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Cómo las Intrigas dentro de la Iglesia Conspiran contra el Reinado de Cristo Rey en la Tierra

Las luchas en tono a las apariciones de Jesús a Sor María de Cristo Rey.

Muchos católicos, quizás la mayoría, creen idílicamente, que la Iglesia es monolítica en buscar el reinado de Cristo Rey, que no hay ambiciones personales entre los hombres, que pueden poner palos en la rueda.

La Iglesia es una institución humana y divina a la vez. Divina porque Cristo la guía y humana porque la ejecutan los hombres.

Y algunas veces los hombres actúan por pasiones humanas y ponen trancas para poner ejecutar la guía divina.

Sin embargo al final, y a pesar de los palos en la rueda, Dios consigue que su plan siga adelante, aunque no sin dificultades y lentamente.

Aquí hablaremos sobre Sor María de Cristo Crucificado y el pedido que recibió de Jesús para construir el santuario de Cristo Rey de París, cómo se logró construir, cómo luego tuvo dificultades para seguir adelante trancado desde adentro de la Iglesia, y cómo es un tema aún pendiente sobre el que Jesús dio profecías e hizo advertencias.

Pío XI instituyó la fiesta de Cristo Rey en respuesta a la secularización, el ateísmo y el comunismo.

Había invocado en su primera encíclica la paz de Cristo por el reino de Cristo y en 1926, en la encíclica Quas Primas, definió el reino social de Cristo e instituyó la fiesta de Cristo Rey.

Y el propio Señor guió a Sor María de Cristo Rey para extender Su reinado especialmente en Francia, pero al igual que Jesucristo fue perseguida, aunque hizo avanzar la causa. 

Marie Catherine Olive Danzé nació el 27 de marzo de 1906 en Plogoff, en el departamento bretón de Finisterre. 

Cuando tenía cinco años, el Niño Jesús se le apareció para jugar con ella, Ellos jugaban y mientras tanto Él también la instruía. 

Cuando cumplió diez años, Jesús se le apareció en la iglesia parroquial de Plogoff, como el Sagrado Corazón, mostrando que estaba sufriendo.

Le dijo, «Mi corazón está atravesado por mil millones de hojas de cuchillo.

Son Mis hijos, que no Me aman lo suficiente. Soy perseguido por los pecadores».

Y allí la niña se ofreció para ganar almas, y Jesús le dijo que Ella se quedaría en su casa por algunos años, pero que luego se iría lejos.

Durante su Primera Comunión, Nuestra Señora se le apareció y le habló de su futura vocación. 

Más tarde le indicó ingresar a la vida religiosa en las Benedictinas del Santísimo Sacramento en París y le mostró el interior de su monasterio.

Le dijo, 

«Vendrás aquí, cerca de Él y de Mí. No estarás aislada, repararás los ultrajes hechos a mi Hijo, que es Rey».

Un año después de la institución de la Fiesta de Cristo Rey por Pio XI, Olive Danzé de 20 años, que aparentaba 12 años porque había conservado su espíritu de la infancia, recibió el hábito de las Benedictinas del Santísimo Sacramento y tomó el nombre de Sor María de Cristo Rey. 

Su confesor, el Padre Lena, notó poco después de su admisión que recibió los estigmas de Cristo y durante la Cuaresma sufrió la Pasión del Señor. 

Su corazón comenzó a arder hasta el punto de que hubo momentos en que no podía soportar el dolor, especialmente los viernes. 

Esto sucedía más por la noche, y este intenso calor incluso se hacía visible porque tres de sus camisas fueron quemadas en el lugar de su corazón.

Y una de ellas también mostró una mancha de sangre por la herida del golpe de lanza en el costado de Cristo.

El 14 de octubre de 1926, sor María ve salir una luz del sagrario, se le aparece Jesús y le muestra Su Sagrado Corazón ardiendo de amor. 

Y le dijo, «soporta este calor en tu pequeño corazón, arde, por Mi Corazón que tanto ha amado a los hombres y que los hombres aman tan poco”. 

«Pide que Mi Corazón sea amado, conocido, adorado y respetado. Pide que Mis mandamientos sean obedecidos, que Mi Nombre sea glorificado y Mi Reinado honrado y respetado. 

Que todas las naciones Me obedezcan y Me tomen por su verdadero Rey del Cielo y de la Tierra. Que toda rodilla se doble ante Mi Nombre: «Jesucristo Rey» sobre el mundo entero».

Y le agregó,

«Que todas las personas consagradas permanezcan fieles a Mí y me amen más de lo que lo hacen ahora. 

Pide que todos aquellos a quienes llamaré obedezcan Mi voz. Necesito evangelizadores y sacerdotes».

Y luego más adelante le proclamó, «Yo soy Rey de Francia y de todas las demás naciones. 

Quiero que esta querida Francia se consagre a Mi Divino Corazón, que todas las almas Me amen y Me conozcan como su verdadero Rey».

Y al concluir esta visión, Jesús le dicta a sor María la oración de Cristo Rey, la más importante de las oraciones que le transmitió, que puedes leer en un artículo de nuestro sitio web, para el cual te dejo un link en la descripción de este video.

Jesús le diría también, «vengo al Final de los Tiempos a pedir a las almas de todas las naciones que vengan y se arrodillen ante Mi Realeza… antes del fin de este mundo».

«No habrá más trabajo que hacer después de que se proclame Mi Realeza, todo se cumplirá, mi Realeza completará Mi Gloria».

Y agregó,

«He escogido una legión de hijos para darme a conocer a los hombres, estas almas inocentes son escogidas en Mi Reino».

Pero le hizo un llamado de atención, dijo, «decid a los hombres cómo está afligido Mi Corazón, y cómo Mi Divina ira está pronta a caer sobre la Tierra, si las almas no oran y hacen penitencia, y si Mi Reinado no es aceptado».

Y dijo además, «Mi Corazón se duele al ver el desorden en la Iglesia, en las familias, en las almas, entre las naciones».

Y en junio de 1927, Jesús comunica a sor Olive su deseo de tener un santuario en París:

«Deseo un hermoso santuario para honrar a Mi Divino Corazón. 

Será el santuario de Cristo Rey, Príncipe de la Paz y Señor de las Naciones. 

Quiero que este santuario sea hecho para Mi Corazón y Yo seré el Rey de Francia y de todos los países del Universo. 

Allí vendrán las almas de todos los estados a buscar la paz y la fuerza, y hasta la luz para vivir y morir bajo Mis leyes».

Sor María de Cristo Rey le informó a sus superiores y ellos se pusieron en contacto con las autoridades diocesanas.

Monseñor Dubois, arzobispo de París, se mostró a favor del proyecto y se comenzaron a recaudar fondos.

Esto se materializó en una Basílica dentro del predio del convento benedictino.

El cardenal Verdier, sucesor de monseñor Dubois, presidió la bendición y la colocación de la primera piedra de la Basílica. 

En 1940 se completó la construcción del Santuario de Cristo Rey y se inauguró el 27 de octubre, fiesta de Cristo Rey.

Pero con la muerte del cardenal Verdier las autoridades religiosas mostraron mucho menos entusiasmo por este santuario dedicado a Cristo Rey. 

Y a la hermana Olive se le pidió que abandonara su convento parisino, la desterraron. 

Ella escribió una petición de audiencia a Pio XII desde su destierro, diciendo que el santuario de Cristo Rey había protegido a París durante la última guerra, evitando su destrucción. 

Y que Cristo le transmitía esta advertencia, «si mis ministros no hacen mi voluntad, si la obra no es reconocida, esta ciudad (París) será castigada».

Pío XII recibió a la monja en destierro en 1953, y a resultas de la audiencia, el cardenal Feltin finalmente consagró el santuario bajo el triple nombre de Cristo Rey, Príncipe de Paz, Señor de las Naciones, en 1956.

Pío XII también ordenó que se le permitiera regresar a su convento, pero no la dejaron entrar por orden obispal. 

Pero además ella sabía que el santuario no iba a permanecer de pie por mucho tiempo.

Y pronto el monasterio fue cerrado por falta de monjas jóvenes y nuevas vocaciones. 

Algunos fieles intentaron salvar la Basílica de Cristo Rey, pero las autoridades religiosas no intervinieron y los edificios del convento fueron vendidos a promotores inmobiliarios.

La basílica de Cristo Rey fue demolida en febrero de 1977 y en su lugar se levantó un complejo de edificios residenciales.

Y cerca del final de su vida de Sor María de Cristo Rey, algunos visitantes le preguntaron sobre la futura purificación de Francia.

Y ella les dijo que habrá un malestar social muy grave, que Francia se arrodillaría ante la catástrofe.

Habló de una invasión de extranjeros. Había tenido una visión de Francia siendo invadida, combatida por todos lados, de la pobre banderita francesa flotando sola y los franceses completamente exhaustos, cayendo de rodillas, sin saber a dónde acudir, implorando a Nuestro Señor y diciéndole, «¡Señor, ayúdanos!». 

Y Nuestro Señor, de una manera nunca antes vista, levantaba a Francia y la hacía más hermosa que nunca. 

Sor María dijo, «cuando Francia haya caído a su punto más bajo, es allí donde el Señor, de manera extraordinaria, salvará a Francia, Su amada Hija».

Mientras que a Marie-Julie Jahenny, otra mística francesa, el Señor la dijo,

«La destrucción de Mi santuario conducirá a la de París. 

Este lugar Me pertenece hasta el fin del mundo y Mi santuario será reconstruido cuando la Paz sea restaurada en el mundo. 

Esta será la primera obra del Gran Monarca».

Sor María de Cristo Rey murió en 1968 y su cuerpo permaneció incorrupto como le había profetizado Jesús.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre las vicisitudes que conlleva la construcción del reinado de Cristo en la Tierra, que incluso algunas veces es combatido desde dentro de la Iglesia, pero sabemos que en definitiva Cristo será reconocido como el Rey de la humanidad y viviremos una Era de Paz. 

Y me gustaría preguntarte si crees que estamos cerca, lejos o muy lejos de que la humanidad reconozca a Cristo como su Rey.  

Oración a Cristo Rey, Príncipe de la Paz, Señor de las Naciones

Oh Jesús, único Rey del Universo, nos postramos a tus pies, para adorarte y tomarte por nuestro Rey y nuestro Guía.

Sí Señor, a ti están sujetas todas las naciones, solo tú eres el verdadero rey, solo tú eres la verdadera paz, solo tú eres la verdadera luz, solo a ti te adoramos.

Tú eres nuestro Único apoyo, Tú eres nuestro Maestro, oh Gran Dios del Cielo y de la Tierra.

Creemos muy firmemente que Tú estás realmente presente, en la Eucaristía. Estás ahí, vivo, amando.

Tú quieres alimentarnos con el Pan de Vida. Sí, ven y alimenta a Tus hijos.

Tu mirada está fija en las almas, tú velas por todas las Naciones.

Tu Corazón es para nosotros un remanso de descanso,

por eso nos consagramos a Tu Corazón como Rey y Príncipe.

Sólo a Ti, Señor, sean devueltas toda la Gloria, el Honor, el Amor, hasta la consumación de los siglos y en toda la Eternidad.

Amén .

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Los Instruidos en la Fe de manera Sobrenatural [visitas del cielo para catequizar]

El conocimiento infuso que Dios derrama.

Uno de los fenómenos sorprendentes de nuestra fe es que hay gente que no ha sido instruida en la fe cristiana y sin embargo conoce buena parte de ella.

Se trata de un conocimiento infundido desde el cielo, similar a lo que le sucedió a San Pablo en el camino a Damasco.

A veces esa instrucción infusa sucede sin que la persona la note y en otros casos la realizan visitas celestiales que se le manifiestan.   Aquí te vamos a contar tres casos extraordinarios de instrucción infusa en la fe por medio de visitas del cielo.

Nuestro Señor Jesucristo dejó encargada a la Iglesia la evangelización del mundo, diciendo a los apóstoles que vayan por el mundo y prediquen el evangelio, expresión que recogen Mateo 28, Marcos 16 y Lucas 24.

Pero no irían solos, en Hechos de los Apóstoles se describe como el Señor los ayudaba en esa tarea.

Lo que seguramente sigue hasta el día de hoy, cuando un sacerdote o un laico le predica el evangelio a otra persona, la instruye en la doctrina.

Pero hay casos en que la instrucción no llega por manos humanas sino que es infundida sobrenaturalmente desde el cielo.

Y hasta es posible que algunas cosas de la compresión de la doctrina, en cada uno de nosotros, sea también infundida sobrenaturalmente cuando así lo pedimos o lo necesitamos.  

Por ejemplo tenemos el caso de una anciana china que no sabía leer y vivía en una aldea separada de la civilización. 

Cuando estaba por morir, mandó a uno de sus hijos a que esperara en el borde del camino a dos extranjeros que iban a pasar por ahí. 

¿Cómo supo que efectivamente iba a encontrar a dos misioneros austríacos en ese momento?  

Los jesuitas austríacos que la asistieron en sus últimos momentos en la tierra fueron el padre Gotsch y el hermano Gervasio, quienes se sorprendieron cuando un joven dijo que los esperaba y les rogó que lo acompañaran a ver a su madre enferma. 

Fueron hasta una aldea que se encontraba a 15 kilómetros de allí y en una casa precaria había una mujer en la cama que agonizaba y preguntó al sacerdote:

«¿Existe un Dios en el cual hay tres personas? ¿Existe otra vida, un lugar de felicidad para los buenos y un lugar de terror para los malos?»

«¿Es verdad que Dios vino a esta tierra para morir por los hombres y abrirles el lugar de felicidad?»

El padre Gotsch no salía de su asombro y le respondió a todo afirmativamente, preguntándose de dónde había sacado ese conocimiento religioso la mujer que vivía en un lugar tan alejado. 

Y más aún cuando la mujer le preguntó,

«Traes agua contigo, entonces, ¡lávame (quiso decir bautizame), para que pueda ir a aquel sitio de felicidad!»

El sacerdote le explicó brevemente la liturgia, el sentido del sacramento y después la bautizó.

Y luego la enferma le preguntó,

«¿También tienes contigo el pan? ¿Ese pan especial porque Dios está adentro? ¡Dame de ese pan!»

Entonces el padre sacó la hostia consagrada y le expresó cuál es el sentido de la Eucaristía y le dio la primera comunión.

Le administró también los últimos sacramentos: la confesión de los pecados y la unción de los enfermos.

Y después le dijo:

«Hasta ahora fuiste tú quién hacía las preguntas. Ahora me toca a mí: ¿Quién te ha enseñado las verdades de la fe? ¿Has conocido a creyentes católicos o evangelistas?»

«No» respondió.

«Entonces ¿has leído libros cristianos?»

«No sé leer y ni siquiera sabía que existían libros de ese tipo»

«Entonces, ¿de dónde y de quién has recibido la noticia de la fe?»

Y ella le contestó,

«Siempre pensé que debía ser así y desde hace 10 años que vivo de esta forma. También he instruido así a mis hijos y puedes lavarlos a todos (o sea bautizarlos)»

«Pero ¿sabías que íbamos a pasar hoy por aquí?»

«¡Por supuesto! Vi a un hombre en sueños. Él fue quien me dijo que enviara a mi hijo menor a la ruta a que llamara a los dos extranjeros que pasarían por allí. Me dijo que me iban a “lavar” para ir al lugar de la felicidad después de la muerte»

El padre Gotsch y el hermano Gervasio estaban sumamente conmovidos no solo por el conocimiento de la mujer sino también por la actitud de entrega ante la muerte y la paz que exhibía antes de su partida de este mundo.

Y como San José es el patrono de la buena muerte, le regalaron antes de irse una estampa del santo  

Y ella muy feliz exclamó: 

«¡Pero a éste, lo conozco! Vino a verme muchas veces. ¡Es quien me dijo que mandara a mi hijo a la ruta para llamarlos!»

Ahí comprendieron que San José había sido enviado del cielo para instruir a la mujer. 

Y supieron luego que la mujer china había muerto aquella misma noche.

Otro caso similar le ocurrió a un misionero, el padre Oblat, en Lesotho, África del Sur. 

El padre Oblat viajaba por Lesotho en compañía de un catequista por las altas montañas del país.

Visitaba a los cristianos distribuidos en las diversas poblaciones cuando el ruido de un relámpago lo tiró al suelo, de dónde se levantó bastante dolorido.

Su acompañante le pidió volvieran y el sacerdote le contestó que seguirían porque el demonio estaba molesto y seguramente había un alma que salvar. 

Y siguieron el camino orando ambos.

Hicieron la ruta por varios senderos montañosos hasta que de una aldea lejana escucharon que los llamaban. 

Vamos allí, dijo el padre Oblat, y su compañero lo quiso hacer desistir advirtiéndole que el lugar estaba lleno de brujas y que era un peligro porque seguro se trataba de una trampa.

Pero el sacerdote respondió: «Quizás haya un alma que salvar allí. Debo ir y averiguarlo». 

Y el padre Oblat marchó decidido a la aldea con su ayudante a rastras. 

El alma necesitada de auxilio espiritual era una chica de unos 17 años que agonizaba en una choza a donde los llevaron unas mujeres. 

Las mujeres afirmaron, 

«Te ha estado llamando. Quiere ser bautizada por un sacerdote católico para poder estar con la bella dama». 

El padre se arrodilló cerca de la adolescente moribunda quien le preguntó con un hilo de voz, 

«¿Es usted un sacerdote católico?» 

Él respondió: «Sí, lo soy». 

«Entonces bautizame pronto. Por favor, apúrate…»

El sacerdote la bautizó prestamente

«María, te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo»

Y así recibió el sacramento exultante de alegría.

Y les contó que ella había pasado mucho tiempo en la aldea cristiana donde había aprendido sobre el cristianismo. 

Pero le agregó algo conmovedor, 

«Tuve un sueño, vi a una hermosa dama blanca con un cinturón del color del cielo. Ella me sonrió y me besó amorosamente. 

Quería acercarme a ella, pero me dijo: ‘Ahora no, pero pide que te bautice un sacerdote católico y luego iré a buscarte'».

Entonces el sacerdote marista emocionado le regaló una Medalla Milagrosa.

Y ella dijo,

«¡Esta es la dama! ¡Esta es la que vi!».

Besó la medalla y después cansada por el esfuerzo se durmió.

El sacerdote la bendijo y siguió su camino. 

No estaban muy alejados de la aldea cuando las mujeres le gritaron que la joven había fallecido, seguramente la Santísima Virgen la había venido a buscar.  

Pero el caso más extraordinario y mejor documentado es el de la «dama de azul o monja azul», que catequizaba a los indios en lo que hoy es el sur de EE.UU.

Un hecho asombroso bien documentado, que resultó ser una bilocación de Sor María de Jesús de Agreda, una clarisa española de clausura, del siglo XVI, que tenía ese don de estar en dos lugares al mismo tiempo como el Padre Pío, San Antonio de Padua y otros.

Sobre este caso extraordinario hemos realizado un video que te recomiendo mirar, https://youtu.be/sc22lsyDBdY 

Sor María de Agreda nunca abandonó el convento de las Pobres Clarisas de Agreda, en la provincia de Soria, España y no obstante evangelizó entre 1620 y 1631 a muchos indígenas norteamericanos.

Son numerosos los testimonios de su evangelización a los indios en Arizona, Nuevo México y Texas. 

Y no sólo catequizó a varias tribus indias en la fe católica, sino que les indicó cómo encontrar la Misión Franciscana que estaba cerca de ellos y les dijo que pidieran que los frailes franciscanos fueran a bautizar a sus coterráneos.

Los indios Jumanos – del territorio de Nuevo México – son los que dieron a conocer que en 1630 una dama de azul los visitaba y les enseñaba la fe católica, cuando fueron a pedir el bautismo.

Se calcula que a lo largo de once años realizó 500 visitas en estado de bilocación al sur de Estados Unidos.

Estos milagros fueron examinados y documentados por las autoridades de la Iglesia del momento, aunque al principio descreían. 

También fue examinada cuidadosamente dos veces por la Inquisición.

La monja dijo que había sido impulsada de niña a rezar por los indios de la Nueva España.

Y que recibía visiones de Jesucristo.

Y en una de estas visiones Nuestro Señor le dijo que catequizara a los indios de Nuevo México.

Entonces, mientras rezaba, la extraordinaria religiosa entraba en éxtasis y se trasladaba a las aldeas de los indios.

Hoy su cuerpo permanece incorrupto.

Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar de casos de catequesis infusa que bajan del Cielo.

Y me gustaría preguntarte si alguna vez te ha sorprendido que conoces algunas cosas de la religión católica sin que nadie te lo haya enseñado.

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Cómo se Cumplieron las PROFECÍAS del Antiguo Testamento sobre Jesús

Una de las maneras que sabemos que la Biblia fue inspirada por el Espíritu Santo es la forma en que predice el futuro.

Esto es conocido como profecía. 

Hay muchas, muchas profecías de la Biblia que se refieren al Mesías o Ungido.

Que ha de venir y salvar a Israel y al mundo del diablo, y del pecado de Adán y Eva.

Y que se escribieron entre 450 y 1800 años antes del nacimiento de Jesús. 

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Enumeramos sólo algunas de las profecías obvias que fueron cumplidas por Jesús.
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El hecho de que todas estas profecías se cumplieron por Jesús es una prueba positiva de que Jesús era el Mesías.

Las cosas que se predijeron cientos de años antes de que ocurrieran se cumplieron y sólo Dios podía saber estos hechos futuros.  

Más de 300 profecías como éstas fueron hechas en el Antiguo Testamento.
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Y luego cumplidas a través de la vida, muerte y resurrección de Jesús.
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Las probabilidades de que una persona lograra cumplir 8 de las 300 profecías son 1 en un 100,000,000,000,000,000.
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Y para que se cumplan 48 profecías la probabilidad es 1 en 10 elevada a la 157 potencia (1 seguido con 157 ceros).

O sea que es humanamente imposible.

Pero además, la profecía cumplida es una fuerte evidencia de que Dios es el autor de la Biblia.

Porque si nos fijamos en las probabilidades matemáticas de que las profecías se cumplan, rápidamente vemos un diseño, un propósito y una mano que guía la Biblia, que es el lugar donde están escritas. 

Un enfoque para utilizar con un incrédulo es darle a leer  el Salmo 22 los versos 12-18 para comprobar la profecía.

Esta es una descripción de la crucifixión 1000 años antes de que Jesús naciera.

Después de leer la sección pregúntale de quien se trataba.

Él va a decir de la crucifixión de Jesús, si es conoce la historia.

Y tú dile

“Tienes razón. Se trata de la crucifixión. Pero fue escrita 1000 años antes del nacimiento de Jesús.

Y además de eso, la crucifixión ni siquiera se había inventado todavía.

¿Cómo cree que algo así como esto podría suceder?”

crucifijo sobre una biblia

  

LA FUNCIÓN DE LAS PROFECÍAS EN LA BIBLIA

Las profecías de la Biblia son típicamente la predicción de eventos futuros basados en la facultad de un profeta que comunica lo que Dios le mandó decir.

Posiblemente la más convincente de las evidencias que demuestran que la Biblia es la palabra de Dios es su capacidad para predecir con precisión los acontecimientos futuros, a menudo en pequeños detalles.

Esta calidad de profecías cumplidas está ausente en libros sagrados de otras religiones, incluyendo Corán.

Esto en sí mismo debería ser una importante revelación para el escéptico honesto. 

Tales pasajes proféticos se encuentran distribuidos en toda la Biblia, pero los más citados son Ezequiel, Daniel, Isaías, Mateo y el Apocalipsis.

Entre los temas profetizados están el futuro de la nación de Israel, la venida del Mesías, el Reino Mesiánico y el destino último de la humanidad.

Pero también podrían contener una descripción de la política global, los desastres naturales, etc.

Algunas profecías de la Biblia son condicionales. Por ejemplo la destrucción de Nínive.

Pero otras no son condicionales, como la venida del mesías.

Algunos pasajes proféticos son presentados como declaraciones directas de Dios, mientras que otras están intermediadas por un profeta pero son voceros de las revelaciones de Dios.

Un primer tema profético por excelencia en el Antiguo Testamento es los profetas a menudo advierten los hijos de Israel de arrepentirse de sus pecados e idolatrías, con la amenaza de castigo o recompensa.

Muchas de estas profecías han sido cumplidas más tarde.

Un segundo tema profético es la venida de un Mesías.

Los cristianos creen que estas profecías se cumplieron en Jesucristo, mientras que los seguidores del judaísmo rabínico todavía esperan la llegada del Mesías judío.

La mayoría de los cristianos creen que muchas profecías mesiánicas se cumplirán con la segunda venida de Cristo, aunque algunos cristianos (Preterismo Total) creen que ya se han cumplido todas las profecías mesiánicas.

jesus de pie

  

ALGUNAS PROFECÍAS QUE CUMPLIÓ JESUCRISTO

El Antiguo Testamento tiene, según los expertos, más de 300 profecías sobre Jesús.

El Evangelio de Mateo, en el Nuevo Testamento, nos señala eventos asociados con el nacimiento de Jesús que cumplen numerosas profecías del Antiguo Testamento dadas siglos antes de los acontecimientos que describen.

Mateo 1:22 presenta una declaración común en su Evangelio.

Él escribió,

“todo esto sucedió para que se cumpliese lo que fue dicho por el Señor por medio del profeta”.

Desde que usa esta frase en al menos una docena de pasajes, Mateo sabía que era importante señalar a sus lectores que muchos de los acontecimientos que describió cumplieron profecías específicas.

Vamos a echar un vistazo a algunas de estas antiguas profecías.

Primero describimos la profecía. Luego el pasaje del Antiguo Testamento donde está dicha la profecía. Y después el pasaje del Nuevo testamento donde se menciona el cumplimiento de esa profecía.

El Mesías nacería de una mujer: Génesis 3:15 – Cumplida en Mateo 1:20, Gálatas 4: 4

El Mesías nacería en Belén: Miqueas 5: 2 – Cumplida en Mateo 2: 1, Lucas 2: 4-6

El Mesías nacería de una virgen: Isaías 7:14 – Cumplida en Mateo 1: 22-23, Lucas 1: 26-31

El Mesías vendría de la línea de Abraham: Génesis 12: 3, Génesis 22:18 – Cumplida en Mateo 1: 1, Romanos 9: 5

El Mesías sería un descendiente de Isaac: Génesis 17:19, Génesis 21:12 – Cumplida en Lucas 3:34

El Mesías sería un descendiente de Jacob: Números 24:17 – Cumplida en Mateo 1: 2

El Mesías vendría de la tribu de Judá: Génesis 49:10 – Cumplida en Lucas 3:33, Hebreos 7:14

El Mesías sería heredero del Trono del Rey David:2 Samuel 7: 12-13, Isaías 9: 7 – Cumplida en Lucas 1: 32-33, Romanos 1: 3

El trono del Mesías será eterno: Salmo 45: 6-7, Daniel 2:44 – Cumplida en Lucas 1:33, Hebreos 1: 8-12

El Mesías pasaría una temporada en Egipto: Oseas 11: 1 – Cumplida en Mateo 2: 14-15

Una matanza de los niños sucedería en lugar de nacimiento del Mesías: Jeremías 31:15 – Cumplida en Mateo 2: 16-18

Un mensajero prepararía el camino para el Mesías: Isaías 40: 3-5  – Cumplida en Lucas 3: 3-6

El Mesías sería rechazado por su propio pueblo: Salmo 69: 8, Isaías 53: 3 – Cumplida en Juan 1:11, Juan 7: 5

jesus crucificado

El Mesías sería un profeta: Deuteronomio 18:15 – Cumplida en Hechos 3: 20-22

El Mesías sería precedido por Elías: Malaquías 4: 5-6 – Cumplida en Mateo 11: 13-14

El Mesías sería declarado Hijo de Dios: Salmo 2: 7 – Cumplida en Mateo 3: 16-17

El Mesías sería llamado nazareno: Isaías 11: 1 – Cumplida en Mateo 2:23

El Mesías traería luz a Galilea: Isaías 9: 1-2 – Cumplida en Mateo 4: 13-16

El Mesías hablaría en parábolas: Salmo 78: 2-4, Isaías 6: 9-10 – Cumplida en Mateo 13: 10-15, 34-35

