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Exitosa mediación de la Iglesia Católica en Honduras que consiguió una tregua de las pandillas [13-05-31]

El objetivo es bajar los asesinatos como el El Salvador
Las pandillas en Honduras, la MS-13 y Barrio 18, declararon su propia versión de la tregua de pandillas de El Salvador (ver aquí la situación en El Salvador) hacia la sociedad, también con la intermediación negociadora de la Iglesia Católica. Aunque se admite que es poco probable que esta tregua tenga el mismo impacto en la reducción de la tasa de homicidios del país como en El Salvador. Las pandillas de Hondura aún no firmaron una tregua entre ellas.

 

tregua de pandilla en honduras

 

Según el obispo de San Pedro Sula, Rómulo Emiliani, el 28 de mayo los líderes de pandillas hicieron una declaración de paz y anunciaron su intención de buscar la «reconciliación» con el gobierno de Honduras y la sociedad.

Líderes de las pandillas «Mara Salvatrucha» («M-13») y de la «M-18», consideradas como las más violentas de Honduras, que guardan prisión, prometieron el 28 de mayo reducir la violencia en su país y pidieron perdón a Dios, la sociedad y las autoridades.

«Queremos pedirle a Dios que nos ilumine (…), que nos ayude en este proceso que nosotros queremos, más que todo ante Dios pedirle perdón por todo, pedirle también perdón a la sociedad si en algún momento hicimos daño, pedirle también perdón a nuestras autoridades», dijo uno de los integrantes de la «M-13».

La voluntad de contribuir a reducir la violencia por parte de las pandillas fue expresada por sus líderes en el presidio de San Pedro Sula, norte de Honduras, con la mediación del obispo auxiliar de esa ciudad, Rómulo Emiliani.

El primer líder de la «M-13», que no se identificó, dijo que lo que han resuelto en su pandilla es «cero crímenes, cero violencia en las calles, trabajar» y que el Gobierno les ayude proporcionando talleres de manualidades para trabajar y ganarse la vida de manera honrada.

Los primeros en hablar ante los periodistas fueron dos miembros de la «Mara Salvatrucha», señalando entre otras cosas que «la tregua» que están proponiendo no es con la «M-18».

Uno de los representantes de la «M-18», que tampoco se identificó, dijo que la voluntad de ellos «no sólo es palabra», sino que quieren demostrar con hechos la disposición de «colaborar para bajar el índice de violencia».

«Estamos conscientes de que hemos hecho algo malo, por eso estamos pidiendo perdón a la ciudadanía, necesitamos que nos escuchen y nosotros les damos la palabra que vamos a reducir el índice de violencia y vamos a tener un mejor control», subrayó.

Agregó que el accionar de las pandillas lleva varios años y que ellos han sido perseguidos policial y judicialmente, lo que ha generado más violencia, pero que ahora están resueltos a «dialogar».

«No aguantamos tanta violencia hacia nosotros de este gobierno y gobiernos anteriores, somos perseguidos, nos han desaparecido a nuestras familias los policías corruptos», enfatizó.

Indicó además que ellos están pidiendo un «diálogo con el gobierno para que nos escuche, no con las otras organizaciones (pandillas)».

«Si ellos quieren (los de la «M-13″) nosotros vamos a respetar su territorio, pero (que) respeten nuestro territorio, para así calmar un poco la violencia, así como en el país hermano El Salvador que se ha dado buen producto», añadió.

El anuncio de las pandillas hondureñas se produjo un día después de que seis bandas de El Salvador entregaran el lunes, a través de la Organización de Estados Americanos (OEA), 154 armas y artefactos explosivos, como parte de una «tregua» que ha contribuido a rebajar los homicidios en ese país centroamericano.

Las armas fueron recibidas por el secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA, Adam Blackwell, quien dijo en San Salvador que el organismo continental apoya el pacto en el que están

INTERVENCIÓN DE LA IGLESIA

Se trata de un paso adelante importante, como subraya el Obispo Mons. Rómulo Emiliani, obispo auxiliar de San Pedro Sula, en la nota enviada a Fides:

“Si Colombia está negociando con las guerrillas de las FARC, esa es la prueba de que se puede negociar, incluso con grupos ilegales, porque las instituciones no pueden pensar en quedarse sentadas a recoger los frutos de esto sin negociar”.

