actual, con su voluntad de borrar las huellas del misterio.
En 1978, el relicario con las partículas prodigiosas fue robado sin que se haya encontrado ningún rastro. Una hecho grave, casi profético de los estragos que estaban sucediendo y que continúa hasta nuestros días.
Una evocación cuando se discute la comunión a los divorciados vueltos a casar.
En estos momentos en que la discusión de la comunión a los divorciados vueltos a casar se enciende, es bueno recordar el milagro eucarístico de Santarém, que une los dos temas, la eucaristía y el matrimonio.
El debate en torno al tema de los divorciados vueltos a casar y el no poder acercarse a la eucaristía, ha puesto de relieve para algunos que muchos católicos e incluso porciones considerables del episcopado no sólo han perdido el sentido del valor sacramento del matrimonio, y del carácter de indisolubilidad, sino también la de la eucaristía. Mientras que otros dicen que si bien creen que el matrimonio es indisoluble, hay muchísimos casos en que el matrimonio es nulo desde el inicio y que la Iglesia no abre las suficientes puertas para probarlo, y que eso no amerita el castigo de alejar a los divorciados vueltos a casar a la eucaristía.
HISTORIA DEL MILAGRO EUCARÍSTICO DE SANTARÉM
Varios historiadores del siglo XV afirman haber leído el documento original, hoy desaparecido, en el cual se data el milagro ocurrido el 16 de febrero, de 1247. Otros documentos datan el milagro al año 1266, la fecha registrada en la copia comisionada por el rey Alfonso IV en 1346. La disparidad de fechas puede muy bien deberse al conocido hecho de que la misma Hostia ha sido causa de innumerables milagros en diferentes años.
EL PRIMER MILAGRO
Entre los años 1225 y 1247 vivía una mujer en Santarém que era muy infeliz pues estaba convencida de que su esposo le era infiel. Utilizó toda la astucia de la que ella era capaz para atraer a su esposo, pero no tuvo ningún resultado. Desesperada ante su situación, visitó a una hechicera del pueblo, la cual le prometió que su esposo volvería a amarla como antes con la condición de que le llevara como paga una Hostia Consagrada.
Esto atemorizó grandemente a la mujer, pues sabía que aquello sería un gran sacrilegio, pero finalmente accedió. Al recibir la Comunión en su iglesia parroquial de San Esteban, no la consumió sino que salió de la iglesia inmediatamente, se sacó la Hostia de la boca y la puso en un nudo de su pañuelo de cabeza.
Por el camino a la casa de la hechicera, la Sagrada Hostia comenzó a sangrar. La mujer no se dio cuenta de lo que ocurría hasta que se lo comunicaron otros transeúntes, pensando que era ella la que sangraba. El pánico estremeció el corazón de la mujer. Se fue a su casa y puso la Hostia, envuelta aun en el pañuelo, en el fondo de un baúl de cedro donde guardaba sus pertenencias en su habitación. Allí se quedó, con gran temor, todo el día hasta que anocheció.
Cuando su esposo llegó a la casa tarde esa noche, se fueron a dormir, aunque lo mas seguro es que ella no haya descansado mucho. La culpa de su pecado la atormentaba, y también la duda de saber si la Hostia continuaba sangrando.
En la plena oscuridad de aquella habitación, aconteció otro gran milagro. Salieron del baúl brillantes rayos, haciendo que la pareja se despertase. Vieron entonces una espectacular visión de ángeles adorando la Hostia sangrante. La mujer no pudo más y confesó el gran pecado a su esposo. Los dos se arrepintieron y pasaron el resto de la noche arrodillados en adoración y reparación ante la Hostia Milagrosa.
Por la mañana informaron al sacerdote de la parroquia, el cual fue a la casa y escuchó la historia relatada por la mujer. El sacerdote regresó la Hostia a la iglesia de San Esteban en solemne procesión, acompañado por muchos del clero y laicos. La Hostia continuó sangrando por tres días. Finalmente se decidió ponerla (aún sangrando) en un relicario de cera de abeja. Allí permaneció la Sagrada Hostia por mucho tiempo hasta que ocurrió un segundo milagro.
SEGUNDO MILAGRO (¿1340?)
El sacerdote encerró la Sagrada Hostia en un envase de cera y lo colocó en el tabernáculo. Fue entonces que ocurrió otro milagro.
Cuando el sacerdote abrió la puerta del tabernáculo, el envase de cera se había roto en muchos pedazos. En su lugar había un envase de cristal que contenía la sangre de la Hostia mezclada con la cera.
