Lo que está sucediendo en Quebec, la parte francófona de Canadá, muestra la verdadera intención de la reingeniría espiritual que se está produciendo en el mundo occidental. La meta final en realidad no es quitar al cristianismo y a las otras religiones establecidas de los ámbitos sociales ‘per se’, sino introducir forzadamente una religión relativista, donde cada uno desarrolle una espiritualidad individual, con sus propios dioses y su moral, que es el modelo de la New Age.
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