Para iniciar el año con las mejores posibilidades de lograr el objetivo.

Cuando estamos ante la inminencia del de cada año, nos enfrentamos como casi a un reinicio.

Con una mezcla de esperanza e incertidumbre.

Y siempre es bueno una doble dosis de fe y de perseverancia en los primeros días de enero, para afrontar el año con vigor.

Comparte estos pensamientos del Padre Pío con tus amigos al comenzar el año; son reconfortantes y útiles.

padre pio de pietrelcina sentado

Hay que recordar que el año nuevo viene una semana después de la fecha más importante del calendario para el Padre Pío, la Navidad.
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Y en Navidad, el Padre Pio veía con frecuencia al Niño Jesús, que jugaba con él.

En una carta al padre Agostino el 18 de enero de 1913 le diría:

Yo soy la diversión del Niño Jesús. Lamento que haya elegido un juguete sin valor”.

Y una es las primeras hijas espirituales dela Padre Pío, Cleonice Morcaldi cuenta:

En Navidad, la cara del Padre Pío se transformaba.

Él estaba en continuo éxtasis.

Como San Francisco, veía a un Niño Jesús vivo, como lo estaba en la gruta de Belén.

Celebraba las tres Misas Navideñas una tras otra en la misma noche.

Él lloraba mucho.

Decía: ‘En la gruta, el Niño Jesús lloró, sufrió, y con Él sufrieron María y José.

Afuera, los ángeles y los pastores cantaban y estaban felices. Apostaban para hacer compañía a Jesús’”.

Esta fiesta y las apariciones del niño Jesús le daban fuerzas para enfocar el nuevo año hasta la próxima navidad.

Este material es del folleto “Buona Giornata”, que es una recopilación de meditaciones de los escritos y comentarios de San Pío, publicado por su convento de San Giovanni Rotondo.

 

1. LA GLORIA ES DE LOS QUE LUCHAN

La palma de la gloria está reservada sólo para los que luchan valientemente hasta el final.

Por lo tanto, vamos a empezar nuestra santa batalla de este año.

Dios nos ayudará y nos coronará con el triunfo eterno.

 

2. BUENAS OBRAS Y BUENAS INTENCIONES

Estamos por la gracia divina, en los albores de un nuevo año.

Dado que sólo Dios sabe si vamos a terminar este año, deberíamos usarlo en reparación del pasado, y en preparación para el futuro.

Las buenas obras van de la mano con las buenas intenciones.

      

3. QUE SEAMOS MOVIDOS POR LA PRESENCIA DE DIOS

Permite decirte a ti mismo, con la plena convicción de decir la verdad: «Mi alma: comienza hoy a hacer las buenas obras que hasta la fecha no has hecho».

Vamos a ser movidos por la presencia de Dios. «Dios me ve», vamos a menudo a decirnos «y que por mis acciones él me juzgue».

Estemos seguros de que siempre vea solamente la bondad en nosotros.

    

4. NO ESPERES

Si tienes tiempo, no esperes. 

No debemos dejar para mañana lo que podemos hacer hoy.

Las tumbas están llenas de buenas intenciones que nunca se cumplieron.

Además, ¿qué seguridad tenemos de que vamos a estar vivos mañana?

Escuchemos la voz de nuestra conciencia, como dijo el real profeta: «Hoy, si escuchas la voz del Señor, no hagais oídos sordos».

Vayamos adelante y atesoremos el momento fugaz que sólo es el nuestro.

No perdamos el tiempo, de un momento a otro, ya que el último aún no es nuestro.

     

5. NO PIERDAS EL TIEMPO

Cuando se pierde el tiempo, se desprecia el regalo de Dios – el presente – que Él, en su infinita bondad, nos anuncia con su amor y su generosidad.

  

6. HAZ EL BIEN

«Comencemos hoy, mis hermanos, a hacer el bien, porque hasta ahora no hemos hecho nada».

Y estas palabras que el Padre Seráfico, San Francisco, en su humildad, aplicó a sí mismo, se deben hacer nuestras a principios del nuevo año.

Hemos vivido sin pensar, como si el Juez Eterno no nos fuera a llamar a él un día y nos pidiera dar cuenta de nuestras obras, por cómo hemos gastado nuestro tiempo.

     

7. COMUNICA EL AMOR

El amor no admite retraso, y los Reyes Magos, inmediatamente después de su llegada, hicieron todo lo posible para darlo a conocerlo a Él, que había conquistado su corazón a través de la afluencia de la gracia.

Él los llenó con el tipo de caridad que debe desbordarse, ya que no puede ser contenida en la pequeña estructura del corazón, y por lo tanto debe ser comunicada.

 

8. NO HAGAS LAS COSAS PARA TU PROPIO MÉRITO

En tus acciones, no busques ni el mayor ni el menor mérito, sino el mayor honor y gloria a Dios.

