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El Secreto para Conectarte con tu Ángel Guardián y Solucionar Problemas de la forma que Dios planificó.

El avance del mal en el mundo nos está arrastrando a todos, porque el poder y la astucia de los ángeles caídos es mayor que la de los hombres.

De modo que nuestro auxilio puede venir sólo de Dios.

Y Él ha asignado criaturas para ayudarnos, a quienes podemos pedirles auxilio para nuestros problemas terrenales y espirituales.

Ha puesto a disposición de cada persona, un Ángel de la Guarda que intermedia con el poder de Dios, para ayudarnos.

Pero la dificultad es que hemos perdido el conocimiento sobre cómo comunicarnos con ellos, debido a la marea de racionalidad y descreimiento en lo sobrenatural, que ha invadido a la Iglesia en las últimas décadas.  

No se trata de un conocimiento oculto sino de un entrenamiento constante, que cualquiera puede hacer.

Aquí hablaremos sobre cómo deberíamos entretenernos para establecer un canal de comunicación constante con nuestro Ángel de la Guarda, para que nos ayude en nuestros problemas.

El exorcista Carlos Martins dice que pregunta en los exorcismos a los demonios: “¿Cuál es tu nombre? ¿Para qué propósito fuiste creado?” 

Y es sorprendente, escuchar respuestas como: ‘Fui creado para proteger la castidad de las vírgenes’, ‘Fui creado para enseñar a los hombres a asumir su identidad’, ‘Fui creado para proteger al mundo contra el fuego’, ‘Fui creado para ser parte del trono que proclamó la gloria de Dios en las alturas, sobre el campo de los pastores’. 

De modo que es sorprendente cómo Dios creó ángeles con fines tan específicos para asistirnos; todo un mundo maravilloso de ayuda de Dios, del cual en general no somos conscientes.

Los ángeles son seres más elevados que los humanos, y fueron creados para el bien de la humanidad. 

Estos seres superiores tienen como trabajo vigilarnos y asistirnos según designios de Dios.

Y no solo como intercesores, también como mediadores. 

Esto significa que Dios les confía su poder divino para actuar en Su nombre y en Su lugar, para entregarnos Su gracia, revelarnos Su verdad, guiarnos por el camino correcto y protegernos del mal.

Aunque Dios es plenamente capaz de distribuir Su gracia Él mismo, es Su voluntad que todo lo que nos da nos llegue a través de mediadores que son instrumentos cooperando con Su plan divino.

Cada persona tiene asignado un ángel guardián, para ser su agente y su defensor, desde toda la eternidad.

Entonces, es razonable cultivar una relación con tu ángel guardián.

Y darle permiso para ser una parte más grande de tu vida, y eso es para tu beneficio. 

En la medida que haya mayor sintonía, te protegerá más y te mantendrá fuera de más problemas.

Algunas personas pueden recibir más de un ángel dependiendo de su misión en la Iglesia. 

La Virgen María tenía muchos ángeles acompañándola en cada pensamiento, palabra y acción que realizaba, ya que era sin pecado.

Se dice que cuando un hombre es ordenado sacerdote, se le asigna un segundo ángel guardián porque necesita aún más ayuda como sacerdote. 

Incluso las escrituras dicen que grupos de personas y naciones tienen ángeles guardianes. 

Sabemos, por ejemplo, que en Fátima, el ángel guardián se identificó ante los niños como el ángel guardián de Portugal.

Y no sólo los países sino también las iglesias, las instituciones y todos los grupos humanos.

¿Y cómo nos comunicamos con los ángeles?

La iglesia se comunica con los ángeles a través de la oración.

Por ejemplo, a través de la oración a San Miguel Arcángel, en que pedimos que nos defienda en la batalla contra el demonio.

Los fieles individuales repitiendo estas oraciones comunican su petición a los ángeles.

Y también a través de la conversación. 

Ya sea a través de una comunicación mental, o hablada.

