Categories
Catolicismo NOTICIAS Noticias 2014 - agosto - diciembre Obispos Cardenales Conferencia Episcopal Papa Parroquias Pedofilia Sacerdotes Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

El Papa Francisco interviene en el descubrimiento de una red de pedófilos en la que hay sacerdotes

El denunciante irá a Roma por invitación del Papa.

Una carta que envió un joven profesor universitario español denunciando ante el Papa el abuso sexual del que fue objeto cuando niño, desató la llamada telefónica del Papa dos veces al joven a España y una invitación para ir a Roma a entrevistarse con los responsables eclesiásticos de lucha contra la pedofilia.

papa francisco abraz a un fiel

También desató una investigación del Obispo de Granada de los sucesos, la denuncia judicial y su investigación formal que ahora está en proceso, indagando a 10 sacerdotes y dos laicos, en lo que parece ser una red de abuso, que no se sabe bien qué grado de organización tiene y si está sólo relacionada sólo con personas de la Iglesia o es más global.

Ahora el caso está en manos de la justicia penal española. Mientras que el Arzobispo de Granada separó del cargo a tres sacerdotes que considera culpables.

LO QUE LE CUENTA EL JOVEN AL PAPA

Un joven granadino, de Andalucía, le envió una carta al Papa en julio de este año denunciando el abuso sexual de un sacerdote cuando niño y le relata sobre una red de abuso conformada por sacerdotes y laicos.

Según lo que ha surgido a luz, el joven era asiduo a una parroquia y tenía un fuerte vínculo con el párroco, que incluso visitaba su casa y hacía los deberes escolares con él.

papa farncisco

El sacerdote, tendría sesenta años y fue ordenado en 1978, lo conoció en el colegio donde ‘Daniel’ cursaba sus estudios.

Un día, como ya era tarde en la noche, el cura le invita a quedarse a dormir en la parroquia, y es allí donde sucedió la violación, según relata el joven.

Pero el caso no es sólo de un sacerdote, sino que parece que hay más involucrados, sacerdotes de otras parroquias y laicos, y también hay indicios de que gente de afuera de la Iglesia también estaría involucrada.

Esta red estaría unida por el consumo de material pornográfico.

Y las víctimas no solo han sido niños sino también niñas.

También el joven habría relatado que hizo la denuncia de los hechos en la iglesia de Granada, aún antes de la carta que envió al Papa, pero la respuesta que recibió fue desalentadora. Y hasta parece que recibió una carta donde le piden silencio, cargar con la cruz y dejar todo en manos de la Virgen María, quien en definitiva parece que se ocupó de los hechos.

Sin embargo no está claro a quien envió la carta y quien le respondió.

Pero lo importante en este caso es la víctima, lo que comprendió bien Francisco por eso sus llamadas. El joven ha declarado a la prensa:

“Creo que nadie se hace eco ni puede imaginar, el calvario por el que paso ahora mismo”. ”Tengo pánico… a quedar marcado de por vida, ahora que trato de rehacer mi vida”.

EL PAPA LE LLAMA

Conmocionado por la carta el Papa le llama el 10 de agosto, le pide perdón en nombre de la Iglesia y de él propio y le pide que vaya a hablar con el Arzobispo Javier Martínez de Granada.

El joven va a hablar con Martínez, quien está informado del tema por Roma y por una carta que el propio joven había depositado en el Arzobispado, le pide perdón tal como lo hizo Francisco y promete una investigación.

arzobispo martinez de granada

En los próximos días el arzobispado comienza una investigación y Martínez le informa al joven que han  detectado que sólo 3 de los 12 denunciados por él son culpables, lo que el joven considera inexacto y que encubre la trama.

El joven recibe una segunda llamada de Francisco el 10 de octubre para invitarlo a Roma para hablar del tema y luego de eso el joven hace una denuncia penal de los hechos, la que coincide con otra denuncia penal del propio Arzobispado.

En la denuncia del joven se acusa a 12 personas (10 sacerdotes y 2 laicos) y en la del arzobispado a 3 sacerdotes, que fueron relevados de sus funciones.

El arzobispo ha manifestado que recibió indicaciones del vaticano para “aplicar medidas cautelares a tres sacerdotes”, cosa que efectivamente realizó.

