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La Fantástica Devoción a las Llagas del Hombro de Jesús

Jesucristo sufrió gran cantidad de heridas físicas durante su pasión.

Las primeras fueron las producidas durante la flagelación en que fue azotado con flagellums.

Las que le provocaron que perdiera gran cantidad de sangre y se debilitara.

Junto con eso están las heridas producidas por la corona de espinas.

Luego se le produjo una herida en el hombro por cargar la cruz durante su viacrucis.

Posteriormente vinieron las heridas en pies y manos atravesadas con clavos para clavarlo en la cruz.

Y la última fue la de la lanza que perforó su costado.

Oracion a la llaga en el hombro de Jesus

Estudios científicos han confirmado recientemente algo sobre la Sábana Santa de Turín que los santos ya sabían por estas visiones: la herida del hombro.

Y María mostró a los videntes de Medjugorje cuando todavía eran niños los motivos de por qué el Cielo presenta esta imágenes y llama a su devoción.

Cuando se habla de las heridas o llagas de Cristo se piensa en las 5 heridas cuando su crucifixión y muerte.

A veces se mencionan las heridas durante su flagelación.

Pero pocas veces se menciona la herida del hombro, a la que dedicamos este artículo.

  

LAS TRADICIONALES 5 HERIDAS DE JESÚS

Tradicionalmente hablamos de las cinco heridas de Jesucristo.

Qué son las de sus manos y las de sus pies por los clavos y la de su costado atravesado por una lanza.

A raíz de ellas se ha creado una devoción que es sucedánea de la devoción a la Pasión de Cristo.

Y que se puede rastrear a partir de la actividad de San Bernardo y San Francisco en los siglos XII y XIII y de las Cruzadas.

Esta devoción se ha cristalizado en las oraciones de Santa Clara de Asís, Santa Matilde y Santa Gertrudis.

Durante cuaresma y en especial en Viernes Santo veneramos el crucifijo recordando las cinco heridas sagradas

En el cirio pascual del Sábado Santo, que representa a Cristo como la luz del mundo, se recuerdan las cinco heridas insertando 5 piezas de incienso en el cuerpo de la vela.

Y el palio que utiliza el Santo Padre en la Vigilia Pascual, vestido sobre la casulla, tiene bordadas 5 cruces que simbolizan las cinco heridas de Jesús.

Pero éstas no fueron las únicas heridas físicas de Jesús.

Jesús recibió gran cantidad de golpes durante su flagelación.

A Santa Gertrudis Nuestro Señor le reveló qué había recibido 5466 heridas durante la pasión.

Y ella desarrolló una devoción de todo un año orando por esas heridas

Y en Alemania existe la devoción de recitar 15 padrenuestros cada día en el transcurso de un año en memoria de las heridas;  suman 5475 padrenuestros recitados en un año.

Dentro de estas heridas, que podemos llamar secundarias a las cinco más tradicionales, se encuentra la herida del hombro de Jesús.

Ella se destaca por sobre las otras y se ha desarrollado una devoción a la herida del hombro de Jesús por cargar la cruz.

Visiones de Místicos y la Sábana Santa confirman la herida. Y en Medjugorje se encuentra la explicación.

¿Qué fin persigue el cielo pidiendo la devoción a las heridas de Jesús, por ejemplo a la llaga del hombro?

  

LAS VISIONES

San Bernardo de Claraval, en éxtasis, le preguntó a Jesús cuál era su mayor sufrimiento no registrado y la herida que causó el mayor dolor en el Calvario y Jesús respondió:

Yo tenía una en mi hombro, mientras soportaba Mi Cruz en el Camino de los Dolores.
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Una herida grave que era más dolorosa que los demás y que no es registrada por los hombres
.
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Honra a esta herida con tu devoción y te concederé las gracias que pidas a través de su virtud y mérito.
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Y en lo que respecta a todos los que se veneren esta herida, voy a remitir todos sus pecados veniales y ya no me acordaré de sus pecados mortales”.

Ana Catalina Emmerich en la Pasión Dolorosa de Nuestro Señor Jesucristo dijo:

Había una herida terrible en el hombro que había llevado el peso de la Cruz.
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Y toda la parte superior del cuerpo estaba cubierto de moretones y muchas marcas de los golpes de los azotes.”

Y más recientemente, en el encuentro de dos futuros santos, el San Karol Wojtyla (Juan Pablo II) le preguntó al Padre Pío cuál de sus heridas de los estigmas le hacía sufrir más, el Padre Pío contestó:

Es mi herida en el hombro, que nadie conoce y nunca se ha curado o tratado”.

En 2008, 40 años después de la muerte del padre Pío, el autor Frank Rega escribió sobre el Padre Pío:

Hubo un tiempo en que el Padre había confiado al hermano Modestino Fucci, el portero del monasterio del Padre Pío en San Giovanni Rotondo, Italia, que sus dolores más grandes se producían cuando cambiaba su camiseta.

El Hermano Modestino, al igual que el padre Wojtyla, pensaron que el Padre Pío se refería a los dolores de la herida en el pecho.

Entonces, el 4 de febrero de 1971, al Hermano Modestino se le asignó la tarea de hacer un inventario de todos los elementos en la celda del convento donde falleció el padre, así como de sus pertenencias en los archivos.

Ese día Modestino descubrió que una de las camisetas del Padre Pio tenía una mancha de sangre en forma de círculo en la zona del hombro derecho.

Esa misma noche, el Hermano Modestino preguntó al Padre Pío, en oración, que le iluminara sobre el significado de la camiseta manchada de sangre.

Él le pidió al Padre que le diera una señal si realmente llevaba la misma herida del hombro que Cristo. 

Luego se fue a dormir, para despertar a la una de la mañana con un dolor insoportable en su hombro, como si hubiera sido cortado con un cuchillo hasta el hueso del hombro.

Él sentía que moriría de dolor si continuaba, pero duró muy poco tiempo.
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A continuación, la sala se llenó con el aroma de un perfume celestial de flores – el signo de la presencia espiritual del Padre Pío – y oyó una voz que decía: “¡Esto es lo que yo tenía que sufrir!”

Así que aunque la Biblia no hace mención de esta herida, los santos nos dicen que Jesús sufrió inmensamente.

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EL ANÁLISIS DE LA SÁBANA SANTA

Pero ¿cómo podemos saber que es verdad? 

Pues aquí es donde la ciencia y la Sábana Santa de Turín entran en esta historia. Vatican Insider dice que

“Cuatro profesores universitarios han publicado un artículo en la revista “Injury”, revelando que el hombre crucificado que estaba envuelto en el sudario de Turín sufrió una dislocación del húmero, la parálisis de un brazo y un traumatismo violento en el cuello y el pecho”.

“Se cree que la persona cuya figura está impresa en la Sábana Santa ha colapsado bajo el peso de la cruz, o del “patíbulo”, como se le conoce en el estudio a la parte horizontal de la cruz.
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El Hombre de la Sábana Santa explican los académicos, cayó hacia adelante y sufrió un “violento” golpe “mientras caía a tierra”.
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“La parálisis del cuello y de los músculos del hombro” fue “causada por un objeto pesado que golpeó la parte posterior del cuello y el hombro, causando el desplazamiento de la cabeza al lado opuesto a la depresión del hombro”.

“En este punto, habría sido imposible que el portador de la cruz siguiera manteniéndola y esto trae a la mente el pasaje del Evangelio que describe cómo los soldados obligaron a Simón de Cirene recoger la cruz de Jesús. 

No fue un acto de compasión, por lo tanto, sino de necesidad. 

Esto explica por qué “el hombro derecho está más bajo que el izquierdo en 10 ± 5 grados” y el ojo derecho se retrae en la órbita”, debido a la parálisis de todo el brazo, dicen los académicos”.

Que el hombre de la Sábana Santa es nuestro Señor, hay pocas dudas. La ciencia confirma lo que los santos ya sabían y es fascinante.

  

¿PARA QUE SE HACEN ESTAS REVELACIONES?

La respuesta la podemos hallar en una charla que María tuvo con los videntes de Medjugorje cuando eran niños.

