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A Nuestra Señora del Carmen DEVOCIONES Y ORACIONES FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María

Imposición del Escapulario Carmelita

La imposición se hace preferentemente en comunidad. Es necesario que en la celebración quede bien expresado el sentido espiritual de las gracias unidas al Escapulario de la Virgen del Carmen y los compromisos asumidos con este signo de devoción a la Santísima Virgen.

Ver:
Nuestra Señora del Carmen, Universal ( 16 de julio)
Videos sobre Nuestra Señora del Carmen
La Devoción del Escapulario Carmelita
Imposición del Escapulario Carmelita
Novena a Nuestra Señora del Carmen
Devoción de las 7 Excelencias a Nuestra Señora del Carmen
Consagraciones a Nuestra Señora del Carmen y otras Oraciones
Orar junto a la Virgen del Carmen
El Santuario de la Virgen del Carmen en el Monte Carmelo

El primer escapulario debe ser bendecido por un sacerdote e impuesto por él en oración.

 

FÓRMULACIÓN BREVE PARA LA IMPOSICIÓN DEL ESCAPULARIO

«Recibe este Escapulario, signo de una relación especial con María, la Madre de Jesús, a quien te comprometes a imitar. Que este Escapulario te recuerde tu dignidad de cristiano, tu dedicación al servicio de los demás y a la imitación de María. Llévalo como señal de su protección y como signo de tu pertenencia a la familia del Carmelo, dispuesto a cumplir la voluntad de Dios y a empeñarte en el trabajo por la construcción de un mundo que responda a su plan de fraternidad, justicia y paz.»

El Escapulario es impuesto, sólo la primera vez, por un sacerdote. Puede ser sustituido por una medalla que tenga por una parte la imagen del Sagrado Corazón y por otra la de la Virgen.

Para quedar inscrito en la cofradía organizada o Tercera Orden del Carmen, este sacerdote debe estar facultado por el superior General de los Carmelitas. Los simples fieles no pueden bendecirlos ni imponerlos.

 

FORMULACIÓN INTERMEDIA

V: Muéstranos Señor, tu misericordia.-
R: Y danos tu salvación.
V: Escucha, Señor, mi oración.
R: Y llegue a ti mi clamor.
V: El Señor esté con vosotros.
R: Y con tu espíritu.

OREMOS. Señor nuestro Jesucristo, Salvador del género humano, bendice con tu diestra a est hábito que, por tu amor y el de tu Madre la Virgen María del Monte Carmelo, va a llevar con devoción tu siervo (o sierva), a fin de que por la intercesión de tu misma Madre y defendido(a) del maligno espíritu, persevere en tu gracia hasta la muerte: Que vives y reinas por los siglos de los siglos.- R: Así sea.

A continuación rocía el escapulario con agua bendita y después lo impone a la persona o personas (a cada una por separado). Diciendo a cada una.

V: Recibe este hábito bendito, suplicando a la Santísima Virgen que, por sus méritos, lo lleves sin mancha, le defienda contra todas las adversidades y te conduzca a la vida eterna.
R: Así sea.

V: Yo, usando de la potestad que se me ha concedido, te recibo a la participación de todos los bienes espirituales que, por la misericordia de Jesucristo, practican los religiosos Carmelitas. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.-
R: Así sea.

V: Que te bendiga el Creador del cielo y de la tierra, el Dios todopoderoso, que se ha dignado incorporarle a la Cofradía de la Santísima Virgen del monte Carmelo, a quien imploramos que en la hora de tu muerte abata la cabeza de la serpiente infernal y finalmente, consigas las palmas y la corona de la herencia sempiterna. Por Jesucristo nuestro Señor.-
R: Así sea.

Y rocía el nuevo cofrade con agua bendita. Cuando son más de una de las personas que han de recibir el santo escapulario, se dice en plural. No deje de exhortarles a que vistan dignamente el escapulario, tratando de imitar las virtudes de María.

En caso de necesidad, basta para bendecir el escapulario la señal de la cruz del sacerdote y las palabras. «En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén».

 

FORMULACIÓN LARGA

a. RITO INICIAL
El celebrante, delante de una imagen de la Virgen, exhorta a los que van a recibir el Escapulario, invitándoles a participar dignamente en la celebración. Luego dice:
V: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
R: Amén.

V: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, nacido de Santa María Virgen, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo, estén con todos ustedes.
R: Y con tu espíritu.

El celebrante expone brevemente el significado de la bendición e imposición del Escapulario

b. LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS
Uno de los presentes, o el mismo celebrante, proclama un texto de la Sagrada Escritura, por ejemplo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 12, 1-2.
Hermanos: Les exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar sus cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es el culto razonable. Y no se ajusten a este mundo, sino transfórmense por la renovación de la mente, para que sepan discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto.
Palabra de Dios
(Puede leerse otros textos)

El celebrante exhorta a los presentes explicando la naturaleza de la celebración con estas o parecidas palabras.

Durante la vida terrena de Jesús quien tocaba, aunque sólo fuese los flecos de su manto quedaba curado. Alabamos al Señor por que en su Iglesia continúa usando los medios más humildes para mostrarnos su inmensa misericordia. También nosotros podemos utilizarlos para glorificar al Señor, expresar nuestro deseo de servirlo y renovar nuestro compromiso de fidelidad, contraído en la consagración bautismal para toda nuestra vida.

