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¿Habrá Vida Inteligente Fuera de la Tierra?

¿No te llama la atención que a pesar de todos los esfuerzos no hayamos encontrado vida inteligente en el universo?

A los científicos también les llama la atención.

Y recientemente están cayendo en la cuenta que el universo está exactamente calibrado para nuestra existencia.

Una levísima diferencia en una de sus millones de propiedades nos habría hecho inviables.

El universo está ajustado para la vida y para nosotros en particular, a pesar de los miles de millones de galaxias existentes.

Y lo más lógico es pensar que nos estaba esperando, porque fue creado para nosotros.

Lo cual lleva a aceptar la existencia de Dios.

Sin embargo nuestra fe no requiere que creamos que somos los únicos seres inteligentes en el universo.

No hay una razón teológica firme para creer que Dios no haya creado otros planetas con seres inteligentes y se relacione con ellos como con nosotros. Al respecto te recomiendo que leas este otro artículo.

  

DIOS Y EL BIG BANG

La ciencia no puede demostrar la existencia de Dios ni que tampoco es inexistente.

La teoría de la relatividad de Einstein pensaba un universo estático, que era así desde siempre y duraría para siempre.

Pero el astrofísico y sacerdote George Lemaitre, en 1931, propuso que el universo se expandía a partir de un punto primigenio.

Y le dio su interpretación religiosa diciendo que “el huevo cósmico explotó en el momento de la creación”.

Esto fue el inicio de la teoría del Big Bang.

Que al principio fue tomada con frialdad, porque suponía detrás la relación con un creador, pero que actualmente es muy popular incluso entre ateos y tuvo su confirmación empírica.

Hoy no es el Big Bang que aterra a los ateos.

El punto central que aterra a los ateos es que la Tierra parece el único lugar donde hay vida.

Sucede en una pequeña galaxia cuando hay 2 billones de galaxias en el universo.

Para ellos es pretencioso suponer que no haya más planetas habitados.

Pero resulta que no los hay y no existe vida inteligente fuera de nosotros, entonces se hace más plausible la interpretación bíblica de la creación.

Ya no se trata que la tierra sea geográficamente el centro del universo, sino que la tierra y los humanos son conceptualmente el centro de la vida del universo.

Les rechina, desde el punto de vista de su religión atea, que la creación haya sido hecha para el hombre.

Y que el hombre sea el único que tiene una relación privilegiada con Dios, cómo sostiene el cristianismo.

Por lo tanto desde los albores de la astronomía los astrónomos han estado preocupados en la búsqueda de seres inteligentes en otros lugares del universo.

Ellos piensan que si los encuentran, será una demostración de la inexistencia de Dios.

Sin embargo no demuestra nada desde el punto de vista de la fe.

Porque Dios con su libre accionar, perfectamente podría haber creado otros seres inteligentes en otra parte del universo y no cambiaría nada nuestra relación con Él.

   

LA BÚSQUEDA DE SERES INTELIGENTES

Es un mantra inicial de los astrónomos y medios de comunicación ateos la idea de que debe haber otras civilizaciones quizás más avanzadas que la nuestra.

Y algunos sostienen que el origen de la vida humana se debe a que fuimos visitados y traídos por eso seres más avanzados en sus naves espaciales.

Incluso hay quienes interpretan algunos pasajes de la Biblia como explicativos de la visita extraterrestre.

A los científicos les carcome la cuestión de porque habiendo tantas estrellas en el universo, no se haya encontrado una civilización razonablemente parecida a la nuestra.

Los cálculos teóricos que hacen es que es probable que existan muchas.

Suponen que cuando una civilización resuelve sus problemas de supervivencia en términos de alimentación salud y bienestar, sale a recorrer su vecindario.

Previamente han establecido sistemas de comunicación para detectar donde hay otras criaturas inteligentes para contactarse.

Y posteriormente, con el desarrollo de sistemas de transporte más eficientes, la salieron a buscarlas.

Pero también hay otros que dicen que cuando se agotan los recursos naturales del hábitat de una civilización, es que salen a poblar otras partes del universo.

Son los mismos que dicen que deberíamos salir a llenar el universo, porque nuestros recursos naturales se están agotando.

Y de ahí se remontan a que la misión del ser humano es llenar el universo.

Pero lo cierto es que en realidad no hemos encontrado rastros de vida extraterrestre inteligente; y eso tapa cualquier razonamiento.

Ni siquiera de vida elemental.

El físico nuclear Enrico Fermi se preguntaba, después de la Segunda Guerra Mundial “si hay extraterrestres ¿dónde están?”.

Al principio pensamos que podían estar muy cerca de nosotros.

Y así fue como Percival Lowell popularizó, a principios del siglo XX, la idea de que Marte había tenido una civilización comparable a la nuestra, debido a sus canales que él consideraba eran canales de irrigación.

Esos canales habían sido avistados por el italiano Schiaparelli, que los había considerado accidentes naturales.

Pero Lowell los consideró construcciones humanas.

Y esto se popularizó cuando Herbert Wells publicó un artículo de ciencia ficción llamado Las cosas que viven en Marte, describiendo la flora y la fauna marcianas.

Y además dio forma a los marcianos como individuos altos, delgados y verdes.

30 años después Orson Welles se hizo famoso con un programa radiofónico que relataba la invasión marciana.

Pero nuevamente 30 años después, la Sonda Mariner 4 transmitió fotografías de Marte mostrando que era un planeta árido y sin rastros de vida.

Reconociendo que había una enorme cañón ramificado que parecía un canal, pero que no lo era.

Por la misma época se creó el proyecto SETI de búsqueda de inteligencia extraterrestre por ondas de radio.

El concepto es que si existe una civilización avanzada debe también ser avanzada en sus medios de comunicación.

Era un proyecto de la NASA, que implicaba la conexión del mayor número posible de computadores para detectar y analizar señales de ondas provenientes del espacio.

