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Los fenómenos naturales como mensajes divinos.

 

En la madrugada del 15 de abril de 2014 estaba previsto un eclipse lunar, visible de forma total desde Oceanía, el océano Pacífico y América, donde un curioso fenómeno astronómico: la denominada “luna roja o de sangre, que varios evangélicos asocian con el apocalipsis. Pero no sucedió ningún desastre o fenómeno de grandes proporciones en la Tierra como habían profetizado algunos evangélicos. ¿Pero puede ser una señal?

 

luna de sangre

 

La Biblia menciona que habrá prodigios y señales en los cielos, y no es de descartar que eso suceda, porque todo pareciera indicar que estamos cerca de una intervención decisiva. No sólo la humanidad está transitando por un camino que la aparta del orden natural, sino que profecías católicas, de videntes católicos, señalan que en una ventana de aquí a ni más de 20 años se producirá una intervención decisiva del cielo.  

¿Son las lunas rojas o de sangre uno de esos signos? No lo sabemos, tal vez sí, porque desde el 1600 no se producía algo así.

Quienes más han hecho hincapié en las lunas de sangre como un signo apocalíptico han sido los evangélicos, y lo vinculan al pueblo judío.

Este es un material para discernir.

EXPLICACIÓN ASTRONÓMICA DE LAS LUNAS DE SANGRE

¿A qué es debido este color? A que la atmósfera terrestre hace que, en lugar de dejar de ver totalmente la luna, la percibamos sin el color azul de los rayos solares que refleja. Algo parecido a lo que sucede en el crepúsculo.

La luna se vuelve de color rojizo debido a la refracción de los rayos solares en la atmósfera terrestre. La atmósfera terrestre está llena de partículas de polvo que absorben la luz (por eso vemos los atardeceres y amaneceres rojizos). Estas partículas causan que unos pocos rayos solares reboten en nuestra atmósfera y se refracten hacia la luna. Esta re dirección de unos pocos rayos solares hacia la Luna, que no se encuentra iluminada directamente por el Sol, causa una Luna Roja.

La pecularidad de este eclipse es que fue el primero de los cuatro lunares totales que los habitantes de la Tierra podrán observar en los próximos dos años, la llamada tétrada.  La tétrada ocurrirá en intervalos de aproximadamente seis meses, los tres finales se avistarán el próximo 8 de octubre, y en 2015 el 8 de abril y el 28 de septiembre. Las tétradas de eclipses de Luna no son nada único, ya que se han producido anteriormente. Sin embargo, en el curso de 300 años desde 1600 no hubo ninguna.

Según el experto de la NASA Fred Espenak, en este siglo se producirán nueve.

LA TEORÍA DE LAS LUNAS DE SANGRE DE LOS EVANGÉLICOS

La luna roja es un fenómeno que en antiguas civilizaciones animistas dio lugar a miedos a los dioses por el recuerdo de la sangre.

Actualmente, aquellos que observan a Israel, como el predicador evangélico y autor, John Hagee de Texas, sienten que algo grande viene y llegan a esa idea por medio de signos en el cielo – en hebreo, owths  “señales” – especialmente en la luna.

Ellos creen en una secuencia inusual este año y el próximo de “lunas de sangre” (la forma en que la luz se refleja en la luna durante un eclipse lunar).

Lo que se conoce técnicamente como “tétradas”, o sea cuatro lunas de sangre, coincidirá con cuatro días de fiesta judíos, indicando a los creyentes como Hagee que un tiempo especial está al alcance de la mano. Como Hagee dice, “algo está a punto de cambiar”.

“Cuatro eclipses lunares totales ‘rojo sangre’ caerán en Pesaj y Sucot en 2014 y 2015, los mismos sucesos en el momento de tétradas de 1492, 1949, y 1967?, sostiene Hagee.

“Esas tres fechas son las más importantes en toda la historia de Israel”

EL CAMBIO DEL CAMINO EQUIVOCADO DEL MUNDO

“El mundo ha tomado un giro equivocado y necesitamos una señal de Dios para volver por el buen camino”, entona el evangelista, que viaja por el mundo y tiene una “mega-iglesia” llamada Cornerstone en San Antonio, Texas (con 20.000 miembros).

“Las cuatro lunas de sangre sólo pueden ser esa señal”

Uno puede mirar a las Escrituras y encontrar algunas correlaciones interesantes. Un ejemplo se encuentra en Hechos 2:19-20:

“Haré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra. Sangre y fuego y vapor de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de la venida del grande y terrible día del Señor”.

Hay un mensaje casi idéntico en Joel (2:30-31).

En Fátima, una gran señal profetizada resultó ser un extraordinario despliegue de la aurora boreal. Ver aquí.

Jesús dijo que,

“habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas… Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” (Lucas 21:25, 28).

En el caso de Hagee, es interesante – cómo se transmite la postura evangélica – que no sólo se producirán grandes eventos, sino que incluirán algún tipo de oscuridad.

“La oscuridad envolverá a la Tierra en la última parte de la tribulación, el sol, la luna y las estrellas no darán su luz normal (Apocalipsis 8:12)”, él escribe.

“Esta oscuridad sobrenatural se hará añicos por el brillo impresionante de la gloria divina, como la humanidad nunca ha visto.”

Como en el pasado, ¿podrán las lunas de sangre señalar un “camino de lágrimas” a Israel terminando con el triunfo? ¿Está escrito en el cielo?

En el primer capítulo de Génesis, el Señor dijo:

“Que haya luces en el firmamento de los cielos para separar el día de la noche y sirvan de señales para las estaciones”

NO PASÓ NADA EN EL 15 DE ABRIL, PERO…

En el ámbito católico, la “tribulación” es considerada como un “castigo”. Desde Fátima, se han observado señales en el cielo como los milagros del sol, formaciones de nubes, estrellas, etc., incluyendo fenómenos relacionados con la luna.

Si Dios mismo dijo que habría señales en los cielos, ¿quiénes somos nosotros para no considerarlas – incluyendo, tal vez, “lunas de sangre” – con todo lo demás que vendrá?

Quienes creen en que las apariciones marianas son más que el delirio de unos cuantos, consideran que hay un cordón umbilical entre las apariciones de Fátima que se repiten y especifican conceptualmente en las de Akita, y que desembocan en las apariciones de Garabandal y de Medjugorje,.

En las apariciones de Fátima y las de Akita, vemos el anuncio de una fuerte intervención divina: o el hombre se convierte o habrá un gran castigo. Luego triunfará el Inmaculado Corazón de María. Y a partir de las apariciones de Garabandal y Medjugorje, María le entrega a los videntes la misión de anunciar los eventos futuros a la humanidad unos días antes que sucedan, o sea en el trascurso de sus vidas. De modo que en no más de 20 anos veremos esos sucesos, a condición que las apariciones sean correctas y que no haya algún cambio en la humanidad que aminore el castigo. Ver aquí la explicación.

Si bien no sucedió nada significativo en esta luna de sangre del 15 de abril en términos de otros fenómenos naturales, sociales, políticos o religiosos, hay que descartar nada y mantener los ojos bien abiertos.

Fuentes: Spirit Daily, Signos de estos Tiempos

 

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