Cómo destruir el plan luciferino que se está implementando.
La tribulación que estamos viviendo hoy, es consecuencia de que un grupo de multimillonarios, quieren remodelar el mundo, alejándolo de su base cristiana.
Y hasta pretenden transformar al ser humano.
Usan la mentira como método, de la misma forma que su padre la usó desde el principio del mundo.
Y quieren convencer a la humanidad que es inevitable que su plan tenga éxito, porque le obedecen todas las fuerzas de poder sobre la tierra.
Pero está escrito que no lo lograrán, no debemos tener miedo.
Aquí hablaremos sobre cuál es el plan de esta élite, cómo lo están llevando a cabo, y cuál es la forma de enfrentarlos, que sugiere San Maximiliano Kolbe, que pasó por una situación parecida.
La tribulación que estamos viviendo hoy es la etapa final de un largo plan para la dominación del mundo y reestructurarlo.
Un pequeño grupo de influyentes millonarios han estado trabajando desde hace siglos en la sombra, para quitarle a la civilización su impronta cristiana, y darle una impronta luciferina.
Y su base por supuesto es el engaño, por algo al maligno se le llama el padre de la mentira.
Detrás de cada cosa que hacen hay un engaño, que ha sido disfrazado por los medios de comunicación.
Desde principios del siglo XX fueron creando una red mundial de corporaciones, institutos, ongs, movimientos financiados por sus fundaciones, etc., que trabajan a nivel internacional por el proyecto de un mundo globalizado, quitando poder a las naciones e introduciendo la nueva cultura luciferina.
Ya en 1915, durante la primera guerra mundial, Nahum Goldmann, el influyente sionista fundador y presidente del Congreso Judío Mundial, declaró,
«Uno puede resumir el significado y la misión histórica de nuestro tiempo en uno: reorganizar la cultura humana, para reemplazar, el sistema social anterior dominante, por uno nuevo».
Su poder central se basa en tres cosas: el poder económico, el dominio sobre los medios de comunicación y la cooptación de los desarrolladores de tecnología.
En base a la influencia política que le da su poder económico influyeron para diseñar la ONU, luego de finalizada la segunda guerra mundial.
La cual ha sido el brazo ejecutor para ir creando lo que llaman la nueva gobernanza mundial.
Un paraguas de nuevo mentiroso, porque los burócratas de esa organización, se han encargado de introducir nuevos valores morales, anticristianos, contrariando la opinión de la mayoría de los países miembros, a quienes han usado como pantalla.
Han incentivado las migraciones activamente y algunos de los más conspicuos propulsores del nuevo orden, como George Soros, las ha financiado activamente, a través ongs.
Su objetivo, nuevamente mentiroso, no es que las personas de países pobres tengan mejores oportunidades en los países del primer mundo, sino cambiar la matriz cultural cristiana de los países del primer mundo, especialmente Europa, introduciendo básicamente musulmanes, para que diluyan al cristianismo.
También han promocionado el concepto de que el mundo está sobrepoblado y hay que bajar la cantidad de población.
Para ello promocionaron la interrupción artificial de los embarazos como un logro para la libertad de las mujeres, cuando el objetivo real ha sido disminuir la población.
Y también han sido propulsores de la ideología de género y el feminismo con el mismo objetivo.
Esta pequeña élite de millonarios usa su poder económico para corromper y lograr que mucha gente trabaje para ellos, abdicando de sus valores.
Han operado buscando la extinción de los cuerpos intermedios, como las naciones, la familia, las comunidades religiosas libres, etc., siempre diciendo que no lo están haciendo.
Su influencia sobre los medios de comunicación ha sido central en el ocultamiento de sus fines.
Al punto que el propio David Rockefeller agradeció, en la reunión del Club Bilderberg en 1991, lo que llamó el cumplimiento de «la promesa de los grandes medios de comunicación durante más de 40 años», porque dijo,
«Nos hubiera sido imposible desarrollar nuestro plan, si hubiéramos estado expuestos a la luz del mundo durante esos años».
Y no sólo se trató de ocultar la verdad, sino que los grandes medios acusaron sistemáticamente a los que revelaban el plan de los globalistas, como teóricos de la conspiración.
Otro engaño del padre de la mentira.
Y en nuestro tiempo llegamos a la descarnada declaración de Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial, que dijo,
«La pandemia representa una ventana de oportunidad para restablecer el mundo».
Y agregó,
«Muchos de nosotros nos preguntamos cuándo las cosas volverán a la normalidad. La respuesta corta es nunca.
La normalidad anterior a la crisis se ha roto. Avanzamos hacia una nueva normalidad».
Y así vemos que a una tribulación le sigue otra, otra y otra.
Es lo que se llama el «Gran Reinicio». Que ya ha comenzado.
Y han aplicado su peso económico y político para lograr obediencia, contado con la protección de los grandes medios de comunicación para desinformar.
Y ahora ha quedado claro además que tienen el objetivo de crear una nueva humanidad bajo el imperio de la inteligencia artificial, la tercera pata de la que hablamos, la tecnología.
O sea que ahora se revela que el proyecto es transhumanista.
Quieren cambiar al ser humano.
Como dice este mismo Schwab, buscan la fusión de la biología humana con las computadoras.
Ya lo había anunciado el filósofo israelí Yuval Harari en la reunión del Foro Económico Mundial de 2018, cuando dijo,
«Estamos en las últimas generaciones de Homo Sapiens».
Y agregó que en las próximas décadas «vamos a convertirnos en dioses, ya que adquiriremos habilidades que tradicionalmente se pensaban que eran habilidades divinas».
Esto es estrictamente y sin tapujos lo que la serpiente, o sea satanás, le dijo a Eva para convencerla de desobedecer a Dios, «seréis como dioses».
De modo que no es una exageración decir que estamos frente a un plan luciferino, que viene directamente del padre de la mentira.
Y que el infierno se ha desatado sobre la tierra.
Estamos viviendo el mayor fraude perpetrado contra la raza humana por nuestro enemigo infernal.
Quiere acabar con la raza humana, porque fue hecha «a la imagen de Dios».
La fusión de la tecnología con el cuerpo humano, junto con un sistema de vigilancia global totalitario que se está implantando, es con lo que quiere suplantar a la civilización cristiana.
Ahora, ¿estamos indefensos ante este plan luciferino?
Decididamente no.
Recordemos la enseñanza de San Maximiliano Kolbe.
En 1917, cuando el 200º aniversario de la masonería, en los prolegómenos de la revolución bolchevique en Rusia y cuando las apariciones de Nuestra Señora en Fátima, Maximiliano Kolbe estaba en Roma, estudiando teología en la Universidad Gregoriana.
Y vio con sus propios ojos como el infierno se había desatado contra el Vaticano.
Había procesiones de los masones cantando canciones en honor a satanás.
Algunas de sus pancartas llevaban la inscripción: «Satanás gobernará en el Vaticano y el Papa será su esclavo».
Y otras mostraban a San Miguel Arcángel pisoteado y derrotado por lucifer.
Era como si el gran enemigo de Cristo sintiera que estaban en la cúspide de una gran victoria, y sus secuaces ya se quitaran las máscaras, como está sucediendo en nuestro tiempo.
Y entonces escribió,
«El conflicto con el infierno no puede ser abordado por hombres, ni siquiera por los más inteligentes.
Solo la Inmaculada tiene la promesa de Dios de la victoria sobre satanás.
Sin embargo, la Madre de Dios ahora requiere nuestra cooperación.
Busca almas que se consagran enteramente a Ella, que se conviertan en sus manos, en instrumentos eficaces para la derrota de satanás y la expansión del reino de Dios sobre la tierra».
El infierno que se había desatado en 1917 en Roma, no logró su objetivo último en ese momento, que era más modesto que el de ahora.
Y el de ahora no lo logrará tampoco porque el fraude es muy grande.
Hoy hay muchas cosas que podemos hacer para desenmascarar las mentiras con las que quieren dominar el mundo, pero sin Cristo, no podemos hacer nada.
Él ha encomendado a Su madre establecer Su ejército de los pequeños, para enfrentar la batalla de los tiempos finales.
Y al final, el Corazón Inmaculado de María triunfará, y aplastará la cabeza de la serpiente.
Y nosotros debemos colaborar en este proceso, resistiendo, sin miedo, dando testimonio de la verdad y orando tenazmente.
En resumen, el padre de la mentira ha desatado su poder sobre la tierra, no solo tratando de liquidar la civilización cristiana, suplantándola por una luciferina.
Sino que ahora además, está tratando de cambiar el cuerpo humano, para cumplir con el engaño que dijo la serpiente a nuestros primeros padres, «seréis como dioses».
Pero no lo logrará, como no lo pudo hacer a través de los masones, ni con la revolución bolchevique, en el momento que San Maximiliano Kolbe estaba estudiando en Roma.
Al final el Inmaculado Corazón de María triunfará y el mundo tendrá una era de paz cristiana.
Y para apoyarla debemos resistir, sin miedo, dar testimonio de la verdad y orar tenazmente.
Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre el ataque infernal que está soportando la humanidad y la civilización de base cristiana, en estos momentos, a través de la mentira como método y el uso del capital financiero.
Y me gustaría preguntarte si crees que la gente cercana a ti comienza a despertar y darse cuenta de este plan o sigue dormida.
San Benito de Nursia, fundador de la orden de los Benedictinos.
Es considerado el propulsor fundamental de la vida monástica en Europa.
Quien estableció una red de monasterios en base a su Regla.
Hoy es considerado uno de los Patrones de Europa y padre del monacato occidental.
Pero también es conocido por los milagros que realizó en vida.
A tal punto han sido de importancia sus milagros que se le representa iconográficamente mayormente con el libro de la Regla, una copa rota, y un cuervo con un trozo de pan en el pico. .
En memoria del pan envenenado que recibió Benito de un sacerdote de la región de Subiaco que le envidiaba.
Tiene creciente fama de exorcista y su medalla, de moda actualmente, es un signo de protección, especialmente contra la acción del demonio.
Todo lo referente a la medalla puede leerse en este artículo:
Al igual que San Jerónimo y Santa Thaïs, San Benito no murió como un mártir, sino de causas naturales.
Y fue venerado en el calendario de la iglesia medieval como un «confesor».
También como Jerónimo, era un asceta y un monje.
Pero mientras que Jerónimo, aunque nacido América, se asocia como Santa Thaïs con la tradición de los monjes del desierto oriental, Benito o Benedicto encarna y representa el más reciente monacato de Occidente.
Benito y Jerónimo también son diferentes para nuestro conocimiento.
Jerónimo es muy bien conocido por una variedad de fuentes distintas de leyendas compuestas para promover su culto.
Mientras que la vida de Benito como «padre de los monjes» es conocido casi exclusivamente por su leyenda: La vida de Benito escrita en 594 por el Papa Gregorio el Grande, medio siglo más o menos después de la muerte de Benito.
Benito nació en Nursia (ahora Norcia, cerca de Spoleto, al noreste de Roma) de padres ricos que lo enviaron a Roma para ser educado.
Molesto por la inmoralidad de sus compañeros de estudios, Benedicto encontró compañía más agradable en una comunidad religiosa en Affile (actual Effide).
Cuando su primer milagro (mediante oración para reparar un colador roto) llamó la atención no deseada, se retiró a una cueva cerca de un lago en Subiaco, justo al norte de Effide.
Salió tres años después para gobernar una comunidad cercana de monjes, pero cuando reaccionaron contra su rigor al tratar de envenenarlo, Benedicto volvió a su vida solitaria en Subiaco.
Cuando la fama de su santidad le dio más y más seguidores, organizó en doce comunidades separadas de doce monjes cada una.
Él finalmente se estableció con sus discípulos más cercanos en Monte Cassino, a medio camino entre Roma y Nápoles.
Y allí construyó el monasterio donde pasó el resto de su vida y escribió su famosa regla.
La muerte de Benito tiene dos fechas diversas en 543 o 547, aunque Gregorio no especifica esta o la fecha de nacimiento del santo (probablemente el 480).
Ese culto de Benito como santo comenzó a florecer inmediatamente después de su muerte (o incluso antes), al menos en el centro de Italia.
Pero en un siglo y medio después de su muerte, el culto local de Benito se había convertido en internacional.
San Benito se considera el padre del Monacato de Occidente. .
Su pequeña “Regla” sigue siendo guía práctica y segura en el seguimiento de Cristo. .
No sólo para monjes y monjas sino para muchos cristianos fuera de los monasterios.
Benito tuvo una hermana llamada Escolástica que, según la tradición, fue su gemela.
Enseñó a sus discípulos a cantar las alabanzas a Dios en la Liturgia de las Horas.
A tomar como guía el Evangelio, a trabajar cuidando todo lo que hay en la creación como “vasos sagrados del altar”.
A vivir en amor y servicio mutuo y a responder a las necesidades del pueblo de Dios a su alrededor.
7 MILAGROS DE SAN BENITO
Una de las primeras biografías de su vida fue escrita por el Papa San Gregorio Magno y en ella se incluyen muchas historias de milagros increíbles realizados por el monje.
A continuación les compartimos 7 de los mejores de ellos.
1 – Rompió un vaso lleno de veneno al bendecirlo con la Señal de la Cruz
El abad de un monasterio cercano murió y los monjes de ese convento pidieron a San Benito asumir el puesto y convertirse en su nuevo abad.
En un principio el Santo se negó, pero ellos insistieron, por lo que entonces aceptó.
Benito era más estricto que el abad anterior y en poco tiempo los monjes llegaron a odiarlo.
Por lo que decidieron matarlo y pusieron un poco de veneno en su copa de vino.
Pero cuando él hizo la señal de la cruz para bendecir el vino, la copa se rompió de repente como si una roca hubiera sido lanzada contra ella.
San Gregorio Magno escribe en su relato de la historia:
«accidente por el cual el hombre de Dios percibió que la copa contenía el trago de la muerte, mismo que no podía soportar el signo de la vida.»
2 – Salvó a un hombre de ahogarse al convertirse brevemente en otra persona
Un monje llamado Plácido estaba tomando agua del lago, accidentalmente cayó al agua y fue arrastrado rápidamente por la corriente.
A pesar de que Benito se encontraba a una buena distancia del lago, milagrosamente supo lo que había sucedido.
Y de inmediato ordenó a otro monje llamado Maurus correr hacia el lago para salvar a Plácido.
Cuando Maurus llegó al lago – sin pensarlo- corrió sobre la superficie del agua, agarró a Plácido por el pelo y lo arrastró hasta la orilla.
Sólo se dio cuenta de que había caminado sobre el agua después de que él estaba ya de vuelta en tierra.
San Gregorio Magno escribe que Maurus «se maravilló y tenía miedo de lo que había hecho.»
Y aquí es donde las cosas se ponen todavía más extrañas.
Hablando sobre el evento más tarde ese mismo día, Maurus insistió en que difícilmente había estado consciente de caminar sobre el agua mientras lo hizo.
¿Y Plácido? Él afirmó que la persona que lo había sacado del agua en el medio del lago no llevaba puesta la ropa de Maurus, sino la de Benito.
En otras palabras, de alguna manera misteriosa, aunque Maurus había sido el que fue al lago, Benito había trabajado milagrosamente a través de él para caminar sobre las aguas y salvar a Plácido.
Tumba de San Benito y Santa Escolástica en Monte Cassino
3 – Leía de la mente de sus monjes
Algunos de sus monjes fueron enviados a entregar un mensaje a otra ciudad. Durante el tiempo del viaje, Benito les ordenó ayunar, como era su costumbre.
Pero el viaje duró un poco más de lo que esperaban y alguien les invitó a su casa para una buena comida y ellos aceptaron ¿quién se enteraría?
Benito se enteraría.
Cuando regresaron, él inmediatamente les preguntó dónde habían estado comiendo.
Cuando le respondieron que no habían comido en ningún lugar, Benito les dijo donde habían comido, lo que habían comido y cuántas bebida habían tomado.
Descubiertos, así como temerosos por el hecho de que Benito podía conocer todos los detalles de lo que habían hecho, «cayeron temblando a sus pies» y confesaron su pecado.
4 – Resucitó a un niño
Durante un proyecto de construcción en la abadía, el mismo satanás vino a San Benito y le dijo que planeaba atacar a los monjes que trabajan en el proyecto.
Benito inmediatamente, envió un mensaje de advertencia a los trabajadores.
Tan pronto como llegó el mensaje, una pared parcialmente terminada se colapsó sobre un niño pequeño que estaba ayudando con el trabajo, causándole la muerte.
Golpeados por la pena, los monjes trajeron el cuerpo muerto y mutilado a Benito, quien puso el cadáver del pequeño en una mesa, sacó a todos de la habitación y comenzó a orar. .
Milagrosamente, el niño volvió a la vida y su cuerpo fue sanado de todas las lesiones.
5 – Movió una enorme piedra con su oración
Algunos monjes estaban ocupados construyendo nuevas celdas en la abadía y se encontraron con una enorme piedra que bloqueaba el camino de la construcción. Incluso trabajando todos juntos, no fueron capaces de mover la piedra.
¿Entonces, qué hicieron? ¡Llamaron a San Benito, por supuesto!
Él dijo una oración por los que moverían la piedra y ¡“voilà”! .
Los monjes fueron capaces de mover con facilidad la piedra.
6 – Exorcizó a un demonio obstinado
Un hombre de un pueblo cercano estaba poseído por un demonio y su obispo local no pudo exorcizarlo.
Él envió al hombre a los santuarios de muchos santos mártires, pero sin efecto alguno.
Finalmente, el obispo llamó a Benito, quien invocó a Nuestro Señor Jesucristo en oración e inmediatamente liberó al hombre del demonio.
Benito le dejó al hombre dos reglas a seguir para evitar otro ataque demoníaco:
1 abstenerse de comer carne el resto de su vida y
2 no tratar de entrar en el sacerdocio.
7 – NO SE INMUTÓ POR EL ENGAÑO DEL DIABLO
Durante una construcción, Benito pidió que los monjes cavaran un agujero profundo en un determinado lugar.
Los monjes encontraron un viejo ídolo de bronce.
Por alguna razón, uno de los monjes puso el ídolo en la cocina; no con la intención de adorarlo, sino sólo como un lugar para ponerlo.
De repente, un incendio masivo se desató en la cocina.
Preocupados de que el fuego pudiera engullir toda la construcción, los monjes llamaron a Benito, quien dijo que no veía ningún fuego.
Cuando los monjes insistieron que la cocina estaba en llamas, Benito se dio cuenta de que las llamas eran un truco del diablo para asustarlos – un truco que era totalmente ineficaz en él.
Él oró para que los monjes fueran liberados del engaño y rápidamente lo fueron.
Dormición de San Benito
VISIONES DE BENITO SOBRE LA MUERTE
San Benito tenía una hermana llamada Escolástica qué se dice que era su hermana gemela.
Llevaba una vida de castidad dedicada a Dios y vivía en una celda.
Tres días después que Santa Escolástica había ido a visitar en su visita anual a San Benito al monasterio, Benito tuvo una visión.
Vio el alma de su hermana en forma de paloma subiendo al cielo.
Su alegría fue tan grande qué comenzó a cantar himnos glorificando a Dios y luego dio la noticia de la muerte de Escolástica.
Y entonces mando traer su cuerpo al monasterio y lo enterró en la tumba que había preparado para él.
San Benito también vio el ascenso al cielo de Germanus el obispo de Capua.
Se había levantado antes de los maitines y mirando al cielo en la oscuridad de la noche vio una luz brillante, más clara que la luz del día.
Y en ella vio el alma de Germanus dirigiéndose al cielo.
Inmediatamente llamó al diácono Servandus y le pidió que enviara a alguien a la ciudad de Capua para saber del Obispo Germanus.
Y allí le informaron que había muerto, y fue en el mismo momento en que Benito vio la luz subiendo al cielo.
Un tiempo después el propio Benito predice el momento de su muerte en el mismo año.
Y le dijo a sus discípulos cómo se vería cuando su alma saliera de su cuerpo.
Entonces cuando llegó el momento y se abrió el lugar de su sepultura.
Y una semana antes comenzó a tener altas fiebres que fueron siendo cada vez más intensas.
Finalmente le dieron a Benito el viático del cuerpo y la sangre del de Cristo.
Y mientras estaba parado sostenido por sus discípulos, orando con las manos hacia el cielo, su alma dejó su cuerpo.
Y en ese mismo momento dos monjes en distintos lugares diferentes al monasterio, vieron el camino que San Benito recorrido para llegar al cielo.
Un ser brillante de aspecto digno le mostró una senda de luces brillantes que iba desde su celda y llegaba al cielo.
Y ese ser le dijo que ese era el camino que había recorrido San Benito para llegar al cielo.
Fue en ese momento que estos dos monjes supieron de la muerte de Benito.
Si alguna vez existió un hombre que merezca el esplendor del Cielo, es San José.
Un hombre justo que vivió una vida honorable y santa.
Y que está unido a su amada esposa María y a Jesús, el Hijo Eterno, a quien crio como su propia carne y sangre.
Se dice muy poco sobre San José en las páginas de las Sagradas Escrituras. . Pero hay un gran cuerpo de enseñanzas acerca de este gran Santo en los escritos de los Padres y Doctores de la Iglesia y en la tradición oral de nuestra fe.
No ha sido declarada oficialmente su Asunción como doctrina infalible por la Iglesia, ni su Coronación.
Aunque hay una corriente constante de pensamiento teológico que data de los tiempos apostólicos y que le conceden muchas de las mismas prerrogativas atribuidas a Nuestra Señora.
Una de ellas es la posibilidad de que haya ascendido en cuerpo y alma al cielo cuando su muerte.
Porque, del mismo modo que sucede con María, no hay en la Tierra reliquias suyas de primer orden (de su cuerpo).
Además hay revelaciones a videntes sobre su Asunción, la Coronación y su Corredención.
Mientras tanto el filósofo católico Jean Guitton dijo:
“Tengo la impresión que no ha llegado todavía el tiempo de San José.
No ha salido de la sombra, apenas está comenzando a salir.
Veréis que el futuro nos reserva muchas bellas sorpresas sobre él”.
Pero está comenzando a brillar.
Un indicador desde el pontificado de Benedicto XVI ya se le nombre en la misa.
Y como todo lo que hace Dios, San José fue preparado para su misión desde el nacimiento.
LA SANTIFICACIÓN DE JOSÉ DESDE SU NACIMIENTO
El Padre celestial santificó a José, para que cuando llegara el momento, se casara con la Santísima Virgen María, cuidara a Nuestro Señor Jesús como su propio hijo, y fuera el esposo y padre más perfecto y santo.
San Alfonso María de Ligorio dice que dado que Dios escogió a San José para ocupar el cargo de padre del Verbo Encarnado, debemos creer que Él le confirió toda la santidad para tal oficio.
Entre otros privilegios, José tenía tres que eran especiales.
En primer lugar fue santificado en el vientre de su madre, como lo fueron Jeremías y San Juan el Bautista.
En segundo lugar, al mismo tiempo fue confirmado en gracia.
Y en tercer lugar, siempre estuvo exento de las inclinaciones de la concupiscencia, un privilegio con el que San José favorece a sus devotos, librándolos de los apetitos carnales.
La Sierva de Dios, Madre Cecilia Baij dice que José fue santificado en el seno materno varios meses después de su concepción, o sea liberado de la mancha del pecado original por la gracia de Dios.
Dios permitió el matrimonio de sus padres (Jacob y Raquel), tuviera dificultades para concebir un hijo, porque deseaba que José fuera un niño obtenido por medio de la súplica en oración.
Sus padres otorgaron generosamente limosnas a los pobres y al templo de Jerusalén.
E hicieron muchas peregrinaciones para suplicar a Dios por la descendencia deseada.
Dios proporcionó el consuelo en poco tiempo.
Fue en una ocasión en el templo, que la madre de José experimentó una convicción interna de que Dios había escuchado su oración, y de hecho concibió a San José.