El programa no dio ningún resultado y se fue desmontando progresivamente por la restricción de fondos.

Esta idea de Carl Sagan ahora se maneja solamente a nivel privado.

Allí surgieron explicaciones de por qué no se habían encontrado actividades de comunicación extraterrestres.

Dijeron que quizás las civilizaciones que existen en otras partes del universo estén en grados inferiores de desarrollo que el nuestro.

De modo que el concepto de que había civilizaciones más desarrolladas que la nuestra y que eventualmente nosotros éramos su apéndice, hoy ha variado suponiendo que las civilizaciones existentes pueden estar en un estadio anterior de desarrollo que el nuestro.

Aun así es popular considerar que es casi imposible y muy extraño que no existan otras civilizaciones en el universo.

Hay una ecuación que creo en 1961 el astrónomo Frank Drake que calcula la cantidad de mundos habitados que existirían en el universo.

Pero como no se sabe exactamente los valores de los términos de la ecuación, esto parece ser más un ejercicio de fantasía que de ciencia.

En definitiva, los resultados de búsqueda nos están llevando a pensar que la raza humana es un bicho raro en el universo; no somos una vulgaridad cósmica.

   

EL UNIVERSO MANIFIESTA EL CREADOR

Santo Tomás de Aquino propuso que el orden del universo manifiesta una racionalidad que remite a su creador.

Y que el creador es la causa última que deja obrar a lo que llama causas segundas, que son las que estudia la ciencia.

Es la ciencia la que ayuda a descubrir la racionalidad con que Dios creó el universo.

Sin embargo no es la ciencia la que puede demostrar la existencia de Dios.

Es precisamente la reflexión a partir de la observación y la ciencia, que permite descubrir a Dios con la razón.

Los datos de la ciencia sugieren que la raza humana apareció en una zona específica del universo.

Y que lo hizo junto con otros homínidos que no prosperaron.

Pero además hace millones de años la Tierra fue impactada por dos asteroides en ocasiones distintas, que modificaron la trayectoria de la vida.

Por ejemplo el último de los dos asteroides parece haber provocado la extinción de los dinosaurios, que eran los animales que dominaban sobre el planeta.

Y fue entonces que los mamíferos se hicieron el punto central de la vida inteligente en la Tierra.

Podría ser perfectamente posible que otros mundos tengan vida distinta a la terrestre humana y sin una capacidad de inteligencia que los lleve a crear cultura.

Y por lo tanto no sean capaces de salir de su hábitat ni comunicarse externamente.

En cuyo caso los hombres serían la excepción.

Lo que actualmente prima entonces es la sensación de desazón, de que nos encontremos solos en un universo muy grande y muy poblado de astros.

Pero por otro lado podríamos suponer que estar solos en esa magnitud sideral podría significar que el universo ha sido hecho para nosotros.

O aún menos pretenciosamente, que nuestra pequeñez es para demostrarnos la inmensidad de su autor.

Por su parte Benedicto XVI ha señalado que el universo no es el resultado de la casualidad y que demuestra el infinito amor de Dios por nosotros.

Ha criticado indirectamente a Stephen Hawking diciendo que el universo no es resultado del azar como quieren hacernos creer”.

Llega a firmar que “los cristianos deben rechazar la idea de que el universo se formó por accidente”.

Y aceptar que Dios estuvo detrás del Big Bang.

Él dice que “contemplando el universo somos invitados a interpretar algo profundo en la sabiduría del creador y la incansable creatividad de Dios”

En la belleza del mundo, en su misterio, su grandeza, en su racionalidad, sólo podemos ser guiados hacia Dios creador del cielo y la tierra”.

En definitiva la posición católica no es estrictamente apoyar al diseño inteligente, sino que sólo lo ve con buenos ojos.

La posición es que más allá de lo que podamos descubrir, todo en el universo habla de Dios.

   

EL NUEVO ENTENDIMIENTO DEL UNIVERSO

En las últimas décadas los físicos han puesto énfasis en lo que algunos suponen accidentes afortunados que crearon nuestra existencia.

Han caído en la cuenta que todo en el universo parece demasiado bueno para ser verdad, porque tiene condiciones finamente calibradas para contener nuestra vida.

El más leve valor distinto en alguna de esas condiciones haría imposible nuestra existencia.

Vivimos en un planeta rocoso con una atmósfera y unas leyes naturales del universo que permiten la vida humana.

No sabemos porque las distintas piezas que conforman el universo tienen las propiedades que tienen, pero sin embargo sí sabemos que la más leve modificación implicaría que no seríamos viables.

Los científicos no pueden decir porque el universo está construido de esa manera, pero sí pueden hacer experimentos cambiando las propiedades de algunas variables para ver qué pasaría.

Cuando estás cambian en el experimento, nuestras condiciones de viabilidad desaparecen y nos encontramos con un cosmos estéril.

Por otro lado todo parece predecible, comprensible y explicable matemáticamente.

Entonces surge la duda porque tan predecible y comprensible.

Parece que estamos en el filo de una navaja de estabilidad y que nos lo están comunicando así.

El astrofísico Eric Zachrisson piensa que la suposición común de que deben existir planetas similares a la tierra no se ajustaría a la realidad.

Según sus estudios la Tierra no debería existir estadísticamente, y sería una anomalía en el universo.

Hay una serie de datos qué sugieren que la Tierra es algo extremadamente raro en el universo y que muchos científicos han sobreestimado la posibilidad de planetas con vida inteligente en el universo.

