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Cómo Orar por una Persona Muerta

Los cristianos siempre han orado por los difuntos.

Especialmente porque una parte de ellos están en el purgatorio purificándose.

Y necesitan de nuestras oraciones para elevarse hasta el cielo.

Eso nos pone en alerta para buscar los mejores métodos para ayudarlos.

¿Cuál es el medio más eficaz de rezar a por ser querido que ha fallecido?

estatua de virgen maria orando fondo

Pero tampoco hay que olvidar que las oraciones también son necesarias para los vivos.
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Las oraciones siempre son eficaces en todo momento, para cualquiera, e incluso para nadie en particular sino para el que Dios juzgue necesario.

Un lugar típico para orar en estas épocas son los cementerios.

Lugares tranquilos y a menudo hermosos que ofrecen la oportunidad de canalizar las oraciones para liberar a las almas del purgatorio.

Por otro lado, cuando las almas son liberadas del purgatorio están listas para interceder por ti desde el cielo.

Leer Compendio de oraciones por los difuntos

difuntos1

 

DE DONDE VIENE LA PRÁCTICA DE ORAR POR LOS MUERTOS

La referencia bíblica más antigua de oraciones por los muertos viene en el segundo libro de los Macabeos.

Los libros de los Macabeos fueron de los últimos libros escritos del Antiguo Testamento.

Hacen un recuento de la lucha del pueblo judío por la libertad contra el Imperio seléucida, alrededor de 100-200 años antes del nacimiento de Cristo.

El segundo libro de los Macabeos dice cómo Judas Macabeo, el líder judío, condujo a sus tropas a la batalla en 163 aC.

Cuando la batalla terminó ordenó que los cuerpos de aquellos judíos que habían muerto fueran enterrados.

Cuando los soldados prepararon a sus compañeros para el entierro, descubrieron que cada uno llevaba un amuleto tomado como botín de un templo pagano.

Esto violaba la ley de Deuteronomio y así Judas y sus soldados oraron para que Dios perdonara el pecado que estos hombres habían cometido (2 Macabeos 12: 39-45).

Esta es la primera indicación en la Biblia de la creencia que las oraciones ofrecidas por los vivos pueden ayudar a liberar a los muertos de cualquier pecado que los separe de Dios en la vida futura.

Se hizo eco en el Nuevo Testamento cuando Pablo ofrece una oración por un hombre llamado Onesíforo que había muerto:
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“Que el Señor le conceda que halle misericordia cerca del Señor en aquel día”
(2 Timoteo 1:18).

Las tumbas excavadas debajo de la ciudad de Roma, que llamamos catacumbas, dan evidencia que los miembros de la comunidad cristiana romana se reunían allí para orar por sus compañeros seguidores de Cristo que estaban enterrados allí.

Por el siglo cuarto se mencionan oraciones por los muertos en la literatura cristiana como si ya fueran una costumbre de larga data.

La práctica de orar por los muertos está arraigada en la creencia cristiana en la vida eterna prometida en las enseñanzas de Jesús.
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Y prefigurada en su resucitación de entre los muertos.

Después de la muerte, aunque separados de nuestro cuerpo terrenal, todavía seguimos con una existencia personal.

Es como personas que Dios nos invita a entrar en una relación cuya existencia trasciende la muerte.

Orar por los muertos tiene también orígenes en nuestra creencia en la comunión de los santos. 

Los miembros de esta comunidad que viven se ayudan a menudo mutuamente por medio de oraciones y otras formas de apoyo espiritual.

Los cristianos que han muerto siguen siendo miembros de la comunión de los santos.

Y creemos que podemos ayudarlos con nuestras oraciones, y ellos nos pueden ayudar.

Las oraciones expresan la esperanza de que Dios va a liberar a la persona que ha muerto de cualquier carga de pecado y preparar un lugar para ella en el cielo.

La esperanza está garantizada en nuestro amor mutuo con Cristo, quien puede ayudarnos a salvar las barreras para disfrutar plenamente de la presencia de Dios por la eternidad.

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TRES PUNTOS CENTRALES SOBRE LA ORACIÓN POR LOS MUERTOS

En primer lugar, la oración por los muertos es eficaz.

Dios escucha nuestras oraciones y nuestras oraciones no son en vano.

No sabemos a ciencia cierta el destino eterno de muchos de los que mueren.

Sin embargo, si nuestras oraciones y buenas obras para nuestro ser querido fallecido – y enemigos – no son directamente útiles para él, son de alguna manera útiles para alguien.

Tal vez no para ellos, pero ya “el cielo” se encargará para re direccionarlas.

 

En segundo lugar, pero ¿por qué esperar para orar por las personas hasta después de su muerte?

Las oraciones para los vivos en la tierra les ayudan a capear mejor las tentaciones y no pecar.

 

En tercer lugar es útil para nosotros directamente.

Tenemos que hacer una distinción y también “rezar al cielo” por los que han muerto, pero teniendo en cuenta que nosotros tal vez estaremos en el estado de purificación del purgatorio y nos beneficiaremos de las oraciones.

fieles en misa

 

¿El MEJOR MEDIO?

Hacer misas. Las misas se pueden ofrecer tanto a los vivos como a los muertos.

Un sacerdote cuenta que un amigo suyo, hace algunos años sufragó bastante dinero para misas por su madre que, aunque mayor, todavía estaba en bastante buen estado de salud.

Dijo muchas misas por ella cuando aún vivía. Felizmente, ella hizo una buena muerte.

Después de muerta, él ha seguido sufragando misas también por ella.

Pero hay una historia muy a propósito del tema del Purgatorio y la importancia de mucha oración por los muertos.

La historia se puede encontrar en la vida de uno de los Papas más grandes en la historia de la Iglesia.

De hecho, rara vez la iglesia agrega al nombre del Papa, «El Grande». El Papa al que nos referimos es el Papa San Gregorio Magno (540-604).

En una ocasión el Papa estaba hablando con uno de sus amigos sobre el tema de la vida después de la muerte y la importancia de orar por los muertos.

Y llegaron a un acuerdo.

Cuando uno muriera primero, luego el sobreviviente oraría por el difunto.

Sucedió que el amigo del Papa San Gregorio murió primero.

Poco después de su muerte, su amigo apareció a Gregorio sufriendo intensamente las penas del Purgatorio.

Desde luego, no parecía estar en «un lugar mejor» como muchos presumen hoy.

Muy por el contrario su dolor era muy intenso por decir lo menos.

Siendo ese el caso, el Papa San Gregorio hizo un esfuerzo concertado para orar por su amigo con el fin de aliviar sus dolores y para sacarlo lo más pronto posible del Purgatorio.

Con mucho, la oración más poderosa en el universo es el Santo Sacrificio de la Misa.

Por lo tanto, el Papa San Gregorio Magno, siendo por supuesto un sacerdote, comenzó a ofrecer misas por la intención de la purificación y alivio de su querido amigo.

Este Papa lo hizo con las mejores intenciones.

¿Qué crees que pasó?

Este santo Papa, canonizado y conocido por ser uno de los más grandes de todos los Papas en dos milenios, pasó semanas ofreciendo misas.

Y finalmente todo un mes de misas para sacar a alma del purgatorio.

