Aumento de la natalidad y reforzamiento de los valores tradicionales.
El caso de Rusia está mostrando como los valores tradicionales no pueden considerarse sólo una rémora del pasado sino que tienen su razón de ser para el funcionamiento correcto de la sociedad. A esos valores arribó la sociedad porque le servían, y si no se analiza si aún sirven y se renuncia a ellos por mera ideología, se corre el peligro de alterar el correcto funcionamiento social.
Y un caso es la estabilidad de la familia, que asegura, entre otras cosas, el volumen de procreación para mantener la población, porque las estadísticas muestran que las personas constituídas tradicionalmente en familia formal, con padre, madre e hijos, tienen más hijos que las personas que se divorciaron o nunca se casaron.
EL FENOMENAL PROBLEMA RUSO DE NATALIDAD
El caso de Rusia es paradigmático. Heredó del la Unión Soviética una de las tasas más altas de abortos del mundo, de divorcios y de las más bajas de natalidad. Rusia tiene actualmente una tasa de natalidad de 1.3, cuando la natalidad adecuada para reponer la población se estima en 2.1.
Rusia tiene un fenomenal problema con la natalidad, porque pone en jaque su supervivencia como nación, por eso está haciendo todo lo posible para aumentarla. Ya dictó leyes limitando el aborto y la promoción de la homosexualidad, sobre todo entre los niños, para evitar los factores negativos que afectan la natalidad.
Y ha realizado algunas medidas para incentivar la vida familiar, y en este punto es que se inscribe la propuesta del Primer Ministro Medvedev, de aumentar dráticamente el costo del divorcio con un impuesto.
Como se ve, estas cosas que está haciendo Rusia para incentivar la natalidad profundizan los valores tradicionales de forma natural.
LA PROPUESTA DE MEDVEDEV
El primer ministro, Dmitri Medvedev, apoya ahora una propuesta para que el divorcio sea mucho más caro.
La iniciativa ha surgido de varios senadores que quieren acabar con la epidemia de rupturas matrimoniales y la alta tasa de divorcios que sacude a las familias rusas. De hecho, en 2012 se produjeron alrededor de 642.000 divorcios, ante 1,2 millones de matrimonios registrados, según el Servicio Federal de Estadísticas.
Ante esa situación, según informó este lunes, 23 de septiembre, el diario The Wall Street Journal, Medvedev advierte:
«usted debería activar su cerebro cuando registra un matrimonio, de lo contrario tendrá que pagar más para acabar con él».
La propuesta incluye que las tasas judiciales por llevar a cabo un divorcio suban hasta los 30 mil rublos o 700 euros, cuando actualmente solo cuesta nueve euros separarse. Y hay que tomar en cuenta que el salario mensual promedio es de 27 mil rublos.
LOS SOVIÉTICOS INSTAURARON EL DIVORCIO FÁCIL
Cabe recordar que romper la unión matrimonial es relativamente fácil en Rusia, una situación que los expertos consideran un legado del régimen soviético, ya que la URSS fue uno de los primeros países donde se admitió que las parejas se divorciasen sin alegar una causa concreta.
Actualmente solo hace falta acudir al juzgado en la mayoría de los casos. Si no hay acuerdo, se puede llevar a cabo sin necesidad de acudir a un abogado. Así, durante los 30 años, casi un 40% de las parejas en la URSS acababan en divorcio.
HAY PROS Y CONTRAS
El objetivo es loable, sólo que el métado del impuesto tal vez no sea eficiente.
«Es verdad que a algunos les llama la atención que las parejas parecen casarse un lunes y divorciarse un martes», admite una joven moscovita que en realidad se opone a la propuesta de Medvedev.
«No va a cambiar los sentimientos de los que quieren tener un divorcio. Solo empeorar el conflicto en la familia«, argumenta.
Sin embargo, el primer ministro no está de acuerdo y apoya la propuesta, al mismo tiempo que el propio Putin arremete contra los países occidentales «a la deriva lejos del tradicionalismo cristiano», informa The Wall Street Journal.
En cualquier caso, si se aprueba definitivamente la propuesta, supondrá para el Estado una recaudación que podría rondar los 19.000 millones de rublos al año para el presupuesto federal, que está luchando por los ingresos en medio de una desaceleración económica. Esto cubriría aproximadamente el 4% del déficit presupuestario del país este año, el equivalente a los gastos del gobierno en materia de protección del medio ambiente.
Medvedev ha concluido que el Gobierno tendrá que valorar todos los pros y contras antes de llevar adelante la idea, y no ha fijado fecha para iniciar el debate al respecto.
Fuentes: Forum Libertas, Wall Street Journal, Signos de estos Tiempos