Veamos algunas condiciones anómalas de la Tierra:

  • Si la tierra se encontrará más en el centro de la galaxia estaría expuesta a mayor radiación y presencia de planetoides errantes, en cambio se encuentra en una zona habitable de la galaxia.
  • Además nuestra galaxia tiene forma de espiral que sería el único tipo de galaxia capaz de soportar vida.
  • Los gigantes gaseosos de Júpiter y Saturno y el cinturón de asteroides atrapan asteroides y cometas evitando que golpeen la Tierra.
  • La Tierra se encuentra a una distancia del sol que permite que el agua se caliente pero no se funda y se evapore en el espacio.
  • Y el agua tiende de evaporarse y condensarse en los niveles más bajos de la atmósfera, produciendo una distribución uniforme del agua a través de las lluvias.
  • El sol emite una cantidad constante de energía, lo que no sucede con otras estrellas.
  • Nuestro planeta no es gaseoso como buena parte de los que se conocen.
  • La rotación de nuestro planeta es rápida y por lo tanto la variación de temperatura y de luz entre el día y la noche permite la fotosíntesis.
  • Y la inclinación del eje de la Tierra permite variaciones estacionales no demasiado extremas que ayudan a la vida compleja del planeta.
  • La Luna causa mareas que permiten el desarrollo adecuado de la vida en el mar.
  • Nuestro planeta gira alrededor del sol en una elipse casi circular, lo que permite que el calor y la luz no varíen sustancialmente en el recorrido.
  • El núcleo fundido de la Tierra crea un campo magnético que permite que los cinturones de Van Allen protejan la Tierra de los rayos del sol.
  • Nuestro sistema de volcanes esparce minerales ricos sobre la Tierra a través de la atmósfera.

Hay muchas más anomalías pero estas son suficientes para expresar el mensaje.

De modo que perfectamente se podría suponer que el universo fue creado para nosotros, como lo expresa la Biblia.

   

LA TEORÍA DE LOS MULTIVERSOS

En 1973 el físico Brandon Carter dijo que una variación pequeña en las leyes naturales habría dejado al universo muerto.

Y que los valores actuales no lo hacen, por lo tanto las leyes de la física están adaptadas para la vida.

Y Freeman Dyson agregó que “el universo sabía que veníamos”.

Por supuesto esto no prueba la existencia de Dios.

Pero hace más lógica la posibilidad de un creador que el mero azar.

Ante estas comprobaciones de un universo hecho como un guante para nosotros y de la inexistencia de pruebas de que existen otras civilizaciones inteligentes en el universo, se ha desarrollado por parte de los ateos la teoría de los multiversos, o sea múltiples universos que coexisten.

Esto implica que nuestro universo es sólo uno dentro de los posibles universos con leyes diferentes que pueden existir.

Y que nosotros estamos en este universo porque somos un dato de él.

No podemos estar en los otros universos porque no somos viables en ellos.

Esta es una teoría incomprobable, que no tiene bases científicas, solamente las tiene ideológicas.

Es una respuesta atea al reconocimiento que vivimos en un universo que parece hecho para nosotros.

Según esta teoría, el Big Bang habría creado un número infinito de universos completamente inimaginables para nosotros.

En cada uno de ellos sucederían las cosas más bizarras que podríamos imaginar.

La teoría del multiverso no está respaldada por ninguna observación y llama la atención que muchos científicos adhieran a ella, cuándo la respuesta más simple sería admitir que el universo está hecho para nosotros.

Pero aunque la teoría del multiverso resultara verdadera, eso no implica que Dios no exista.

Sino que hablaría aún más de la grandiosidad de su existencia.

Dios no sólo habría creado un universo a medida para nosotros, sino que habría creado un universo a medida para cada idea y posibilidad suya.

   

LA CREACIÓN DE DIOS

El libro del Génesis habla de la creación del universo en sus dos relatos.

Fue creado por Dios, que no es una fuerza vaga, desprovista de personalidad, sino que tiene pensamientos, sentimientos y objetivos.

Lo que explica el diseño de la creación en todas sus etapas y especialmente del ser humano.

Él creó la materia física y creó la naturaleza espiritual.

Y Él existió desde siempre y existirá siempre.

Sobre relato del Génesis hay varias interpretaciones.

Una de ellas es la textual, que dice que Dios creó el universo en 6 días literales.

Este concepto es rechazado por los científicos y no es apoyado por la Iglesia Católica, aunque sí por algunos fundamentalistas protestantes.

El punto también es que significan 6 días mirados desde Dios. ¿Cómo se contabilizan esos 6 días?

Un científico judío ha producido una interesante explicación que dice que esos 6 días están vistos desde el punto de vista del tiempo sideral y no desde del tiempo humano en la Tierra.

La explicación puede leerse aquí.

De modo que cada día puede haber sido de una duración de miles de años.

Y por lo tanto cada día debería ser leído como una etapa en la creación.

Porque desconocemos estrictamente cuánto llevó medido en tiempo terrestre.

En el Génesis 1: 1 dice que son creados los cielos y la tierra. Y en el Génesis 1: 2 que la tierra así formada está desolada y oscura.

En el Génesis 1: 3-5 describe el primer día, donde la luz penetra la atmósfera de la Tierra y así se desarrolla la diferencia entre la noche y el día.

En Génesis 1: 6- 8 muestra que la tierra está cubierta de agua con un denso manto de vapor. Entonces se separa las aguas y el cielo.

En el Génesis 1: 9-13 se cuenta la aparición de la tierra seca cuando el manto de nubes desaparece y la atmósfera permite pasar más luz del sol.

A partir de aquí aparece alguna vegetación y algunas especies.

En el Génesis 1: 14-19, en el cuarto día, se ve la creación del sol y la luna.

Es posible que en este cuarto día la creación haya cesado en el resto del universo y continuado en la Tierra.

En el Génesis 1: 20-23, en el quinto día, Dios crea las criaturas de las aguas y voladoras con capacidad de procrear.

En el Génesis 1: 24-31 se crean los animales terrestres.

Y culmina con la obra central de la creación que es la primera pareja humana de Adán y Eva.

Es posible que este sexto día de la creación sea en el que estemos inmersos en la Tierra hoy.

Y que el séptimo día en que Dios descansó sea cuando se realice la redención total del ser humano y la nueva tierra al final de los tiempos.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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¿Cómo se creó el Mundo según la Biblia?