Fue sólo después de un mes en que el Papa ofreció misas por él todos los días, que finalmente fue sacado y tuvo pleno acceso al cielo.

Después del mes, el amigo del Papa se le apareció en gloria, dándole las gracias efusivamente por las muchas oraciones ofrecidas.

Las cuales sirvieron para purificarlo de sus pecados, disminuyendo su intenso sufrimiento y obteniendo plena entrada en el Reino de los Cielos.

Así nació la misa gregoriana.

misa gregoriana fondo

 

LA MISA GREGORIANA

Esta misa, es más bien una larga serie de misas consecutivas, que se ofrecen por los difuntos (también pueden ser ofrecidas por los vivos).

Tiene el fin de purificar el alma de difunto, aliviando su sufrimiento intenso, y ganando para él el acceso al cielo tan pronto como sea posible.

De hecho, es un gran acto de caridad de oración por los muertos.

Ellos no pueden hacerlo por sí mismos y dependen totalmente de la misericordia de Dios.

Y también de las oraciones, sacrificios, ayuno y las misas que podrían y deberían ser ofrecidas en su nombre.

Un santo agustino, San Nicolás de Tolentino, es a menudo representado en el arte como celebrando el Santo Sacrificio de la Misa.

La obra de arte religioso muestra la santa consagración del Cáliz – la Preciosa Sangre de Jesús.

Se puede ver el Purgatorio y los ángeles descendiendo al abismo de fuego del Purgatorio y llevando a las personas a su morada celestial.

Se observó que una de las razones principales por las que San Nicolás quería ser sacerdote era porque quería entregar la mayor cantidad de almas del purgatorio al cielo a través de la celebración del Santo Sacrificio de la Misa.

En conclusión, oremos fervientemente por los muertos; oremos ferviente y constante por las almas del Purgatorio.

No caigamos en el error teológico moderno de creer que todo el mundo va inmediatamente al cielo.

Esto es peligrosamente erróneo y falsa compasión, así como presuntuoso y negativo para el alma del muerto.

NOVENA POR LOS FIELES DIFUNTOS ( COMIENZA 25 DE OCTUBRE)

 

PARA VIVOS, MUERTOS, CATÓLICOS Y NO CATÓLICOS

Las misas se puede decir por la intención de los vivos y los muertos, incluso por los no católicos.

A algunas personas no les gusta la idea de hacer misas para los no católicos. Pero eso sólo nos hace pequeños y mezquinos.

Cuando la Iglesia dice que hay que orar por los muertos, no añade “sólo si son como nosotros”.

No todo el mundo puede encontrar un sacerdote que esté dispuesto a decir misas con esas intenciones, depende del país, de la zona.

Ese es un problema real en la actualidad. Oremos por las vocaciones.

Cuanto más sacerdotes, más misas al día, más intenciones, más almas para ganar.

Además, la Santa Iglesia tiene la autoridad de otorgar el gran tesoro espiritual de los méritos del sacrificio de Nuestro Señor y de las vidas (y muertes) de los santos, en indulgencias para la remisión de la pena temporal por los pecados.

Porque los que mueren en amistad con Dios, pero que no han hecho suficiente penitencia por los pecados cometidos, y que han sido perdonados antes de la muerte, tienen un período de purificación de los últimos vestigios de apego al pecado y compensar de manera penitencial las injusticias perpetradas a Dios y al prójimo.

Sólo los puros entran en la presencia de Dios en el cielo, por lo que, por su amor, no tienen ese estado intermedio.

purgatorio

 

INDULGENCIAS

También mediante las indulgencias, podemos ayudar a las almas del purgatorio, tomando algo de su penitencia en nosotros a través de algunas oraciones y obras, y la disposición adecuada del alma.
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Por lo tanto, no pierdas de vista cuando la Iglesias concede indulgencias.
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Por lo general hay oportunidades especiales y ciertos lugares también.

También ten en cuenta que, según la mente de la Iglesia ahora, ganamos indulgencias para los muertos y para nosotros mismos (en forma total o parcial).

Sin embargo, las indulgencias sólo pueden aplicarse a sí mismo o a un alma en el purgatorio, no a otra persona viva.

Así que ruega por ti mismo al cielo y por las pobres almas del purgatorio.

dia-de-muertos

 

LA RUTINA DE LA INTERCESIÓN DIARIA

En tus propias devociones ora por la gente.

Puedes ofrecer cualquier cantidad de pequeñas penitencias / mortificaciones y oraciones, pidiendo a los santos para que intercedan por cualquiera.

Dios sabe los que necesitan gracias. Pide a los santos y los ángeles para que te ayuden.

Tu puedes añadir tus oraciones a lo que el sacerdote vierte en el cáliz para ser transformado en la consagración.

Tu puedes agregar tus peticiones durante las oraciones de acción de gracias después de una buena comunión.

Di el Santísimo Rosario, que pone en fuga a los demonios aterrorizándolos y que da consuelo a las pobres almas y consigue ayudar a los vivos.

Cualquiera de estos tipos de cosas puedes hacerlas por tí mismo, por otras personas vivientes y por las pobres almas.

Y mantener tu vida limpia de pecado.

Tu buen ejemplo en palabras y acciones podría ser otra manera de ayudar a los cielos.

E ir a la confesión.

Y también tener esperanza que la separación con los difuntos es momentánea.

Por eso aquí te dejo mi oración.

 

CARTA A UN SER QUERIDO QUE SE FUE

Cuando te diagnosticaron esa enfermedad, nos impresionamos, pero ninguno de nosotros tuvo miedo.

Es que tú para nosotros eras inmortal.

Nos sobrevivirías a todos.

Derrotarías a la enfermedad y serías un ejemplo de lo que la fe y las ganas de vivir pueden lograr.

En mi diario camino al sanatorio iba rezando un Rosario.

No era por tu curación, no, porque no pensaba que te ibas a morir.

Mis Rosarios eran para que la dura medicación necesaria para curarte no te hiciera sufrir demasiado.

La victoria contra la enfermedad estaba asegurada.

Las tertulias en el sanatorio eran siempre festivas.

Toda la familia desfiló para verte y escucharte contar chistes y hacernos reír.

Sólo quedaba esperar que el tratamiento diese resultado.

Mis Rosarios continuaban, mi ceguera también.

Doy gracias a Dios por esa ceguera, que me impidió, nos impidió a todos, darnos cuenta de lo grave que era la situación.

Mis Rosarios seguían uno tras otro.

Sin darme cuenta e impulsada por mi fe, tejí una alfombra de oraciones con las cuales viajaste hacia el más allá.

El desenlace vino de repente.

Un paro cardíaco del cual te rescataron los médicos.

Y después otros cinco que nos demostraron a todos cuanto luchaste por volver.

Eras joven, tenías dos niños pequeños y una carrera universitaria para culminar.

Los médicos decidieron dejarte ir después de la sexta vez que tu corazón se detuvo.

Y en la salita del Centro de Tratamientos Intensivos, todos tus familiares escuchamos la peor de las noticias: “falleció”.

Los primeros tiempos fueron devastadores.

Tu ausencia se notaba en todas las cosas.

