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La agenda del Papa en la Jornada Mundial de la Juventud tendrá marcado tono social

Visitará una favela y recibirá a jóvenes villeros bonaerenses.  

 

Francisco será recibido por millones de jóvenes del mundo entero. Hablará en público en 17 ocasiones, entre discursos y homilías. Visitará a presos, una comunidad carenciada y a tóxico dependientes. Se reunirá con políticos y la presidenta Dilma Rousseff.

 

favela de varginha
Pero lo que más se está destacando es la visita de Francisco a una de las favelas más pobres, sin el glamour de las favelas que dan sobre el mar, donde se sentirá a sus anchas porque también irá un grupo de jóvenes villeros de Buenos Aires llevando una imagen de Nuestra Señora de Luján.

Acorde con el sentido que ha querido dar Francisco a su pontificado desde el comienzo: visitará una favela pobre, irá a un hospital donde se trata a adictos a la droga, muchos de ellos afectados por el sida, y recibirá a jóvenes que purgan penas de prisión.

A continuación, día por día, el detalle de la actividad que desarrollará el Papa en este, su primer viaje apostólico.

Lunes 22

El avión despegará de Roma a las 8:45 (hora italiana) con destino a Río de Janeiro. Lo hará desde el aeropuerto de Fiumicino, como todo vuelo normal, por pedido del Papa, que no quiso que le habilitaran un aeropuerto especial.

A las 16 (hora local) será recibido en el aeropuerto de Río y, una hora más tarde, la presidenta, Dilma Roussef, le dará la bienvenida en una ceremonia en los jardines del Palacio Guanabara. Francisco pronunciará un breve discurso.

Martes 23

Día de descanso en el sitio en el cual se alojará el Papa durante su estadía en Brasil: el Centro de Estudios y Formación de Sumaré, un edificio propiedad de la diócesis de Río, ubicado en las alturas de la ciudad.

Miércoles 24

Francisco se trasladará en helicóptero hasta el santuario de Nuestra Señora de la Concepción de Aparecida (foto), patrona de Brasil, a 240 km de Río, donde llegará a las 9 y media. Luego de venerar a la Virgen, oficiará la Santa Misa a las 10:30, en la basílica local, donde pronunciará una homilía.
Luego almorzará con obispos y seminaristas en el Seminario del Buen Jesús de Aparecida.
Por la tarde regresará a Río de Janeiro para visitar el hospital de San Francisco de Asís de la Providencia, especializado en recuperación de jóvenes drogadependientes.

Jueves 25 

Este será un día dedicado a la ciudad de Río de Janeiro. Por la mañana, el Papa recibirá las llaves de la capital carioca y bendecirá las banderas olímpicas. Brasil es anfitrión de las Olimpíadas 2016.
Esa misma mañana, tendrá lugar uno de los acontecimientos más esperados: la visita a una favela. Será en Manguinhos, en un barrio cuyo control retomó recientemente la policía, donde Francisco será recibido en la Comunidad de reinserción de Varginha.
Por la tarde, a las 18, en el paseo marítimo de Copacabana, frente al mar, tendrá lugar la gran fiesta de bienvenida que los jóvenes participantes de las JMJ darán al Sumo Pontífice. Allí, el Papa pronunciará un discurso.

Viernes 26

A las 10 de la mañana, el Papa confesará a varios jóvenes en el parque de la Quinta de Boa Vista, cerca de su residencia.
A las 11:30 recibirá a algunos jóvenes reclusos en el palacio arzobispal San Joaquín de Río.
Al mediodía rezará el Angelus desde el balcón del mismo palacio arzobispal.
A las 12:15, saludará al Comité organizador de la JMJ y a sus benefactores.
Luego, a las 13, almorzará con un grupo de jóvenes, representantes de los cinco continentes.
A las 18 horas tendrá lugar el Vía Crucis en el paseo marítimo de Copacabana. Allí también dará un discurso.

Sábado 27

El papa Francisco celebrará la Eucaristía con los obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas en la catedral de San Sebastián de Río de Janeiro, a las 10 de la mañana.
A continuación, a las 11:30, se encontrará con empresarios y dirigentes políticos del país en el Teatro Municipal, a los que dirigirá la palabra.
Finalizado ese encuentro, almorzará con los cardenales brasileños, la presidencia de la Conferencia Nacional de los Obispos del Brasil, los obispos de la región y el séquito papal en el refectorio del Centro de Estudios de Sumaré.
A las 19.30 tendrá lugar la gran Vigilia de Oración con los jóvenes en el Campus Fidei (Campo de la Fe) de Guaratiba. Ubicado a 30 km al oeste de Río, es un terreno inmenso, dos veces más grande que el que fue escenario de la misma actividad en la JMJ de Madrid.

