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Las Revelaciones de Jesús a Santa Brígida sobre el Juicio que Hará a cada Persona

Por el siglo XIV Santa Brígida recibió de Jesús la revelación de cuál será el destino eterno de cada persona.

Para la mayoría de las personas esto sucederá durante el Juicio Particular cuando mueran.

Santa brígida y jesús

Allí la persona verá el estado de  su alma tal como Él la ve.

Y ella misma sabrá donde deberá pasar la vida eterna sin que sea una imposición.

Por lo tanto estas revelaciones a santa Brígida son útiles para cuando tengamos que enfrentarnos a Él en el Juicio Particular.

Pero más importantes aún es su función previa, porque nos permitirá obrar para corregir nuestro destino.

¿Cómo entender el juicio final y el particular?

Jesucristo regresará por segunda vez a la Tierra para hacer el juicio final a cada una de las personas que ha pasado por ella.

Y a partir de ahí se renovará toda la creación.

Pero quienes mueran antes de ese momento, que seguramente son la mayoría de quienes han pasado por la Tierra, recibirán un juicio particular.

Cuando la persona muere es juzgada si es digna de vivir la vida eterna en el cielo o si se condenará eternamente.

En 1 Corintios 3 San Pablo dice que cada uno recibirá su paga de acuerdo con sus obras.

A su vez, entre quienes se encuentren dignos de la vida eterna en el cielo, habrá quienes deberán requerir una purificación en el purgatorio para perfeccionarse en santidad.

La decisión tomada en el juicio particular será mantenida en el juicio final, cuando se unan de nuevo las almas con los cuerpos.

En el Credo que recitamos en misa dice que Jesús vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.

Cuando se refiere a los vivos es a los que están viviendo en ese momento histórico y cuando se refiere a los muertos es a quienes ya pasaron por el juicio particular.

En el catecismo de la Iglesia Católica en los párrafos 1038-1041 se habla del juicio general o final.

Y dice que allí Jesús separará las ovejas de las cabras, como se expresa en Mateo 25.

También se revelarán las consecuencias lejanas del bien que una persona ha hecho o ha dejado de hacer.

Y conoceremos el significado último de la obra de creación y de cómo actúa la Providencia en general y en nuestras vidas.

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QUIÉN FUE SANTA BRÍGIDA DE SUECIA

Brígida Birgersdotter (1303-1373), conocida como Santa Brígida de Suecia, fue una mística, escritora y teóloga sueca a la que Juan Pablo II proclamó Patrona de Europa.

Hija de un gobernador y de la hija de otro gobernador, Brígida formaba parte de la clase alta de Suecia.

Sin embargo, a los siete años tuvo una visión de María Santísima y a los diez soñó con Jesús sangrante.
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Y a partir de ese momento se convirtió en devota de la Pasión de Nuestro Señor.

Casada a los catorce años, tuvo 28 años de felicidad con su esposo, interrumpidos cuando ambos decidieron dedicarse a la vida consagrada.

Llamada a la Corte, como dama de compañía de la reina, Brígida intentó por todos los medios enderezar a un rey débil y vicioso, así como a su esposa, la Reina.

Ambos la escuchaban ocasionalmente, volviendo a caer en sus faltas.

Su vida estuvo signada por visiones, milagros, peregrinaciones y un gran compromiso con los pobres y los incrédulos.

No la asustaban ni la peste ni las burlas a sus sueños y visiones.

Fue la fundadora de la Orden del Santísimo Corazón.

Murió en el año 1373, a los 70 años, en Roma, Italia.

santa_brigida

   

LAS VISIONES DE SANTA BRÍGIDA

Estamos frente a una persona cuyas visiones eran realmente significativas para la época.

Eran tan populares que se las discutieron en tres Concilios (de Constanza, de Basilea y Quinto de Letrán)

El libro de sus revelaciones fue publicado por primera vez en 1492.

Por orden del Concilio de Basilea, Juan de Torquemada, quien fue más tarde cardenal, examinó el libro de las revelaciones de la santa y declaró que podía ser muy útil para la instrucción de los fieles.
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Las clasificó de tres tipos: corporales, espirituales e intelectuales.

Acerca de sus visiones, el Papa Benedicto XIV dijo:

«Aunque muchas de esas revelaciones han sido aprobadas, no se les debe el asentimiento de fe divina.

El crédito que merecen es puramente humano, sujeto al juicio de la prudencia, que es la que debe dictarnos el grado de probabilidad de que gozan para que creamos píamente en ellas.»

Su canonización fue confirmada en 1415 en el concilio de Constanza por el antipapa Juan XXIII.

Sin embargo los reyes de Suecia querían una canonización legítima y obtuvieron en 1419 la confirmación por el papa Martín V, Sumo Pontífice de toda la cristiandad.

En el año 2000 el papa Juan Pablo II la designó Patrona de Europa.

   

REVELACIONES SOBRE EL JUICIO DE JESUCRISTO

En su libro de las revelaciones, Libro 1, capítulo 41, Santa Brígida habla sobre las revelaciones que le hizo Jesús sobre el destino de 5 hombres que representan a toda la humanidad.

Estas revelaciones a Santa Brígida, efectuadas delante de toda la Corte Celestial, tienen todas las características de un juicio.

En estos cinco hombres, Él resumirá todas las miserias o riquezas de la humanidad en su conjunto.

Las revelaciones tienen una coincidencia sorprendente con lo que puede suceder a cada uno de nosotros durante el Gran Aviso y en el momento del Juicio Particular en nuestra muerte.

Los cinco tipos de hombre sobre los que Jesús revela su juicio son:

El primer hombre representa a la cabeza de la Iglesia y sus sacerdotes;
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El segundo, a los laicos corruptos;
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El tercero a los judíos;
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El cuarto a los paganos;
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Y el quinto a mis amigos (los amigos de Jesús).

Primer hombre - la Cabeza de la Iglesia
Primer hombre – la Cabeza de la Iglesia

   

EL PRIMER HOMBRE: LA CABEZA DE LA IGLESIA

Jesús es muy duro con este Papa, que no sabemos quién es aunque podríamos pensar que es el Falso Profeta anunciado en el Apocalipsis.

Recuerda que esto fue escrito por el siglo XIV.

Jesús le revela a Santa Brígida:

Ahora declaro mi disgusto contigo, cabeza de mi Iglesia, tú que te sientas en mi asiento.

Les concedí este asiento a Pedro y a sus sucesores para que se sentaran con una triple dignidad y autoridad:

Primero, para que pudieran tener el poder de atar y desatar a las almas del pecado;

Segundo, para que pudieran abrirle el Cielo a los penitentes;

Tercero, para que cerraran el Cielo a los condenados y a aquellos que me desprecian.

Pero tú, que deberías estar absolviendo almas y presentándomelas, eres realmente un asesino de almas.

Designé a Pedro como el pastor y el sirviente de mis ovejas, pero tú las disipas y las hieres, eres peor que Lucifer.

Él [Lucifer] tenía envidia de mí y no persiguió matar a nadie más que a mí, de forma que pudiera él gobernar en mi lugar.

Pero tú eres lo peor en que, no sólo me matas al apartarme de ti por tu mal trabajo sino que, también, matas a las almas debido a tu mal ejemplo.

Yo redimí almas con mi sangre y te las encomendé como a un amigo fiable. Pero tú se las devuelves al enemigo del que yo las redimí. Eres más injusto que Pilatos.

Este Papa, al que Jesús le dice “peor que Lucifer, más injusto que Pilatos” posiblemente que causará la Abominación de la Desolación profetizada por Daniel.

Aclara el Señor que Pilatos sólo lo condenó a muerte:

Pero tú no sólo me condenas como si yo fuese un pobre hombre indigno, sino que también condenas a las almas de mis elegidos y dejas libres a los culpables.

Mereces menos misericordia que Judas.

El juicio continúa y Jesús nos recuerda sus críticas enfrentando a los fariseos y doctores de la ley:

Judas tan solo me vendió. Pero tú, no solo me vendes a mí, sino que también vendes a las almas de mis elegidos en base a tu propio provecho y vana reputación.

Tú eres más abominable que los judíos.

Ellos tan sólo crucificaron mi cuerpo, pero tú crucificaste y castigaste a las almas de mis elegidos para quienes tu maldad y transgresión son más afiladas que una espada.

La actitud de Jesús es la de un justiciero que, según recitamos en el Credo “vendrá a juzgar a vivos y muertos” y a “separar el trigo de la cizaña”.

Así, puesto que eres como Lucifer, más injusto que Pilatos, menos digno de misericordia que Judas y más abominable que los judíos, mi enfado contigo está justificado.

Segundo hombre - el Laico apóstata
Segundo hombre – el Laico apóstata

   

EL SEGUNDO HOMBRE: EL LAICO APÓSTATA

El Señor dijo al segundo hombre, es decir, al que representa a los laicos:

Yo creé todas las cosas para tu uso. Tú me diste tu consentimiento a mí y Yo a ti. Tú me prometiste tu fe y me juraste que me servirías.

Ahora, sin embargo, te has apartado de mí como alguien que no conoce a Dios.

Esto está reflejando la pérdida de fe dentro de la Iglesia.

Se parece mucho a nuestra época, en la cual los hombres han dado rienda suelta a sus instintos y desechan todo lo que le es molesto, para eliminar los obstáculos a una vida fácil y placentera.

Te refieres a mis palabras como mentiras y a mis trabajos como carentes de sentido.

Tú dices que mi voluntad y mis mandamientos son muy duros.

Has violado la fe que prometiste. Has roto tu juramento y has abandonado mi Nombre.

También esto se nos hace muy familiar, cuando se reclama una modernización de la Iglesia y Su doctrina, para “adecuarla a los tiempos que corren”.

El Juicio continúa:

Te has disociado a ti mismo de la compañía de mis santos y te has integrado en la compañía de los demonios, haciéndote socio suyo.

no crees que ninguno merezca alabanza y honor salvo tú mismo.

Esto nos recuerda a los mensajes de la Nueva Era que endiosan al hombre llamando a que cada uno puede ser Dios.

Y la ciencia sobrepasando límites naturales está jugando a ser Dios modificando los eslabones elementales de la vida.

Pero además la vida contemporánea transcurre en la búsqueda del placer y en el alejamiento de cualquier sufrimiento, endiosando al hedonismo.

Consideras difícil todo lo que tiene que ver conmigo y lo que estás obligado a hacer por mí, mientras que las cosas que te gusta hacer son fáciles para ti.

La tibieza espiritual hace pesadas las cargas que con oración y vida sacramental serían soportables.

Esta revelación de Jesús pone el acento en lo que él ya nos ha dicho que todos tenemos que llevar nuestra Cruz.

La humanidad hoy va camino a enfrentarse a un juicio duro, según leemos las revelaciones de Jesús a Santa Brígida.

Y llega a su fin el juicio a los laicos que lo olvidaron:

Es por esto que mi enfado contigo está justificado, porque tú has quebrado la fe que me prometiste en el bautismo y en adelante.

Encima, me acusas de mentir sobre el amor que te he mostrado de palabra y de hecho. Dices que yo era un loco por sufrir.

Tercer hombre - el Judio
Tercer hombre – el Judío

   

EL TERCER HOMBRE: LOS JUDÍOS

Acá Jesús se duele de todo lo que entregó al pueblo de Israel, su pueblo elegido, que habiéndolo negado, aún espera el Mesías.

Yo comencé mi amoroso idilio contigo. Te elegí como mi pueblo, te libré de la esclavitud, te di Mi Ley, te conduje hasta la Tierra que les había prometido a tus padres y te envié profetas que te consolaran.

Después, elegí una Virgen de entre vosotros y tomé de ella naturaleza humana.

Mi disgusto contigo es que aún rehúsas creer en mí, diciendo: “Cristo no ha venido todavía sino que tiene que venir”.

Estas palabras tienen una increíble actualidad hoy cuando los Judíos piensan que en este año o el que viene llegará su Mesías y están haciendo los planes para reconstruir el Templo.

Pero sin embargo aparece en las revelaciones a Santa Brígida, como una brisa refrescante, una ráfaga de aire fresco, un oasis en el desierto.

