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Quienes son los Personajes Bíblicos del Adviento [y por qué]

El Adviento es la temporada que incluye los cuatro domingos anteriores a la Navidad. 

El tiempo de Adviento marca el inicio del calendario litúrgico. 

Y tiene tres actores principales.

Pero la principal figura es María, por eso es un tiempo mariano.

virgen maria encinta dibujo

Siempre comienza a finales de noviembre o principios de diciembre.
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El 30 de noviembre o el domingo más cercano a esta fecha, la Iglesia Católica comienza el tiempo litúrgico de Adviento. 

El Adviento termina el 24 de diciembre antes de la oración de la noche de Navidad.

La palabra «adviento» se deriva de la palabra latina «adventus», que significa «venida» o «llegada».

Durante este tiempo los fieles se preparan para la venida del Señor Jesús en tres formas:

En primer lugar, prepararse para la venida del Señor como Juez, ya sea en la muerte o en los tiempos finales.

En segundo lugar, prepararse para recibir la presencia real de nuestro Redentor en Navidad a través del Sacramento de la Sagrada Eucaristía.

En tercer lugar, prepararse para la llegada de la Navidad, el aniversario del nacimiento de la venida del Señor en este mundo como Dios encarnado.

corona de adviento y la virgen maria con santos fondo

 

¿CUÁLES SON LAS LECTURAS LITÚRGICAS DE LOS DOMINGOS DE ADVIENTO?

Cada uno de los cuatro domingos de Adviento tiene sus propias lecturas y características especiales:

Primer Domingo de Adviento: Las lecturas de miran hacia el «Final de los Tiempos» y la llegada del «Día del Señor» o la «Edad Mesiánica»; el Evangelio es un extracto del Discurso Apocalíptico de Jesús en uno de los evangelios sinópticos.

Segundo Domingo de Adviento: Las lecturas del Evangelio se centran en la predicación y el ministerio de Juan el Bautista como el precursor de Jesús, el que vino a «preparar el camino del Señor.»

Tercer Domingo de Adviento: Las lecturas del Evangelio seguirá centrándose en Juan el Bautista, mientras que la primera y segunda lecturas transmiten la alegría que los cristianos se sienten con la creciente cercanía de la encarnación y la salvación del mundo.

Cuarto Domingo de Adviento: Los Evangelios hablan de los acontecimientos que precedieron al nacimiento de Jesús, centrándose en la Virgen María.

 

¿CUÁLES SON LAS LECTURAS LITÚRGICAS ENTRE SEMANA EN TIEMPO DE ADVIENTO?

En realidad, hay dos conjuntos de lecturas entre semana para la temporada de Adviento:

Las lecturas para los días de semana hasta el 16 de diciembre son extractos de diversos capítulos de Mateo y Lucas; las primeras lecturas son en su mayoría desde el libro del profeta Isaías.

Las lecturas para los días de semana del 17 de diciembre al 24 de diciembre cubren Mateo 1 y Lucas 1, de forma secuencial; las primeras lecturas son seleccionados temáticamente de varios libros proféticos del Antiguo Testamento.

Los días de semana del 17 de diciembre al 24 de diciembre también hacen uso de las «antífonas de Adviento» no sólo durante la oración de la tarde en la Liturgia de las Horas, sino también en el verso Aleluya antes del Evangelio en la Misa.

 

EL TRÍO CENTRAL DEL ADVIENTO SON LA SANTÍSIMA VIRGEN, EL PROFETA ISAÍAS Y SAN JUAN BAUTISTA

Hay varios personajes de adviento, pero tres son los que sobresalen:

Isaías anuncia que va a venir el mesías en una impresionante profecía.
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San Juan Bautista es el encargado de señalar quien es el mesías.

profeta isaias escribiendo

 

El Profeta Isaías

Isaías tuvo una grandiosa visión del año 740 aC.

Ver aquí nuestro artículo para profundizar sobre el tema.

La visión fue la siguiente:
Dios está en el templo, sentado en un elevado trono; junto a él, los serafines cantan: “¡Santo, santo, santo es el Señor Dios del universo! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!”.

A esta voz, las puertas tiemblan y una humareda inunda el recinto. Isaías grita:
“¡Ay de mí, estoy perdido, porque siendo un hombre de labios impuros he visto con mis propios ojos al Señor de los ejércitos!”

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San Juan Bautista

La profecía precursora de Jesucristo.

Ver aquí nuestro artículo para profundizar sobre el tema.

Fue el precursor del Mesías y es uno de los personajes centrales de Adviento, ya que Isaías anunció al Mesías, el Bautista lo señaló y María la procreó en su cuerpo.

Juan el Bautista anuncia a Cristo no sólo con palabras, como los otros profetas, sino especialmente con una vida análoga a la del Salvador y además indicando quien es.