Mons. Emiliani dice estar satisfecho porque

“las pandillas hiciron una declaración pública de tregua, pidiendo perdón a la sociedad y abriéndose al diálogo con la policía”. “El gobierno está informado y tiene que ser el próximo en dialogar” y tomar iniciativas, ha dicho como conclusión.

Honduras es uno de los países más violentos del mundo. De hecho, el último informe público sobre la violencia registró 85 homicidios por cada 100 mil habitantes.

El país experimenta una situación de violencia, en gran parte causada por el enfrentamiento entre bandas criminales. El trabajo de la Iglesia en las cárceles ha descubierto la posibilidad de proponer una coexistencia pacífica encabezada por los propios protagonistas, y ha dado prioridad a la labor pastoral en los centros de detención

Apenas hace unos días el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, pregunto a todos los que se encontraban en la catedral de Tegucigalpa:

“¿Cómo se vive en Honduras? Yo respondo: ¡con miedo!”.

Es precisamente por esta razón que el Cardenal invitó a la comunidad y a toda la población a trabajar para cambiar la situación de violencia.

“Pero si no trabajamos por la justicia, será muy difícil vivir en paz”. (CE)

DIFERENCIA DE HONDURAS CON EL SALVADOR

Mientras que la tregua de pandillas El Salvador ha demostrado ser controvertida, y persisten las dudas sobre su sostenibilidad y si realmente ha sido tan exitosa como se afirma, no puede haber ninguna duda de que ha llevado a una dramática caída en la tasa de homicidios.

Honduras tiene la tasa de homicidios más alta del mundo y cualquier intento de replicar este éxito y recuperar el control sobre la espiral de violencia de los últimos años debe ser bienvenida.

Sin embargo, incluso si las negociaciones tienen éxito, una tregua no es probable que coincida con los resultados observados en El Salvador. Las pandillas callejeras – conocidas como «maras» – son menos centralizadas en Honduras y será mucho más difícil para el liderazgo hacer valer su control sobre las facciones locales.

También es posible, como señala Emiliani, que las maras hondureñas no son responsables de un alto porcentaje de los asesinatos como sus contrapartes salvadoreños l, ya que mientras las bandas, sin duda, juegan un papel importante en el impulso de la violencia, están lejos de ser los únicos actores criminales en Honduras.

También está el papel de las fuerzas de seguridad a tener en cuenta. Facciones corruptas de la policía y el ejército son a veces  parte de la violencia criminal y la policía ha sido acusada de dirigir escuadrones de la muerte dirigidos contra miembros de las pandillas, lo que hará que sea difícil para las bandas y la policía construir confianza y mantener la paz.

Fuentes: Excelsior, Fides, Insight Crime, Signos de estos Tiempos

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Que hay detrás del comunicado de los obispos de El Salvador criticando la tregua entre las pandillas [2013-05-16]

Una lectura más allá del comunicado de los obispos.
Los obispos de El Salvador han emitido un comunicado el domingo donde plantean críticas a la marcha del proceso de paz entre las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18 y sugieren cierto deslinde con el obispo castrense Colindres, que es uno de los dos negociadores del proceso. Pero algo tan complejo no se puede analizar linealmente, hay que leer entre líneas para discernir lo que realmente está sucediendo. 

 

mara salvatrucha

 

La actuación de mediación del obispo Colindres y del ex guerrillero Miganjo entre las pandillas y con el gobierno, no fue respaldada totalmente ni por la Iglesia Católica ni por el gobierno, prefiriendo que estos negociadores actuaran como fusibles, por si acaso, y además para tener las “manos libres” para poder criticar y tomar medidas fuera de línea de la negociación. Es en esta clave que debe entenderse el comunicado de los obispos y no de una ruptura con la negociación y con Colindres. Abajo hacemos un análisis detallado de esto.

Ver otro artículo relacionado aquí cuando el inicio de las negociaciones.

COMUNICADO DE LOS OBISPOS DE EL SALVADOR

Los obispos de la Conferencia Episcopal de El Salvador han dado a conocer un comunicado este domingo en el que afirman que desde su percepción, la población no ha obtenido los frutos esperados de la llamada tregua entre pandillas (Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18), que impulsan desde el 9 de marzo de 2012.

Los robos, extorsiones y demás actividades ilícitas realizadas por los pandilleros parecen no haber cesado tanto como los homicidios entre ellos, por tal razón, la población ajena a esas agrupaciones no percibe los beneficios de la tregua.

“La tregua no ha producido el beneficio que la población honrada y trabajadora esperaba para sí misma, y creemos que este es el clamor de la gente que esperaba más” dice parte del comunicado de los obispos.

Hay que destacar que los homicidios de El Salvador eran los más altos del mundo antes de la tregua, de 14 homicidios diarios se pasó a 5 una vez implementada la tregua. Por lo tanto, visto de afuera sería una exageración que la Iglesia dijera que la tregua fracasó totalmente.

EL COMUNICADO SE DESLINDA DEL OBISPO COLINDRES

En el comunicado también vuelve a aclarar el punto referido a la participación de monseñor Fabio Colindres (Capellán Castrense) en la tregua pandillera, pues aunque es uno de los protagonistas del proceso, la iglesia se desliga de ello una vez más.

El obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, durante la misa de este domingo en la catedral capitalina dijo que:

Se vendió la idea de que la Iglesia era la promotora de la tregua, pero lo que en realidad sucedió fue que monseñor Colindres actuó personalmente y por razones humanitarias aclaró Rosa Chávez ante el cuestionamiento del porqué el documento donde se hace la crítica posee la firma del obispo castrense involucrado en la tregua.

El obispo auxiliar de la arquidiócesis capitalina reiteró que las acciones realizadas por Colindres son del tipo personal y la posición expresada en el documento es el criterio de los demás obispos del país.

Y dijo también que el tiempo para hacer algún tipo de análisis de la situación ya es suficiente, pues ya pasó más de un año desde que las autoridades anunciaron la tregua.

LA IGLESIA NUNCA QUIZO JUGAR UN PAPEL DE TOTAL COMPROMISO

Es razonable, que ante un tema tan delicado y con tantas posibilidades de fallar, que la Iglesia no haya querido tener una participación muy visible en el frente de batalla, para evitar que su acción de buena voluntad le pudiera “explotar en la cara”.

Es más, antes que obispo Fabio Colindres dijera a los mediadores del gobierno salvadoreño a principios de 2012, que iba a participar en una negociación secreta para detener la lucha entre las dos pandillas más grandes de El Salvador, tres funcionarios principales de la Iglesia Católica ya habían dicho a los representantes de los gobiernos que no querían tener nada que ver con las conversaciones. 

¿Por qué Colindres decide participar, que tipo de aval tiene de la Conferencia Episcopal y cuáles son las consecuencias de la controversial tregua de pandillas para la Iglesia?

LAS BASES DEL ACUERDO

En marzo de 2012, las dos pandillas más grandes de El Salvador, la Mara Salvatrucha MS-13 y la Barrio 18 – cuya lucha a través de la región de cuatro países habían dejado miles de muertos – firmaron una tregua.

A cambio de detener el derramamiento de sangre casi constante entre ellos en ese país, el gobierno salvadoreño se comprometió a transferir a 30 de los líderes de las pandillas desde una instalación de máxima seguridad a otras cárceles de todo el país, el aumento de los derechos de visita y sacar a los militares de varias cárceles.

Ha habido informes de otras concesiones, como pagos en efectivo, pero estos no se hicieron públicos ni están confirmados.

El gobierno impulsaría programas sociales y económicos para los miembros de las bandas con el fin de mejorar la integración en la vida económica salvadoreña y sacarlos de las actividades delictivas que actualmente los sostienen.

LA NEGOCIACIÓN

La tregua fue negociada por el ex congresista y ex guerrillero Raúl Mijango, y el capellán castrense, monseñor Fabio Colindres.

Negociaron en secreto durante meses antes del anuncio, bajo los auspicios del Ministro de la Seguridad del país, el general retirado del Ejército David Munguía. 

Y en las semanas posteriores a la tregua salió a la luz, que alegaron que habían trabajado de forma independiente del gobierno.

Al final resultó que, Mijango había sido un consultor de Munguia, mientras que Colindres, a causa de su papel como el capellán militar, tenía una estrecha relación con el ministro de Seguridad.

