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Por qué occidente perdió realmente a Dios [2013-05-14]

No parece ser como los ateos lo explican.
Estamos presenciando la victoria casi absoluta del secularismo en Europa, donde un comentario a favor de las familias numerosas, a favor de la heterosexualidad o de tono religioso puede significar el fin de la carrera de un político, un empresario, o un simple empleado. Y también estamos presenciando su vertiginoso crecimiento en EE.UU. ¿Cómo sucedió esto?

 

familia en la iglesia

 

Mary Eberstadt reúne las piezas del rompecabezas y nos propone una nueva interpretación, que pone a la familia en el centro de la secularización. Seguramente luego de leer este artículo Ud. cambiará su pensamiento sobre muchas cosas.

La autora nos explica, partiendo del índice de fertilidad de los países europeos, cómo el número de hijos que decidimos tener, así como el cuidado de ellos y el miedo a perderlos, incide directamente en nuestro acercamiento o no al fenómeno religioso.

EL AXIOMA ACTUAL

Desde hace ya más de un siglo ha sido prácticamente un axioma que ciertos aspectos de la modernidad harán que la religión vaya desapareciendo entre los modernos y sofisticados occidentales.

Conocida en filosofía como la famosa historia de Friedrich Nietzsche del loco que a media plaza grita “Gott ist tot,” (Dios está muerto), y en sociología como la “tesis de la secularización”, es una idea que a muchos hombres y mujeres educados les parece tan obvia que ya ni siquiera se les ocurre cuestionarla.

Entre mejor educados y más prósperos seamos, afirma el argumento del secularismo, más escépticos nos sentiremos frente a las premisas de la religión y menos necesitaremos sus aparentes consuelos.

Así que a la larga – tal vez muy a la larga; el mismo Nietzsche predijo que tomaría “cientos y cientos de años” para que la “noticia” llegara a toda la gente – la religión, o más específicamente el cristianismo dominante durante tanto tiempo en Europa, se extinguirá.

PREPARANDO EL FUNERAL DEL CRISTIANISMO

Como todo el mundo también sabe, mucho de lo que pasa en la actualidad parecería no dejar duda al respecto, por lo menos en Europa Occidental. Ancianos monaguillos en iglesias sin niños a las que asisten sólo un puñado de jubilados, hordas de turistas en Notre Dame y otras catedrales entre bancas cada vez más vacías acordonadas para los creyentes, antiguas abadías, conventos y monasterios convertidos en hoteles de lujo y spas sibaríticos, iglesias vacías por aquí y por allá, cerradas por décadas y luego convertidas en discotecas o incluso en mezquitas. No pasa un día sin que nos llegue algún detalle por el estilo desde el frente post-cristiano europeo.

Si Dios estuviera muerto en el sentido nietzscheano, uno sospecha que el funeral sería algo muy parecido a esto.

Más aún, prácticamente casi todos los titanes modernos a los que damos crédito o descrédito por haberle dado forma al mundo de las ideas tal como lo conocemos – Emile Durkheim, Max Weber, Charles Darwin, Sigmund Freud, G.W.F. Hegel, Karl Marx, Herbert Spencer, y muchos más – habrían estado de acuerdo, con ciertas minuciosas reservas, en que el simbólico loco de la plaza de Nietzsche tenía esencialmente algo de razón.

Sus influyentes descendientes intelectuales también habrían estado de acuerdo; los así llamados modernos y postmodernos pueden haber propuesto modelos de pensamiento singularmente “transgresivos”, pero ninguno ha sido tan transgresivo como para cuestionarse si lo que decía el loco de Nietzsche era verdad.

Con todo y sus demás incertidumbres radicales, todos “saben” que lo que decía era verdad, al igual que los popularizadores del ateísmo en el pasado y en nuestros días, desde Bertrand Russell (Por Qué No Soy Cristiano) hasta la gran cantidad de escritores de manifiestos que han aparecido recientemente aquí y en Europa Occidental.

Todos son herederos de la teoría de la secularización y pies de página de Nietzsche aunque, como algunos dejan claro, parece que la “inevitabilidad” se está tardando mucho más de lo que cualquiera de ellos desearía.

PERO EL CRISTIANISMO NO DESAPARECIÓ AÚN Y CONTRATACA

En uno de esos vuelcos que muestran que la historia es una experta en el arte de la ironía, el loco de Nietzsche parece estar hoy más lejos que nunca de tener la última palabra acerca de ese imaginario cadáver en la catedral.

A pesar de una revolución tras otra en los últimos 120 años, algo sorprendente ha ocurrido: se han lanzado vigorosos contraataques contra la teoría de la secularización, especialmente en los últimos años.

De hecho “la teoría de la secularización está experimentando actualmente el reto más sostenido de toda su larga historia”, una observación hecha no por el Vaticano, sino por dos de los más importantes teóricos del lado opuesto.

Lo que es más, están en lo cierto. Tal vez no sea muy sorprendente que gran parte del ataque reciente haya sido dirigido por intelectuales cristianos, principalmente los católicos. Juan Pablo II , Benedicto XVI (y ahora lo continúa el recientemente elegido papa Francisco), han considerado que la recristianización de Europa es una prioridad urgente, y la han impulsado no sólo con la retórica católica sino también con el lenguaje de la filosofía europea moderna.

Otros críticos parecen igual de envalentonados y a la ofensiva. Como Robert Royal observó recientemente en The God That Did Not Fail, tres siglos de descrédito, escepticismo, crítica, revolución y desprecio no sólo no han podido derrotar las creencias religiosas, sino que de hecho han reforzado su autodefensa.

Además de las críticas hechas por creyentes declarados, la teoría de la secularización ha puesto a pensar dos veces a algunos de sus antiguos proponentes, entre los que destaca el apóstata intelectual Peter L. Berger.

En pocas palabras, y a pesar del status axiomático que el loco de Nietzsche ha disfrutado durante tanto tiempo, hay sangre fresca en el agua alrededor de este asunto de la teoría de la secularización, y los grupos que observan a ambos lados lo saben.

LO QUE NO HA SIDO EXPLICADO

Lo que la teoría de la secularización asume es que las creencias religiosas son ontológicamente lo primero para la gente, y que a partir de ahí determinan o dan forma a sus demás acciones – que incluyen decisiones personales tan elementales como si se casan y tienen hijos o no.

Lo que está implicado aquí es una sorprendente – aunque generalmente presupuesta – concepción de cómo un fenómeno social impulsa a otro: los creyentes tienen una mayor tendencia a tener familia porque las creencias religiosas de alguna manera vienen primero.

Y ahí está el verdadero defecto del argumento convencional acerca del cómo y el porqué del colapso de la religión en Europa Occidental. Porque lo que no ha sido explicado, sino más bien asumido a lo largo de esta cadena argumental, es por qué la relación causal entre la fe y la práctica debe siempre correr en esa dirección y no en la otra, al menos parte del tiempo.

Es como si la historia intelectual reciente hubiera alineado correctamente todas las piezas del rompecabezas – modernidad, creencia e incredulidad, tecnología, familias que se encogen y desaparecen – sólo para juntarlas de una manera que desde lejos se ve como un todo, pero que deja fuera un elemento crítico

LA PIEZA FALTANTE ES LA FAMILIA

Existen fuertes evidencias empíricas que sugieren una explicación alternativa de lo que el loco de Nietzsche realmente vio en las “tumbas” (léase las iglesias y catedrales) de Europa.

En resumen, no sólo es posible sino altamente probable que muchos cristianos de Europa Occidental no hayan simplemente dejado de tener hijos y familias porque se secularizaron. Al menos algunas veces, como sugieren los registros, también se secularizaron porque dejaron de tener hijos y familias. Si esta enmienda a la explicación convencional del colapso de la fe en Europa es correcta, entonces ciertas conclusiones – algunas de ellas radicales – se derivan de ella.

¿Por qué deberíamos creer que un cambio fundamental en la formación de las familias ha sido al menos parcialmente responsable por los cambios en las creencias religiosas y no al revés, como sostiene el pensamiento convencional?

Una razón muy simple es que, cronológicamente, el primero precedió a los segundos en Europa Occidental, por lo menos parte del tiempo.

LOS LAZOS DE LA FAMILIA

El arquetipo del modelo doméstico de Europa Occidental, a lo largo de casi toda la cristiandad – es decir, hasta muy recientemente – se reduce a conexiones elementales basadas en lazos biológicos: madre, padre, hermana, tío, hijo, hija y el resto. Como el estudioso de las leyes Gerad Bradley, entre otros, ha descrito, otros tipos de hogares podrían “imitar” esta forma de organización, pero no reproducirla.

Está basada en la actividad sexual entre un hombre y una mujer unidos legalmente y de otras formas, que da como resultado hijos emparentados biológicamente y que luego son criados por esos padres (y en un contexto de familia ampliada, tal vez por otros). Bradley y otros teóricos se refieren a esta estructura como la “familia natural” por su base biológica.

Históricamente, alguna versión de esta “familia natural” ha sido casi omnipresente, desde las tribus analfabetas en la selva amazónica hasta las civilizaciones de Mesopotamia y los muy ridiculizados (pero claramente dentro de la mayoría humana) Ozzie y Harriet.

La vitalidad de esta forma de organización doméstica puede ser difícil de medir con exactitud, pero algunos indicadores como el matrimonio, el divorcio y los índices de cohabitación son seguramente parte de ella, como lo es también la fertilidad, el indicador más fácil de medir.

Y aquí es donde la secuencia de eventos en Europa Occidental empieza a ponerse interesante. ¿Qué clase de patrones demográficos podríamos esperar si la causalidad inversa que se propone aquí se pudiera sostener, es decir, si fuera verdad que la disminución de las familias estuviera contribuyendo al declive religioso, por lo menos parte del tiempo?

Curiosamente, hay algunos.

LA DISMINUCIÓN DE LA FERTILIDAD

Primero esperaríamos encontrar que la disminución de la fertilidad y la formación de familias hubiera existido en Europa Occidental por algún tiempo antes de la secularización tal y como la conocemos – la pérdida de la fe y de hábitos como ir a la iglesia – se hubieran convertido en la norma social. Y ese parece de hecho ser el caso.

Viendo sólo el indicador de la fertilidad – de nuevo, porque es tal vez el más fácil de observar – lo que los demógrafos llaman la inédita y generalizada “caída sostenida” del índice de nacimientos que caracteriza a Europa Occidental en la actualidad comenzó en diferentes momentos en diferentes países, pero mucho antes de lo que se cree en casi todos.

En Francia, por ejemplo, la caída comenzó en los últimos años del siglo dieciocho.

En Gran Bretaña, que era entonces más rica que Francia, el declive comenzó un siglo más tarde – es decir, en una época en la que la mayoría de los europeos eran todavía cristianos practicantes de alguna manera visible.

Algunos países no verían esta disminución de la fertilidad sino hasta mucho más tarde. Irlanda, un dramático ejemplo no comenzó a parecerse a los otros países europeos sino hasta bien entrado el siglo veinte. Pero por muy tarde o muy temprano que se hayan unido al declive demográfico, y con o sin ocasionales destellos de baby booms, la fertilidad europea en general descendió mucho antes de la dramática extinción de la práctica religiosa que observamos hoy.

RELACIÓN ENTRE RELIGIOSIDAD Y NATALIDAD

Si el declive de la familia estuviera realmente impulsando el declive de la fe – de nuevo, aunque fuera sólo parte del tiempo – uno esperaría encontrar una correspondencia general como la siguiente: los países más religiosos fueron aquellos en los que la tasa de nacimientos fue la más alta, y los menos religiosos fueron aquellos que registraron una disminución más temprana.

¿Por qué? Porque si esta teoría es correcta, la persistencia de la familia natural estaba de alguna manera manteniendo viva la religiosidad en algunos lugares, incluso cuando su disminución en otras partes estaba contribuyendo a extinguirla.

Ciertamente, una mirada más cercana a dos países en extremos opuestos del espectro demográfico, Francia e Irlanda, sugiere algunas evidencias que corroboran esto.

En Francia, por ejemplo, en donde el secularismo ha sido una feroz fuerza social y política por siglos, la gente generalmente dejó de tener bebés mucho antes que en cualquier otro país del continente.

Aunque muchos asumen que el control de la natalidad no comenzó a una escala significativa hasta la invención de la píldora, esta opinión común no es correcta: muchos métodos artificiales y naturales de anticoncepción han sido conocidos y utilizados masivamente en diferentes lugares y tiempos.

Ese fue aparentemente el caso de Francia a principios del siglo diecinueve. Para 1880, de acuerdo a la autoridad en materia demográfica Jean-Claude Chesnais, el uso extendido de los métodos anticonceptivos hizo que el índice total de natalidad (es decir, los nacimientos por mujer en su periodo de vida) cayera a 3.25 por cada mil (la misma tasa que en los Países Bajos a principios de los años sesenta del siglo veinte).

Un historiador de la época reportó que la disminución fue tan estrepitosa que “el término de ‘familia francesa’ fue desde entonces utilizado discretamente por los ingleses para referirse a los hogares con dos hijos”.

Así, el patrón en Francia parece ser en general el que se habría predicho invirtiendo la causalidad convencional entre la fe y la práctica: los franceses dejaron de tener bebés mucho antes que en cualquier otro lugar de Europa, y su religiosidad disminuyó también antes que en otros lugares.

Consideremos ahora el ejemplo muy diferente de Irlanda, donde el cambio en la religiosidad llegó mucho más tarde que en Francia. De hecho, ha sido mucho más dramático precisamente en la generación más reciente.

La disminución en la asistencia semanal a misa, por ejemplo, fue una de las más vertiginosas en Europa, según se ha reportado, del 91% de los católicos irlandeses en 1973 a 34% en el 2005.

La cultura irlandesa, según afirman quienes visitan Irlanda y los mismos irlandeses, ha cambiado más en la última generación que en los cientos de años que la precedieron. La influencia del secularismo ha golpeado a Irlanda con gran velocidad e intensidad”.

Consideremos como evidencia secundaria este dato fascinante: las diferencias en los índices de fertilidad dentro de los mismos Estados Unidos también se alinean de manera general con las diferencias en la religiosidad. En los estados del noroeste, el patrón se parece mucho al de Europa Occidental, mientras que en el sur y en los estados de la frontera el índice de fertilidad es correspondientemente más alto, y también entre la población más rica y educada de la iglesia de los Santos de los Últimos Días.

LA ANTICONCEPCIÓN

En este punto, el lector puede estar tentado a decir que eso es lo que uno esperaría; después de todo, la gente religiosa tiende a tener familias más grandes.

Por supuesto, es indudablemente cierto que algunas personas buscan tener más hijos porque se sienten religiosamente “llamados” a hacerlo. Pero como una explicación general de lo que ocurre en la relación entre estos dos factores, el axioma de que la religión está dictando el tamaño de la familia está plagado de problemas lógicos.

Se asume comúnmente, por ejemplo, que los católicos más religiosos tienen familias más grandes por la prohibición del uso de los anticonceptivos. Eso puede ser cierto, de nuevo, algunas veces. Nuestro argumento aquí, hay que recordarlo, no es que la teoría de la secularización se equivoca en todo.