Juan el Bautista hace aún más concreto el mensaje de Isaías: él mismo prepara el camino al Señor, predicando un bautismo de conversión”, anunciando la presencia de Uno que puede más que él, que bautizará con Espíritu Santo.

Gracias al anuncio misionero y a la preparación del nuevo camino al Señor “en el desierto”, cambia realmente el panorama espiritual del creyente..

virgen maria adviento

 

LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA ES EL EJE DEL ADVIENTO

Con el nacimiento de Jesús mediante su madre María, comienza el “cielo nuevo y la tierra nueva”.
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Una realidad que muestra a María, la toda pura, sin mancha: ella es la Inmaculada (8 de diciembre).

Toda a preparación de Dios a su pueblo alcanza su culmen en la Santísima Virgen María, la escogida para ser la Madre del Redentor.

Ella fue preparada por el Señor de manera única y extraordinaria.

En la celebración de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María vemos a Nuestra Señora aplastando la cabeza de la serpiente.

Y ha sido preservada del pecado original heredado de nuestros primeros padres Adán y Eva, que se nos borra con el Bautismo.

Aunque no las consecuencias que es la concupiscencia y que en palabras del Apóstol San Pablo podríamos decir que “hago el mal que no quiero hacer y el bien que quiero hacer tanto me cuesta”.

La Virgen María fue la Madre del Primer Adviento que acabó en Belén hace veinte siglos.
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Y es también la Madre del Segundo Adviento que concluirá con el próximo retorno de Jesús en la gloria y nos invita a prepararle el camino.
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Lo mismo que Jesús vino la primera vez por María, vendrá de nuevo por medio de Ella.

 

LA PREFIGURACIÓN DE MARÍA YA ESTÁ EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

El papel de la Virgen en la “Historia de la Salvación” es muy esencial, no accidental como dicen los protestantes.

En las primeras páginas del Génesis, el capítulo III donde nos narra la historia del pecado original.

Dios, una vez que Adán y Eva han pecado no nos abandona a nuestra propia suerte, sino que al momento nos promete un Salvador, cuando dice a la serpiente (el diablo):

“Pongo perpetua enemistad entre ti y la Mujer (la Virgen), entre tu linaje y el suyo, Ella (la Virgen) te aplastará la cabeza, mientras que tú no la dañaras en el talón”. 

Este texto fundamental es lo que los Santos Padres de la Iglesia han llamado el protoevangelio, porque allí Dios ya nos presenta su plan salvador y en este plan la Virgen ocupa un papel esencial y principal.

Al respecto podemos recordar las Apariciones de la Medalla Milagrosa o de Guadalupe de México donde la Virgen aparece “aplastando la cabeza de la serpiente”.

Todo el Antiguo Testamento está lleno de imágenes y figuras que son representaciones de la Stma. Virgen:
– El pozo de Jacob
– La Zarza que arde sin consumirse en el Sinaí
– La vara de Moisés
– El Arca de la Alianza
– La Torre de David

Las Santas mujeres del Antiguo Testamento también representan a la Virgen:
– Sara
– Judit
– Rhut
– Rebeca
– Esther
– Abigail

 

ADVIENTO: EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN

La historia de la salvación tiene en Cristo su punto culminante. Todo fue creado por Él y para Él, y todo se mantiene en Él.

En Él, el Padre ha dicho la palabra definitiva sobre el hombre y la historia.

La encarnación por tanto es la revelación de Dios hecho hombre a través de María Santísima por obra del Espíritu Santo.
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Viene al mundo a través de Ella.

Así es que Dios interviene en la historia de la humanidad a través de la mediación materna de María.

Es a través de Ella que viene el Redentor al mundo.

Es Ella quien lo trae y presenta al mundo.

Y así seguirá ejerciendo este rol medianero aún en nuestros días.

Por eso, no podemos fijar la mirada en la Encarnación sin la contemplación de la Virgen Santísima.

Ella es instrumento de la Encarnación, su SÍ ha sido fundamental. San Bernardo dijo:

“Nunca la historia del hombre dependió tanto, como entonces, del consentimiento de la criatura humana”.

No podemos vivir plenamente el Adviento sin dirigir la mirada al primer  personaje que lo vive.

Ella ha sido preparada por Dios para esperar, para abrir el camino al Salvador.

 

FE, ESPERANZA, CARIDAD EN MARÍA

El Adviento de la Virgen María está marcado por las tres grandes virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad.

 

La Fe De La Virgen María

La Fe es la virtud por la cual creemos firmemente en las verdades que Dios ha revelado.

La fe es una virtud infusa, dada por Dios directamente en el alma. Pero debe ser alimentada y hacerla madurar a través con nuestros actos de obediencia y confianza.

Creer siempre implica una renuncia a lo propio para aceptar la medida de Dios, que es infinitamente superior a las nuestras.