Cada música, cada noticia, podía hacernos llenar los ojos de lágrimas.

Sin embargo, y hundidos en el pozo de nuestro dolor, nuestra fe y la divina asistencia del Espíritu Santo, nos hicieron recapacitar.

Nos dimos cuenta que ahora hablabas otro idioma.

El idioma del espíritu.

Para comunicaros contigo debíamos rezar.

Y lo hicimos fervorosamente, como una forma de comunicarte nuestro amor de siempre.

Y te hicimos misas. Muchas misas.

Y cada misa era un beso, un abrazo, un cariño que te mandábamos.

Una forma de demostrarte nuestro amor.

Han pasado los años y el dolor ya no nos ahoga como antes.

El Consolador nos visitó con Su Amor eterno y lleno de ternura.

Nos dio la certeza de que cada vez estamos más cerca de volver a verte, sano y fuerte como eras.

Y con esperanza te decimos, ¡Hasta pronto!

mujer orando frente a un urnario

 

EL PORQUÉ DE LA CONVENIENCIA DE IR A ORAR POR LOS DIFUNTOS AL CEMENTERIO

Hay un ministerio llamado ‘Cementerians’, cuyo propósito es animar a la gente a ir a la tumba de sus seres queridos fallecidos y orar por su liberación del purgatorio.
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Ellos saben cuándo vamos a su tumba. 

Si tu ser querido ya ha sido purificado y se ha ido al cielo, nuestro Padre Celestial da nuestras oraciones a otra alma que languidece.

 

LA BASE DEL MINISTERIO DE ‘CEMENTERIANS’ EN CONSEGUIR INDULGENCIAS

El ministerio de Cemeterians es tan antiguo como la misma creación. 

Desde el principio de los tiempos, la gente ha orado por sus seres queridos fallecidos a su propia manera.

El ministerio de Cemeterian insta a los vivos a ir realmente a la tumba y rezar por sus seres queridos fallecidos.
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Para que las almas sufrientes puedan recibir gracias e indulgencias especiales.

«Una indulgencia, aplicable sólo a las almas del Purgatorio, se concede a los fieles que devotamente visitan un cementerio y rezan, aunque sólo sea mentalmente por los difuntos. 

mujeres con velas purgatorio muertos

La indulgencia plenaria es cada día a partir del 1 al 8  de noviembre; en otros días del año, es parcial«. (Enchiridion de Indulgencias)

«Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura:

«Por eso mandó [Judas Macabeo] hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado» (2 M 12, 46).

«Llevémosles socorros y hagamos su conmemoración.

Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre (cf. Jb 1, 5), ¿por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? […]

No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos”. Catecismo de la Iglesia Católica # 1032.

«Puesto que los fieles difuntos, están siendo purificados, también son miembros de la misma comunión de los santos, una forma en que podemos ayudarles es obtener indulgencias para ellos, por lo que las penas temporales debidas por sus pecados, pueden ser remitidas». Catecismo de la Iglesia Católica # 1479.

«Un día, absorta en éxtasis, la Beata María de Quito, vio en medio de un gran espacio, una inmensa mesa cubierta con un montón de plata, oro, rubíes, perlas y diamantes y, al mismo tiempo, oyó una voz que decía:

‘Estas riquezas son de propiedad pública; cada uno puede acercarse y tomar tanto como le plazca’. 

Dios dio a conocer a ella que esto era un símbolo de las indulgencias».

oracion por los muertos en cementerio

 

LA CONCURRENCIA A LOS CEMENTERIOS HA DISMINUIDO

Es bueno alentar la práctica de concurrir a los cementerios.

Las personas que acuden a un servicio de enterramiento en un cementerio pueden encontrar la tradición funeraria católica, por primera vez, o por primera vez en muchos años, y una experiencia positiva podría animarles a volver a orar por sus muertos.

Pero la concurrencia a los cementerios es una práctica que ha disminuído.

Las instrucciones del Vaticano, «Piam et Constantem,» de 1963 y las aclaraciones posteriores, permitieron a los católicos ser enterrados en cementerios no católicos y ser cremados.

La iglesia conserva una preferencia por el entierro más que la cremación y direcciona los restos cremados para ser enterrado o en urnas en un cementerio (no esparcirlos al aire).

Los ritos funerarios se prescriben en la Orden de los Funerales Cristianos, que incluye un servicio de vigilia o velorio, la liturgia del funeral y oraciones para decir en el cementerio, pero que varía por país. Ver aquí sobre el Nuevo rito de exequias católicas.

mujer visita cementerio fondo

 

SIETE COSAS QUE DEBES RECORDAR HACER POR LOS MUERTOS

Finalmente, con el fin de acudir en ayuda de las almas en el purgatorio, hay algunas cosas simples que podemos hacer en este momento:

 

1 – Reza todos los días por tus seres queridos y por todas las almas del purgatorio.
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Acuérdate de ellos, mientras rezas el rosario y el rosario misericordia divina.

 

2 – También puedes recordar a los muertos con la oración por el eterno descanso de las almas.

Aquí está la tradicional oración después de las comidas:

«Te damos gracias por todos tus beneficios, oh Dios Todopoderoso, que vives y reinas para siempre.

Y que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén».

 

3 – El momento más importante para recordar a aquellos en el purgatorio es durante la oración Eucarística en la Misa.

 

4 – Ofrecer misas por los muertos en el aniversario de la muerte y en otros momentos es un medio crucial para ayudar a las almas santas.

 

5 – Ofrece 30 misas consecutivas para el alma del difunto.
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Son las misas gregorianas.

Debido al compromiso sostenido necesario, por lo general es más común encontrar la práctica en las órdenes religiosas y monasterios.

 

6 – Busca Indulgencias.
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La Iglesia ha ofrecido generosamente muchas indulgencias en las últimas décadas.

La más reciente es ofrecida por Francisco para el Año Jubilar de la Misericordia.

 

7 – Visita los cementerios para preservar la memoria de los muertos, y también como una oportunidad para la oración por ellos.

Los padres deben enseñar a sus hijos a entender nuestra comunidad permanente y aprender a ayudar a las almas santas.

Una indulgencia especial al respecto se concede dentro de la primera semana de noviembre.

Fuentes:



María de los Ángeles Pizzorno de Uruguay, Escritora, Catequista, Ex Secretaria retirada

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Mira por qué es Importante Visitar el Cementerio

La interpretación de la muerte distingue claramente a un cristiano de un  agnóstico.

Para un cristiano la muerte no es el fin sino un estado momentáneo.

Porque luego el Señor nos resucitará el último día.

Los católicos creemos en la misericordiosa existencia del Purgatorio.

Donde las almas no totalmente santas en la tierra pueden llegar al Cielo, haciendo un alto para purificarse allí.

Y aún los católicos piensan algo más misericordioso, que los vivos pueden apresurar el pasaje de esas almas al Cielo mediante oraciones.

Por eso la Iglesia ha instituido el mes noviembre como el mes para orar por los difuntos.

Y pone en primer plano a los cementerios.

 

¿POR QUÉ REZAMOS POR LOS MUERTOS?

La Biblia nos dice que es un pensamiento santo y sano orar por los muertos, para que puedan ser liberados de los pecados (2 Macabeos 12:46).

