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Jesús Revela a Santa Faustina la Clave para comprender el Final de los Tiempos 

Lo que hemos encontrado en las revelaciones de Jesús a Santa Faustina que pone luz al fin de los tiempos.

Las revelaciones de nuestro tiempo, que hacen las apariciones verdaderas de Jesucristo, la Santísima Virgen y sus enviados, tienen el objetivo de presentarnos la «hoja de ruta» que está siguiendo el Cielo para la purificación del Mundo y su re cristianización.

Son como una lupa puesta sobre el camino que tiene trazado la Biblia.

Y las profecías dadas a Santa Faustina Kowalska son un punto central de esto, pero algunos aún no lo entienden así, porque interpretan estas apariciones, aprobadas por la Iglesia, solamente como la instauración de una devoción.

Aquí pondremos en perspectiva profética las apariciones y los mensajes dados a Santa Faustina Kowalska, porque son un elemento fundamental del mensaje del Cielo para la purificación de la humanidad, en el Final de los Tiempos.  

Helena Kowalska nació el 25 de agosto de 1905 en el pueblo de G?ogowiec en Polonia.

En 1925 ingresó en la Congregación de las Hermanas  de la Misericordia en Varsovia, tomando el nombre de Sor María Faustina.

Sufría de tuberculosis y murió el 5 de octubre de 1938, a la edad de 33 años.

Y fue beatificada en 1993 y canonizada en el 2000 por San Juan Pablo II.

Esta humilde monja recibió cientos de mensajes de Jesucristo en la década de 1930, con profecías tan importantes como las de La Medalla Milagrosa, La Salette, Lourdes, Fátima y Garabandal.

El mensaje central que Jesús dio a sor Faustina es que “la humanidad no encontrará la paz hasta que recurra confiadamente a la Misericordia Divina”.

Y esta teofanía es central para comprender el período en que nos encontramos ahora.

Porque le profetizó, “está cercano el día terrible, el día de Mi justicia”

Pero le aclaró, “antes del Día de la Justicia, envío el Día de la Misericordia”.

Y también le dijo, “estoy prolongando el tiempo de la Misericordia, pero ay de ellos si no reconocen este tiempo de Mi visita».

“Quien no quiera pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia”.

De modo que Jesucristo nos dice que es necesario que reine su justicia en la Tierra, llama a la conversión, y nos ofrece un período de gracia, las puertas de su misericordia, antes de ejecutar su justicia.

Por lo tanto hoy estamos bajo la ejecución de su programa de Misericordia masiva, pero este tiempo acabará y vendrá un castigo para los pecadores. 

Y le dijo a Santa Faustina que éste, Su programa de la Misericordia, es una señal del Fin de los Tiempos. 

Y que proclame que recurramos a Su Misericordia mientras aún haya tiempo.

Para Santa Faustina, este programa del Día de la Misericordia estaba estrechamente asociado a la llegada del Segundo Pentecostés, cuando el Espíritu Santo sería derramado sobre la humanidad.

Y Jesús le adelantó cómo sería el día de la llegada de Su programa de justicia.

Dijo que habrá un signo en el cielo. 

“Se apagará toda luz en el cielo y habrá una gran oscuridad en toda la Tierra.  

Entonces, en el cielo aparecerá el signo de la cruz, y de los orificios donde fueron clavadas las manos y los pies del Salvador, saldrán grandes luces que durante algún tiempo iluminarán la Tierra. Eso sucederá poco tiempo antes del último día”.

Este signo en el cielo tal vez refiera al milagro previsto en Medjugorje y Garabandal, que vendrá después del acto de gran misericordia que significa el Aviso.

El rol que Jesucristo previó que debía desempeñar Santa Faustina es de la gran vocera de este período de Misericordia, en el entendido que llegará a su fin en algún momento. 

“Hoy te envío a ti a toda la humanidad con Mi misericordia. 

No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla a Mi Corazón Misericordioso. 

Hago uso de los castigos cuando Me obligan a ello; Mi mano se resiste a tomar la espada de la justicia.  

Antes del día de la justicia envío el día de la misericordia”. 

Por ella sabemos que los canales de las gracias divinas están abiertos para nosotros, y que debemos tratar de aprovecharlos antes de que venga el día de la justicia de Dios.

Su mensaje se dirige especialmente a los pecadores, con la dificultad de que la mayoría de la humanidad no se siente pecadora.

Por eso le dijo, “que los más grandes pecadores pongan su confianza en Mi misericordia.

Ellos tienen más que nadie derecho a confiar en el abismo de Mi misericordia”.

Y le agregó, “Me deleitan las almas que recurren a Mi misericordia.

A estas almas les concedo gracias por encima de lo que piden.

No puedo castigar aún al pecador más grande si él suplica Mi compasión”.

“Ningún alma que se haya acercado a Mí, se ha retirado sin consuelo”.

Y estableció que este programa de Misericordia tenía que ser vehiculizado por la Devoción a Su Divina Misericordia.

En 1931 Jesús le entregó el primer elemento físico para la Devoción que extendería su programa, le dijo “pinta una imagen según el modelo que ves, y firma ‘Jesús, en ti confío’”.

Jesús se le aparece entonces con rayos de luz irradiando desde su Corazón y con la otra mano en señal de bendición.

Y le ordena “deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero”.

Y le profetizó, “a través de esta imagen concederé muchas gracias a las almas”.

Pidió que se venere su imagen como Jesús de la Misericordia.

Que le oremos a las 3 de la tarde, hora de la Misericordia, hora en que Él expiró en la Cruz.

Que recemos para aplacar la santa ira de Dios por tantos pecados que se hacen en todo el mundo, en este principio recomendó rezar el Vía Crucis.

Y le pide que esa imagen sea la insignia de la Fiesta de la Misericordia, que se habrá de instaurar el primer domingo, después del domingo de Resurrección. 

Prometiendo que las personas que se confiesen y comulguen en ese día recibirán la absolución total de sus pecados.

Y luego le dictaría la coronilla de la Divina Misericordia, que se recita usando un Rosario, con el objetivo de apaciguar la ira de Dios por los pecados de la humanidad, especialmente los pecados contra la vida.

Esta coronilla le fue dictada cuando le fue dada una visión similar al ángel con un espada de fuego que trataba de incendiar la Tierra y se apagaba por la intercesión de la Santísima Virgen, que fuera dada a Sor Lucía en el 3er Secreto de Fátima.

El texto de la oración que recibió Santa Faustina fue:

“Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero. Por Su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero”.

Jesús prometió que las almas que recen esta coronilla serán abrazadas por Su Misericordia durante su vida y especialmente en la hora de su muerte.

“Mi misericordia envolverá en la vida y especialmente en la hora de la muerte a las almas que reciten esta coronilla. 

Por el rezo de esta coronilla concederé todo lo que me pidan”. 

Llamó a los sacerdotes para que la recomienden a los pecadores como última tabla de salvación.

Y dijo, “aunque sea el pecador más empedernido, si recita esta coronilla una sola vez, obtendrá la gracia de Mi infinita misericordia”.

“A la hora de las tres imploren Mi misericordia.

En esta hora, no le rehusaré nada al alma que me lo pida por los méritos de Mi Pasión”.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre las profecías que le fueron dadas a Santa Faustina Kowalska, que son un engranaje central de toda la revelación que Dios está haciendo en nuestro tiempo.

Y me gustaría preguntarte si rezas la Coronilla de la Divina Misericordia o no.

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Que papel jugaron los 3 Cuadros de Jesús Misericordioso en la Difusión de la Devoción  

Una imagen fue trasmitida por Jesús a Santa Faustina, la segunda fue diseñada para protegerla y la tercera…

Hoy hay tres cuadros relevantes de Jesús de la Divina Misericordia.

Dos de ellos fueron suscitados por la Providencia Divina, y cada uno jugó su papel en la instauración de la devoción revelada a Santa Faustina Kowalska.

Y hubo un tercero, suscitado por los obispos polacos, para combatir la revelación realizada por Jesús.

Pero sólo lo que viene del Cielo perdura en el tiempo y hoy son populares únicamente los dos cuadros anteriores, mientras al otro se lo tragó la historia.

Aquí hablaremos sobre cómo surgió cada cuadro, qué función jugó en la difusión de la devoción y que ha sido de cada uno de ellos.

El 22 de febrero de 1931 Santa Faustina vio a Jesús vestido con una túnica blanca, una mano levantada para bendecir, y con la otra tocaba su pecho.

De la túnica entreabierta, salían dos rayos: uno rojo y otro pálido.

El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas.

Y el rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas.

Y Jesús le dijo: pinta un cuadro según el modelo que ves, y firma: Jesús, en Ti confío.

Prometo que el alma que venere este cuadro no perecerá.

Y tendrá aquí en la Tierra, la victoria sobre los enemigos, sobre todo, a la hora de la muerte. 

Quiero que este cuadro, sea bendecido con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección y ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia.

Deseo que los sacerdotes proclamen la gran misericordia que tengo para las almas pecadoras.

Durante 3 años el Señor le insistía que debía pintar el cuadro, pero no sabía cómo hacerlo.

Pero cuando la trasladaron a Vilna en Lituania, comenzó a ser su confesor el Padre Miguel Sopocko, hoy beato, y este contrató al pintor Eugeniusz Kazimirowski para realizar el cuadro.

Durante seis meses Faustina iría todas las semanas al estudio del pintor para asegurarse que Jesús fuera igual al que ella veía.

3 Pero Jesús le dijo “No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de este cuadro, sino en Mi gracia”.

Y más de una vez se le apareció con la apariencia que tenía en el cuadro.

Cuando el cuadro quedó terminado se dieron cuenta que no habían agregado «Jesús, en Ti confío», y fue puesto en una placa en el marco.

El cuadro fue colgado en la Iglesia de San Miguel en Vilna, de la que era rector Sopocko el domingo siguiente a Pascua de 1935.

Cuando la imagen fue expuesta, Faustina vio el movimiento vivo de la mano de Jesús trazando una gran señal de la cruz.

Y cuando el padre Sopocko hizo su prédica, la imagen tomó un aspecto vivo y los rayos penetraron en los corazones de las personas reunidas, pero no en todas en igual grado.

Y por la noche del mismo día vio que la imagen estaba pasando sobre la ciudad.

En 1948 el gobierno comunista cerró la Iglesia de San Miguel, y el cuadro sin el marco con la placa, fue comprado en secreto cuando la liquidación de las pertenencias del templo.

Así anduvo de lugar en lugar hasta que fue puesto es una Iglesia que después se convirtió en un almacén y luego fue abandonada.

Pasó por varias locaciones como una imagen más de la devoción popular, tratando que no se identificara con un hecho sobrenatural.

Finalmente fue llevada a la Iglesia del Espíritu Santo en Vilna en 1982.

Allí el cuadro, que estaba dañado, fue repintado, con lo que cambió la fisonomía. 

En el 2000 fue canonizada Faustina Kowalska y en el 2001 establecida la Fiesta de la Divina Misericordia.

En el año 2003 el cuadro fue renovado, con el marco nuevo y el texto: Jesús, en ti confío.

Y en el 2005 fue trasladado al Santuario de la Divina Misericordia de Vilna, Lituania.  ?

Pero en 1943, a los diez años del primer cuadro de Jesús Misericordioso y cinco años después de la muerte de sor Faustina en Cracovia, llegó el pintor Adolf Hyla a la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, en Polonia.

Les quería pintar un cuadro como exvoto de agradecimiento por el salvamento de su familia durante la guerra.

Las hermanas le presentaron al artista una reproducción del primer cuadro pintado por Kazimirowski y le adjuntaron también la descripción del cuadro del Diario de Santa sor Faustina, para que hiciera una reproducción.

Sin embargo el artista hizo el encargo aparentemente según su propia idea.

Este cuadro fue consagrado en 1944 y hoy se encuentra en el Santuario de la Divina Misericordia de Cracovia, Polonia.

En este cuadro la imagen de Jesús Misericordioso estaba sobre un fondo de un prado y arbustos.

Pero por intervención del padre Sopocko en 1954, el fondo del cuadro fue cubierto con pintura oscura y debajo de los pies del Señor se pintó un suelo.

