Victoria de la resistencia estudiantil en Texas.
¿Se acuerdan el caso de Andrea Hernández, la estudiante de una escuela secundaria de San Antonio, que había encabezado una protesta estudiantil porque la dirección exigía a los estudiantes que usaran un chip RFID de localización? Vea los artículos sobre el caso aquí y aquí. Si bien perdió el juicio contra el distrito escolar el año pasado, ganó porque la escuela acaba de informar que dejará de usar el sistema de rastreo.
Después de mucha alharaca sobre su supuesta capacidad para mejorar la seguridad de los estudiantes y la asistencia, el controvertido programa para rastrear electronicamente a los niños en un distrito escolar de Texas ahora se considera un fracaso.
AL FINAL GANA LA RESISTENCIA AL MICROCHIP
La estudiante Andrea Hernández, que se había negado a usar la tecnología de identificación de chips de radiofrecuencia (RFID) que fue implementado por la Escuela Secundaria, ha ganado la batalla porque la escuela no seguirá adelante con el controvertido programa.
El lunes, el Distrito Escolar Independiente de Northside (NISD) anunció que están rechazando el programa de seguimiento RFID.
Pascual González, director ejecutivo de comunicaciones del distrito, dijo que el programa no continuará más allá de la fase piloto de un año, no tanto por cuestiones legales o de privacidad, sino debido a que prácticamente no tenía efecto sobre la asistencia de los estudiantes.
La escuela afirma que el programa era una pérdida de dinero y sólo aumentó la asistencia la mitad de un uno por ciento, y los resultados en el campus de la escuela secundaria eran aún más bajos, 0,07 por ciento.
LA BATALLA LEGAL
Cuando Hernández, de15 años de edad, protestó sobre el programa alegando que era una violación de sus creencias religiosas, la escuela la forzó a elegir entre llevar el chip RFID o asistir a una escuela diferente.
La adolescente y su familia demandaron al distrito manifestando que la placa y el chip significaban a satanás, o la “Marca de la Bestia” advertida en el Apocalipsis 13:16-18. Pero un juez federal de Texas llegó a la conclusión de que sus derechos no habían sido violados, y apoyó la decisión de la escuela confirmando el ultimátum que dio a Hernández.
La decisión del juez se produjo a raíz de que la escuela estaba tratando de adaptarse a la chica permitiéndole llevar una etiqueta de identificación sin el chip.
La familia de la joven no terminó la lucha allí, apelaron la decisión ante el 5° Juzgado de Apelaciones de Circuito de Nueva Orleans EE.UU., argumentando que la presentación de la etiqueta de identificación, incluso sin el chip, aún estaba en contra de sus «creencias sinceras».
Hernández estuvo de acuerdo en asistir a una nueva escuela en el proceso de litigio.
LO QUE SE ARGUMENTÓ PARA IMPLANTAR EL PROYECTO
Según el sitio web de la escuela, el programa RFID, también conocido como el «Proyecto Localizador de Estudiantes», estaba destinado a cumplir tres objetivos. Estos tres objetivos incluían el aumento de la seguridad del estudiante, mejorar la asistencia a clase y proveer usos múltiples «inteligentes» de las tarjetas de identificación del estudiante.
El programa piloto era presentado en dos escuelas, Jay High School y Jones Middle School, ambas ubicadas en San Antonio, TX, estaba destinado a durar un año y luego volver a evaluar a finales de ese año.
Las autoridades dicen que el programa se llevó a cabo en escuelas con bajos índices de asistencia, y se aplicó a 4.200 estudiantes, que cuesta al contribuyente medio millón de dólares para ponerlo en práctica, y un adicional de $ 136.000 al año para continuar.
LA DISCUSIÓN SOBRE EL SEGUIMIENTO
Las escuelas afirmaron que el programa de RFID podría hacer que los estudiantes estuvieran más seguros al permitir el acceso a sus locales en todo momento durante el día escolar, pero se limitaba el seguimiento de los estudiantes en la escuela y durante las horas de escuela solamente.
Sin embargo, los chips eran seguidos por una empresa privada, donde la señal nunca se desactiva. Hackers de RFID han mostrado en repetidas ocasiones lo fácil que es acceder a la información almacenada en los chips. Y además, algunos chips son aún regrabables y la información sobre ellos puede ser eliminada o reemplazada.
Esto hace que los niños que usan estos chips sean susceptibles de llamar una atención no deseada de extraños que los podrían rastrear indefinidamente.
DESACTIVADO EN UN DISTRICTO ESCOLAR DE TEXAS PERO NO EN TODOS LADOS
Desafortunadamente, Texas no es la única escuela en utilizar dinero de los contribuyentes para realizar un seguimiento de sus estudiantes, otras escuelas de todo el país han tomado medidas similares.
En 2010, un preescolar financiado por el gobierno federal en Richmond, CA, comenzó a utilizar los chips RFID en la ropa de los estudiantes, y ya en 2005, una escuela primaria fuera de Sacramento, CA, también trató de imponer los chips pero abandonó después de que los padres expresaron su indignación por el programa.
Northside había previsto inicialmente la aplicación del programa en otras 110 escuelas, pero se desconoce si el distrito tiene la intención de seguir adelante con esos planes.
Fuentes: Infowars, Signos de estos Tiempos