Marija Pavlovic en una entrevista con el P. Livio Fanzaga en Radio María habló de que la Reina de la Paz le mostró a Cristo en su pasión, como una enseñanza para que se difundan esta imagen y la devoción.

marija pavlovic

El P. Livio le preguntó:

¿En los primeros años de las apariciones, Nuestra Señora permitió que vieran a Jesús durante la pasión?

Marija contestó:

Sí. En tiempos difíciles, durante el comunismo, cuando no sabíamos si el día siguiente estaríamos aún con vida. 

Un día la policía nos llevó a su oficina y luego a un hospital psiquiátrico para asustarnos. Nos dijeron que nos iban a dejar ahí. 

Recuerdo que estábamos muy asustados porque Yugoslavia era comunista en ese momento y muchas personas simplemente desaparecían. Incluso en Medjugorje. 

Recuerdo a un chico que se había convertido en un médico. Fue llevado por los militares y nunca volvió a casa. ¡El desapareció! Como él, muchos otros han desaparecido. 

Así que pensé que podríamos llegar a la misma suerte, ya que para ellos éramos un obstáculo, ya que éramos testigos de nuestra fe, el cristianismo y la presencia de la Virgen. 

Podrían matarnos y decir: «No más», y nadie se preguntaría por qué. 

En ese día, cuando volvimos del hospital, cuando la Virgen se apareció lloramos y nos dijo:

«No podemos hacer esto, somos todavía demasiado pequeños.
.
El sufrimiento es demasiado, muy grande para nosotros».

 Así que Nuestra Señora nos mostró Jesús con la corona de espinas en la cabeza, con mucha sangre en la cara, y con las marcas de los azotes.

Entonces ella nos dijo: «Jesús sufrió por amor a ti, ¿no lo amas?»

Entonces dijimos que queríamos ayudar a Jesús a llevar su cruz y sufrir por esta pobre humanidad que necesita a Jesús porque está sin Dios y sin futuro, como dice la Virgen. 

estatua de jesus mostrando el hombro

  

ORACIÓN A LA HERIDA EN EL HOMBRO DE JESÚS, DE SAN BERNARDO 

Oh amado Jesús, manso Cordero de Dios, a pesar de ser yo una criatura miserable y pecadora, te adoro y venero la llaga causada por el peso de vuestra cruz que abriendo vuestras carnes desnudó los huesos de vuestro hombro sagrado y de la cual vuestra Madre Dolorosa tanto se compadeció.

También yo, oh carísimo Jesús, me compadezco de Vos y desde el fondo de mi corazón te glorifico y te agradezco por esta llaga dolorosa de vuestro hombro en la que quisiste cargar vuestra cruz por mi salvación.

Ah! por los sufrimientos que padeciste y que aumentaron el enorme peso de vuestra cruz, ruégote con mucha humildad, ten piedad de mi, pobre criatura pecadora, perdonad mis pecados y conducidme al cielo por el camino de la cruz. 

Se rezan siete Ave María y se agrega:

Madre santísima imprime en mi corazón las llagas de Jesucristo crucificado
(Indulgencia de 300 días)

Oh dulcísimo Jesús, no seas mi juez sino mi salvador… (Indulgencia de 100 días)

Y aquí hay otras dos oraciones.

  

ORACIÓN A LA LLAGA DEL CORAZÓN DE JESÚS

Oh dulcísimo Jesús mío, sea la llaga de vuestro Sacratísimo Corazón mi refugio, mi fuerza y protección contra vuestra justa ira, contra el pecado, y en especial contra el pecado mortal, contra los engaños de la carne, del mundo y del demonio y defensa contra mí amor propio, contra todos los males del cuerpo y del alma.

Sea vuestra llaga sacratísima la tumba donde sepultar mis innumerables pecados, los cuales detesto y aborrezco, echándolos en el abismo abierto de esta santísima llaga, abierta por el amor, para nunca jamás volverlos a ver.

Oh amabilísimo Jesús, por la llaga de vuestro Corazón, concededme una sola gota de esa sangre preciosísima que de él fluye, como prenda de eterno perdón de mis pecados.

En esta llaga profunda, escondedme y guardadme allí como prisionero de amor; allí purificadme, disolvedme, cambiadme en un amante de vuestro Corazón llagado.

Convertidme en otro Corazón de Jesús, para que así no piense, ni diga ni haga nada, sino lo que es de vuestro mayor agrado. Así sea.

  

SALUDOS A LAS SANTAS LLAGAS DE SANTA MATILDE

Llagas de mi Jesús, os saludo. Os saludo en la omnipotencia del Padre que os ha decretado; en ha sabiduría del hijo que os ha sufrido y en la bondad del Espíritu Santo, que por vuestro medio ha redimido el mundo. Os recomiendo mi alma. Protegedme contra las asechanzas del tentador, en la vida y en la hora de mi muerte. Así sea.

Fuentes:

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Las Visiones de María Marta Chambón, el apóstol de las Santas Llagas

Esta es una de las grandes devociones de Jesús sufriente.

Pero es poca desconocida su apóstol y las circunstancias en que sucedieron las apariciones.

Sucedió también a una monja de la Visitación.

Y lo más conocido es el Rosario de las Santas Llagas.

Pero las apariciones que tuvo la Hermana María Marta son impresionantes porque incluso involucran hasta a Dios Padre.

Y las revelaciones que le hacen también son sorprendentes.

 

QUIÉN FUE MARÍA MARTA CHAMBON

Francoise Chambon nació en Davoy, Francia, el 6 de marzo de 1841, en un pueblo de la Cruz Roja.

Viene de una familia de agricultores pobres y fue bautizada el mismo día de su nacimiento.

A los 18 años entró en el convento de la Visitación de Chambéry, donde se le adjudicó el nombre de María Marta y donde desarrolló la devoción a las Santas Llagas de Jesús.

Dos años después pronunció los votos perpetuos.

En los primeros años no había ningún indicio de dones extraordinarios, pero fue creciendo en ella un recogimiento especial y una sed que siente de Dios.

A partir de 1866 María Marta es agraciada con visitas divinas frecuentes.

Recibió notables visiones y mensajes de Jesucristo, Dios Padre, Nuestra Señora y diversos Santos.

El crucificado se le presenta casi a diario ofreciéndole sus divinas llagas resplandecientes, y ensangrentadas a veces, pidiéndole que se asocie a su pasión.

Pero nada exteriormente mostraba las gracias maravillosas que les fueron dadas a María Marta.

Salvo por la gran cantidad de horas y la hermana María Marta pasaba de pie frente al Santísimo Sacramento inmóvil y en éxtasis.

Y las noches que pasa tendida en el suelo en su celda, además del silicio y la corona de espinas que usaba en privado.

Lo más notable exteriormente fueron los tres días de éxtasis que tuvo en septiembre de 1867, cómo le había anunciado Nuestro Señor.

Permaneció tendida y móvil en su cama, sin hablar y sin tomar alimento.

En esos tres días bajó la Santísima Trinidad y Dios Padre le dio a Jesús en una hostia para comulgar diciéndole,

“Yo te doy Aquel que tan a menudo tú me ofreces”.

Y luego partió del Padre un rayo como de fuego que entró en ella y le dijo,

“¡Está ahí dentro la luz, el sufrimiento y el amor!…

El amor será para Mí; la luz, para descubrir mi voluntad.

El sufrimiento, en fin, para sufrir de momento en momento como Yo quiero que sufras tú.”

Falleció el 21 de marzo de 1907 a la edad de 66 años y se abrió la causa de su beatificación en 1937.

 

DIVERSAS VISIONES

Tuvo su primera visión el viernes santo de 1850, a los 9 años, mientras estaba en misa con su tía, cuándo vio a Jesús en la cruz cubierto de sangre y con muchas heridas.

Más adelante ese mismo año recibió la primera comunión y se le apareció Jesús nuevamente diciéndole,

«Hija Mía, así será cada vez que vayas a la Sagrada Comunión».

Desde ese momento y hasta su muerte, ella verá al Niño Jesús en la hostia de cada comunión.

A partir de allí Jesús le pedirá que contemple sus Santas Llagas, le enseñara oraciones y devociones, y luego le dará la misión.