La forma en que la Biblia concibe el universo y la creación es fascinante.

¿Cómo podemos compatibilizar la versión bíblica de la creación con los hallazgos científicos?

La mayoría de los científicos piensa que la creación y la explicación de los 6 días que insumió son falsos.

Y muchos cristianos dicen que solamente es una alegoría.

Y lamentablemente en las últimas décadas se ha propagado entre los cristianos la idea que el conocimiento contenido en la Biblia hay que interpretarlo exclusivamente en clave simbólica.
.
Esto se inscribe dentro de la corriente de sacerdotes y teólogos católicos que incluso niegan los milagros y sanaciones de Jesús, por ejemplo.

Comencemos hablando del relato bíblico sobre la creación del universo.

LA CREACIÓN DEL MUNDO SEGÚN LA BIBLIA

El objetivo esencial de esta visión es que Dios es la fuerza creativa que ha creado todo.

Yahvé creó todas las cosas a través de una serie de actos que se describen en el Génesis:

Día 1 de la Creación (Génesis 1:1-5). Dios creó los cielos y la tierra. “Los cielos” se refiere a todo más allá de la tierra, el espacio ultraterrestre. Él separa la luz de las tinieblas y nombra la luz “día” y las tinieblas “noche”.

Día 2 de la Creación (Génesis 1:6-8). Dios crea el cielo. El cielo forma una barrera entre el agua sobre la superficie y la humedad en el aire. En este momento la tierra tendría una atmósfera.

Día 3 de la Creación (Génesis 1:9-13). Dios creó la tierra seca. Continentes e islas están por encima del agua. Los grandes cuerpos de agua se llaman “mares” y lo seco se llama “tierra”.

Dios creó toda la vida vegetal, tanto grandes como pequeñas. Él crea esta vida para ser autosuficiente; las plantas tienen la capacidad de reproducirse.

Día 4 de la Creación (Génesis 1:14-19). Dios crea todas las estrellas y los cuerpos celestes. El movimiento de estos ayudará al hombre a registrar el tiempo.

Día 5 de la Creación (Génesis 1:20-23). Dios creó toda la vida que vive en el agua. Toda vida de todo tipo que vive en el agua se hace en este momento. Dios también crea todos los pájaros. Todos vegetarianos

Día 6 de la creación (Génesis 1:24-31). Dios crea todas las criaturas que viven en tierra firme. Esto incluye al hombre y la mujer.

Día 7 de la Creación (Génesis 2:1-3). Dios descansó.

Los siguientes tres versículos (Génesis 2: 4-6) deben tenerse en cuenta, aunque no a menudo citado, son de extrema importancia.

“Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados. El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos, no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado todavía, pues Yahveh Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo. Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo

cosmologia hebrea 1

En estos versos uno comprende que durante este período las plantas y las hierbas no estaban en el campo, porque el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra y no había un hombre para cultivar o cuidar de ellas.

Al final dice por qué las plantas y hierbas todavía no estaban en la tierra, porque la tierra era todavía demasiado caliente, pero ya se había formado agua regaba toda la faz de la tierra.

Esta es la descripción bíblica del enfriamiento de la tierra, que Moisés sabía, y que por lo tanto se conocía aún en este tiempo bíblico temprano.

El énfasis principal en el concepto de creación judaica, que finalmente fue adoptado por el cristianismo, era que todo fue creado por Dios.
.
Todo salió de su fuerza creativa y planificado por Él, que es la fuente de todo lo que existe.

Esta es la base de la cosmología judaica.

Este concepto hebreo de la creación fue desafiado por otras historias de la creación, que se encontraban en la región mesopotámica en el momento; los relatos babilónicos de Emuna Elish y la epopeya de Gilgamesh.

El concepto judaico difería de ellos en que se describe al Dios hebreo como un solo creador omnipotente.

No había descripciones de batallas entre dioses primigenios.

El mundo fue creado exclusivamente de acuerdo con la voluntad divina.

Tampoco está presente la idea de una sucesión de mundos experimentales, las ideas influenciados por Platón.

cosmologia hebrea 7

UNA ESPECIE DE BOLA HUECA QUE CONTIENE TODO Y QUE A LA VEZ SE ESTIRA

En el Antiguo Testamento la Tierra era concebida como un disco plano flotando sobre agua.
.
El cielo como una cúpula sobre la Tierra, las estrellas fijas «pegadas» a la cúpula, el Sol la Luna y las estrellas móviles (los planetas visibles) colgando bajo el domo, movidas a través del cielo por ángeles.

Sobre el domo más agua, explicando el por qué el cielo es de color azul como un mar.
.
El domo a su vez tiene compuertas que se abren para producir lluvia, y sobre todo esto el trono de Dios, observando todo el mundo desde arriba.

Pero como ocurre en la Biblia, no puede ser considerado como un tratado cosmológico sistemático, sino sólo como menciones para luego justificar el concepto central en que se quiere insistir.

Es la divinización de esos cielos, la tierra y sus ocupantes, lo que se machaca sin cesar.

No interesaba profundizar en los aspectos “científicos o técnicos o cosmológicos”, y por ello en la ciencia de la época sólo aparece tangencialmente.

Por otro lado se ha señalado que la Biblia no concebía el firmamento simplemente como un techo sólido, sino también como una piel que se podía desplegar.

Lo uno no anula lo otro.

Hay referencias suficientes como para hacerse una buena idea de la imagen del mundo entre los hebreos:

* tierra plana (cuyos bordes eran posiblemente circulares),
.
* con columnas por debajo que aseguran su estabilidad,
.
* con un cielo como tapa superior (más o menos sólido),
.
* apoyado en firmes pilares sobre los bordes de la tierra,
.
* por el que se desplazan los astros,
.
* un abismo oceánico acuoso rodeando todo el conjunto,
.
* y compuertas que pueden permitir su irrupción en el mundo tanto a través del cielo como de la tierra.

