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Leyendas Negras contra la Iglesia Católica

Desde la antigua Roma, culpar a los cristianos de los problemas públicos ha sido un juego popular.

Y las acusaciones de los medios de comunicación modernos no son nada nuevo.

Las persecuciones y las leyendas negras contra los católicos se han sucedido a través de la historia con precisión de relojería.

cristianos comidos por leones en el coliseo romano fondo
Circo del Coliseo Romano

Casos como el incendio de Roma y de la Biblioteca de Alejandría supusieron graves persecuciones contra los cristianos.
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Y la Inquisición y la supuesta tortura de Galileo montaron la leyenda negra contra el catolicismo, que luego ha sido aumentada con la leyenda de Las Cruzadas y de la conquista española en América.  

Ver también:

 

EL INCENDIO DE ROMA

En el año 64, hubo un enorme y terrible incendio en la ciudad de Roma.

Para empeorar las cosas para el imperio, comenzaron los rumores e informes de que el emperador romano Nerón había comenzado el propio incendio. En la búsqueda de un chivo expiatorio Nerón se dirigió a la población cristiana.

Un testigo del incendio, el historiador romano Tácito, más tarde escribió sobre él en sus Anales:

En consecuencia, para deshacerse de los rumores, Nerón culpó e infligió las torturas más exquisitas a una clase odiada por sus abominaciones, los llamados cristianos

Una inmensa multitud fue condenada, no tanto por el delito de incendiar la ciudad, sino de odio contra la humanidad.

La idea de que los cristianos habían comenzado el fuego fue una historia de ficción, pero Nerón necesitaba a alguien para culpar.
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Como señala Tácito, la persecución creció y comenzó a ser irrelevante si los cristianos habían comenzado el fuego.

neron con un tigre
Emperador Nerón

Los cristianos fueron vistos como enemigos de la humanidad, así de simple. Los cargos criminales reales pueden haber variado; la constante fue la fe de los acusados.

Así comenzó, cuando se necesita una cabeza de turco, culpar a los cristianos.

De este modo también se inició la gran persecución romana de los cristianos, con un amplio apoyo popular.
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El historiador Rodney Stark señaló que en casos como el de Lyon en 177 dC y Alejandría en 248 dC, estallaron disturbios anticristianos, donde turbas golpearían a los cristianos hasta la muerte.

Concurrían enormes multitudes al Coliseo Romano y al Circo Máximo, donde los cristianos eran devorados por leones. Este fue un momento en que el sadismo era un evento de pay-per-view.

La presencia de los cristianos en esos campos fue el resultado de una decisión legal.

El cristianismo era un crimen contra el estado y para satisfacer la sed de sangre de las masas, los cristianos eran severamente castigados por ese delito.

El objetivo era aplastar al cristianismo, y la ley era la forma más rápida de lograrlo.

El gran apologista Tertuliano señala que si un no cristiano era llevado ante un tribunal por un presunto delito, era torturado con el objetivo de conseguir que él admitiera que en realidad era cristiano.

Pero irónicamente, si un cristiano profeso era llevado ante un tribunal por un presunto delito, era torturado con el objetivo de conseguir que él renunciara al cristianismo.

Tertuliano también señaló que los cristianos estaban siendo culpados no sólo para toda clase de delitos (incluyendo, por supuesto, el mismo cristianismo que era un crimen capital) sino por cada delito en particular.

Todo fue visto como culpa de un cristiano: la desgracia agrícola, los cambios ambientales, si el Tiber se desbordaba, si el Nilo se secaba…

Esto ha traído has hoy una serie de leyendas negras contra el cristianismo, que aún hoy subsisten, como por ejemplo el incendio de la Biblioteca de Alejandría.

bibiloteca de alejandria
Reconstrucción de la Bibiloteca de Alejandria

 

¿UNA CONSPIRACIÓN CRISTIANA INCENDIÓ LA BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA?

Dentro de la leyenda negra del cristianismo está el supuesto incendio de la biblioteca más grande del mundo, la biblioteca de Alejandría.
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Sobre esto se han escrito libros, inumerables artículos y hecho películas, acusando a los cristianos, de que su fanatismo oscurantista les llevó a destruir la mayor colección de conocimiento antiguo, supuestamente para ocultar las raíces paganas de su religión. 

La verdad es que las pruebas arqueológicas no señalan a los cristianos como los responsables del incendio, sino al emperador Julio César cuando le atacaron la ciudad.
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La culpabilidad de los cristianos surge a través de una campaña global que los asocia con la leyenda negra de las cruzadas y la inquisición.

La gran Biblioteca de Alejandría en Egipto fue supuestamente una de las bibliotecas más grandes del mundo antiguo.

Construida en el siglo III antes de Cristo, funcionó como un centro de estudios. Se cree que la biblioteca se ha abierto durante el reinado de Ptolomeo I, o bien Ptolomeo II (323-246 aC). 

La función de la biblioteca era recopilar todo el conocimiento del mundo, y el personal era el responsable de la traducción de las obras alojadas allí.

Algunos teóricos de la conspiración afirman que los cristianos la quemaron para ocultar sus raíces paganas.

Por ejemplo este comentario online:

Si la Biblioteca de Alejandría no hubiera sido incendiada por una turba de fanáticos (los cristianos) tendríamos una comprensión más clara de los orígenes de las prácticas y creencias religiosas.

La Biblioteca de Alejandría fue incendiada en el 400 dC y 750 mil volúmenes fueron destruidos – y no es casualidad que haya sucedido tan pronto después del Concilio de Nicea, que fue convocado en parte en un intento de ocultar los orígenes paganos de la nueva fe.

incendio de la biblioteca de alejandría fondo
Incendio de la Biblioteca de Alejandría

 

LA EVIDENCIA APUNTA HACIA OTRO LADO

Este es otro truco (de una gran bolsa de trucos) que se utilizan para desacreditar el cristianismo, al sugerir que se tenía algo que ocultar.

En primer lugar, no hay evidencia arqueológica que sugiera que hubo alguna vez un edificio en Alejandría lo suficientemente grande para albergar 750.000 volúmenes.

De hecho, hay restos de estructuras lo suficientemente grandes como para albergar 70.000 (en realidad el número de volúmenes que más comúnmente se cree han estado allí). Esta falta de evidencia sugiere que el tamaño y el alcance de la biblioteca fueron exagerados con el tiempo.

Algunas entradas viejas de la enciclopedia sobre la biblioteca parecen corroborar la afirmación de que los cristianos la quemaron, pero la evidencia de primera fuente no respalda esta afirmación en absoluto.

El hecho es que otros paganos destruyeron la famosa biblioteca.
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Entre el 48 y el 47 dC, Julio César fue envuelto en una guerra civil.
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Las fuentes antiguas dicen que prendió fuego a sus propios buques, el fuego se extendió a la costa, y destruyó la biblioteca y otras estructuras.

En su Vida de César, el antiguo historiador griego Plutarco describe de esta manera:

Cuando el enemigo trató de cortar su comunicación por mar, se vio obligado a desviar ese peligro, prendiendo fuego a sus propios barcos, que derivó en la quema de los muelles, y desde allí se extendió destruyendo la gran biblioteca.

Esta no es la única evidencia de que el contenido de la biblioteca fue destruido durante la campaña de Alejandría de César. Ammianus Marcellinus (378 dC) escribió:

Además de esto hay muchos templos elevados, y especialmente uno, a Serapis, que, aunque no hay palabras para describirlo adecuadamente, aún podríamos decir, de sus espléndidas salas soportadas por pilares, y sus hermosas estatuas y otros adornos, tan magníficamente decoradas, que al lado del Capitolio, de los cuales la siempre venerable Roma cuenta, todo el mundo no tiene nada más admiración. 

En él había bibliotecas de inestimable valor, y el testimonio concurrente de registros antiguos afirman que 70.000 volúmenes, que habían sido recogidos para el ansioso cuidado de los Ptolomeos, fueron quemados en la guerra de Alejandría cuando la ciudad fue saqueada en la época de César el dictador (Historia Romana, 22).

El teólogo ortodoxo David Bentley Hart desmonta el mito en un artículo que apareció en la revista First Things:

La historia de una destrucción cristiana de la Gran Biblioteca – como tantas veces se dijo – es una historia sobre algo que nunca sucedió. 

Con esto no quiero decir que haya una cierta divergencia de opinión, o que las fuentes originales nos dejan en duda en cuanto a la naturaleza del evento. Quiero decir que nada de eso nunca ocurrió.

Otros estudiosos han sugerido que si los cristianos no fueron responsables de la destrucción de la propia biblioteca, ellos podrían haber sido responsables de la destrucción de una «biblioteca hija», que el patriarca de Alejandría supuestamente destruyó en el año 391.

A esto Hart responde:

En realidad, no hay una sola prueba – antigua, medieval o moderna – de que los cristianos fueron responsables de la destrucción de cualquier colección, y nadie antes de finales del siglo XVIII jamás sugirió que lo fueran.

 

EL MITO SOBRE LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA

Muchos católicos se retuercen ante la sola mención de la Inquisición Española, a menudo concediendo veracidad a falacias.

Que dicen que fue el momento más brutal en la historia de la Iglesia.

Pero ¿era realmente tan brutal como se describe a menudo?

Esto es parte de la Leyenda Negra anti española.

¿Cómo empezó, y por qué persiste/.

La Leyenda Negra comenzó como una campaña de propaganda anti-española que tuvo éxito en gran parte debido a la invención de la imprenta.

La Inquisición fue el principal objetivo.

Los inquisidores no eran sacerdotes fanáticos como a menudo son retratados.

De hecho, muchos de ellos no eran sacerdotes en absoluto, sino juristas formados en las escuelas españolas.

Contrariamente a la creencia popular, raramente se usaba la tortura.

Fue utilizado por la Inquisición menos de lo que era en los tribunales de otros países de Europa en ese momento.

Las historias sobre crueles métodos de tortura utilizados por los inquisidores y las terribles condiciones en las que se guardaban los prisioneros fueron completamente falsificados.

La Inquisición en realidad tenía las mejores cárceles de España.

Los prisioneros seculares querían de hecho blasfemar a fin de que pudieran ser transferidos a cárceles de la Inquisición y escapar del maltrato de las prisiones seculares.

La persecución de la brujería era una moda en Europa en el momento, y los tribunales seculares no eran tolerantes con este tipo de delitos.

Los acusados a menudo eran quemados en la hoguera.

La Inquisición, por el contrario, declaró la brujería un engaño.

Nadie podía ser juzgado por ella o quemado en la hoguera.

La Inquisición era prácticamente impotente en las zonas rurales.

En todo el siglo XVI, la Inquisición en España ejecutó solamente cerca de 50 personas.

Lo que es contrario a la Leyenda Negra, que sitúan los números de las ejecuciones en cientos de miles de personas.

De todas las Inquisiciones juntas en toda Europa, los expertos estiman que el número de personas ejecutadas varió en algún lugar entre 3000 y 5000.

Con un promedio de, como máximo, unos catorce personas por año en todo el continente durante un período de 350 años.

Aquí hay videos que explican en detalle y con datos históricos todo el montaje:

 

LA TORTURA PARA QUE GALILEO SE RETRACTARA

Comúnmente, se cree que la Iglesia Católica persiguió a Galileo por abandonar la visión geocéntrica (la tierra como centro del sistema solar) por la visión heliocéntrica, (el sol como centro del sistema solar).

El caso Galileo, para muchos anticatólicos, fue pensado para demostrar que la Iglesia aborrece la ciencia, se niega a abandonar las enseñanzas anticuadas, y no es infalible.

Para los católicos, el episodio es, a menudo, una vergüenza que no debería ser.

Galileo Galilei

 

¿LA IGLESIA ERA ANTI CIENTÍFICA?

La Iglesia no es anti científica. Ha apoyado los esfuerzos científicos durante siglos.

En la época de Galileo, los jesuitas tenían en Roma, un grupo muy respetado de astrónomos y científicos.

Además, muchos científicos notables recibieron el estímulo y el financiamiento de la Iglesia y, también, individualmente, de funcionarios de la misma iglesia.

Muchos de los avances científicos en ese período fueron hechos, ya sea por clérigos, o como resultado de la financiación de la Iglesia.

Nicolás Copérnico dedicó su trabajo más famoso, “Sobre la revolución de los Orbes Celestes”, al Papa Pablo III; una excelente descripción de la teoría heliocéntrica.

Copérnico confió este trabajo a Andreas Osiander, un pastor luterano que sabía que la reacción protestante sería negativa, ya que Martin Lutero parecía haber condenado la nueva teoría y que, como consecuencia, el libro, también sería condenado.

Osiander escribió el prefacio, en el sólo presentaba al heliocentrismo como una teoría que explicaría los movimientos de los planetas de forma más simple de la que el geocentrismo lo había hecho, de modo que el mismo geocentrismo hizo algo que Copérnico no había intentado.

Diez años antes de Galileo, Johanes Kepler publicó un trabajo heliocéntrico que se amplió en el trabajo de Copérnico.

Como resultado, Kepler también encontró oposición entre sus compañeros protestantes por sus ideas heliocéntricas, que fueron bienvenidas entre algunos jesuitas reconocidos por sus logros científicos.

 

 ¿AFERRÁNDOSE A LA TRADICIÓN?

A menudo, los no católicos, citan el caso Galileo como un ejemplo de que la Iglesia se niega a abandonar la enseñanza obsoleta o incorrecta, y se aferra a una «tradición».

No se dan cuenta que los jueces que presidieron el caso de Galileo no fueron los únicos que tenían una visión geocéntrica del universo.
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Era el punto de vista aceptado por los científicos de la época.

Siglos antes, Aristóteles había refutado la teoría del heliocentrismo y, en tiempos de Galileo, casi todos los pensadores importantes tenían una visión geocéntrica.

Copérnico se abstuvo de publicar su teoría heliocéntrica durante algún tiempo, no por miedo a la censura de la Iglesia sino, por temor a las burlas de sus colegas.

Por otro lado, muchos creen, erróneamente, que Galileo demostró la heliocentricidad.

No pudo responder al argumento más fuerte en su contra, el paralelismo observado en la posición de las estrellas y en el movimiento de la tierra, en su órbita alrededor del sol.

Sin embargo, debido a la tecnología en la época de Galileo, no se notaron tales cambios en sus posiciones.

Para poder documentar la existencia de estos cambios, dado la gran distancia de las estrellas, se hubiesen requerido equipos de medición más sensibles, que no estaban al alcance en la época de Galileo.

Hasta entonces, la evidencia disponible sugería que las estrellas estaban fijas en sus posiciones relativas a la tierra y que, por lo tanto, la tierra y las estrellas no se movían en el espacio en el que sólo estaban el sol, la luna y los planetas.

Por lo tanto, no fue Galileo quien probó la teoría.

Con certeza, Galileo podría haber propuesto el heliocentrismo como una teoría o método para comprobar el movimiento de los planetas de forma más simple.

Su problema surgió cuando se fue de proponerlo como una teoría científica y comenzó a proclamarlo como verdad, aunque en ese momento no había ninguna prueba.

A pesar de ello, Galileo no se habría metido en muchos problemas si hubiera optado por permanecer dentro del ámbito de la ciencia y fuera del ámbito de la teología.

Galileo mostrando su teoría en la Universidad de Padua

Pero, a pesar de las advertencias de sus amigos, insistió en avanzar en el debate sobre bases teológicas.

En 1614, Galileo se vio obligado a responder la acusación de que esta «nueva ciencia» era contraria a ciertos pasajes de la Escritura.

Sus oponentes señalaron pasajes de la Biblia con declaraciones tales como:

“Y el sol se detuvo y la luna se paró…” (Jos. 10:13).

Este no es un hecho aislado. Los Salmos 93 y 104 y Eclesiastés 1: 5 también hablan del movimiento celeste y de la estabilidad terrestre.

Una lectura literal de estos pasajes hubiese tenido que ser abandonada si se hubiera adoptado la teoría heliocéntrica, aunque esto no debería haber causado un problema.

Según dijo San Agustín:

“Uno no lee en el Evangelio que el Señor haya dicho: Les enviaré el Paráclito que les enseñará sobre el curso del sol y de la luna. Porque Él deseaba hacerlos cristianos y no matemáticos”.

Siguiendo el ejemplo de San Agustín, Galileo pidió precaución al hacer una interpretación demasiado literal de las menciones bíblicas.

En el pasado, los estudiosos de las Escrituras estaban dispuestos a considerar si los estados particulares eran una interpretación literal o fenomenológica, pero no admitían que se los dijera alguien como Galileo, que no estudiaba las Escrituras.

Los teólogos no estaban listos para entretenerse con la teoría heliocéntrica basada en la interpretación de un laico.

Sin embargo, Galileo insistió en mover el debate a un ámbito teológico.

No hay duda de que si Galileo hubiese mantenido el debate dentro de los límites aceptados por la astronomía (es decir, la predicción de los movimientos planetarios) y no hubiese reclamado la verdad física de la teoría heliocéntrica, el tema no se hubiese intensificado hasta el punto en que él lo hizo.

Después de todo, no había probado la nueva teoría más allá de toda duda razonable.

Réplica del telescopio usado por Galileo Galilei

 

GALILEO “SE ENFRENTA” A ROMA

Galileo llegó a Roma para ver al Papa Pablo V (1605-1621).

El Papa, cansado de la controversia, envió el asunto a la Oficina del Santo Oficio, que condenó la teoría de Galileo en 1616.

Durante un tiempo la situación regresó a una relativa calma, hasta que Galileo obligó a otro enfrentamiento.

A petición de Galileo, un jesuita, el cardenal Roberto Belarmino, uno de los teólogos católicos más importantes del momento emitió un certificado en el que, aunque le prohibía a Galileo mantener o defender la teoría heliocéntrica, no le impedía conjeturarla.

Cuando, en 1623, Galileo se reunió con el nuevo Papa, Urbano VIII, recibió el permiso de su antiguo amigo para escribir una obra sobre el heliocentrismo, pero el nuevo Pontífice le advirtió que no defendiera la nueva posición, sino que sólo presentara argumentos a favor y en contra de ella.

Cuando Galileo escribió el “Diálogo sobre los sistemas Mundiales, utilizó un argumento que el Papa había ofrecido, y lo puso en la boca de su personaje Simplicio.

Galileo, tal vez, sin darse cuenta, se burló del Papa, un resultado que sólo podría tener consecuencias desastrosas.

Urbano se sintió burlado y no podía creer cómo su amigo le podría deshonrar públicamente.

Galileo se había burlado de la misma persona que necesitaba como benefactor.

También, desde hacía mucho tiempo, había molestado a sus seguidores, los jesuitas, atacando a uno de sus astrónomos.

El resultado fue un juicio infame, que todavía se anuncia como la separación definitiva entre la ciencia y la religión.

Galileo ante tribunal de la Inquisición

 

¿TORTURADO POR SUS CREENCIAS?

Finalmente, Galileo se retractó de sus enseñanzas heliocéntricas, pero no, como se supone, bajo tortura o durante un duro encarcelamiento.

Galileo, de hecho, fue tratado sorprendentemente bien.

Como el historiador, Giorgio de Santillana, que no es demasiado afecto a la Iglesia Católica, señaló:

“Debemos, en todo caso, admirar la cautela y los escrúpulos legales de las autoridades romanas”.

Se le ofrecieron a Galileo todas las comodidades para pasar su encarcelamiento en una casa confortable.

Su amigo, Nicolini, embajador de la Toscana ante el Vaticano, enviaba informes regulares al Tribunal con respecto a los asuntos de Roma.

Muchas de sus cartas trataban sobre la controversia con Galileo.

Cuando se presentó ante el rey de la Toscana, Nicolini reveló las circunstancias referentes a la “prisión” de Galileo:

“El Papa me dijo que había otorgado a Galileo un favor que nunca se otorga” (carta de fecha 13 de febrero 1633);

“Que tenga un servidor y todas las comodidades” (carta de 16 de abril); y…

“Que, en lo que respecta a la persona de Galileo, debería ser encarcelado por algún tiempo porque desobedeció las órdenes de 1616”,

Pero el Papa dice que:

“Después de la publicación de la sentencia se considerará el hecho de afligirlo lo menos posible” (carta, 18 de junio).

Aunque los instrumentos de tortura pudieron haber estado presentes durante la retractación de Galileo (según la costumbre del sistema legal en Europa, en ese momento), definitivamente no fueron utilizados.

El notable científico y filósofo Alfred North Whitehead comentó, en una época, que había visto un gran número de “brujas” sometidas a la tortura y la ejecución por los protestantes en Nueva Inglaterra,

“lo peor que les pudo pasar a los hombres de ciencia fue que Galileo sufrió una detención honorable y un reproche suave”.

A pesar de ello, la Iglesia católica de hoy reconoce que la condena a Galileo fue equivocada.

El Vaticano, incluso, ha emitido dos sellos de Galileo como una expresión de pesar por su maltrato.

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Por qué se Difundieron Leyendas Negras Anticatólicas de la Conquista de América

Con el correr de los siglos se ha ido consolidando una leyenda negra de la conquista de América.

Tomando hechos reales, mezclandolos con la ignorancia de otros hechos y con una serie de suposiciones.

Con el objetivo es atacar al catolicismo, como veremos en este artículo.

descubrimiento de america

Detrás de estas leyendas se puede ver a protestantes europeos y a las fuerzas masónicas de la naciente burguesía americana.

Los católicos son atacados con notable regularidad por supuestos crímenes contra los pueblos nativos del Nuevo Mundo.

Se ha escrito mucho, por ejemplo, sobre la demolición de las culturas mesoamericanas, como los aztecas.

Y sobre la de la civilización andina de los Incas por los conquistadores españoles.

Acusando a la Iglesia Católica de la severa opresión de los pueblos indígenas, y la devastación de las tribus través a través del destierro, la enfermedad, la guerra y la esclavitud.

No se puede negar que haya habido excesos en los casos en los que intervino la Iglesia católica; sería tonto cerrarse a esa posibilidad.
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Pero no hubo una política deliberada de excesos y de matanza de indígenas, como deja entrever el libro poco documentado y militante pro guerrillero Las Venas Abiertas de América Latina de Eduardo Galeano.

También hay que considerar que las estructuras de opresión y esclavitud estaban presentes en América cuando llegaron los españoles a través de los Imperios Azteca, Inca y otros que subyugaban a otras naciones.

Tampoco se habla de la terrible práctica masiva de sacrificios humanos de los Aztecas.

Por otro lado se debe diferenciar entre la administración española y la Iglesia Católica, lo que suele no hacerse cuando se trata de material para generar opinión.

desambarco de colon

 

POR QUÉ ES INJUSTO CULPAR A LA IGLESIA CATÓLICA

Porque en verdad, la difícil situación de los nativos americanos fue fuente de gran preocupación para la Iglesia.

Y los misioneros se distinguieron por su heroica defensa de los derechos indígenas.

Es injusto culpar a la Iglesia por las acciones de las potencias europeas que amonestaron regularmente a los jesuitas, franciscanos, agustinos, y un sinnúmero de sacerdotes, monjas y laicos por hablar en defensa de los indígenas.
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Especialmente los mayores amonestadores fueron las potencias protestantes, por razones teológicas como veremos.

John Tracy Ellis, uno de los padres de la historiografía católica estadounidense, escribió:

La voz indignada del fraile Bartolomé de las Casas hizo a Europa consciente de que miles de los nativos habían caído en la esclavitud por los conquistadores españoles.

La agitación provocada por Fray Bartolomé impulsó el Papa Pablo III en 1537 para emitir la bula Sublimis Deus en la que declaró:

«Los dichos indios y todas las demás personas que más tarde pueden ser descubiertas por los cristianos, no pueden ser de ningún modo privados de su libertad o de la posesión de su propiedad, aunque permanezcan fuera de la fe de Jesucristo». 

Esto demuestra que no había una política deliberada de esclavización por parte de la Iglesia.

Durante la Era de la Exploración, dos factores básicos influenciaron a los europeos en sus esfuerzos. 

Se dieron cuenta que la apertura en masa de la tierra delante de ellos era mucho más grande de lo que esperaban.

Y que este Nuevo Mundo no eran las tentadoras Indias. 

La España católica comenzó a conquistar México y el Imperio Inca, y la católica Francia ocupó lo que hoy en día es Canadá norte. 

Cristóbal Colón, por ejemplo, fue firme en su creencia de que había un propósito más elevado para sus exploraciones. 

Daba las gracias a Dios por el espíritu y la fuerza para llevar a cabo su hazaña.

Y escribió,

«Demos gracias a Jesucristo, que nos ha concedido tan gran victoria y tal prosperidad…

Permitamos que Cristo se regocije en la tierra, como se goza en el cielo, en la perspectiva de la salvación de las almas de tantas naciones hasta entonces perdidas.»

El auténtico enfoque de la historia del encuentro entre los nativos americanos y la Iglesia se expresó de manera elocuente por el Papa Juan Pablo II en 1987, cuando se dirigió a una reunión de indios en Phoenix, Arizona.

El Papa señaló:

El encuentro temprano entre sus culturas tradicionales y el modo de vida europeo fue un acontecimiento de tal importancia y el cambio influye profundamente en su vida colectiva aún hoy en día. 

Ese encuentro fue una realidad dura y dolorosa para sus pueblos.
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Hay que reconocer la opresión cultural, las injusticias, la interrupción de su vida y de sus sociedades tradicionales. 

Al mismo tiempo, con el fin de ser objetivo, la historia debe registrar los aspectos positivos del encuentro profundo de su gente con la cultura que vino de Europa. 

Entre estos aspectos positivos, deseo recordar el trabajo de los muchos misioneros que vigorosamente defendieron los derechos de los habitantes originales de esta tierra.

Ellos trabajaron para mejorar las condiciones de vida y establecer sistemas educativos, y el aprendizaje de los idiomas con el fin de hacerlo. 

Por encima de todo, proclamaron la Buena Nueva de la salvación en nuestro Señor Jesucristo, una parte esencial de la cual es que todos los hombres y las mujeres son igualmente hijos de Dios y deben ser respetados y queridos como tal. (14 de septiembre, 1987)

Pero además hay un material el excelente del libro de Vittorio Messori, Leyendas Negras de la Iglesia que queremos reproducir aquí.

conquista de america

 

MATANZA DE INDÍGENAS

Desde el siglo XVI las potencias nórdicas protestantizadas – Gran Bretaña y Holanda in primis – iniciaron en sus dominios de ultramar una guerra psicológica.
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Al inventar la “leyenda negra” de la barbarie y la opresión practicadas por España, con la que estaban enzarzadas en la lucha por el predominio marítimo.

Pierre Chaunu, historiador de hoy, fuera de toda discusión por ser calvinista, escribió:

“La pretendida matanza de los indios por parte de los españoles en el siglo XVI encubrió la matanza norteamericana (…).

La América protestante logró librarse de este modo de su crimen lanzándolo de nuevo sobre la América católica.”

Con ello no se pretende afirmar que la ocupación española -y portuguesa- de América del Sur fuera del todo pacífica. Para nada.

Sin embargo, históricamente, ¿qué ocupación o conquista lo fue?

Por poner un ejemplo: si bien la llegada de los europeos a estas tierras acarreó actos de violencia, dichos europeos se enfrentaron a su vez con usurpadores.

El imperio de los aztecas y de los incas se había creado con violencia, y se mantenía gracias a una fuerte opresión sobre los nativos.

En muchas ocasiones, los ibéricos fueron saludados como liberadores y recibieron el apoyo de los pobladores autóctonos americanos.

Ello explica que sólo un puñado de españoles (con escasos cañones, armas que no funcionaban por la humedad, y caballos que no podían ser usados en grandes cargas) haya podido doblegar a miles de guerreros.

Para juzgar la conquista europea de América, es preciso liberarnos de utopías moralistas.

Hay conquistas y conquistas, y a pesar de todo, la católica fue preferible a la protestante.

Según Jean Dumont (historiador)

“Si por desgracia, España (y Portugal) se hubiera pasado a la Reforma (“quienes decían que la Biblia decía que, el indio es un ser inferior, hijo de satanás” – principio postulado y aplicado en América del Norte), un inmenso genocidio habría eliminado de América del Sur a todos los pueblos indígenas”.

encuentro de españoles con indigenas

 

EL EXTERMINIO

Comparemos el tratamiento de los indígenas en las distintas zonas de conquista.

Mientras en los Estados Unidos de hoy, donde están registradas como “miembros de tribus indias” aproximadamente un millón y medio de personas, en el sur la situación es exactamente la contraria.
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En la zona mexicana, en la andina y en muchos territorios brasileños, casi el noventa por ciento de la población o bien desciende directamente de los antiguos habitantes o es fruto de la mezcla entre los indígenas y los nuevos pobladores (y africanos, en el caso de Brasil).

Las formas de conquista de las Américas se originan precisamente en las distintas teologías.

Los españoles no consideraron a los pobladores de sus territorios como una especie de basura que había que eliminar para poder instalarse en ellos como dueños y señores.

Los protestantes en cambio, influenciados por la teología de la predestinación, no dudaron en exterminar a los nativos de los territorios que fueron conquistando.

Pensaban que el indio es subdesarrollado porque está predestinado a la condenación, mientras que el blanco es desarrollado como signo de elección divina.

Así ocurrió no sólo en américa y con los ingleses, sino en todas las demás zonas del mundo a las que llegaron los europeos de tradición protestante.

El apartheid sudafricano, por citar el ejemplo más clamoroso, es una creación típica y teológicamente coherente del calvinismo holandés.

Sorprende que la Conferencia de obispos católicos sudafricanos se sumaran sin mayores distinciones a la “Declaración de arrepentimiento” de los cristianos blancos hacia los negros de aquel país.

El término “exterminio” no es exagerado en para América del Norte.

Muchos ignoran que la práctica de arrancar el cuero cabelludo era conocida tanto por los indios del norte cuanto por los del sur, pero entre estos últimos, desapareció pronto, prohibida por los españoles.

La enciclopedia Larousse dice:

“La práctica de arrancar el cuero cabelludo se difundió en el territorio de lo que hoy es Estados Unidos a partir del siglo XVII, cuando los colonos blancos comenzaron a ofrecer fuertes recompensas a quien presentara el cuero cabelludo de un indio fuera hombre, mujer o niño.”

En 1703 el gobierno de Massachusetts pagaba doce libras esterlinas por cuero cabelludo, lo que motivó que la caza de indios -organizada con caballos y perros- no tardará en convertirse en una suerte de deporte muy rentable.

Nadie niega que también hubo innumerables muertes de indios en América Central y del Sur.

Pero nunca como para estar al borde de la extinción.

Y este exterminio no se debió exclusivamente a las espadas de acero y armas de fuego (que por la humedad no siempre funcionaban), sino a los invisibles y letales virus del Viejo Mundo.

El choque microbiano y viral que en pocos años causó la muerte de la mitad de la población autóctona de Iberoamérica; fue estudiado por el grupo de Berkeley, formado por expertos de esa universidad.

El fenómeno es comparable a la peste negra, que procedente de India y China, asoló Europa en el siglo XIV.

Enfermedades como la tuberculosis, la pulmonía, la gripe, el sarampión o la viruela eran desconocidas en el nicho ecológico aislado de los indios.

Como también lo fueron para los españoles las enfermedades tropicales de aquéllos, frente a las cuales carecían de las defensas inmunológicas necesarias.

Faltaba aún mucho para Pasteur.

monumento a fray bartolome de las casas
Monumento a Fray Bartolomé de las Casas

 

LAS DENUNCIAS DE FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS

La Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias, obra de Fray Bartolomé de las Casas, fue clave para la leyenda negra de la colonización de América.

¿Se trata de una calificación cerrada y definitiva? Veamos.

Bartolomé de las Casas nació en Sevilla, en 1474, hijo del rico Francisco Casaus (apellido que delata orígenes judíos).

El padre de Bartolomé acompañó a Colón en su segundo viaje al otro lado del atlántico, quedándose en Antillas.

Donde creó una gran plantación y donde se dedicó a esclavizar a los indios.

Práctica que caracterizó el primer período de la conquista, suprimida por Isabel la Católica.

Después de estudiar en la Universidad de Salamanca, Bartolomé partió a América para hacerse cargo de la herencia paterna.

Y hasta los 35 años empleó los mismos métodos que más tarde denunciaría.

Luego de su conversión, de las Casas se ordenó cura primero y luego dominico.

Y dedicó el resto de su larga vida a defender la causa de los indígenas ante las autoridades de España.

Con demasiada frecuencia se escribe la historia dando por sentado que sus protagonistas se comportan pura y exclusivamente de forma racional.

Algunos estudiosos, al realizar un análisis psicológico de la “vociferante” personalidad de Las Casas han llegado incluso a hablar de un “estado paranoico de alucinación”.

Juicios severos que han sido defendidos por historiadores como el español Ramón Menéndez Pidal.

Asimismo, el norteamericano William S. Maltby, profesor de Historia de Sudamérica en una universidad de EEUU, y quien en 1971 publicó un estudio del tema en cuestión, escribió que

“Ningún historiador que se precie puede hoy tomar en serio las denuncias injustas y desatinadas de Las Casas”.

Concluyendo que:

“En resumidas cuentas, debemos decir que el amor de este religioso por la caridad fue al menos mayor que su respeto por la verdad.”

Sea como fuere, tras su insistencia, las autoridades de la madre patria atendieron sus consejos.

Y aprobaron severas leyes de tutela de los indígenas, lo que más tarde iba a tener un perverso efecto.

Los propietarios españoles, necesitados de abundante mano de obra, dejaron de considerar conveniente el uso de las poblaciones autóctonas que algún autor define hoy como “demasiado protegidas”.
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Y comenzaron a prestar atención a los holandeses, ingleses y franceses que ofrecieron esclavos importados de África y capturados por los árabes musulmanes.

Esclavos a quienes posteriormente también llegaría una ley española de tutela.

Es preciso rescatar que de las Casas haya podido atacar impunemente y con expresiones terribles no sólo el comportamiento de los particulares sino el de las autoridades.

Lo que se debió, en palabras de Maltby

“Además de a las cuestiones de fe, al hecho de que la libertad de expresión era una prerrogativa de los españoles durante el Siglo de Oro.

Tal como se puede corroborar estudiando los archivos, que registran toda una gama de acusaciones lanzadas en público -y no reprimidas- contra las autoridades”.

Más aún, este furibundo contestatario no sólo no fue neutralizado, sino que se hizo amigo íntimo del emperador Carlos V.

Y éste le otorgó el título de protector general de todos los indios.

Fue invitado a presentar proyectos que, una vez discutidos y aprobados, se convirtieron en ley en las Américas españolas.

Nunca antes un “profeta” había sido tomado tan en serio por un sistema político al que se nos presenta entre los más oscuros y terribles.

conquista de colorado

 

LA DESTRUCCIÓN POR LA FUERZA DE LAS RELIGIONES AUTÓCTONAS

Jean Dumont señaló respecto de Bartolomé de las Casas:

“El fenómeno de Las Casas es ejemplar puesto que supone la confirmación del carácter fundamental y sistemático de la política española de protección de los indios.

Desde 1516, cuando Jiménez de Cisneros fue nombrado regente, el gobierno ibérico no se muestra en absoluto ofendido por las denuncias, a veces injustas y casi siempre desatinadas del dominico.

El padre Bartolomé no sólo no fue objeto de censura alguna, sino que los monarcas y sus ministros lo recibían con extraordinaria paciencia.

Lo escuchaban, mandaban que se formaran juntas para estudiar sus críticas y sus propuestas, y también para lanzar, por indicación y recomendación suya, la importante formulación de las “Leyes Nuevas” (…)”

Es más, Carlos V mandó nombrar obispo a de las Casas.

Y por efecto de sus denuncias y las de otros religiosos, en la Universidad de Salamanca se crea una escuela de juristas que elaborará el derecho internacional moderno, sobre la base fundamental de la “igualdad natural de todos los pueblos”.

¿Necesitaba la gente del nuevo mundo esta protección?

Jane Fonda, actriz norteamericana que desde la época de Vietnam intenta presentarse como “políticamente comprometida” se sumó al conformismo denigratorio que hizo presa de no pocos católicos frente a lo que llaman la “destrucción de las grandes religiones precolombinas”.

Afirmando que éstas

Tenían una religión y un sistema social mejores que el impuesto por los cristianos mediante la violencia”.

Un estudioso, también norteamericano, le contestó en uno de los principales diarios recordándole cómo era el ritual de las continuas matanzas de las pirámides mexicanas.

Cuatro sacerdotes aferraban a la víctima y la arrojaban sobre la piedra de sacrificios.

El Gran Sacerdote le clavaba entonces el cuchillo debajo del pezón izquierdo, le abría la caja torácica y después hurgaba con las manos hasta que conseguía arrancarle el corazón aún palpitante para depositarlo en una copa y ofrecérselo a los dioses.

Después, los cuerpos eran lanzados por las escaleras de la pirámide.

Al pie, los esperaban otros sacerdotes para practicar en cada cuerpo una incisión desde la nuca a los talones y arrancarles la piel en una sola pieza. (…)

Una vez curtidas, las pieles servían de vestimentas a la casta de los sacerdotes.”

Menos sanguinarios eran los Incas. Como recuerda un historiador:

“Los incas practicaban sacrificios humanos para alejar un peligro, una carestía, una epidemia.

Las víctimas, a veces niños, hombres o vírgenes, eran estranguladas o degolladas, en ocasiones se les arrancaba el corazón a la manera azteca.”

Volviendo a Las Casas y la conquista.

A diferencia de los anglosajones, que se limitarían a exterminar a aquellos “extraños” que encontraron en el Nuevo Mundo, los ibéricos aceptaron el desafío cultural y religioso con una seriedad que constituye una de sus glorias.

No pretendiendo con ello ocultar los errores que efectivamente se cometieron.

Por primera vez en la historia, los europeos se enfrentaban a culturas muy distintas y muy lejanas.

encuentro del papa francisco con indigenas

 

DESPREOCUPACIÓN POR EL ALMA DE LOS INDÍGENAS

Resulta significativo cuanto escribe el protestante Pierre Chaunu sobre la colonización española de las Américas y las denuncias como las de las Casas:

“Lo que debe sorprendernos no son los abusos iniciales, sino el hecho de que esos abusos se encontraron con una resistencia que provenía de todos los niveles de una profunda conciencia cristiana.”

Resulta lamentable que obras como Brevísima relación de la destrucción de las Indias de fray Bartolomé fueran utilizadas sin escrúpulos por la propaganda protestante.
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Y después, por la iluminista.

Cuando en realidad constituyen el testimonio de la sensibilidad hacia el problema del encuentro con un mundo absolutamente nuevo e inesperado.

Sobre el triste panorama que pinta la obra de de las Casas sobre la conquista, Luciano Perena, de la Universidad de Salamanca señala que:

“De las Casas se pierde siempre en vaguedades e imprecisiones.

No dice nunca cuándo ni dónde se consumaron los horrores que denuncia.

Tampoco se ocupa de establecer si sus denuncias constituyen una excepción.

Al contrario, en contra de toda verdad, da a entender que las atrocidades eran el único modo habitual de la Conquista.

Una empresa como la conquista de América jamás se habría podido realizar con buenas maneras.

Hernán Cortés, quien puso fin al imperio de los aztecas y a quien de las Casas presenta de modo pesimista, fue quien vio bajar de las pirámides el río de sangre humana de las víctimas sacrificadas.

Sea como fuere, como buen converso, de las Casas estaba más preocupado por la salvación de las almas de los nativos.

Sólo si se los trataba de forma adecuada iban a aceptar el bautismo.

De ahí que no sea posible presentarlo como una suerte de precursor de la “teología de la liberación” al estilo marxista.

La preocupación de España por la salvación de las almas de los nativos no tuvo precedente.

Y hasta que la corte de Madrid no sufrió la contaminación de masones e “iluminados”, no reparó en gastos ni en dificultades para cumplir con los acuerdos con el Papa, que había concedido los derechos de patronato a cambio del deber de evangelización.

Los resultados hablan: gracias al sacrificio y al martirio de generaciones de religiosos mantenidos con holgura por la Corona, en las Américas se creó una cristiandad que es hoy la más numerosa de la Iglesia católica.

Y que ha dado vida a una fe “mestiza” encarnada por el encuentro vital de distintas culturas.

A pesar de los errores y los horrores, se trató de una de las más grandes aventuras religiosas y culturales que tuvo una feliz evolución.

A diferencia de lo ocurrido en Norteamérica, en Sudamérica el cristianismo y las culturas precolombinas dieron vida a un hombre y a una sociedad realmente nuevos respecto a la situación precolombina.

Fue sin duda un abuso instrumentalizar a de las Casas como arma de guerra contra el “papismo”, fingiendo ignorar que contra España se utilizaba la voz de un español escuchado y protegido por el gobierno y la Corona de esa misma España.

Colon descubre America

 

GUERRA PSICOLÓGICA DE LOS MASONES

“Arma cínica de una guerra psicológica” es como define Pierre Chaunu el uso que las potencias protestantes hicieron de la obra de las Casas.

Los motivos fueron políticos, pero también religiosos.

La separación de Roma efectuada por Enrique VIII había dado lugar a una iglesia de Estado bastante poderosa.

Y estructurada como para ponerse al frente de las demás comunidades reformadas de Europa.

Holanda y Flandes desempeñaron un papel importante en esta “guerra psicológica”.

Precisamente fue Theodor De Bry -flamenco- quien diseñó los grabados que acompañarían muchas ediciones de la Brevísima Relación.

Dibujos en los que los ibéricos aparecen entregados a todo tipo de sádicas crueldades contra los pobres indígenas.

Y que no sólo tienen su origen en la imaginación del autor, sino que son prácticamente las únicas imágenes antiguas de la Conquista, al punto de seguir siendo reproducidas hasta hoy.

Para ahondar aún más en el tema, es preciso indagar acerca de qué ocurrió con las colonias luego del dominio español.

Luego de ser invadida por Napoleón, España tuvo que desatender los extensos territorios americanos.

Y después de reconquistar su gobierno, ya era demasiado tarde para restablecer el statu quo de las tierras de ultramar.

La Burguesía criolla siempre había mantenido relaciones tensas con la corona.
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Por abocarse esta última a “defender demasiado” a los indígenas e impedir su explotación.

Sentimiento que se hizo extensivo a la Iglesia debido a los esfuerzos de las órdenes religiosas para velar por el respeto y la mejora de las normas que protegían a los indios.

Debido a esta oposición a la Iglesia, vista como aliada de los indígenas, la élite criolla que condujo la revolución contra la madre patria estaba profundamente contaminada por el credo masónico.

El que dio a los movimientos de independencia un carácter de duro anticristianismo que se mantuvo hasta nuestros días.

Los jefes de la insurrección contra España fueron todos altos exponentes de las logias.

Un análisis de las banderas y los símbolos estatales de América Latina permite comprobar la abundancia de elementos de la simbología de los “hermanos”.

Resulta innegable el hecho de que en cuanto se liberaron de las autoridades españolas y de la Iglesia, los criollos invocaron los principios de hermandad universal masónica y de los “derechos del hombre” de jacobina memoria, para liberarse de las leyes de tutela de los indios.

Casi nadie dice la amarga verdad.

Pasado el primer período de la colonización ibérica, fatalmente duro por el encuentro-desencuentro de culturas tan distintas, no hubo ningún otro período tan desastroso para los autóctonos sudamericanos como el que se inicia en los albores del siglo XIX, cuando sube al poder la burguesía supuestamente “iluminada”.

Fuentes:

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