La divulgación de este cuadro, fue una providencial distracción de la atención a la milagrosa imagen santa realizada a partir de la visión de Faustina, como la llamó Juan Pablo II en 1993 en Vilna. 

Y ayudó mucho en el desarrollo del culto de la Misericordia Divina, porque hoy es el retrato de Jesús de la Misericordia más conocido.

Por lo que no podemos dudar que este cuadro estuvo dentro de los planes de la Divina Providencia.?

Pero hay un tercer cuadro que pareciera que respondió más a una decisión humana.

Después de finalizar la guerra, algunos de los Obispos de Polonia manifestaron sus reservas sobre la difusión de la imagen de Jesús Misericordioso, porque se trataba de una revelación privada y aún no había sido aprobada por la Iglesia.

Entonces la Conferencia Episcopal ordenó prudencia para exponer el cuadro de Jesús de la Misericordia según la visión de Faustina Kowalska.

Pero había un problema, la Divina Misericordia de Jesús había sido venerada en la Iglesia desde los primeros tiempos.

Entonces la Conferencia Episcopal pidió al padre Sopocko que organizara un certamen para crear una imagen de Jesús Misericordioso de los obispos de Polonia.

En 1954 se organizó el llamado para pintar una imagen de Jesús apareciéndose a los apóstoles después de su resurrección, estableciendo el Sacramento de la Penitencia.

Fue invitado a participar Adolfo Hyla pero declinó, porque el llamado limitaba que Cristo mostrara los rayos de sangre y agua que brotaban de su costado y estuviera bendiciendo.

Eso era lo que vio Faustina y no era parte del llamado.

Al final el concurso lo ganó la pintura de Ludomir Slendzinski.

En 1954 el episcopado llamó a la devoción de esta imagen, que ahora se encuentra en la capilla de las hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia en Varsovia.

Y en 1959 prohibió la devoción a la Divina Misericordia pintada según las instrucciones de la hermana Faustina.

En muchas iglesias se eliminó pero en otras se conservó.

Recién en 1978 se canceló esta decisión y se permitió la imagen de la Divina Misericordia, pintada según la visión de Faustina.

En esta historia podemos ver que las decisiones humanas terminan mal cuando se quiere luchar contra los mensajes del cielo.

Porque hoy las imágenes de la Divina Misericordia que se han popularizado han sido la de la visión de Jesús de la hermana Faustina, y la de Hyla, que protegió a la anterior del comunismo.

En cambio, a la imagen de Ludomir Slendzinski se la tragó la historia.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la intervención de la Providencia Divina en la difusión de la imagen de la Divina Misericordia de Jesús.

Y me gustaría preguntarte cuál de las imágenes de Jesús Misericordioso te parece mejor para difundir y por qué. 

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Cómo los Ángeles enviados por Jesucristo Protegieron y Guiaron la Misión de Santa Faustina Kowalska

En que situaciones se le aparecían los Ángeles a Santa Faustina y para qué.

Se conoce a Santa Faustina Kowalska especialmente por las apariciones de Jesucristo, quien le habló de su infinita misericordia y le pidió que hiciera un cuadro tal como ella lo veía, para que fuera la imagen de la Divina Misericordia que debía tener presente la humanidad.

Y también porque le dictó la Coronilla de la Divina Misericordia.

Pero es poco conocida su gran vinculación con toda clase de Ángeles durante su vida, a los que veía en forma visible, la asistían permanentemente y la iban dirigiendo para su misión.

Es más, la misión adjudicada por Dios le hubiera sido imposible sin la asistencia de los Ángeles, porque la formaron, guiaron y sostuvieron.

Pocos santos han tenido una presencia angélica tan intensa y decisiva.

Incluso un Ángel fue actor principal cuando le fue dictada la Coronilla de la Divina Misericordia.

Aquí hablaremos sobre cómo fue la familiaridad que tuvo Santa Faustina Kowalska con los Ángeles, como la guiaron y cómo formaron su devoción, y cómo le transmitían los deseos de Dios y la sostuvieron en la misión.   

Los ángeles suelen ayudar a las personas a desarrollar la espiritualidad de forma invisible.

Sin embargo, a veces Dios permite que un alma elegida vea y escuche a sus siervos celestiales.

Este don de la familiaridad con los ángeles se le dio a Santa Faustina Kowalska, religiosa mística y vidente de la Divina Misericordia.

Por 13 años pasó consolada y defendida por los ángeles que se convirtieron en sus mejores amigos.

El confesor de Faustina, el padre Miguel Sopocko, escribió en su diario que ella tenía gran devoción a los Santos Ángeles y que experimentaba su presencia visiblemente.

Ellos aparecían como sus compañeros en sus viajes místicos al infierno, al purgatorio y al cielo.

Le enseñaron a orar bien y a contemplar a Dios.

Pero nunca aliviaron sus deberes, sino que la animaron a esforzarse y luchar con claras intenciones de acción.

Santa Faustina tuvo contacto con San Miguel Arcángel, un Serafín y un Querubín.

También con un espíritu llamado «uno de los siete», su Ángel de la Guarda y Ángeles de la Guarda de otras personas y de las iglesias.

En los momentos cruciales de su vida ella siempre llamó por su ayuda. 

Y sus amigos celestiales nunca la defraudaron, no sólo la defendieron de los ataques demoníacos, sino que también la consolaron en los momentos difíciles y le recordaron sobre el cumplimiento de sus deberes con amor.

Durante todos los días las meditaciones del alma de Santa Faustina la preparaban para cumplir la voluntad de Dios.

Y cuando estaba en oración ella llamaba a la intercesión de los Ángeles, pidiendo una vida celosa y una buena muerte.

Faustina conoció a su ángel de la guarda, por ejemplo, en un tren de Varsovia a Cracovia. 

Y una vez una gran multitud de demonios, llenos de odio, bloqueaban el camino de la santa y le imploró ayuda a su Ángel de la Guarda. 

Y él le dijo, «No temas, esposa de mi Señor, sin Su permiso estos espíritus no te harán ningún daño». 

E inmediatamente los malos espíritus se desvanecieron y su Ángel de la Guarda la acompañó, de manera visible, hasta la casa.

Otra vez Sor Faustina escuchó el canto de los ángeles cuando la renovación de los votos de las religiosas del convento, en una celebración solemne. 

Mientras las Hermanas hacían sus votos, escuchó a los Ángeles cantar en varios tonos, ‘Santo, Santo, Santo’, con un cántico tan delicioso que ninguna lengua humana podría igualarlo. 

En otra ocasión, en la Adoración, Sor Faustina se sintió abrumada por el amor a Jesús y comenzó a llorar.

Y de repente vio un espíritu de gran hermosura, que le habló y le dijo: 

«No llores, dice el Señor». Ella preguntó quién era él. 

Y le contestó «Soy uno de los siete espíritus que están de pie ante el trono de Dios día y noche y le dan alabanzas incesantes».

Y ese Ángel la acompañó en el tren en su viaje a Vilnius. 

En ese viaje vio un Ángel de pie en cada iglesia por la que pasaban, pero rodeado de una luz más pálida que la del espíritu que la acompañaba, y cada uno de estos espíritus que custodiaban las iglesias inclinaba la cabeza ante el espíritu que estaba cerca de ella.

Otra vez, trabajando en la Congregación en Cracovia como portera, sintió miedo debido a los disturbios revolucionarios y a la actitud hostil hacia la Iglesia.

Le solicitó protección al Señor y éste le dijo, «Hija mía, en el momento en que te aproximaste a la puerta yo ordené a mi Querubín protegerte. Ten calma, por favor»

Y después de la conversación, ella vio al ángel que el Señor le prometió.

En otra ocasión, el Ángel de la Guarda de Sor Faustina la alertó sobre las necesidades de un alma moribunda. 

Su Ángel de la Guarda le dijo que orara por cierta alma, y en la mañana supo que era un hombre cuya agonía había comenzado en ese mismo momento. 

Y a partir de ahí el Señor Jesús le hacía saber de manera especial cuando alguien tenía necesidad de oración porque estaba moribundo, a través de su Ángel de la Guarda.

Sor Faustina tenía miedo en el día en que no podía tomar la comunión.

Y una vez, cuando estaba en el hospital se le informó que la Comunión no le sería llevada por un sacerdote, y se puso triste.

Y se preparó para la visita espiritual del Señor, pero sucedió algo extraordinario, porque por los próximos 13 días tomó la comunión de manos de un Serafín.

Ella recordó que el Serafín estaba rodeado por una gran luz, la divinidad y el amor de Dios se reflejaban en él.

Lo describió diciendo que llevaba una túnica dorada y, sobre ella, una sobrepelliz transparente y una estola transparente. 

El cáliz era de cristal, cubierto con un velo transparente.

Y tan pronto como le dio la Comunión, desapareció, 

Y oía a partir de allí un canto angelical en el día en que no podía asistir a la Misa.

El 13 de septiembre de 1935 Santa Faustina recibió la Coronilla de la Divina Misericordia y también un Ángel estuvo presente.

Esa noche estando en su celda vio un Ángel, que ella identificó como el ejecutor de la ira divina.

Lo describe como vestido con una túnica deslumbrante, con su rostro brillante y una nube bajo los pies.

Desde sus manos y desde la nube brotaban truenos y relámpagos que amenazaban con golpear la Tierra.

Ante este peligro de la Tierra, Santa Faustina comenzó a implorar al Ángel que dejara de enviar los ataques.

Y le prometió que el mundo haría penitencia. Pero no fue atendida su súplica.

Y sintió una moción en su corazón para que rogara a Dios por el mundo, con palabras que le brotaron internamente.

Y de repente vio que el Ángel no podía llevar a cabo el castigo que estaba previsto realizar.

Santa Faustina admite que nunca antes había orado con tal poder.

En el diario aparece la oración con la que ella oró,

«Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, por nuestros pecados y los del mundo entero. Por Su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero».

Esta es la oración inicial y la jaculatoria de cada década de la Coronilla de la Divina Misericordia, que se suele rezar a la 3 de la tarde, la hora de la muerte de Nuestro Señor.

Esta visión evidentemente nos retrotrae a 1917, a las apariciones de Fátima, porque es claramente similar a la que experimentaron los tres pastorcitos cuando vieron al Ángel ejecutor de la ira de Dios, que iba a lanzar rayos sobre el eje de la Tierra.

Un Ángel exhibía una espada de fuego centelleando en la mano izquierda, que emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo.

Pero se apagaban al contacto con el esplendor que irradiaba Nuestra Señora, con su mano derecha dirigida hacia él.

Mientras el Ángel señalaba la tierra con su mano derecha, diciendo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!.

En el diario de Santa Faustina hay más de 70 menciones a los ángeles.

Pero el nombre de San Miguel es el que estuvo más relacionado con su vida.

Un 29 de septiembre, en la fiesta de San Miguel Arcángel, vio a su lado al Arcángel Miguel, que le habló estas palabras:

«El Señor me ha ordenado que cuide de ti en especial. Sabe que el mal te odia, pero no temas. ¡Quién es como Dios!»

Y desapareció a sus ojos, pero siguió sintiendo su presencia y ayuda.

Pero también todo a su alrededor le indicaba su presencia.

Su confesor se llamaba Miguel Sopoko.

La iglesia de Vilnius dónde estaba el cuadro de la Divina Misericordia y ella sirvió estaba dedicada a San Miguel.

La madre superiora que aceptó a Santa Faustina en el convento se llamaba Micaela.

Santa Faustina evidentemente tenía la protección especial de San Miguel y cada día rezaba a su ángel guardián y además la oración a San Miguel Arcángel del Papa León XIII.

Y próxima a la muerte, un Serafín le dio la Comunión.

Una gran luz rodeaba al Serafín porque reflejaba la divinidad y el amor de Dios.

Y poco antes de la Comunión le asaltó una duda y rogó a Jesús por ella.

Entonces le preguntó al Serafín, «¿no podrías confesarme?»

Y él le respondió, «ningún espíritu del Cielo tiene tal poder». 

Y en aquel momento una Hostia se posó sobre sus labios.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la relación que Santa Faustina Kowalska tenía con los Ángeles, cómo se le manifestaban y cómo Dios la fue guiando a través de ellos. 