Jesús nos habla, sorprendentemente, de unos judíos especiales.

He hecho una excepción con todos los judíos que son cristianos en secreto y que me sirven en caridad sincera, conforme a la fe y en sus trabajos perfectos en secreto.

No se está refiriendo, indudablemente a los judíos mesiánicos, que confiesan abiertamente su fe en Jesús, la predican y la justifican por medio de las Escrituras.

Sino que nos muestra que Jesús lee en el corazón de cada persona y nos juzgará de acuerdo a eso.

Y por lo visto parece que hay un grupo de judíos, que aún sin confesar públicamente que Jesús es el mesías, creen en él. Notable revelación.

Cuarto Hombre - el Pagano
Cuarto Hombre – el Pagano

  

EL CUARTO HOMBRE: EL PAGANO

Antes de emitir el juicio contra el cuarto hombre, el Señor hace una aclaración:

En relación a ti, pagano, he hecho una excepción con todos aquellos que con gusto caminarían por la senda de mis mandamientos si tan solo supieran cómo, y si fueran instruidos.

Los que tratan de poner en práctica todo lo que pueden y de lo que son capaces.

Éstos, no serán de ninguna manera sentenciados con vosotros.

Este es un caso claro del evangelio que aún no ha llegado a todas las personas.

Hecha esta aclaración, el Señor se dirige a los que no entran en esta excepción:

Yo te creé y te redimí para que fueras cristiano. Hice contigo todo el bien.

Pero tú eres como alguien que está fuera de sus sentidos, porque no sabes lo que haces.

Eres como un ciego, porque no sabes hacia dónde te diriges.

Adoras a las criaturas en lugar de al Creador, a la falsedad en lugar de a la verdad.

Te arrodillas ante las cosas que son inferiores a ti. Esta es la causa de mi disgusto en relación a ti.

Todos lo conocemos. Personas que quieren más a su perro que a sus hermanos.

Otros que integran organizaciones ecológicas pero no le conceden a Dios el crédito por haber creado esas mismas criaturas que dicen defender.

Observamos en exposiciones animales lustrosos, cuidados por peones mal vestidos. El caballo de carreras tiene instalaciones que desearían tener muchos niños.

Vemos en algunas agrupaciones telúricas una adoración a la Pachamama, la Madre Tierra, como si fuera un ídolo, en lugar de colocarla en su justo lugar de criatura de Dios y adorar al Creador.

Muchos adoran a las estrellas, basando su vida y sus decisiones en las predicciones de cartas astrales u horóscopos.

Quinto hombre - el amigo de Cristo
Quinto hombre – el amigo de Cristo

  

EL QUINTO HOMBRE: LOS AMIGOS DE JESÚS

Al quinto hombre le dijo: “¡Acércate más, amigo!” Y se dirigió directamente a la Corte Celestial:

Queridos amigos, este amigo mío representa a mis muchos amigos.

Él es como un hombre cercado entre los corruptos y mantenido en un duro cautiverio.

Cuando dice la verdad le arrojan piedras en la boca. Cuando hace algo bueno, le clavan una lanza en el pecho.

Los católicos hemos leído y escuchado en Misa, el texto del Evangelio que la Iglesia llama “El juicio de las Naciones”.

En ese pasaje, Jesús es bien claro, con respecto a lo que debe ser un creyente para merecer el “Venid, benditos de Mi Padre, porque tuve sed y me disteis de beber, tuve hambre y me disteis de comer, etc., etc.”

Pero además deja claro que parte de la misión del cristiano pasa por el martirio provocado por la incomprensión.

Pero esto no termina aquí. A partir de ahora, Jesús invita a participar a la Corte Celestial en el juicio.

Y así vemos figuras bíblicas que intervienen, diciendo su parecer sobre lo que Él ha demostrado.

iluminacion de santa brigida

  

EL JUICIO DE LA CORTE CELESTIAL

¡Ay, mis amigos y santos! ¿Cómo puedo soportar a esas personas y cuánto tiempo me mantendré con semejante desprecio?

San Juan Bautista respondió:

Eres como un espejo inmaculado. Vemos y sabemos todas las cosas en ti como en un espejo, sin necesidad de palabras.

Eres la dulzura incomparable en la que saboreamos todo lo bueno. Eres como la más afilada de las espadas y un Juez justo.

A estas palabras, el Señor respondió:

Amigo mío, lo que has dicho es cierto. Mis elegidos ven toda la bondad y justicia en mí. Aún los espíritus diabólicos lo hacen.

Yo soy como una espada que corta en dos. Le doy a cada persona lo que él o ella merecen.

Aquí, Santa Brígida vio al Señor dirigirse a Pedro:

Entonces, el Señor agregó, hablando al Bienaventurado Pedro: Tú eres el fundador de la fe y de mi Iglesia. Mientras lo escucha mi Ejército, ¡declara la sentencia de estos cinco hombres!

santa brigida recibiendo las reglas de su orden fondo

  

LA RESPUESTA DE PEDRO Y LA 1ª SENTENCIA

Entonces, dijo Pedro:

¡Gloria y honor para Ti, Señor, por el amor que has demostrado a la tierra! ¡Que toda tu Corte te bendiga, porque Tú nos haces ver y saber en Ti todo lo que es y lo que será! Vemos y sabemos todo en Ti.

   

LA SENTENCIA A LA CABEZA DE LA IGLESIA

Es verdaderamente justo que el primer hombre, el que se sienta en tu asiento mientras que realiza los hechos de Lucifer, vergonzosamente deba renunciar a ese asiento en el que presumió sentarse y compartir el castigo de Lucifer.

  

LA SENTENCIA AL LAICO APÓSTATA

Pedro continuó:

La sentencia del segundo hombre es que aquél que haya abandonado la fe debe descender al infierno con la cabeza abajo y los pies arriba, por haberte despreciado a Ti, que deberías ser su cabeza y por haberse amado a sí mismo.

  

LA SENTENCIA AL JUDÍO

La sentencia del tercero es que no verá Tu rostro y será condenado por su perversidad y avaricia, puesto que los que no creen no merecen contemplar la visión de Ti.