Pero si la prohibición de los anticonceptivos es interpretada como la única razón por la que la gente religiosa tiene familias más grandes, entonces no nos podemos explicar el hecho de que los cristianos evangélicos, que no tienen las mismas prohibiciones teológicas en cuanto al control de la natalidad, tengan una tasa de fertilidad más alta que otros grupos.

Los judíos ortodoxos de los Estados Unidos tienen muchos más hijos que los judíos seculares, aunque el judaísmo ortodoxo permite también la utilización de medidas de control de la natalidad dentro del matrimonio para ciertos propósitos, y no proscribe totalmente el aborto.

Los mormones tienen también una tasa muy alta de formación de familias naturales, aunque el aborto tampoco está totalmente prohibido y a las parejas se les permite el uso de anticonceptivos artificiales si después de orar determinan que es lo mejor para ellos, lo que constituye una gran vía de escape. Más aún, incluso a los católicos no se les ordena que tengan todos los hijos que puedan, sino que razonen y sopesen sus responsabilidades en cuanto al tamaño de su familia.

Así, la idea de que tener familias numerosas es simplemente algo que las familias creyentes “hacen” nos obliga a plantearnos la pregunta acerca de la relación entre estas dos cosas, especialmente porque, fuera de la iglesia católica, no existe ya ninguna restricción significativa contra el control artificial de la natalidad en ninguna otra secta cristiana.

En suma, la explicación superficial de que las personas tienen familia sólo porque son religiosas es problemática porque no explica por qué aquellos que tienen “carta blanca” teológica en cuanto a la utilización del aborto y los anticonceptivos continúan sin embargo teniendo familias más grandes.

Así que ésta es una evidencia más de que las cosas funcionan al revés (por lo menos algunas veces), es decir, no sólo que la gente religiosa se inclina por la familia, sino también que la familia tiene algo que inclina a la gente hacia la religiosidad. La cronología del secularismo en Europa Occidental, en la que el encogimiento sin precedentes de la familia apareció a veces antes y a veces junto con una disminución sin precedentes de la fe, sugiere por lo menos eso.

OTRA TEORÍA ES REQUERIDA

Parece que se requiere alguna explicación alternativa, y una teoría que argumenta que la religiosidad es motivada en parte por la formación de una familia, al menos para algunas personas, puede ser esa explicación.

¿Por qué es importante saber si la decadencia de la familia natural ha sido un factor no apreciado en la decadencia de la religión misma? Porque si el argumento de este ensayo es correcto – es decir, si la gente llega a la práctica religiosa casi todo el tiempo, o incluso sólo algunas veces, por su experiencia de la familia, y no al revés – entonces el veredicto acerca del destino de la religiosidad en el avanzado Occidente parece ser muy diferente del que ha sido escrito por el guión convencional de la secularización.

No hay nada fijo o inevitable en los bajos índices actuales de nacimientos o (teniendo en cuenta que la fertilidad es sólo una de varias medidas de la vitalidad de la familia) los bajos índices de matrimonios, o incluso las ideas acerca de qué tan deseable es la familia natural misma, en Europa o en cualquier otro lugar.

Todas estas medidas de la vitalidad de la familia han fluctuado a lo largo de la historia, algunas veces de manera radical. Tanto el bajo índice de nacimientos como la disminución de los matrimonios entre los patricios romanos, por ejemplo, fueron preocupación suficiente en el período de Augusto para se impusieran las leyes Julianas que favorecían a la familia (y que dicho sea de paso fueron declaradas un fracaso total por Tácito cien años después).

Durante los años de la depresión en los Estados Unidos, para tomar un ejemplo muy diferente de esta fluctuación, la tasa de nacimientos era de aproximadamente dos hijos por mujer; y en un abrir y cerrar de ojos más tarde, en los años del baby boom, era de cuatro. Más aún, incluso las naciones de Europa Occidental – donde se encuentran ahora algunos de los índices de natalidad más bajos del planeta – experimentaron un baby boom tan reciente que todavía está en la memoria de sus pobladores de edad madura hoy en día.

De igual manera, uno puede imaginar las decisiones personales que afectan los cambios en la información social y demográfica en cualquier cantidad de escenarios. Un catalizador potencial es el económico. Todos los países avanzados de Occidente enfrentan crisis fiscales y políticas en sus sistemas de seguridad social. Su falla o colapso, en alguna parte, parece inevitable y con consecuencias posiblemente catastróficas.

Si y cuando esto pase – si ya no se puede contar con que la contribución del Estado para mantener a los ancianos – los y las jóvenes posiblemente tendrán que tomar decisiones radicalmente diferentes sobre de quién preferirían depender en su tercera edad, incluyendo la solución tradicional de tener más hijos. De hecho, las bases intelectuales de tal transformación parecerían haber sido colocadas ya en la más reciente contraliteratura de pensadores que han examinado la “bomba” de la población y han encontrado que es un petardo defectuoso.

Hay otra razón menos tangible pero igualmente real de por qué es posible imaginar un giro tanto en los índices de matrimonios como en el tamaño de las familias.

LAS CONSECUENCIAS DE TASAS DE FERTILIDAD BAJA

El mundo no ha experimentado estos índices históricamente bajos de la familia – ni los problemas que acarrean – durante mucho. El ejemplo de las madres solteras, aunque festejado por las feministas de la generación anterior en nombre de la “liberación”, es visto ahora como lo que es, una tarea inhumanamente difícil para cualquier mujer, por no mencionar a las más pobres y vulnerables, entre quienes se ha vuelto algo común.

De la misma manera – aunque tenga una carga política afirmarlo en una época en la que se defienden los matrimonios gay, los matrimonios poligámicos, los vientres en alquiler y otras nuevas formas de organización familiar – una generación de científicos sociales ha establecido que a los hijos les va mejor cuando crecen con sus padres biológicos unidos en matrimonio y en casa, y que los hijos que no disfrutan esas ventajas están en mayor riesgo de tener una gran cantidad de problemas.

Es interesante que tanto el índice de matrimonios como el de tener hijos parecen tener actualmente un pequeño incremento entre las mujeres relativamente educadas y con una buena situación económica de los Estados Unidos, por razones que han puesto a pelear a los sociólogos. Tal vez el aprendizaje del pasado reciente, en particular de los problemas que han surgido de otros tipos de estructuras familiares, sea una de las razones de ese cambio.

Y la gente sí aprende de esa manera, después de todo. Considérese el ejemplo del tabaco, y cuantas décadas llevó cambiar el consenso global de un fomento benevolente a una reprobación total. Ese ejemplo es una confirmación poderosa del hecho de que las normas sociales cambian de maneras inesperadas. Cualquier cantidad de cosas puede afectar la decisión de cualquier individuo sobre si se casa o no, o la de cualquier pareja sobre si sería deseable tener otro hijo o dos, desde consideraciones sublimes como qué es lo que haría más feliz a la familia extendida hasta factores prosaicos como cuántos niños pueden llevar en un auto sin ser infraccionados.

Y por supuesto, una de las consideraciones más importantes de los padres de familia, el acceso a la educación, es también susceptible a los cambios políticos. En los Estados Unidos, donde casi todas las escuelas públicas urbanas son consideradas deficientes y poco deseables, los padres de familia que viven en esas zonas frecuentemente deciden cuántos hijos tener pensando en cuánto les costará mandarlos a estudiar a escuelas en otros lugares. Cualquier cantidad de factores – la restauración de la educación pública, deducciones significativas de impuestos por colegiaturas, mejoras a las redes de la educación en casa – podría afectar esos cálculos en otra dirección.