Pero por una parte, la Biblia concebía el firmamento como suficientemente duro para sostener el abismo acuoso superior, impidiendo el diluvio (Gn. 1:6,7; 7:11; 8:2).

Pero lo suficientemente flexible como para ser descorrido ante el poder de Dios (Is. 34:4, Ap. 6;14).

En cualquier caso, ya se describa el mundo como una sólida caja o como una tienda flexible, se mantiene el paralelismo con una habitación que Dios ilumina, construye con esmero, adorna y finalmente regala a la humanidad (Gn. 1).

Ancient Hebrew Cosmology

LAS PARTES INTEGRANTES DE LA ANTIGUA COSMOLOGÍA HEBREA

En general se concebía el mundo era un disco plano cubierto por una cúpula firme.

Bajo el disco estaba el Seol – el lugar de los muertos – y las aguas profundas.

Por encima de la cúpula, había más agua y, finalmente, los altos cielos donde mora Dios.

La idea de que el cielo era una vasta cúpula sólida parece haber sido común entre los pueblos de la antigüedad.

De acuerdo con la noción prevalente entre los griegos y los romanos, el cielo era una gran bóveda de cristal a la que se unían las estrellas fijas, aunque para algunos podía ser de hierro o latón.

Que los hebreos desarrollaron ideas similares aparece de numerosos pasajes bíblicos.

Por ejemplo, Job 37:18 dice:

“¿puedes extender con él la bóveda del cielo, sólida como espejo de metal fundido?”

El firmamento actuaba como la separación entre las aguas superiores de los cielos y las aguas bajas de la profundidad.
.
Ver Job 26:11; 37:18; la cúpula es de color azul debido a la separación de las aguas, Génesis 1:7; la tierra está rodeada de agua, Génesis 1: 6,7; Salmos 24:2; 148:4, Deut 5:8.

La cúpula de la tierra se asentaba sobre pilares y sobre los cimientos del mundo. Job 26:11; II Sam. 22: 8.

En la cúpula hay ventanas o puertas o compuertas desde donde cae la lluvia; el ejemplo más famoso del uso de estas compuertas es en el diluvio de Noé en el Génesis. Ver Génesis 7:11-12; 8:2; Génesis 1:14-19; Génesis 1:20; Deut. 4:17.

Por último, en lo profundo de la tierra estaba el Seol o Sheol.

La palabra Seol se piensa comúnmente que proviene de la raíz hebrea que significa «estar hundido», ser hueco y en consecuencia denota una cueva o un lugar debajo de la tierra.

En el Antiguo Testamento (hades = Septuaginta; infernus = Vulgata) seol se utiliza bastante en general para designar el reino de los muertos, de los buenos (Génesis 37:35), así como de los malos (Números 16:30).

Esto significa el infierno en el sentido estricto del término, así como el limbo de los Padres.

Pero, como el limbo de los Padres terminó en el momento de la Ascensión de Cristo, hades (infernus en la Vulgata) en el Nuevo Testamento siempre designa al infierno de los condenados.

Desde la Ascensión de Cristo los justos ya no descienden al mundo inferior, sino que moran en el cielo (2 Corintios 5:1).

La explicación de la creación del mundo por la mano de Dios es algo que no acepta la mayoría de los científicos.

Pero la cosmología hebrea tiene varias partes y quizás alguna sea compatible con la teoría científica actual.

La teoría del big bang – cada vez más aceptada por los científicos – realmente sugiere que una fuerza externa desató la creación.

Y aunque más difícil es aceptar que el mundo se hizo en 6 días y tan sólo hace 6000 años.

Sin embargo una teoría de un científico judío hace compatible las dataciones del universo con las del Génesis.

mundo creandose con dos manos

LA EXPANSIÓN CON EL BIG BANG IMPLICA UN INICIADOR

Las observaciones realizadas para medir la radiación de fondo – una señal que, según los científicos, procede del mismísimo origen del tiempo – mostraría que el universo habría nacido tras una gran explosión (Big Bang) que vino precedida de una “inflación” acelerada.

Algunos expertos científicos cristianos creen que el descubrimiento de las “ondas gravitacionales”, proporciona una confirmación para el relato bíblico de la creación mediante el apoyo a la teoría del “big bang”.

“La Biblia fue la primera en predecir la cosmología del Big Bang”, según Hugh Ross, presidente y fundador de Reasons to Believe, una organización creacionista que cree que el cristianismo y la ciencia se complementan.

En una entrevista con The Christian Post, Ross explicó que la detección de ondas de gravedad de la rápida expansión del universo, conocido como “inflación”, demuestra que

“cuando el universo tenía una billonésima de billonésima de billonésima de segundo de edad, se expandió más rápido que la velocidad de la luz”.

Leslie Wickman, director del Centro de Investigación en Ciencias de la Universidad Azusa Pacific , dijo que

“La evidencia de la gran explosión, en general, nos dice que hubo un comienzo.
.
Y si hubo un principio, por la simple lógica de causa y efecto, tendría que haber un iniciador”.

Wickman también cree que la teoría del Big Bang es compatible con la cosmovisión cristiana.

Si nos fijamos en la historia científica, la teoría que persistió antes del Big Bang fue la teoría del estado estacionario del universo, que encaja muy bien con la famosa frase de Carl Sagan: ‘el universo es todo lo que alguna vez fue, todo lo que es y todo lo que siempre será’”, dijo.

Al sugerir un comienzo concreto, el Big Bang hace alusión a la creación, en lugar del universo eterno, según lo propuesto por Sagan y presentado en la serie “The Cosmos”, dijo.

“Una de mis pasiones en la vida es conseguir que la gente entienda que no tenemos que elegir entre la ciencia o de la fe.

Usted puede ser un buen científico y un cristiano fiel”, añadió Wickman.