También tendrá visiones de la Sagrada Familia que comunica a su superiora diciéndole,

«¡Madre mía, regreso del Paraíso! No puedo decir lo que vi!

Solo puedo decir que me postré frente a la Sagrada Familia y le dije a San José: Mi buen padre, te agradezco que mientras estuviste en la tierra, cuidaste de mi dulce Madre María».

Además previó la muerte del Papa Pío Nono, y éste se le apareció para agradecerle sus oraciones, porque le habían ayudado a entrar al cielo.

También tuvo una visión de la muerte de su hermana de 25 años y su hermano se le apareció para decirle que estaba en el cielo.

Pero lo más notable de la vida de la hermana María Marta fue la misión que le encomendaron.

 

LA “MISIÓN”

La confirmación de la misión sucedió cuando la Santísima Virgen se le apareció con Santa Margarita María y los fundadores de la orden, y la Virgen le dijo,

«Yo doy mi Fruto a la Visitación, como se lo he dado a mi prima Isabel…

Tu bienaventurada Hermana Margarita María ha reproducido al Sagrado Corazón de mi Hijo para darle al mundo…

¡Tú, hija mía, eres la escogida para detener la justicia de Dios, haciendo valer los méritos de la Pasión y de las Santas Llagas de mi único y muy amado Hijo Jesús!…».

Y la invitó a no inquietarse y hacer día a día lo que Jesús le iba pidiendo.

En los siguientes días se le aparecen diversas figuras de la congregación para reafirmar su misión.

En una de esas visitas de San Francisco de Sales, su fundador, ella relata el siguiente diálogo,

Ella le dijo,

“Padre mío, ya sabéis que nuestras Hermanas no tienen ninguna confianza en mis afirmaciones, porque soy muy imperfecta.”

Y San Francisco de Sales le respondió

“Hija mía, las miras de Dios no son las de la criatura; la criatura juzga según las miras humanas.

Dios da sus gracias a una miserable que nada tiene, a fin de que todas se refieran a Él.

Debes estar muy contenta de las imperfecciones que tienes, porque ocultan los dones de Dios.

Dios te ha escogido para completar la devoción al Sagrado Corazón.

¡El Corazón ha sido mostrado a mi hija Margarita María y las Santas Llagas a mi pequeña María Marta!…¨

Y también la Santísima Virgen le fue revelando de a poco ciertos aspectos de su misión.

“Si queréis riquezas, id a sacarlas en las Santas Llagas de mi Hijo…

Todas las luces del Espíritu Santo brotan de las Llagas de Jesús; pero estos dones los recibiréis en proporción de vuestra humildad…¨

“Es necesario que tú, hija mía, apliques las Llagas de mi Hijo sobre los malos, para convertirlos.”

Instrucciones que también tuvieron la contribución de Dios Padre, quién le dijo,

“Hija mía: Yo te doy a mi Hijo para que te ayude durante todo el día, a fin de que puedas pagar lo que por todos debes a mi justicia.

De las Llagas de Jesús tomarás constantemente con que pagar las deudas de los pecadores.”

 

LA EXPLICACIÓN DE JESÚS SOBRE LA MISIÓN

Jesús permanentemente asistió a la hermana María Marta en el desarrollo de su misión, y aquí están varios mensajes que Él le dio.

“Hija mía: cada vez que ofrecéis a mi Padre los méritos de mis Divinas Llagas, ganáis una inmensa fortuna.

Sois semejantes a aquel que encontrara en la Tierra un gran tesoro; pero como vosotras no podéis conservar esta fortuna, Dios la vuelve a tomar… en el momento de la muerte y aplicar sus méritos a las almas que las necesitan.

Debéis hacer valer la fortuna de mis santas Llagas.

¡No hay que quedarse pobres, porque vuestro Padre es muy rico! … ¿Vuestra riqueza? … ¡Es mi santa Pasión!¨

“¡El que está necesitado, que venga con fe y confianza, que saque constantemente del tesoro de mi Pasión y de los agujeros de mis Llagas!

¡Este tesoro os pertenece!… ¡Todo está ahí!, ¡todo, excepto el infierno!¨

De esta forma Jesús le insta a confiar todo a las Divinas Llagas y trabajar en la salvación de las almas por los méritos de las mismas llagas.

Pide que se haga con humildad,

“Cuando se hicieron mis Santas Llagas, hubo en ello vanidad para el hombre, que creía que acabarían.

Pero no, serán eternas, y eternamente serán vistas por todas las criaturas.

Te digo esto para que no las mires por rutina, sino que las veneres con grande humildad¨.

E incluso pide la humillación para cosechar almas, porque ellas son el camino sencillo y fácil para ir al cielo.

En concreto usa la imagen de los serafines que están rodeando el altar durante la misa, y admiran y adoran la santidad de Dios.

¨Es preciso llegarse a mis Llagas con corazones muy calientes, muy ardientes, y hacer con grande fervor las aspiraciones para obtener las gracias de retorno¨.

Pide ardor y confianza, y no inquietarse por las cosas de la Tierra, sin cansarse.

Jesús además de mostró cómo las Santas Llagas sostienen al mundo, porque vio 5 rayos luminosos que salieron de ellas y envolvieron el globo terráqueo.

Entonces la misión de María Marta resultó ser hacer entrar a los seres humanos en estas Llagas, orando mucho.

Ofréceme tus acciones y las de tus hermanas, unidas a mis Santas Llagas; nada puede hacerlas más meritorias ni más agradables a mis ojos¨.

Y en el proceso de entrenamiento le fue indicando cómo debería hacer, por ejemplo Respecto a los moribundos,

«Debes ofrecer los méritos de las Santas Llagas para las personas que mueren en la noche o durante el transcurso del día».

También respecto a los pecadores,

“¡He aquí con que pagar, por todos los que tienen deudas! Porque ofreciendo a mi Padre el mérito de mis Santas Llagas, satisfacéis por los pecados de los hombres.”

Y además por las almas del purgatorio,

«Hija mía, mira mis Heridas, ofrécelas por las almas del Purgatorio.

Los sufrimientos de Mi Santa Pasión, he aquí el gran remedio para estas almas; pero sus méritos deben ser aplicados a ellos».

Y además le hizo una serie de promesas respecto a las pobres almas del purgatorio,

“Cada vez que miréis al divino Crucificado con un corazón puro, obtendréis la libertad de cinco almas del purgatorio: una por cada fuente¨.

Y le sugirió que ofreciera sus sufrimientos en unión con los de Él por las almas del purgatorio.

Cuándo lo hacía, María Marta veía subir un alma al cielo.

Pero el Padre Eterno le dio un poder a un mucho mayor con las almas del purgatorio, diciéndole que le darían mismo poder que a su Hijo.

Entonces cada vez que hacía un acto de ofrecimiento por las almas del purgatorio veía una bandada de almas que salían de él como si fueran pájaros.

Estas almas liberadas del purgatorio a veces la visitaban para agradecerle.

Todas estas instrucciones a María Marta las realizó Jesús mostrándole una vez una llaga y otra vez otra, paseándola por todas ellas.

 

EL ROL ESPECIAL DE LAS LLAGAS DE LA CORONA DE ESPINAS

Jesús además le pide un culto especial de reparación y amor a las llagas producidas por la corona de espinas,

“Yo doy mi Corona de Espinas a mis privilegiados.

Ella es el bien propio de mis esposas y de las almas favorecidas.

Ella es la alegría de los Bienaventurados; pero para mis muy amados en la tierra es un sufrimiento.”

Y mientras decía eso surgía de cada una de las espinas un intenso rayo de gloria.

Para esta veneración Jesús le hizo varias promesas a María Marta, las que luego fueron ordenadas y aumentadas para cuando se rece el Rosario de las Santas Llagas,

“¡Las almas que hayan contemplado y honrado mi Corona de Espinas en la Tierra, serán mi corona de gloria en los cielos!¨

“Por un instante que contempléis esta Corona aquí abajo, os daré una para la Eternidad… la Corona de Espinas es la que os valdrá la de la gloria.”

Y le da a María Marta un camino a recorrer,

¨Mira… arranca las espinas de mi Cabeza, ofreciendo a mi Padre por los pecadores el mérito de mis Llagas… Ve en busca de almas.”

Y también le da instrucciones sobre cómo ella debe proceder,

“He aquí tu instrucción: el sufrimiento para ti; las gracias que tú debes tomar, para los demás.

Una sola alma que hace sus acciones en unión con los méritos de mi santa Corona, gana más que la Comunidad entera.”

Jesús quiere inflamar los corazones para que acepten los sacrificios.

Al punto que asocia los triunfos a los sufrimientos.

Una vez Nuestro Señor le mostró el tribunal del juicio a las almas que estaba iluminado con la corona de espinas.

Las almas que habían permanecido fieles eran recibidas en abrazos e iluminadas por la santa Corona, pero las que lo habían despreciado se precipitaban al abismo eterno.

Esto produjo una honda impresión en la hermana María Marta

 

DEVOCIÓN A LAS SANTAS LLAGAS

En definitiva la misión de María Marta Chambón fue desarrollar la devoción a las Santas llagas, particularmente a través del Rosario por las Santas Llagas.

Es así como Jesús le va haciendo una serie de promesas a quiénes sean devotos de sus Santas Llagas, las que luego han aparecido en los textos del Rosario a las Santas Llagas.

Entre ellas,

«Otorgaré todo lo que se me pida a través de la devoción a las Santas heridas. Los que las honran tendrán un verdadero conocimiento de Jesucristo».

«No habrá muerte para el alma que expira en Mis heridas, dan vida verdadera».

“Yo concederé todo lo que se me pida por la invocación a las Santas Llagas. Es necesario difundir esta devoción¨.

“Todo lo obtendréis, porque es el mérito de mi Sangre, que es de un precio infinito¨.

Y además le señaló los frutos de santificación de las llagas,

¨Siempre podéis purificaros en mis Llagas¨.

“Mis Llagas repararán las vuestras…¨

“Mis Llagas cubrirán vuestras faltas…¨

“Los que las honraren tendrán un verdadero conocimiento de Jesucristo¨

“Meditando sobre ellas, encontraréis siempre un nuevo alimento de amor”.

Y le enseñó dos jaculatorias.

Una para repetirse cerca de los enfermos,

«Mi Jesús, perdón y misericordia por los méritos de Tus Santas heridas».

Y otra destinada a la conversión de los pecadores,

«Padre Eterno, te ofrezco las llagas de Nuestro Señor, Jesucristo, para sanar las heridas de nuestras almas».

Sobre los pecadores además le enseñó dos cosas, la primera es que los pecadores que repitan esa oración se convertirán.

Y la segunda es ésta,

“Ofreciéndolas por la conversión de los pecadores, aunque los pecadores no se conviertan, tendréis delante de Dios el mismo mérito que si se hubiesen convertido.”

Le mostró además el poder balsámico de las Santas Llagas ante los sufrimientos,

Cuando tengáis alguna pena, alguna cosa que sufrir, es necesario llevarlo pronto a mis Llagas, y la pena se suavizará¨.

Todo esto culmina con el rosario de la santas llagas que puedes leer aquí junto con las promesas específicas.

Fuentes:

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Las Cinco Llagas Sagradas de Cristo

El renacimiento de la vida religiosa y la fervorosa actividad de San Bernardo y San Francisco en los Siglos Doce y Trece, junto con el entusiasmo de los Cruzados que regresaban de Tierra Santa dieron un impulso maravilloso a la devoción a la Pasión de Jesucristo, particularmente a las prácticas en honor a las Llagas de sus Sagradas Manos, Pies y Costado. La fiesta central es el viernes despues del tercer domingo de cuaresma. 

La razón para esta devoción fue muy bien expresada en un periodo posterior en el memorial de los Obispos polacos al Papa Clemente XIII:

“Más aún, las Cinco Llagas de Cristo son honradas con una Misa y un Oficio, y en consideración a estas llagas veneramos también los pies, las manos y el costado de tan adorable Redentor. Estas partes del santísimo cuerpo de Nuestro Señor son consideradas como las más dignas de un culto particular precisamente porque sufrieron dolores especiales por nuestra salvación y porque fueron decoradas con estas llagas como si fueran una insigne marca de amor. Por lo tanto, con viva fe, ellas no pueden ser vistas de otro modo que con un sentimiento especial de religión y devoción” (Nilles, “De rat. fest. SS. Cord. Jesu et Mariae”, I, 126).

Se han preservado muchas hermosas plegarias mediovales en honor a las Sagradas Llagas, incluyendo algunas atribuidas a Santa Clara de Asís (se le otorgaron Indulgencias el 21 de Noviembre de 1885).

Santa Matilde y Santa Gertrudes de Helfta fueron devotas de las Santas Llagas, esta última Santa recitaba diariamente una oración en honor a las 5466 llagas que, de acuerdo a la tradición medioeval, fueron infligidas a Jesús durante su Pasión.

En el Siglo Catorce, en el sur de Alemania era costumbre recitar todos los días quince Padre Nuestros (los cuales sumaban 5475 durante el curso de un año) en memoria de las Sagradas Llagas.

De acuerdo a la Misa “Humiliavit” del Misal Romano, entre las Misas Medioevales existía una Misa especial en honor a las Llagas de Cristo que se creía que fue escrita por el Evangelista San Juan y revelada a Bonifacio II (532). Se conocía como la Misa Dorada y el Papa Inocente VI (1362) o Juan XXII (1334) le otorgó indulgencias; durante su celebración siempre se encendían cinco velas. Popularmente se sostenía que si alguien la decía o la escuchaba durante cinco días consecutivos nunca sufriría de los dolores que causa el fuego del infierno. (Franz, “Messe im Mittelalter”, 159).

El Rosario Dominicano ayudó también a promover la devoción a las Sagradas Llagas ya que si las cincuenta cuentas pequeñas se refieren a María, las cinco cuentas grandes con sus correspondientes Padre Nuestros tienen intención de honrar las Cinco Llagas de Cristo (Beissel, “Verehrung Marias”, I, 525).

Más aún, en algunos lugares era costumbre tocar una campana los días Viernes al mediodía para recordar a los fieles que recen cinco Padrenuestros y Avemarías en honor a las Llagas Santas.

El 11 de Agosto de 1823 la Santa Sede aprobó una corona o rosario de las Cinco Llagas, y lo hizo nuevamente en 1851. Consiste en cinco partes, cada una compuesta por cinco Glorias en honor a las Llagas de Cristo y una Ave en conmemoración de la Madre Dolorosa. La bendición de las cuentas se reservaba a los Pasionistas.

 

FESTIVIDAD

La evidencia más temprana en honor a las Llagas de Cristo proviene del Monasterio de Fritzlar, Thuringia donde en el Siglo Catorce se celebraba una fiesta los Viernes después de la octava de Corpus Christi. El Oficio era rítmico (Dreves, “Anal. Hymnica”, XXIV, 20; Grotefend, “Zeitrechnung”, II, 1, 115).

En el Siglo Quince se difundió a diferentes países, hacia Salisbury (Inglaterra) Huesca y Jaca (España), Viena y Tours y fue incluida en los Breviarios de los Carmelitas, Franciscanos, Dominicanos y otras órdenes. (Dreves, op. cit., XXIV, XL, XLII).

La Fiesta de las Cinco Llagas es de interés histórico y desde épocas medioevales se celebraba el 6 de Febrero en Evora y en todas las regiones de Portugal (en Lisboa el Viernes después del Miércoles de Ceniza). Conmemora la fundación del reino portugués en 1139 cuando, antes de la batalla en las llanuras de Ourique, Cristo se apareció a Alfonso Henriquez prometiéndole la victoria sobre los musulmanes y ordenándole que inserte en el escudo de armas del nuevo reino el emblema de las Cinco Llagas (“Propr. Portugalliae” en Weiss, “Weltgeschichte”, III, 251). Esta fiesta se celebra actualmente en todos los países de habla portuguesa.

El Propium de Venecia de 1766, el que tal vez contiene la relación más antigua de las fiestas movibles en honor a la Pasión de Cristo, contiene la Fiesta de las Cinco Llagas que se celebraba el Segundo Domingo de Marzo; en 1809 se otorgó a Leghorn el Viernes después del Miércoles de Ceniza fecha que se mantiene en muchas diócesis de Toscana y en otras partes (México).

Desde 1831, cuando los Pasionistas y la ciudad adoptaron en Roma las fiestas en honor a la Pasión, se le asignó a esta fiesta el Viernes después del tercer Domingo de Cuaresma. El Oficio es uno de los legados que nos dejó la edad media. Aunque esta fiesta no se celebra en toda la Iglesia, el Oficio y la Misa están considerados en el apéndice del Breviario y el Misal.

NILLES, Kalendarium manuale, II, 140; HELLER en Zeitschr. fur kath. Theol. (1895), 582-5; BENEDICT XIV, De festus D. N. J. Christi, I, 279; BERINGER, Die Ablasse (Padeborn, 1906), 173, 174, 277, 382.
Fuente F.G. HOLWECK para Enciclopedia Católica




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Que son los Estigmas de la Pasión de Jesucristo

Los Estigmas son una marca o señal en el cuerpo. En su sentido religioso se refiere al fenómeno de llevar las llagas de la crucifixión de Cristo físicamente.

Durante la Pasión, según narran los Evangelistas, Jesucristo sufrió indecibles tormentos: bofetadas, azotes, corona de espinas, crucifixión, lanzada … 

Estas llagas se manifiestan en las manos, pies, el costado y la cabeza de ciertos santos como signo de su participación en la pasión de Cristo.  

Los estigmas pueden ser:  

Visibles o invisibles; sangrientos o no; permanentes, periódicos (generalmente resurgiendo en días o temporadas asociadas con la pasión de Cristo) o transitorios. Los estigmas invisibles pueden causar tanto dolor como los visibles. Los estigmas pueden permanecer muchos años, como el caso del Padre Pío, quien los llevó por 50 años y fue el primer sacerdote que se conoce estigmatizado. (San Francisco tenía los estigmas pero no era sacerdote). Al morir sus estigmas desaparecieron milagrosamente.  Otros estigmatizados: Santa Rita de Cascia, Sta. Teresa Neuwman, Sta. Gema Galgani, Sta. Faustina (estigmas invisibles) y muchos otros (más de 60 de ellos han sido canonizados).

 

ALGUNOS CRITERIOS DE DISCERNIMIENTO

Los estigmas pueden ser don de Dios (como en los santos) o falsificación o causados por el sujeto por problemas mentales. En algunos casos de carácter diabólico.

Es por eso que la iglesia ha establecido criterios para determinar la autenticidad de los estigmas. Las llagas están localizadas en los lugares de las cinco llagas de Cristo. Esto no ocurre por histeria ni hipnotismo; los estigmas no se infectan; aparecen espontáneamente en el cuerpo mientras la persona está en éxtasis; no ceden ante el tratamiento médico; sangran copiosamente y por largos períodos;  están acompañados de fuertes dolores tanto físicos como morales (La falta de dolor es una mala señal que pone en duda la autenticidad de los estigmas porque, de ser auténticos, son participación en los sufrimientos de Cristo).

Los estigmas auténticos no se pueden explicar por causantes naturales. Además, la persona practica la virtud heroicamente, particularmente un gran amor a la humildad y a la cruz. La Iglesia no canoniza a nadie tan solo por ser estigmatizado.  

 

HECHOS

Su existencia está tan bien fundamentada históricamente que, por regla general, ya ni siquiera la cuestionan los no creyentes, quienes ahora solamente buscan darles una explicación natural. Así, ya el médico librepensador, Dr. Dumas, profesor de psicología religiosa en la Universidad de la Sorbona, claramente admite los hechos (Revue des Deux Mondes, 1 de mayo, 1907), del mismo modo como lo hace el Dr. Pierre Janet (Bulletin de l’Institut Psychologique International, Paris, Julio, 1901).

Santa Catalina de Siena comenzó teniendo estigmas visibles pero, por humildad, oró para que le fueran cambiadas por unas invisibles. Su oración fue escuchada. Lo mismo aconteció en el caso de Santa Catalina de Ricci, una monja dominica florentina del siglo XVI, y con varios otros estigmatizados. Se puede considerar que la parte esencial de los estigmas visibles consiste en el sufrimiento. Lo substancial de esta gracia es sentir piedad por Cristo, participar en sus sufrimientos, en sus aflicciones, y- con ello- en la expiación de los pecados que sin cesar se cometen en el mundo. Si el padecimiento estuviera ausente, las heridas se convertirían en un símbolo vacío, en una representación teatral, que sólo conducirían al orgullo. Si los estigmas verdaderamente vienen de Dios, sería impropio de su sabiduría tomar parte en esa mascarada, y hacerlo a través del uso de milagros.

Pero tal prueba dista mucho de ser la única que los santos deben soportar. «La vida de los estigmatizados»- dice el Dr. Imbert- «es una larga cadena de dolores que nacen de la divina enfermedad de los estigmas y que sólo concluyen con la muerte»: (op.cit. infra, II, x). Parece históricamente cierto que sólo los místicos padecen los estigmas. Pero no es lo único: también tienen visiones que corresponden a su papel como co-sufrientes, pudiendo observar en ocasiones las escenas sangrientas de la Pasión.

Estas apariciones eran periódicas en algunos casos, como el de Santa Catalina de Ricci, cuyos éxtasis empezaron cuando tenía veinte años (1542), y la Bula de su canonización afirma que se repitieron por doce años con puntual regularidad. Los éxtasis duraban exactamente veintiocho horas, desde el mediodía del jueves hasta las cuatro de la tarde del viernes, con una interrupción para que la santa pudiera recibir la Santa Comunión. Catalina conversaba en voz alta, como quien escenifica un drama. El drama estaba dividido en 17 escenas. Al volver del éxtasis, la santa aparecía con sus extremidades cubiertas de heridas causadas por látigos, cuerdas, etc.

El Dr. Inbert ha intentado llevar cuenta del número de estigmatizados, con los siguientes resultados:

1. No se tiene conocimiento de ninguno antes del siglo XIII. El primero de quien se tiene noticia es San Francisco de Asís, cuyos estigmas eran de una clase que no se ha vuelto a ver posteriormente: en las heridas de manos y pies se hallaban raspaduras de carne en forma de clavos. Los de un lado tenían cabezas redondas; los del otro tenían puntas largas, que se doblaban para arañar la piel. La humildad del santo no pudo impedir que muchos de sus hermanos hayan sido testigos, con sus propios ojos, tanto en vida del santo como después de su muerte, de la existencia de heridas tan maravillosas. Ese hecho ha sido atestiguado por varios historiadores contemporáneos, y la fiesta de los Estigmas de San Francisco se celebra el día 17 de septiembre.

2. El Dr. Imbert contabiliza 321 estigmatizados en los que se dan todas las razones posibles para pensar que se trata de una acción divina. Cree él, además, que se podrían encontrar más investigando en las bibliotecas de Alemania, España e Italia. En sus listas se hayan 41 varones.

3. Hay 62 santos o beatos, de ambos sexos, de los cuales los de más renombre (que suman 26) son:

  • San Francisco de Asís (1186-1226);
  • Santa Lugarda (1182-1246), una monja cisterciense;
  • Santa Margarita de Cortona (1247-97);
  • Santa Gertrudis (1256-1302), una benedictina;
  • Santa Clara de Montfalco (1286-1308), una agustina;
  • Santa Angela de Foligno (fallecida en 1309), una terciaria franciscana;
  • Santa Catalina de Siena (1347-80), una terciaria dominica;
  • Santa Liduvina (1380-1433);
  • Santa Francisca Romana (1384-1440);
  • Santa Coleta (1380-1447), franciscana;
  • Santa Rita de Casia (1386-1456), agustina;
  • Beata Osana de Mantua (1499-1505), terciaria dominica;
  • Santa Catalina de Génova (1447-1501), terciaria franciscana;
  • Beata Bautista Varani (1458-1524), clarisa Pobre;
  • Beata Lucía de Narni (1476-1547), terciaria dominica;
  • Beata Catalina de Racconigi (1486-1547), dominica;
  • San Juan de Dios (1495-1550), fundador de la Orden de la Caridad;
  • Santa Catalina de Ricci (1522-89), dominica;
  • Santa María Magdalena de Pazzi (1566-1607), carmelita;
  • Beata María de la Encarnación (1566-1618), carmelita;
  • Beata (Santa, N.T.) Maríana de Jesús (1557-1620), terciaria franciscana;
  • Beato (San, N.T.) Carlos de Sezze (f. En 1670), franciscano;
  • Beata (Santa, N.T.) Margarita María Alacoque (1647-90), visitandina (que únicamente tenía la corona de espinas);
  • Santa Verónica Giuliani (Julianis, en español, N.T.) (1600-1727), capuchina;
  • Santa María Francisca de las Cinco Llagas (1715-91), terciaria franciscana;

4. Hubo 20 estigmatizados en el siglo XIX. Los más famosos fueron:

  • Anne Catherine Emmerich (1774-1824), agustina;
  • (Beata, N.T.) Isabel Canori Mora (1774-1825), terciaria trinitaria;
  • Anna María Taigi (1769-1837);
  • María Dominica Lazzari (1815-48);
  • María de Moerl (1812-68) y Luisa Lateau (1850-83), franciscanas.

De estas, María de Moerl pasó su vida en Kaltern, en el Tirol (1812-68). A la edad de veinte años comenzó a experimentar éxtasis y ellos fueron su condición habitual durante los siguientes treinta y cinco años de su vida. Ella únicamente se liberaba de esa situación ante las órdenes, en ocasiones simplemente mentales, del franciscano que fungía como su director espiritual, para volver a las labores hogareñas de su casa que albergaba a una gran familia. Su actitud ordinaria consistía en arrodillarse sobre su cama, con las manos cruzadas sobre el pecho, con una expresión tal en el rostro que impresionaba profundamente a los espectadores. A los veintidós años recibió los estigmas. Los jueves por la tarde y los viernes, los estigmas derramaban sangre muy clara, gota a gota, que permanecía seca los demás días. Miles de personas vieron a María de Moerl. Entre ellos figuraban Görres (quien describe su visita en su «Mystik», II, xx), Wiseman y Lord Shrewsbury, quien escribió una apología de la visionaria en sus cartas publicadas en «The Morning Herald» y «The Tablet».(cf. Boré, op. cit. infra).

Luisa Lateau pasó su vida en el poblado de Bois d’Haine, en Bélgica (1850-83). Las gracias que recibió fueron cuestionadas incluso por algunos católicos, que generalmente se basaban en información incompleta o errónea, según ha podido dejar en claro el Canónigo Thiery («Examen de lo relativo a Bois d’Haine, Lovaina, 1907»). A los diecisiete años se dedicó a atender a los enfermos afectados de cólera en su parroquia, quienes habían sido abandonados por la mayoría de la población. Durante un mes ella los cuidó, los enterró y, en ocasiones, hasta los hubo de cargar al cementerio.A los dieciocho años empezaron los éxtasis y aparecieron los estigmas, lo cual no impidió que siguiera manteniendo a su familia con su trabajo como costurera. Numerosos médicos fueron testigos de sus dolorosos éxtasis de los viernes y dejaron testimonio del hecho que durante doce años ella no tomó ningún alimento, excepción hecha de su comunión semanal. Le bastaban tres o cuatro vasos de líquido a la semana. En vez de dormir, pasaba las noches en oración y contemplación, hincada a los pies de su cama.

5. Sin duda, el estigmatizado más sobresaliente del siglo XX ha sido:

  • Beato Pio de Pietrelcina (1887-1968), capuchino italiano.

 

EXPLICACIONES

Habiendo presentado los hechos, nos falta ahora dar a conocer las diversas explicaciones que se han dado. Algunos médicos, tanto católicos como librepensadores, han sostenido que las heridas pueden haber sido causadas de modo enteramente natural por la sola acción de la imaginación aunada a emociones muy vivas. En una persona profundamente impresionada por los sufrimientos del Salvador y penetrada por un gran amor, esta preocupación actúaría físicamente reproduciendo en ella o en él las llagas de Cristo. Ello no disminuiría en modo alguno el mérito que esas personas tienen por aceptar la prueba, pero su causa no sería sobrenatural.

No intentaremos nosotros resolver la cuestión. La ciencia médica no parece estar aún tan avanzada para admitir una solución definitiva. El autor de este artículo adopta una posición intermedia, que le parece inatacable, y que consiste en demostrar que los argumentos a favor de la explicación natural son ilusorios. Estos son a veces hipótesis arbitrarias, equivalentes a simples afirmaciones, basadas en hechos exagerados o mal interpretados. Aún si el progreso de las ciencias médicas y psicofísicas hubiese de presentar objeciones serias, se debe recordar que ni la religión ni el misticismo dependen de la solución de esas cuestiones, y que en los procesos de canonización los estigmas no cuentan como milagros indisputables.

Nunca nadie ha afirmado que la imaginación puede producir heridas en un sujeto normal. Es verdad, sí, que dicha facultad puede actuar ligeramente en el cuerpo. Como dijo Benedicto XIV, ella puede acelerar o retardar las corrientes nerviosas, pero no hay constancia de su acción sobre los tejidos. (De canoniz., III, xxxiii, n. 31). El asunto se torna aún más difícil en individuos en condición anormal, como es el éxtasis o la hipnosis, y a pesar de numerosos intentos, el hipnotismo no ha producido resultados claros. A lo mucho, y en casos extremadamente raros, ha inducido cierta exudación o un sudor más o menos coloreado, lo cual no constituye más que una muy imperfecta imitación. Aún más, no se ha ofrecido explicación alguna para tres factores presentes en los estigmas de los santos:

  1. Los médicos no logran curar esas heridas con remedios.
  2. A diferencia de las heridas naturales de cierta duración, las de los estigmatizados no emiten olores fétidos. Hay una sola excepción conocida: Santa Rita de Casia había recibido en su frente una herida causada por una espina arrancada de la corona del Crucificado. Aunque su olor era insoportable, la herida nunca supuró ni causó ninguna alteración mórbida de los tejidos.
  3. A veces las heridas emitían aromas exquisitos, como en los casos de Juana de la Cruz, priora franciscana del convento de Toledo, y la Beata Lucía de Narni.

Para resumir, sólo hay un modo de probar científicamente que la imaginación, o sea la autosugestión, puede causar los estigmas: en vez de hipótesis deben producirse hechos análogos en el orden natural, o sea heridas no relacionadas con una idea religiosa. Nunca se ha hecho eso.

En lo tocante al flujo de sangre, se ha objetado que sí se han dado casos de sudor sanguíneo, pero el Dr. Lefebvre, profesor de medicina en Lovaina, ha respondido que tales casos, habiendo sido examinados por médicos, resultaron ser originados por enfermedades específicas y no por causas morales. Más aún, se ha probado a través del examen en el microscopio, que el líquido rojo que se exuda no es sangre. Su color se debe a una substancia particular y no procede de ninguna herida, sino que se debe, como el sudor, a una dilatación de los poros de la piel.

Se puede argumentar que minimizamos indebidamente el poder de la imaginación, ya que ésta, unida a una emoción, puede producir sudor y, así como la simple idea de tener un caramelo en la boca produce abundante salivación, también los nervios, influenciados por la imaginación, pueden producir la emisión de un líquido y éste puede ser sangre. La respuesta a eso es que en las instancias mencionadas existen glándulas (sudorífera y salival) que en su estado normal segregan un líquido especial y es fácil comprender que la imaginación puede causar dicha secreción; pero los nervios adyacentes a la piel no terminan en glándulas que emitan sangre, y sin tal órgano no pueden producir el efecto en cuestión. Lo que se ha dicho de las heridas de los estigmas se aplica por igual a los sufrimientos. No hay prueba alguna experimental de que la imaginación pueda producirlos, especialmente en su forma violenta.

Otra explicación de tales fenómenos es que los pacientes se causan las heridas a sí mismos, ya fraudulentamente, ya en estado de inconsciencia, durante ataques de sonambulismo. Sin embargo los médicos siempre han tomado las debidas precauciones para prevenir esas causas de error, procediendo muy estrictamente, sobre todo en los tiempos modernos. En ocasiones, el paciente ha sido observado día y noche; en otras, se le han cubierto las extremidades con vendas selladas. El Sr. Pierre Janet colocó el pie de un estigmatizado en un zapato de cobre que poseía una ventana a través de la cual se podía observar la herida sin permitir que nadie la tocara (op. cit. supra).

Fuentes: Enciclopedia Católica, Corazones.org, Mercaba y otras



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A las Santas Llagas de Jesús DEVOCIONES Y ORACIONES

Rosario de las Santas Llagas de Jesús

 

 

Fue nuestro Señor mismo quien enseñó estas invocaciones a una humilde hermana del Monasterio de la Visitación de Santa María de Chambery (Francia), sor María Marta Chambón.

Su vida (1841-1907) echa ya raíces en pleno siglo XX, es un preludio de Fátima, y por tanto, es la última tabla de salvación que el Redentor nos ofrece, junto con la devoción a la Divina Misericordia. Este rosario fue aprobado por el Papa San Pío X… 

 

“El camino de mis Llagas es tan sencillo y fácil para ir al cielo”.
“…Deseo tus súplicas…”
“Todas las palabras que se dicen con motivo de mis Santas Llagas me causan placer, un placer indecible…”
“¡Las cuento todas!…”
“Con mis Llagas ganas mucho y sin fatiga”.
“De mis Llagas salen frutos de santidad”.
“Concederé todo cuanto me pidas con la invocación de mis Santas Llagas”.
“Todo lo obtendrás por mis Llagas, porque es el mérito de mi Sangre, que es de un valor infinito”.
“Con mis Llagas y mi Corazón puedes conseguirlo todo”.
“El que esté necesitado que venga con fe y confianza, que saque constantemente del tesoro de mi Pasión y de los agujeros de mis Llagas”.

más poderosa ejército

 

 

FRUTOS DEL ROSARIO DE LAS SANTAS LLAGAS

Sobre los espléndidos frutos de esta devoción, sólo tomaremos un ejemplo, al azar, recogido en el libro “Las Llagas del Señor”: “En la sala de visitas de un convento y durante la espera, di con un librito que se titulaba “María Marta Chambon – Las Llagas del Señor”. Al hojearlo me entró curiosidad y algunos meses más tarde me hice con él. Gracias a su lectura, a la devoción y al rezo diario del “Rosario de las Santas Llagas”, a pesar de muchos obstáculos y dificultades, hoy soy religioso y sacerdote” (17 de enero de 1984).

Apenas si en la espiritualidad contemporánea alguien ha reparado en la formidable promesa que esconde esta devoción, que se adentra en pleno siglo XX: nada menos que el triunfo de la Iglesia queda vinculado a su práctica. Pero el mismo Señor la previene para que no interprete este triunfo de la Iglesia a la manera en que los Apóstoles interpretaban la restauración de Israel, con esplendor visible.

Se trata de una promesa repetida en muchas ocasiones, como queriendo resaltar la importancia de este triunfo por la perseverancia en la invocación a sus Llagas. “Hija mía, cumple bien tu misión de ofrecer al Eterno Padre mis Santas Llagas, ya que por ellas y por la intercesión de mi Madre Inmaculada saldrá triunfante la Iglesia”.

Pero a la vez le aclara: “En esto no se piensa cuando se pide por el triunfo de la Iglesia … Mi Iglesia no celebrará nunca un triunfo visible”.

Por todo ello, en cierta ocasión la humilde religiosa se quejó al Señor: “¡Ah, Señor, cuánto tiempo hace que me lo vienes prometiendo, pero todavía no se vislumbra el triunfo de la Iglesia!”.

“Hija mía –le contestó el Señor- tenéis que sentiros bien contentos de que no os castigue más … tú detienes mi brazo. Te prometo el triunfo, pero poco a poco …”.

Y de hecho, en otra ocasión, a finales de 1867 le mostró para alentarla la grandísima eficacia de su intercesión para librar al entonces Pontífice Pío IX de la furiosa persecución que sufría entonces la Iglesia en Italia. “El Santo Padre tendrá todavía mucho que sufrir. No habrá paz para él. Pero gracias a la oración podrá mantenerse en la Santa Sede a pesar de todas las insidias” (recordemos los ataques masónicos de Garibaldi contra el Papa por arrancarle los Estados Vaticanos y destruir el Papado).

 

orar por enfermos 

PROMESAS A LAS ALMAS QUE RECEN ESTAS INVOCACIONES

Escuchemos al Divino Maestro:

1. “Debes repetir con frecuencia cerca de los enfermos esta invocación: Jesús mío, perdón y misericordia, por los méritos de tus Santas Llagas. Esta oración aliviará a su alma y a su cuerpo. Muchas personas experimentarán la eficacia de esta aspiración”.
2. “El pecador que dijese la oración siguiente: Eterno Padre, yo te ofrezco las Llagas de nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas, obtendrá su conversión”.
3. “Ofréceme a menudo estas aspiraciones que te he enseñado, para ganarme pecadores, porque tengo hambre de almas”.
4. “Mis Santas Llagas son un bálsamo reconfortante en el sufrimiento”.
5. “Mis Llagas curarán las tuyas”.
6. “No habrá muerte para el alma que descanse en mis Llagas; ellas dan la verdadera vida”.
7. “Las Santas Llagas tienen un poder maravilloso para la conversión de los pecadores”.
8. “Por mis Llagas puedes desarmar mi justicia”.
9. “Mis Llagas cubrirán todas tus faltas”.
10. “Deseo que los sacerdotes den estas aspiraciones de mis Llagas, con frecuencia a sus penitentes en el Santo Tribunal”.
11. “Mis Llagas te salvarán infaliblemente. Ellas salvarán el mundo”.
12. “La oración a las Santas Llagas lo comprende todo”.
13. “El alma que durante su vida ha honrado y aplicado las Llagas de nuestro Señor Jesucristo, y las ha ofrecido al Padre Eterno por las almas del Purgatorio, será acompañada en el momento de la muerte por la Santísima Virgen y los ángeles. Nuestro Señor en la Cruz, resplandeciente de gloria, la recibirá y la coronará”.
14. “Hija mía, cada vez que ofreces a mi Padre los méritos de mis divinas Llagas, adquieres una fortuna inmensa”.
15. “Por mis Santas Llagas puedes merecer y obtener lo que sea conveniente para todas tus necesidades, sin detallarlas”.
16. “Las Santas Llagas dan valor a todo”.
17. “Los que honren mis Llagas tendrán un verdadero conocimiento de Jesucristo”.
18. “Las almas que oran con humildad y meditan mi Pasión, tendrán una participación en la Gloria de mis divinas Llagas, recibirán una hermosura y una gloria deslumbradora”.
19. “Así como hay un ejército levantado para el mal, hay también un ejército levantado por Mí”.
20. “Con estas invocaciones eres más poderosa que un ejército para detener a mis enemigos”.
21. “El rosario de la Misericordia hace contrapeso a mi justicia… detiene mi castigo”.
22. “Es necesario propagar esta devoción”.

 

santasllagas

 

COMO SE REZA ROSARIO DE LAS LLAGAS DE JESÚS

Se reza con un rosario común con la meditación de las cinco llagas en lugar de los 5 misterios.

Al comenzar decimos:
– Oh! Jesús, Redentor Divino, sé misericordioso con nosotros y con el mundo entero.
– Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
– Perdón y misericordia, Jesús mío cúbrenos de los peligros con tu preciosa Sangre.
– Eterno Padre, ten misericordia de nosotros por la Sangre de Jesucristo, tu único Hijo.

En las cuentas del Padrenuestro se dice:
Eterno Padre, yo te ofrezco las Llagas de nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas.

En las cuentas del Avemaría se dice:
Jesús mío, perdón y misericordia: por los méritos de tus Santas Llagas.

Al terminar el rosario se dice tres veces:
Eterno Padre, yo te ofrezco
las Llagas de nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almas.

MEDITACIONES DE LAS LLAGAS

LLAGA DEL COSTADO
Esta primera Llaga, el Señor se la mostró con especial resplandor y belleza. Es el sufrimiento del Corazón de Jesús por la ingratitud de muchos corazones y por esto mismo debemos unir nuestros sufrimientos a los de su Corazón. Por tanto debemos estar dispuestos para que Jesús pueda derramar todas sus gracias en nosotros, así como el sufrimiento que El quiera.
Esta es la Llaga del Amor, de donde salen llamas VIVAS, por esto debemos acercarnos para beber el Amor de allí, y luego extenderlo por todo el mundo. De esta fuente de Amor podremos sacar todo lo que necesitemos; es dulce y exquisista, aprovechemos y acerquemos nuestra mano, para que obtengamos los tesoros que hay escondidos en el Corazón de Jesús. Y si nos falta fe y confianza para ello, pidamos al Señor que tome nuestra mano y la introduzca dentro de sus Llagas, como lo hizo con Tomás

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LA CORONA DE ESPINAS
La corona de espinas significa sufrimiento. Nos cuenta Ana Catalina Emmerick, como aconteció la coronación de espinas: le quitaron a Jesús los vestidos del Cuerpo, cubierto en Llagas, y le pusieron una capa vieja colorada de un soldado, que no le llegaba a las rodillas. Lo arrastraron al asiento que le habían preparado y lo sentaron brutalmente. Entonces le pusieron la corona de espinas alrededor de la cabeza, y la ataron fuertemente por detrás…
Habiéndosela atado, le pusieron una caña en la mano; todo lo hicieron con una gravedad irrisoria…Le quitaron la caña de las manos, y le pegaron con tanta violencia en la corona de espinas, que los Ojos del Salvador estaban innundados de Sangre. Se arrodillaron delante de EL, le hicieron burla, le escupieron a la Cara y le abofetearon, gritándole:»Salve Rey de los judíos!»

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LLAGA DE LA MANO DERECHA
«Enseguida lo extendieron sobre la cruz, y habiendo estirado su Brazo derecho sobre el aspa derecha de la cruz, lo ataron fuertemente, uno de ellos puso la rodilla sobre su Pecho Sagrado, otro le abrió la Mano; y el tercero apoyó sobre su Carne un clavo grueso y largo, y lo clavó con un martillo de hierro. Un gemido dulce y claro salió del Pecho de Jesús; su Sangre saltó sobre los brazos de sus verdugos…»

LLAGA DE LA MANO IZQUIERDA
» Después de haber clavado la Mano derecha del Salvador, los verdugos vieron que la Manos izquierda no llegaba al agujero que habían abierto, entonces ataron una cuerda a su brazo izquierdo y tiraron de él con toda su fuerza, hasta que la Mano llegó al agujero.
Esta dislocación violenta de sus Brazos, lo atormentó horriblemente, su Pecho se levantaba y sus Rodillas se separaban. Se arrodillaron de nuevo sobre su Cuerpo, le ataron el Brazo y hundieron el segundo clavo en la Mano izquierda. Se oían los quejidos del Señor en medio de los martillazos.»

LLAGA DE LOS PIES
Le dice Nuestro Señor a la hermana María Martha:
» Las Llagas de mis santos Pies son como un mar, lleva allí a todos los hombres. Sus agujeros son lo suficientemente grandes para recibir a todos»
Le reveló a Ana Catalina Emmerick, lo que fueron las dolorosas llagas de los Pies: «Los verdugos extendieron sus Piernas y las ataron con cuerdas, pero los Pies no llegaban al pedazo de madera puesto para sostenerlos…Entonces ataron cuerdas a su Pierna derecha, y lo tendieron violentamente, hasta que el Pie llegó al pedazo de madera.
Fue una dislocación tan horrible, que oyó crujir el Pecho de Jesús, que exclamó diciendo: » Oh Dios mío! Oh Dios mío!» Habían atado su Pecho y sus Brazos para no arrancar las Manos de los clavos.
Ataron después el Pie izquierdo sobre el derecho y lo perforaron, primero con una especie de taladro, porque no estaban bien puestos para poderse clavar juntos. Tomaron un clavo más largo que los de las Manos, y lo clavaron, atravesando los Pies y el pedazo de madera hasta el árbol de la cruz.
Esta operación, fue mas dolorosa que todo lo demás, a causa de la dislocación del Cuerpo. Conté hasta treinta martillazos.»

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A las Santas Llagas de Jesús DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones a las Santas Llagas de Jesús

Pues ya andaba mi alma cansada y, aunque quería, no le dejaban descansar las ruines costumbres que tenía. Acaecióme que, entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído allá a guardar, que se había buscado para cierta fiesta que se hacía en casa. Era de Cristo muy llagado y tan devota que, en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y arrojéme cabe El con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle. Santa Teresa de Jesús.

ORACIÓN A LA LLAGA DEL CORAZÓN DE JESÚS

Oh dulcísimo Jesús mío, sea la llaga de vuestro Sacratísimo Corazón mi refugio, mi fuerza y protección contra vuestra justa ira, contra el pecado, y en especial contra el pecado mortal, contra los engaños de la carne, del mundo y del demonio y defensa contra mí amor propio, contra todos los males del cuerpo y del alma.

Sea vuestra llaga sacratísima la tumba donde sepultar mis innumerables pecados, los cuales detesto y aborrezco, echándolos en el abismo abierto de esta santísima llaga, abierta por el amor, para nunca jamás volverlos a ver.

Oh amabilísimo Jesús, por la llaga de vuestro Corazón, concededme una sola gota de esa sangre preciosísima que de él fluye, como prenda de eterno perdón de mis pecados.

En esta llaga profunda, escondedme y guardadme allí como prisionero de amor; allí purificadme, disolvedme, cambiadme en un amante de vuestro Corazón llagado.

Convertidme en otro Corazón de Jesús, para que así no piense, ni diga ni haga nada, sino lo que es de vuestro mayor agrado. Así sea.

SALUDOS A LAS SANTAS LLAGAS DE SANTA MATILDE

Llagas de mi Jesús, os saludo. Os saludo en la omnipotencia del Padre que os ha decretado; en ha sabiduría del hijo que os ha sufrido y en la bondad del Espíritu Santo, que por vuestro medio ha redimido el mundo. Os recomiendo mi alma. Protegedme contra las asechanzas del tentador, en la vida y en la hora de mi muerte. Así sea.

SALUTACIÓN A LA LLAGA DEL HOMBRO DE JESUCRISTO [1]

Oh amantísimo Jesús, Cordero mansísimo de Dios, yo, miserable pecador, saludo y venero la llaga sacratísima del hombro en que llevaste tu pesada cruz, que desgarró tu carne y descubrió tus huesos causándote un dolor mayor que el de cualquiera otra llaga de tu sacratísimo cuerpo. Yo te adoro, oh afligidísimo Jesús: te alabo, bendigo y glorifico, y te doy gracias por esta sacratísima y dolorosísima llaga, rogándote por su excesivo dolor y por el enorme peso de tu cruz, tengas misericordia de mí pecador, me perdones todos los pecados mortales y veniales, y me conduzcas al cielo por el camino de tu cruz. Así sea.

Dios mío, mi único bien y mi todo. Vos sois todo para mi, sea yo todo para vos.

[1] Refieren los anales del Claraval que San Bernardo en cierta ocasión preguntó a Nuestro Señor, cuál era el mayor y el más olvidado de sus dolores, y Nuestro Señor se dignó contestarle: Yo tenía en mi hombro, mientras llevaba mi cruz en la calle de la amargura, una dolorosísima llaga, que me atormentaba más que las otras, y que no es recordada por los hombres, porque no la conocieron. Honra esta haga con tu devoción, y te concederé cualquier cosa que me pidieres por su virtud y mérito. Y en cuanto a todos aquellos que veneraren esta llaga, yo les perdonaré todos los pecados veniales, y jamás me acordaré de sus pecados mortales. (Texto extraído de un folleto).

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