Por esas razones, entre otras, parece posible imaginar un cambio sustancial en la manera en la que algunos contemplarán en el futuro la formación de una familia, conforme las consecuencias de algunas tendencias actuales – es decir, sus consecuencias negativas – se sigan experimentando. Ese cambio también encajaría con los hechos demográficos de la vida en los Estados Unidos y el rápido envejecimiento del resto de Occidente. Una cosa es ser una persona saludable de 40 años sin hijos, digamos que libre para disfrutar todos los viajes, la vida nocturna, el entretenimiento y todo lo demás que está fuera del alcance de la mayoría de las personas de 40 años que sí tienen hijos, y otra cosa es ser una persona enferma de 80 años en una casa para ancianos, tal vez con hijos en edad madura que viven en otra ciudad, enfrentando el dolor, la mortalidad, y las preguntas más difíciles de la vida en medio de extraños enfundados en batas de hospital. El paso de la edad madura a la vejez de la generación del baby boom parece garantizar por sí solo que este tema se mantendrá en primer plano en las próximas décadas.

Por la misma razón, es difícil entender lo que está ocurriendo en las trincheras del encogimiento de la familia sin sentir que algo muy valioso se ha perdido, ya sea en el caso de las decenas de miles de residentes en asilos de ancianos que murieron en la ola de calor en Francia hace unos años o en otras historias del frente de los experimentos de vida con pocos parientes en todo el mundo.

En Japón, que está en la mismísima vanguardia demográfica de la familia reducida, el patetismo aparece de la mano de la prosperidad general: la “renta “de personas que no pertenecen a la familia para ceremonias, los relatos de pueblos vacíos en los que sólo quedan los ancianos, la popularidad de las muñecas parlantes abrazadas por ancianas que aseguran encontrar en ellas la compañía que generaciones anteriores recibían de sus nietos. La gente del futuro quizá aprecie mejor que muchos de nosotros ahora esa peculiar felicidad humana no sólo por los hijos que uno tiene, sino también por los que ellos tienen.

EL FACTOR DE LA FAMILIA Y LA NATALIDAD AFECTA MUCHO A LA RELIGIOSIDAD

Hay muchas razones para ser pesimista respecto a lo que el futuro le depara a la fe religiosa, si por “pesimismo” nos referimos a un declive aún mayor. El divorcio y los hijos ilegítimos (por no mencionar los vientres en alquiler, la poligamia, la poliandria, la paternidad múltiple, y los experimentos políticos que tienen que ver con los hijos que desafían la evidencia empírica sobre lo que es mejor para ellos) junto con otras fuerzas más están golpeando a la familia natural.

Entre más experimentemos con ella y más la redefinamos para ajustarla a nuestros deseos materiales, nuestras agendas políticas y nuestras ajetreadas vidas, más parecerá que nos arriesgamos a perder aquello que hace que la gente se incline hacia la religión en primer lugar. Sin embargo, en la antropología religiosa propuesta aquí – y contraria a la de la teoría de la secularización – no hay nada de inevitable en el declive de la familia natural, y por ende en el de la religión.

Por supuesto, todo lo anterior debe entenderse sólo como una generalización acerca de grupos, no una descripción que se ajuste a un individuo en particular. Es una descripción de la manera en la que mucha gente en muchos lugares podría posiblemente inclinarse hacia la religión o ser indiferente a ella. De ahí que haya que hacer algunas especificaciones obvias pero necesarias: por supuesto, el simple hecho de tener familias e hijos no garantiza en absoluto la fe religiosa, y muchos hogares repletos han resultado ser el escenario de todos los vicios y pecados conocidos.

También por supuesto, como lo muestra la historia del clero y de la vida monástica, muchas personas solteras y sin hijos parecen oír la voz de Dios sin que intervenga ningún nexo familiar propio, y por otro lado hay ateos felices con familias de más de un hijo o dos. Esta diferencia de opinión con Nietzsche no es un intento de explicar todos los casos, o algún caso individual. Es más bien un esfuerzo por preguntar qué es lo que hace a mucha gente religiosa o no en muchos de los casos.

En suma, podemos dejar abierta la posibilidad de que para algunas personas como Nietzsche, un filósofo sin hijos, la religiosidad desaparece tal como él lo describió: en un proceso de arriba hacia abajo, bajo los martillazos de un alma torturada sentada en un estudio y dejado ahí para que sus herederos intelectuales lo diseminaran. Pero parece seguro afirmar que para muchas otras personas esta antropología religiosa no describe por qué las cosas son como son, y la historia reciente de Europa Occidental, en la que el declive de la fertilidad y de la vida familiar precedió o acompañó a la disminución de la práctica religiosa, corrobora este punto.

En conclusión, y tomando en cuenta lo que sabemos ahora sobre la situación religiosa y familiar en Europa Occidental 125 años más tarde, Nietzsche tenía razón al declarar que las grandes catedrales cristianas se habían vuelto tumbas. Pero puede haber estado equivocado acerca de qué fue exactamente lo que se enterró en ellas. No fue precisamente Dios sino más bien la familia natural europea lo que se puso a descansar allí, un entierro que desde hacía tiempo estaba en proceso en algunos países, mucho antes de que su loco entrara en la plaza, y que seguramente es un momento crítico que fue pasado por alto en la historia de cómo la Europa cristiana se volvió secular.

Fuentes: Mary Eberstadt en Tedium Vitae, Signos de estos Tiempos

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En EE.UU. se puede criticar a Dios pero no a Mahoma [2013-02-03]

Censura de los medios.
Un grupo de ateos hizo un test para demostrar cómo está funcionando la sharía encubierta en EE.UU. Diseñó una aviso que tiene el mensaje que si no cree en Dios no está sólo, y la autoridad de transporte lo aprobó para publicar. Y luego diseñó otro exactamente igual pero en lugar de la palabra Dios puso Mahoma, y la autoridad de transporte lo rechazó.

 

 

Por lo tanto el concepto de la autoridad de transporte es que se puede criticar a Dios todo lo que sea, pero no meterse con Mahoma. Según lo que se ha visto, esto posiblemente está relacionado con la confluencia de la acción del lobby islámico actuando a nivel de relaciones públicas y legal, la violencia con que actúan los musulmanes cuando se critica al profeta y la simpatía con que se mira al islam desde la presidencia del país. 

LA PUBLICIDAD DE LOS ATEOS

Los anuncios religiosos han sido conocidos por desencadenar un intenso debate. Tenga en cuenta las carteleras anti-Dios que son regularmente publicadAs por grupos no-teístas como Freedom From Religion Foundation y Ateos Americanos. Pero no son sólo a los no creyentes que invocan la controversia en sus mensajes.

Pamela Geller y su American Freedom Defense Initiative (AFDI) también han sido objeto de un intenso escrutinio de sus anuncios de metro y autobús sobre el extremismo islámico.

Ahora, el AFDI está envuelto en una nueva batalla sobre un anuncio anti-Mahoma que fue rechazado esta semana por el sistema de autobuses Detroit’s Suburban Mobility Authority for Regional Transportation (SMART).

En un e-mail a TheBlaze en la noche del martes, la presidente de AFDI señaló que si bien SMART previamente había aceptado un aviso «anti-Dios» ateo de la Detroit Coalition for Reason (DCOR), la compañía de transporte público ha rechazado el anuncio de la organización contra mahoma. Esto es particularmente interesante, ya que el modelo que usó AFDI es una copia del diseño del banner de DCOR.

EL DISEÑO DEL BANNER CONTRA DIOS

 

 

«Nuestro anuncio, es el mismo anuncio, con una sola palabra que se cambió, y fue rechazado», dijo Geller TheBlaze.

En el diseño original ateo, sobre un fondo de nubes se destacan las palabras, “Don’t believe in God? You are not alone.” («¿No cree en Dios? Usted no está solo». La organización también mantuvo la dirección web en la parte inferior izquierda de la publicidad, enviando a los usuarios de Internet a un sitio web que anima a la gente a «brillar a la luz de la razón» y que rechace la fe y la religión.

EL DISEÑO DEL BANNER CONTRA MAHOMA

 

 

Como se puede ver a continuación, el anuncio de AFDI se ve casi enteramente similar a la descripción antes mencionada. La única diferencia entre los diseños es que la palabra «Dios» es cambiada por «Mahoma», el santo profeta de la fe islámica. Y la dirección web en este último anuncio anima a ir a TheTruthAboutMuhammad.com, un sitio web que tiene algunas acusaciones potencialmente ofensivas en contra de la figura religiosa.

Es evidente que las similitudes eran intencionales, como Geller dice a TheBlaze que su planteo era para ver el si al anuncio de Mahoma se le aplicaba la libertad de expresión.

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN NO FUNCIONA CON MAHOMA

«Este mensaje es paralelo a la publicidad atea -«¿No cree en Dios? Usted no está solo»- que se aprobó antes», explicó. «Cuando fue aceptado, modelé este anuncio para ellos para ver si la libertad de expresión se aplicaba a la crítica del Islam en nuestra cobarde y políticamente correcta era«.

En una carta que Geller remitió a TheBlaze, Marcus Howard de CBS Outdoor rechazó el anuncio, citando una batalla legal que AFDI pasado emprendió contra SMART en un rechazo anterior.

«El anuncio propuesto presentado por Pamela Geller ha sido revisado de acuerdo con la política de contenidos de SMART. SMART, en consonancia con su proceso de revisión, también examinó el referido a la página web: thetruthaboutmuhammed.com», dijo Marcus en el e-mail. «De acuerdo con su política, con la opinión del Sexto Circuito en AFDI vs SMART, y de acuerdo con otras leyes, SMART declina publicar el anuncio«.

Geller, que está menos que satisfecha con la decisión de no permitir el anuncio de Mahoma, llamó la respuesta de SMART su petición «el cumplimiento de la  sharia de acuerdo con las leyes sobre la blasfemia en el Islam«.

OTRAS BATALLAS LEGALES

El caso anterior, que es citado en el e-mail de CBS Outdoor se inició en mayo de 2007. Fue un debate sobre otro anuncio dirigido a la fe islámica. La guerra legal fue y vino durante años, con la AFDI inevitablemente perdiendo la última fase de la batalla.

Así es como Geller explicó la debacle de libertad de expresión del tribunal en su e-mail para TheBlaze (un resumen más completo se puede leer aquí):

«SMART es el mismo organismo de gobierno que se negó a ejecutar nuestros anuncios ‘¿Leaving Islam?” que han ayudado a muchas niñas musulmanas que quieren llevar una vida más occidentales a escapar hogares peligrosos. Cuando lo fuimos a publicitar, SMART se negó. Hemos demandado. Hemos ganado. Hicieron un llamamiento al circuito 6 de la corte (sharia con minúsculas). El Sexto Circuito falló a su favor después de haber considerado ‘¿Leaving Islam?’ un anuncio político. Fue una decisión torturada y retorcida. Estamos, por supuesto, apelando.»

Geller señaló que su último intento anuncio fue un esfuerzo por señalar la «hipocresía» de SMART. Ella dijo que el último rechazo tiene, en efecto, inconsistencias en la forma en cuanto al tratamiento del mensaje y se comprometió a «seguir luchando».

AFDI no es ajeno a las batallas legales, siendo el caso de SMART vs. AFDI sólo un ejemplo. El año pasado, la Metropolitan de Nueva York Transit Authority perdió una batalla legal separada sobre otro anuncio y se vio obligada a permitir que el grupo de Geller publicara tras la sentencia de un juez.

Fuentes: The Blaze, Signos de estos Tiempos

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La espiritualidad sin un marco religioso que la encauce puede ser peligrosa para la salud [2013-01-08]

Un estudio inglés acaba de hallar que las personas espirituales, pero que no pertenecen a una religión, son más propensas a trastornos mentales que las que profesan una religión e incluso que los ateos o agnósticos.

El texto de este artículo ha sido subsumido en este otro artículo.

 

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Una iglesia atea, con bodas, funerales y servicios de culto [2013-01-03]

El culto y la liturgia religiosa tienen su encanto para muchos que no creen en Dios, especialmente el sentido de comunidad que implican, y por eso ha llevado a unos comediantes londinenses a lanzar una iglesia que haga lo mismo que una iglesia religiosa, pero sin creer en Dios.

De hecho esto está sucediendo en algunas religiones reales, a cuyos cultos concurren grupos de personas que no creen en Dios y van porque los consideran una expresión de la comunidad, como lo ha vivido en una sinagoga quien escribe este artículo.

No es frecuente que uno oiga hablar de los ateos que asisten a la iglesia, sin embargo, un nuevo movimiento parece estar preparándose, ya que los no creyentes buscan la manera de crear grupos comunitarios laicos.

Una Iglesia Unitaria en Tulsa, Oklahoma, está celebrando reuniones semanales para los ateos y humanistas. Y, ahora, en Londres, unos comediantes están poniendo en marcha su propia casa de culto – un proyecto secular que está despertando la atención internacional.

La Gaceta de Islington está reportando que los comediantes Sanderson Jones y Pippa Evans se están preparando para lo que han apodado «una congregación sin Dios«, que se ubicará en Canonbury (un barrio residencial del norte de Londres). La iglesia atea, llamada «La Asamblea del domingo«, proporcionará bodas, funerales laicos y servicios mensuales (el primer domingo de cada mes).

Jones y Evans, un dúo musical empobrecido, lanzará la iglesia el 6 de enero (en la Fiesta de la Epifanía). De acuerdo con la Gaceta, los dos decidieron crear la casa de culto cuando se dieron cuenta de que, mientras se puede disfrutar de algunos aspectos de la religión, también se puede no creer en un poder superior.

«Pensamos que sería una pena no disfrutar de las cosas buenas acerca de la religión, como el sentido de comunidad, sólo a causa de un desacuerdo teológico», dijo Jones.

En lugar de reverendos in-house, la iglesia incluirá ponentes que vayan a hablar sobre una variedad de temas de cada mes. Y, como las iglesias, la casa de adoración incluirá una banda dirigida por Evans.

«Todos debemos estar ridículamente emocionados cada momento de estar vivos en uno de los mejores países del mundo», señaló Jones. «Si la iglesia se convierte en un lugar útil para los demás, sería una buena cosa. Sólo queremos que las personas se sientan alentadas y entusiasmadas cuando se van».

Mientras que el nuevo proyecto Jones y Evans es ciertamente curioso, no son los primeros no creyentes que comparten la apreciación de la cultura de la iglesia. El Autor Alain de Button, también, ha señalado que los ateos pueden aprender un poco de los creyentes.

Pero esto también se puede hacer en medio de un culto de una verdadera religión.

Hace un tiempo recuerdo que una amiga judía me invitó a ir a un shabat a su sinagoga, a la que concurría todos los viernes, y como nunca había ido a ninguno, sólo había entrado a sinagogas para casamientos y barnisba, me pareció una buena idea.

El templo era del tipo protestante, el servicio tuvo muchas canciones, que seguíamos con un libro de cantos y de oraciones escrito fonéticamente para poder participar todos, y con un rabino sin la apariencia típica del rabino (ni rulos, ni barba), que dio una homilía sobre un tema de la vida diaria del judío. Y la verdad, me gustó la emoción que había en el ambiente y en la gente.

Al terminar, mi amiga me invitó a un cumpleaños de una de las personas que estaban allí, y cuando llegamos, había cerca de una docena que habían estado en el shabat.

Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando surgió en la conversación con media docena de ellos, que no creían en Dios, entonces les pregunté cómo podían recitar los salmos que hablan de Dios con esa emoción si no creen, e ir todos los viernes a un local religioso para un culto religioso, y la contestación fue que lo toman como algo del folklore de Israel, como anécdotas de los padres fundadores que creían en Dios, pero que ahora ya muchos no creían en ello.

O sea que el sentido que estos judíos le daban al shabat celebrado en la sinagoga era de reafirmación de su nacionalidad, raza o comunidad.

Obviamente no hay por qué suponer que esto sucede entre todos los judíos y en todas las sinagogas.

¿Hay mucha diferencia entre lo que hacen estos judíos con lo que estos ateos quieren hacen en Londres y lo que hacen en Oklahoma?

Fuentes: The Blaze, Signos de estos Tiempos

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El hedonismo, el relativismo cultural y el totalitarismo islámico amenazan la civilización de Europa [2011-07-01] SdeT

Este “Mensaje a Europa” ha sido entregado personalmente al Sr. Othmar Karas, diputado europeo y Vicepresidente del PPE (Partido Popular Europeo), el 31 de mayo de 2011, por el P. Henri Boulad durante su última visita a Bruselas.

El mismo texto – en su versión definitiva- fue enviado por correo electrónico el mes siguiente al Sr. Herman van Rompuy, y también al Sr. José Manuel Barroso, Presidente del Parlamento Europeo. El Padre Boulad también expresó el deseo de hablar personalmente en el Parlamento Europeo en una próxima reunión.

Henri Boulad critica el absolutismo del relativismo cultural y el totalitarismo islámico, así como el hedonismo que impera en Europa. También describe certeramente el futuro no lejano al que se acerca Europa, si persiste en abandona la sabiduría basada en valores humanistas y universales.

El autor, que tiene como objetivo cambiar el mundo, lleva una lucha sin cuartel para evitar el colapso de Occidente. Él cree que es imprescindible hablar, moverse, mover cielo y tierra para evitar lo peor.

«Los valores europeos duramente ganados después de siglos de lucha, ¿Europa se arriesgará a liquidarlos simplemente por efecto de una inmigración que en última instancia conduce a un cambio fundamental en la composición de la sociedad? … En nombre de la tolerancia, Europa está abriendo sus puertas a la intolerancia. En nombre de la democracia, el riesgo es ver vivir a sus hijos y nietos en una sociedad totalmente diferente en la que los no creyentes o creyentes de otras religiones, los dhimmis, tendrán menos derechos que la mayoría de la población».

El Padre Henri Boulad dirige Centro Cultural Jesuita de Alejandría. En una entrevista en Radio Canada hace unos años, dijo: «O el Islam se reforme o nos dirigimos hacia una conflagración».

MENSAJE A EUROPA

La existencia de la Unión Europea es un milagro. ¿Quién podría haberse imaginado en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial que pueblos tan diversos que se han odiado durante siglos, podrían un día formar una sola entidad? Es por eso que, como cristiano de Oriente, me gustaría reconocer con la más profunda admiración a los creadores y fundadores de este increíble logro.

La Europa de hoy es «la flecha ascendiente de la evolución», para usar una expresión muy familiar a Teilhard de Chardin. Esta posición de liderazgo de Europa supone una enorme responsabilidad frente a la humanidad. Debido a que Europa no sólo es responsable de sí misma: es también lo es del resto del planeta.

Este planeta que [Europa] colonizó y explotó en el pasado, para bien o para lo peor, en el presente se trata de servirle promoverlo, ayudarlo a engrandecer [al planeta]. Europa tiene una deuda con el resto del mundo, que le dio mucho, y que a su vez debe dar mucho.

Europa es una visión y misión, un proyecto y una responsabilidad. Europa es un humanismo. Pero no cualquier tipo de humanismo: un humanismo espiritual, es decir, abierto a la trascendencia, a un más allá, al progreso. Pero, ¿qué progreso? No es un mero desarrollo técnico-científico, sino un desarrollo moral y espiritual, la promoción del hombre, una humanización del planeta. De lo contrario, el estancamiento, el círculo se cierra. La ausencia de un horizonte absoluto, infinito, sólo puede llevar al escepticismo, al pesimismo, al mal. De todas cosas Occidente está hoy enfermo.

Europa está hecha de una herencia triple: Greco-romana, judeo-cristiana, moderna y laica. Esta modernidad ha surgido a través de una sucesión de mutaciones: Renacimiento, la Reforma, la Revolución Francesa, la Ilustración, las revoluciones sociales del siglo XIX. Todo ello ha se cristalizado en la Carta Internacional de los Derechos Humanos, los principales elementos de la libertad, la igualdad, el laicismo, la separación de poderes, la justicia social …

Este valor fundamental, que constituye el alma de Europa, es desarrollar, fructificar.

Pero también defender, porque está doblemente amenazada.

Desde el interior, porque la noción de un progreso miope tiende a engendrar una sociedad materialista, hedonista, egoísta, que trata de ahogar en un entretenimiento constante para llenar el vacío que lo habita.

Desde el exterior, como consecuencia del obvio cambio demográfico, Europa se expone a la situación que prevalece en mayoría de los 57 países de mayoría musulmana: una reducción de la libertad religiosa, o inexistente, una libertad de expresión sujeta a las limitaciones de la Shari´a, como se indica en la Declaración Islámica de los Derechos Humanos en El Cairo (1990).

En nombre de la tolerancia, Europa está abriendo sus puertas a la intolerancia. En nombre de la democracia, el riesgo es ver vivir a vuestros hijos y nietos en una sociedad totalmente diferente en la que los no creyentes o creyentes de otras religiones, los dhimmis, tendrán menos derechos que la mayoría de la población.

Esto significaría un retorno a los peores momentos de la dominación religiosa de tipo medieval que conoció Europa en el pasado y de la que se ha liberado felizmente.

Los valores europeos duramente ganados después de siglos de lucha, ¿Europa se arriesgará a liquidarlos simplemente por efecto de una inmigración que en última instancia conduce a un cambio fundamental en la composición de la sociedad? ¿El reino de la «corrección política» debe impedirle denunciar el riesgo a largo plazo que tiene Europa? La diversidad es un factor teórico de enriquecimiento mutuo, pero la observación de los países de mayoría musulmana muestra que el multiculturalismo no tiene intención de prosperar.

¿Qué será, por lo tanto, de Europa y de las libertades en unas pocas décadas? No olvidemos estas reflexiones durante el debate sobre la adhesión de Turquía a Europa. Igual que para todos los organismos, hay un «umbral de tolerancia» más allá del cual todo el cuerpo se ve amenazado por el colapso, disolución, desintegración.
En este contexto, querer introducir Turquía en la UE es inconsciente. Este enfoque representa un verdadero suicidio para una Europa que lucha por salvar su identidad y no ya para construir. Turquía no es europea ni geográfica ni histórica ni cultural. Turquía siempre ha sido un peligro y una amenaza para Europa.

La defensa de los valores humanistas también se realiza en los países musulmanes, en los que Europa debe apoyar a los musulmanes moderados, a menudo víctimas del extremismo religioso basado en el rechazo de toda la contextualización de los textos sagrados, en nombre de la palabra inmutable de Dios.