Y nos comunicamos a través de nuestras acciones, porque ellos ven nuestras acciones y nos sugieren cosas.

Pero la parte más importante de esta comunicación es aprender a escuchar su respuesta.

Y básicamente su respuesta puede venir por dos vías.

Por un lado a través de las ideas que se nos ocurren, de pensamientos que vienen imprevistamente a nuestra mente y que sentimos son una respuesta a lo que venimos pidiendo.

Y por otro lado a través de las cosas externas que nos suceden.

Por ejemplo, vamos por la calle y vemos un letrero que funciona como una respuesta a lo que estábamos pidiendo.

O nos encontramos con una persona que nos da la clave, o recibimos una llamada por teléfono, etc.

Lo que esto mueve dentro nuestro nos indica que fue algo más que fruto del azar, sino una respuesta de Dios a nuestra pregunta a través de nuestro ángel Guardián.

Y hay veces que aunque no has preguntado nada a tu ángel, aún recibes alguna inspiración para algo.

Por ejemplo, para que no hagas determinada cosa porque no agrada a Dios.

O nos alerta sobre una determinada relación.

O nos abre una puerta a una nueva misión que Dios quiere que realices.

A veces sólo pensamos en el ángel guardián que te salva cuando caes de un árbol y no mueres, y eso es cierto, ellos pueden hacerlo.

Pero la verdadera batalla principal que ellos pelean por nosotros es en la lucha entre el pecado y la virtud. 

Ese es el lugar donde están más activos y el lugar en el que a menudo los descuidamos.

Porque su tarea central es ayudarnos a llegar al cielo.     

Nuestros ángeles guardianes lloran cuando hacemos algo pecaminoso porque son seres puros, sin mancha, ni imperfección. 

Son puras emanaciones del amor de Dios.

Cuando ven el pecado o lo experimentan, ya que siempre están a nuestro lado las 24 horas del día, incluso cuando dormimos, pierden algo de esa gloria accidental que hubieran recibido si hubiéramos hecho algo bueno.

Así que, los afectamos también a ellos, no solo a Dios, por nuestros pecados. 

Lloran no solo por el sufrimiento de Dios a causa del pecado, sino también por las oportunidades perdidas para aumentar su propia gloria, debido a nuestros actos pecaminosos.

¿Y qué hacen los ángeles guardianes de los satanistas cuando realizan misas negras? 

Es realmente una tragedia, porque algunas de estas almas pueden perderse para toda la eternidad, y sus ángeles guardianes cargarán con eso para siempre. 

Y aún así experimentan una cierta alegría en el hecho de que la justicia de Dios se haya cumplido.

Los ángeles guardianes no son culpados por Dios si un alma no sigue Su voluntad o se pierde a causa de Satanás. 

Están comisionados para hacer exactamente lo que Dios les pide: iluminar, guiar, proteger. 

Lamentablemente los católicos reciben cada vez menos instrucciones de los sacerdotes para que se comuniquen con sus ángeles de la Guarda, porque muchos han dejado de creer en las cosas sobrenaturales.

El Padre Pío por ejemplo enviaba a su ángel guardián a cumplir diferentes tareas, a veces para entregar mensajes a sus hijos espirituales cuando él estaba lejos de ellos. 

Les decía a sus hijos espirituales: “Si tienes problemas con alguien, dificultades con una persona, ora a tu ángel guardián y al ángel guardián de la otra persona antes de reunirse con ella, para que ambos estén dispuestos y la reunión vaya bien, o para que tengas paz y concordia”.

Los católicos deben volver a aprender cómo hacer uso de los servicios de su Ángel Guardián, como lo hacían antes de que la Iglesia fuera asolada por esta ola de descreimiento en lo sobrenatural.

Pídele sin cesar y verás que estarás cada vez más entrenado para establecer una relación con él. 

Bueeeno hasta aquí lo que queríamos contar sobre cómo hacer uso de nuestro ángel de la guarda para solucionar nuestros problemas terrenales y espirituales, y afianzarnos en el camino al Cielo.

Y me gustaría saber si te comunicas con tu ángel de la guarda y para que lo usas.

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El lugar donde el Padre Pío mandaba a los posesos para que el Arcángel Miguel los liberara.

Los ángeles son los principales asistentes de los exorcistas en los exorcismos de personas poseídas.

No se ven, pero están allí.

Y en especial San Miguel Arcángel, que fue el primer Ángel que expulsó a lucifer del Cielo, debido a su rebelión contra Dios.

Es el gran experto.

Pero hay algo que muy pocos saben.

Hay un lugar del mundo donde el Arcángel Miguel atiende personalmente a los poseídos y expulsa a los demonios.

El Padre Pío enviaba a los posesos a esa Cueva y volvían liberados.

Y por eso se han popularizado los relicarios con un trozo de roca de esa cueva, para llevar consigo. 

Aquí queremos contar cómo esa Cueva se convirtió en el lugar privilegiado donde opera San Miguel Arcángel. Y cómo era el recurso del Padre Pío cuando se enfrentaba a algún poseso.

El exorcista Monseñor Stephen Rossetti ha dicho que el ministerio de exorcismos puede verse como una obra de los ángeles. 

El arcángel Miguel y legiones de ángeles expulsaron del Cielo a lucifer y sus ángeles réprobos. 

Y los exorcistas continúan su trabajo en esta tierra. 

Dijo: “Nosotros los exorcistas estamos ministrando entre los ángeles”. 

“Un místico me dijo que en cada exorcismo hay al menos un ángel de alto rango presente y ayudando. 

Y en exorcismos más difíciles, hemos tenido hasta ocho en la habitación con nosotros”.

Por lo tanto los ángeles están especialmente presentes durante un exorcismo, que es un momento claro de guerra espiritual.

Y hay un lugar físico en la Tierra donde el propio Arcángel Miguel realiza los exorcismos.

La Cueva del Arcángel Miguel en el Monte Gargano es uno de los santuarios más antiguos y venerados en honor a San Miguel Arcángel. 

Se encuentra en el sur de Italia, en la región de Apulia, específicamente en la ciudad de Monte Sant’Angelo en el Monte Gargano.

La cueva ha sido un lugar de peregrinación desde el siglo V y está vinculada a varias apariciones de San Miguel Arcángel.

Según la tradición, San Miguel se apareció al obispo de Siponto en el año 490 dC, marcando el lugar como sagrado y manifestando su deseo de que allí se construyera un santuario.

Se le atribuye haber protegido la región durante varios conflictos y plagas. 

En particular, se destaca el hecho de que San Miguel dijo que la cueva ya estaba consagrada por él mismo, lo que la convierte en el único santuario cristiano del mundo no consagrado por manos humanas.

El santuario está relacionado con la “Línea de San Miguel”, una línea recta que conecta varios lugares de culto dedicados al Arcángel en Europa, desde Irlanda hasta Israel.

Y se cree que simboliza la espada de San Miguel protegiendo la cristiandad.

¿Y cómo surgió este santuario?

Un día a finales de los años 400 un hombre rico llamado Elvio llegó a la boca de la cueva en busca de un toro que se había extraviado de su manada.

En ese momento la cueva era un santuario para un grupo de paganos sedientos de sangre y en guerra.

Y cuando Elvio encontró su toro estacionado en el umbral de la cueva, no quería que los paganos se enojaran.

Elvio trató de llevar al toro de regreso a la ladera, pero el toro permaneció. 

Se enfureció e intentó dispararle una flecha. 

Y en lugar de atravesar al toro, la flecha volvió sobre el arquero. 

Elvio no sabía cómo mover su toro y entonces buscó el consejo del obispo Lorenzo Maiorano de Siponto. 

El obispo Maiorano sospechó algo extraño, y ordenó 3 días de oración y penitencia. 

Al final del tercer día, San Miguel se apareció y declaró: “Yo soy el guardián de este lugar”. 

