Cómo asegurarse sí o sí que tu oración verdaderamente funcione.
Hay una forma de orar para pedir favores a Dios y alcanzar tu felicidad, que no falla.
No se trata del engaño de esas oraciones que circulan por internet, que te dicen que si oras exactamente una oración que ellos te indican, tendrás todo lo que pidas.
Ese es el pasaporte seguro a la decepción.
La forma de orar para que Dios te responda afirmativamente, tiene que estar anclada en lo que los padres y doctores de la Iglesia han experimentado, en su relación y su reflexión sobre Dios.
Aquí no te indicaremos una oración mágica que solucionará todos tus problemas, sino que te contaremos de qué forma debes orar para pedir a Dios, y así logres Su respuesta afirmativa y eso implique tu felicidad.
En el mundo cristiano, la oración ya no se comprende adecuadamente.
Para algunos es como un refugio de bienestar psicológico, para lograr el dominio de uno mismo; esto lo encarna la meditación.
De alguna manera piensan que sería supersticioso esperar un cambio en el mundo físico producido por la oración, porque todo está sujeto a la necesidad de las leyes de la naturaleza.
Otros la ven como un intento desesperado ante una situación angustiosa, para satisfacer cualquier pulsión que tengamos, y a veces tratando de obligar a Dios a hacerlo.
Y otros la ven como una actividad religiosa para hacer por la mañana y por la noche, pero que tiene poco peso real en la vida de la persona.
Ya no se percibe la oración como la parte más importante de la vida cristiana, la más decisiva para influir en el destino del mundo, de la Iglesia, de la propia vida y de los seres queridos, y que tiene sus leyes que hay que comprender.
Para una mentalidad ingenua, la oración es meramente como una cinta transportadora, pedimos a Dios y Él nos da.
A veces esta mentalidad piensa, a lo sumo, que su eficacia dependerá de las palabras exactas con las que oramos.
Por eso vemos que YouTube está lleno de videos que anuncian, esta es la oración que Dios siempre contesta o con esta oración vas a conseguir todo. Un engaño.
Incluso hasta parecería que Lucas nos dice que la oración perseverante es eficaz, casi incondicionalmente “Pedid, y se os dará”.
Pero tanto la biblia, como la experiencia que tenemos en la contestación de las oraciones de petición, nos muestran que la contestación afirmativa depende del plan de Dios.
El Señor le dice al profeta Jeremías “sé los planes que tengo para ti, para el bienestar y no para el mal, para darte un futuro y una esperanza.
Entonces me llamarás y vendrás a orar a mí, y yo te escucharé.
Me buscarás y me encontrarás”.
Dios tiene un plan para tu vida, si cooperas con las gracias que Él quiere darte.
Por lo tanto la eficacia de la oración está condicionada al relacionamiento con Dios.
Pero la dificultad para entender esto es que demasiados cristianos piensan que el mundo gira alrededor de ellos, y todo lo miran de acuerdo a sus conveniencias y no a las de Dios.
Y consideran a Dios como un mago expendedor de gracias, al que pueden acudir sin comprometerse en un mayor esfuerzo.
La realidad que todos experimentamos es que hay muchas oraciones que no son contestadas, y otras que son contestadas no exactamente de la manera en que lo pedimos.
La respuesta tiene sus reglas que hay que conocer, para lograr que Dios nos otorgue lo que le pedimos más frecuentemente.
La premisa general es que nuestras peticiones tienen que estar de acuerdo con la voluntad de Dios, para ser contestadas.
Las Escrituras nos orientan sobre qué tipo de pedidos nuestros no son contestados.
A veces lo que pedimos no es lo adecuado, pensamos que sabemos qué es lo mejor para nosotros.
A veces pedimos directamente algo que a la larga nos hará mal, y como Dios es amor, no nos va a dar nada malo.
A veces nuestra petición no puede ser contestada afirmativamente sin violar la libertad de otro, porque oramos para que una persona tome alguna decisión que preferiríamos.
A veces nuestra petición no puede ser concedida por el daño que podría causar a otros.
Quizás queramos un día soleado para nuestro picnic, pero los agricultores necesitan desesperadamente lluvia.
A veces nuestra fe no es lo suficientemente fuerte.
El Libro de Santiago dice que el que duda es como la ola del mar, arrastrada y sacudida por el viento.
A veces pedimos cosas por motivos equivocados, Santiago también dice, que es para gastar lo que obtienes en tus placeres.
A veces el pecado del que no nos arrepentimos levanta una barrera entre nosotros y Dios, de modo que nuestra oración queda bloqueada.
A veces no hemos sido generosos con las peticiones y necesidades de los demás.
Y a veces Dios no puede confiarnos bendiciones porque no seguimos su palabra ni somos dignos de confianza en cosas menores.
La respuesta de Dios es condicional.
Por ejemplo, si le pedimos que mate a una persona que nos ha hecho daño, Dios no responderá afirmativamente.
Toda cosa ajena a la moralidad que impulsa Dios no tendrá una contestación positiva.
Y por el contrario, Juan nos dice que si pedimos a Dios algo en línea con su voluntad, Él nos oye.
Y Santiago afirma que la oración del justo tiene gran poder.
De modo que la contestación de Dios a las oraciones está condicionada a nuestro seguimiento de los caminos de Dios.
Si nosotros nos apartamos de la moralidad que Él pide, entonces las oraciones no tendrán chance de ser efectivas.
¿Y cómo debemos orar para que una cosa que pidamos nos la conceda?
Partamos de la base que la dificultad que podemos tener con Dios, está relacionada con los caminos para obtener nuestra felicidad y nuestra salvación.
Él puede pensar que algo es malo para nosotros y nosotros que es bueno.
Entonces déjame mostrarte una buena manera de pedir cosas para nuestra felicidad, incluso en este mundo, que obligará a Dios a escucharnos.
Por ejemplo si quieres hacer a Dios una petición por dinero puedes decirle seriamente, dame por favor tanto dinero que mi corazón quede satisfecho, o inspírame tal desprecio por el dinero que ya no lo quiera.
Otra forma, líbrame de la pobreza o hazla tan placentera para mí, que no la cambiaría por toda la riqueza del mundo.
Quita mi sufrimiento, o en su lugar haz que la aflicción se convierta en fuente de alegría.
Puedes quitarme el peso de mi cruz, o puedes dejarla conmigo sin que yo sienta su peso.
Porque después de todo ¿qué importa de qué manera eres feliz?
Cuando ores de esta manera, ¿sabes cuál será el efecto de tus oraciones?
Primero, estarás satisfecho pase lo que pase.
¿Qué más quieren los que están orientados a los bienes de este mundo, que estar satisfechos?
Y en segundo lugar, no sólo obtendrás sin falta una de las dos cosas que has pedido, sino que, por regla general, obtendrás ambas.
Por ejemplo, Dios te dará el disfrute de riquezas, y te inspirará al mismo tiempo el desprecio por ellas, para que puedas poseerlas sin peligro de apegarte a ellas.
De esta forma, Él pondrá fin a tus sufrimientos y te dará lo necesario para tu vida según Su plan.
Él te hará feliz aquí y ahora, y te dará lo justo, ni más ni menos, para que tu felicidad no te haga daño.
¿Se puede pedir algo mejor?
Bueno hasta aquí lo que queríamos contar sobre cuál es la forma de orar que infaliblemente te conducirá a la felicidad, y cómo la puedes manejar fácilmente.
Y me gustaría preguntarte si crees que esta forma de orar es una forma fácil e inteligente de conducirte como cristiano, o que es impracticable porque se necesita mucho desapego para cumplirla.
En primer lugar estaba la meditación personal. Luego vinieron sus oraciones mientras viaja de un convento a otro.
Recitaba Laudes, Vísperas y la hora de Sexta, con sus compañeros.
Lo mismo que paseando por los valles y en las colinas iba a contemplar la belleza de la creación.
Era un canto de alabanza y acción de gracias a Dios por todos sus regalos que brotaban de su corazón, y sobre todo por la mayor maravilla: la obra redentora de Cristo.
Santo Domingo nos recuerda que la oración, el contacto personal con Dios está en la raíz del testimonio de fe que cada cristiano debe tener en casa, en el trabajo, en los compromisos sociales e incluso en los momentos de relajación.
Esta verdadera relación con Dios nos da la fuerza para vivir cada evento con intensidad, sobre todo los momentos de mayor angustia.
Este Santo nos recuerda también la importancia de las posiciones físicas en nuestra oración.
De rodillas, de pie delante del Señor, con la mirada en el crucifijo, en recogimiento silencioso, lo que nos ayuda a poner todo nuestro ser hacia el interior en contacto con Dios.
Recuerda la necesidad, para nuestra vida espiritual, de encontrar todos los días tiempo para oración en silencio. .
Debemos conseguir de este tiempo para nosotros mismos. .
Tener un poco de tiempo para hablar con Dios.
Estas formas de oración fueron reveladas por un autor anónimo, posiblemente, un fraile dominico.
Que muy probablemente haya recibido esta información de la hermana Cecilia del Monasterio de Santa Inés en Bolonia (que había recibido personalmente el hábito de Santo Domingo) y de otras personas que lo había conocido personalmente.
Los nueve modos de oración de Santo Domingo presumen una conexión entre el cuerpo y el alma, de devoción y de oración.
Cada una de las maneras habla de la importancia de lo que se llama la oración «vocal». .
Tal oración va más allá de las palabras que se dicen en voz alta.
PRIMER MODO DE ORAR
Santo Domingo, manteniendo el cuerpo erguido, inclinaba la cabeza y, mirando humildemente a Cristo, le reverenciaba con todo su ser.
Se inclinaba ante el altar como si Cristo, representado en él, estuviera allí real y personalmente.
Se comportaba así en conformidad con este fragmento del libro de Judit:
“Te ha agradado siempre la oración de los mansos y humildes” (Jdt 9, 16)
También se inspiraba en estas palabras:
“Yo no soy digno de que entres en mi casa” (Mt 8, 8)
Enseñaba a hacerlo así a los frailes cuando pasaban delante del crucifijo, para que Cristo, humillado por nosotros hasta el extremo, nos viera humillados ante su majestad.
Jesús es el único Señor de la historia: un crucificado se erige como salvador de todos los hombres y mujeres.
Inclinamos unos instantes nuestras cabezas ante Jesús crucificado porque es el único Señor de nuestras vidas.
SEGUNDO MODO DE ORAR
Oraba con frecuencia Santo Domingo postrado completamente, con rostro en tierra.
Se dolía en su interior y se decía a sí mismo, y lo hacía a veces en tono tan alto, que en ocasiones le oían recitar aquel versículo del Evangelio:
“¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador” (Lc 18, 13).
Con piedad y reverencia, recordaba frecuentemente aquellas palabras de David:
“Yo soy el que ha pecado y obrado inicuamente” (Sal 50, 5).
También del salmo que comienza, “Con nuestros oídos ¡oh Dios! hemos oído”, recitaba con vigor y devoción el versículo que dice: “Porque mi alma ha sido humillada hasta el polvo, y mi cuerpo pegado a la tierra” (Sal 43, 26).