Stephen Meyer, director del Centro para la Ciencia y la Cultura en el Discovery Institute y autor del New York Time best-seller La duda de Darwin: El Origen de explosivos de la Vida Animal y el caso del diseño inteligente, dijo que él también cree que

“La teoría del Big Bang es compatible con una comprensión bíblica de la creación.”

Meyer sugiere incluso que la evidencia reciente de la inflación es compatible con la representación bíblica de un universo en expansión.

“Parece repetirse en el Antiguo Testamento, tanto en los profetas como en los salmos, que Dios estiró o extendió los cielos, y señaló que hay “al menos una docena de referencias” a esta idea en la Escritura.

El espacio se expandió muy rápidamente, y esto es una evidencia adicional del apoyo a la inflación”, dijo, refiriéndose al estudio.

universo antiguo testamento

¿PUEDE SER VERDAD QUE DIOS CREÓ EL MUNDO LITERALMENTE EN SEIS DÍAS?

Para muchos puede sonar un delirio o hasta fanatismo sobrenatural, siquiera el planteo de que los seis días que llevó la creación a Dios – relatada en el Génesis – tenga asidero real y pueda ser demostrable.

Veamos la explicación del Dr. Schroeder, un científico israelí, que deja a muchos estupefactos al plantear: ¿y si fuera verdad que Dios creó el mundo, literalmente, en seis días?

El doctor Gerald Schroeder se presenta como poseedor de dos doctorados, uno de ellos en física nuclear y el otro en oceanografía, además de estudios avanzados en químicas y ciencias planetarias nada menos que por el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Es miembro de la Comisión de la Energía Atómica de los Estados Unidos. Vive en Jerusalén, y alterna su enseñanza de la física con el estudio de los textos bíblicos.

Ha escrito dos libros traducidos a varios idiomas, en los que estudia aspectos de la ciencia relacionados con la religión. Huelga decir que profesa el judaísmo.cosmologia hebrea 4

TIEMPO Y RELATIVIDAD

Veamos: la tesis de Schroeder es que cuando en el Génesis se afirma que Dios creó el mundo en seis días, eso fue exactamente lo que ocurrió.

Para defender esto, lo primero que hay que comenzar por admitir es que el tiempo es distinto para Dios que para nosotros, lo cual no presenta ninguna dificultad.

Desde el punto de vista religioso, ya dice el rey David que “para Dios un día son mil años”.
.
Algo de lo que se hará eco san Pedro cuando afirma que “delante del Señor mil años son un día y un día son mil años”.

.
San Agustín también asegura que el tiempo es un atributo del universo; no se creó el universo en el tiempo, sino conteniendo el tiempo.
.
La ciencia occidental llegará a esa concepción con la teoría de la relatividad, unos mil quinientos años después que san Agustín.

Las explicaciones clásicas del judaísmo también presuponen una creación del tiempo, como deduce el talmudista y cabalista judeohispano Nahmánides en el siglo XIII.

Para dicho filósofo, el tiempo fue creado el primer día por Dios.

Nahmánides incluso avanza que antes del universo no hubo nada, hasta que apareció un grano minúsculo, que fue la única creación física, y que contenía todo lo que habría de desarrollarse más tarde.

La expansión del grano creó la materia. Notable intuición, sin duda.

Einstein demostraría que el universo tiene 15.000 millones de años, sí, pero solo visto desde la posición en la que nosotros estamos.
.
En otros lugares, el tiempo transcurre de modo distinto, más lento o más rápido.

Basándose en este hecho, por lo demás irrebatible, el doctor Schroeder considera que las coordenadas espacio-temporales a las que se refiere el texto del Génesis son diferentes a las nuestras.
.
De este modo explica lo sucedido.

Para empezar, el universo era más pequeño, como es lógico, pues se ha ido expandiendo; y con el espacio lo ha hecho el tiempo.

Este hecho es de vital importancia para lo que el doctor Schroeder se propone explicarnos.

Y para ello, cita un ejemplo: supongamos que el primer día de la Creación desde un punto determinado, muy alejado de nosotros, envían un haz de luz en nuestra dirección.

Al segundo siguiente, mandan otro haz y al siguiente, otro más.

Y así durante un buen rato.

¿Recibiremos nosotros esos haces de luz, miles de millones de años más tarde, separados por un segundo? La respuesta es que no.

El universo sigue su expansión durante los miles de millones de años que tarda la luz en llegar, por lo que cuando la luz alcanza nuestro planeta, el tamaño del mismo ha aumentado enormemente.

La consecuencia es que cada haz de luz está separado del que lo sigue por muchos millones de años.

cosmologia hebrea 5

UNA CUESTIÓN DE PERSPECTIVA

Del mismo modo, visto desde hoy -prosigue Schroeder – el universo tiene 15.000 millones de años.
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Pero bien pudiera ser que, desde un cosmos mil millones de veces más pequeño, ese tiempo fuera de seis días.

¿Pudiera ser?

La cosmología actual -esto es, la explicación del universo a partir de la física- nos dice que existe una relación aproximada, entre el tiempo al comienzo del universo y el actual, de un millón de millones.

Lo que equivale a un uno seguido de doce ceros.

Si esa idea la proyectamos a los seis días del Génesis, nos encontramos con seis millones de millones de días.
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Una interesante cifra que nos da, al dividirla por 365, la curiosa cantidad de 16.000 millones de años
.
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Si tenemos en cuenta que la ciencia actual calcula la creación del universo hace unos 15.000 millones de años, la similitud resulta notable.

La transposición del tiempo del origen al actual nos proporciona unos datos no menos contundentes.
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El primero de los días bíblicos -como todos los demás- duró 24 horas, lo que equivale a unos 8.000 millones de años desde nuestra perspectiva.

Dada la expansión del universo, el segundo día representa en realidad la mitad, esto es, unos 4.000 millones de años.