La Virgen Santísima, tuvo una fe ejemplar.
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No ha existido criatura alguna que pueda compararse a la fe de Ella, porque requirió de ella una fe heroica capaz de poder responder en plenitud al llamado que siempre viviría.

Según el Evangelista San Lucas, la Virgen María se mueve exclusivamente en el ámbito de la fe.

 

La Fe De María En La Anunciación

El saludo: “Ave, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc. 1,18), requiere fe pues el ángel le presentaba una identidad de la que ella no estaba consciente.

Es por eso que leemos que María se turbó ante aquellas palabras, porque el ángel la invita a darse cuenta de lo privilegiada y lo sublime que era la elección de Dios hacia ella.

Solo la fe le permite aceptar lo que el ángel le dice que es en el plan de Dios: La llena de gracia. Le lleva a aceptar con humildad el misterio de su propio ser, ya que es situada en un lugar singular para una criatura humana.

Y también Fe para creer que su Hijo sería llamado hijo del Altísimo.

El Dios hecho hombre, la Palabra encarnada.

La pregunta de María: “¿y cómo será esto pues no conozco varón?” no es una duda, o falta de fe, sino que María, que aparentemente había hecho un voto de virginidad y aunque estaba desposada con José, no intentaba romper su voto.

Y es por eso que ella debía oír de Dios como se daría esta concepción siendo ella virgen, ya que humanamente su maternidad era imposible.

Este camino de la imposibilidad es el que Dios elige para demostrar que en realidad para Él todo es posible.

La fe se convierte para María en la única medida para abrazar su propio misterio y a su mismo hijo, como un don que Dios le ha dado para el bien de todos.

Las palabras con que la Virgen María da su asentimiento: “Hágase en mí según su palabra”, nos revelan la consciente aceptación de su función.
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Esta respuesta solo la pudo dar un corazón lleno de fe.

“He aquí la esclava del Señor” es una profunda confesión de humildad y obediencia, la confianza total en la palabra de Dios, porque no encontrará obstáculo en el corazón de María, para aceptar de manera absoluta la palabra creadora (“la Palabra se hizo carne”).

Ella creía tanto en la Palabra de Dios, que se hizo carne en su seno virginal.

San Agustín dijo, “Ella concibió primero en su corazón (por la fe) y después en su vientre”.

Cuando María dijo: “Hágase en mí según tu Palabra”, dio su consentimiento no solo a recibir al Niño, sino a todo lo que conllevaba el ser la Madre del Salvador.

Este consentimiento de María pone de relieve la calidad excepcional de su acto de fe.

En el Cántico del Magníficat: Isabel dice a la Virgen María: “Bienaventurada por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor” (Lc. 2:45), e inmediatamente después María responde a ese reconocimiento de su fe, con el cántico del Magníficat.

“Miró con bondad la humillación de su sierva”

“En adelante me felicitaran todas las generaciones” 

“El poderoso ha hecho grandes cosas en mi”

“Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que le temen”

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María, Peregrina En La Fe Según El Vaticano II

En el documento conciliar Lumen Gentium capitulo VII, la Iglesia nos habla acerca de la fe de María Santísima.

1) Itinerario de Fe: Siguiendo a María a través de las diversas etapas de su itinerario terreno, se pone de manifiesto su constante y radical confianza en Dios.

A pesar de que esto es fruto de la gracia, es al mismo tiempo obra de la colaboración propia de María con el plan de Dios.
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Los padres de la Iglesia nos enseñan que María no fue un instrumento pasivo en manos de Dios, sino que cooperó en la obra salvación del hombre con fe y obediencia libres.

San Ireneo dijo, “creyendo y obedeciendo se hizo causa de salvación para si misma y para todo el género humano”.

“Lo atado por la incredulidad de Eva lo desató María mediante su fe.

El nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María” (Lumen Gentium # 56)

2) La fe de María es modelo para la Iglesia: pues igual que María, la Iglesia tiene su propio itinerario, y es la fe la que guiara a la Iglesia por todos los instantes de su vida.

La fe de María fue la más perfecta: las verdades sublimes le fueron presentadas y ella las acepto con prontitud y con constancia.

Ella fue llamada a tener una fe difícil.

Pues es verdad que Dios hizo en ella “cosas grandes” (Lc. 1:49), pero no debemos olvidar que esto requirió que ella estuviera a la altura de esa dura tarea.

 

La Esperanza de la Virgen María

La esperanza es una virtud teologal nacida de la fe; la espera es una actitud vital nacida de la esperanza y del amor.

“Esperar en” es tener esperanza; “esperar o aguardar a” es anhelar al que es objeto de nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor.

Por esto es que nadie espera si no cree.

La esperanza se funda en un atributo de Dios; su bondad y su fidelidad a las promesas; la espera se refiere a un encuentro personal con el amado.

