Cómo está obstruyendo el plan de Dios.

La institución central que permitió el desarrollo de occidente, y lograr el desarrollo y nivel de vida que hoy ostenta, es la familia monogámica, organizada a través de un padre y una madre que conviven con sus hijos.

Es además un fruto del cristianismo, del catolicismo, instrumentando el pedido de Dios que se reveló en la Biblia.

La historia dice que en los momentos de peligro la familia protegió los valores de occidente.

Sin embargo en los últimos 50 años o más la familia está bajo un ataque fuertísimo que intenta desgajarla.

El ataque pionero vino de parte del feminismo, tratando de empoderar a las mujeres para quebrar la estructura familiar.

A partir de ahí surgieron una serie de males, que tuvieron como consecuencia la falta de contención de los niños y jóvenes.

Y luego aparecieron otras ideologías que colaboraron con el feminismo en esta tarea de demolición.

Aquí hablaremos de las ventajas que tuvo la familia para crear el bienestar de la sociedad occidental, cómo está siendo atacada y al final una reflexión para el optimismo.

El cristianismo fue el que instaló en el mundo la idea de la familia, y promovió la familia monogámica.

La que ha permitido una buena educación de los hijos sin precedentes, aportando al mundo Occidental los hombres que han sentado las bases de nuestra cultura, prosperidad y bienestar. 

Gracias a la Iglesia, desde los primeros siglos de nuestra era, se fue consolidando la familia como una unidad autónoma, que comenzó a intercambiar conocimientos y a cooperar con otros grupos. 

Por ejemplo cuando surgieron los monasterios y las ciudades, con sus mercados de intercambio, no sólo de productos, sino también de conocimientos y de servicios.

En esas épocas oscuras la familia y los monasterios mantuvieron la cultura y eran las unidades de producción.

Este proceso ha desencadenado una evolución cultural acumulativa que se ha ido transmitiendo de una a otra generación, creándose una especie de «cerebro colectivo» según el antropólogo Joseph Henrich, Profesor de Harvard.

La familia está inserta en el inconsciente colectivo.

Luego la invención de la imprenta y los grandes descubrimientos geográficos han acelerado este proceso, sentando las bases del desarrollo científico y tecnológico posterior, que permitió un bienestar sin precedentes.

No sólo en el Occidente, sino que en los últimos siglos rebasó sus límites geográficos y sacó de la miseria a más de mil millones en Asia y África.

La familia cristiana monogámica, como célula de la sociedad, ha creado las bases para que se pudiese cristalizar, el proceso del avance cultural y civilizatorio que existe hoy.

Las enseñanzas católicas sobre la familia se asientan sobre los principios cristianos que sostienen la dignidad del ser humano, como ser libre, con un destino que trasciende el tiempo y llega hasta la eternidad. 

Esta dignidad significa la igualdad entre todos los seres humanos, con derechos inalienables y valores morales que se derivan de su libertad. 

Estos principios están en la base del ejercicio del poder político y de la democracia.

Occidente siempre fue fiel a los principios cristianos.

Y además los muros de iglesias y monasterios, salvaron el acervo cultural de la barbarie bélica.

La fe cristiana también fue la impulsora de los descubrimientos geográficos, sobre todo desde España.

Cuya corona declaró que el fin de la colonización era difundir la fe cristiana. 

Y por esta razón, los indios en hispanoamérica eran personas libres que no podían ser esclavizados.

La iglesia luchó por eso ante los empresarios que querían esclavizarlos.

Por otro lado, la ciencia ha demostrado últimamente, de muchas maneras, que una familia estable es condición necesaria para la educación de personas psíquicamente sanas, y resistentes a las malas influencias del ambiente actual. 

Además, los integrantes de familias con padre y madre conviviendo, tienen estadísticamente los mejores resultados en la educación escolar a todos sus niveles y mejores índices de salud física y psíquica.

Por eso Juan Pablo II decía que la familia llegó para quedarse y que «el futuro de la humanidad pasa por la familia».

Vio a la familia como una «iglesia doméstica» y el camino de la nueva evangelización.

En la carta pontificia a las familias del año 1994, dijo que la familia es «el lugar donde un individuo puede existir para sí mismo a través de la entrega sincera de sí mismo».

Y la declaró el santuario de la vida.

Y aún más, dijo que «la familia es el centro y el corazón de la civilización del amor». 

Que está ligada al amor «derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado».

Por eso la familia es el pilar de la sociedad. 

Es la fuente y el campo de entrenamiento de las generaciones futuras. 

Es el escenario natural donde se aprenden las virtudes de piedad, moral, prudencia, frugalidad, decencia, etiqueta y todo lo bueno para nuestra juventud. 

A medida que la familia esté sana, también lo estará la sociedad. 

Y es precisamente por esta razón que la familia se ha visto sometida a un asalto radical en el último medio siglo por el maligno y sus secuaces.

Si los radicales logran dividir a la familia, reeducar a nuestros hijos, habrán ganado la cultura. 

Por eso Vladimir Lenin decía: «Denme una sola generación de jóvenes y transformaré el mundo entero».

En otro video incluso hablamos que hay un demonio llamado Asmodeo que está especializado en atacar a la familia.

El ataque humano más grande contra la familia lo protagonizó el feminismo.

Empoderar a las mujeres legal y políticamente es para las feministas, un mero medio para acabar con el patriarcado.

Y una vez que los líderes legítimos de la familia, los padres, sean depuestos, los radicales saben que serán libres de convertir a la familia en un brazo de su aparato, o al menos desmantelarla como un bastión del antiguo orden. 

Del orden ideado por Dios para la humanidad.

Porque Dios ha querido a la familia desde el principio de la creación. 

Ésta es la razón por la que Adán tenía autoridad sobre Eva (como lo demuestra en el Génesis), incluso antes de la Caída, en el Jardín del Edén.

Es por eso que Dios dio poder a Abraham, Noé, Moisés, Aarón y José para guiar a su pueblo. 

Es por eso que Cristo seleccionó a doce hombres para que fueran los príncipes de su Iglesia. 

Es por eso que sigue existiendo, como cuestión de doctrina cristiana, un sacerdocio exclusivamente masculino.

Una rebelión contra el patriarcado es una rebelión contra el mismo Dios, es una rebelión contra el orden y la inteligibilidad del universo.

Las consecuencias son nefastas cuando otros sistemas fallidos como el marxismo, intentan dejar a un lado la naturaleza humana. 

Durante años las feministas han intentado subvertir el matrimonio y la vida familiar en un intento de romper el patriarcado. 

Primero el divorcio sin culpa se ha convertido en la ley en todo el mundo, que produce una tasa de deserción matrimonial en general de la mitad de los matrimonios.

La terminación de la vida antes de nacer «libera» a las mujeres de los deberes maternos.

Y la anticoncepción se ha generalizado.

Las feministas también han atacado la maternidad, avergonzando a las amas de casa diciendo que son «perezosas» y «poco ambiciosas»

Y presionándolas para que emprendan carreras con glamour en aras del «empoderamiento». 

¿Y que ha sucedido con el descaecimiento de los roles de padre y madre dentro de la familia?

La cultura se ha vuelto rápidamente grosera. 

Abundan todo tipo de males como la drogadicción, las desviaciones, la violencia. 

Una estadística de EE.UU. muestra que el 80% de los tiradores escolares, se criaron en un hogar monoparental, con ausencia del padre.

Por otro lado, este empoderamiento no significó aumentar la felicidad de las mujeres.

Los economistas Betsey Stevenson y Justin Wolfers analizaron las tendencias de felicidad de las mujeres entre 1970 y 2005

En 1970 las mujeres se decían más felices que los hombres. 

Pero para 2005, los hombres eran el sexo más feliz. 

La felicidad de las mujeres disminuyó década a década a pesar de una avalancha de nuevos derechos y protecciones legales de las mujeres y promoción del feminismo.

La familia entonces no puede pasarse por alto como el lugar principal donde se fragua la salud de la cultura.

Por eso el ataque contra las familias de parte del feminismo, la ideología de género, etc.

Pero una buena noticia, la gente sensata ha desarrollado grandes defensas interiores, que desafían estas ideologías y valoran a la familia tradicional.

A pesar que el mal hace mucho ruido para atraer la atención, la verdad y el bien ofrecen en silencio el gozo de estar haciendo bien las cosas y seguir la verdad.

Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar sobre la importancia de la familia en el plan de Dios y en el desarrollo y bienestar de la sociedad y de las personas, protegiéndolas contra malas influencias.

Y cómo ha sido atacada en primer término por el feminismo y luego por otros movimientos.

Y me gustaría preguntarte cuales son para ti las ventajas de la familia tradicional y cuales son los flagelos que la están atacando hoy. 

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