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Sorpresivo Anuncio del PAPA FRANCISCO en la Vigilia del Domingo de la Misericordia…

Noticia de Último Momento

 

En la Vigilia del Domingo de la Misericordia, la noche del sábado en la plaza de San Pedro, el Papa dio un anuncio qué tomó por sorpresa a las diócesis de todo el mundo.

papa en vigilia de la divina misericordia

En el Jubileo de la Divina Misericordia y a 11 años del día de la muerte de San Juan Pablo II, anunció el pedido

“que en cada diócesis se establezca un hospital, o un hogar para los ancianos abandonados, o una escuela, o un lugar para los adictos en recuperación o alguna estructura similar en recuerdo vivo del Año de la Misericordia”.

El Papa contó que la idea se le ocurrió recién en una reunión con directores de una asociación benéfica y se dijo a sí mismo,

“voy a decirlo en la Plaza el sábado. Muchas cosas son posibles, sería maravilloso si cada diócesis y pensara ¿‘que puedo dejar como recuerdo vivo, como una obra viva de la Misericordia, como una herida del Jesús vivo para este año de la Misericordia’?, vamos a pensar en ello y vamos a hablar de ello con los obispos”.

jesus de la misericordia y francisco
El sorpresivo anuncio de Francisco se produjo inmediatamente después de hablar – en la vigilia oración -, sobre que

“una fe incapaz de ser misericordiosa como las heridas del Señor son un signo de la Misericordia, no es una fe, es una idea, una ideología”.

Y agregó,

“En Jesús somos capaces no sólo de tocar la misericordia de Dios con nuestras manos, sino que somos inspirados para convertirnos en instrumentos de Su Misericordia”

“La fe incapaz de entrar en las heridas del Señor no es fe”

Y continuó diciendo,

“Nuestra fe se encarna en un Dios que se hizo carne, que se convirtió en el pecado, que fue herido por nosotros, pero si queremos creer en serio y tener fe, hay que acercarse y tocar la herida, acariciar esa herida y también bajar la cabeza y permitir que otros acaricien nuestras heridas”

Leer la prédica completa aquí

http://aleteia.org/2016/04/02/pope-francis-makes-surprise-announcement-at-divine-mercy-prayer-vigil

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Todo lo que No Sabías sobre la Puerta Santa [explicado en detalle]

El 8 de diciembre de 2015 comienza el Año Santo de la Misericordia.

El comienzo del Año Jubilar siempre está marcado solemnemente por la apertura de la Puerta Santa por el Papa en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

puerta santa en basilica de san pedro en roma fondo

La apertura de esta Puerta en Roma será el martes 8 de diciembre comenzando así el Año de la Misericordia que durará hasta el 20 de noviembre de 2016.

La ceremonia, de acuerdo con el Centro Televisivo Vaticano, será transmitida para todo el mundo con mayor claridad que cualquier otro evento papal en la historia por la incorporación de equipamiento HD ULTRA y tecnología 4K.

La celebración del martes 8 de diciembre también conmemorará el 50 aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II. Y por supuesto es la fiesta de la Inmaculada Concepción.

La innovación esta vez es que se abrirá una Puerta Santa en cada catedral católica del mundo, por primera vez. Las puertas se abrirán el domingo 13 de diciembre, coincidiendo con la apertura de la puerta santa en la Catedral de San Juan de Letrán.

Para todo el proceso, se ha planificado que el Papa lleve a cabo un «gesto simbólico» de misericordia una vez al mes. En este marco, el viernes 18 de diciembre se abrirá una «Puerta de la Misericordia» en un albergue de personas sin hogar de Cáritas.

También se recitará el Rosario diariamente en la plaza de San Pedro, en frente de la estatua de San Pedro.

Se prevé que el 13 de noviembre de 2016 se cierren todas las Puertas Santas en el mundo y el 20 de noviembre de 2016 la de la Basílica de San Pedro.

basilica de san pedro en roma

 

HISTORIA DE LA PUERTA SANTA

Desde el año 1300, cuando el Papa Bonifacio VIII declaró el primer Año Santo, la Iglesia Católica ha celebrado regularmente «Años Santos», por lo general cada veinticinco años (por lo menos desde 1470), con excepción de circunstancias especiales, como en 1983, cuando fue declarado un Año Santo con motivo del 1950° aniversario de la muerte y resurrección de nuestro Señor.

La tradición de una puerta santa durante un jubileo se remonta al siglo XV. El Papa Martín V abrió la Puerta Santa por primera vez en la historia del Jubileo en 1423 en la Basílica de San Juan de Letrán.

Sus sucesores, especialmente el Papa Alejandro VI en 1499, mantuvo esta tradición y la extendió a las cuatro basílicas mayores, es decir, además de San Juan de Letrán, la Basílica de San Pedro en el Vaticano, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros.

