¿Aún hoy es posible convertirse en hijos espiritual del Padre Pío?

Sí, porque su misión sigue vigente.

El Padre Pío tuvo numerosos hijos espirituales en vida, a quienes formaba y protegía.

Y sus hijos siguen creciendo aún después de su muerte.

El Padre Pío fue un hombre con una misión precisa.

Que el Papa Benedicto XV define de esta forma,

«El Padre Pío es uno de esos hombres extraordinarios que el Señor envía de vez en cuando a la tierra para convertir a las almas».

Su misión sigue siendo vigente aún hoy por los milagros que realizó y realiza, y por el legado de sus hijos espirituales, que se vuelcan en los grupos de oración.

 

EL COMIENZO DE LOS HIJOS ESPIRITUALES

El Padre Pío pisó por primera vez San Giovanni Rotondo en julio de 1916 y un año después ya tenía un grupo de hijos espirituales.

En principio se trataba mayormente de hijas espirituales, porque como todos sabemos las mujeres son más devotas que los hombres.

Sus primeras hijas espirituales relatan que comenzó a educarlas en los valores a partir de conferencias.

Pero su involucramiento con cada hijo espiritual era más profundo, porque las trataba como si fueran miembros de su familia.

En las memorias de Nina Campanile, una de las primeras hijas espirituales, menciona a 12 primeras hijas espirituales: Rachelina Russo, las hermanas Ventrella, Giovanna y Lucia Fiorentino, Lucía Campanile (la hermana de Nina), María y Antonietta Pompilio, María Ricciardi, Filomena Fini y Maddalena Cascavilia.

Fue revolucionario para su época porque les dijo que debían abstenerse de tomar la comunión sólo si tenían la certeza de estar en pecado mortal.

Y de esta forma se instauró la comunión diaria en San Giovanni Rotondo, porque la usanza era hacerlo una vez al mes y luego de una gran preparación espiritual.

Con su instrucción sobre la meditación y la oración mental las inducía a reflexionar y comprender las verdades cristianas.

Y también las instruía sobre el valor salvífico del sufrimiento, por amor a Jesús.

Las instruyo además sobre algunas devociones como la del Ángel Guardián, las súplicas a la Virgen de Pompeya, la devoción a la Virgen del Carmen, a Santa Ana, a la Asunción de la Virgen, a San Miguel Arcángel.

Y en especial las devociones de Navidad y de la Epifanía.

 

REVELACIONES DE NINA CAMPANILE

Nina Campanile era maestra de primaria de San Giovanni Rotondo y conoció al Padre Pío en 1916, transformándose en una de sus primeras hijas espirituales.

Se dice que fue la primera persona que vio los estigmas del Padre Pío.

En sus revelaciones cuenta varios hechos sobrenaturales que le sucedieron durante la relación.

Y que acrecentaron su confianza en el santo.

Ella cuenta que su madre estaba preocupada sobre el destino su hijo menor que había muerto en la guerra.

Nina consultó al Padre Pío y éste le respondió.

«Si la misericordia de Dios dependiera de lo que piensas, todos los hombres estarían en el infierno.

Él está salvado y necesita oraciones».

También menciona que en el primer año en que funcionó el grupo de hijas espirituales, su madre cayó enferma con fiebre alta.

Y los médicos le hicieron toda clase de tratamientos, pero no acertaban con el diagnóstico y su cura.

Entonces consultó al Padre Pío y éste le dijo que su madre tenía un caso grave de malaria.

Ese diagnóstico fue al que llegaron los médicos posteriormente.

En febrero de 1918 su hermana sufrió una fuerte caída desde una altura, perdió el conocimiento y los médicos le diagnosticaron graves contusiones internas que le provocarían la muerte en pocas horas.

Nina correo al convento para hablar con el padre Pío y éste le dijo,

«Esto es solo Dios que la está probando, pronto será sanada».

Esa noche estaba en la habitación del hospital alrededor del lecho su hermana inconsciente junto con una amiga cuando, de repente la amiga le dice que el padre Pío estaba presente.

Nina le pregunta dónde está que no lo ve, y la amiga le contesta que está presente en espíritu.

Le pregunta cómo sabe que es el padre Pío y la amiga le contesta que es porque está vestido como capuchino.

Le relata que se acerca a la enferma, dice “pobre niña” y permanece al lado de ella unos 10 minutos, luego de lo cual informa que el Padre Pío se fue.

Luego de esto su hermana recobró el conocimiento y comenzó a hablar, diciendo que se sentía mejor.