El Escapulario del Carmen es un signo del amor maternal de la Virgen María, que recuerda su iniciativa a favor de los miembros de la Familia Carmelita, particularmente en los momentos de mayor necesidad. Es un amor que pide respuesta de amor.

El Escapulario es un signo de comunión con la Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen del Monte Carmelo, dedicada al servicio de la Virgen para el bien de toda la Iglesia. Con él expresáis el deseo de participar en el espíritu y vida de la Orden.

El Escapulario es un espejo de la castidad y de la humildad de María; por su sencillez nos invita a vivir con modestia y pureza, llevándolo día y noche es signo de nuestra oración continua y de particular dedicación al amor y al servicio de la Virgen María.

Llevando el Escapulario renováis vuestro compromiso bautismal de revestirnos de nuestro Señor Jesucristo. En María será salvaguardada vuestra esperanza de salvación, porque el Dios de la Vida ha puesto su morada en Ella.

c. PRECES
Sigue la oración común. Se propone algunas intenciones a elegir las más adecuadas o añadir otras relacionadas con las peculiaridades de los fieles o de las circunstancias. El celebrante inicia diciendo:

Roguemos a Dios, nuestro Padre, por intercesión de la Virgen María, diciendo:

Te rogamos, óyenos. (te lo pedimos Señor)

Para que quienes visten el Escapulario sean revestidos de Cristo con la gracia del Espíritu Santo, roguemos al Señor

Para que quienes visten el Escapulario vivan su compromiso bautismal de revestirse de Cristo, roguemos al Señor.

Para que quienes visten el Escapulario sean siempre miembros vivos de la Familia del Carmelo con sus oraciones, sacrificios y buenas obras, roguemos al Señor.

Para que quienes visten el Escapulario sean continuación del amor de que Jesús profesaba a su Madre, roguemos al Señor

Para que quienes visten el Escapulario se revistan de las virtudes de la Virgen Purísima, sepan escuchar la Palabra de Dios y vivirla cada día, roguemos al Señor.

Para que quienes visten el Escapulario, por intercesión de Ma
ría, sean iluminados en la contemplación, gozosos en la fraternidad y celosos en el servicio a los demás, roguemos al Señor.

Para que quienes visten el Escapulario vivan de modo que entren a formar parte de la asamblea de los santos, con María, revestidos del vestido nupcial, roguemos al Señor.

d. ORACIÓN DE BENDICIÓN
El celebrante con las manos extendidas, dice:

V: Padre Santo, que prefieres y aumentas la caridad, tú has querido que tu Unigénito Hijo Jesucristo se encarnara en el seno de la Virgen María por obra de Espíritu Santo; concede a este(a) hijo(a) tuyo(a) que recibe con devoción el Escapulario de la familia de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, la gracia de revestirse del Señor Jesús en todas las circunstancias de esta vida, y alcance así la gloria eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
R: Amén.
El celebrante asperja con agua bendita,

e. IMPOSICIÓN DEL ESCAPULARIO
El celebrante impone el Escapulario diciendo:

V: Recibe este Escapulario por el cual quedas admitido (a) en la Familia de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, llévalo como signo de su protección maternal y de tu compromiso por imitarla y servirla. Ella te ayude a revestirte de Cristo, para gloria de la Santísima Trinidad y para cooperar en la Iglesia para el bien de los hermanos.
R: Amén.

Terminada la imposición el celebrante anuncia la admisión a la familia carmelitana con estas o parecidas palabras:

V: Por la facultad que me ha sido concedida te admito a la participación de todos los bienes espirituales de la Orden del Carmen.

f. CONCLUSIÓN DEL RITO
El celebrante concluye el rito de la bendición diciendo:
V: La bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ustedes.
R: Amén.

V: Recibe este Escapulario, signo de una relación especial con María, la Madre de Jesús a quien te comprometes a imitar. Que este Escapulario te recuerde tu dignidad de cristiano, tu dedicación al servicio de los demás y a la imitación de María.
Llévalo como señal de su protección y como signo de tu pertenencia a la familia del Carmelo, dispuesto a cumplir la voluntad de Dios y a empeñarte en el trabajo por la construcción de un mundo que responda a su plan de fraternidad, justicia y paz.
R: Amén.

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00 Todas las Advocaciones 07 Julio ADVOCACIONES Y APARICIONES

Videos sobre Nuestra Señora del Carmen

Estos son una serie de Videos sobre distintas versiones de la advocación a Nuestra Señora del Carmen, que demuestran la firme devoción del pueblo y la extensión de la advocación en el mundo.

Ver:
Nuestra Señora del Carmen, Universal ( 16 de julio)
Videos sobre Nuestra Señora del Carmen
La Devoción del Escapulario Carmelita
Imposición del Escapulario Carmelita
Novena a Nuestra Señora del Carmen
Devoción de las 7 Excelencias a Nuestra Señora del Carmen
Consagraciones a Nuestra Señora del Carmen y otras Oraciones
Orar junto a la Virgen del Carmen
El Santuario de la Virgen del Carmen en el Monte Carmelo

 

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN del Santo angel ,Sevilla

Nuestra Señora del Carmen de San Juan de Aznalfarache.