Antes del jubileo del año 2000, era costumbre que el Sumo Pontífice abriera la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, y luego delegara este poder a un cardenal para la apertura de puertas en las otras tres basílicas.

El Papa Juan Pablo II rompió con esa tradición mediante la realización de la apertura y cierre de cada una de estas puertas él mismo. La Basílica de San Pedro siguió siendo la primera que se abre y la última en ser cerrada.

En 1975, el ritual de cierre y la apertura de la Puerta Santa cambió para resaltar mejor el símbolo de la puerta.

En cierto modo, hasta 1975, el rito enfatizaba la pared que impedía el acceso, en tiempos normales, a la Puerta Santa.

El acto de inauguración consistía en la demolición de la pared, que destacaba además el lado excepcional del Jubileo. Por lo tanto, el simbolismo unido a las herramientas de albañilería usadas: un martillo para golpear la pared, una paleta para la construcción, ladrillos con inscripciones y marcas de pontificado, el agua bendita para bendecir las piedras y ladrillos, monedas con la efigie del Papa, nos permiten datar la construcción del muro de la Puerta Santa.

En la Navidad de 1975 se hicieron modificaciones al rito de cierre de la Puerta Santa. El Papa ya no usa la llana y ladrillos para comenzar la reconstrucción de la pared, sino se limitó a cerrar los dos lados de la puerta de bronce.

A pesar que la pared que cerraba la puerta fue reconstruida en el interior de la Basílica, el simbolismo fue cambiado para llamar la atención sobre la puerta y no tanto sobre la pared.

 

COMO ES LA PUERTA SANTA DE LA BASÍLICA DE SAN PEDRO

La puerta es una obra de arte de 1949 por Ludovico Consorti que se abrió por primera vez para el Jubileo de 1950.

La puerta consta de dos hojas y dieciséis paneles, cuatro paneles agrupados en cuatro filas, con dos columnas de paneles para cada puerta.

Aquí puedes ver cada una de las 16 imágenes del panel de la Puerta Santa en detalle.

primeros 8 paneles de la puerta santa
Primeros 8 paneles de la Puerta Santa

La fila más alta tiene dos paneles que muestran el exilio de Adán y Eva del Jardín del Edén después de la caída con el ángel que guarda la entrada con la espada de fuego.

Los dos paneles a la derecha representan la Anunciación, con el Arcángel Gabriel pidiendo a María ser la Madre de Jesús.

La siguiente fila de cuatro paneles resaltan historias de misericordia del evangelio y del perdón de Dios: En primer lugar, el bautismo de nuestro Señor por San Juan al Jordán y al lado el buen pastor hallando la oveja perdida.

A la derecha, el hijo pródigo pidiendo perdón a su padre y al lado Jesús curando al paralítico, pero primero diciendo: «Tus pecados te son perdonados toma tu camilla y anda».

segundos 8 paneles de la puerta santa
Segundos 8 paneles de la Puerta Santa

La tercera fila sigue el mismo tema. En primer lugar, la mujer penitente lava los pies de Jesús en casa de Simón el fariseo. Al lado, San Pedro preguntando a nuestro Señor cuántas veces debe una persona perdonar y nuestro Señor respondiendo: «Setenta veces siete».

Las dos de la derecha, son Pedro llorando después que hubo negado a nuestro Señor tres veces fuera de casa de Caifás el Jueves Santo por la noche. Y al costado, la crucifixión, con nuestro Señor entre los dos ladrones, y diciendo al «buen ladrón», «Hoy estarás conmigo en el paraíso».

La última fila proclama el misterio de Pascua y el nacimiento de la Iglesia. En primer lugar, Santo Tomás inspecciona las marcas de las heridas de Jesús: «Dichosos los que creen». A su lado, Jesús aparece a los apóstoles en la noche del Jueves Santo, diciendo: «Recibid el Espíritu Santo».

A la derecha Jesús apareciendo a San Pablo en el camino a Damasco: «Yo soy Jesús a quien tú persigues». Y por último, una imagen del Santo Padre golpeando la Puerta Santa, «yo estoy a la puerta y llamo».

En total, estas escenas nos recuerdan nuestro llamado como peregrinos para entrar en el misterio de la salvación y para pasar del pecado a la gracia, de la separación a la unión con Dios y de la muerte a la vida eterna.

papa frente a la puerta del jubileo en 2015 fondo
Papa Francisco frente a la Puerta Santa del Jubileo de la Misericordia

 

¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE LA PUERTA SANTA?

Un aspecto importante del Año Santo ha sido el de la peregrinación a Roma para hacer reparación por el pecado y la renovación de la conversión de la vida de cada uno.

Un acto simbólico muy importante realizado por cada peregrino es pasar por la Puerta Santa.

Cristo se identificó a sí mismo como «la puerta». En su bula Incarnationis Mysterium el Papa Juan Pablo II declaró que la Puerta Santa:

«… evoca el paso del pecado a la gracia de la que todo cristiano está llamado a realizar. Jesús dijo: «Yo soy la puerta» (Juan 10: 7) con el fin de dejar claro que nadie puede venir al Padre, sino por medio de Él. Esta designación que Jesús se aplica a sí mismo atestigua el hecho de que sólo Él es el Salvador enviado por el Padre. Sólo hay una manera de que se abra ampliamente la entrada a esta vida de comunión con Dios: Este es Jesús, el camino y la absoluta salvación. A Él solo se pueden aplicar las palabras del salmista: ‘Esta es la puerta del Señor, donde los justos pueden entrar’ (Salmo 118: 20).»

Por lo tanto pasar a través de la puerta desde el exterior de la Basílica de San Pedro a la basílica es pasar de este mundo a la presencia de Dios, al igual que en el antiguo Templo de Jerusalén, el sumo sacerdote en la fiesta de Yom Kipur pasa a través del velo que cubre la entrada del Santo de los Santos para entrar en la presencia de Dios para ofrecer el sacrificio de expiación.

Por otra parte, pasar por la puerta es confesar con firme convicción que Jesucristo es el Hijo de Dios, el Señor y el Salvador que sufrió, murió y resucitó para nuestra salvación.

Con valentía, una persona decide libremente cruzar el umbral dejando atrás el reino de este mundo para entrar en la nueva vida de la gracia del Reino de Dios.

En la apertura de la puerta, el Santo Padre golpeaba tradicionalmente la puerta tres veces con un martillo de plata, pero la última vez ese el Papa Juan Pablo II golpeó tres veces la puerta.

El golpe de la puerta también tiene un significado simbólico: Moisés golpeó la roca para que el agua se derramara milagrosamente para saciar la sed del pueblo (Números 20: 6 ss).

El Año Santo es un tiempo cuando Dios derrama abundantes gracias para saciar la sed de nuestras almas.

Dios hizo temblar la tierra para liberar a San Pabo y Silas de la prisión, que se tradujo en que el carcelero y su familia pidieran el bautismo (Hechos 16: 25ss).

Dios ha golpeado el corazón de ellos abriéndolo a sus gracias, empezando por la gracia salvadora del bautismo.

Como cuando nuestro Señor colgado en la cruz fue golpeado por el soldado en su Sacratísimo Corazón, y fluyó sangre y agua, símbolos de la Eucaristía y el Bautismo (Juan 19: 31f) que nutren cada una de nuestras almas, el llamado a la puerta simboliza la liberación de gracias, que fluyen abundantemente a los fieles.

Por otra parte, cuando se abre la puerta, los obstáculos de paso a nuestro Señor son eliminados.

Durante el Año Santo, esperamos y oramos para que los obstáculos de la debilidad personal, la tentación y el pecado sean eliminados de manera que tengamos una santa unión con nuestro Señor.

papa francisco abre puerta de catedral de bangui
Papa Francisco abre la Puerta de la Catedral de Bangui en noviembre de 2015

 

LAS INDULGENCIAS OTORGADAS POR PASAR POR LA PUERTA SANTA

Una indulgencia plenaria con la remisión de la pena temporal por los pecados perdonados es otorgada a los que pasan por la puerta santa.

Los fieles deben cumplir primeramente las condiciones habituales: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre.

Estos son los detalles que ha expresado Francisco:

Los fieles “están llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, como signo del deseo profundo de auténtica conversión”.

“Igualmente dispongo que se pueda ganar la indulgencia en los santuarios donde se abra la Puerta de la Misericordia y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares. Es importante que este momento esté unido, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la Santa Eucaristía con un reflexión sobre la misericordia”.

“Será necesario acompañar estas celebraciones con la profesión de fe y con la oración por mí y por las intenciones que llevo en el corazón para el bien de la Iglesia y de todo el mundo”.

A esto se le debe acompañar con obras de misericordia corporales y espirituales.

En el caso de los enfermos y las personas ancianas que no pueden salir de casa, recomienda Francisco para ellos

“Vivir con fe y gozosa esperanza este momento de prueba, recibiendo la comunión o participando en la Santa Misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar”.

Respecto de los presos, Francisco explica:

 “en las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”.

Y respecto a la Indulgencia para los difuntos:

“de igual modo que los recordamos en la celebración eucarística, también podemos, en el gran misterio de la comunión de los santos, rezar por ellos para que el rostro misericordioso del Padre los libere de todo residuo de culpa y pueda abrazarlos en la bienaventuranza que no tiene fin”.

Fuentes:

 

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El Papa Francisco Explica lo que Quiere en el Año Jubilar de la Misericordia

Sienta las bases de lo que es para él la misericordia en la Bula Misericordiae Vultus.

Durante las Vísperas de la Divina Misericordia de 2015 el Papa entregó a la Iglesia la Bula del Año Santo “Misericordiae vultus”, para explicar el significado del Año Santo.

Francisco Homilia Bula Jubileo

La bula de convocatoria se presentó ante la Puerta Santa de la Basílica de Letrán, y el jubileo se abrirá en la Fiesta de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 2015 y finalizará en la fiesta de Cristo Rey el 20 de noviembre 2016. 

El Papa explica en la Bula su «deseo ardiente» que, durante el Jubileo,

«que el pueblo cristiano pueda reflexionar sobre las obras corporales y espirituales de misericordia. Será una manera de despertar nuestra conciencia, demasiado a menudo sorda frente a la pobreza».

Y añadió que la misericordia

es «el fundamento mismo de la vida de la Iglesia» y que «toda su actividad pastoral debe ser contenida en la ternura que hace presente a los creyentes», 

Francisco también dijo que

«nunca en su predicación y en su testimonio ante el mundo puede faltar la misericordia. La credibilidad misma de la Iglesia se ve en la forma en que muestra el amor misericordioso y compasivo». 

La Bula se pueden dividir en tres partes: primero, Francisco explora el concepto de misericordia; en la segunda, ofrece algunas sugerencias prácticas para celebrar el Jubileo, mientras que la tercera parte contiene algunas apelaciones. La Bula luego termina con la invocación a María, testigo de la misericordia de Dios.

papa francisco y dos palomas

 

PRIMERA PARTE: EL CONCEPTO DE MISERICORDIA

En el principio, el Papa subrayó la apertura de la Puerta Santa de la Basílica Vaticana el 8 de diciembre por dos razones:

Primero, porque la fecha coincide con la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, a quien quiso Dios «santa e inmaculada en el amor para no dejar a la humanidad solo ya merced del mal».
.
En segundo lugar, el 8 de diciembre, coincide con el 50 aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II que provocó la caída «de los muros que durante demasiado tiempo habían cerrado la iglesia en una privilegiada ciudadela», dando lugar a «proclamar el Evangelio de una manera nueva usando – como decía Juan XXIII – la medicina de la misericordia en lugar de asumir las armas del rigor».

 

Una Puerta Santa también en las Diócesis

Así Francisco anunció que el domingo 13 de diciembre Tercero Adviento, se abrirá la Puerta Santa de la Catedral de Roma, la Basílica de San Juan de Letrán. A continuación, se abrirán las puertas santas de las otras basílicas papales.

Por otra parte, el Papa afirma que en cada Iglesia particular, y también en los santuarios se abra durante todo el año una igual Puerta Santa de la Misericordia, de modo que el Jubileo se celebre también en el ámbito local «como signo de comunión de toda la Iglesia» .

 

Misericordia, dintel de la Iglesia

Es el «camino que une a Dios y el hombre, ya que abre el corazón a la esperanza de ser amado para siempre, a pesar de los límites de nuestro pecadoley fundamental que vive en el corazón de cada persona Dintel que apoya la vida de la IglesiaIdeal de la vida y criterio de credibilidad para nuestra fe» son las numerosas definiciones que Francisco da de misericordia, haciendo hincapié en que no es «un signo de debilidad, sino más bien la calidad de la omnipotencia de Dios.» 

La misericordia de Dios es «eterna», subraya el Papa, porque «para el hombre la eternidad será siempre bajo la mirada del Padre misericordioso.» 

En Jesús «todo habla de la misericordia y nada carece de compasión porque su persona no es más que amor, un amor que se ofrece de forma gratuita.»

En este punto, el Papa hace un subrayado importante: la misericordia, explica, «no es sólo el acto del Padre, sino que se convierte en el criterio para entender quiénes son sus verdaderos hijos«.

«En la práctica, todos estamos llamados a vivir en la misericordia, porque lo primero que recibimos es misericordia: el perdón de los pecados, por lo tanto, es un imperativo que los cristianos no pueden ignorar.»

Muchas veces parece difícil perdonar, dice el Papa, pero «el perdón es la herramienta en manos humanas frágiles para alcanzar la serenidad del corazón y vivir felices.»

Incluso «la credibilidad de la Iglesia pasa a través de la calle del amor misericordioso y compasivo», añade el Papa: «porque por mucho tiempo nos habíamos olvidado de vivir el camino de la misericordia», cediendo a la tentación de «reclamar siempre y sólo justicia» mientras que en la cultura contemporánea «la experiencia del perdón es cada vez más escasa».

Por lo tanto, la exhortación es a la Iglesia para que se enfrente a la «carga de la alegría del perdón, fuerza que resucita a una nueva vida y le da coraje para mirar hacia el futuro con esperanza.»

 

«Misericordioso como el Padre», el lema del Jubileo

El Papa recordó, entonces, que el tema de la misericordia es particularmente querido por él, tanto por haberlo elegido como su lema episcopal «Miserando atque eligendo», una expresión que «siempre me ha impresionado», escribe.

Citando lo tanto los encíclica Dives in Misericordia de Juan Pablo II, Francisco subraya «la necesidad urgente de anunciar y testimoniar la misericordia en el mundo contemporáneo», con «un nuevo entusiasmo y una acción pastoral renovada», ya que «es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su mensaje»

«Donde está la Iglesia – escribe el Papa – debe haber evidencia de la misericordia del Padre y donde hay cristianos, cualquiera debería ser capaz de encontrar un oasis de misericordia».

La primera parte de la Bula termina con el anuncio del lema del Jubileo, que es «Misericordioso como el Padre», tomado del Evangelio de Lucas (Lucas 6:36). Se trata de «un programa de vida tanto difícil como lleno de alegría y de paz», dijo el Pontífice, que requiere la capacidad de «escuchar la Palabra de Dios, a fin de contemplar su misericordia» y asumirla como su estilo de vida.

Lectura Bula Papa Francisco

 

SEGUNDA PARTE: CÓMO DISFRUTAR MEJOR DEL JUBILEO

En la segunda parte de la Bula, Francisco ofrece algunos consejos prácticos para vivir el jubileo especial en plenitud espiritual:

Hacer una peregrinación, porque eso será «una señal de que la misericordia es una meta a alcanzar que requiere compromiso y sacrificio».

No juzgar y no condenar, sino perdonar y donar, mantenerse alejado de las «murmuraciones», las palabras movidas por «los celos y la envidia y aprovechar lo bueno que hay en cada persona, convirtiéndose en instrumentos de perdón».

Abrir el corazón a los suburbios existenciales, llevando consuelo, misericordia, solidaridad y atención a los que viven «situaciones de inseguridad y sufrimiento en el mundo actual, a los muchos hermanos y hermanas privados de dignidad. Que su grito sea convertido en el nuestro – insta el Papa – y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que a menudo reina para ocultar la hipocresía y el egoísmo.» 

Cumplir con alegría las obras de misericordia corporales y espirituales, para «despertar nuestras conciencias latentes ante la tragedia de la pobreza». Por otra parte, el Papa dijo que la misión de Jesús es propio de esto: llevar consuelo a los pobres, a proclamar la liberación a los cautivos de la esclavitud moderna, devolver la vista a los que viven para sí mismos, devolver la dignidad a aquellos que son privados, llegando a ser capaces de «vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, especialmente los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza.» Como dijo San Juan de la Cruz, «en la tarde de la vida, seremos juzgados en el amor». 

Incrementar en las diócesis la iniciativa «24 horas para el Señor», que se celebrará el viernes y el sábado de la cuarta semana de Cuaresma. En particular, el Papa señaló que muchos jóvenes se están acercando al Sacramento de la Reconciliación, que «permite tocar con la mano la grandeza de la misericordia», gracias a lo cual muchos de ellos sienten que pueden «volver a descubrir el sentido de su vida.»

 

Los sacerdotes serán autorizados al perdón de los pecados reservados a la Sede Apostólica

Un párrafo aparte, dedica el Papa al tema del perdón de los pecados: en primer lugar, espera que «los confesores sean un verdadero signo de la misericordia del Padre», no improvisándose en esta tarea, sino convertidos en los

«primeros penitentes en buscar el perdón. Fieles servidores del perdón de Dios», por lo tanto, todo confesor debe acoger a los fieles «como el padre de la parábola del hijo pródigo, un padre que corre al encuentro de su hijo, aunque malgastó sus bienes. Los confesores, entonces, no plantearán demandas impertinentes, por qué sabrán recoger en el corazón de cada penitente la invocación de ayuda y la petición de perdón», llamados a ser «siempre, en todas partes, en todas las situaciones y, a pesar de todo, el signo la primacía de la misericordia».

En segundo lugar, el Papa anuncia que durante la Cuaresma del Año Santo enviará los Misioneros de la Caridad, sacerdotes a quienes se les dará «el poder de perdonar los pecados que están reservadas a la Sede Apostólica»

Ellos son «signo de la atención materna de la Iglesia con el pueblo de Dios», dice el Papa, y serán los artífices de «un encuentro lleno de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad para superar los obstáculos y reanudar una vida nueva del Bautismo».

Al mismo tiempo, el Papa pide a las diócesis organizar «misiones populares de modo que tales misioneros sean heraldos de la alegría del perdón.»

 

La indulgencia

Rasgo característico del Jubileo, la indulgencia – dice el Papa – muestra que «el perdón de Dios por nuestros pecados, no conoce fronteras.»

En el Sacramento de la Reconciliación, los pecados son cancelados por el perdón de Dios y con la indulgencia el pecador es liberado «de la impronta negativa, de la consecuencia residual del pecado, que sigue estando en nuestros comportamientos y en nuestros pensamientos».

En este sentido el que obtiene la indulgencia, es «habilitado para actuar con caridad, para crecer en el amor, en lugar de caer en el pecado».

puerta santa de san juan de letran

 

TERCERA PARTE: APELACIÓN CONTRA LA DELINCUENCIA Y LA CORRUPCIÓN

En la tercera parte de la bula jubilar, Francisco lanza algunas apelaciones:

 

A los miembros de los grupos delictivos

«Por su bien, les pido que cambien su vida», escribe el Papa, instándoles a no permanecer indiferentes ante la llamada a experimentar la misericordia de Dios.

«El dinero no da la felicidad verdadera – dice el Santo Padre – esto es sólo una ilusión y la violencia utilizada para amasar dinero goteando sangre no los hace poderosos, ni inmortales y nadie puede escapar del juicio de Dios». 

 

Las personas defensoras o cómplices de la corrupción

«Este es el momento favorable para cambiar tu vida – les dice el Papa – de aceptar la invitación a la conversión y someterse a la justicia, mientras que la Iglesia ofrece misericordia».

El Pontífice también señala que la corrupción

es «la plaga que pudre a la sociedad, el pecado grave que clama al cielo, porque socava las bases mismas de la vida personal y social; es una obstinación en el pecado, que tiene la intención de reemplazar a Dios con la ilusión del dinero como una forma de poder; es una obra de la oscuridad, sostenida con la sospecha y la intriga; es una tentación de la que nadie es inmune«.

Por lo tanto, el llamado a erradicar este flagelo «de la vida personal y social, por medio de la prudencia, la vigilancia, la lealtad, la transparencia, junto con el valor de la denuncia.» 

 

Sobre el diálogo interreligioso

Recuerda que el judaísmo y el Islam consideran la misericordia como «uno de los atributos más definitorios de Dios, y que ellos también creen que nadie puede limitar la misericordia divina, ya que sus puertas están siempre abiertas».

Así el Pontífice espera que el Jubileo «promueva el encuentro con estas religiones y otras tradiciones religiosas nobles, haciendo más abierto al diálogo, con la eliminación de todas las formas de clausura y desprecio, y la expulsión de todas las formas de violencia y discriminación«.

 

Sobre la relación entre la justicia y la misericordia

«No son dos aspectos conflictivos entre sí, sino dos dimensiones de una misma realidad «, recuerda el Papa, que crecen hasta llegar a la cima «en la plenitud del amor».

Alejándose de una puramente «legalista», o de «mera observancia de la ley», Jesús muestra «el gran don de la misericordia a los pecadores para ofrecer su perdón y la salvación.» 

«La justicia de Dios es su perdón», dice el Papa, y «la primacía de la misericordia, es dimensión fundamental de la misión de Jesús, porque no es la observancia de la ley que salva, sino la fe en Jesucristo»

En este sentido, «la misericordia no es contraria a la justicia», porque a través de ella, Dios da al pecador la oportunidad de «arrepentirse, convertirse y creer.»

Por supuesto, añade el Papa, «eso no significa devaluar a la justicia o que no sea necesaria, por el contrario: los que cometen errores, tendrán que cumplir la pena. Sólo que esto no es el fin, sino el principio de la conversión, porque experimentamos la dulzura del perdón». Después de todo, el Santo Padre señala que «el amor es el fundamento de la verdadera justicia».

Convocación Jubileo Misericordia por el papa francisco fondo

 

CONCLUSIÓN

Al cerrar el documento, Francisco se refiere a la figura de María, «Madre de la Misericordia», cuya vida ha estado plasmada «por la presencia de la misericordia hecha carne. Arca de la Alianza entre Dios y los hombres, María da fe de que la misericordia del Hijo de Dios no conoce fronteras y llega a todos, sin excepción.»

En la misma línea, el Papa también recuerda a Santa Faustina Kowalska «quien fue llamada a entrar en la profundidad de la misericordia divina».

La Bula concluye, por lo tanto, con una invitación a dejarse «sorprender por Dios que no se cansa de abrir las puertas de su corazón» a los hombres.

La primera tarea de la Iglesia, por lo tanto, «es dar a conocer a todos el gran misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro de Cristo, especialmente en un momento como el nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones».

El Año Jubilar concluirá el 20 de noviembre de 2016, solemnidad de Cristo, Rey del Universo. 

«¡Cómo me gustaría que los próximos años estén inmersos en la misericordia, para ir al encuentro con cada persona portando la bondad y la ternura de Dios! Que a todos, creyentes y los alejados, pueda alcanzar el bálsamo de la misericordia como un signo del Reino de Dios, ya presente entre nosotros».

El texto completo de la Bula Misericordiae Vultus puede leerse aquí.

Fuentes:

 

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El Papa Francisco Aplica la Misericordia Divina para Perdonar el Aborto ¿Cómo debe Entenderse?

Todos los sacerdotes podrán perdonar el pecado del aborto.

En un nuevo conjunto de orientaciones pastorales para el próximo Año de la Misericordia, el Papa Francisco ha dado algunos pasos importantes, permitiendo a todos los sacerdotes perdonar el pecado del aborto y dando la concesión de los sacerdotes de la Fraternidad San Pio X (Lefebvristas) la facultad de perdonar los pecados.

sacerdote confesando

Ha dicho el Papa que su deseo para el Jubileo: “sea una experiencia viva de la cercanía del Padre… para que la fe de cada creyente puede fortalecerse y así el testimonio sea cada vez más eficaz».

El Año Jubilar de la Misericordia se abrirá en la Fiesta de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre, y finalizará en la Solemnidad de Cristo Rey el 20 de noviembre, el 2016.

En la carta, a Monseñor Rino Fisichella, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, el Papa afirma que desea que la indulgencia jubilar sea una «auténtica experiencia de la misericordia de Dios», donde el «Rostro del Padre», da la bienvenida «perdona, olvidando por completo el pecado cometido».

¿Significa que el Papa proclama el perdón de Dios a todas las que abortaron y sus cómplices?
.
No debe entenderse así. Es necesario el arrepentimiento que se vehiculiza a través de la confesión del pecado y el deseo de no volverlo a cometer (enmienda), ante un sacerdote que le dará la absolución del pecado.

papa francisco con bebe

 

MISERICORDIA CON LAS QUE ABORTARON

«Uno de los graves problemas de nuestro tiempo es claramente el cambio en la relación con el respeto a la vida», dijo el Papa en la carta del 1 de septiembre.

En la sociedad actual, «una mentalidad generalizada e insensible» se ha convertido en un obstáculo para la nueva vida acogedora, con muchos que no entienden totalmente el daño profundo realizado por la «tragedia del aborto».

Francisco también señaló que hay muchas mujeres que, a pesar de pensar que el aborto está mal, sienten que no tienen otra opción.

«Soy muy consciente de la presión que les ha llevado a esta decisión. Sé que es una odisea existencial y moral. He conocido a muchas mujeres que llevan en su corazón la cicatriz de esta decisión angustiosa y dolorosa».

Una mujer que obtiene un aborto automáticamente incurre en latae sententiae excomunión (automática), así como los que la ayudaron en el proceso.

Normalmente, el pecado de cometer un aborto sólo puede ser absuelto por un obispo, o sacerdotes nombrados por él, pero esto varía según las Diócesis y Conferencias Episcopales.

Para las ocasiones específicas, como Adviento o Cuaresma, algunos obispos extienden esta facultad a todos los sacerdotes en su diócesis.

Más tarde, en nombre de la Santa Sede, el padre Thomas Rosica CSB emitió la siguiente nota relativa a las palabras Francisco sobre el perdón del pecado de aborto después de muchas consultas de los periodistas:

«El perdón del pecado de aborto no condona el aborto ni minimiza sus efectos graves. La novedad es claramente pastoral… Que la gente venga a la confesión a confesar el aborto y otros pecados graves es causa para nosotros en la Iglesia para dar gracias a Dios y para poner en práctica la misión del pastor bueno y misericordioso que busca a los que se perdieron».

Esto está en el marco del arrepentimiento sincero. El Papa dijo que el perdón de Dios no se puede negar a una persona que se ha arrepentido sinceramente, sobre todo cuando la persona viene al sacramento de la confesión para ser genuinamente reconciliado con el Padre.

sacerdotes confesando

 

EL TEMA CENTRAL ES EL ARREPENTIMIENTO

El tema puede resumirse a misericordia con arrepentimiento; así debe entenderse.

Porque uno de los grandes errores de nuestra época es la proclamación de la misericordia sin arrepentimiento, sin hacer referencia a nuestra condición pecaminosa.

Muchos púlpitos han quedado en silencio sobre el pecado. Y por lo tanto, no dicen nada sobre la verdadera gloria de la misericordia y el don sorprendente.

Podemos hablar y alabar la misericordia divina, pero sólo lo hacemos correctamente cuando sabemos y reconocemos nuestros pecados.

Con demasiada frecuencia hoy la misericordia se predica de una manera independiente y se toma por muchos en el sentido de que nuestros pecados no son realmente pecados, o no son gran cosa, y que a Dios no le importa lo que hacemos porque, después de todo, es misericordioso. Y, que por el contrario, los que no hablan del pecado son los que aplican la misericordia divina

Por lo tanto tenemos que decir la verdad fundamental y central de que a la misericordia asombrosa y gloriosa de Dios se accede por medio del arrepentimiento. Es el arrepentimiento que abre la puerta a la misericordia, al perdón.

Considera una analogía médica de un hombre que se encuentra en muy mal estado de salud. Tal vez tiene una serie de problemas como la hipertensión, el colesterol alto y la diabetes.

Ahora la medicina moderna tiene mucho que ofrecer a las personas que están luchando con problemas de salud. La ayuda de curación incluye todo, desde la medicina a la cirugía, a la información sobre nutrición, etc.

Pero para que este hombre pueda acceder a esa ayuda de la curación, él tiene que darse cuenta y admitir que tiene un problema, hacer una cita, acudir a la cita, tomar la medicina y seguir los consejos que recibe.

Cuando él hace esto, y sólo cuando lo hace, tendrá la ayuda de curación de la profesión médica que se ha desarrollado para él.

No es suficiente para él decir: «Bueno, es muy bueno que haya médicos y medicinas». Eso no es suficiente. Él tiene que hacer un cambio y, de hecho alcanzar y desarrollar una relación con la comunidad médica. Él tiene en realidad que tomar el medicamento. No es suficiente alabar la medicina y alegrarse de que la curación está disponible; él tiene que aceptar y establecer un nuevo rumbo a su vida.

El arrepentimiento es la llave que abre la misericordia. Necesitamos asociar la misericordia con el arrepentimiento.

Isaías había dicho que el Señor «Vendrá a Sión para rescatar, a aquellos de Jacob que se conviertan de su rebeldía – Oráculo de Yahveh -«, (Is 59:20).

Y a los discípulos en Emaús Jesús dijo: «y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén» (Lucas 24: 46-48)

San Pablo advierte, «Dios, pasando por alto el tiempo de la ignorancia, manda a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan» (Hechos 17:30).

Así, los que predican y enseñan la misericordia sin arrepentimiento son engañadores y probablemente ellos mismos sean engañados. Y los que piensan en la misericordia sin referencia al arrepentimiento son engañados.

El arrepentimiento es el elemento humano sobrenaturalmente transformado y asistido que es necesario para desbloquear la misericordia y la gracia de Dios. Ignorar o negar esto equivale a una negación de la libertad humana y no ayuda a la gente de Dios. Más bien les impide, acceder a la misericordia a través del arrepentimiento.

La cuestión de la llamada al arrepentimiento tampoco es simplemente salir y decir a los demás lo terribles que son, sino decirles sobre el perdón del pecado.

¡Y esto es por lo que necesitamos un Año de la Misericordia!

Por un lado estamos viviendo en tiempos rebeldes, tiempos en los que muchos son desdeñosos del pecado y han remodelado a Dios como tan sólo un buen compañero que no le importa casi nada acerca del pecado (a pesar de lo que las propias Escrituras dicen lo contrario), la reducción de la misericordia a la mera bondad y es una especie de ceguera de un Dios cariñoso.

Por otro lado, estos también son momentos en los que muchos están asustados y enojados con Dios, rechazando sus juicios y su visión moral.

Mucha gente sabe que su vida está en desorden: sus familias están rotas; están confundidos; la codicia, el materialismo, la lujuria, y otras cuestiones pecaminosas están tomándoles un peaje pesado.

Y muchos están enojados con la Iglesia porque en el fondo saben que el Evangelio es correcto. No les gusta que se les recuerde que la gente tiene conductas que llaman buenas, a lo que Dios llama pecado.

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JUBILEO E INDULGENCIA

El Papa también se refirió a la forma en que la indulgencia jubilar puede ser obtenida para los fallecidos y alentó oración por ellos durante la misa, para que «el rostro misericordioso del Padre» los libere del resto de cada falta.

Francisco volvió a mencionar las obras corporales y espirituales de misericordia, y explicó que la experiencia de la misericordia «se hace visible en el testimonio de signos concretos, como Jesús mismo nos enseñó».

Por lo tanto, cada vez que alguien realiza personalmente una o más de las obras de misericordia, como alimentar a los hambrientos, visitar a los enfermos, enterrar a los muertos, consolar a los afligidos o rezar por los vivos y los muertos, esa persona «seguramente obtiene la indulgencia jubilar.»

Para todos los que vayan a celebrar y experimentar la gracia del jubileo, ya sea como peregrinos en Roma o en sus diócesis, Francisco oró para que la indulgencia sea «una genuina experiencia de la misericordia de Dios» para cada uno.

Afirmó que para recibir la indulgencia se debe hacer una peregrinación a la Puerta Santa, ya sea en Roma o en su diócesis, «como muestra del profundo deseo de verdadera conversión.»

Además de las catedrales y santuarios donde se abrirá la Puerta Santa de la Misericordia, el Papa también designó que la indulgencia podría alcanzarse en las iglesias tradicionalmente identificadas como iglesias jubilares.

Hizo hincapié en la importancia de recordar que la recepción de la indulgencia debe vincularse «ante todo, al sacramento de la reconciliación y la celebración de la santa Eucaristía, con una reflexión sobre la misericordia»

Será necesario, dijo, «acompañar estas celebraciones con la profesión de la fe y con la oración por mí y por las intenciones que yo traigo en mi corazón por el bien de la Iglesia y del mundo entero».

Fuentes:

 

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