Europa se ve amenazada en sus fundamentos, en su alma. Es el momento de tomar conciencia. Europa debe defender su identidad a toda costa. Esto no es un derecho sino un deber – el deber frente a las generaciones futuras de toda la humanidad.

La tendencia a decir que todo vale y todo tiene el mismo valor es peligrosa. ¡No todo es igual, incluso si probablemente se encuentran elementos de verdad en las diferentes escuelas de pensamiento! Hay una jerarquía de valores, culturas y civilizaciones. Una jerarquía que no excluye una complementariedad destinada a la armonía a partir de una base común. Esta es simplemente la «Declaración Universal de los Derechos Humanos» mencionada anteriormente.

Es verdadero y justo lo que hace a un hombre más humano. El Dalai Lama, a quien le pregunté qué era lo mejor de las religiones, respondió: «La mejor religión es la que hace al hombre mejor.» Se puede decir de cualquier cultura, civilización, de la sociedad. Esta es una evidencia de los hechos. Sólo importa lo que humaniza al hombre, haciendo que sea más responsable y respetuoso de los demás.

Europa es mucho más que una entidad económica, política y cultural, más que un club de ricos privilegiados. Ella no es para sí misma: es para el mundo, para la humanidad.

Frente a todo lo que amenaza su cohesión e identidad, es el momento para que Europa actúe. Lo que es imprescindible hoy en día es un comienzo, un despertar, una toma de conciencia, sin los cuales mañana podrá ser doloroso para las generaciones futuras.

Esto es para que Europa pueda recuperar y mantener una SABIDURÍA basada en valores humanistas y universales, único fundamento válido para la construcción de un nuevo orden mundial.

Henri Boulad, SJ
Cristiano egipcio de origen sirio,
Director del Centro Cultural Jesuita de Alejandría
Ex rector de la Universidad de los Jesuitas en El Cairo
Y ex vicepresidente de Caritas Internacioanl para el mundo árabe.
Alejandría, 27 de junio 2011

NOTAS

http://postedeveille.typepad.com/files/message-%C3%A0-leurope.pdf

http://www.postedeveille.ca/2011/06/message-e-leurope-de-henri-boulad-pretre-au-caire.html#comments

Fuente: Religión en Libertad


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El experimento del Partido Socialista Español de introducción de la ideología de género [2011-06-03] SdeT

Estos son 11 ejemplos de la ideología de género y desvinculación presentes en leyes e iniciativas del Gobierno socialista, como las de la llamada violencia de género, matrimonio homosexual, divorcio ‘exprés’, fecundación asistida o aborto, entre otras

Si hay una impronta que ha caracterizado al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a lo largo de sus dos legislaturas, tras ganar las elecciones del 14 de marzo de 2004 y volver a hacerlo en las del 9 de marzo de 2008, esa ha sido la de poner en práctica una ruptura antropológica basada principalmente en la ideología de género y la desvinculación.

Se trata de una destrucción antropológica que viene a significar en gran medida la liquidación del vínculo más importante y natural, el que hace referencia a la condición biológica del ser humano, al ser hombre y mujer, padre y madre, e hijo o hija de un padre y una madre.

Algo tan elemental como esto, que supone al mismo tiempo en el contexto de la familia el fundamento de la sociedad y la civilización tal y como las conocemos, se ha convertido en los últimos 7 años en el principal caballo de batalla de los sucesivos ministros del Gobierno español con su presidente a la cabeza.

Traducidas al ámbito de la acción política y la legislación, la ideología de género y la desvinculación se ven reflejadas en normas que permiten conseguir todo aquello que se desea. Así, han surgido a lo largo de estos últimos años leyes como la de la llamada violencia de género, matrimonio homosexual, divorcio ‘exprés’, fecundación asistida o aborto, entre otras.

Veamos un resumen de esas normas que conforman la búsqueda de la ruptura antropológica, muchas de ellas aprobadas sin suficiente consenso y con una más que dudosa eficacia social, y que han convertido a España en una anomalía en el contexto de Occidente.

1. Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (28 diciembre de 2004).

A los pocos meses de aterrizar en La Moncloa, Zapatero aprobó la llamada Ley de Violencia de Género, una de sus banderas feministas esgrimidas en campaña.

El objetivo principal de esa ley, según se cansaron de anunciar el propio Zapatero y sus ministras defensoras de la ideología de género, como Bibiana Aído, Leire Pajín o Trinidad Jiménez, era reducir el número de feminicidios en España.

Sin embargo, las cifras de mujeres muertas a manos de su pareja reflejan el fracaso de una ley que ha puesto al límite la gestión de los juzgados por acumulación de denuncias, que restan eficacia a las que hacen referencia a las víctimas reales. También ha provocado una situación de injusticia con miles de hombres acusados en muchos casos de malos tratos sin motivo.

De hecho, la ley establece un principio legislativo anómalo en el contexto de la cultura occidental, el de que una de las dos partes, por principio, registrará una pena mucho mayor si se trata de un hombre. Ninguna legislación en el mundo establece que para un mismo delito la sanción pueda ser radicalmente diferente en función de si quien lo comete es un hombre o una mujer. Y prohíbe incluso que pueda producirse un proceso de reconciliación en caso de conflicto.

Hay que destacar que la desconfianza en la equidad de la ley llega hasta el extremo de que dos de cada tres mujeres creen que hay “falsas denuncias de violencia de género para obtener ventajas en procesos de divorcio”.

En cuanto a las estadísticas, lo cierto es que los feminicidios se han doblado en los últimos diez años. Si en 1997 hubo 33 feminicidios con 39.699.392 habitantes (con un ratio de 0,8 feminicidios por un millón de habitantes), en 2008 hubo 76 homicidios con 46.157.822 (y un ratio de 1,6 feminicidios por un millón de habitantes, es decir, el doble que once años atrás).

2. Ley de matrimonio homosexual con adopción (3 de julio 2005).

Se trata de una ley que modificó el Código Civil para posibilitar el matrimonio entre personas del mismo sexo, permitiendo al mismo tiempo la adopción. Fue aprobada sin suficiente consenso para contentar a los menos del 2% de homosexuales que hay en España.

Esta ley es uno de los ejemplos más claros de las políticas de ruptura antropológica, social y jurídica que practica el PSOE, que nos convierte en una verdadera anomalía en el contexto europeo.

Solamente es posible bajo estas condiciones en Holanda y Canadá. En Bélgica se exceptúa la adopción. Para hacer posible el matrimonio entre personas del mismo sexo en España se ha sustituido en el Código Civil el concepto de hombre y mujer, y el de padre y madre, por los de cónyuges y progenitores.

En el año 2005, el Gobierno, para justificar la liquidación de la institución del matrimonio al introducir la unión de personas del mismo sexo, informaba que se producirían en los dos primeros años de vigencia de la ley entre 100.000 y 200.000 matrimonios homosexuales. Era una cifra estadísticamente disparatada, un engaño burdo.

Seis meses después de cumplirse ese vaticinio que se inventó el homosexualismo político, el propio Gobierno contabilizaba sólo un total de 8.775 matrimonios entre personas del mismo sexo, con datos del Instituto Nacional de Estadística.

La conclusión es que el presidente del Gobierno socialista dio un paso más para destruir la institución de toda la vida, la familia. Eso por los poco más de3 10.000 matrimonios entre personas del mismo sexo que hay actualmente.

A modo de anécdota, cabe recordar que, hasta en tres ocasiones, Zapatero ha sido portada de la revista ZERO, revista líder de las publicaciones para homosexuales en España.

3. Ley del divorcio ‘exprés’ a los tres meses de casados y sin alegar causa (8 de julio de 2005).

Esto es lo que establece la nueva Ley del Divorcio. España es el único país donde el matrimonio es el único tipo de contrato que se puede rescindir por una de las partes sin necesidad de alegar la causa. Tiene puntos de contacto con el repudio del mundo islámico.

Entre las consecuencias de la ley, ocupa un lugar destacado el crecimiento del número de divorcios y de contenciosos, lo que ha derivado en una mayor violencia doméstica debido a las tensiones que se generan en las parejas enfrentadas por esos contenciosos.

En 2007 ya hubo 130.840 divorcios y 10.210 separaciones, y las cifras van en aumento. Las rupturas netas subieron aquel año respecto a 2006 y constituían un 43% más que en 2004 (antes de la Ley del divorcio Express).

4. Fecundación asistida sin limitaciones (25 de mayo 2006).

En cuanto a la fecundación asistida, muchos países contemplan límites en relación a la edad de la mujer, el que se disponga de pareja estable, el que no pueda implantarse óvulos de otra mujer o el que los espermatozoides sean de su propia pareja y no de donantes. En España todo esto y mucho más es posible desde hace cinco años.

En 2006 se produjeron en España 80.000 ciclos de reproducción asistida. La cifra de fecundaciones artificiales coloca a España en el tercer lugar de los países europeos con más tratamientos de fertilidad, sólo por detrás de Francia y Alemania. Lo paradójico del caso está en que, al mismo tiempo, en 2007 se realizaron 112.138 abortos a niños.

La ley permite la selección genética con fines terapéuticos para terceros, pero también permite la selección de los embriones más fuertes y la eliminación de los más débiles o ‘inservibles’, y no deja de ser una puerta más abierta a la clonación de seres humanos.

5. Educación para la Ciudadanía (7 de diciembre de 2006).

El decreto que puso en marcha la polémica Educación para la Ciudadanía es otra de las cuestiones que ha generado un intenso debate en la ciudadanía para la que está diseñada esta asignatura, una asignatura implantada dentro de los planes de la LOE.

De hecho, son muchas las organizaciones y asociaciones que han elevado sus protestas por la creación de una materia que consideran un adoctrinamiento laicista con los niños por parte del Ejecutivo de Zapatero, entre ellas, E-Cristians, Concapa, Foro Español de la Familia o Chequeescolar.org.

En marzo de 2007, el presidente de la Concapa argumentaba hasta 13 razones para rechazar una asignatura que “es perjudicial para nuestros hijos”.

Una de las características de EpC es que todo vale y cada manual puede enseñar cosas distintas, entre las que podemos hallar un adoctrinamiento directo sobre la doctrina de género o la promoción de la homosexualidad, y es difícil encontrar referencias a que la familia es una institución que obedece a unos fines sociales que debe cumplir, que no se trata tan solo de una relación afectiva y que su importancia radica precisamente en el vínculo que establece, que se desarrolla a través de la filiación y la fraternidad.

6. Ley de Identidad Sexual (aprobada por la Comisión de Justicia del Congreso y que entró en vigor el 2007).

A partir de ese año, se puede cambiar de sexo en el Registro Civil sin necesidad de presentar ninguna modificación de las características sexuales secundarias. Se trata de otro caso único en el mundo.

Así, cualquier persona puede cambiar de sexo en España simplemente aportando un informe médico donde se acredite que lleva viviendo al menos dos años “en el sexo que siente”, como argumentaba antes de aprobarse la ley Carla Antonelli, portavoz del Área de Transexuales del PSOE.

El simple deseo convertirá de esta manera a un hombre en mujer o viceversa, rompiendo así la línea legislativa que muestran países como Alemania o Suecia, donde se exige que la cirugía conste en la documentación oficial para certificar la nueva condición masculina o femenina.

7. Ley de investigación biomédica (3 de julio de 2007).

De nuevo una ley que abre las puertas a una futura práctica de la clonación y que permite la manipulación de embriones para obtener células madre, a pesar del fracaso obtenido hasta ahora con esas prácticas y a pesar de que las células madre adultas se han mostrado eficaces en multitud de ensayos y tratamientos terapéuticos.

Mientras en España esta ley no tiene prácticamente límites, en otros países como Alemania, Francia o Italia está prohibida. Además, es una medida contraria a la recomendación de Naciones Unidas y la propia UE establece limitaciones en este campo en materia de ayudas.

Contempla también el concepto ‘double-mother’, con un artículo que viene a decir que, si en una pareja de lesbianas una de las dos tiene un hijo por fecundación asistida, la otra puede inscribirse automáticamente en el registro civil también como madre.

8. Edad de emancipación sexual a los 14 años (modificación del Código Penal de 1995).

Con esta modificación, un adolescente de 14 años puede mantener el tipo de relaciones sexuales que quiera, incluso las homosexuales, sin que los padres puedan legalmente oponerse. Para votar, conducir vehículos, o beber alcohol, etc., se exige en cambio tener 18 años.

9. Prohibición del cachete. El 20 de diciembre de 2007 el Congreso de los Diputados aprobaba a propuesta del Gobierno que se eliminara del Código Civil la posibilidad de “corregir razonable y moderadamente” a los niños.

De esta manera, el Estado se colaba en los hogares españoles para asumir una responsabilidad que corresponde a los padres, es decir la de cómo deben educar a sus hijos.

A partir de ese momento, si un padre decide poner la mano encima de su hijo, sea por la razón que sea, su acción podría ser ilegal y podría comportar una denuncia por parte del menor.

10. Reforma de la ley del aborto. Desde que entró en vigor el 5 de julio de 2010 la nueva ley del aborto, el número de abortos en España lejos de reducirse sigue más bien incrementándose y se ha situado por encima de los 112.000 al año.

Se trata de la cifra más alta a la que jamás ha llegado en la historia cualquier país de a UE (exceptuando Gran Bretaña si se cuenta Europa). De hecho, ya en 2007 se realizaron 112.138 abortos a niños.

Se trata de una ley controvertida, que se aprobó sin consenso, y que fue cuestionada en su día, por ejemplo, por el Consejo General del Poder Judicial o el Consejo Fiscal, que consideraba al nasciturus como un bien protegido. También una sentencia del Tribunal Constitucional sobre el aborto dejó claro que “todos tienen derecho a la vida”.

A esto añadía esa sentencia que “la vida humana es un devenir, un proceso que comienza con la gestación, en el curso de la cual una realidad biológica va tomando corpórea y sensitivamente configuración humana, y que termina en la muerte; es un continuo sometido por efectos del tiempo a cambios cualitativos de naturaleza somática y psíquica que tienen un reflejo en el status jurídico público y privado del sujeto vital”.

A esta reforma de la ley del aborto se suma la baja natalidad española, la más baja de Europa con una media de 1,3 hijos por pareja En 1975 era de 2,8 hijos por pareja y la tasa de reemplazo es 2,1 por lo que España pierde población y la que tiene envejece.

11. Cambios Registro Civil, un funcionario puede decidir apellidos (4 de mayo de 2011).

Una nueva y última muestra de ingeniería social del Gobierno de Zapatero y otra anomalía en el contexto internacional: en España, los apellidos los puede acabar decidiendo un funcionario.

La Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados aprobó que los responsables del Registro Civil decidan libremente el orden de los apellidos de un recién nacido en España en caso de desacuerdo entre los padres

Así, los apellidos de un niño los puede acabar decidiendo cualquier funcionario de turno sin aplicar ningún criterio objetivo, sencillamente acogiéndose a ese “interés superior del menor”. Será válido su criterio, con lo que también podrá tomar la decisión en función de su propia ideología.

Fuente: Forum Libertas

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