  

LA SENTENCIA AL PAGANO

La sentencia del cuarto es que debería ser encerrado y confinado en la oscuridad, como un hombre fuera de sus sentidos.

  

LA SENTENCIA AL AMIGO DE JESÚS

La sentencia del quinto es que deberá serle enviada ayuda.

Cuando el Señor oyó esto, respondió:

Prometo por Dios, el Padre, cuya voz oyó Juan el Bautista en el Jordán, que haré justicia a éstos cinco.

Santa Brígida de Suecia

  

LOS TERRIBLES CASTIGOS

Después, ante los ojos sin duda asombrados de Santa Brígida, el Señor continuó,

  

Diciendo al primero de los cinco hombres.

La espada de mi severidad atravesará tu cuerpo, entrando desde lo alto de tu cabeza y penetrando tan profunda y firmemente que nunca podrá ser sacada.

Tu asiento se hundirá como una piedra pesada y no cesará hasta que alcance la parte más baja de las profundidades.

Tus dedos, es decir, tus consejeros, arderán en un fuego sulfuroso e inextinguible.

Tus brazos, es decir, tus vicarios, que deberían haber conseguido el beneficio de las almas, pero que en su lugar consiguieron provechos mundanos y honores, serán sentenciados al castigo del que habla David: ‘Que sus hijos queden huérfanos y su mujer viuda, que los extraños le arrebaten su propiedad’.

Explica Jesús aquí los términos que ha pronunciado:

¿Qué significa ‘su mujer’ sino el alma que ha sido separada de la gloria del Cielo y que quedará viuda de Dios?

Sus hijos’, es decir, las virtudes que aparentaron poseer y mi gente sencilla, aquellos que se les sometieron, serán apartados de ellos.

Su rango y propiedad caerá en manos de otros, y ellos heredarán la eterna vergüenza en lugar de su rango privilegiado.

Sus mitras se hundirán en el barro del infierno y ellos mismos nunca se levantarán de él.

Por ello, lo mismo que el honor y el orgullo que alcanzaron sobre otros aquí en la tierra, se hundirán en el infierno tan profundamente, más que los demás, que les será imposible levantarse.

Sus extremidades, o sea, todos los sacerdotes aduladores que les secunden, serán separados de ellos y aislados.

Igual que una pared que se derrumba, en la que no quedará piedra sobre piedra y el cemento ya no se adherirá a las piedras.

La misericordia nunca les llegará, porque mi amor nunca les calentará ni les repondrá en la eterna Mansión Celestial.

En su lugar, despojados de todo bien, serán eternamente atormentados junto a sus líderes.

  

Al segundo hombre, le dijo.

Dado que tú no quieres mantenerte en la fe que me prometiste ni manifestar amor hacia mí, te enviaré un animal que procederá del torrente impetuoso para devorarte.

Y, lo mismo que un torrente siempre corre hacia abajo, así el animal te llevará a las partes más bajas del infierno.

Tan imposible como es para ti viajar corriente arriba contra un torrente impetuoso, igual de difícil será para ti ascender desde el infierno.

  

Al tercer hombre, le dijo.

Ya que tú, judío, no quieres creer que Yo ya he venido, por ello, cuando vuelva para el segundo juicio, no me verás en mi gloria sino en tu conciencia, y comprobarás que todo lo que te dije era verdad.

Entonces ahí quedará que seas castigado como mereces.

  

Al cuarto hombre, le dijo.

Como no te has ocupado de creer ni has querido saber, tu propia oscuridad será tu luz y tu corazón será iluminado para que comprendas que mis juicios son verdaderos pero, sin embargo, tú no alcanzarás la luz.

icono de santa brigida

  

EL JUICIO PARA EL QUINTO HOMBRE, EL AMIGO DE JESÚS

Haré tres cosas por ti, dijo el Señor:

Primero, te llenaré internamente de mi calor.
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Segundo, haré que tu boca sea más fuerte y más firme que cualquier piedra, de modo que las piedras que te arrojen serán rebotadas.
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Tercero, te armaré con mis armas, de forma que ninguna lanza te dañará sino que todo cederá ante ti como la cera frente al fuego.

Por tanto, ¡hazte fuerte y resiste como un hombre!

Como un soldado que, en la guerra, espera la ayuda de su Señor y lucha mientras le quedan fluidos de vida, así también tú, ¡mantente firme y lucha!

El Señor, tu Dios, Aquél a quien nadie puede resistir, te ayudará.

Y, como ustedes son pocos en número, les daré honor y los convertiré en muchos.

Fuentes:



María de los Ángeles Pizzorno de Uruguay, Escritora, Catequista, Ex Secretaria retirada

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Aviso Milagro Castigo Breaking News Movil NOTICIAS Noticias 2019 - enero - junio Religion e ideologías Sobre Dios

¿Los Desastres Naturales son un Aviso o un Castigo de Dios?

En los últimos tiempos ha surgido la idea que Dios nunca castiga.

A pesar que la Biblia está llena de menciones de castigos directos de Dios por los pecados.

Dios no barre las maldades debajo de la alfombra.

Y avisa y disciplina – por los pecados sin arrepentimiento – directa o indirectamente.

El Cardenal mexicano Sandoval Íñiguez ha asegurado recientemente que los terremotos que ha sufrido México son consecuencia del aborto.

Una aseveración políticamente incorrecta, incluso dentro de Iglesia Católica hoy.

A la que el cardenal concluyó luego de las revelaciones del demonio a un poseso, a quien el propio Papa Francisco hizo una imposición de manos en la Plaza san Pedro en Pascua de 2013.

Pero como veremos abajo la cuestión del castigo se relaciona con el sufrimiento humano y es más complejo.

  

¿DIOS NOS CASTIGA CUANDO PECAMOS?

Dios nunca barre el pecado bajo la alfombra ni justifica el pecado.

Pero esto no quiere decir que nos castigue inmediatamente y directamente cuando pecamos.

A veces lo hace y a veces no.

Porque Él es paciente y amable con nosotros.

Y el castigo por el pecado o la disciplina pueden ser las consecuencias naturales de cosechar lo que sembramos.

No hay una regla rápida en la Biblia para saber cuándo Dios castiga el pecado directamente.

Lo cierto es que no lo deja pasar, como alguna corriente teológica dice en los momentos actuales, que Dios es tan bueno que nunca castiga.

Dios no siempre envía prontamente su juicio después que pecamos, pero lo hace en algún momento.

A veces nos permite ver nuestro pecado para arrepentirnos y pedir su perdón (1 Juan: 1-9)

En otros casos nos permite que sigamos ahogándonos en nuestros propios pecados para ver si podemos cambiar.

Y otras veces directamente deja que seamos consumidos por el pecado porque aparentemente nos ha dado todas las oportunidades en la tierra, y ahora queda la oportunidad del minuto final cuando la persona muere.

Sólo Él sabe por qué y cuándo el castigo y la disciplina.

Pero nosotros a veces humanamente vemos que hay malvados que hacen el mal y viven vidas largas.

Y por otro lado hay jóvenes que mueren y han vivido vidas buenas.

Es un misterio porque no sabemos exactamente cómo juzga Dios a la gente y cuándo.

A veces el juicio personal está a la vista de todos y a veces sucede en un plano sobrenatural, que no alcanza la vista de los vivientes.

Tal es el caso de la anécdota de una señora que fue a preguntarle al Santo Cura de Ars y su esposo y estaba en el infierno o no.

Porque él se había suicidado tirándose desde un puente.

Y el padre Vianney le contesto que entre el puente y el agua estaba la misericordia de Dios.

Podemos entender que en esos segundos la persona puede haberse arrepentido, haber abrazado a Dios y salvarse.

Esto no significa que haya ido al cielo; probablemente haya debido al Purgatorio.

Esta última oportunidad probablemente pase con los malvados contumaces.

No debemos olvidar que hasta el último momento de vida en la tierra tenemos oportunidad de salvarnos.

  

DIOS DISCIPLINA A LOS QUE AMA

La distancia entre disciplinar y castigar no existe la mayoría de las veces, es prácticamente lo mismo.

Porque Dios envía un castigo a las personas para disciplinarlas, para corregirlas.

La razón por la que Dios nos disciplina es porque nos ama y quiere que mejoremos nuestra relación con él y con los demás.

Cuando pecamos obstaculizamos nuestra relación con Dios y la comunión que él desea tener con nosotros.

Pero también Juan Pablo II, en su carta apostólica Salvifici Doloris dice que el sufrimiento no siempre se envía como castigo.

Y trata el caso del Libro de Job, quien tuvo innumerables sufrimientos, que incluso sus amigos decían que eran consecuencia de haber hecho algo seriamente incorrecto.

Juan Pablo II dice que esto demuestra que no todo sufrimiento es una consecuencia de una falta y tiene la naturaleza de un castigo directo.

El Libro de Job presenta el problema del sufrimiento de un hombre inocente que está sufriendo sin culpa.

Y lo que podemos interpretar hoy como un alma víctima.

Que son almas que sufren para expiar el pecado y salvar a muchos pecadores.

El sufrimiento también podemos verlo causado por la naturaleza.

Cuando Dios creó la naturaleza y era todo bueno, el pecado entró en el mundo y la naturaleza también se vio afectada.

Por lo tanto la corrupción del pecado se puede ver en la naturaleza y específicamente en los desastres naturales.

  

POR QUÉ DIOS PERMITE DESASTRES NATURALES

Hemos visto que Dios puede castigar y puede disciplinar, y que a veces hay sufrimiento de personas que funcionan como almas víctima.

La naturaleza del mundo cambió con la caída en el pecado, pero cambió nuevamente con la muerte de Jesucristo en la cruz.

Sin embargo los terremotos, inundaciones, huracanes suceden siempre y cuando Dios lo permite.

Los desastres naturales no son necesariamente actos de Dios directamente, sino el resultado y la consecuencia de la corrupción de la naturaleza, muchas veces asociada al pecado original.

La mayoría de las veces los desastres naturales son el resultado de las leyes naturales funcionando.

Por ejemplo los huracanes son el resultado de patrones climáticos divergentes que colisionan.

Los terremotos son el resultado del desplazamiento de las placas tectónicas.

Los tsunamis son consecuencia de terremotos submarinos.

¿Podría Dios prevenir estos desastres naturales y evitarlos? Absolutamente sí, como se puede leer en Colosenses 1: 16-17.

¿Podría Dios influir en el clima? Absolutamente sí, como lo muestra en Deuteronomio 11: 17 y Santiago 5: 11.

En números 16: 30-34 vemos que Dios a veces causa desastre naturales como un juicio contra el pecado.

Y en el libro del Apocalipsis hay muchos desastres naturales que son provocados por Dios, que están en los capítulos 6, 8 y 16.

¿Pero cada desastre natural es un castigo de Dios o un acto disciplinador directamente? Absolutamente no.

De la misma forma que Dios permite que las personas malvadas cometan actos malos, Dios también permite que la tierra refleje las consecuencias del pecado; esto lo vemos en Romanos 8: 19-21.

Toda la creación está sujeta a la frustración y a la decadencia – incluyendo el mundo que habitamos -, debido a la caída de la humanidad.

Por lo tanto el pecado globalmente es la máxima causa de desastres naturales (indirectamente o directamente), así como de hecho es la causa de la muerte, la enfermedad y el sufrimiento.

Así podemos entender por qué ocurren los desastres naturales.

Pero aun no podemos entender cuando Dios envía o permite directamente un desastre natural.

Sin embargo un hecho interesante a tomar en cuenta es que luego de desastres naturales las iglesias se llenan, porque las personas se dan cuenta de lo frágil que es su vida y que Dios los puede llevar en cualquier instante.

Los desastres naturales hacen que millones de personas revalúen sus prioridades en la vida.

Además suscitan movimientos de solidaridad de gente, que ayudan a las personas que sufren en esos momentos.

Y permite mostrar a los ministerios cristianos su forma de ayudar, aconsejar, orar, guiar, ministrar en esos momentos.

De esta forma Dios saca buenos réditos de tragedias naturales.

El sufrimiento provocado por estos desastres puede ser una oportunidad para recibir la gracia y evitar la separación definitiva con Dios.

Todos hemos visto casos de personas que cambian debido a circunstancias terribles que les suceden.

Conocemos personas que comienzan a valorar la oración cuando han perdido todo en un desastre natural.

¿Pero no hay castigos directos a través de la naturaleza?

  

EL JUICIO DE DIOS

¿Pueden los desastres naturales responder al juicio de Dios por el pecado de una nación o una persona? Absolutamente sí.

En 2 Crónicas 7: 13-14, se muestra que Dios a veces usa la naturaleza para castigar el pecado.

Y también en el libro del Apocalipsis se vinculan claramente los desastres de los últimos tiempos con el juicio de Dios.

Allí se habla de hambruna, peste, guerra, bestias salvajes, océanos y ríos contaminados, terremotos y eventos cataclísmicos en el sol y la luna, manifestaciones demoníacas a millones de personas y plagas que exterminan buena parte de la población.

En este caso hay comprender que se está refiriendo al cierre de toda la historia de la relación de Dios con la humanidad.

Dios creó al hombre y lo rodeó de todas las comodidades para que viviera una vida placentera junto a Él.

El hombre pecó, Dios lo perdonó; pecó de vuelta, Dios lo perdonó; pecó de vuelta, Dios los perdonó; y así sistemáticamente ha sido toda la historia de estos dos mil años.

Y entre medio nos avisado de todas las formas posibles – incluyendo el envío de profetas – que seremos castigados cuando pecamos.

Sin embargo no es fácil determinar cuándo un desastre natural implica el juicio de Dios sobre algún tema directamente.

Porque la Biblia no nos presenta a Dios como una persona que le pega a la gente y luego la gente tiene que adivinar por que le pegó.

El profeta Amos 3: 7 dice que Dios no hace nada sin antes contarle a sus profetas toda la historia previamente.

Y esto sucede porque el castigo no es un fin en sí mismo, sino un medio para disciplinar y reorientar a la gente.

Noé advirtió a la gente de su tiempo durante décadas antes del diluvio.

Con Sodoma y Gomorra pasó lo mismo, al igual que con Nínive.

Los cautiverios del pueblo judío en Egipto y en Babilonia y la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 dC vinieron luego de profusos avisos de profetas sobre los pecados del pueblo.

Y esto nos trae a las expresiones del cardenal mexicano Juan Sandoval Íñiguez, que vincula los terremotos sufridos por México con el aborto y el narcotráfico.

Y veremos que México ha sido avisado de este mal.

Cardenal Sandoval

  

EL JUICIO DE DIOS CON LOS TERREMOTOS DE MÉXICO

El 10 de diciembre 2017 el cardenal Juan Sandoval Íñiguez dijo que los terremotos que asolaron la capital en los últimos años son un castigo por los pecados del país contra la vida y la familia.

Lo dijo en una misa y una procesión penitencial celebrada en Ciudad de México y promovida por ídolo mexicano Eduardo Verástegui.

«Nuestro Señor y nuestro Dios, antes de que venga un castigo mayor, nos envía castigos temporales o correcciones paternales por medio de la naturaleza que es su trabajo y se rige por su providencia”, dijo el cardenal Sandoval el 10 de diciembre.

¿Es pura coincidencia que han habido dos (terremotos) el 19 de septiembre en esta misma ciudad?».

Se refería al terremoto del 19 de septiembre de 1985 y al del mismo día y mes del año 2017.

Pero además sugiere que esto es una advertencia y que vendrán castigos mayores.

Y continuó diciendo:

«Hemos pecado al cometer el peor, más grave y más cruel crimen de todos, el del aborto, practicado en todo nuestro país.

A veces con el consentimiento de leyes inicuas y en ocasiones en secreto, en la clandestinidad.

Pero siempre con crueldad, con malicia que se aprovecha de los inocentes e indefensos».

Además lo vinculó directamente con el crimen organizado, como contrapartida:

«Muchos miles de niños inocentes son asesinados constantemente en el útero de sus madres y, a cambio, y en castigo por este crimen, el crimen organizado mata, descuartiza a sus víctimas, así como los niños son destruidos en el útero materno».

¿De dónde sacó esto el cardenal?

En el año 2013 salió a luz un aviso del demonio que por cada aborto habrá un muerto por el narcotráfico en México.

Esto fue notorio por que el Papa Francisco hizo una imposición de manos a un poseso llamado Ángel en plena Plaza San Pedro y a la vista de toda la gente en Pascua de 2013.

Esto desató una investigación, que llevó a los periodistas encontrar una historia terrible, que vincula los crímenes de los narcos en México con el aborto.

Un hombre de nombre Ángel fue poseído por 4 demonios y Dios lo permitió para que diera el mensaje a México.

La posesión de Ángel estaba vinculada a la débil respuesta de los obispos mexicanos contra las leyes del aborto.

Por cada aborto habría un asesinato del narcotráfico, lo cual comenzaría desaparecer  – al igual que su posesión -, cuando se haga una cruzada de reparación y liberación en todas las diócesis del país.

Esto lo tratamos en un excelente artículo, donde desarrollamos toda la historia de Ángel y de los movimientos que se han hecho en México.

El movimiento anterior a esta misa y acto penitencial del 10 de diciembre fue un Exorcismo Magno al país, que se hizo en junio de 2015 en San Luis de Potosí.

Esta primera experiencia de un Exorcismo Magno se hizo con la metodología del padre Fortea y lo relatamos también en ese artículo.

  

UNA EXPLICACIÓN MÁS SOFISTICADA

Vivimos en un mundo caído y los desastres naturales son parte de esa caída producida por el pecado original.

Y también es cierto que Dios ha usado los desastres naturales para corregir a las naciones.

Y esto mismo lo podemos pensar en términos de individuos particulares.

Sin embargo en Juan 9 los discípulos le preguntaron a Jesús si sus padres o un hombre ciego habían pecado produciendo como resultado la ceguera del individuo

Y Jesús respondió,

«No fue que este hombre pecó, o sus padres, sino que las obras de Dios podrían mostrarse en él»

Se habla a menudo de la ira de Dios, a veces cargada como un castigo punitivo y a veces como disciplinamiento.

Esta cuestión de la ira de Dios está relacionada con el problema del sufrimiento humano.

Una pregunta frecuente de cristianismo es como un Dios amoroso puede causar el dolor y el sufrimiento indiscriminadamente.

La Biblia nos muestra personas que sufren por sus pecados pero también algunas que son inocentes y sufren.

En la Biblia aparecen pasajes en que a veces el sufrimiento es causado por Dios otras veces por satanás, otras veces por los seres humanos y otras veces el sufrimiento permanece oculto.

El caso más claro es el de Job, que era un hombre irreprochable y recto al que satanás le produce todo tipo de calamidades, con la anuencia de Dios.

Y ante su desesperación Dios le explica a Job que Sus caminos superan la comprensión humana.

En diversas partes del Nuevo Testamento se habla de Dios castigando a los seres humanos a granel.

Por ejemplo San Pablo dice que Dios trajo el diluvio a los impíos del mundo y en el Apocalipsis se habla de los terremotos como el signo del castigo a los pecadores.

Sin embargo en la carta de Santiago dice que los que soportan pruebas son recompensados con el tiempo.

Y Orígenes dijo que a través del sufrimiento podemos entender nuestras propias debilidades y nuestra dependencia de Dios.

Por otra parte sería erróneo atribuir a Dios un sentimiento humano como la ira en un castigo.

Y algunos teólogos incluso llegan a decir que la idea de producir sufrimiento como retribución divina y es indigna para un Dios misericordioso.

Por lo tanto y en resumen podríamos considerar el castigo como un simple disciplinamiento que los humanos lo tomamos como algo punitivo; aunque el tema está abierto.

Cuando en realidad Dios lo que quiere hacer es sensibilizarnos para acercarnos más a él, y a veces darnos un aviso más general a grupos enteros.

Porque debemos considerar que en primer lugar Dios está pensando en nuestra salvación eterna y recién en segundo término en nuestra comodidad en la vida en la Tierra.

En definitiva y por lo que vimos,

Todo desastre natural es consecuencia indirecta del pecado original de la Humanidad.

Pero también hay desastres naturales asociados a disciplinamientos  directos sobre pecados específicos.

Los disciplinamientos no suceden sin previo aviso, sino como parte final de una larga cadena de advertencias.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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¿Cómo es el Juicio que Dios te Hará Después que Mueras?

Antes que mueras, hay un tiempo de conversión.

Y la misericordia divina te dará incontables oportunidades.

Pero cuando mueres te enfrentas al juicio entre tú y Dios.

El premio de tu comportamiento en la Tierra, será el Cielo.

Pero si no, será el infierno.

jesus lleva a un joven por el hombro 2

Hay una parábola de Jesús que nos explica de una manera muy particular y didáctica la misericordia de Dios y su amor.
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Con ella se puede entender de una mejor forma el tema del juicio llamado particular.

Leer también:

El Evangelio según San Mateo lo relata así:

“«El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña.

Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.

Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: «Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo.»

Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo.

Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontrar a otros que estaban allí, les dice: «¿Por qué estáis aquí todo el día parados?» Dicen: «Es que nadie nos ha contratado.»

Diles: «Id también vosotros a la viña.»

Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: «Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros.»

Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno.

Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, diciendo: «Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor.«

Pero él contestó a uno de ellos: «Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete.

Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?».

Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos.»” (San Mateo 20, 1-16).

obreros trabajando en la vid

 

AMOR Y MISERICORDIA

El dueño de la viña ha encontrado a diversas horas a personas.

A cada una la ha contratado en diferente momento, todos van a trabajar.

Si bien les pagan a todos lo mismo; ¿Acaso el que trabajó más merece igual que los que trabajaron menos?

En realidad el tema no es el trabajo, sino que es la misericordia.

Analicemos cada personaje, cada detalle. ¿Quién es el propietario?

Será Dios, el dueño de todo lo que hay…

¿Quién es entonces el obrero?
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Son las personas, en general, pero tienen una característica: se han encontrado con el dueño de la vid.

Entonces si el Jefe es el Señor, y el obrero son las personas; esto quiere decir que es un encuentro. Es la conversión personal.

Los que llegan a trabajar antes, es porque se encontraron a Jesús primero.
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Pueden ser los que desde pequeños traen consigo su fe, y sólo necesitaban un pequeño empujón.

En el encuentro con Dios, se entusiasman y van a trabajar por Él (en sus casas, en el matrimonio, sacerdocio, etc.)

Los otros son aquellos que en un momento de la vida, llegan a tener ese encuentro con Dios y dejan todo para ir a trabajar.

Cada uno en diferente momento de la vida.

Incluso hay un grupito que llega ya cuando han terminado, o casi por terminar.

Esos son los que en ese último momento se encontraron con Dios, y en ese instante se acogen a su misericordia.

Pues la hora del pago, no puede ser otra que el juicio.
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Allí vemos el amor y misericordia.
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Dios ha estado llamando en todo momento, y sin importar a qué hora llegan, les paga lo mismo.

Aquí la experiencia es que a todos los que se han encontrado con el Señor, la paga es el Cielo.

Pues todos han llegado a trabajar. Todos le oyeron y le siguieron.

En este caso no hay ninguno que se niegue, todos los que se encontraron con Dios se han salvado, por su misericordia.
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Pues nadie pagaría a una persona algo, sin que trabaje.

salvacion

 

DIOS QUIERE QUE TODOS SE SALVEN

Te pagaré lo justo dice el propietario del viñedo.

Entonces el reclamo que hacen los que trabajaron desde el principio parecería que tiene un buen fundamento.

Le han dicho te pagaré lo justo. Y eso ha consistido en un denario.

Más los que llegaron de último han recibido lo mismo.

¿Es justo?

Obviamente no.

Por eso se dice que los últimos han sido juzgados, según su trabajo, pero bajo la misericordia.

San Juan dice que el Hijo no ha sido enviado a juzgar sino para que el mundo se salve, por Él.

Dios como propietario de la vid envía, Jesús los convence de mil formas para que se salven. Porque mientras hay tiempo, hay misericordia.

Pero cuando le toque pagar, no puede darle algo que no ha cosechado.

Por eso la hora de la paga es como si fuera el juicio particular.
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Cada uno muere, y se enfrenta con el administrador, que le da el denario (Cielo) o nada (Infierno).

Vean, como en ésta parábola, Dios quiere enseñarnos su amor, su misericordia.

Todos han recibido un encargo, un trabajo.

Todos han sido llamados, y han respondido con generosidad y por ello el dueño ha pagado lo que consideró mejor para cada uno.

Aunque haya sido el mismo precio.

Este pago “extra” a los que trabajaron menos horas sale de la ganancia del propietario, se le da a los que debieron ganar menos, pero ganaron un sueldo completo por la misericordia del Señor.

En otras palabras.

Dios no se cansa de llamarnos para que nos convirtamos a Él, y al final de la vida, nos dé el premio: el Cielo.

Porque por ello murió Cristo, para que todos se salven.

El mensaje de la parábola es notar como Dios no escatima en recursos para salvar a las personas.

Por eso les paga con el Cielo, porque quiere que se salven.

Dios llama, no quiere perder a la gente.

El negocio de la vid, es la excusa perfecta para que la gente se tope con Él, se convierta y se salve.

Así le pagará en el juicio particular.

parabola de los invitados al festin

 

EL PRECIO DE TU ELECCIÓN

En la parábola anterior vimos que Dios ha mostrado que quiere que todos se salven, y que será misericordioso a la hora del juicio particular.

¿Pero y si alguno de estos se hubiera negado a trabajar?

Entonces podemos ver qué sucede en otra parábola, que está en San Mateo 22, 1-13.

“Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo.

Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.

Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: «Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda.»

Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron.

Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.

Entonces dice a sus siervos: «La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda

Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales.

«Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: «Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?»

Él se quedó callado.

Entonces el rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.»”

En esta es más claro, Dios llama a la boda del Hijo (Jesús), unos no vienen, por lo tanto si no llegan no reciben nada, ni comen nada.

A los que les ruega que lleguen, tampoco hacen caso.

Los que mataron a los siervos, son como los que en el Antiguo Testamento mataron a los profetas.

¿Quién recibe el premio del Cielo, el que cumple con la misión del Señor, o quién la ignora?

¿Cuál fue la reacción? Muerte, fuego.

El rey necesita llenar el salón para la boda, y por ello dice que venga el que sea.

Pero que vengan. Aquí es cuando llega el rey y ve que todos, buenos y malos han cambiado su ropa por una de bodas.

La ropa es nuestra vida, nuestras elecciones.
.
Nos han anunciado a Cristo y en ese encuentro han dejado todo.

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Malos y buenos, renuncian a su vida pasada y se visten con el traje de bodas.

Pero hay uno que se cuela. Piensa que puede engañar al rey.

Sabe que es un buen banquete, un buen premio lo que va a recibir, pero no ha querido cambiar su ropa.

Esto quiere referirse a que no ha cambiado su forma de vida, por ello ha de pensar me meto y entre tanta gente nadie se va a dar cuenta.

Al verse descubierto por el rey se queda callado.

Y por ello lo echan, porque no quiso cambiar su vida, a pesar de haberse encontrado con Cristo.

Si hubiese dicho, “no tengo para comprarme otro traje”, el rey le hubiese dado uno.

Pero esa no era la intención.

hijo prodigo

 

MALGASTANDO LO QUE DIOS NOS DIO

Como en la parábola del hijo pródigo, recibe la herencia, la gasta (ver Lucas 15:11-32).

Al no tener nada, ¿Qué hace?

Ponerse a cuidar cerdos.

Le sirve de mortificación y por eso cuando regresa a pedir perdón, el padre lo recibe y lo celebra.

El hijo (nosotros) recibimos algo de parte de Dios (algunos pintan bien, otros cantan, otros hablan, un talento cualquiera).

Cada quién la usa de acuerdo a lo que se le “ocurre”, tal vez un poco bien, o un poco mal. Han de morir (cuando ya no tiene nada).

Su paga es lo que cosechó.

Para poder estar con el Padre Dios, debe arrepentirse y cuidar cerdos, como es el purgatorio una forma para llegar limpios al Cielo.

Por eso al terminar su tiempo con los cerdos, Dios lo recibe con los brazos abiertos uno más en el Cielo.

El que no se arrepiente va al infierno, como el que quiso engañar a Dios.
.
Los que han obrado de una buena forma van al Cielo, siempre y cuando estén sin mancha.
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Si no se van al Purgatorio y de allí ya con Dios.

divina misericordia y faustina

 

DIOS ES AMOR

Aún hay tiempo, mientras estés vivo, Dios te espera.
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Lo que cosechaste, esa será tu recompensa. Infierno, Cielo.
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Porque en ese instante de su muerte es juzgada la persona y con ello se decide.

Si necesita purificación irá al Purgatorio, con la esperanza de haberse salvado.
.
Teniendo que pagar sí, pero sabiendo que algún día estará en el Cielo.
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Pero ¡pobres de aquellos que no se arrepintieron, ni fueron buenos! Pues la condena es el fuego eterno.

Cuando en 1857 Jesús se aparece a la Beata Madre Encarnación, es para recordarle al mundo que Él sufre, porque no quiere que ninguno de los hijos se pierda.

Es como le clavaran un dardo en el Corazón y se lo retorcieran.

El ama mucho y no quiere que se pierda nadie.

Por ello Santa Faustina recuerda que Jesús le ha dicho:

«Aun si un alma estuviese en descomposición como un cadáver y humanamente sin ninguna posibilidad de resurrección y todo estuviera perdido, no sería así para Dios.

Un milagro de la Divina Misericordia resucitaría esta alma en toda su plenitud.

¡Infelices los que no aprovechan de este milagro de la Misericordia Divina!

¡Lo invocaran en vano, cuando sea demasiado tarde!”

Dios es amor, pero también es justicia, por ello este es el momento de pedir misericordia.

Fuentes:


Enrique Alfaro, de Guatemala, Profesor de Arte y Teología

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