María esperó, en primer lugar, que, con la gracia de Dios, podía ser esposa virgen.

María espera también, contra toda esperanza natural, que sin intervención humana se depositase en su seno la semilla de la vida, la encarnación del Verbo.

virgen inmaculada de adviento

María advierte la angustia y la duda de su esposo San José al conocer de su embarazo.
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Ella pudo sencillamente manifestar a José el misterio que a Ella se le había revelado, con lo cual sus angustias hubieran desaparecido.
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Pero ella prefería esperar en el plan perfecto de Dios y repetir como en el salmo 74: “Alzate, Oh Dios, y defiende tu causa”.
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Por eso María callaba, oraba y esperaba en Dios.
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Y por su espera, un ángel se le aparece en sueños a José y le revela que María concibió por obra del ES y que el fruto de sus entrañas virginales seria el Salvador del mundo.

 

Esperando a Dios

Ya antes de que el arcángel la visitara en Nazaret, María esperaba como fiel israelita, con fe mesiánica, la venida del Redentor.

Si las Escrituras nos dicen que Simeón “esperaba la consolación de Israel” y que José de Arimatea “esperaba el reino de Dios”, podemos imaginarnos como María (la Inmaculada) esperaba ardientemente al Mesías.

Desde el momento que María dio su consentimiento al anuncio del ángel, Ella espera ver con sus propios ojos la plenitud de la promesa hecha por el ángel.

Es María quien inicia el Adviento, y es de Ella de quien la Iglesia aprende a esperar, a permanecer en ese estado de expectación.

A partir de aquel momento de la anunciación empezó en María una nueva espera.

Ya estaba llena de Dios por dentro; pero quería estarlo también por fuera.

Por eso María esperaba con tan firme esperanza.

Y a medida que se acercaba el día y la hora, aumentaba en María, el ansia y el deseo de la llegada del Mesías.

“Los fieles, considerando el amor inefable con que la Virgen madre esperó a su Hijo, están invitados a tomarla como modelo y a prepararse a salir al encuentro del Salvador que viene, velando en oración y cantando su alabanza” (misal romano prefacio de Adviento)

 

La Caridad de la Virgen María

La espera de María no era egoísta, no se basaba en la expectación simplemente de su hijo, sino del Mesías, el Salvador del mundo, quien venía por amor a los hombres a salvarlos.

Es por esto que desde el principio hasta el final, María tendrá siempre una disposición interior de caridad y pobreza: nunca poseyendo al hijo sino entregándolo.

Ella esta consciente que vendrá para el mundo y no para que ella lo posea.

La espera de María, el adviento de María, es también una preparación al sufrimiento.
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Una preparación para el rechazo, el establo, la pobreza, el martirio de los niños, la huida a Egipto sin saber cuándo regresarían.
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Para la perdida de Jesús en el templo hasta encontrarlo, para la separación a la hora de entrar en su vida pública.
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Para recorrer al lado de su hijo el camino de la cruz.
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Para esperar la Resurrección, para separarse de el en su Ascensión y esperar por el momento en que se reunieran en el cielo.

Toda esta esperanza de María la prepara para oír a Simeón quien le anunció que, por su unión a la misión redentora de Cristo, ella participaría de sus persecuciones, hasta el punto de que “una espada traspasaría su alma” (Luc. 2,35).

Ella no se atemorizó ante esta profecía, puso en Dios su esperanza y, cuando llegaron las horas sombrías de Egipto, de Jerusalén y del Calvario, sostenida por la gracia del Señor, vio siempre que era verdad que Dios no desampara a los que esperan en El.

Y esta fe y esperanza de María que fluyen tan abundantemente de su caridad, la preparan para la gran noche del alumbramiento, la noche de Navidad, cuando el hijo de Dios y de María, nace en un establo de Belén en medio de vicisitudes, negaciones, rechazo, pobreza…

 

CANTANDO LAS GLORIAS DE LA MADRE QUE ENCARNÓ A DIOS

“Rampa de amor, dulcísima vereda” te ha cantado el poeta.

Y no es el único. Cientos, miles, han cantado de tus glorias Madre, Mujer única, Favorecida de Dios,

Verdaderamente creada a imagen y semejanza del Altísimo.

La Iglesia Católica te ha llamado de tantas maneras, María, y no son suficientes aún.

Eres Arca de la Alianza, Torre de David, Madre Amable y Admirable, Reina del Cielo y de la Tierra por voluntad de la Santísima Trinidad.

Y todo ha sido por virtud de tu “Fiat”.

Tu sí Madre, no sólo dio lugar a la Encarnación de Dios Hijo en tu vientre.

Tu dijiste Sí a la Redención, dijiste Sí a la Pasión.

Dijiste Sí al Calvario.

Dijiste Sí a la Resurrección.