En alguna ocasión, queriendo exhortar a los frailes con cuanta reverencia debían orar, les decía: “Los Reyes Magos entraron…, y cayendo de rodillas, lo adoraron” (Mt 2, 11)…
TERCER MODO DE ORAR
Motivado Santo Domingo por todo cuanto precede, se alzaba del suelo y se disciplinaba diciendo:
“Tu disciplina me adiestró para el combate”(Sal 17, 35), “Misericordia, Dios mío” (Sal 50),
O también: “Desde lo hondo a ti grito, Señor”(Sal 129).
Nadie, por inocente que sea, se debe apartar de este ejemplo.
Sufre y ora por todos los que sufren, prolongando en su cuerpo la Pasión de Jesús.
CUARTO MODO DE ORAR
Después de esto, Santo Domingo, se volvía hacia el crucifijo, le miraba con suma atención.
A veces, tras el rezo de la oración de Completas y hasta la media noche, y decía, como el leproso del Evangelio: “Señor, si quieres, puedes curarme” (Mt. 8, 2).
O como Esteban, que clamaba: “No les tengas en cuenta este pecado”(Hc 7, 60).
Tenía una gran confianza en la misericordia de Dios, en favor suyo, en bien de todos los pecadores y en el amparo de los frailes jóvenes que enviaba a predicar.
En ocasiones no podía contener su voz y los frailes le escuchaban decir: “A ti, Señor, te invoco, no seas sordo a mi voz, no te calles”(Sal 27, 1); así como otras palabras de la Sagrada Escritura.
Domingo ora ante Cristo presentándole la obra de sus manos, unas manos que son también las nuestras ¿qué le podemos presentar de nuestras vidas?
QUINTO MODO DE ORAR
Algunas veces el Padre Domingo, estando en el convento, permanecía ante el altar; mantenía su cuerpo derecho, sin apoyarse ni ayudarse de cosa alguna.
A veces tenía las manos extendidas ante el pecho, a modo de libro abierto; así se mantenía con mucha reverencia y devoción, como si leyera ante el Señor.
En la oración se le veía meditar la Palabra de Dios, y cómo se la recitara dulcemente para sí mismo.
Le servía de ejemplo aquel gesto del Señor: “Que entró Jesús según su costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura” (Lc 4, 16).
A veces juntaba las manos a la altura de los ojos, entrelazándolas fuertemente y dando una con otra, como urgiéndose a sí mismo.
Elevaba también las manos hasta los hombros, tal como hace el sacerdote cuando celebra la misa, como si quisiera fijar el oído para percibir con más atención algo que se diría desde el altar.
Domingo ora en actitud de ofrenda, ora por toda la creación, ora con toda la naturaleza.
Es el universo hecho oración en la mente y corazón de Domingo.
SEXTO MODO DE ORAR
A veces se veía también orar al Padre Santo Domingo con las manos y brazos abiertos y muy extendidos, a semejanza de la cruz, permaneciendo derecho en la medida en que le era posible.
De este modo oró el Señor mientras pendía en la cruz y “con el gran clamor y lágrimas fue escuchado por su reverencial temor” (Hb 5, 7).
Pero Santo Domingo no utiliza este modo de orar sino cuando, inspirado por Dios, sabía que se iba a obrar algo grande y maravilloso en virtud de la oración, o que Dios le movía con especial fuerza a una gracia singular.
Pronunciaba con ponderación, gravedad y oportunamente las palabras del Salterio que hacen referencia a este modo de orar; decía atentamente:“Señor, Dios de mi salvación, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia;…Todo el día te estoy invocando, Señor, tendiendo las manos hacia ti” (Sal 87, 2-10)
Se identifica con Cristo y abraza a todos los hombres y mujeres con su oración.
SÉPTIMO MODO DE ORAR
Se le hallaba con frecuencia orando, dirigido por completo hacia el cielo.
Oraba con las manos elevadas sobre su cabeza, muy levantadas y unidas entre sí, o bien un poco separadas, como para recibir algo del cielo.
Pedía a Dios para la Orden los dones del Espíritu Santo y la práctica de las bienaventuranzas.
Pedía mantenerse en la pobreza, en el hambre y sed de justicia, en el ansia de misericordia, hasta ser proclamados bienaventurados; pedía mantenerse devotos y alegres en la guarda de los mandamientos y en el cumplimiento de los consejos evangélicos.
A veces decía “Escucha mi voz suplicante cuando te pido auxilio, cuando alzo las manos hacia tu santuario” (Sal 27, 2).
Domingo se deja llevar por sus pensamientos, por sus deseos, por sus dudas, por sus proyectos y se los expone a Jesús con sinceridad de corazón.
OCTAVO MODO DE ORAR
Santo Domingo tenía otro modo de orar, hermoso, devoto y grato para él.
Se iba pronto a estar solo en algún lugar, para leer u orar, permaneciendo consigo y con Dios.
Se sentaba tranquilamente y, hecha la señal protectora de la cruz, abría ante sí algún libro.
Leía y se llenaba su mente de dulzura, como si escuchara al Señor que le hablaba, según lo que se dice en el salmo: “Voy a escuchar lo que dice el Señor” (Sal 84, 9).
A lo largo de esta lectura hecha en soledad, veneraba el libro, se inclinaba hacia él, y también lo besaba, en especial el Evangelio.
NOVENO MODO DE ORAR
Observaba este modo de orar al trasladarse de una región a otra, especialmente cuando se encontraba en lugares solitarios.
Decía a veces a su compañero de camino: Está escrito en el libro de Oseas: “La llevaré al desierto y le hablaré al corazón” (Os 2, 14).
En ocasiones se apartaba de su compañero y se le adelantaba y oraba.
Y es que siempre “hablaba de Dios o con Dios”.
Domingo ora mientras va de un lugar a otro como testigo, como predicador.
Oración de súplica, de alabanza, de acción de gracias, de petición, de contemplación.
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El Rosario Público consiste básicamente en exteriorizar el rezo comunitario del Santo Rosario que se realizada dentro de los templos para llevarlos a la calle. El mas conocido en la actualidad es el Rosario de la Aurora.
Los Rosarios se pueden tipificar de varios modos. Así, atendiendo a la hora de salida se pueden clasificar en de prima noche (diarios, al toque de oraciones) y de madrugada o aurora (festivos, 3 de la mañana). Como vemos en la actualidad se han sustituido por los llamados de antorchas y de la aurora que, aunque conservan el nombre, se suelen hacer sobre las 8-9 de la mañana. …VER VIDEOS… La génesis y conformación del fenómeno de los Rosarios públicos es relacionada comúnmente con la ciudad de Sevilla y las predicaciones del dominico fray Pedro de Santa María de Ulloa en su convento de San Pablo, pero se ha difundido por toda la geografía española.
LOS ORÍGENES DE LA DEVOCIÓN EN SEVILLA
Los orígenes del Rosario en Sevilla hay que vincularlos en principio a los conventos de la Orden de Predicadores (dominicos) donde desde 1479 se instituyen formalmente las denominadas Cofradías del Rosario, corporaciones dependientes de la Orden dedicadas al ejercicio de esta oración y culto a la Virgen, establecidas en las iglesias de los cenobios dominicanos o bien, en la parroquia mayor de cada ciudad o pueblo e incluso templos pertenecientes a otras congregaciones religiosas, siempre con licencia expresa de la jerarquía de la Orden de Predicadores.
En este año, el Papa Sixto IV confirmó las constituciones de la primera Cofradía de la que se tiene noticia, que es la de Colonia. , aunque normalmente se remonta su origen a 1470 en que el carismático dominico Alain de la Roche fundó una por iniciativa propia en Douai. Existe, al parecer, junto a esta corriente extranjera, otra propiamente española coetánea protagonizada por el padre Juan Agustín. Todo parece indicar que en el real convento de San Pablo se funda una de estas cofradías en fecha muy temprana, 1481, siendo Prior Fray Alonso de Ojeda, aunque la documentación propia más antigua que se conserva es de finales del siglo XVI.
Con Pío V el Rosario adquiere una difusión universal, que la historiografía ha relacionado con la Batalla Naval de Lepanto (1571) en que la gran victoria de la Armada cristiana sobre el Turco fue, al parecer, atribuida a la milagrosa intervención de la Virgen del Rosario y a la coincidencia de que el mismo día la Cofradía establecida en Roma había salido en procesión por las calles alabando a la Virgen. El hecho fue que en 1573 el Papa Gregorio XIII expidió un Breve estableciendo el primer domingo de octubre como festividad de la Virgen del Rosario a celebrar en aquellos lugares donde hubiera altar o capilla dedicada a esta advocación.
La festividad se hizo general para toda la Iglesia española en 1671. Según Ortiz de Zúñiga, en los años finales del XVI o primeros años del XVII había ya una cierta tradición de rezar el rosario en común todas las noches en los templos junto con ejercicios de oración y penitencia , que comenzó en el Salvador y hospital del Amor de Dios y se generalizó en otros varios, incluso con la creación de hermandades.
Un acontecimiento popular de enorme trascendencia, la «Cuestión Concepcionista», motivada en parte por una grave imprudencia de la Orden de Predicadores, pudo suponer una merma de la devoción y rezo, pero ocurrió todo lo contrario, prueba de su popularidad.
La devoción al Rosario es fomentada durante este tiempo por los arzobispos Agustín de Spínola en 1646 y, sobre todo, el dominico fray Pedro de Tapia en 1653 quien mediante un edicto de 10 de mayo «[…]logró excitar grandemente y que se introdujese más frecuentemente el uso de rezar el Rosario en público en los templos, que ya antes más tibiamente se usaba «. Esta iniciativa quiso significarla con la donación de una imagen de la Virgen del Rosario al Sagrario de la Catedral. También en 1655 se promulga un edicto real de Felipe IV por el que hace un llamamiento a los obispos para la promoción de esta práctica devocional en sus respectivas diócesis y además el Papa Inocencio XI en 1679 confirma las muchas gracias e indulgencias que desde el siglo XV habían sido concedidas a las Cofradías del Rosario y todos sus cofrades.
La auténtica carta de naturaleza del Rosario como devoción popular tiene efecto en la segunda mitad de esta centuria y a raíz del triste acontecimiento de la Pestilencia de 1649, verdadera catástrofe para los sevillanos, pues más de la mitad de la población pereció en medio de una gran conmoción.
En un régimen de cristiandad como el que vivía Sevilla en el Barroco, el pueblo experimentaba un angustioso sentimiento de culpa, de pecado colectivo por el que Dios castigaba a la ciudad. Era precisa una conversión radical de vida y reforma de costumbres a través del arrepentimiento y la penitencia. En tal sentido, la Jerarquía eclesiástica fomentó en las cuaresmas de los años subsiguientes sendas Misiones populares dirigidas por acreditados predicadores de las principales órdenes regulares. Toda Sevilla se congregaba para asistir a los distintos ejercicios misionales, creándose un clima de exacerbado dramatismo en torno a la religión.
Especial mención hay que hacer a las que, promovidas por el arzobispo Ambrosio Ignacio de Spínola, dirigió el jesuita Tirso González de Santalla junto a sus colaboradores los padres Gamboa, Guillén y Losada, los años 1669, 1672 y 1679.
A fin de preservar que el clima penitencial creado en las misiones no se entibiara y los fieles pudieran perseverar en las prácticas propuestas en las predicaciones, el padre Tirso fomentó la creación de varias hermandades de culto interno dedicadas a ejercicios de penitencia y el rezo del Santo Rosario, concretamente las denominadas Congregaciones de Cristo Crucificado y Nuestra Señora del Rosario que se erigieron por varios devotos en las parroquias del Divino Salvador, San Vicente, San Pedro, San Bartolomé, San Esteban y quizá otras como la de Santa Ana y San Andrés, así como la iglesia de San Hermenegildo. También es fundación suya la Hermandad de la Virgen de la Salud de San Isidoro
EL ROSARIO PÚBLICO
Se atribuye tradicionalmente a fray Pedro de Santa María de Ulloa, dominico gallego nacido en 1642 en la parroquia de Santa María de Ois (Coruña), el influjo definitivo de la «explosión rosariana» con la salida de los primeros Rosarios públicos, espontánea iniciativa que tuvo efecto por vez primera la noche del 17 de junio de 1690, fecha en que se celebraron en el real convento de San Pablo los solemnes funerales por su alma, los cofrades de la Hermandad de Nuestra Señora de la Alegría de San Bartolomé salieron comunitariamente en procesión por las calles rezando el Santo Rosario y cantando coplas marianas. Era el comienzo de este gran movimiento popular.
Aunque se instituyeron la mayoría en templos y, por tanto, bajo la coordinación o supervisión del clero secular o regular, igualmente se generalizaron extramuros al ser erigidos también por los propios vecinos de los barrios en torno a retablos callejeros con una imagen de la Virgen representada en un lienzo o talla, que en muchos casos eran construidos por ellos mismos o bajo sus expensas. Estos retablos se constituían en los puntos de salida de la comitiva procesional.
Andrés Saa nos suministra la relación de los primeros rosarios públicos, nombrando el nombre de la parroquia, fecha de la primera salida y la advocación de la imagen devocional de la Virgen que los presidía: «hermita de la Cruz del Rodeo el día 23 del dicho (junio)= San Julián a 26 de julio, Nuestra Señora de la Iniesta= San Esteban a 27 del dicho, Nuestra Señora de la Luz= el Sagrario de la Patriarcal a 28 de agosto, Nuestra Señora de la Assumpción= San Salvador a 31 del dicho, Nuestra Señora del Rosario San Juan de la Palma a 3 de septiembre, Nuestra Señora de las Maravillas= San Vicente y San Andrés a 11 de octubre, Nuestra Señora del Rosario= San Gil a 16 del dicho, Nuestra Señora de la Esperanza= Santa Catalina a 18 del dicho, Nuestra Señora del Rosario= San Román y San Martín y San Pedro a 22 del dicho, Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora de la Esperanza y Nuestra Señora de Aguas Santas= Santiago a 22= a 26 San Nicolás Nuestra Señora del Soterraño= San Marcos a 28= Santa Ana de Triana a 1º de noviembre= San Isidro y Santa Cruz a 5, Nuestra Señora de la Salud y Nuestra Señora de la Paz= a 9 San Roche, Nuestra Señora de los Ángeles = la parrochia de San Roche a 22= San Miguel a 29= Santa Lucía a 30, Nuestra Señora de la Rosa= San Lorenzo a 8 de diciembre, Nuestra Señora de RocaAmador= Omnium Sanctorum= Omnium Sanctoruma 14= San Bernardo a 30= San Jacinto y Nuestra Señora de ka O a 8 de enero= La Magdalena a 20= San Ildefonso a 23 de marzo, Nuestra Señora del Coral= Después se han seguido otros: la Cruz del Baratillo y Nuestra Señora de la Piedad= en San Pablo tomaron el título después de Nuestra Señora del Consuelo= Santa María la Blanca, Nuestra Señora de las Nieves […] y San Laureano «.
El prelado que entonces regía la Archidiócesis, Jaime de Palafox y Cardona, fomentó el uso devocional y en su celo intentó organizar en este mismo año de 1690, una procesión diaria del Rosario desde la Catedral, tras la hora de Completas, con participación del Cabildo, amén incluso del Asistente, Ciudad y fieles, mas pronto pudo comprobar la viabilidad del proyecto ante la negativa, sobre todo, de los capitulares de la Catedral, que, aunque apoyaban la pretensión del arzobispo, argumentaban la incompatibilidad que existía con sus funciones ordinarias de coro.
LOS PRIMEROS ROSARIOS
En un primer momento salían estas comitivas o «cuadrillas» sin estandarte o Simpecado propio, ni con insignias o imágenes, salvo los faroles para alumbrar el camino y a los devotos, cantando alabanzas y coplas a la Virgen divididos en coros para alternar los padrenuestros y avemarías y dirigidos por uno o dos eclesiásticos que controlaran el orden de la comitiva, marcaran el itinerario y paradas e hicieran los ofrecimientos de los Misterios.
A ello no obsta que algunos sacaran desde el primer momento algún estandarte mariano o Simpecado, insignia por lo demás de gran tradición en Sevilla desde la cuestión concepcionista de principios de siglo. Ahora bien, no de manera organizada ni individualizando el cortejo. Estos primeros rosarios eran muy espontáneos y podemos definirlos como auténticos trasuntos de aquellos rezos comunitarios que dirigía Ulloa en el convento de San Pablo cada día a la aurora, mediodía y prima noche y, por extensión, de las Misiones predicadas en Sevilla por religiosos de diversas órdenes. Se generaba toda una dinámica cotidiana en torno al Rosario de manera permanente. Sin duda, ni Ulloa pudo prever este fenómeno tan extraordinario.
En realidad, el Rosario, en principio, constituía sólo una parte, ciertamente la más dinámica y popular, de la cotidianidad que fomentó Ulloa. Conocemos que en parroquias como San Bartolomé o Santa Ana el rezo del Santo Rosario ocupaba toda la jornada desde la aurora a prima noche.
El Rosario se planteaba como un ejercicio de devoción y piedad, pero a la vez ostenta un claro carácter penitencial derivado del clima de las Misiones, mas, como queda dicho, con una religiosidad conformada por el pueblo, que se hace dinámica y cotidiana a través de un esquema estético y sensible con el rezo de las avemarías y el canto de coplas alusivas a María. Es un signo inequívoco de la cristiandad barroca, que se asume como algo connatural a la propia idiosincrasia del pueblo.
Ciertamente el Rosario público, aunque surge de manera específica en 1690, tiene unos claros precedentes durante el siglo XVI en las cofradías del Rosario dominicas que celebraban los primeros domingos de mes procesiones claustrales con la imagen titular con asistencia de los cofrades con rosarios en las manos y otra solemne por la calle en la festividad del primer domingo de octubre (Procesión de la Batalla Naval). Igualmente en las Misiones populares se organizaba una multitudinaria procesión (al comienzo, en el acto de contrición previo) en la que, en pos de un Crucifijo portado por los misioneros, iban las gentes rezando con rosarios y cruces en las manos y además se fomentaba entre los niños el ir por las calles cantando a coros coplas religiosas.
El marianismo de la ciudad desde la cuestión concepcionista hubo de hacer esto mucho más claro y muchos elementos: simpecados, coplas…se van incorporando a las expresiones de piedad mariana del pueblo. No obstante, el rezo comunitario como tal por las calles, lo que es propiamente un Rosario público, con sus insignias y faroles, no aparece claramente en Sevilla hasta ahora.
En Andalucía el fenómeno está poco investigado como tal, salvo en Córdoba, donde es coetáneo a Sevilla y que muy recientemente ha estudiado también Aranda Doncel en la Hermandad de la Virgen del Socorro. En su provincia se debe mencionar la tradición todavía pujante de los Auroros, especialmente los de Luque y, sobre todo, Priego. En Granada, Jaén o Málaga parecen seguir también los mismos esquemas que he observado en Sevilla y durante el siglo XVIII. En Cádiz está la figura de fray Pablo, al que me refiero a continuación. En otras zonas de España no existen prácticamente estudios al respecto.
No obstante hay que indicar que en Málaga hay un dato que, de confirmarse en todos sus extremos (cuestión difícil porque durante la Guerra Civil han desaparecido gran parte de la documentación eclesiástica), remontaría el origen formal de los Rosarios públicos a una fecha anterior a 1680. Concretamente un autor malagueño del siglo XVIII, Medina Conde, afirma lo siguiente en un impreso, citado por Rafael Retana:
«Según papeles del Archivo general, la Congregación del Rosario de la Aurora María fue anterior al año 1680, y 8 después del de Santo Domingo. Fue su fundador Juan Sánchez, maestro de escuela, tercero de hábito descubierto de Santo Domingo. Tenía su escuela calle de S. Jacinto en el barrio de los Percheles; y de ella comenzó a sacar por las calles un Rosario con sus muchachos muy de madrugada: mudóse al corralón de Bustamante, y allí se le agregaron varios hermanos de más edad, y comenzaron a formalizar su Congregación. Por salir de madrugada por las calles a la hora de la Aurora, pusieron este título a la imagen de Nuestra Señora en su estandarte o bandera, llamándose Rosario de la aurora María.»
También hay un dato para 1686 en Utrera que suministra sin citar fuentes González Moreno, referido a las congregaciones rosarianas de la Misericordia y San Bartolomé.
ORDEN Y COMPOSICIÓN DEFINITIVA DE LOS CORTEJOS
Pronto se configuró la estética externa de estos Rosarios con la inclusión de la que será su insignia más distintiva, el Simpecado, que singularizaba cada comitiva si era propio de ella.
Sólo desde entonces pueden considerarse ya institucionalizados. Es sintomático que, aunque la Hermandad de la Luz de San Esteban sacara su primer Rosario en 1690, muy poco después del de la Alegría, sus cofrades no consideran erigida esta procesión hasta 1711 en que se adquiere un Simpecado propio y se nombra una diputación especial para su gobierno. Este Simpecado, estandarte bordado en oro con un lienzo central representando una imagen de la Virgen, se halla relacionado con la «cuestión concepcionista» y era un signo de identidad mariano. El color más característico de estos Simpecados es el rojo carmesí, aunque se constatan también el blanco, verde, celeste, morado o negro, según el carácter de la propia institución que lo organiza o si se trata de un Rosario de ánimas o penitencial.
Junto al Simpecado, pronto aparece la cruz como insignia que precede la comitiva. Igualmente tiende a cuidarse más el acompañamiento musical tanto en los coros como en el añadido de auténticas orquestas. Todo esto hace que la comitiva fuera complicándose con un gran aparato externo, se perdiera la primitiva espontaneidad y se necesitara un continuo desembolso económico para su mantenimiento diario.
En esta conformación de la procesión rosariana van a influir de manera decisiva los religiosos capuchinos, que la promueven sistemáticamente en todas sus misiones. Hay que referirse en especial a fray Pablo de Cádiz, otro auténtico «apóstol del Rosario» y al que su hermano de religión Fray Isidoro de Sevilla atribuye la institución formal definitiva de los Rosarios públicos, introduciendo al principio una cruz, a la que seguirían los faroles de asta y de mano alumbrando los coros y, sobre todo, un estandarte mariano, que cerraba y presidía la comitiva, saliendo por vez la procesión conformada en siete de febrero de 1691 por las calles de Cádiz.
Es bastante probable que en Sevilla, como queda dicho, ya existiera un modelo similar, aunque quizá de manera informal y en él se inspirara el capuchino para dotarlo de una primera sistematización. En las adiciones a los Anales de Ortiz de Zúñiga, escritos por Espinosa y Cárcel, se afirma que los cofrades de la Alegría ya salieron con faroles y Simpecado, al igual que los de la Luz de San Esteban pocos días después , tal y como afirma Hernández Parrales, aunque no faltan autores como Ardales, que dudan de la veracidad de esta fuente. El Simpecado, como se ha aludido en varias ocasiones, era ya conocido popularmente y utilizado en diversas ocasiones. Los faroles ya hemos observados como existían desde el principio, por lo que no se puede dudar sin más del dato de los Anales, aunque admitiendo el carácter espontáneo y no formalizado de este primer Rosario. La cruz, por otro lado, constituía elemento esencial en las misiones.
Es innegable que la Orden Capuchina se destacó sobre manera en encauzar esta práctica respecto a dominicos, jesuitas, carmelitas…y, por supuesto, el clero secular, conservándose diversas disposiciones prácticas sobre el orden de estos rosarios. En este sentido hay que destacar al ya citado fray Isidoro de Sevilla, predicador carismático por excelencia, que en 1703 adapta a Sevilla el modelo de Rosario público de fray Pablo de Cádiz, aunque con la particularidad de introducir una nueva iconografía mariana, la Divina Pastora de las Almas, que colocó en el estandarte que presidía la comitiva.
En la primera década del siglo XVIII está ya perfectamente establecido el orden y composición de estos rosarios.
TIPOS DE PROCESIONES
Prácticamente desde el principio se organizaron a diario dos procesiones de estos rosarios, una a prima noche, tras el toque de Oraciones y otra de madrugada, después del toque de alba, horario influido, cómo queda dicho, por Ulloa y sus predicaciones.
Esta segunda procesión se denominaba también de la aurora por salir dos horas aproximadamente antes de salir el sol, a cuyo término los cofrades asistían a la «misa de alba».
Estas procesiones de madrugada serán las más comunes a partir del siglo XIX, adoptando definitivamente la denominación de Rosarios de aurora, coincidiendo con una iniciativa de su fomento a nivel nacional a cargo por el padre misionero Antonio Garcés a fines del XVIII, pero ya aparecen claramente desde finales del XVII congregaciones y hermandades rosarianas con el título de Nuestra Señora de Aurora, sobre todo en la provincia.
Era frecuente que una misma institución: parroquia, convento, hermandad o grupo de vecinos organizara ambas procesiones, predominando el uso diario de la primera de prima noche, y reservando en ocasiones la segunda para los días festivos. Pero es difícil generalizar, pues cada comitiva actuaba con una gran autonomía.
A mediados del siglo XVIII estaban contabilizados 81 rosarios de hombres y 47 de mujeres, aunque no sabemos si en este número figuran separados los de prima y madrugada que organizaba una misma corporación. Ya queda dicho que cabe hablar de Rosarios templarios (parroquias, conventos, capillas) o extratemplarios.
Como se observa, el Rosario marcaba toda la vida religiosa de los barrios de la ciudad en una cotidianidad dinámica. Pero la procesión no era siempre la misma ni en sus aspectos formales ni en las estaciones que realizaba.
Junto al Rosario de a diario, había varias ocasiones a lo largo del año en que la procesión adquiría un carácter extraordinario: así en las vísperas de la festividad de la Virgen titular se sacaba el Rosario de Gala, denominado así porque contaba con unas insignias propias: cruces doradas con espejos, Simpecado con bordados y lienzo de gran calidad, faroles artísticos, orquestas profesionales y estaciones significativas. En varias hermandades se organizaba con este Rosario las «Novenas de calle» como ocurría por ejemplo el de la parroquia de Santa Catalina y que consistía en la salida procesional por las calles de la feligresía durante nueve días, los mismos que se celebraba la Novena de iglesia.
También Rosario extraordinario era el de Ánimas, que cada congregación organizaba durante nueve días (Novena de Ánimas) haciendo estación a retablos de ánimas, cruces o cementerios. Se ha podido constatar la utilización de un Simpecado morado con un lienzo de dolor, como el que todavía conserva el Rosario de los Humeros.
Otros tipos de procesiones extraordinarias ya son menos frecuentes: había, por ejemplo, Rosarios penitenciales que acudían los viernes de Cuaresma al Humilladero de la Cruz del Campo como el Rosario de la Aguas Santas de la parroquia de San Pedro o el de Nuestra Señora de la Alegría, Rosarios de rogativas en ocasión de alguna calamidad pública como los muchos que recorrieron la ciudad cuando ocurrió la Peste de 1800, Rosarios de Acción de Gracias como los que salieron en ocasión de la visita de Felipe V a la ciudad.
LOS ROSARIOS DE MUJERES
Las mujeres habían quedado relegadas de este uso devocional debido a las prevenciones propias de la época, sobre todo si , como ocurría con los Rosarios, se desarrollaban de noche y habían de conformarse con hacerlo en sus domicilios o bien, se juntaban algunas en coches rezándolo a coros y realizando diversas estaciones. No obstante la inquietud era latente y de hecho se organizaron algunos Rosarios adscritos a congregaciones masculinas.
Tuvo que ser nuevamente un fraile dominico, el pacense Fray Pedro Vázquez Tinoco, quien, tras erigir los primeros cortejos en Extremadura en 1730, en 1735 promovió el primer Rosario de mujeres en Sevilla en la iglesia de Santa Cruz, al que siguieron en un primer momento veinticuatro más. Esta iniciativa suscitó una gran diversidad de opiniones en la ciudad y fueron muchos quienes la criticaron abiertamente o a través de letrillas burlescas amparadas en el anonimato. No faltaron tampoco decididos defensores. El uso perseveró y adquirió una notable expansión bien de manera autónoma, bien continuando en la dependencia de rosarios de hombres o de la entidad que los patrocinaba. Por ejemplo, en Santa Catalina, formaba una congregación con una gran autonomía de la hermandad del Rosario, lo mismo ocurría en el Sagrario o en la Hermandad de los Negritos. En el compás de la Laguna se erigió una congregación totalmente autónoma…
LOS ROSARIOS DE NIÑOS
Las predicaciones del padre Vázquez Tinoco generaron en este año 1735 una nueva e importante reactivación de los Rosarios públicos, de los que fueron también protagonistas niños y adolescentes que, a imitación de sus mayores, erigieron cortejos espontáneos e incluso congregaciones y hermandades que perduraron en el tiempo, una vez culminado el primer impulso fundador.
Otros estaban constituidos por colegiales y al amparo de instituciones como los de los alumnos del Colegio de Mareantes o de los Toribios.
Pero también los había más espontáneos como el que fundaron en 1810 varios niños de la feligresía de Santa Marina con la denominación de «Congregación de Niños del Rosario de la Pastora», sin ningún tipo de vínculo con la Hermandad de la Divina Pastora con sede canónica en la parroquia.
Al solicitar la oportuna licencia ante el Arzobispado, el cura párroco critica con dureza esta iniciativa que perjudica gravemente al propio Rosario parroquial que también tenía como Titular a la Pastora así como a la propia Hermandad, aduciendo una competencia ilegítima promovida por personas adultas contrarios a los intereses parroquiales.
CRISIS Y DECADENCIA DEL FENÓMENO ROSARIANO
A pesar del gran número de Rosarios y de la complejidad a la que habían llegado en sus cortejos, estas procesiones comenzaron a atravesar una primera crisis al finalizar el primer tercio de siglo.
La carismática personalidad del padre Vázquez Tinoco otorgó un nuevo vigor a la devoción rosariana y su uso callejero, como ya se ha expresado, pero hay un detalle incontestable: la cotidianidad y espontaneidad se estaban prácticamente perdiendo y se mantenía la procesión diaria como una rutina carente de sentido y a la que acudían pocas personas. No obstante el uso continuaba en auge durante las fiestas de octubre o en noviembre con las Novenas de calle o de Ánimas respectivamente.
La crisis comenzó a convertirse en clara decadencia al finalizar el segundo tercio muy costeadas, con abundante aparato musical y prácticamente vacías. Los Rosarios parecían haberse convertido en formas huecas de una religiosidad de siglo. Las limosnas de los vecinos no bastaban para sufragar los gastos. Algo fallaba cuando algunos de estos Rosarios tenían que solicitar la ayuda de «enganchadores» que antes de la salida iban por las calles presionando a los vecinos para que participaran en la procesión, recurriendo muchas veces a niños que tomaban este asunto como un juego. Había comitivas que no existía con la fuerza y sinceridad de épocas pasadas. Se resquebrajaba la cristiandad barroca.
Tan gran número de rosarios necesariamente hubo de generar diversas problemáticas cuando, ya en la segunda mitad de siglo, la devoción había perdido en mucho las características primitivas.
El propio prelado de la archidiócesis, Cardenal Solís, en 15 de noviembre de 1756 publicó un Decreto sobre los excesos de estos Rosarios, prohibiendo se canten coplas y salves en las estaciones e iglesias, exceptuando las antiguas que dan comienzo con «Todo el mundo en general», de Miguel Cid, e igualmente prohibe, bajo pena de excomunión mayor, que las mujeres, especialmente de noche, caminen tras los Rosarios de hombres.
Este tipo de prohibiciones, que se repitieron en otros pontificados posteriores, nos señalan la degradación de los Rosarios.
Las medidas del gobierno ilustrado fueron poco a poco abriendo un horizonte evidente en la mentalidad del pueblo: la religión no era ya la única instancia posible para entender la realidad y el sentido de la vida. No se podía seguir inmersos en unos esquemas contrarreformistas y se origina una crisis indudable en la religiosidad popular, de la que un buen índice son los Rosarios. Poco a poco disminuyen las procesiones diarias, sobre todo las de Prima Noche, mientras que las de Madrugada tienden a salir los festivos y con su denominación ya de la Aurora, que, poco a poco, va cobrando una nueva fuerza durante toda la centuria decimonónica, especialmente en su segunda mitad, perdurando con altibajos hasta la actualidad.
Van desapareciendo los retablos callejeros desde la mitad del siglo XIX por mor de las reformas urbanísticas. Es otro signo más de la decadencia de esa religiosidad barroca cotidiana, dinámica y espontánea. Las devociones tienden a volver a los templos y de ello son bien conscientes las propias congregaciones y hermandades rosarianas con retablos, por ejemplo, la de la Virgen de Europa, cuyo retablo se traslada a la vecina parroquia de San Martín, ciertamente por la inminencia de la demolición del sitio en que se hallaba, pero con la convicción de sus cofrades de que ya no tenía sentido permanecer allí.
El instituto del Rosario va siendo sustituido por la Procesión Anual de la imagen titular de la Hermandad o congregación, que conserva los elementos del Rosario público y, de hecho, en los primeros momentos mantiene su condición de tal con sus insignias de Gala junto al paso de la Virgen. Al limitarse la cotidianidad, se da mayor importancia al culto interno y sólo queda la Procesión como testimonio de lo que fue en muchos casos el origen de la Hermandad.
EL ROSARIO EN LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEA. EL ROSARIO DE LA AURORA
El Rosario de madrugada o de la aurora constituye una de las dos modalidades ordinarias de las procesiones del Rosario público, fenómeno clave de la religiosidad barroca sevillana, en el que se articula de una manera efectiva y práctica la participación del pueblo. Aunque los primeros rosarios salían de sus respectivas sedes tras el toque de oraciones (prima noche), muy pronto se organizaron por las mismas instituciones: parroquias, conventos, hermandades, congregaciones de vecinos.., otra procesión de madrugada, tras el toque de alba.
Poco a poco, el Rosario de madrugada fue consolidando su práctica y a lo largo del siglo XVIII la mayoría de las congregaciones y hermandades rosarianas solían organizar a diario ambas procesiones, o, al menos, tenían instituida la de madrugada para los días festivos.
Este Rosario tenía una gran particularidad respecto al de Prima y es que, tras la recogida de la procesión en su sede, los cofrades asistían a la misa denominada «de alba». Esto indica ya, sin duda, un signo de estabilidad en la congregación organizadora en cuanto a concurso de devotos y cofrades y, por ende, a ingresos económicos que permitiera sufragar los gastos procesionales y estipendios del capellán.
También supone un medio de comunión con la religiosidad oficial al favorecer la participación de los cofrades en la máxima expresión de la liturgia que es la eucaristía. Pero aún hay más. Estas misas de alba, que ahora fomentan con frecuencia estos rosarios, suponía facilitar el cumplimiento eucarístico a los trabajadores del campo que comenzaban muy pronto su jornada laboral.. .y también a los pobres y marginados de la sociedad, que a veces no se atrevían por su indumentaria a participar en los cultos de iglesia.
Todo ello hace de esta procesión rosariana una práctica de gran arraigo en las masas populares así como un instrumento pastoral y catequético para el clero. Con el tiempo, el Rosario de madrugada se va a convertir -ya en el siglo XIX- en la procesión rosariana por antonomasia. De hecho, cuando en su segunda mitad decrecen hasta desaparecer las salidas a diario, esta procesión se mantendrá en los días festivos, solemnidades y será esencial elemento de las Misiones.
La denominación de «Rosario de la aurora» comienza a hacerse popular ya en la segunda mitad del siglo XVIII y, sobre todo, en la siguiente centuria. No obstante, fue una denominación que se constata desde el principio sobre todo en los ambientes rurales. En este sentido, se documenta la existencia de congregaciones y hermandades tituladas de Nuestra Señora de la Aurora en varias localidades de la provincia ya en la primera mitad del XVIII y que son claramente instituciones dedicadas a la salida procesional del Rosario público en la madrugada. En la ciudad de Sevilla constatamos que el Rosario de la parroquia de Santa Marina tenía como titular a la imagen de Nuestra Señora de Aurora.
En la primera mitad del siglo XIX, tras el periodo crítico que se ha analizado, se observa un cierto renacimiento de los rosarios, pero con notoria precariedad y reservando su procesión para el mes de octubre, con ocasión de los cultos a la imagen titular, que, desplaza al Rosario en su importancia institucional. Poco a poco el Rosario quedará obsoleto con la procesión annual de la imagen, sobre todo el de Prima, adquiriendo novedad el de la Aurora en señalados momentos a lo largo del año, preferentemente en el mes de octubre.
La nueva cotidianidad de la ciudad, la pérdida comentada del universalismo religioso y el propio desgaste del uso hacían ya obsoleto el Rosario público a diario, tras el toque de oraciones. No son pocas las noticias recogidas sobre incidentes y abusos registrados en estos Rosario, que obligan a las autoridades eclesiásticas y municipales a tomar duras medidas para su control, llegando incluso a la supresión de procesiones.
En 1840 se producen graves desórdenes en el Rosario del convento de San Jacinto y el propio Ayuntamiento solicita a la Mitra la prohibición inmediata de todos los Rosarios que salen en Triana por los incidentes que preocupaban, entre ellos, el uso amenazante de navajas, peleas contínuas, expresiones deshonestas expresadas en alta voz, etc… con la particularidad complementaria de la presencia frecuente de jóvenes de corta edad, a los que se convencía llevasen las insignias. La Hermandad asume los hechos, pero hace firme prometimiento de no reincidir, afirmando que ha renovado totalmente su junta de gobierno, depurando antiguas responsabilidades y asegurando el orden de los rosarios que a partir de ahora salgan. El Arzobispado, tras nueva insistencia del municipio, ordena la supresión del Rosario.
Como queda dicho, el Rosario público, ya en la segunda mitad del siglo XIX, desaparece en su modalidad de Prima y la procesión de madrugada tiende a denominarse de Aurora y para momentos ocasionales, en días festivos. La devoción tiende a volver al ámbito templario en su dimensión oracional y estática, como ejercicio previo a las eucaristías vespertinas. Sigue siendo elemento importante en las Misiones tanto en este siglo como en el posterior en su procesión matutina que, progresivamente, se va dilatando hasta el amanecer, como ocurre en la actualidad en el ámbito de las hermandades.
Aspecto importante que ya se observa en la segunda mitad del siglo XIX es el acompañamiento de la imagen titular en la procesión del Rosario. En el caso de los de Prima suponen el último peldaño de la evolución de la comitiva hacia la Procesión autónoma de la Titular. En el de la Aurora constituye un realce del mismo, junto a la aparición de coros de campanilleros.
En la actualidad, los Rosarios públicos se circunscriben a las mañanas de las vísperas de las fiestas principales de hermandades, haciendo estación a alguna iglesia de la feligresía, siendo corriente ser acompañados por la imagen titular.
Fuente: Carlos José Romero Mensaque
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Padre Nuestro Rosario Público
Salve Regina Rosario Público (4/10/2008)
Rosario de la Hermandad del Inmaculado de Torreblanca
El Rosario de la Aurora se inició en Valencia el primer domingo de octubre del año 1886. Fueron los fundadores: don Vicente Ballester, pintor decorador, y don Gregorio Gea, fundador, también, del Patronato de la Juventud Obrera, y fue su primer Director el Ilmo. Sr. D. Ramón Peris Mencheta. Salió el primer rosario del templo de Nuestra Señora de los Desamparados, a las cinco de la madrugada, utilizando para ello una imagen prestada por el Marqués de Dos Aguas. En los primeros tiempos figuraban quince estandartes representando los quince misterios del Rosario.
El día de la Inmaculada de este mismo año 1886, el insigne músico don Salvador Giner se incorporó con un grupo de voces del Patronato y varios músicos instrumentistas, cantando el Rosario y por ello se le nombró director honorario de la música del Rosario. Hoy día todavía se cantan algunas de las Ave-Marías, compuestas por dicho músico.
Durante estos años, esta devoción ha sufrido muchas vicisitudes. En 1931 y prohibirse por las calles toda manifestación religiosa, se recogió en la Catedral. Todos los domingos por sus naves daba su recorrido. Cuando el 21 de julio de 1936 asaltáronse las iglesias valencianas también esta Basílica sufrió tales atropellos. Allí desapareció todo este tesoro de devoción mariana.
Se reorganizó la Asociación tras el final de la Guerra.
Ya en 1940, se bendijo la nueva imagen en la Real Capilla de Nuestra Señora de los Desamparados y a hombros de sus devotos y Cofrades salía de nuevo por las calles de Valencia.
En octubre de 1986, con motivo del Primer Centenario del Rosario de la Aurora, su Santidad Juan Pablo II invocando la abundancia de las gracias divinas otorga de corazón la implorada Bendición Apostólica al Director Espiritual, al Presidente, Junta de Gobierno y Cofrades de la Cofradía del Rosario de la Aurora en Valencia.
EL ROSARIO DE LA AURORA
Existe una gran tradición en toda España del uso del Rosario de la Aurora, conservándose todavía viva y pujante en muchos lugares y son innumerables las Coplas que se cantan y de la que nos quedan letras y música no sólo impresas, sino también en diversas páginas de Internet.
Una aproximación al estudio de las coplas de estos Rosarios, junto a una recopilación de 246 de ellas es la obra de fray Diego de Valencina, aunque no cite la procedencia de las mismas.
Una de las localidades que con más interés cuidan del mantenimiento de esta tradición es, sin duda, la de Priego de Córdoba donde permanece muy activa la Hermandad de Nuestra Señora de la Aurora, con sede canónica en la pequeña, pero magnífica capilla propia y que desarrolla muchas actividades en pro de la investigación de las Coplas tradicionales, habiendo publicado ya dos libros recopilativos de la mano del cronista de la villa Manuel Peláez del Rosal y Jiménez Pedrajas y varios artículos en su revista «Aurora».
Todos los sábados, a media noche, los «auroros» realizan la ronda por las calles de la población. Estas son algunas de las Coplas:
A la Aurora venimos buscando
Que dicen que anda por este lugar,
Recogiendo rosas y jazmines
Para los hermanos que al Rosario van.
Devotos llegad:
A rezar el Rosario a la Aurora
Si el Reino del Cielo queréis alcanzar.
Los hermanos de la campanilla
Por calles y plazas salen a pedir.
No le temen al frío ni al agua,
Ni a la las malas noches que pasan por Ti.
Devotos, venid:
A rezar el Rosario a la Aurora
Si el Reino del Cielo queréis conseguir
En general, la provincia de Córdoba, conserva viva la riqueza de los cantos de aurora, especialmente las localidades de Benamejí, Castro del Río,Iznájar, Lucena, Luque, Montilla, Monturque y Rute, entre otras, amén de Priego.
En la provincia de Huelva, concretamente en Minas de Riotinto, se conservan las llamadas «esquilas» (instrumento fundamental y característico) o coplas que cantan un grupo de campanilleros del Rosario de la aurora pertenecientes a la Hermandad Sacramental de Nuestra Señora del Rosario, cuya memoria se remonta a 1883, aunque existía una anterior tradición rosariana tanto en la localidad como en Zalamea la Real. Suelen cantarse durante las madrugadas de la Novena de octubre. De las más de 70 composiciones, destacamos esta:
De Riotinto eres luz y gloria,
Virgen del Rosario, Estrella inmortal,
que alumbraste al pueblo minero
en horas de angustia con luces de paz.
¡No nos abandones, danos tu perdón,
que de nuevo sea tu Rosario
bálsamo y consuelo para el corazón!
Existe un disco compacto recopilatorio que distribuye la Hermandad. Agradezco los datos de esta Hermandad a María Teresa Cuellar y a la junta de gobierno de la corporación.
En la actualidad, la Virgen del Rosario es Patrona y Alcaldesa perpetua de Riotinto.
Pastor Cornejo ha investigado el fenómeno rosariano en Zalamea la Real, especialmente lo referido a las coplas de aurora, que goza de notable tradición.
Los orígenes de la devoción al Santo Rosario si sitúan documentalmente a comienzos del siglo XVII con la fundación de la Cofradía por la Orden de Predicadores:
«Se fundó el 17 de Mayo de 1605. Domingo de quasimodo por el P.F. Francisco Hurtado estando en esta villa con licencia del P.F. Juan Chacón, Prior del Convento de Santo Domingo de Aracena que la dio en 12 de Septiembre de 1604 y la fundó con toda solemnidad y requisitos señalando Altar e imagen….»
No se han encontrado documentación sobre la misma hasta el siglo XVIII en que consta la existencia de una congregación dedicada al rezo público del Santo Rosario por las madrugadas, creándose en 15 de febrero de 1719 un interesante «Patronato del Rosario por la calle» Concretamente son diez las propiedades sobre las que crea el patrimonio a fin de que sus rentas se inviertan en limosnas de misas a celebrar tras la recogida del Rosario de Madrugada o misas de alba.
Hoy en día se mantiene la tradición del Rosario de la Aurora y sus coplas, de las que ofrezco dos:
Con esta copla abro el recorrido/ que ofrezco cantando por mi salvación,/ para el día que deje esta vida/ comparta los frutos de la Redención./ Bendícenos, bendícenos/ y el camino que abrimos cantando/ que llene de gozo tu gran corazón.
De las ánimas oigo las voces/ con tristes lamentos decían así:/ no hay un alma que de mí se acuerde,/ ni las que heredaron el caudal de mí Podéis advertir, podéis advertir/ que es basura cuanto poseéis,/ aquí sí podéis caudal adquirir.
En Aracena, los grupos de campanilleros cantan coplas en las madrugadas de los domingos de octubre, previas al Rosario de la Aurora y el último domingo del mes se celebra misa de campanilleros en la iglesia prioral del Castillo. Estas son algunas de las coplas:
El Rosario de la madrugada
es una escalera de mucho valor,
que por ella subimos al cielo
a ver a María, a gozar de Dios.
El demonio en todo el infierno
se turba y espanta cuando oye cantar
el Rosario a la Reina Divina
y deja las almas bajo su piedad.
y el estribillo:
Cristianos venid, devotos llegad
a rezar el Rosario a María
porque será mucha vuestra utilidad. .
Datos sobre esta Hermandad han sido facilitado por Diego Pérez Diajara.
En Granada se conoce que estaban muy extendidas en la época moderna los Rosarios de mujeres o «mozas» así como en general los Rosarios de prima y madrugada, constatándose muchas corporaciones de la Aurora. Los rosarios y las hermandades han sido bien estudiadas por Miguel López-Guadalupe Muñoz.
En Jaén fueron promovidos por los dominicos en toda la provincia. Hay interesantes repertorios de coplas en poblaciones como Campillo de Arenas, Noalejo, Cambil o Mancha Real donde se llamaban «moniduras» a las «despiertas» de la aurora.
De Cádiz ya hemos referido las predicaciones de fray Pablo. De las dieciséis Compañías Espirituales que estableció, permanece plenamente activa la primera o Archicofradía de Nuestra Señora de la Palma Coronada. En la actualidad parecen reactivarse los denominados «Rosarios de antorchas» que procesionan a la antigua hora de prima, portando los cofrades antorchas o cirios. Agradezco los datos a Francisco Espinosa de los Monteros.
En Málaga existió una gran devoción al Rosario de aurora desde época muy temprana de la segunda mitad del XVII. Se tienen noticias de las que para entonces salían de las calles San Jacinto, Parras y, posteriormente, de la iglesia de la Merced. Al instalarse las monjas de la Aurora y Divina Providencia en la ribera del Guadalmedina en 1728, la devoción del rosario matutino se extendió de manera tan notable, que resultó relativamente fácil que los vecinos del Perchel, los procesionistas y adeptos a la devoción mariana, ayudarán de forma tal que el templo de la Aurora María —todo su exterior labrado en piedra— pudiera inaugurarse en el mes de enero de 1758. Sobre el Rosario en Málaga, son imprescindibles los trabajos de Rafael Retana Rejano.
En la provincia de Almería, Fondón, celebra la Fiesta del Despertar del Rosario de la Aurora en el tercer fin de semana de agosto. Igualmente es interesante los Rosarios de la Aurora en Fiñana, donde existe una Hermandad de la Virgen de la Aurora, surgida en el siglo XIX y fusionada con una Cofradía del Rosario, que ya existía afines del XVI. Otras poblaciones con tradición de Rosarios de aurora son Albanchez y Chirivel.
En Extremadura, la profesora Rosario Guerra Iglesias ha estudiado las coplas de aurora de la localidad de Piornal (Cáceres), a través de fuentes orales, publicando algunas de ellas en internet. Son célebres también las de Zarza Capilla (Badajoz), localidad muy preocupada por mantener esta tradición de los auroras, habiéndose creado allí un Museo monográfico sobre ellos.
En Albacete hay tradición de auroros en las localidades de Chinchilla, Pozocañada, Villar de Chinchilla, Peñas de San Pedro, Pozohondo y Bonete. En Peñas de San Pedro existe una cofradía desde el siglo XVII, donde en los siglos XIX y XX fue muy importante el Rosario de la Aurora, saliendo los auroros todas las madrugadas de los domingos. En la actualidad quedan poco hermanos y sólo se canta los sábados y domingos de octubre siguiendo un itinerario tradicional. Para acompañar las coplas utilizaban sobre todo las campanitas, aunque en la actualidad se añaden otros instrumentos. La Diputación ha editado un precioso trabajo sobre las Coplas de Pozo Cañada, con texto y grabación sonora.
En el Bajo Segura (Alicante y Cartagena- Murcia) también existe esta tradición, proveniente de la fundación de cofradías por la Orden de Predicadores en el siglo XVII. Los auroros de sus poblaciones cuentan con diversas características dignas de interés.
Desde hace varios años se celebran encuentros de auroros de la zona, que ha posibilitado una revitalización de la tradición.
La Fiesta de la Campanilla, que se daba en Sevilla o en El Viso del Acor (Sevilla) se desarrolla también en la localidad riojana de Cervera del Río y es mantenida actualmente la Cofradía de Santa Ana. La devoción se remonta al parecer al siglo XVI y hoy en día son unas 25 las «campanillas» o coplas antiguas que se cantan al son de estos instrumentos. La ronda comienza a las cinco de la mañana y dura hasta las siete.
En Navarra hay también una importante tradición del Rosario de la Aurora, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Las coplas eran acompañadas sólo por las campanillas. Tras atravesar grave crisis durante la segunda mitad del siglo XX, en la década de los setenta se recuperaron las letras y se grabaron las coplas por los pocos auroros que quedaban, favoreciéndose así su conservación y difusión, revitalizándose el uso, aunque ya con acompañamiento de instrumentos, merced también a las reuniones de auroros de varias localidades de la comunidad autónoma y a la asociación fundada en 1992.
En Aragón luce con esplendor el Rosario en Zaragoza en torno a la devoción universal a la Virgen del Pilar. Consta ya en 1756 la existencia de la Real Cofradía del Rosario de Nuestra Señora del Pilar en la Basílica que organizaba, por iniciativa de algunas devotas mujeres, un Rosario público en la capilla de la Virgen el 12 de octubre, saliendo posteriormente a la calle. Este Rosario de Aurora tuvo su máximo desarrollo merced a la figura carismática del dominico Fray Antonio Garcés, gran difusor del Rosario en toda España. Sin embargo, no se constituyó de manera canónica la Cofradía hasta 1887, desarrollando plenamente esta devoción que se pasó a la tarde.
Desde ese momento, con el patrocinio municipal, se pensó en plasmar en carrozas y faroles de cristal policromado todas las escenas de los Misterios del Rosario, lo que llevó a cabo el arquitecto Ricardo Magdalena, entregando los correspondientes dibujos alusivos a los Misterios y los que correspondían a los faroles de mano: padrenuestro, ave maría, gloria y letanía. En 1890 se expusieron todos los faroles y carrozas y se acordó su salida en un recorrido más extenso la noche del 13 de octubre. A esta procesión se la llama «Rosario de cristal». Estas carrozas iluminadas con luz interior pueden admirarse en exposición permanente en la sede de la Cofradía: la iglesia del Sagrado Corazón..
También en esta comunidad, Alberto Turón Lanuza ha recopilado coplas de los antiguos Rosarios de la Aurora, cuyas letras son similares a las de otros lugares, aunque otras parecen más originales. Bien significativa es esta: «El Rosario de la mañanita/ es para los pobres que no tienen pan,/que los ricos se están en la cama,/ tocando la tripa de hartos que están» y el estribillo: «Devotos, venid, cristianos llegad,/no dejéis lo que tanto aprovecha/por la perecita de no madrugar» Manuel Artigas Plou ha recopilado otras coplas en Blesa y localidades de la provincia de Teruel.
En Euskadi es famoso el Rosario de la Aurora que recorre muy de mañana las calles de Vitoria el 5 de agosto, festividad de la Virgen Blanca, portándose faroles iluminados de cada uno de los Misterios y que surge en 1895 a imitación del que se celebra en Zaragoza. El numero de faroles que integran esta Procesión es de 266, que se descompone así: 1 farol Cruz, 2 Columnas de la Fe, 15 Pater Noster, 150 Ave Marías, 15 Glorias Patri, 15 Misterios, 9 Kiries, 50 Invocaciones, 3 Agnus, 5 Salutaciones y una Salve.
También hay Rosario de faroles en Haro. Sobre el Rosario en La Rioja ha publicado muchas noticias Fermín Labarga García.
En Cataluña, la devoción del Rosario se celebraba sobre todo en el primer domingo de mayo, según el tratadista Serra y Boldú y existen coplas de los rosarios de aurora, aunque no he hallado documentación al respecto, en otras épocas del año: adviento, cuaresma y pascua.
En Madrid existió en los siglos XVIII y XIX una Hermandad del Rosario Cantado que estaba integrada por el coro infantil que cantaba todos los sábados por las calles de la feligresía de Santa María de la Almudena. En el siglo XIX la Hermandad cantaba una Salve ante la imagen de la Virgen en su festividad de noviembre.
En Castilla- La Mancha debe mencionarse a la Hermandad del Rosario de la Aurora de Agudo (Ciudad Real), cuyos orígenes, según Juan Cerrillo Mantilla, se remontan a fines del siglo XVI y todavía mantienen los cofrades el Rosario de la aurora a las cuatro de la mañana e incluso en determinadas fechas la misa de alba a su terminación. Posee asimismo un completísimo repertorio de coplas.
MUSEOS DEL SANTO ROSARIO
Hay dos pueblos en nuestra geografía que poseen un Museo del Santo Rosario, con colecciones estimables de rosarios donados por diversas personalidades y entidades eclesiásticas y civiles.
El primero radica en la villa de Aroche (Huelva) y fue fundado por la iniciativa de D. Paulino Díaz, que logró reunir más de 2000 rosarios, algunos ciertamente muy peculiares por el material con que han sido confeccionados o por la personalidad que los ha donado: papas, jefes de estado, obispos y arzobispos, hermandades y particulares. En la actualidad cuida de él D. Manuel Amigo, personaje entrañable del pueblo y guía turístico, que busca medios para conseguir un local más adecuado, pues el Museo sigue creciendo día a día.
Otro Museo se halla establecido en el municipio de Agudo (Ciudad Real) y es propiedad de D. Pedro Jiménez Mansilla, de parecidas características al anterior, aunque su colección sea por el momento sensiblemente inferior al de Aroche.
Existen asimismo dos Museos de Faroles monumentales del Rosario de la Aurora en Zaragoza (Rosario de Cristal) y Vitoria, donde se exponen los que salen en la festividad de la Virgen del Pilar y Virgen Blanca, respectivamente.
Igualmente en Zarza Capilla (Badajoz) se ha inaugurado recientemente el único museo dedicado monográficamente a los Auroros.
EL ROSARIO Y SUS HERMANDADES EN ANDALUCÍA Y OTRAS COMUNIDADES ESPAÑOLAS
En todas las comunidades autónomas hay una presencia importante del Rosario, como rezo o devoción a la imagen de esta advocación.
La devoción del Rosario en Granada comienza propiamente con la reconquista de la ciudad por los Reyes Católicos, fundándose una Cofradía a fines del siglo XV en la iglesia del convento dominicano, en la que es tradición ingresaron como hermanos los propios reyes. El magnífico retablo de la Virgen en la iglesia del cenobio es buena prueba del esplendor de esta Cofradía y su arraigo en la ciudad.
En 1927, se crea, como rama de la Archicofradía, una corporación penitencial. Esta rama de la Archicofradía evolucionó hacia los Misterios Dolorosos para encuadrarse de lleno en la Semana Santa, pasando a hacer su Estación de Penitencia la tarde-noche del Miércoles Santo. De conformidad con el Decreto del Arzobispo de Granada de 20 de Marzo de 1959, la corporación adquirió el titulo de Muy Antigua, Pontificia, Real e Ilustre Archicofradía de Nuestra Señora del Rosario.
En la provincia son muy numerosas las cofradías del Santo Rosario.
En Cádiz ya se ha comentado la inmensa labor de Fray Pablo. Este misionero fundó varias «compañías espirituales» del Santo Rosario en 1691 , siendo la primitiva la Archicofradía de Nuestra Señora de la Palma Coronada , hoy fusionada con la cofradía de penitencia del Cristo de la Misericordia desde 1968 y que reside en la iglesia de la Palma. Además, la Virgen del Rosario Coronada es la Patrona de la ciudad y goza de una enorme devoción desde el siglo XVI, en que fue fundada su Cofradía por personas de la «nación morena», primeramente en un hospital y luego en la denominada ermita del Rosario, de donde pasó ya en el siglo XVII al recién fundado convento dominico. Es Patrona de la ciudad desde 1867, aunque ya en el XVIII habían comenzado los trámites. Todos los años, en su festividad, sale de su santuario solemne Procesión por las calles de la ciudad.
En la provincia, por ejemplo, destaca Rota, donde la Virgen del Rosario es Alcaldesa perpetua y Patrona al menos desde 1653. De la Cofradía hay ya datos en 1671. El 7 de octubre de 2003 la imagen ha sido coronada canónicamente por el obispo de Jerez. Igualmente en San Fernando existe cofradía desde la segunda mitad del XVII, con una notable imagen.
Otro dato significativo es el de la población de Villaluenga del Rosario, que ostenta las cuentas en su escudo, al igual que Rota.
En Huelva, la villa de Aracena fue centro difusor de las Cofradías del Rosario desde el convento de Santo Domingo. Se constata la existencia de la corporación ya en 1581, gozando de gran devoción su bella imagen titular. Existe poca documentación, sin embargo, antiguas, pues sólo se conservan unas Reglas de 1863, ya bajo jurisdicción diocesana y un inventario de 1885. Hoy en día un grupo entusiasta de jóvenes revitaliza la corporación y cuida de su imagen titular, talla contemporánea de Castillo Lastrucci, que se venera en la parroquia de la Asunción, y que vino a sustituir a la que fue destruida en el convento de Santo Domingo en los sucesos de 1936.
En Higuera de la Sierra existe una capilla o ermita dedicada al Cristo del Rosario, construida en 1620 y que alberga un Crucificado, de reminiscencias góticas. No obstante, la advocación parece deberse, según el párroco, a una distorsión verbal de «Osario», pues la ermita se halla junto al antiguo cementerio. Se venera una imagen magnífica de Nuestra Señora del Rosario, atribuida a Hita del Castillo, en la parroquia, presidiendo un notable retablo barroco, y que tuvo cofradía.
En la provincia de Málaga tuvo una gran devoción la imagen de la Virgen del Rosario de Santo Domingo, en Antequera junto a su Cofradía.
En Córdoba existía la Primitiva Cofradía del Rosario en el real convento de San Pablo, centro propagador del asociacionismo rosariano hasta su generalización a fines del XVII con los Rosarios públicos, donde se multiplican las hermandades dedicadas al instituto público, al margen de la orden, como es el caso de la Hermandad de la Virgen del Socorro Coronada, muy bien estudiada por Aranda Doncel, como quedó reflejado en la primera parte. Se conserva la imagen titular de la cofradía dominica, coronada también canónicamente, existiendo en la misma iglesia de San Pablo una cofradía penitencial en que la Dolorosa lleva también el título rosariano.
Por último, en la provincia de Almería, Roquetas de Mar y Vélez Rubio tienen como Patrona a la Virgen del Rosario.
La devoción del Rosario en Ceuta tenía en el siglo XVIII dos focos: la Hermandad o Cofradía establecida en la Catedral y la denominada Esclavitud y Confraternidad del Santo Rosario de María Santísima del Consuelo, ésta última con sede en la capilla de los Remedios y surgida del ejercicio del Rosario público desde 1717 y que posteriormente fue erigida como Cofradía dominica. Tras algunas disensiones entre ambas, en 1759 el obispo José de la Cuesta Velarde, de acuerdo con la Orden, decidió refundir en la del Consuelo ambas entidades erigiéndose una única Cofradía del Rosario.
Sería imposible concretar detalles de cada una de las otras comunidades autónomas, por lo que me limitaré a un breve recorrido sintético.
En Extremadura es singular la advocación del Santo Cristo del Rosario en Zafra, imagen de gran devoción popular bajo la tutela dominica.
Galicia es la tierra natal de Fray Pedro de Santa María y Ulloa, el apóstol del Rosario. Concretamente en la aldea de Castrilión, de la parroquia de Santa María de Oís, nació en el año 1642. Era conocido popularmente como Pedro Manzanas, por el apellido de su madre. En toda esa zona se le tiene todavía una gran devoción, a pesar de que la Iglesia nunca ha autorizado ningún culto a este ejemplar religioso, que no llegó a ser beatificado. Hoy en día el municipio de Coirós (Coruña) celebra la llamada «Romería de fray Pedro Manzanas» los cuatro domingos de Pascua, los Domingos de fray Pedro, pero la procesión no se puede hacer con la imagen suya, sino con la de San Pedro Mártir, patrono del fraile. Tanto el párroco, José Manuel Iglesias, que prepara una tesis doctoral como diversos feligreses, como Ana López Pérez, se hallan inmersos en una recuperación de la memoria histórica de este fraile carismático.
Precisamente la Virgen del Rosario es la patrona de La Coruña. La imagen se venera en la iglesia del convento de Santo Domingo y goza desde el siglo XVI de gran devoción. Fue coronada canónicamente en 1960 por el Cardenal Quiroga Palacios, arzobispo de Santiago, que actuaba como legado de Juan XXIII.
En Santiago de Compostela pervive todavía la Cofradía del Rosario en una capilla propia de la iglesia del antiguo cenobio de Santo Domingo de Bonaval (hoy Museo do Pobo Galego). Su trayectoria histórica ha sido muy bien estudiada por la profesora María de los Ángeles Novoa Gómez, que afirma su existencia ya a finales del siglo XV. Su instituto es el usual de estas corporaciones, pero celebraban el día grande de su Patrona en la Octava del Corpus, con víspera en que llevaban la imagen al monasterio de San Pelayo, desde donde salía al día siguiente en procesión atravesando incluso la Catedral de regreso a Santo Domingo. Desde 1581 realiza la denominada «procesión de la Soledad» en la tarde del Viernes Santo por las calles de Santiago, a la que se añadía en el siglo XVII la ceremonia del Descendimiento y procesión del amanecer el día de Pascua.
Quizá por la fiesta antes comentada, el monasterio de San Pelayo de Antealtares desarrolló una gran devoción popular al Rosario, conservándose una imagen muy carismática en su iglesia. Sería el contraste entre la religión oficial de la Cofradía y la más popular, todavía no bien estudiada.
En la Catedral de Madrid radica la Real Esclavitud y Santo Rosario de Nuestra Señora de la Almudena, Patrona de Madrid y que es fruto de la fusión de dos antiguas hermandades, la propiamente dedicada al culto a la Virgen que data del siglo XVII y la del Santo Rosario Cantado que se funda en 1741.
En Castilla y León tiene lugar en muchas localidades Rosarios penitenciales o «de dolor» en los días de la Semana Santa, donde los cofrades acompañan alguna imagen sagrada como son los casos de Palencia, Segovia o Medina del Campo.
En Euskadi la devoción del Rosario ha sido también importante. Hoy en día puede nombrarse la antigua Cofradía del Monasterio de Santo Domingo de San Sebastián, que cuenta con más de mil cofrades de varias diócesis y edita la revista «Engarces».
En una variante distinta, son muy conocidas la «Fiesta de los Errebombillos» de Elorrio (Bizkaia) que tienen su origen en la conmemoración de la Batalla de Lepanto y se celebra el primer domingo de octubre e incluye Procesión de la Virgen del Rosario.
En Torrent (Valencia) la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario fue establecida en la parroquia en 1606. fue canónicamente erigida el 3 de octubre de 1621 por los Padres Dominicos, que eran quienes ostentaban la titularidad de la cofradía. Ya en el s.XVIII se tiene constancia de la celebración de la procesión general el primer domingo de mayo, precedida por una Misa que solía predicar un franciscano.
VIDEO
De Rosario de la Aurora de Monte-Sión
Rosario de la Aurora; Consolación en San Pablo.
De Rosario de la Aurora de la Nazarena de Priego 2008
El Santo Rosario clásico consta de misterios, de 10 Avemarías cada uno, separados por un padrenuestro, y diversas jaculatorias que varían según la zona y el interés del fiel.
Pero el elemento mas importante es previamente ponerse en presencia del Señor y orar cada misterio meditando el pasaje…
…CONTIENE VIDEOS…
1. Escuchas la enunciación del Misterio y lees la Palabra de Dios:
Pide luces para que el Espíritu Santo ilumine tu alma.
2. Contemplas el misterio:
Te imaginas la escena del Evangelio y te metes dentro de ella como si fueras un personaje más:
– un pastor que adora al Niño y le lleva una bota de vino;
– un caminante que asiste al Bautismo de Jesús;
– un invitado de las Bodas de Caná;
– un discípulo que le mira desde lejos, cobarde, llorando al verle morir,sólo, junto a su Madre, en la Cruz,
– uno que se asombra viendo a Pedro hablar muchas lenguas el día de Pentecostés,…
3. Guardas unos segundos de silencio:
Dios habla bajito.
Déjale que te hable en el silencio de tu corazón.
A lo mejor te quiere decir algo.
4. Luego, en cada misterio,mientras procuras seguir contemplando la escena, rezas:
Un Padrenuestro, la oración al Padre que nos enseñó Jesús.
Diez Avemarías, con las palabras del Arcángel a Santa María y centradas en el nombre de Jesús.
Un Gloria a la Trinidad: a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo.
Es la oración cumbre de la contemplación.
5. Y al final del misterio, una oración, con una petición breve: (opcional)
Elige la oración que más te guste.
Por ejemplo: María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte Amén.
6. Al terminar los cinco misterios, rezas: (opcional)
Dios te salve María, Hija de Dios Padre, llena eres de gracia…
Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, llena eres de gracia…
Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo, llena eres de gracia…
O puedes preferir una Salve: Dios te salve Reina y Madre ….
7. Y luego, después de la Letanía, rezas por la persona e intenciones del Santo Padre.
Todos los domingos del año (excepto el domingo de Pascua) la Imagen de la Virgen sale de una iglesia de Valencia a las 7 horas de la mañana y va en procesión cantándose el Rosario hasta entrar en otra iglesia. Donde se celebra la Santa Misa.
Sobre las 6:30 de la mañana, van llegando los devotos cofrades del Santo Rosario a la Iglesia de donde partirá la Procesión ese domingo.
A las 7 en punto de la mañana y al toque de la campana se comienza la preparación con el anuncio de las intenciones por las que se ofrecerá el Rosario y el rezo del «Angelus» o el «Regina Coeli» (según los tiempos) anuncio y rezo que hará el Director Espiritual de la Cofradía del Rosario, o en su defecto el Sacerdote que vaya en la procesión, o bien un cofrade señalado a este fin, y los cofrades asistentes responden a las oraciones.
REZO DEL «ANGELUS»
El Ángel del Señor anunció a María y concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve María …
He aquí la esclava del Señor
Hágase en mí según tu palabra
Dios te salve María …
Y el Verbo se hizo carne. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María…
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
Oremos: Suplicámoste, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas; para que haciendo conocido por el anuncio del Angel la encarnación de Cristo tu Hijo, por su pasión y Cruz alcancemos la gloria de la resurrección. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
CANTO POSTERIOR
Terminado el rezo del «Angelus» o el «Regina Coeli» los músicos entonan el canto para que los cofrades sigan el canto con la siguiente letrilla:
«Madre del Divino Amor,
haced que cuando expiremos,
nuestras almas entreguemos
en las manos del Señor».
(Y se repite tres veces)
PERSIGNACIÓN, ACTO DE CONTRICCIÓN Y OFRECIMIENTO
Seguidamente el que dirige el Rosario dirá en VOZ ALTA
«Por la señal de la Santa Cruz …»
Todos se signan:
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos, Señor,
Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.
A continuación se reza el acto de contricción:
Y todos los cofrades dirán juntos el «Señor mío Jesucristo»…
Acto de Contricción
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa (golpéase el pecho) de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuese impuesta.
Amén
Ofrecimiento
Seguidamente el que dirige el Santo Rosario hará el ofrecimiento del mismo Rosario, diciendo:
«Señor, Dios nuestro, dirigid y guiad todos nuestros pensamientos, palabras y obras a mayor honra y gloria vuestra, y vos, Virgen Santísima, alcazadnos de vuestro divino Hijo, que con toda atención y devoción, podamos rezar vuestro Santísimo Rosario, el cual os ofrecemos por la exaltación de la Santa Fe Católica, por nuestras necesidades espirituales y temporales, y por el bien y sufragio de los vivos y difuntos que sean de vuestro agrado y de nuestra obligación.
RECITACIÓN DE LOS MISTERIOS
A continuación se anuncia el Primer Misterio del Rosario, que por ser domingo, siempre serán los Misterios Gloriosos.
1º MISTERIO: LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR
Seguidamente los músicos entonarán el «Ave María» de Fátima y todos cantan la letrilla. (de la 1.a estrofa)
«Cantad a María, la Madre de Dios, el Santo Rosario, plegaria de amor». Ave – Ave – Ave María
Inmediatamente después del canto de esta letrilla, los músicos entonan el canto del «Padre nuestro,,,»
Y los cofrades cantan el «Padre nuestro».
Terminado el canto del «Padre nuestro» todos siguen, rezando el «Pan nuestro de cada día…» (rezado)
Y terminado el rezo del «Pan nuestro de cada día»; los músicos entonan el canto de «Dios te salve, María…»
Y terminado el canto, los cofrades siguen rezando el «Santa María…» y van alternando el canto de «Dios te salve María» con el rezo «Santa María».
(Y así toda la decena)
FORMACIÓN DE LA PROCESIÓN
Mientras se van cantando las «avemarías» se va formando la Procesión con el siguiente orden:
Primero va el portador de la Santa Cruz, acompañado de dos cofrades que llevarán los faroles.
Seguidamente van las mujeres formando la procesión (no en pelotón) sino formándose de «cuatro en fondo» o de seis, según la asistencia.
Después de las mujeres, sigue el portador del Guión o Estandarte acompañado por dos cofrades llevando los faroles.
Después del Guión o Estandarte va el Sacerdote que dirige el rezo del Santo Rosario, o en su defecto el que dirija ese mismo rezo.
Detrás del que dirige el rezo del Santo Rosario van los Cantores.
A continuación de los cantores van los músicos.
Seguidamente van los hombres formando procesión (no en pelotón) de dos o cuatro en fondo.
Siguen la Andas con la Sagrada imagen de la Virgen del Rosario.
Finalmente la Presidencia de Sacerdotes, invitados, religiosos, etc…
Ya en la calle, sigue la Procesión del Rosario de la Aurora,
Al terminar la decena de «avemarías», al toque de la campana, se para la procesión, y todos los cofrades se vuelven hacia las andas de la Sagrada Imagen de la Santísima Virgen:
Y rezan todos el «Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio y ahora y siempre y por lo siglos de los siglos. Amén».
Y el que dirige el rezo del Santo Rosario dirá en voz alta y clara:
Dios te salve María Hija de Dios Padre
Dios te salve María Madre de Dios Hijo
Dios te salve María Esposa del Espíritu Santo
Dios te salve María Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad
Dios te salve María concebida sin pecado original. Amén.
(Esta plegaria se repetirá al terminar la decena de cada Misterio.)
2º MISTERIO: LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR A LOS CIELOS
Seguidamente el que dirige el rezo del Rosario, anunciará el 2.º Misterio: y los músicos entonarán el «Ave María de Fátima», y los cofrades cantarán la II estrofa;
«Del cielo ha bajado la Madre de Dios, cantemos el Ave a su Concepción Ave – Ave – Ave María».
Y sigue parada la procesión mientras se reza y se canta el «Padre nuestro»; aquí en el segundo misterio.
Primero se reza por los cofrades el «Padre nuestro que estás en los cielos…» y los
músicos entonan el «Pan nuestro de cada día…» y que cantan los cofrades y al terminar el canto del «Pan nuestro de cada día…» continúa la procesión su curso.
Y se reza por los cofrades sólo el «Dios te salve María», y los músicos entonan el canto del «Santa María Madre de Dios» y lo cantan también los cofrades, en las diez «avemarías»,
Al llegar a la decena y al toque de la campana, se para la procesión, y se procede de igual manera como se hizo al terminar el rezo del primer misterio; a saber: rezando la plegaria, Dios te salve María hija de Dios Padre…
3º MISTERIO: LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO
El que dirige el rezo, anunciará el 3.er Misterio. seguidamente se canta la III estrofa del Ave María de Fátima; a saber:
El Santo Rosario que el Cielo labró sostiene en sus manos, mas puras que el sol
Ave – Ave – Ave María.
Sigue parada la procesión mientras se canta el «Padre nuestro…» y después sigue la procesión su marcha, todo como se hizo antes, es decir: cantando «Dios te salve María llena de gracia» y rezando el «Santa María, Madre de Dios».
Y sigue todo igual como se hizo al terminar los misterios del Rosario que anteceden; a saber: Rezando la plegaria: Dios te salve María hija de Dios Padre… el que dirige el rezo del Rosario anunciará el 4.º Misterio
4º MISTERIO: LA ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA A LOS CIELOS
Los músicos entonan la música del «Ave María Fátima» y los cofrades cantan la IV estrofa:
«A los pastorcillos la Virgen habló Rezad el Rosario les encomendó» Ave – Ave – Ave María.
Sigue parada la procesión se reza el «Padre nuestro…» y se canta el «Pan nuestro de cada día…»
Y sigue la procesión, todo como se hizo antes, es decir: se reza el «Dios te salve María» y se canta el «Santa María».
Y alternando el rezo de «Dios te salve María» con el canto del «Santa María» al terminar el «Gloria al Padre…» el que dirige repetirá la plegaria «Dios te salve María hija de Dios Padre…» y se procede igual que en los misterios que anteceden llegado el 5.º Misterio el que dirige el Rosario lo anuncia:
5º MISTERIO: LA CORONACIÓN DE NUESTRA SEÑORA POR REINA DE CIELOS Y TIERRA
Los músicos entonan la música del «Ave María Fátima» y los cofrades cantan la V estrofa:
«Bendícenos, Virgen, con tu corazón, al Papa. la Iglesia. y al Pueblo Español». Ave – Ave – Ave María.
Y sigue parada la procesión mientras se canta el «Padre nuestro…» y se reza el «Pan nuestro de cada día…»
Y sigue la procesión, los músicos entonan el «Dios te salve María» y cantan todos el «Dios te salve» y rezan seguidamente el «Santa María».
Durante el 5.º Misterio, la procesión va llegando y entrando a la iglesia que corresponde según el itinerario del domingo correspondiente, y siguen con el 5.º Misterio y al terminar, después del «Gloria al Padre…» y el «Dios te salve María» que reza el que dirige rezará un Padre Nuestro por las intenciones del Papa.
LAS TRES PUREZAS
Y a continuación Rezará las Tres Purezas a la Santísima Virgen
Virgen Purísima antes del parto
Purificad nuestros pensamientos
Dios te salve María… Santa María…
Virgen castísima en el Parto
Purificad nuestras palabras
Dios te salve María… Santa María…
Virgen Inmaculada después del parto
Purificad nuestras obras y deseos
Dios te salve María… Santa María…
LETANÍAS DE NUESTRA SEÑORA
Seguidamente del rezo de las Tres Purezas de la Santísima Virgen, se rezan las Letanías de Nuestra Señora
Señor, ten piedad. Se repite lo mismo
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial. Ten misericordia de nosotros
Dios, Hijo Redentor del mundo.
Dios, Espíritu Santo.
Trinidad Santa, un sólo Dios.
Santa María, Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre intacta,
Madre incorrupta,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre de los Desamparados,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso venerable,
Vaso espiritual,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Aliaza,
Puerta del Cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Angeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin mancha original,
Reina asunta al Cielo,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la Paz.
FINAL
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Perdónanos, Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Escúchanos, Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Ten misericordia de nosotros
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo,
Seguidamente se entona la «Salve Regina» tono gregoriano y cantan todos los cofrades.
Texto en latín de la Salve
Salve, Regina, mater misericordiae, vita, dulcedo, et spes nostra, salve.
Ad te clamamus, éxules filii Evae.
Ad te suspiramus gementes et flentes in hac lacrimarun valle. Eia ergo, Advocata nostra, illos tuos misericordes óculos ad nos converte. Et Jesum, Benedictum fructum ventris tui, nobis, post hoc exilium ostende. O clemen, o pia, o dulcis Virgo María.
El que dirige dice:
Ora pro nobis Sancta Dei Genitrix.
Y responden todos:
Ut digni efficiamur promissiónibus Christi
Y el sacerdote canta el «Oremos»
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y de cuerpo, y por la intercesión gloriosa de la siempre Virgen María, nos veamos, libres de la tristeza presente y gocemos para siempre de las alegrías del cielo – Por Jesucristo nuestro Señor.