      

CUATRO FRASES DEL PADRE PÍO PARA MEDITAR EN EL NUEVO AÑO

  

• Hay que levantarse y valorar cada instante que pasa y está en nuestras manos. 

No debemos desperdiciar un solo momento.

Por la gracia divina nos encontramos en el inicio de un nuevo año.

El nuevo año, el cual sólo Dios sabe si veremos su fin, debe ser utilizado en reparación por el pasado y en la preparación para el futuro.

   

• Estoy abrumado por la incertidumbre de mi futuro, pero valoro la esperanza viva de ver mis sueños cumplidos.

Porque el Señor no puede poner pensamientos y deseos en el alma de una persona si no tiene realmente la intención de cumplir con ellos, y satisfacer estos deseos, que solo Nuestro Señor ha causado.

   

• Ten cuidado de tu espíritu, huye de la ociosidad y todas las conversaciones inmorales.

Siempre recuerda las palabras del apóstol, que nuestra virtud se conserva en vasos muy frágiles.

     

• La ansiedad es uno de los mayores traidores que la verdadera virtud y devoción sólida jamás puedAn tener.

Uno debe tener cuidado de esto en todas las ocasiones, sobre todo en la oración.

Y para tener éxito mejor sería bueno recordar que las gracias y consuelos de la oración no son aguas de esta tierra, sino del cielo.

Por lo tanto todos nuestros esfuerzos no son suficientes para lograrlo.

A pesar de ellos es necesario prepararse con gran diligencia, pero siempre con humildad y tranquilidad.

   

TRES CONSEJOS PARA AFIANZAR LA GRACIA EN NOSOTROS

Estos son tres consejos que te ayudarán a aumentar tu poder de Gracia O recuperarlo.

• Uno, no culpar

Evitar la tentación de culparte a ti mismo o culpar a otros.

La recuperación viene por aceptar lo que llega sin intentar averiguar de quién es la culpa para resolver el problema.

La forma no es encontrar un culpable.

Sino pedir que se haga Su voluntad con la única pregunta que importa que es ¿qué voy a hacer ahora?

   

• Dos, adoptar una perspectiva sobrenatural

A menudo culpamos a otros cuando nos sentimos con miedo.

O nos sentimos impotentes para actuar de la manera que sería necesario hacerlo.

Deberíamos recordar lo que dice San Pablo, que uno no tiene la fuerza para hacer las cosas sino que es Cristo el que te da el poder.

Entonces en primer lugar hay que preguntar a Dios qué quiere que hagamos en una situación particular.

En segundo lugar, que nos proporcione lo que sentimos que nos falta.

Y en tercer lugar imponernos a hacer lo que es mejor para nosotros y para las personas que nos rodean.

Pero dejando que el flujo de la Gracia de Dios, su camino, sea el que dirija nuestras acciones.

    

•Tres aceptar la invitación de Dios

Esto significa aceptar el crecimiento en poder y sabiduría que Dios nos propone.

Especialmente abrazando los cambios que Dios quiere que hagamos en nosotros.

Y los cambios que Dios quiere hacer en otras situaciones a través de nosotros.

Aceptar la invitación implica tener valor y descansar en lo que Dios puede hacer sobre nosotros.

Con el sentimiento qué nosotros somos personas imperfectas y estamos en situaciones imperfectas.

Y que Dios puede hacer en nosotros cosas increíbles y ser testigos ante otros de las cosas sobrenaturales de la Gracia.

  

UN APÓSTOL DE LOS PRIMEROS TIEMPOS EN LOS ÚLTIMOS

El santo padre Pío de Pietrelcina fue un verdadero regalo del Señor para nuestra época.

Su persona y su ejemplo trajeron la Iglesia del Crucificado a nuestros días.

Era necesaria, es necesaria, un alma con las virtudes y carismas que él prodigó a tantas personas desde el remoto rincón al que su presencia hizo famoso.

El fue una de esas almas que reflejan la luz de Dios.

Y la gente reconocía esa luz y la buscaba.

Su palabra era la justa, su gesto, el necesario, su perdón, requerido y anhelado.

Conocía las almas que confesaba.

Veía sus profundidades.

Y cuando él absolvía, era porque el alma había pasado todos los exámenes.

El pueblo lo sabía y lo buscaba.

Hoy, desde nuestra lejanía en el tiempo y el espacio, nosotros le pedimos:

«Ven a confesarnos, querido Padre Pío.

A tu mirada lúcida, iluminada por el Espíritu Santo, no escaparía ninguna de nuestras faltas.

¡Cuanto necesitamos de tu palabra en nuestra vida!

Escucha nuestro ruego y ven a ayudarnos a seguir a Aquél a quien serviste durante toda tu vida, que es a quien también nosotros adoramos y deseamos alcanzar»



María de los Ángeles Pizzorno de Uruguay, Escritora, Catequista, Ex Secretaria retirada

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