El análisis de los milagros de sanación que hizo Jesús en su vida humana es importante para nosotros.

Porque hay ciertas particularidades en ellos que nos permiten comprender cómo se logra la sanación de una enfermedad.

Y además nos permite comprender qué podemos esperar de los milagros hoy.

Jesús no desparramó milagros de sanación por doquier.
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Sus milagros tuvieron una misión y una función precisas.
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Y es de acuerdo a ellas que debemos identificar los milagros en el día de hoy.  

Sólo en los cuatro evangelios se registran 37 milagros de Jesús, pero hay más en la Biblia.

Incluso Juan 21: 25 dice que Jesús hizo mucho más cosas que no cabrían en todos los libros, si se escribieran.

Las características que hacen únicos a estos milagros es que fueron instantáneos, no requirieron convalecencia, no se utilizó ninguna medicina y la dolencia remitió sin dar marcha atrás.

    

¿CUÁLES FUERON LOS MILAGROS DE JESÚS?

El Nuevo Testamento habla de la sorpresa de los milagros que realizó Jesús y también de los realizados por los apóstoles en la Iglesia Primitiva (Lucas 5: 25, Hechos 5: 12)

La Biblia se refiere a los milagros con tres tipos de palabras:

Poder (dynamis), que significa «acto poderoso»;

Signo (semeion), que se refiere a un milagro que figurativamente representa otra cosa, como el reino de Dios;

Maravilla (teras), que indica algo extraordinario.

Esto habla sobre la función de los milagros.

Los milagros de Jesucristo en el Nuevo Testamento tienen un propósito específico; no fueron realizados al azar ni como espectáculo.

Algunas veces Jesús actuó realizando milagros apelando a su propia autoridad y en otras invocó al Padre.

Cada milagro fue acompañado por un mensaje que confirmaba la autoridad de Cristo como Hijo de Dios y la venida del Reino de Dios a la Tierra.

Si no se cumplían estos criterios Jesús se negaba a realizar milagros.

Por ejemplo no realizó ningún milagro ante Herodes (Lucas 23: 8-9)

Algunos de los milagros más asombrosos de Jesús fueron levantar personas entre los muertos, devolver la vista a los ciegos, expulsar demonios, sanar a los enfermos, caminar sobre el agua.

Todos los cuales mostraron la evidencia de su naturaleza divina, en un intento de abrir los corazones al mensaje de salvación y a la glorificación de Dios.

Además estás señales y prodigios mostraron el poder absoluto de Cristo sobre la naturaleza y su misericordia ilimitada.

Su revelación como el Mesías prometido se produjo en las Bodas de Caná, cuando realizó el primer signo de convertir el agua en vino a pedido de Su Madre.

Esto marcó el comienzo de su ministerio público de escasos 3 años.

    

MILAGROS DE SANACIÓN

Nadie ni sus enemigos plantearon dudas sobre su capacidad de sanar enfermedades y dolencias.

Pero lo que hay que tener claro es que Jesús siempre tuvo un propósito para las curaciones, distinto a la curación por sí misma.

El no sano sólo por el bien de la curación. Todas las sanaciones tuvieron que ver con su misión y con su identidad como Mesías.

Tampoco Jesús sanó a todos los que necesitaban ser sanados.

En varias ocasiones encontramos con que Jesús se fue de al lado de personas enfermas sin curarlas.

Por ejemplo en el estanque de Bethesda Jesús sano a una sola persona enferma.

Ahí había cantidad de enfermos, ciegos, cojos, paralizados, que esperaban el movimiento del agua y sanó sólo a un hombre de 38 años (Juan 5: 3-5)

También dejó el pueblo de Cafarnaum sin curar a todos, esto se explica en Marcos 1: 32-39.

De modo que Jesús no vino a la Tierra con el cometido único de sanar personas, sino de predicar.

Las sanaciones eran la evidencia que daba justificación a sus enseñanzas.

Las multitudes lo buscaban trayendo sus enfermos para que los sanara.

Pero Jesús tenía cosas más importantes como predicar el mensaje de que el Reino de Dios había llegado.

Tampoco vemos a Jesús realizando todos los milagros que les pidieron que hiciera.

En algunos casos los hizo y en otros no, como por ejemplo cuando los líderes religiosos le exigieron una señal.