El Mesías sería enviado a sanar a los quebrantados de corazón: Isaías 61: 1-2 – Cumplida en Lucas 4: 18-19

El Mesías sería llamado Rey: Salmo 2: 6, Zacarías 9: 9 – Cumplida en Mateo 27:37, Marcos 11: 7-11

El Mesías sería traicionado: Salmo 41: 9, Zacarías 11: 12-13 – Cumplida en Lucas 22: 47-48, Mateo 26: 14-16

El dinero del precio del Mesías sería utilizado para comprar el campo del alfarero: Zacarías 11: 12-13 – Cumplida en Mateo 27: 9-10

El Mesías sería acusado falsamente: Salmo 35:11 – Cumplida en Marcos 14: 57-58

El Mesías haría en silencio ante sus acusadores: Isaías 53: 7 – Cumplida en Marcos 15: 4-5

El Mesías sería escupido y golpeado: Isaías 50: 6 – Cumplida en Mateo 26:67

jesus y magdalena

El Mesías sería odiado sin motivo: Salmo 35:19, Salmo 69: 4 – Cumplida en Juan 15: 24-25

El Mesías sería crucificado con criminales: Isaías 53:12 – Cumplida en Mateo 27:38, Marcos 15: 27-28

Al Mesías le sería dado a beber vinagre: Salmo 69:21 – Cumplida en Mateo 27:34, Juan 19: 28-30

Las manos y los pies del Mesías serían horadados: Salmo 22:16,Zacarías 12:10 – Cumplida en Juan 20: 25-27

El Mesías sería burlado y ridiculizado: Salmo 22: 7-8 – Cumplida en Lucas 23:35

Los soldados se sortearían las prendas del Mesías: Salmo 22:18 – Cumplida en Lucas 23:34, Mateo 27: 35-36

Los huesos del Mesías no se romperían: Éxodo 12:46, Salmo 34:20 – Cumplida en Juan 19: 33-36

El Mesías iba a rezar por sus enemigos: Salmo 109: 4 – Cumplida en Lucas 23:34

Los soldados perforarían el costado del Mesías: Zacarías 12:10 – Cumplida en Juan 19:34

El Mesías sería enterrado con los ricos: Isaías 53: 9 – Cumplida en Mateo 27: 57-60

El Mesías resucitaría de entre los muertos: Salmo 16:10, Salmo 49:15 – Cumplida en Mateo 28: 2-7, Hechos 2: 22-32

El Mesías ascendería al cielo: Salmo 24: 7-10 – Cumplida en Marcos 16:19, Lucas 24:51

El Mesías se sentaría a la diestra de Dios: Salmo 68:18, Salmo 110: 1 – Cumplida en Marcos 16:19, Mateo 22:44

estatua de cristo en el templo de sal

  

Y LO SORPRENDENTE ES EL DETALLE DE CÓMO SE CUMPLIÓ

Porque hace 2000 años surgió una historia descabellada si es mirada con ojos humanos.

Una Virgen fue fecundada por Dios, dio a luz al hijo de Dios y continuó siendo virgen.
.
Y el hijo de Dios se hizo hombre con la misión de morir crucificado para expiar los pecados de los hombres.

¿Cómo se puede creer en la historia de una virgen fecundada por Dios, cuyo hijo se inmoló para perdonarnos?

Una historia absurda y poco convincente si alguien quisiera convencer a la humanidad para que adhiera a una religión.

Sin embargo está funcionando. Hoy más de 2 mil millones de cristianos creen este ‘cuento’ de alguna manera.

Sin embargo hay otra cantidad de personas a quienes les parece increíble.

Y en estas fechas en que los cristianos celebran el nacimiento de Jesús, se suele debatir si el Jesús histórico de tal relato descabellado existió o no.

La afirmación de los detractores de Jesús histórico parte de la base de que en realidad no sabemos mucho acerca de Jesús y de ahí llegan a que Jesús nunca existió.

También hay quienes dicen que aunque hubo un Jesús de Nazaret, era un rabino común de la época, y su imagen fue tomada después de su muerte para inventar un mesías divino.

  

LAS DUDAS SOBRE LA EXISTENCIA DEL JESÚS HISTÓRICO

«Hay buenas razones para dudar de la existencia histórica de Jesús – si no pensar que es improbable su existencia» escribió en una columna publicada en The Washington Post, Raphael Lataster, profesor de estudios religiosos en la Universidad de Sydney. 

Lataster es el autor de «No hubo Jesús, no hay dios« que es uno del creciente número de libros y artículos que cuestionan la existencia misma de Jesús.

«Jesús de Nazaret no fue más que una leyenda urbana (o del desierto), probablemente una aglomeración de varios crédulos rabinos que podrían haber existido» escribió Michael B. Paulkovich en un artículo en junio pasado en la revista Free Inquiry titulado, «La fábula de Cristo«.

icono del nacimiento

Hay muchos libros que expresan más o menos lo mismo:

Christ’s Ventriloquists” de Eric Zuesse (2012); “Proving History: Bayes’s Theorem and the Quest for the Historical Jesus” de Richard Carrier (2012); “Nailed: Ten Christian Myths That Show Jesus Never Existed at All” de David Fitzgerald (2010); “The Jesus Mysteries: Was the ‘Original Jesus’ a Pagan God?” de Timothy Freke and Peter Gandy (2001); “Deconstructing Jesus” de Robert Price (2000).

  

QUE SOSTIENEN ESTOS DETRACTORES

Su tesis general, incluye una serie de argumentos:

Los Evangelios fueron escritos décadas después de que Jesús supuestamente vivió.

Ellos no son fiables porque fueron escritos por los promotores del mito cristiano.

Los relatos de los Evangelios son sospechosamente incompletos, con pocos detalles de la vida de Jesús.

Muchos elementos de los Evangelios se contradicen entre sí.

No hay referencias contemporáneas a Jesús de fuentes no cristianas.

La muerte y resurrección de Jesús es similar otros mitos paganos de la época.

La gran mayoría de los estudiosos de la Biblia están en desacuerdo con estos argumentos, sea cual fuere lo que piensen de Jesús como una figura religiosa.
.
E incluso muchos de ellos están tratando de desacreditar a los detractores.

relieve de marfil del nacimiento

  

LOS ARGUMENTOS CONTRA LOS DETRACTORES

Lawrence Mykytiuk de la Universidad de Purdue, ha escrito en Biblical Archaeology Review examinando fuentes extra-bíblicas de escritores contemporáneos fuera del Nuevo Testamento, que dan fe de la existencia de Jesús.

«Por lo que sabemos, ninguna persona antigua jamás argumentó seriamente que Jesús no existió» escribe Mykytiuk.

Y cita a escritores paganos y judíos de la época que afirmaban la existencia de Jesús.

Bart Ehrman de la Universidad de Carolina del Norte, un destacado estudioso del Nuevo Testamento – y un evangélico que se volvió agnóstico – escribió una refutación detallada en su libro de 2012 titulado «¿Existió Jesús?: El argumento histórico de Jesús de Nazaret«.

Los creyentes y los escépticos pueden discutir entre ellos sobre quién es exactamente Jesús y lo que quiso decir, dijo Ehrman en una entrevista.

Pero el argumento de que Jesús no existió «es una propuesta muy ridícula».

Ehrman dice que más allá de las referencias no cristianas a Jesús de la época, los estudiosos pueden trazar elementos en los Evangelios poco después del momento en que Jesús murió.

Ese hecho, y los detalles históricos de los Evangelios, han convencido «virtualmente todos los eruditos en el mundo occidental» de que Jesús existió.

Él señala que mientras que el apóstol Pablo nunca conoció a Jesús personalmente – un punto que los negadores de Jesús a menudo mencionan – en sus muchos escritos del Nuevo Testamento, Pablo menciona que él conoce al hermano de Jesús, Santiago. 

«¡Si Jesús no existió, uno pensaría que su hermano lo sabría!», dice Ehrman.

Pero el argumento más convincente de Ehrman, de que Jesús fue una persona real es que no hubiera tenido ningún sentido inventar un Mesías crucificado.
.
Porque eso es lo contrario de lo que todos esperaban en el momento.
.
En otras palabras, no era un buen argumento de ventas.

Además, si Jesús fue el producto de una conspiración, uno podría pensar que los conspiradores hubieran contado la historia de una modo preciso y no hubieran dejado un montón de detalles contradictorios.

Por otra parte, dice Ehrman, no hay analogía en el mundo pagano de la época, de un ser humano que murió y resucitó de entre los muertos y luego fue exaltado como un ser divino.

Así que ¿por qué argumentan que Jesús fue un engaño persistente?

Por un lado, dice Ehrman,

«hay un montón de gente que ama las teorías de conspiración, y este es un tema brillante».

Pero esto se incrementa con la aparición de los «nuevos ateos» que están visiblemente en la búsqueda de criticar y socavar la religión y de luchar contra los guerreros de la cultura religiosa.

Estos neo-ateos, parecen querer tomar un atajo en la lucha contra el cristianismo con el argumento de que Cristo no existió.

«Creo que las personas que toman este punto de vista están realmente disparándose en los pies», dijo Ehrman.

«Si lo que quieren hacer es contrarrestar el cristianismo, entonces realmente deben hacerlo sobre una base intelectual sólida en lugar de discutir algo que es francamente tonto».

pastores adorando a jesus

  

TAMBIÉN SOBRE LA VIRGEN MARÍA

Pero en esta época los neo ateos se centran más específicamente en el nacimiento virginal de Jesús.

Porque es difícil ‘vender’ que una joven adolescente soltera queda embarazada, pero el padre no es un hombre, sino Dios mismo.
.
Y la chica es virgen y (algunos creen) sigue siendo virgen incluso después de que ella da a luz a su bebé.

Esa historia del nacimiento por una Virgen es uno de los principios centrales de la fe de 2 mil millones de cristianos en el mundo.

La historia es afirmada por todas las ramas del cristianismo, desde la ortodoxia oriental al mormonismo, desde los católicos a los protestantes.

Sin embargo muchos teólogos y pastores dicen que el nacimiento virginal se subestima en la época navideña, por encontrar la idea difícil de tragar.

De modo que muchos creyentes prefieren centrarse en el pequeño bebé en el pesebre en lugar de la forma inusual en que llegó allí.

Pero para otros cristianos, el nacimiento virginal es un tema clave.

Puede haber ambigüedades sobre otros milagros bíblicos, tales como si Jesús realmente fue capaz de convertir el agua en vino, pero el nacimiento virginal debe ser aceptado como un evangelio.

  

SI NO SE CREE EN EL NACIMIENTO VIRGINAL GRAN PARTE DEL CRISTIANISMO SE DESMORONA

«Eliminar la milagrosa de Navidad es eliminar la historia central del cristianismo», dice Gary Burge, profesor de Nuevo Testamento en el Wheaton College.

«Sería desmantelar el centro del pensamiento cristiano y quitar la clave de la teología cristiana».

¿Por qué el nacimiento virginal es el eje central del cristianismo? ¿Fue un milagro o una metáfora?

Pietro-Cavallini-adoracion de los reyes magos

Para Burge, un evangélico autor de «Preguntas de Teología que todo el mundo pregunta«, el nacimiento virginal es esencial.

Su pensamiento es el siguiente:

Si Jesús no nació de una virgen, entonces él no era el hijo de Dios.
.
Si él no era el hijo de Dios, entonces no fue más que otro hombre crucificado.
.
Y no el sacrificio que habría de redimir los pecados del mundo.

«En Jesús, no tenemos un profeta que habla simplemente como ser humano acerca de Dios.

Tenemos al hijo de Dios, que nos presenta al Padre», dice.

«Es una diferencia absolutamente enorme. 

Al poner en peligro el nacimiento virginal el cristianismo se convierte simplemente en un gesto humano en lugar de una revelación divina».

  

UNA HISTORIA DIFÍCIL DE CREER

Pero el nacimiento de Jesús se encuentra en sólo dos de los cuatro EvangeliosEn Mateo, un ángel le dice a José:

«No temas recibir a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo«.

En Lucas, un ángel le dice a María:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra

Por lo tanto, el niño a nacer será llamado santo – el Hijo de Dios».

La famosa respuesta de María«¿Cómo puede ser esto?» – se ha hecho eco en los escépticos y los creyentes desde entonces.

virgen con el nino

Algunos estudiosos ven en la ausencia del nacimiento virginal en los otros dos Evangelios, Juan y Marcos, como prueba de que la historia se originó después de la muerte de Jesús.

Como  una manera de hacer que Jesús fuera especial, para demostrar que era quien decía que era a un mundo escéptico.

Pero Ben Witherington, profesor de Nuevo Testamento en el Seminario Teológico Asbury, se pregunta:
.
¿Por qué iba alguien a querer crear una nueva religión sobre una historia tan descabellada?

«Mateo y Lucas se sienten obligados a contarnos la historia, ya que están totalmente convencidos de que es lo que pasó», dice.

«Nadie podría creerles a menos que hubiera evidencia clara y convincente de que sucediera. 

Si sólo hubieran querido bonitas metáforas no hubieran puesto los pelos de punta de nadie, esta no una la historia adecuada pare ello».

  

¿SÓLO UNA METÁFORA?

La historia se consolidó por el 381 dC, en el Credo de Nicea, una profesión de fe utilizada por todas las ramas del cristianismo excepto el mormonismo.

Aunque diferentes versiones varían en la redacción exacta, el credo dice de Jesús

«y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre»

Pero algunos cristianos contemporáneos lo ven como una metáfora, no un milagro.
.
Para John Shelby Spong, un obispo episcopal retirado y autor de «Nacido de Mujer«, la historia se vuelve más poderosa cuando es despojada de sus elementos sobrenaturales.

«María tenía que producir sin perder su virginidad y eso es un truco interesante», dijo el famoso liberal Spong.

«Creo que denigra nuestra humanidad

La biología es maravillosa – un hombre y una mujer se aman y crean un niño que representa a los dos, y creo que es un símbolo poderoso y maravilloso».

Sin embargo repensar a María de ese modo va demasiado lejos para Christian Smith, sociólogo de la religión de Notre Dame.

«Si Dios no es capaz de un milagro como el nacimiento virginal, entonces, ¿qué clase de Dios es este?», dice.