Esta se puede aun contemplar junto al relicario mayor que es del 1782. En la actualidad la Sagrada Hostia se mantiene en un trono Eucarístico del siglo XVIII, sobre el altar mayor. La Iglesia de San Esteban es también conocida como el Santuario del Santo Milagro.
LOS MILAGROS CONTINÚAN
A través de los siglos, la Hostia ha emitido nuevamente sangre y en ella se han visto aparecer varias imágenes de Nuestro Señor Jesucristo. Entre los testigos está San Francisco Javier, el apóstol de las Indias, quien visitó el santuario antes de irse en misión y un arzobispo de Lisboa quien llegó hasta romper el cuello de la ampolla de cristal en su afán de detener el flujo de Sangre.
Desde que ocurrió el milagro hasta la actualidad, todos los años, en el Segundo Domingo de abril, El Milagro Eucarístico sale en procesión desde la casa
de los esposos donde ocurrió el milagro, en la Vía delle Stuoie hasta la Iglesia del Milagro. La casa ha sido capilla desde 1684.
El Milagro Eucarístico de Santarém, es considerado el más importante después del de Lanciano.
Se han comisionado estudios e investigaciones canónicas, las mas importantes siendo las de 1340 y 1612, las cuales probaron sin lugar a dudas la autenticidad y antigüedad del Milagro Eucarístico.
El Milagro Eucarístico de Santarém solo dejó la ciudad una vez, cuando las tropas de Napoleón invadieron a Portugal en 1810. Por temor a que el Milagro fuese profanado en manos de los franceses se llevaron y terminó en Lisboa, en la Iglesia de Pacao. Mas tarde, al no ser devuelto el Milagro a Santarém, los ciudadanos de esa ciudad hicieron una protesta en masa. El Milagro Eucarístico fue regresado a Santarém en gran secreto, para evitar que la resistencia de los capitalinos a quienes no se les comunicó del traslado hasta el 2 de diciembre, 1811.
El santuario fue restaurado por D. Antonio Francisco Marques, obispo de Santarém y abrió sus puertas solemnemente el 7 de marzo, de 1996. Hoy cuenta con un pequeño museo tras el altar mayor. El Milagro de Santarém es expuesto cuando peregrinos lo piden con anticipación. Entonces lo pueden contemplar muy de cerca. La Sangre sigue en estado líquido, 750 años después de que ocurrió el milagro.
La antigua Hermandad Real del Sacratísimo Milagro aún existe.
Varios Papas que han concedido Indulgencias Plenarias al Milagro Eucarístico de Santarém:
Papa Pío IV: (1559- 1565) Concedió Indulgencias a los peregrinos que visiten la Iglesia.
Papa San Pío V y Papa Pío VI: Confirmaron los privilegios a los peregrinos que visitan la Iglesia.
Papa Gregorio XIV (1590-1591): Concedió Indulgencias Plenarias a todos los miembros de la hermandad del Santo Milagro en su día de entrada a la hermandad y en el día de su muerte.
SANTOS QUE ESTÁN VINCULADOS CON SANTARÉM Y EL SANTO MILAGRO
Santa Irene: Santarém es portugués para «Santa Irene», patrona de la ciudad. Esta es una mártir del año 653. En la Iglesia de Santa Irene se encuentra el Crucifijo Milagroso de Monteiraz. Los documentos cuentan que el Cuerpo de Nuestro Señor tomó vida (como el Cristo de Limpias) se desprendió y abrazó a una niña pastorcita en la época del Milagro Eucarístico. El Crucifijo que es del siglo XII, todavía se puede venerar hoy. Pertenecía a una comunidad de 12 Monjes Benedictinos (Abadía de los 12 apóstoles).
San Esteban: Protomártir, patrón de la Iglesia del Santo Milagro.
Santa Leonor Alfonso: Hija del Rey D. Alfonso, quién se hizo religiosa de la Orden de las Clarisas y está enterrada en el Monasterio de Santarém.
San Francisco Javier: Visitó la mayoría de los santuarios en Portugal. También visitó la Iglesia del Santo Milagro y dio testimonio de las gracias que recibió ente El, las cuales le ayudaron a descubrir su vocación de misionero antes de ser enviado a la India por el Rey de Portugal. La imagen de San Francisco Javier se venera en la Iglesia del Milagro.
Santa Isabel de Portugal: La Mayoría de los Reyes de Portugal desde aquella época han visitado el Milagro Eucarístico. Pero las más famosas visitas fueron las dos que hizo la Reina Santa Isabel (Isabel de Aragón), en 1295 y en 1322.