La felicidad y la piedad de los padres aumentaron cuando un ángel vino a revelarles hechos secretos sobre este niño.
Les reveló que el niño tendría el feliz privilegio de ver al Mesías prometido y asociarse con Él.
Fue así que en el trascendental momento la madre de José dio a luz a su hijo con facilidad.
El bebé tenía una expresión angelical, venerable y serena, y la simple vista de él era una ocasión de estímulo espiritual para todos.
Maduró de la manera más sobresaliente, tanto física como espiritualmente.
Dios lo formó de acuerdo con su propio corazón y espíritu, para finalmente convertirlo en un digno novio de la Madre de la Palabra Divina.
Y el niño reconoció estos dones que estaba recibiendo de Dios.
La Venerable María de Agreda dijo que José iba a ser un milagro de la santidad, como fue en realidad.
Esta maravillosa santidad comenzó con la formación de su cuerpo en el vientre de su madre.
En esto intervino la providencia de Dios regulando la composición de los humores de su cuerpo con extrema delicadeza de proporción.
E hizo de su cuerpo una tierra bendita apta para la morada de un alma exquisita y mente bien equilibrada.
Dice que fue santificado en el útero de su madre siete meses después de su concepción.
Y que la levadura del pecado fue destruido en él para el transcurso de la vida, no habiendo sentido ningún movimiento impuro o desordenado.
En ese momento su madre sintió una maravillosa alegría del Espíritu Santo, sin comprender completamente el misterio.
Provocando en ella grandes actos de virtud, e instalando la convicción que su hijo sería maravilloso a los ojos de Dios y los hombres.
Esto nos lleva directamente a la comparación de sus privilegios con los de la santísima Virgen.
¿ASUNCIÓN DE SAN JOSÉ AL CIELO EN CUERPO Y ALMA?
Considera el hecho de que Jesús no puede rechazar a su Madre ninguna petición razonable.
Cuando José murió Ella ¿no le pediría a su hijo que reuniera el alma de José con el cuerpo que les había servido a ambos durante tantos años?
San Agustín y otros Padres de la Iglesia afirman que sería impropio que el cuerpo de San José permaneciera en la Tierra hasta la Segunda Venida.
Dado que ninguna otra persona fue tan cercana a Jesús como lo era José, con la excepción de María.
¿No tiene sentido que el cuerpo del hombre, elegido por Dios Padre para ser el guardián de su Hijo y su Madre, ya estuviera entre ellos?
Los ángeles fueron señalados para llevar la Santa Casa de Nazaret a tierras católicas, para que no quedara en manos de los infieles
Si Dios que quiso que esta vivienda material fuera preservada y honrada, ¿es concebible que haya abandonado el cuerpo de aquel que fue el dueño de esa casa y el esposo puro de Su Santísima Madre, y su padre en la Tierra?
El Hijo de Dios tenía una obligación especial de otorgarle un privilegio, porque José había sido muy parecido a Él en la tierra.
Y en la resurrección Jesús realzaría el acto correspondiendo en justicia la relación que lo unía a él y Su Madre inmaculada, como la más gloriosa familia.
Por otro lado, si el cuerpo de San José hubiera permanecido en la tierra, ¿sus reliquias no se habrían convertido hace mucho tiempo en objeto de veneración como tantos otros santos?
¿No se mostrarían sus huesos para la edificación de nuestras almas?
Pero de todos los santos en la cristiandad la única pareja de la que no poseemos reliquias de primera clase es la Santísima Virgen María y San José.
Atribuimos esta falta de reliquias corporales a la Asunción de la Virgen María en el cuerpo y el alma del cielo, que es uno de los grandes dogmas marianos de la Iglesia.
Esta tradición popular fue oficialmente definida como dogma el 1 de noviembre de 1950 por el Venerable Papa Pío XII.
Esta enseñanza tiene tanto sentido que ya en el siglo IV era una creencia popular entre los fieles que María fue llevada en cuerpo y alma al cielo después de su muerte.
1 – Ella dijo: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
2 – Ella fue la verdadera Madre de Dios, Jesucristo, el hijo perfecto que la amó más que cualquier otro hijo que haya amado a su Madre.
¿Permitiría que su madre permaneciera en la tumba cuando pudiera hacer algo al respecto?
3 – Ella estaba llena de gracia, no estaba sujeta a la mancha del pecado original, lo que resulta en la muerte.
4 – Ella le fue fiel incluso mientras colgaba en la cruz.
Y luego ella continuó Su trabajo enseñando a los Apóstoles.
La Asunción de María tiene esos sentidos. ¿Pero qué hay de José?
El mismo razonamiento se aplica a San José, Padre virgen de Cristo y Esposo Casto de María.
Cuando San José se apareció en Fátima, Portugal, para bendecir al mundo el 13 de octubre de 1917 sosteniendo al Niño Jesús y parado junto a Nuestra Señora, ¿habrá sido algún tipo de «fantasma» sosteniendo la carne y la sangre Jesús parado junto a la carne y sangre de la Santísima Virgen?
No tiene sentido que la Trinidad Terrenal: Jesús, María y José, quienes estuvieron tan estrechamente unidos en la Tierra, se vieran obstaculizados en su unión en el Cielo.
No hay ninguna proclamación dogmática acerca de que José haya sido asunto en cuerpo y el alma al cielo después de su muerte.
Pero más allá de eso tenemos algunas cosas que considerar.
A – José fue el verdadero esposo de María. Y María y José se amaron con un amor perfecto.
B – José fue seleccionado por Dios Padre para ser el guardián de Jesús y María.
Él cumplió con este deber por completo.
C – Jesús, María y José forman la Sagrada Familia. Ellos son una unidad.
D – Algunos han especulado que San José estaba entre los «santos» que resucitaron poco después de la muerte de Cristo el Viernes Santo.
Leemos en Mateo 27: 51-53, «En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se hendieron.
Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron.
Y, saliendo de los sepulcros después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos.»
Algunos creen que después del pasaje feliz y santo de San José, su cuerpo fue sepultado en las estribaciones del Monte de los Olivos en Jerusalén, antes de ser asunto a cielo en el día de la gloriosa ascensión de Cristo.
Mientras su cuerpo estaba en la tumba, su alma entró en el Seno de Abraham (Limbo) donde debía anunciar a los profetas y patriarcas del Antiguo Pacto las Buenas Nuevas de Cristo y su inminente entrada al Cielo después de la Pasión, la Muerte, Resurrección y Ascensión de Nuestro Señor.
Cuando llegó el momento de la Ascensión de Cristo, el alma de San José se unió con su cuerpo y fue asunto al Cielo.
Muchos santos y místicos creen piadosamente en la asunción corporal de San José al Cielo, tal como lo hizo Nuestro Señor por Su madre.
QUE DICEN LOS SANTOS Y MÍSTICOS SOBRE EL TEMA
Fray Isidoro de Isolano dice que José, esposo de María, ataviado con dos túnicas como el antiguo José, es decir, con la bendición de su alma y cuerpo, acompañó a Jesús en su Ascensión al Cielo.
Y se sentó junto al Rey de la Gloria.
En su obra Somma dei doni di san Giuseppe, escrita en 1522, dice:
“El evangelio atestigua que los cuerpos de muchos santos resucitaron después de la pasión del Salvador (Mt 27: 52-53).
Y estamos persuadidos que, entre ellos, se encuentra, sin duda alguna, el de José.
Además, es propio del hijo honrar a su padre y cuidar de su cuerpo después de muerto.
Por eso, Cristo, al resucitar los cuerpos de muchos santos, no podía dejar en el sepulcro el cuerpo de su padre putativo
Igualmente, podemos creer que, si en vida honró a José más que a todos los otros, llamándole padre, también lo ensalzaría por encima de todos después de su muerte”.
También recolectó tradiciones orientales que muestran una conmovedora muestra del amor de Jesús a José mientras estaba en la tierra, diciendo a sus discípulos:
«Conversé con José sobre todas las cosas como si hubiera sido su hijo.
Me llamó hijo, y lo llamé padre, y lo amé como la niña de mis ojos».
Que habría sido indecoroso que el cuerpo de alguien que estaba tan estrechamente unido a Jesús, de cuya carne Él se había hecho carne, y que le había rendido tantos servicios, hubieran seguido siendo esclavos de la muerte hasta el fin del mundo.
Esto se aplica en gran medida a aquel a quien Jesús llamó a su padre en la tierra, y que le sirvió con tal inigualable devoción.
Jean Gerson, el gran devoto de San José, habló de la resurrección y de la Asunción de San José al cielo en cuerpo y alma en un sermón pronunciado en el concilio de Constanza el 8 de septiembre de 1416.
Apareciendo un día Jesús a Marina de Escobar, acompañado por el santo, Él le dijo:
«Mira, aquí está Mi padre, y a quien yo consideré como tal en la tierra; ¿qué piensas de él?»
En un tono como si estuviera orgulloso de él, orgulloso de haberlo tenido por padre en la tierra y deseoso de mostrar a esta santa alma su gloria.
Jesús se apareció un día a Santa Margarita de Cortona, y le dijo que sentía gran placer por su devoción por su padre adoptivo, José, que era muy querido para él, y le expresó su deseo de que todos los días le hiciera un acto especial de homenaje.
San Pedro Damián habla de la Asunción de San José, en el Sermón sobre san Juan Bautista.
San Bernadino de Siena proclamó que así como Jesús, María y José trabajaron juntos en la tierra, ahora reinan en esplendor en el Cielo, en Cuerpo y Alma.
De la misma manera que María fue asunta al cielo, cree que Jesús se dignó glorificar a José.
Dios mismo parece haber autorizado la creencia mediante un asombroso milagro.
Porque cuando San Bernardino de Siena, predicando en Padua, declaró que el cuerpo y el alma de José estaban glorificados en el cielo, se vio brillar una cruz de oro sobre la cabeza del predicador.
Lo que probó a los ojos de aquellos que le rodeaba la verdad que les transmitía a sus oídos.
La piadosa Bernarda de Bustis, que fue testigo de esta maravilla, también sostuvo con firmeza que José se levantó de la tumba con Cristo.
Y junto con el Salvador resucitado fue a visitar a su santa esposa, y ahora disfruta de la vida eterna y la gloria inefable, alma y cuerpo, en su compañía.
«San José está, por lo tanto, en el Cielo en cuerpo y en alma; de eso no hay duda.»
Y agregó:
«¿Alguna vez hubo alguna criatura pura tan amada de Dios o que mereció mejor ese amor que Nuestra Señora o San José?»
Y en Les Vrais Entretiens Spirituels dice:
Seguramente, cuando Nuestro Señor descendió al Limbo, San José se dirigió a Él de la siguiente manera:
«Te complaceré en recordar, Señor, que cuando descendiste del cielo a la tierra, te recibí en mi casa y en mi familia, que te llevé a mis brazos desde el momento en que naciste.
Ahora vas a volver al Cielo, llévame contigo (en cuerpo y alma).
Te recibí en mi familia, recíbeme en la tuya; Te tomé en mis brazos; llévame a los tuyos; Te cuidé y te alimenté y te guie durante tu vida en la tierra; extiende tu mano y guíame a la vida eterna.
San Leonardo de Port Maurice, cuya predicación sobre la Inmaculada Concepción fue instrumental en su eventual declaración, declaró que a San José se le concedió un privilegio especial cuando su cuerpo y alma fueron llevados al cielo.
Como prueba, él hace referencia al libro de Proverbios que dice que toda su casa (de María) está «vestida con doble ropa». Los intérpretes dicen que las prendas dobles significan el cuerpo y el alma.
“No dejaré de advertir que, conforme a una opinión bastante aceptada, se hace cosa probable que nuestro santo reina con Cristo en la gloria en cuerpo y alma.
Porque, como murió antes que Nuestro Señor, es verosímil que fue de aquellos que resucitaron al tiempo de la muerte o resurrección del Salvador, los cuales resucitaron a vida inmortal de alma y cuerpo”.
“Cuando el Salvador del mundo se levantó gloriosa y victoriosamente de entre los muertos luego procedió a liberar y llevar consigo del Limbo a aquellas almas que habían sido confinadas allí.
El alma glorificada de José fue, por el poder de Dios, nuevamente reunida con su bendito cuerpo.
José hizo su entrada al cielo junto con el Salvador con motivo de su notable Ascensión.
Allí el Santo ahora ocupa, en virtud de su virginidad y gran pureza de alma, un trono muy distinguido cerca del Cordero de Dios sin mancha”.
El Papa San Juan XXIII dice que a dos de las personas más íntimas en la vida de Cristo – Juan el Bautista, el Precursor, y José de Nazaret -, les corresponde – podríamos creerlo piadosamente – el honor y el privilegio de Jesús al permitirles que lo acompañen admirablemente en el camino al Cielo (el día de su Ascensión) y cantar las primeras notas del himno interminable, «Te Deum».
La Madre María de Jesús de Ágreda dice que el día de la resurrección se levantó Nuestro Salvador del sepulcro y, en presencia de los santos y patriarcas, prometió al linaje humano la resurrección universal como efecto de la suya en la misma carne y cuerpo de cada uno de los mortales y que en ella serían glorificados los justos.
En prendas de esta promesa mandó Su Majestad a las almas de muchos santos que allí estaban, se juntasen con sus cuerpos y los resucitasen a inmortal vida.
Y entre ellos fueron Santa Ana, San José, San Joaquín y otros de los antiguos Padres y Patriarcas.
LAS APARICIONES DE SAN JOSÉ A LA HERMANA MARY EFREN, APROBADAS POR EL OBISPO
En 1956 Nuestra Señora y San José se aparecieron a una religiosa de Ohio llamada Mary Efren.
Estas apariciones fueron reconocidas por el arzobispo Paul Leibold quien precisamente había sido su director espiritual.
Quizás sean las apariciones de San José donde se hacen más revelaciones.
San José se le apareció una semana después qué Nuestra Señora de América.
Ella describe a San José con una apariencia bastante joven y una altura más alta que la media.
Hay 4 cosas sorprendentes que se revelan en estas apariciones
La primera es que José fue limpiado del pecado original al nacer.
La segunda es la Asunción de José a los cielos, de la misma forma que ascendió Nuestra Señora.
La tercera es la coronación de San José en el cielo de la misma forma que la Virgen María.
Y la cuarta es su papel como Corredentor de la misma manera que la Santísima Virgen.
De ahí que la Santísima Trinidad quiere establecer la devoción a su paternidad.
La primera vez que San José visitó a la hermana Mary Efrén le dijo qué inmediatamente después de su concepción fue limpiado de la mancha de pecado original, a través de los méritos futuros de Jesús y de ser el futuro esposo de la Santísima Virgen.
Y después qué su alma fue limpiada de pecado original la gracia sobreabundó en ella, superando a cualquier otro ser humano o ángel, excepto a la Santísima Virgen.
Le relató también sus dolores, diciendo que lo más doloroso para él fue la pasión de Jesús, porque él la conoció de antemano y sabía que no iba a estar presente porque moriría antes.
José dice que eso se convirtió en su cruz diaria.
Y lo llevó a ser corredentor de la humanidad junto a su Santa Esposa.
Cooperó como ningún otro humano en la salvación del mundo, excepto nuevamente la Santísima Virgen
El 19 de marzo de 1958 apareció San José para hablarle sobre su coronación.
Allí se le presentó San José con su corazón a la vista.
Vio al Espíritu Santo en forma de paloma flotando sobre su cabeza.
Y dos ángeles, una a la derecha y otro a la izquierda, con almohadillas de satín en sus manos.
En una estaba una corona de oro y en la otra un cetro de oro.
Y escuchó estas palabras «así debería ser honrado a quien el rey desea honrar», aludiendo al deseo de Jesucristo de coronar a San José.
Esta es una visión mística de una vidente que justifica todo el movimiento de coronación de San José a través de la historia.
Solamente los Papas han coronado oficialmente estatuas de San José con la corona pontificia 18 veces en todo el mundo.
Hay una infinidad de coronaciones no pontificias de estatua de San José.
Y en algunos lugares se corona la estatua de San José con el niño Jesús durante la fiesta del 19 de marzo todos los años.
También José le reveló a la hermana Mary Efren su paternidad espiritual para toda la humanidad.
Y le pidió que difundiera que los padres deben acudir a él para aprender la obediencia y la enseñanza de la autoridad.
En el entendido que la paternidad es de Dios y la suya es solamente un reflejo para los hombres.
Cuando San José le dijo esto a la hermana Mary Efren, vio su corazón sobre una cruz marrón, donde brotaban llamas y apareció un lirio dentro de ellas.
Pidió también a la Iglesia un día de celebración para honrar su paternidad.
Y le dijo que la Santísima Trinidad desea honrarlo en su paternidad única y que a través de él toda paternidad sea bendecida.
Porque él era el rey del pequeño hogar de Nazaret, donde el Príncipe de la Paz y la Reina del Cielo buscaban protección y sustento, y él nunca les falló.
José pidió que el primer miércoles de cada mes se reciten los misterios gozosos del rosario en memoria de su vida con Jesús y María.
Y que ese día todos reciban la sagrada comunión pensando en el amor con el que recibió El Salvador, y con el que lo tuvo en sus brazos.
En el año 1935 Sor Faustina Kowalska recibió del Cielo la Coronilla de la Divina Misericordia.
Se cumplieron 8 décadas de ese regalo que Jesús nos dejó.
Y hoy es el santo y seña de los tiempos que vivimos.
Probablemente todos conozcamos más o menos lo que significa la Divina Misericordia. . Probablemente hayamos recibido algún folleto, una imagen del Jesús de la Misericordia. . O mejor aún, quizás hemos asistido a algún retiro o meditación al respecto, hayamos realizado la Novena, que comienza el Viernes Santo. . O recemos a las 3 de la tarde la Coronilla de la Misericordia.
Pero quizás no sepamos su génesis y sus implicaciones.
BUSCANDO A LA OVEJA PERDIDA
En Su profundo e infinito Amor, Jesús tomó la iniciativa –una vez más buscando a la oveja perdida.
Yen febrero del año 1931, se le apareció a la entonces religiosa y hoy santa María Faustina Kowalska.
“Te envío a toda la humanidad con Mi Misericordia. .
No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla a Mi Corazón Misericordioso´.
Durante años, Jesús fue moldeando el alma de Sor Faustina, que acabó por ser realmente, Apóstol de la Divina Misericordia.
Así hasta llegar a las puertas del 14 de setiembre, día de la Exaltación de la Santa Cruz.
En la víspera, el día 13, Sor Faustina tuvo la visión de un ángel:
“En la noche, cuando estaba en mi celda, vi un Ángel que era el ejecutor de la justicia de Dios.
Estaba vestido con una túnica brillante, su caragloriosamente iluminada y una nube bajo sus pies.
En sus manos tenía truenos y relámpagos.
Cuando vi las señales de la ira divina, con las cuales cierto país de la tierra sería castigado de una manera particular, implorabaal Ángel, pero noté enseguida que mis plegarias eran impotentes contra la ira de Dios …
En el mismo momento vi a la «Santísima Trinidad», que irradiaba Majestad y Santidad incomparables.
Al mismo tiempo oí interiormente palabras, con las cuales empecé a implorar fervorosamentepor la salvación del mundo.
Y ¡Oh milagro! el Ángel era impotente contra esta oración y no podía ejecutar el justo castigo.
Las palabras con las que imploraba la misericordia de Dios eran las siguientes:
«Padre Eterno, yo teofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y los del mundoentero”
Sin saberlo aún, Sor Faustina estaba rezando parte de la Coronilla de la Divina Misericordia.
Al día siguiente, el 14, Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, Jesús le completó la oración que ella había recibido en su corazón:
“Lo rezarás en un Rosario común, comenzarás con un Padrenuestro, un Avemaría y el Credo.
En las cuentas del Padrenuestro, dirás la oración que recitaste ayer, y en las diez correspondientes a las Avemarías, dirás lo siguiente:
“Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero…”
LA DIVINA MISERICORDIA: UNA DEVOCIÓN URGENTE
Podemos intuir una de las razones por las cuales Jesús quiso cimentar la devoción a la Divina Misericordia.
Sí, podemos intuirlo por la cantidad y el tamaño de los pecados que inauguraron y vieron finalizar el siglo XX y comenzar el XXI.
Una primera Guerra mundial, donde los hombres se enfrentaron ferozmente, sin importarle la vida del otro, luchando con saña por una meta que tal vez nadie sabía cuál era.
Millones de personas murieron y Jesús sabía que se vendría otra Guerra, mucho más agresiva, más cruenta, más atroz. La Virgen lo anunció en Fátima, pero nadie la escuchó.
Los hombres estaban tan lejos del arrepentimiento y bien podían caer en la desesperación de Judas. . Ya el confesionario era como una puerta que no se animaban a traspasar.
Tristemente, a esto se han agregado los pecados de la post modernidad, que van en camino de eliminar los valores que sostuvieron a las naciones por siglos.
El aborto, horrendo crimen, matar a un niño indefenso en el vientre materno, dejó de ser una abominación para ser un “derecho humano”.
La eutanasia, quitar la vida a un enfermo terminal, para favorecer materialmente a los centros de salud y a los familiares insensibles.
El matrimonio homosexual, cuyos defensores exigen que la propia Iglesia Católica avale su pecado; y muchas otras más…
Pero, conociendo a Dios, sabemos que nunca deja de llamar a sus hijos extraviados.
EL DOLOR DEL BUEN PASTOR QUE DA LA VIDA POR SUS OVEJAS
“Oh, ¡qué enorme caudal de gracias derramaré sobre las almas que recen esta Coronilla. .
Las entrañas de mi Misericordia se enternecen por aquellos que rezan la Coronilla!”
Jesús, Divino Buen Pastor, llegó una vez más en nuestra ayuda enseñando al mundo a través de Su sierva, la Devoción a la Divina Misericordia.
Él es el eterno Salvador.
Quería, quiere, rescatar a cada uno de nosotros, enseñarnos que Sus brazos amorosos están abiertos para recibirnos.
Sólo hay que dar el primer paso y decir
“Jesús, perdóname”.
Jesús le confió a Sor Faustina el indecible dolor que le causan las almas que no quieren creer en Su bondad. . También le habló de que la misericordia fluye como una corriente de agua de todas y cada una de sus llagas. . Pero que la herida de Su Sagrado Corazón es la fuente de la Misericordia sin límites y que de esa fuente brotan todas las gracias para las almas.
“La humanidad no encontrara ni tranquilidad ni paz, hasta que se vuelva con plena confianza a mi Misericordia”.
Nosotros hemos escuchado a lo largo de los años y hemos rezado la Coronilla de la Divina Misericordia para aplacar la ira de Dios.
Hemos hecho la Novena que comienza el Viernes Santo y termina el Domingo de la Misericordia.
Y sabemos que la Hora de la Misericordia es las 3 de la tarde, la hora en que Jesús murió en la Cruz.
“Esta es la hora de gran misericordia para el mundo entero. . Te permitiré entrar dentro de Mi tristeza mortal. . En esta hora, no le rehusare nada al alma que me lo pida por los méritos de Mi Pasión”.
LOS PECADORES MODERNOS NO PARECEN ARREPENTIRSE
Pero a pesar de los esfuerzos de Jesús para llamar a las almas, nosotros no vemos habitualmente gente que se arrepienta de sus pecados.
Podemos preguntarnos, entonces, ¿a quiénes se dirigía Jesús al pedirle a Sor Faustina que divulgara la Devoción que vale un Cielo?
Podemos preguntarnos, incluso, si es posible que un pecador consuetudinario, llegada la hora de su muerte, pueda pedirle ayuda a un Dios que nunca conoció y en el cual no cree.
Y entonces, nos surge la respuesta, clara, firme, como si Jesús mismo nos la soplara en el oído: en 1935, Jesús también estaba preparando al mundo para el día de Su Aviso a la humanidad.
“Escribe esto para las almas afligidas: .
Cuando el alma ve y reconoce la gravedad de sus pecados, cuando se descubre ante sus ojos todo el abismo de miseria en que ha caído, no se desespere. .
Sino que se arroje con confianza en los brazos de Mi Misericordia, como un niño entre los brazos de su madre amadísima”.
LA “ILUMINACIÓN DE LA CONCIENCIA” ¿ES INMINENTE?
Según lo profetizado por la Santísima Virgen en Garabandal, el Aviso será una iluminación de la conciencia, un regalo de la Divina Misericordia de Dios.
Durante el tiempo que dure esa “iluminación de la conciencia”, todo el mundo sabrá de Dios y conocerá el estado de su alma tal cual Dios la ve y sus su pecado.
Será un momento “como no ha habido otro” desde que existen la naciones. (Daniel 12, 1-3).
“. . . Si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no serían juzgadas, porque la Misericordia anticiparía mi Juicio”.
Jesús, que no quiere perder ningún alma, preparó por medio de las revelaciones a Santa Faustina el camino y la puerta para que todos puedan entrar por ella.
Con sus palabras Jesús nos dice a cada uno de nosotros,
“No temas, aun cuando tus pecados sean terribles, arrepiéntete y no dudes, nunca dudes de mi compasión”.
Por lo que, una vez que los creyentes tomamos conciencia de esto, tendríamos que llevar esa frase estampada en nuestro corazón como un sticker hasta que esa frase entre en la conciencia como algo presente diariamente:
“arrepiéntete y no dudes en pedir perdón”,
Es Cristo mismo quien nos lo pide.
“Hija Mía, diles que yo soy el Amor mismo y la misma Misericordia…
Empléate con todas tus fuerzas en la difusión del culto a mi Misericordia. Yo supliré lo que te falta para el feliz éxito de la obra…
Habla al mundo de mi Misericordia, a fin de que toda la humanidad conozca su inmensa grandeza.
Esta es la señal para los últimos tiempos; después vendrá el día de mi Justicia… . Mientras tienen tiempo, que los hombres acudan a la fuente de mi Misericordia. . ¡Que el pecador no tenga temor de acercarse a Mí!
Deseo que los sacerdotes proclamen la grandeza de mi Misericordia hacia las almas pecadoras…
Oh, ¡qué enorme caudal de gracias derramaré sobre las almas que recen esta Coronilla.
Las entrañas de mi Misericordia se enternecen por aquellos que rezan la Coronilla…”
PROMESAS DE LA CORONILLA EN LAS TORMENTAS
Dice Santa Faustina:
Hoy me despertó una gran tormenta.
El viento estaba en su apogeo, y estaba lloviendo a cántaros, rayos golpeando una y otra vez.
Comencé a orar para que la tormenta no hiciera ningún daño, cuando escuché las palabras:
“Di la Coronilla que te he enseñado y la tormenta cesará”.
Comencé inmediatamente a rezar la coronilla y ni siquiera la había terminado cuando la tormenta de repente cesó y oí las palabras:
“A través de la coronilla obtendrás todo, si lo que pides es compatible con mi voluntad”
“REZA INCESANTEMENTE ESTA CORONILLA QUE TE HE ENSEÑADO”
¿Recordamos este pedido de Jesús? No fue ayer que lo hizo.
Jesús nos dijo esta frase, por medio de Santa Faustina ¡hace ochenta años!
Ochenta años no es poco tiempo. Es el lapso de toda una vida.
Todo ese período, o por lo menos el que nos atañe a cada uno de nosotros, nos interpela a hacer obligatoriamente un examen de conciencia.
“Que los más grandes pecadores pongan su confianza en Mi misericordia. .
Ellos más que nadie tienen derecho a confiar en el abismo de Mi misericordia”.
¿Nos lo hemos tomado seriamente?
¿O simplemente lo hemos leído y calculando que somos más o menos cumplidores de la ley de Dios, nos hemos dicho “esto no es para mí”?
¿O tal vez respiramos aliviados, pensando que, si Jesús está tan bien dispuesto hacia los mayores pecadores, estará también dispuesto a hacernos un lugarcito también a nosotros sin que nos esforcemos demasiado?
No debemos olvidarnos que la omisión es también un pecado.
Es nuestra decisión. Podemos poner 80 velitas en una torta y cantar el “Feliz Cumpleaños”.
Opodemos tomar en serio este pedido de Jesús y convertirnos nosotros también en Apóstoles de la Divina Misericordia.
Tenemos dos formas de hacerlo, ambas importantes.
La primera, rezar continuamente la Coronillaentregada por Jesús.
“Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado…!
Y Jesús nos aclara, por medio de Santa Faustina, que todo aquel que rece la Coronilla recibirá grandes gracias.
“Defenderé como Mi propia Gloria a cada alma que rece esta Coronilla en la hora de la muerte…”
La segunda, es propagar la Devoción a la Divina Misericordia.
Escuchémosla mientras estemos levantados o acostados, en casa o viajando, hagámoslo en homenaje a tan grande y divino Amor.
Hablemos a los demás de tan maravilloso regalo.
“El que no quiera pasar por la puerta de Mi Misericordia, tendrá que pasar por la de Mi Justicia”.
JESÚS LE ORDENÓ A SANTA FAUSTINA QUE ESCRIBIERA LO QUE VIO COMO FORMA DE EXTENDER SU MISERICORDIA
Dios en su infinita misericordia le mostró a Santa Faustina lo que pasaba después de la muerte.
Y le ordenó que escribiera sobre estas cosas,
“Para que ninguna alma pueda encontrar una excusa diciendo que no hay infierno, o que nadie ha estado allí, y que nadie puede decir cómo es …
Me di cuenta de una cosa, que la mayoría de las almas son aquellos que no creyeron que hay un infierno…”
Un ángel le había mostrado el purgatorio en 1925 cuando era una joven novicia.
Pero también fue llevada al infierno y en su diario consta lo siguiente.
“Yo, la hermana Faustina, por orden de Dios, he visitado los abismos del infierno para poder contarle a las almas y testificar de su existencia, es un lugar de gran tortura…
Los tipos de tortura que vi:
La primera tortura es la pérdida de Dios;
La segunda es el remordimiento perpetuo de la conciencia;
La tercera es que la condición de uno nunca cambiará;
La cuarta es el fuego que penetrará en el alma sin destruirla, un sufrimiento terrible, ya que es un fuego puramente espiritual, iluminado por la ira de Dios;
La quinta tortura es una oscuridad continua y un terrible olor asfixiante, y, a pesar de la oscuridad, los demonios y las almas de los condenados se ven entre sí, y todo el mal, tanto de los demás como de los suyos;
La sexta tortura es la compañía continua de satanás;
La séptima tortura es una desesperación horrible, el odio a Dios, las palabras viles, las maldiciones y las blasfemias.
Estas son las torturas sufridas por todos los condenados, pero ese no es el final de los sufrimientos.
Hay torturas especiales destinadas a almas particulares. Estos son los tormentos de los sentidos.
Cada alma sufre sufrimientos terribles e indescriptibles, relacionados con la manera en que ha pecado».
En su diario ella dijo qué Dios es tan misericordioso que le da al alma la posibilidad de volver a Él hasta el último momento.
Sin embargo hay almas obstinadas qué eligen conscientemente el infierno, según las propias palabras de Jesús, que relata en el numeral 1698 de su diario.
La del Titanic es también la historia de tres sacerdotes mártires.
Quienes prefirieron quedarse con las personas que iban a morir, para consolarlos, y compartir su mismo destino.
Para uno de ellos se reclama la beatificación, el padre Thomas Byles, quien tuvo dos profecías – sobre su fin – durante el viaje.
El Titanic inició su viaje inaugural el 10 de abril de 1912 desde el puerto de Southampton (Inglaterra) con destino final a Nueva York. .
El 14 de abril, a las 23:40, chocó contra un iceberg al sur de las costas de Terranova. .
Y se hundió a las 2:20 de la mañana del 15 de abril.
Murieron 1.517 personas convirtiéndose en el peor desastre marítimo en tiempo de paz.
El barco salió de Inglaterra a Irlanda y posteriormente hacia el Atlántico.
Cuando el Titanic se embarcó en su viaje inaugural en 1912, era el barco más grande del mundo, con una longitud de 269 metros y se alegaba que era insumergible.
Quemaba 600 toneladas de carbón al día y eran expulsadas 24 toneladas de ceniza cada 24 horas.
Era un barco lujoso. El interior del barco estaba inspirado en la decoración del hotel Ritz de Londres.
Lo más magnífico era la gran escalera que cubría 7 de las 10 cubiertas del barco y tenía paneles de roble, pinturas y querubines de bronce.
El barco llevaba 16 botes salvavidas de madera y 4 botes plegables, que era mucho más de lo que se exigía legalmente.
Pero podían acomodar solamente a 1.178 personas cuándo la cantidad de personas a bordo era de 2.223 que era aproximadamente la mitad de los cupos que tenía disponibles el barco, porque muchos compraron el boleto y no viajaron.
Sobrevivió a la tragedia el 32% de las personas del barco, pero dada la cantidad de bote salvavidas podría haber sobrevivido el 53%.
Hay dos anécdotas interesantes de los pasajeros cuando el hundimiento.
John Jacob Astor IV era el pasajero más rico a bordo y cuando el Titanic chocó con el iceberg dijo “pedí hielo pero esto es ridículo”.
Y Benjamín Guggenheim un hombre de negocios de Estados Unidos se vistió con traje de noche junto con su ayuda de cámara, diciendo “nos hemos vestido lo mejor que hemos podido y estamos preparados para bajar como caballeros”.
El barco había recibido 6 avisos sobre los icebergs.
Y a las 11:40 pm del 14 de abril de 1912 el vigilante gritó “iceberg adelante” y 37 segundos después el barco colisionó contra el él.
En una humorada colocaron sobre la tumba de ese vigilante en el 2012, Frederick Fleet, un par de binoculares con la nota “lo siento son 100 años demasiado tarde”.
Ha quedado para la posteridad también la última arenga del capitán del barco Edward Smith quién dijo,
“Bien, muchachos, han cumplido con su deber y lo han hecho bien. No te pido más de ustedes. Los libero.
Conocen la regla del mar. Es cada hombre por sí mismo ahora, y que Dios los bendiga”.
El capitán se hundió con el barco lo mismo que los músicos que habían tocado durante 2 horas y 5 minutos mientras el barco se hundía.
Muchas más historias salieron a flote.
Una de ellas es la de los tres sacerdotes que por distintos motivos se encontraban a bordo del barco. . Ayudaron heroicamente a muchos pasajeros a subirse a los botes salvavidas. . Y en los momentos finales, acompañaron con los sacramentos y la oración a las víctimas del desastre.
Tres sacerdotes católicos del Titanic
TRES SACERDOTES HEROICOS EN EL TITANIC
Durante su viaje inaugural el 10 de abril de 1912, los padres Montvila, Peruschitz y Byles se quedaron hasta el final con los pasajeros que no podían tomar los botes salvavidas.
EL PADRE JUOZAS MONTVIL
El P. Juozas Montvila, sacerdote nacido en 1885 en Lituania, era el más joven de los tres presbíteros a bordo del transatlántico.
Ordenado sacerdote en marzo de 1908, se ocupaba de las necesidades espirituales de los católicos orientales en comunión con Roma.
El ministraba en secreto, ya que el régimen zarista negaba la libertad de religión a los católicos del Este.
Talentoso ilustrador y escritor, también contribuyó con artículos e ilustraciones para varios periódicos subterráneos y libros religiosos, los cuales fueron publicados en lituano, una lengua prohibida por el régimen ruso.
Se dirigía a Estados Unidos para servir pastoralmente a las comunidades de inmigrantes lituanosen Nueva York o en Massachusetts.
De acuerdo al testimonio de sobrevivientes, el P. Montvila:“sirvió su llamado hasta el fin”, rehusándose a escapar, mientras ayudaba a otros pasajeros a alcanzar los botes salvavidas.
El P. Montvila es considerado un héroe en Lituania.
EL PADRE JOSEPH PERUCHITZ
El P. Joseph Peruschitz, sacerdote benedictino alemán, viajaba a Estados Unidos para asumir el cargo de director de la escuela de preparación de los benedictinos en Collegeville, Minnesota.
Durante el viaje, y a semejanza de los otros dos sacerdotes, el presbítero escuchó confesiones y celebró Misa cada día.
En la mañana del domingo 14 de abril, el P. Peruschitz y el Padre Thomas Byles, dijeron misa en el salón de segunda clase, y luego otra para unos 400 pasajeros de tercera clase.
El P. Byles dio una homilía en Inglés y Francés, y el P P. Peruschitz pronunció la suya en alemán y húngaro.
Según el testimonio de un sobreviviente que los divisó a la distancia mientras su bote se alejaba, en los últimos minutos de la tragedia, el P. Peruschitz junto al P. Thomas Byles dirigieron el rezo del Rosario junto a las víctimas que habían quedado a bordo, al tiempo que las olas llegaban a la cubierta.
EL PADRE THOMAS BYLES
Sacerdote inglés, converso del anglicanismo, rezaba el «breviario» en cubierta cuando el Titanic chocó con el iceberg.
El P. Thomas Byles viajaba rumbo a Norteamérica para presidir el matrimonio de su hermano William.
Todos los testimonios de los sobrevivientes coinciden en destacar el gran liderazgo y el valor demostrado por el sacerdote británico.
A las 2:20 de la madrugada del 15 de abril, la hora en que se hundió completamente el barco, el P. Byles, rezó el Acto de Contrición junto a los fieles que permanecían de rodillas junto a él, y les dio la absolución general.
«Cuando el Titanic se fue a pique, el Padre Thomas Bayle estaba de pie en cubierta rodeado de católicos, protestantes y judíos arrodillados a su alrededor.
Byles rezaba el rosario y oraciones por el eterno descanso de las almas de aquellos que estaban a punto de perecer.
Administró los últimos sacramentes a mucha gente.
En la primera fase de la catástrofe escuchó muchas confesiones».
Rechazó por dos veces el bote salvavidas, en los que también ayudó a embarcar a otros.
En “Los Diez del Titanic”, la historia bien documentada de los españoles en el buque, el P. Byles también tiene una mención en boca de una de las supervivientes, Fermina, sirviente de una pareja de “luna de miel”.
A la una y cinco de la madrugada, el bote 8, cargado solamente con damas de primera clase y sus sirvientas, además de los marinos, empieza a ser arriado.
Fermina no ha conseguido localizar a Víctor y, orientándose con dificultad entre el gentío, logra acceder a las inmediaciones de la embarcación cuando ésta ya ha comenzado a bajar por el costado del Titanic.
“A mí me dejaron fuera. Pero empecé a gritar desesperada, y no tuvieron más remedio que llevarme.
Me echaron como un saco de paja desde más de un metro de altura, cuando ya bajaba la barca —rememoraba con horror.
Fue el momento más terrible de mi vida. Cada vez que me acuerdo, me parece que acaba de ocurrir y acabo de salvarme de milagro”.
En cubierta, el sacerdote católico Thomas Byles está dirigiendo el rezo de un rosario.
Muchos se unen a la oración postrados estrechando entre las manos sus crucifijos, la mayoría son mujeres de tercera clase a las que el clérigo ha ayudado a ascender desde las dependencias inferiores del barco.
“Dios te salve, María, llena eres de Gracia…”, invoca el padre Byles. “Ruega por nosotros…”, súplica un coro de voces.
Hasta las barcas en el agua llega el sonido de la plegaria mezclado con los acordes de la orquesta y el bullicio ronco de los pasajeros que deambulan por los corredores.
LA HISTORIA: EL PADRE BYLES SE EMBARCA EN EL TITANIC
Cuando el Titanic se embarcó en su viaje inaugural en 1912, era el barco más grande del mundo, con una capacidad de 2435 pasajeros; también se alegó que era insumergible.
El barco salió de Inglaterra a Irlanda y posteriormente hacia el Atlántico.
El Padre Byles había embarcado en Southampton, habiendo dejado su rectoría en Essex temprano en la mañana del miércoles 10 de abril.
Vestido de negro clerical y con una sola maleta tomó el tren a Londres antes de que el barco llegara al puerto Inglés.
Parientes en América le habían comprado su boleto.
Hacia el final de 1911, el P. Byles había sido invitado a oficiar en la boda de su hermano, William, con Miss Isabel Katherine Russell del 119 Pacific Street, Brooklyn.
La ceremonia se celebraría en la iglesia de San Agustín en la Sexta Avenida, Brooklyn, el día 21 Abril de 1912.
Su reserva inicial había sido con la White Star Line, pero debido a un problema industrial fue incapaz de navegar, por lo que en el último minuto su boleto fue transferido al nuevo buque Titanic.
Al salir Southampton, P. Byles escribió una carta a su anciana ama de llaves, que había de ser publicada cuando el barco atracó brevemente en Irlanda.
Sus preocupaciones eran tanto temporales como espirituales.
Temía que había perdido su paraguas mientras viajaba en el tren hacia el muelle.
Y quizás más importante, que no iba a ser capaz de decir misa hasta que el barco llegara al puerto irlandés de Queenstown (Cobh).
Sólo a partir de ahí él esperaba ser capaz de hacerlo cada día.
En conclusión, se comprometió a escribir cuando llegara a Nueva York.
SU PADRE ERA PASTOR PROTESTANTE
Byles había nacido en Leeds, Inglaterra, el 26 de febrero de 1870.
Era el mayor de siete hermanos, de un ambiente familiar devoto porque su padre era un pastor protestante.
Fue educado a nivel local en Leamington, donde la familia se mudó cuando tenía 12 años.
En 1885, ganó una beca para un internado en Lancashire. .
Fue allí donde descubrió dos cosas: que sufría de epilepsia y que tenía dudas sobre el protestantismo en el que se había criado.
Y como otros famosos ingleses que se convirtieron en décadas anteriores, Byles comenzó un estudio de los Padres de la Iglesia.
Las dudas lentamente comenzaron a disminuir y se hizo evidente que estaba siendo conducido a un lugar inesperado: Roma.
En 1888, fue al Balliol College de Oxford, después de haber logrado una beca de matemáticas, sin embargo, finalmente cambió por Teología, ganando el tercer lugar de la clase en 1894.
Mientras que estaba en la universidad decidió abrazar el anglicanismo.
Anteriormente había sido su hermano, William, que había conmocionado a la familia mediante su conversión al catolicismo, mientras estaba en Oxford.
La conversión de su hermano iba a tener un efecto muy diferente, especialmente por su estudio de los Padres de la Iglesia.
Poco después, tras haber examinado previamente ordenarse anglicano, decidió aplazar tal decisión.
Lo que fue más tarde descrito como una ‘niebla’ ahora había descendido. .
Habiendo dejado el protestantismo de su familia, y ya no contento con su anglicanismo recientemente adquirido, Byles se encontró luchando para discernir cuál era su verdadero curso. . Tal vez, entonces, él sabía en su corazón que sólo había un camino que le quedaba, pero todavía dudaba en tomarlo.
LA CONVERSIÓN DE BYLES Y LA PRIMERA PROFECÍA DE SU DESTINO
Inesperadamente, en la víspera de la fiesta de Corpus Christi, durante un período prolongado de meditación, la forma definitiva finalmente se reveló. A partir de entonces, no había duda.
En la misma fiesta, Byles fue recibido en la Iglesia luego jesuita en Oxford, y, al hacerlo, recibió la Santa Comunión por primera vez.
Y ahora libre de todas las dudas, también se le dio un nuevo nombre cristiano, Thomas.
Byles escribió a su familia que la niebla se había levantado, pero en su caso, una niebla totalmente diferente a partir de entonces había descendido.
Él había tomado su decisión, y poco después asistió al Oscott Seminario, pero su salud, que nunca era buena, impidió su persistencia en sus estudios teológicos y pronto se vio obligado a abandonar.
¿Qué era lo siguiente, se preguntó?
Enseñó durante un tiempo, así como escribió una obra corta: Un Comentario de la Segunda Epístola de San Pablo a los Corintios, que posteriormente publicó la Catholic Truth Society. . En retrospectiva, la elección de la epístola es curiosa, porque es uno de los pocos lugares en la Escritura que se hace referencia a un naufragio.
Aún acosado por la enfermedad, él no fue un éxito como maestro de escuela.
Antes de 1899, sin embargo, Byles estaba suficientemente bien para ir al Colegio Beda, en Roma, donde iba a proseguir sus estudios y una posible vocación.
Finalmente se confirmó sacerdote y fue ordenado el 15 de junio de 1902.
Otros estudios impidieron su salida de Roma por un año más, y por fin regresó a Inglaterra a principios de 1903.
En un principio, su ministerio fue en Londres, pero fue interrumpido por problemas de salud.
A partir de entonces, fue enviado al campo para reponerse.
Al año siguiente, él regresó a su ministerio sacerdotal aunque ahora en las parroquias rurales de Essex.
Y fue aquí que él estaba cuando recibió un telegrama que hablaba de la próxima boda de su hermano, ahora residente en Nueva York, y con ello una invitación.
EL PADRE BYLES EN EL TITANIC
A bordo del Titanic había pasajeros de todas las clases sociales y de diferentes nacionalidades, y entre ellos además de los tres sacerdotes, había un cuarto seminarista con una historia curiosa.
A medida que el barco navegaba en el Atlántico, el P. Byles estaba en segunda clase, pero que iba a estar principalmente en el entrepuente, donde muchos de los pasajeros eran de Irlanda, y con ellos iba a pasar esos días iniciales.
El Sábado, 13 de abril estuvo oyendo confesiones durante horas en preparación para el día siguiente, el segundo Domingo de Pascua.
Cuando llegó el domingo, dijo misa a los pasajeros de tercera clase, y aquí apareció la segunda profecía.
Dando un sermón habló de la necesidad del ‘bote salvavidas de la fe’ en las siempre cambiantes aguas de la vida. .
No podía haber previsto cuan proféticas iban a ser estas palabras sólo unas horas más tarde.
En ese fatídico domingo, por la tarde se dedicó a otras devociones antes de concluir con el rezo del Santo Rosario.
LA TRAGEDIA DEL CHOQUE CON EL ICEBERG Y LA ACTIVIDAD DEL PADRE BYLES
Al caer la noche el insumergible Titanic seguía adelante a través del Atlántico y todo parecía estar en orden.
Pero era una ilusión, sin embargo, que fue quebrada cuando más tarde esa noche a las 23:40 la alarma comenzó a sonar violentamente.
Al oír gritos, el P. Byles descendió inmediatamente a la cubierta de tercera clase.
Allí, como en todas las cubiertas, el miedo cambiaba rápidamente a un pánico sofocante.
El sacerdote se movió a través de la confusión dándose cuenta que este era el momento, no sólo para salvar vidas, sino también por la salvación de las almas.
Y cuando este pensamiento vino a él, percibió cual iba a ser su papel en esto. .
Era como si para ese momento se hubiera estado preparando toda su vida, la culminación del variado recorrido de toda su vida. . Este fue un papel que le había caído muy inesperadamente pero se puso a trabajar.
Lo primero que hizo fue llamar a la calma, pidiendo «silencio».
Poco a poco, la muchedumbre asustada frente a él se tranquilizó.
Llamó entonces a todos los presentes a hacer un acto de contrición.
Después de haber explicado los peligros actuales, comenzó la evacuación de mujeres y niños a la cubierta superior, con el sacerdote escoltándoles hacia arriba a través de las distintas plataformas.
Inicialmente se prohibió la ruta a los pasajeros de tercera clase, y se daba preferencia a los pasajeros de las cubiertas superiores sobre los pasajeros más pobres «de abajo».
Huelga decir que el P. Byles no prestó atención a este tipo de distinciones de clase y trabajó con la mayor rapidez y con toda la calma que pudo para dar paso a las mujeres y los niños que llevaba a los botes salvavidas desplegados.