Y me gustaría preguntarte qué otros santos conoces que han tenido una relación intensa con Ángeles.

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A la Divina Misericordia ARTÍCULOS DESTACADOS De consagración DEVOCIONES Y ORACIONES FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Misericordia Movil NOTICIAS Noticias 2022 - enero - diciembre Religion e ideologías

Que quiso lograr Juan Pablo II cuando Consagró el Mundo a la Divina Misericordia en el 2002

En el 2022 se cumplieron 20 años de la Consagración del Mundo a la Divina Providencia de Juan Pablo II.

Un hecho que ha pasado desapercibido para la mayoría de los católicos es que Juan Pablo II consagró el mundo a la Divina Misericordia en el 2002.

Y que por lo tanto hoy vivimos bajo la influencia de ese signo.

¿Y qué significa eso? 

Que Dios Padre está con una santa ira con lo pecaminosa que se ha vuelto la humanidad.

Que el Hijo nos está dando la última oportunidad para que los pecadores se acojan a Su misericordia, antes de ejercer la justicia, se arrepientan y cambien de vida, porque Él perdonará cualquier pecado.

Y además promete que concederá gracias inimaginables a aquellos que confían en Su misericordia, incluso en esta vida.

Y pide que todas las personas de fe apoyen esto difundiendo la promesa de misericordia de Jesús, colaborando de varias formas que veremos.

Aquí hablaremos sobre la consagración del mundo a la Divina Misericordia que hizo Juan Pablo II en el 2002, cuáles son las promesas de Jesús a quienes se acojan a Su misericordia, y cuáles son las cosas que nos pide Jesús para extender esta extraordinaria oferta a los pecadores, que en definitiva somos todos. 

El 17 de agosto del 2002, en el santuario de ?agiewniki, cerca de la tumba de santa Faustina Kowalska, san Juan Pablo II encomendó solemnemente el mundo a la Divina Misericordia.

Y la Misericordia del Señor se ha transformado cada vez más en el santo y seña de los tiempos en que vivimos.

Porque es notorio que se ha incrementado la cantidad y el tamaño de los pecados de los hombres, la terminación artificial de la vida al inicio y al final de la misma, la rebelión contra el cuerpo y la sexualidad con que se hizo la creación, las blasfemias y la guerra contra Dios, y todo lo que tu puedas agregar.

Y esto ha provocado que una cantidad cada vez más grande de seres humanos se comenzaran a situar tan lejos del arrepentimiento, que podría arrastrar a la humanidad hacia la desesperación que tuvo Judas.

Pero como sabemos que Dios nunca deja de llamar a sus hijos extraviados, ha declarado esta época bajo el signo de Su Misericordia. 

En esa Consagración del Mundo a la Divina Misericordia, Juan Pablo II dijo, 

«¡Cuánta necesidad tiene el mundo de hoy de la misericordia de Dios!

La misericordia es necesaria para que toda injusticia en el mundo encuentre su fin en el esplendor de la verdad. 

Por eso hoy quiero solemnemente encomendar el mundo a la Divina Misericordia, con el deseo ardiente de que el mensaje del amor misericordioso de Dios llegue a todos los habitantes de la tierra y llene sus corazones de esperanza».

Y la oración de consagración que recitó en ese acto es un llamado que está cada vez más vigente,

«Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre.

Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la tierra experimenten tu misericordia, para que en ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de la esperanza.

Padre eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero».

En 1931, sor Faustina Kowalska, una humilde monja polaca, había tenido una visión de Jesús que le dijo,

«Pinta una imagen Mía, según la visión que ves, con la Inscripción: ‘¡Jesús, yo confío en Ti!'».

De esta imagen salen dos rayos, el rayo pálido simboliza el agua que justifica las almas, y el rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas.

Y le diría Jesús,

«Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia, cuando Mi Corazón agonizando fue abierto por la lanza en la cruz».

«Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre»

Y le pidió que divulgara la imagen para repartir sus gracias.

También le mostró el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores, para que ningún alma pueda encontrar una excusa diciendo que no hay infierno, o que nadie ha estado allí, y que nadie puede decir cómo es.

Con esto Jesucristo envió a Santa Faustina a hablar al mundo de Su infinita Misericordia,

«Habla al mundo de Mi Misericordia, es señal de los últimos tiempos, después de ella vendrá el día de la justicia.

Todavía queda tiempo para que recurran a la fuente de Mi Misericordia».

«Habla a las almas de esta gran misericordia Mía, porque está cercano el día terrible, el día de Mi justicia».

«Estoy prolongándoles el tiempo de la misericordia, pero ay de ellos si no reconocen este tiempo de Mi visita».

«Quien no quiera pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia».

Y dejó muy claro, que «la humanidad no encontrará ni tranquilidad ni paz, hasta que se vuelva con plena confianza a Mi Misericordia».

Y que, 

«Ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión».

Señaló el Señor que sólo hay que dar el primer paso y decir «Jesús, perdóname», o sea arrepentirse y cambiar de vida.

Hablándole a los pecadores, que son el centro del mensaje, les dijo,

«Cuando el alma ve y reconoce la gravedad de sus pecados, cuando se descubre ante sus ojos todo el abismo de miseria en que ha caído, que no se desespere.

Sino que se arroje con confianza en los brazos de Mi Misericordia, como un niño entre los brazos de su madre amadísima».

Porque Jesucristo perdona todos los pecados, por eso le recalcó a sor Faustina,

«Que ningún alma tema acercarse a mí, aunque sus pecados sean como escarlata.

Mi misericordia es más grande que vuestros pecados y los del mundo entero».

Y dijo más aún,

«Me deleitan las almas que recurren a Mi misericordia, a estas almas les concedo gracias por encima de lo que piden».

Y agregó que,

«El alma que confía en Mi misericordia es la más feliz porque Yo mismo tengo cuidado de ella».

El mensaje global que Jesús le dio a santa Faustina es que confiemos totalmente en Él, que acudamos a Él en nuestros problemas.

Que seamos misericordiosos con las personas que nos rodean y que hagamos al menos una obra de misericordia al día.

Y las tres formas para ejercer misericordia al prójimo que le dio son la acción, la palabra, y la oración.

Y en concreto pidió que veneremos la imagen de Jesús de la Misericordia.

Que oremos a las 3 de la tarde, hora de la Misericordia, hora en que Él expiró en la Cruz.

Que recemos el Via Crucis en esa hora si podemos, o si no podemos, aunque sea una pequeña oración.

Que recemos a esa hora la Coronilla de la Divina Misericordia, para aplacar la santa ira de Dios por tantos pecados que se hacen en todo el mundo.

Y que celebremos la Fiesta de la Misericordia, el primer domingo después del Domingo de Resurrección, donde prometió que las personas que se confiesen y comulguen en ese día, recibirán la absolución total de sus pecados.

El viernes 13 de septiembre de 1935, el Señor le reveló a santa Faustina el poderoso medio para obtener la misericordia de Dios para el mundo, la Coronilla de la Divina Misericordia.

Faustina vio un ángel que era el ejecutor de la justicia de Dios, vestido con una túnica brillante y en sus manos tenía truenos y relámpagos.

Y cuando vio las señales de la ira divina, con las cuales cierto país de la tierra sería castigado de una manera particular, imploró con sus palabras al ángel, pero notó que sus plegarias eran impotentes contra la ira de Dios

Y en el mismo momento vio a la Santísima Trinidad que irradiaba una Majestad y Santidad incomparables.

Y oyó interiormente las palabras, con las cuales empezó a implorar fervorosamente por la salvación del mundo.

Y Oh milagro, el ángel era impotente contra esta oración y no podía ejecutar el castigo.

Estas palabras son las que se rezan en la Coronilla de la Divina Misericordia,

«Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo Nuestro Jesucristo en propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero. Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero».

Y después le diría Jesús, que tan pronto sonara el reloj a las tres de la tarde, se sumergiera completamente en su Misericordia, adorándola y glorificándola, invocando su omnipotencia para todo el mundo, y particularmente para los pobres pecadores.

Le dijo,

«Esta es la hora de gran misericordia para el mundo entero.

En esta hora, no le rehusare nada al alma que me lo pida por los méritos de Mi Pasión».

Las 15:00 hs, 3pm, cuando murió Nuestro Señor, es el momento más trascendental desde la creación. 

También le dijo que quien la recite, recibirá gran misericordia a la hora de la muerte.

Y si aún el pecador más empedernido recitara esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de la infinita Misericordia de Jesús.

Y le prometió además, que

«Cuando reciten esta Coronilla en presencia de un moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y él, no como Justo Juez sino como Salvador Misericordioso».

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar, sobre que estamos viviendo bajo el signo dela consagración del mundo a la Divina Misericordia, lo cual es muy importante porque nadie puede decir que no es un pecador, aunque esté luchando para no serlo.

Y me gustaría preguntarte si tu habías oído hablar sobre esta consagración del mundo a la Divina Misericordia de Jesús.

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Los 25 Secretos que Jesús dictó a Santa Faustina Kowalska para defenderse del Demonio

Manual dictado por Jesús para la batalla espiritual contra el demonio.

Jesús de la Misericordia se le apareció a la religiosa polaca Santa Faustina Kowalska en el entorno de la Segunda Guerra Mundial.

Y le hizo portadora de la proposición central del cielo para los tiempos finales.

Que los pecadores tengan la absoluta confianza de refugiarse en el corazón de Jesús porque Él perdonará todos sus pecados.

Y además serán protegidos.

Y esta proposición es un último llamado, porque el Señor dirá que el que no quiera pasar por Su misericordia deberá pasar por Su justicia.

San Faustina fue encargada por Jesús para difundir este mensaje en el mundo, pero previamente Ella recibió un entrenamiento para fortalecerse, especialmente en la lucha contra el demonio, que la atacaría furibundamente.

Y fue entonces que Jesús le dictó las instrucciones para luchar contra el demonio.

Aquí hablaremos sobre las 25 instrucciones, los 25 secretos, que Jesús de la Misericordia reveló a Santa Faustina en un retiro individual de 3 días.

Y que constituyen el manual que el propio Jesús nos dejó para luchar contra el demonio.

El 2 de junio de 1938, Jesús le dictó a la joven monja Faustina Kowalska un retiro de tres días sobre cómo protegerse de los ataques del demonio. 

Lo que constituye un verdadero manual para la guerra espiritual, y dictado nada menos que por Jesucristo.

Faustina era temerosa de enfrentar las batallas, porque cuando comenzaba una batalla y ganaba inicialmente, inmediatamente le venían 10 batallas más y la desmoralizaban.

Y entonces Jesús le dice,

“Quiero que te conviertas en un caballero experimentado en la batalla…

Debes saber dominarte en medio de las mayores dificultades, y no dejes que nada te aleje de Mí, ni siquiera tus caídas»

Y le dicta los 25 secretos para vencer al demonio en la batalla espiritual.

1 – Nunca confíes en ti misma, abandónate totalmente a Mi voluntad.

La confianza es un arma espiritual. 

La confianza es parte del escudo de la fe que San Pablo menciona en el capítulo 6 de Efesios: la armadura de Dios.

El abandono a la voluntad de Dios es un acto de confianza y la fe en acción disipa los malos espíritus.

2 – En la desolación, la oscuridad y ante las dudas, recurre a Mí y a tu director espiritual, él siempre te escuchará en mi nombre.

En tiempos de la guerra espiritual, inmediatamente ora a Jesús.

Invoca Su Santo Nombre que es temido en el inframundo, y recurre a la dirección espiritual.

3 – No negocies con cualquier tentación, enciérrate inmediatamente en Mi Corazón.

En el Jardín del Edén, Eva negoció con el diablo y perdió.

Tenemos que recurrir al refugio del Sagrado Corazón.

Y es recurriendo a Cristo que le damos la espalda a lo demoníaco.

4 – En la primera oportunidad, revela las tentaciones que tienes al confesor.

Una buena confesión, un buen confesor, y un buen penitente, son una receta para la victoria sobre la tentación y la opresión demoníaca.

5 – Pon tu amor propio en el último lugar, para que no contamine tus obras.

