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Reforma de la constitución para perpetuarse en el poder.

 

La propuesta que cambia 39 artículos y deroga otros 8 de la Carta Magna apuntala abiertamente la militarización del Estado, la concentración de poder en unos pocos, y la perpetuación en el ejercicio de la presidencia.

 

conferencia epicopal de nicaragua

 

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, obtendrá con la reforma de la Constitución más poder, podrá reelegirse de forma indefinida y ganar las elecciones en primera vuelta con la mayoría simple de votos, además de dictar decretos ejecutivos con fuerza de ley.

La Conferencia Episcopal de Nicaragua advirtió que la propuesta de reforma parcial a la Constitución impulsada por los sandinistas está orientada a la “perpetuación de un poder absoluto a largo plazo, ejercido por una persona o un partido de forma dinástica”, en alusión al presidente Daniel Ortega.

“Consideramos que la actual propuesta de reformas a la Constitución, vista en su conjunto, está orientada a favorecer el establecimiento y perpetuación de un poder absoluto a largo plazo, ejercido por una persona o un partido de forma dinástica o por medio de una oligarquía política y económica”, señaló el Episcopado nicaragüense en un pronunciamiento.

En el documento, entregado a la comisión legislativa que revisa la enmienda constitucional y leído a periodistas por el vicario de la diócesis de Managua, Carlos Avilés, los obispos expresaron su desacuerdo con la propuesta de modificar la Carta Magna.

“No consideramos conveniente proponer reformas a nuestra Carta Magna, sobre todo cuando estas reflejan la pretensión de un cambio sustancial e integral en el sistema político de Nicaragua, en un momento de evidente desmantelamiento institucional del país”, argumentaron en la carta.

Consideraron inconvenientes hacer cambios a la Constitución porque la oposición política, “que se debate en luchas internas y descalificaciones recíprocas”, no representa ninguna alternativa para el país y porque es inexistente la separación de los poderes del Estado.

Además, porque Nicaragua ha sufrido “experiencias continuas” de irregularidades electorales y violaciones a la Constitución que han alterado el rumbo constitucional y democrático del país.

“Por todos los motivos antes mencionados, los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua no estamos de acuerdo con este proyecto de reformas constitucionales. Creemos que su aprobación no traerá beneficio alguno para la nación”, sostuvieron.

Para los obispos, lo más urgente en Nicaragua, en este momento, no es realizar cambios a la Constitución,

“sino purificar y rectificar la mentalidad y la práctica en relación con el ejercicio de la política”.

“Lo que urge en Nicaragua más bien es el cumplimiento de las normas constitucionales de parte de quienes ejercen el poder”, apuntaron.

También el compromiso de todos los sectores y pueblo en general por fortalecer los valores que conformen una auténtica democracia,

“pues una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto como demuestra la historia”.

El documento, elaborado en un “momento histórico de Nicaragua”, fue suscrito por el presidente y secretario general del Episcopado, obispo de la diócesis de Juigalpa, Sócrates René Sandino y el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez Ortega, respectivamente.

Según el proyecto, el presidente Ortega puede obtener más poder con la propuesta de reforma constitucional en marcha, buscar la reelección indefinida y ganar los comicios en primera vuelta con la mayoría simple de votos, además de dictar decretos ejecutivos con fuerza de ley.

La reforma, cuya aprobación parece imparable, debido a que el oficialismo cuenta con mayoría en el Legislativo, también otorgaría mayores facultades al Ejército, que controlaría el espectro radioeléctrico y de telecomunicaciones, y sus oficiales generales podrían ocupar cargos públicos sin renunciar a su vida militar.

Las reformas parciales constitucionales en Nicaragua requieren ser aprobadas en dos legislaturas y con al menos el 60 % de los 92 diputados que integran la Asamblea Nacional, es decir con 56 votos.

En la Asamblea Legislativa los sandinistas tienen 63 diputados, lo que les da la mayoría absoluta

Fuentes: SIN, Signos de estos Tiempos

 

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