Nuestra Señora del Carmen Coronada en C/Ancha 2007

Iglesia Nuestra Señora del Carmen – Zárate

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN CORONADA (PARTE I)

Nuestra Señora del Carmen Coronada – Jerez 2008

virgen Del Carmen de Pedregalejo. Málaga1

Virgen del Carmen 2008 La Isleta

Montaje Virgen del Carmen Puerto de la Cruz

Virgen Del Carmen

Virgen del Carmen de Conil de la Frontera(Cádiz)

Madonna del Carmine di Vico del Gargano- 16 Luglio 2008

Processione luglio 2008 Festa Madonna del Carmine

Festa della Madonna del Carmine – Marina di Gioiosa Jonica

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De Bendición DEVOCIONES Y ORACIONES

Bendiciones que hacen los curas sobre imágenes y devociones

LA BENDICION DE LOS OBJETOS DESTINADOS A EJERCITAR LA PIEDAD Y LA DEVOCION.

Para la bendición de objetos destinados a ejercitar la piedad y devoción existe un rito concreto, dentro del Bendicional. Los objetos a los que nos referimos son: las medallas, las cruces, las imágenes que no han de estar expuestas en lugares sagrados (por ejemplo, una imagen o cuadro que tengamos en casa), los rosarios, los escapularios, las coronas y, en definitiva, objetos similares que se usen para la práctica de ejercicios piadosos.
Estos objetos deben ser bendecidos por el sacerdote o el diácono, por lo que no pueden bendecir estos objetos un laico. Asimismo, este rito debe hacerse fuera de la misa.
¿Y las medallas que los hermanos reciben, una vez bendecidas, cuando juran las reglas de su hermandad? Pues es obvio que también debe ser fuera de la misa, por lo que en un próximo artículo comentaremos la costumbre, no litúrgica, de la ceremonia de recibimiento de nuevos hermanos (jura de nuevos hermanos, popularmente hablando) que muchas hermandades realizan dentro de la celebración eucarística. De entrada, adelantamos que todo no cabe dentro de la misa, solo algunos ritos. Hay bendiciones que sí se pueden hacer dentro de la misa, como por ejemplo la bendición de una familia o de los esposos, de los catequistas, de un cáliz, de una patena, etc.
Principalmente en los santuarios o lugares de peregrinación que se distinguen por la afluencia de fieles, esta bendición de objetos piadosos suele efectuarse en una celebración común y puede incluirse de modo conveniente en las celebraciones que tienen lugar para los peregrinos. Si la bendición se celebra para un solo objeto, el ministro puede emplear un rito breve.
La estructura del rito largo (de esta y de las demás bendiciones) consiste en unos ritos iniciales, una Liturgia de la Palabra, con salmo y oración de los fieles y la oración de bendición, finalizando con una conclusión. El rito breve es, prácticamente, la oración de bendición.

 

ORACION DE BENDICION

(El celebrante la pronuncia con las manos extendidas)
Bendito seas, Señor,
fuente y origen de toda bendición,
que te complaces en la piedad sincera de tus fieles;
te pedimos que atiendas a los deseos de tus servidores
y les concedas que,
llevando consigo estos signos de fe y de piedad, se esfuercen por irse transformando en la imagen de tu Hijo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

BENDICIÓN DE UNA IMAGEN

Bendición de una imagen

Mt. 5, 1-10 o Mt. 5, 13-16.

Salmo 1.

C. Nuestra ayuda está en el Nombre del Señor.
P. Que hizo el cielo y l.a tierra.
C. El Señor esté con vosotros.
P. y con tu espíritu.
C. Oremos.

Se hace un momento de oración silenciosa.

Dios todopoderoso y eterno, tú permites esculpir o pintar las imágenes de tus santos, a fin de que, al contempladas con nuestros ojos, meditemos y tratemos de imitar sus obras y sus virtudes. Por eso, te pedimos que bendigas + y santifiques esta imagen, hecha en honor y recuerdo de tu Hijo Unico, nuestro Señor Jesucristo (o de la santísima Virgen María, Madre de nuestro Señor Jesucristo, o del Apóstol san …, o de san …, o santa …).

Te rogamos que a quienes procuren, delante de esta imagen, tributar culto y honrar a tu Hijo Unico (o a la santísima Virgen María, o a este Apóstol, o a este santo o santa), por sus méritos e intercesión, les concedas tu gracia en este mundo y la gloria eterna en la Vida futura.
Por (el mismo) Cristo nuestro Señor.

P. Amén.

El celebrante hace la aspersión con agua bendita.
Se recita el Padre nuestro.

I

C. Dios todopoderoso y eterno, Tu permites esculpir o pintar imágenes de tus Santos, a fin de que, al contemplarlas, meditemos y tratemos de imitar sus obras y sus virtudes. Por eso te pedimos que bendigas + y santifiques esta imagen, hecha en honor y recuerdo de… (Ntro.. Señor Jesucristo, La Sma. Virgen María, San...).

Te rogamos que a quienes procuren, delante de esta imagen, tributar culto y honrar a … , por sus méritos e intersección les concedas tu gracia en este mundo y la gloria eterna en la vida futura. Por Cristo nuestro Señor.
R. Amén.

II

De Jesucristo:

C. Oh Dios, tú habitas en una luz inaccesible y nos has amado tanto que, siendo invisible, te nos has hecho visible en Cristo; mira con bondad a estos hijos tuyos, que han dado forma a esta imagen de tu Hijo, y haz que al venerarla, se vayan transformando en la realidad que esta imagen representa. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén

III

De la Virgen:

C. Oh Dios, que en la Santísima Virgen has dado a tu Iglesia una imagen de la gloria futura a la que esperan llegar tus fieles, que han elaborado esta imagen de la Santa María, alcen confiadamente sus ojos hacia ella que resplandece como modelo de virtudes para todo el pueblo de tus elegidos. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

IV

De los Santos

C. Oh Dios, fuente de toda gracia y santidad, míranos con bondad a nosotros tus servidores, que hemos dispuesto esta imagen de San N. , y haz que experimentemos la intersección de este santo, el cual convertido en amigo y coheredero de Cristo, resplandece como testigo de vida evangélica y como egregio intercesor ante ti. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.