El amor propio es natural, pero debe ser ordenado, libre de orgullo, y la humildad vence al diablo.

Satanás nos tienta con el amor propio desordenado que nos hace caer por nuestro orgullo.

6 – Ten una gran paciencia contigo misma.

La paciencia es un arma secreta que nos ayuda a mantener nuestra paz incluso en las grandes tormentas de la vida.

Es parte de la humildad y la confianza. En cambio el diablo nos tienta con la impaciencia.

Mírate a ti misma desde el punto de vista de Dios. Él es infinitamente paciente.

7 – No descuides las mortificaciones interiores.

La Escritura enseña que algunos demonios sólo pueden ser desalojados por la oración y el ayuno.

Los pequeños sacrificios ofrecidos con gran amor, desalojan al enemigo.

8 – Justifica siempre las opiniones de tus superiores y de tu confesor.

Todos tenemos gente con autoridad sobre nosotros.

Pero el diablo pretende dividir y conquistar, la humilde obediencia a la auténtica autoridad es un arma espiritual.

9 – Evita las murmuraciones como si fueran una plaga.

La lengua es poderosa y puede hacer mucho daño. La murmuración, el chusmerío, nunca es de Dios.

El diablo suscita acusaciones falsas y chismes que pueden matar la reputación de una persona.

10 – Que todos actúen como quieran, pero tú tienes que actuar como Yo quiero que lo hagas.

Ocuparse de los propios asuntos es clave en la guerra espiritual. 

En cambio el diablo es un entrometido que intenta arrastrar a todo el mundo.

Agrada a Dios y deja las opiniones de los demás por el camino.

11 – Observa las reglas tan fielmente como sea posible.

La mayoría de nosotros hemos hecho algún voto delante de Dios y de la Iglesia y debemos ser fieles a nuestras promesas: los votos matrimoniales, promesas bautismales.

Satanás tienta a la infidelidad, a la anarquía y a la desobediencia, y la fidelidad es un arma para la victoria.

12 – Si alguien te causa problemas, piensa que bien puedes hacer por la persona que te hizo sufrir.

Ser un recipiente de misericordia divina es un arma para el bien y para derrotar al mal.

El diablo trabaja sobre el odio, la ira, la venganza y el rencor.

Y devolver una bendición rompe maldiciones.

13 – No descargues tus sentimientos.

Un alma habladora será más fácil de ser atacada por el diablo.

Descarga tus sentimientos sólo con el Señor.

Recuerda que los espíritus buenos y malos escuchan lo que dices en voz alta y los sentimientos son efímeros.

El recogimiento interior es parte de la armadura espiritual.

14 – Calla cuando eres reprendida o discutida.

No tenemos control cuando nos reprenden o nos discuten, pero podemos controlar nuestra respuesta.

La necesidad de tener la razón todo el tiempo puede conducir a trampas demoníacas.

Dios sabe la verdad. Déjalo ir. El silencio es una protección.

El diablo puede utilizar la justicia propia para hacernos tropezar también.

15 – No pidas la opinión a todos, sino sólo la opinión a tu confesor o de sabios probados.

Acude solamente a quien sepas que es sabio, prudente, tiene la unción divina y que te ha aconsejado correctamente.

El demonio puede confundirnos con la incertidumbre y con multiplicidad de consejos aparentemente piadosos.

16 – No te desanimes por la ingratitud.

Cuando nos encontramos con la ingratitud o la insensibilidad, el espíritu de desánimo puede pesarnos.

Resiste todo desaliento porque nunca es de Dios. Es una de las tentaciones más eficaces del diablo.

La gratitud en todas las cosas es la que gana.

17 – No examines con curiosidad los caminos por donde Yo te conduzco.

La necesidad de conocer y la curiosidad por el futuro, es una tentación que ha llevado a mucha gente a las trastiendas de los psíquicos, brujas, etc.

Elige caminar en la fe. Decide confiar en Dios, que te lleva por el camino al cielo.

Resiste al espíritu de curiosidad siempre.

18 – Cuando el aburrimiento y el desánimo golpeen tu corazón, huye y escóndete en mi corazón.

El diablo tienta más fácilmente a las almas ociosas. Cuidado con el aburrimiento, un espíritu de letargo o acedia.

Las almas ociosas son presa fácil de los demonios.

19 – No temas la lucha, el coraje a menudo intimida a las tentaciones.

El miedo es la segunda táctica más común del diablo, el orgullo es la primera.

El coraje intimida al diablo, que huirá ante el perseverante valor que se apoya en Jesús.

20 – Siempre lucha con la profunda convicción de que Yo estoy contigo.

Los cristianos están llamados a luchar con convicción contra todas las tácticas demoníacas porque Dios está con ellas.

El diablo trata de aterrorizar a las almas. Invoca al Espíritu Santo durante todo el día.

21 – No te dejes guiar por los sentimientos, porque no siempre están bajo tu control, todo el mérito radica en la voluntad.

El mérito radica en la voluntad porque el amor es un acto de voluntad.

Somos completamente libres en Cristo y tenemos que hacer una elección hacia el bien o hacia el mal.

22 – Siempre depende de tus superiores, incluso en las cosas más pequeñas.

Cristo está instruyendo a una religiosa aquí, pero todos tenemos al Señor como nuestro Superior.

La dependencia de Dios es un arma de guerra espiritual, porque no podemos ganar por nuestra cuenta.

Proclamar la victoria de Cristo sobre el mal es parte del discipulado.

23 – No te engañes con las perspectivas de paz y consuelo, por el contrario, prepárate para las grandes batallas.

Cristo nos instruye claramente en las Escrituras para estar preparados para grandes batallas, para ponernos la armadura de Dios y resistir al diablo. 

Estemos atentos y discernamos siempre.

24 – Comprende que estás en un gran escenario donde todo el cielo y la tierra te están mirando.

Estamos todos en un gran escenario donde el cielo y la tierra están atentos.

¿Qué mensaje está dando nuestra vida? ¿Qué sale de nosotros, luz, oscuridad o sombras?

Si el diablo no logra arrastrarnos a la oscuridad tratará de mantenernos en la categoría de los tibios, lo cual no agrada a Dios.

25 – Lucha como un caballero, así Yo puedo recompensarte. No tengas miedo, porque no estás sola.

Las palabras del Señor a Santa Faustina pueden convertirse en nuestro mantra: ¡Lucha como un caballero!

Un caballero de Cristo sabe bien por la causa que lucha, la nobleza de su misión, el Rey a quien sirve, y el aplomo que debe tener hasta el final.

!La confianza es la victoria!.

Bueno hasta aquí lo que queríamos contar sobre este precioso manual para la lucha contra el maligno que dictó Jesucristo a Santa Faustina Kowalska. 

Y me gustaría preguntarte en qué cosas, de las que dijo Jesucristo a Santa Faustina, piensas que debes esforzarte más, porque no has logrado cumplirlas bien.

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La Coronilla de la Divina Misericordia para la Iluminación de Conciencia [como rezarla]

El papel que jugará en el Aviso del Final de los Tiempos.

La razón por la que Jesús quiso cimentar la devoción a la Divina Misericordia, queda cada vez más claro a medida que nos acercamos a los eventos más centrales de purificación del mundo.

Está relacionado con el aviso, la iluminación de conciencia, que llegará al mundo dentro de nuestra ventana de tiempo.

Porque hoy estamos en una apostasía tan generalizada que impide a los hombres alejados el arrepentimiento.

Lo que lleva a muchos a caer en la desesperación tipo Judas, quien no concibió la misericordia absoluta de Dios y volver por la senda del bien, luego de su traición.

Aquí hablaremos sobre cómo la difusión de la Divina Misericordia es un eslabón central que conducirá al aviso o iluminación de conciencia, cómo surgió esta devoción y cómo rezar correctamente la Coronilla de la Divina Misericordia.

La revelación de la Divina Misericordia y su oración clave, la Coronilla de la Divina Misericordia, es la preparación que el Señor ha dado al mundo, para el mayor evento de misericordia que habrá en la historia, luego de la encarnación de Jesús; nos referimos al Aviso que Dios hará a la humanidad.

El Aviso será una iluminación de la conciencia, un regalo de la Divina Misericordia de Dios.

Donde todo el mundo sabrá que Dios existe y conocerá el estado de su alma tal cual Dios la ve, sus pecados y será llamado al arrepentimiento por el mismo Dios.

Será un momento como no ha habido otro en la historia, ni lo habrá.

Y Jesús ha preparado el camino y la puerta para que todos puedan entrar a su misericordia por medio de las revelaciones a Santa Faustina, porque no quiere perder ningún alma.

Con sus palabras Jesús nos dice a cada uno de nosotros, «No temas, aun cuando tus pecados sean terribles, arrepiéntete y no dudes, nunca dudes de mi compasión».

Esta es la señal para los últimos tiempos, después vendrá el día de Su Justicia, pero mientras haya tiempo, que los hombres acudan a la fuente de Su Misericordia, le dijo a Santa Faustina.

Santa María Faustina Kowalska del Santísimo Sacramento nació en Polonia en 1905 y murió el 5 de octubre de 1938, después de ser elegida por Jesús y María para convertirse en el «Apóstol de la Divina Misericordia». 

Fue canonizada el 30 de abril de 2000.

Ella no planeaba convertirse en monja, pero a los 19 años, mientras asistía a un baile con su hermana tuvo una visión de un Jesús sufriente, quien le preguntó: «¿Hasta cuándo voy a aguantarte? ¿Y cuánto tiempo seguirás posponiéndome?»

Pero la primera aparición de la Divina Misericordia se produjo en la noche del domingo 22 de febrero de 1931, mientras se encontraba en su celda del convento en Plock, Polonia, después de recuperarse de una tuberculosis.

Jesús apareció vistiendo una túnica blanca.

Tenía una mano levantada en ademán de bendecir.

Y con la otra mano, se tocaba el vestido, que aparecía un poco abierto en el pecho.

Y le brillaban dos rayos largos de luz.

Allí Jesús le pide que pinte esa imagen y la bendiga el primer domingo después de Pascua, lo que hoy se conoce como la fiesta de la Divina Misericordia.

Los dos rayos significan Sangre y Agua.

El rayo pálido representa el Agua, que justifica a las almas.

El rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas.

Esta revelación es una continuación de la misericordia divina que Jesús nos ofrece en la cruz y que se reveló también a Santa Margarita María de Alacoque en 1675 en Francia.

Jesús le diría además a Sor Faustina, 

«Te envío a toda la humanidad con Mi Misericordia. No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla a Mi Corazón Misericordioso».

A lo largo de las apariciones Jesús le ordenó a la Hermana Faustina que escribiera un Diario sobre la insondable misericordia que Jesús tiene para las personas, que no conoce límites.

Le pidió que pintara una imagen suya, tal como lo veía, que se llamaría Jesús Misericordioso, con el lema Jesús en ti confío.

Y luego le dictó la Coronilla de la Divina Misericordia.

La revelación de la Coronilla de la Divina Misericordia le llegó primeramente por un ángel ejecutor de la justicia de Dios.

Estaba vestido con una túnica brillante, su cara gloriosamente iluminada y una nube bajo sus pies.

En sus manos tenía truenos y relámpagos.

Cuando vio las señales de la ira divina, con las cuales cierto país sería castigado, ella imploró al Ángel, pero notó enseguida que sus plegarias eran impotentes contra la ira de Dios.

En el mismo momento vio a la Santísima Trinidad, que irradiaba una majestad y santidad incomparables.

Y oyó interiormente unas palabras, con las cuales empezó a implorar fervorosamente por la salvación del mundo.

Y a partir de esta oración el Ángel era impotente y no podía ejecutar el castigo.

Sin saberlo, Sor Faustina estaba rezando parte de la Coronilla de la Divina Misericordia.

Luego Jesús le diría que a través de la coronilla se obtendrá todo, si lo que se pide es compatible con Su voluntad.

Le diría que la humanidad no tendrá paz hasta que se vuelva con confianza a Su Misericordia. 

Que toda la humanidad debe reconocer Su insondable misericordia, que es una señal del fin de los tiempos y que después vendrá el día de la justicia. 

Porque el que se niega a pasar por la puerta de Su misericordia, debe pasar por la puerta de Su justicia.