Posteriormente, el gobierno aceptó que había «facilitado» el proceso, pero ha tratado de mantener su distancia. Esto es comprensible, dado que la paz entre las pandillas puede ser, en muchos sentidos, una bomba de tiempo política.

DONDE RESIDE EL PODER DE LAS PANDILLAS

El intercambio de homicidios por mejores condiciones carcelarias es una propuesta peligrosa – un gesto de facto que sugiere que las formas violentas de las pandillas les han asegurado suficiente capital político para negociar con el gobierno al más alto nivel.

Las bandas siguen siendo muy impopulares. Ellos no tienen representación política formal y han hecho poco para desarrollar una plataforma política coherente.

Su fuerza se basa en los números – puede haber 65,000 miembros activos – y su disposición a usar la fuerza, que a menudo la emplean para victimizar a los más débiles e indefensos en sus comunidades.

SE TRATA DE UNA INICIATIVA DE DUDOSA POPULARIDAD

A pesar de su éxito en la reducción de las tasas de homicidio por la mitad – un logro notable desde cualquier punto – y el movimiento hacia las próximas fases de implementación de la capacitación laboral y otros programas económicos, la tregua no es universalmente popular.

Las encuestas muestran que la mayoría de las personas se muestran escépticas de las intenciones de las pandillas y las posibles consecuencias de la tregua, en particular en lo que respecta al futuro político del país.

La comunidad internacional también está dividida. El Gobierno de los Estados Unidos ha expresado su preocupación, mientras que la Organización de los Estados Americanos ha enviado emisarios para facilitar el proceso en curso

LA PARTICIPACIÓN DEL OBISPO COLINDRES

El papel Colindres fue especialmente controversial desde el principio porque él es un obispo, un miembro de la jerarquía de la Iglesia. Su participación fue, en esencia, un movimiento de la cabeza de la iglesia católica del país, que intermedia esta tregua en el interés de El Salvador, a pesar de reticencias de algunos de sus colegas.

Parecía ayudar a legitimar el proceso para el público y las élites del país. Además Colindres es del ala más conservadora de la Iglesia, por lo que su participación también puede servir como un medio para involucrar a la comunidad empresarial en lo que es un proceso continuo.

El obispo dijo que había decidido participar, sin consultar con la Conferencia de Obispos y que fue motivado por el papel humanitario de larga data de la Iglesia, especialmente en la mejora de las condiciones de los presos.

Sin embargo, el papel de la Iglesia parece ser más simbólico que real. Colindres no era la primera opción de Munguía o de Mijango, y los negociadores declararon abiertamente que necesitaban un representante de la Iglesia con el fin de legitimar la tregua.

LA INTERNA DE LA IGLESIA

La Conferencia de los Obispos, aunque expresó el apoyo a su obispo al principio, se ha mantenido mayormente callada y en cierta medida, se distanció de Colindres con este documento del domingo, lo que lleva a muchos a creer que hay una cierta división dentro de la Iglesia sobre cómo hacer frente a la tregua.

Hay muchos otros factores en juego que han llevado a las divisiones dentro de la Iglesia sobre la decisión de Colindres para participar en la tregua. Colindres parece jugar un pequeño papel, incluso simbólico. A otros miembros de la Iglesia les gustaría jugar un papel más activo en la conformación de la tregua y la aplicación de los programas para sostenerla, o, por lo menos, establecer las condiciones en que participará la Iglesia.

Colindres se ha aislado a sí mismo y el proceso con las pandillas, manteniendo algunos de los brazos de la Iglesia extendidos. El obispo parece ajeno a las posibles consecuencias políticas de la Iglesia en la la tregua, y la Iglesia parece impotente para impedir su participación.

Esto es lo que se ve externamente, pero puede haber ciertos elementos para considerar que el obispo Colindres puede ser un fusible de la Iglesia, aceptado por él mismo, por si las cosas fallan.

Por otro lado, el que la Iglesia no participe de lleno en la tregua le da más flexibilidad para hablar de afuera, como quizás sea en parte este documento del domingo, en que señala peligros para la tregua.

La historia se está escribiendo y todos los grandes movimientos siempre pasan por momentos de incertidumbre.

Fuentes: Info Católica, Insight Crime, Signos de estos Tiempos

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