BENDICIÓN DE OBJETOS DE PIEDAD Y ROSARIOS.

C. El Señor, con su bendición +, se digne aumentar y fortalecer tus sentimientos de piedad y devoción, para que transcurras sin tropiezo tu vida presente y alcances felizmente la eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

Rosario:

C. En memoria de los misterios de la vida, muerte y resurrección de nuestro Señor, para honra de la Virgen María, Madre de Cristo y de la Iglesia, sea bendecida la persona que ore devotamente con este rosario: en el nombre del Padre + y del Hijo y del Espíritu Santo.
R. Amén.


BENDICIÓN E IMPOSICIÓN DEL ESCAPULARIO.

C. Oremos: Señor nuestro Jesucristo, Salvador del género humano, santifica + este hábito que tu siervo/a ha resuelto llevar por amor a Tí y a tu Santísima Madre, la Virgen María del Monte Carmelo. Que por la intercesión de esta misma Señora sea defendido de los ataques del enemigo y persevere en tu gracia hasta la muerte. Tú que vives y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.

Y asperge el hábito con agua bendita.

Padre nuestro.

Lo impone a cada persona diciendo:

-Recibe este hábito bendito, suplicándole a la Santísima Virgen que, por sus méritos, puedas llevarlo sin mancha, te defienda de toda adversidad y te conduzca a la vida eterna.
R. Amén.

Luego continúa en general:

-Yo con el poder que me ha sido concedido, te hago partícipe de todos los bienes espirituales que, con la cooperación de la misericordia de Jesucristo nuestro Señor, propagan los religiosos del monte Carmelo. En el nombre del Padre +, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R. Amén.

– Dios todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, te bendiga +, ya que se ha dignado agregarte a la confraternidad de la Santísima Virgen del Monte Carmelo. Y a ella le pedimos que, en la hora de tu muerte, aplaste la cabeza de la serpiente infernal, y que logres al fin conseguir la palma y corona de la herencia sempiterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
R. Amén.

 

Bendición e imposición del Escapulario de la Virgen del Carmen

El sacerdote con sobrepelliz y estola blanca, o por lo menos con estola, dice;

C. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
P. y danos tu salvación.

C. Señor, escucha mi oración.
P. y llegue a ti mi clamor.

C. El Señor esté con vosotros.
P. y con tu espíritu.

C. Oremos.

Señor nuestro Jesucristo, Salvador del género

humano, + santifica este hábito que tu siervo(a) ha resuelto llevar por amor a ti y a tu santísima Madre, la Virgen María del Monte Carmelo. Que por la intercesión de esta misma Señora sea defendido(a) de los ataques del enemigo y persevere en tu gracia hasta la muerte.
Tú que vives y reinas, por los siglos de los siglos.

P. Amén.

Rocía con agua bendita los escapularios y al imponerlos dice a cada uno:

Recibe este hábito bendito, suplicándole a la santísima Virgen que por sus méritos puedas llevarlo sin mancha, te defienda de toda adyersidad y te conduzca a la Vida eterna.

P. Amén.

Terminada la imposición dice:

Yo, por el poder que me ha sido concedido, te hago partícipe de todos los bienes que, con la cooperación de la misericordia de Jesucristo nuestro Señor, propagan los religiosos del Monte Carmelo. En el nombre del Padre y del Hijo + y del Espíritu Santo.

P. Amén.


BENDICIÓN DE LAS VELAS
(en el día de S. Blas – 3 de febrero)

– El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.

– Dios que en todas partes manifiesta su poder y su bondad, encomienda a la Iglesia la bendición de determinados elementos, para que todos los que los usen piadosamente se sientan atraídos hacia los bienes invisibles y bendigan a Dios, que es también admirable en sus santos.

– Oremos: Dios todopoderoso, que creaste la diversidad de las cosas del mundo, y quisiste que tu mismo Hijo se encarnara para la Redención. Tú que eres grande e inmenso, digno de toda alabanza, haces cosas admirables. Para confesar su fe en ti el glorioso Obispo y mártir S. Blas, no temiendo los tormentos, consiguió felizmente la palma del martirio. Entre otras gracias tú le diste esta prerrogativa: que por tu poder curara el mal de la garganta.

Te rogamos humildemente que no mires nuestras culpas, y por los ruegos y méritos de S. Blas, bendice + y santifica por tu admirable piedad estas candelas infundiéndoles tu gracia, a fin de que todos aquellos a quienes les fueren aplicadas en la garganta, se vean libres de cualquier mal de la misma, y alegres y sanos te rindan en la Iglesia acciones de gracias y alaben tu glorioso nombre que es bendito por los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor.

R. Amén

Y rocía las velas con agua bendita.

Luego las aplica (sin encenderlas) a la garganta de cada uno de los fieles mientras dice:

Por la intercesión de S. Blas, obispo y mártir, te libre de todo mal de la garganta y de cualquier otro mal.
R. Amén.

Conclusión del rito:

– El Señor tenga en cuenta vuestra devoción y os conceda su ayuda en cada momento de la vida.
R. Amén.

– Que con su amor os guíe y proteja aquí en la tierra y os haga llegar felizmente a la gloria celestial.
R. Amén.

-Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y permanezca para siempre.
R. Amén.

 

Bendición de las velas
(en el día de san Blas, obispo y mártir)

C. Nuestra ayuda nos viene del Señor.
P. Que hizo el cielo y la tierra.

C. El Señor esté con vosotros.
P. y con tu espíritu.

C. Oremos.

Omnipotente y amabilísimo Dios, que creaste la diversidad de todas las cosas del mundo solamente para tu Hijo, y que quisiste que tu mismo Hijo se encarnara para la Redención. Tú, que eres grande e inmenso, digno de toda reverencia y alabanza, que haces cosas admirables; para confesar cuya fe el glorioso mártir y pontífice san Blas, no temiendo la diversidad de los tormentos, consiguió felizmente la palma del martirio: y que al mismo Santo, entre otras gracias, le diste esta prerrogativa: que por tu poder curara cualquier mal de la garganta; rogamos humildemente a tu Majestad, que no mires nuestras culpas, sino aplacado por los ruegos y méritos de san BIas, te dignes bendecir + y santificar por tu admirable piedad estas candelas, infundiéndoles tu gracia; a fin de que todos aquellos a quienes les fueran aplicadas por su buena fe, en su garganta, se vean libres de cualquier mal de la misma por los méritos de su pasión y alegres y sanos te rindan en la Iglesia acciones de gracias y alaben tu glorioso Nombre, que es bendito por los siglos de los siglos.
Por Jesucristo nuestro Señor.

P. Amén.

y se rocían con agua bendita.

Luego las aplica (sin encenderlas) a las gargantas de cada uno de los fieles mientras dice:

Que por la intercesión de san Blas, obispo y mártir, te libre Dios de todo mal de la garganta y de qua1quier otro mal. En el nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo.

R. Amén.

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A Nuestra Señora del Carmen DEVOCIONES Y ORACIONES

Orar junto a la Virgen del Carmen

De camino con el pueblo, fíjate en las gentes sencillas que se acercan a la Virgen. Observa sus gestos, sus signos, sus símbolos. El pueblo es siempre protagonista.

Ver:
Nuestra Señora del Carmen, Universal ( 16 de julio)
Videos sobre Nuestra Señora del Carmen
La Devoción del Escapulario Carmelita
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Orar junto a la Virgen del Carmen
El Santuario de la Virgen del Carmen en el Monte Carmelo

DIOS PONE LOS OJOS EN LO QUE NO CUENTA

Mira sus rostros y podrás ver en ellos dibujado el evangelio de María.

Respeta su fe. Únete a ellos: “Tómate un poco de tiempo, vete como un fiel más a la casa de la Virgen, enciende un cirio, reza un avemaría de rodillas, mira el rostro de Nuestra Señora” (Cardenal Martí).

Valora las cosas pequeñas de cada día. No desprecies las realidades humildes, te quedarías sin descubrir la belleza que esconden. Míralo todo con atención amorosa.
María estuvo envuelta en lo pequeño: su pueblo, su pobreza, su ser de mujer, sus manos aldeanas llenas de sudor y trabajo, su vestido hecho regalo en el escapulario… Pero Dios miró esa pequeñez y brotó un canto desde abajo.

 

DIOS VALORA HASTA UNA SIMPLE MIRADA

Es verdad que todos estamos llamados a una fe adulta y responsable, pero los grandes árboles comienzan siendo solo una semilla. Aprecia lo que brota en ti hacia la Madre: un pequeño deseo, un beso, un sencillo alzar de los ojos, una canción, una emoción. Son brechas que permiten que el Misterio se haga más humano y acampe entre nosotros. La samaritana se acercó a Jesús con su sed y su cántaro vacío, y terminó recibiendo el agua viva.

 

LO HUMANO NO ES AJENO A LA FE

El gran drama de nuestro tiempo es la separación entre fe y cultura. “Una fe que no se hace cultura es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, ni fielmente vivida” (Juan Pablo II). Aprecia la religiosidad popular hacia la Virgen; ha logrado muy a menudo que la fe arraigue en el pueblo con una vivencia profunda. La fe y el amor a la Virgen del Carmen en la escucha de la Palabra, en la respuesta de la fe, en el gozo compartido, en la solidaridad con los crucificados, en la esperanza frente a toda desesperanza… se han hecho pueblo, han tejido la vida cotidiana de las gentes.

 

LA ORACIÓN SE HACE FIESTA

En los puertos de mar y en las pequeñas ermitas de la montaña, en los pueblos y ciudades, se hace fiesta el día de la Virgen del Carmen. Entra con sencillez en alguna de esas fiestas, donde se dicen pocos cosas pero las dicen todos, donde se comparte la música, la comida, el encuentro, la alegría, la fe. “En ella encuentra el pueblo la fuerza para vivir y la capacidad de volver con renovada esperanza a la lucha cotidiana” (Luis Maldonado).

 

EL REGALO DEL CORAZÓN DE JESÚS

María es un regalo del amor loco de Jesús, que lo da todo. Su última acción, antes de decir que todo está cumplido, es la entrega mutua del discípulo amado y su madre, convirtiéndolos en madre e hijo. Contempla despacio la escena y métete tú también en ella. Observa cómo la memoria de María se ha mantenido viva y gozosa en el corazón de la Iglesia y no se entiende una devoción a la Virgen que desvincule de la Iglesia. Desde ese momento la Virgen se ha hecho de todos, ha entrado en la casa de todos. “No hay llanto en esta tierra que no pase, María, por tus manos. No hay gozo en que no brille tu luz. No hay esperanza que tú no hayas sembrado. No hay oración que suba hacia tu Hijo sin pasar por tus blancas manos intercesoras” (José Luis Martín Descalzo).