La característica más en evidencia del sacerdote, y lo más comentado en la tarde por los sobrevivientes, era su presencia de ánimo en todo.
Era como si fuera para esto que había estado preparándose toda su vida.
Al ver el primer grupo de mujeres y niños con seguridad a bordo de los botes salvavidas, rechazó una primera oferta para unirse a ellos, y descendió una vez más por debajo de las cubiertas.
La banda de la nave había sido llevada a la cubierta para tratar de calmar el ambiente cada vez más cargado, lo que debe haber parecido un acompañamiento musical surrealista.
Sin embargo, muy rápidamente estaba quedando en claro que no iban a ser suficientes los botes salvavidas.
LOS MOMENTOS FINALES ANTES DEL HUNDIMIENTO
Pronto, el sacerdote había de estar en cubierta rodeado de muchos otros que aguardaban rescate, pero que ahora estaban varados.
En el terror creciente, el P. Byles nuevamente rechazó la oferta de un lugar en uno de los pocos botes salvavidas restantes.
Por último, todos ellos parados en la cubierta vieron como el último bote salvavidas desapareció en el horizonte negro.
Y mientras lo hacían, ellos sabían que con él se había marchado toda esperanza terrenal.
La banda en la cubierta cambió a tocar himnos, incluyendo Estate Conmigo.
Cuando la melodía sonó por la cubierta, la que a menudo se escuchaba en los entierros, algunos comenzaron a llorar.
Algunos más miraban sin comprender, mientras que otros cayeron de rodillas con la cabeza gacha, pero otros continuaron orando, uno fue el sacerdote Inglés.
Este era el momento en que todas las almas cristianas tenían que hacer frente, a la realidad final de la batalla entre la vida y la muerte, la fe y la no existencia. . Y ese momento había llegado para los que se quedaban a bordo, el P. Byles incluido.
Miró a su alrededor a quienes estaban parados, sentados y arrodillados frente a él, muchos de los cuales ahora lo miraban a él.
Y notó también las primeras llegadas de aguas oscuras sobre la cubierta…
Colocándose tan alto como pudo, levantó la mano en un último acto de bendición y absolución. .
Entonces, permaneciendo de pie como lo había hecho en todo el Rosario y con su crucifijo en la mano, el P. Byles comenzó una vez más llevando a los reunidos a su alrededor. .
Hacia el rezo de esa antigua oración, en la medida que los himnos continuaban siendo tocados.
LO QUE SE VIO DESDE LOS SALVAVIDAS
Los que habían escapado vieron impotentes desde los botes salvavidas como las figuras en cubierta se hacían cada vez más tenues. . Y los sonidos de la oración ahora parecían que se mezclaban con el de las lamentaciones. . Y, sin embargo, a la cabeza de los que allí estaban, era aun débilmente perceptible en la distancia, la figura del P. Byles.
Cuando el final comenzó el final, el sonido fue aterrador.
Poco a poco, la nave se sacudió hacia arriba, antes de que comenzara un rápido descenso y se estrellara en el mar, y las olas resultantes conmovieran a los botes salvavidas en fuga.
Y, mirando hacia atrás paralizados mientras la nave se hundía, algunos de los sobrevivientes hacían la señal de la Cruz y ofrecían oraciones por los difuntos, que hasta sólo unas horas antes habían sido demasiado reales, de carne y hueso.
En ese momento, en que la oscuridad los envolvía, oraron también por su propia seguridad y el viaje precario por delante.
Empujados por las ondas que emanan del ahora desaparecido buque, que ya no era un barco sino para siempre una tumba de 1.516 almas, un monumento a un sacerdote católico inglés, el P. Thomas Byles.
LANZAN CAMPAÑA PARA BEATIFICAR AL PADRE THOMAS BYLES
El 14 de abril de 2015, en el aniversario del hundimiento del Titanic, y el P. Graham Smith, párroco de la Iglesia de Saint Helen de Chipping Ongar (condado de Essex), pidió la beatificación de su antecesor, el Padre Thomas Byles, una de las más de 1.500 víctimas del famoso buque.
El Padre Smith animó a los fieles del mundo entero a que invoquen al P. Byles en sus oraciones. . Y “si ocurre un milagro, que se inicie su causa de beatificación, primero, y de canonización después”.
EL SEMINARISTA PADRE FRANCIS BROWNE, EL CUARTO QUE SE SALVÓ
Una historia particular es la del P. Francis Browne, quien viajó a bordo del Titanic pero como seminarista jesuita y se libró de la tragedia.
Pese a que una pareja de millonarios que conoció en el barco se ofreció a pagarle el viaje a Nueva York, su superior le ordenó que abandonara la nave en el último puerto europeo en el que se detuvo el Titanic, antes de dirigirse a Estados Unidos.
“Salga de esa nave” reza claramente el telegrama que recibió el P. Browne y su “santa obediencia” lo salvó de la catástrofe.
El sacerdote jesuita mantuvo esa nota en su billetera hasta el último de sus días.
Sin embargo, durante el poco tiempo que estuvo al interior del Titanic, el entonces joven seminarista, aficionado a la fotografía, retrató el estilo de vida de los pasajeros y la tripulación del transatlántico.
El P. Browne sirvió luego como capellán de las fuerzas irlandesas durante la Guerra Mundial, demostrando gran valor, lo que le fue recompensado con varias condecoraciones, entre ellas la Cruz Militar.
Recorrió pastoralmente toda Irlanda y Australia, fotografiando todo a su paso.
Al momento de su muerte, en 1960, sus imágenes sumaban 42,000.
El P. Edward O’Donnell, compañero del P. Browne, sacó a la luz sus fotografías olvidadas y las calificó como un “equivalente fotográfico al descubrimiento de los pergaminos del mar muerto”.
La misión de Santa Teresa de Calcuta de trabajar con los pobres de la India no fue una idea suya.
Ella recibió visitas de Jesús y María que le insistieron – y hasta la presionaron – para que dejara la comodidad del convento.
Y que se dedicara a llevar a Jesús a los pobres, los moribundos, los enfermos, los niños de la calle.
Ella se negaba a salir de su zona de confort del convento de las Hermanas de Loreto.
Pero fue tal la insistencia de Jesús que al final tuvo que acceder y lograr que el Obispo le permitiera trabajar en los barrios pobres.
Dos o tres años después de esas visiones, y en un tiempo record, el santo Padre confirmó oficialmente la orden de las Hermanas de la Caridad.
LAS VISIONES QUE LLEVARON A LA MADRE TERESA A SU MISIÓN
Después de la muerte de la Madre Teresa de Calcuta se descubrieron algunas cartas a sus directores espirituales y a sus superiores, escritas en los primeros años de convento.
Ella había pedido que esas cartas fueran destruidas porque quería que su trabajo siguiera siendo visto como el de Jesús, y que la gente pensara más en Jesús que en ella.
Pero providencialmente estás cartas aparecieron cuando se estaba estudiando su canonización.
En 1947 se le mostraron tres visiones a la Madre Teresa.
En la primera visión vio la situación de los pobres, su dolor y su pobreza interior escondida bajo su pobreza material.
En la segunda visión vio a Nuestra Señora en medio de esos pobres y arrodillada, y le oyó decir que los cuide, que son de ella y que los lleve a Jesús.
Además que les enseñe a recitar el Rosario y que Jesús y Ella estarían con la Madre Teresa y sus hijas.
Y en la tercera visión vio a esa multitud de pobres cubierta por una oscuridad y a Jesús en la cruz junto a su madre que pasaban desapercibidos.
Y oyó La Voz de Jesús que le decía,
“Te he preguntado… y ella, Mi Madre, te lo ha pedido.
¿Te negarías a hacer esto por Mí… cuidar de ellos, para traerlos a Mí?”
En estas tres escenas hubo mensajes muy claros.
Jesús le dijo en una de las ocasiones,
“Quiero a las Hermanas Misioneras Indias de la Caridad, que sean mi fuego de amor entre los muy pobres, los enfermos, los moribundos, los niños de la calle.
Quiero que me traigas a los pobres.
Las hermanas que ofrecerán sus vidas como víctimas de mi amor me traerán estas almas.
Tú eres, lo sé, la persona incapaz, débil y pecaminosa, pero solo porque eres eso, ¡quiero usarte para mi gloria!
¿Me rechazarás?”.
Este mensaje le llegó en varias oportunidades mientras estaba de rodillas para recibir la comunión.
Repetidamente ella le dijo que fuera a buscar a otra persona, porque a ella la asustaban las dificultades.
Y le prometió sería una buena monja si la dejaba quedarse en el convento.
Pero Jesús siguió insistiendo “te negarás a hacer esto por Mí”.
Otra vez Jesús le dijo que le dolía profundamente ver a tantos niños pobres perdidos por el pecado y atacados por satanás.
“Sácalos de las manos del malvado…
Hay conventos con buen número de monjas que cuidan a las personas ricas y capaces.
Pero para los muy pobres no hay absolutamente nada.
Esto anhelo para ellos, los amo.
¿Me rechazarás?”.
Después de tanta insistencia ella le comunicó el arzobispo Perier estos mensajes y el obispo se dedicó a discernir si esto era una inspiración genuina.
Y mientras le escribía cartas cada vez más urgentes sobre lo que le pedía Jesús.
“Estos deseos de saciar el anhelo de Nuestro Señor por las almas, por los pobres, por las puras víctimas de su amor, continúan aumentando con cada Misa y Sagrada Comunión”.
Finalmente después de tanta insistencia de Jesús ella le dijo que estaba lista para ir a cualquier lado y en cualquier momento.
Y un mes después de la última carta el Arzobispo Perier cedió a su petición y en agosto de 1948 el Papa Pío XII le permitió dejara las Hermanas de Loreto, comprometiéndose a mantener la pobreza, la castidad y la obediencia.
Esto sucedió una semana después de su cumpleaños 38 y salió para los barrios bajos vistiendo un sencillo sari blanco.
Tenía sólo 5 rupias en su bolsillo.
Hizo un curso de medicina básica y encontró un lugar para vivir en el convento de las Hermanitas de los Pobres.
Allí comenzó a alfabetizar a los niños pobres bajo un árbol. Y a visitar sus casas llevándoles comida y conversando con ellos.
Rápidamente estos alumnos se unieron a ella en la misa, rezando el rosario y empezando a cuidar a los ancianos, los enfermos, hambrientos y moribundos.
Dos años después, en 1950, la Iglesia reconoció oficialmente la orden de las Misioneras de la Caridad.
Estas visiones casi desconocidas muestran la vida mística de Santa Teresa de Calcuta, y gracias la cual podemos disfrutar de sus enseñanzas.
Veamos algunas de ellas.
1 – DAR HASTA QUE DUELA
La propia Madre Teresa cuenta el día en que conoció a un mendigo que le dio todo lo que tenía.
“Todos te dan algo y yo también voy a dar de hecho, todo lo que tengo”.
Ese día el mendigo había recibido una sola moneda pequeña, de la dio y dijo:
“Tómalo, Madre Teresa, por tu pobre”.
La Madre Teresa contó luego:
“En mi corazón sentí que el pobre me había dado más que el Premio Nobel porque me dio todo lo que tenía.
Con toda probabilidad, nadie le dio nada más esa noche y se fue a la cama con hambre”.
2 – LA AYUDA DEL SEÑOR SIEMPRE LLEGA
Un día, en la casa de la Madre Teresa en Calcuta, había alrededor de trescientos novicias y todos salieron por la mañana.
Una de las novicias que trabajaba en la cocina se acercó a la Madre Teresa y le dijo:
“Hemos planeado mal, no tenemos harina para hacer estas chipaties para el almuerzo”.
Las chipaties son unos panqueques con harina y agua y sin levadura.
La situación parecía sombría: más de trescientas bocas estarían por alimentarse en aproximadamente una hora y media y no había nada con que cocinar. No había comida
Lo que uno esperaría que hiciera la Madre Teresa fue que la Madre tomara el teléfono, llamara a algunos de sus benefactores y los movilizara para encontrar la forma de alimentar a sus hijos.
En cambio, su reacción, su reacción espontánea, fue decirle a esta pequeña hermana:
“Hermana, ¿estás a cargo de la cocina esta semana?
Bien, ve a la capilla y dile a Jesús que no tenemos comida.
Eso está arreglado. Ahora sigamos adelante. ¿Qué sigue?”
Y diez minutos después, tocó timbre en la puerta y llamaron a la Madre Teresa.
Un hombre que nunca había visto antes estaba de pie allí con un portapapeles.
Se dirigió a ella diciendo:
“Madre Teresa, nos acaban de informar que los maestros de las escuelas de la ciudad van a la huelga.
No va a haber clases y tenemos 7000 almuerzos con los que no sabemos qué hacer.
¿Puede ayudarnos a usarlos?”
Dios proveyó para las necesidades de sus hijos.
3 – LA BONDAD ES FÁCILMENTE ENTENDIDA
Cuando la Madre Teresa comenzó su trabajo con los moribundos e indigentes, necesitaba desesperadamente un lugar donde cuidarlos.
Las autoridades locales en Calcuta le ofrecieron una sección del templo a la diosa Kali.
Originalmente estaba destinada a albergar temporalmente a los peregrinos, pero se había convertido en un lugar frecuentado por ladrones, drogadictos y proxenetas.
Cuando circuló la noticia de que el templo estaba siendo usado por una mujer, extranjera y que estaba tratando de “convertir a los pobres al cristianismo”, grupos de personas protestaron en el ayuntamiento.
Algunos fueron a la estación de policía para exigir que la mujer fuera expulsada.
El comisionado de policía prometió hacer exactamente eso, pero primero quería verificar las cosas personalmente.
Cuando el comisionado de policía fue a ver a la Madre Teresa, ella estaba cuidando a un pobre hombre enfermo poniéndole permanganato de potasio en las heridas de las que salían gusanos. El hedor era insoportable.
La madre Teresa trató al oficial con respeto y se ofreció a mostrarle el lugar y lo que hacán.
Él respondió que prefería mirar por su cuenta.
Cuando salió, se encontró con algunas de las personas que se habían quejado de la Madre Teresa y dijo:
“Les di mi palabra de que echaría a esta mujer de aquí.
Pero, antes de hacerlo, tendrás que hacer que tus madres y hermanas hagan lo que ella hace.
Lo hago como única condición para ejercer mi autoridad”.
4 – EL BIEN SIEMPRE VUELVE
Un testigo presencial dijo que estaba presente cuando una mujer necesitada, o al menos una que decía estar necesitada, les pidió a las Hermanas por una cantidad equivalente a doscientos dólares.
Esta cantidad era todo lo que tenían las Hermanas.
Sin pedir ninguna prueba de su necesidad, las Hermanas le dieron inmediatamente el dinero.
Poco apareció un hombre alto, un completo extraño para las Hermanas.
Y tocó la puerta de las Hermanas para darles algo de dinero.
La cantidad resultó ser exactamente doscientos dólares.
5 – A VECES LO MÍNIMO ES MUCHÍSIMO PARA OTROS
Uno de los colaboradores de una casa de las Misioneras de la Caridad tomó un gusto especial por cierto hombre muy infeliz.
Cuando el colaborador se fue de vacaciones por unos días, le envió una postal a su pobre amigo.
A su regreso descubrió que el hombre había guardado la postal con gran cuidado y por una buena razón.
“Fue la primera vez en toda mi vida que el correo trajo algo dirigido a mí”.
6 – CADA UNO DEBE ACTUAR EN SU ZONA DE INFLUENCIA
Un sacerdote inglés había decidido ir a la India a trabajar en los barrios pobres, entre los pobres, y así lo notificó a la Madre Teresa.
Expresó el deseo de unirse a los Hermanos Misioneros de la Caridad, que siguen una regla de vida similar a la hermanas y tal vez incluso más austera que la de las Hermanas.
La madre Teresa lo disuadió diciendo:
“No hagas eso, padre. Quédese donde estás y cuida a los pobres en tu país.
Mis pobres son fáciles de cuidar porque están satisfechos con un pedazo de pan y un paño para cubrir sus cuerpos.
Es por eso que mi trabajo es más fácil que el tuyo.
Los pobres en tu país son pobres de espíritu.
Es por eso que es más difícil deshacerse de su tipo de pobreza”.
7 – ESFORZARSE HASTA EN LAS CAUSAS PERDIDAS
En el hogar para los moribundos que las Misioneras de la Caridad tienen en Calcuta había un hombre que tenía cáncer; su cuerpo estaba medio consumido por la enfermedad.
Todos lo habían abandonado por la falta de esperanza en el caso.
La Madre Teresa se acercó a él para lavarlo tiernamente.
Ella se encontró, al principio, solo con el desdén del enfermo.
“¿Cómo puedes soportar el hedor de mi cuerpo?”, preguntó.
Luego, con bastante tranquilidad, el moribundo le dijo:
“No eres de aquí, la gente de aquí no se comporta de la manera en que lo haces”.
Pasaron varios minutos. Y luego el enfermo terminal murmuró una típica expresión india: “Gloria a ti, mujer”.
“No”, respondió la madre Teresa. “Gloria a ti que sufres con Cristo”.
Luego se sonrió el uno al otro. El sufrimiento del enfermo pareció detenerse. Él murió dos días después.
8 – A VECES DIOS ACTÚA DE LAS MANERAS MÁS IMPREVISTAS PARA CONVERTIR LOS CORAZONES
Un sacerdote irlandés que había trabajado en vano durante años para traer de regreso a un católico distanciado, compartió la siguiente historia.
Cuando la Madre Teresa visitó Irlanda, se organizó un servicio de oración en la catedral local, con un tiempo reservado para que la Madre Teresa se dirigiera a la multitud.
Y por supuesto, ¡el amigo de nuestro sacerdote tenía que estar allí!
Cuando llegó su momento, la Madre Teresa habló simplemente del amor a los más pobres y del amor a Cristo a través de ellos.
Más tarde esa noche, después de que la Madre Teresa se fue de la ciudad, el sacerdote recibió una llamada de su amigo “díscolo”.
“Escucha, quiero volver a la Iglesia”, dijo el hombre.
“¿Qué pasó?”, Preguntó el sacerdote.
“La madre Teresa me habló”, dijo el hombre.
“¿Cómo pudo haber hablado contigo? Había 5,000 personas en la catedral. . .
“Lo sé, pero sus palabras fueron para mí”, respondió el hombre.
El sacerdote entonces preguntó: “¿Y qué te dijo la Madre Teresa?”
“Ella dijo: Dios te bendiga”.
“A menudo te he dicho lo mismo y nunca he sido capaz de convencerte…
“Sí, pero la Madre Teresa lo dijo desde el fondo de su corazón”, respondió el hombre.
Y eso es todo lo que el hombre pudo decir para explicar su decisión de regresar a la Iglesia.
9 – DEBEMOS DAR A LA GENTE UN PEQUEÑO EMPUJÓN
Un día, mientras caminAba la Madre Teresa por las calles de Calcuta, un joven se acercó corriendo y se arrodilló para besar los pies de la Madre Teresa.
Él le dijo que iba a casarse en unas pocas horas.
La madre Teresa explicó que, unos meses antes, el joven había sido llevado a la casa de los moribundos de las Hermanas de la Caridad, muriendo de hambre y tuberculosis.
En la casa lo habían cuidado y habían aprendido una ocupación modesta, la de lustrador de zapatos.
Había sido suficiente para permitirle comenzar una nueva vida.
10 – LA HUMILDAD PARA ACEPTAR QUE TODO VIENE DE DIOS
El 17 de octubre llegó la noticia de que Madre Teresa había sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz de 1979.
Hubo gran alegría entre las Hermanas de la comunidad, pero la primera reacción de la Madre Teresa fue ir silenciosamente a la capilla para orar humildemente y agradecer a Dios por su regalo a los pobres.
Una por una, el resto de las Hermanas la siguieron a la capilla y al unísono cantaron un himno de alabanza y agradecimiento a Dios.
Cuando las Hermanas vieron la cantidad de cámaras de televisión, reporteros de periódicos y personas, incluidos los pobres, que vinieron a felicitarla, rezaron aún más por ella.
Le pidieron a Dios que la ayudara, ya que su voluntad era darle todo esto y darle fuerza y ??salud para que lo padeciera con calma y sin debilitarse.
FRASES DE LA MADRE TERESA
“Si una madre puede matar a su propio hijo, ¿qué queda sino que nos matemos el uno al otro?”
“Cuando una persona pobre muere de hambre, no ha sucedido porque Dios no se ocupó de él o ella.
Ha sucedido porque ni usted ni yo queríamos darle a esa persona lo que necesitaba”.
Alguien le preguntó a la Madre Teresa si alguna vez tuvo problemas de dinero. Ella respondió:
“¿Problemas de dinero? El dinero no me preocupa en lo más mínimo. El dinero siempre viene.
Hacemos todo por el Señor, y él es quien debería preocuparse por nosotros.
Si él quiere que hagamos algo, depende de él que nos otorgue los medios. Si no lo hace, entonces eso significa que no quiere que llevemos a cabo el trabajo y debemos dejar de intentarlo”.
“El amor tiene que estar basado en el sacrificio. Tenemos que dar hasta que duela”.
“Entrégate completamente a Dios. Te usará para lograr grandes cosas con la condición de que creas mucho más en su amor que en tu propia debilidad”
“Somos simplemente instrumentos que hacen su pequeña parte y desaparecen”.
“No creo que haya nadie más que necesite la ayuda y la gracia de Dios que yo.
¡Me siento tan abandonada y confundida a veces!
Y creo que es exactamente por eso que Dios me usa: porque no puedo reclamar ningún crédito por lo que se hace.
Por el contrario, necesito su ayuda las veinticuatro horas del día. Y si los días fueran más largos, necesitaría aún más”.
“Mientras más podamos almacenar en nuestros corazones a través de la oración silenciosa, más podremos hacer nuestro trabajo.
Necesitamos silencio para poder tocar a las personas.
Lo esencial no es lo que decimos sino lo que Dios nos dice y a través de nosotros.
Todas nuestras palabras serán inútiles si no vienen desde adentro.
Las palabras que no extienden la luz de Cristo aumentan la oscuridad”.
“Tenemos que amar a los que están más cerca de nosotros, en nuestra propia familia. El amor luego irá a todos los que nos necesitan.
Tenemos que llegar a conocer a los pobres que están a nuestro alrededor; solo entonces podremos entenderlos y amarlos. Y solo cuando los amemos podremos servirles”.
“Se generoso y comprensivo. Que nadie venga a ti sin sentirse mejor y más feliz cuando se vayan.
Sé la viva expresión de la bondad de Dios: con bondad en tu rostro, amabilidad en tus ojos, amabilidad en tu sonrisa, amabilidad en tu cálido saludo”.
“Debemos ser santos, no por el simple hecho de ser santos, sino para ofrecer a Cristo la oportunidad de vivir plenamente en nosotros.
Tenemos que estar llenos de amor, fe y pureza, por el bien de los pobres a quienes servimos.
Una vez que hayamos aprendido a buscar a Dios y su voluntad, nuestro contacto con los pobres servirá para hacernos santos a nosotros mismos y a los demás”.
La historia de la beata María Bolognesi parece confirmar que Dios usó al maligno para el bien de ella.
Ella no sólo fue poseída demoniacamente por 2 años, sino que fue tentada durante una década.
Y eso transcurrió con el aviso de Jesús que eso sucedería.
De modo que las posesiones y las tentaciones demoníacas tienen una función más profunda en el plan de Dios.
No son meros ataques unilaterales del maligno.
Si Dios está en control de todo entonces las tentaciones y las posesiones demoníacas requieren su permiso.
¿Y porque Dios iba a permitir que el maligno nos ataque?
Veamos lo que dice la Biblia.
El primer ataque registrado en la Biblia contra un ser humano es el de la serpiente que seduce a Eva en el Jardín del Edén, para que coma del fruto prohibido.
A partir de ahí entró el pecado en la raza humana y es lo que se llama el pecado original.
Es un misterio por qué Dios probó al ser humano aún sabiendo que iba a pecar.
En el Antiguo Testamento leemos que Dios permite que satanás ataque a Job (Libro de Job).
Job no no llega a entender claramente por qué el maligno tuvo el permiso de generar tanta destrucción en su vida.
Pero el mensaje es que Dios usó la situación para el ser humano siga glorificando a Dios a pesar de todo, porque al final Job fue resarcido por todo lo que sufrió.
Jesús también fue tentado al inicio de su vida pública durante 40 días en el desierto.
Y la Biblia cuenta como resistió a cada una de las tentaciones (Mateo 4), constituyéndose en un modelo para nosotros.
En Efesios 6, San Pablo sugiere que el ataque del demonio es para que nos pongamos la armadura de Dios y maduremos.
A veces también Dios permite las pruebas de tentaciones para que comprendamos cómo Él consuela y luego nosotros seamos un consuelo para las otras personas, esto se puede ver en 2 Corintios 1.
En definitiva el mensaje que trae la Biblia es que no importa qué tan duro es el ataque del maligno, porque Dios no te dejará tentar más allá de tu capacidad.
Lo que significa que te capacitará para que lo puedas soportar (1 Corintios 10).
Y la idea general es que las tentaciones son para nuestro bien, para fortalecer nuestra fe y purificarnos, y para ayudar a los demás, tomando conciencia que Dios está siempre al lado nuestro, aún en esos momentos.
Ahora veamos el extraño caso de la beata María Bolognesi que no sólo fue tentada sino también poseída por el demonio.
Tumba de María Bolognesi en Rovigo
LOS DONES DE MARÍA BOLOGNESI
María Bolognesi nació en Rovigo, Verona, Italia en 1924 y murió el 30 de enero de 1980.
Fue beatificada por el Papa Francisco en el año 2013 y su fiesta es el 30 de enero.
Su familia era extremadamente pobre y desde muy temprana edad tuvo una relación mística con Jesús, lo que la llevó a tener un desposorio místico con Él.
Recibió también los estigmas de la pasión del Señor.
Y le fueron dados una serie de dones que relatamos en este artículo.
Tuvo una posesión demoniaca de 1940 a 1942. Y luego pasó por periodo de 10 años de tentaciones.
Tuvo una serie de enfermedades físicas durante su vida.
Y largos períodos de incredulidad de parte de sacerdotes y obispos sobre sus dones y visiones.
Entre sus obras se destacan el servicio a los pobres.
María recibió los estigmas de Nuestro Señor, comenzando con la herida en el costado en 1944.
En 1951 sintió los dolores de la flagelación.
Y en 1954 comenzó progresivamente desarrollar los estigmas en las manos y luego en sus pies.
En su primera visión de Jesús, que sucedió en 1942, éste le regaló un anillo de compromiso que le dijo que sería suplantado por un anillo definitivo de bodas.
Este anillo definitivo está relatado en este diálogo que tuvo con Jesús, y que como veremos, relaciona el matrimonio espiritual con los estigmas.
«María, te dije que el pequeño anillo estaba hecho de cinco joyas, cinco son Mis heridas, y que algún día sería mío otra vez. Ahora mis cinco heridas han sido talladas en tu cuerpo. Este es el anillo de Ecce Homo».
«Gracias, Jesús. El pequeño anillo que me diste en 1942 durante la Semana Santa, ¿no me lo darás de nuevo? ¿Vas a dejar este siempre conmigo?».
«Sí, María. Tendrás siempre este. Siempre necesitaré tus sacrificios. Tus sufrimientos serán muchos«.
Sin embargo María se echó a llorar porque extrañaba su pequeño anillo anterior, y Jesús apareció nuevamente y le entregó un anillo de bodas, más importante y de oro.
María también fue llevada varias veces a visitar el cielo y el purgatorio.
Ella consigna este diálogo cuando fue llevada por primera vez al cielo,
«Jesús, Jesús, ¡cuánta luz!, el cielo es un jardín de almas brillantes y perfumadas. Ningún pintor podría acercarse a representar esto. ¡O cuanta luz, una multitud de ángeles! ¡Cómo me gustaría estar aquí!».
Luego de eso Jesús la llevó al purgatorio, diciéndole que sufriría los mismos dolores que sienten las almas allí.
Y María escribe en su diario lo que le dijo a Jesús,
«¡Dios mío, Dios mío! Solo con tu gracia y tu fuerza uno puede vencer ciertos dolores y sufrimientos. Jesús, a través de Tu compasión y misericordia, lleva todas estas almas contigo al Paraíso pronto«.
Un par de años después Jesús se le apareció y le dijo,
«Por todos los sufrimientos que has soportado durante este tiempo y por los muchos rosarios que has orado, te dejaré ver las almas que has liberado del purgatorio«.
Entonces fue llevada al cielo vestida de blanco y vio una multitud de almas en presencia de Jesús, sin embargo ella le replicó a Jesús,
«Jesús, me gustaría ser un angelito, pero preferiría quedarme en el purgatorio incluso si no lo merezco, para salvar a los que sufren tanto«.
Entonces Jesús le preguntó,
«María, si te pidiera mucho tiempo en el Purgatorio para la salvación de las almas, ¿lo harías?».
Y ella le contestó,
«No dudaría, lo aceptaría de inmediato. Cuando pienso que un sufrimiento o un gran dolor aquí en la Tierra no se puede comparar con los más pequeños sufrimientos de las almas en el Purgatorio, ¿cómo podría negarme?».
También María tuvo el don de relacionarse con el bebé Jesús, que se corporizaba en sus pesebres.
Su amiga Zoe Mantovani también cuenta que en los últimos 25 años de su vida tuvo una relación mística con el padre Pío, que se le aparecía en bilocaciones, incluso luego de su muerte.
Pesebre de 1945 de María Bolognesi
LAS VISIONES DE JESÚS
María tuvo sucesivas visiones de Jesús, que sobre el final de su vida fueron todos los viernes.
La primera visión de Jesús fue el Jueves Santo de 1942.
Jesús le dijo que necesitaba su ayuda, le pidió amor, oraciones y penitencias, y le vaticinó que le esperaban grandes sufrimientos.
Pero dijo que se comprometía con ella y le dio un anillo de compromiso con cinco rubíes que simbolizaban las heridas de su pasión.
Y dijo que este anillo luego sería suplantado por un anillo de bodas.
Ella tenía 18 años y le dijo que no sabía orar y no era nada porque no sabía leer ni escribir, y además su madre era una blasfema.
Y Jesús le respondió que esa era precisamente la razón porque Él la había elegido, porque era pequeña.
Entonces Jesús le dijo que le enseñaría a leer y escribir, y que su madre un día sería buena; la conversión de su madre fue en 1947.
Ella tuvo dudas de su visión, entonces le pidió pruebas y le sugirió que sanara a una persona enferma, a lo que Jesús le respondió que efectivamente podía sanarla, pero que ella debía orar mucho.
Sus dudas fueron amainando porque tenía efectivamente el anillo en el dedo y la persona por la que había pedido sanación efectivamente se curó.
Con su amiga Angelina, fue a contarle lo sucedido a su párroco, mostrándole el anillo y hablándole de la curación de la persona por la que había intercedido.
El anciano sacerdote le creyó y le pidió que comenzara a escribir lo que le iba sucediendo, lo que logró hacer con mucho esfuerzo, porque recién estaba aprendiendo a escribir.
Ella escribió su diario desde 1942 hasta 1967, en que fue liberada de hacerlo por su director espiritual.
La segunda visión fue el día de la fiesta de Nuestra Señora de Pompeya, y al igual que en la primera, Jesús le hizo una serie de vaticinios que luego se cumplieron.
Le dijo que iba a haber una gran guerra en la región, que se abriría una escuela privada, que ella comenzaría utilizar un hábito negro como signo de su consagración y que imitaría la vida de una santa que ella no conocía.
Sucedieron unos meses después la guerra y la apertura de la escuela profetizada.
Y el día de la fiesta de Santa Gemma Galgani, María comenzó a utilizar un hábito negro como usaba Santa Gema, la santa a la que aludió el Señor.
Su director espiritual del momento pensaba que lo que estaba sucediendo era obra del diablo y quiso una prueba adicional.
Entonces María le pidió que curara a otra persona que tenía una pierna paralizada, lo que sucedió efectivamente.
Y ahí ella decidió que no le pediría más cosas a Jesús y que las dudas que tuvieran los sacerdotes respecto a sus visiones recayeran en ella como una cruz.
A principios de 1944 Jesús se apareció sudando sangre y en sufrimiento.
Y ella consigna en su diario las siguientes palabras de Jesús,
«María, es para la conversión de las almas. Ahora mi flagelo también será tuyo. Tu cuerpo también sudará sangre. Mi sudor es tuyo».
Y sudó sangre durante cinco minutos, que empapó su sábana.
Estas sudoraciones de sangre se sucedieron varias veces y María terminaba fría y la habitación llena de perfume.
El director espiritual pidió que se guardaran los paños con sangre y que la amiga Angelina también llevara un diario con los eventos que presenciaba.
PREDICCIONES Y PROFECÍAS
Luego de esa primera sudoración de sangre María le preguntó a Jesús cuando terminaría la Segunda Guerra Mundial.
40 días después Jesús se le apareció para informarle el fin de la guerra pero de una manera muy inusual.
Le pidió que escribiera en un papel lo que él le dictaría, que doblara el papel en cuatro y que cuando llegara la paz lo abriera su director espiritual.
Y Jesús le dijo que ese papel se iba a manchar de sangre y que entonces su director espiritual no podría dudar de cuando se escribió la predicción.
Entonces Jesús le dijo que la guerra iba a finalizar en 1945.
Y le vaticinó una serie de batallas y como sucederían los eventos de finalización de la guerra, los cuales fueron escritos por María y coincidían varios de ellos con fiestas de advocaciones marianas.
Cuando terminó de escribir dobló el papel, lo puso en una bolsa de tela y se lo entregó a su director espiritual y a su amiga Angelina y su esposo, que estaban presentes, en medio del asombro de ellos.
Esta fue una de varias profecías que le realizó Jesús a María.
Hoja de predicción del fin de la Segunda Guerra Mundial de Maria Bolognesi, dictada por Jesús
LA POSESIÓN DEL DEMONIO Y LAS TENTACIONES
Entre los años 1940 y 1950 sufrió una serie de ataques del demonio.
Comenzó con una posesión y luego que ésta fue cediendo, comenzaron un total de nueve tentaciones demoníacas.
Cuando nació su hermano menor, empezó a experimentar una extraña fuerza que le impedía ingresar a cualquier iglesia.
Incluso causaba terror a sus amigos porque su ropa era tirada y levantada por fuerzas invisibles.
Huía aterrorizada ante la cercanía del agua bendita o de un sacerdote.
E incluso blasfemaba y escupía imágenes sagradas.
Alternaba momentos de normalidad con otros en que parecía dominada por una fuerza extraña.
Por más que intentaba, había en ella una incapacidad física para ingresar en una iglesia.
Aun así sus padres trataron de que los sacerdotes la bendijeran; incluso un sacerdote la ató a una silla para bendecirla y rociarla con agua bendita, pero no obtuvo buenos frutos.
Finalmente fue llevada a un hospital psiquiátrico, pero de camino al hospital el obispo la bendijo desde la ventana de su residencia y esto dio buenos frutos.
Ya la posesión diabólica no era total y María entonces pudo rezar e ir a la iglesia, incluso a misa en los meses siguientes.
Sin embargo su cuerpo comenzó a devorarse a sí mismo, a consumirse, con una pérdida de peso que asustaba a los que la veían.
A principios de 1942 creyó que le quedaban sólo tres días de vida, y logró confesarse y recibir la comunión.
En esos tres días estuvo desesperada, e invocó al Señor y a los santos para que vinieran en su ayuda, y finalmente obtuvo su curación al cuarto día.
A partir de esta ayuda inició el compromiso espiritual con Jesús que mencionamos antes, pero éste permitió que fuera tentada en varias oportunidades por el demonio, como vimos.
Incluso en su diario relata este diálogo con Jesús, que se produjo el 24 de julio de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial.
María le dijo a Jesús que sufriría por el bienestar de todos, refiriéndose a la guerra mundial.
Y Jesús le dijo,
«María, ¿alguna vez has visto al diablo?»
Ella respondió que no.
Entonces Jesús dijo:
«María, no temas. ¿Ves al diablo?»
«¡Dios mío! Qué feo es el diablo. Si no estuviera contigo, Jesús, qué miedo habría tenido».
Al inicio de 1994, pocos días después de haber sudado sangre por primera vez, mientras estaba rezando el rosario, María escuchó fugazmente que Jesús le decía que estuviera alerta y no tuviera miedo.
Dibujo hecho por María Bolognesi
Entonces se le apareció un caballero vestido lujosamente y relata que se sucedió este diálogo entre ambos,
«Señora, ¿cómo es que estás perdiendo el tiempo rezando con lo que tienes en tus manos?
¡Qué bonita eres! Si me amas, te convertirás en la más rica del mundo. Soy rico y tú eres pobre.
Me gustaría darte tanta felicidad en esta vida que nadie ha podido darte. Dejarás de sufrir Me casaré contigo pronto«.
Ella le contestó que estaba casada desde hace tiempo.
Y el caballero le respondió,
«No estás casada. Es solo una idea que tienes«.
Y ella le contestó,
«Este es el Crucifijo de mi dulce esposo, Jesús. Lo amaré hasta que descansaré con Él para siempre en el Paraíso».
El caballero le sonrió y le dijo que eran meras palabras y que él podía darle la mayor riqueza del mundo si guardaba ese crucifijo.
Entonces ella le dijo,
«Eres el demonio. Vete. Creo en un Dios todopoderoso, creador del Cielo y la Tierra».
«En el nombre de Dios, aléjate por mí, Satanás. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, vete. No dejaré a Jesús».
Esta fue la primera tentación de 8 tentaciones. Las que le siguieron fueron parecidas.
A mediados de ese mismo año Jesús le había advertido que el diablo se le aparecería en medio de una luz brillante.
Y efectivamente sucedió así.
Ella estaba trabajando en el campo y se le apareció una señora diciendo que fuera a su casa porque su madre había sufrido un accidente.
Ella sospechó que era el demonio vestido de mujer y le dijo que el alma no muere con el cuerpo.
Entonces la mujer le tiró un fósforo encendido que incendió su vestido y le quemó parte de su pie.
Entonces María le dijo,
«En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, aléjate, Satanás».
Y la mujer desapareció.
La última tentación fue a mediados de 1949 y ella relata en su diario estas palabras del diablo,
«Veo que no hay nada más que pueda hacer. Tengo que dejarte para siempre. No podría conquistarte. Tú amas al que me hace temblar. Todo fue inútil. Me quemo por no poder tocarte.
Pero todo fue en vano, Aquel a quien amas no me permite tentarme más. Déjate consumir por Aquel que te ha prometido la felicidad eterna».
Y luego de esto que ella relata que Jesús le dijo,
«Satanás, esta es tu última tentación. No volverás más».
Y entonces el demonio desapareció en una nube de humo.
Se ha podido medir por métodos científicos la emisión de luz de bajísima intensidad del cuerpo humano.
Pero hay también una emisión de luz que puede ser vista por los ojos de las personas.
Y que se da en circunstancias religiosas.
Al punto que Benedicto XIV, en su Trattato della Canonizzazione, dice que si quisiera relatar todo lo que los autores afirman de rayos, luces, claridades que han brillado milagrosamente sobre el rostro de los Santos, “nunca acabaría”.
El Dr. Garmann, en su libro sobre las Merveilles des Morts, relata numerosos fenómenos luminosos, algunos de los cuales le parecen absolutamente indudables.
Por otro lado la luminosidad es un atributo del cielo, destacado no sólo en la Biblia sino también en Experiencias Cercanas a la Muerte.
Y la escritura manifiesta que se reproduce en la tierra material en situaciones unidas místicamente con el cielo.
LA LUMINOSIDAD ES UN ATRIBUTO DEL CIELO
Los ángeles del cielo se describen como seres de luz de acuerdo con 2 Reyes 6:17, Daniel 10: 6, Mateo 28: 2-3 y 2 Corintios 11:14.
Mateo 28: 2-3 dice:
“el ángel del Señor bajó del cielo. . . su aspecto era como un relámpago”
2 Corintios 11:14 se hace eco de Mateo 28: 2-3:
“Y no es extraño, porque el mismo satanás se disfraza como ángel de luz”.
El ser angelical de Daniel 10: 6 también se describe como un ser de luz:
“Su cuerpo era como el topacio, su rostro brillaba como un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, sus brazos y piernas como de color de bronce bruñido, y su voz como el estruendo de una multitud.”
El cuerpo de la resurrección de Jesús después de su ascensión al cielo se describe con luminosidad similar y gloria de acuerdo a Apocalipsis 1: 13-16:
“Y en medio de los candeleros como a un Hijo de hombre, vestido de una túnica talar, ceñido al talle con un ceñidor de oro.
Su cabeza y sus cabellos eran blancos, como la lana blanca, como la nieve; sus ojos como llama de fuego; sus pies parecían de metal precioso acrisolado en el horno; su voz como voz de grandes aguas.
Tenía en su mano derecha siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro, como el sol cuando brilla con toda su fuerza”
Después de resucitar y ascender al cielo, se espera que los cuerpos de los santos experimenten una transformación similar, según Mateo 13:43 y Daniel 12: 2-3.
Mateo 13:43 dice:
“Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre”
EN LA TIERRA TAMBIÉN LA ESCRITURA HABLA DE LUMINISCENCIA
El Antiguo Testamento nos refiere:
“Después de eso Moisés descendió del monte Sinaí, llevando las dos tablas del testimonio; y no sabía que de su entrevista con el Señor, le habían quedado rayos de luz en el rostro.
Mas Aarón y los hijos de Israel, viendo que el rostro de Moisés despedía rayos, temieron acercársele…
Cuando Moisés salió del tabernáculo, los Israelitas vieron que su rostro despedía luz. .
Pero él lo velaba de nuevo todas las veces que les hablaba”. (Éxodo 34: 29-35).
El Evangelio narra la Transfiguración de Nuestro Señor sobre el monte Tabor:
“Se transfiguró ante ellos. Su cara se tornó brillante como el sol y su vestidura, blanca como la nieve…” (Mateo 27:2).
QUIENES TUVIERON EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE VIERON LA LUMINOSIDAD CELESTIAL
Durante las experiencias cercanas a la muerte (ECM) es bien sabido que un ser de luz – comúnmente identificado como Cristo – llama a una revisión de la vida.
De acuerdo con investigadores de ECM, cuanto mayor sea el reino celestial más luz emiten los objetos y seres en estos reinos.
El Dr. George Ritchie dice lo siguiente en relación con el hecho de que los seres y objetos en el cielo son intrínsecamente luminiscentes:
“Y entonces vi. . . una ciudad. Una ciudad aparentemente interminable brillante, lo suficientemente brillante como para ser visto desde toda la distancia inimaginable.
El brillo parecía provenir desde las mismas paredes y calles de este lugar, y se podía discernir seres moverse dentro de ella.
De hecho, la ciudad y todo en ella parecía estar hecho de luz, así como la figura a mi lado estaba hecha de luz”.
El Dr. George Ritchie dice lo siguiente respecto a los ocupantes de lo que es presumiblemente una de las regiones celestes superiores:
“Aún más sorprendente, que irradiaba luz casi tan brillante como Cristo”
El reverendo Howard Storm también describió los seres del cielo como seres de luz:
“en todas partes alrededor de nosotros había incontables seres luminosos como estrellas en el cielo, que van y vienen”.
El hecho de que todo en el cielo sea luminiscente implica que los espíritus que entran en estos reinos después de la resurrección se revisten luminiscentemente. .
De la misma manera que nuestros espíritus se revisten de materia mientras están en el planeta tierra.
LA CIENCIA SABE QUE LOS ORGANISMOS VIVOS EMITEN LUZ
Todos los organismos vivos, incluyendo seres humanos, emiten una luz de baja intensidad que no puede ser vista por el ojo desnudo.
Pero puede ser medida por fotomultiplicadores que amplifican las señales varios millones de veces y que permiten a los investigadores a registrarla en forma de un diagrama.
Las investigaciones han demostrado que el cuerpo emite luz visible 1.000 veces menos intensa que los niveles que pueden captar nuestros ojos.
De hecho, prácticamente todos los seres vivos emiten luz muy débil, lo que se piensa que es un subproducto de las reacciones bioquímicas que implican a los radicales libres .
Escribiendo en la revista PLoS ONE, investigadores han medido esa luminosidad utilizando cámaras ultrasensibles durante un período de varios días.
Sus resultados muestran que la cantidad de luz emitida sigue un ciclo de 24 horas, más alto en la tarde y más bajo por la noche. .
Y que la luz más brillante se emite desde las mejillas, la frente y el cuello.
QUE TENEMOS ENTONCES
Que el Reino de los Cielos es descrito por la luz, la luminosidad, que proviene de los mismos seres y objetos.
Y como sabemos, todo lo que entra en el reino de los cielos es santo, por lo que no es de extrañar que la escritura describa situaciones en la tierra glorificadas precisamente con esa luminosidad.
Por otro lado sabemos que el propio cuerpo humano común emite luminosidad de baja intensidad, diferente de la luminosidad calorífica.
Entonces, no debería extrañarnos que en ciertas circunstancias la luminiscencia que emite el cuerpo humano sea notoriamente mayor como para que ser registrada por otros.
Y la santidad debería ser uno de esos casos porque es un anticipo del reino de los cielos.
Cuando los teólogos analizan estos temas en la escritura le dan invariablemente un contenido espiritual, o sea como que se está hablando de brillantez espiritual no de luminiscencia material.
Sin embargo la luminiscencia registrada en santos en la tierra es corroborada por miles de personas de todas las épocas, de modo que es algo que se materializa.
LUMINOSIDAD RELIGIOSA
Benedicto XIV cita fenómenos luminosos presentados por Luis Bertrán, San Ignacio, San Francisco de Paula, San Felipe Neri, San Francisco de Sales.
Mencionaremos los ocurridos en ese antiguo médico de la Facultad de París, que fue el bienaventurado Gilberto de Santarem.
“Gilberto, nos dice Gorres según las Acta Sanctorum, estaba en el coro de Santarem y sintiendo acercarse el éxtasis, quiso correr a la sacristía; pero fue arrebatado ante la puerta que le cerraba y cayó al suelo.
Una piadosa mujer de nombre Elvira Duranda, llegada por casualidad, lo vio en ese estado a través de una ventanita.
Al cabo de algunos instantes, ella vio una columna de luz descender sobre él y penetrar todo su cuerpo. .
De forma tal que brillaba como el cristal más puro atravesado por un rayo de sol.
Transida de admiración a la vista de ese espectáculo, ella no pudo dejar de mirarlo hasta que al final, al cabo más o menos de dos horas, la luz desapareció poco a poco, y Gilberto se despertó con un profundo suspiro y comenzó a caminar a tientas como un ciego.
Siempre ocurría así en todos sus éxtasis; y le parecía cada vez, que pasaba de la luz más viva a un lugar oscuro, casi de repente.
Después de su muerte, su rostro estaba tan luminoso, que permitía la lectura del breviario en la oscuridad de la noche”.
La luminosidad del Padre Francisco Suárez(1538-1617), cuyas obras teológicas constituyen autoridad, y de su crucifijo, fue objeto de una declaración jurada del Hermano Da Silva:
“Don Pedro de Aragón me ordenó advertir al Padre Francisco Suárez de que lo acompañara a Santa Cruz para visitar al monasterio…
La primera habitación estaba oscura; llamé al Padre; él no me contestó.