«Si se abandona la doctrina de que Jesús es plenamente Dios y plenamente humano, entonces se convierte en sólo un gran maestro. 

Pero entonces ¿cuál es el punto de la muerte en la cruz si no ata a Dios encarnado con Dios con nosotros?»

Gay Byron, ministro presbiteriano y profesor de Nuevo Testamento en la Universidad de Howard, dice que una de las razones de que algunos cristianos cuestionen el nacimiento virginal es que la Iglesia ha hecho un mal trabajo en explicarlo.

«Esta historia importa hoy tanto como importaba hace más de 2000 años

Así que los que creemos seguiremos compartiendo la historia y abriendo nuevas posibilidades para conectarla a la realidad en nuestro mundo de hoy».

  

TE DARÉ UNA SEÑAL: «UNA VIRGEN CONCEBIRÁ Y DARÁ A LUZ UN NIÑO»

Desde el principio había sido predicho por Dios.

María, la Mujer del Génesis: Virgen al concebir, virgen al dar a luz. Virgen después del parto.

Porque, ¿para qué querría Dios mantener la virginidad de la Madre de Su Hijo durante el parto, si no era para que esa virginidad fuera eterna?

La palabra es clara y transparente para aquellos que alaban a Dios y se vuelve oscura y misteriosa para los incrédulos.

Un pequeño Niño, un pesebre, una pequeña ciudad.

“Y tú, Belén Efrata, no eres la más pequeña entre las ciudades de Judea, porque de ti nacerá el que será gobernante de Israel”. (Miqueas 5:2).

La historia fue cumpliéndose poco a poco.

Y sobrevino el final, que fue un principio.

«Sobre mi espalda araron los aradores, abrieron grandes surcos» (Salmo 129).

“Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos». (Salmo 22).

Lo que para nosotros los creyentes alcanza y sobra, para los incrédulos no sirve.

“Por más que escuchen no entenderán, por más que miren, no verán.

Pues la mente de este pueblo está entorpecida, tienen tapados sus oídos y sus ojos están cerrados.

Para que no puedan ver ni oír, ni puedan entender, para que no se vuelvan a Mí y Yo no los salve”. (Isaías 6:9. Mateo 13: 14-15)

¡Qué diáfana Tu presencia, Señor, qué claro Tu mensaje, qué irresistible Tu ejemplo!

Haz, Señor, que nosotros, los que hemos tenido la bendición de recibir Tu mensaje y creer en él, perseveremos con Tu Gracia en la Fe para que las tentaciones del mundo no puedan confundir nuestros sentidos abiertos a Ti. Amén.

Fuentes:



María de los Ángeles Pizzorno de Uruguay, Escritora, Catequista, Ex Secretaria retirada

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La VIDA DE JESÚS en 20 Pasos [desde que fue concebido hasta que resucitó]

Los cristianos siempre han deseado tener un cuadro claro y cronológico de la vida de Jesús.

Es un deseo que humanamente se comprende bien.

Aquí desarrollamos su historia en una secuencia 20 pasos, comenzando con su nacimiento.

vitral de jesus supremo pastor fondo

Las páginas que siguen acerca de este tema tienen que ir marcadas con muchos signos de interrogación.
.
Pero ya la mera referencia a esas interrogantes acentúa el colorido del cuadro. 

La mayor virtud de este artículo es el ordenamiento de los sucesos en la vida de Jesús, porque las fechas que maneja son discutibles.

 

NACIMIENTO DE JESÚS, INFANCIA Y JUVENTUD

 

1. La fecha del nacimiento de Jesús

No podemos establecerla con seguridad. A pesar de lo cual hay ciertos puntos de apoyo:

a) Un terminus ante quem (fecha “antes de la cual” no se puede poner) es la fecha de la muerte de Herodes el Grande, ocurrida en la primavera del 750 ab urbe condita (el 750 de la fundación de Roma).

Ahora bien, ese año corresponde al año 4 antes de Cristo — pues no hay un año 1 a.C. ni un año 1 d.C. —, porque el año primero cristiano corresponde al 753 ab urbe condita.

Puesto que Herodes aún vivía cuando nació Jesús, éste debió nacer antes del año 4 de la era cristiana.

Evitaremos la contradicción que supone decir que Cristo nació “antes de Cristo” y hablaremos mejor del cómputo o de la era cristiana.

b) El censo del que habla Lc 2:13 correspondió probablemente en los territorios de Herodes a los años 107 a.C., luego de que sus relaciones con Roma se perturbasen el año 8 a.C.

Si el nacimiento de Jesús ocurrió durante el período del censo en cuestión, la fecha de dicho acontecimiento habría que colocarla entre los años 7 a 4 antes de la era cristiana.

c) Las investigaciones sobre la aparición de la estrella (“la estrella de Belén”), que los astrónomos sitúan en el año 7 a.C., confirman así mismo el año 7 antes de la era cristiana como el año del nacimiento de Jesús.

Pese a todos los problemas que ello comporta hay que establecer como año primero el de la conjunción de los astros.

Algunos opinan que el cómputo del tiempo el nacimiento de Cristo probablemente está retrasado en siete años.

Error que fácilmente pudo introducirse porque hasta el siglo VI de la era cristiana nadie había establecido una relación cronológica entre los datos de la vida de Jesús y los cómputos vigentes del tiempo.

Y el reparar algo así resulta extraordinariamente difícil.

En los años 523-525 el sabio monje Dionisio — que a sí mismo se llamaba “Dionysius Exiguus,” Dionisio el Exiguo — investigó la fecha alejandrina de la pascua.

El año 525 publicó Dionisio su Líber de paschate (Calendario pascual), en el cual ofrecía también un cómputo sobre el tiempo de la vida de Jesús.

Para ello utilizó los distintos datos de los Evangelios y los relacionó con los dos cómputos habituales por aquella época: el cómputo ab urbe condita (o de la fundación de Roma), que desde luego resultaba más bien de un valor meramente literario frente al otro cómputo, que era el año del acceso al trono del emperador Diocleciano.

El día del acceso al trono de Diocleciano lo fijaba Dionisio para el 29 de agosto del 284 d.C., y el año de la fundación de Roma tendría que haber sido el año 754 a.C.

En dicho cálculo había fallos que se debían sobre todo a la fórmula de Lucas, según la cual cuando Jesús compareció en público “tenía como unos treinta años” (Lc 3:23).

En el año 1606 Kepler señalaba (De Jesu Christi salvatoris nostri vero anno natalitio) que el año 7 a.C. era el año del nacimiento de Jesús, después de haber calculado el año de la conjunción de los astros.

Desde entonces son muchos los biblistas que han rechazado una y otra vez el establecer una conexión seria entre la aparición de la estrella y el nacimiento de Jesús.

Ello impondría cautela sobre las consecuencias que se han sacado del año de la aparición de la estrella.

nacimiento en la gruta de belen

 

2. La época del año en que nació Jesús

Es difícil de establecer; sólo cabe combinar algunos datos, sin llegar a resultados seguros.

El relato de los pastores — en el caso de que pueda tener alguna significación histórica — indica que al tiempo de nacer Jesús los rebaños pernoctaban al aire libre, cosa que ocurría de hecho desde marzo hasta finales de octubre.

Con ello tendríamos esas fechas para situar el nacimiento de Jesús: marzo  finales de octubre (del año 7 a.C.).

Mas, dado que en Belén durante el verano los campos no dan hierba alguna, que sólo brota tras las primeras lluvias otoñales, cabría suponer que los rebaños se concentraban en Belén principalmente antes del verano, por los meses de marzo-abril.

Y como hemos de suponer también que los trabajos del censo descansaban en pleno verano y durante la época de las lluvias invernales.

Por ese lado no habría nada que oponer a la fecha de marzo-abril para el nacimiento de Jesús, aunque tampoco esto suponga una confirmación de tal fecha.

¿Y por qué no se habla de la noche del 24-25 de diciembre?

Esa noche era una noche de fiesta pagana ya desde el año 275; en ella celebraban los romanos la primera noche del solsticio de invierno, en la que ya se advierte el acortamiento de las horas de oscuridad.

Era la noche del natalis Solis invicti (el natalicio del Sol invicto, es decir, del invicto dios del Sol).

Como los cristianos nuevos, cuyo número aumentaba de día en día después del año 311 (fecha en que el emperador Constantino permitió el cristianismo en el imperio romano), a pesar de su cristianismo se sintieran atraídos a celebrar la fiesta pagana del Sol, la Iglesia cristiana de Roma hizo de esa fiesta el día del nacimiento del “Sol de justicia” (es decir, la festividad natalicia de Jesucristo).

Ello ocurrió con toda seguridad entre los años 311 y 336 (para ese último año la fiesta ya está documentada).

La visita de los magos — en el caso de que también se la quiera incorporar a la cronología — habría que situarla de un modo más seguro a comienzos de diciembre (del año 7 antes de la era cristiana), porque en esas fechas apareció la conjunción astral en el cielo vespertino.

Pero los sabios vieron la estrella cuando viajaban de Jerusalén a Belén.

Y aunque Heredes solía pasar la mayor parte de los inviernos en Jericó, ello no tendría que suponer ningún impedimento para aceptar diciembre como fecha de la visita de los magos, ya que, con motivo de la fiesta de la Dedicación del templo, Herodes pudo haber pasado algunos días en Jerusalén.

Pese a lo cual también es posible que la aparición de la estrella a los sabios ocurriera en el equinoccio de septiembre-octubre, cuando la estrella era visible en la noche.

Resulta sin embargo dudoso que una caravana se ponga en marcha en pleno verano para un viaje de seis semanas a través del desierto. Por ello resulta más verosímil la fecha de diciembre.

Huida_a_Egipto1

 

3. La huida a Egipto

Siguió a la visita de los magos; pudo, pues, muy bien haber ocurrido en el invierno de los años 76 antes de la era cristiana.

Como Herodes el Grande murió en la primavera del año 4, la estancia en Egipto de la sagrada familia se habría prolongado al menos durante dos años (desde el invierno de los años 76 hasta la primavera del año 4).

La matanza de los inocentes por mandato de Herodes habría que colocarla en la primavera del año 6, tal vez después de que Herodes había regresado a Jerusalén de su estancia invernal en Jericó: escasamente un año después de la ascensión helíaca de la estrella.

Para excluir cualquier incertidumbre Herodes ordenó la muerte de todos los niños varones desde dos años de edad, con lo que incluía en su orden como años completos los dos años que empezaban en la primavera del año 7 antes de nuestra era.

Tras la muerte de Herodes (el año 4) pudo José retrasar algún tanto el regreso en espera de que se tranquilizasen las cosas.

Y sólo entonces regresó a Israel con María y el niño Jesús.

Desde aproximadamente el otoño del año 4 antes de nuestra era vivió la sagrada familia en Nazaret.

dibujo de la huida a egipto

 

4. Jesús tenía doce años, cuando estalló la sublevación de Judas de Galilea en los antiguos territorios herodianos

Ello explica también, en el relato de Lucas, el hecho sobre todo de que los peregrinos viajasen “en grupo” o “en caravanas” (Lc 2:44), porque eran tiempos inseguros.

La atmósfera de rebelión influyó con toda seguridad en las discusiones de los letrados en el templo, por lo que no se puede excluir que las enseñanzas sobre el Mesías hubieran retenido a Jesús en el templo.

Resultarían por tanto aproximadamente estas fechas: Concepción de Jesús en junio-julio del año 8 antes de nuestra era (la marcha de María a las montañas también en junio-julio del año 8)

Nacimiento de Juan Bautista y regreso de María a Nazaret en septiembre-octubre de ese mismo año 8.

Viaje a Belén en febrero-marzo del año 7 (siempre antes de nuestra era).

Nacimiento de Jesús en marzo-abril del año 7 (la duración del viaje pudo ser de cuatro días).

Circuncisión de Jesús a los 8 días después del nacimiento.

Rescate de Jesús en el templo en abril-mayo del año 7.

Visita de los magos a comienzos de diciembre de ese mismo año (lo más pronto a finales de septiembre del año 7).

Huida a Egipto entre mediados de diciembre del año 7 y la primavera del año 6.

Matanza de los inocentes de Belén en la primavera del año 6.

Muerte de Herodes el Grande en marzo del año 4 antes de la era cristiana.

Regreso de la familia de José a Nazaret a finales de verano o en el otoño del año 4

Viaje a Jerusalén, cuando Jesús tenía doce años y se perdió, el año 6 de la era cristiana.

Sin embargo, por concluyentes que puedan parecer estos cálculos, sólo tienen un fundamento, si los acontecimientos de los que se parte son acontecimientos realmente históricos.

La marcha de María a la región montañosa para visitar a su prima Isabel, la madre de Juan (Bautista), sólo puede ser histórica si la tal Isabel era realmente su pariente o conocida, y no sólo un elemento de predicación que pretende señalar cómo Jesús es el salvador de los necesitados, y que Lucas referiría para mostrar que Jesús lo había sido ya desde antes de nacer.

Lo mismo con la visita de los magos posiblemente sea sólo una narración, sin ninguna pretensión histórica, que pretendía anunciar sobre todo a los judíos la vocación de todos los pueblos a la comunidad de Jesús, resulta problemático que la “estrella de Belén” tenga tanto valor para señalar la fecha del nacimiento de Jesús.

Naturalmente, hay que contar también con la posibilidad de que el autor de la narración de los magos (Mt 2:1-12) la haya inventado, pero relacionándola con la conjunción de los planetas que él conocía.

De ese modo la aparición de la estrella seguiría siendo una indicación cronológica, aunque para el autor se tratase de una imagen simbólica y de una referencia “al recién nacido rey de los judíos” (Mt 2:2), si bien su nacimiento no estaría tan estrechamente ligado a la aparición de la estrella como querríamos deducir del texto.

jesus-christ-icon

 

EL MINISTERIO PÚBLICO

Según los Sinópticos habría durado aproximadamente año y medio; pero el Evangelio de Juan sugiere una actividad pública de Jesús más larga.

Esta contradicción ha hecho reflexionar mucho a los comentaristas. Tal vez sea insoluble.

Cabe, sin embargo, una propuesta razonable de solución, suponiendo por ejemplo que los Sinópticos sólo pretenden abarcar la última y decisiva fase de la vida de Jesús, mientras que Juan tendría ante los ojos todo el período que media entre el bautismo y la crucifixión.

Habría que suponer, además, que los Sinópticos pasan inmediatamente del bautismo y tentación de Jesús al último año decisivo.

O mejor, que han resumido todos los acontecimientos en un año, mientras que el Evangelio de Juan después del bautismo de Jesús y su ayuno de cuarenta días empieza con el tiempo en que Jesús todavía actuó a la sombra del Bautista, dando a entender claramente una actividad de Jesús más prolongada.

Como quiera que sea, la “cronología corta” de los Sinópticos no constituye una contradicción de la “cronología larga” del evangelista Juan, ya que se puede encajar bien en los períodos de tiempo señalados por el cuarto Evangelio.

La “cronología larga,” que puede establecerse según el Evangelio de Juan, se apoya sobre todo en los relatos de las visitas de Jesús a Jerusalén, con lo que resultan varias fiestas de Pascua celebradas por Jesús.

Los Sinópticos, en cambio, sólo refieren extensamente una visita de Jesús a la capital: la visita para la Pascua de la pasión.

Mas también los Sinópticos dan a entender — por ejemplo, Mt 23:37 — que Jesús acudió varias veces a Jerusalén: “Jerusalén, Jerusalén… ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos…!”

También de Lc 9:53; 13:15; 17:11 hay que concluir la existencia de varios viajes a Jerusalén, aunque no sea posible sacar conclusiones más precisas al respecto.

betania lugar bautismo

 

5. El bautismo de Jesús

Debió de haber tenido lugar entre la aparición de Juan Bautista y su encarcelamiento.

Para la presentación en público del Bautista se señala el año quince del gobierno del emperador Tiberio (Lc 3:1); ese año correspondió al 28 d.C.

Los otros datos que Lc 3:12 concuerdan con ello: Poncio Pilato era procurador de Judea desde el año 26 d.C.; Herodes Antipas era tetrarca de Galilea (desde el 4 a.C. al 39 d.C.); Filipo, su hermano, era tetrarca de Iturea (del 4 a.C. al 34 d.C.) y eran sumos sacerdotes Anas y Caifas.

Así pues, ese año 28 d.C. viene refrendado por los paralelos cronológicos, aunque la fecha no pueda precisarse con la exactitud que desearíamos.

Para dar un dato preciso podríamos decir que Juan Bautista ejerció su ministerio público desde la primavera del año 28 d.C.

Como según la cronología que proporciona el Evangelio de Juan, la encarcelación de Juan Bautista hay que ponerla en el otoño del 29 ó del 30 d.C., entonces el bautismo de Jesús se situaría en la primavera de los años 28, 29 ó 30 d.C.

Estando a la cronología del mismo cuarto Evangelio, parece preferible la primavera del año 29 para el bautismo de Jesús, si el año de su muerte fue el 32 d.C., como preferimos pensar.

Adoptamos, pues, la primavera del año 29 d.C. como el tiempo del bautismo de Jesús (podría haber sido hacia febrero).

La permanencia de Jesús en el desierto hay que conectarla directamente con el bautismo, según el texto: “Luego el Espíritu lo impele al desierto” (literalmente según Mc 1:12).

Lo que no podemos es concluir de los “cuarenta días” de ayuno que la estancia de Jesús en el desierto se prolongó hasta el mes de abril, ya que los “cuarenta días” es un número esquemático que se refiere a la permanencia de Moisés en el Sinaí durante ese período de tiempo.

Jesús aparece así como el nuevo legislador en paralelismo con el viejo legislador Moisés. Con otras palabras, no se puede establecer una duración precisa de la permanencia de Jesús en la montaña de Judá.

vida de jesucristo

 

6. La primavera prepascual el 29 d. C.

Tras su estancia en el desierto Jesús regresó al Jordán, donde Juan el Bautista le traspasó dos de sus discípulos: Juan y Andrés.

Estos consiguieron — en el Jordán o de camino hacia Galilea — que se les uniesen Simón Pedro, Felipe y Natanael (Jn 1:35-51).

Con esos cinco discípulos llegó Jesús “al tercer día” a Cana, donde encontró a su madre, que estaba invitada a una boda, y también encontró allí a sus hermanos (Jn 2:12).

Con su madre, sus hermanos y sus discípulos pasó por Nazaret, camino de Cafarnaúm: en Nazaret debió de haberse reunido el consejo de familia, pues Jesús, sus hermanos y su madre bajan desde allí a Cafarnaúm (Jn 2:21).

Algunos días después marchó Jesús con sus (cinco) discípulos a Jerusalén con motivo de la fiesta de Pascua.

 

7. La Pascua del 29 d.C.

En esa fecha empezó Jesús su actividad de juez mesiánico con la purificación del templo (Jn 2:13-22).

Con ocasión de esa visita pascual celebró Jesús su encuentro con Nicodemo (Jn 3:1-21), si mantenemos la sucesión joánica de las perícopas, que evidentemente podría ser histórica

 

8. De comienzos del verano a noviembre del 29 d. C.

A principio del verano se dirigió Jesús de Jerusalén al Jordán, donde había recibido el bautismo de Juan, predicó e hizo que sus discípulos bautizasen a la gente.

Cuando supo que los fariseos lo vigilaban y llevaban a mal la afluencia de gente que provocaba, partió hacia Galilea pasando por Samaría.

Por las mismas fechas bautizaba también Juan aguas arriba del río (Jn 3:22-24).

En ese viaje por Samaría tuvo tal vez lugar el encuentro con la samaritana junto al pozo de Jacob (Jn 4:142).

En Cana le salió al paso un funcionario de la corte suplicándole que curase a su hijo (Jn 4:43-45). Ese viaje de regreso podría colocarse en noviembre del 29.

Cabe suponer que desde el Jordán Jesús se acercó a Jerusalén para la celebración de las fiestas de Pentecostés y Tabernáculos.

 

9. Entre finales del 29 y el otoño del 30 d. C.

Incluso ya en la primavera del 31 es difícil de establecer una secuencia cronológica.

Ethelbert Stauffer deja correr “diez meses tranquilos” entre Jn 4:54 y Jn 5:1.

Con seguridad hay que colocar en ese período el encarcelamiento de Juan Bautista y su ejecución.

Por ello no se puede decir que fueran “meses tranquilos” en el sentido de que Jesús se retirase.

Su actividad debió de suscitar una gran conmoción, hasta el punto de que Juan Bautista, encarcelado, tuvo noticias de todo ello por sus propios discípulos y le mandó a decir: “¿Eres tú el que ha de venir?” (Mt 11:3).

Eso debió de ocurrir lo más tarde en el otoño del 30, y ciertamente en Judea.

Cabría ordenar muy bien los acontecimientos entre el 29 y el otoño del 30 de este modo:

Primero una actividad más tranquila en Galilea, debido tal vez a la crítica de los discípulos de Juan Bautista.

Marcha, así mismo tranquila, para la festividad pascual en Jerusalén, y quizá también para celebrar allí la fiesta de Pentecostés del año 30.

En ese tiempo ocurrieron ciertamente la curación de la suegra de Pedro, la curación de un tullido y de muchos otros enfermos.

Más tarde, a finales de verano del 30 d.C., llamamiento de los apóstoles y, tras la encarcelación del Bautista, una comparecencia sonada en Galilea.

Ahí habría que poner probablemente un sermón de la montaña como predicación programática, la curación de un leproso (Mt 8:14), la curación de un criado del centurión (Mt 8:5-13), la curación de un poseso (Mt 12:22-24; Lc 11:14), una predicación junto al mar (Mc 4:1-34), la tempestad calmada y los sucesos de Gerasa (Mc 4:3 55:21), el encuentro con la hija de Jairo (Mc 5:22-43), el fracaso en Nazaret (Mc 6:26), el envío de los apóstoles (Lc 9:1), la predicación en Judea — de camino hacia la fiesta de Tabernáculos, a fines de septiembre — y la pregunta del Bautista (Lc 7:18-28).

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10. En octubre del año 30 d.C.

Es decir, tras la pregunta que le mandó formular Juan, y probablemente también después de la muerte del precursor, encontramos a Jesús en “una fiesta” de los judíos en Jerusalén.

Si traducimos el texto griego de Jn 5:1 en su tenor literal tendremos: “Después de esto se celebraba una fiesta de los judíos”; esa fiesta no podía ser otra que la de Tabernáculos.

Y en ella pondría el cuarto Evangelio la curación de la piscina de Betesda (Jn 5:115).

Políticamente, el año 30 d.C. fue un año peligroso para el judaísmo.

Sejano, el hombre fuerte de Roma y el mayor enemigo de los judíos en la historia romana, retiró al gran consejo la autoridad para decretar la pena capital, dejando en sus manos únicamente la jurisdicción sobre asuntos religiosos.

 

11. En enero del 31 d.C.

Obtuvo Sejano el consulado en compañía de Tiberio.

En ese tiempo Pilato, que era amigo de Sejano, debió de recibir el título de “amigo del César” (amicus Caesaris, cf. Jn 19:12).

 

12. Primavera del 31 d.C.

Ya antes de la Pascua las esperanzas mesiánico – políticas de Galilea se habían concentrado de tal modo en la persona de Jesús que sólo podía recorrer el país rodeado de grandes muchedumbres (de hombres sobre todo).

El relato de la multiplicación de los panes (Jn 6:113) muestra a Jesús en medio de una de esas multitudes que lo buscaban como al Mesías.

Tuvo que escapar de ellos porque querían hacerlo rey (Jn 6:15).

Después tuvo lugar un enfrentamiento con los judíos en la sinagoga de Cafarnaúm en torno al tema de la palabra de Dios como donadora de vida, que el apóstol Juan (Jn 6:2271) ha transmitido como un discurso eucarístico.

Pascua del 31 d. C.: Jesús está en Jerusalén para celebrar la Pascua; es una fiesta que ni siquiera Juan menciona.

Mas, dado que Jesús observó fielmente esas fiestas de peregrinación y ni siquiera sus enemigos le reprocharon jamás el que no las hubiera practicado, hemos de suponer que también en aquella festividad pascual acudió a Jerusalén.

 

13. De Pascua a la fiesta de Tabernáculos del 31 d. C.

Permaneció Jesús en Galilea.

Para escapar a las pesquisas del gran consejo, por una parte, y al agobio de la multitud que le seguía incansable, por la otra, Jesús buscó un respiro retirándose a la región de Tiro y Sidón (Mc 7:2430).

Al regreso de allí habría que colocar la denominada “segunda multiplicación de los panes” (Mc 8:19), si es que tuvo efecto una tal segunda multiplicación.

Nueva peregrinación, por los mismos motivos, a la región de Cesárea de Filipo.

Confesión mesiánica de Pedro (Mc 8:2734). En ese viaje Jesús habló de su pasión (Mc 8:3032).

A finales del verano del 31 corresponde la ascensión al monte Tabor (Mc 9:19) con los sucesos subsiguientes al pie del monte (Mc 9:1328).

Todos los evangelistas hacen seguir otro anuncio de la pasión (Mc 9:2931), a propósito de lo cual estalló una discusión entre los discípulos (Mc 9:3236).

En septiembre del 31 partió Jesús hacia Jerusalén para la fiesta de Tabernáculos (Jn 710).

 

14. La fiesta de Tabernáculos

Tuvo una importancia decisiva en la vida de Jesús, y en cualquier caso ésta fue la última fiesta de Tabernáculos antes de su muerte — cualquiera sea la duración que supongamos para el ministerio público de Jesús.

De acuerdo con la cronología que aquí proponemos (como una posibilidad), es la fiesta del año 31. He aquí algunos datos relativos a la fiesta:

Duraba siete días, más otro final (el cierre o conclusión).

No sabemos cuándo llegó Jesús a la fiesta; pero en público sólo apareció cuando la fiesta ya iba por la mitad (Jn 7:14); el motivo debió de estar en la sublevación que se planeaba.

“En el último día de la fiesta, que era el más solemne” (Jn 7:37) hubo en el templo un enfrentamiento casi tumultuario entre partidarios y enemigos de Jesús y de su condición de profeta y Mesías (Jn 7:3752).

La noche del último día de fiesta, que tenía carácter sabático, la pasó Jesús en el monte de los Olivos.

El sábado del día octavo de la fiesta (el gran día, el día final) hubo un enfrentamiento con los escribas y fariseos: discurso sobre la luz del mundo (Jn 8:12ss) y otro discurso sobre los hijos de Abraham (Jn 8:31ss).

El enfrentamiento acabó con un intento de lapidación de Jesús, “pero Jesús se escondió y salió del templo” (Jn 8:59).

“De paso” — según cuenta Jn 9:1 — encontró al ciego de nacimiento, que Juan convierte en una historia de curación milagrosa. Y, como era día de sábado, nuevo enfrentamiento con los fariseos (Jn 9:141).

Entre los discursos de esta fiesta de Tabernáculos quizás haya que poner también el discurso del buen pastor, que Juan 10:1-21 hace seguir a esos acontecimientos. Jesús se retiró luego de Jerusalén a Galilea.

18 de octubre del 31 d. C.: el emperador Tiberio se deshace de su compañero de consulado Sejano.

 

15. En el invierno del año 31 d. C. Jesús viaja a la capital con motivo de la fiesta de la Dedicación del templo

El viaje lucano (Lc 9:5110:24) puede muy bien entenderse como el viaje con motivo de esta fiesta de la Dedicación del templo.

Durante ese viaje de noviembre-diciembre habría que colocar: la negativa de los samaritanos a dar hospedaje a Jesús (Lc 9:5256), la misión preliminar de los setenta discípulos a Judea, “a todas las ciudades y lugares adonde él tenía que ir” (Lc 10:1ss).

Al final del viaje ocurrió la visita a casa de María: “Una sola cosa es necesaria” (Lc 10:3842).

También con ocasión de aquella festividad intentó el pueblo arrancar a Jesús una palabra decisiva sobre sus planes.

A la declaración de Jesús sigue un nuevo intento de lapidación (Jn 10:2239). Acabada la fiesta de la Dedicación Jesús se retiró a Perea (Jn 10:40).

 

16. Jesús se mantuvo en la región al este del Jordán (Perea)

Tal vez en la zona de aquella Betania en la que Juan había bautizado al principio.

Allí le llegó el mensaje de que su amigo Lázaro había caído enfermo, en la otra Betania, la que estaba junto al monte de los Olivos.

Aún pasaron dos días, y cuando Jesús llegó al pueblo de su amigo, éste ya había muerto (Jn 11:144).

Inmediatamente después, uno de los días que siguieron a los sucesos de Betania, tuvo lugar la reunión del gran consejo en la que se decidió eliminar a Jesús.

Decisión que se relaciona explícitamente con el milagro de la resurrección de Lázaro (Jn 11:4553).

Pero Jesús escapó a la amenaza de detención y se refugió en la región cercana al desierto, en una ciudad llamada Efraím (Jn 11:54).

No se puede dar ninguna datación precisa para ese breve viaje en las cercanías de Jerusalén.

Ethelbert Stauffer se refiere al tratado de la Misnah denominado Sanhedrín (43a), que habla de un pregonero que recorrió el país cuarenta días antes de la ejecución de Jesús gritando: “Tiene que ser lapidado porque ha encantado y seducido a Israel y lo ha llevado a la apostasía. Quien quiera que sepa alguna justificación en su favor, que venga y la deponga.”

Ese dato podría indicar efectivamente que la reunión del gran consejo que acabó decretando la muerte de Jesús habría tenido lugar unos cuarenta días antes de la condena de Jesús.

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EL AÑO DE LA MUERTE DE JESÚS

Lo podríamos situar en el 32 d.C., con el argumento de que la fiesta de Pentecostés de los Hechos de los apóstoles (Act 1:122:41) encaja en ese año mejor que en ningún otro.

 

17. El viaje a la Pascua de la muerte lo emprendió Jesús desde su retiro

Juan habla de Efraím (Jn 11:54), mientras que por Lc 17:11 deduciríamos que venía más del norte.

El viaje lo inició Jesús aproximadamente dos semanas antes de la Pascua.

Antes de llegar a Jericó habría que colocar el encuentro con los diez leprosos (Lc 17:11-19).

Hacia el jueves (anterior al domingo de ramos) llegó Jesús a Jericó, donde habría que ubicar la curación del ciego

En Jericó llama Jesús al jefe de los publícanos, Zaqueo, para que baje de la higuera: “Conviene que hoy me hospede en tu casa” (Lc 19:110), y es de suponer que la noche del jueves al viernes la pasó Jesús en casa de Zaqueo.

El viernes debió de trasladarse de Jericó a Jerusalén, donde permanecería o en su refugio habitual del monte de los Olivos o en casa de Lázaro.

Como quiera que fuese, el sábado se encontraba en Betania, donde sin duda acudió por la mañana a la sinagoga.

La comida del sábado después del servicio religioso la hizo en casa de Simón el Leproso, donde lo ungió María (Jn 12:18).

“Al día siguiente” (Jn 12:12), es decir, el primer día de la semana, el que ahora llamamos “domingo,” y que fue el Domingo de Ramos, marchó Jesús a Betfagé, camino de Jerusalén.

Durante ese camino empezó el homenaje mesiánico que le tributaron (Lc 19:28-40).

Antes de que la procesión descendiera al valle, es decir, todavía sobre el monte de los Olivos, pronunció Jesús su lamentación sobre Jerusalén (Lc 19:41-44).

Tras la solemne recepción en Jerusalén marchó Jesús al templo y probablemente con esa primera visita después de su entrada en la capital hay que relacionar “la (segunda) purificación del templo.”

 

18. Después de la entrada en Jerusalén

Durante los días que siguieron — desde el domingo al miércoles — hay que situar estos hechos: la trampa que le tienden a Jesús con la cuestión del tributo (Mt 22:1521 y paralelos) y el enfrentamiento con los saduceos a propósito de la resurrección (Mt 22:2333 y par.); así mismo la trampa que le tienden al reclamar su opinión acerca de la mujer adúltera (Jn 8:111).

Mateo, siguiendo su esquema centralizador, agrega aquí una serie de discursos y parábolas de Jesús, pero que en parte debió de pronunciarlas antes de estas fechas: respuesta de Jesús a la pregunta acerca del mandamiento principal (Mt 22:34-40), réplica de Jesús sobre el Mesías (Mt 22:41-46), advertencia contra los fariseos (Mt 23:136), la parábola del banquete de las bodas reales (Mt 22:1-14), el discurso sobre el fin del templo y el final del tiempo (Mt 24:151), la parábola de las diez vírgenes (Mt 25:1-13), la parábola de los talentos (Mt 25:14-30), y el discurso sobre el juicio final (Mt 25:31-46).

 

19. Jueves y viernes de la semana de la pasión de Jesús

Presentan en general la problemática de que los acontecimientos se amontonan.

 

Según esta cronología tradicional, la tarde del jueves celebró Jesús la cena pascual con sus apóstoles.

Hacia el mediodía envió Jesús a Pedro y a Juan desde el monte de los Olivos a la ciudad para que preparasen allí la cena pascual.

En el caso de que Jesús celebrara el banquete de Pascua con un cordero, debió de tenerlo ya reservado.

Inmediatamente Pedro y Juan marcharon al templo para degollar allí el cordero.

En el caso de que Jesús celebrara el banquete pascual sin cordero, lo único que tenían que hacer los discípulos era preparar las cosas necesarias en la misma casa en que iban a cenar; también allí habrían degollado y preparado un cordero, pero no el cordero pascual.

Al caer la tarde entró Jesús con sus acompañantes en la ciudad.

La cena se prolongó hasta la medianoche. Es posible que Jesús se encaminase después con sus discípulos al templo, que ese día permanecía abierto desde la medianoche.

Desde el templo, o directamente desde la casa del banquete, cruzó el valle del Cedrón y se encaminó al monte de los Olivos.

Por lo que hace a la cronología, la marcha de Judas Iscariote crea una dificultad.

Si, como cabría suponer, abandonó la sala del festín ya antes de iniciar el banquete, todavía era lo bastante temprano como para que hubiera conducido al comando que detendría a Jesús hasta la misma sala del convite, cosa que Jesús habría querido impedir enviando por delante a Pedro y a Juan. De hecho Judas condujo al comando hasta el monte de los Olivos. Hemos de resignarnos a esa dificultad cronológica.

Al monte de los Olivos llegó Jesús con sus discípulos al filo de la medianoche o — si antes se había encaminado al templo — hacia la una de la madrugada.

Aproximadamente una hora después — entre la una y las dos — llegó el comando judeo-romano para prender a Jesús 2.

La sesión en casa del sumo sacerdote, con la primera condena de Jesús, debió de celebrarse entre las dos y las tres de la madrugada.

No era necesario que durase mucho, y podría haber terminado una hora después aproximadamente; eso coincidiría con el “canto del gallo” al que se alude en la negación de Pedro.

“Cuando se hizo de día” (Lc 22:66) se celebró en el templo la segunda sesión del gran consejo; pongamos que hacia las 7 de la mañana.

La discusión violenta con Pilato, la conducción del prisionero al palacio de Herodes, su devolución a Pilato, la flagelación, los intentos de Pilato para dejarle libre y la condena final debieron desarrollarse entre las 8 y las 12 de la mañana. “Era la parasceve de la Pascua, y la hora alrededor de la sexta” cuando Pilato pronunció la sentencia, según dice Jn 19:14.

La crucifixión puede situarse hacia las 13 horas.

Correspondería a esa hora el episodio de Simón de Cirene, que muy bien podría haber regresado del campo a dicha hora, antes del calor más fuerte del día, en la primera hora de la tarde.

Cuando los Sinópticos dicen que entre la hora sexta y la hora nona se extendieron las tinieblas sobre la tierra (Mc 15:33) — refiriéndose sin duda alguna al tiempo que Jesús padeció en la cruz —, tendríamos una nueva coincidencia, pues que en el cómputo popular del tiempo la expresión “hora sexta” comprendía también las horas siguientes a la misma.

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20. Desde la tarde del viernes hasta el domingo

Es un período de tiempo que plantea menos problemas para una cronología, que casi puede establecerse al minuto.

En las primeras horas de la tarde (hacia las 14 horas) del viernes los acusadores de Jesús abandonan el Gólgota para obtener de Pilato el mandato de retirar los cadáveres de los crucificados.

Están convencidos de que todo se desarrollará según el uso romano: quebrantamiento de los huesos, deposición de la cruz, incineración de los cadáveres. Todo ello bajo la supervisión y control de los soldados que habían llevado a término la ejecución.

Hacia las 15 horas, “al caer la tarde,” murió Jesús.

Inmediatamente José de Arimatea se presentó a Pilato para pedirle el cadáver de Jesús.

En el ínterin interviene el comando que baja los cadáveres del patíbulo, pero no rompen las piernas de Jesús, porque ya estaba muerto, ni se llevan su cadáver.

Al regreso de José de Arimatea algunos hombres bajan de la cruz el cuerpo de Jesús, lo lavan, lo embalsaman — en la medida en que lo permitían las prisas —, presenciándolo todo las mujeres a unos pasos de allí al tiempo que lo lloraban.

Cuando oscurecía, el cuerpo de Jesús estaba ya colocado en la sepultura de José de Arimatea, y se hizo girar una piedra sobre la entrada.

Al llegar la noche todos abandonaron el lugar de la sepultura.

Entretanto los acusadores de Jesús habían preparado su pascua, entre las 15 y las 18 horas.

Al comenzar la noche pascual — hacia las 18 horas — se fueron a sus casas a celebrarla o, en el caso de los fariseos, al centro de la asociación.

Avanzada ya la noche del banquete pascual tuvieron noticias del curso real de las cosas: que el cadáver de Jesús había sido entregado a José de Arimatea.

Durante la noche aún celebraron consejo sobre la nueva situación. En la mañana del sábado una delegación parlamenta con Pilato y le ruega que ponga guardias en la tumba.

Y esa misma mañana un cuerpo de guardia vigila la tumba y el cadáver.

La custodia del sepulcro por cuatro soldados romanos se mantiene desde la mañana del sábado hasta las primeras horas de la madrugada del domingo o primer día de la semana. Cuando las mujeres acudieron al sepulcro, los soldados habían huido.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Fundamentos de la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús

La devoción al Sagrado Corazón no es sino una forma especial de devoción a Jesús. Al esclarecer su objeto, sus fundamentos y sus actos propios conoceremos qué es exactamente y qué hace distinta a esta devoción.

 

EL OBJETO ESPECIAL DE LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN

La naturaleza de esta cuestión es ya de por sí compleja y las dificultades que nacen a causa de la terminología la hacen aún más compleja. Sin profundizar en términos que son extremadamente técnicos, estudiaremos las ideas en sí mismas y, con el fin de saber pronto dónde estamos, nos detendremos en el significado y en el uso que se da a la palabra corazón en el lenguaje normal. (a) La palabra corazón despierta en nosotros, antes que nada, la idea del órgano vital que palpita en nuestro pecho y del que sabemos, aunque quizás vagamente, que está íntimamente conectado no sólo con nuestra vida física, sino también con nuestra vida moral y emocional. Tal relación explica, también, que el corazón de carne sea universalmente aceptado como emblema de nuestra vida moral y emocional, y que por asociación, la palabra corazón ocupe el sitio que tiene en el lenguaje simbólico y que esa palabra se aplique igualmente a las cosas mismas que son simbolizadas por el corazón. (Cfr. Jer. 31,33; Dt. 6,5; 29,3; Is. 29,13; Ez. 36,26; Mt. 6,21; 15,19; Lc. 8,15; Rm. 5,5; Catecismo de la Iglesia Católica, nos. 368, 2517, N.T.). Pensemos, por ejemplo, en expresiones como «abrir nuestro corazón», «entregar el corazón», etc. Llega a pasar que el símbolo es despojado de su significado material y en vez del signo se percibe sólo lo que es significado. De igual manera, en el lenguaje corriente la palabra alma ya no despierta la idea de aliento, y la palabra corazón sólo nos trae a la mente las ideas de valor o amor. Claro que aquí hablamos de figuras del lenguaje o de metáforas, más que de símbolos. El símbolo es un signo real, mientras que la metáfora es sólo un signo verbal.

El símbolo es algo que significa algo distinto de si mismo, mientras que la metáfora es una palabra utilizada para dar a entender algo distinto de su significado propio. Por último, en el lenguaje normal, nosotros pasamos continuamente de la parte al todo y, gracias a una forma muy natural de hablar, usamos la palabra corazón para referirnos a la persona. Todas estas ideas nos ayudarán a determinar el objeto de la devoción al Sagrado Corazón.

El problema comienza cuando se debe distinguir entre los significados material, metafórico y simbólico de la palabra corazón. Se trata de saber si el objeto de la devoción es el corazón de carne, como tal, o el amor de Jesucristo significado metafóricamente por la palabra corazón, o el corazón de carne en cuanto símbolo de la vida emocional y moral de Jesús, especialmente de su amor hacia nosotros. Afirmamos que se da debido culto al corazón de carne en cuanto éste simboliza y recuerda el amor de Jesús y su vida emocional y moral (Cfr. Pío XII, encíclica «Haurietis Aquas», 18,21,24, N.T.). De tal forma, aunque la devoción se dirige al corazón material, no se detiene ahí: incluye el amor, ese amor que constituye su objeto principal pero que únicamente se alcanza a través del corazón de carne, símbolo y signo de ese amor. La devoción al solo Corazón de Jesús, tomado éste como una parte noble de su divino cuerpo, no sería equivalente a la devoción al Sagrado Corazón tal y como la entiende y aprueba la Iglesia.

Y lo mismo se puede decir de la devoción al amor de Jesús, como si se tratara de una parte separada de su corazón de carne, o sin más relación con este último que la sugerida por una palabra tomada en su sentido metafórico. (Cfr. Gaudium et Spes, 22,2, N.T.) Pues hay que considerar que en esta devoción existen dos elementos: uno sensible, el corazón de carne, y uno espiritual, el que es representado y traído a la mente por el corazón de carne. Estos dos elementos no son dos objetos distintos, simplemente coordinados, sino que realmente constituyen un objeto solo, del mismo modo como lo hacen el alma y el cuerpo, y el signo y la cosa significada. De esos dos elementos el principal es el amor, que es la causa y la razón de la existencia de la devoción, tal como el alma es el elemento principal en el [[hombre. Consecuentemente, la devoción al Sagrado Corazón puede ser definida como una devoción al Corazón Adorable de Jesucristo en cuanto él representa y recuerda su amor. O, lo que equivale a lo mismo, se trata de la devoción al amor de Jesucristo en cuanto que ese amor es recordado y simbólicamente representado por su corazón de carne (Cfr. Encíclica de S.S. León XIII, Annum Sacrum; Catecismo de la Iglesia Católica nos. 479, 609. N.T.).

Es este simbolismo lo que de da su significado y su unidad, y su fuerza simbólica queda admirablemente completada al ser representado el corazón como herido. Como el Corazón de Jesús se nos presenta como el signo sensible de su amor, la herida visible en el Corazón nos recuerda la invisible herida de su amor («Sólo el corazón de Cristo, que conoce las profundidades del amor de su Padre, pudo revelarnos el abismo de su misericordia de una manera tan llena de simplicidad y de belleza», Catecismo de la Iglesia Católica, 1439, N.T.).

Ese simbolismo también nos deja en claro que la devoción, si bien concede al corazón un lugar especial, poco está interesada en los detalles anatómicos. Dado que en las imágenes del Sagrado Corazón la expresión simbólica debe predominar sobre todo lo demás, no se busca nunca la congruencia anatómica; ésta afectaría negativamente la devoción al debilitar la evidencia del simbolismo. Es de primera importancia que el corazón como emblema se pueda distinguir del corazón anatómico; lo apropiado de la imagen debe ser favorable a la expresión de la idea. En una imagen del Sagrado Corazón es necesario un corazón visible, pero éste debe ser, además de visible, simbólico. Y se puede afirmar algo semejante en el ámbito de la fisiología, porque el corazón de carne que constituye el objeto de la devoción, y que debe dejar ver el amor de Jesús, es el Corazón de Jesús, el Corazón real, viviente, que en verdad amó y sufrió; el que, como lo experimentamos en nuestros corazones, tuvo relación con las emociones y la vida moral de Cristo; el que, por el conocimiento, así sea rudimentario, que tenemos a partir de las operaciones de nuestra propia vida humana, jugó igual papel en las operaciones de la vida del Maestro. Sin embargo, la relación entre el Corazón y el Amor de Cristo no tiene un carácter puramente convencional, como es el caso entre la palabra y la cosa, o entre la bandera y el país que ésta representa.

Ese Corazón ha estado y está inseparablemente vinculado con la vida de Cristo, vida de bondad y amor. Basta, empero, que en nuestra devoción simplemente conozcamos y sintamos esta relación tan íntima. No tenemos por qué preocuparnos por la anatomía del Sagrado Corazón, ni con determinar cuáles son sus funciones en la vida diaria. Sabemos que el simbolismo del corazón se funda en la realidad y que constituye el objeto de nuestra devoción al Sagrado Corazón, la cual no está en peligro de caer en el error. Es precisamente esa característica la que define naturalmente a la devoción al Sagrado Corazón. Es más, ya que la devoción se dirige al amante Corazón de Jesús, ella debe abarcar todo aquello que es abrazado por ese amor. Y, en ese contexto, ¿no fue ese amor la causa de toda acción y sufrimiento de Cristo?. ¿No fue su vida interior, más que la exterior, dominada por ese amor? Por otro lado, teniendo la devoción al Sagrado Corazón como objeto al Corazón viviente de Jesús, eso mismo familiariza al devoto con toda la vida interna del Maestro, con sus virtudes y sentimientos y, finalmente, con Jesús mismo, infinitamente amante y amable. Consecuentemente, de la devoción al Corazón amante se procede, primero, al conocimiento íntimo de Jesús, de sus sentimientos y virtudes, de toda su vida emocional y moral; del Corazón amante se extiende a las manifestaciones de su amor. Hay otra forma de extensión que, teniendo la misma significación, se realiza, sin embargo, de diverso modo, pasando del Corazón a la Persona. Transición que, por otra parte, es algo que se realiza naturalmente. Cuando hablamos de un «gran corazón» siempre hacemos alusión a una persona, del mismo modo que cuando mencionamos el Sagrado Corazón nos referimos a Jesús. Esto no sucede porque ambas cosas sean sinónimas sino porque la palabra corazón se utiliza para indicar una persona, y esto es posible porque expresamos que tal persona está relacionada con su propia vida moral y emocional.

Del mismo modo, cuando nos referimos a Jesús como el Sagrado Corazón, lo que en realidad queremos expresar es al Jesús que manifiesta su Corazón, el Jesús amante y amable. Jesús entero queda recapitulado en su Corazón Sagrado, al igual que todas las cosas son recapituladas en Jesús. Dios continuamente se lamenta de ello en las Sagradas Escrituras; los santos siempre han escuchado en sus corazones la queja de ese amor no correspondido. Una de las fases esenciales de la devoción es la percepción de que el amor de Jesús por nosotros es ignorado y despreciado. El mismo Jesús reveló esa verdad a Santa Margarita María Alacoque, ante la que se quejó de ello amargamente.

Únicamente ese amor puede explicar a Jesús, así como sus palabras y obras. Empero, su amor brilla más resplandeciente en ciertos misterios a través de los que nos llegan grandes bienes, y en los cuales Jesús se manifiesta más generoso en la entrega de si mismo. Podemos pensar, por ejemplo, en la Encarnación, la Pasión y la

Eucaristía. Estos misterios, además, tienen un lugar especial en la devoción que, buscando a Jesús y los signos de su amor y su gracia, los encuentra aquí con una intensidad mayor que en cualquier evento particular.

Ya se dijo arriba que la devoción al Sagrado Corazón, dirigida al Corazón de Jesús como emblema de su amor, pone especial atención a su amor por la humanidad. Lógicamente, esto no excluye su amor a Dios, pues está incluido en su amor por los hombres. Se trata, entonces, de la devoción al «Corazón que tanto ha amado a los hombres», según las palabras citadas por Santa Margarita María.

Por último, surge la pregunta de si el amor al que honramos con esta devoción es el mismo con el que Jesús nos ama en cuanto hombre o se trata de aquel con el que nos ama en cuanto Dios. O sea, si se trata de un amor creado o de uno increado; de su amor humano o de su amor divino. Sin lugar a dudas se trata del amor de Dios hecho hombre, el amor del Verbo Encarnado. Ningún devoto separa estos dos amores, como tampoco separa las dos naturalezas de Cristo (Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, No. 470, N.T.). Y aunque quisiésemos debatir este punto y solucionarlo a toda costa, sólo encontraremos que hay diferentes opiniones entre los autores. Algunos, por considerar que el corazón de carne sólo puede vincularse con el amor humano, concluyen que no puede simbolizar el amor divino que, a su vez, no es propio de la persona de Jesús y que, por tanto, el amor divino no puede ser objeto de la devoción. Otros afirman que el amor divino no puede ser objeto de la devoción si se le separa del Verbo Encarnado, o sea que sólo es tal cuando se le considera como el amor del Verbo Encarnado y no ven porqué no pueda ser simbolizado por el corazón de carne ni porqué la devoción debiera circunscribirse solamente al amor creado.

 

FUNDAMENTOS DE LA DEVOCIÓN

Esta cuestión puede ser estudiada bajo tres aspectos: el histórico, el teológico y el científico.

a. Fundamentos históricos

Al aprobar la devoción al Sagrado Corazón, la Iglesia no simplemente confió en las visiones de Santa Margarita María, sino que, haciendo abstracción de ellas, examinó el culto en si mismo. Las visiones de Santa Margarita María podían ser falsas, pero ello no debía repercutir en la devoción, haciéndola menos digna o firme. Sin embargo, el hecho es que la devoción se propagó principalmente bajo la influencia del movimiento que se inició en Paray-le-Monial. Antes de su beatificación, las visiones de Santa Margarita María fueron críticamente examinadas por la Iglesia, cuyo juicio, en tales casos, aunque no es infalible, sí implica una certeza humana suficiente para garantizar las palabras y acciones que se sigan de él.

b. Fundamentos teológicos

El Corazón de Jesús merece adoración, como lo hace todo lo que pertenece a su persona. Pero no la merecería si se le considerase como algo aislado o desvinculado de ésta. Definitivamente, al Corazón de Jesús no se le considera de ese modo, y Pío VI, en su bula de 1794, «Auctorem fidei», defendió con su autoridad este aspecto de la devoción contra las calumnias jansenistas. Si bien el culto se rinde al Corazón de Jesús, va más allá del corazón de carne, para dirigirse al amor cuyo símbolo expresivo y vivo es el corazón. No se requiere justificar la devoción acerca de esto. Es la Persona de Jesús a quien se dirige, y esta Persona es inseparable de su divinidad. Jesús, la manifestación viviente de la bondad de Dios y de su amor paternal; Jesús, infinitamente amable y amante, visto desde la principal manifestación de su amor, es el objeto de la devoción al Sagrado Corazón, del mismo modo que lo es de toda la religión cristiana. La dificultad reside en la unión del corazón y el amor, y en la relación que la devoción supone que existe entre ambos. Pero, ¿no es esto un error que ya ha sido superado hace mucho?. Sólo queda por ver si la devoción, bajo este aspecto, está bien fundamentada.

c. Fundamentos filosóficos y científicos

En este aspecto ha habido cierta falta de certeza entre los teólogos. No obviamente en lo tocante a la base del asunto, sino en lo que respecta a las explicaciones. En ocasiones ellos han hablado como si el corazón fuera el órgano del amor, aunque este punto no tiene relación con la devoción, para la cual basta que el corazón sea el símbolo del amor y sobre ello no cabe duda: sí hay una vinculación real entre el corazón y las emociones. Nadie niega el hecho de que el corazón es símbolo del amor y todos experimentamos que el corazón se convierte en una especie de eco de nuestros sentimientos. Un estudio de esta especie de resonancia sería muy interesante, pero no le hace falta a la devoción, ya que es un hecho atestiguado por la experiencia diaria; un hecho del cual la medicina puede dar razones y explicar las condiciones, pero que no es parte del presente estudio, ni su objeto requiere ser conocido por nosotros.

El acto propio de la devoción

El objeto mismo de la devoción exige un acto apropiado, si se considera que la devoción al amor de Jesús por nosotros debe ser, antes que nada, una devoción al amor a Jesús. Su característica debe ser la reciprocidad del amor; su objeto es amar a Jesús que nos ama tanto; pagar amor con amor. Más aún, habida cuenta que el amor de Jesús se manifiesta al alma devota como despreciado y airado, sobre todo en la Eucaristía, el amor propio de la devoción deberá manifestarse como un amor de reparación. De ahí la importancia de los actos de desagravio, como la comunión de reparación, y la compasión por Jesús sufriente. Mas ningún acto, ninguna práctica, puede agotar las riquezas de la devoción al Sagrado Corazón. El amor que constituye su núcleo lo abraza todo y, entre más se le entiende, más firmemente se convence uno de que nada puede competir con él para hacer que Jesús viva en nosotros y para llevar a quien lo vive a amar a Dios, en unión con Jesús, con todo su corazón, su alma y sus fuerzas.

 

IDEAS HISTÓRICAS SOBRE EL DESARROLLO DE LA DEVOCIÓN

Cristo mostrando la llaga del costado por donde entró la lanza que traspasó el Corazón, de donde nace su Iglesia. Escultura en piedra del siglo XV. Francia. Fotografía de Juan Dejo Bendezú S.J,

1. Desde el tiempo de San Juan y San Pablo siempre ha existido en la Iglesia algo semejante a una devoción al amor de Dios, quien tanto amó al mundo que le dio a su Hijo unigénito, y al amor de Jesús, quien tanto nos ama que se entregó a si mismo por nosotros. Claro que, hablando adecuadamente, eso no era equivalente a la devoción al Sagrado Corazón, ni le rendía culto al Corazón de Jesús como símbolo de su amor.

Desde los primeros siglos, también, siguiendo el ejemplo del evangelista, ha sido costumbre meditar sobre el costado abierto de Cristo y el misterio de la sangre y agua, y se ha visto a la Iglesia como naciendo de esa herida, del mismo modo como Eva nació del costado de Adán (Cfr. San Ambrosio, Expositio Evangelii secundum Lucam, 2, 85-89; Lumen Gentium, 3; Sacrosanctum Concilium, 5, N.T.) Sin embargo, no existe constancia alguna de que durante los primeros diez siglos se haya rendido culto al Corazón herido.

2. No es sino hasta los siglos XI y XII que encontramos señales inconfundibles de alguna devoción al Sagrado Corazón.

El corazón de Jesús es principio y término de nuestra reconciliación penitente, afirma rotundamente el teólogo francés Bertrand de Margerie S.J.

Se trataba de acercarse al Corazón Herido a través de la herida del costado, y la herida del Corazón simbolizaba la herida del Amor. Fue en el ambiente de fervor de los monasterios benedictinos o cistercienses, gracias al pensamiento de Anselmo o Bernardo, donde la devoción nació, aunque es imposible determinar con certidumbre cuáles hayan sido sus primeros textos o quiénes sus primeros devotos. Según Santa Gertrudis y Santa Matilde, y para el autor de la «Vitis mystica», la devoción ya era muy conocida en sus tiempos. No sabemos, sin embargo, exactamente a quién se debe la «Vitis mystica».

Hasta principios del siglo XX se le había venido atribuyendo su autoría a San Bernardo, pero algunas publicaciones de la hermosa y académicamente completa edición Quaracchi la atribuyen, y no sin razones de peso, a San Buenaventura («S. Bonaventurae opera omnia», 1898,VIII, LIII). Sea como sea, ese documento contiene uno de los más hermosos pasajes que se hayan inspirado en la devoción al Sagrado Corazón y que la Iglesia utiliza para las lecciones de la Liturgia de las Horas en su fiesta. Para Santa Matilde (+1298) y Santa Gertrudis (+1302), se trata de una devoción muy conocida que había sido base de muchas bellas oraciones y prácticas devocionales. Y merece especial atención la visión de Santa Gertrudis en la fiesta de San Juan Evangelista, ya que constituye un hito en la historia de la devoción. Habiéndosele permitido recostar su cabeza cerca del costado herido del Salvador, pudo escuchar los latidos del Divino Corazón.

Le preguntó a Juan si en la noche de la Última Cena él también había podido escuchar tan deliciosas pulsaciones y, si así había sido, porqué no había hablado de ello. Juan le respondió que esa revelación había sido reservada para tiempos posteriores, cuando el mundo, habiéndose enfriado, necesitara que su amor se le recalentara («Legatus divinae pietatis», IV, 305; «Revelationes Gertrudianae», ed. Poitiers y Paris, 1877).

3. A partir del siglo XIII y hasta el XVI, la devoción se propagó, pero sin desarrollarse internamente.

Era practicada en todas partes por almas escogidas, de lo que dan abundante testimonio las vidas de los santos y los anales de las diferentes congregaciones religiosas como franciscanos, dominicos, jesuitas, cartujos, etc. Empero, siempre fue una devoción individual de carácter místico. No había comenzado aún ningún movimiento generalizado, a menos que uno concibiera como tal la devoción a las Cinco Llagas entre las que la herida del Corazón figuraba prominentemente y a cuya propagación los franciscanos habían dedicado gran esfuerzo.

4. Parece ser que fue en el siglo XVI que la devoción avanzó y pasó del dominio místico al de la ascesis cristiana. Se convirtió en una devoción objetiva, con oraciones previamente formuladas y ejercicios especiales cuya práctica era muy recomendada a la par que su valor era apreciado. Esto lo sabemos gracias a los escritos de esos dos maestros de la vida espiritual, el piadoso Lanspergius (+1539), de los Cartujos de Colonia, y el devoto Lois de Blois (Blosius, 1566), un monje benedictino y abad de Liessies, en Hainaut. A ellos se pueden añadir San Juan de Ávila (+ 1569) y San Francisco de Sales, éste último del siglo XVII.

5. Desde entonces todo pareció ayudar al temprano nacimiento de la devoción. Los autores ascéticos hablan de ella, especialmente los de la Compañía de Jesús, Álvarez de Paz, Luis de la Puente, Saint-Jure y Nouet. Y no faltan tratados especializados, como la pequeña obra del Padre Druzbicki, «Meta Cordium, Cor Jesu». Entre los místicos y almas piadosas que practicaron la devoción podemos contar a San Francisco de Borja, San Pedro Canisio, San Luis Gonzaga y San Alfonso Rodríguez, de la Compañía de Jesús. Igualmente, a la Beata Marina de Escobar (+1633) en España; a las Venerables Magdalena de San José y Margarita del Santísimo Sacramento, ambas carmelitas, en Francia; Jeanne de San Mateo Deleloe (+1660), una benedictina, en Bélgica; la incomparable Armelle de Vannes (+1671). E incluso en ambientes jansenistas o mundanos, Marie de Valernod (+1654) y Angélique Arnauld; M. Boudon, archidiácono de Evreux, el Padre Huby, el apóstol de los retiros, en Bretaña y, sobre todos ellos, la Beata Marie de la Encarnación, quien falleció en Quebec en 1672. La Visitación parecía estar esperando a Santa Margarita María. Su espiritualidad, algunas intuiciones de San Francisco de Sales, las meditaciones de Mère l’Huillier (+1692), todo ello preparó el camino. La imagen del Corazón de Jesús estaba evidente en todas partes gracias, en gran manera, a la devoción franciscana a las Cinco Llagas y a la costumbre jesuita de colocar la imagen en la página de títulos de sus libros y en los muros de sus templos.

6. A pesar de eso la devoción seguía siendo algo individual o, a lo mucho, privado. El hacerla pública, honrarla en el Oficio Divino y establecerle una fiesta estaba reservado a San Juan Eudes (1602-1680). El Padre Eudes fue, más que nada, el apóstol del Corazón de María, pero en su devoción por el Corazón Inmaculado había siempre una parte para el Corazón de Jesús. Poco a poco se fue separando la devoción por el Sagrado Corazón y el 31 de agosto de 1670 se celebró con gran solemnidad la primera fiesta del Sagrado Corazón en el Gran Seminario de Rennes. El 20 de octubre le siguió Coutances y desde entonces quedó unida a esa fecha la fiesta de los eudistas. De ahí pronto cundió la fiesta a otras diócesis e igualmente la devoción fue adoptada por varias comunidades religiosas. Y así llegó a estar en contacto con la devoción que ya existía en Paray, en donde las dos se fundieron naturalmente.

7. Cristo escogió a Santa Margarita María de Alacoque (1647-1690), una humilde monja visitandina del monasterio de Paray-le-Monial, para revelarle los deseos de su Corazón y para confiarle la tarea de impartir nueva vida a la devoción. Nada indica que esta piadosa religiosa haya conocido la devoción antes de las revelaciones, o que, al menos, haya prestado alguna atención a ella. Estas revelaciones fueron muy numerosas y son notables las siguientes apariciones: la que ocurrió en la fiesta de San Juan, en la que Jesús permitió a Margarita María, como antes lo había hecho con Santa Gertrudis, recargar su cabeza sobre su Corazón, y luego le descubrió las maravillas de su Amor, diciéndole que deseaba que fueran conocidas por toda la humanidad y que los tesoros de su bondad fueran difundidos. Añadió que Él la había escogido a ella para esta obra (27 de diciembre, probablemente del 1673). En otra, probablemente distinta de la anterior, Él pidió ser honrado bajo la figura de su corazón de carne. En otra ocasión, apareció radiante de amor y pidió que se practicara una devoción de amor expiatorio: la comunión frecuente, la comunión cada primer viernes de mes, y la observancia de la Hora Santa (probablemente en junio o julio de 1674). En otra, conocida como la «gran aparición», que tuvo lugar en la octava de Corpus Christi, 1675, probablemente el 16 de junio, fue cuando Jesús dijo: «Mira el Corazón que tanto ha amado a los hombres… en vez de gratitud, de gran parte de ellos yo no recibo sino ingratitud». Y le pidió que se celebrase una fiesta de desagravio el viernes después de la octava de Corpus Christi, advirtiéndole que debía consultar con el Padre de la Colombière, por entonces superior de la pequeña casa jesuita en Paray. Finalmente, aquellas en las que el Rey solicitó solemne homenaje y determinó que fuera la Visitación y los jesuitas quienes se encargasen de propagar la nueva devoción. Pocos días después de la «gran aparición», en junio de 1675, Margarita María informó de todo al Padre de la Colombière y este último, reconociendo la acción del [[Espíritu Santo]], se consagró él mismo al Sagrado Corazón, dio instrucciones a la visitandina para que pusiera por escrito los detalles de la aparición y utilizó cuanta oportunidad tuvo para discretamente circular ese relato en Francia e Inglaterra. A su muerte, el 15 de febrero de 1682, se encontró en su diario de retiros espirituales una copia manuscrita suya del relato que él había solicitado de Margarita María, con unas breves reflexiones acerca de la utilidad de la devoción. Ese diario, junto con el relato y un precioso «ofrecimiento» al Sagrado Corazón en el que se explica claramente la devoción, fue publicado en Lyón en 1684. El librito fue muy leído, aún en Paray, aunque no dejó de causar una «horrible confusión» a Margarita María, quien, a pesar de todo, decidió aprovecharlo para extender su preciada devoción. Se unieron al movimiento Moulins, con la Madre de Soudeilles, Dijon, con la Madre de Saumaise y la hermana Joly, Semur, con la Madre Greyfié y hasta Paray, que al principio se había resistido. Fuera de las Visitandinas, sacerdotes, religiosos y laicos abrazaron la causa. En especial un capuchino, los dos hermanos de Margarita María y algunos jesuitas, entre los que estaban los padres Croiset y Gallifet, quienes estaban destinados a desempeñar un papel importante en pro de la devoción.

8. La muerte de Margarita María, el 17 de octubre de 1690, no asfixió el entusiasmo de quienes estaban interesados en la devoción. Todo lo contrario. La pequeña narración que hizo el Padre Croiset en 1691 de la vida de la santa, como un apéndice de su libro «De la devotion au Sacre Coeur», sólo sirvió para aumentarlo. A pesar de todo tipo de obstáculos y de la lentitud de la Santa Sede, que en 1693 concedió indulgencias a las cofradías del Sagrado Corazón y que en 1697 otorgó a la Visitandinas licencia para celebrar la fiesta junto con la de las Cinco Llagas, pero que se negó a otorgar una fiesta común para toda la Iglesia, con Misa especial y oficio, la devoción se extendió, en particular entre las comunidades religiosas.

Quizás la primera ocasión para realizar una consagración solemne al Sagrado Corazón y un acto público de culto fuera de las comunidades religiosas la proporcionó la plaga de Marsella, en 1720. Otras ciudades del sur siguieron el ejemplo de Marsella y a partir de ahí la devoción se popularizó.

En 1726 se consideró oportuno acudir de nuevo a Roma para solicitar una fiesta propia, pero en 1729, de nuevo, Roma se negó. Mas por fin, en 1765, finalmente cedió y ese mismo año, a petición de la Reina, la fiesta fue aceptada semioficialmente por el episcopado francés. De todos los rincones del planeta llovieron las solicitudes a Roma, y a todas se dio respuesta afirmativa. Finalmente, gracias a las presiones de los obispos de Francia, el Papa Pío IX extendió la fiesta a la Iglesia Universal bajo la modalidad de rito doble mayor. En 1889 la Iglesia la elevó a rito doble de primera clase. En todos lados se realizaban actos de consagración y reparación junto con la devoción. En ocasiones, en especial después de 1850, grupos, congregaciones y hasta naciones enteras se han consagrado al Sagrado Corazón. En 1875 todo el mundo católico se consagró de esa manera. Aún así, el Papa aún no había decidido tomar la iniciativa o intervenir directamente. Eventualmente, el 11 de junio de 1899, por orden de León XIII, y con una fórmula prescrita por él, toda la humanidad fue solemnemente consagrada al Sagrado Corazón. La idea de llevar a cabo esa acción, que León XIII calificó como «el gran acontecimiento» de su pontificado, le había sido sugerida por una religiosa del Buen Pastor, de Oporto (Portugal), quien afirmó que ella lo había recibido directamente de Cristo. Ella, quien era miembro de la familia Drost-zu-Vischering, y cuyo nombre de religión era María del Divino Corazón, murió en la fiesta del Sagrado Corazón, dos días antes de la consagración, que había sido pospuesta hasta el siguiente domingo.

(Nota del traductor: S.S. León XIII promulgó, el 25 de mayo de 1899, la encíclica «Annum Sacrum», en la que recomienda la práctica de la devoción al Sagrado Corazón, y algunos de sus sucesores hicieron lo propio, en especial Pío XI, en su encíclica «Miserentissimus Redemptor», del 8 mayo de 1928, y Pío XII, en sus encíclicas «Summi Pontificatus», del 20 de octubre de 1939, «Mystici Corporis», del 29 de junio de 1943 y «Haurietis Aquas», del 15 de mayo de 1956. Esta última contiene una exposición integral del culto y la devoción al Sagrado Corazón y debe convertirse en lectura indispensable para quien desee conocer a fondo la posición pontificia al respecto. El Concilio Vaticano II, 1962-1965, hace referencia al Corazón de Cristo en varios documentos. Finalmente, el Papa Juan Pablo II incluyó el tema como parte del Catecismo de la Iglesia Católica, en 1992).

Al hacer mención de esas grandes manifestaciones públicas no debemos olvidar hacer también alusión a la vida íntima de la devoción en las almas, a las prácticas que la acompañan, a las obras y asociaciones de las que es el alma. Tampoco debemos pasar por alto el carácter social que ha asumido en años recientes. Los católicos franceses, en forma especial, se aferran a esa devoción como a una de sus mayores esperanzas de ennoblecimiento y salvación.

Fuente: Bainvel, Jean. «Devotion to the Sacred Heart of Jesus.» The Catholic Encyclopedia. Vol. 7. New York: Robert Appleton Company, 1910.

NOTAS
[1] Especial sobre el Sagrado Corazón de Jesús en Aci Prensa preparado por José Gálvez Krüger.
[2] Bertrand de Margerie S.J.
[3] Mateo Crawley SS.CC.
[4] Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María
[5] Corazón de María, Corazón de la Iglesia (I).
[6] Corazón de María, Corazón de la Iglesia (II).
[7] Colegio de la Recoleta (Lima- Peru)
[8] Cardenal Rouco presidirá renovación de consagración de España al Sagrado Corazón.
[9] Arzobispo de Quito preside renovación de Consagración de Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús.
[10] Gabriel García Moreno.
[11] Consagrarán a Panamá al Sagrado Corazón de Jesús.
[12] Colombianos renuevan consagración al Corazón de Jesús y María el 12 de octubre.
[13] Apostolado de la Oración.
[14] Margarita María Alacoque.
[15] El sagrado Corazón de Jesús en el Perú.
[16] Apostol peruano del Sagrado Corazón.
[17] Detente del Corazón de Jesús.
[18] Tesoro escondido en el Sacratísimo Corazón de Jesús.
[19] Librito «Tesoro escondido en el Sacratísimo Corazón de Jesús», texto íntegro de la primera edición, imprenta de Alonso del Riego, impresor de la Real Universidad, Valladolid, 1734.
[20]Vida de Bernardo de Hoyos.
[21] Principios del reinado del Corazón de Jesús en España, por el P. José Eugenio de Uriarte, S.J., Madrid, 1880
[22]Libro o manuscrito “Vida del V. y angelical joven P. Bernardo Francisco de Hoyos de la Compañía de Jesús”, escrito por su Director espiritual el P. Juan de Loyola S.J. poco después de la muerte de Bernardo en 1735.
[23] Carta del rey Felipe V de España al Papa Benedicto XIII, pidiendo Misa y Oficio propio del Sagrado Corazón de Jesús, para todos sus Reinos y Dominios (año 1727).
[24] Consagración de España al sagrado Corazón de Jesús.
[25] Canción «Viva Cristo Rey».
[26] Canción «Tu reinarás».
[27] Imágenes del Sagrado Corazón de Jesús.
[28] Novena al Sacratísimo Corazón de Jesús.
[29] Reinaré en España.
[30] Carta Encíclica Haurietis aquas.
[31] Carta Encíclica Annum Sacrum.
[32] Carta Encíclica Miserentissimus Redemptor
[33]Carta Encíclica Summi Pontificatus
[34] Carta Encíclica Mystici Corporis

 
 

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