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Europa lo intenta de nuevo.

 

El martes 4 de febrero se debatirá en el Parlamento Europeo el informe Lunacek titulado «Hoja de ruta de la UE contra la homofobia y la discriminación basada en la orientación sexual e identidad de género», que insta a la Comisión Europea a que apruebe planes y políticas públicas ‘rosas’ para los próximos 5 y 10 años.

 

matrimonio homosexual

 

Si se aprueba, todos los Estados miembros de la Unión Europea se encontrarán con una enorme presión para cambiar su legislación nacional con el fin de introducir los derechos de los homosexuales, además de legitimar una doble moral donde los objetores de las políticas homosexuales carecerían de libertad de expresión. 

NO ES VINCULANTE PERO…

No en vano, el informe lleva el nombre de la eurodiputata que lo propuso Ulrike Lunacek austríaca, activista lesbiana y uno de los miembros del grupo inter parlamentario LGBT (Lesbianas, Gay, Bisexual, Transexual).

Es verdad, las resoluciones del Parlamento Europeo no son vinculantes, pero constituyen una indicación política muy precisa, y en este caso sería invocado constantemente por las asociaciones LGTB locales y parlamentarios para promover cambios en las legislaciones nacionales.

En el Informe Lunacek centra la atención en los derechos humanos y aparece como una variación de los «Principios de Yogyacarta» en el contexto de la Unión Europea.

VERSIÓN EUROPEA DE LOS PRINCIPIOS DE YOGYACARTA 

¿Qué es esto? «Los principios de Yogyacarta» es un documento, presentado el 26 de marzo 2007 a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, que toma su nombre de la ciudad indonesia donde 29 expertos internacionales se reunieron para difundir.

Analiza 29 derechos vinculantes en el derecho internacional – como el derecho a la vida, la educación y la protección contra la tortura-, reinterpretandolos uno por uno en clave homosexual.

El criterio básico es que

«la ley internacional sobre los derechos humanos impone una absoluta prohibición de la discriminación resguardando el pleno disfrute de todos los derechos humanos».

Por lo que todos los Estados estarían legalmente obligados a cambiar sus constituciones y códigos penales para incluir los derechos de los homosexuales.

De acuerdo con este documento también se deben cambiar los programas escolares, incluyendo la facilitación de «acceso» para aquellos que quieren cambiar de sexo, pero sobre todo la enseñanza de la normalidad total de todas las orientaciones sexuales y de identidad de género.

Los Principios también establecen

«el derecho de expresar su identidad y su personalidad a través de la forma en que se habla y se viste, las características del cuerpo, la elección de nombre o cualquier otro medio».

Y también,

«el derecho a fundar una familia, entre otras cosas mediante el acceso a la adopción o la procreación asistida«.

El Informe Lunacek «traduce» para Europa estos principios, que se resumen en

«la homosexualización institucional de los derechos humanos»

Es decir que en el futuro no puede haber leyes nacionales que contradigan los intereses de los activistas LGBT, por lo que – por ejemplo – los Estados se verán obligados a aprobar los matrimonios entre personas del mismo sexo, empezando por el reconocimiento a todos los efectos, y en cada uno de los Estados, de los contratos de «matrimonio» en otros estados que ya lo permiten.

Además, las parejas formadas por personas del mismo sexo en todos los Estados deberán tener libre acceso a la adopción, la FIV y la subrogación.

LA LEGITIMACIÓN DE UNA DOBLE MORAL

Luego los grupos gay no deberán encontrar resistencia o restricciones para la realización de desfiles u otras manifestaciones, cosa que se niega a los que quieren protestar contra la legalización de las uniones homosexuales.

De esta manera, es evidente que el Parlamento Europeo se aplicaría una doble moral: la libertad ilimitada de expresión para la comunidad gay, pero la libertad de expresión restringida a aquellos que son críticos de las reivindicaciones homosexuales.

LA RESISTENCIA EUROPEA

El peligro de tal deriva es obvio, e igualmente evidente es el hecho de que es necesario hacer oír su voz ante las instituciones europeas con el fin de evitar un «desastre antropológico».

Mientras tanto, a la vista del 4 de febrero, ya hay dos herramientas: la primera es la firma de una petición europea para pedir a los eurodiputados bloquear esta resolución (haga clic aquí para inscribirse).

El otro instrumento es una manifestación en Europa contra el Informe Lunacek, una Manif pour Tous, que tendrá lugar el domingo 2 de febrero a la misma vez en París, Lyon, Roma, Bruselas, Madrid, Bucarest, Varsovia, y otras ciudades.

Fuentes: La Nouva Bussola Quotidiana, Signos de estos Tiempos 

 

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