Su primera visita ocurrió cuando estaba en camino hacia Coimbra y coincidió con la fiesta de Santa Irene. La segunda visita fue para pedir ante el Milagro Eucarístico la paz entre su esposo el Rey Dionisio y su hijo, el futuro Alfonso VI, que estaban en guerra. Pidió que la Hostia Milagrosa fuese llevada en procesión por las calles. Ella misma acompañó la procesión, despojada de sus insignias reales, de su corona y joyas. Se cubrió de cenizas, caminando descalza, con una soga alrededor de su cuello. Este acto penitencial de la Reina fue muy agradable al Señor, quien le concedió la gracia de la paz y reconciliación entre su esposo y su hijo.
Miles de personas se reunieron en una iglesia de la aldea de la arquidiócesis de Tellicherry en Kerala después de difundirse la noticia de que el rostro de Jesús apareció en el Pan Sagrado durante la misa la mañana antes de la fiesta de Cristo Rey.
La arquidiócesis ha nombrado un equipo para investigar el fenómeno que se dio en una Iglesia de Vilakannur, a unos 50 kilómetros al este de la ciudad de Kannur.
«La Iglesia no fomenta la popularización de este tipo de incidentes» dijo el párroco P. Thomas Pathickal, de 60 años, quien llegó a la parroquia hace tres años.
Dijo también que ha seguido las instrucciones del arzobispo George Valiamattam de Tellicherry para mantener la hostia del «milagro» encerrada en el tabernáculo y mantener las oraciones en la iglesia.
Más de 500 personas están permanentemente rezando en la iglesia mientras esperan que el equipo de investigación de la arquidiócesis decida sobre la exhibición pública de la hostia.
Altos funcionarios de policía del distrito y del departamento vigilancia llegaron al lugar ya que gente de otras parroquias acudieron a Vilakannur y los vehículos bloqueaban el camino hacia Paithalmala, un lugar famoso por el turismo de aventura.
El P. Pathickal dijo que el fenómeno se produjo cuando la parroquia se estaba preparando para el Cristo Rey, la fiesta el 24 de noviembre.
Narrando el incidente, dijo el sacerdote que en el momento de la elevación, durante la Misa de las a.m. se dio cuenta de algo inusual en la gran hostia que utiliza para la consagración.
«Se hizo grande y más brillante y una apareció cara inmediatamente»
El sacerdote dijo que puso la hostia a un lado y continuó la misa usando otra hostia guardada en el sagrario.
Después de la misa que él llamó el sacristán, quien le confirmó que era el rostro de Jesús. El sacerdote colocó la hostia en la custodia y la mantuvo en el altar para la adoración.
Cientos de personas, como KJ Thomas vieron el rostro resplandeciente de un hombre con barba y pelo largo.
«Era en blanco y negro, no en color», dijo Thomas.
Fr. Pathickal dijo que el rostro resplandeciente todavía se veía cuando el guardó la hostia dentro del tabernáculo las 11 am según las instrucciones del arzobispo.
Thomas dijo que su fe se ha duplicado después de ver «el milagro». Dijo que había llegado a Naduvil para algunos asuntos oficiales cuando se enteró de la noticia.
«Corrí aquí y tuve la suerte de ver a Jesús», agregó.
Dijo que muchas personas se molestaron cuando el sacerdote se negó a mostrarles la hostia.
Establecida en 1962, la parroquia abarca a más de 500 familias y 1.250 católicos, la mayoría de ellos de segunda y tercera generación, que habían emigrado de centro de Kerala el siglo pasado.
La ciudad de Avignon en el sur de Francia, está ubicada en la margen izquierda del río Ródano, a unos 650 km. al sureste de París. Durante varios años esta ciudad fue la sede de los papas de la Iglesia Católica. Pero esta ciudad no solamente es conocida por esto, sino porque allí ocurrió un hecho sobrenatural; el Milagro Eucarístico de 1443 llamado el Milagro de Avignón.
El milagro recuerda lo que cuenta la Biblia sobre la división de las aguas del Mar Rojo (Éxodo 14:21), para permitir la huída del pueblo judío de Egipto.
LOS ALBIGENESES RECHAZABAN LA EUCARISTÍA
Para poder entender el significado del milagro Eucarístico, tenemos que remontarnos al año 1226, o sea, 217 años antes del milagro.
La herejía Albigense, la cual tomó su nombre de la cuidad de Albi, Francia, se propagaba por todo el sur de Francia rechazando todos los sacramentos, especialmente el matrimonio y la Eucaristía. Esta herejía fue condenada por la Iglesia desde el Siglo XI, pero no fue hasta que los Albigenses empezaron a atacar seriamente a los gobiernos seculares desde sus fortalezas, que los gobernantes los denunciaron y los privaron de la protección de las leyes.