Nina había tomado la hora en que su amiga le había informado que el padre Pío había estado al lado de su hermana en el hospital, fue a las 8 de la noche.

Al día siguiente fue al convento y le preguntó al Padre Pío a qué hora había ido a ver a su hermana, y éste le respondió que a las 8:00 pm en punto.

Otro hecho que relata Nina es sobre su sobrino que servía como médico en un barco hospital, y ella escuchó que el barco había sido bombardeado.

Inmediatamente corrió hacia el convento para preguntarle al Padre Pío por su sobrino.

Y éste le contesto

«Cálmate, él estaba en el puerto y no en el barco».

El padre Pío no tenía cómo saber que su sobrino se había quedado en tierra.

También Nina relata las revelaciones que le hizo el Padre Pío sobre la misión que tenía la tierra.

El Padre Pío le dijo que cuando tenía 16 años y estaba en el noviciado escribió,

«Tú (Señor), que me escondiste a los ojos de todos, ya desde entonces, habías confiado a tu hijo una misión grandísima, misión que sólo tú y yo conocemos».

Y refiriéndose a la misión dijo,

«Liberar a mis hermanos de los lazos de satanás.

Poner fin a la ingratitud de los hombres para con Dios, nuestro Sumo Bienhechor.

Hacerles participar de la vida del Resucitado».

También le contó que en la mañana del 20 de septiembre de 1918 se le apareció Cristo crucificado y le pidió meditar y compartir sus sufrimientos por la conversión de los pecadores.

A lo que el padre Pío le preguntó qué debería hacer.

Y oyó estas palabras,

«Te asocio a mi pasión».

Por lo tanto su misión era guiar a sus hijos espirituales para que estos hicieran sacrificios para la conversión de los pecadores.

 

MÁS EVIDENCIAS

El padre Pío también ha dicho una serie de frases que definen claramente lo que pensaba sobre su relación con sus hijos espirituales.

«Hice un pacto con el Señor: ocuparé mi lugar en la puerta del paraíso, pero no entraré hasta que haya visto entrar al último de mis hijos espirituales».

«Cuando el Señor me confía un alma, la coloco en mi hombro y nunca la suelto«.

«Yo le digo a María: aquí están los hijos de tu Hijo«.

«Ay de aquellos que ponen una mano sobre mis hijos espirituales».

«A mis hijos espirituales: mis oraciones por ustedes nunca faltarán«.

«Si uno de mis hijos espirituales se extravía, dejaré mi rebaño y lo buscaré».

Una de sus hijas llamada Vittorina Ventrella, le contó al Padre Pío que había tenido una visión de él emitiendo rayos de luz, formados por cantidad de rosas blancas y rojas.

Cuando le contó al Padre Pío éste le respondió,

«¡Oh! Viniste a preguntarme sobre lo que viste anoche.

Los rayos son los grupos de oración. Las rosas blancas son las almas que viven en gracia. Las rosas rojas son las almas que llevan la cruz conmigo».

Y también le contó su dolor cuando pensaba que iba a ser de ellos cuando él muriera.

Éste le contestó

«Estaré aquí en medio de ti, más que antes.

Ven a visitar mi tumba.

Antes, para hablarme, tenías que esperar.

Entonces, soy yo quien estará esperando allí.

¡Ven a mi tumba y recibirás más de lo que recibiste antes!».

El padre Pío manejaba una regla de oro de 5 puntos que debían cumplir sus hijos espirituales.

padre Pio confesando

 

LA REGLA DE 5 PUNTOS DEL PADRE PÍO

Por los hijos espirituales del Padre Pío sabemos cómo operaba el santo y que les recomendaba para vivir una vida santa, y así poder llegar a la cima celestial.

Por ellos sabemos que el padre Pío les daba una regla de 5 puntos, que él mismo no le llamó así, para que la practicaran diariamente.

En estos cinco consejos estaba como cabecera la Confesión.
.
Y curiosamente no aparece la oración, el Rosario, oración central del padre Pío.

.
Pero lo que sucede es que la oración era tan importante para él y tan recalcada permanentemente, que estaba fuera de cualquier recomendación; estaba implícita.

Algo así como: “además de la oración permanente tienes que seguir esto…”

pintura padre pio fondo

 

I – Confesión semanal

La confesión es el baño del alma.

Tienes que ir al menos una vez a la semana.

No quiero que las almas se mantengan alejadas de la confesión más de una semana.

Incluso una habitación limpia y no ocupada recoge polvo; regrese después de una semana y verá que se necesita quitar el polvo de nuevo”

Padre Pio confesando y multitud esperando

 

II – Comunión diaria

“Es muy cierto, no somos dignos de tal regalo.

Sin embargo, acercarse al Santísimo Sacramento en estado de pecado mortal es una cosa, y considerarse indigno es otra muy distinta.

Todos nosotros somos indignos, pero es Él quien nos invita.

Él es quien lo desea.

Humillémonos y recibámoslo con un corazón contrito y lleno de amor”.

foto del padre pio

 

III – Examen de conciencia cada noche

Alguien le dijo al Padre Pio que pensaba que un examen de conciencia cada noche era inútil, porque él sabía lo que era el pecado, ya que lo cometió.

Ante esto, el Padre Pío contestó:

“Eso es muy cierto.

Pero cada comerciante experimentado en este mundo no sólo mantiene un seguimiento durante todo el día de si ha perdido o ganado en cada venta.

Sino que por la noche, él hace la contabilidad del día para determinar lo que debe hacer al día siguiente.

De ello se desprende que es indispensable hacer un riguroso examen de conciencia, breve pero lúcido, todas las noches”.

padre pio confesando a un hombre

 

IV – Lectura Espiritual Diaria

“El daño que viene a las almas de la falta de lectura de libros sagrados me hace estremecer.

Lo que el poder espiritual de la lectura tiene que dar lugar es a un cambio de rumbo, y hacer que incluso la gente del mundo entre en el camino de la perfección”.

Padre Pio con una familia

 

V – Oración Mental dos veces al día

“Si no tiene éxito en meditar bien, no deje de hacer su deber.

Si las distracciones son numerosas, no se desanime; haga la meditación de la paciencia, y todavía se beneficiará.

Decida sobre la duración de su meditación, y no deje su lugar antes de terminar, incluso si tiene que ser crucificado.

¿Por qué se preocupa tanto porque no sabe cómo meditar como le gustaría?

La meditación es un medio para llegar a Dios, no es un objetivo en sí mismo.

La meditación tiene como objetivo el amor de Dios y al prójimo.

Ame a Dios con toda su alma y sin reserva, y amará a su prójimo como a usted mismo, y usted tendrá la mitad cumplida de su meditación”.

 

LA CONFESIÓN TENÍA UN LUGAR CENTRAL EN LA RECOMENDACIÓN DEL PADRE PÍO

En la regla de 5 puntos podemos ver que el Padre Pío pone en primer lugar a la confesión, pero además él fue un gran confesor.

Pasaba muchas horas diarias confesando durante su ministerio en el Convento de San Giovanni Rotondo.

Él sabía que hay poderes ocultos en la Confesión.
.
Pero pocas veces nos detenemos a contemplar cómo el alcance de este sacramento elimina la vanidad, que es el inhibidor de la santidad, y purga el mal.

Un exorcista de Roma escribió que ¡la confesión es tan potente contra el enemigo como un exorcismo formal!

Al purgar la oscuridad, purgamos los demonios.
.
Y cuando purgamos a los demonios, a menudo establecemos el camino para la cura.
.
Cristo mostró que muchas enfermedades son causadas por espíritus inmundos.

confesion

Tendemos a pensar que la confesión siempre estuvo con nuestra Iglesia, que como sacramento, es el gemelo de la Comunión.

Sin embargo no comparten la misma historia. Mientras la Eucaristía fue instituida por Jesús en la Última Cena, la confesión vino a través de otras partes de la Escritura.

Ten en cuenta que cuando Jesús otorgó la misión de perdonar los pecados a sus ministros (apóstoles), les dijo

“como el Padre me envió, también yo os envío…. Recibid el Espíritu Santo.

A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados, y a quienes se los retengáis, les quedarán retenidos” (Juan 20:21-23).

Es falso llamarlo un sacramento relativamente reciente (como lo hacen algunos, diciendo que la confesión oral no comenzó sino hasta 1215, en el IV Concilio de Letrán).

De hecho, al tiempo que ha cambiado, al igual que la propia misa, hubo confesión desde los primeros días de la Iglesia (la tradición fue desde el principio) – a menudo implicando años de actos penitenciales.

Se señala que en los escritos cristianos más antiguos, como la Didaché del primer del siglo, que hay indefinidos procedimientos de confesión.

Pero la confesión verbal está en la lista como parte de las necesidades de la Iglesia en la época de Ireneo – lo que significa alrededor del año 180.

estatua padre pio fondo

Fue durante el siglo VII que los misioneros irlandeses comenzaron la práctica las penitencias “privadas” que no requerían penitencias públicas y de largo plazo.

Lo que el Concilio Lateranense IV hizo fue establecer la obligación de confesarse por lo menos una vez al año.

El Concilio de Trento (1551) reafirmó esto.

San Ambrosio  († 397) reprendió a los  Novacianistas (los primeros cristianos después de antipapa Novaciano) que

“profesaban la reverencia por el  Señor de reservar a él solamente el poder de perdonar los  pecados. Gran error”.

San Agustín († 430) advirtió a los  fieles:

“No escuchemos a los que niegan que la Iglesia de Dios  tiene poder para perdonar todos los pecados.”

San Atanasio († 373):

“Como el hombre a quien el cura bautiza es iluminado por la gracia del Espíritu Santo, esto hace que quien esté en falta confiese sus pecados, recibiendo a través del sacerdote, el perdón en virtud de la gracia de Cristo”.   

Dicho todo esto, es bueno meditar en el poder de este sacramento.

confesionarios de medjugorje

En este punto es interesante un libro de John A. Kane, “Cómo hacer una buena confesión”, que incluye el “examen de conciencia” como lo pide diariamente el Padre Pío en su Regla de 5 puntos.

Kane explica que cuando los que han nacido católicos, pero se desviaron, vuelven a convertirse, eso realmente debería implicar trabajar el “arrepentimiento”.

Cuando regresemos, nos arrepentimos y nuestros ojos se vuelven a abrir.
.
Y con ello viene la alegría, porque con ello viene el Espíritu Santo.

Como Kane dice:

El fin del dolor, tanto natural como sobrenatural, es la corrección, el cambio.

El dolor sobrenatural debe destetar el alma del pecado y convertirla a Dios.

Debe, en otras palabras, trabajar el arrepentimiento, para que arrepentirse sea cambiar“.

La conversión es, literalmente, un giro del alma y todas sus facultades para discernir y actuar sobre el pecado, para completar la consonancia con la voluntad de Dios.

“El verdadero arrepentimiento es fácil de discernir”, escribe Kane.

“La mortificación es su alma:
.
cuando repetidamente resistimos a nuestra pasión dominante;
.
cuando eliminamos las causas que la llevan a la acción;
.
cuando cortamos la raíz del pecado;
.
cuando nos probamos a la voz seductora del amor propio, que siempre trata de desacreditar las afirmaciones de la conciencia;
.
cuando nos molesta la triple concupiscencia del mundo, la carne y el diablo;
.
cuando nos guiamos por la filosofía divina del Evangelio y no por las máximas inciertas y cambiantes del mundo;
.
cuando el espíritu de abnegación está completamente tejido en las fibras de nuestra vida religiosa como para hacernos inmunes a las exhalaciones venenosas de lo mundano, la sensualidad y el orgullo;
.
cuando hay un cambio sustancial y no accidental en nuestra actitud hacia el pecado en sus formas complejas;
.
cuando la cruz es para nosotros la prueba y la medida del éxito;
.
cuando se aprende el secreto de la santidad de su máximo exponente y ejemplo, Jesucristo, que “no desobedeció”;
.
cuando rasgamos nuestros corazones y no nuestras prendas, y giramos por completo al Señor, nuestro Dios;
.
entonces y sólo entonces estamos verdaderamente arrepentidos”.

En otras palabras: si no trabajamos activamente – y con gran tenacidad – para purgar las malas inclinaciones, no se está verdaderamente arrepentido, o sea convertido.

“Velad y orad”, dijo Jesús (Marcos 14:38), “para que no entréis en tentación.”

Aquí hay una oración que debiera ser constante para nosotros, la del publicano:

“¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!” (Lucas 18:13).

padre pio bendiciendo

No podemos repetir esta oración con suficiente frecuencia.

La diferencia esencial entre el arrepentimiento verdadero y el falso muestra la necesidad indiscutible de la sinceridad con Dios”, dice el libro, y esto apunta directamente a la confesión.

Nuestro servicio a Dios debe estar libre de la duplicidad.

Cristo impone esta verdad: “El que no está conmigo está contra mí” (Mateo 12:30).

Dios no puede tolerar ningún tipo de compromiso con el pecado. “El que conmigo no recoge, desparrama” (Mateo 12:30).

El hombre que trata de negociar con Dios es un hombre débil. Confesar y no cambiar es una traición en contra de Dios.

El ojo del alma debe estar en buen estado.

En la convicción de que somos pecadores, debemos agregar la honestidad en el trato con nuestros pecados, para hacer frente a Dios por su perdón.

La gracia no sólo puede revelar al alma su debilidad característica, sin la capa que el deshonesto amor propio oculta.
.
Sino que también puede contrarrestar el veneno mortal del pecado y darle al alma la fuerza moral para vencer al tentador traicionero.

Las 5 Reglas del Padre Pío apuntan directamente a esto.

Estas son las consideraciones del Padre Mena sobre la Confesión.

Haz click en el botón rojo para oír al Padre Mena.

 

Roberto Mena, S.T. es un Siervo Misionero de la Santísima Trinidad, originario de Guatemala, Centroamérica y vive en EE,UU. Es Asistente en Comunicaciones para www.trinitymissions.org

padre pio orando

 

EL PADRE PÍO ACONSEJABA MUCHA ORACIÓN

El Padre Pío era un hombre de profunda oración, siempre con su rosario en la mano.

Y como él, tenemos que ser personas de oración seria.

San Padre Pio dijo: “El Rosario es el arma para estos tiempos”

Eso es tan cierto hoy como lo fue cuando San Padre Pio caminó en esta tierra.

La oración cambia la historia, que cambia los corazones, y cambia el mundo.

Debemos confiar en la bondad de Dios y en el poder de la oración para sobrellevar y solucionar los problemas de este mundo.

A través de ella debemos vivir la vida cristiana. Ser cristiano es un proceso de conversión de toda la vida.

Debemos hacer batalla con el pecado y la debilidad, pero hay que empezar a vivir seriamente una vida ordenada a la santidad.

Realmente hay que poner a Cristo y nuestra fe católica en primer lugar, no nuestro partido político, el deseo de individualismo, o posesiones materiales.

Nuestra alegría debe irradiar a través de nuestras comunidades. La santa alegría es contagiosa

Debemos orar por nuestros enemigos.
.
Cristo nos obliga a orar por nuestros enemigos.
.
Es difícil.
.
Nos toma años orar por aquellos que realmente nos han hecho daño, pero te ha cambia.

Y quién sabe en qué más tus oraciones podrían haber impactado.

No hay límite a cómo Dios nos usará para traer al mundo para conformarse con la Santísima Trinidad.

Necesitamos orar por las almas de los delincuentes.

Esto hubiera hecho el Padre Pío actualmente ante el martirio de tantos cristianos.

Debemos orar por la paz.

Padre Pío oye el canto de Beniamino Gigli

 

COMO SER HIJO ESPIRITUAL DEL PADRE PÍO HOY

El padre Pío al final de sus días, tuvo la propuesta de Fray Modestino de Pietrelcina, un hermano de convento, de hacerse cargo de los hijos espirituales de él.

En el libro «Fra Modestino da Pietrelcina, testigo del Padre», Modestino cuenta que le dijo al Padre Pío durante una confesión,

«Padre, me gustaría asumir, como sus hijos espirituales, a todos aquellos que se comprometen a recitar todos los días un rosario y celebrar una santa misa según sus intenciones de vez en cuando. ¿Puedo hacerlo, o no?»

Y el Padre Pío le contesto,

«¿Y puedo renunciar a este gran beneficio? Haz lo que me pidas y te ayudaré«.

Incluso más adelante le diría,

«Hijo mío, amplía tanto como puedas el número, porque se benefician más ellos mismos que Dios.

Diles que les entrego todo mi corazón, siempre que sean perseverantes en la oración y en el bien».

Y finalmente unos días antes de su muerte el Padre Pío se quitó el rosario que llevaba habitualmente en la muñeca, se lo dio a Fray Modestino y le dijo,

«Te encomiendo el Santo Rosario. Divúlgalo entre mis hijos».

A partir de ahí los hijos espirituales del Padre Pío se reunieron todas las noches en la tumba del Padre Pío en San Giovanni Rotondo, para recitar el rosario.

Y Fray Modestino diría posteriormente,

«Todos aquellos que, desde sus hogares, se unan a la oración que el Padre prefería, de 21 a 21:30, y ocasionalmente hagan una Santa Misa según las intenciones del Padre Pío, pueden convertirse en sus hijos espirituales.

Lo aseguro bajo mi responsabilidad personal».

Fray Modestino murió en el año 2011 pero los grupos de oración del Padre Pío continuaron expandiéndose.

Puedes obtener más información sobre estos grupos de oración en este sitio http://www.padrepiogroup.com

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis: