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Impresionantes Promesas a los que Oren a los Ángeles con esta Oración

El arcángel se le apareció a la religiosa Sierva de Dios Antonia De Astónac aproximadamente por el año 1750.

Y le dijo que deseaba ser honrado mediante la recitación de nueve salutaciones.

Estas nueve plegarias corresponden a los nueve coros de ángeles.

La corona consiste de un Padrenuestro y tres Ave Marías en honor de cada coro angelical.

san miguel arcangel

Pero antes pongámonos en sintonía.
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La Biblia menciona frecuentemente ángeles, arcángeles, querubines y serafines.
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E incluso el nombre de alguno de los ángeles más importantes, como Gabriel, que llevó el mensaje de Dios a una virgen llamada María en una pequeña ciudad de Galilea, llamada Nazaret.
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Otro ángel (o quizás el mismo) aconsejó a José en un sueño huir con la Sagrada Familia a Egipto, y en otro sueño, que regresara de nuevo.
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Y otro se enfrentó a la revuelta celestial de Lucifer y por eso San Miguel Arcángel hoy es invocado como el Comandante de los Ejércitos Celestiales.

Gruta de San Miguel Arcángel en el Gargano

  

LAS APARICIONES DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL NO SON MUY COMUNES

El lugar que concentra la mayor densidad de sus apariciones es el santuario en la cueva del Monte Sant Ángelo en Gargano, Italia.

Que es ha sido peregrinación importante desde la temprana Edad Media.

A la que la Unesco ha nominado como Patrimonio Humanidad y es visitada por más de 2 millones de peregrinos al año.

Allí hubo cuatro apariciones del Arcángel San Miguel.

La primera fue en el año 490, cuando un hombre rico llamado Garganus tuvo una dificultad con un toro que se le había perdido.

Y éste consultó al Obispo.

Y el Arcángel Miguel se le presentó al obispo diciendo que él era el protector del lugar y de sus habitantes, y que está protegiendo y vigilando todo lo que sucede allí.

Y se solucionó el problema.

La segunda aparición fue un par de años después cuando los napolitanos paganos querían invadir la zona.

Entonces el obispo le pidió una tregua de 3 días, en que pidió a la población orar y ayunar por la protección de San Miguel.

La noche anterior a la batalla se le apareció el Arcángel al obispo asegurándole que tendría la victoria al día siguiente.

El día de la batalla el Monte Gargano sufrió un gran temblor de tierra, en el cielo se veía en relámpagos y una nube oscura cubrió la cima de la montaña.

Y los invasores huyeron.

Allí quedó una huella en el mármol de la gruta como una señal dejada por San Miguel.

La tercera aparición fue un año después cuando los habitantes tuvieron que definir si debían entrar en la cueva a dar misa o primero dedicar una iglesia allí.

El obispo ordenó 3 días de ayuno y penitencia y al tercer día se le apareció el Arcángel.

Y le dijo que él construyó la Iglesia y la dedicó, así que pueden entrar a celebrar misa sin dedicar la Iglesia, porque en ese lugar él está presente como protector y con sus oraciones.

Y allí cuando entraron encontraron una piedra de la que salía agua dulce, que la llamaron “el goteo” y que curaba enfermedades.

La última aparición fue el 25 de septiembre de 1656 cuando la región de Gargano estaba sufrienco una plaga y había muchas víctimas.

El arzobispo del momento decreto 3 días de ayuno y oración a San Miguel Arcángel.

Y al tercer día se le apareció San Miguel y le dijo qué bendijera unas piedras de la cueva haciendo la Señal de la Cruz en su nombre, y mediante esas piedras la zona sería liberada de La plaga.

Sucedió como San Miguel lo dijo, porque cualquiera que sostuviera esas piedras fue sanado.

Hoy se conocen como las piedras de San Miguel.

Hablemos ahora de los ángeles organizados en coros angélicos para comprender la devoción.

  

¿QUÉ SON LOS ‘COROS’ CELESTIALES?

Las epístolas de Pablo a los Efesios y Colosenses mencionan otros cinco «coros» – Tronos, Dominios (o Dominaciones), Poderes, Virtudes y Principados.

Para entender estas entidades, Santo Tomás Aquino consultó a Dionisio el Areopagita, mencionado en Hechos 17:34, un filósofo neoplatónico / teólogo del siglo V.

Dionisio organizó los coros con gran detalle.
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Los más altos son los Serafines, Querubines y Tronos, asociados a las funciones específicas de amor, conocimiento y poder.

En el medio están Dominaciones, Virtudes y Poderes, asociados con el gobierno universal de la creación.

Y la jerarquía inferior consta de Principados, Arcángeles y Ángeles, que se ocupan de la administración directa de las criaturas en el mundo.

Un buen número de santos, o candidatos a la santidad, han informado de encuentros extraordinarios con los ángeles.

Algunos de ellos incluso han sido acompañados frecuente o permanentemente por ángeles.

Incluyendo a Santa Francisca de Roma, Santa Faustina, Santa María Magdalena de Pazzi, Santa Gemma Galgani, la Beata Dina Belanger, y la monja brasileña Ceci Cony.

Todos ellos recibieron instrucción espiritual de sus ángeles (respuestas acerca de las relaciones, las decisiones a tomar, etc.).

Pero en las decisiones importantes que los ángeles siempre los refirieron a los sacerdotes que servían de sus directores espirituales.

  

CÓMO PODEMOS COMPRENDER LA FUNCIÓN DE LOS COROS ANGÉLICOS

Piensa en la Tierra como un oasis en el Sahara. Como un fenómeno único en todo el universo.

El centro del Universo creado por Dios.
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Pero no el centro físico como lo pensaba Ptolomeo, sino como la razón por la que fue creado el Universo.
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Si se quiere, el centro metafísico del Universo.

La Tierra no es el centro geográfico del Universo, ni siquiera del sistema solar, sino un lugar que Dios creó para el hombre; único en el universo.

Y hasta donde sabemos esta Tierra parece ser el escenario de todo lo que importa en el cosmos.

Además, este planeta parece ser el campo de batalla donde la lucha cósmica entre el bien y el mal alcanza su clímax.

Las batallas cruciales deben tener lugar en alguna parte.

La guerra en el cielo se completa aquí en este campo de guerra.

Tú y yo somos soldados en esa batalla cósmica eternamente importante.

Y los Coros angélicos son los soldados de Dios en todos lados.
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Ellos son las manos y los ojos de Dios gobernando el cosmos y dando batalla al mal.
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Y nos auxilian a los seres humanos en nuestra batalla en la Tierra.

coros angelicosEdward Burne-Jones

  

REVELACIONES MÍSTICAS SOBRE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ÁNGELES

Las revelaciones más prolíficas se encuentran en los cuadernos de la estigmatizada alemana, Mechtilde Thaller-Schönwerth (1868 – 1919).

Matilde fue tratada con dureza por su madre, quien casi murió al darla a luz.

Cuando niña comenzó a ser acompañada visiblemente por su ángel de la guarda.

A los cinco ya tenía dones, además, de la presencia ocasional de un arcángel.

Cuando era adolescente, quería entrar en la vida religiosa, al igual que su hermana, pero le fue dicho por su director espiritual que su vocación era el matrimonio.

A los dieciséis años, estaba casada con un marido cruel, adúltero, y a menudo tiránico.

Ella recibió los estigmas, pero las heridas eran visibles por su director.

Se convirtió en la madre espiritual de muchos en su comunidad a través de contactos personales y cartas.

Y estaba dotada de bilocación, incluso visitó los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial para atender a los heridos.
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Después de su muerte, su marido y su amante se convirtieron.

Ella no sólo recibió instrucciones prácticas de sus ángeles sino que, a la manera típica especulativa alemana, entró en conversaciones periódicas con ellos acerca de sus tipos y funciones.

Esto llevó a recibir instrucciones teológicas relativas a los nueve coros de ángeles.

Su cuaderno y diario espiritual no se han traducido, pero en 1935 Frederick von Lama hizo extractos de ellos en Los Ángeles, Nuestros Compañeros y Siervos de Dios.

estatua de angel

Éstos son algunos de sus comentarios, coincidiendo con Aquino en los principales puntos, pero va más allá de la tradición en detalles específicos:

Los Serafines son el coro supremo, y «fueron hechos para una sola cosa: amar al Dios del Amor.»

Los Querubines son las «espadas de Dios… Cuatro De los querubines están de pie delante del trono del Santo Padre…

Uno de estos ángeles está a menudo estacionado en santuarios santos».

«El séptimo coro, los Tronos, es el coro de la autoridad. Cada diócesis, todos los reinos, cada comunidad religiosa tiene su propio ángel tomado de este coro».

Ellos son mencionados en el Prefacio de muchas misas, además de las Dominaciones, Poderes y otros órdenes.

En la jerarquía intermedia, el sexto coro se llama Dominaciones o Dominios.

«Dios asigna ángeles de este coro a las personas que deben dar dirección espiritual como maestros en las escuelas superiores de aprendizaje, desde el púlpito, o en el confesionario».

«Algunos grandes pecadores reciben Virtudes después de su conversión… Todas Las personas inclinadas a la vida contemplativa deben llamar a este coro».

Los Poderes «se asignan a los sacerdotes que son confesores de almas muy devotas.

Confesores en monasterios tienen tales ayudantes, otros confesores sólo cuando tienen que guiar a almas privilegiadas especialmente amadas por Dios…

Si Un sacerdote tiene un ángel de este coro, es casi seguro que más tarde se le dará uno de las Dominaciones en lugar de los Poderes.

Ha ocurrido que, en su ordenación, algunos sacerdotes han recibido regularmente, además de su ángel de la guarda, un ángel del coro de los Poderes, ya que estaban destinados a hacer mucho trabajo extraordinario en el confesionario».

«Cada parroquia tiene su propio ángel, que se toma desde el coro de los Principados«.

«Todos los que pertenecen a la Cofradía de María, Reina de Corazones, tienen dos ángeles, el ángel ordinario y un Arcángel tomado de la compañía de San Gabriel».

Los Ángeles Guardianes estarán siempre «a nuestro lado en el cielo».

«Algunos parecen más activos y enérgicos que otros.

Algunos son más reservados, casi podría decir, más tímidos, y estos son asignados a personas que son llamadas a sufrir mucho».

«Si se pierden las almas, sus guardianes se vuelven a asignar a la Guardia especial de la Reina de los Ángeles».

Estos son ‘revelaciones privadas’, pero vienen con un Imprimatur y Nihil Obstat de las autoridades episcopales, por lo que no contienen nada contrario a la fe.

Ellas pueden ayudar a fomentar el cariño a los espíritus justo encima de nosotros.

  

PROMESAS DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL A QUIENES PRACTIQUEN LA DEVOCIÓN

San Miguel promete grandes bendiciones a los que practiquen esta devoción a los Coros angélicos:

A los que practican esta devoción en su honor, San Miguel promete grandes bendiciones:

Enviar un ángel de cada coro angelical para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión.

Además, a los que recitasen estas nueve salutaciones todos los días, les asegura que disfrutarán de su asistencia continua.
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Es decir, durante esta vida y también después de la muerte.

Aun mas, serán acompañados de todos los ángeles y con todos sus seres queridos, parientes y familiares para ser librados del Purgatorio.

San Miguel Arcangel mata a la serpiente

  

INDULGENCIAS

El Papa Pío IX concedió las siguientes indulgencias:

– Indulgencia parcial, a los que recen esta Corona con el corazón contrito.
– Indulgencia parcial, cada día que lleven consigo la Corona o besaren la medalla de los Santos Ángeles que cuelga de ella.
– Indulgencia plenaria una vez al mes, a aquellos que la rezaren diariamente, el día que escogieren, verdaderamente contritos, confesados y comulgados, rogando por las intenciones de su Santidad.
– Indulgencia plenaria, con las mismas condiciones, en las fiestas de la Aparición de San Miguel Arcángel (8 de mayo); de su Dedicación (29 de septiembre); y de los Santos Ángeles Custodios (2 de octubre).

  

CÓMO ES LA CORONILLA

En esta coronilla invocaremos a los nueve coros de ángeles.
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Después de cada invocación rezaremos 1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
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Ofreceremos esta coronilla por la Iglesia, para que sea defendida de todas las asechanzas del demonio, y por los que están más alejados de Dios.

iglesia de san miguel hamburgo

En el Nombre del Padre…
Se comienza la Corona rezando, la siguiente invocación:
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Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, etc.

1. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Serafines, enciende en nuestros corazones la llama de la perfecta caridad. Amén.
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(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)

2. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Querubines.
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Dígnate darnos tu gracia para que cada día aborrezcamos más el pecado y corramos con mayor decisión por el camino de la santidad. Amén.
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(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)

3. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Tronos.
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Derrama en nuestras almas el espíritu de la verdadera humildad. Amén.
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(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)

4. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Dominaciones.
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Danos señorío sobre nuestros sentidos de modo que no nos dejemos dominar por las malas inclinaciones. Amén.
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(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)

5. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Principados.
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I
nfunde en nuestro interior el espíritu de obediencia. Amén.
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(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)

6. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Potestades.
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Dígnate proteger nuestras almas contra las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.
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(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)

7. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Virtudes.
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No nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
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(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)

8. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Arcángeles.
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Concédenos el don de la perseverancia en la fe y buenas obras de modo que podamos llegar a la gloria del cielo. Amén.
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(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)

9. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Ángeles.
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Dígnate darnos la gracia de que nos custodien durante esta vida mortal y luego nos conduzcan al Paraíso. Amén.
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(1 Padre Nuestro y 3 Avemarías)

San Miguel del Milagro en la iglesia de Tlaxcala

Se reza un Padre Nuestro en honor de cada uno de los siguientes ángeles:
*En honor a San Miguel
*En honor a San Gabriel
*En honor a San Rafael
*En honor a nuestro Ángel de la Guarda

Glorioso San Miguel, caudillo y príncipe de los ejércitos celestiales.
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Fiel custodio de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, familiar de la casa de Dios.
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Admirable guía después de Jesucristo, de sobrehumana excelencia y virtud.
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Dígnate librar de todo mal a cuantos confiadamente recurrimos a ti.
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Y haz que mediante tu incomparable protección adelantemos todos los días en el santo servicio de Dios.
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V. Ruega por nosotros, glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar tus promesas.

Oremos.
.

Todopoderoso y Eterno Dios, que por un prodigio de tu bondad y misericordia a favor de la común salvación de los hombres, escogiste por Príncipe de tu Iglesia al gloriosísimo Arcángel San Miguel.
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Te suplicamos nos hagas dignos de ser librados por su poderosa protección de todos nuestros enemigos.
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De modo que en la hora de la muerte ninguno de ellos logre perturbarnos.
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Y podamos ser por él mismo introducidos en la mansión celestial.
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Para contemplar eternamente tu augusta y divina Majestad.
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Por los méritos de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Si queremos, al final de la Coronilla a San Miguel Arcángel, podemos agregar la siguiente oración a María Reina de los Ángeles.

maria reina de los angeles

  

ORACIÓN A MARÍA REINA DE LOS ÁNGELES

Historia de esta oración. Ante el gran combate espiritual que libramos, Dios ha querido proveer por nosotros.

Pero debemos rezar si deseamos su ayuda.

Escribe acerca de la Reina de los Ángeles el Venerable Luis Eduardo Cestac, fundador de la Congregación de las Siervas de María:

En 1863 un alma… sintió su mente elevada hacia la Santísima Virgen, quien le dijo que efectivamente, los demonios andaban sueltos por el mundo, y que había llegado la hora de rogarle como Reina de los Ángeles pidiéndole las legiones santas para combatir y aplastar los poderes infernales.

–»Madre mía», dijo esta alma, «¿ya que sois tan buena, no podrías enviarlas sin que os rogáramos?»

–»No», respondió la Santísima Virgen, «la oración es condición impuesta por Dios para alcanzar las gracias».

– «Entonces, Madre mía», dijo el alma «¿querrías enseñarme Vos la manera de rogaros?»

Y creyó escuchar la oración “Oh Augusta Reina…”

El señor Cestac fue el depositario de esta oración. Lo primero que hizo fue presentarla a Monseñor Lacroix, obispo de Bayona, quien le dio su aprobación. Inmediatamente mandó imprimir medio millón de ejemplares, que distribuyó gratis por todas partes.

No estará demás advertir que, durante la primera impresión, las máquinas se rompieron dos veces.

La oración a la Reina de los Ángeles se extendió rápidamente y fue aprobada por muchos obispos y arzobispos.

San Pío X concedió trescientos días de indulgencia a quienes la rezaren.

¡Oh Augusta Reina de los Cielos
y Señora de los Ángeles!
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Pues habéis recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de la serpiente infernal.
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Dignaos escuchar benigna las súplicas que humildemente os dirigimos.
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Enviad las santas legiones para que, bajo vuestras órdenes, combatan a los demonios, donde quiera repriman su audacia y los persigan hasta precipitarlos al abismo.
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¿Quién como Dios?
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Santos Ángeles y Arcángeles, defendednos y guardadnos.
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¡Oh buena y tierna Madre! Vos seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza.
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¡Oh divina Madre! Enviad los Santos Ángeles para defendernos y rechazar lejos al demonio, nuestro mortal enemigo. Amén.


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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Cómo el Padre Pío Usaba las Habilidades de su Ángel [tú puedes hacer lo mismo]

El Padre Pío se comunicaba intensamente con su Ángel.

Llamaba a su Ángel Angelino.

Y se valía de él para múltiples actividades.

Las anécdotas que traemos aquí nos indican como podemos aprovechar las posibilidades de nuestro Ángel de la Guarda.  

padre pio y arcangel san miguel

El ángel del Padre Pío sentía gran compasión por los terribles sufrimientos del Santo.
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Y sentía una gran alegría a causa de su crecimiento espiritual y la gloria ofrecida a Dios.

Leer también: Magníficos Consejos del Padre Pío sobre el Ángel de la Guarda

Veamos algunas historias del Padre Pío de cómo su ángel le ayudaba.

angel en vias de ferrocarril

 

Ángel  Traductor

El ángel le traducía cartas o hacía de intérprete cuando venían personas que no sabían italiano.
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El padre Pío no había estudiado lenguas extranjeras, pero las entendía.
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No había estudiado francés, pero lo escribía.
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A la pregunta de su director, el padre Agustín, sobre quién le había enseñado francés, el padre respondió:
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Si la misión del ángel custodio es grande, la del mío es más grande aún, porque debe hacer de maestro explicándome otras lenguas
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A principios de 1912 se le ocurrió al padre Agustín valorar la santidad del padre Pío, escribiéndole en lenguas que él no conocía.

Y entre ambos comenzó una correspondencia en francés y griego. Padre Pío superó brillantemente la prueba, porque hacía traducir las cartas a alguien.

Sobre esto hay un testimonio del cura párroco de Pietrelcina que, bajo juramento, certificó que el padre Pío, estando en Pietrelcina, recibió una carta del padre Agustín en griego.

El testimonio firmado dice así:

“Pietrelcina, 25 de agosto de 1919. Certifico, bajo juramento, yo, Salvatore Pannullo, párroco, que el padre Pío, después de recibir la presente carta, me explicó literalmente el contenido.

Al preguntarle cómo había podido leerla y explicarla, no conociendo el griego, respondió: “Lo sabe usted. Mi ángel custodio me ha explicado todo”.

El padre Agustín escribió en su Diario: El padre Pío no sabía ni francés ni griego. Su ángel custodio le explicaba todo y el padre respondía bien.

La ayuda de este singular maestro era tan eficaz que podía escribir en lenguas extranjeras. Entre sus cartas escritas, hay algunas que, al menos en parte, fueron escritas en francés.

Un día vino de Estados Unidos una familia, porque la niña, de padres italianos, quería hacer su primera comunión con el padre Pío.

La señorita americana, María Pyle, la preparó bien, pues la niña no sabía ni palabra de italiano.

La víspera de la comunión, María Pyle la llevó al padre Pío para que confesara a la niña, ofreciéndose a hacer de traductora, pero el padre Pío no aceptó.

Después de la confesión, María Pyle le preguntó a la niña si el padre Pío le había entendido, y respondió que sí.

Y tú ¿lo has entendido?

Sí.

Pero ¿te ha hablado en inglés?

Sí.

El padre Ruggero afirma que un día se presentaron cinco austríacos que querían confesarse con el padre Pío a pesar de no saber ni palabra de italiano.

Pensó que el padre Pío los rechazaría por no entenderlos. Pero, al salir el primero, salió riéndose, y los otros igualmente salieron con mucha alegría.

Yo le pregunté algunos días después cómo había hecho para confesar a los cinco austríacos, que no sabían italiano, y me respondió: Cuando quiero, entiendo todo.

En 1940 vino un sacerdote suizo y habló en latín con el padre Pío. Antes de irse, el sacerdote le encomendó a una enferma.

El padre Pío le respondió en alemán: Ich werde Sie an die gottliche Barmherzigkeit empfehlen (la encomendaré a la divina misericordia). El sacerdote quedó admirado del hecho.

Refiere el padre Luigi Lo Viscovo que un día vino un sacerdote francés, residente en Lourdes, que quería confesarse con el padre Pío.

Le dije que el padre no oía confesiones en francés, porque no sabía esa lengua. Este sacerdote respondió que debía ser como en Lourdes que hay confesiones en distintas lenguas.

Me acerqué al padre Pío y le dije que ese sacerdote estaba hablando que él no conocía el francés ni otras lenguas.

El padre Pío respondió:

Dile que sé francés, inglés, griego, latín, hebreo, arameo, alemán y otras lenguas, pero no quiero confesarlo.

El padre Tarsicio Zullo declaró: Cuando llegaban a san Giovanni Rotondo peregrinos de distintas lenguas, el padre Pío los comprendía.

Una vez le pregunté: “Padre, ¿cómo hace para entender tantas lenguas y dialectos?”. Y respondió: “Mi ángel me ayuda y me traduce todo”.

angeles distraidos

 

Ángel  Enfermero

Cuando estaba enfermo y no había nadie que le pudiera ayudar en un momento determinado, era su ángel quien le hacía pequeños servicios.

El padre Paolino cuenta al respecto: Viviendo con el padre Pío, llegué a tenerle cierta confianza.

Cuando estaba enfermo, sudaba mucho y tenía necesidad de ayuda para cambiarse. Muchas veces yo estaba tan cansado que, apenas iba a la cama, me quedaba dormido.

Un día le dije:

Si quieres que te ayude de noche, mándame tu ángel para que despierte.

Está bien.

Ese día a medianoche fui despertado bruscamente. Pensé de inmediato en el padre Pío, pero me quedé dormido de nuevo.

A la mañana siguiente, le dije que había sentido que me despertaban y de nuevo me había dormido.

Le dije:

«¿Para qué ha venido su ángel a despertarme, si me ha dejado dormir otra vez? Si viene, que me despierte de modo que me levante».

En la tarde de ese mismo día, le recordé lo mismo. En la noche me desperté y de nuevo me dormí.

La tercera noche desperté de nuevo y me levanté corriendo para ir a la celda del padre Pío. Le pregunté qué necesitaba y me respondió:

«Estoy lleno de sudor y no puedo cambiarme solo».

Las otras noches ¿quién lo cambiaba? Con seguridad su ángel.

En 1965 yo (P. Alessio Parente) pasaba parte de la noche acompañando al padre Pío y por la mañana debía acompañarlo hasta el altar.

Después guardaba sus guantes y me iba a mi celda a descansar un poco.

Muchas veces, cuando no me despertaba a tiempo, sentía a alguien tocar fuerte en mi puerta.

A veces, sentía en mi sueño una voz que me decía: “Alessio, levántate”.

Un día no me desperté ni para la misa ni para acompañarlo después de las confesiones.

Despertado por otros hermanos, fui a la celda del padre Pío y le dije: “Discúlpeme, padre, pero no me he despertado”.

Y me respondió: “¿Tú crees que voy a mandarte siempre a mi ángel custodio a despertarte?”.

estatua del angel de la paz fatima

 

Ángel  Proveedor

En una oportunidad el padre Pío, vestido de militar, no tenía para pagar el billete del autobús para ir a su pueblo y el ángel lo pagó por él.
.
Era el año 1917, en plena guerra mundial.
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El padre Pío había ido a Nápoles para el control de su salud en el hospital militar.

El 6 de noviembre le dieron licencia por ocho días. Fue a la estación y sacó gratis el billete en tren de Nápoles a Benevento. Tenía una lira de dieta para el viaje.

Él dice:

A la salida del hospital, atravesé una plaza donde había mercado.

Me detuve un poco para observar lo que vendían y se me acercó un hombre que vendía sombrillas de papel por una lira, pero no podía quedarme sin nada, pues debía pagar el viaje (de Benevento a Pietrelcina).

Seguí caminando y vino otro vendedor de sombrillas por 50 céntimos.

Viendo a aquel hombre que tanto me insistía para llevar el pan a sus hijos, le tomé una y le di 50 céntimos. Él, feliz, se fue.

Yo estaba cansado y afiebrado. El tren llegó a Benevento con mucho retraso.

Apenas bajé del tren fui a la estación para tomar el autobús para Pietrelcina, pero ya había salido.

Tuve que hacer noche en Benevento y pensé en quedarme en la estación para no importunar a los amigos que conocía.

Busqué un lugar en la sala de espera, pero estaba llena de gente. La fiebre aumentaba cada vez más y no tenía fuerzas ni para tenerme en pie.

Cuando me cansaba de estar quieto, caminaba un poco dentro y fuera de la estación.

El frío y la humedad penetraban en mis huesos y así pasaron muchas horas.

Me vino la tentación de entrar en el bar de la estación, porque allí el local estaba caliente, pero estaba lleno de oficiales y soldados, esperando trenes y cada uno gastaba su consumo.

Yo solo tenía 50 céntimos y pensaba: “Si entro, ¿cómo hago?”.

El frío se hacía sentir cada vez más y la fiebre me consumía. Eran las dos de la mañana y no había ni un sitio vacío en la sala de espera ni para echarme a descansar en el suelo.

Me encomendé a Dios y a nuestra Madre celeste.

No pudiendo aguantar más, entré en el bar. Las mesas estaban ocupadas y esperaba con ansia que alguno se levantara para dejarme un sitio vacío.

Hacia las tres y media llegó el tren Foggia-Nápoles, y varias mesas quedaron vacías, pero por mi timidez no me dio tiempo para ocupar ni siquiera una silla.

Yo pensaba: “No tengo dinero ni para consumir más de un café y, si me siento, ¿qué ganaría este pobre propietario que se pasa toda la noche trabajando?”.

A las cuatro llegaron algunos trenes y quedaron dos mesas vacías. Me acomodé en un rincón, esperando que no lo notaran los camareros.

Después de unos minutos, llegaron un oficial y dos suboficiales y se sentaron en la mesa vecina.

De inmediato se acercó el camarero y también a mí me preguntó qué quería. Tuve que pedir un café.

Los tres tomaron algo y de inmediato se fueron, pero yo me decía: “Si lo bebo pronto, tendré que salir y quiero que el café me dure hasta que llegue el autobús”.

Cuando el camarero me miraba, trataba de mover la cucharilla como para mover el azúcar en el café.

Por fin llegó la hora, me levanté y fui a pagar. El camarero me dijo gentilmente: “Gracias, militar, pero todo está pagado”.

Pensé: “Como el camarero es anciano, quizás me conoce y me quiere hacer una cortesía”. También pensé: “¿Habrá pagado el oficial?”. De todos modos lo agradecí y salí.

Llegué al lugar del autobús y no encontré a ninguna persona conocida que me prestara para pagar el billete de Benevento a Pietrelcina, sólo tenía 50 céntimos y el billete costaba 1.80.

estatua de angel

Confiando en la providencia de Dios, subí al autobús y tomé lugar en uno de los últimos lugares para poder hablar con el cobrador y asegurarle que pagaría el porte a la llegada.

A mi costado tomó lugar un hombre grande, de bello aspecto. Tenía consigo una maletita nueva y la apoyó sobre sus rodillas.

Partió el autobús y el cobrador se iba acercando a mi puesto. El señor que estaba a mi lado sacó de su maletín un termo y un vaso, echando en el vaso café con leche bien caliente. Me lo ofreció, pero, agradeciéndoselo, traté de no aceptar.

Dada su insistencia, acepté mientras él se servía en el vaso del mismo termo.

En ese momento llegó el cobrador y nos preguntó adónde íbamos. Todavía no había abierto yo la boca, cuando el cobrador me dijo: “Militar, su billete a Pietrelcina ya ha sido pagado”.

Yo pensé: “¿quién lo habrá pagado?”. Y le agradecí a Dios por aquel que había hecho esa buena obra. Por fin llegamos a Pietrelcina.

Varios pasajeros bajaron y también bajó antes que yo el señor que estaba a mi lado. Cuando me doy la vuelta para saludarlo y agradecerle, no lo vi más.

Había desaparecido como por encanto. Caminando, me volví varias veces en todas las direcciones, pero no lo vi más.

El padre Pío contaba muchas veces este suceso a sus hermanos, reconociendo que aquel joven había sido su ángel de la guarda.

Otro caso que también podemos anotar es el haber dado pan para comer a toda la Comunidad.

Era el año 1941, durante la segunda guerra mundial. El pan estaba racionado y cada día iban a pedir comida unos 15 pobres del lugar.

El Superior, padre Rafael, refiere que a la hora de la comida del mediodía no había pan para los 10 religiosos ni para los pobres.

Dice:

Fuimos al comedor y comenzamos a comer la menestra, mientras el padre Pío estaba orando en el coro.

De pronto, aparece el padre Pío con bastante pan fresco. Lo miramos sorprendidos y yo le digo: “Padre Pío, ¿de dónde ha sacado este pan?”.

Me responde: “Me lo ha dado una peregrina de Bologna en la puerta”.

Le respondo: “Gracias a Dios”. Ninguno de los religiosos dijo una palabra: Habían comprendido.

Habían entendido que era un milagro patente que Dios hizo por sus oraciones y, aunque no lo dijo, podemos suponer que lo hizo por medio de su ángel.

estatua del angel caido

 

Ángel  Chofer

No faltaron casos en los que su ángel tuvo que ayudar a quienes se dormían al volante o velar para que no les pasara ningún accidente.

El señor Piergiorgio Biavate tuvo que viajar en su coche de Florencia a San Giovanni Rotondo.

A medio camino se sintió cansado y se quedó un rato en una estación de gasolina para tomar un café. Después continuó el viaje.

Dice el protagonista:

Sólo recuerdo una cosa, encendí el motor y me puse al volante, después no me acuerdo de nada más. No recuerdo ni un segundo de las tres horas pasadas manejando al volante.

Cuando ya estaba frente a la iglesia de san Giovanni Rotondo, alguien me sacudió y me dijo: “Ahora toma tú mi puesto”.

El padre Pío, después de la misa, me confirmó: “Has dormido durante todo el viaje y el cansancio lo ha tenido mi ángel, que ha manejado por ti”.

Atilio de Sanctis, abogado ejemplar, contó un hecho que le ocurrió a él mismo:

El 23 de diciembre de 1948 debía ir de Fano a Bolonia con mi mujer y dos de mis hijos (Guido y Juan Luis) para traer al tercer hijo, Luciano, que estaba estudiando en el colegio Pascoli de Bolonia.

Salimos a las seis de la mañana, pero, como no había dormido bien, estaba en malas condiciones físicas. Guié hasta Forlí y cedí el volante a mi hijo Guido. Una vez que recogimos a Luciano del colegio, nos detuvimos algo en Bolonia y decidimos volver a Fano.

A las dos de la tarde, después de haber cedido el volante a Guido, quise guiar otra vez.

Una vez pasada la zona de san Lorenzo, noté mayor cansancio. Varias veces cerré los ojos y cabeceé. Quise dejar el volante a Guido, pero se había dormido.

Después, ya no me acuerdo de nada. A un cierto momento recobré el conocimiento bruscamente por el ruido de otro coche.

Miré y faltaban sólo dos kilómetros para llegar a Imola. ¿Qué había sucedido?

Los míos estaban charlando tranquilamente. Les expliqué lo sucedido. No me creían. ¿Podían creer que el auto había ido solo?

Después admitieron que yo había estado inmóvil un largo rato y no había respondido a sus preguntas ni intervenido en la conversación.

Hecho el cálculo, mi sueño al volante había durado el tiempo empleado en recorrer unos 27 kilómetros.

Dos meses después, el 20 de febrero de 1950, volví a san Giovanni Rotondo y le pedí una explicación al padre Pío, que me respondió: “Tú dormías y tu ángel guiaba el coche. Sí, tu dormías y tu ángel guiaba el coche”.

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Ángel  Defensor

Muchas veces el ángel lo defendía del poder del maligno.
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En una carta al padre Agustín del 13 de diciembre de 1912 le dice:
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No hubiera sospechado ni lo más mínimo el engaño de barbazul (el diablo), si mi angelito no me hubiera descubierto el engaño.
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El compañero de mi infancia trata de aliviarme los dolores que me dan estos apóstatas impuros.

Y él mismo asegura:

Después de las apariciones diabólicas casi siempre se aparecen Jesús, María o el ángel custodio.

El ángel le decía:

Defiéndete (del maligno), aleja de ti y desprecia sus malignas insinuaciones y no te aflijas, amado de mi corazón, pues yo estoy junto a ti.

Oh, Señor, ¿qué he hecho yo para merecer tanta amabilidad de mi angelito? Pero no me preocupo de esto. ¿Acaso no es el Señor el dueño para dar sus gracias a quien quiere y como quiere?

Yo soy el juguete del niño Jesús, como él mismo me repite, lo malo es que Jesús ha escogido un juguete de poco valor. Sólo me desagrada que este juguete escogido por Él ensucie sus manos divinas.

Un día le llegó una carta toda ennegrecida por el diablo, que no se podía leer.

Y le escribe al padre Agustín el 13 de diciembre de 1912:

Con ayuda del angelito he triunfado esta vez sobre el pérfido cosaco.

El angelito me sugirió que a la llegada de la carta, le echara agua bendita antes de abrirla. Así hice con la última, pero ¿quién puede describir la rabia de Barbazul?

En otra carta al padre Agustín del 5 de noviembre de 1912, le escribía:

El sábado me parecía que los demonios querían acabar conmigo. No sabía a qué santo dirigirme.

Me vuelvo a mi ángel y, después de hacerse esperar un poco, al fin viene aleteando en torno a mí y con su angélica voz cantaba himnos a la divina Majestad.

Le grité ásperamente de haberse hecho esperar tanto mientras yo estaba pidiéndole su ayuda.

Para castigarlo, no quería mirarlo a la cara, quería alejarme y huir de él, pero el pobrecito vino a mi encuentro casi llorando, me agarró para que lo mirara y lo vi todo apenado.

Me dijo: Estoy siempre a tu lado. Estaré siempre junto a ti con amor. Mi afecto por ti no desaparecerá ni con tu muerte.

Sé que tu corazón generoso late siempre por nuestro común Amado”. ¡Pobre angelito! Él es demasiado bueno. ¿Conseguirá hacerme conocer el grave deber de la gratitud?

estatua de angel pensativo

 

Ángel  Predicador

Con frecuencia, cuando el ángel se le aparecía, le daba consejos espirituales o pequeñas prédicas para afianzarlo en la fe.
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Y en la seguridad de que, por más sufrimientos que debiera padecer, nunca el Señor lo iba a abandonar.
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El ángel estaba siempre a su lado, aunque a veces no intervenía por voluntad de Dios, para darle oportunidad de triunfar con la gracia de Dios.

Veamos algunos de sus consejos espirituales. En carta del 18 de enero de 1913 le escribe al padre Agustín:

Jesús, a la prueba de temores espirituales, une la larga prueba del malestar físico, sirviéndose de los brutos cosacos…

Me quejé a mi ángel y él, después de haberme dado una pequeña prédica, me dijo: “Agradece a Jesús que te ha escogido para seguirlo de cerca en la senda del Calvario.

Yo veo con alegría esta conducta de Jesús hacia ti. ¿Crees que estaría tan contento, si no te viese tan golpeado? Yo, que deseo tu progreso, gozo de verte en este estado.

Jesús permite los asaltos del demonio, porque quiere que te asemejes a Él en las angustias del desierto y de la cruz.

Tú, defiéndete, aleja de ti las malignas insinuaciones y, donde tus fuerzas no alcancen, no te aflijas, amado de mi corazón, pues yo estoy a tu lado”. Oh, padre mío, ¿qué he hecho yo para merecer tanta amabilidad de mi angelito?.

pila de agua bendita con angel

 

Mándame  tu  Ángel

El padre Pío recomendaba a sus hijos espirituales que, en caso de dificultad, le enviaran a su ángel para pedir por sus necesidades y él les ayudaría.

El padre Alessio Parente declaró:

Cuando confesaba, les decía a los penitentes que, si no podían venir a verlo, le mandaran su ángel.

Un día estaba en la terraza con él. Le pedí consejo para una persona y me respondió: “Déjame en paz, ¿no ves que estoy ocupado?”.

Yo me callé, pero lo veía rezar el rosario y no me parecía demasiada ocupación. Pero él añadió: “¿No has visto todos estos ángeles custodios de mis hijos espirituales, que van y vienen?”.

Yo le respondí: “No los he visto, pero lo creo porque usted cada día les repite a sus hijos que se los manden”.

El mismo padre Alessio nos refiere otro caso:

Una tarde, después de haberlo ayudado a acostarse, me senté en el sillón, esperando que llegara el padre Pellegrino a cuidarlo.

Mientras estaba esperando, sentía que el padre Pío rezaba el rosario y, a veces, interrumpía el rezo y decía frases como:

“Dile que rezaré por él. Dile que intensificaré mis plegarias para obtener su salvación. Dile que llamaré al Corazón de Jesús para conseguir esa gracia. Dile que la Virgen no le negará esa gracia”.

El padre Pierino Galeone, refiere que en 1947 estuvo 20 días en san Giovanni Rotondo.

Las personas, viéndome siempre cerca del padre Pío, me pedían encomendarle sus penas: la suerte de familiares desaparecidos en Rusia, la curación de un hijo, la solución de sus problemas, encontrar trabajo, etc.

El padre siempre me respondía con dulzura y amor. Un día me dijo:

Cuando tengas necesidad de algo, mándame tu ángel y yo te responderé.

Una mañana una mamá se me acercó llorando, antes de la misa, para recomendarme a su hijo.

El padre ya había subido al altar y yo no me atreví a hablarle, así que, conmovido, como me había aconsejado, le mandé a mi ángel para encomendarle el hijo de aquella madre.

Terminada la misa, me acerco al padre Pío y le encomiendo al joven. Y él me responde: “Hijo mío, ya me lo has dicho”.

Entendí entonces que mi ángel custodio le había advertido oportunamente y el padre Pío había orado por él.

angeles y esferas

La señora Pía Garella manifestó que en 1945, poco después de terminada la guerra, el 20 de setiembre, se hallaba en el campo a unos kilómetros de Turín.

Y deseó enviarle al padre Pío un telegrama de felicitación por el aniversario de sus llagas, pero no encontró a nadie que se lo pudiese enviar por estar en el campo.

De pronto, se acordó de la recomendación del padre Pío: Cuando tengas necesidad, mándame a tu ángel…

Entonces, se recogió unos momentos y le pidió a su ángel que le diera personalmente la felicitación.

A los pocos días, recibía una carta de una amiga de san Giovanni Rotondo, Rosinella Placentino, en la que le informaba que el padre Pío le había dicho: Escribe a la señora Garella y dile que le doy las gracias por la felicitación espiritual que me ha mandado.

El abogado Adolfo Affatato manifestó que, mientras estudiaba en Nápoles, iba frecuentemente a San Giovanni Rotondo a ver al padre Pío como padre espiritual.

Un día me dijo:

Si alguna vez no puedes venir, no te preocupes, basta que vayas a una iglesia donde está el Santísimo sacramento y me envíes a tu ángel custodio.

Un día, mientras iba a dar el examen de Derecho privado, entré a una iglesia que estaba en mi camino.

Salí muy bien del examen y, cuando fui a visitar al padre Pío para darle las gracias, me dijo: “Te había dicho que en los momentos de dificultad me enviases a tu ángel, pero bastaba una sola vez”.

Ana Benvenuto refiere en el Proceso que, estando en Foggia, una mañana hubo un bombardeo terrible. El esposo de su hermana era médico y trabajaba en el hospital. Dice:

Yo le rogué a mi ángel que fuera a decirle al padre Pío que ayudara a mi cuñado para que no le pasara nada malo”.

Por la tarde, llegó mi cuñado y nos dijo que se había salvado de milagro. Había sentido una fuerza misteriosa que lo obligaba a salir de un refugio a otro y eso ocurrió hasta cuatro veces.

Al día siguiente, nos fuimos a san Giovanni Rotondo para agradecerle la ayuda al padre Pío. Después de confesarme con él, le pregunté: “Padre, cuando estoy lejos y tengo necesidad urgente, ¿cómo puedo hacer?”

Me respondió:

¿Qué hiciste ayer por la mañana?

Padre, ¿entonces vino mi ángel a visitarlo?

¿Qué crees que el ángel es tan desobediente como tú?

Desde entonces, siempre he creído en el ángel custodio.

Otro día me dijo: Son tantos los que me mandan a su ángel a pedir ayuda que, si debiera escuchar los agradecimientos de todos, estaría fresco.

Una hija espiritual del padre Pío fue un día al convento para hablar con él, pero el padre Pío le mandó a decir que no podía ni quería recibirla. Ella dice:

Me sentí dolida por ese trato inhumano y, mientras regresaba a casa, le dije a mi ángel: “Mañana no asistiré a misa ni comulgaré. Vete y díselo al padre”.

En la tarde, antes de anochecer, me envió una persona a decirme: “Dile que mañana no comulgue”.

Al día siguiente, me acerqué al convento con Lucietta Fiorentino, y el padre, desde una ventana, me dijo: “Bravo, el ángel custodio es tu empleado, lo has enviado para decirme todas tus rabietas.

Señorita Lucietta, ¿sabes qué ha hecho esta señorita? Se propuso no venir a misa ni comulgar y le ha mandado a su ángel para decírmelo”. Yo exclamé:

Padre, ¿ha venido a decírselo?

Claro, no es desobediente como tú, seguro que ha venido.

estatua de angel de la guarda

 

Ángel  Viajero

El ángel del padre Pío debía ir muchas veces en su nombre a visitar enfermos o convertir pecadores.
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Lo tenía siempre ocupado en hacer obras de bien, no sólo a los de cerca, sino también a personas lejanas.

El padre Gabriel Bove declara:

Para mí era sorprendente lo que decía la gente de que el padre Pío tenía mucha familiaridad con su ángel custodio y le pedía que fuera durante la noche a confortar a los enfermos y socorrer a los pecadores.

Esto me lo confirmó el mismo padre.

Un día de verano de 1956, después de bendecir a los fieles, salía el padre Pío de la iglesia muy fatigado. Aquel día parecía que estaba más cansado que de ordinario.

Caminaba apoyado del brazo del padre Giambattista y se parecía a san Francisco estigmatizado bajando del monte. Yo lo tomé del otro brazo, preguntándole: “Padre, ¿está muy cansado?”

Sí, hijo mío, estoy aplastado por tanto calor.

Esta noche descansará. Además pediremos a su ángel custodio que venga a aliviarlo.

Detuvo el paso y con fuerte voz me gritó: “Pero ¿qué dices? Debe ir de viaje”. Era eso precisamente lo que yo quería saber. Disimulando mi sorpresa, le respondí:

¿Qué? ¿Su ángel debe viajar?

Cierto.

Entonces, le dije: Padre, si su ángel debe viajar para confortar a los enfermos y socorrer a los pecadores, permita que nuestros dos ángeles, al menos tomen su puesto.

No, que cada uno de sus ángeles esté con su protegido. Y, sonriendo, añadió: ¿Y si estos ángeles se ponen celosos?.

arcangel miguel

 

Otros  Servicios

El ángel del padre Pío le ayudaba en todas sus necesidades. Por la mañana lo despertaba.

Así le dice al padre Agustín en una carta del 14 de octubre de 1912:

Por la noche me duermo con una sonrisa de felicidad…, esperando que el pequeño compañero de mi infancia venga a despertarme para cantar las alabanzas matutinas al Amado de nuestros corazones.

Y no sólo rezaba y cantaba con él las alabanzas del Señor en el coro, también le comunicaba los pecados o cosas ocultas de sus visitantes, aunque en ocasiones lo hacían los mismos ángeles de sus penitentes.

María Pompilio declaró:

Una mañana el padre Pío, viéndome en la sacristía, me llamó y me dijo una acción mala que había cometido, ofendiendo al Señor.

Yo no supe qué responderle y no podía negarlo. Le pregunté cómo lo sabía, pero un día, tanto le importuné que, al final, me dijo con voz baja: “Ha sido tu ángel custodio”.

Cuando estuvo de sacerdote joven en su pueblo de Pietrelcina, su ángel le guardaba la casa. Por eso, la gente del pueblo decía que tenía poco cuidado en cerrar la puerta de su casa. Les decía: Tengo un ángel que me la cuida.

A sus hijos espirituales los despedía diciendo: El ángel del Señor te acompañe, te guíe y te proteja durante el viaje. Les recomendaba que se cuidaran de no cometer pecados en su presencia.

Ana Benvenuto certifica que un día fue a dar un paseo con una vecina, quien sintió varias veces el perfume del padre Pío.

Ella se sintió mal por no haberlo sentido y, al día siguiente, fue al convento a confesarse. El padre Pío, de inmediato, le preguntó:

Ana, ¿llevas medias? Le dije: “Sí, padre”. “Pero ayer por la tarde, ¿por qué ibas sin medias?”.

Traté de excusarme por el mucho calor, pero el padre me respondió: “Aunque hubieras estado sola, debías haber ido con medias.

Acuérdate que somos espectáculo para el ángel custodio y no debemos entristecerlo”.

Un día el papá del padre Pío se cayó por las escaleras de la casa de María Pyle y no se hizo nada, porque su ángel lo cuidó.

El suceso ocurrió en los primeros meses de 1946. Cuando su papá se lo refirió, el padre Pío le dijo:

Agradece a tu ángel custodio que te ha puesto un almohadón en cada grada para que no te hagas daño.

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Ángel  Acólito

Los ángeles nos acompañan cuando estamos en la iglesia y ayudan al sacerdote para evitar profanaciones de la Eucaristía por descuido.

El padre Alessio Parente relata:

Una mañana, al dar la comunión, se terminaron las hostias de mi copón. Cuando lo estaba purificando, del lado derecho de mi espalda, vi una hostia que, como una flecha, fue a meterse en el copón.

Después de las confesiones, fui a la celda del padre Pío y le conté el hecho. Y el padre, en tono severo, me dijo: “Agradece a tu ángel custodio que no te ha hecho caer a tierra a Jesús. Aprende que la comunión se distribuye con amor y reverencia”.

Otro día un religioso le presentó esta cuestión al padre Pío:

Padre, nuestros ojos no ven bien los pequeños fragmentos de hostia consagrada que se caen al distribuir la comunión.

El padre respondió: ¿Qué crees que hacen los ángeles en torno al altar?”.

Todos entendieron que los ángeles están listos para intervenir y recoger los pedacitos y llevarlos al copón.

dibujo de angel orando fondo

 

Ángeles  Cantores

Es sabido que los ángeles cantan bien como aquellos ángeles de la noche de Navidad que cantaban: Gloria a Dios en el cielo.
.
En la misa están presentes todos los ángeles como en el cielo, pues la misa es el cielo en la tierra.
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Y se unen al sacerdote cantando, especialmente en el momento del Gloria y del Santo.
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Ofreciendo las buenas obras de los asistentes en el momento de las ofrendas y acompañando a los presentes en el momento de ir a comulgar.

Una noche, en el convento de san Giovanni Rotondo, los religiosos sintieron una música extraña en la iglesia sin poder explicarse el porqué, pues en aquel momento nadie estaba en la iglesia.

Fueron a preguntarle al padre Pío y respondió:

¿De qué se maravillan? Son las voces de los ángeles que llevan las almas del purgatorio al paraíso.

¡Cuántas veces cantarán los ángeles, cuando sus protegidos van al cielo desde el purgatorio! Y ¡cuántas veces cantarán mientras están por millones adorando a Jesús sacramentado en todos los sagrarios del mundo!

No olvidemos que los ángeles rezan por sus protegidos y podemos enviarlos a visitar a nuestros familiares cercanos o lejanos, incluso hasta el purgatorio, para que los saluden de nuestra parte y les lleven nuestras bendiciones y obras buenas por ellos.

Los ángeles se entristecen al ver nuestros pecados y se alegran y se ríen con nosotros al ver nuestras buenas obras.

El padre Agustín nos cuenta lo que decía el padre Pío en uno de sus éxtasis del 29 de noviembre de 1911:

Ángel de Dios, ángel mío, ¿no estás tú a mi lado para mi custodia? Dios te ha encomendado que me cuides. Debes estar junto a mí…

¿Y te ríes? ¿Qué te hace reír? Dime, ¿quién estaba ayer por la mañana aquí presente? ¿Y te pones a reír de nuevo? ¿Un ángel que se pone a reír? Dímelo, porque no te dejaré hasta que no me lo hayas dicho.

dibujo de angel guardia fondo

 

El  Perro  Guardián

Es conocida la historia de san Juan Bosco, a quien se le apareció por espacio de 30 años un perro, a quien llamaba Gris, y que le protegía de los peligros, cuando sus enemigos querían matarlo.
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Pues bien, un día el padre Pío envió a su ángel a salvar a un ingeniero que estaba en peligro de muerte y lo hizo su ángel bajo la figura de un perro.

El general Tarsicio Quarti declaró el 30 de junio de 1943 lo que le contó un joven ingeniero:

Había bajado en la estación de San Severo y, al no encontrar medios de comunicación, se dirigía a pie hacia San Marco in Lamis.

Estando en pleno campo se le acercaron unos campesinos con aire amenazante con horcas y palas.

Aquellos días estaba la gente alterada, porque habían caído varios paracaidistas ingleses y lo confundieron con uno de ellos, que había escondido su paracaídas muy cerca del lugar.

Pero él se puso a rezar, viendo que se acercaban hacia él y, de pronto, apareció un perro feroz, amenazando a los campesinos que, espantados, desistieron de seguirlo.

Pudo a la mañana siguiente llegar a san Giovanni Rotondo. Cuando lo vio el padre Pío, le dijo de inmediato: “La hubieras pasado mal si no te hubiese enviado a mi ángel custodio”.

Fuentes:

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¿Cuáles son las Cosas que los Ángeles de la Guarda Hacen Por Nosotros?

La presencia de Los Ángeles de la guarda al lado nuestro es invisible.

Pero debemos saber que ellos han estado allí desde nuestro nacimiento y estarán hasta nuestra muerte.

Los podemos considerar como guardaespaldas permanentes.

Que nos protegen de los peligros, e incluso ellos mismos repelen al agresor.

Pero también nos fortalecen, porque nos dan una guía moral y son un nexo que nos comunica directamente con Dios.

Ellos nos transmiten inteligiblemente la ley de Dios, porque son sus brazos ejecutores.

Y a su vez le llevan a Dios nuestras peticiones, funcionando como intercesores.

En este artículo planteamos la función que los ángeles tienen respecto a los seres humanos.

Para que comprendamos cómo podemos hacer buen uso de su asistencia.

Y para no llamarnos a error, porque la concepción católica de los ángeles difiere, por ejemplo, de la que tienen los seguidores de la New Age.

 

QUIENES SON LOS ÁNGELES

Los ángeles son una verdad de fe para la Iglesia Católica.

Dice el numeral 328 del Catecismo en Iglesia Católica sobre su existencia, que «el testimonio de la escritura es tan claro como la unanimidad de la tradición».

Etimológicamente su nombre viene de la palabra hebrea que significa enviado o mensajero, y era usado en hebreo para designar mensajeros divinos tanto como humanos.

San Agustín y San Gregorio dicen que ángel es el nombre de su oficio, o sea mensajeros.

En la Biblia son representados como seres espirituales que intermedian entre Dios y los hombres.

Dice el salmo 8 respecto a los hombres «los creaste poco inferiores a los ángeles».

De modo que son seres creados como los hombres, lo que confirma el Concilio de Letrán IV, en 1215, y fue refrendado luego por el Concilio Vaticano I.

En la Biblia se menciona que el número de ángeles es prodigioso, utilizando palabras como huestes y multitudes.

Su función es estar presentes ante el trono de Dios en la corte celestial, por lo cual en muchos pasajes bíblicos que muestran escenas del cielo se señala que hay miles de ángeles alabando y asistiendo a Dios.

Los ángeles que aparecen mencionados en la Biblia están en una misión de instrumentos que utiliza Dios para comunicar su plan divino a los hombres.

Es así que vemos que unos ángeles sacaron al Lot de Sodoma, anunciaron el nacimiento de Sansón, anunciaron el nacimiento de San Juan Bautista y la encarnación de Jesús, y tuvieron muchas más apariciones e esos efectos.

También son mencionados como guardianes de las naciones y de los reinos.

En la Biblia encontramos que cada alma tiene su ángel guardián.

En Génesis 24:7 encontramos que se dice, por ejemplo, «Él enviará su ángel delante de ti».

Y Jesús dice en Mateo 18:10, “Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos”.

Y San Jerónimo llega a decir que “La dignidad de una alma es tan grande, que cada uno tiene un ángel guardián desde su nacimiento”.

Además los ángeles eran considerados como los que hacen cumplir la ley de Dios en el mundo físico.

Y así los vemos causando el bien y el mal, por ejemplo un ángel era del responsable de mover las aguas de la piscina Probática en Israel para las curaciones.

Los judíos pensaban que el funcionamiento del universo era debido a Dios, y sus ejecutores eran los ángeles.

Y se menciona en varias partes a los ángeles buenos y a los ángeles malos actuando en el universo material.

Los ángeles malos son una perversión de los ángeles, que se rebelaron ante Dios.

Estos fueron expulsados y condenados al infierno eterno por Dios.

Ya en los primeros libros de la Biblia se mencionan diversos tipos de ángeles, por ejemplo los querubines defendiendo el paraíso, lo que también son mencionados por Ezequiel. Y en Isaías se mencionan los serafines.

Recién en el Nuevo testamento se menciona a los arcángeles, y San Pablo nos habla de los principados, potestades, virtudes y dominaciones.

De modo que de acuerdo a la escritura podemos considerar que existen nueve órdenes de ángeles: Ángeles, Arcángeles, Virtudes, Potestades, Principados, Dominaciones, Tronos, Querubines y Serafines.

Santo Tomás los divide en tres órdenes jerárquicas.

En la primera jerarquía están los Serafines, Querubines, y Tronos; en la segunda, las Dominaciones, Virtudes, y Potestades; y en la tercera, los Principados, Arcángeles, y Ángeles.

Jesucristo habla con frecuencia de los ángeles y éstos aparecen en muchos pasajes comunicando el plan de Dios: fueron los emisarios que Dios envió para comunicar la encarnación de su hijo y también los emisarios que comunicaron su resurrección.

Pero además de comunicadores, la Biblia presenta a los ángeles como intercesores de los hombres ante Dios.

Más abajo veremos lo que dice concretamente el Catecismo de la Iglesia Católica sobre los ángeles.

Pero nos queremos detener específicamente en los ángeles de la guarda, haciendo un listado de lo que ellos hacen por nosotros los seres humanos.

 

QUÉ HACEN LOS ÁNGELES POR LOS SERES HUMANOS

Lo que sigue son las funciones más sobresalientes que hacen los ángeles de la guarda.

 

NOS PROTEGEN CONTRA DAÑOS

Santo Tomás de Aquino dice que protegen a los hombres contra el daño espiritual y físico.

E intervienen milagrosamente para ayudarnos.

No sólo nos guardan, sino que también nos salvan cuando estamos en peligro

Como fue el caso de la liberación de San Pedro cuando estaba en la cárcel a punto de ser ejecutado, que es mencionado en Hechos 12.

Por eso rechazan a los demonios.

Según Santo Tomás de Aquino uno de los roles de los ángeles de la guarda que es luchar contra los demonios, y por eso se justifica la imagen de un ángel bueno hablando en un oído y un ángel malo hablando en el otro oído de una persona.

Además nos fortalecen contra la tentación.

Esto significa que nos fortalecen para que podamos protegernos por nosotros mismos contra las asechanzas del mal.

Y también nos envalentonan.

Porque un ángel al lado nuestro nos da fuerzas para superar cualquier obstáculo, en la medida que ellos no puede ser vencidos ni engañados ni engañar, y además son poderosos fieles y prudentes.

Benedicto XVI dice que son los ministros del cuidado divino para cada ser humano.

 

NOS ASISTEN DESDE NUESTRO NACIMIENTO

Según Santo Tomás, tenemos ángeles de la guarda desde nuestro nacimiento, porque eso está asociado con nuestra naturaleza como seres racionales.

Nos asisten a todos, incluidos a los incrédulos.

Dios nunca deja a ninguno, incluidos los pecadores.

Nos recuerdan la dignidad como persona.

San jerónimo dice que eso es por el valor inmenso de nuestras almas.

Ellos son los que nos recuerdan que cada uno de nosotros es hijo de Dios.

Y nos recuerdan el cuidado de Dios para cada uno de nosotros.

Es por esta razón que tenemos un ángel de la guarda desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte, porque a través de ellos, el cuidado de Dios no nos abandona ni en los momentos de pecado o duda.

 

LLEVAN A DIOS NUESTRAS NECESIDADES

Actúan como intercesores que llevan nuestras peticiones a Dios, porque ellos contemplan el rostro de Dios.

Y por lo tanto nos ayudan a acercarnos más a Dios.

Por eso, aunque Dios parezca lejano, nuestro ángel está permanentemente presente para vincularnos con Él.

Y nos llevan hacia lo bueno.

Porque nuestros afectos humanos nos pueden desviar y ellos constituyen una tutela.

Santo Tomás dice que nuestros ángeles guardianes nos ayudan a usar nuestra razón para un desarrollar la virtud y la prudencia, transmitiéndonos los preceptos de Dios.

En este sentido nos trasmiten la verdad inteligible de Dios, y nos hacen comprender las realidades espirituales invisibles.

Nos iluminan fortaleciendo nuestros intelectos, porque Santo Tomás dice que el intelecto humano se fortalece por la acción del intelecto angélico.

Pero además de operar sobre nuestros sentidos e intelectos también lo hacen a través de nuestra imaginación, por ejemplo a través de los sueños y otra serie de imaginerías.

Y con todo eso influencian nuestra voluntad, aunque no la pueden mover directamente.

Son una ayuda para nuestra salvación, porque su objetivo final es nuestra salvación; para ministrar eso han sido enviados.

Y ellos nos recuerdan que nuestro objetivo final es la visión beatífica de Dios, que es la recompensa de nuestra fe, lo que San Juan expresa diciendo que cuando Él se manifieste seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es.

 

QUE DICE EL CATECISMO DE LA IGLESIA SOBRE LOS ÁNGELES

Veamos que dice concretamente el catecismo sobre los ángeles.

 

328 La existencia de seres espirituales, no corporales, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe. El testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de la Tradición.

 

QUIÉNES SON LOS ÁNGELES

329 S. Agustín dice respecto a ellos: “El nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel”).

Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios.

Porque contemplan “constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos”, son “agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra”.

330 En tanto que criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales.

Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su gloria da testimonio de ello.

 

CRISTO “CON TODOS SUS ÁNGELES”

331 Cristo es el centro del mundo de los ángeles.

Los ángeles le pertenecen: “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles…”.

Le pertenecen porque fueron creados por y para Él: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él”.

Le pertenecen más aún porque los ha hecho mensajeros de su designio de salvación: “¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?”.

332 Desde la creación y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos, anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino de su realización: cierran el paraíso terrenal, protegen a Lot, salvan a Agar y a su hijo, detienen la mano de Abraham, la ley es comunicada por su ministerio, conducen el pueblo de Dios, anuncian nacimientos) y vocaciones, asisten a los profetas, por no citar más que algunos ejemplos.

Finalmente, el ángel Gabriel anuncia el nacimiento del Precursor y el de Jesús.

333 De la Encarnación a la Ascensión, la vida del Verbo encarnado está rodeada de la adoración y del servicio de los ángeles.

Cuando Dios introduce “a su Primogénito en el mundo, dice: adórenle todos los ángeles de Dios”.

Su cántico de alabanza en el nacimiento de Cristo no ha cesado de resonar en la alabanza de la Iglesia: “Gloria a Dios…”.

Protegen la infancia de Jesús, sirven a Jesús en el desierto, lo reconfortan en la agonía, cuando Él habría podido ser salvado por ellos de la mano de sus enemigos como en otro tiempo Israel.

Son también los ángeles quienes “evangelizan” anunciando la Buena Nueva de la Encarnación, y de la Resurrección de Cristo.

Con ocasión de la segunda venida de Cristo, anunciada por los ángeles, éstos estarán presentes al servicio del juicio del Señor.

 

LOS ÁNGELES EN LA VIDA DE LA IGLESIA

334 De aquí que toda la vida de la Iglesia se beneficie de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles.

335 En su liturgia, la Iglesia se une a los ángeles para adorar al Dios tres veces santo; invoca su asistencia (“Al Paraíso te lleven los ángeles…”) de la liturgia de difuntos, o también en el “Himno querubínico” de la liturgia bizantina, y celebra más particularmente la memoria de ciertos ángeles.

336 Desde su comienzo a la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión.

“Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida”.

Desde esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios.

 

LA CAÍDA DE LOS ANGELES

391 Tras la elección desobediente de nuestros primeros padres se halla una voz seductora, opuesta a Dios que, por envidia, los hace caer en la muerte.

La Escritura y la Tradición de la Iglesia ven en este ser un ángel caído, llamado Satán o diablo.

La Iglesia enseña que primero fue un ángel bueno, creado por Dios. “El diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a sí mismos malos”.

392 La Escritura habla de un pecado de estos ángeles.

Esta “caída” consiste en la elección libre de estos espíritus creados que rechazaron radical e irrevocablemente a Dios y su Reino.

Encontramos un reflejo de esta rebelión en las palabras del tentador a nuestros primeros padres: “Seréis como dioses”.

El diablo es “pecador desde el principio” (, “padre de la mentira”.

393 Es el carácter irrevocable de su elección, y no un defecto de la infinita misericordia divina lo que hace que el pecado de los ángeles no pueda ser perdonado. “No hay arrepentimiento para ellos después de la caída, como no hay arrepentimiento para los hombres después de la muerte”.

394 La Escritura atestigua la influencia nefasta de aquel a quien Jesús llama “homicida desde el principio” y que incluso intentó apartarlo de la misión recibida del Padre.

“El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo”.

La más grave en consecuencias de estas obras ha sido la seducción mentirosa que ha inducido al hombre a desobedecer a Dios.

395 Sin embargo, el poder de Satán no es infinito.

No es más que una criatura, poderosa por el hecho de ser espíritu puro, pero siempre criatura: no puede impedir la edificación del Reino de Dios.

Aunque Satán actúe en el mundo por odio contra Dios y su Reino en Jesucristo, y aunque su acción cause graves daños -de naturaleza espiritual e indirectamente incluso de naturaleza física – en cada hombre y en la sociedad, esta acción es permitida por la divina providencia que con fuerza y dulzura dirige la historia del hombre y del mundo.

El que Dios permita la actividad diabólica es un gran misterio, pero “nosotros sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman” (Rm 8,28).

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El mundo angélico y demoniaco

Conocemos del mundo angélico lo que conocería un topo del mundo humano al sentir las trepidaciones y ruidos de los humanos. Nos parece que lo material es variado y colorido, puede ser rugoso, suave, deslumbrante, húmedo o gelatinoso, frío como el acero o ardiente como la lava, lleno de olores y matices diversificados en un sinfín de sensaciones. En definitiva, el mundo material nos parece variado y cambiante. Sin embargo, el mundo angélico nos parece muy reducido, vaporoso y monocolor. Algo que roza el aburrimiento. Pero el mundo de los espíritus es variadísimo, a veces pueden luchar los espíritus entre ellos, algunos están encadenados, otros tienen como misión recorrer la tierra, fijémonos sólo en los misterios que se esconden en el versículo del libro de Daniel (Dan 7,10) en el que se nos da a entender que unos ángeles se dedican a servirle y a otros les ha dedicado a otras funciones. ¿Cuál es ese servicio?, ¿en qué consiste?) ¿Por qué aunque todos ven su faz, se da a entender que unos están ante la presencia de Dios y otros no? Y esto es solo un versículo.

Para vislumbrar algo del encanto y grandeza de ese mundo desconocido pero real, pensemos que los distintos nombres de los coros angélicos designan algo parecido a lo que las grandes especies de los animales. Imaginemos por un momento las diferencias que existen en el mundo material entre mamíferos, aves, peces e insectos. Pues la diferencia que existe dentro de un mismo coro angélico es mayor que la que pueda haber entre un delfín y una ballena, o entre una ardilla y un ciervo, pues las diferencias entre las esencias angélicas son mucho mayores que entre las esencias materiales.

Y sin embargo, a pesar de tener unas ideas tan pobres sobre el mundo angélico, qué interés suscita el tema demoníaco.
Ya el poeta Ovidio dijo: NITIMVR IN VETITVM SEMPER CUPIMVSQVE NEGATA (siempre nos esforzamos por lo prohibido y deseamos ardientemente las cosas negadas)

El hombre tiende a preferir conocer lo bello y bueno, pero por alguna razón también siente una innata inclinación por conocer lo deforme y lo sórdido. Esta inclinación no es mala, el conocimiento tiende a extenderse sobre todos los campos y materias. Cuanto más desconocido y fuera de lo normal es algo, más se apetece su conocimiento, porque de su aprehensión intelectual nace esa fugaz y espiritualmente placentera sensación que es la sorpresa.
Las catedrales góticas tratan de llevar a los hombres a Dios a través de la belleza. Pero es parte integrante de esa belleza el que en ese inmenso conjunto arquitectónico tenga su pequeña parte la representación del demonio. Sea en un pequeño capitel, sea en una gárgola, sea en la parte inferior del tímpano, allí se esconden las imágenes de una caterva de pequeños demonios. ¿Por qué?, pues porque el demonio también tiene una participación de la belleza. El demonio es feo, no me refiero a su cuerpo, que no posee, sino a su ser personal deformado. El demonio tiene un ser, y todo ser es una participación del bien y la belleza. El demonio conserva su naturaleza angélica y ella es hermosa, e incluso en lo que con su pecado ha deformado de su ser podemos encontrar una belleza especial e inferior, pero belleza.

Pongo un ejemplo: si atravesamos despreocupados y alegres un prado de flores y mariposas y de pronto nos topamos con el cadáver de un perro que es ya carroña maloliente, sin ningún género de dudas retrocederemos, nos taparemos las narices y pensaremos que es algo sencillamente vomitivo. Ese objeto no es bello, sin embargo, si pudiéramos prescindir del olor, si nos fuese posible introducirnos con una cámara de televisión por los tejidos putrefactos de ese cuerpo y observar científicamente con todo lujo de detalles la obra constante de los gusanos, su conducta, su reproducción, y a un nivel inferior la acción de los microbios, su metabolismo, sus distintos tipos y clases, y observar tantas especies y subespecies de organismos y microorganismos trabajando sobre una masa a su vez cambiante a lo largo de las semanas, entonces quedaríamos fascinados por ese mundo oculto y complejísimo de procesos químicos y biológicos que es un cadáver en putrefacción.
Ciertamente un cadáver no es algo bello, pero podemos encontrar no sólo algún aspecto bello sino, como hemos visto, un mundo fascinante. De todos los objetos que puede conocer el intelecto, el más deforme, el más sórdido es lo demoníaco. Todo lo demás, la visión de las escenas de campos de concentración nazis, el conocimiento de las crueldades de la guerra, los espantosos relatos de asesinatos y torturas, son los frutos maduros de la semilla demoníaca.

Hemos visto que incluso el demonio tiene su lugar en la catedral, como lo tiene en el cosmos el infierno. Cosmos en griego significa orden. El infierno, con hombres y demonios sufriendo por toda la eternidad, no es una pieza desencajada, no es un defecto en esa armonía universal. El mundo hubiera sido mejor sin condenados. Pero hubiera sido mejor no por lo que existe (el infierno), sino por lo que ha dejado de existir (una inmensa cantidad de bien que hubieran hecho los condenados si no se hubieran condenado, y por la gran cantidad de dolor que sufren). El infierno no afea la creación, de la misma manera que los apuntes personales de Leonardo da Vinci, en los que aparecen caras deformes y grotescas, no afean su obra pictórica. Al contrario, incluso en la existencia de esos cuadernos con caras grotescas, se nos revela la mano maestra de un genio en un modo totalmente distinto, que si no hubieran llegado hasta nosotros y no la hubiéramos conocido. Del mismo modo hasta en el infierno podemos encontrar una belleza, especialísima eso sí, una belleza sui generis, como la admiración que produce contemplar la complejidad de procesos que se producen en un cadáver en medio de un prado de gran belleza. Además, continuando el símil del prado, considerados los condenados en sí mismos, (¿sería más bella una naturaleza sin moscas, sin lombrices y sin sapos?).(¿Sería más bello el mundo animal si todo quedara reducido a ciervos, águilas, cisnes y seres de gran belleza?) (¿Sería más bello el mundo vegetal si dejarán de existir los cardos, las zarzas y las setas venenosas?

El mundo hubiera sido más bello sin infierno pues todos esos hombres reprobados y espíritus caídos hubieran sido cada uno de ellos un hermosísimo elemento más en el conjunto del Reino de los Cielos, y cada uno de ellos hubiera dejado para bien su huella en la creación. Pero el infierno añade más belleza al universo, nos da una visión distinta de Dios, la de su justicia terrible.

Nadie debe menospreciar la obra impresionante y formidable en que brilla la terrible justicia de Dios: los demonios. No es menos admirable la mano de Dios en esta parte de su creación que es el infierno de lo que lo es en el resto del Cosmos. Dios no creó condenado a ningún ángel, pero el ángel que merecidamente fue condenado, fue enviado no fuera de la Creación, sino a un lugar que es parte de la creación. El Creador tras el pecado de sus criaturas sentenció la medida, el modo y el lugar del castigo, pero dentro de su orden.

En cada demonio hay un fuego, el fuego de la ira del Creador. El demonio es una criatura de Dios, es la criatura rechazada de Dios. Si los hombres pecadores mientras están en el mundo pudieran ver un sólo demonio -su historia, sus pensamientos, su sufrimiento- quedarían no sólo trocados en su vida, sino admirados del poder, la justicia, el orden y la sabiduría de los designios del Señor. En cierto modo también el infierno también es una obra de arte de Dios, una obra de arte que El no hubiera nunca creado si no se hubiera visto obligado a hacerla. ¿No es acaso una obra de arte el tríptico de El Bosco el Jardín de las Delicias, en su parte dedicada al infierno? No es que El haya querido crear ese lugar, pero su permisión ha puesto la medida, profundidad y modo en que su Justicia debía llevarse a cabo.

El demonio es admirable en todo lo que no ha perdido de lo que recibió de Dios. Sigue siendo una naturaleza angélica, es admirable por su inteligencia, por su poder, incluso por su belleza, aunque deformada. Y así Yahveh en el capítulo 40 y 41del libro de Job, se deleita en elogiar el poder y ferocidad de la más temible de las criaturas infernales, Satán. Tal elogio lo hace designándolo bajo el nombre de Leviatán y Behemot.

La tradición patrística ha aplicado también a Satanás el oráculo del profeta Ezequiel contra el príncipe de Tiro (Ez 28, 12 y siguientes). Es indudable que el oráculo fue referido en su época al príncipe de Tiro, el mismo profeta dice siendo tú un hombre, no obstante hay algunas referencias como montaña santa de Dios y querubín protector indican que el texto está yendo más allá de aquel a quien se dirigía de modo primario.

Satán es el Príncipe de este mundo, cuanto hay bajo los todos los cielos mío es (Job 41,3) llega a decir en su soberbia. Tributo le aportan las montañas (Job 40,20), es decir recibe un tributo de pecado de los hombres más importantes que más descollan (por usar el término montaña en el sentido en que lo usa San Agustín en alguno de sus sermones). Es jefe de todas las huestes infernales, A Pues tributo le aportan (…) todas las bestias salvajes que allí retozan» (Job 40,20), es rey sobre todas las bestias feroces (Job 41,26). Es muy interesante el versículo que dice que es la obra maestra de Dios (Job 40,19). La tradición rabínica y patrística dirá que Satanás era el espíritu de mayor importancia delante del trono de Dios.

Puede parecer un contrasentido pero incluso el mal obrar de los demonios da gloria a Dios, porque su mal obrar es un elemento más de la historia de la creación. Así como una batalla entre las perfectamente alineadas legiones romanas y las entrenadas falanges griegas es un espectáculo bello en el aspecto estético. Mucho mejor que nunca se hubiera dado tal batalla, pues toda batalla es un hecho horroroso, pero al mismo tiempo que horroroso, estéticamente en algún aspecto puede ser bello. La acción de los demonios es objetivamente mala y despreciable, sin embargo, forma parte de la bellísima sinfonía que es la historia de la creación.

El inmenso conjunto de los ángeles se dice que está ordenado en coros porque su obrar es una formidable canción a la gloria de Dios. Las catervas demoníacas no pueden impedir que de ellas mismas emane una sinfonía poderosísima a la gloria de Dios. De los ángeles se dice que cantan porque glorifican a Dios con su voluntad. De los demonios no diríamos que cantan. Diríamos (y es sólo una comparación) que la música que de ellos emana es instrumental. Porque contra su propia voluntad emanan armonía dentro del conjunto de la Creación. Eso es algo que hiere profundamente a los demonios, saber que su mismo obrar malvado forma parte de ese inmenso orden que es el conjunto de las obras creadas por Dios, saber que todos sus esfuerzos en la Historia por hacer lo contrario de lo que Dios quiere son parte integrante de los planes de Dios. Y así el salmo104, 26 dice Leviatán que formaste para jugar con él.

Muchos han quedado un poco sorprendidos de que en la parábola del administrador infiel (Luc 16,1-8) Jesús dice que el amo (símbolo de Dios) elogió la astucia del administrador. Y eso que la obra era objetiva e intrínsecamente mala (robo con engaño). Del mismo modo, alguno puede quedar escandalizado del elogio que el Creador hace de Leviatán, pero eso se debe a desconocer qué es el mal, cual es la naturaleza metafísica de eso que denominamos como mal. Para conocer qué es el mal es necesario saber qué es el ser.

El mal no es propiamente una cosa, un ente, sino algo que tiene su razón de ser en el bien, al que se opone como privación. El mal es real, pero no es una cosa, sino algo que existe en un sujeto: es la ausencia, privación o corrupción del bien; para ser, el mal necesita radicar en un sujeto, tiene su fundamento en el bien y en el ser; no es cognoscible en sí. Ángel Luis González, Teología natural, cap. III, 1

Cabe un gran mal unido a un gran bien, un gran mal moral unido a una grandiosa naturaleza angélica. El Diablo puede ser reprobable en cuanto a su maldad, pero puede ser elogiado por su poder, por su inteligencia que radica en su naturaleza, e incluso por el poder e inteligencia que ha desplegado en sus malas obras. Admirar lo que él tiene recibido de Dios es admirar a Dios.

Pongo varios ejemplos: Admirar el inteligentísimo plan de un ladrón para llevar a cabo un robo, no es malo. Una cosa es la valoración moral del robo, y otra la inteligencia desplegada en el plan. De la misma manera una cosa es admirar la impresión de fuerza y orden de los desfiles nazis en la Alemania de Hitler, y otra cosa muy distinta es la maldad del nazismo.

Pero en fin, todo lo dicho no quita ni un ápice de la maldad de los demonios y de la valoración que tenemos de ellos. Cualquiera se quedaría sobrecogido si conociera hasta qué abismos de odio puede llegar la iniquidad de ellos. De la profundidad de la maldad de los demonios nos podemos hacer un esbozo de idea al conocer las tentaciones que ejercen. ¡Cuánta maldad pueden albergar para llegar a extremos tales como incitar a algunos hombres a que torturen a indefensos niños durante horas antes de matarlos! ¡Qué frialdad se puede tener para tentar con escrúpulos por meses a personas piadosas hundiéndolas en el límite de la desesperación!

Ellos tientan al odio, a la pelea que acabe en mutilación, ellos colaboraron (con la tentación) al auge del nazismo con todas sus consecuencias, desean para nosotros la muerte, la desesperanza, el terror, el sufrimiento. Lo desean con toda frialdad, no existe en ellos el atenuante de ser arrastrados por un momento de pasión. Es el mal con toda frialdad, con toda premeditación. Es el mal sin la más ligera sombra de arrepentimiento.

Si de todo el cosmos hubiera que elegir algo que mereciera el calificativo de odioso, no dudo que la gente -si los conociera- elegiría a los demonios. Más ni siquiera los demonios son odiosos. Sólo es odioso el pecado, los demonios sólo nos deben merecer pena y compasión. Es decir, pena por el pecado que cometieron, y compasión en el sentido de tratar de imaginar y hacernos idea del padecimiento que sufren, y ante la comprensión de ese abismo de padecimiento venerar sobrecogidos los justos designios de Dios.

Acabo con el oráculo del profeta Ezequiel que la tradición de los Santos Padres ha referido a Satanás:

Tu eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría y acabada belleza;
en el Edén, jardín espléndido, habitabas;
toda suerte de piedras preciosas eran tu vestido (…)
Tú eras un querubín consagrado como protector,
Yo te había establecido tal;
estabas en la montaña santa de Dios
y te paseabas en medio de piedras de fuego,
hasta que se descubrió en ti la iniquidad. (…)
Se engrió tu corazón por tu belleza,
echaste a perder tu sabiduría por tu esplendor. (…)
He hecho brotar un fuego de en medio de ti, que te ha devorado

Ez 28, 12 y siguientes

Fuentes: padre Fortea en Posesión y Exorcismo

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Foros de la Virgen María MENSAJES Y VISIONES Nuestra Señora reina de la Paz: Irlanda a Cristina Gallagher

Con muchos Angeles… mensajes de la Virgen María a Cristina Gallagher

Christina ha visto muchos ángeles diferentes y ha visto ángeles individualmente así como en grupos. Una vez cuando Christina estaba soportando un gran sufrimiento, entonces se le apareció su propio ángel guardián. Él le prometió que él se «llevaría sus problemas y le daría paz», y esto es lo que realmente pasó después de que él se apareció ante ella. A Christina le fue dado el nombre del ángel; es Carmello.

Christina ha visto en varias ocasiones al ángel guardián de su país natal, el Angel de Irlanda, así como, San Rafael (patrón de aquéllos que viajan), el Angel de Paz, el Angel de la Ira e incluso al ángel guardián de su Director Espiritual, el Padre McGinnity. El Padre relata una historia acerca de esa ocasión:

«Yo tuve una experiencia profundamente impresionante que tenía que ver con mi ángel guardián en un momento cuando yo menos lo esperaba. Fue en el curso de una serie de charlas dadas por Christina en los Estados Unidos. Cuando yo ofrecí la Misa privadamente un día de la gira cuando no había ninguna función pública, sentí una paz celestial que contagiaba mi alma de una manera muy profunda justo cuando había terminado la Consagración de la Misa. Era tan fuerte, como si un poder estuviera entrando en mi alma y tan especial: Yo nunca había tenido experiencia semejante de paz «no terrestre» antes. Apenas permaneció dentro de mí por un minuto o dos. Después yo le pregunté a Christina si algo raro había tenido lugar durante la Misa. Ella sonrió por lo que acababa de ver y se sorprendió de que yo supiera. Después ella me reveló que mi ángel guardián apareció durante la Misa de pie detrás de mí y ligeramente sobre mí y que el ángel puso sus manos en mis hombros. Cuando yo pregunté en qué momento es que esto había ocurrido, Christina dijo ‘ Justo cuando la Consagración tuvo lugar. ‘»

 

EL ARCANGEL MIGUEL

Miguel bendito se colocó en las fases tempranas de las apariciones a un lado de Christina para protegerla, mientras el Padre Pio se puso a su otro lado. Ella ha visto a Miguel Bendito en varias ocasiones. él ha aparecido muy poderoso con una gran espada, dirigida para tranquilizarla a ella con su protección. Christina dice, «él era enorme. Se veía como un hombre grande, con alas, en luz blanca radiante. Yo lo he visto en formas diferentes. Era muy guapo. Tenía una cara fuerte. Su poder causaba un sentimiento de debilidad, casi miedo dentro de mí. Repetidamente, él hizo gestos con su espada. Miguel bendito parecía mucho más poderoso que el diablo. él tiene un poder mayor que cualquiera excepto Dios y Nuestra Madre Bendita. Yo me sentía en su presencia un tremendo sentimiento de protección. Es un poder espiritual de paz y seguridad. Me llenó de respeto.»

Fue cuando Satanás estaba insistiendo en sus ataques sobre Christina que Miguel Bendito se le apareció por primera vez a ella. Sin embargo, Christina en muchas ocasiones había tenido conocimiento explícito de su presencia y protección: «él siempre está allí» dice Christina » ahora me siento mucho más feliz. Pero incluso con Miguel Bendito cerca de mí, todavía digo frecuentemente su oración.»

Merece la pena mencionar que, a pesar de que Nuestra Madre Bendita ponga a un lado de Christina al más grande arcángel como su protección constante contra el diablo, Ella le recuerda a Christina que es necesario pedir su ayuda continuamente. «Mi niña, usa el agua bendita más a menudo. Implora a Miguel Bendito, el arcángel, más a menudo. Pídale que te proteja». Parece que Nuestra Madre Bendita encontró necesario pedir esto cuando había peligro de que los ataques de Satanás aumentaran en contra de Christina. Ella nunca debe abandonar el arma de la oración para invocar a Miguel Bendito que está asignado a ella.

 

COROS DE ANGELES

En la ocasión en que Christina vió el Cielo y al Padre Celestial sentado en un trono, ella vio muchos ángeles diminutos sin alas que moviéndose a voluntad de arriba abajo como un haz de luz que conduce a Dios. Cuando ella veía a la Santísima Trinidad, en esa ocasión, grupos de ángeles cantaban «Gloria a Dios en las Alturas» en una armonía tan perfecta que parecía como música aunque era una mezcla de voces innumerables. Una vez mientras viajaba en los Estados Unidos para hablar sobre los mensajes de Nuestra Señora, le fue permitido a Christina oír voces angélicas cantar en armonía a Nuestra Señora Bendita.

En la Casa de Oración donde Nuestra Madre Bendita le prometió a Christina que ella habría de «estar presente con muchos ángeles» Christina ha visto repetidamente ángeles durante la Misa, y a veces fuera de Misa. Ella los ha visto en cantidades innumerables y con gran gentileza y respeto, asistiendo a Nuestra Señora Bendita. Ella los ha visto y oído cantar durante Misa.

 

El ANGEL DEL SANTO PADRE

En una ocasión durante Misa, a Christina le fue mostrado el Santo Padre caminando en jardines bellamente arreglados que ella nunca había visto antes y al lado de él un prelado. De repente Christina pudo ver el ángel del Santo Padre venir al lado de él y escudarlo con su gran ala de un peligro particular.

 

EL ANGEL DE LA PASCUA

El domingo, el 5 de septiembre de 1993, Nuestra Señora Bendita dio un mensaje a Christina en el que se refirió al Angel del Pascua.

«Mis niños, yo vengo con un mensaje de amor y paz. Lloro por su seguridad de cuerpo y alma. Les ofrezco la armadura de protección de la luz de Dios. Ustedes piensan que son astutos y sabios. No son sino tontos y ciegos. Lean la Palabra del Señor su Dios. Con Su sangre ustedes son redimidos. Mis niños, les suplico a ustedes, despierten antes de que sea demasiado tarde. El Angel de la Pascua está a la mano. Yo deseo que ustedes sean sabios y cultos en la luz de Dios. Tomen su armadura. Póngasela sin miedo. Yo soy su Madre y dirijo esta batalla. Como Dios me eligió traer a su Redentor a través del fruto de Mi vientre, yo una vez más se los traigo en Gloria, como Rey, porque yo soy la sierva de Dios, y comparto su gloria y victoria por la redención de la raza humana. En esa gloria Mi Corazón Inmaculado triunfará. Mis niños, no duden en responder; vivan mi mensaje de amor y paz. A través de él, ustedes tendrán esperanza en la vida. Yo les imparto Mis bendiciones, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.»

 

FORMACION DEL CALIZ

Aunque los momentos de gracia y el armonioso cantar de los ángeles en formaciones variantes durante la Misa son deleitables a la vista, uno de las vistas más impresionantes con relación a los ángeles que Christina ha testificado, fue cuando ellos la conmovieron, incluso hasta las lágrimas de alegría, durante la Misa el sábado 8 de octubre de 1994. Los ángeles llegaron formados en un cáliz vistoso y perfecto a través de un intercalado intrincado de sus alas. De este cáliz, se elevó la mitad de una hostia de cuya mitad superior era visible que se desprendía una luz radiante que iluminaba a los ángeles que quedaron absortos de la hermosura y por reverencia. Ellos miraban hacia arriba, no hacia adentro.

  

EL ARCANGEL ANONIMO

Justo cuando Christina tomó su lugar en la capilla para la Misa, un ángel se presentó ante ella con una gran luz. Christina se preguntaba qué ángel podría ser éste. él (pero Christina agregó, «yo digo ‘ él ‘ pero el ángel no era ni ‘él’ ni ‘ella’ «) radió una gran luz pero también un poder a su alma, algo más delicado que paz – un sentimiento de entrega que Christina no había experimentado a semejante grado antes. El ángel le confió a Christina que él era ‘ el arcángel anónimo: ella entendió que era el cuarto arcángel. él le explicó a Christina que fue enviado por Dios para ayudarla a entregarse; que si ella pudiera entregarse más, sufriría menos. Christina experimentó que el ángel la rodeaba totalmente y traspasaba su alma.

Ella lo describió como si el ángel pudiera «envolverse alrededor de su alma». Christina no entendió la mención de «el arcángel anónimo» y le preguntó ya que no había tal cosa como un arcángel anónimo en las Escrituras. El ángel parecía divertido por esta pregunta hecha por Christina, aunque el efecto que el arcángel causó en Christina fue tal que ella se vió cuestionando lo que ella no podría entender normalmente. El arcángel le dijo que sólo le dijera a su director espiritual. Entonces el ángel le mostró el Libro de Vida que ella había visto en Los Angeles cuando Jesús le mostró su próxima purificación. Le agradó al arcángel el que ella hubiera reconocido el Libro y le dijo que ese libro es su responsabilidad aunque por ahora él tenía la responsabilidad de ayudarla a que ella se entregara.

En el ofertorio de la Misa, Christina tomó conciencia de la necesidad de ofrecer a este ángel una intención del P. McGinnity que estaba entregaba a Dios en la Misa que estaba siendo ofrecida. El ángel continuó teniendo este efecto maravilloso en Christina más allá del tiempo de la celebración de la Misa y de hecho desde entonces, debido a los horrores del sufrimiento y molestia que experimentó eran tan enormes que su director espiritual comentó que él no consideraba que Christina pudiera soportar el mismo grado de entrega y ecuanimidad que ha mostrado desde la venida de este arcángel. Ella comentaría, «Si ese ángel continúa conmigo, nada podrá perturbarme. . .»

 

LA ASIGNACION DE ANGELES PARA LA PROTECCION DE CHRISTINA

El 9 de diciembre de 1995, Jesús concluyó un mensaje a Christina refiriéndose a las tareas específicas (espirituales todas) de cada uno de los ángeles y santos que habían sido asignados en momentos diferentes para estar con ella. . .

«Yo te he dado a Mi Madre para ser el Guardián de tu alma; Miguel el guardián de tu carne; Tú ángel guardián libertad de tus facultades; el ángel que se proclamó a sí mismo como «el anónimo» para confortarte; Al Padre Pio como guardián en contra del espíritu maligno para protegerte junto con Miguel. Muchos espíritus de Luz te rodean. Los santos continúan intercediendo, por tus necesidades, espiritualmente. . . «

 

ANGELES QUE INTERCEDEN A TRAVÉS DE LA MISA

EL Día de Navidad en 1995, Christina presenció a ángeles alrededor y encima del altar regocijándose. Entonces ellos todos iniciaron la formación de un círculo mirando hacia arriba y formando una corona perfecta con sus alas doradas. A Christina le fue dado el saber que éste era los medios de subida al sacrificio. Un arroyo de almas vino del Purgatorio, muchos centenares (algunos eran más grises que otros en color indicando a Christina que ellos vinieron de los niveles más bajos de Purgatorio). Christina supo que cada ángel que formaba la corona era asignado a varias de estas almas para escoltarlos a su lugar apropiado en Cielo. Las almas se fundieron lejos en grupos de aproximadamente cincuenta cada uno mientras «la corona» ascendía.

Christina reconoció a su propio ángel a la cabeza de una línea de ángeles que vienen a un lado del altar. Ellos flotaron adelante y miraron hacia arriba intercediendo a través del Sacrificio de la Misa por todos los presentes. éstos eran los ángeles guardianes de todo el presente.

 

LOS ANGELES DE LA CORONA DE NUESTRA SEÑORA

El 10 de febrero de 1996, durante la Misa aproximadamente veinticinco ángeles vinieron. Christina estaba consciente de la presencia de Nuestra Señora aunque no era visible. Entonces los ángeles empezaron a formar la corona de Nuestra Señora. ¡Ellos podían asumir cualquier posición ante al asombro de Christina! En una mirada rápida, ella dijo,

«¡Tú pensarías en una corona real! Un ángel tomó la forma de el globo terráqueo y un ángel formó el poste y otro el travesaño de la cruz!»

 

LOS ANGELES Y LAS SAGRADAS HERIDAS

En una ocasión durante la adoración del Sagrado Sacramento cuando Jesús apareció vivo en la cruz a Christina y miró a los adoradores, a pesar del peso enorme de Su cansancio, algunos ángeles se acercaban lentamente, uno a la vez y limpiaron la Sangre Preciosa de las heridas en Su Cuerpo. Cuando hacían esto, sin embargo, Christina notó que cada uno de los ángeles se volteaba a otro lado, para no ver la herida en particular que estaba tocando. Le fue revelado a ella que era el horror del pecado el que infligió estas heridas en Nuestro Señor y que causaba en los ángeles esta revulsión. La única herida que ellos no limpiaron era la herida en Su Sagrado Costado.

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Naturaleza y Función de los Ángeles

Un ángel es un ser perfecto creado por Dios para servirle y enviar sus mensajes, la segunda tarea más importante del Ángel es servir de custodio para el alma de cada creyente.

Los ángeles buenos nunca son agentes independientes, nunca se centran en sí mismos. Siempre están al servicio de Dios y siempre nos guían a la Verdad plena que es Jesucristo. Cuidado con historias de ángeles que ignoran o contradicen la fe cristiana. Los ángeles de Dios son «agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra» (Sal 103, 20). CIC 329
Los Ángeles son inmortales y tienen una jerarquía que consta de 9 coros divididos en 3 jerarquías diferentes por su función, cada ángel es diferente ya sea en función o “apariencia”.

  

LOS ÁNGELES EXISTEN

Es doctrina de la fe católica, fundamenta en las Sagradas Escrituras y en la unanimidad de la Tradición Apostólica. “Confirmado en el Concilio Lateranense IV (1215), cuya formulación ha tomado el Concilio Vaticano I en el contexto de la doctrina sobre la creación (Const. De fide Cath… DS 3002). “ Ver CIC 328s.

 En el Credo proclamamos y confesamos a Dios creador de todo lo invisible e invisible.

  

NATURALEZA ANGELICAL

Seres espirituales, no corporales CIC 328

Los ángeles y los seres humanos son de diferente naturaleza. Ni los hombres se convierten en ángeles ni los ángeles en hombres.

Los ángeles no tienen «cuerpo» (si bien en determinadas circunstancias se manifiestan bajo formas visibles a causa de su misión en favor de los hombres), y por tanto no están sometidos a la ley de la corruptibilidad que une todo el mundo material. Jesús mismo, refiriéndose a la condición angélica, dirá que en la vida futura los resucitados «no pueden morir y son semejantes a los ángeles» (Lc 20, 36). (JPII; 6,VIII,86)

 Son inmortales» Cf CIC 330. 

Tienen inteligencia y voluntad.

Superan en perfección a todas las criaturas visibles. 

 “Los ángeles son seres personales y, en cuanto tales, son también ellos, «imagen y semejanza» de Dios.

El Ángel se comunica con el ser humano por medio de pensamientos que introduce en el alma, por esto es imposible distinguir si un pensamiento proviene de nuestro celoso guardián o de nosotros mismos.

El lenguaje angélico es el pensamiento en estado puro sin signos o intermedios llamado especie inteligible, las naturalezas angélicas se comunican por medio de el mero pensamiento, la comunicación es telepática y puede transmitir pensamientos, sentimientos e inclusive imágenes o razonamientos, esto es voluntario y se pueden llevar a cabo diálogos como los nuestros, nosotros nos comunicamos por palabras y ellos por el pensamiento.

Los ángeles pueden hacer levitar algo en el aire o transformar algo instantáneamente, ellos puedes hacer cosas más allá de las posibilidades de lo material, pero no pueden todo ni siquiera en el mundo material solo Dios puede crear algo de la nada; esto también se aplica en lo relativo a nuestra alma, nosotros podemos observar algo y que nos recuerde algún momento en especifico, un ángel puede directamente mandar esa inspiración a nuestra alma, pero solo Dios puede mandar una gracia ya sea de arrepentimiento, de acción de gracias, etc., estas las deposita en lo más interno de nuestro espíritu y si son aceptadas pueden cambiar en cuestión de segundo el sendero que recorre nuestra vida y devolvernos al camino de la salvación.

Es muy común que al ángel se le represente con cuerpo humano y cara de niño o con facciones muy delicadas, con una expresión muy intensa y tierna.

Aunque los seres angélicos están libres de materia para enviar un mensaje directo o urgente, como la anunciación a Maria, pueden tomar “prestada” una forma humana con el permiso de Dios para no asustarnos, hay muchísimos casos de santos que tienen la gracia de ver a sus ángeles guardianes e inclusive a otros ángeles, tampoco podemos excluir a los pastores de Belén o a Zacarías quien vio al mismísimo arcángel Gabriel cuando este bajo del cielo a enviarle el mensaje de que su esposa Isabel estaba embarazada.

 

ÓRDENES Y GRADOS DE ÁNGELES

“La Sagrada Escritura se refiere a los ángeles utilizando también apelativos no sólo personales (como los nombres propios de: Rafael, Gabriel, Miguel), sino también «colectivos» (como las calificaciones de: Serafines, Querubines, Tronos, Potestades, Dominaciones, Principados), así como realiza una distinción entre Ángeles y Arcángeles.

Aún teniendo en cuenta el lenguaje analógico y representativo del texto sacro, podemos deducir que esto seres-personas, casi agrupados en sociedad, se subdividen en órdenes y grados, correspondientes a la medida de su perfección y a las tareas que se les confía. Los autores antiguos y la misma liturgia hablan también de los coros angélicos (nueve, según Dionisio el Areopagita). La teología, especialmente la patrística medieval, no ha rechazado estas representaciones, tratando en cambio de darle una explicación doctrinal y mística, pero sin atribuirles un valor absoluto.” (JPII, 6, VIII,86)

Los ángeles se distinguen en 9 coros agrupados en 3 jerarquías diferentes, aunque no conste explícitamente es la creencia general. Esta distinción hecha en relación a Dios, «a la conducción general del mundo o a la conducción particular de los Estados de las compañías y de las personas»; no se dividen por importancia pues cada ángel es importante e indispensable en su campo, mas se clasifican por cercanía a la esencia de Dios, cabe recalcar que la jerarquía no influye en la capacidad de amar de cada ser angelical, pues un ángel de la novena jerarquía podría amar mas a los hombres y a Dios que uno de la primera.

Los 3 coros de la primera jerarquía están en continua presencia de Dios, los 3 coros inferiores a estos están relacionados a la conducta del universo en general y los últimos 3 a la compañía de las personas.

Basándose en las Sagradas Escrituras los Biblistas y teólogos han ordenado a las naturalezas angélicas de la siguiente manera:

Jerarquía Superior (Serafines, Querubines y Tronos)

El Coro de Serafines. Es el coro bienaventurado por excelencia. Ellos son puro fuego de amor al servicio de Dios. Ellos están incesantemente adorando, amando y alabando a la Santísima Trinidad. Ese es su oficio y en eso precisamente consiste su beatitud. De día en día, de hora en hora, su amor se inflama sin cesar de nuevo hacia el amor supremo.

El Coro de Querubines. Son como la guardia privada de Dios. El celo personal y personificado por la gloria de Dios y por su defensa. Fue precisamente un Querubín el que expulsó a nuestros primeros padres del Paraíso terrenal. Delante del trono del Papa hay cuatro querubines. También delante de muchos Santuarios particularmente venerados, hay un Querubín. Dice Ana Catalina Enmerich que debemos invocarles en todas las tentaciones contra la fe. También dice ella que son muy apropiados para las almas escrupulosas, en especial aquellos que están asediados contra la santa virtud de la pureza.

El Coro de los Tronos. Es un coro real. Se dice eso porque cada obispado, lo mismo que cada reino o cada comunidad de claustro, tiene un ángel del coro de los tronos. Ellos presentan al Altísimo las oraciones de su Diócesis, de su reino o de su convento, ennoblecidas y santificadas por su propia oración. Una disposición divina ha querido que se les mencione en el prefacio. El Ángel de España, lo mismo que el Ángel de Portugal que se apareció en Fátima, pertenece a este concreto coro real.

Jerarquía intermedia (Dominaciones, Principados y Potestades).

El Coro de las Dominaciones. Los ángeles de este coro son donados a todos aquellos que son llamados a enseñar, sea en una Universidad, sea en una cátedra, sea en un Concilio, sea sobre determinado asunto en la dirección espiritual. Los misioneros suelen ser protegidos por estos ángeles. Son los ángeles en ayudarnos a extender el reino de Dios sobre la tierra. Los superiores de un seminario, así como los seminaristas, tienen uno al lado de ellos; y estos ángeles les inspiran a que recen por la conversión de los que están en el error o en la incredulidad, o por los malos católicos.

El Coro de los Principados. Cada parroquia tiene un ángel que pertenece a este coro. Son –según Catalina Enmerich- grandes, de aspecto majestuoso. Están arrodillados delante del santísimo Sacramento y oran noche y día por todas las familias de la comunidad parroquial. Ellos conocen a todos los parroquianos de su Iglesia e imploran el perdón cada vez que se produce un escándalo. Su rostro es amigable y lleno de afecto, y se ensombrece de gran tristeza cuando alguien recibe los sacramentos de una manera poco digna o de forma sacrílega.

El Coro de las Potestades. “Los Ángeles del Coro de las Potestades son grandes, salvo raras excepciones”, dice Anna Catalina Enmerich. Ellos están dedicados exclusivamente al servicio de los sacerdotes. Parece –siempre según la Venerable religiosa- que tienen un aspecto grave y que el demonio huye de este coro. Las Potestades velan sobre los sacerdotes, especialmente en cuanto al cumplimiento de su función.  Es muy importante el invocarlos cuando se sufre de aridez en la oración y de sequedad espiritual. También cuando uno está tentado de ceder a la cólera o impaciencia.

Jerarquía inferior (Virtudes, Arcángeles y Ángeles).

Este coro, en principio, es el que está más cerca de los hombres. Aunque todos ayudan al hombre si se les invoca.

El Coro de las Virtudes. Estos ángeles personifican la virtud, que es una fuerza en el orden del bien. Dios los envía a aquellos que ponen toda su fuerza de voluntad y toda su perseverancia para llegar a ser mejores. Son ellos los que nos ayudan a ir extirpando defectos. Son los que nos advierten, y los que a veces nos han salvado de caer en el pecado de forma casi milagrosa, o nos han ayudado a perseverar en el bien. Esto es sólo posible sin violar la voluntad humana, cuando el pecador, aunque débil, quiere de todo corazón no ceder a las tentaciones y permanecer en gracia de Dios. Este concreto coro puede serle de inestimable ayuda para avanzar por el sendero de la virtud y perfección.

El Coro de los Arcángeles. Son aquellos que nos ayudan en situaciones difíciles y extraordinarias. Por ejemplo nos dan la fuerza que necesitamos para soportar amarguras, sufrimientos y pruebas, las cuales nos aplastarían. Como mensajeros que son llevan noticias importantes.

El Coro de los Ángeles. Son los ángeles custodios que nos guían y protegen, día y noche. No se separan nunca, aunque no se les invoque. Son los mensajeros entre Dios y nosotros para las cosas frecuentes de cada día. Enjugan nuestras lágrimas, velan sobre nosotros y llevan nuestras oraciones y peticiones delante del Señor.

Todos, en realidad, no sólo el último coro, están a nuestro servicio, y la devoción hacia ellos aumentará en nosotros la virtud y la santidad.

 

Algunos autores y místicos, dividen a los ángeles entre Asistentes al Trono Divino (los grados más altos) y Mensajeros de Dios que cumplen diversas misiones por encargo suyo.

 

LOS ARCÁNGELES

Aunque la Biblia habla de siete arcángeles (Cf Tb 12,15, Ap 1,4) solo revela el nombre de tres. Estos son los que la Iglesia honra con culto litúrgico: Miguel, Gabriel y Rafael. Cada uno de los nombres termina con “El” que significa “Dios”.

El primero es Miguel Arcángel (cf. Dan 10, 13. 20; Ap 12, 7; Jdt 9). Su nombre expresa sintéticamente la actitud esencial de los espíritus buenos. «Mica-El» significa en efecto: «¿Quién como Dios?». En este nombre se halla expresada la elección salvífica gracias a la cual los ángeles «ven la faz del Padre» que está en los cielos.

El segundo es Gabriel: figura vinculada sobre todo al misterio de la Encarnación del Hijo de Dios (cf. Lc 1, 19. 26). Gabri-El significa: «Mi poder es Dios» o «Poder de Dios», como para decir que el culmen de la creación, la Encarnación es el signo supremo del Padre Omnipotente.

El tercer arcángel se llama Rafael.»Rafa-El» significa: «Dios cura». Él se ha hecho conocer por la historia de Tobías en el Antiguo Testamento (cf. Tob 12. 15. 20, etc.).

Cada una de estas tres figuras: Mica-El, Gabri-El y Rafa-El reflejan de modo particular la verdad contenida en la pregunta planteada por el autor de la Carta a los Hebreos: «¿No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio en favor de los que han de heredar la salud?» (Heb 1, 14).” (JPII, 6, VIII,86)

Los nombres de los otros cuatro arcángeles (San Uriel, San Barachiel ó Baraquiel, San Jehudiel, Saeltiel) no aparecen en la Biblia. Se encuentran en los libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de Esdras y en la literatura rabínica. Estos nombres pueden tenerse como referencia pero no son doctrina de la Iglesia ya que provienen de libros que no son parte del canon de la Sagrada Escritura.

  

ÁNGELES CUSTODIOS

Es una verdad constantemente profesada en la Iglesia Católica que a cada ser humano al nacer se le es otorgado un Ángel que está encargado de su cuidado, protección para ayudar al creyente a llegar a la salvación de la vida eterna. El mismo Jesús dijo «»Mirad que no despreciéis a alguno de estos pequeñuelos, porque os hago saber que sus Ángeles en los cielos están siempre viendo el rostro de mi Padre celestial»

A nuestro ángel custodio no es necesario invocarlo pues siempre está a nuestro lado, pero, aunque posean un intelecto mayor al nuestro no pueden leer nuestros pensamientos, pero si pueden escucharnos si nos dirigimos a ellos aunque no articulemos ninguna palabra, por su gran intelecto y perfección podrán deducir más de lo que estas pensando, más que lo que tú misma conocías.

Es de gran ayuda tratar con amor y respeto a tu Ángel custodio pues es de gran ayuda, considéralo un buen amigo y él buscara la manera de ayudarte hasta en las cosas mas sencillas del diario vivir, también es buena herramienta pedir ayuda al ángel de alguna otra persona que quieras ayudar pues es un aliado invaluable.

Nuestros ángeles de la guarda son consejeros y nos inspiran buenos deseos y propósitos, por ser seres inteligibles nos “soplan” estas inspiraciones desde el fondo de nuestra Alma, estas inspiraciones son claros caminos para acercarnos al camino de la salvación; también están encargados de velar por la conciencia, constantemente están ayudándonos a tomar decisiones por medio de “corazonadas” es decir que hacen todo lo que esta en sus manos para ayudarnos a mantener nuestra conciencia bien formada y fomentada en el camino de Cristo.

  

ANGELES BUENOS Y DEMONIOS

Dios creó a todos los ángeles para compartir su felicidad eterna. Pero los ángeles fueron probados y una porción de ellos se rebeló contra Dios. “ángeles llamados a declararse en favor de Dios o contra Dios mediante un acto radical e irreversible de adhesión o de rechazo de su voluntad de salvación”. (JP2, 30,VII,86)

Los Ángeles como seres intelectuales sabían de la existencia de Dios, el ser omnipotente que los creo, mas Dios no les dio la gracia de la visión beatífica, que es la Gracia de “ver” de manera directa la esencia de Dios; ellos veían a Dios como una luz, lo oían como una voz santa y majestuosa mas su rostro seguía sin develarse, como seres inteligentes que eran ellos sabían que había ese Altísimo, el Santo de Santos.

Antes de revelarse Dios le puso una prueba, una prueba de obediencia, los que la desobedecieron se convirtieron en demonios y fueron expulsados del Cielo al final de la batalla, la Gran batalla que se desarrollo en el cielo entre las naturalezas angélicas, una batalla meramente intelectual en donde los ángeles debatieron y lucharon por medio de argumentos a favor y en contra de Dios, y así se fueron cambiando de lado hasta que un día ya todos estaban convencidos de sus argumentos, los rebeldes convencidos de que Dios no es la felicidad absoluta y los ángeles de que solo con Dios se es completamente feliz.

Nadie creo a nadie malo, ellos se hicieron así por medio del pecado, se dice que el ángel más hermoso creado por Dios, Lucifer, la estrella de la mañana, ahogado por su soberbia encabezo a los rebeldes y con el después de la “gran Batalla” los rebeldes cayeron del Cielo al infierno donde sufrirían en la eternidad por su desobediencia.

Los Ángeles caídos, convencidos en el odio y repulsión al creador se quedaron en el infierno, en el exilio total de la felicidad donde el demonio, completamente deformado en la conciencia, sin perder su belleza de naturaleza se la pasa pensando, o tentando a algún ser humano o incluso apoderándose de alguno de ellos, buscando la manera de hacer sufrir a los seres humanos o simplemente alejarlo del camino que conduce al Dios que ellos mismos rechazaron.

  

QUE HACEN LOS ÁNGELES BUENOS

La Sagrada Escritura les llama “ángeles” de “angelus” significa “mensajero”. El término hebreo “malak” utilizado en el A.T. significa “delegado” o “embajador”. San Agustín dice respecto a ellos «El nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel». CIC 329

 Fueron creados, como los hombres, conocer, amar y servir a Dios.

Ante todo los Ángeles adoran a Dios

“Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Porque contemplan «constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos» (Mt 18, 10), son «agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra» (Sal 103, 20). CIC 329

“Lo dice Jesús mismo: «Sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los cielos» (Mt 18, 10). Ese «ver de continuo la faz del Padre» es la manifestación más alta de la adoración de Dios. Se puede decir que constituye esa «liturgia celeste», realizada en nombre de toso el universo, a la cual se asocia incesantemente la liturgia terrena de la Iglesia, especialmente en sus momentos culminantes. Baste recordar aquí el acto con el que la Iglesia, cada día y cada hora, en el mundo entero, antes de dar comienzo a la plegaria eucarística en el corazón de la Santa Misa, se apela «a los Ángeles y a los Arcángeles» para cantar la gloria de dios tres veces Santo, uniéndose así a aquellos primeros adoradores de Dios, en el culto y en el amoroso conocimiento del misterio inefable de su santidad.” (JPII; 6, VIII,86)

“Los Salmos de modo especial se hacen intérpretes de esa voz cuando proclaman, por ejemplo: «alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Alabadlo, todos sus ángeles…» (Sal 148, 1-2). De modo semejante el Salmo 102 (103): «Bendecid a Yahvé vosotros sus ángeles, que sois poderosos y cumplís sus órdenes, prontos a la voz de su palabra» (Sal 102/103, 20). “ (JPII; 30,VII,86)

Toman parte en el gobierno de Dios sobre la creación como poderosos ejecutores de sus órdenes.

Dios también los asigna a cuidar cada nación. Cf. Daniel 10, 13-21.

También el cuidado de las iglesias: Apocalipsis 1:20 “las siete estrellas son los Ángeles de las siete Iglesias”

Dios les ha confiado en particular un cuidado y solicitud para con los hombres

Presentan a Dios las peticiones y oraciones del los hombres. Tobías 3,16-17 “Fue oída en aquel instante, en la Gloria de Dios, la plegaria de ambos y fue enviado Rafael a curar a los dos: a Tobit, para que se le quitaran las manchas blancas de los ojos y pudiera con sus mismos ojos ver la luz de Dios; y a Sara la de Raquel, para entregarla por mujer a Tobías, hijo de Tobit, y librarla de Asmodeo, el demonio malvado.”

Nos ayudan a ser fieles al Señor y cumplir nuestra misión
Salmo 91,11-12 “El dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus caminos. Te llevarán ellos en sus manos, para que en piedra no tropiece tu pie”

Tobías 12,6 “Entonces Rafael llevó aparte a los dos y les dijo: «Bendecid a Dios y proclamad ante todos los vivientes los bienes que os ha concedido, para bendecir y cantar su Nombre. Manifestad a todos los hombres las acciones de Dios, dignas de honra, y no seáis remisos en confesarle.”

“Son también los ángeles quienes «evangelizan» (Lc 2, 10) anunciando la Buena Nueva de la Encarnación, y de la Resurrección de Cristo.” CIC 333.

A los pastores “La gloria del Señor los envolvió con su luz y se llenaron de temor” “No temáis pues os anuncio una gran alegría que lo será para todo el pueblo… ”

Tienen por lo tanto una función de mediación y ministerio en las relaciones entre Dios y los hombres.

¿Pero no dice Pablo que solo Jesús es mediador? Si. Pero los ángeles y los santos le ayudan. Dios ha querido compartir su obra de salvación.
Pablo a los Hebreos: a Cristo se la ha dado un “nombre”, y por tanto un ministerio de mediación, muy superior al de los ángeles” cf. Heb 1,4.

“Cristo es el centro del mundo de los ángeles y de toda la creación. Los ángeles le pertenecen: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles… (Mt 25, 31). Le pertenecen porque fueron creados por y para El: «Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él» (Col 1, 16). CIC 331

(Jesús) “los ha hecho mensajeros de su designio de salvación: «¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?» (Hb 1, 14). CIC 331

 

ACTÚAN DESDE LA CREACIÓN

Y a lo largo de toda la historia de la salvación los encontramos, anunciando la salvación y sirviendo al designio divino de su realización:
Cierran el paraíso terrenal
protegen a Lot
salvan a Agar y a su hijo
detienen la mano de Abraham
la ley es comunicada por su ministerio (Cf. Hch 7, 53)
conducen el pueblo de Dios
anuncian nacimientos y vocaciones
asisten a los profetas
Finalmente, el ángel Gabriel anuncia el nacimiento del Precursor y el de Jesús.

 

DE LA ENCARNACIÓN A LA ASCENSIÓN

La vida del Verbo encarnado está rodeada de la adoración y del servicio de los ángeles” CIC 333.

Cuando Dios introduce «a su Primogénito en el mundo, dice: “adórenle todos los ángeles de Dios” (Hb 1, 6).

Gabriel anuncia el nacimiento de Juan Bautista Cf. Lc, 1,11

Es enviado a la Virgen María para comunicarle la elección divina y pedirle su FIAT Cf. Lc 1, 26-37

Un ángel avisa a San José sobre la encarnación y sobre su misión.
Mateo 1,20-21 “El Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»

Anuncian a los Pastores el nacimiento y cantas alabanzas por el: «Gloria a Dios… (Lc 2, 9-14)

Protegen la infancia de Jesús ante el peligro de Herodes Cf. Mt 2,13

Sirven a Jesús en el desierto. Cf Mt 4,11

En Getsemaní. Lo reconfortan en la agonía, cuando El habría podido ser salvado por ellos de la mano de sus enemigos como en otro tiempo Israel.

Después de la resurrección de Cristo un ángel se apareció en forma de un joven y le dijo a las mujeres que habían acudido al sepulcro y estaban sorprendidas por el hecho de encontrarlo vacío: «No os asustéis. Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado, no está aquí… Pero id a decir a sus discípulos…» (Mc 16, 6-7).

María Magdalena, que se ve privilegiada por una aparición personal de Jesús, ve también a dos ángeles (Jn 20, 12-17; cf. también Lc 24, 4).

Ascensión. Los ángeles «se presentan» a los Apóstoles para decirles: «Hombre de Galilea, ¿qué estáis mirando al cielo? Ese Jesús que ha sido arrebatado de entre vosotros al cielo, vendrá como le habéis visto ir al cielo» (Hch 1, 11).

 

EN LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

En la “parusía” anunciada por los ángeles, éstos estarán presentes al servicio del juicio del Señor Cf Mt 25, 31.

El Hijo del hombre… vendrá en la gloria de su Padre con los santos ángeles. (Cf. Mc 8, 38; Mt 16, 27; Lc 9, 26; 2 Tes 1, 7.

“(Jesús) atribuye a los ángeles la función de testigos en el supremo juicio divino sobre la suerte de quien ha reconocido o renegado a Cristo: «A quien me confesare delante de los hombres, el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios» (Lc 12, 8-9; cf. Ap 3, 5). Estas palabras son significativas porque si los ángeles toman parte en el juicio de Dios, están interesados en la vida del hombre.” -(JPII, 6, VIII,86)

“Se puede, por tanto, decir que los ángeles, como espíritus puros, no sólo participan en el modo que les es propio de la santidad del mismo Dios, sino que en los momentos-clave rodean a Cristo y lo acompañan en el cumplimiento de su misión salvífica respecto a los hombres. De igual modo también toda la Tradición y el Magisterio ordinario de la Iglesia ha atribuido a lo largo de los siglos a los ángeles este carácter particular y esta función de ministerio mesiánico.” -(JP2, 30,VII,86)

 

LOS ÁNGELES EN LA VIDA DE LA IGLESIA

“Toda la vida de la Iglesia se beneficia de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles”. -CIC 334

En Los Hechos de los Apóstoles aparece la solicitud de los ángeles por el hombre y su salvación:
El ángel de Dios libera a los Apóstoles de la prisión (cf. Hch 5, 18-20),
Libera a Pedro, que estaba amenazado de muerte por la mano de Herodes (cf. Hch 12, 5-10)

El ángel guía la actividad de Pedro respecto al centurión Cornelio, el primer pagano convertido (Hch 10, 3-8; 11, 12-13).

Guía al diácono Felipe en el camino de Jerusalén a Gaza (Hch 8, 26-29).

En su liturgia, la Iglesia se une a los ángeles para adorar al Dios tres veces santo. El cántico de alabanza en el nacimiento de Jesús resuena en la liturgia.
Invoca su asistencia (así en el «Supplices te rogamus…» [«Te pedimos 8humildemente…»] del Canon romano.

En la liturgia de los difuntos: «In Paradisum deducant te angeli…» [«Al Paraíso te lleven los ángeles…»]

Fuentes: Padre Jordi Rivero, Padre Fortea y otros

 

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Los Ángeles según la Enciclopedia Católica

Aquí se trata sobre los espíritus-mensajeros:
* el significado del término en la Biblia,
* los deberes de los ángeles,
* los nombres asignados a los ángeles,
* la distinción entre buenos espíritus y malos,
* las divisiones de los coros angélicos,
* las apariciones de los ángeles, y
* el desarrollo de los escritos sobre los ángeles.

Etimológicamente viene del Latín ángelus; del griego aggelos; de la palabra hebrea «uno que va» o «enviado», mensajero; y es usada en hebreo para designar tanto a un mensajero divino como a uno humano. La Septuaginta lo traduce por aggelos, palabra que también tiene ambos significados. La versión latina, sin embargo, distingue al mensajero espiritual o divino del humano, traduciendo el primero como angelus y el segundo como legatus o también nuntius. En algunos pasajes la versión latina usa la palabra angelus en vez de nuntius, cuando esta última expresaba mejor el sentido, por ejemplo en Isaías 18,2; 33,3, 6.

Los ángeles, a lo largo de toda la Biblia, aparecen representados como un cuerpo de seres espirituales que son intermediarios entre Dios y los hombres: «Lo creaste (al hombre) poco inferior a los ángeles» (Salmo 8,6). Ellos, al igual que los hombres, son seres creados; «Alabadle, ángeles suyos todos, todas sus huestes, alabadle! Alaben el nombre de Yahveh. pues él lo ordenó y fueron creados» (Salmo 148, 2, 5: Colosenses 1, 16-17). El hecho de que los ángeles fueron creados, fue confirmado en el Cuarto Concilio de Letrán (1215). El decreto llamado «Firmiter», contra los albigenses, habla del hecho de que ellos fueron creados, y que los hombres fueron creados después de ellos. Este decreto fue repetido por el Concilio Vaticano Primero, en su decreto «Dei Filius». Hacemos mención aquí de él, porque las palabras: «El que vive eternamente lo creó todo por igual» (Eclesiástico 18,1) se usan para demostrar la creación simultánea de todas las cosas; pero generalmente se considera que «juntos» (simul) puede aquí significar «igualmente», en el sentido de que todas las cosas fueron «igualmente» creadas. Son espíritus; el autor de la Epístola a los Hebreos dice: «¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?» (Heb 1, 14).

 

PRESENTES EN EL TRONO DE DIOS

Es con la misión de ser mensajeros que la Biblia los menciona más a menudo, pero, como San Agustín y luego San Gregorio lo expresan: angelus est nomen officii («ángel es el nombre de su oficio») y no expresa ni su naturaleza ni su función esencial, es decir: el de estar presentes en el trono de Dios en aquella corte de cielo de la que Daniel nos ha dejado un cuadro bastante vivido:
«Mientras yo contemplaba: Se aderezaron unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura, blanca como la nieve; los cabellos de su cabeza, puros como la lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. Un río de fuego corría y manaba delante de él. Miles de millares le servían, miríadas de miríadas estaban en pie delante de él. El tribunal se sentó, y se abrieron los libros. (Daniel 7,9-10; cf. Salmo 96, 7; Salmo 102, 20; Isaías 6, etc.).Esta función de las huestes angélicas es expresada por la palabra «presentarse» (Job 1, 6; 2, 1), es decir, estar presentes ante Dios, y el Señor declara que esa es su función perpetua (Mt 18, 10). En más de una ocasión se dice que hay siete ángeles cuya principal función es la de «estar siempre presentes ante la gloria de Dios» (Tob, 12, 15; Ap 8, 2-5). Esta misma idea puede querer significar «el ángel de Su presencia» (Is 63,9) una expresión también dada en el pseudo-epigráfico «Testamento de los Doce Patriarcas».

 

MENSAJEROS DE DIOS PARA LA HUMANIDAD

Pero estos vistazos de la vida que está más allá de lo conocido, son sólo ocasionales. Los ángeles que aparecen en la Biblia, generalmente tienen la misión de ser mensajeros de Dios para la humanidad. Ellos son los instrumentos que utiliza para comunicar Su plan a los hombres, y en la visión de Jacob, ellos son descritos ascendiendo y descendiendo una escalera que va desde la tierra al cielo, mientras que el Padre Eterno contempla al vagabundo de abajo. Fue un ángel quien encontró a Agar en el desierto (Gén, 16); unos ángeles sacaron a Lot de Sodoma; fue un ángel quien le anunció a Gedeón que debía salvar a su pueblo; un ángel anuncia el nacimiento de Sansón (Jueces, 13), y el ángel Gabriel instruyó a Daniel (Dan 8,16), aunque aquí no se le llama ángel, sino «el hombre Gabriel» (9,21). Este mismo espíritu celestial anunció el nacimiento de San Juan Bautista y la Encarnación del Redentor, la tradición le atribuye también el mensaje a los pastores (Lucas, 2, 9), y la misión más gloriosa de todas, la de fortalecer al Rey de los Ángeles en Su Agonía (Lucas 22,43). La naturaleza espiritual de los ángeles es manifestada de manera muy clara en el relato que Zacarías hace de las revelaciones que recibió por medio de un ángel. El profeta dice que el ángel estaba hablando «en él». Esto parece implicar que él era consciente de una voz interior que no era la de Dios sino la de Su mensajero. El texto Masorético, la Septuaginta, y la Vulgata describen de esta misma manera el mensaje que el ángel dio al profeta. Es una pena que la «Versión Revisada» haya, en clara oposición a los textos antedichos, oscurecido este rasgo traduciéndolo: «el ángel que hablaba conmigo»: en vez de «dentro de mí» (cf. Zac 1, 9, 13-14; 2, 3; 4, 5; 5, 10).

Estas apariciones de ángeles generalmente duran sólo el tiempo que dura el mensaje, pero frecuentemente su misión se prolonga, y son también representados como los guardianes de las naciones en momentos en que se da algún problema específico, por ejemplo durante el Éxodo (Éxodo 14, 19; Baruc, 6, 6). Los Padres interpretan por igual que cuando se dice «el príncipe del Reino de Persia» (Dan 10, 13; 10, 21) debemos entender el ángel a quien se le confió el cuidado espiritual de ese reino, y quizá podemos ver en el «hombre de Macedonia» que se le apareció a San Pablo en Tróada, al ángel guardián de ese país (Hechos 16, 9). La Septuaginta (Dt 32, 8) ha conservado un fragmento con esta idea, aunque es difícil calibrar su significado exacto: «Cuando el Altísimo dividió las naciones, cuando esparció a los hijos de Adán, estableció los límites de las naciones según el número de los ángeles de Dios». Cuán grande era el papel que el ministerio de los ángeles representaba no sólo en la teología hebrea, sino también en las ideas religiosas de otras naciones, lo podemos ver en la expresión «como un ángel de Dios». Es usada en tres ocasiones para David (2Sam 14, 17, 20; 14, 27) y una vez por Akis de Gat (1Sam 29,9). Incluso Ester lo usa para designar a Asuero (Ester 15, 16), y se dice que la cara de San Esteban parecía «como la de un ángel» cuando estaba de pie ante el Sanedrín (Hechos 6, 15).

 

GUARDIANES PERSONALES

En toda la Biblia encontramos repetidamente que cada alma tiene su ángel guardián. Abraham, al enviar a su siervo ha buscarle una esposa a Isaac, le dice: «Él enviará su Ángel delante de ti» (Génesis 24, 7). Las palabras del Salmo noventa que el diablo le citó al Señor Jesús (Mt.4, 6) es bien conocido, y Judit relata su hecho heroico diciendo: «Vive el Señor, cuyo ángel ha sido mi guardián» (13, 20). Estos pasajes y muchos parecidos (Gén, 16, 6-32; Oseas, 12, 4; 1Re 19, 5; Actos 12, 7; Sal 33, 8), si bien por sí mismos no son una prueba acerca de que cada persona tiene su ángel guardián designado, se complementan con las palabras del Señor Jesús: «Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos» (Mt 18, 10), palabras que ilustran el comentario de San Agustín: «Lo que está escondido en el Antiguo Testamento, es hecho manifiesto en el Nuevo». De hecho parece que el libro de Tobías, más que cualquier otro, está dirigido a enseñarnos esta verdad, y San Jerónimo en su comentario sobre las palabras anteriormente mencionadas del Señor Jesús dice: «La dignidad de una alma es tan grande, que cada uno tiene un ángel guardián desde su nacimiento». La doctrina acerca de que los ángeles son designados nuestros guardianes es considerada una verdad de fe, pero que cada miembro de la humanidad tiene su propio ángel guardián no es de fe (de fide); sin embargo esta idea tiene tal apoyo por parte de los Doctores de la Iglesia que sería temerario negarlo (cf. San Jerónimo, supra). Pedro Lombardo (Sentencias, lib. II, dist. XI) se inclinó por la idea de que cada ángel estaba encargado de varios seres humanos. Las hermosas homilías de San Bernardo (11-14) sobre el Salmo noventa, respiran el espíritu de la Iglesia pero sin resolver la cuestión. La Biblia no sólo representa a los ángeles como nuestros guardianes, sino también como nuestros intercesores. El ángel Rafael (Tob 12, 12) dice: «Ofrecí oraciones al Señor por ti» (cf. Job, 5, 1 (Septuaginta), y 33,23 (Vulgata); Apocalipsis 8,4). El culto católico a los ángeles tiene, por ello, fundamento escriturístico. Quizás la declaración explícita más temprana sobre esto lo tenemos en las palabras de San Ambrosio: «Debemos rezarle a los ángeles que nos son dados como guardianes» (De Viduis, IX); (cf. San Agustín, Contra Faustum, XX, 21). El culto indebido a los ángeles es reprobado por San Pablo (Col, 2, 18), y que esta tendencia se siguió dando por mucho tiempo en este mismo lugar lo atestigua el Canon 35 del Sínodo de Laodicea.

 

COMO AGENTES DIVINOS QUE GOBIERNAN EL MUNDO

Los pasajes anteriores, especialmente aquellos relacionados con ángeles que tenían encargos diversos, nos permite entender la idea casi unánime de los Padres de que son los ángeles quienes pusieron por obra la ley de Dios con respecto al mundo físico. La creencia semítica en el genii y en espíritus que causan el bien o el mal es bastante conocido, y rastros de ello serán hallados en la Biblia. Por ello, la peste que devastó a Israel por culpa del pecado de David por censar al pueblo de Israel, le es atribuida a un ángel el cual se dice que David vio (2Sam 24, 15-17, y de manera más explícita en 1Cro 21, 14-18). Incluso el viento que susurra en la copa de los árboles era considerado como un ángel (2Sam 5, 23-24; 1Cro 14, 14-15). Esto es declarado de forma más explícita en el pasaje de la piscina Probática (Juan 5, 1-4), aunque existen algunas dudas sobre este texto; en este pasaje se dice que el movimiento de las aguas era realizado por las visitas periódicas de un ángel. Los semitas estaban convencidos de que toda la armonía del universo, así como las interrupciones de esta armonía, era debido a Dios como creador, pero llevadas a cabo por Sus ministros. Esta idea está fuertemente marcada en el «Libro de los Júbilos» en él las hordas celestiales de ángeles buenos y malos están siempre actuando en el universo material. Maimónides (Directorium Perplexorum, IV y VI) citado por Santo Tomás de Aquino (Summa Theol., I:1:3) dice que la Biblia frecuentemente delinea los poderes de los ángeles de la naturaleza, ya que ellos manifiestan la omnipotencia de Dios (cf. San Jerónimo, En Mich., VI, 1, 2; P. L., IV, col. 1206).

 

ORGANIZACIÓN JERÁRQUICA

Si bien los ángeles que aparecen mencionados en los libros más tempranos del Antiguo Testamento son impersonales y quedan ensombrecidos por la importancia del mensaje que llevan o por la obra que realizan, no nos dan ninguna información acerca de la existencia de una cierta jerarquía en el ejército celestial.

Después de la expulsión de Adán del Paraíso, este es defendido de nuestros Primeros Padres por querubines que son ministros de Dios, aunque nada se menciona acerca de su naturaleza. Sólo una vez más aparece la figura de un querubín en la Biblia, en la maravillosa visión que tuvo Ezequiel en la que los describe con muchos detalles (Ezeq 1), y que en Ezequiel 10 los llama querubines. El Arca era defendida por dos querubines, pero sólo tenemos conjeturas acerca de cómo eran. Se ha sugerido, con gran probabilidad, que estos pueden ser comparados con los toros y leones alados que cuidan los palacios asirios, y también con los extraños hombres alados con cabeza de halcones pintados en las paredes de algunas de sus construcciones. Los serafines sólo aparecen en la visión de Isaías, 6, 6.

Ya hemos mencionado a los siete místicos que están de pie ante Dios, y parece que en ellos tenemos una indicación de un cordón interno que rodea el trono. El término arcángel sólo aparece en San Judas y 1Tes., 4, 15; pero San Pablo nos da otras dos listas de nombres de las cohortes celestiales. Nos dice (Ef 1, 21) que Cristo está «por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación»; y, escribiendo a los Colosenses (1, 16), dice: «porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades». Hay que señalar que San Pablo usa dos de estos nombres para señalar los poderes de la oscuridad cuando (2, 15) dice que una que Cristo haya «despojado los Principados y las Potestades. incorporándolos a su cortejo triunfal». Y no es de menos importancia que sólo dos versículos después advierta a sus lectores a no dejarse seducir por «el culto de los ángeles». Aparentemente pone su sello en una cierta angelología permitida, y al mismo tiempo advierte en contra de las supersticiones sobre este asunto. Tenemos una insinuación de algunos excesos en el Libro de Enoc, en el que, como ya dijimos, los ángeles tienen un papel bastante desproporcionado. Al igual, Josefo nos dice (Be. Jud., II, VIII, 7) que los esenios realizaban un voto para preservar los nombres de los ángeles.

Ya hemos visto como (Daniel 10, 12-21) varios ángeles están designados a varios lugares, y que se les llama sus príncipes, y este mismo rasgo reaparece de manera más notable en el Apocalipsis «los ángeles de las siete Iglesias», aunque es imposible decir el significado preciso de este término. Generalmente estos siete Ángeles de las Iglesias son considerados los Obispos que ocupan éstas sedes. San Gregorio Nacianceno en su carta a los Obispos en Constantinopla en dos ocasiones les dice «Ángeles», según el idioma del Apocalipsis.

El tratado «De Coelesti Hierarchia» atribuido a San Dionisio Areopagita, y que ejerció una gran influencia entre los escolásticos, trata con muchos detalles las jerarquías y órdenes de los ángeles. Generalmente se considera que este trabajo no pertenece a San Dionisio, y que fue escrito algunos siglos después. Si bien su doctrina acerca de los coros de ángeles ha sido aceptada en la Iglesia con gran unanimidad, ninguna proposición referente a las jerarquías angélicas es dogma de fe. El siguiente pasaje de San Gregorio Magno (Hom. 34, en Evang.) nos dan una idea clara del punto de vista de los doctores de la Iglesia acerca de este punto:

Sabemos por la autoridad de la Escritura que existen nueve órdenes de ángeles: Ángeles, Arcángeles, Virtudes, Potestades, Principados, Dominaciones, Tronos, Querubines y Serafines. Que existen Ángeles y Arcángeles casi todas las páginas de la Biblia nos lo dice, y los libros de los Profetas hablan de Querubines y Serafines. San Pablo, también, escribiendo a los Efesios enumera cuatro órdenes cuando dice: ‘sobre todo Principado, Potestad, Virtud, y Dominación’; y en otra ocasión, escribiendo a los Colosenses dice: ‘ni Tronos, Dominaciones, Principados, o Potestades’. Si unimos estas dos listas, tenemos cinco Órdenes, y agregando los Ángeles y Arcángeles, Querubines y Serafines, tenemos nueve Órdenes de Ángeles.

Santo Tomás (Summa Theologica I:108), siguiendo a San Dionisio (De Coelesti Hierarchia, VI, VII), divide a los ángeles en tres jerarquías cada una de las cuales contienen tres órdenes. Su proximidad al Ser Supremo sirve como base para esta división. En la primera jerarquía pone a los Serafines, Querubines, y Tronos; en la segunda, a las Dominaciones, Virtudes, y Potestades; en la tercera, a los Principados, Arcángeles, y Ángeles. Los únicos nombres que nos dan la Escritura de ángeles en particular son los de Rafael, Miguel, y Gabriel, nombres que significan sus atributos. Los libros judíos apócrifos, como el Libro de Enoc, nos dan el de Uriel y Jeremiel, mientras que otras fuentes apócrifas nos dan muchos más, como por ejemplo Milton en su «Paraíso Perdido». (Para conocer sobre el uso supersticioso de estos nombres, véase más arriba).

 

EL NÚMERO DE ÁNGELES

Frecuentemente se dice que el número de los ángeles es prodigioso (Daniel 7,10; Apocalipsis 5,11; Salmo 67,18; Mateo 26,53). Del uso de la palabra huestes (sabaoth) como sinónimo del ejército celestial es difícil no darse la idea de que el término «Señor de las Huestes» se refiere al mando Supremo de Dios sobre la multitud angélica (cf. Deuteronomio 33,2; 32,43; Septuaginta). Los Padres ven una referencia al número referente de hombres y ángeles en la parábola de las cien ovejas (Lucas 15,1-3), aunque esto puede parecer algo imaginativo. Los escolásticos, nuevamente siguiendo el tratado «De Coelesti Hierarchia» de San Dionisio, consideran la preponderancia del número como una perfección necesaria de las huestes angélicas (cf. Santo Tomás, Summa Theol., I:1:3).

 

LOS ÁNGELES MALOS

La distinción entre ángeles buenos y ángeles malos aparece constantemente en la Biblia, pero es importante señalar que no existe señal alguna de dualismo o conflicto entre dos principios iguales, uno bueno y otro malo. El conflicto descrito es más bien realizado en la tierra entre el Reino de Dios y el Reino del Maligno, pero siempre con la inferioridad del último. La existencia, pues, de este espíritu inferior, y por consiguiente creado, debe de ser explicado.

El desarrollo gradual de la conciencia hebrea sobre este tema está claramente presente en la Sagrada Escritura. El relato de la caída de nuestros Primeros Padres (Gén, 3) es expresado en tales términos que es imposible ver en ellos otra cosa diferente que la existencia de un agente del mal quien está envidioso de la raza humana. La declaración (Gén, 6, 1) de que los «hijos de Dios» se casaban con las hijas de los hombres es explicado por la caída de los ángeles, en Enoc, 6-11, y en los códices, D, E, F, y A de la Septuaginta dice frecuentemente, por «hijos de Dios», oi aggeloi tou theou. Desgraciadamente, los códices B y C son diferentes que el Génesis 6, pero probablemente es porque ellos, también, leyeron oi aggeloi en este pasaje, pues constantemente ponen la expresión «los hijos de Dios»; cf. Job, 1, 6; 2, 1; 38, 7; pero por otro lado, véase Sal 2, 1; 88, & (Septuaginta). Filón, haciendo un comentario sobre este pasaje en su tratado «Quod Deus sit immutabilis», I, sigue a la Septuaginta. Para conocer la doctrina de Filón sobre los Ángeles, cf. «De Vita Mosis», III, 2, «De Somniis», VI: «De Incorrupta Manna», I; «De Sacrifciis», II; «De Lege Allegorica», I, 12; III, 73; y para el punto de vista del Génesis 6, 1, cf. San Justino, Apol., II, 5. Debe además señalarse que la palabra hebrea nephilim que es traducida por gigantes, en 6,4, pueden significar «los caídos». Los Padres generalmente se lo refieren a los hijos de Set, el linaje escogido. En I K., XIX, 9, se lee que un espíritu malo posee a Saúl, aunque es probablemente una expresión metafórica; más explícito es el III B., XXII, 19-23, en donde se describe a un espíritu en medio del ejército celestial y que por invitación del Señor, aparece como un espíritu mentiroso en la boca de los falsos profetas de Ajab. Podemos, siguiendo a los escolásticos, explicar esto como un malum poenae el cual es realizado por Dios a causa de las faltas de los hombres. Una más exacta exégesis insistiría en el tono totalmente imaginativo de todo este episodio; no es tanto la manera en el que el mensaje es dado sino su sentido real lo que queremos desarrollar aquí.

El cuadro que nos da Job 1 y 2, es igualmente imaginativo; pero Satanás, quizás la individualización más temprana del Ángel caído, se presenta como un intruso que envidia a Job. Él es, evidentemente, un ser inferior a la Deidad y puede sólo tocar a Job con permiso de Dios. La manera en la que el pensamiento teológico avanzó a medida en que la cantidad de la revelación aumentó, lo podemos ver en una comparación entre 2Sam, 24, 1, y 1Cro 21, 1. Mientras que en el primer pasaje se dice que el pecado de David fue debido a «la ira del Señor» que «incitó a David», en el último leemos que «Satanás incitó a David para hacer el censo del pueblo de Israel». En Job 4, 18, nos parece encontrar una declaración clara sobre la caída: «Y aún a sus ángeles achaca desvarío». La Septuaginta de Job contiene algunos interesantes pasajes con respecto a ángeles vengadores en quienes quizá podemos ver a los espíritus caídos, así en 33, 23: «Si hay mil ángeles mediadores de la muerte en su contra, ninguno de ellos le hará daño»; y en 36, 14: «Incluso si sus almas mueren en plena juventud, serán heridos por los ángeles»; y en 21, 15: «Las riquezas injustamente aumentadas serán vomitadas, un ángel lo sacará de su casa»; cf. Prov 17, 11; Sal 34, 5, 6; 77, 49, y especialmente, Eclesiástico 39, 33, un texto que, hasta donde puede ser deducido por el estado actual del manuscrito, estaba en el original hebreo. En algunos de estos pasajes, es verdad, los ángeles pueden ser considerados como los vengadores de la justicia de Dios, sin ser, por consiguiente, los espíritus malos. En Zac 3, 1-3, Satanás se le llama al adversario que suplica ante el Señor contra el Sumo Sacerdote Josué. Isaías 14, y Ezequiel 28, son para los Padres el loci classici con respecto a la caída de Satanás (cf. Tertul., adv. Marc., II, X); y el mismo Señor Jesús ha dado color a esta idea usando las imágenes de este último pasaje al decir a Sus Apóstoles: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo» (Lucas 10, 18). En tiempos del Nuevo Testamento la idea de los dos reinos espirituales se ve con claridad. El diablo es un ángel caído que con su caída arrastró consigo multitudes de la hueste celestial. El Señor Jesús se refiere a él como «el Príncipe de este mundo» (Juan 14, 30); el tentador de la raza humana que intenta involucrarlos en su caída (Mateo 25, 41; 2Pedro, 2, 4: Ef 6, 12: 2Cor 11, 14; 12, 7). La representación cristiana del diablo bajo la forma de un dragón deriva especialmente del Apocalipsis (9, 11-15; 12, 7-9), en donde se le menciona como el «ángel del hoyo sin fondo», «el dragón», «la serpiente antigua», etc., y se le representa como si realmente hubiese estado combatiendo con el Arcángel Miguel. La similitud entre estas escenas y los antiguos relatos babilónicos sobre la lucha entre Merodak y el dragón Tiamat son muy parecidos. Si vinculamos su origen a las vagas reminiscencias de los increíbles saurios que antiguamente poblaron la tierra es una cuestión discutible, pero el lector curioso puede consultar a Bousett, «The Anti-Christ Legend» (tr. al inglés por Keane, Londres, 1896). El traductor ha prefijado un interesante discurso sobre el origen del mito babilónico del Dragón.

 

EL TÉRMINO «ÁNGEL» EN LA SEPTUAGINTA

Hemos tenido ocasión de mencionar la versión Septuaginta en más de una ocasión, y no puede ser tomado a mal mostrar unos pasajes en el que es nuestra única fuente de información con respecto a los ángeles. El pasaje más conocido es Is 9, 6, en que la Septuaginta da al Mesías el nombre de «Ángel del gran Consejo». Nosotros ya hemos hablado de Job 20, 15, donde la Septuaginta dice «Ángel» en lugar de «Dios», y en 36, 14, donde parece trata de ángeles malos. En 9, 7, la Septuaginta (B) dice: «Él es el hebreo» (5, 19) dice de «Behemot»: «Él es el inicio de los caminos de Dios, el que lo creó hará su espada para acercarse»:, la Septuaginta dice: «Él es el principio de la creación de Dios, creado para que Sus Ángeles se mofen», y el mismo comentario es hecho sobre «Leviatán», 41, 24. Ya hemos visto que la Septuaginta generalmente da el término «los hijos de Dios» por «ángeles», pero en Dt 32, 43, la Septuaginta menciona ambas condiciones: «Exultad en Él todos los cielos, y adórenle todos los ángeles de Dios; exultad las naciones con su pueblo, y glorifíquenle todos los Hijos de Dios». Ni siquiera la Septuaginta nos da aquí una referencia adicional a los ángeles; la cual en ocasiones nos permite corregir pasajes difíciles sobre ellos en la Vulgata y en los textos Masoréticos. Por ejemplo, el difícil Elim del texto Masorético en Job 41, 17, la Vulgata traduce como «ángeles», y la Septuaginta «bestias salvajes». Las ideas en la antigüedad sobre la personalidad de las diferentes apariencias angélicas son, como hemos visto, notablemente vagas. Al principio los ángeles eran considerados en una forma bastante impersonal (Gén 16, 7). Son mensajeros de Dios y a menudo se les identifica con el Autor de su mensaje (Gén 48, 15-16). Pero mientras que en el pasaje del encuentro entre Jacob leemos los «Ángeles de Dios» (Gén 32, 1), en otros leemos de uno que es llamado «el Ángel de Dios» par excellence, por ejemplo Gén 31, 11. Es verdad que, debido al modismo hebreo, esto puede significar sólo «un ángel de Dios», y la Septuaginta lo traduce con o sin el artículo, a voluntad; parece que los tres visitantes en Mambré eran de diferente rango, aunque San Pablo (Heb., 13, 2) los consideró a todos igualmente ángeles; en el relato de Gén 13, el que habla es siempre «el Señor». En el relato del Ángel del Señor que visitó a Gedeón (Jueces, 6), al visitante se le llama tanto «el Ángel del Señor» como «el Señor». De igual manera, en Jueces 13, el Ángel del Señor se aparece, y tanto Manóaj como su esposa exclaman: «Seguro que vamos a morir, porque hemos visto a Dios». Esta búsqueda de claridad se puede ver especialmente clara en los varios relatos que el Éxodo da de Ángeles. En Jueces 6, mencionado recientemente, la Septuaginta tiene mucho cuidado en usar el hebreo «Señor» en vez de «el Ángel del Señor»; pero en la historia del Éxodo es el Señor que va delante de ellos como una columna de nube (Ex 13, 21), y la Septuaginta no realiza ninguna modificación (cf. también Num 14, 14, y Ne 9, 7-20). Pero, en Ex 14, 19, el que los guía es llamado «el Ángel de Dios». Cuando leemos Ex 33, en donde Dios está enfadado con Su gente por adorar al becerro de oro, es difícil no ver al mismo Dios como guía del pueblo, pero que ahora se niega a acompañarlos. Dios les ofrece a un ángel a cambio, pero por pedido de Moisés, dice (14) «Mi rostro irá contigo», la Septuaginta lo traduce por autos pero el versículo siguiente muestras que esa traducción no es posible, pues Moisés responde: «Si no vienes tú mismo, no nos hagas partir de aquí». Pero, ¿qué quiere decir Dios con «mi rostro?» ¿Es posible que algún ángel de rango especialmente alto, haga las veces de, como en Is 63, 9? (cf. Tobías 13, 15). ¿Esto no será lo que significa «el ángel de Dios?» (cf. Núm 20, 16).

Que un proceso de evolución en el pensamiento teológico acompañó la gradual revelación de Dios casi no es necesario decirlo, y este se ve de una manera especial en los diferentes puntos de vista con respecto al Dador de la Ley. El texto Masorético así como la Vulgata en el pasaje del Éxodo en los capítulos 3 y 19-20 nos dicen con claridad que es el Ser Supremo quien se le aparece a Moisés en la zarza y en la Monte del Sinaí; pero la versión de la Septuaginta, si bien está de acuerdo que era el mismo Dios quien le entregó la Ley, dice que fue el «ángel del Señor» quien se apareció en la zarza. Durante la época del Nuevo Testamento el punto de vista de la Septuaginta prevalecía, y en esta se considera que no sólo el ángel del Señor fue quien se apareció en la zarza, y no Dios mismo, sino que el ángel también es el Dador de la Ley (cf. Gál 3, 19; Heb 2, 2; Hch 7, 30). La persona del «ángel del Señor» encuentra su complemento en la personificación de la Sabiduría en los libros Sapienciales y en por lo menos un pasaje (Zac 3, 1) parece ser «el Hijo de Hombre» que Daniel (7, 13) vio era llevado ante «el Anciano». Zacarías dice: «Me hizo ver después al sumo sacerdote Josué, que estaba ante el ángel de Yahveh; a su derecha estaba el Satán para acusarle». Tertuliano considera muchos de estos pasajes como preludios de la Encarnación; como la Palabra de Dios prefigurando el carácter sublime con el que Él un día se revelará a los hombres (cf. adv, Prax., XVI, adv. Marc., II, 27; III, 9: I, 10, 21, 22). Es posible que, en estos diferentes puntos de vista podamos encontrar, un poco a tientas, ciertas verdades dogmáticas sobre la Trinidad, reminiscencias quizás de la revelación de la cual el Protevangelio del Gén 3 es sólo una pista. Los primeros Padres de la Iglesia, ciñéndose a la letra del texto, decían que era el mismo Dios quien se aparecía. Quien se aparecía era llamado Dios y actuaba como Dios. Por ello, no era raro que Tertuliano, como ya hemos visto, considere tales manifestaciones como un preludio de la Encarnación, y la mayoría de los Padres Orientales siguió esa misma línea de pensamiento. Ha sido sostenido incluso en 1851 por Vandenbroeck, «Dissertatio Theologica de Theophaniis sub Veteri Testamento» (Lovaina).

Pero los grandes Padres Latinos, San Jerónimo, San Agustín y San Gregorio Magno, sostuvieron la idea contraria, y los escolásticos como una unidad los siguió. San Agustín (Sermo VII, de Scripturis, P. G. V) al tratar sobre la zarza ardiente (Ex 3) dice que: «Considerar que la misma persona que le habló a Moisés sea el mismo Señor y un ángel del Señor, es muy difícil de entender. Es una pregunta que no da lugar a rápidas aseveraciones, sino que demanda una cuidadosa investigación. Algunos declaran que es llamado tanto el Señor y el ángel del Señor porque era Cristo, de hecho el profeta (Is 9, 6, Ver. Septuaginta) con claridad prefigura a Cristo como el Ángel del gran Consejo». El santo luego muestra que semejantes interpretaciones son sostenibles, pero que debemos tener cuidado de no caer en el arrianismo. Señala, sin embargo, que si decimos que era un ángel el que se apareció, debemos explicar el por qué se le llamó «el Señor», y luego procede a demostrar cómo esto pudo ser: «En otro lugar de la Biblia, cuando un profeta habla, se dice que es el Señor el que habla, no porque el profeta sea el Señor, sino porque el Señor está en el profeta; y de esa misma manera, cuando el Señor se digna hablar a través de la boca de un profeta o de un ángel, es igual que cuando Él habla por medio de un profeta o apóstol, y el termino ángel está correctamente usado si lo consideramos en sí mismo, pero es igualmente correcto si le ‘llama el Señor’ porque Dios mora en él». Concluye diciendo que: «Es el nombre del que mora en el templo, y no el del templo». Y un poco más adelante dice: «Me parece que deberíamos decir que nuestros antepasados reconocieron al Señor en el ángel», y aduce a la autoridad de los escritores del Nuevo Testamento que lo entendieron así y que incluso ellos, a veces, cometían la misma confusión de términos (cf. Heb 2, 2, y Hechos 7, 31-33). El santo habla con más detalle sobre esta misma cuestión en su obra «In Heptateuchum», lib. VII, 54, P. G. III, 558. Como un ejemplo de lo convencido que estaban algunos de los Padres defendiendo la interpretación contraria, podemos citar las palabras de Teodoreto (In Exod.): «El pasaje entero (Ex 3) muestra que era Dios quien se le aparecía a Moisés. ¿Pero (Moisés) lo llamó un ángel para darnos a entender que no era Dios Padre a quien vio -¿pues qué ángel pudo el Padre ser?- sino al Hijo Unigénito, el Ángel del gran Consejo» (cf. Eusebio, Hist. Eccles., I, II, 7; San Ireneo, Haer., III, 6). La interpretación dada por los Padres latinos fue la que perduró en la Iglesia, y el escolasticismo lo convirtió en un sistema (cf. Santo Tomás, Quaest., Disp., De Potentia, VI, 8, ad. 3am); y para una exposición más amplia sobre ambas interpretaciones, cf. «Revue biblique» 1894, 232-247.

 

LOS ÁNGELES EN LA LITERATURA BABILÓNICA

La Biblia nos ha mostrado que la creencia en los ángeles, o en espíritus mediadores entre Dios y los hombres, es una característica de los semitas. Es por consiguiente interesante rastrear esta creencia hasta los semitas de Babilonia. Según Sayce (The Religions of Ancient Egypt and Babylonia, Gifford Lectures, 1901), la mezcla de creencias semíticas en la primitiva religión Sumeria de Babilonia está marcada por la idea de los ángeles o sukallin en su teosofía. Por ello, encontramos un interesante paralelo en «los ángeles del Señor» en Nebo, «el ministro de Merodach» (ibid., 355). Él también es llamado el «ángel» o intérprete de la voluntad de Merodach (ibid., 456), y Sayce acepta la teoría de Hommel de que se puede demostrar por las inscripciones Minoicas que la religión semítica primitiva consistió en el culto a la luna y a las estrellas, el dios-luna Attar y un dios «ángel» que está de pie a la cabeza del panteón (ibid., 315). El conflicto bíblico entre los reinos buenos y malos tienen su paralelo en «los espíritus de cielo» o Igigi -quienes constituían la «hueste» de la que Ninip era el campeón (y de quien recibió el título de «jefe de los ángeles») y los «los espíritus de la tierra», o Annuna-Ki que vivían en el Averno (ibid. 355). Los sukalli babilónicos corresponden a los espíritus-mensajeros de la Biblia; ellos mostraban la voluntad de su Señor y ejecutaban sus ordenes (ibid., 361). Algunos de ellos parece ser que eran más que mensajeros; eran los intérpretes y representantes de la deidad suprema, por ello, Nebo es «el profeta de Borsippa». Estos ángeles son llamados «hijos» de la deidad cuyo representante son; por ello Ninip, en una ocasión mensajero de En-lil, se transforma en su hijo así como también Merodach se convierte en hijo de Ea (ibid., 496). Los relatos babilónicos de la Creación y del Diluvio no contrastan de una manera muy favorable con los relatos bíblicos, y esto mismo debe decirse de las caóticas jerarquías de los dioses y ángeles que la investigación moderna ha descubierto. Quizás queda justificado el hecho de ver todas las formas religiosas de vestigios de un primitivo culto natural que ha hecho que en ocasiones se rebaje la más pura revelación, y que, si esa revelación primitiva no ha recibido incrementos sucesivos, como entre los hebreos, trae como resultado una abundante cosecha de hierba mala.

La Biblia menciona la idea de algunos ángeles que tienen a su cargo pueblos específicos (cf. Dan 10, y este mismo trabajo). Esta creencia persiste pero con menos fuerza en la noción árabe de los Genii, o Jinni, quienes aparecen en algunos lugares particulares. Una referencia sobre lo podemos quizá encontrar en Gén 32, 1-2: «Jacob se fue por su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. Al verlos, dijo Jacob: ‘Este es el campamento de Dios’; y llamó a aquel lugar Majanáyim, es decir, ‘Campamento'». Exploraciones recientes en territorio árabe cerca de Petra, han revelado algunas áreas señaladas con piedras, como un lugar al que los ángeles constantemente iban, y las tribus nómades frecuentan este lugar para rezar y hacer sacrificios. Estos lugares llevan un nombre que corresponde exactamente con el de «Majanáyim» mencionado en el pasaje anterior del Génesis (cf. Lagrange, Religions Semitques, 184, y Robertson Smith, Religion of the Semites, 445). La visión de Jacob en Betel (Gén 28, 12) puede quizá ser considerada de la misma categoría. Basta con decir que no todo lo que está en la Biblia es revelación, y que el objeto de los escritos inspiradas no es sólo darnos nuevas verdades, sino también hacer más claras ciertas verdades enseñadas por la naturaleza. La idea moderna que tiende a considerar todo lo babilónico como completamente primitivo y que parece pensar que porque los críticos fijan una fecha tardía a las escrituras Bíblicas, la religión contenida en ella debe ser retrasada, puede verse en Haag, «Theologie Biblique» (339). Este escritor ve en los ángeles Bíblicos sólo deidades primitivas rebajadas a semi-dioses por el victorioso progreso del monoteísmo.

 

LOS ÁNGELES EN EL ZEND-AVESTA

También se han hecho esfuerzos por rastrear una conexión entre los ángeles de la Biblia y los «grandes arcángeles» o «Amesha-Spentas» del Zend-Avesta. Que la dominación persa y la cautividad babilónica ejercieron una gran influencia en la concepción hebrea de los ángeles se puede ver en el Talmud de Jerusalén, Rosch Haschanna, 56, donde se dice que se introdujeron los nombres de los ángeles de Babilonia. Pero, no es para nada evidente, que los seres angélicos que aparecen tantas veces en las páginas del Avesta, tengan conexión con el antiguo neo-zoroastrismo persa de los sasánidas. Si éste fuera el caso, como lo sostiene Darmesteter, debemos darle la vuelta a la postura y atribuirle a los ángeles del zoroastrismo la influencia de la Biblia y de Filón. Se ha hecho hincapié entre la similitud entre los «siete que están de pie ante Dios» Bíblicos, y los siete Amesha-Spentas del Zend-Avesta. Pero debe señalarse que estos último realmente son seis, el número siete sólo se obtiene contando al «padre, Ahura-Mazda», entre ellos como su jefe. Es más, estos arcángeles del zoroastrismo son más abstractos que concretos; ellos no son individuos que reciben importantes misiones como en la Biblia.

 

LOS ÁNGELES EN EL NUEVO TESTAMENTO

Hasta aquí hemos hablado casi exclusivamente sobre los ángeles del Antiguo Testamento cuyas visitas y mensajes no eran algo extraño; pero en el Nuevo Testamento sus nombres aparecen en cada una de sus páginas y el número de referencias sobre ellos iguala aquellas dadas en la Antigua Dispensación. Fue su privilegio el anunciar a Zacarías y a María el albor de la Redención, y a los pastores su cumplimiento. El Señor Jesús en Sus discursos habla de ellos con la autoridad de alguien que los ha visto, y que mientras «habla con los hombres», está siendo adorado inadvertida y silenciosamente por la hueste celestial. Él describe sus vidas en el cielo (Mt 22, 30; Lucas 20, 36); nos dice como se forman a su alrededor para protegerlo y que con sólo una palabra suya atacarían a Sus enemigos (Mt 26, 53); uno de ellos tuvo el privilegio de atenderlo en el momento de Su Agonía y que sudó sangre. Más de una vez, habla de ellos como de auxiliares y testigos del Juicio Final (Mt 16, 27), el cual ellos prepararán (ibid., 13, 39-49); y por último, ellos dan un alegre testimonio de Su triunfante Resurrección (ibid., 28, 2). Es fácil para las mentes escépticas ver en esta hueste angélica la obra de la imaginación hebrea y de la superstición, pero, ¿los relatos sobre ángeles que figuran en la Biblia no nos proporcionan una progresión bastante natural y armoniosa? En la página de apertura de la historia sagrada de la nación judía, esta es escogida como depositaria de las promesas de Dios; como el pueblo en el que nacería el Redentor. Los ángeles aparecen en el curso de la historia de este pueblo escogido, como mensajeros de Dios, como guías; como quienes anuncian la ley de Dios, en otra ocasión prefiguran al Redentor cuya misión divina ayudan a madurar. Conversan con los profetas, con David y Elías, con Daniel y Zacarías; acaban con las huestes acampadas para atacar a Israel, sirven como guías a los siervos de Dios, y el último profeta, Malaquias, lleva un nombre de importancia especial; «el Ángel de Jehová». Parece resumir en su mismo nombre el anterior «ministerio realizado por las manos de los ángeles», como si Dios con ello recordara las antiguas glorias del Éxodo y del Sinaí. La Septuaginta, de hecho, parece no dar su nombre como para un profeta individual, y el versículo de apertura de su profecía es peculiarmente solemne: «La carga de la Palabra del Señor de Israel por la mano de Su ángel; colóquenla en sus corazones». Todo este ministerio amoroso realizado por los ángeles ex sólo por la causa del Salvador, Cuyo rostro ellos desean contemplar. Por ello, cuando la plenitud de los tiempos llegó, fueron ellos quienes lo proclamaron alegremente cantando «Gloria in excelsis Deo». Ellos guiaron al recién nacido Rey de los Ángeles en Su huida a Egipto, y lo atendieron en el desierto. Su segunda venida y los temibles eventos que le precederán, han sido revelados a su siervo predilecto en la isla de Patmos. Nuevamente se trata de una revelación, y por ello, sus antiguos ministros y mensajeros aparecen nuevamente en la historia sagrada, y el relato final del amor de Dios acaba casi como lo había empezado: «Yo, Jesús, he enviado a mi Ángel para daros testimonio de lo referente a las Iglesias» (Ap 22, 16). Es fácil para los estudiosos ver la influencia de las naciones circundantes y de otras religiones en los relatos Bíblicos sobre los ángeles. De hecho es necesario e instructivo hacerlo, pero estaría mal que cerremos los ojos a la línea más elevada del desarrollo que hemos mostrado y que muestra de una manera notable la gran unidad y armonía de toda la historia divina de la Biblia.

HUGH POPE Transcrita por Jim Holden Traducido por Bartolomé Santos

 

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A Ángeles y Arcángeles DEVOCIONES Y ORACIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA

Novena a los Ángeles

La Novena comienza el 20 de septiembre y la fiesta es el 29 para los arcángeles y el 2 de octubre para los ángeles en general.

Los ángeles nos acompañan en adoración. Son ministros del Señor, infinitamente bueno. Es voluntad de Dios que nos ayuden a adorarle.

Los ángeles presiden las reuniones del culto cristiano, como se ve por las oraciones de la Iglesia. La liturgia es una participación de la que celebran los ángeles en el Cielo. Unámonos a ellos con reverencia para alabar a Dios. Su ministerio consiste en inspirarnos con fe y amor a que realicemos dignamente nuestra adoración. Nos preparamos internamente para recibir los Sacramentos, pues la Iglesia los invoca en nuestra ayuda.

Los ángeles nos ayudan contra el mal. Ellos nos ayudan en la lucha contra el diablo. El Nuevo Testamento nos pide que tengamos fe en Dios, fe en Cristo, y que usemos las armas de Dios. Dios envió sus ángeles para darnos la ayuda que necesitamos contra el mal. Este es su misterio en la obra de nuestra salvación, continuando la batalla una vez comenzada contra Lucifer y sus ángeles rebeldes.

Nos inspiran pensamientos contra las insinuaciones diabólicas y nos invitan a que acudamos a Dios en oración. Solo en el Cielo conoceremos lo mucho que realmente nos han ayudado en la lucha contra el diablo.

Los ángeles anhelan nuestra salvación. Con los ángeles participamos de la vida divina, y somos como ellos criaturas de Dios en Cristo Jesús. Por eso, ellos anhelan nuestra salvación; que juntos con ellos glorifiquemos a Dios y disfrutemos viendo su gloria.

Con gozo los ángeles aceptan las misiones que Dios les encomienda para nuestra santificación. Vencedores de los demonios, los ángeles nos protegen contra los enemigos del alma. Haríamos bien pidiéndoles que nos asistan para rechazar las tentaciones del Malo.

Los ángeles, además, presentan nuestras oraciones ante Dios acompañando con sus plegarias nuestras peticiones. Nos conviene, pues, encomendarnos a ellos especialmente en los momentos difíciles y sobre todo en la hora de la muerte, para que nos defiendan de los ataques del enemigo y lleven nuestras almas al Cielo.

Tenemos Ángel de la Guarda. Hay algunos ángeles con misión de cuidar de las almas en particular. Se les llaman Ángeles de la Guarda. Es doctrina tradicional de los primeros escritores de la Iglesia, basada en textos de la Sagrada Escritura y fundada sobre razones sólidas. Lo prueba el hecho de haber establecido la fiesta en honor de los Ángeles de la Guarda.

El Creador no abandona las criaturas a que dio existencia; les proporciona cuanto necesiten para lograr su perfección natural. Cristo murió por todos y para todos mereció los medios de salvación. La asistencia de los ángeles es parte del plan de Dios para salvar a todas las gentes.

Los ángeles también oran por nosotros. En las vidas de los santos observamos que se comunican frecuentemente con los ángeles. Comunicación fundada en la sencilla fe de que espíritus invisibles a quienes el amor induce a orar por las personas en particular y por las comunidades ante el torno de Dios.

Los ángeles ayudan ante todo en el campo espiritual y sobrenatural. Esto lleva consigo su solicitud por las necesidades corporales en la medida en que éstas se relacionan con la salvación y santificación.

Debemos amar y venerar al propio Ángel de la Guarda, porque él nos mantiene en comunicación con el Cielo. Ha sido siempre y continúa siendo nuestro devoto amigo, dispuesto en todo momento a ayudarnos en nuestro camino del Cielo.
Honrando a nuestro Angel de la Guarda, honramos a Dios al mismo tiempo, pues lo representan en la tierra. Es gran honor tener por amigo a criatura tan bella y leal a Dios.

 

LA PALABRA DE DIOS

He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado.
Pórtate bien en su presencia y escucha su voz; no le seas rebelde, que no perdonará vuestras transgresiones, pues en él está mi Nombre. Ex 23, 20-21

Que Él dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus caminos.
Te llevarán ellos en sus manos, para que en piedra no tropiece tu pie; Sal 91, 11-12

Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos. Mt 18, 10

 

ORACIÓN INICIAL (PARA TODOS LOS DÍAS)

Ángel Santo, amado por Dios, que por divina disposición, me has tomado bajo tu protección desde el primer instante de mi vida, jamás has dejado de defenderme, de iluminarme y de guiarme.
Te venero y te amo como protector, me coloco bajo tu protección y confío profundamente en tu compañía.
Te pido, por el amor de Jesucristo que escuches mis súplicas y las lleves con amor ante Dios, condúceme por el camino seguro cuando mis pasos se desvíen, enséñame, cuando necesite orientación, levántame, cuando mis pies tropiecen, consuélame en la aflicción, protégeme cuando esté en peligro y lleva la súplica que te presento hoy, ante Dios, nuestro Padre y protector. Amén.

ORACIÓN FINAL (PARA TODOS LOS DÍAS)

Padre Bueno y misericordioso, tú que en muchas ocasiones te vales de los Santos Ángeles para darnos a conocer tu voluntad, te pedimos confiados su permanente compañía y protección, a la vez que te rogamos, nos ayudes a descubrir lo que Tú, Padre bueno, deseas para nosotros.
Santos Ángeles, intercedan por nosotros y ayúdennos a acoger en nuestro corazón la voluntad de Dios. Amén.

PRIMER DÍA
Oración Inicial
Lectura de : Mt 2, 19-20
Después de la muerte de Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, en Egipto. Le dijo: «Levántate y regresa con el niño y su madre a la tierra de Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño». José, pues, se levantó, tomó al niño y a su madre, y se vino a la tierra de Israel.
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles, acudimos a ustedes para pedir por su intercesión, la poderosa ayuda de Dios en este momento particular de nuestra vida; y hoy, de una manera muy especial queremos pedirles por (se pide la gracia).
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

SEGUNDO DÍA
Oración Inicial

Lectura de Lc 1,10,15
Mientras el pueblo permanecía fuera, en oración, se le apareció el Ángel del Señor. El Ángel estaba de pie a la derecha del altar del incienso. Zacarías, al verlo, se turbó y tuvo miedo. El Ángel le dijo entonces: «No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido escuchada, y tu esposa Isabel te dará un hijo al que llamarás Juan. Grande será tu felicidad, y muchos se alegrarán con su nacimiento, porque tu hijo ha de ser grande ante el Señor. No beberá vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre.
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Ángel de Dios, hoy vengo ante ti para darte gracias por tu poderosa intercesión, por comunicarme los designios de Dios y por dejar en mi corazón serenidad, paz y valentía para continuar caminando en la vida. Amén
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

TERCER DÍA
Oración Inicial
Lectura Lc 1, 30-33.38
Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Vas a quedar embarazada y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Lo ensalzarán y con razón lo llamarán: Hijo del Altísimo, Dios le dará el trono de David, su antepasado. Gobernará por siempre el pueblo de Jacob y su reino no terminará jamás».
Dijo María: ,yo soy la esclava del Señor; que se haga en mí lo que has dicho». Después de estas palabras el Ángel se retiró
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles, gracias por comunicarnos que la presencia de Dios se manifiesta en la cotidianidad de nuestra vida. Les pedimos que intercedan ante Él para que aún en los acontecimientos que nos parecen absurdos, tristes y dolorosos sepamos ver el amor de Dios y lo que de allí sirve para dar un nuevo sentido a nuestro caminar en la vida. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

CUARTO DÍA
Oración Inicial

Lectura de Lc 2, 9-11
El Ángel del Señor se les apareció, y los rodeó de claridad la gloria del Señor, y todo esto les produjo un miedo enorme. Pero el Ángel les dijo: «No teman, porque yo vengo a comunicarles una buena nueva que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy nació para ustedes en la ciudad de David un Salvador que es Cristo Señor.
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles de Dios, sentimos que cada día necesitamos renovar nuestra fe y nuestra esperanza; que la alegría del nacimiento de Jesús nos comunique optimismo y nos aliente en la búsqueda de caminos nuevos que conduzcan a la paz. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

QUINTO DÍA
Oración Inicial
Lectura de: Lc 22, 41-44
Después se alejó de ellos como a la distancia a la que uno tira una piedra, y doblando las rodillas, oraba diciendo: «Padre, si quieres, aparta de mí esta prueba. Sin embargo, que no se haga mi voluntad sino la tuya».
Entonces se le apareció un Ángel del cielo que venía a animarlo, y empezó a luchar contra la muerte. Oraba con más insistencia y su sudor se convirtió en grandes gotas de sangre, que caían hasta el sueloPalabra de Dios.
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles, gracias porque en los momentos más difíciles de la vida ustedes han sido una luz en el camino, nos han comunicado esperanza y han iluminado en la fe nuestro sufrimiento. Les pedimos que nos comuniquen la esperanza y que las dificultades no nos dejen apagar la presencia de Dios en nuestra vida. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

SEXTO DÍA
Oración Inicial
Lectura de: Mt 28, 1-6
Pasado el sábado, al despertar el alba del primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a visitar el sepulcro. De repente se produjo un gran temblor: el Ángel del Señor bajó del cielo y, llegando al sepulcro, hizo rodar la piedra que lo tapaba y se sentó encima. Su aspecto era como el relámpago y sus ropas blancas como la nieve. Al verlo los guardias temblaron de miedo y quedaron como muertos. El Ángel dijo a las mujeres: «Ustedes, no teman, porque yo sé que buscan a Jesús crucificado. No está aquí. Ha resucitado tal como lo había anunciado.
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles, les pedimos por todas las personas que sufren por causa de la violencia, las víctimas y sus familias, las personas que se olvidan que todos somos hermanos y causan sufrimiento y dolor; intercedan por todos para que la solidaridad y la confianza en Dios se hagan presentes en nuestras vidas. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

SÉPTIMO DÍA
Oración Inicial
Lectura de: Hch 12, 6-8
La noche anterior al día en que Herodes se proponía presentarlo al pueblo, Pedro dormía entre dos soldados, atado con dos cadenas; otros guardias vigilaban ante la puerta de la cárcel. De repente, se presentó el Ángel del Señor y la celda se llenó de luz. El Ángel tocó a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: «Levántate, rápido», y las cadenas cayeron de sus manos. Entonces el Ángel le ordenó: ‘Asegúrate bien el cinturón y colócate las sandalias». Así lo hizo. Y el Ángel agregó: «Ponte tu manto y sígueme».
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles de Dios, gracias porque sus palabras nos motivan a encontrar en Dios una razón nueva para vivir, un deseo profundo de liberación. Les pedimos que nos ayuden a ser fuertes cuando necesitamos transformar nuestras cárceles interiores en lugares de encuentro y de paz. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

OCTAVO DÍA
Oración Inicial

Lectura de: Hch 27, 21-24
Como hacía días que no comíamos, Pablo se puso en medio y les dijo: «Amigos, hubiera sido mejor seguir mi consejo cuando les dije que no saliéramos de Creta; nos habríamos evitado este peligro y esta pérdida. Pero ahora los invito a que recobren ánimo, porque ninguno de ustedes morirá, solamente se perderá el barco. Pues anoche se me apareció un Ángel de Dios a quien pertenezco y a quien sirvo que me dijo: «Pablo, no tengas miedo, tienes que presentarte ante el César y Dios te concede la vida de todos los que navegan contigo».
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles de Dios, les pedimos que nos ayuden a crear en nuestra sociedad la cultura de la vida, que infundan en nuestros corazones los valores del respeto, la solidaridad y la tolerancia para que la vida sea un signo más del amor de Dios a la humanidad. Amén
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

NOVENO DÍA
Oración Inicial
Lectura de:(Hch 1, 9-11
Entonces en presencia de ellos, Jesús fue levantado y una nube lo ocultó. Mientras miraban fijamente al cielo hacia donde iba Jesús, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: «Hombres de Galilea ¿Qué hacen ahí mirando al cielo? Este que ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá como lo han visto subir al cielo».
Breve momento de reflexión personal
OREMOS:
Santos Ángeles de Dios, al concluir esta novena queremos agradecerles, su presencia permanente en nuestra vida, su compañía que nos inspira a obrar el bien y que nos conduce a Dios. Que por la intercesión de ustedes, el Señor nos obtenga las gracias necesarias para vivir mejor nuestra fe y lo que confiadamente les hemos pedido. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final

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A Ángeles y Arcángeles DEVOCIONES Y ORACIONES

Novena al Ángel de la Guarda

El 2 de octubre se celebra la fiesta de los Angeles de la Guarda; el 23 de septiembre comienza su novena.

Un ángel de la guarda es un espíritu creado por Dios que protege y dirige a una persona en particular.
Los cristianos creen que los ángeles de la guarda protegen cualquier persona o vivienda a pedido del propio Dios.

En el Libro de Daniel, los ángeles parecen ser asignados a ciertos países. Enoc 100:5 –parte de cuya escritura está inspirada en los documentos de la Iglesia Etíope Ortodoxa de Tewahedo– manifiesta que los hombres justos gozan de ángeles protectores.

En Hechos 12:15 aparece otra alusión a tal creencia, mientras que en Mateo 18:10, Jesús explica que existen ángeles de la guarda que cuidan a los niños.

Por la señal de la santa Cruz…

Pésame Dios mío…

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA DE LA NOVENA

A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor. Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!, también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas y pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente en esta vida y poseerle eternamente en la gloria.

Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena, para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea.

DÍA PRIMERO

¡Oh buen Ángel custodio! ayudadme a dar gracias al Altísimo por haberse dignado destinaros para mi guarda.
Os pido que por intercesión de María, me alcancéis de Dios un fervoroso espíritu y la práctica de una oración constante para agradecer a Dios todos sus beneficios, y especialmente el de teneros por celestial custodio mío.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA SEGUNDO

¡Oh Príncipe celestial!, dignaos obtenerme el perdón de todas las ofensas que he hecho a Dios y a Vos, despreciando vuestras amenazas y vuestros consejos.
Os pido que, por intercesión de María, me alcancéis de Dios un verdadero dolor de los pecados, que me obtenga el perdón de todas las faltas y caídas de la vida pasada.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA TERCERO

¡Oh mi Tutor amoroso!, infundid en mi alma un profundo respeto hacia Vos, de tal manera que jamás tenga el atrevimiento de hacer cosa alguna que os desagrade.
Os pido que, por intercesión de María, me alcancéis de Dios el recuerdo de la presencia divina y el respeto a vuestra presencia continua, las cuales han de guardarme del pecado.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA CUARTO

¡Oh Médico compasivo!, enseñadme el remedio y dadme el auxilio para curar mis malos hábitos y tantas miserias como oprimen mi alma.
Os pido que, por intercesión de Maria, me alcancéis de Dios un verdadero espíritu de mortificación, con el cual domine mis malas pasiones y la sensualidad, y obtenga la paz y la libertad de espíritu, juntamente con las demás virtudes.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA QUINTO

¡Oh, mi Guía fiel!, alcanzadme fuerza para vencer todos los obstáculos que se encuentren en el camino de la existencia y para sufrir pacientemente las tribulaciones de esta miserable vida.
Os pido que, por intercesión de María, me alcancéis de Dios una verdadera paciencia y conformidad en todas las contrariedades y penas de la vida que Dios pueda permitir para mi santificación.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA SEXTO

¡Oh Intercesor eficaz cerca de Dios!, alcanzadme la gracia de seguir prontamente vuestras santas inspiraciones y de conformar, en todo y para siempre, mi voluntad a la de Dios.
Os pido que, por la intercesión de María, me alcancéis de Dios una obediencia absoluta a todos mis superiores, la cual me santifique por el cumplimiento de la voluntad divina en ella manifestada.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA SÉPTIMO

¡Oh Espíritu purísimo, encendido todo en amor de Dios!, alcanzadme este fuego divino, y al mismo tiempo una verdadera devoción a vuestra augusta Reina y buena Madre mía, la Virgen Santísima.
Os pido que, por intercesión de María, me obtengáis de Dios la caridad perfecta y la devoción a María, que sean para mi fuente abundantísima de méritos, camino segurísimo de salvación y el más dulce consuelo en la hora de la muerte.

Igualmente as pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA OCTAVO

¡Oh invencible Protector!, asistidme a fin de corresponder dignamente a vuestro amor y a vuestros beneficios, y para trabajar con todas las fuerzas en promover vuestro culto y vuestra devoción.
Igualmente os pido que, por intercesión de Maria, me alcancéis de Dios un celo fervoroso para la práctica del bien y una fervorosa devoción angélica, que sean mi propia santificación y la del prójimo.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

DÍA NOVENO

¡Oh bienaventurado ministro del Altísimo!, alcanzadme de su misericordia infinita que llegue yo a ocupar un día uno de los tronos que dejaron vacíos los ángeles rebeldes.
Os pido que, por intercesión de Maria, me obtengáis de Dios la gracia de una santa muerte, confortada con los Santos Sacramentos, que me abra las puertas de la gloria eterna.

Igualmente os pido la gracia de…

Terminar con las oraciones finales.

ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS

Oración a la Santísima Trinidad. Para obtener de Dios las gracias que esperamos, ¡oh buen Ángel de la Guarda!, en unión vuestra y de todos los otros Ángeles del cielo, y por mediación de la Virgen Maria, Madre de Dios y Madre nuestra, saludo ahora a la Trinidad Santísima con el Trisagio angélico, diciendo de todo corazón:
Santo. Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Rezar al Padre Eterno: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Rezar al Hijo Unigénito: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Rezar al Espíritu Santo: Padrenuestro. Avemaría y Gloria.

Oración de San Juan Berchmans

Ángel Santo, amado de Dios, que después de haberme tomado, por disposición divina, bajo vuestra bienaventurada guarda, jamás cesáis de defenderme, de iluminarme y de dirigirme: yo os venero como a protector, os amo como a custodio; me someto a vuestra dirección y me entrego todo a Vos, para ser de Vos gobernado. Os ruego, por lo tanto, y por amor de Jesucristo os suplico, que, cuando sea ingrato para con Vos y obstinadamente sordo a vuestras inspiraciones, no queráis, a pesar de esto, abandonarme; antes al contrario, ponedme pronto en el recto camino, si me he desviado de él; enseñadme, si soy ignorante; levantadme, si he caído; sostenedme, si estoy en peligro, y conducidme al cielo para poseer en el una felicidad eterna. Amén.

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A Ángeles y Arcángeles DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones a los Ángeles Custodios o de la Guarda

HIMNO DE LAUDES AL SANTO ÁNGEL DE LA GUARDA

Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.

Aunque espíritu invisible, se que te hallas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuenta todos mis pasos.

En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y oro.

Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga, que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.

Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía.

En presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Amén.

 

ANGEL DE DIOS

Angel de Dios, bajo cuya custodia me puso el Señor con amorosa piedad, a mí que soy vuestro encomendado, alumbradme hoy, guardadme, regidme y gobernadme. Amén.

 

ORACIÓN AL ANGEL DE LA GUARDA
(Macario, El Egipcio)

Ángel santo, que velas por mi pobre alma y por mi vida, no me dejes – soy pecador – y no me desampares a causa de mis manchas. No dejes que se me acerque el mal espíritu. Y dirígeme poderoso preservando mi cuerpo mortal.

Toma mi mano débil y condúceme por el camino de la salvación.

 

DEVOCIÓN AL SANTO ANGEL DE LA GUARDA
(San Juan Berchmans)

Ángel Santo, amado de Dios, que después de haberme tomado, por disposición divina, bajo tu bienaventurada guarda, jamás cesas de defenderme, de iluminarme y de dirigirme: yo te venero como a protector, te amo como a custodio; me someto a tu dirección y me entrego todo a ti, para ser gobernado por ti. Te ruego, por lo tanto, y por amor a Jesucristo te suplico, que cuando sea ingrato para ti y obstinadamente sordo a tus inspiraciones, no quieras, a pesar de esto, abandonarme; antes al contrario, ponme pronto en el recto camino, si me he desviado de él; enséñame, si soy ignorante; levántame, si he caído; sostenme, si estoy en peligro y condúceme al cielo para poseer en él una felicidad eterna. Amén.

 

ORACIÓN AL ANGEL DE LA GUARDA

Ángel de la paz, Ángel de la Guarda, a quien soy encomendado, mi defensor, mi vigilante centinela; gracias te doy, que me libraste de muchos daños del cuerpo y del alma. Gracias te doy, que estando durmiendo, me velaste, y despierto, me encaminaste; al oído, con santas inspiraciones me avisaste.

Perdóname, amigo mío, mensajero del cielo, consejero, protector y fiel guarda mía; muro fuerte de mi alma, defensor y compañero celestial. En mis desobediencias, vilezas y descortesías, ayúdame y guárdame siempre de noche y de día. Amén.

Padrenuestro y Avemaría.

 

ORACIÓN INFANTIL AL ÁNGEL DE LA GUARDA

Ángel de mi guarda,
dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día

Las horas que pasan,
las horas del día,
si tú estás conmigo
serán de alegría

No me dejes solo,
sé en todo mi guía;
sin Ti soy chiquito
y me perdería

Ven siempre a mi lado,
tu mano en la mía.
¡Ángel de la guarda,
dulce compañía!
Bendita la luz del día
y el Señor que nos la envía.
¡Bendito el Niño Jesús,
bendita Santa María!
Con Dios me acuesto,
con Dios me levanto,
con la Virgen María
y el Espíritu Santo
Cuatro esquinitas
tiene mi cama,
cuatro angelitos
guardan mi alma

Todos le llevan al niño,
yo también le llevaré,
una jarra de manteca
y un tazón de dulce miel.

Todos le llevan al niño,
yo también le llevaré,
las cosas que a mí me gustan
para que goce Emmanuel.

Me ha contado Jesusito:
viene para que yo sea
un angelito en el cielo
y su amigo aquí en la tierra.

Yo le he dicho a Jesusito
que yo seré aquí en la tierra
su amiguito para siempre
y que en el cielo le vea.

Jesusito de mi vida,
eres niño como yo,
mira cuanto que te quiero
que te doy mi corazón.
¡Tómalo! ¡Tómalo!
Tuyo es, y mío no.

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A Ángeles y Arcángeles DEVOCIONES Y ORACIONES

Letanía de los Santos Ángeles

-Señor, ten piedad de nosotros. Se repite
-Cristo, ten piedad de nosotros.
-Señor, ten piedad de nosotros.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.

 

-Dios Padre, Creador de los Angeles, Ten piedad de nosotros.
-Dios Hijo, Señor de los Ángeles,
-Dios Espíritu Santo, Vida de los Ángeles,
-Santísima Trinidad, delicia de todos los Ángeles,                                     

-Santa María, Ruega por nosotros.
-Reina de todos los Ángeles,                                                                       

-Santos Querubines, Ángeles de la Palabra, Rogad por nosotros.
-Santos Tronos, Ángeles de la Vida,
-Santos Ángeles de la Adoración,
-Santas Dominaciones,
-Santas Potestades,
-Santos Principados del Cielo,
-Santas Virtudes,                                                                                         

-San Miguel Arcángel,
-Vencedor de Lucifer,
-Ángel de la fe y de la humildad,
-Preservador de la santa unción,
-Patrono de los moribundos,
-Príncipe de los ejércitos celestes,
-Compañero de las almas de los difuntos,

-San Gabriel Arcángel,
-Santo Ángel de la Encarnación,
-Fiel mensajero de Dios,
-Ángel de la esperanza y de la paz,
-Protector de todos los siervos y siervas de Dios,
-Guardián del santo Bautismo,
-Patrono de los Sacerdotes,

-San Rafael, Arcángel, Ruega por nosotros.
-Ángel del Amor divino,
-Vencedor del enemigo malo,
-Auxiliador en la gran necesidad,
-Ángel del dolor y de la curación,
-Patrono de los médicos, de los caminantes y de los viajeros,               

-Grandes Arcángeles Santos, Rogad por nosotros.
-Ángeles del servicio ante el trono de Dios,
-Ángeles del servicio para los hombres,
-Santos Angeles Custodios,
-Auxiliadores en nuestras necesidades,
-Luz en nuestra oscuridad,
-Apoyo en todo peligro,
-Exhortadores de nuestra conciencia,
-Intercesores ante el trono de Dios,
-Escudo de defensa contra el enemigo maligno,
-Constantes compañeros nuestros,
-Segurísimos conductores nuestros,
-Fidelísimos amigos nuestros,
-Sabios consejeros nuestros,
-Ejemplos de nuestra obediencia,
-Consoladores en el abandono,
-Espejo de humildad y de pureza,
-Ángeles de nuestras familias,
-Ángeles de nuestros Sacerdotes y pastores…
-Ángeles de nuestros niños,
-Ángeles de nuestra tierra y Patria,
-Ángeles de la Santa Iglesia,
-Todos los Santos Ángeles,                                                                         

-Asistidnos en la vida. Se repite.
-Asistidnos en la muerte.
-En el Cielo os lo agradeceremos.                                                              

-Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor.

-Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor.        

-Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.

V. Dios mandó a sus Ángeles que cuiden de ti.
R. Los cuales te guardarán en todos sus caminos

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A Ángeles y Arcángeles DEVOCIONES Y ORACIONES

Oración a María Reina de los Ángeles

La Iglesia la proclama Reina doce veces: Reina de los ángeles, de los patriarcas, de los profetas, de los apóstoles, de los confesores, de las vírgenes, de los mártires, de todos los santos, del Santísimo Rosario, de la paz, concebida sin pecado original y llevada a los cielos.

Escribe acerca de la Reina de los Angeles el Venerable Luis Eduardo Cestac, fundador de la Congregación de las Siervas de María:

En 1863 un alma… sintió su mente elevada hacia la Santísima Virgen, quien le dijo que efectivamente, los demonios andaban sueltos por el mundo, y que había llegado la hora de rogarle como Reina de los Ángeles pidiéndole las legiones santas para combatir y aplastar los poderes infernales.

–»Madre mía», dijo esta alma, «¿ya que sois tan buena, no podrías enviarlas sin que os rogáramos?»
–»No», respondió la Santísima Virgen, «la oración es condición impuesta por Dios para alcanzar las gracias».
– «Entonces, Madre mía», dijo el alma «¿querrías enseñarme Vos la manera de rogaros?»

Y creyó escuchar la oración

¡Oh Augusta Reina de los Cielos
y Señora de los Ángeles!
Pues habéis recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de la serpiente infernal; dignaos escuchar benigna las súplicas que humildemente os dirigimos; enviad la santas legiones para que
, bajo vuestras ordenes, combatan a los demonios, donde quiera repriman su audacia y los persigan hasta precipitarlos al abismo.

¿Quién como Dios?
Santos Ángeles y Arcángeles, defendednos y guardadnos. ¡Oh buena y tierna Madre! Vos seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza.
¡Oh divina Madre! Enviad los Santos Ángeles para defendernos y rechazar lejos al demonio, nuestro mortal enemigo. Amén.

El señor Cestac fue el depositario de esta oración. Lo primero que hizo fue presentarla a Monseñor Lacroix, obispo de Bayona, quien le dio su aprobación. Inmediatamente mandó imprimir medio millón de ejemplares, que distribuyó gratis por todas partes.

No estará demás advertir que, durante la primera impresión, las máquinas se rompieron dos veces. La oración a la Reina de los Ángeles se extendió rápidamente y fue aprobada por muchos obispos y arzobispos.

San Pío X concedió trescientos días de indulgencia a quienes la rezaren.

(Imprimátur del Vicario General de Buenos Aires, 29 de febrero de 1912)
-“Regina Angelorum”, publicación de la Orden de María Reina, Pascua de 1978

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