Esto resulta de que cada vez que el universo duplica su tamaño, el tiempo se divide a la mitad; cuando el universo era pequeño, se duplicaba más rápidamente.

Así que el tercer día dura 2.000 millones de años aunque, desde la perspectiva originaria, sean las mismas 24 horas.
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El día siguiente son solo mil millones, y el quinto quinientos.
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Por fin, el último de los días, el sexto, el total de años es de doscientos cincuenta millones.
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La suma de este tiempo nos da una cifra de 15.750 millones de años, lo que nos acerca aún más a lo que estima la ciencia actual.

Para el doctor Schroeder, no se trata solo de la coincidencia de los eones transcurridos -desde la creación del mundo hasta nuestros días- con los seis días bíblicos.

Es, también, la sucesión de los acontecimientos narrados en el relato del Génesis.

Así, la aseveración de que en el principio la tierra era un caos (“una soledad caótica” en la que “las tinieblas cubrían el abismo”) se corresponde perfectamente con la descripción que la geología nos hace de nuestro planeta en sus primeras etapas, el periodo arcaico.

Del mar, en efecto, salió la vida animal, tal y como lo explica la Biblia, que colonizó la tierra, igual que hoy pensamos que sucedió a la luz de la ciencia.

Sin embargo, es curioso que el Génesis diferencie entre la aparición de los animales a partir del medio marino y la de los vegetales, y que para estos suponga una procedencia distinta.

Mientras que los peces y las aves poblaban la tierra, los animales superiores aparecen mucho más tarde, el día quinto.
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En vísperas, pero antes, que el ser humano.
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El ser humano es el fin de la Creación, según los textos sagrados.
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Mientras que la ciencia hoy nos dice que la evolución parece haberse detenido con la aparición del ser humano y que no va a tener lugar ninguna evolución humana en sentido biológico, sino en todo caso, cultural.

El autor afirma que si se lee la Biblia a la luz de los conocimientos científicos, se observa cómo existen increíbles coincidencias.

cosmologia hebrea 6

EL AZAR NO ES CAUSA DE NADA

De hecho, aunque no lo formula de esta manera, el doctor Schroeder admite la teoría de la evolución sin la más mínima duda.

Lo que rechaza explícitamente es el carácter ciego del proceso evolutivo preconizado por el neodarwinismo, explicación que hoy sigue ocupando las cátedras del mundo occidental.

El azar, afirma, no puede ser la causa de las mutaciones que regulan la evolución de la vida.

La probabilidad de que las mutaciones aleatorias puedan haber producido formas viables es mínima.

Por ejemplo, para construir las proteínas, por cada elección correcta hay 10 elevado a 254 elecciones incorrectas, en el mejor de los supuestos para el neodarwinismo (la proporción real es mucho más baja).

En esa línea que considera imposible que el azar sea causa de nada de lo existente, el doctor Schroeder se apoya en las palabras del profesor de Duve, una de las autoridades más respetadas en este terreno:

Si tú comparas la probabilidad del nacimiento de una célula de una bacteria con el montaje aleatorio de sus átomos, la eternidad no será suficiente para producir una.
.
Enfrentado con la enorme suma de aciertos, uno podría legítimamente preguntarse en qué medida este éxito está realmente escrito en la estructura del universo
”.

Schroeder fustiga duramente a quienes sostienen el neodarwinismo a estas alturas, y se pregunta qué es lo que hace que se siga defendiendo el paradigma neodarwinista.

La respuesta que encuentra es que se trata de razones puramente ideológicas; porque se corresponde con una visión materialista de la existencia y de la vida.

Gerald Schroeder termina sosteniendo que

“El azar no puede haber sido la fuerza conductora detrás del éxito de la vida. .
.
Nuestro entendimiento de las estadísticas y de la biología molecular claramente apoya la idea de que debe haber habido una dirección y un Director detrás de la vida
”.

la cracion del universo

EL DISEÑO INTELIGENTE

En los últimos años, han saltado a los medios las propuestas de científicos e intelectuales de corte ‘creacionista’, especialmente en Estados Unidos, donde la polémica ha acompañado su irrupción en la escena cultural.

Pero no debemos perder de vista que dicho creacionismo ha venido ligado al protestantismo y al islamismo, principalmente.

Este creacionismo fundamentalista cristiano o musulmán es, en realidad, un fijismo según el cual Dios habría creado todo lo existente, y por tanto cada especie animal, de un modo particular como un acto específico de su voluntad.

Por tanto, la evolución carecería de sentido.

Existe un peculiar creacionismo según el cual la evolución no es más que el despliegue del ‘programa vida’ que está codificado desde que la propia vida apareció hace 500 millones de años, durante la explosión cámbrica.
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La evolución sería el método que habría dispuesto una inteligencia superior para esa expresión de la vida, manifestada en el funcionamiento de los organismos vivos.
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Se trata del llamado ‘diseño inteligente’
.

El catolicismo, en cambio, no se opone en modo alguno -ni ahora ni antes- al evolucionismo, y menos aún a la teoría del Big Bang -elaborada por un sacerdote católico-, sino que hasta los acoge con entusiasmo.

Lo que todos ellos comparten, eso sí, es el cuestionamiento del neodarwinismo académico imperante con su insistencia en la ausencia de teleología alguna y su defensa del carácter ciego y aleatorio del proceso evolutivo.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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El papa Francisco abierto a la teoría del Big Bang y al evolucionismo

Un papa que revoluciona los conceptos populares católicos.

Se han destacado esta semana las palabras de Francisco, quien, hablando a la Academia Pontificia de las Ciencias en la Casina Pio IV en los jardines del Vaticano, dijo que el Big Bang «no se contradice con la intervención del creador divino, sino que lo exige».

Y esto viene de un Papa que se ha manifestado partidario de la hipótesis del evolucionismo.

 

Einstein y Lemaitre

 

De hecho la mención de Francisco al Big Bang , seguramente tiene en cuenta que en 1927 fue un astrónomo jesuita, el padre Georges Lemaître (1894-1966), el primero en hacer tal hipótesis, llamada la del átomo primigenio. 