Y como la cortina del gabinete de trabajo estaba bajada, por el intersticio entre la cortina y el montante de la puerta, vi una grandísima claridad.
Levanté la cortina y entré en el gabinete.
Vi entonces una gran luz que salía del crucifijo: cegaba a quien quería mirarla; era como cuando el sol se refleja sobre cristales, proyectando rayos muy inflamados.
Así salía la luz del Santo Crucifijo y me cegaba si la contemplaba; y era tal la luz que proyectaba, que yo no podía estar en la habitación sin ser deslumhrado por la luz que la llenaba.
Esta luz partiendo del crucifijo, daba en la cara y en el pecho del Padre Suárez.
Y en esa claridad yo le vi de rodillas delante del crucifijo. .
Con la cabeza descubierta, las manos juntas y el cuerpo levantado sobre el suelo unos cinco palmos en el aire, al nivel de la mesa, sobre la cual se hallaba el crucifijo…”
San Francisco de Sales se presentó muchas veces a los ojos de sus contemporáneos con la cara inflamada y en una irradiación luminosa, ya celebrando la Misa, ya comulgando, ya orando.
“En los días que siguieron a la solemnidad pascual —escribe su sobrino Carlos Augusto de Sales— todos los domingos el Santo Obispo explicaba catequísticamente los mandamientos de Dios a sus fieles de Annecy desde el púlpito de su gran iglesia.
Y una vez después de haber discurrido en forma excelente y maravillosa sobre el primer mandamiento, interrumpiendo su predicación y dirigiendo su palabra a Dios Padre, fue visto por todos los fieles completamente resplandeciente y rodeado de una luz tan grande y viva. .
Que apenas podía ser distinguido en ella, sino que parecía convertirse todo él en luz.
Además entre todos los presentes que quedaron asombrados, tuvieron una clara y neta visión de esto, de manera especial Pedro Francisco Jaius, canónico teologal y penitenciario, Juan Luis Qucstán, también canónigo, Pedro Paget, párroco de la iglesia de Civry, Francisco du Nievre, párroco de Metet y los profesores del colegio, sin contar a Sergio Saget, ciudadano y miembro de la audiencia en el Consejo de Ginebra”.
San Felipe Neri, cuando conversaba con San Carlos Borromeo de cosas divinas, veía el rostro del cardenal brillar como el de un ángel.
Igualmente, un día que San Ignacio de Loyola escuchaba con gran atención un predicador en Barcelona, su cabeza se iluminó de pronto y San Felipe Neri asegura haberlo visto más de una vez en ese estado.
Más cerca de nosotros, el santo Cura de Ars fue visto en el púlpito con el rostro transfigurado y rodeado de una aureola.
El abate Combes vio a veces un halo luminoso rodear la cabeza de la místicaVictoria Clara de Coux (fallecida en 1883), sobre todo cuando ella había comulgado.
LUMINOSIDAD NO RELIGIOSA
En las sesiones mediúmnicas se producen a veces fenómenos luminosos, consistentes la más de las veces en una especie de fuegos fatuos que flotan en el aire a distancia del médium.
Home, Stainton Moses y otros presentaron algunos notables.
Hemos sido testigos personales de fenómenos de esta clase en Varsovia en 1927, con la señora Popielska; los he reseñado en esa época de esta manera:
“Después aparecieron pequeños resplandores como fuegos fatuos, a veces como si fueran vistos a través de una cortina, a veces netamente adelante.
Subían, bajaban, iban hacia la derecha y la izquierda.
Todos estos fenómenos ocurren sin precipitación; durante su persistencia se puede verificar la posición de los espectadores.
Mi vecino, el coronel de ingenieros, comprobaba si yo tenía bien la cinta y si esa cinta estaba en relación con el médium”, que había atado (con nudos cosidos).
La luminosidad humana parecería limitarse a ese orden de fenómenos, por cuanto, dice Carlos Richet, “está demostrado que solamente los médiums tienen ese poder”.
Sin embargo se han señalado sudores fosforescentes (Dr. Tremoliéres en Pratique méd. chir., 1911).
Por otra parte, el Dr. Charles Fére, en la Revue neurologique de 1905, dice haber visto a dos enfermos afectos de cefaleas presentar luminosidad alrededor de la cabeza y de las manos.
Se le comunicó un fenómeno análogo en un paciente víctima de crisis de angustia.
Ancel, Bouin y Charpentier habrían observado, con inyecciones de extractos testiculares, una fosforescencia especial de la piel, cerca de la 2° vértebra lumbar, nivel del centro genital de la médula” (Leopold Lévi).
LUMINOSIDAD ANIMAL
Nos parece oportuno agregar a los hechos citados, los ejemplos de luminosidad biológica visible por el ojo que se encuentran en la naturaleza.
Hay insectos (gusanos relucientes, luciérnagas, piróforos); bacterias, como las que contaminan la carne o el pescado y los torna luminosos en la oscuridad; protozoarios (fosforescencia del mar); vegetales (hongos y algas); pulpos, peces dotados de órganos luminosos y particularmente de verdaderos faros en la cabeza.
En un comienzo la fosforescencia pudo deberse a la producción de un moco luminoso.
En ciertos moluscos la luminosidad es producida por una secreción mucosa de esta clase”.
Las investigaciones se han dirigido sobre todo a la luz de los insectos.
La fotogénesis requiere humedad, una temperatura favorable y oxígeno (para la vida celular, pero no, al parecer, para la luminosidad misma).
Se halla en dependencia del sistema nervioso: la excitación a distancia la aumenta, los anestésicos (éter, cloroformo) la disminuyen, la estricnina la estimula.
JUNTANDO TODOS LOS HECHOS
Los fenómenos mediúnicos parecen ser difícilmente asimilables a los prodigios religiosos y a la luminosidad animal.
En realidad, no es el cuerpo del médium el que se torna luminoso; se producen fuegos fatuos errantes, poco parecidos a una producción fisiológica y más a una muestra de un esfuerzo que se es capaz de hacer.
Advirtamos entretanto que una médium, miss Burton, que producía fenómenos luminosos a cuatro pies de distancia, presentaba la saliva fosforescente. ¿Podría compararse esto al mucus luminoso de los moluscos?
De todos modos, en razón de la rareza y debilidad de los fenómenos no religiosos, estamos en presencia de fenómenos luminosos religiosos por un lado y de la fotogénesis animal por el otro lado.
Nos parece que, como para los demás prodigios biológicos, se imponen distinciones.
La Transfiguración del Monte Tabor, que forma un acontecimiento aparte en la vida de Nuestro Señor, y que transforma hasta sus vestiduras, es evidentemente milagrosa, para edificación de los Apóstoles.
Lo mismo las luces emitidas por el cadáver de los Santos nos parecen milagrosas: el alma ya no está allí para transformar el cuerpo y además los fenómenos biológicos están extinguidos; esa luminosidad parece ser acordada por Dios para manifestar la santidad de sus servidores.
Pero no debemos olvidar la posibilidad de acción del alma sobre el cuerpo en ciertas condiciones. Hablando de los cuerpos gloriosos, el Padre Sempé escribe:
“El espíritu, reflejo de la inteligencia divina, no conoce las tinieblas de la materia.
El alma tornará a su cuerpo más luminoso que los astros: ese cuerpo, como el de Cristo, irradiará claridad”.
Además, la luminosidad podrá ser, en determinados casos, un milagro por sí misma.
Pero en otros parece preferible suponer que el hecho divino reside en la unión mística con Dios. .
Y que la luminosidad es debida a la acción del alma que goza en forma anticipada del poder con que ella animará más tarde al cuerpo resucitado.
Y no está prohibido imaginar que para hacerlo el alma tal vez no hace más que determinar en el cuerpo humano procesos luminosos latentes como los que los científicos han podido medir en todos los seres humanos.
La luminosidad religiosa sería un milagro producido por consecuencia biológica de la unión mística.
Es más, la aureola que se pinta alrededor de la cabeza de los santos es precisamente esa luminosidad prodigiosa celestial.
TU LUZ BRILLARÁ COMO EL AMANECER
Cuando escuchamos que debemos “irradiar la luz de Cristo” como creyentes, entendemos con nuestra limitada percepción, que eso significa evangelizar.
Esto es ser testigos del Altísimo, mediante nuestras palabras, obras y buen ejemplo.
Y es porque los seres humanos en general, y esto nos incluye a nosotros, los creyentes, tendemos a humanizar todo, a materializar hasta nuestras experiencias de fe.
Sin embargo más de una vez nos hemos quedado maravillados al escuchar una homilía, un mensaje, una catequesis.
Y a pesar de recibir bienes espirituales, no hemos ido más allá de lo puramente físico y material.
Impresionados por la iluminación espiritual recibida, nos volvemos a nuestra vida con resabios de esa Luz, que puede mantenerse en nuestra memoria por algún tiempo.
O no.
Después de recibir los testimonios de gente que ha comprobado con sus propios ojos esas «transfiguraciones» de seres privilegiados, que lo fueron por sus sufrimientos y virtudes heroicas, no podemos menos que invocar al Espíritu Santo.
Él es el experto en luz, porque es Luz y procede de la Luz.
Y pedirle que nuestra vida, nuestros actos, nuestro permanente caminar en la presencia de Dios, nos otorgue aunque más no sea en una pequeña, mínima, diminuta proporción, ese regalo de luz que el Señor ha otorgado y otorga a Sus Santos.
Nos sabemos profundamente indignos de ese privilegio, pero también nos sabemos amados.
Si nos disponemos, de corazón, auténticamente, a entregarle nuestra vida a Dios, y a reflejar, en medio de nuestras miserias, una pequeñísima parte de ese Amor eterno que nos sostiene y alimenta, no nos veremos decepcionados.
Porque, como el Señor nos dijo a cada uno de nosotros a través del profeta Elías, “si haces esto, tu luz brillará como el amanecer” (Elías 58:8).
“El que desprecia el infierno o lo olvida, no escapará de él” decía San Juan Crisóstomo.
No debemos basar nuestra moral en el miedo al infierno sino en el amor a Dios.
Pero el temor a un castigo eterno nos ayudará a evitar aquello que nos causará un daño irreparable.
Pensar en el infierno es saludable y provechoso en momentos de ceguera y debilidad.
Y automáticamente ellos nos lleva a pensar en el amor de Dios.
El temor santo del infierno ha hecho muchos santos, aquí traemos ejemplos de cómo funciona.
Pero en la medida que occidente lo empezó a ver como una metáfora, se extinguió una de las fuerzas que hacía a la gente más respetuosa de la moral cristiana y aspirante a la santidad.
Hay muchos testimonios de santos que gracias al temor santo al infierno se convirtieron y luego fueron un ejemplo para los demás.
Acá traemos la historia de un beato franciscano que murió martirizado en 1622 y que ingresó a la vida religiosa gracias a un testimonio sobre el infierno.
Y otro relato sobre cómo un hombre que debía estar muerto, apareció en la habitación de una dama, la tomó de la muñeca quemándola hasta el hueso, pronunciando estas palabras: “¡Hay un infierno!”
A San Padre Pío (1887-1968) una vez le preguntaron qué pensaba de las personas que no creen en el infierno. Él sabiamente respondió: “Ellos creerán en el infierno cuando lleguen allí” .
EL SANTO TEMOR AL INFIERNO
Los que niegan el infierno no conocen la Palabra de Dios.
Se dejan llevar por un mundo que se burla u opta por ignorar las realidades más importantes.
Los que se burlan del infierno también morirán, como todos, y no podrán escapar de la realidad.
Dios quiere que todos estemos unidos con Él en el cielo para toda la eternidad.
Sin embargo, en los Evangelios, Jesús habló a menudo del infierno y del castigo eterno, al hablar de un lugar de
«… tinieblas exteriores, donde habrá llanto y rechinar de dientes.»(Mateo 8:11-12)
Y del castigo eterno de los sin compasión y las personas no caritativas colocadas a su izquierda en el Juicio, declarando:
«Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles.» (Mateo 25:41)
O también
«Si, pues, tu mano o tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo y arrójalo de ti.
Más te vale entrar en la Vida manco o cojo que, con las dos manos o los dos pies, ser arrojado en el fuego eterno.
Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti.
Más te vale entrar en la Vida con un solo ojo que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna del fuego» (Mateo 18:8-9),
Y esto son sólo algunas de las muchas ocasiones en que Jesús habló del infierno.
Además, la enseñanza del infierno es un dogma infalible de la Iglesia Católica.
Es uno de las «cuatro últimas cosas» – el cielo, el infierno, la muerte y el castigo – que la Iglesia presenta a cada uno de nosotros para contemplar.
En resumen, Jesús y Su Iglesia siempre han fomentado un saludable temor al infierno. .
Y los que han estudiado la vida de los santos y otras personas piadosas han encontrado que la mayoría de ellos tenía un miedo muy saludable y beneficioso del infierno. .
Que les inspiró y animó a luchar contra las tentaciones del mal que se les presentaron.
EL CIELO Y EL INFIERNO SON DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA SEGÚN DIOS
El amor de Dios y el cielo no tienen sentido sin creer también en la realidad y la posibilidad de infierno.
Se trata de la libertad de elegirlo a Él o no, elegir el amor o el odio.
Creer en el infierno hace que el cielo sea posible y no creer en el infierno hace que el cielo sea imposible. .
De ahí que sin temor al infierno no hay posibilidad de trabajar para el cielo.
Hay un dicho que dice que “el pecado es su propio castigo”. Muy cierto.
La Iglesia nos enseña el bien y el mal para nuestro bien y nuestra protección.
La Santa Madre Iglesia, como toda buena madre, quiere ayudar a sus hijos a evitar caer en las trampas que le harán daño o le destruyan.
Si un padre advierte a un hijo contra el uso de la marihuana, no es porque está tratando de echar a perder su diversión.
Sino porque sabe que hay una buena probabilidad de que él vaya a perderse, a estropear su vida con tal adicción y herir a los demás en el proceso.
Creer en el infierno, lejos de negar la bondad de Dios, la ilustra.
Con el fin de vivir en paz eternamente Dios nos ofrece alinearnos con Su voluntad.
Pero si un humano tiene la voluntad de oponerse, se le abren las puertas del infierno, haciendo imposible el cielo; es uno u otro, los dos no pueden ser.
Basta con mirar a nuestra sociedad en estos días.
A medida que más y más personas se desconectan de Dios y de su Iglesia y viven de acuerdo con su libre voluntad, exigen que sus necesidades y deseos se cumplan a toda costa.
Todos conocemos gente así; aquellos que exigen la felicidad en sus propios términos y hacen a todos a su alrededor miserables.
Lo vemos todo el tiempo, aquellos que no se detendrán ante nada, destruyendo a cualquiera que se interponga en el camino de sus ambiciones.
¿Hay que creer que en el momento de la muerte cambiamos mágicamente, y perdemos la personalidad que tuvimos en la Tierra y el libre albedrío y nos convertimos en robots en el cielo?
¿No significaría que dejamos de ser lo que somos?
¿No será que se hicieron acreedores de la muerte eterna?
A medida que más y más personas se separan de Dios y del orden moral, estamos viendo una imagen cada vez más degenerada en la Tierra.
Y un presagio de lo que va a ser su comportamiento en la eternidad.
Estamos viendo literalmente un infierno en la Tierra.
Basta con mirar lo que está pasando con el ISIS en el Oriente Medio.
O con la exigencia de los nuevos derechos en occidente: aborto, homosexualidad, eutanasia, pornografía, drogadicción, etc.
Un Dios bueno y justo no sólo no forzará la bondad en los que de manera vehemente se oponen a la misma, sino que no someterá sus voluntades depravadas por otra, para toda la eternidad.
Eso simplemente no tiene sentido.
O Dios nos quita la libre voluntad (lo que nos hace humanos) y permite ir a todos al cielo, independientemente de su comportamiento y el deseo de estar allí, sin respetar nuestro libre albedrío.
O Él nos permite elegir también a los demonios y aceptar nuestra elección de no querer estar en el Cielo por toda la eternidad.
Irónico, ¿verdad?
Creer en el infierno hace que el cielo sea posible y no creer en el infierno hace que el cielo sea imposible.
Veamos dos ejemplo de conversión por comenzar a creer en el infierno.
TESTIMONIO DEL BEATO RICARDO DE SANTA ANA
El Beato Ricardo de Santa Ana, fue un sacerdote franciscano martirizado al ser quemado en la hoguera en Nagasaki, Japón, en 1622.
La aparición célebre de un alma condenada fue atestiguada por el Beato Ricardo como la razón principal que le llevó a ingresar en los franciscanos.
El testimonio está relatado en tres obras: Adrian Lyroeus documentado en su «Marianum Trisagium, Libro III», San Alfonso María de Ligorio, que también cita a los mismos hechos en sus «Glorias de María», y por último en «Los anales de las Misiones Franciscanas, para los años 1866-1867».
Mientras Ricardo estaba viviendo en Bruselas en 1604 había dos jóvenes estudiantes que en vez de aplicarse al estudio, sólo pensaban en cómo vivir en el placer y el pecado.
Una noche, entre otras, cuando había ido a caer en el pecado en una casa de prostitución, uno de los dos abandonó el lugar después de algún tiempo, dejando a su compañero en el pecado detrás de él.
Llegado a casa, estaba a punto de acostarse en la cama, cuando se acordó de que no había recitado aquel día los pocos «Ave María», que tenía la costumbre de decir todos los días desde la niñez en honor de la Santísima Virgen.
Mientras era vencido por el sueño, era muy difícil para él para recitar las oraciones cortas, sin embargo, hizo un esfuerzo y las dijo, aunque sin devoción; luego se quedó dormido.
LLEGA SU AMIGO
Poco después oyó unos repentinos y groseros golpes en la puerta, e inmediatamente después vio ante sí a su compañero, desfigurado y horrible.
«¿Quién eres tú?» le dijo.
«¿Qué? ¿No me reconoces?», respondió el joven infeliz.
«Pero, ¿cómo estás tan cambiado? Te ves como undiablo»
«¡Oh, ten misericordia de mí, porque estoy condenado!»
«¿Cómoeseso?»
«Bueno, al salir de esa casa maldita una persona mala saltó sobre mí y me estranguló. .
Mi cuerpo se ha quedado en el medio de la calle, y mi alma está en el infierno. .
Sabed, además, que el castigo mismo te esperaba, pero la Virgen te preservó, gracias a tus prácticas de recitar todos los días las tres Ave Marías en su honor. .
Y bendito eres, si sabes cómo sacar provecho de esta información, que la Madre de Dios te da a través de mí».
Cuando acabó estas palabras, el alma condenada abrió parcialmente su manto, y permitió que las llamas y los espíritus malignos que lo estaban atormentando se vieran, y desapareció.
LE LLEGA EL MENSAJE SOBRE SU VIDA
Entonces el joven, sollozando incontrolablemente, se arrojó de cara en el suelo y oró por mucho tiempo, dando gracias a la Santa Virgen María, su libertadora.
Mientras él estaba orando de esta manera comenzó a reflexionar sobre lo que debiera hacer para cambiar su vida.
Y en ese momento este joven del que habla Ricardo oyó sonar el timbre a maitines en el Monasterio Franciscano cercano.
En ese mismo momento gritó:
«Así que ahí es donde Dios me está llamando a hacer penitencia.»
Muy temprano a la mañana siguiente se fue al convento y le rogó al Padre Guardián que lo recibiera.
El Padre Guardián, que era muy consciente de su mala vida, no estaba en absoluto interesado en aceptarlo.
El joven estudiante, derramando un torrente de lágrimas, le relató todo lo que había ocurrido.
El buen sacerdote inmediatamente envió dos religiosos a la calle indicada, y allí encontraron el cadáver del miserable joven.
El joven fue ingresado pronto como postulante entre los hermanos, a los que pronto edificó por una vida totalmente dedicada a la penitencia y a la reparación. . Fueron estos hechos terribles que tocaron la cuerda profunda del santo temor del infierno, y la devoción a la Santísima Virgen en el propio Ricardo. .
Así que él también inmediatamente se consagró enteramente a Dios y a la Santísima Virgen en la misma orden en que el joven estudiante, tan maravillosamente protegido por María, acababa de ser recibido.
UNA VIUDA MUNDANA CON UN AMANTE
Este otro incidente es referido por un honorable sacerdote y superior de una comunidad religiosa.
Este sacerdote tuvo los detalles de la historia a partir de una estrecha relación de una dama quien se lo contó.
En el momento de este relato, el día de Navidad de 1859, esta persona aún estaba viva y tenía aproximadamente cuarenta años de edad.
Por lo tanto no se menciona ningún nombre en el registro de este evento para proteger la identidad de las personas.
La mujer en cuestión en esta historia estaba viviendo en Londres, en el invierno de 1847-1848.
Ella era viuda, de alrededor de veintinueve años de edad, muy rica y mundana.
Entre los jóvenes que la visitaban estaba un joven señor de mala conducta que la cortejaba y con quien ella eventualmente cometió una serie de pecados.
Una noche estaba en la cama leyendo una novela cuando el reloj dio la una en punto. .
Ella apagó la vela y estaba a punto de dormirse cuando, para su gran sorpresa, se dio cuenta de un brillo extraño de la luz que venía de la puerta del salón, que se extendió poco a poco a su habitación.
HAY UN INFIERNO
Estupefacta en un primer momento y sin saber qué era aquello, comenzó a alarmarse.
Cuando vio que la puerta de la habitación se abría lentamente y el joven señor, el socio de sus desórdenes, entró en el cuarto.
Antes de que tuviera tiempo de decir una sola palabra, él la agarró por la muñeca izquierda, y con una voz silbante, le dijo en inglés: “¡Hay un infierno!”. .
El dolor que de repente sintió en su brazo fue tan grande que inmediatamente se desmayó.
Cuando volvió en sí, alrededor de una media hora después, inmediatamente llamó a su doncella.
Esta última, al entrar, notó un fuerte olor a quemado.
Acercándose a su señora que estaba desesperada y casi no podía hablar, notó de inmediato en la muñeca una quemadura tan profunda que el hueso estaba al descubierto, y la carne casi toda consumida.
Por otra parte, señaló que, desde la puerta del salón a la cama y de regreso de la cama a la misma puerta, la alfombra llevaba las marcas de pasos que habían quemado las fibras de la alfombra.
Según las instrucciones de su ama, ella abrió la puerta del salón y allí se encontró con más huellas sobre la alfombra.
SU AMANTE HABÍA MUERTO
Al día siguiente, la infeliz señora supo, con un terror que fácil imaginar, que en esa misma noche, hacia la una de la mañana, su amigo, había sido encontrado borracho medio muerto debajo de la mesa. .
Y que sus sirvientes lo habían llevado a su habitación, y había muerto por intoxicación etílica en los brazos de ellos.
El sacerdote superior dijo en su relato que ella todavía está viva y que, para ocultar de la vista las huellas de su ominosa quemadura, lleva en la muñeca izquierda, como un brazalete y un anillo de oro ancho, del que ella no se despega de día o de noche.
Lo repito: tengo todos estos detalles de su pariente cercano, una cristiana seria, a cuya palabra presto la mayor creencia, dice el sacerdote.
De esta historia nunca se habla, incluso en la familia, y sólo se me confió a mí, suprimiendo todo nombre propio.
UN REVERENTE TEMOR
Estas historias nos inspiran no sólo un saludable y necesario temor de la terrible condenación eterna, sino una certeza de la infinita grandeza de Dios.
Dios se esconde a nuestra vista. Es pudoroso con respecto a nosotros, y no se nos manifiesta en todo su poder.
Él sabe que nos asustaría tan grande demostración, porque somos pequeños y todo lo que tiene relación con Él es inmenso.
Nos envía señales de Su grandeza: los milagros, las curaciones inexplicables, la Naturaleza, el tamaño de los océanos, el sol, la luna, el inconmensurable número de estrellas en el firmamento, la altura de los acantilados, la profundidad de los abismos.