Y especialmente en el mes de noviembre la Iglesia Católica nos urge a pasar tiempo orando por aquellos que nos han precedido.

Noviembre es el mes en el que la Iglesia se dedica especialmente a orar por los muertos.

La oración por las almas en el Purgatorio es un requisito de la caridad cristiana, y nos ayuda a recordar nuestra propia mortalidad.

Para fomentar esta práctica sagrada, la Iglesia ofrece una indulgencia plenaria diaria para las almas del Purgatorio, bajo las condiciones habituales (intención correcta, confesión, comunión, oración por las intenciones del Papa) a quienes visitan un cementerio en el período del 1 al 8 de noviembre.

Y ofrece una indulgencia parcial en otros momentos.

 

DEL CONSUELO A LA REALIDAD

Es un consuelo para nosotros en la tierra pensar que cuando un ser amado muere la persona está en el Cielo.

Este consuelo es real y dulce porque es correcto y bueno que esperemos el Cielo.

Pero no debemos olvidar que la muerte no siempre es un pase gratis al cielo.

Para llegar allí, muchas almas necesitan el regalo de nuestras oraciones, para salir rápidamente del lugar donde están siendo purgadas.

Piensa en esta escena.

Un viejo frágil yacía en su lecho de muerte.

En una silla al lado de su cama, un sacerdote se sentó con él y secó las lágrimas que fluían silenciosamente de los ojos del moribundo.

El anciano le pidió al sacerdote que escuchara su confesión.

Después de recibir la comunión el moribundo le dijo al sacerdote:

«Hijo mío, si el Señor me llama esta noche, pide a todos mis hermanos que me perdonen por los problemas que les causé.

Pídales también que oren por mi alma«.

El anciano moribundo era el Padre Pío.

Cuando estaba a pocos minutos de encontrarse con su Señor, su humildad lo llevó a pensar que necesitaba oraciones para zafar el purgatorio.

Porque aunque él era un santo, aun así, era un pecador en necesidad de misericordia.

Cuando el Padre Pío pidió que sus hermanos rezaran por su alma, conocía perfectamente a las almas del Purgatorio.

De hecho, había dicho que «más almas de muertos que de vivos ascienden a esta montaña para asistir a mis misas y buscar mis oraciones».

El Padre Pío nos recuerda que hay que orar para ayudar a nuestros seres queridos que posiblemente puedan estar sufriendo en el purgatorio.

Y que nunca es demasiado tarde para orar, ya sea que la persona haya muerto recientemente o hace mucho tiempo.

Porque para el Señor todo es un presente eterno.

Las oraciones son siempre tomadas en cuenta.

Incluso si la persona por la que rezas ya esté en el cielo, tus oraciones nunca serán desperdiciadas.

Otras almas en el Purgatorio pueden beneficiarse de tu ofrenda.

Y este pensamiento nos trae en el mes de noviembre a los cementerios, especialmente durante las primeras semanas de noviembre.

 

¿POR QUÉ DEBERÍAMOS VISITAR UN CEMENTERIO PARA ORAR POR LOS MUERTOS?

La visita a los cementerios es algo cada vez menos frecuente en nuestra cultura.

Y hay que argumentar mucho a las personas para que lo hagan.

¿Por qué visitar un cementerio, especialmente en nuestros días?

Aunque la nuestra ha sido etiquetada como una «cultura de la muerte», la verdad es que la muerte ha adquirido cierta invisibilidad, llevando a la sensación que el cuerpo se desvanece luego de muerto.

Las muertes ocurren con frecuencia en hospitales u otras instituciones, raramente en el hogar.

Los velatorios son cada vez menos frecuentes. El muerto suele quedar en depósito para luego ser enterrado o cremado.

La morgue ha hecho que los funerales sean más una función de la conveniencia de los vivos que una conmemoración de los muertos.

¿Qué ha sucedido?

En los últimos años la cremación ha superado el entierro, ocultando aún más la muerte y a los muertos.

Los cementerios desaparecen junto a los cuerpos que se desvanecen.

Entonces, ¿por qué ir a visitar un cementerio?

Uno puede rememorar a la persona querida que ya no está y orar por ella.

¿Y también por qué no por los demás que yacen allí?

Un simple Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de las almas en este cementerio” es de gran ayuda y consuelo.

Porque a veces nos olvidamos que hay un vínculo de los vivos y los muertos.

El cementerio es una extensión de la Iglesia, no solo como un lugar sacramental, sino como el lugar de descanso de aquellos que son parte del sufrimiento de la Iglesia, esperando que pronto sean parte de la Iglesia triunfante en el Cielo.

La «comunión de los santos» nos debe llevar a visitar los cementerios porque es visitar otra parte de la Iglesia, la iglesia purgante.

El Catecismo de la Iglesia Católica dice algo asombroso sobre orar por los muertos: «Nuestra oración por ellos es capaz no solo de ayudarlos, sino también de hacer que su intercesión por nosotros sea efectiva».

Cuando rezas por las almas en el Purgatorio, las hace más capaces de orar por ti. ¡Qué bendición recíproca de unidad en el Cuerpo de Cristo!

Además el cementerio es un signo de nuestra historia y su continuidad: el tiempo no comienza ni termina conmigo.

Nadie es un individualista carente de vínculos relacionales.

Las personas se insertan en la historia y en una comunidad.

Pero en una sociedad individualista y altamente móvil, estas verdades pueden estar oscurecidas.

Por otro lado los cementerios suelen ser uno de los lugares más encantadores en la mayoría de las ciudades.

Su belleza paisajística, sus monumentos que, han desafiado el paso del tiempo, y paz que uno encuentra en ellos son su sello distintivo.

Uno puede leer las lápidas desgastadas y preguntarse acerca de las vidas que honran.

A veces tienen información del muerto como su profesión, su edad, cuando murió, su familia.

En ocasiones son lugares bien cuidados y con flores.  Y a veces dan la sensación que hace mucho tiempo nadie las visita.

¿Por qué no una breve oración por quienes yacen allí y pueden haber sido olvidados por quienes debían ayudarles en el pasaje al Cielo?

Adicionalmente los cementerios son lugares sacramentales sagrados.

Los sacramentales incluyen: acciones (por ejemplo, la señal de la cruz o la bendición), cosas (por ejemplo, agua bendita o escapularios) y lugares (por ejemplo, cementerios).

Como nos recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica (#1677)

«Se llaman sacramentales a los signos sagrados instituidos por la Iglesia cuyo fin es preparar a los hombres para recibir el fruto de los sacramentos y santificar las diversas circunstancias de la vida

Solíamos referirnos a los cementerios como terreno «consagrado» o «santificado».

El término recuerda a la gente no solo que el cuerpo humano, incluso cuando está muerto, permanece sagrado, sino que también está hecho con esa materia.

La naturaleza sacramental y sagrada de un cementerio recuerda que lo sagrado y lo secular no puede dividirse claramente, sino que se cruzan.

El cementerio con sus tumbas, sus símbolos y sus muertos, es un recordatorio para todos de que hay otra comprensión del significado y el fin de la vida humana que el encogimiento de hombros agnóstico y la expresión que el muerto “dejó de existir”.

Los católicos sabemos que el alma nunca deja de existir.

Y el cementerio es el lugar de descanso antes de la Resurrección de los muertos.

Honrar al cuerpo, incluso al cadáver, es indicativo de honrar a la persona.

Los católicos han honrado al cuerpo como una expresión de la persona: es por eso que, por ejemplo, tenemos la práctica de honrar reliquias.

 Cada cementerio es un relicario.

Es importante recordarlo hoy, ya que se ha apoderado de nuestra cultura una mentalidad que imagina a la persona como una computadora atrapada en una masa biológica.

Que lleva a que la eliminación de restos orgánicos se convierta en una consideración puramente utilitaria y pragmática, para que la huella de carbono más pequeña.

No es accidental que la cremación esté superando a la sepultura en popularidad, incluso entre los católicos.

De hecho, el último desarrollo en servicios funerarios parece ser la «cremación sin llama«, una especie de disolución química de los tejidos blandos del cuerpo (es decir, todo menos hueso) en un líquido.

Cuyos defensores incluso dicen que constituye un fertilizante eco-amigable.

La cremación, «sin llama» se promueve por ser más barata, respetuosa con el medio ambiente y preservar la tierra valiosa.

Entonces, ¿por qué ir a visitar un cementerio?, en especial en noviembre.

Además de la belleza y la paz, el significado sacramental, eclesiológico y el testimonio que el cementerio (y nuestra presencia) le da a la dignidad del cuerpo, recuerda que hay una razón valiosa: puedes hacer algo de valor eterno para los fieles difuntos al obtener una indulgencia para ellos.

Y considera también que es una oportunidad de tener buenos amigos en lugares altos.

Es así que la Iglesia ofrece una indulgencia para una visita al cementerio, que está disponible como una indulgencia parcial durante todo el año, pero que del 1 de noviembre hasta el 8 de noviembre es plenaria, aplicable solo a las almas del Purgatorio.

Una indulgencia plenaria, remite todo castigo debido al pecado.

Lo que significa que al cumplir los requisitos de la indulgencia, puedes obtener la entrada al Cielo de un alma que actualmente está sufriendo en el Purgatorio.

Para la mayoría de nosotros, la indulgencia en la visita al cementerio lleva solo unos pocos minutos, y sin embargo cosecha un inmenso beneficio espiritual para las Santas Almas en el Purgatorio.

Y el beneficio para nosotros también en inmenso, ya que esas almas cuyo pasaje al Cielo facilitamos, rezarán por nosotros cuando entren al Cielo.

 

¿QUÉ DEBES HACER PARA OBTENER LA INDULGENCIA?

Para obtener la indulgencia plenaria del 1 de noviembre al 8 de noviembre, debemos recibir la Comunión, la Confesión sacramental (y no tener apego al pecado, incluso venial) y visitar un cementerio.

En otros días, la indulgencia es parcial.

La comunión debe recibirse cada día que deseamos obtener la indulgencia, pero solo debemos confesarnos una vez durante el período.

Y como con todas las indulgencias plenarias, debemos orar por las intenciones del Santo Padre (un Padre Nuestro y un Ave María) cada día que realizamos la indulgencia.

Recuerda que la indulgencia es aplicable solo a las Almas en el Purgatorio y se concede a los fieles, que devotamente visitan un cementerio y oren por los difuntos, aunque solo sea mentalmente

Aquí hay oraciones por los difuntos que puedes usar.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Cómo Ayudar a las Benditas Almas del Purgatorio

Gracias a la Misericordia de Dios existe el Purgatorio.

El alma del purgatorio sabe que pronto va a estar con Dios.

Y que depende de lo que los vivos hagamos por ellos para acortar ese lapso.  

Es una artículo práctico sobre lo que hay que hacer para ayudar a las pobres almas confinadas en el purgatorio.
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Incluímos un reportaje a Susan Tassone, uno de las mayores expertos en el tema.

 

PARA QUE HEMOS VIVIDO

En el momento del nacimiento, el niño es un misterio del futuro.

Con el tiempo, con los eventos y las gracias dadas a él entre el momento del nacimiento y el momento de la muerte, cada ser humano toma decisiones, avanzando hacia Dios o alejándose de él.

purgatorio

En el momento de la muerte, ha vivido en uno de estos dos modelos:
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– o bien, con su mente en Dios y motivado por el amor de Dios, para hacer la voluntad de Dios,
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– o con la mente puesta en sí mismo u otra cosa en lugar de Dios, viviendo su vida entera para hacer su propia voluntad.

En la muerte, la voluntad de una persona estará fija, ya sea en sí misma o en Dios.

Si está en estado de gracia, es que está dirigida por Dios.

Si está en estado de pecado mortal sin arrepentimiento, entonces él ha rechazado a Dios, creó su propia voluntad en oposición a la Voluntad Divina; la consecuencia de sus decisiones son una vida futura negativa.

Incluso en el estado de gracia y, por lo tanto, siendo un amigo de Dios, una persona puede no haber logrado un amor total a Dios, ni la completa unión con su voluntad.

Esta imperfección y fuera de orden deben ser consumida y purgada para que el alma pueda estar totalmente lista para la fiesta de bodas del Cielo.

Este lugar de purgación se llama «Purgatorio».

Aunque no es el infierno, tiene algunos de los dolores intensos asociados con los sufrimientos del infierno.
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Y si bien no es el cielo, tiene algunas alegrías intensas del Cielo
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Santa Catalina de Génova, una «especialista» en la doctrina del Purgatorio, puso énfasis en la alegría del Purgatorio.
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Fuera de los Cielos, el estado más feliz en la creación es la del Purgatorio.

2 nivel del purgatorio

 

¿QUE ES ENTONCES EL PURGATORIO? 

El purgatorio es el acompañamiento del amor de Dios en acción por las almas de los difuntos que aún no son totalmente santos.

Estos son los amigos de Dios, que murieron no en el estado de gracia santificante, pero participan de su vida divina, al menos en expectativa.

Tienen derecho al cielo, pero todavía no están preparados para la plenitud de lo que Él ha prometido.
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Deben ser preparados por la expiación que se someten en el purgatorio.
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Es un momento para pagar una deuda, pero no degradante o vergonzosa.
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Es un estado de maduración y crecimiento perfecto en el amor.

En el momento en que el alma pasa a la eternidad, el tiempo deja de existir para ella. 

En el Purgatorio, el alma progresa hacia la pureza y la santidad.

Dios está obrando en el alma, y el alma se retrasa en la entrada en la felicidad sin fin del Cielo.

Este proceso no se mide en nuestros días o años.

El Concilio de Trento declaró que el purgatorio existe, y algunas almas están detenidas allí.

Estas almas pueden ser ayudadas por las oraciones y limosnas de los fieles y especialmente por el Santo Sacrificio de la Misa.

El cristiano en el momento de la muerte, por su propia disposición, debe ser capaz de decir:

«Padre mío, lo que me merezco por mis pecados y mis fracasos, en tus manos amorosas cedo mi alma.»

¡Dios es Amor! ¿Su obra de purificación en un alma puede producir cualquier otra condición que no sea el amor?

Para el alma en estado de purificación, el mundo se queda atrás.
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Las demandas del cuerpo y sus sentidos desaparecen completamente.
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El alma es libre, por primera vez, para ver las realidades espirituales en la forma en que los ángeles lo perciben.

El cielo está asegurado.

Inundada con iluminación divina del alma con el aprecio y el deseo de Dios.

Ve que las satisfacciones superficiales, debilidades y egoísmos se interpusieron entre Dios y ella misma, y entiende que su satisfacción debe ser realizada.

En el Purgatorio, el alma es consciente de estar deprivada de Dios. 

Ha visto la belleza absoluta y el amor de Dios.

Su bondad, santidad, amor y sabiduría ha ajustado el alma inflamándola de adoración, gratitud y amor. 

Esto es lo que penetra las almas en el Purgatorio.

Nada les distrae de su atención a Él.

El purgatorio conlleva un estado de sufrimiento, pero el sufrimiento no es sombrío.
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El sufrimiento es intenso, pero se lleva con alegría.

El dolor del purgatorio purifica y prepara el alma para la alegría eterna.

Esta alegría se lleva a través de su sufrimiento.

El egocentrismo y el egoísmo son eliminados para que las almas en el Purgatorio se conviertan en lo que Dios quiso que fueran en la tierra: Santos completamente enamorados de Él.

Ellos de ninguna manera pueden acelerar la curación del «fuego» del purgatorio.

Su pasividad absoluta es probablemente la razón por la que son llamados las «pobres almas».

islas del purgatorio fondo

 

SE LES PUEDE AYUDAR

Ellas pueden ser ayudadas por nuestras oraciones, limosnas y el Santo Sacrificio de la Misa.

No pueden recibir los sacramentos o actos de mortificación ofrecidos en expiación por sus pecados.

Pero nosotros podemos ayudar de la mejor manera de agradar a Cristo que viene en ayuda de los más pobres entre los pobres: las almas indefensas del Purgatorio.

Recordemos, también, que al ayudar a ellas, somos testigos de la misericordia de Dios y su poder, y contribuimos a su gloria por toda la eternidad.

Hay algunos que tienen un derecho especial a la caridad: padres, hermanos, hermanas, maestros y los sacerdotes que nos trajeron los Sacramentos.

Tal vez, hay miles de personas en el Purgatorio que han ganado gracias especiales para nosotros, no lo sabemos.

Como podría ser una anciana que sufrió y soportó con paciencia el dolor por algún pobre pecador que sólo Dios conoce.

Somos todos ramas de la vid de Cristo, y podemos ayudarnos unos a otros a través de la canalización de la vida de la Vid en su conjunto.

La oración más corta, el más pequeño acto hecho por el amor de Dios puede convertirse en una palanca en el cielo por las almas del Purgatorio.

El Santo Sacrificio de la Misa celebrado por las almas del Purgatorio, gana los méritos infinitos de Cristo, que se abren como una compuerta para lavar las almas de los vivos y los muertos.
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Las almas del Purgatorio no pueden ahora unirse a Él en la Santa Comunión.
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Pero pueden participar en las gracias que fluyen de la celebración de la Misa.
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Sobre todo si los llevamos allí, en espíritu, por las intenciones de nuestra misa.

Las misas gregorianas son uno de los medios más eficaces de ayudar a un alma del Purgatorio.

Estas son 30 misas ofrecidas por el alma de un difunto especificado, durante el período de 30 días consecutivos.

San Gregorio Magno
San Gregorio Magno

La costumbre se originó con San Gregorio Magno.

No estamos justificados para considerar las misas gregorianas como un medio infalible para liberar a un alma del purgatorio, porque la aplicación del fruto de las misas depende de la Santa Voluntad de Dios.

Así, más de una serie de misas gregorianas se puede ofrecer para la misma alma.

El Vía Crucis, hecho en oración, es muy indulgenciado y de gran eficacia para las almas del Purgatorio.

El Santo Rosario recuerda los acontecimientos de la redención, que nos llevan desde el primer Misterio Gozoso al último Misterio Glorioso en la medida que meditamos las grandes doctrinas de la Iglesia.

Lo mejor es utilizar un rosario que tenga las bendiciones para obtener las mayores indulgencias por las pobres almas.

La limosna es otra forma de caridad corporal, que es eficaz y agradable a Dios.

Los pobres de hoy y los sufrientes son grandes en número y debemos dar gracias a Dios que podemos acudir en su ayuda. 

Cuando esto se hace por el amor de Dios, podemos ofrecer un valor expiatorio de estos actos a Dios en nombre de las almas de los difuntos.

La toma de agua bendita y rociarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno con ella, esparce sus bendiciones sobre los objetos que están presentes.

Por lo tanto, el uso regular y seguro de agua bendita es atendido con grandes beneficios para la vida y trae consuelo al alma del difunto si se hace en su nombre.

El ofrecimiento de oraciones con indulgencias es beneficioso para las Almas del Purgatorio.

A cada una de ellas se le da una ganancia de indulgencia de tantos días en la Raccolta.

Esto no quiere decir que 300 días van a ser restados de su deuda, sino que es nuestro aporte sobre los méritos de Cristo y de los santos para la realización de una penitencia llevada a cabo durante 300 días en nombre de la pobre alma.

¡No hay tiempo más allá de la muerte!

Dios nunca se deja ganar en generosidad y es seguro moverse por cualquier y todos los actos de fe y de caridad hechos en nombre de los más pobres de los pobres, las benditas almas del Purgatorio.

«Divino Corazón de Jesús, convierte a los pecadores, sálvalos de la muerte, entrega a las Santas Almas del Purgatorio». (300 días de Indulgencia)

almas del purgatorio

 

ENTREVISTA A UNA EXPERTA SOBRE EL PURGATORIO

Susan Tassone es uno de los mayores expertos sobre las almas del purgatorio.
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Habla sobre lo que debemos hacer por los difuntos para librarlos rápidamente del Purgatorio.

Estas acciones son también en nuestro beneficio, porque esas almas agradecidas oran para que nosotros lleguemos los mejor posible a esa instancia o podamos esquivarla.

Susan Tassone ha escrito seis libros sobre el tema, entre ellos uno escrito en colaboración con el Padre Benedict Groeschel de los Hermanos Franciscanos de la Renovación.

 

¿Cuál es la mejor devoción para ayudar a las almas del purgatorio?

El santo sacrificio de la Misa es la principal fuente de devoción por las benditas almas.

Por lo tanto, el medio más poderoso para aliviar o liberar un alma del purgatorio es a través del Santo Sacrificio de la Misa. Usted encontrará que en el Catecismo se dice en 1032:

«Desde el principio, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, sobre todo, el sacrificio eucarístico, para que así purificadas, puedan alcanzar la visión beatífica de Dios.»

En “Rezando con los Santos por las Santas Almas del Purgatorio”, tengo escritos del Papa Benedicto XVI que apuntan a tener misas por las almas del purgatorio. [Sacramentum Caritatis]

Después de la misa, la siguiente más poderosa forma para ayudar a las almas es el Rosario, la oración mariana más poderosa del mundo, -en sus apariciones aprobadas, María pide rezar el Rosario por la paz en el mundo, en vuestros corazones, en su familia.

Y las Estaciones de la Cruz, porque son indulgenciadas.

Usted tiene que estar en estado de gracia para ayudar a las almas del purgatorio.

Cuando oramos por las almas, tenemos que recordar que les estamos dando el paraíso, el rostro de Dios, cuando nosotros les consigamos que salgan pronto del purgatorio.

Nuestras oraciones están acortando este horrible sufrimiento de estar sin Dios.
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Luego ellas nos muestran su gratitud en la misma proporción a su alegría.

almas saliendo del purgatorio

 

Ud. recomienda las misas gregorianas ofrecidas por las almas. ¿Qué son, cómo llegaron, y por qué son importantes?

Las Misas gregorianas son absolutamente la mejor manera de ayudar a las almas del purgatorio. El fondo detrás de ellas es una historia fascinante.

El Papa San Gregorio era un hombre enfermo y había un médico que cuidó de él durante toda su vida.

El médico, llamado «Justus», también era un monje benedictino en Roma, donde la Iglesia de San Gregorio permanece hoy en día.

Cuando Justus se estaba muriendo, San Gregorio, dijo al hermano de sangre de Justus que se hiciera cargo de él, porque él también era médico.

Mientras se hacían los preparativos, el hermano encontró tres monedas de oro en la celda de Justus.

Los Benedictinos tomaban votos de pobreza, castidad y obediencia.

El hermano se lo dijo a los monjes, y le dijeron a San Gregorio.

Él estaba muy molesto porque esperaba que los monjes tomaran en serio el voto.

Porque Justus violó el voto de pobreza, Gregorio no permitiría que ninguno de los monjes lo visitara durante su última enfermedad, lo consolara o rezara con él.

Justus fue aplastado. Lloró y se arrepintió de mantener las monedas.

Justus murió. Y Gregorio sabía que estaba en el purgatorio.

Ordenó 30 misas por el alma del Justus. ¿Por qué 30? ¿Por qué no 40 o 50 misas?

La razón es que Gregorio estaba trayendo de vuelta la tradición del Antiguo Testamento de Israel que hacía duelo por los muertos de 30 días, como a Moisés y a Aarón.

Después de las 30 misas Justus apareció a su hermano de sangre y dijo que fue liberado del purgatorio.
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El hermano no tenía idea que se habían hecho misas por Justus.

Corrió hacia el monasterio y le dijo a los monjes, que le dijeran a San Gregorio, que ya sabía, que él había tenido una revelación privada que Justus fue liberado del purgatorio.

Se corrió la voz por toda Roma. La gente vino al monasterio a realizar misas por sus seres queridos.

A continuación, los sacerdotes de Francia y España, y los sacerdotes de todas partes vinieron a Roma para ofrecer misas en el altar a sus seres queridos.

Ese altar todavía existe hoy en día en la Iglesia de los Santos Andrés y Gregorio, en Roma. Estas primeras misas gregorianas fueron ofrecidas en este altar.

El altar tiene tres paneles, en los relieves grabados en América, diciendo San Gregorio liberó el alma de este monje por 30 misas.

El panel del medio muestra a nuestro sufriente Señor apareciéndose a Gregorio en el altar.

El tercer panel, dice, en latín, que San Gregorio está ofreciendo misas en este lugar para liberar las almas del purgatorio.

Es sorprendente y hermosa.

susan tassone
Susan Tassone

 

¿Hay garantía que un alma consiga la liberación luego de las 30 misas?

Aunque la práctica es aprobada por la Iglesia, no hay garantía oficial. Sin embargo, es una costumbre que acentúa el poder de la Santa Misa

 

Una parroquia normalmente no será capaz de ofrecer 30 misas consecutivas a la misma alma. ¿Dónde podemos obtener las misas gregorianas, dijo?

Se puede ver en mi sitio web, SusanTassone.com. [La respuesta de Susan Tassone en su sitio web es que las misas se pueden pedir a las “Misiones”, que cobran por este servicio alrededor de U$S 150 por la serie de 30 misas consecutivas]

 

¿Por qué necesitamos recordatorios constantes para tener Misas por los difuntos y ofrecer plegarias por ellos? ¿Por qué orar por las almas santas?

Porque la justicia de Dios demanda expiación de sus pecados.

Cristo le dijo a Santa Faustina que su misericordia no desea enviar un alma al purgatorio, pero su justicia exige ello (Diario, 1226, 20).

Él pone en nuestras manos los medios para ayudarlos.
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Somos su único recurso.
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Tenemos la obligación de orar por nuestros seres queridos.

 

¿Podemos decir que uno va directamente al cielo? ¿Podemos decir que el alma era totalmente pura y santa, y en consonancia con la voluntad de Dios como para ir al cielo de una vez?

No sabemos cuál es el estado del alma en la hora de la muerte, y nosotros tendemos a canonizar a todo el mundo.
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Sólo Dios conoce el estado del alma, si es que está totalmente de acuerdo con su voluntad.
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Él es todo-santo, majestuoso y puro.

Pero se nos ha dado este gran poder y el privilegio de liberar a las almas del purgatorio.

Sólo somos los liberadores.

Cristo se dirige a la Iglesia militante. El Cielo nos alienta.

Por alguna razón, se nos ha dado este gran honor y privilegio. Somos responsables de orar por nuestros muertos.

misa por las almas del purgatorio

 

¿Pero qué sucede si el alma llega al cielo y Ud. sigue ofreciendo misas y oraciones?

La respuesta común es que Dios aplicará las misas a otras almas en el purgatorio o para los más necesitados o para las almas de su familia.

Pero hay más: si el alma está ya en el cielo, y Ud. sigue ofreciendo misas por él y sigue orando por él, lo que consigue es lo que Santo Tomás de Aquino dice – «la gloria accidental.»

El alma recibe un aumento de su intimidad con Dios y un aumento de su poder de intercesión.

Así que la lección es la siguiente:
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Nunca deje de orar por sus muertos, no importa el tiempo que hayan partido. Ud. continúe empujándolo más arriba.

Las oraciones no se pierden. Dios nunca se deja ganar en generosidad.

 

¿Por qué a menudo señala la importancia de ofrecer misas mientras la persona está viva, incluso misas por uno mismo?

Le pregunté al Padre Edward McNamara, conocido profesor de liturgia en el Regina Apostolorum en Roma acerca de eso.

Hay tres razones principales por las que las misas se deben ofrecer a sus seres queridos en vida.

En primer lugar, es un don infinito. Ello nunca para de darse.

Una persona que vive todavía es capaz de crecer en la gracia santificante, por lo que el efecto de esta increíble gracia es que puede recibirlas para ser más semejante a Cristo.

Hay que responder. Cuando tiene misas celebradas por sus seres queridos y Ud. ora, ellos responden a la gracia.

En segundo lugar, si esto es ofrecido como intercesión por una persona en estado de pecado mortal actual, es posible la gracia necesaria para la conversión.

En tercer lugar, también consigue la santidad de la gente.

¿A quién echa de menos? ¿Por quién le gustaría haber hecho más?
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¿Quién le ayudó espiritualmente y temporalmente? ¿Quien tuvo un gran impacto en su vida?
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Sus enemigos o aquellos que le hirieron.

Haga misas por ellos. Haga misas por Ud. mismo. La misa sana a los vivos y difuntos. Rece por los vivos ahora, para la eternidad.

El Catecismo dice, en 958, «Nuestra oración por ellos puede no solamente ayudarles, sino también hacer su eficaz intercesión por nosotros.»

Ellos no pueden ayudarse a sí mismos, pero pueden orar por nosotros. Por lo tanto, cuanto más oramos por ellos, más eficaz es su intercesión por nosotros.

 

¿Por qué se les llama pobres almas y almas santas?

Se llaman pobres porque la pobreza es la pérdida de la vista de Dios.
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Se llaman pobres porque ya no pueden hacer méritos, no pueden ayudarse a sí mismos
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Ellos dependen totalmente de nosotros. Somos su único recurso.

No se hace nada solo. La Iglesia militante llega a la Iglesia purgante y se une a la Iglesia Triunfante.

Y se les llama almas santas porque ya no pueden pecar. Ellos saben que serán salvos. Ellos saben que el cielo está esperando por ellos.

dibujo almas del purgatorio

 

¿Cómo podemos evitar el purgatorio?

San Juan de la Cruz dijo: «Dios provee».

Por lo tanto evitar el pecado. Rezar el Rosario. Ir a la confesión mensual. Aceptar las pruebas. Perdonar.

Cuanto más se ora en la tierra – oración constante y ferviente a lo largo de la vida – más cerca estará de salir del purgatorio si Ud. va allí.

 

¿Las almas del purgatorio nos ayudan en este sentido?

Debido a su gran amor por nosotros, no sólo están ansiosos por salir del purgatorio, sino que también están más preocupados por nuestra salvación, sobre todo la salvación de sus seres queridos.

Ellos pueden interceder por nosotros, mientras están el purgatorio.

Sus oraciones nos ayudan a reconocer nuestros pecados y nos ayudan a comprender la malicia de los pecados.

Y por eso nos reprochan a través de las inspiraciones del Espíritu Santo.

Ellos quieren que lleguemos a ser santos y santos aquí.
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Ellos no quieren que vayamos al verdadero purgatorio.

 

¿Tienes algún otro consejo? Tal vez para educar a los niños que parece especialmente apropiado con Halloween y Todos los Santos ahora que el día de Todos los Santos se aproxima?

Orar por los moribundos. Rezar la Coronilla de la Divina Misericordia por ellos.

Su oración puede dar a un alma la gracia del arrepentimiento final. Únete a la Pía Unión de San José por los moribundos.

Del 1 al 8 de noviembre usted puede recibir una indulgencia plenaria al visitar un cementerio en esos días y aplicarlo a un alma del purgatorio.

Recuerde a los niños. Enséñeles el significado del Día de Todos los Santos.

Llévelos a los cementerios. Enséñeles a rociar agua bendita en las tumbas.

Plante la semilla de la reverencia por los muertos, y, a su debido tiempo, esto nos asegura su ayuda.

Tenemos que aprender del purgatorio, evitar el purgatorio y vaciar el purgatorio.

 

EN DEFINITIVA…

La perfección del Cielo es para nosotros un sueño que esperamos algún día ver cumplido.

Claro que para llegar a eso, como en los cuentos infantiles al castillo de la princesa, habrá que cruzar las zarzas espinosas de las tentaciones cotidianas.

Y a medida que nos vayamos acercando, tal vez comenzaremos a divisar el foso profundo de una enfermedad terminal que nos posibilitará, entre sufrimientos, hacer nuestro tránsito al más allá.

Así de simple. Así de difícil. El sufrimiento es el precio del Paraíso. Pero no debemos temer.

Porque, una vez allá, nos enfrentaremos al Amor más puro, a la Virtud más plena, a la Bondad más infinita, que nos interpelará con la dulzura que siempre tuvo para nosotros.

Por contraste con esa blancura indescriptible y deslumbrante, se harán evidentes nuestras carencias, nuestras faltas, nuestras omisiones, las manchas de nuestro vestido, o sea, de nuestra alma.

Jesús está esperándonos, pero nosotros no damos el paso hacia Él.

¿Qué nos detiene? `

Nosotros mismos nos detenemos.

No estamos prontos, no estamos impecables, nos sentimos sucios, deseamos tender nuestros brazos hacia Él y sin embargo, comenzamos a retroceder.

Debemos purificarnos para poder tener el derecho a entrar.

Pero esa visión de la Luz que es Cristo, nos marcará de tal manera que ya empezamos a sufrir por no verla.

Estamos inmersos en un sufrimiento de Amor.

Y es que el Cielo es un lugar de Amor. El más profundo y puro amor.

¿Cómo podría ser diferente? Es la morada del Amor.

Y nada que no sea amor puede entrar en él.

Sabemos que hay personas que entran directamente: aquellas que vivieron haciendo de sus vidas un holocausto de amor hacia sus hermanos por amor a Dios y los que murieron mártires.

Mártir es el que muere amando y perdonando, aquel que tiene grabadas a fuego en su corazón y en su alma las palabras de Jesús: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

El resto de los mortales, tendremos que pasar por el fuego de la purificación, tal como dice Pablo: pues con fuego será revelada; el fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno” (1 Corintios 3: 13)

Y es que el Purgatorio es un fuego de Amor.

Los que tienen la fortuna de entrar en él se saben salvados, pero no pueden aún gozar de la alegría de la presencia de Dios porque aún tienen culpas por saldar.

¿Y cómo puede ser esto? podrán preguntarse algunos.

Si yo me arrepentí de mis pecados y los confesé al sacerdote, ¿cómo es que debo ser purificado aún?

Para explicarlo de forma sencilla, es como si un hombre que robó algo se arrepiente y va a confesarlo al sacerdote.

Está verdaderamente arrepentido, pero el sacerdote para poder absolverlo, le exige que restituya a su dueño lo robado.

Ese es el fin del Purgatorio, hacer que purguemos nuestras faltas confesadas y aun no satisfechas.

Debemos restituir al Señor todos aquellos “retaceos” en los actos realizados.

Todo el amor que no le hemos entregado.

Las mezquindades, los egoísmos, las impurezas, todo eso debe ser quemado en el crisol del Purgatorio, para que el alma pueda volar, libre y feliz, a los brazos del buen Dios que la espera con los brazos abiertos.

Pero eso no es inmediato.

El alma debe permanecer algún tiempo en el Purgatorio, sin embargo, la bondad de Dios es tan inmensa, que aceptará que nuestros ruegos y súplicas desde la Tierra puedan acortar ese tiempo de purificación.

Es como hacer un canje: las Eucaristías, los sacrificios, oraciones y penitencias de los que vivimos aquí, son tomados como rescate para librar a los que están allá.

Y los que están allá, que no pueden rezar por ellos mismos, agradecerán con muchas oraciones nuestra solicitud posteriormente.

Esa es la Comunión de los Santos que tanto ama y honra la iglesia de Cristo.

Fuentes:



María de los Ángeles Pizzorno de Uruguay, Escritora, Catequista, Ex Secretaria retirada

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