COMO OCURRIERON LOS HECHOS

La prensa española ha hecho una reconstrucción de los hechos que resumidamente sería la que sigue.

El 24 de julio un profesor universitario español escribe una carta al papa Francisco para informarle de un abuso que sufrió cuando niño de parte de un sacerdote en Granada, España y pedirle su ayuda para condenar a los culpables. Allí también denuncia una red de pedófilos integrada por otros sacerdotes y laicos.

catedral de granada

El 10 de agosto el papa Francisco le llama por teléfono y le pide perdón en nombre de toda la Iglesia y los medios han informado que esto sería lo que le pidió Francisco:

«en nombre de toda la Iglesia de Cristo. Perdona este gravísimo pecado y gravísimo delito que has sufrido. Perdona, hijo mío, tanto dolor ocasionado y tanto como habrás sufrido. Estas heridas hacen que la Iglesia se resienta por completo»

Y Francisco le promete su apoyo y el de la Iglesia, y parece que incluso le dijo que pondría a gente de su entorno a trabajar en ello.

Como había quedado con Francisco y para ir más rápido, este hombre al que le apoda Daniel para ocultar su identidad, llama para hablar con el arzobispo de Granada, Monseñor Javier Martínez, pero no logra comunicarse porque estaba de viaje.

Sobre el fin de agosto, probablemente el 29, Daniel llama al Arzobispo de nuevo y se reúne con él. Y se ve que desde Roma han hablado con el arzobispo porque tiene la carta que Daniel escribió al Papa y una serie de informaciones documentales del suceso. También el arzobispo le pide perdón a Daniel y quedan que va a investigar el tema, lo que se confirma en algunos días más en una comunicación de Martínez con los padres de Daniel.

Sobre este punto de cómo se produjo la reunión del Arzobispo Martínez con Daniel hay alguna contradicción, porque la versión del Arzobispo es que fue él el que llamó a Daniel por una carta que dejó en el arzobispado.

En los primeros días de octubre toman declaración a otras víctimas y al propio Daniel, luego de lo cual se encuentran de nuevo el Arzobispo con Daniel y le informa que de los denunciados hay tres que se consideran que son culpables y que los otros denunciados son en realidad víctimas; serían otros 6 o 7 sacerdotes y unos 2 o 3 laicos.

El día 10 de octubre, un mes después de la primera llamada, Francisco llama de nuevo a Daniel y le invita a Roma para hablar con la comisión vaticana contra la pedofilia, y como Daniel le cuenta su desagrado con lo que le dijo el Arzobispo Martínez, que califica de encubrimiento, el Papa le vuelve a pedir perdón.

Cuatro días después Daniel presenta la denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y unos días después el Arzobispo hace lo mismo pero en la Fiscalía de Granada, denunciando a los tres sacerdotes que ya había dicho que eran los culpables. Así se abrió un expediente judicial con la causa.

Finalmente, sobre fines de octubre, la fiscalía comenzó las indagaciones penales sobre diez sacerdotes y 2 laicos, hechos que se está sustanciando en estos momentos.

Fuentes: Medios de comunicación españoles, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias
¿Le gusto este artículo? Entre su email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Catolicismo Hemeroteca SdeT NOTICIAS Noticias 2014 - enero - julio Pedofilia Sacerdotes SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos de estos Tiempos Signos extraordinarios de la Iglesia Sociedad

Lo que les espera a los sacerdotes pedófilos luego de la muerte

No confundir nuestras emociones humanas con el juicio de Dios.
En una entrevista concedida al vaticanista italiano Paolo Rodari del diario Il Foglio, el famoso exorcista, el padre Gabriele Amorth, comenta una homilía del ex promotor de justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe bajo Benedicto XVI, monseñor Charles Scicluna, y señala que si bien es cierto que un sacerdote que ha cometido abusos sexuales podría sufrir más en el infierno que otros condenados, es necesario no exagerar y nunca olvidar que nadie sabe “hasta donde Dios sabrá perdonar” porque Él es esencialmente misericordia.

 

 

Monseñor Charles Scicluna aseguraba que para los culpables de abusos sexuales a menores el infierno sería más duro que para otros. Esta expresión es la políticamente correcta ante el horror de los abusos sexuales de sacerdotes, pero no deja de ser una expresión de la emoción humana y no necesariamente el juicio de Dios.

Este es un tema controvertido y para discernir.

El exorcista de Roma afirma que le escuchó decir a Monseñor Scicluna que,

«para los sacerdotes culpables de abusos sexuales a menores el infierno será más duro que para otros. Incluso si pudiese tener razón, creo que es necesario concentrarse en no hacer que la Iglesia se convierta en más justicialista que los tribunales civiles. En mi opinión se está exagerando».

Al ser preguntado sobre si la Iglesia es muy dura con los sacerdotes que cometen abusos sexuales, el padre Amorth precisa:

«no he dicho eso. Pienso sin embargo en que Dios es misericordia. Cada pecador, a través de la confesión y la penitencia, puede comenzar siempre nuevamente. Cierto: un sacerdote que ha cometido algunos pecados tiene delante de sí una existencia difícil, en la que siempre cargará con sus culpas, porque algunas de éstas no se cancelan con una simple lavada en la propia existencia. Éstas, si bien podrían ser redimidas, están siempre ante quien las ha cometido. Entonces la caridad, la oración y la penitencia darán sentido a la vida si de verdad se está arrepentido».

«La Iglesia no debe olvidar que la palabra que mejor define quién es Dios es la misericordia. Y nadie puede saber cómo será el juicio de Dios. Nadie puede saber hasta donde la misericordia de Dios será capaz de llegar, hasta dónde Dios será capaz de perdonar«, agrega.

El exorcista indica luego que los demonios son muchos, miles y explica que ellos

«han elegido libremente rebelarse contra Dios y estar en el infierno. El infierno, que ha mencionado el padre Sicluna, también tiene grados. Así como también el paraíso. Esto se da como si estuviera compuesta de muchísimas estrellas que brillan cada una de modo distinto. Es obvio que el alma de San Francisco brille de modo distinto a la de un gran pecador que se convierte en el último instante de su vida. Así también el infierno está hecho de muchos condenados, todos sometidos al príncipe de las tinieblas, Satanás, todos sometidos jerárquicamente».

«Recuerdo el relato que me hizo una vez el exorcista del que aprendí todo: el Padre Candido (Amantini), que durante treinta años fue exorcista en Roma y en la Escala Santa. Estaba exorcizando a un poseído cuando al demonio que estaba dentro de esta persona le dice:

‘¿por qué no te vas del infierno? ¿por qué no dejas las tinieblas en las que estás? ¿por qué no regresas a la luz?’.

El demonio le respondió:

“Tú no sabes nada’ –para nosotros los exorcistas cuando un demonio dice esto es porque está a punto de decir algo verdadero, no está mintiendo –

‘Tú no sabes nada” dijo el demonio al Padre Candido y añadió:

“Si me voy de allí Satanás me castiga”».

«Con esto quiero decir que en cierto sentido Scicluna tiene razón: existe una jerarquía también en el infierno. Todos están sometidos al ángel caído. Todos se odian y se hostigan y buscar prevalecer sobre los otros, pero todos temen a Satanás», precisó.

Tras subrayar que nunca escuchó a un demonio hablarle de los pecados del clero en relación a niños, el padre Amorth afirma que los espíritus malignos «hablan poquísimo. Son reacios a hablar. Durante los exorcismos es dificilísimo sacarles alguna palabra. Y cuando hablan la mayor parte de las veces mienten. Dicen muchísimas mentiras».

Esto sucede, concluye,

«porque no quieren revelarse. El exorcismo los constriñe a salir al descubierto, a decir quiénes son y a irse de la persona poseída, mientras que ellos quieren quedarse encubiertos y destruir la vida de los que poseen».

Fuente: Il Foglio, Signos de estos Tiempos

 

Haga click para ver las otras noticias
Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:
Categories
Catolicismo Hemeroteca SdeT Interna NOTICIAS Noticias 2011 Pedofilia Polémicas Sacerdotes

La Iglesia no se vino abajo con los escándalos de pedofilia porque tiene un fundamento sobrenatural [2011-07-02] SdeT

Una entrevista con mons. Scicluna, el hombre que desde hace diez años colabora con Joseph Ratzinger en la lucha anti-pedofilia.

Para entrar en donde trabaja, con un grupo restringido de colaboradores, es necesaria una tarjeta magnética. Nadie diría que detrás de aquella puerta de madera clara que se asoma al patio interno en el primer piso del palacio del Santo Oficio, estén custodiados los expedientes sobre los casos más escabrosos y desagradables, los de los abusos en contra de menores perpetrados por sacerdotes y religiosos.

Mons. Charles J. Scicluna, el «promotor de justicia» de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el hombre que desde hace casi una década está al lado de Joseph Ratzinger en la lucha contra la “suciedad” en la Iglesia, no tiene el aspecto de un inquisidor: es cordial, sonriente, directo, para nada clerical.

«Nací en Toronto en 1959 hijo de malteses que habían emigrado a Canadá. Pero, antes de cumplir un año de edad regresé con mi familia a Malta y crecí ahí…». Scicluna se interrumpe. «Beh… crecer, crecer, ¡no tanto!», añade, refiriéndose a su estatura.

A 19 años, después de haber iniciado a estudiar jurisprudencia en la universidad, decide entrar al seminario. «Formaba parte desde hacía muchos años a la “Legio Mariae”, recitaba el rosario cada día, hacía apostolado, pero quería ser abogado». El arzobispo de Malta, tras un par de años, permite que su seminarista complete también sus estudios en leyes en el ateneo laico. Una decisión que se revelará preciosa en el curriculum de Scicluna, obligado a convertirse también, un poco, en detective: «Se ve que el Señor tenía sus planes…».

Ordenado sacerdote en 1986, se fue a estudiar a Roma, en donde obtuvo la licenciatura en derecho canónico en la U. Gregoriana con el profesor Navarrete (futuro cardenal), y su director de tesis fue el estadounidense Leo Burke (también futuro cardenal). Los superiores lo notaron inmediatamente. «Querían que permaneciera en Roma, en la Signatura apostólica, pero el arzobispo me volvió a llamar a Malta, en donde durante cinco años enseñé en la universidad, hice el ‘defensor del vínculo’ en las causas de nulidad matrimonial, trabajé en la parroquia».

En 1995 las insistentes peticiones que llegaban desde Roma vencieron todos los obstáculos y Scicluna fue nombrado «promotor de justicia sustituto» en la Signatura apostólica, el tribunal supremo del Papa. «En 2001, tras la publicación del motu propio con el que Juan Pablo II asignaba a la Santa Sede todos los procesos por los abusos de menores, el cardenal Ratzinger debía instituir el nuevo tribunal. Y, entonces, no se imaginaba, lamentablemente, todo lo que habría tenido que trabajar», explica Scicluna.

El mons. maltés se convierte también en un estrecho colaborador del futuro Papa y, en 2002, es nombrado «promotor de justicia» del ex Santo Oficio. Gracias a las nuevas normas se desempolvan todos los fascículos pendientes. Se vuelven a abrir averiguaciones y, finalmente tras dos años, la Congregación comienza a indagar al fundador de los Legionarios de Cristo, el padre Marcial Maciel. «Nació un entendimiento muy bello, el cardenal Ratzinger, que no tenía una formación canonística, confió en mí».

Su rostro se vuelve serio cuando escucha la pregunta sobre lo que significó en su vida haber tenido que ver con estos escándalos tremendos: «Comprendí que si la Iglesia no se vino abajo a pesar de los escándalos, fue justamente porque tiene un fundamento sobrenatural. No se puede explicar de otro modo».

«La Iglesia, continúa Scicluna, considera entre sus tesoros más preciados la inocencia de los niños, y el liderazgo de Benedicto XVI ha sido y es fundamental. Ha tenido el coraje para decir: “aquí nos hemos equivocado, aquí tenemos que cambiar…”». Justo a esto se refería Razinger en la ya famosa meditación del Via Crucis del viernes santo de 2005, cuando habló de la «suciedad» en la Iglesia: «Aquellas palabras provenían de tres años de estudiar los casos de abuso, se tenía la conciencia de la necesidad de ver a la cara los pecados del clero».

Hace algunos días, al presentar un seminario internacional dedicado a la lucha contra la pedofilia clerical, que se desarrollará en la U. Gregoriana en febrero de 2012, Scicluna usó palabras fuertes, al afirmar que las violencias contra menores por parte de religiosos son un «abuso de poder espiritual». «Sí, es cierto, añade el prelado maltés, existe una diferencia específica entre el abuso cometido por un laico y el de un sacerdote. El religioso se permite cometer estos actos en cuanto sacerdote, contra víctimas que confían encontrar en él al “buen pastor”». El rostro de Scicluna se obscurece todavía más y se tiñe de dolor. «Si el abuso lo ha cometido un sacerdote, la huella en las víctimas permanece mucho más impresa, hay una confianza espiritual que se destruye, una fe que se asesina».

Le preguntamos al «promotor de justicia» si el cambio de mentalidad que pidió Benedicto XVI se está convirtiendo en una realidad al interno de la Iglesia. «Según yo, dice con un hilo de voz, el cambio de mentalidad es posible sólo para aquellos que tienen el coraje de encontrarse con las víctimas de los abusos, de acogerlas, de escuchar sus experiencias. Si no se hace, se puede haber leído de todo, puede uno estar preparadísimo, pero no se logra comprender hasta el fondo el drama que implican estos tremendos pecados. Hay una reacción, una rabia en las víctimas de los sacerdotes que no se encuentra en otros casos, porque toca la profundidad del alma».

Es por ello, revela Scicluna, que los obispos que participarán en el seminario de febrero de 2012 tendrán que haber visitado a las víctimas de religiosos pedófilos en sus respectivos países antes de llegar a Roma. «Es una experiencia traumática que cambia la vida, como me sucedió a mí. Gracias a Dios, a las normas más severas y al crecimiento de una nueva conciencia estos casos están disminuyendo notablemente con respecto al pasado. Debemos continuar acercándonos a las víctimas, que han sido tratadas durante mucho tiempo como víctimas de la Iglesia y que son, en cambio, personas heridas en el alma; hay que ayudarlas y acogerlas para que lo que han sufrido no se repita».

Scicluna se levanta, acompaña a su huésped fuera de la oficina, en el portal, hasta el ascensor. Una bocanada de aire a la luz del sol caliente del junio romano, antes de sumergirse de nuevo entre los papeles que describen el abismo de los pecados más turbios.

UNA ESTRATEGIA GLOBAL PARA LA CRISIS DE LA PEDOFILIA

En febrero, en Roma, un gran simposio destinado a los obispos para reflexionar y escuchar las mejores prácticas para prevenir y curar las “heridas” de los abusos en contra de menores

Es justamente para ayudar a los obispos y superiores de las órdenes religiosas de todo el mundo que la Pontificia Universidad Gregoriana, con la ayuda de otros dicasterios vaticanos, está organizando un simposio que se desarrollará en febrero de 2012 en el prestigioso ateneo de los jesuitas. Se titula “Hacia la curación y la renovación” y tendrá al menos 200 participantes, entre obispos y superiores. Los objetivos principales son analizar todos los aspectos –pastorales, jurídicos, psicológicos y teológicos– de la crisis y, publicando on-line las “best practices”, prevenir y curar los abusos.

Por ello la necesidad de que la Iglesia elabore una respuesta eficaz y coherente frente a la crisis: «No es posible distinguir entre la protección de los menores y el bien común de la Iglesia y de la comunidad cristiana». Para mons. Scicluna la respuesta adecuada debe pasar por los caminos de la educación y de la justicia: educación, en primer lugar del clero, pero también de toda la “base” cristiana, que debe aprender a reconocer y denunciar los signos del abuso. Fundamentalmente, también los procesos de “atención” y de reconocimiento de las víctimas por parte de la Iglesia, a menudo etapa fundamental en el proceso de curación de los individuos y de la comunidad. Una de las conferencias del simposio tendrá como tema la voz de las víctimas, y una de ellas hablará ante los obispos.

En cuanto a la “justicia”, mons Scicluna recordó que el abuso contra menores no es solo un pecado, sino un tanto un delito según la ley canónica como un crimen civil y penal: por ello el imperativo, expresado en la “Carta”, de observar escrupulosamente las leyes locales en términos de denuncia de las noticias de abusos por parte de sacerdotes y obispos. Un imperativo, especificó Scicluna, que no se debe limitar a la obediencia “literal” de la ley, sino que debe también seguir paso a paso los desarrollos de la jurisprudencia.

Fuente: Alessandro Speciale y Andrea Tornielli para Vatican Insider


Más noticias relacionadas

Lea las últimas noticias de Signos de estos Tiempos

“Signos de estos Tiempos” un noticiario sobre categorías cristianas de análisis

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis: