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Dedicado a la Virgen María: el Duomo de Milan, Italia

Una de los grandes obras de la humanidad es el Duomo, que homenajea a la Virgen María en Milán. El 16 de octubre se cumple fecha del inicio de las obras en 1387 y de la consagración de su altar en 1418 por el papa Martin V.

 

Vista externa de dia

 

El Duomo de Milan es una catedral gótica emplazada en la ciudad de Milán y la segunda catedral católica romana más grande del mundo: únicamente la catedral de Sevilla es mayor (igual que la basílica de San Pedro en Roma, que no es catedral).

Tiene 157 metros de largo y puede albergar 40.000 personas dentro. Las ventanas mayores del coro tienen la reputación de ser las mayores del mundo.

 

Plaza y fachada del Doumo
Plaza y fachada del Doumo

 

Esta iglesia, dedicada a la natividad de Maria, es la iglesia de la madre de la ciudad, conocida como la catedral. Aquí es donde el obispo realiza sus deberes de educar, guiar y presidir su diócesis. Se conoce comúnmente como Duomo, de la palabra latina «domus», es decir, casa: el Duomo es de hecho la casa de Dios y de sus fieles.

Como todas las catedrales medievales, especialmente las góticas, el Duomo también, fue diseñado para transmitir, con su arquitectura y colección de decoraciones, el mensaje de la salvación cristiana producido por la encarnación del hijo del Dios.

 

Vista externa de noche
Vista externa de noche

 

El mensaje de Dios hacia hombre se puede ver en el vitral de central del ábside, que mira deliberadamente al este. La escultura insertada en el mármol afiligranado de la ventana color de rosa dicta el tema de la gran pared luminosa y da el significado al templo entero.

La gran rueda de sol ardiente, el sol de la justicia que simboliza a Jesucristo; a la derecha, la Virgen Maria asombrada por las palabras del Arcángel Gabriel que se arrodilla y anuncia su maternidad divina. Con la aceptación de Maria Jesús entra en la historia de la humanidad y trae la luz de la salvación.

 

Vista de torres y agujas desde arriba
Vista de torres y agujas desde arriba

 

San Ambrosio y Santo Galdinus atestiguan la fe de la gente de Milan, en la plegaria agradecida.

De los grandes revestimientos del ábside del este, donde en cada amanecer el sol emite su luz, Cristo, el sol espiritual, ilumina la vida del hombre que da una última dimensión a su viaje diario, simbolizado por 52 pilares (para las 52 semanas del año litúrgico y solar).

 

Imagen que corona las agujas
Imagen que corona las agujas

 

El gran vitral termina el mensaje narrando la historia de la salvación por las Escrituras Sagradas: a la izquierda el Antiguo Testamento, a la derecha el Nuevo Testamento y en el centro las visiones del Apocalipsis en el final de los tiempos.

El viaje del hombre hacia Dios se desarolla a lo largo del descubrimiento y del acercamiento hacia lo divino. No dejan el hombre solo: los mártires y santos sobre los capitales góticos monumentales, puestos a lo largo de los cubos principales confluyen debajo de la bóveda, los sostienen con su ejemplo y los acompañan al banquete de eucarístico.

 

Nave Central
Nave Central

 

Al lado de la nave central la procesión lleva a los patriarcas, los profetas, los reyes, a las figuras centrales del antiguo testamento que se preparó para la venida del salvador: hay 60 estatuas colocadas en cuatro arcos góticos que se abren debajo de la bóveda.

El área donde esta originalmente el sitio de los soportes del Duomo corresponde a dos basilicas: Santa María Maggiore, la catedral del invierno, o Jemale, construida durante el período Carolingio en los restos de la Basilica Vetus (siglo III), y Santa Tecla la catedral de los siglos III-IV del verano.

El batisterio de San Giovanni alle Fonti (siglo IV), situado entre las dos iglesias, concluye este complejo religioso. Debido a las condiciones precarias de las dos iglesias, especialmente Santa María Maggiore, la construcción del Duomo comenzó en 1386 bajo el Arzobispo Antonio de Saluzzo.

 

Vista del altar de frente
Vista del altar de frente

 

LA CONSTRUCCIÓN DEL DUOMO

La población de Milan deseaba una catedral nueva que correspondiera a las formas góticas del valle del Po usando la arcilla cocida al horno como su material de construcción. Sin embargo, por razones del prestigio político, Gian Galeazzo Visconti, el señor de la ciudad, insistió que el estilo internacional gótico fuera utilizado para el Duomo. Esta decisión significó el cambio de la clase de material.

El Duque Visconti proporcionó el mármol de las minas de Candoglia, situadas sobre el lago Maggiore. Este mármol fue transportado por el agua de la mina a la charca de Santo Stefano, a 100 metros del emplazamiento de la obra.

 

Vista de una misa desde atrás del altar
Vista de una misa desde atrás del altar

 

El 16 de octubre de 1387 se inició la obra Gian Galeazzo instaló un cuerpo tecnico-administrativo para supervisar y dirigir el enorme: «el Venerable Taller del Duomo». El Duomo es el resultado del trabajo mutuo de los arquitectos, de los ingenieros, de los escultores, de los constructores principales, de los simples cortadores de piedra, de Lombardos y de los extranjeros, que fueron a Milan para la construcción de la catedral. El sitio se convirtió en una mezcla cultural, la vida y diversos idiomas se unieron para dar una expresión unánime.

Alrededor 1395 el área absidal, junto con sus tres ventanas vitrales fueron terminados y en 1404 la primer aguja, llamada Carelli, nombre de un gran benefactor. Durante este período comenzó la gran producción escultural y los primeros vitrales fueron creados. En el plazo de las primeras dos décadas del s XV terminaron el coro y las dos alas de la nave, y las primeras bahías del cubo central fueron planeadas.

 

Altar lateral de la Virgen con el niño
Altar lateral de la Virgen con el niño

 

El 16 de octubre de 1418 el papa Martin V consagró el altar.

Durante la época de Sforza (1450-1500) se presentó el problema difícil de erigir la cámara de la torre central. Después de buscar el consejo de grandes arquitectos de la época, entre ellos Leonardo da Vinci, Francesco di Giorgio Martini, Donato Bramante, la bóveda fue comenzada por Giovanni Antonio Amadeo.

 

Lucernario y lugar de oración frente a la imagen de María con el niño
Lucernario y lugar de oración frente a la imagen de María con el niño

 

Con la llegada de Carlo Borromeo (1565) el Duomo comenzó una fase de la revisión liturgica-pastoral según las provisiones establecidas por el consejo de Trento. A través del trabajo de Pellegrino Pellegrini, conocido como Tibaldi, nominado arquitecto del Venerable Taller, el interior de la catedral fue reajustado: al área del presbiterio le fue dada más énfasis con un nuevo tabernáculo, un ciborium, púlpitos, coro de madera, órganos y la pantalla de mármol del coro junto con la construcción de una capilla y una cripta subterráneas, y un baptisterio nuevo.

 

Capilla de la Natividad
Capilla de la Natividad

 

El trabajo de la transformación y mejora, comenzado por Carlo, fue acabado por su primo el Cardenal Federico Borromeo. Cuando el cuerpo longitudinal de la iglesia había sido terminado la fachada fue comenzado. Fue construida según los planes de un diseño Romanesque, de acuerdo con el estilo del Renacimiento tardío diseñado por Tibaldi.

Después de la realización de los portales y del primer nivel de ventanas la construcción fue interrumpida. Para la canonización de San Carlo, Federico Borromeo pidió una serie de pinturas conmemorativas que representaban la vida y los milagros del gran Borromeo y transformó la cripta oscura para preservar su cuerpo.

 

Tumba de San Carlo Borromeo
Tumba de San Carlo Borromeo

 

Entre 1765 y 1769 Francesco Croce erigió la aguja central y poco tiempo después quedó terminada la estatua dorada de la Madonnina (pequeña Madonna). Uno de los rasgos principales de la catedral es esta espira Madonnina levantada hasta la notable altura de 108.5m luciendo en la cima la famosa estatua policroma de la Madonna que se ajusta a la original imagen de la catedral.

Napoleon Bonaparte dejó terminada la fachada en 1813 según un estilo gótico original, no obstante respetó lo que había sido construido ya al principio del siglo XVII. La cubierta de la catedral también fue terminada en el siglo XX, junto con sus terrazas y cerca de 1800 estatuas de los santos erigidos en los lados.

 

Museo del Duomo
Museo del Duomo

 

La unificación de Italia cambió el contexto ambiental del Duomo: la gran plaza fue abierta entre 1865 y 1874. La erección de los cinco portales de bronce durante el último siglo marcó la terminación del Duomo y después de los bombardeos de la II guerra mundial, «el Venerable Taller» comenzó una nueva actividad: la restauración.

Los detalles finales de la catedral no fueron terminados hasta el siglo XX: la última puerta fue inaugurada el 6 de enero de 1965. Esta fecha es considerada como el término del proceso que había sido realizado durante generaciones, a pesar de que algunos bloques sin esculpir esperan ser terminados como estatuas. De importancia particular fue la adaptación litúrgica del presbiterio a los canones del Concilio Vaticano II (1986).

Fuentes:

 

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Dedicación de la Basílica Santa Maria della Salute de Venecia, Italia ( 21 de noviembre)

Santa María Della Salute es una impresionante basílica a la entrada del Gran Canal de Venecia.

Su construcción data de la promesa que hizo el Gran Patriarca de Venecia:

“prometo solemnemente erigir en esta Ciudad una Iglesia y dedicársela a la Virgen Santísima, llamándola SANTA MARIA DELLA SALUTE…” en homenaje al cese de la peste que había provocado en Venecia 80 mil muertos y 600 mil en el territorio de La Serenísima…

Vista de lejos
Vista de lejos

Santa Maria della Salute (Santa María de la Salud) es una basílica de Venecia, que se alza cerca de la Punta della Dogana (Punta de la Aduana). Se construyó, al igual que la Iglesia del Redentor o la Iglesia de San Rocco, ex voto de los habitantes venecianos, a causa de la peste que en 1630 diezmó la población.

Frente de la Basílica
Frente de la Basílica

La gran iglesia barroca en la entrada del Gran Canal, es una de las más impresionantes obras arquitectónicas de Venecia. Henry James comparó la iglesia con una gran dama en su salón, y se refirió a sus hermosas cúpulas, volutas, contrafuertes y estatuas.

Vista desde el canal
Vista desde el canal

La peste la trajo el conde de Mantua, que fue internado en la isla Lazzaretto Vecchio, pero le bastó entrar en contacto con un carpintero para que la infección se extendiera por toda la ciudad a partir de Campo San Lio.

Detalle de la fachada
Detalle de la fachada

El 22 de marzo de 1630 el patriarca de Venecia, Giovanni Tiepolo, hizo una promesa: “prometo solemnemente erigir en esta Ciudad una Iglesia y dedicársela a la Virgen Santísima, llamándola SANTA MARIA DELLA SALUTE, y que cada año en el día en que esta Ciudad sea declarada libre del presente mal, Su Serenidad y Sus Sucesores irán solemnemente con el Senado a visitar dicha Iglesia en perpetua memoria de la Pública gratitud por tanto beneficio”.

Centro de la Basílica
Centro de la Basílica

El 26 de marzo en la Plaza de San Marcos el dogo Nicolás Contarini, el clero y el pueblo se reunieron para rezar. Cuando la peste terminó habían muerto 80.000 venecianos y venecianas, y 600.000 en el territorio de la Serenísima, desde Brescia hasta Trieste, desde Polesine hasta Belluno. Entre la gente que murió, se encontraban el dogo y el patriarca.

Nave Central
Nave Central

LA CONSTRUCCIÓN

En 1630, a fin de invocar la extinción de la peste que estaba diezmando en un 30 por 100 la población de Venecia, el Senado de la República convocó un concurso público para construir una basílica magnífica y con pompa dedicada a la Virgen.

Detalle del Altar
Detalle del Altar

De los once proyectos que se presentaron, el Senado veneciano no dudó en escoger el de Longhena, que ideó una solución espectacular, imponente y escenográfica, ubicada en la boca del Gran Canal, frente al malecón de San Marco y dentro de una íntima interrelación o secuencia monumental con San Giorgio Maggiore de Palladio y el conjunto monumental y jerárquico de la ciudad de la plaza de San Marco.

Lucernario
Lucernario

Baldassare Longhena comenzó la iglesia el 28 de noviembre de 1631 y trabajó toda su vida; murió sin poderla verla finalizada. Se terminó el 9 de noviembre de 1687, cuando el patriarca Alvuse Sagredi la bendijo.

Fue necesario demoler una antigua iglesia medieval que se encontraba en este mismo lugar para poder construir la basílica de Santa María della Salute e hizo falta introducir 1.156.650 postes en el terreno y ganar una importante área de suelo al mar.

Altar de Maria Asunta
Altar de Maria Asunta

EL INTERIOR DE LA BASILICA

El interior es bastante sobrio, consta de un espacio octogonal debajo de la cúpula hemisférica y seis capillas que salen del ambulatorio. El presbiterio está regido por otra cúpula menor.

El presbiterio y el altar mayor predominan sobre todo lo demás. El espacioso presbiterio abovedado y el grandioso altar mayor cautivan la vista desde la entrada principal. La obra escultórica del altar es de Giusto Le Corte y representa a una Virgen con niño, que simboliza a la Salud que defiende a Venecia de la peste. Proviene de Creta y fue llevada a Venecia por el dogo Francesco Morosini en 1670, cuando hubieron de ceder la isla a los turcos.

Madonna de Sassoferrato
Madonna de Sassoferrato

El edificio se caracteriza, además, por presentar una interpretación fastuosa y hasta pintoresca de algunos motivos palladianos como, por ejemplo, el presbiterio

El sacrificio de Isaac, Titian
El sacrificio de Isaac, Titian

Algunas de las mejores obras, como los frescos del techo Caín y Abel, El Sacrificio de Abraham e Isaac; y David y Goliat de Tiziano, están detrás del altar.

“Estas escenas violentas del Antiguo Testamento fueron pintadas con extremo realismo, el cual se acentúa debido a su visión en perspectiva del observador. Los frescos, que se consideraron poco apropiados en su momento, fueron sin embargo muy admirados e imitados con posterioridad”.

Las Bodas de Caná, Tintoretto
Las Bodas de Caná, Tintoretto

En la sacristía, ala izquierda del altar se contempla el retablo temprano de Tiziano San Marco coronado con los Santos Coste, Damian, Roque y Sebastián ; mientras que frente a la entrada se hala Las bodas de Caná, obra de Tintoretto.

Fiesta de la salute
Fiesta de la salute

LA FESTIVIDAD

Se celebra la festividad de Santa María della Salute muy parecida a la celebridad de “El Redentor“.

La Ultima Cena, Giuseppe Porta
La Ultima Cena, Giuseppe Porta

Cada 21 de noviembre se festeja la “Fiesta della Madonna della Salute”, en la que las gentes atraviesan un puente de barcas, que ocupa la boca del Gran Canal, que va de la Plaza de San Marcos a la Basílica donde se paran a rezar.

El descendimiento de Espiritu Santo, Titian
El descendimiento de Espiritu Santo, Titian

Junto con la “Festa del Redentore” (Fiesta del Redentor), es aún hoy una de las fiestas populares más queridas y participativas de la ciudad.


 

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Visita al Santuario de Nuestra Señora del Rosario en Pompeya, Italia

A cinco minutos de las ruinas de Pompeya, Italia, la gran ciudad romana destruida por el volcán del Monte Vesubio, se halla un lugar llamado Valle de Pompeya, en la ciudad de Campania. A la sombra del antiguo volcán, se erigió un Santuario Mariano a finales de 1800. La Basílica está dedicada a Nuestra Señora del Rosario y esto, en recuerdo de la imagen de María que se encuentra en el altar mayor. La imagen representa a Nuestra Señora del Rosario y es una variación de los iconos marianos que representan a María entronizada.

Vista al Vesubio desde el campanario
Vista al Vesubio desde el campanario

La historia del Santuario está ligada a la del beato Bartolo Longo, fundador y la condesa Marianna De Fusco (esposa del conde de Fusco Albenzio), con quien compartió una vida ayudando a los necesitados. El Santuario fue construido con las ofrendas de los fieles voluntarios de todo el mundo. Su construcción se inició el 8 de mayo de 1876, con la colección de la ofrenda “un centavo por mes”.

Estatua de Bartolo Longo en la Plaza
Estatua de Bartolo Longo en la Plaza

El santuario es de cruz latina, originalmente tenía una sola nave, ábside, la cúpula, cuatro capillas laterales y dos capillas en el crucero. A ambos lados del santuario había dos capillas con entradas separadas, pero con conexión con la nave: a la izquierda, la capilla de San Catalina de Siena, donde estuvo expuesta inicialmente la pintura de la Virgen durante la construcción del Santuario; a la derecha, la capilla de la SS. Salvador, llamada así porque era el hogar de la parroquia hasta 1898, cuando la nueva iglesia fue construida a unos metros de distancia. En 1925 se completó la construcción de la torre de unos 80 metros de altura.

Con el tiempo y un aumento significativo de los fieles tuvieron que ampliar el santuario. Esta expansión se llevó a cabo desde 1934 hasta 1938. El santuario quedó con tres naves (la del medio no ha sido modificada), el ábside y la cúpula más grande. El exterior estaba cubierto en armonía con la fachada monumental, haciéndola comparada a las grandes basílicas romanas.

En los años siguientes el Santuario sobrevivió a muy exigentes pruebas, como la erupción del Vesubio en el año 1944 y la llegada de las tropas nazis que llegaron a amenazar su destrucción. Peregrinaron el Papa Juan Pablo II, 21 de octubre de 1979 y 7 de octubre 2003, y el Papa Benedicto XVI, 19 de octubre de 2008.

Vista de la Basilica
Vista de la Basilica

El 11 de noviembre 1962 en la plaza de la ermita se colocó un monumento a Bartolo Longo, de Domenico Ravenna Ponzi. La ceremonia de la solemne apertura contó con el entonces Presidente de la República, Antonio Segni.

El santuario es ahora un destino de peregrinación religiosa, sino también de muchos turistas fascinados por su majestuosidad. Cada año, más de cuatro millones de personas van a visitar el santuario que por lo tanto está entre los más visitados en Italia. En particular, el 8 de mayo y el primer domingo de octubre, decenas de miles de peregrinos acuden a la ciudad de Pompeya, para asistir a la práctica devocional de la Súplica a la Virgen de Pompeya, escrita por el Beato Bartolo Longo, que es transmitida a través de la televisión y radio en todo el mundo.

Fachada
Fachada

 

HISTORIA DE LA PINTURA DE LA VIRGEN

Bartolo Longo, en su intento de propagar la práctica del Rosario de Pompeya, se fue a Nápoles para comprar una pintura de la Virgen del Rosario. La idea era comprar una que ya había visto en una tienda, pero las cosas no van bien. De hecho se encontró por casualidad en la calle con su padre confesor y sugirió que fuera a la Academia del Rosario de Portamedina y pidiera en su nombre a la Hermana Maria Concetta De Lital un viejo cuadro del Rosario que él mismo le había dado diez años antes. Bartolo siguió esta sugerencia, pero le entró miedo cuando la hermana le mostró el cuadro: un paño apolillado y desgastado por el tiempo, falto de color, con una actitud de Madonna no histórica, es la Virgen que le da la corona Santa Rosa, en lugar de Santa Catalina de Siena, como en la tradición dominicana. Bartolo estaba a punto de rechazar la oferta, pero se llevó el regalo ante la insistencia de las hermanas.

Cuadro de la Virgen del Rosario de Pompeya
Cuadro de la Virgen del Rosario de Pompeya

En la tarde del 13 de noviembre de 1875, la imagen de Nuestra Señora fue a Pompeya en un carro destinado al transporte de estiércol. La consternación que inicialmente había atrapado Bartolo, también tomó a todos los demás, cuando se abre la tapa y se muestra la imagen. Todos estuvieron de acuerdo en que el cuadro no se podía exhibir por temor a ser prohibido, incluso antes de una restauración parcial.

La primera restauración fue obra de William Galella, un pintor de imágenes pintadas en las excavaciones de la antigua Pompeya. El viejo lienzo, expuesto en la parroquia los próximos tres años sufrió más daños. Fue restaurado por lo tanto, por segunda vez por el pintor napolitano Federico Maldarelli, quien también hizo la transformación de la figura de Santa Rosa en Santa Caterina de Siena.

Estatua de la Virgen en la parte superior de la fachada
Estatua de la Virgen en la parte superior de la fachada

La imagen recibió más espacio en la parroquia de los SS. Salvador, y se puso en un altar provisional en una capilla (más tarde conocida como Santa Catalina) en el santuario en construcción. La Virgen pronto es cubierta de piedras preciosas, ex votos de agradecimiento por favores recibidos. El Papa León XIII en 1887 bendijo la corona maravillosa que rodeaba la cabeza de la Virgen. Y entre los diamantes y zafiros que forman los halos en la cabeza de la Virgen y el Niño se podían ver cuatro esmeraldas, el regalo de dos agradecidos judíos.

Juan Pablo II en el santuario en el 2003
Juan Pablo II en el santuario en el 2003

La última restauración se hizo en 1965, por el Pontificio Instituto de los Padres Benedictinos Olivetanos de Roma, una restauración de alto nivel científico, durante el cual, bajo los colores anteriores, se descubrieron los colores originales que revelan la mano de un artista con talento de la escuela de Luca Giordano (siglo XVII). En esta restauración se eliminaron casi todas las piedras preciosas, para evitar daños y pinchazos a la tela. En esa ocasión, la imagen de la Virgen fue expuesta a la veneración de los fieles durante unos días en San Pedro y el 23 de abril fue coronada por el Papa Pablo VI.

Vista de los jardines desde el campanario
Vista de los jardines desde el campanario

El retorno del icono a Pompeya, se llevó a cabo de una manera solemne, con una procesión de clérigos y fieles que aumentó a medida que atravesaban las ciudades, a lo largo del viaje de Roma a Pompeya. Por la noche, el grupo llegó a Nápoles, donde fue recibido con fuegos pirotécnicos y antorchas.

En el 2000, el 125 º aniversario, estuvo durante cinco días en la Catedral de Nápoles, donde fue venerada por miles de fieles. La vuelta a Pompeya se hizo a pie, siguiendo la ruta de 1875, con varias paradas en las ciudades de la provincia. A lo largo del día cientos de miles de personas llenaron el recorrido de treinta kilómetros que separan Pompeya de la capital.

El 16 de octubre de 2002, cuadro regresó a la plaza de San Pedro por la petición expresa del Papa Juan Pablo II, quien al lado de “la bella imagen venerada en Pompeya” ha firmado la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae.

Nave central
Nave central

 

EL FRENTE

La basílica se caracteriza por dos órdenes superpuestos. El orden inferior, jónico, tiene un cuerpo de avanzada en la nave central. En que hay tres arcos, el más importante, a la entrada y luego otro en cada nave lateral.

Altar y galería izquierda
Altar y galería izquierda

En el orden superior hay un cuadro, adornado con estantes y un frontón en el medio, en cuyo tímpano se sitúa el escudo, en mármol blanco, del Papa León XIII, de cuando fue declarado Basílica el Santuario 4 de mayo 1901.

Altar
Altar

En la parte superior hay un ático con una bala ustrada. A ambos lados del mismo se colocó un gran reloj (izquierda) y un meridiano del mismo tamaño (a la derecha). En el centro está la estatua de la Virgen del Rosario. Esta estatua del escultor Gaetano Chiaramonte es de 3,25 metros fue realizada de una sola pieza de mármol de Carrara pesa 180 libras. Sobre la base de la estatua está esculpido el lema “PAX” (Paz)

Altar y trono
Altar y trono

Delante del pórtico hay cuatro nichos en los que encuentran las estatuas de mármol del padre Luis de Casoria, Beato Luis Guanella, S. Leonardo Murialdo y Frances Xavier Cabrini, nombres relacionados con la historia del Santuario.

Frescos del techo de la nave
Frescos del techo de la nave

 

EL INTERIOR

Durante las obras de ampliación del Santuario entre 1934-38 fue multiplicado por cinco para llegar a 5000 m2. La nave se mantuvo intacta, pero se prolongó de manera significativa, se crearon dos naves en las entradas laterales de la fachada, la cúpula antigua fue demolida para construir otra más alta, y se incrementó el número de altares. La bóveda está dividida en varios compartimentos ricamente decorados, tiene un gran fresco en el centro del frontal. A ambos lados de la nave, hay dos estatuas de bronce de los Fundadores (Bartolo Longo y la condesa de Fusco).

Frescos de la cúpula
Frescos de la cúpula

El ábside se multiplicó por cinco respecto al original, está sostenido por dos columnas de mármol gris y 8 pequeñas columnas de mármol de colores que soportan los 9 arcos sobre los que descansa la bóveda central del ábside. El fresco de la bóveda central representa la Asunción de la Virgen. Hay una balaustrada en un semicírculo alrededor del trono, en el altar central. En su centro hay una puerta artística con cinco nichos, cada uno de ellos es una estatua de plata (que representa a la religión, la fe, la caridad, la esperanza y pureza).

El trono se separa del altar. Dos columnas de mármol negro apoyan el trono en el suelo. En él se sitúan dos ángeles de bronce. Cuatro columnas de mármol de 4 metros de altura, se elevan desde el suelo del trono y tienen bases y capiteles corintios de bronce dorado. La parte trasera del trono está cubierta de mármoles preciosos.

Frescos sobre el trono
Frescos sobre el trono

La pintura de la Virgen se encuentra entre las losas de mármol policromado de ónix y lapislázuli y hay alrededor 15 medallones de cobre pintados con los misterios “quince del Rosario.

El sagrario, a imitación del Panteón en Roma, es rico en metales y mármoles preciosos. Tiene una forma octogonal y muestra cantidad y calidad de estatuas en oro, plata, bronce y mármol, y en sí mismo es una obra maestra. Las bóvedas de las capillas de las naves laterales y el ábside, representan los misterios del santo rosario. Y en los altares de las capillas se encuentran cuadros de artistas talentosos.

La cúpula original, de 29 metros de altura, fue reemplazada por otra más grande de 57 metros de altura. Es el centro de las cuatro cúpulas más pequeñas. Arquitectónicamente, está compuesto por dos tambores superpuestos y termina con una cúpula en la que se encuentra la cruz. Fue pintada por el artista Angelo Landi, en el que ha pintado 360 imágenes en una superficie de 509 m2.

El primer órgano plurifonico, se inauguró en 1890, fue sustituido en 1949 por el gran órgano.

El órgano y el coro
El órgano y el coro

 

LA CRIPTA

La cripta es en realidad un santuario de alternativa donde se celebran misas y confesiones. En el centro está el altar, mientras que los otros altares están detrás del principal. Detrás del altar central en una capilla dedicada al Beato, se encuentran los restos de Bartolo Longo. Descansan también en la cripta los restos de la condesa De Fusco y muchos más personajes vinculados al santuario.

Altar de la cripta
Altar de la cripta

Los pilares de la cripta ilustran la historia del Santuario y la Coronación de la Virgen, hecha por Pablo VI en 1965, después de la restauración. En las paredes de la cripta hay también un “Vía Crucis”.

Jesús en el campanario
Jesús en el campanario
Angeles con trompetas en el campanario
Angeles con trompetas en el campanario

 

EL CAMPANARIO

La primera piedra de la torre fue puesta el 12 de mayo 1912. Después de trece años, el 24 de mayo 1925, fue inaugurado con una solemne ceremonia en presencia de Bartolo Longo (que entonces tenía 84 años). La torre campanario tiene una superficie de 400 m2. Arquitectónicamente, la estructura se compone de tres partes: la exterior, decorada con granito gris, el interior de ladrillo prensado, y una tercera compuesta de la armadura metálica central cuyo peso es de 100.000 kg , que mantiene una escalera de hierro que conduce a la cima. El campanario es visible desde kilómetros de distancia, es de 80 metros de altura y tiene una cruz de bronce de 7 metros de altura, que se ilumina por la noche.

Galeria de ex votos
Galeria de ex votos

 

LAS RELIQUIAS SAGRADAS MÁS IMPORTANTES DEL SANTUARIO

En 1902 la familia de Arpino Ciccodicola donó al Santuario de Pompeya dos reliquias preciosas. En concreto, se trata de un lienzo, empapado en sangre, que pertenecería a la corona de espinas sobre la cabeza de Jesucristo y un trozo de madera de la Santa Cruz.

Fuentes: santuario.it, sitio oficial del santuario, SdeT

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FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María Italia Peregrinaciones y Santuarios

Relanzan peregrinación que sigue el camino de San Francisco de Asís

Se relanzó el tramo de la Vía Francígena que une Asís con Roma, una camino de espiritualidad franciscana de 289 kms. que estaba descuidado, al igual que la Vía Francígena en general. Conocida en el medioevo como el Camino de los Francos, que unía Canterbury en Inglaterra con Roma, esta peregrinación de 1800 kms. llegó a ser más importante que el Camino de Santiago.

Los devotos de San Francisco de Asís, podrán seguir ahora sus pasos a través de la «Vía Francigena», un antiguo camino de peregrinación similar al de Santiago de Compostela, que conduce de Asís a la Basílica de San Pedro del Vaticano.

La Opera Romana Peregrinaggi (ORP), de la Oficina de Peregrinaciones del Vaticano, presentó este camino de espiritualidad, que estaba cayendo en desuso y que recorre 289 kilómetros desde el pueblo donde nació el santo hasta la Sede de Pedro.

En su transcurso, el camino atraviesa el Monasterio de Greccio, lugar donde tuvo lugar la presentación del proyecto, y donde San Francisco sintió la inspiración de crear el primer pesebre. Allí, cuenta la historia, se apareció el niño Jesús, y desde entonces, Greccio es conocido como la nueva Belén.

Como testimonio de la peregrinación, la Oficina de Peregrinaciones del Vaticano pone al servicio del peregrino el «Testimonium», un certificado que prueba que se han recorrido al menos 100 kilómetros del camino. Para conseguirlo, los fieles tendrán que ir timbrado un pasaporte especial del peregrino cada vez que alcancen una nueva etapa del viaje.

LA VÍA FRANCÍGENA

Cada año miles de peregrinos recorren una parte o el total de los 1.800 kilómetros que separan Canterbury de Roma. Es la Vía Francígena, una ruta de peregrinación que atraviesa Inglaterra, Francia, Suiza e Italia para llegar al corazón del cristianismo: la tumba de San Pedro.

Para acoger a los peregrinos antes de que lleguen al Vaticano, la basílica de San Juan Bautista de los Florentinos ha inaugurado un punto de acogida: “Que los peregrinos encuentren en esta iglesia un lugar donde puedan parar, descansar, recuperar energías. Me parecía una consecuencia lógica, un gran signo de hospitalidad”, explica Luigi Veturi, párroco del templo.

La Vía Francígena fue la mayor ruta de peregrinación a Roma durante el Medievo. La primera documentación conocida de la misma se debe al arzobispo de Canterbury, Sigerico el Serio que en el año 990, efectuó la peregrinación a Roma para recibir el palio episcopal de manos del Papa Juan XV y describió las 79 etapas de su viaje.

El Consejo de Europa reconoció en 1994 la Vía Francígena como Ruta Cultural Europea, en reconocimiento a su valor conformador de la identidad del continente, pues junto con el camino de Santiago y la ruta a Jerusalén fue el gran destino de peregrinación de la Edad Media.

PEREGRINACIÓN A ROMA

Roma (en donde a los peregrinos que recorrían el camino se les llamaba romeros), era junto a Jerusalén (Santos Lugares: Belén, Santo Sepulcro, etc.: donde a los peregrinos se les llamaba palmeros porque a su regreso a su hogar se traían palmas) y Santiago de Compostela (Tumba del Apóstol Santiago: donde se les llamaba propiamente peregrinos y portaban conchas), uno de los tres grandes centros de peregrinación cristiana.

La Vía Francígena no es una sola ruta en sentido estricto, sino que comprende varias rutas que se fueron desarrollando a lo largo de los siglos, teniendo como horizonte la ciudad de Roma. También, dependiendo de la época del año, la popularidad de los lugares que tenían reliquias de Santos o de las situaciones políticas existentes en cada momento, esos caminos variaban y así, por ejemplo, se podían contar hasta tres o cuatro posibilidades para cruzar los Alpes o los Apeninos.

Los Lombardos pagaban por el mantenimiento y la defensa de esta vía para disponer de una ruta segura del Norte hasta Roma. Iba desde su capital, Pavía, atravesaba el paso de Cisa en los Apeninos y siguiendo por Lucca, Siena y Viterbo, alcanzaba Roma.

Comparte con el Camino de Santiago el Camino del Sur de Francia por Arlés. Una vez llegados a Roma, algunos peregrinos continuaban hacia el sur de la península italiana por la antigua vía Apia Trajana (denominada Francígena del Sur) para embarcarse en los puertos de Apulia (Bari, Brindisi u Otranto) hacia los Santos Lugares con destino Jerusalén.

A semejanza de los otros dos caminos de peregrinación cristiana medieval (Santiago de Compostela y Jerusalén), la Vía Francígena, ha sido objeto de estudios recientes, de un balizamiento y de un reconocimiento por el Consejo de Europa (1994) como Ruta Cultural Europea. Se puede recorrer a pie o en bicicleta.

ITINERARIO

El recorrido de 1.800 kilómetros comienza en Canterbury. Después de atravesar el Canal de la Mancha, la Via Francigena pasa, entre otras ciudades, por: Arras, Reims, Châlons-sur-Marne, Bar-sur-Aube, Langres, Besançon y Pontarlier.

En Suiza, por Lausanne, Saint-Maurice, y a través del paso del Gran San Bernardo se sitúa en Italia, por Aosta, Ivrea, Vercelli, Pavia, Lucca, Orvieto para llegar a Roma por la via Triumphalis. Anteriormente, una buena parte del trayecto sigue el recorrido de la antigua (y moderna) vía Cassia.

LAS ETAPAS

Las 79 etapas del manuscrito de Sigerico el Serio (una media de alrededor de 20km al día) sirven de base al itinerario moderno.

Si para los peregrinos que acudían a Santiago el camino más sagrado era el que llamaban Francés y en particular el que había seguido el obispo Gotelasco en el año 950 desde le Puy-en-Velay, para los romeros del norte de Europa la referencia era la Vía Francigena que en castellano significa, el Camino de los Francos. Aunque había infinidad de variantes, la ruta por excelencia era la que había dejado escrita Sigerico, Arzobisbo de Canterbury después de su viaje a Roma en el año 990, para recibir de manos del papa Juan XV, el pallium, una estola con una cruz que indicaba su investidura.

Utilizando como base ese manuscrito cuyo original se conserva en el British Museum de Londres, el Departamento de Turismo de la Comisión Europea relanzó en el año 2000 esa vía como una de las grandes rutas culturales del continente, aprovechando que la coincidencia con el jubileo romano.

Desde Canterbury a Suiza

24 días tardó Sigerico desde Inglaterra a Sainte Croix, ya en el actual territorio de la Confederación Helvética. A diferencia del Camino de Santiago, la Vía Francigena cayó en desuso en el Renacimiento por lo que resulta mucho más difícil seguir sus pasos, aunque esta situación por otro lado ofrece la oportunidad de sentirse investigador y pionero en pleno corazón de Europa.

Arras que durante la Edad media pertenecía a Flandes, es el primer lugar importante que desde un principio supo aprovechar su posición estratégica en este camino, especializándose desde muy pronto en la producción de tapices, una tradición que todavía perdura. De su catedral medieval sin embargo no queda prácticamente nada, al haber sido muy dañada en las sucesivas guerras que han afectado esta zona de Francia.

Laon, el siguiente punto de interés, conserva una de las catedrales más singulares de ese país, dedicada a Nuestra Señora en 1160, además de los restos de una abadía románica.

En Reims se entra de lleno en el gótico a través de su admirable catedral que marca un cambio importante en la historia de la escultura francesa. Ahí, en la capital de la Champagne se coronaron reyes y durante largo tiempo fue máximo centro espiritual de todo el país.

De la influyente abadía de Clairvaux fundada por San Bernardo en 1112 como casa madre de los cistercienses y punto obligado de romeros y peregrinos, quedan restos insignificantes.

En cambio en Langres permanece prácticamente intacta su catedral cluniacense además de numerosas casas medievales y conventos que dan fe de su importancia en la Via Francigena.

Besançon, la antigua capital del Franco Condado es el último punto importante en territorio francés con reminiscencias peregrinas. Queda un antiguo hospital dedicado a Santiago, varias iglesias románicas y en la catedral hay restos decorativos que se remontan al S.XI.

De la cordillera del Jura al Paso del Gran San Bernardo

9 días tardó Sigerico en cruzar Suiza a través de lugares como Orbe, Yverdon en el extremo sur del lago Neuchatel y Lausanne.

Allí a orillas del Lago Leman se encuentra una de las grandes catedrales góticas suizas, consagrada nada menos que por el papa Gregorio X en 1275. En el museo Histórico de la Ciudad se conservan igualmente numerosos testimonios de la importancia estratégica de este cruce de caminos.

Algo más adelante se alcanza Vevey siempre protegida por Mont Pelerin (el monte de los peregrinos) y ahora más conocida por albergar la central de la gigante Nestlé que ha montado Alimentarium, un parque temático dedicado a la comida. Mucho más pintoresco resulta el castillo de Chillon en las afueras de Montreux, un punto importante en la Vía Francigena al servir de lugar de refugio para los peregrinos.

Más allá la Vía cruza el río Ródano antes de alcanzar Martigny, uno de los centros con más historia del cantón de Valais donde aun se puede ver un importante anfiteatro romano y numerosos vestigios de su prestigioso pasado medieval. En el paso del Gran San Bernardo siguen en pie varios refugios para peregrinos que fueron construidos en tiempos carolingios.

Todos los caminos llevan a Roma

Aunque Sigerico entró en Italia por Aosta se sabe que muchos romeros utilizaban otros itinerarios que conducían hasta Turín.

A diferencia de Francia o Suiza, la Vía Francigena a su paso por la península italiana sigue mucho más viva, no siendo difícil encontrar restos de hospitales, iglesias de peregrinos y otros testimonios significativos por todo el camino.

No es fácil sin embargo destacar un lugar de otro, ya que la mayoría de las etapas están cargadas de obras de arte. Si en el extremo norte llaman la atención Susa e Ivrea además de Aosta o Torino cuya iglesia de San Ambrosio estaba especialmente dedicada a los peregrinos, más adelante es obligado parar en Vercelli para admirar la iglesia de Sant’Andrea, posiblemente el mejor ejemplo del primer gótico en el norte de Italia.

Otros puntos imprescindibles son la abadía de San Michele de la Chiusa, fundada en época de Sigerico y posteriormente máximo centro benedictino en la zona y la Abadía de San Antonio de Ranverso.

Después se alcanza Pavía con dos obras maestras románicas: San Pietro in Ciel d’Oro y San Michele además de sobresalientes reliquias de su esplendor imperial.

Piacenza llegó a tener nada menos que 30 hospitales de peregrinos y en varias iglesias hay muestras de su vinculación con la vía.

Fidenza era un punto trascendental para los romeros como lo indica la decoración escultórica que se conserva en la fachada de su catedral. Aquí aprovechaban para venerar también los restos de San Donnino especialmente milagrero entre los caminantes.

La lista de puntos importantes por donde pasa la Vía Francigena en la Emilia-Romagna y la Toscana es enorme. Sigérico tardo cerca de 50 días en atravesar Italia, no tanto por la dificultad del camino como por el número de lugares santos que obligaban a hacer etapa. Hay que citar ciudades tan conocidas como Parma o Bolonia, pero también Talignano o Berceto, cuya abadía era fundamental para los romeros.

En la Toscana destaca Lucca y Siena aunque no hay que olvidar a San Giminiano que debe su razón de ser y su prosperidad en la Edad Media, precisamente por formar parte de la Via Francigena.

Antes de llegar a Roma todavía quedan ciudades importantes con catedrales repletas de tesoros como Viterbo, Orvieto o Tuscania que por si solas merecerían un viaje.

 Fuentes: ACI Prensa, Wikipedia, blogs de la Vía Francígena, Signos de estos Tiempos

 

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Una visita a la Basílica de María Auxiliadora de Turín, Italia

La Basílica de María Auxiliadora fue construida en honor a la Virgen a la que San Juan Bosco tuvo gran devoción. La advocación de María Auxiliadora celebra su festividad el día 24 de mayo. Se encuentra en el barrio de Valdocco de la ciudad de Turín, Italia. Es conocida como la Iglesia Madre de la congregación salesiana.

Ver » María Auxiliadora, Universal ( 24 de mayo)

Se construyó con grandes problemas económicos entre 1864 y 1868, pero Don Bosco con ayuda de sus muchachos del Oratorio Salesiano se preocuparon de exprimir la caridad de la población al máximo. Don Bosco aseguró que el dinero conseguido para la construcción del santuario venía de la Providencia.

El 9 de junio de 1868 se consagraba el santuario de María Auxiliadora. A las 10:30 horas, subió al altar mayor, para celebrar la primera misa el arzobispo de Turín monseñor Riccardi. A continuación celebró misa Don Bosco. En la iglesia había 1.200 jóvenes.

En ella se encuentran los cuerpos de San Juan Bosco, Santo Domingo Savio y Santa María Mazzarello.

 

Exterior de Basilica Maria Auxiliadora

 

En 1938 se terminó la ampliación que consta del presbiterio con la segunda cúpula, de las dos grandes capillas laterales y del nuevo altar de San Juan Bosco con la urna que contiene su cuerpo.

Junto a la capilla de Santa María Mazzarello hay una escalera que lleva a la cripta o capilla de las reliquias donde se pueden encontrar una gran colección de reliquias. Destaca un trozo del madero de la santa cruz que se conserva en un relicario de alabastro. También destaca un pañuelo manchado de sangre y otros objetos de los mártires salesianos: San Luis Versiglia y San Calixto Caravario.

Una de las capillas de la cripta, llamada de la aparición, está dedicada al sueño-visión que tuvo Don Bosco en 1844 en el que la Virgen María le mostró los inicios y el desarrollo futuro de su obra, así como el lugar donde debía construirse la iglesia.

Se encuentran también en dos altares laterales, los restos de los beatos Miguel Rúa y Felipe Rinaldi, primer y tercer sucesor de Don Bosco respectivamente.

 

Fresco de María Auxiliadora

 

LA VIRGEN QUISO SU IGLESIA

Don Bosco no se cansaba de repetir que era la misma Virgen quien quería la iglesia y que Ella después de haberle indicado el lugar donde debía surgir la iglesia, le ayudaría también a encontrar los medios necesarios para la construcción.

Escuchemos del mismo Don Bosco el relato de un “sueño” que tuvo en 1884, cuando todavía buscaba una sede fija para su Oratorio.

La Señora que se le apareció le dice:

“Observa -y yo mirando vi una iglesia pequeña y baja, un poco de patio y numerosos jóvenes. Yo me di a mi trabajo, pero esta iglesia pronto fue estrecha, entonces de nuevo me dirijí a Ella que me hizo ver otra iglesia un poco más grande y con una casa vecina.

Después apartántome un poco más, en un terreno cultivado, casi de frente a la fachada de la segunda iglesia, me dijo:  “En este lugar donde los gloriosos mártires de Turín Avventore, Solutore y Ottavio ofrecieron su martirio. (Actualmente el monumento delante de la iglesia se ve y es justamente… para él!).

Las etapas habían sido ya previstas. Primero “la iglesia pequeña y baja” o sea la capilla Pinardi del 1846; después “la otra iglesia más grande…” o sea la iglesia de san Fancisco de Sales del 1852. Finalmente la iglesia de María Ausiliadora la escritura sobre una faja blanca: “Hic domus mea, inde gloria mea”“Esta es mi casa, de aquí saldrá mi gloria”.

El deseo de obedecer a la voz de la Virgen y de testimoniar veneración y reconocimiento a Ella quien había dado tantas pruebas de benevolencia a la naciente Congregación, junto a razones pastorales y prácticas, empujaban Don Bosco a acelerar el tiempo de la construcción. Para la compra del terreno y la madera para cercarlo se gastaron 4.000 liras; el P. Savio, ecónomo, aconsejaba esperar, pero Don Bosco le dice:

“Empieza a cavar, ¿cuándo comenzamos una obra teniendo ya el dinero a disposición? Tenemos que dejarle campo de acción a la divina Providencia”.

Los trabajos que se confiaron a la empresa del maestro mayor de obras Carlos Buzzetti, iniciaron durante el otoño del 1863. Terminadas las excavaciones, en Abril de 1864, Don Bosco dice a Buzzetti: “Quiero darte inmediatamente un anticipo para la grande construcción”.
Don Bosco sacó su portamonedas, lo abrió y lo vació en las manos de Buzzetti, todo lo que contenía eran ocho “soldi”, ni siquiera media lira: “Tranquilo, la Virgen Maria pensará a provee el dinero necesario para Su iglesia.”

 

Fachada de la Basilica

 

LA FACHADA DE LA BASÍLICA

La fachada hace pensar a la de la Iglesia de S. Giorgio Maggiore en Venezia.

Sobre el campanario de la derecha se ve el Arcángel Gabriel que ofrece una corona a María; en el campanario de la izquierda el Arcángel Miguel sostiene una bandera con la escrita: “Lepanto”.

En cima sobre la fachada se pueden ver las estatuas de los mártires: Salutore, Avventore y Octavio martirizados en esta tierra (Valdocco=Vallis occisorum).

Sobre los relojes se ven: a la derecha San Máximo, primer obispo de Turín; a la izquierda San Francisco de Sales, patrono de la Familia Salesiana.

Debajo de la Rosa, se ve la escena de Jesús con los niños, al centro; a los lados se ven las estatuas de San José y de S. Luis Gonzaga.

Los relieves entre las columnas una representa S. Pio V che anuncia la victoria de Lepanto (1571), la otra representa Pío VII che corona María Ssma. en el santuario de Savona después de su liberación como prisionero de Napoleón (1814).

El Santuario de María Ausiliadora nació del corazón y del coraje de Don Bosco y de su gran devoción a la Virgen. Fue una empresa marcada de hechos extraordinarios y de grandes dificultades.

 

Cuadro central de Maria Auxiliadora

 

CUADRO DE MARÍA AUXILIADORA

El cuadro es una idea de Don Bosco que hablando con el pintor Lorenzone lo hacía como de un espectáculo ya visto:

“En alto María Ssma. entre el coro de los ángeles, después el coro de los profetas, de las vírgenes, de los confesores.

En la tierra los embemas de las grandes victorias de María y de los pueblos del mundo en acto de alzar las manos hacia Ella como pidiendo ayuda”.

Lo pintó el artista Tomás Lorenzone.  En el centro está la Virgen María y en sus brazos el niño Jesús con los brazos abiertos.  Alrededor de la Madre de Dios están los doce apóstoles y los evangelistas.  Algunos apóstoles tienen en su mano el instrumento con que los martirizaron o algún símbolo que los identifique.

 

Altar con Cuadro de Maria Auxiliadora

 

El pintor le hizo notar que para pintar un tal cuadro se necesitaría una plaza y para contenerlo una iglesia grande como Piazza Castello. Don Bosco se resignó a ver su proyecto un poco reducido. El pintor Lorenzone alquiló el salón más alto de Palazzo Madama, y se puso manos a la obra. Después de tres años de trabajo el grande cuadro ocupó su lugar. Don Bosco lo describe de la siguiente manera:

“La Virgen se mueve en un mar de luces y de majestad. Rodeada de ángeles los cuales la saludan como su Reina. Con la mano derecha sostiene el cetro, que es el símbolo de su grande poder, con la izquierda sostiene el niño Jesús quien tiene los brazos abiertos ofreciendo de esta manera su gracia y su misericordia a quien recurre a su augusta Madre.

Al centro de pie está  San Pedro (apóstol) con  las llaves del paraíso y San  Pablo con  la espada, rodeándolos los cuatro evangelistas, San Juan (apóstol) con la copa de veneno y el águila, San Marcos sentado sobre un león, San Lucas sentado sobre un buey y San Mateo (apóstol) con el ángel; al lado  derecho  de la Virgen los  apóstoles Santo Tomás con la lanza, San Bartolomé con el puñal, San Matías (que reemplazó a Judas Iscariote) y San Simón; y al lado izquierdo los demás apóstoles, San Santiago el Mayor, San Felipe, San Andrés con la cruz en forma de X, San Judas Tadeo con el hacha y San Santiago el Menor. Sobre la cabeza de la Virgen, en un mar de luz está la paloma que simboliza al Espíritu Santo, y el Ojo que significa el Padre Celestial.

Un coro de ángeles rodean a Nuestra Señora y en el fondo inferior se alcanza a ver el retrato del templo de Turín y la montaña de Superga, a cuyo templo mariano iba tantas veces en peregrinación Don Bosco. Este cuadro tiene siete metros de alto y se ubica en el altar mayor de la Basílica de María Auxiliadora en Turín- Italia.  Llama la atención el gran manto que cubre a la Virgen, el cual fue pintado así por deseo expreso de Don Bosco: «Para que muchas almas puedan sujetarse de él y sean salvadas»

Según la descripción de Don Bosco, el cuadro es una icona eficaz del título “María Madre de la Iglesia”. Y además una gran página de catequesis mariana. María, en cuanto Madre del Hijo de Dios, es la Reina del cielo y de la tierra, la Iglesia representada en los apóstoles y en los santos, la aclama como Madre y Auxiliadora potente.

 

AMPLIACION DEL SANTUARIO

En 1934 (el mismo año de la canonización de Don Bosco) comenzaron las obras de ampliación y embellecimiento del Santuario.

Trabajos que habían hecho necesarios el aumento de la población de la zona de Turín-Valdocco (motivos pastoral y civil),

la insuficiencia de las salidas en las grandes celebraciones cuando había muchos fieles (motivo de seguridad)

y, por último, porque se quería dedicar un digno altar a Don Bosco, ya santo (motivo espiritual y salesiano).

 

Estatua de Don Bosco en el frente de la Basilica

 

La ampliación la proyectaron y realizaron los arquitectos Mario Ceradini y el salesiano coadjutor Julio Valotti.

Las novedades fueron:

1 El nuevo altar de San Juan Bosco.

2 La ampliación del presbiterio con el traslado hacia atrás y la renovación del altar mayor.

3 La segunda cúpula de 12 m. de diámetro con la inscripción:”HIC DOMUS MEA, INDE GLORIA MEA” ESTA ES MI CASA, DE AQUI SALDRA MI GLORIA”

4 Las dos capillas laterales con sus respectivas tribunas (la de la izquierda para el órgano, el mayor de todos los de las iglesias de Piamonte).

Las dos capillas están unidas por una galería que tiene varios altares dedicados a Cristo Crucificado y a algunos santos (San José Cottolengo, San José Cafasso, director espiritual de Don Bosco, San Pío V. …). La decoración de toda la iglesia se confió al pintor Cussetti.

 

ALTARES DEL SANTUARIO

SAN JOSÉ

El altar dedicado a San José, muy grande y bello, tiene la particularidad de que es el único altar del Santuario de María Auxiliadora de Turín-Valdocco que ha quedado como lo quiso Don Bosco, aún después de los trabajos de ampliación de la Basílica hechos desde 1934 hasta 1938.

El cuadro central lo pintó el pintor Lorenzone (el mismo autor del gran cuadro del altar mayor) que trabajó siguiendo las indicaciones precisas de Don Bosco.

Se presenta a San José con el Niño en sus brazos; junto a él, en actitud dulce y materna de aprobación, tenemos a María que tiene las manos juntas.

Un detalle importante: el Niño Jesús da a San José rosas y el Santo las deja caer sobre la Iglesia de María Auxiliadora y sobre el Oratorio de Turín-Valdocco, que aparece como estaba en 1869. El día de la inauguración, explicando el cuadro, Don Bosco dijo:

«Las rosas blancas y rojas son las gracias que Dos nos concede; también las rosas rojas, que van acompañadas por el dolor, los sufrimientos y los sacrificios, vienen de Dios y son las mejores».

 

Capilla de Don Bosco y su Cuerpo

 

SAN JUAN BOSCO

También se recuerda a Don Bosco en la iglesia que él erigió en honor de María Auxiliadora, con un altar, obra del arquitecto Mario Ceradini.

Es un verdadero monumento, por la grandiosidad artística de sus líneas y por la armonía de los mármoles.

La balaustrada y los escalones del altar son de mármol amarillo de Siena. A los lados, dos estatuas del escultor Nori sostienen respectivamente un cáliz con la sagrada Forma y un corazón en llamas, símbolos de la fe y de la caridad.

Cuatro columnas de jaspe rojo de Garessio enmarcan el cuadro, obra del pintor P. G. Crida, que presenta a Don Bosco en medio de un grupo de muchachos que les invita a mirar con confianza a María. Las cristaleras del fondo recuerdan episodios importantes de su vida en Valdocco. La de la izquierda recuerda la llegada de Don Bosco y Mamá Margarita a la casa Pinardi (3 de noviembre de 1846).

La URNA de bronce contiene el cuerpo de Don Bosco. Los ornamentos que cubren los restos fueron un regalo del Papa Benedicto XV.

Es uno de los puntos de mayor atracción de la Basílica de María Auxiliadora. Los peregrinos o simples fieles que se detienen meditando u orando delante de la urna de Don Bosco suelen ser muchos: padres que encomiendan a sus hijos al gran Santo de la juventud, antiguos alumnos y antiguas alumnas, jóvenes y menos jóvenes que le rezan, jóvenes que encomiendan a su Santo patrono su presente y su futuro.

 

Capilla de Santa María Mazzarello

 

SANTA MARIA D. MAZZARELLO

A la derecha, junto a la entrada principal, se encuentra la capilla de Santa María D. Mazzarello (1837-1881) cofundadora con Don Bosco de las Hijas de María Auxiliadora (HMA, llamadas también Salesianas).

María era una mujer extraordinaria, inteligente, dotada de gran sensatez y creatividad. Poseía una profunda piedad, vivía siempre en la presencia de Dios y ocupada en ayudar a sus compañeras.
En 1864 se encontró con Don Bosco. Éste, con mirada profética, vio en aquella joven a su primera Hija de María Auxiliadora para continuar con ella el trabajo educativo en favor de las muchachas.

María se hizo religiosa para servir, como Don Bosco y con Don Bosco, a Dios y a su Iglesia en la sociedad de su tiempo, atenta siempre a las necesidades de las jóvenes, especialmente de las pobres.

El Papa Juan Pablo II en su visita a Turín-Valdocco el 13 de diciembre de 1980, hablando a las religiosas en la Basílica de María Auxiliadora, afirmó de ella:

«Santa María Mazzarello… hablada de las virtudes de un modo tan claro y persuasivo que parecía inspirada por el Espíritu Santo. Vivió en la humildad, en la mortificación y en la serenidad su entrega a Dios, realizando su ‘maternidad de amor’ hacia miles de muchachas».

Murió en Nizza el 14 de mayo de 1881 y su cuerpo fue trasladado a Turín-Valdocco en 1938 y colocado en la urna de bronce bajo el altar preparado para su beatificación. La imagen de la Santa en el cuadro situado encima del altar y las otras pinturas son del pintor Crida.

 

Capilla de Santo Domingo Savio

 

SANTO DOMINGO SAVIO

Esta capilla estuvo dedicada antes a San Francisco de Sales; hoy, a Santo Domingo Savio, el santo alumno de quince años de Don Bosco. Domingo estuvo con él en Valdocco sólo tres años, y dio muestras de una inteligencia viva en los estudios, una gran bondad en sus relaciones.

Su lema era: «ANTES MORIR QUE PECAR».

«Domingo quiere decir ‘del Señor’; por tanto, yo debo y quiero ser totalmente del Señor, y quiero hacerme santo y no seré feliz mientras no sea santo» .

El secreto de su santidad (madurada en la escuela de Don Bosco) era muy sencillo: un gran amor a Jesús en la Eucaristía, una gran devoción a la Virgen, entrega práctica en la ayuda a sus compañeros para que se hiciesen mejores y… una alegría franca y contagiosa que le hacía simpático a todos.

«Santidad y alegría» son los rasgos del estilo de su santidad. Una vez dijo a un compañero:

«Debes saber que aquí hacemos consistir la santidad en estar muy alegres. Para ello basta esforzarse para evitar el pecado, como un gran enemigo que nos roba la gracia de Dos y la paz del corazón; y procuraremos cumplir de modo exacto nuestro deberes y acudir con frecuencia a los actos de piedad».

Murió a los 15 años en 1857. Fue proclamado santo («¡Ese pequeño gran santo!») el 12 de junio de 1954. Es el más joven de los santos no mártires venerados en la Iglesia.

El cuadro de Mario Caffaro Rore presenta a Domingo saliendo por la puerta del Oratorio para ir a encontrarse con sus amigos, pequeños y mayores. La urna que hay junto al altar contiene las reliquias del muchacho santo.

 

CAPILLA DEL SAGRADO CORAZON

En el fondo, a la izquierda al entrar en el Santuario, encontramos la Capilla del Sagrado Corazón.

Es pequeña, agradable y muy recogida, muy a propósito para rezar.

En efecto, con mucha frecuencia se ve en ella a peregrinos y devotos recogidos en oración y reflexión.

¿Por qué el Sagrado Corazón?

Por la gran devoción que le tenía San Juan Bosco. El mismo escribió que, después de las revelaciones a Santa Margarita Alacoque,

«Era también admirable la devoción de Don Bosco al Sagrado Corazón de Jesús.

La  recomendaba mucho a sus jóvenes…».

Y este amor y devoción los demostró construyendo, hacia el final de su vida y con grandes sacrificios y hasta con humillaciones, la Basílica del Sagrado Corazón, junto a la estación Termini, en Roma.

 

SUEÑO DE LAS DOS COLUMNAS

En el fondo de la Basílica se pueden admirar dos pinturas en las que aparecen el Sueño de la Balsa y el de las dos Columnas. El 30 de mayo Don Bosco contó que había visto en sueños una batalla terrible en el mar, desencadenada por una multitud de embarcaciones pequeñas y grandes contra una sola nave majestuosa, símbolo de la Iglesia.

La nave, tocada varias veces, pero siempre victoriosa, logra echar el ancla, guiada por el Papa, en dos columnas que se levantaban entre las olas.

La primera tiene en lo alto una sagrada Forma con el escrito «Salus credentium»; en la otra, más baja, está la estatua de la Inmaculada con las palabras «Auxilium Christianorum».

El de la balsa lo contó Don Bosco en 1866. Arrastrados por una terrible inundación, los jóvenes suben, con Don Bosco, sobre una balsa y ven en el cielo la misteriosa palabra MEDOUM, que el santo explica como letras iniciales, en latín, de la frase: «Madre y Señora de todo el Universo, María». Una vez que la balsa llega a un lugar seguro, la Virgen María les dice a los jóvenes:
SI SOIS HIJOS DEVOTOS MIOS, YO SERE PARA VOSOTROS MADRE AMOROSA».

 

Nave central de la Basílica

 

CAPILLA DE LAS RELIQUIAS – LA CRIPTA

Entrando por la puerta principal, se encuentra, a la derecha, una escalera que lleva a La Cripta o «Capilla de las Reliquias».

Se trata de una nave en forma de cruz latina y recuerda con sus motivos ornamentales y con los símbolos, las catacumbas cristianas.

Se han conservado en ella muchas reliquias y de mártires y santos.

La verdadera joya de esta Capilla es la reliquia de madera de la Santa Cruz, en una teca, sobre un fondo de alabastro.

Otro lugar importante es la capillita dedicada a la Virgen, a la que se llama comúnmente «Capilla de la Aparición» por el sueño de 1845 recordado por Don Bosco:

«Me pareció estar en una gran llanura llena con una muchedumbre incontable de jóvenes. Vi junto a mí a una Señora que me dice:

«¡En este lugar, en que los gloriosos mártires de Turín Adventor, Solutor y Octavio sufrieron martirio, sobre estas tierras empapadas y santificadas con su sangre, quiero que se honre a Dios de un modo muy especial».

Y mientras decía esto, adelantaba un pie poniéndolo sobre el lugar en el que sufrieron el martirio y me lo indicó con precisión».
Aquel lugar está marcado en el suelo con una cruz de metal dorado.

 

Iglesia San Francisco de Sales

 

LA SACRISTÍA

Como todos los grandes santuarios, la basílica di María Auxiliadora dispone de una amplia sacristía situada junto a la galería contigua al altar mayor. No es sólo grande y luminosa, sino también muy práctica, especialmente en las grandes celebraciones, cuando participan muchos concelebrantes. Cuenta con dos accesos al Santuario que facilitan los servicio religiosos.
Además del gran armario en el que se guardan los ornamentos litúrgicos hay varios reclinatorios junto a la pared que da al santuario. Son elegantes en su sencillez y utilidad: ofrecen a los sacerdotes la oportunidad de prepararse a la celebración de la misa. Alguna vez se usan también como confesionarios para los fieles que van a la sacristía a pedir orientación o consejo.

El suelo y el zócalo son de mármol. Hay también un sencillo y artístico lavabo con mármoles especiales. La sacristía está adornada con seis interesantes cuadros del pintor Crida, que reproducen algunos momentos de la vida de Don Bosco y dan la grata sensación de ver todavía al Santo pasear por su querido Santuario de María Auxiliadora de Turín-Valdocco.

En el primer cuadro: el pintor presenta a Juanito Bosco como un pequeño catequista, junto a la pobre casa en que nació.

Está sentado en una cesta y rodeado por un grupo de compañeros que, después de haber estado jugando animados por él, escuchan muy atentos lo que dice.

El segundo cuadro: representa la escena del encuentro de Don Bosco con el huérfano Bartolomé Garelli en la sacristía de la iglesia de San Francisco de Asís de Turín.Encuentro histórico que tuvo lugar el 8 de diciembre de 1841, y que marcó el comienzo de su misión apostólica de los jóvenes. Primero en Turín y después en el mundo por medio de toda la Familia Salesiana.

En el tercero cuadro: encontramos al misterioso perro ‘Gris’ que se ‘apareció’ varias veces en la vida de Don Bosco, cuando le amenazaron de muerte los enemigos de su obra. Y el misterioso ‘Gris’ le libraba de peligros. No se pone en duda la existencia del ‘Gris’ porque le vieron muchísimas personas, entre las que estaba Mamá Margarita, la madre de Don Bosco; pero se discute sobre ‘quién’ era o ‘qué cosa’ podía representar.

En el cuarto: vemos a Don Bosco que escucha las confesiones de sus muchachos. Daba mucha importancia al sacramento de la Reconciliación. Lo consideraba como una de las columnas de la formación cristiana que hay que dar a los jóvenes (junto con la Eucaristía y la devoción a María Auxiliadora). El muchacho al que confiesa es Pablo Albera, que llegaría a ser su segundo sucesor al frente de los Salesianos, después de don Miguel Rua.

El quinto cuadro: presenta la figura de Don Bosco en medio de sus jóvenes, que le miran llenos de afecto y le escuchan con veneración. En el fondo de la pintura aparece el primer edificio construido por él en Torino-Valdocco. El 31 de enero de 1988, primer centenario de su muerte, el papa Juan Pablo II proclamó a Don Bosco ‘Padre y Maestro de los Jóvenes’.

La última pintura: muestra a Don Bosco que vuelve a Turín-Valdocco llevando consigo a Mamá Margarita (el 3 de noviembre de 1846).

Margarita ayudó a Don Bosco durante diez años en su misión con los jóvenes, siendo su mejor compañía, aconsejándole, animándole y haciendo también de madre de los primeros muchachos acogidos en la pobre casa Pinardi. Muchos de ellos eran huérfanos.

 

OTRAS RELIQUIAS

En sendos altares se conservan los restos mortales del Beato Miguel Rua, primer sucesor de Don Bosco, y del Beato Felipe Rinaldi, tercer sucesor.

En la Cripta se conservan también objetos que pertenecieron a los primeros mártires salesianos  que fueron alumnos de la Casa Madre de Turín-Valdocco (Luis Versiglia conoció también a Don Bosco). Fueron declarados santos por Juan Pablo II el 1º de octubre de 2000.

Fuente: sitio Oficial de la basílica y otros


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El Vía Crucis del Coliseo en Roma

Via Crucis del Coliseo Romano Semana Santa 2010

Quizás el viacrucis más universal sea el del Coliseo romano. Allí, la Arciconfraternità del Gonfalone había empezado a hacer representaciones sacras de la Pasión de Cristo, y había construido sobre las gradas una capilla dedicada a Nuestra Señora de la Piedad, con una cripta adyacente en la que habitaba un ermitaño, custodio del lugar. Éstas fueron muy contestadas porque eran tachadas de provocar desórdenes públicos. Por voluntad de Clemente XI Albani (1700-1721), se erigió un viacrucis en la cavea del Coliseo en 1719. Había también una iglesia dentro de la arena: Santa Maria della Pietà, restaurada por Benedicto XIV en 1743.

En este estado de cosas, surge la figura de San Leonardo de Porto Mauricio (Imperia 1676-Roma 1751, baetificado en 1796 y canonizado en 1867), franciscano genovés de la Provincia Reformada Romana desde 1697, Misionero Apostólico, émulo del dominico San Vicente Ferrer, protector de sus misiones, que comenzó en 1708, que terminaban con la solemne erección del vía crucis, “gran batería contra el infierno”, de los que erigió quinientos setenta y seis. Del viacrucis decía: “que introduciré sin perdonar fatiga y aun lo impondré frecuentemente por penitencia”, uno de sus sesenta y seis propósitos, cuy última ratificación y copia es de 1745, en su intento de reavivar la piedad católica enfriada por el jansenismo y el racionalismo.

De España le venía su fervor por este apostolado, como él declara: “Habiendo sabido, por religiosos españoles que me informaron, que en España se erigían los Vía crucis con gran provecho para las almas, se me  encendió el espíritu de un ardiente deseo de procurar un tan gran bien para Italia”.

A su iniciativa, el Papa Benedicto XIV nombrado, tras declarar este anfiteatro lugar sagrado por la sangre de los mártires, hizo levantar en torno a la arena catorce edícolas con las estaciones del viacrucis rematadas por cruces de leño basto para sustituir a las que había ruinosas, bendecidas el veintisiete de diciembre de 1750, Año Santo, que fueron eliminadas por excavaciones arqueológicas el veintidós de enero de 1874.

La Venerabile Archiconfraternita degli Amanti di Gesù e Maria, llamada de la Via Crucis, fundada poco después de la erección del viacrucis de San Leonardo, tenía como misión practicar aquí el devoto ejercicio del viacrucis procesionalmente todos los domingos y viernes, los días de carnaval, Miércoles y Jueves Santo y otras festividades del año, así como mantener las hornacinas y sufragar su iluminación de aceite y cera. Poseía una capilla propia desde donde se encaminaba el cortejo penitencial por la Vía Sacra al Coliseo, levantada próxima a la Iglesia de los Santos Cosme y Damián en el pontificado del citado Benedicto XIV, a la derecha del Templo de Roma y adosada al mismo, y un oratorio en la fachada del Coliseo de la Via di San Gregorio. Al ser destruido este viacrucis, la cofradía se traslado a San Lorenzo in Miranda, y en 1937 al Oratorio de San Gregorio dei Muratori de la Via Leccosa, acabando por ser derribada la capilla abandonada en 1877.

Sí permanece el erigido en la Via di San Bonaventura, que empieza pasando la entrada a la Iglesia de San Sebastiano al Palatino. En el muro de la antigua Villa Mattei se abren unas hornacinas que albergan grupos de terracota con las estaciones modelados por G. Franchi y policromados por el P. Corrado da Rimini, protegidos por una reja, que vinieron a sustituir unas pinturas deterioradas de Bicchierai. El itinerario acaba en la fachada de la Iglesia de San Buenaventura al Palatino, de los franciscanos alcantarinos, sus promotores, convento fundado en 1625. Fue promovido por el propio San Leonardo de Porto Mauricio, que habitó y predicó en esta casa.

En 1964 el Papa Pablo VI Montini restableció la tradición del viacrucis en el Coliseo en la tarde del Viernes Santo. De 1970 a 1978 este Pontífice lo guió meditando con textos bíblicos (1970), de San León Magno (1971); de S. Agustín (1972), de San Francisco de Sales (1973), de San Ambrosio (1974), de San Pablo de la Cruz (1975), de varios Padres de la Iglesia (1976), de Santa Teresa (1977) y de san Bernardo (1978).

En el primer viacrucis presidido por Juan Pablo II en 1979 se utilizaron para la meditación fragmentos de discursos de Pablo VI; en el 1980, de la Regla de San Benito; en el 1981, de Santa Catalina de Siena; en el 1982, de San Buenaventura, y en el 1983, de la Beata Angela de Foligno. En el 1984, clausura del Año Santo de la Redención, fue el mismo Papa, Juan Pablo II, el que escribió los comentarios de las catorce estaciones.

Desde 1985, por deseo del Papa, los textos de las meditaciones son encomendados a escritores o personalidades cristianos: Italo Alighiero Chiusano, escritor italiano (1985); André Frossard, periodista y escritor francés (1986); Miguel Obando Bravo, Cardenal Arzobispo de Managua en Nicaragua (1987); Hans Urs von Balthasar, teologo suizo (1988); Marek Skwarnicki , escritor polaco (1989); Michel Sabbah, Patriarca Latino de Jerusalén (1990); Ignacio M. Calabuig Adán y Silvano M. Maggiano, servitas (1991); Miloslav Vlk, Arzobispo de Praga (1992); Anna Maria Canopi, Abadesa benedictina de Mater Ecclesiae, en la Isola San Giulio de Novara (1993); Bartolomeo I, Arzobispo de Constantinopla y Patriarca Ecuménico (1994); Minke de Vries, monja de la comunidad protestante suiza de Grandchamp (1995); Vinko Pulji, Cardenal Arzobispo de Vrhbosna en Sarajevo (1996); Karekin I, Católico Patriarca Supremo di todos los Armenos (1997); Olivier Clement, teólogo ortodoxo francés laico (1998); Mario Luzi, poeta italiano (1999).

En el año 2000, el propio Juan Pablo II redactó personalmente las meditaciones con ocasión del Gran Jubileo. En el 2001, fueron del Siervo de Dios el Cardenal John Henry Newman. En el 2002, los textos fueron preparados por catorce periodistas acreditados ante la Santa Sede: John M. Thavis (Estados Unidos), Alexej Bukalov (Federación Rusa), Henri Tincq (Francia), Greg Burke (Estados Unidos), Ángel Gómez Fuentes (España), Erich Kusch (Alemania), Hiroshi Miyahira (Japón), Jacek Moskwa (Polonia), Marina Ricci (Italia), Aura Miguel (Portugal), Luigi Accattoli (Italia), Sophie de Ravinel (Francia), Valentina Alazraki (Méjico) y Marie Czernin (Alemania).

En el 2003, con occasión del XXV aniversario de su pontificado romano, el Papa escogió para las meditaciones textos compuestos por él con ocasión de los Ejercicios Espirituales predicados en la Curia Romana en 1976, cuando era Arzobispo de Kraków. En el 2004 corrieron a cargo de André Louf, cistericiense de la estrecha observancia.

 

VIA CRUCIS PRESIDIDO POR LOS ULTIMOS DOS PAPAS

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Benedicto XVI (2-IV-2010). Meditaciones y oraciones del Cardenal Camillo Ruini, Vicario general emérito de Su Santidad para la diócesis de Roma. (Forma tradicional)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Benedicto XVI (10-IV-2009). Meditaciones y oraciones de Monseñor Thomas Menamparampil, SDB, Arzobispo de Guwahati (India). (Forma bíblica)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Benedicto XVI (21-III-2008). Meditaciones y oraciones del Card. Joseph Zen Ze-Kiun, SDB, Obispo de Hong Kong. (Forma bíblica)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Benedicto XVI (6-IV-2007). Meditaciones y oraciones de Mons. Gianfranco Ravasi, Prefecto de la Biblioteca-Pinacoteca Ambrosiana de Milán. (Forma bíblica)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Benedicto XVI (14-IV-2006). Meditaciones y oraciones de Mons. Angelo Comastri, Vicario General del Papa para la Ciudad del Vaticano. (Forma tradicional)

Vía Crucis en el Coliseo seguido por Juan Pablo II desde su capilla privada (25-III-2005). Meditaciones y oraciones del Cardenal Joseph Ratzinger. (Forma tradicional)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Juan Pablo II (9-IV-2004). Meditaciones y oraciones de Dom André Louf, monje cisterciense de la estricta observancia. (Forma bíblica)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Juan Pablo II (18-IV-2003). Meditaciones y oraciones compuestas por el Card. Karol Wojtytla, arzobispo de Cracovia. (Forma tradicional)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Juan Pablo II (29-III-2002). Meditaciones y oraciones compuestas por catorce Periodistas acreditados ante la Santa Sede. (Forma bíblica)

Vía Crucis en el Coliseo presidido por Juan Pablo II (21-IV-2000). Meditaciones y oraciones compuestas por el Santo Padre Juan Pablo II. (Forma tradicional)

Fuente: www.maria-garcia.com, Vaticano y otras



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