Todo eso es imagen suya.
Pero aún siendo tan inmenso, Él eligió venir al mundo como un Niño pequeño y frágil.
El maligno lo tentó en el desierto instándolo a realizar acciones espectaculares.
Nada más lejano a Él.
Porque Él tiene todas las virtudes, y la humildad y la modestia le pertenecen, se originan en Él.
Y quiere que lleguemos a Él por amor.
No nos obliga, nos quiere libres, libres para vivir, libres para construir, libres para amar, en definitiva, libres para elegir seguirlo hasta llegar al Reino donde nos espera.
El infierno sí existe, pero no fue creado para el hombre. Lo fue para el demonio y sus ángeles.
Y es el único lugar del mundo en donde Dios no está. Esa es la terrible realidad del infierno: la ausencia de Dios.
El hombre, que vive en esta tierra creada con primor por el Altísimo, tierra cálida, confortable, fértil, que produce frutos que lo alimentan, frutos que proceden “de la tierra y del trabajo del hombre”, como bien dice la Plegaría Eucarística, ese hombre tan mimado por Dios, vive de la presencia de Dios sin notarlo.
Cree neciamente que no necesita a Dios y lo niega, pero en realidad no sabe lo que es vivir sin Dios porque el Altísimo está hasta en el aire que ese hombre respira.
Y en el colmo de su estupidez, que es mucha, desprecia toda invitación amorosa a volverse hacia su Creador.
Y continuando orgullosamente por el camino del desprecio y la soberbia, elegirá mal y se dará cuenta tarde, cuando nada pueda impedir su caída en el abismo.
Allí comprenderá, entre lamentos, lo que es realmente vivir sin Dios.
Pero Dios no quiere eso, desea a cada una de Sus criaturas de regreso a Él, vino personalmente a buscarnos y tomó sobre Su Sagrada Persona toda la maldad de todos los tiempos de la humanidad.
Rectifiquemos entonces el camino, estamos a tiempo, y volvámonos hacia el único Ser que nos amó hasta el punto de morir para evitarnos a nosotros la muerte eterna.
La forma de comprender el sufrimiento en el mundo es considerar su capacidad redentora.
Los sufrimientos humanos se unen con la obra de Jesucristo, para expiar los pecados del mundo.
Y salvar almas de la condenación eterna.
En este contexto hay almas que se ofrecen conscientemente a ser almas víctima (que sufren).
Otras se ofrecen como almas víctimas cuando sus sufrimientos no cesan y en vez de enojarse, los entregan a Dios.
Y otros nacen como almas víctima, los discapacitados, y son un testimonio del valor de la vida para todos.
Dios es respetuoso de nuestro libre albedrío, de modo que en alguna instancia debe haber consultado a cada alma si consienten ser almas víctimas. .
Esto puede haber sucedido conscientemente en la tierra o haberse generado cuando su creación.
EL MISTERIO DE QUE UNOS SUFRE MÁS QUE OTROS
En nuestra experiencia vemos que algunas personas sufren cargas más pesadas que las nuestras.
Dicho de otra forma. Los sufrimientos en la vida no se distribuyen de la misma manera y proporcionalmente entre toda la humanidad.
Hay ciertos individuos qué llamamos almas víctimas que tienen dolores mucho más fuertes.
¿Por qué?
Alexandrina De Costa
Esto no se entiende si no se piensa en el poder redentor del sufrimiento humano.
El diseño misterioso del Padre Eterno implica que es necesario hacer reparación por el pecado.
San Pablo dijo
“Me regocijo en mis sufrimientos, y en mi carne completo lo que falta en los sufrimientos de Cristo, por el bien de su cuerpo, es decir la Iglesia” (Colosenses 1:24)
Y en Romanos 8:17 dice
“Sufrimos con Él para que también nosotros podamos ser glorificados con Él”
A pesar que Jesucristo cumplió nuestra redención con su sufrimiento, las escrituras también dicen del valor del sufrimiento humano.
“El que quiera venir en pos de mi niéguese a sí mismo tome su cruz y sígame” (Marcos 8:34)
Juan Pablo II en Salvifici Doloris dice cada hombre tiene su propia participación en la redención y está llamado a compartir el sufrimiento por el cual se realizó la redención.
Al llevar a cabo la redención a través del sufrimiento, Cristo también ha elevado el sufrimiento humano al nivel de la redención.
También en 1 Corintios 10:13 se asegura que somos capaces de llevar cualquier Cruz que Dios nos pide porque recibiremos la fortaleza para soportarla.
Hay una relación estrecha entre Jesús y las almas víctimas, que es fundamental para lograr la reparación y la redención a través de su sufrimiento.
Esto requiere la gracia de Jesús y su completo abandono a Su santa voluntad en una cooperación libre.
San Padre Pío ha dicho que pocas almas están llamadas a ser almas víctimas, pero sin embargo todos estamos llamados a llevar nuestra Cruz con paciencia y amor.
Santa Gemma Galgani
¿QUÉ ES UN ALMA VÍCTIMA?
Es una persona qué ha sido elegida por Dios para sufrir física y espiritualmente en mayor proporción que la demás gente.
Y acá tenemos dos vertientes la mayoría de la literatura.
Una habla de que el alma víctima acepta racionalmente y voluntariamente en su vida en la Tierra la misión, ofreciendo sus dolores para la salvación de los demás y en reparación por los pecados de la humanidad.
Y hay otra vertiente que dice que, en algunos, la designación de alma víctima no se hace con la participación consciente racional de la víctima durante su vida terrena.
Tal es el caso de aquellas personas que nacen con discapacidades o personas, que aun naciendo normalmente, después sufren en su vida de manera especial, con enfermedades u otros problemas.
En estos casos es posible e incluso probable, que haya habido una aceptación previa del alma antes de nacer, porque Dios es muy celoso de nuestro libre albedrío.
Pero en el caso de aquellos que nacen normalmente y luego tienen un dolor más allá de lo normal, debe haber una conversión, entendiendo que su dolor es redentor y que deben entregar su dolor.
La misión de estas almas víctima es llevar almas a Dios en unión con el Salvador, en el ejemplo de la propia pasión y muerte de Cristo.
Es notable la unión especial entre Jesús y las almas víctiman, que a algunos les lleva decir que Jesús no sólo está con ellos, sino que está en ellos.
Esto le lleva a decir a San Pablo en Gálatas 2: 20
“He sido crucificado con Cristo y ya no soy yo quien vive, sino Cristo vive en mí”.
En definitiva las almas víctimas cooperan como co-redentores con Jesús en la reparación de los pecados de la humanidad y para la conversión de los pecadores
Aunque esto es más general, porque todos estamos llamados de alguna manera a ser corredentores con Cristo, al unir nuestros sufrimientos con los sufrimientos de Jesús, de modo que Él derrame torrentes de gracia sobre las almas que lo necesitan.
En muchos casos la gracia del alma víctima va acompañada con fenómenos místicos.
Por ejemplo podemos citar el caso de la hermana Josefa Menéndez que tuvo temporadas de dolor físico y espiritual insoportables y que también experimentó visiones místicas.
Ella dice que cuando Jesús le pidió que fuera alma víctima le dijo que ser una víctima necesariamente implica la inmolación, y como regla, la expiación por otros.
Dios guía a las almas para que actúen como mediadores sufriendo y expiando para quienes su inmolación será provechosa.
Lo puede hacer derramando gracias de perdón sobre ellos, haciéndole ver sus pecados, intercediendo ante la justicia divina.
Ha habido almas víctimas muy conocidas como Santa Gemma Galgani Santa Faustina Kowalska, el Padre Pío, Teresa Neumann Alejandrina Da Costa, Mary Rose Ferron, Marta Robin.
Quienes han sido además videntes.
Por ejemplo Jesús le dijo a Gemma Galgani
“Hija mía tengo necesidad de almas víctima fuertes para apaciguar la justa ira de Mi Divino Padre, necesito almas que por sus sufrimientos pruebas y sacrificios hagan las paces por los pecadores y por su ingratitud”.
LA VICTIMIZACIÓN Y LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
La victimización se relaciona con el dogma de la comunión de los santos.
Qué implica que las oraciones y las acciones de un miembro de la iglesia pueden ser ofrecidas para ayudar a otro miembro de la iglesia en cualquiera de los otros estados (la iglesia purgante, la triunfante o la que peregrina en la tierra).
San Pablo dice en 1 Corintios 12:26
“Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él y si se honra a un miembro todos los miembros se regocijan con él”.
En las apariciones de Fátima la Santísima Virgen también habló sobre la victimización, refiriéndose al sufrimiento, la penitencia y la reparación.
En la aparición de agosto de 1917 habló de la necesidad de
“Orar mucho y hacer sacrificios porque muchas almas van al infierno y no tienen a nadie quien les rece y haga sacrificio por ellos”.
Y le pidió a los videntes que sufrieran y se sacrificaran en reparación por ellos.
Especialmente hicieron esto los dos videntes que murieron rápidamente, los hermanos Marto.
Jacinta Marto aceptó generosamente el sufrimiento que María le pidió siendo una víctima.
Sufrió mucho en su enfermedad y al final de su vida dijo “Ahora muchas almas se salvarán porque yo sufro mucho”.
Tuvo la gran intercesión de la Santísima Virgen para cumplir la reparación de su dolorosa operación y de morir sola en un hospital sufriendo dolores físicos extremos.
Sin embargo se siente repugnancia ante las almas víctima. Es normal sentirlo.
En nuestra cultura hedonista el dolor es casi como un pecado y es nuestro deber huir de él.
Por eso no es valorado el sufrimiento que llevan las personas.
Pero también Nuestro Señor sintió rechazo inicial por el dolor en su oración en el jardín de Getsemaní.
Y la propia Jacinta sintió rechazo cuando su operación.
De modo que el dolor de la victimización sólo se puede llevar y valorar por otros cuando existe la gracia de Dios.
LA LEGIÓN DE ALMAS VÍCTIMA
María Concepción Zúniga López de México escribió el libro Legión de Almas Víctima en 1966, que recibió el imprimatur del obispo de Chilapa Fidel Cortés Pérez.
Allí habla de una especie de movimiento de almas víctima.
Y define la legión de almas víctimas como un grupo de personas que tienen el objetivo de salvar a otras almas ofreciendo sus acciones y sufrimientos a Dios, unidos a los sufrimientos de Cristo.
Ella dice que estas personas viven sus vidas escondidas y que son conocidas básicamente por Dios, porque no hay ninguna lista ni organización ni reuniones de ellos.
Son visibles públicamente sólo bajo obediencia, porque estás almas hablan poco y nunca hablan de sus obras.
Se las conocerá el día del Juicio o cuando Dios decida revelar porque lo considera importante en ese momento; si no, sufrirán en silencio y mediante acciones ocultas
Ella también dice que ofrecerse para alma víctima es una decisión grave y no debe tomarse a la ligera.
Y después que la persona se ofrece, ¿cómo sabe si Dios la aceptó?
Lo sabe por el sufrimiento inesperado que le llega, que pueden ser enfermedades dolorosas, accidentes, ataques y acusaciones infundadas, abandonos.
También la pérdida de alguien que uno quería mucho o pérdida de sus propiedades.
O incluso no sentir alegría en la oración y la meditación.
Así por ejemplo Jacinta Marto, que había ofrecido sus sufrimientos en reparación por los pecadores, supo que Dios la había aceptado cuando contrajo la enfermedad dolorosa, se tuvo que ir a un hospital lejano sola y someterse a una operación dolorosa.
Por otro lado, las personas que en este momento están sufriendo sin haberlo buscado o pedido, pueden ofrecerse como almas víctima.
De esa forma no desperdician su sufrimiento quejándose y lo transforman en un insumo para su propia salvación y la de los pecadores.
Un caso que muestra esto es el de Santa Liduvina de Schiedam.
Ella tuvo un accidente mientras patinaba cuando era joven que la puso en cama durante toda su vida.
Rezaba va por su cura pero su cura no venía. Y un sacerdote que le llevaba la comunión le enseñó a meditar sobre los sufrimientos de Cristo.
Así ella se dio cuenta que su vocación era la de alma víctima ofreciendo el sufrimiento a Dios por las almas pecadoras.
También está el caso de Santa Mónica, que sufrió mucho tiempo a causa de la incomprensión de su hijo Agustín y esperó 10 años antes de la conversión de su hijo.
Sin embargo hay casos en qué el sufrimiento entregado por una causa no logra cambiar la situación y recién cuando la persona llega al cielo se produce el cambio.
Una de las cosas llamativas de las que esta autora habla es que si bien no hay prácticas exteriores formales, se recomienda a las almas víctimas que besen a menudo el suelo.
Nuestro Señor le pidió a Josefa Menéndez que besara el suelo frecuentemente, la Santísima Virgen le pidió a Santa Bernardita en Lourdes lo mismo, para la conversión de los pecadores.
Y los videntes de Fátima rezaban con cara al suelo y besando el suelo.
Los pecadores graves pueden ser almas víctima siempre y cuando hayan confesado su pecado, hayan hecho penitencia y ofrecido una expiación adecuada
El ejemplo más notable de esto es San Pablo, un gran pecador, que incluso participó en la lapidación de San Esteban, a quien luego Dios le dio la vocación de apóstol y de víctima.
Hoy Dios desea que nosotros personas comunes nos transformemos en almas víctimas porque estamos viviendo un periodo de grave crisis.
E incluso espera que nos comportemos como mártires, al igual que mujeres y niños débiles actuaron de esa manera en las grandes persecuciones de la Iglesia.
Pero esto sucede cuando Dios da la gracia para actuar de esa forma.
EL SUFRIMIENTO INOCENTE
Hay un gran misterio en todo esto, que es el sufrimiento de los niños, los discapacitados y los ancianos.
Su sufrimiento es un testimonio qué tiene un propósito y nos está diciendo algo.
Santa Teresita de Lisieux creía que su sufrimiento podía aportar para los otros.
Su momento de dolor, molestias o tristezas se lo ofrecía a Dios creyendo que se unía con Su amor trabajando para el mejoramiento del hombre.
Y concretamente pedía a Dios que tomará su sufrimiento para ayudar a los misioneros en el mundo. Por eso, sin haber salido de su convento, es considerada la patrona de las misiones.
En una época como la nuestra en que la población en occidente está envejeciendo deberíamos considerar como redentor el sufrimiento de los ancianos y los enfermos.
Un testigo de ello fue Juan Pablo II quien vivió el drama de su vejez y de su enfermedad mostrándolo deliberadamente a todo el mundo.
Esto nos trae también al beato Carlo Gnocchi, un sacerdote italiano capellán militar durante la Segunda Guerra Mundial que escribió el libro La Pedagogía del Sufrimiento Inocente.
Los horrores que presenció en la guerra, especialmente en los jóvenes, le llevó a escribir el libro.
Él sostiene que los niños que sufren son especialmente iconos vivientes de Cristo crucificado.
Dice que los niños son especialmente llamados a llevar su sufrimiento mostrando la pureza de su sacrificio.
El sufrimiento en nadie se hace más transparente, claro, evidente e inmediato que en un niño.
Y por eso dice que un niño que sufre discapacidad, mutilación, pobreza, enfermedad, ignorancia, abandono, debe despertar en nosotros un profundo sentimiento de respeto y veneración, casi diría que debería ser un culto.
Dice que en cada niño que sufre deberíamos ver el rostro de Jesús.
Esto lo sentimos frecuentemente cuando nos enfrentamos a niños discapacitados.
Aún ante los corazones más duros los ojos brillan cuándo estamos frente a un discapacitado porque su testimonio nos habla de esperanza.
Hoy es casi imposible no conmoverse frente a un niño discapacitado.
Y es tan doloroso su testimonio que muchos padres abortan cuando tienen el riesgo de procrear un niño discapacitado.
Ellos no eligieron conscientemente en la tierra ser discapacitados.
Lo que nos lleva a pensar que quizás haya habido un pacto anterior con Dios, en qué usando su libre albedrío, ellos hayan decidido en ser almas víctima en su creación.
En definitiva el sufrimiento tiene dos razones básicas para todos.
Cancelar las deudas de nuestros pecados y del pecado original.
Y en segundo lugar, participar del acto redentor de Cristo sufriendo para que los pecadores se salven.
Hay nuevas alianzas mundiales gestándose que nos podrían desorientar.
Hoy los musulmanes sunnitas se están acercando a los judíos.
Los judíos están obsesionados en que su mesías ya llega, al igual que los musulmanes creen que llega el Mahdi.
Mientras los europeos se están encargando de destruir en occidente cualquier vestigio de cristianismo.
Este escenario podría entenderse si se leen las profecías de un santo asceta griego, Elder Paisios. .
La fama de Elder Paisios es similar a la de Nostradamus en cuanto a su capacidad profética.
Este monje ortodoxo vivió su vida en el Monte Athos. Y es un santo canonizado para la iglesia ortodoxa griega.
Murió en el año 1994 y fue tal su fama que ya 11 años después de su muerte fue canonizado.
Las profecías de Elder Paisios hablan de conspiraciones para gobernar el mundo y de una camarilla de 5 personas que gobiernan el mundo.
Hablan sobre las guerras que se vendrán y sobre el totalitarismo creciente en Europa y en Norteamérica.
También sobre el mundo moderno globalizado en una marcha veloz hacia el libertinaje y la locura, y sobre el juicio final
QUIÉN FUE ELDER PAISIOS
Elder Paisios vivió en el lugar donde por siglos han vivido y orado monjes ortodoxos por el mundo.
Nació en 1924 y murió en 1994, y es considerado como el asceta del Monte Athos más grande del siglo XX.
Durante su vida miles de personas viajaron para buscar su consejo y conocer sus profecías.
Este humilde monje griego advirtió sobre los grandes cataclismos que nos esperan.
Fue un hombre de una gran estatura espiritual que recibió habitualmente visitas de Jesucristo, la Santísima Virgen y Santos.
Y además recibió abundantes dones sobrenaturales.
Nació en Capadocia el 25 de julio de 1924 con el nombre de Arsenios Eznepides.
Emigró con su familia a Grecia después de la guerra greco turca.
Trabajó como carpintero después de completar educación primaria.
Y como operador de radio en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial.
Luego de terminada la guerra fue al Monte Athos para convertirse en monje.
Su padre espiritual fue el Elder Symeón en el monasterio de Philoteau y allí recibió el nombre de Paisios.
En 1996 fundó el monasterio de San Juan El teólogo que guió espiritualmente hasta su muerte en 1994; allí residen las reliquias de este Santo.
Sanó a muchas personas de cánceres y a paralíticos.
Tuvo el don de exorcizar demonios de la gente.
También el don de la profecía sobre eventos del futuro de la historia.
El don de la cardiognosis, conociendo el corazón de las personas, lo que le permitía aconsejarlas con precisión.
Mostró el don del discernimiento de espíritus que le permitía conocer si algo venía de Dios o del diablo.
Otro don le permitía conocer cuál era la voluntad de Dios en cada caso y si debía darla conocer o no.
Fui a un vidente que recibió visitas de la Virgen María, de Nuestro Señor Jesucristo, de Santos y Ángeles.
Quienes lo instruyeron desde el punto de vista teológico y sobre los misterios de Dios.
Y también tuvo el don del amor, pudiendo mostrar un amor sin límites y un sacrificio absoluto por la demás gente.
Por todo esto era visitado por cientos de personas diariamente en su humilde celda.
Monasterio San Juan el Teólogo
PROFECÍAS DE ELDER PAISIOS
Dos de las profecías de Elder Paisios se cumplieron.
A fines de los años 70 el predijo que la Rusia soviética colapsaría 70 años después de la revolución bolchevique de 1917, lo que efectivamente sucedió porque el Muro de Berlín cayó en 1989.
También previó la invasión turca a Chipre dos semanas antes de que ocurriera, en 1974.
Y para el futuro él ha predicho que la nación de Israel será destruida 70 años después de su Renacimiento. Estos 70 años se cumplen en el año 2018.
Paisios menciona como prolegómenos el ataque de Israel a sus vecinos con armas nucleares, cuándo vean que su fin se acerca.
Profetizó que luego de esto dos tercios de los judíos se volverán cristianos.
Además previo la destrucción de Turquía por parte de Rusia cuando ataque a Grecia.
Y la OTAN se enfrentará a Rusia pero será destruida.
Sitúa el comienzo del Armagedón cuando Turquía cierre la presa del Río Éufrates y al poco tiempo, cuando el templo de Salomón sea reconstruido.
La destrucción de Turquía implicará su división en trozos. Una parte irá Grecia, otra parte a Armenia y otra al Kurdistán.
SOBRE LOS TIEMPOS MODERNOS Y LA FAMILIA
Paisios considera que los aliados del demonio están destruyendo la fe sacando una piedra tras otra de los cimientos de la familia.
Culpa a los cristianos que no hace nada para fortalecerla, porque eso envalentona aún más a los destructores.
Por eso define a la generación de hoy como la generación de la indiferencia, considerando que no hay guerreros sino sólo personas aptas para desfiles.
Mientras la iglesia está en silencio aparece la blasfemia y la impiedad en los medios de comunicación y la Iglesia no excomulga a los blasfemos.
Y todo esto en medio de una gran apatía que no genera testigos valientes de la fe.
Paisios reclama que cada uno haga lo que esté a su alcance, pero que lo haga, y lo demás dejarlo a la voluntad de Dios,
Cuando habla de la Iglesia Griega dice que “nuestros antepasados se levantarán de sus tumbas si no resistimos”.
Los destructores son cada vez más insolentes porque no hay testigos de la fe.
Y crítica a los cristianos y a los Metropolitas por callar para evitar el conflicto con el gobierno; y se pregunta “¿entonces quién hablará?”.
Mucho de lo que está escrito en el libro del Apocalipsis está saliendo la superficie de a poco.
Paisios piensa que la apostasía ya está sobre nuestras cabezas y que lo único que falta en este momento es que venga el “hijo de la perdición”.
El mundo está en una sucesión de locura tras locura, así que puede suceder cualquier cosa; pero la ventaja es que estos eventos serán en una sucesión muy rápida.
EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
Elder Paisios piensa el nuevo orden mundial se está construyendo a través del ecumenismo, con una religión hecha a medida de toda la gente, y de un gobierno mundial; y que éste es el plan de los demonios.
Dice que los sionistas ya están preparando a su Mesías que gobernara la tierra, pero será un falso Mesías.
Este surgirá es un momento de discordia generalizada donde todos clamaran por un rey Salvador.
Y en ese momento los sionistas ofrecerán a este hombre quien dira Yo soy el imán esperado, Yo soy el quinto Buda, yo soy Cristo, Yo soy el Mesías judío.
Pero en realidad será el anticristo, porque en su afán de gobernar la tierra los sionistas han hecho un pacto con satanás, y usarán el poder satánico para elevarlo.
Cuando se destruya la mezquita de Omar en Jerusalén, para restaurar el templo de Salomón, los judíos instaurarán ahí a su Mesías.
Elder Paisios considera que los rabinos saben que su Mesías ya vino hace 2000 años pero no lo aceptaron por su fanatismo y egoísmo.
Quienes sufrirán más en ese momento serán los cristianos.
Aunque la mayoría de ellos no entenderán que estamos sobre el final de los tiempos y que el sello del anticristo se está convirtiendo en realidad.
Y por eso que la escritura dice que incluso los elegidos serán engañados.
La economía global será construida sobre la base del número 666, como dicen las escrituras, porque sólo aquellos que reciban la marca podrán participar en la vida económica.
El vio que todo esto será operado a través de las tarjetas de crédito.
Sostiene que todo esto está siendo manejado por la Unión Europea en Bruselas.
Y que lo máximo que podemos sufrir serán 3 años y medio difíciles.
Piensa que no van torturar a nadie, pero sin la marca simplemente será imposible que una persona viva.