Por lo tanto, no es casualidad que la Agencia Espacial Europea haya decidido dedicar al sacerdote católico el quinto ejemplar de la lanzadera automática europea ATV – que significa Automated Transfer Vehicle – lanzada en julio de este año y que se llama, precisamente, Georges Lemaître. 

Es el último homenaje a un gran erudito cuyas trabajo atrajo fuertes críticas, sobre la idea de un universo que comienza a existir. Leer más aquí.

EL SACERDOTE CATÓLICO QUE PROPUSO LA TEORÍA DEL BIG BANG

Para muchos el padre de la teoría del Big Bang (la gran explosión), es el físico ruso nacionalizado estadounidense, George Gamov; sin embargo, pocos saben que años antes esta teoría que busca explicar el origen del universo ya había sido propuesta por el sacerdote jesuita Georges Lemaître.

El P. Lemaître nació en Charleroi (Bélgica), en 1894. Era hijo de un médico y ya desde su infancia se distinguió por su habilidad para las matemáticas y su espíritu curioso. Atracción por las ciencias que enriquece con su vocación sacerdotal. Puede leer más sobre él aquí.

Gracias a sus estudios, en la década de 1920 tuvo la intuición de que el universo tenía una historia y se encontraba en evolución; oponiéndose así a la concepción de todos los científicos de época, especialmente Albert Einstein.

Así, en 1930 propuso un modelo de universo bajo el nombre de universo Lemaître-Esinstein o hipótesis del átomo primitivo, el cual más tarde fue conocido como Big- Bang.

Su reflexión se apoyó en los datos brindados por la observación de los espectros de ciertas galaxias recientemente descubiertas.

Según el sacerdote, la historia del universo se divide en tres periodos.

El primero es llamado “la explosión del átomo primitivo”, según la cual hace cinco mil millones de años existía un núcleo de materia hiperdensa e inestable que explotó bajo la forma de una super-radioactividad. Esta explosión se propagó durante mil millones de años y los astrónomos perciben sus efectos en los rayos cósmicos y las emisiones X.

Luego viene el período de equilibrio o el universo estático de Einstein. Afirma que finalizada la explosión, se establece un equilibrio entre las fuerzas de repulsión cósmicas en el origen del acontecimiento, y las fuerzas de gravitación, durante esta fase de equilibrio que dura dos mil millones de años, se forman los nudos y dan nacimiento a las estrellas y galaxias.

Finalmente siguen los períodos de expansión, iniciados hace dos mil millones de años. Afirma que el universo se encuentra en expansión a una velocidad de 170 km. por segundo de manera indefinida.

En Estados Unidos recibe rechazo, al igual que de parte de Albert Einstein. El P. Lemaître, que nunca buscó honores ni reconocimiento, deja sus trabajos de cosmología.

Años después, en 1948, Gamov propone una nueva descripción del comienzo del universo; y aunque es considerado hoy como el padre de la teoría del Big Bang, las líneas maestras estaban nítidamente presentes en la cosmología del P. Lemaître, que presidió la Pontificia Academia de las Ciencias en 1960. Finalmente, fallece en 1966.

LA POSICIÓN DE FRANCISCO, INCLUSO FAVORABLE A LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN

Las tres frase que mas conmovieron del papa Francisco fueron:

– «Cuando leemos acerca de la Creación en el Génesis, se corre el riesgo de imaginar que Dios era un mago, con una varita mágica capaz de hacer todo. Pero eso no es así».

– «El Big Bang, que hoy en día tenemos como el origen del mundo, no contradice la intervención del creador divino, sino, más bien, la requiere.»

– «La evolución en la naturaleza no es incompatible con la idea de la creación, porque la evolución requiere de la creación de los seres que evolucionan.»

No es sólo  él habla así .La Iglesia Católica abrazó con entusiasmo estas teorías.

También hay varios teólogos católicos prominentes que ahora condenan totalmente la idea de una «Tierra joven» y la idea de que Dios creó al hombre en un solo día.

De hecho, el director del Observatorio Vaticano dice que tales nociones son  «casi teologías blasfemas»

A principios de este mes, Guy Consolmagno con el Observatorio del Vaticano dijo a Fairfax Media de Australia que jóvenes creencias de creación de la tierra son casi equivale a una blasfemia.

Pero además el concepto teológico de creación no es un concepto científico. El Dios de la teología católica no es, como Agustín enfatizó, el comienzo de la existencia, sino su causa en sentido extra-temporal y metafísico.

Dios da origen y sostiene la existencia, llenándola de sentido: haya venido el hombre o no del pez, del mono o del polvo de las estrellas, y sean o no probabilísticas las leyes que rigen esa evolución.

Es por esto mismo que Francisco es partidario de la evolución como explicación.

La explicación es que la Iglesia reconoce la existencia de un proceso evolutivo (san Agustín lo sugería ya en el siglo V d.C.), pero también insiste en afirmar que «la implicación de Dios» en ese proceso debe ser reconocida.

Pero el darwinismo, a su vez, afirma que la evolución tiene lugar a través de la supervivencia de variaciones genéticas aleatorias, sin que sean guiadas por un propósito o designio superior alguno. Los comentaristas populares concluyen, por tanto, que la Iglesia Católica sólo acepta de palabra a la biología moderna y que la evolución y la creación no pueden ser compatibles, en realidad.

Pero esto es la teoría darwiniana, no todo el evolucionismo.

Los ideólogos contemporáneos del cientificismo «no captan el quid de la cuestión» en lo referente a la evolución. La evolución no rechaza a Dios, como tampoco el electromagnetismo rechaza la conciencia moral. Y el papa Francisco no es el primero en reconocerlo.

Fuentes: Aleteia, ACI Prensa, Tempi, Signos de estos Tiempos

 

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