Él se refirió a ellos cómo generación malvada y adúltera, diciendo que la señal era la de Jonás, que pasó tres días y tres noches dentro de la ballena (Mateo 12: 38-40).

Y como vimos Jesús tampoco realizó ningún milagro para Herodes.

Las curaciones de Jesús fueron el cumplimiento de las profecías del Mesías que esperaba el pueblo judío.

En los cuatro evangelios se dice que Jesús sanó sobrenaturalmente las personas para cumplir tales profecías bíblicas, ver Mateo 8: 16-17

La profecía estuvo dada en Isaías 53: 4, cuando dice que “Él tomó nuestro dolor y cargo con nuestros sufrimientos…”.

También Jesús hizo milagros de sanación para que la gente comprendiera que sus pecados eran perdonados.

El caso más típico de demostración de la autoridad del hijo del hombre en la tierra para perdonar los pecados es cuando le dijo al hombre “levántate toma tu camilla y vete a tu casa” (Marcos 2: 10-12)

Jesus sanó para demostrarle a Juan el Bautista que Él era el verdadero Mesías.

Cuando Juan Bautista estaba en la cárcel pidió a sus discípulos que le preguntarán a Jesús si Él era el Mesías que había de venir.

Y Jesús les dijo que le recordaran a Juan sus milagros: los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y las buenas nuevas son proclamadas a los pobres (Mateo 11: 26)

Además Jesús sanó para mostrar las obras de Dios para que Dios recibiera Gloria.

Esto por ejemplo lo dijo cuando curó a un ciego “sucedió para que las obras de Dios se manifiesten en él…” (Juan 9: 3)

Es más, Jesús sugirió que la enfermedad de este hombre tenía el propósito de que las obras de Dios se mostrarán en él.

Lo mismo sucedió con la enfermedad de Lázaro que dijo que “sucedió para la gloria de Dios y para que el hijo de Dios reciba la gloria…” (Juan 11: 4).

Finalmente Jesús sanó para que la gente pudiera creer en Él.

En Juan 20: 30-31 se dice que Jesús hizo muchas otras señales que no están escritas.

Pero que la que están escritas son para que se pueda creer que Jesús es el hijo de Dios.

Es por esto que los milagros a veces se nominan con el nombre de signos, porque son señales para mostrar que el Mesías o Cristo ha llegado.

   

DOLENCIAS FÍSICAS Y ESPIRITUALES CURADAS BAJO 3 CONDICIONES

Los evangelios están llenos de milagros de sanaciones de Jesús.

En general pensamos que curaba las dolencias físicas porque son las más espectaculares.

Pero también las curaciones de Jesús fueron de personas enfermas del espíritu.

E incluso cuando sanó a alguien en su cuerpo también lo hizo globalmente abarcando su espíritu.

Porque Jesús vino a sanar a los enfermos físicos y a los enfermos espirituales, porque la enfermedad abarca el cuerpo y el alma a la vez.

Por tanto los milagros de curación apuntan hacia la misericordia de Dios para auxiliarnos globalmente.

Además si Jesús pudo sanar a un paralítico o a un leproso entonces también puede perdonar nuestros pecados.

Queda claro también que Jesús sanó aquellos que deseaban su sanidad.

Que sanó a aquellos que creían, confiaban y se acercaron a Él para ser sanados.

Entre líneas podemos leer tres condiciones que Jesús pone en general para la sanación.

Uno es reconocer que hay un problema, porque a menos que uno no piense que está enfermo no va buscar a un médico.

La segunda condición es que la curación depende de la fe de las personas.

En algún caso vemos que es la fe de la propia persona enferma.

Y en otros casos vemos que es la fe de la persona que vino a pedir por el enfermo.

Aquí hay un mensaje más general de Jesús: es nuestra fe la que nos salvará.

Y es nuestra fe la que nos traerá la paz y nos curará de las aflicciones.

La frase “no tengas miedo” asociada a “ten fe” son centrales en la prédica de Jesús.

Y no importa que tan fuerte es la fe, porque si tenemos fe del tamaño de un grano de mostaza Jesús nos dice que podremos llegar a mover montañas.

La tercera condición para la sanación que establece es que Jesús sana aquellos que se acercan a Él, no sólo presencialmente sino también por intermedio de otra persona.

De modo que la sanación requiere el acto previo nuestro de acercamiento a Jesús en la búsqueda de sanación, un apostar a Él.

  

PORQUE NO VEMOS HOY MILAGROS COMO LOS DEL PRIMER SIGLO

Los milagros hoy parecen raros a los ojos de los contemporáneos.

Sentimos que hay algo diferente en la forma en que Dios hizo los milagros en el Antiguo y en el Nuevo Testamento respecto a los que suceden hoy.

¿Porque no experimentamos hoy los milagros del Nuevo Testamento?

Ya hemos dicho que los milagros tenían la función en el Antiguo y Nuevo Testamento de mostrar un propósito más grande.

Evidenciar el plan redentor de Dios y la autenticidad de los mensajeros de Dios que traían la revelación a la humanidad.

En el Antiguo Testamento los milagros que hizo Moisés trataban de demostrar su legitimidad como portavoz de Dios (Éxodo 4: 1-9).

Lo mismo que los profetas, a quiénes Dios concedió la capacidad de hacer milagros para verificar Su autoridad (1 Reyes 17: 17-24, 18: 36-39, 2 Reyes 1:10).

Y en el caso de los milagros en el Nuevo Testamento, como ya hemos dicho, tenían la función de autenticar a Cristo y a sus apóstoles.

En especial los milagros de Jesús autenticaron su papel central en el plan divino que traía la salvación (Lucas 7: 22).

En este marco Él sana a los enfermos, expulsa a los espíritus malignos y cura una cantidad de enfermedades como flujo de sangre, mano seca, ceguera, sordera, parálisis, epilepsia, lepra, hidropesía, fiebre y resucita a los muertos.

Esto muestra Su poder sobrenatural sobre la naturaleza.

Y apunta a la restauración de la creación del Reino de Dios, diciendo que el Reino de Dios ha llegado.

Es en este marco que convierte el agua en vino y multiplica los panes y peces.

Y que da testimonio de que el Reino de Dios ha comenzado a expandir resultados beneficiosos en las personas.

El concepto es que las obras milagrosas de Jesús denotaban que el Dios de Israel estaba actuando una vez más en medio de su pueblo.

Los milagros condujeron a la creencia, al asombro y a la adoración.

Por lo tanto los milagros no deben verse como una suspensión del orden natural, sino por la restauración del orden natural que Jesús vino a traer.

Los milagros que sucedieron después en la Iglesia Primitiva tenía la función de verificar la autenticidad de la revelación hecha por Jesús sobre la apertura de una nueva era escatológica.

Este mismo propósito de legitimar el plan Redentor de Dios revelado es el mismo que cumplen los milagros hoy.

Por lo tanto no es inapropiado buscar milagros hoy para confirmar la veracidad del mensaje del Evangelio, ayudar a los necesitados, eliminar obstáculos para la conversión de la gente y dar gloria a Dios.

Los milagros aún ocurren pero los cristianos deben evitar los extremos de ver todo como un milagro y no ver nada como un milagro.

Lo que ha sucedido en los últimos siglos es que el cristianismo se ha llenado de escepticismo respecto a lo sobrenatural.

Hay una capa que se llaman a sí mismos católicos maduros que interpretan cualquier cosa aparentemente sobrenatural como algo producido por el mundo natural.

No conciben que aún existan los milagros que se produjeron en la Iglesia Primitiva.

E incluso llegan a desestimar los milagros relatados en los evangelios como una exageración o como el conocimiento rudimentario de la medicina en aquella época.

El vaciamiento de lo sobrenatural está haciendo un grave daño a la Iglesia, porque es el inicio de la duda sistemática sobre la revelación de Dios, e incluso de la deidad del propio Jesús.

Pero en segundo lugar los cristianos deben ampliar su criterio para comprender los milagros.

Deberían incorporar como milagros el sostén providencial de Dios en los asuntos cotidianos de la fe de la gente y las obras de redención realizadas por la Iglesia.

Cuando Jesús dice a los discípulos que ellos harán más milagros que los que hizo Él, posiblemente estuviera hablando de las obras que realizaría la Iglesia, porque abarcaría muchas personas y un período mucho más largo.

Los signos y las obras que hizo Jesús durante su ministerio fueron el inicio de la expansión de la revelación.

Y luego de la Ascensión de Jesús quedan las obras que los creyentes hacen a través del Espíritu revelando verdaderamente el plan de Dios y que Jesús era verdaderamente su hijo.

Las obras abarcan la evangelización, la comunicación del perdón de los pecados y también las sanidades.

¿Existen curaciones sobrenaturales en el mundo de hoy?

El innegable efecto de las misas de sanación lo demuestra.

Los milagros producidos en Lourdes también son un signo.

No todos los que van al Santuario de Lourdes se sanan. Pero los que lo hacen son el testimonio de la acción milagrosa de Dios.

Otro tanto se puede decir de los milagros producidos en los santuarios marianos alrededor de todo el mundo.

Y actualmente en especial las conversiones que se logran en Medjugorje.

Podemos tener el privilegio de presenciar eventos claramente sobrenaturales y milagrosos o no.

Pero debemos estar abiertos a que esto sucede, estando atentos a los testimonios que se publican.

Y también debemos asentir que Dios está trabajando activamente en el mundo edificando su Iglesia, de una manera sobrenatural, apoyada en los cristianos que evangelizan.

  

ANEXO: LISTADO DE CURACIONES DE JESÚS

  

Siete curaciones de espíritus inmundos

En estos pasajes se puede observar que incluso los demonios se postran ante Jesús, lo obedecen y lo reconocen como el Santo Hijo de Dios.

•          El de la región de Gerasa (Mt. 8:28-34, Mc. 5:1-20, Lc. 8:26-29): Era poseído por muchos espíritus inmundos que se hacían llamar Legión, que fueron expulsados y entraron en un hato de cerdos, que luego murieron.

•          El mudo (Mt. 9:32-34): La gente estaba asombrada y los fariseos afirmaban que gracias al príncipe de los demonios Jesús realizaba sus exorcismos.

•          El endemoniado ciego y mudo (Mt. 12:22-23, Lc. 11:14-15)

•          La hija de la cananea (Mt. 15:21-28, Mc. 7:24-30): Fue un milagro llevado a cabo en la región de Tiro y de Sidón, por petición y gracia a la fe de la madre de la víctima.

•          El niño epiléptico (Mt. 17:14-21, Mc. 9:14-29, Lc. 9:37-43): Los discípulos que acompañaban a Jesús no pudieron curar al niño porque tenían falta de fe.

•          El de la sinagoga en Cafarnaúm (Mc. 1:21-28, Lc. 4:31-37): Fue sanado en los días de reposo,

•          María Magdalena (Lc. 8:1-3): De la cual salieron 7 demonios. También sanó a otras muchachas, entre ellas: Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana.

  

Cinco curaciones de paralíticos 

•          El criado del centurión en Capernaum (Mt. 8:5-13, Lc. 7:1-10): Fue curado distancia por petición y gracias a la fe del centurión.

No está claro si el relatado en el Evangelio de Juan es el mismo milagro, ya que el beneficiario es en este caso el hijo de un cortesano, aunque los detalles de la narración son idénticos.

•          Un paralítico de Capernaum (Mt. 9:1-18, Mr. 2:1-12, Lc. 5:17-26): quien estaba postrado, y también le fueron perdonados sus pecados. Los escribas acusaron a Jesús de blasfemo.

•          El hombre de la mano seca (Mt. 12:9-14, Mc. 3:1-6, Lc. 6:6-11): debido a este milagro los fariseos se enfurecieron y murmuraban planeando la destrucción de Jesús.

•          La mujer en la sinagoga que estaba encorvada y no podía enderezarse (Lc. 13:10-17): esta curación tuvo lugar también en sábado y en una sinagoga, por lo cual Jesús fue criticado.

•          El de Jerusalén (Jn. 5:1-18): este hombre llevaba 38 años enfermo y fue sanado un sábado en un estanque llamado Betesda en hebreo. 

jesus sanando

  

Cuatro curaciones de ciegos 

•          Los dos ciegos de Cafarnaúm (Mt.9:27-31).

•          Bartimeo, el de Jericó (Mt. 20:29-34, Mc. 10:46-52, Lc. 18:35-43, también encontrado en el Corán): Él le suplicó misericordia y Jesús le dijo que fue salvado gracias a su fe.

•          El de Betsaida (Mc. 8:22-26): A quien sanó poniéndole saliva en los ojos e imponiéndole las manos

•          El de nacimiento (Jn. 9:1-41): Jesús lo sanó restregando lodo hecha con su propia saliva, en los ojos del ciego, quien luego se lavó en la piscina de Siloe (enviado).

  

Dos curaciones de leprosos

•          De un leproso de Galilea (Mt. 8:1-4, Mc. 1:40-45, Lc. 5:12-16, también encontrado en el Evangelio Egerton y en el Corán): fue curado al ser tocado por la mano de Jesús.

•          De diez leprosos (Lc. 17:11-19): iban camino a Jerusalén y Jesús los curó con el poder de su palabra.

  

Otras seis curaciones 

•          La fiebre de la suegra de Pedro (Mt. 8:14-15, Mc. 1:29-31, Lc. 4:38-39): fue sanada en su casa en Cafarnaúm, al ser tomada por la mano de Jesús.

•          La mujer con flujo de sangre (Mt. 9:20-22, Mc. 5:25-34, Lc. 8:41-48): quien se sanó al tocar el manto de Jesús.

•          Un sordomudo en la Decápolis (Mc. 7:31-37): a quien sanó metiéndole los dedos en los oídos, escupiendo, tocándole la lengua y diciendo: «Effatá», que significa «ábrete».

•          El hidrópico (Lc. 14:1-6): Esta curación fue hecha un sábado en la casa de uno de los principales fariseos.

•          La oreja de Malco (Lc. 22:50-51): quien fue herido por un discípulo de Jesús, a quien Jesús reprendió por ello.

•          El hijo del alto oficial del rey (Jn. 4:46-54): Jesús y el oficial se encontraban en Caná, y el niño que moría se encontraba en Cafarnaún.

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Curaciones hechas de modo genérico 

Además de las ya mencionadas curaciones, hay pasajes que hacen referencia a ocasiones en que Jesús curó de modo genérico diversas enfermedades. Se mencionan cinco a continuación:

•          Recorriendo Galilea (Mt. 4:23-25, Lc. 16:17-19).

•          Al ponerse el sol (Mt. 8:16-17, Mr. 1:32-34, Lc. 4:40-41).

•          Junto al mar de Galilea (Mt. 15:29-31).

•          En el Templo (Mt. 21:14-15).

•          Cuando se retira al mar con sus discípulos (Mc 3:7-12).

  

Cuatro milagros sobre resurrección

•          Una niña de doce años de edad, hija de Jairo (Mr. 5:38-43, Lc. 8:49-56): Jesús afirmó que la niña no estaba muerta, sino solo dormida.

•          Lázaro, el de Betania (Jn. 11:38-44, también encontrado en el Corán): quien ya llevaba cuatro días de estar muerto y estaba sepultado en una cueva.

•          El hijo de la viuda de la ciudad de Naín (Lc. 7:11.17): Jesús se compadeció de la viuda al verla llorar, tocó el féretro en el que llevaban al muchacho y le ordenó que se levantará.

•          La Resurrección de Jesús (Mt. 28:1-10, Mr. 16:1-8, Lc. 14:1-12).

  

MILAGROS EN LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS

  

En el Evangelio Secreto de Marcos

•          Resurrección del joven rico (fragmento del Evangelio secreto de Marcos): Jesús le enseñó al joven los secretos del Reino de Dios.

  

Evangelio de la infancia de Tomás 

•          Resurrección del niño caído en una terraza (parte IX): Acusan a Jesús de haber hecho caer al niño y Jesús lo resucita.

•          Resurrección del joven que cortaba leña (parte X): Murió desangrado al cortase la planta del pie con el hacha, Jesús lo resucitó y las multitudes se asombraron y le admiraban.

•          Jesús enferma y cura a su segundo maestro (partes XIV-XV): José le llevó a este maestro, al que Jesús maldijo porque este le pegó en la cabeza. Luego lo curó al oír el buen testimonio que decía su tercer maestro sobre Él.

•          Cura a Jacobo de la mordedura de una víbora (parte XVI): La víbora lo mordió en la mano, Jesús sopló sobre la herida y la víbora quedó muerta.

•          Resurrección de un niño (parte XVII): Jesús le tomó del pecho y le ordenó que reviviera. Era un niño de su vecindad.

•          Resurrección de un hombre (parte XVIII): El hombre resucitó y le adoró y la gente quedó impresionada.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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