De modo que Paisios recomienda aprender a vivir una vida sencilla y moderada para atravesar estos años.
Reclama que la gente se vuelva a la agricultura, plante su tierra, y mantenga animales de algún tipo para alimentar a su familia.
Afortunadamente por el bien de los elegidos los días se acelerarán y Dios además estará presente con su ayuda.
Cuando esté en auge el anticristo aparecerá Cristo, qué pisoteará al mal y dará una sacudida al sistema anticristiano.
LA GRAN GUERRA
Presagia una guerra mundial tercera entre rusos y europeos.
Él considera una alianza entre los judíos y los europeos, con los judíos intentando gobernar Europa.
Los rusos serán los responsables de tomar Turquía, que desaparecerá del mapa mundial.
Y vaticina que un tercio de los turcos se convertirán en cristianos, otro tercio morirá en la guerra y otro tercio se irá a la Mesopotamia.
El medio oriente será un gran teatro de guerra cuando los chinos crucen el Éufrates hacia Jerusalén con un ejército de 200 millones de personas.
Es ahí cuando se acerca la destrucción de la mezquita de Omar y los judíos comienzan a reconstruir el templo de Salomón e instauran el Anticristo.
Curiosamente no menciona a los musulmanes como una fuerza importante a tener en cuenta.
Pero deja sobrevolando algo que parece se está construyendo en el momento actual.
Los musulmanes están siendo favorecidos por las elites gobernantes europeas.
A su vez los musulmanes sunnitas, liderados por Arabia Saudita, están acercándose a los judíos.
De modo que podría haber en el horizonte una alianza entre Europa occidental, los musulmanes sunnitas y los judíos.
El destino de los musulmanes chiitas, liderados por Irán, sería su desaparición, lo mismo que le sucederá a los turcos.
La incógnita es el papel que tendría EE.UU. y China, pero parecería que chinos y rusos serían aliados.
Tumba del Elder Paisios
10 PENSAMIENTOS ESPIRITUALES CÉLEBRES DE ELDER PAISIOS
UNO
Antes de hacer algo, piensa en lo que Cristo quiere que hagas; luego actúa en consecuencia. Pide la guía de Dios.
DOS
No mires lo que hace la gente, ni examines cómo y por qué lo hacen.
TRES
Los pensamientos perversos separan a los hombres de Dios.
Nuestro objetivo es someter totalmente nuestra mente a la gracia de Dios.
CUATRO
Si uno vive en el mundo de su orgullo, es decir de sus propios pensamientos, está lleno de ilusiones y está en peligro.
Debes ignorar los pensamientos positivos y negativos, confesarlo siempre a tu padre espiritual, y obedecer todo lo que le dice.
Solo debes confiar en él y no en tus propios pensamientos.
CINCO
Mientras el hombre humildemente piensa en sí mismo, la gracia de Dios permanece con él y lo protege.
SEIS
En nuestros días, las personas han perdido el control de sus vidas y no saben lo que están haciendo.
Ellos no desean ser guiados.
Quieren vivir sin perturbaciones, siguiendo su propio libre albedrío, lo que eventualmente los llevará a la destrucción total.
Ellos se engañan. Experimentan e interpretan todo usando su propia lógica.
En lugar de la gracia de Dios, la lógica humana rige su vida y su mente está en «confusión».
SIETE
Si una pasión gobierna nuestras vidas es porque lo aceptamos.
Si nos mantenemos esclavizados, lo hacemos porque amamos nuestra pasión y queremos ser esclavos por ella.
En el momento en que odiamos la pasión y dirigimos nuestro amor hacia Dios, inmediatamente nos volvemos libres.
OCHO
La Purificación requiere que el alma sea pura y limpia de nuestra propia voluntad; abandonar nuestra propia voluntad a la voluntad de Dios.
Humillar nuestra voluntad y elevar la voluntad de Dios.
NUEVE
Una persona que pide milagros para creer en Dios, carece de dignidad.
Si Dios lo desea podría hacer creer a todos con milagros.
Pero Él no lo hace porque no quiere ejercer la fuerza sobre el libre albedrío del hombre.
El hombre terminará creyendo en Dios, no por agradecimiento o debido a la excesiva bondad de Dios, sino debido a su «poder sobrenatural».
DIEZ
La Divina Providencia es el cuidado que proviene de Dios.
Cuida el más mínimo detalle de la más pequeña de sus criaturas.
Su providencia se ocupará de todo en nuestras vidas si rechazamos todo y nos volvemos totalmente dedicados a su amor.
El Adviento es la temporada que incluye los cuatro domingos anteriores a la Navidad.
El tiempo de Adviento marca el inicio del calendario litúrgico.
Y tiene tres actores principales.
Pero la principal figura es María, por eso es un tiempo mariano.
Siempre comienza a finales de noviembre o principios de diciembre. .
El 30 de noviembre o el domingo más cercano a esta fecha, la Iglesia Católica comienza el tiempo litúrgico de Adviento.
El Adviento termina el 24 de diciembre antes de la oración de la noche de Navidad.
La palabra «adviento» se deriva de la palabra latina «adventus», que significa «venida» o «llegada».
Durante este tiempo los fieles se preparan para la venida del Señor Jesús en tres formas:
En primer lugar, prepararse para la venida del Señor como Juez, ya sea en la muerte o en los tiempos finales.
En segundo lugar, prepararse para recibir la presencia real de nuestro Redentor en Navidad a través del Sacramento de la Sagrada Eucaristía.
En tercer lugar, prepararse para la llegada de la Navidad, el aniversario del nacimiento de la venida del Señor en este mundo como Dios encarnado.
¿CUÁLES SON LAS LECTURAS LITÚRGICAS DE LOS DOMINGOS DE ADVIENTO?
Cada uno de los cuatro domingos de Adviento tiene sus propias lecturas y características especiales:
Primer Domingo de Adviento: Las lecturas de miran hacia el «Final de los Tiempos» y la llegada del «Día del Señor» o la «Edad Mesiánica»; el Evangelio es un extracto del Discurso Apocalíptico de Jesús en uno de los evangelios sinópticos.
Segundo Domingo de Adviento: Las lecturas del Evangelio se centran en la predicación y el ministerio de Juan el Bautista como el precursor de Jesús, el que vino a «preparar el camino del Señor.»
Tercer Domingo de Adviento: Las lecturas del Evangelio seguirá centrándose en Juan el Bautista, mientras que la primera y segunda lecturas transmiten la alegría que los cristianos se sienten con la creciente cercanía de la encarnación y la salvación del mundo.
Cuarto Domingo de Adviento: Los Evangelios hablan de los acontecimientos que precedieron al nacimiento de Jesús, centrándose en la Virgen María.
¿CUÁLES SON LAS LECTURAS LITÚRGICAS ENTRE SEMANA EN TIEMPO DE ADVIENTO?
En realidad, hay dos conjuntos de lecturas entre semana para la temporada de Adviento:
Las lecturas para los días de semana hasta el 16 de diciembre son extractos de diversos capítulos de Mateo y Lucas; las primeras lecturas son en su mayoría desde el libro del profeta Isaías.
Las lecturas para los días de semana del 17 de diciembre al 24 de diciembre cubren Mateo 1 y Lucas 1, de forma secuencial; las primeras lecturas son seleccionados temáticamente de varios libros proféticos del Antiguo Testamento.
Los días de semana del 17 de diciembre al 24 de diciembre también hacen uso de las «antífonas de Adviento» no sólo durante la oración de la tarde en la Liturgia de las Horas, sino también en el verso Aleluya antes del Evangelio en la Misa.
EL TRÍO CENTRAL DEL ADVIENTO SON LA SANTÍSIMA VIRGEN, EL PROFETA ISAÍAS Y SAN JUAN BAUTISTA
Hay varios personajes de adviento, pero tres son los que sobresalen:
Isaías anuncia que va a venir el mesías en una impresionante profecía. .
San Juan Bautista es el encargado de señalar quien es el mesías.
La visión fue la siguiente:
Dios está en el templo, sentado en un elevado trono; junto a él, los serafines cantan: “¡Santo, santo, santo es el Señor Dios del universo! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!”.
A esta voz, las puertas tiemblan y una humareda inunda el recinto. Isaías grita: “¡Ay de mí, estoy perdido, porque siendo un hombre de labios impuros he visto con mis propios ojos al Señor de los ejércitos!”
Fue el precursor del Mesías y es uno de los personajes centrales de Adviento, ya que Isaías anunció al Mesías, el Bautista lo señaló y María la procreó en su cuerpo.
Juan el Bautista anuncia a Cristo no sólo con palabras, como los otros profetas, sino especialmente con una vida análoga a la del Salvador y además indicando quien es.
Juan el Bautista hace aún más concreto el mensaje de Isaías: él mismo prepara el camino al Señor, “predicando un bautismo de conversión”, anunciando la presencia de Uno que puede más que él, que bautizará con Espíritu Santo.
Gracias al anuncio misionero y a la preparación del nuevo camino al Señor “en el desierto”, cambia realmente el panorama espiritual del creyente..
LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA ES EL EJE DEL ADVIENTO
Con el nacimiento de Jesús mediante su madre María, comienza el “cielo nuevo y la tierra nueva”. .
Una realidad que muestra a María, la toda pura, sin mancha: ella es la Inmaculada (8 de diciembre).
Toda a preparación de Dios a su pueblo alcanza su culmen en la Santísima Virgen María, la escogida para ser la Madre del Redentor.
Ella fue preparada por el Señor de manera única y extraordinaria.
En la celebración de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María vemos a Nuestra Señora aplastando la cabeza de la serpiente.
Y ha sido preservada del pecado original heredado de nuestros primeros padres Adán y Eva, que se nos borra con el Bautismo.
Aunque no las consecuencias que es la concupiscencia y que en palabras del Apóstol San Pablo podríamos decir que “hago el mal que no quiero hacer y el bien que quiero hacer tanto me cuesta”.
La Virgen María fue la Madre del Primer Adviento que acabó en Belén hace veinte siglos. .
Y es también la Madre del Segundo Adviento que concluirá con el próximo retorno de Jesús en la gloria y nos invita a prepararle el camino. .
Lo mismo que Jesús vino la primera vez por María, vendrá de nuevo por medio de Ella.
LA PREFIGURACIÓN DE MARÍA YA ESTÁ EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
El papel de la Virgen en la “Historia de la Salvación” es muy esencial, no accidental como dicen los protestantes.
En las primeras páginas del Génesis, el capítulo III donde nos narra la historia del pecado original.
Dios, una vez que Adán y Eva han pecado no nos abandona a nuestra propia suerte, sino que al momento nos promete un Salvador, cuando dice a la serpiente (el diablo):
“Pongo perpetua enemistad entre ti y la Mujer (la Virgen), entre tu linaje y el suyo, Ella (la Virgen) te aplastará la cabeza, mientras que tú no la dañaras en el talón”.
Este texto fundamental es lo que los Santos Padres de la Iglesia han llamado el protoevangelio, porque allí Dios ya nos presenta su plan salvador y en este plan la Virgen ocupa un papel esencial y principal.
Al respecto podemos recordar las Apariciones de la Medalla Milagrosa o de Guadalupe de México donde la Virgen aparece “aplastando la cabeza de la serpiente”.
Todo el Antiguo Testamento está lleno de imágenes y figuras que son representaciones de la Stma. Virgen:
– El pozo de Jacob
– La Zarza que arde sin consumirse en el Sinaí
– La vara de Moisés
– El Arca de la Alianza
– La Torre de David
Las Santas mujeres del Antiguo Testamento también representan a la Virgen:
– Sara
– Judit
– Rhut
– Rebeca
– Esther
– Abigail
ADVIENTO: EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN
La historia de la salvación tiene en Cristo su punto culminante. Todo fue creado por Él y para Él, y todo se mantiene en Él.
En Él, el Padre ha dicho la palabra definitiva sobre el hombre y la historia.
La encarnación por tanto es la revelación de Dios hecho hombre a través de María Santísima por obra del Espíritu Santo. .
Viene al mundo a través de Ella.
Así es que Dios interviene en la historia de la humanidad a través de la mediación materna de María.
Es a través de Ella que viene el Redentor al mundo.
Es Ella quien lo trae y presenta al mundo.
Y así seguirá ejerciendo este rol medianero aún en nuestros días.
Por eso, no podemos fijar la mirada en la Encarnación sin la contemplación de la Virgen Santísima.
Ella es instrumento de la Encarnación, su SÍ ha sido fundamental. San Bernardo dijo:
“Nunca la historia del hombre dependió tanto, como entonces, del consentimiento de la criatura humana”.
No podemos vivir plenamente el Adviento sin dirigir la mirada al primer personaje que lo vive.
Ella ha sido preparada por Dios para esperar, para abrir el camino al Salvador.
La Fe es la virtud por la cual creemos firmemente en las verdades que Dios ha revelado.
La fe es una virtud infusa, dada por Dios directamente en el alma. Pero debe ser alimentada y hacerla madurar a través con nuestros actos de obediencia y confianza.
Creer siempre implica una renuncia a lo propio para aceptar la medida de Dios, que es infinitamente superior a las nuestras.
La Virgen Santísima, tuvo una fe ejemplar. .
No ha existido criatura alguna que pueda compararse a la fe de Ella, porque requirió de ella una fe heroica capaz de poder responder en plenitud al llamado que siempre viviría.
Según el Evangelista San Lucas, la Virgen María se mueve exclusivamente en el ámbito de la fe.
El saludo: “Ave, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc. 1,18), requiere fe pues el ángel le presentaba una identidad de la que ella no estaba consciente.
Es por eso que leemos que María se turbó ante aquellas palabras, porque el ángel la invita a darse cuenta de lo privilegiada y lo sublime que era la elección de Dios hacia ella.
Solo la fe le permite aceptar lo que el ángel le dice que es en el plan de Dios: La llena de gracia. Le lleva a aceptar con humildad el misterio de su propio ser, ya que es situada en un lugar singular para una criatura humana.
Y también Fe para creer que su Hijo sería llamado hijo del Altísimo.
La pregunta de María: “¿y cómo será esto pues no conozco varón?” no es una duda, o falta de fe, sino que María, que aparentemente había hecho un voto de virginidad y aunque estaba desposada con José, no intentaba romper su voto.
Y es por eso que ella debía oír de Dios como se daría esta concepción siendo ella virgen, ya que humanamente su maternidad era imposible.
Este camino de la imposibilidad es el que Dios elige para demostrar que en realidad para Él todo es posible.
La fe se convierte para María en la única medida para abrazar su propio misterio y a su mismo hijo, como un don que Dios le ha dado para el bien de todos.
Las palabras con que la Virgen María da su asentimiento: “Hágase en mí según su palabra”, nos revelan la consciente aceptación de su función. .
Esta respuesta solo la pudo dar un corazón lleno de fe.
“He aquí la esclava del Señor” es una profunda confesión de humildad y obediencia, la confianza total en la palabra de Dios, porque no encontrará obstáculo en el corazón de María, para aceptar de manera absoluta la palabra creadora (“la Palabra se hizo carne”).
Ella creía tanto en la Palabra de Dios, que se hizo carne en su seno virginal.
San Agustín dijo, “Ella concibió primero en su corazón (por la fe) y después en su vientre”.
Cuando María dijo: “Hágase en mí según tu Palabra”, dio su consentimiento no solo a recibir al Niño, sino a todo lo que conllevaba el ser la Madre del Salvador.
Este consentimiento de María pone de relieve la calidad excepcional de su acto de fe.
En el Cántico del Magníficat: Isabel dice a la Virgen María: “Bienaventurada por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor” (Lc. 2:45), e inmediatamente después María responde a ese reconocimiento de su fe, con el cántico del Magníficat.
“Miró con bondad la humillación de su sierva”
“En adelante me felicitaran todas las generaciones”
“El poderoso ha hecho grandes cosas en mi”
“Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que le temen”
María, Peregrina En La Fe Según El Vaticano II
En el documento conciliar Lumen Gentium capitulo VII, la Iglesia nos habla acerca de la fe de María Santísima.
1) Itinerario de Fe: Siguiendo a María a través de las diversas etapas de su itinerario terreno, se pone de manifiesto su constante y radical confianza en Dios.
A pesar de que esto es fruto de la gracia, es al mismo tiempo obra de la colaboración propia de María con el plan de Dios. .
Los padres de la Iglesia nos enseñan que María no fue un instrumento pasivo en manos de Dios, sino que cooperó en la obra salvación del hombre con fe y obediencia libres.
San Ireneo dijo, “creyendo y obedeciendo se hizo causa de salvación para si misma y para todo el género humano”.
“Lo atado por la incredulidad de Eva lo desató María mediante su fe.
El nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María” (Lumen Gentium # 56)
2) La fe de María es modelo para la Iglesia: pues igual que María, la Iglesia tiene su propio itinerario, y es la fe la que guiara a la Iglesia por todos los instantes de su vida.
La fe de María fue la más perfecta: las verdades sublimes le fueron presentadas y ella las acepto con prontitud y con constancia.
Ella fue llamada a tener una fe difícil.
Pues es verdad que Dios hizo en ella “cosas grandes” (Lc. 1:49), pero no debemos olvidar que esto requirió que ella estuviera a la altura de esa dura tarea.
La Esperanza de la Virgen María
La esperanza es una virtud teologal nacida de la fe; la espera es una actitud vital nacida de la esperanza y del amor.
“Esperar en” es tener esperanza; “esperar o aguardar a” es anhelar al que es objeto de nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor.
Por esto es que nadie espera si no cree.
La esperanza se funda en un atributo de Dios; su bondad y su fidelidad a las promesas; la espera se refiere a un encuentro personal con el amado.
María esperó, en primer lugar, que, con la gracia de Dios, podía ser esposa virgen.
María espera también, contra toda esperanza natural, que sin intervención humana se depositase en su seno la semilla de la vida, la encarnación del Verbo.
María advierte la angustia y la duda de su esposo San José al conocer de su embarazo. .
Ella pudo sencillamente manifestar a José el misterio que a Ella se le había revelado, con lo cual sus angustias hubieran desaparecido. .
Pero ella prefería esperar en el plan perfecto de Dios y repetir como en el salmo 74: “Alzate, Oh Dios, y defiende tu causa”. .
Por eso María callaba, oraba y esperaba en Dios. .
Y por su espera, un ángel se le aparece en sueños a José y le revela que María concibió por obra del ES y que el fruto de sus entrañas virginales seria el Salvador del mundo.
Esperando a Dios
Ya antes de que el arcángel la visitara en Nazaret, María esperaba como fiel israelita, con fe mesiánica, la venida del Redentor.
Si las Escrituras nos dicen que Simeón “esperaba la consolación de Israel” y que José de Arimatea “esperaba el reino de Dios”, podemos imaginarnos como María (la Inmaculada) esperaba ardientemente al Mesías.
Desde el momento que María dio su consentimiento al anuncio del ángel, Ella espera ver con sus propios ojos la plenitud de la promesa hecha por el ángel.
Es María quien inicia el Adviento, y es de Ella de quien la Iglesia aprende a esperar, a permanecer en ese estado de expectación.
A partir de aquel momento de la anunciación empezó en María una nueva espera.
Ya estaba llena de Dios por dentro; pero quería estarlo también por fuera.
Por eso María esperaba con tan firme esperanza.
Y a medida que se acercaba el día y la hora, aumentaba en María, el ansia y el deseo de la llegada del Mesías.
“Los fieles, considerando el amor inefable con que la Virgen madre esperó a su Hijo, están invitados a tomarla como modelo y a prepararse a salir al encuentro del Salvador que viene, velando en oración y cantando su alabanza” (misal romano prefacio de Adviento)
La Caridad de la Virgen María
La espera de María no era egoísta, no se basaba en la expectación simplemente de su hijo, sino del Mesías, el Salvador del mundo, quien venía por amor a los hombres a salvarlos.
Es por esto que desde el principio hasta el final, María tendrá siempre una disposición interior de caridad y pobreza: nunca poseyendo al hijo sino entregándolo.
Ella esta consciente que vendrá para el mundo y no para que ella lo posea.
La espera de María, el adviento de María, es también una preparación al sufrimiento. .
Una preparación para el rechazo, el establo, la pobreza, el martirio de los niños, la huida a Egipto sin saber cuándo regresarían. .
Para la perdida de Jesús en el templo hasta encontrarlo, para la separación a la hora de entrar en su vida pública. .
Para recorrer al lado de su hijo el camino de la cruz. .
Para esperar la Resurrección, para separarse de el en su Ascensión y esperar por el momento en que se reunieran en el cielo.
Toda esta esperanza de María la prepara para oír a Simeón quien le anunció que, por su unión a la misión redentora de Cristo, ella participaría de sus persecuciones, hasta el punto de que “una espada traspasaría su alma” (Luc. 2,35).
Ella no se atemorizó ante esta profecía, puso en Dios su esperanza y, cuando llegaron las horas sombrías de Egipto, de Jerusalén y del Calvario, sostenida por la gracia del Señor, vio siempre que era verdad que Dios no desampara a los que esperan en El.
Y esta fe y esperanza de María que fluyen tan abundantemente de su caridad, la preparan para la gran noche del alumbramiento, la noche de Navidad, cuando el hijo de Dios y de María, nace en un establo de Belén en medio de vicisitudes, negaciones, rechazo, pobreza…
CANTANDO LAS GLORIAS DE LA MADRE QUE ENCARNÓ A DIOS
“Rampa de amor, dulcísima vereda” te ha cantado el poeta.
Y no es el único. Cientos, miles, han cantado de tus glorias Madre, Mujer única, Favorecida de Dios,
Verdaderamente creada a imagen y semejanza del Altísimo.
La Iglesia Católica te ha llamado de tantas maneras, María, y no son suficientes aún.
Eres Arca de la Alianza, Torre de David, Madre Amable y Admirable, Reina del Cielo y de la Tierra por voluntad de la Santísima Trinidad.
Y todo ha sido por virtud de tu “Fiat”.
Tu sí Madre, no sólo dio lugar a la Encarnación de Dios Hijo en tu vientre.
Tu dijiste Sí a la Redención, dijiste Sí a la Pasión.
Dijiste Sí al Calvario.
Dijiste Sí a la Resurrección.
Aceptaste, como siempre lo hiciste, dejar a tu Hijo solo en la tumba, cuando tú sabías que El resucitaría.
Imagino Madre, la fuerza que habrán tenido que hacer los discípulos que lo colocaron en el sepulcro para sacarte de él.
Imagino la fuerza con la que tú te resististe: yo me voy a quedar con Él. Quiero quedarme con Él. No lo voy a dejar solo aquí.
Porque Él va a resucitar.
Y como, sin escucharte, te habrán obligado, con mil razones que para ti no valían, a salir de él.
Finalmente aceptaste, porque era tu Hijo el que se quedaba solo, pero también eran tus hijos los que te abrigaban, te envolvían, querían cuidarte, abrazarte, consolarte.
¡Qué poca fe la suya y qué grande la tuya!
Te hubieras quedado por amor y también saliste por amor. Eras su Madre por deseo y orden de tu Hijo y debías velar por ellos, pobres criaturas desvalidas.
A todo eso dijiste Sí, Madre, cuando el Arcángel te visitó.
Todo esto es lo que guardaste y estás guardando ahora, que aún lo esperas, dentro de tu corazón.
Y cuantas cosas más habrás de guardar durante los años que estés junto a Él.
Ya viene, Madre, ya viene. Queremos esperarlo contigo, queremos recibirlo contigo, amarlo como lo amas tú.
Queremos seguirlo, en Su Camino de Verdad y de Vida, para poder llegar con Él a ese lugar maravilloso donde no habrá más llanto ni dolor.
Gracias, Madre, por ser la mejor de las criaturas, la que nos da el ejemplo sencillo y a la vez difícil, de cómo ser Sus discípulos hasta la muerte.