Es un mensaje básicamente para el mundo que se ha hundido en el pecado, es para los pecadores.

Porque le diría a Santa Faustina que cuanto mayor es la miseria de un alma, mayor es su derecho a la Misericordia del Señor.

Y que se debe exhortar a todas las almas a confiar en el abismo insondable de Su misericordia, porque las quiere salvar a todas. 

Entonces, el viernes 13 de septiembre de 1935, el Señor le reveló formalmente a Santa Faustina la Coronilla de la Divina Misericordia,

Le dijo que debía rezarla en su rosario ordinario de la siguiente manera:

«Al principio rezarás un Padre Nuestro, una Ave María y el Credo.

Después rezarás en las cuentas grandes:

Padre Eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

En las cuentas pequeñas: Por Su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Al final rezarás tres veces: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero».

Le dijo también que la Hora de la Misericordia es a las 3 de la tarde, la hora en que Jesús murió en la Cruz.

Le dijo,

«Esta es la hora de gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré entrar dentro de Mi tristeza mortal.

En esta hora, no le rehusare nada al alma que me lo pida por los méritos de Mi Pasión».

Y a partir de allí la misión de Santa Faustina fue difundir su diario, la imagen de Jesús de la Misericordia y promover que se rece la Coronilla que le dictó.

Y le dio un mensaje que hoy podemos interpretarlo a la luz de lo que sucederá en el momento del aviso a cada persona, cuando la iluminación de conciencia.

Le dijo,

«Cuando un alma vea y conozca la gravedad de sus pecados, cuando a los ojos de su alma se descubra todo el abismo de la miseria en la que ha caído, no se desespere, sino que se arroje con confianza en brazos de Mi Misericordia».

Entonces ¿cuál es nuestra misión respecto a la Divina Misericordia?

Primero orar la Coronilla diariamente para pedir por la conversión de los pecadores y la Misericordia de Dios por la humanidad.

Y segundo difundir la Divina Misericordia. 

Para que cuando los alejados tengan la iluminación de conciencia, recuerden el mensaje que no deben desesperarse sino confiar en la inmensa Misericordia de Dios.

Deben saber que Dios perdona todos los pecados si se entregan a Él con confianza.

Dios sabe que la mayoría no se va a convertir hasta ese momento, es más, no van a querer oír ni de Dios, ni de conversión, ni de oración.

Pero de tanto repetir y promocionar el mensaje, debe llegar a sus oídos que la misericordia de Dios es infinita, y que cuando se enfrenten a ver su alma como Dios la ve, en el aviso, no deben desesperarse, porque Dios perdona todo si confían en Él y se entregan.  

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la función que cumple la devoción de la Divina Misericordia en los eventos del Final de los Tiempos.

Que es que los pecadores sepan que existe, aunque no les interese usarla por ahora, que los fieles pidan perdón y misericordia por sus pecados, y que suba hasta el cielo el pedido orante de compasión por el mundo. 

Y me gustaría preguntarte si crees que los católicos están rezando más que antes la coronilla de la divina misericordia o no.   

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Novena y Coronilla de la Divina Misericordia [oraciones dictadas por Jesús]

Son de las oraciones más valoradas y rezadas por los católicos.

Y fueron dictadas directamente por Jesús a Santa Faustina Kowalska.

El 22 de febrero de 1931, Santa Faustina recibió la primera revelación de la Misericordia de Dios.

Ella lo anota así en su diario: «En la noche cuando estaba en mi celda, vi al Señor Jesús vestido de blanco».

JesusDivinaMisericordia

Una mano estaba levantada en ademán de bendecir.
.
Y con la otra mano, se tocaba el vestido, que aparecía un poco abierto en el pecho.
.
Le brillaban dos rayos largos: uno era rojo y, el otro blanco.
.
Yo me quedé en silencio contemplando al Señor.
.
Mi alma estaba llena de miedo pero también rebosante de felicidad…

Jesús le ordenó a la Hermana Faustina que escribiera un Diarios sobre la insondable misericordia que Jesús tiene para las personas, que no conoce límites.

Y así se le apareció primero pidiendo que pintara una imagen suya como Jesús Misericordioso y luego le dictó la Coronilla de la Divina Misericordia.

  

COMO SURGIÓ LA DIVINA MISERICORDIA

En 1923 la adolescente Helena Kowalska (1905-1938) fue a un baile en Lodz, Polonia y mientras bailaba se le apareció Jesucristo cubierto de heridas.

Y le dijo “por cuánto tiempo te seguirás alejando de mí”.

No fue la primera aparición de Jesús, ya que ella había comenzado a escuchar la voz de Nuestro Señor a los 7 años.

Pero esa noche fue más vivido que nunca y se dirigió inmediatamente a la catedral para orar.

Y allí una voz le dijo que fuera a Varsovia y entrara en un convento, y para allí fue sólo con un vestido y comenzó su vida de monja.

En su diario ella detalla los encuentros que tuvo con Jesús, la Santísima Virgen, demonios y ángeles.

Pero sobre todo habla de las apariciones de Jesús pidiéndole obediencia hacia los superiores y ser alma víctima.

En 1931 mientras vivía en un convento de Plock, Polonia, Jesús se le apareció vistiendo un alba blanca que ella describe de la siguiente manera,

“Una mano [levantada] en gesto de bendición, la otra toca la prenda en el pecho.

Desde debajo de la prenda, ligeramente apartada del pecho, emanaban dos grandes rayos, uno rojo y el otro pálido”.

Y allí Jesús le pide que pinte esa imagen y la bendiga el primer domingo después de Pascua, lo que hoy se conoce como la fiesta de la Divina Misericordia.

En su diario aparece que Jesús le dijo:

Pinta una imagen Mía, según la visión que ves, con la Inscripción: «¡Jesús, yo confío en Ti!.»

Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en el mundo entero.

Yo prometo que el alma que honrare esta imagen, no perecerá.

También le prometo victoria sobre sus enemigos aquí en la tierra, pero especialmente a la hora de su muerte.

Yo el Señor la defenderé como a Mi propia Gloria.

Cuando contó esto en confesión, el padre le dijo que seguramente Jesús deseaba pintar esta imagen en su corazón pero ella sentía que Jesús le decía:

Mi Imagen ya está en tu corazón.

Yo deseo que se establezca una fiesta de la Misericordia y que esta imagen sea venerada por todo el mundo.

Esta fiesta será el primer domingo después de Pascua.

Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia Mía a los pecadores.

Por orden de su confesor Santa Faustina le preguntó al Señor el significado de los rayos que aparecen en la imagen emanando del corazón y el Señor le respondió:

Los dos rayos significan Sangre y Agua.

El rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas.

El rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas.

Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando mi corazón agonizado fue abierto por una lanza en la Cruz…

Bienaventurado aquel que se refugie en ellos, porque la justa mano de Dios no le seguirá hasta allí.

El Señor manifiesta su Corazón, y el agua y la sangre que de el brotaron como manantial de reconciliación para todos los hombres.

Esta revelación es una continuación de la misericordia divina que Jesús nos ofrece en la cruz y que se reveló también a Santa Margarita María.

Sin embargo como ella no sabía pintar y sus superiores y confesores no creían del todo su historia fue recién en 1933 qué pudo llevar a cabo la realización de la pintura.

En 1933 se mudó a un convento de Vilnius y el padre Miguel Sopocko comenzó a ser su director espiritual.

El padre Sopocko creyó en ella y contrató al pintor Eugenio Kazimirowski.

El padre Sopocko sirvió de modelo y Faustina fue describiendo al pintor la imagen de Jesús que había visto.

Después de terminada la obra Santa Faustina quedó decepcionada.

Pero cuando el padre Sopocko bendijo la pintura el primer domingo después de pascua de 1935 ella vio que la figura de Jesús cobraba vida y hacía la señal de la cruz.

El padre Sopocko además arregló que se produjeran miles de reproducciones en estampitas.

Pero después vino la Segunda Guerra Mundial y Lituania comenzó a formar parte de la Unión Soviética, de modo que se hizo imposible mantener la pintura original en Vilnius.

Ésta fue llevada a Bielorrusia y conservada en una iglesia rural donde permaneció gran parte de la ocupación soviética.

Mientras tanto se popularizó otra imagen de la Divina Misericordia por el artista Adolfo Hyla, qué pinto una imagen de Jesús Misericordioso basándose en la original.

cuadro de jesus de la misericordia

  

LA CORONILLA DE LA MISERICORDIA

El viernes 13 de septiembre de 1935, el Señor le reveló a santa Faustina un poderoso medio para obtener la misericordia de Dios para el mundo.

Ella lo escribe así:

Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo por nuestros pecados y los pecados del mundo entero.

Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

A la mañana siguiente, cuando entraba en la capilla, escuché estas palabras interiormente:

Cada vez que entres en la capilla, inmediatamente recita la oración que te enseñé ayer.

Cuando había recitado la oración, escuché estas palabras dentro de mi alma:

Esta oración sirve para aplacar la ira de Dios.

La rezarás por nueve días en tu rosario ordinario de la siguiente manera:

al principio rezarás un Padre Nuestro, una Ave María y un Credo.

Después rezarás en las cuentas grandes:

Padre Eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Tu Amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo para implorar el perdón de nuestros pecados y de los del mundo entero.

En las cuentas pequeñas: Por Su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Al final rezarás tres veces: Santo Dios, Santo Omnipotente, Santo Inmortal, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero (Diario, 474-476).

Esta es la corona que Jesús le pidió a santa Faustina introducir a su comunidad y al mundo entero.

En 1936, el Padre Miguel Sopocko hizo imprimir esta corona (en la Editorial Cebolski en Cracovia) en el reverso de la estampa con la imagen de la Divina Misericordia que Eugenio Kasimierowski pintó.

El Señor ha prometido que las almas que recen esta corona serán abrazadas con Su Misericordia durante su vida y especialmente en la hora de su muerte:

Yo prometo al alma que venere ésta imagen que no perecerá…

Protegeré durante toda su vida, cual madre a su hijo, a las almas que propagaren el culto a Mi Misericordia.

en la hora de la muerte no seré para ellos Juez sino Salvador…. (Promesa hecha durante Sus apariciones (1931-1938) a Santa Faustina Kowalska en Plock, Polonia)

  

FORMA DE REZAR LA CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA

Se utiliza un rosario común de cinco decenas.

1. Comenzar con Padre Nuestro, Avemaría, y Credo.

2. Al comenzar cada decena (cuentas grandes del Padre Nuestro) decir:
«Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.»

3. En las cuentas pequeñas del Ave María:
«Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero»

4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces:
«Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.»

5. Jaculatoria final
«Oh Sangre y Agua que brotasteis del Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, en Vos confío».

Según el diario de Santa María Faustina Kowalska :

Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado…

Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte.

Los sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su último refugio de salvación.

Aun si el pecador mas empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia.

Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia.

Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y él, no como Justo Juez sino como Misericordioso Salvador.

Santa-Faustina-Kowalska

  

NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA

La Novena a la Divina Misericordia comienza el Viernes Santo y culmina el sábado antes del Domingo de la Misericordia (Domingo posterior al de Pascua).

  

PRIMER DÍA

Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de mi misericordia.

De esta forma, me consolarás de la amarga tristeza en que me sume la pérdida de las almas.

Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita.

Acógenos en la morada de tu Compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.

Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el Compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa Pasión
muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

Coronilla de la Divina Misericordia

  

SEGUNDO DÍA

Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelas en mi misericordia insondable.

Fueron ellas las que me dieron fortaleza para soportar mi amarga pasión.

A través de ellas, como a través de canales, mi misericordia fluye hacia la humanidad.

Jesús Misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el Cielo.

Padre Eterno, mira con misericordia al grupo elegido de tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de tu bendición.

Por el amor del Corazón de tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación y a una sola voz canten alabanzas a tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos. Amén.

Coronilla de la Divina Misericordia

   

TERCER DÍA

Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de mi misericordia.

Estas almas me consolaron a lo largo del vía crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura.

Jesús Misericordiosísimo, que desde el tesoro de tu misericordia les concedas a todos tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de tu Compasivísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de él.

Te lo suplicamos por el inconcebible amor tuyo con que tu Corazón arde por el Padre Celestial.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de tu Hijo y por su dolorosa Pasión, concédeles tu bendición y rodéalas con tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

Coronilla de la Divina Misericordia

   

CUARTO DÍA

Hoy, tráeme a aquellos que no creen en Dios y aquellos que todavía no me conocen.

También pensaba en ellos durante mi amarga pasión y su futuro celo consoló mi Corazón. Sumérgelos en el mar de mi misericordia.

Jesús Compasivísimo, que eres la Luz del mundo entero, acoge en la morada de tu Piadosísimo Corazón a las almas de aquellos que no creen en Dios y de aquellos que todavía no te conocen.

Que los rayos de tu gracia las iluminen para que también ellas, unidas a nosotros, ensalcen tu misericordia admirable y no las dejes salir de la morada de tu Compasivísimo Corazón.

Padre Eterno, vuelve tu mirada misericordiosa sobre las almas de aquellos que no creen en ti y de los que todavía no te conocen, pero que están encerradas en el Compasivísimo Corazón de Jesús.

Atráelas hacia la luz del Evangelio.

Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte.

Concédeles que también ellas ensalcen la generosidad de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

Coronilla de la Divina Misericordia

   

QUINTO DÍA

Hoy, tráeme a las almas de los hermanos separados y sumérgelas en el mar de mi misericordia.

Durante mi amarga Pasión, desgarraron mi Cuerpo y mi Corazón, es decir, mi Iglesia.

Según regresan a la Iglesia, mis llagas cicatrizan y de este modo alivian mi Pasión.

Jesús Misericordiosísimo, que eres la Bondad Misma, tú no niegas la luz a quienes te la piden.

Acoge en la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas de nuestros hermanos separados y llévalas con tu luz a la unidad con la Iglesia y no las dejes escapar de la morada de tu Compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de tu misericordia.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de nuestros hermanos separados, especialmente a aquellos que han malgastado tus bendiciones y han abusado de tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores.

No mires sus errores, sino el amor de tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están encerrados en el Compasivísimo Corazón de Jesús.

Haz que también ellos glorifiquen tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

Coronilla de la Divina Misericordia

santa faustina kowalska

   

SEXTO DÍA

Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y las almas de los niños pequeños y sumérgelas en mi misericordia.

Estas son las almas más semejantes a mi Corazón.

Ellas me fortalecieron durante mi amarga agonía.

Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de mis altares.

Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias.

Solamente el alma humilde es capaz de recibir mi gracia; concedo mi confianza a las almas humildes.

Jesús Misericordiosísimo, tú mismo has dicho: «Aprended de mí que soy manso y humilde de Corazón».

Acoge en la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños.

Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre Celestial.

Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios mismo.

Estas almas tienen una morada permanente en tu Compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el Compasivísimo Corazón de Jesús.

Estas almas son las más semejantes a tu Hijo.

Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza tu trono.

Padre de misericordia y de toda bondad, te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

Coronilla de la Divina Misericordia

   

SÉPTIMO DÍA

Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican mi misericordia de modo especial y sumérgelas en mi misericordia.

Estas almas son las que más lamentaron mi Pasión y penetraron más profundamente en mi Espíritu.

Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón compasivo.

Estas almas resplandecerán con una luz especial en la vida futura.

Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte.

Jesús Misericordiosísimo, cuyo Corazón es el Amor mismo, acoge en la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de tu misericordia.

Estas almas son fuertes con el poder de Dios mismo.

En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en tu misericordia y unidas a ti, ellas cargan sobre sus hombros a toda la humanidad.

Esta almas no serán juzgadas severamente, sino que tu misericordia las envolverá en la hora de la muerte.

Padre Eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran tu mayor atributo, es decir, tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús.

Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones desbordantes de gozo cantan a ti, oh Altísimo, un canto de misericordia.

Te suplico, oh Dios, muéstrales tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en ti.

Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo que: «a las almas que veneren esta infinita misericordia mía, yo Mismo las defenderé como mi gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte». Amén.

Coronilla de la Divina Misericordia

   

OCTAVO DÍA

Hoy, tráeme a las almas que están detenidas en el purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia.

Que los torrentes de mi Sangre refresquen el ardor del Purgatorio.

Todas estas almas son muy amadas por mí.

Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi Justicia.

Está en tu poder llevarles el alivio.

Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre.

Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi Justicia.

Jesús Misericordiosísimo, tú mismo has dicho que deseas la misericordia, he aquí que yo llevo a la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas del Purgatorio, almas que te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adecuada a tu Justicia.

Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de tu Corazón, apaguen el fuego del Purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de tu misericordia.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el Purgatorio y que están encerradas en el Compasivísimo Corazón de Jesús.

Te suplico por la dolorosa Pasión de Jesús, tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su Sacratísima Alma fue inundada, muestra tu misericordia a las almas que están bajo tu justo escrutinio.

No las mires sino a través de las heridas de Jesús, tu amadísimo Hijo, ya que creemos que tu bondad y tu compasión no tienen límites. Amén.

Coronilla de la Divina Misericordia

   

NOVENO DÍA

Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de mi misericordia.

Estas almas son las que más dolorosamente hieren mi Corazón.

A causa de las almas tibias, mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos.

A causa de ellas dije: Padre, aleja de mí este Cáliz, si es tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a mi misericordia.

Jesús Misericordiosísimo, que eres la compasión misma, te traigo a las almas tibias a la morada de tu Piadosísimo Corazón.

Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de tu amor puro.

Oh Jesús Compasivísimo, ejercita la omnipotencia de tu misericordia y atráelas al mismo ardor de tu amor y concédeles el amor santo, porque tú lo puedes todo.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están encerradas en el Piadosísimo Corazón de Jesús.

Padre de la Misericordia, te suplico por la amarga Pasión de tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de tu misericordia. Amén.

Coronilla de la Divina Misericordia

jesus de la divina misericordia fondo

   

DIVERSAS ANOTACIONES DE SANTA FAUSTINA EN TORNO A LA NOVENA Y A LA CORONILLA

El Señor me dijo rezar esta coronilla durante nueve días antes de la Fiesta de la Misericordia.

Debe iniciarse el Viernes Santo.

Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias. (Diario, 796)

28 de diciembre de 1936.  Hoy he iniciado la Novena a la Divina Misericordia.

Es decir, en espíritu me traslado delante de la imagen y rezo la coronilla que me enseñó el Señor.

El segundo día de la Novena vi esta Imagen como si estuviera viva, rodeada de innumerables agradecimientos y veía una gran multitud de personas que acudían y vi que muchas de ellas eran felices.

Oh Jesús, con que alegría latió mi corazón.  … (Diario, 851)

Jesús me ordena hacer una Novena antes de la Fiesta de la Misericordia y debo emplearla hoy por la conversión del mundo entero y para que se conozca la Divina Misericordia.

Para que cada alma exalte Mi Bondad.  Deseo la confianza de Mis criaturas, invita a las almas a una gran confianza en Mi Misericordia insondable. 

Que no tema acercarse a Mí el alma débil, pecadora y aunque tuviera más pecados que granos de arena hay en la tierra, todo se hundiría en el abismo de Mi Misericordia. (Diario, 1059)

Reza incesantemente esta Coronilla que te he enseñado.

Quienquiera que la rece recibirá gran Misericordia a la hora de la muerte.

Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la ultima tabla de salvación. Hasta

el pecador mas empedernido, si reza esta Coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi Misericordia Infinita.

Deseo que el mundo entero conozca Mi Misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi Misericordia. (Diario, 687)

Hija Mía, anima a las almas a rezar la Coronilla que te he dado.

A quienes recen esta Coronilla, Me complazco en darles lo que Me pidan.

Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz.

Escríbelo para las almas afligidas: Cuando un alma vea y conozca la gravedad de sus pecados, cuando a los ojos de su alma se descubra todo el abismo de la miseria en la que ha caído, no se desespere, sino que se arroje con confianza en brazos de Mi Misericordia, como un niño en brazos de su madre amadísima.

Estas almas tienen prioridad en Mi Corazón compasivo, ellas tienen preferencia en Mi Misericordia.

Proclama que ningún alma que ha invocado Mi Misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión.

Me complazco particularmente en el alma que confía en Mi Bondad.

Escribe: cuando recen esta Coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador Misericordioso. (Diario, 1541)

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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A la Divina Misericordia Breaking News DEVOCIONES Y ORACIONES Movil NOTICIAS Noticias 2018 - julio - diciembre

Oraciones a la Divina Misericordia, Fundamentales para el Momento Actual

Nuestro Señor le dictó a Santa Faustina Kowalska la Coronilla de la Misericordia.

Y también una serie de oraciones para llamar a su Misericordia Divina, tanto para para uno mismo como para otros.

“Si tú dices esta oración, con un corazón contrito y con fe, en nombre de algún pecador le daré a esa alma la gracia de la conversión”.

No debemos olvidar que estamos en el tiempo de la Misericordia de Dios, antes de su Juicio.

Y si uno lee los mensajes que la Reina de la Paz da en Medjugorje, veremos que insiste hasta el cansancio en esto.

altar misericordia

Jesús está demostrando a Santa Faustina que las oraciones a la Divina Misericordia no son sólo para la persona que las ofrece.

Sino que son principalmente oraciones de intercesión a través de las cuales Él concede gracias y misericordia a innumerables almas.

La Coronilla de la Divina Misericordia es especialmente una oración de expiación.

Expiación no sólo por mis pecados, sino por nuestros pecados, lo que incluye a nuestro linaje familiar y demás seres queridos.

Cuando hablamos de linaje queremos decir para todos aquellos en nuestra ascendencia de la familia que han pasado antes que nosotros y todos los de nuestro linaje familiar que todavía tienen que nacer.

Y por supuesto te cubre a ti y a tu familia inmediata también. 

Dice santa Faustina:

“El Señor me dijo, siempre me consuelas cuando oras por los pecadores. La oración por su conversión es para Mí la más agradable. Yo la escucho siempre”. (Diario 1397)

conversión pecadores

Al rezar esta oración, especialmente por los pecadores o los que van a morir sin reparación, vas a participar en la redención de la humanidad y la salvación de almas que son muy valiosos para Jesús.

“¡Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en ti confío!”

jesus de la divina misericordia fondo

La importancia de la oración para la gracia la expresó Jesús a Santa Faustina a través de estos mensajes:

“A través de la oración el alma se arma para enfrentar cualquier batalla.

En cualquier condición en que se encuentre un alma, debe orar.

Tiene que rezar el alma pura y bella, porque de lo contrario perdería su belleza.

Tiene que implorar el alma que tiende a la pureza, porque de lo contrario no la alcanzaría.

Tiene que suplicar el alma recién convertida, porque de lo contrario caería nuevamente.

Tiene que orar el alma pecadora, sumergida en los pecados, para poder levantarse.

Y no hay alma que no tenga el deber de orar, porque toda gracia fluye por medio de la oración” (Diario, 146).

Y también la explicó la importancia de la oración para llevar adelante los planes de Dios:

por-que-debemos-orar

“El alma debe ser fiel a la oración, a pesar de las tribulaciones, la aridez y las tentaciones.

Porque de tal plegaria en gran medida depende a veces la realización de los grandes proyectos de Dios.

Y si no perseveramos en tal plegaria, ponemos impedimentos a lo que Dios quiere hacer a través de nosotros o en nosotros.

Que cada alma recuerde estas palabras: Y encontrándose en una situación difícil, rogaba más tiempo (Diario, 872).

Estatua de Jesus de la Misericordia con arco iris arriba

 

LAS ORACIONES DEL DIARIO DE SANTA SOR FAUSTINA

I

“Amor eterno, llama pura, arde incesantemente en mi corazón y diviniza todo mi ser según Tu eterno designio por el cual me has llamado a la existencia y a participar en Tu eterna felicidad” (Diario, 1523).

 

II

“Oh, Dios misericordioso que no nos desprecias sino que continuamente nos colmas de tus gracias, nos haces dignos de Tu reino y en Tu bondad llenas con los hombres los lugares abandonados por los ángeles ingratos.

Oh Dios de gran misericordia que has apartado Tu santa vista de los ángeles rebeldes dirigiéndola al hombre arrepentido, sea honor y gloria a Tu misericordia insondable…” (Diario, 1339).

 

III

“Oh Jesús, tendido sobre la cruz, Te ruego, concédeme la gracia de cumplir fielmente con la santísima voluntad de Tu Padre, en todo, siempre y en cualquier lugar.

Y cuando esta voluntad de Dios me parezca pesada y difícil de cumplir, es entonces que Te ruego, Jesús, que de Tus heridas fluyan sobre mí fuerza y fortaleza y que mis labios repitan:

Hágase Tu voluntad, Señor… Compasivísimo Jesús, concédeme la gracia de olvidarme de mi misma para que pueda vivir totalmente por las almas, ayudándote en la obra de salvación, según la santísima voluntad de Tu Padre…” (Diario, 1265)

santa faustina y jesus de la misericordia

 

IV

“Oh Señor, deseo transformarme toda en Tu misericordia y ser un vivo reflejo de Ti. Que este supremo atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón al prójimo.

Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos, para que yo jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarla.

Ayúdame, oh Señor, a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos.

Ayúdame, oh Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás hable negativamente de mis prójimos sino que tenga una palabra de consuelo y perdón para todos.

Ayúdame, oh Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargue sobre mí las tareas más difíciles y más penosas.

Ayúdame, oh Señor, a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio. (…)

Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo (…)

Que Tu misericordia, oh Señor mío, repose dentro de mí” (Diario, 163).

 

V

“Oh, Rey de Misericordia, guía mi alma…” (Diario, 3).

 

VI

“Que cada latido de mi corazón sea un nuevo himno de agradecimiento a Ti, oh Dios. Que cada gota de mi sangre circule para Ti. Señor, mi alma es todo un himno de adoración a Tu misericordia. Te amo, Dios, por Ti Mismo” (Diario, 1794).

jesus de la misericordia siendo pintado

 

VII

“Oh Jesús, deseo vivir el momento actual, vivir como si este día fuera el último de mi vida: aprovechar con celo cada momento para la mayor gloria de Dios, disfrutar de cada circunstancia de modo que el alma saque provecho. Mirar todo desde el punto de vista de que sin la voluntad de Dios no sucede nada.

Oh Dios de insondable misericordia, abraza el mundo entero y derrámate sobre nosotros a través del piadoso Corazón de Jesús” (Diario, 1183).

 

VIII

“Oh Dios de gran misericordia, Bondad infinita, hoy toda la humanidad clama, desde el abismo de su miseria, a Tu misericordia, a Tu compasión, oh Dios; y grita con la potente voz de la miseria. Dios indulgente, no rechaces la oración de los desterrados de esta tierra.

Oh Señor, Bondad inconcebible que conoces perfectamente nuestra miseria y sabes que por nuestras propias fuerzas no podemos ascender hasta Ti, Te imploramos, anticípanos Tu gracia y multiplica incesantemente Tu misericordia en nosotros para que cumplamos fielmente Tu santa voluntad a lo largo de nuestras vidas y a la hora de la muerte.

Que la omnipotencia de Tu misericordia nos proteja de las flechas de los enemigos de nuestra salvación, para que con confianza, como Tus hijos, esperemos Tu última venida…” (Diario, 1570).

 

IX

Oh Sangre y Agua que brotaste del Santísimo Corazón de Jesús como fuente de misericordia para nosotros en ti confío.

Oh Jesús, te entregaste por nosotros a tan asombrosa pasión únicamente por amor.

La justicia de tu Padre habría sido expiada con un solo suspiro tuyo y todos tus anonadamientos son actos de tu misericordia y tu inconcebible amor (…)

Cuando estabas muriendo en la cruz, en aquel momento nos donaste tu vida eterna, al haber permitido abrir tu sacratísimo costado nos abriste una inagotable fuente de tu misericordia; nos ofreciste lo más valioso que tenías, es decir, la sangre y el agua de tu Corazón.

He aquí la omnipotencia de tu misericordia, de ella toda gracia fluye a nosotros.

Oh Jesús extendido sobre la cruz, te ruego concédeme la gracia de cumplir fielmente con la santísima voluntad de tu Padre en todas las cosas, siempre y en todo lugar.

Y cuando esta voluntad me parezca pesada y difícil de cumplir, es entonces que te ruego, Jesús, que de tus heridas fluyan sobre mí fuerza y fortaleza y que mis labios repitan constantemente: hágase tu voluntad, Señor.

Oh Salvador del mundo, Amante de la salvación humana que entre terribles tormentos y dolor, te olvidaste de ti mismo para pensar únicamente en la salvación de las almas. Compasivísimo Jesús, concédeme la gracia de olvidarme de mí misma para que pueda vivir totalmente por las almas, ayudándote en la obra de salvación, según la santísima voluntad de tu Padre.

Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y se abrió el mar de misericordia para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable misericordia de Dios, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.

Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en ti confío!

Tu expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó inmensamente para las almas, y el océano de Misericordia se abrió por todo el mundo.

O fuente de Vida, Oh Misericordia Infinita, envuelve todo el mundo y desocúpate sobre nosotros.

Oh Sangre y Agua que brotaste del Santísimo Corazón de Jesús como fuente de misericordia para nosotros en ti confío (Diario, 187).

procesion jesus de la misericordia fondo

 

X

Oh Jesús, te entregaste por nosotros a tan asombrosa pasión únicamente por amor.

La justicia de tu Padre habría sido expiada con un solo suspiro tuyo y todos tus anonadamientos son actos de tu misericordia y tu inconcebible amor (…)

Cuando estabas muriendo en la cruz, en aquel momento nos donaste tu vida eterna, al haber permitido abrir tu sacratísimo costado nos abriste una inagotable fuente de tu misericordia; nos ofreciste lo más valioso que tenías, es decir, la sangre y el agua de tu Corazón.

He aquí la omnipotencia de tu misericordia, de ella toda gracia fluye a nosotros (Diario, 1447).

 

XI

Oh Jesús, Verdad eterna, Vida nuestra, te suplico y mendigo tu misericordia para los pobres pecadores. Dulcísimo Corazón de mi Señor, lleno de piedad y de misericordia insondable, te suplico por los pobres pecadores.

Oh sacratísimo Corazón, fuente de misericordia de donde brotan rayos de gracias inconcebibles sobre toda la raza humana.

Te suplico luz para los pobres pecadores.

Oh Jesús, recuerda tu amarga pasión y no permitas que se pierdan las almas redimidas con tan preciosísima, santísima sangre tuya.

Oh Jesús, cuando considero el alto precio de tu sangre, me regocijo en su inmensidad porque una sola gota habría bastado para salvar a todos los pecadores (…)

Oh, qué alegría arde en mi corazón cuando contemplo tu bondad inconcebible, oh Jesús mío. Deseo traer a todos los pecadores a tus pies para que glorifiquen tu misericordia por los siglos de los siglos (Diario, 72).


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A la Divina Misericordia DEVOCIONES Y ORACIONES

Acto de Consagración del mundo a la Divina Misericordia

Homilía de S.S. Juan Pablo II.
Misa de consagración del santuario de la Divina Misericordia.
Consagración del mundo a la Divina Misericordia.
Santuario de Lagiewniki 17-VIII-02.

Hoy, en este santuario, quiero consagrar el mundo a la Misericordia Divina.

«Oh inconcebible e insondable misericordia de Dios, ¿quién te puede adorar y exaltar de modo digno? Oh sumo atributo de Dios omnipotente, tú eres la dulce esperanza de los pecadores» (Diario, 951, ed. it. 2001, p. 341).

Amadísimos hermanos y hermanas:

1. Repito hoy estas sencillas y sinceras palabras de santa Faustina, para adorar juntamente con ella y con todos vosotros el misterio inconcebible e insondable de la misericordia de Dios.

Como ella, queremos profesar que, fuera de la misericordia de Dios, no existe otra fuente de esperanza para el hombre. Deseamos repetir con fe: Jesús, confío en ti.

De este anuncio, que expresa la confianza en el amor omnipotente de Dios, tenemos particularmente necesidad en nuestro tiempo, en el que el hombre se siente perdido ante las múltiples manifestaciones del mal.

Es preciso que la invocación de la misericordia de Dios brote de lo más íntimo de los corazones llenos de sufrimiento, de temor e incertidumbre, pero, al mismo tiempo, en busca de una fuente infalible de esperanza.

Por eso, venimos hoy aquí, al santuario de Lagiewniki, para redescubrir en Cristo el rostro del Padre: de aquel que es «Padre misericordioso y Dios de toda consolación» (2 Co 1, 3).

Con los ojos del alma deseamos contemplar los ojos de Jesús misericordioso, para descubrir en la profundidad de esta mirada el reflejo de su vida, así como la luz de la gracia que hemos recibido ya tantas veces, y que Dios nos reserva para todos los días y para el último día.

2. Estamos a punto de dedicar este nuevo templo a la Misericordia de Dios. Antes de este acto, quiero dar las gracias de corazón a los que han contribuido a su construcción. Doy las gracias de modo especial al cardenal Franciszek Macharski, que ha trabajado tanto por esta iniciativa, manifestando su devoción a la Misericordia divina. Abrazo con afecto a las Religiosas de la Bienaventurada Virgen María de la Misericordia y les agradezco su obra de difusión del mensaje legado por santa Faustina. Saludo a los cardenales y a los obispos de Polonia, encabezados por el cardenal primado, así como a los obispos procedentes de diversas partes del mundo. Me alegra la presencia de los sacerdotes diocesanos y religiosos, así como de los seminaristas. Saludo de corazón a todos los que participan en esta celebración y, de modo particular, a los representantes de la Fundación del santuario de la Misericordia Divina, que se ocupó de su construcción, y a los obreros de las diversas empresas. Sé que muchos de los aquí presentes han sostenido materialmente con generosidad esta construcción. Pido a Dios que recompense su magnanimidad y su compromiso con su bendición.

3. Hermanos y hermanas, mientras dedicamos esta nueva iglesia, podemos hacernos la pregunta que afligía al rey Salomón cuando estaba consagrando como morada de Dios el templo de Jerusalén: «¿Es que verdaderamente habitará Dios con los hombres sobre la tierra? Si los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta casa que yo te he construido!» (1 R 8, 27). Sí, a primera vista, vincular determinados «espacios» a la presencia de Dios podría parecer inoportuno. Sin embargo, es preciso recordar que el tiempo y el espacio pertenecen totalmente a Dios.

Aunque el tiempo y todo el mundo pueden considerarse su «templo», existen tiempos y lugares que Dios elige para que en ellos los hombres experimenten de modo especial su presencia y su gracia. Y la gente, impulsada por el sentido de la fe, acude a estos lugares, segura de ponerse verdaderamente delante de Dios, presente en ellos.

Con este mismo espíritu de fe he venido a Lagiewniki, para dedicar este nuevo templo, convencido de que es un lugar especial elegido por Dios para derramar la gracia de su misericordia.

Oro para que esta iglesia sea siempre un lugar de anuncio del mensaje sobre el amor misericordioso de Dios; un lugar de conversión y de penitencia; un lugar de celebración de la Eucaristía, fuente de la misericordia; un lugar de oración y de imploración asidua de la misericordia para nosotros y para el mundo.

Oro con las palabras de Salomón: «Atiende a la plegaria de tu siervo y a su petición, Señor Dios mío, y escucha el clamor y la plegaria que tu siervo hace hoy en tu presencia, que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta casa. (…) Oye, pues, la plegaria de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar. Escucha tú desde el lugar de tu morada, desde el cielo, escucha y perdona» (1 R 8, 28-30).

4. «Pero llega la hora, ya está aquí, en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en Espíritu y en verdad, porque el Padre desea que le den culto así» (Jn 4, 23). Cuando leemos estas palabras de nuestro Señor Jesucristo en el santuario de la Misericordia Divina, nos damos cuenta de modo muy particular de que no podemos presentarnos aquí si no es en Espíritu y en verdad. Es el Espíritu Santo, Consolador y Espíritu de verdad, quien nos conduce por los caminos de la Misericordia divina. Él, convenciendo al mundo «en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio» (Jn 16, 8), al mismo tiempo revela la plenitud de la salvación en Cristo.

Este convencer en lo referente al pecado tiene lugar en una doble relación con la cruz de Cristo. Por una parte, el Espíritu Santo nos permite reconocer, mediante la cruz de Cristo, el pecado, todo pecado, en toda la dimensión del mal, que encierra y esconde en sí. Por otra, el Espíritu Santo nos permite ver, siempre mediante la cruz de Cristo, el pecado a la luz del «mysterium pietatis», es decir, del amor misericordioso e indulgente de Dios (cf. Dominum et vivificantem, 32). Y así, el «convencer en lo referente al pecado», se transforma al mismo tiempo en un convencer de que el pecado puede ser perdonado y el hombre puede corresponder de nuevo a la dignidad de hijo predilecto de Dios. En efecto, la cruz «es la inclinación más profunda de la Divinidad hacia el hombre (…). La cruz es como un toque del amor eterno sobre las heridas más dolorosas de la existencia terrena del hombre» (Dives in misericordia, 8).

La piedra angular de este santuario, tomada del monte Calvario, en cierto modo de la base de la cruz en la que Jesucristo venció el pecado y la muerte, recordará siempre esta verdad. Creo firmemente que en este nuevo templo las personas se presentarán siempre ante Dios en Espíritu y en verdad. Vendrán con la confianza que asiste a cuantos abren humildemente su corazón a la acción misericordiosa de Dios, al amor que ni siquiera el pecado más grande puede derrotar. Aquí, en el fuego del amor divino, los corazones arderán anhelando la conversión, y todo el que busque la esperanza encontrará alivio.

5. «Padre eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, por los pecados nuestros y del mundo entero; por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero» (Diario, 476, ed. it., p. 193).

De nosotros y del mundo entero… ¡Cuánta necesidad de la misericordia de Dios tiene el mundo de hoy! En todos los continentes, desde lo más profundo del sufrimiento humano parece elevarse la invocación de la misericordia. Donde reinan el odio y la sed de venganza, donde la guerra causa el dolor
y la muerte de los inocentes. Se necesita la gracia de la misericordia para calmar las mentes y los corazones, y hacer que brote la paz. Donde no se respeta la vida y la dignidad del hombre se necesita el amor misericordioso de Dios, a cuya luz se manifiesta el inexpresable valor de todo ser humano. Se necesita la misericordia para hacer que toda injusticia en el mundo termine en el resplandor de la verdad.

Por eso hoy, en este santuario, quiero consagrar solemnemente el mundo a la Misericordia divina. Lo hago con el deseo ardiente de que el mensaje del amor misericordioso de Dios, proclamado aquí a través de santa Faustina, llegue a todos los habitantes de la tierra y llene su corazón de esperanza. Que este mensaje se difunda desde este lugar a toda nuestra amada patria y al mundo. Ojalá se cumpla la firme promesa del Señor Jesús: de aquí debe salir «la chispa que preparará al mundo para su última venida» (cf. Diario, 1732, ed. it., p. 568). Es preciso encender esta chispa de la gracia de Dios. Es preciso transmitir al mundo este fuego de la misericordia.

En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre, la felicidad. Os encomiendo esta tarea a vosotros, amadísimos hermanos y hermanas, a la Iglesia que está en Cracovia y en Polonia, y a todos los devotos de la Misericordia divina que vengan de Polonia y del mundo entero.

¡Sed testigos de la misericordia!

6. Dios, Padre misericordioso,
que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo
y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador;
te encomendamos hoy
el destino del mundo y de todo hombre.

Inclínate hacia nosotros, pecadores;
sana nuestra debilidad;
derrota todo mal;
haz que todos los habitantes de la tierra
experimenten tu misericordia,
para que en ti, Dios uno y trino,
encuentren siempre la fuente de la esperanza.

Padre eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Amén.

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A la Divina Misericordia DEVOCIONES Y ORACIONES

Letanías y Alabanzas a la Divina Misericordia

“El Señor Mismo me impulsa a escribir oraciones e himnos sobre Su misericordia…” (Diario, 1593).

“Deseo que conozcas más profundamente el amor que arde en Mi Corazón por las almas y tú comprenderás esto cuando medites Mi Pasión. Apela a Mi misericordia para los pecadores, deseo su salvación. Cuando reces esta oración con corazón contrito y con fe por algún pecador, le concederé la gracia de la conversión. Esta oración es la siguiente: Oh, Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío” (Diario, 187).

“El silencio es una espada en la lucha espiritual; (…) El alma silenciosa es capaz de la más profunda unión con Dios; vive casi siempre bajo la inspiración del Espíritu Santo. En el alma silenciosa Dios obra sin obstáculos” (Diario, 477).

“Debemos rogar frecuentemente al Espíritu Santo por la gracia de la prudencia. La prudencia se compone de: la reflexión, la consideración razonable y el propósito firme. La decisión final siempre nos pertenece a nosotros” (Diario, 1106)

LETANIAS A LA MISERICORDIA DIVINA

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, óyenos. Jesucristo escúchanos.

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que sois Un solo y verdadero Dios, ten piedad
De nosotros.

* EN TÎ CONFÎO
1.- Jesús, Rey de Misericordia, que has redimido el mundo.*
2.- Jesús, Rey de Misericordia, por quien todas las cosas fueron creadas.*
3.- Jesús, Rey de Misericordia, que nos has santificado.*
4.-Jesús, Rey de Misericordia, que nos revelasteis el misterio de La Santísima Trinidad.*
5.- Jesús, Rey de Misericordia, que nos manifestasteis la Omnipotencia de Dios.*
6.- Jesús, Rey de Misericordia, que te manifiestas en la creación de los espíritus celestiales.*
7.- Jesús, Rey de Misericordia, que nos formasteis de la nada.*
8.- Jesús, Rey de Misericordia, que abrazas todo el universo.*
9.- Jesús, Rey de Misericordia, que nos das la vida eterna.*
10.-. Jesús, Rey de Misericordia, que nos proteges del castigo merecido.*
11.- Jesús, Rey de Misericordia, que nos libras de la miseria del pecado.*
12.- Jesús, Rey de Misericordia, que nos concedes la justificación en el verbo encarnado.*
13.- Jesús, Rey de Misericordia, que nos concedes misericordia por Tus Santas llagas.*
14.- Jesús, Rey de Misericordia, que brota de Tu Santísimo Corazón.*
15.- Jesús, Rey de Misericordia, que nos distes a la Santísima Virgen como Madre de Misericordia.*
16.- Jesús, Rey de Misericordia, por la cual has sufrido Tu encarnación, Pasión y Muerte.*
17.- Jesús, Rey de Misericordia, por medio de la cual ayudas a todos, en todas partes y siempre.*
18.- Jesús, Rey de Misericordia, por la cual nos has prevenido con Tus Gracias.*
19.- Jesús, Rey de Misericordia, la que nos has manifestado revelándonos los Misterios Divinos.*
20.- Jesús, Rey de Misericordia, la que manifestastes instituyendo Tu Santa Iglesia.*
21.- Jesús, Rey de Misericordia, que habiendo instituido los Santos Sacramentos, nos abristes los torrentes de Tus Gracias.*
22.- Jesús, Rey de Misericordia, por la que nos has obsequiado con los Santos Sacramentos del Bautismo y de la Penitencia.*
23.- Jesús, Rey de Misericordia, por la que nos has obsequiado con la Santísima Eucaristía y el Sacerdocio*
24.- Jesús, Rey de Misericordia, que nos has llamado a Nuestra Santa Fe.*
25.- Jesús, Rey de Misericordia, que la manifiestas por la conversión de los pecadores.*
26. Jesús, Rey de Misericordia, que la manifiestas iluminando a los fieles.*
27.- Jesús, Rey de Misericordia, que la revelas por la santificación de los justos.*
28.- Jesús, Rey de Misericordia, que llevas a los santos a la cumbre de la santidad.*
29.- Jesús, Rey de Misericordia, la que brota de Tus Santas llagas.*
30.- Jesús, Rey de Misericordia, la que brota de Tu Santísimo Corazón.*
31.- Jesús, Rey de Misericordia, que eres consuelo de los enfermos y afligidos.*
32.- Jesús, Rey de Misericordia, que eres el único consuelo de los corazones afligidos.*
33.- Jesús, Rey de Misericordia, que das esperanzas a las almas que se hallan en desesperación.*
34.- Jesús, Rey de Misericordia, que acompañas a todos los hombres siempre y en todas partes.*
35.- Jesús, Rey de Misericordia, que nos colmas con el torrente de Tus Gracias.*
36.- Jesús, Rey de Misericordia, que eres el refugio de los moribundos.*
37.- Jesús, Rey de Misericordia, que eres el consuelo de las almas del purgatorio.*
38.- Jesús, Rey de Misericordia, que eres la Corona de todos los Santos.*
39.- Jesús, Rey de Misericordia, que eres el gozo celestial de los que se salvan.*
40.- Jesús, Rey de Misericordia, que eres la fuente inagotable de los milagros.*
41.- Jesús, Rey de Misericordia, que eres la salvación del mundo entero.*

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.

Las Misericordias de Dios, son más grandes que todas sus obras.
Por eso cantaré las Misericordias de Dios para siempre.

ALABANZAS A LA DIVINA MISERICORDIA

El Amor de Dios es la flor; La Misericordia el fruto. Que el alma titubeante lea estas consideraciones sobre la Misericordia Divina y recobre la confianza.

Misericordia Divina, que brotas del seno del Padre, en Ti confío.
Misericordia Divina, supremo atributo de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, misterio incomprensible, en Ti confío.
Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, humano o angélico, en Ti confío.
Misericordia Divina, de donde brotan vida y felicidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, más sublime que los cielos, en Ti confío.
Misericordia Divina, manantial de milagros y maravillas, en Ti confío.
Misericordia Divina, abrazando todo el universo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que bajas a la tierra en la Persona del Verbo Encamado, en Ti confío.
Misericordia Divina, que manaste de la herida abierta en el Corazón de Jesús, en Ti confío.
Misericordia Divina, enclaustrada en el Corazón por nosotros, y especialmente por los pecadores, en Ti confío.
Misericordia Divina, insondable en la institución de la Sagrada Hostia, en Ti confío.
Misericordia Divina, que fundaste la Santa Iglesia, en Ti confío.
Misericordia Divina, presente en el Sacramento del Santo Bautismo, en Ti confío.
Misericordia Divina, en la justificación de nosotros por Jesucristo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos acompañas a lo largo de la vida, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos abrazas, especialmente a la hora de la muerte, en Ti confío.
Misericordia Divina, por quien recibimos el don de la inmortalidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, siempre a nuestro lado en cada instante de nuestra vida, en Ti confío.
Misericordia Divina, escudo protector de las llamas infernales, en Ti conf?
?o.
Misericordia Divina, por quien se convierte el pecador empedernido, en Ti confío.
Misericordia Divina, que dejas atónitos a los ángeles; inasequible también a los santos, en Ti confío.
Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos rescatas de toda miseria, en Ti confío.
Misericordia Divina, manantial de felicidad y gozo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que de la nada nos trajiste a la existencia, en Ti confío.
Misericordia Divina, que rodeas con Tus brazos toda obra de Sus manos, en Ti confío.
Misericordia Divina, que presides toda la obra de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos, en Ti confío.
Misericordia Divina, dulce consuelo de los corazones angustiados, en Ti confío.
Misericordia Divina, única esperanza de los desesperados, en Ti confío.
Misericordia Divina, remanso de corazones, paz en la turbulencia, en Ti confío.
Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas, en Ti confío.
Misericordia Divina, esperanza renovada, perdida ya toda esperanza, en Ti confío.

Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu bondadosa mirada y aumenta Tu misericordia en nosotros para que en los momentos difíciles, no nos desalentemos ni nos desesperemos, sino que, con la máxima confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es Amor y Misericordia.

Oh incomprensible e infinita Misericordia Divina, ¿quién podrá adorarte como Te mereces. Eres la dulce esperanza del pecador. Uníos estrellas, mar y tierra en un sólo himno y cantad a coro, con vuestra mejor voz, la misericordia Divina, cuya comprensión no se nos alcanza. (11, 296-297).

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