 

EXPERIENCIA DE LA TERNURA

Contempla a la Virgen del Carmen como lugar de confianza, de misericordia y de perdón. Así lo han hecho muchos antes que tú al percibir en Ella el rostro materno de Dios, sintiendo su cercanía y admirando su belleza que brota de la gracia. La casa de la Virgen se ha convertido en casa de oración estando muchos ratos a solas con quien sabemos nos ama. “Mas yo siento caer sobre mi frente / vuestra dulce mirada. Y un consuelo / infinito de amor me ofrece un cielo / -que no sabré ganar- eternamente” (De Manuel Machado, ante una imagen de la Virgen del Carmen que se venera en Burgos).

 

EL ICONO DE MARÍA

“Quiero pintar rostros, no catedrales”, decía Van Gogh. Todo rostro esconde un misterio. Lo más bonito de la Virgen del Carmen es su rostro, que deja adivinar la belleza de su corazón. Mira, con ojos de estupor y de sorpresa, con ojos orantes, el rostro de María. Pinta, de tanto mirarla, un icono en lo más profundo de tu corazón. Y salpica con la belleza de este icono tus plegarias. Así tu “rosario será el credo hecho oración” (Newman), tu Angelus una bocanada de aire fresco en las pausas del día, la Salve un encuentro de miradas, y tantos cantos “expresión de un corazón que ama” (San Agustín).

 

EL ESCAPULARIO

Todo un detalle de cariño de la Madre. Deja que tu desnudez se encuentre con el vestido de gracia de la Madre; deja que tu fragilidad sea fortalecida con su escapulario; deja que tu sed se encuentre con su fuente y te broten abundantes las aguas de vida. “¡Yo no quiero saber de qué está hecho / este milagro que en mi vida brilla! / ¡Yo no quiero saber cómo han venido / estas cuatro palabras de María! / Yo no quiero saber: no sabe el prado / tanta flor, tanta luz como lo habita. / Pero sé que una estrella ha descendido / y un abismo sin fondo se ha cubierto. / El amor me buscaba con gemido / y me encontró desnudo en el desierto” (Augusto Donázar).

 

MENSAJEROS DE UN AMOR DE MADRE

Abre tus manos, recibe lo que la Virgen del Carmen te da y vete a contárselo a los demás. María “ofrece la victoria de la esperanza sobre la angustia, de la comunión sobre la soledad, de la paz sobre la turbación, de la alegría y de la belleza sobre el tedio y la náusea, de las perspectivas eternas sobre las temporales, de la vida sobre la muerte” (Pablo VI).

Virgen del Carmen,
revístenos con tu escapulario,
revístenos con tu amor.
Conságranos en la hondura de tu amor,
conságranos en la belleza de tu mirada.
Acógenos en tu corazón
para que hagamos de nuestro corazón
una casa que te acoja.
Ven con nosotros al camino,
cuida de nuestra frágil barquilla.
No olvides que eres Madre de cada uno
y de cada una de nosotros,
que llevas nuestro rostro grabado en tu corazón.
Cuídanos para que no sucumbamos
en los mil peligros del mar
hasta que lleguemos un día felices
al ansiado puerto de la gloria celestial.
“Atráenos, Virgen María,
caminaremos en pos de ti”.


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A Nuestra Señora del Carmen DEVOCIONES Y ORACIONES

Consagraciones a Nuestra Señora del Carmen y otras Oraciones

Son 2 oraciones de Consagración a Nuestra Señora del Carmen, la Salve a ella, y una oración de Súplica para Tiempos Difíciles.

Ver:
Nuestra Señora del Carmen, Universal ( 16 de julio)
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La Devoción del Escapulario Carmelita
Imposición del Escapulario Carmelita
Novena a Nuestra Señora del Carmen
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Consagraciones a Nuestra Señora del Carmen y otras Oraciones
Orar junto a la Virgen del Carmen
El Santuario de la Virgen del Carmen en el Monte Carmelo

ORACION DE CONSAGRACIÓN 1

Virgen del Carmen, oh Madre mía, me consagro a TI, y confío en tus manos mi existencia entera. Acepta mi pasado con todo lo que ha sido. Acepta mi presente con todo lo que es. Acepta mi futuro con todo lo que será. Con esta total consagración te confío cuanto tengo y cuanto soy, todo lo que he recibido de tu Hijo Sacratísimo y de tu Esposo Santísimo.

Te confío mi inteligencia, mi voluntad y mi corazón. Pongo en tus manos mi libertad, mis ansias y mis temores, mis esperanzas y mis deseos, mis tristezas y mis alegrías. Cuida de mi vida y todas mis acciones para que sea más fiel al Señor Trino y Uno, y con tu ayuda alcance la salvación.
Te confío, Oh gran Señora, mi cuerpo y mis sentidos, para que sean puros siempre y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.
Te confío mi alma, para Tú la preserves de las tentaciones del mundo, de la carne, y de Satanás. Hazme participar de una santidad similar a la tuya; vuélveme conforme a Jesucristo, ideal de mi vida.
Te confío mi entusiasmo y el ardor de mi devoción para que me ayudes- a no envejecer en la Fe.
Te confío mi capacidad y ganas de amar como has amado Tú, y como Jesús quiere que se ame .
Te confío mis incertidumbres y mis angustias, para que en tu Corazón encuentre seguridad, sostén y luz en cada instante de mi vida.