Entonces el obispo condujo a su rebaño en procesión para orar en la boca de la cueva, pero no se atrevieron a entrar en el lugar donde los paganos habían adorado a sus ídolos. 

Dos años más tarde, el reino fue atacado por el rey pagano Odoacro, y el ejército católico sufrió una derrota casi total. 

Entonces Monseñor Maiorano condujo a su pueblo a 3 días de oración y penitencia. 

Y San Miguel se apareció de nuevo al santo obispo y le aseguró una ayuda sobrenatural si reunía al ejército católico para luchar contra los paganos. 

Durante el enfrentamiento que siguió, se desató una tormenta donde cayó granizo y arena del cielo, y esto asustó tanto a los paganos que se retiraron lo más rápido que pudieron. 

Por segunda vez, el obispo encabezó una procesión hasta el umbral de la cueva para agradecer a San Miguel, pero no llegaron a entrar por miedo a los paganos. 

Pero el Papa de la época, cuando se enteró de las apariciones de San Miguel, quien había revelado que era el “guardián” de la cueva, ordenó al obispo Maiorano que entrara en la cueva y construyera una iglesia junto a ella. 

Y cuando el obispo Maiorano entró por primera vez en la cueva con la intención de consagrarla, se le apareció San Miguel y le dijo que no era necesario consagrar la cueva porque ya había sido santificada por su presencia angelical.

El espíritu de Miguel había saturado las paredes de roca y así santificado cada grieta. 

Además, el obispo encontró un altar envuelto en una tela roja majestuosa con una cruz de cristal brillante en él. 

Ya en nuestro tiempo, el Psiquiatra Adam Blai, un experto en posesión demoníaca, en su obra “La guía católica de los milagros”, descubrió que la reliquia de la roca de la cueva puede ser una poderosa protección contra los demonios, las plagas y las enfermedades.

Y que si bien la roca no puede efectuar un exorcismo inmediato, puede actuar de manera similar a las reliquias de santos de primera clase que se usan comúnmente en los exorcismos. 

Por esto se han popularizado los relicarios que contienen un pequeño trozo de la roca de la Cueva del Arcángel Miguel.

Mientras que el Padre Pío enviaba a los poseídos a la cueva de San Miguel, para que cuando estuvieran dentro de las paredes de roca, bendecidas por el espíritu angelical de Miguel, los espíritus malignos que ocupaban sus cuerpos huyeran, y la gente fuera liberada de la posesión. 

Se cuenta el caso de una niña poseída que gritaba a todas horas.

La madre la llevó con el Padre Pío, con la esperanza de que el Padre Pío liberara a la niña.

El Padre Pío se encontró con la niña que aullaba lastimeramente frente a él y estaba siendo retenida con dificultad por algunos hombres. 

Ordenó: “¡Basta! ¡Basta!”.

La niña cayó al suelo como si estuviera durmiendo.

Entonces el Padre Pío instruyó a un médico para que llevara a la niña a la cueva de San Miguel, del santuario de Monte Sant’Angelo, donde se había aparecido San Miguel.

Nadie pudo acercarla al altar del Arcángel. 

Pero un monje colocó su mano en la niña y con la otra tocó el altar. 

La niña se desplomó en el suelo.

Y minutos después se levantó como si nada hubiera pasado y le preguntó a su madre: “¿Me podrías comprar un helado?”. 

El grupo volvió con el Padre Pío para agradecerle por haberles dicho que fueran al altar de San Miguel. 

Y aquí hay otra perlita. El Padre Pío advirtió a la madre de la niña: “Dile a tu marido que no maldiga más, de lo contrario el demonio volverá”. 

Bueeeno, hasta aquí el por qué la Cueva del Arcángel Miguel en el Monte Gargano es un lugar exorcista donde atiende el Arcángel en persona.

Y me gustaría preguntarte si los católicos que conoces creen que existen los exorcismos para expulsar a los demonios de personas poseídas o piensan que todo eso es una fantasía.

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