Aceptaste, como siempre lo hiciste, dejar a tu Hijo solo en la tumba, cuando tú sabías que El resucitaría.

Imagino Madre, la fuerza que habrán tenido que hacer los discípulos que lo colocaron en el sepulcro para sacarte de él.

Imagino la fuerza con la que tú te resististe: yo me voy a quedar con Él. Quiero quedarme con Él. No lo voy a dejar solo aquí.

Porque Él va a resucitar.

Y como, sin escucharte, te habrán obligado, con mil razones que para ti no valían, a salir de él.

Finalmente aceptaste, porque era tu Hijo el que se quedaba solo, pero también eran tus hijos los que te abrigaban, te envolvían, querían cuidarte, abrazarte, consolarte.

¡Qué poca fe la suya y qué grande la tuya!

Te hubieras quedado por amor y también saliste por amor. Eras su Madre por deseo y orden de tu Hijo y debías velar por ellos, pobres criaturas desvalidas.

A todo eso dijiste Sí, Madre, cuando el Arcángel te visitó.

Todo esto es lo que guardaste y estás guardando ahora, que aún lo esperas, dentro de tu corazón.

Y cuantas cosas más habrás de guardar durante los años que estés junto a Él.

Ya viene, Madre, ya viene. Queremos esperarlo contigo, queremos recibirlo contigo, amarlo como lo amas tú.

Queremos seguirlo, en Su Camino de Verdad y de Vida, para poder llegar con Él a ese lugar maravilloso donde no habrá más llanto ni dolor.

Gracias, Madre, por ser la mejor de las criaturas, la que nos da el ejemplo sencillo y a la vez difícil, de cómo ser Sus discípulos hasta la muerte.

Fuentes:



María de los Ángeles Pizzorno de Uruguay, Escritora, Catequista, Ex Secretaria retirada

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Cuáles son las Devociones para Practicar en Adviento

Un tiempo de preparación para Navidad.

En la Iglesia Católica, el Adviento es un período de preparación.

Que se extiende sobre cuatro domingos antes de Navidad.

Y que tiene muchas devociones.

pesebre

En este artículo nos dedicaremos a las devociones de adviento que son más populares en occidente.

Cada región y país tiene sus propias devociones, pero hay algunas generalizadas, aunque podemos encontrar variantes de ellas en diferentes zonas.

Además esto se complementa con diversas devociones culinarias.

 

LAS DEVOCIONES AL SERVICIO DEL MENSAJE CRISTIANO

La palabra Adviento significa «venir a», y se relaciona a la venida de Cristo.
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Esto se refiere, en primer lugar, a nuestra celebración del nacimiento de Cristo en la Navidad.
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En segundo lugar a la venida de Cristo en nuestras vidas a través de la gracia y el Sacramento de la Santa Comunión.
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Y finalmente, refiere a su segunda venida al final de los tiempos.

arbol de navidad en china

Nuestros preparativos, por lo tanto, deben tener las tres venidas en mente. Tenemos que preparar nuestra alma para recibir a Cristo dignamente.

El Adviento tradicionalmente se ha conocido como una «pequeña Cuaresma».

Al igual que en Cuaresma, el Adviento debe ser marcado por el aumento de oración,  ayuno, y las buenas obras.

Mientras que la Iglesia de Occidente ya no tiene un requisito establecido para el ayuno durante el Adviento, la Iglesia de Oriente continúa observando lo que se conoce como el Ayuno de Felipe, a partir del 15 de noviembre hasta Navidad.

Al igual que durante la Cuaresma, los sacerdotes visten ornamentos púrpuras, y se omite el canto de Gloria («Gloria a Dios») durante la misa.

La única excepción es en el tercer domingo de Adviento, conocido como Domingo de Gaudete, cuando los sacerdotes pueden usar ornamentos de color de rosa.

Como el domingo Laetare durante la Cuaresma, esta excepción está diseñada para animarnos a continuar con nuestra oración y el ayuno.

Podemos disfrutar de una mejor Navidad – los 12 días de la misma, desde el día de Navidad a la Epifanía – si revivimos Adviento como un período de preparación.

Y en esto nos ayudan las devociones propias de Adviento.

 

ÁRBOL DE NAVIDAD, DE JESSÉ Y PESEBRE

Las dos devociones más extendidas son el Árbol de Navidad y el Pesebre.

En este artículo, tratamos en detalle la historia, la función, y el armado del Árbol de Navidad.

Y lo mismo respecto al Árbol de Jessé, que es una devoción que comienza el 1 de diciembre.

Y tiene por objetivo recorrer los antepasados de Jesús hasta la Navidad, uno por día; por lo cual tiene una función catequética.

Y en este otro artículo tratamos nos referimos a la historia y la devoción de los pesebres.

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CORONA DE ADVIENTO

La corona de Adviento es parte de nuestra tradición católica pero los verdaderos orígenes son inciertos. 

Hay pruebas de que los pueblos germánicos pre-cristianos utilizaban coronas con velas encendidas durante los días fríos y oscuros de diciembre, como un signo de esperanza en el futuro para los días cálidos y la prolongación de la luz del sol de primavera.

En escandinavia durante el invierno, velas encendidas eran colocadas alrededor de una rueda, y se ofrecían oraciones al dios de la luz para activar «la rueda de la tierra» de vuelta hacia el sol, para alargar los días y restaurar el calor.

En la Edad Media, los cristianos adaptaron esta tradición y se utilizaron coronas de Adviento como parte de la preparación espiritual para la Navidad. 

Después de todo, Cristo es «la Luz que vino al mundo» para disipar la oscuridad del pecado y para irradiar la verdad y el amor de Dios (Juan 3: 19-21).

En 1600, católicos y luteranos tenían prácticas formales alrededor de la corona de Adviento.

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EL SIMBOLISMO DE LA CORONA DE ADVIENTO

La corona está hecha de varios árboles de hoja perenne, lo que significa la vida continua. 

Incluso estos árboles de hoja perenne tienen un significado tradicional que se puede adaptar a nuestra fe.

El laurel significa victoria sobre la persecución y el sufrimiento; el pino la inmortalidad; y el cedro, la fuerza y la curación. 

Las hojas espinosas nos recuerdan la corona de espinas, y una leyenda inglesa habla de cómo la cruz fue hecha de acebo.

El círculo de la corona, que no tiene principio ni fin, simboliza la eternidad de Dios, la inmortalidad del alma y la vida eterna que se encuentra en Cristo.

Piñas, nueces o vainas usadas para decorar la corona también simbolizan la vida y la resurrección.

En conjunto, la corona de árboles de hoja perenne representa la inmortalidad del alma y de la vida nueva y eterna prometida por medio de Cristo.

Él es la Palabra eterna del Padre, que entró en nuestro mundo convirtiéndose en verdadero hombre.

Y obtuvo la victoria sobre el pecado y la muerte con su pasión, muerte y resurrección.

Las cuatro velas representan las cuatro semanas de Adviento. 

Y una tradición es que cada semana representa mil años, para sumar a los 4.000 años desde Adán y Eva hasta el nacimiento del Salvador.

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3 COLORES PRINCIPALES DE LAS VELAS DEL ADVENIMIENTO

Estos tres colores principales de Adviento están llenos de rico significado.

Tres velas son de color púrpura y una es rosa. 

Las velas de color púrpura en particular, simbolizan la oración, penitencia y sacrificios y obras preparatorias llevadas a cabo en este momento.
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Y también el púrpura (o violeta)  simboliza el arrepentimiento y ayuno y es el color de la realeza y la soberanía de Cristo, lo que demuestra la espera de la venida del Rey celebrada durante el Adviento.

Hoy en día, muchas iglesias han comenzado a utilizar azul en lugar de púrpura, como un medio para distinguir el Adviento de la Cuaresma.

Otros usan azul para significar el color del cielo nocturno o las aguas de la nueva creación en Génesis 1.

La primera vela de la corona de Adviento, la vela de la Profecía o vela de la Esperanza, es de color púrpura.

La segunda, llamada Vela de Belén o Vela de Preparación, también es de color púrpura.

Del mismo modo, el cuarto color de la vela del adviento es de color púrpura. Se llama vela del Ángel o la vela del Amor.

Una vela rosa se enciende en el tercer domingo de Gaudete, cuando el cura también lleva las vestiduras rosa en la misa.

Domingo Gaudete es el domingo de regocijo, porque los fieles han llegado al punto medio de Adviento, cuando su preparación está a mitad de camino de la Navidad.

Esta es la llamada Vela Pastor o Vela de la Alegría, que representa la alegría y regocijo, y revela un cambio en la temporada del arrepentimiento hacia la celebración.

El blanco es el color de Adviento que representa la pureza y la luz. Y la vela blanca suele ponerse en el medio de la corona.

Cristo es el Salvador sin pecado, sin mancha, puro.

Él es la luz que entra en un mundo oscuro y moribundo.

Además, aquellos que reciben a Jesucristo como Salvador han sido lavados de sus pecados y hechos más blancos que la nieve.

De este color blanco es la vela de Cristo, la quinta vela de adviento, colocada en el centro de la corona.

La preparación espiritual, centrándose en los colores de Adviento en las semanas previas a la Navidad, es una gran manera para que las familias cristianas mantengan a Cristo el centro de la Navidad, y que los padres enseñen a sus hijos el verdadero significado de la Navidad.

La iluminación progresiva de las velas simboliza la expectativa y la esperanza en Nuestro Señor que rodea la primera entrada en el mundo y la anticipación de su segunda venida a juzgar a los vivos y los muertos.