Con esta consagración me empeño en seguir tu vida de humildad, mansedumbre, y pureza. Acepto las renuncias y los sacrificios que esta elección conlleva y te prometo con la gracia de Dios y con tu ayuda ser fiel al empeño tomado

Oh, Madre de todos los hombres, Soberana de mi vida y de mi conducta, dispón de mí y de todo lo que pertenece para que camine siempre en el Evangelio bajo tu guía, oh Estrella del Mar.
Oh Reina del Cielo y de la Tierra, Madre Santísima del Redentor, soy todo (a) tuyo (a), oh Virgen del Carmen, y a Ti quiero unirme ahora y siempre para adorar a Jesucristo, junto a los Ángeles y a los Santos, ahora y por los siglos de los siglos.
Amén.

 

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN 2

Soberana Virgen del Carmen, Madre común de todos los fieles, pero muy en especial de los que visten vuestro Santo Escapulario: alcanzadme a mi, que soy uno de vuestros privilegiados hijos, que viva castamente todos los días de mi peregrinación por este mundo, que muera bajo vuestro manto maternal, y, si Dios me destinase a expiar mis pecados en el Purgatorio, sacadme de allí cuanto antes con vuestra poderosa intercesión, cómo lo habéis prometido a todos aquellos que se adornan con el escudo e insignia de los predilectos hijos del Carmelo.

¡Oh dulcísima María! Defensa en los peligros, prenda de vuestro amor singular, y pacto de eterna alianza con vuestros hijos, llamasteis a vuestro Santo Escapulario.

Que nunca, pues, se rompa este pacto por el pecado, ¡oh Madre mía querida!; y en prueba de mi fidelidad perpetua, yo me ofrezco todo a Vos, y consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua y todo mi ser; y pues soy todo vuestro, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén.

 

SALVE A NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

Salve, Virgen pura,
Salve, Virgen Madre,
Salve, Virgen bella,
Reina Virgen, Salve.
Gózate, María,
Patrona del Carmen,
Con las alabanzas
Que dan tus cofrades.
Tu amparo buscamos
Benigno y suave,
Hoy los desterrados
En aqueste valle.
Eres del Carmelo
La Pastora amable,
Que tus ovejuelas
Das pasto suave.
A Ti, pues, clamamos
Buscando piedades:
¡Ea, pues, Señora,
No nos desampares!
Es tu Escapulario
La cadena grande
Con que se aprisiona
El dragón infame.
Vuelve ya a nosotros
¡Oh piadosa Madre!
Tus benignos ojos,
Llenos de piedades.
Pues con tu defensa
Viven tus cofrades
Libres de peligros
Y de todos males.
Muéstranos, María,
Benigno y afable,
De tu puro vientre
El fruto admirable.
Es contra el Infierno
Tu poder tan grande,
Que libras las almas
De eternos volcanes.
Si, por nuestras culpas,
Penas a millares
Merecemos todos,
Tu favor nos salve.
Y, si al Purgatorio
Bajan tus Cofrades,
Pedimos, Señora,
Que al punto los saques.
¡Oh clemente! ¡oh pía!
¡Oh cándida ave!
¡Oh dulce María!
Salve, Salve, Salve.

 

ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN DE SÚPLICA PARA TIEMPOS DIFÍCILES

Tengo mil dificultades:
ayúdame.
De los enemigos del alma:
sálvame.
En mis desaciertos:
ilumíname.
En mis dudas y penas:
confórtame.
En mis enfermedades:
fortaléceme.
Cuando me desprecien:
anímame.
En las tentaciones:
defiéndeme.
En horas difíciles:
consuélame.
Con tu corazón maternal:
ámame.
Con tu inmenso poder:
protégeme.
Y en tus brazos al expirar:
recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
Amén.

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A Nuestra Señora del Carmen DEVOCIONES Y ORACIONES

Devoción de las 7 Excelencias a Nuestra Señora del Carmen

Los cofrades del santo Escapulario de la Virgen del Carmen rezan cada día siete Padrenuestros y Avemarías en honor de las siete excelencias que tuvo la santísima Virgen.

Ver:
Nuestra Señora del Carmen, Universal ( 16 de julio)
Videos sobre Nuestra Señora del Carmen
La Devoción del Escapulario Carmelita
Imposición del Escapulario Carmelita
Novena a Nuestra Señora del Carmen
Devoción de las 7 Excelencias a Nuestra Señora del Carmen
Consagraciones a Nuestra Señora del Carmen y otras Oraciones
Orar junto a la Virgen del Carmen
El Santuario de la Virgen del Carmen en el Monte Carmelo

Por estas siete excelencias se ha de pedir a la Santísima Virgen santidad en el alma y pureza en el cuerpo, observancia de la Ley santa de Dios, buena muerte y verse libre del Purgatorio para gozar de la vida eterna; pues, como Ella tiene prometido en la Bula del Papa, Juan XXII, amparara y favorecerá a sus devotos y Cofrades en la vida, los asistirá en su muerte y librará de las penas del Purgatorio.

Después de cada excelencia se reza un padrenuestro y una avemaría

Primera excelencia, el haber tenido el cuerpo más perfecto y hermoso de todas las criaturas con el singular privilegio de haber sido concebida en gracia.