Los Albigenses eran muy poderosos en 1226, especialmente en el Sur de Francia, donde se encuentra Avignon.
La ciudad se rinde después de un sitio de 3 meses y el 4 de septiembre el Rey Luis VIII, padre de San Luis, jefe de las cruzadas, hace una ceremonia expiatoria por los sacrilegios cometidos contra la Eucaristía. Vestido de saco gris, acompañado de el cardenal Legate, 60 obispos, barones y ciudadanos de la ciudad, van a la capilla de la Santa Cruz, junto al río Sorgue, donde el Santísimo Sacramento estará expuesto día y noche. Ese fue el origen de la «Real y Devota cofradía de Penitentes Grises».
El obispo decidió que el Santísimo debería quedarse perpetuamente expuesto. Esta costumbre fue continuada por sus sucesores y aprobada por el Santo Padre. La Iglesia fue custodiada por los Penitentes Grises, de la Orden Franciscana y después de 200 años de adoración perpetua ocurrió un milagro espectacular.
COMO SUCEDIÓ EL MILAGRO
El Sorgue es un río que pasa por la cuidad de Avignon. El río se desbordaba cada ciertos años. Cuando esto ocurría, el agua inundaba las casas y fincas de los alrededores.
A fines de noviembre de 1433, después de fuertes lluvias, vino una gran inundación. El agua penetró más que en años anteriores. Fue una de las peores inundaciones conocidas. En las noches del 29 y el 30 de noviembre, el nivel del agua subió a gran altura.
Los Penitentes Grises de la Orden Franciscana estaban seguros de que la pequeña iglesia de la Santa Cruz se había inundado y decidieron ir allí para salvar la Eucaristía y traerla a tierra seca. Dos de los superiores de los Penitentes Grises se subieron en un bote y remaron hasta la iglesia.
Cuando llegaron, descubrieron que el agua había subido hasta la mitad de la puerta de la entrada de la iglesia. Sin embargo, cuando abrieron la puerta, para su sorpresa, encontraron que el pasillo, desde la puerta hasta el altar, estaba completamente seco. El agua se había acumulado formando paredes de agua a derecha e izquierda del pasillo, como a cuatro pies de altura. Nuestro Señor Jesús, en la Hostia Consagrada en la custodia, permanecía regiamente sobre el altar, completamente seco.
RECORDACIÓN DE LA DIVISIÓN DE LAS AGUAS DEL MAR ROJO
El milagro recuerda lo que cuenta la Biblia sobre el Mar Rojo que se parte ante el ingreso de los Israelitas y la división del río Jordán ante la entrada en el del arca de la alianza.
Realmente, también les pareció de esa forma a los Penitentes Grises. Buscaron a otros miembros de los Penitentes Grises para que fueran y verificaran el milagro.
Los cuatro Frailes oraron juntos y llevaron la custodia que contenía el Santísimo Sacramento a una Iglesia Franciscana en tierra seca.
Cuando colocaron la custodia en el altar, leyeron del libro del Éxodo sobre la División del Mar Rojo (Éxodo 14:21):
«Moisés tendió su mando sobre el mar e hizo soplar Yahvé sobre el mar toda la noche un fortísimo viento solano, que le secó, y se dividieron las aguas. Los hijos de Israel entraron en medio del mar, a pie enjuto, formando para ello las aguas una muralla a derecha e izquierda.»
Los Franciscanos escribieron el testimonio de los cuatro Frailes en los registros de su comunidad, donde se conservan hasta hoy día.
En este tiempo se creó una tradición que todavía está en práctica. El 30 de noviembre, de cada año, en la capilla de las Santa Cruz, los Penitentes Grises se ponen una soga alrededor del cuello, y arrastrándose piadosamente con sus manos y rodillas, vuelven a crear el incidente, trayendo a la memoria los pasos que siguieron sus antepasados, por el mismo camino que siguieron la noche del milagro.
Hoy permanece la iglesia y la tradición del milagro. Los frailes le dan gracias a Nuestro Señor Jesús en el Santísimo Sacramento por haberles dado una señal tan poderosa de su Presencia Real. Los Peregrinos, especialmente esos con hambre de la Eucaristía, todavía visitan la pequeña iglesia a la orilla del río, para venerar y darle gracias al Señor por habernos dado este regalo especial en un momento en que se necesitaba Su Fortaleza.