Otra tradición que sigue a la anterior, es reemplazar las tres velas moradas con cuatro velas blancas, que serán encendidas durante toda la temporada de Navidad.

En la Iglesia el conjunto se sitúa cerca del altar o del ambón de la Palabra.

En los hogares, la corona de Adviento es más apropiadamente iluminada para la hora de la cena después de la bendición de la comida. 

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ENCENDIDO DE LAS VELAS DE LA CORONA Y ORACIONES

 

PRIMER DOMINGO

LLAMADA A LA VIGILANCIA

ENTRADA. Se entona algún canto.
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Acto de Contrición.
Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso…

LITURGIA DE LA PALABRA. Lectura del santo evangelio según san Marcos 13,33: “Estén preparados y vigilando, ya que nos saben cual será el momento”. Palabra del Señor. (Breve pausa para meditar)
Reflexión.

Guía: Vigilar significa estar atentos, salir al encuentro del Señor, que quiere entrar, este año más que el pasado, en nuestra existencia, para darle sentido total y salvarnos.

ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.
Guía: Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene.

En esta primer semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría.

Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen.

Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera.

¡Ven, Señor Jesús!. ¡Ven, Señor Jesús!

PADRENUESTRO
Guia: Unidos en una sola voz digamos: Padre Nuestro…

CONCLUSIÓN

Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvos. Amén.

adviento 4 velas fondo

 

SEGUNDO DOMINGO

ENTRADA. Se entona algún canto.
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Acto de Contrición.
Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso…

LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la II carta de San Pedro 3,13-14: ”Nosotros esperamos según la promesa de Dios cielos nuevos y tierra nueva, un mundo en que reinará la justicia. Por eso, queridos hermanos, durante esta espera, esfuércense para que Dios los halle sin mancha ni culpa, viviendo en paz». Palabra de Dios.
Breve pausa para meditar

Reflexión
Guía: ¿Qué va a cambiar en mí, en nosotros en este Adviento? ¿Se notará que creemos de veras en Cristo?

ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.
Guía: Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel.

Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas.

El viejo tronco está rebrotando se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne…

Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza.

¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!

PADRENUESTRO.
Guía: Unidos en una sola voz digamos: Padre nuestro…

CONCLUSION
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvados. Amén.

velas de adviento flotando fondo

 

TERCER DOMINGO

ENTRADA. Se entona algún canto. Saludo.
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo Y del Espíritu Santo. Acto de Contricción.
Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso…

LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la Primera carta a los Tesalonicenses 5,23: ”Que el propio Dios de la paz los santifique, llevándolos a la perfección. Guárdense enteramente, sin mancha, en todo su espíritu, su alma y su cuerpo, hasta la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor”. Palabra de Dios.
Breve pausa para meditar. Reflexión.

Guía: Los hombres de hoy no verán en persona a Cristo en esta Navidad. Pero sí verán a la Iglesia, nos verán a nosotros. ¿Habrá más luz, más amor, más esperanza reflejada en nuestra vida para que puedan creer en El?

ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.

Guía: En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia:

¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca! Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda.

¡Ya llega el mensajero!. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.

Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes.

¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor!

PADRENUESTRO
Guía: Unidos en una sola voz digamos: Padre nuestro…

CONCLUSION
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvados. Amén

corona-de-adviento-gigante-en-iglesia

 

CUARTO DOMINGO

ENTRADA. Se entona algún canto. Saludo.
Todos hacen la señal de la cruz.
Guía: «Nuestro auxilio es en el nombre del Señor»
Todos: «Que hizo el cielo y la tierra»

LITURGIA DE LA PALABRA:
Primera lectura: Rm 13,13-14 «Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestios del Señor Jesucristo». «Palabra de Dios»
Todos: «Te alabamos Señor».
Segunda lectura: 2 Tes. 1,6-7 «Es justo a los ojos de Dios pagar con alivio a vosotros, los afligidos, y a nosotros, cuando el Señor Jesús se revele, viniendo del cielo acompañado de sus poderosos ángeles, entre las aclamaciones de sus pueblo santo y la admiración de todos los creyentes.» -«Palabra de Dios»
Todos: «Te alabamos Señor».
Guía: «Ven, Señor, y no tardes.
Todos: «Perdona los pecados de tu pueblo».

SE ENCIENDEN LAS CUATRO VELAS
Guía: «Bendigamos al Señor»
Todos hacen la señal de la cruz mientras dicen: «Demos gracias a Dios».
Humildad y gloria
El Nacimiento de Jesús

Guía: Lectura del Evangelio según San Lucas (2:6-7)
«Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.»
«Palabra de Dios»
Todos: «Te alabamos Señor».

MEDITACION
La Virgen y San José, con su fe, esperanza y caridad salen victoriosos en la prueba.

No hay rechazo, ni frío, ni oscuridad ni incomodidad que les pueda separar del amor de Cristo que nace.

Ellos son los benditos de Dios que le reciben.

Dios no encuentra lugar mejor que aquel pesebre, porque allí estaba el amor inmaculado que lo recibe.

Nos unimos a La Virgen y San José con un sincero deseo de renunciar a todo lo que impide que Jesús nazca en nuestro corazón.

Tiempo de silencio / Tiempo de intercesión

Padre Nuestro / Ave María.

ORACIÓN FINAL
Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

Todos: «Amén»

 

OTRAS DEVOCIONES

 

CALENDARIO DE ADVIENTO

Es una costumbre devocional que comienza el 1 de diciembre.

El calendario tiene un formato de una casa con 24 ventanas.

Detrás de cada ventana hay un símbolo que apunta a la llegada de Jesucristo y de la Navidad.

Cada día se abre una ventana y la ventana final se abre el 24 de diciembre.

Es una devoción con tintes catequéticos, porque el contenido de cada ventana apunta a un mensaje cristiano.

 

LAS RAMAS DE SANTA BÁRBARA

Santa Bárbara, que según la tradición fue martirizada en Egipto, tiene su fiesta el 4 de diciembre.

La tradición cuenta que cuando estaba en la cárcel esperando su ejecución encontró una rama de cerezo seca. le puso agua y floreció, lo cual le trajo consuelo.

Y también la tradición cuenta que una de las flores de su tumba floreció el día de Navidad.

Los días 4 de diciembre la costumbre es cortar ramas de un árbol como un cerezo, avellano, manzano, etc., ponerlo en un jarrón y regarlo.

Si la rama florece entre ese momento hasta la Navidad la familia tendrá buena fortuna ese año.

Esta práctica recuerda la profecía de Isaías que el Mesías nacería del tronco de Jessé.

 

FIESTA DE SAN NICOLÁS

San Nicolás fue un obispo de Licia en el siglo IV y tiene su fiesta el 6 de diciembre.

Es el santo patrón de los niños y las novias, por su generosidad.

Es el precursor de Papá Noel y Santa Claus.

La tradición es que los niños hagan su pedido de regalos antes del 6 de diciembre.

Y el 6 de diciembre San Nicolás, Papá Noel o Santa Claus, cómo se le quiera llamar, entrega los regalos sacando los de una bolsa llena de ellos.

También esta tradición se cumple el 25 de diciembre en muchas partes como sustitutos de los regalos navideños

Puedes leer la historia de San Nicolás aquí y aquí.

 

VELA DE MARÍA

En la vigilia de la Inmaculada Concepción (que es el 8 de diciembre), se practica la devoción de encender una vela especial de adviento en honor a la Santísima Virgen que trae al Señor.

La vela es blanca, suele ser muy hermosa y cubierta con un paño blanco atado con una cinta, y se coloca frente a una imagen de la virgen.

El candelabro representa la estirpe de Jessé y la vela representa a Cristo, la luz del mundo que disipa la oscuridad del pecado.

Esta vela se enciende todos los días hasta la Navidad.

 

VIRGEN DE GUADALUPE

El 12 de diciembre se celebra la fiesta de la Virgen de Guadalupe del Tepeyac, patrona de las Américas y de los no nacidos.

Por tratarse una fiesta que cae en el período navideño se la incorpora a las devociones de la época.

Se puede leer aquí la historia de la Virgen de Guadalupe del Tepeyac.

 

LAS LUCES DE SANTA LUCÍA

El 13 de diciembre se celebra la fiesta de Santa Lucía, cuyo nombre significa luz.

Para ello se suelen preparar velas que se encienden en ese día, prefigurando la llegada de la luz del mundo el 25 de diciembre.

En diversas partes del mundo hay procesiones de niños con abundantes signos de luz.

También hay una devoción de una corona de velas en la cabeza de una niña.

 

LAS POSADAS, LA NOVENA DE NAVIDAD Y DE AGUINALDOS

El día 16 de diciembre comienza la Novena de Navidad y la Novena de Aguinaldos.

Y en algunos lugares del hemisferio sur se practican Las Posadas.

Estas devociones tienen el objetivo de preparar el corazón para la llegada del Mesías.

Puede leerse aquí la estas devociones.

 

LA CASA DE LAS ANTÍFONAS

A partir del 17 de diciembre y hasta el 24, la liturgia católica expresa una antífona cada día, que comienza con ¡Oh!

Las antífonas y la mecánica de esta devoción puede leerse aquí.

Pero también hay una devoción asociada a esto, que es crear una casa de cartón con 8 ventanas, cada una de las cuales tiene escrita una de las antífonas.

Cada día se abre una ventana, se pronuncia la antífona y se la medita.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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