Segunda excelencia, el alma más santa, que Dios crió, después de la de Jesucristo, adornada de todas las virtudes y gracias del Espíritu Santo.

Tercera excelencia, la vida mas excelente que hubo en el mundo, juntando con suma perfección las tres vidas: activa, contemplativa y unitiva.

Cuarta excelencia, la dignidad más aventajada que tuvo jamás criatura alguna, por ser Madre de su Criador.

Quinta excelencia, la muerte más dichosa que puede haber, por haber muerto de amor a su Dios.

Sexta excelencia, la Asunción más gloriosa que jamás se vio, acompañada de ángeles y llevada en los brazos de Cristo, su amado.

Séptima excelencia, la coronación y gloria más soberana que se puede pensar, pues fue coronada de las jerarquías angélicas.

ORACIÓN
Virgen soberana, gloriosa Madre, Templo y sagrario de la Trinidad Santísima, Gloria de los justos, Amparo y consuelo de los afligidos pecadores, Madre y blasón de los Carmelitas: por la purísima limpieza de pecado original; por la’ gracia y dones que adornan vuestra alma; por la vida que hicisteis para espejo de los justos; por la dignidad grandiosa de Madre de Dios, engrandecida y ensalzada entre todas las generaciones; por la muerte dichosa de amores soberanos; por la Asunción gloriosa para Reina de los cielos, y por la corona de gloria que os dieron para aventajar a los Santos y Coros celestiales: os suplico, pues lo tenéis ofrecido a los que llevan vuestro santo Escapulario y procuran ser hijos vuestros, me ayudéis en vida, para que con santidad en el alma y pureza en el cuerpo sirva a vuestro Hijo JESÚS, guardando sus santos preceptos, y me asistáis en mi muerte, para que en los peligros de ella, triunfando de mis enemigos, salga de esta vida en gracia y amor de Dios. Y, finalmente, en las rigurosas penas del Purgatorio, vuestra intercesión soberana me valga, para que el primer sábado salga a gozar de la vida eterna. Así sea.

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Novena a Nuestra Señora del Carmen

La Novena se reza entre el 7 y el 15 de julio y la fiesta es el 16 de julio.
Dijo Juan Pablo II: «También yo llevo sobre mi corazón, desde hace tanto tiempo, el Escapulario del Carmen! Por ello, pido a la Virgen del Carmen que nos ayude a todos los religiosos y las religiosas del Carmelo y a los piadosos fieles que la veneran filialmente, para crecer en su amor e irradiar en el mundo la presencia de esta Mujer del silencio y de la oración, invocada como Madre de la misericordia, Madre de la esperanza y de la gracia».

Ver:
Nuestra Señora del Carmen, Universal ( 16 de julio)
Videos sobre Nuestra Señora del Carmen
La Devoción del Escapulario Carmelita
Imposición del Escapulario Carmelita
Novena a Nuestra Señora del Carmen
Devoción de las 7 Excelencias a Nuestra Señora del Carmen
Consagraciones a Nuestra Señora del Carmen y otras Oraciones
Orar junto a la Virgen del Carmen
El Santuario de la Virgen del Carmen en el Monte Carmelo

Por la señal, etc.

ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío me has de perdonar mis culpas, y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.

ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías)

Rezar a continuación la oración del día que corresponda:

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos como ofenden a tu divino Hijo, y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.

DÍA PRIMERO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en aquella nubecilla que el gran Profeta de Dios, Elías, vio levantarse del Mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando la purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo Jesús, para remedio universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de su majestad copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes frutos de virtudes y buenas obras, a fin de que sirviéndole con perfección en esta, vida, merezca gozarle en la eterna. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA SEGUNDO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que por tu singular amor a los Carmelitas los favoreciste con tu familiar trato y dulces coloquios, alumbrándolos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que dichosamente gozaron. Te ruego, Señora, me asistas con especial protección, alcanzándome de tu bendito Hijo Jesús luz para conocer su infinita bondad y amarle con toda mi alma; para conocer mis culpas y llorarlas para saber como debo comportarme a fin de servirle con toda perfección; y para que mi trato y conversación sean siempre para su mayor honra y gloria y edificación de mis prójimos. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA TERCERO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde El habite siempre amado, adorado y alabado por mi, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA CUARTO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para mostrar tu especialísimo amor a los Carmelitas les honraste con el dulce nombre de hijos y hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su confianza, para buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el consuelo y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones, moviéndoles a la imitación de tus excelsas virtudes. Te ruego, Señora, me mires, como amorosa Madre y me alcances la gracia de imitarte, de modo que dignamente pueda yo ser llamado también hijo tuyo, y que mi nombre sea inscrito en el libro de la predestinación de los hijos de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo. Así Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA QUINTO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada Religión del Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto, dándole por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios y tuyo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA SEXTO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda del santo escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA SÉPTIMO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten, un firmísimo escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA OCTAVO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial protección en la hora de la muerte para con los que devotamente visten tu santo escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera penitencia salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia, perfecta contrición de todos mis pecados, encendido amor de Dios y ardiente deseo de verle y gozarle, para que mi alma no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad eterna de la gloria. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

DÍA NOVENO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como piadosísima Madre de los que visten tu santo escapulario consuelas sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, nuestro Señor, en la gloria. Te ruego, Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones de cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo que logre este singularísimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

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