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Geopolítica y tensión entre las denominaciones cristianas.

 

En estos momentos se está sucediendo un conflicto interno en Ucrania, con grandes manifestaciones e inestabilidad política, en principio relacionadas con que el Primer Ministro no quiere negociar el ingreso de Ucrania a la Unión Europea.

 

 

Sin embargo, ha llamado la atención que las iglesias católicas han apoyado las manifestaciones mientras el patriarcado ortodoxo de Moscú ha sostenido al régimen ucraniano.

Pero un análisis más de fondo muestra un conflicto geopolítico entre Rusia y la Unión Europea, de la que los conflictos religiosos forman parte, como un epifenómeno.

El punto es bajo qué égida de influencia funciona políticamente Ucrania, si bajo la de Rusia o la de los europeos + EE.UU.

EL CONFLICTO VISTO POR LOS CATÓLICOS

Recientemente hemos leído declaraciones del reverendo doctor Atanasio D. McVay (que se especializa en la historia de la diplomacia del Vaticano del siglo XX y de la Iglesia Católica Griega Ucraniana) que habló la semana pasada sobre la actual crisis en Ucrania.

Él interpreta que

La causa inmediata fue la radical de postura del presidente Yanukovich respecto de las conversaciones con los líderes de la Unión Europea. La causa remota es que el régimen no-democrático corrupto está fuertemente influenciado por el régimen autoritario de Vladimir Putin.

Admitió la presencia de la Iglesia Católica Griega en las protestas, y se refirió a las informaciones que dicen que el Ministro de Cultura del régimen había amenazado con la «prohibición» de la Iglesia Católica en Ucrania.

El Padre McVay dijo que

Se envió una carta por un asistente del ministro amenazando con «re-evaluar» la situación de la Iglesia católica griega ucraniana si continuaba celebrando los sagrados servicios en el Maidan. El ministro más tarde negó tener conocimiento de la carta. Esto es parte de una larga intimidación por parte del régimen actual contra la Iglesia greco-católica porque la Iglesia habla a favor de la libertad y la justicia y contra la corrupción.

Por ejemplo, el gobierno ha estado poniendo dificultades para la Universidad Católica Ucraniana en Lviv desde hace varios años.

LA INTERPRETACIÓN GEOPOLÍTICA DEL CONFLICTO

Pero para George Friedman, el director de Stratfor (prestigiosa consultora en política internacional), conflicto más de fondo no es la corrupción o las diferencias entre los cristianos.

Considera que Ucrania es tan importante estratégicamente que es inimaginable que Rusia no tenga injerencia. Y resume la actual situación de Ucrania así:

Hace unos meses, se esperaba que el presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich firmara algunos acuerdos que eventualmente podrían integrar Ucrania con la Unión Europea económicamente. En última instancia, Yanukovich se negó a firmar los acuerdos, ante la decisión, miles de sus compatriotas de inmediato protestaron. Las manifestaciones fueron escalando en violencia como sucede con frecuencia. Los manifestantes comenzaron a llamar por un cambio político, y cuando Yanukovich se resistió a sus llamadas, exigieron nuevas elecciones.

Algunos manifestantes querían que Ucrania tuviera una orientación europea en lugar de una rusa. Otros consideraron que el gobierno era corrupto y por lo tanto debe ser reemplazado. Este tipo de manifestaciones se producen en muchos países. A veces tienen éxito, a veces no lo tienen. En la mayoría de los casos, el resultado sólo importa a los ciudadanos del país o a los ciudadanos de los estados vecinos. 

Sin embargo, Ucrania es excepcional, ya que es de enorme importancia. Desde la desintegración de la Unión Soviética, Ucrania ha tenido que seguir un delicado equilibrio entre las promesas tenues de una Europa liberal, rica y algo distante y el hecho de que su propia existencia y la independencia puede ser una fuente de vulnerabilidad estratégica para Rusia.

Y continúa diciendo que Ucrania tiene una la posición estratégica y de productos agrícolas y minerales, para Moscú, que está a sólo unos 480 kilómetros en una franja de tierra plana, de fácil recorrido y difícil de defender.

Además, Ucrania tiene dos puertos críticos, Odessa y Sebastopol, que son más importantes para Rusia que el puerto de Novorossiysk, y que perder el acceso comercial y militar a esos puertos socavaría la influencia de Rusia en el Mar Negro y el acceso al Mediterráneo.

Mirado de Europa y los antiguos satélites soviéticos, una Ucrania dominada por Rusia representaría una amenaza potencial desde el sur de Polonia a Rumania, aumentando la dependencia de estos países que ya dependen de la energía rusa, la que puede eventualmente ser utilizada para obtener el control sobre ellos.

Desde el punto de vista ruso, una integración más estrecha entre Ucrania y la UE representa una amenaza potencialmente mortal para la seguridad nacional de Rusia. 

Pero Friedman estima que:

La estrategia de Putin hacia Ucrania, y de hecho hacia la mayor parte de la antigua Unión Soviética, implica una menor influencia directa. Él no está interesado en el gobierno de Ucrania. Ni siquiera está tan interesado en sus relaciones exteriores. Su meta es tener un control negativo, para evitar que Ucrania no haga las cosas que Rusia no quiere que haga. Ucrania puede ser soberano, excepto en asuntos de importancia fundamental para Rusia. 

En lo que respecta a Rusia, el régimen de Ucrania es libre de ser lo más liberal y democrático que quiera serPero la idea de una mayor integración en la UE es una clara provocación. Las acciones de la Unión Europea y los alemanes – apoyando abiertamente a los opositores de Yanukovich, aparte de intervenir en los asuntos internos de otro país – se consideraron perjudiciales para los intereses nacionales de Rusia.

Sin embargo Ucrania no es tan estratégicamente importante para Europa como lo es para Rusia. Europa nunca quiso agregar Ucrania a la UE sino simplemente tenerlo cerca, entre otras cosas porque la Unión Europea está en ruinas.

Para los europeos, la invitación era que Ucrania tuviera una democracia constitucional, liberalismo y una prosperidad europea, una idea atractiva para la mayoría de los primeros manifestantes, pero inviable a corto plazo mediante una integración a la Unión Europea.

Desde el punto de mira geopolítico, cualquier gobierno en Ucrania se enfrentaría a las mismas limitaciones que el de Yanukovich: poca esperanza real de la inclusión en la UE, una dependencia de Moscú para la energía y una economía integrada con Rusia.

Pero Ucrania parece en términos generales dividida en dos. El este de Ucrania es más orientado hacia Rusia: sus habitantes hablan ruso, son ortodoxos rusos y leales al Patriarcado de Moscú. Ucrania del oeste en cambio se orienta más hacia Europa; sus habitantes son católicos o son leales al Patriarcado de Kiev.

Analizando la posición de EE.UU. respecto al conflicto interno ucraniano, Friedman dice, que aunque Washington apoyó firmemente la Revolución Naranja, creando una brecha importante con Rusia, tiene una política actual de evitar la participación en conflictos innecesarios en Eurasia, lo que podría sugerir que los Estados Unidos se quedaría fuera de Ucrania. Pero el comportamiento de Rusia en el asunto Snowden  ha enfurecido a Washington y ha abierto la posibilidad de que Estados Unidos le creen algunos problemas a Moscú pensando en los Juegos Olímpicos de Sochi.

Fuentes: Catholic World Report, Mercatornet, Signos de estos Tiempos

 

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