Domingo 28

A las 10 de la mañana, el Papa celebrará la Misa de clausura de la XXVIIIª Jornada Mundial de la Juventud, también en el Campus Fidei de Guaratiba. Este es el punto central del viaje.
Al concluir la misa, recitará el Angelus y anunciará el sitio de la próxima Jornada Mundial de la Juventud.
Por la tarde, a las 16 hs, el Obispo de Roma se reunirá con el Comité de coordinación del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) en el Centro de Estudios de Sumaré.
El Santo Padre se despedirá de Sumaré poco antes de las 17 para tener un encuentro con los voluntarios de la JMJ en uno de los pabellones del Palacio de Exposiciones «Rio Centro», desde donde partirá hacia el aeropuerto.
A las 18:30 habrá una breve ceremonia de despedida en el Galeao.
El avión del Papa despegará de Río de Janeiro a las 19 y aterrizará en Roma el lunes 29 de julio poco antes del mediodía.

VISITA DE FRANCISCO A LA FAVELA MANGINHOS

El jueves 25 de julio el Papa visitará esta pequeña favela de Río de Janeiro.

La favela de Manguinhos, donde está la comunidad de Varginha, es un asentamiento en el norte de Río cuyo control retomó recientemente la policía brasileña, en el marco de un plan de «pacificación» en vista al Mundial de Futbol 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Pero según los habitantes, en la zona aún hay traficantes de droga, aunque son más discretos

Está en la denominada «franja de Gaza» carioca, una zona pobre y violenta del norte de la ciudad de Rio de Janeiro. Tanto católicos como evangélicos, lo aguardan con alegría.

«Aquí nadie nos recordaba, sufrimos mucho. El papa es un hombre santo y eso nos va ayudar. Necesitamos más proyectos para los niños», comenta Sonia Curato, una manicura católica de 47 años, mientras asa unas salchichas a la parrilla.

Su pequeña casa, de paredes sin pintar, está ubicada a la entrada de la favela, al costado de la pequeña iglesia Sao Jeronimo Emiliani, donde el papa bendecirá el nuevo altar, antes de dar un discurso frente a entre 25.000 y 30.000 fieles en la cancha de fútbol vecina.

En general, las favelas que atraen a los visitantes internacionales, como deportistas profesionales, políticos, actores o estrellas del espectáculo, son aquellas ubicadas sobre los morros que dominan los barrios ricos, con una hermosa vista al mar. El papa Juan Pablo II visitó en 1980 la favela de Vidigal, situada al borde del Atlántico sur.

El padre Marcio Queiroz, cura de Varginha, considera que la elección de esta favela corresponde a la imagen del nuevo jefe de la Iglesia católica:

«Tal vez se sintió muy identificado con esta favela. Una pequeña comunidad pobre», sin glamour, bien plana y dominada por una vía de tren gris.

«Francisco recorrerá a pie los 200 metros que hay entre la iglesia y la cancha de fútbol. En el trayecto se detendrá en la casa de ocho habitantes, como un padre que visita a sus hijos», explica Everaldo Oliveira (42), responsable del recibimiento del papa en Varginha.

No habrá rejas o defensas en especial, dijeron los organizadores de esa actividad.

En esta favela de mil habitantes viven más o menos la misma cantidad de católicos que evangélicos, según Oliveira. Sin embargo, hay una sola iglesia y una pequeña capilla católica de San Sebastián sin terminar, contra cuatro templos neopentecostales.

Como varias favelas, Varginha vivió estos últimos años un fuerte brote de iglesias evangélicas. Para el Vaticano, la visita del papa a este lugar es una oportunidad para mostrar que no ha abandonado el terreno.

De hecho, los evangélicos abrirán las puertas de sus templos y de sus casas al pontífice.

«Él es diferente, se muestra más humilde con los pobres. Jesucristo vino a la Tierra para esto», asegura Rogerio, un pastor de la Asamblea de Dios que se ocupa de los adictos al crack en la región.

JÓVENES VILLEROS DE ARGENTINA DEJARÁN LA VIRGEN DE LUJÁN EN FAVELA QUE IRÁ EL PAPA

Un grupo de jóvenes de villas argentinas llevará una imagen de la Virgen de Luján para dejar en la favela de Río de Janeiro que visitará el papa Francisco, en el marco del viaje apostólico a Brasil por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Fuentes eclesiásticas confirmaron que los sacerdotes porteños Hernán Morelli y Mario Miceli hicieron contacto con los organizadores en el país vecino para que el «gesto» se realice el jueves 25 de julio, cuando el pontífice será recibido por la comunidad parroquial de Varginha, en el corazón de la favela Manguinhos.

«El reencuentro del Papa con sus jóvenes villeros, a quien Jorge Bergoglio acompañaba espiritualmente siendo arzobispo de Buenos Aires, es por ahora sólo una posibilidad remota, pero trabajamos para hacerla realidad», dijo Miceli.

«La intención es lograr una visita integrada por villeros y afavelados», agregó el sacerdote delegado arquidiocesano de la Vicaría de Juventud para la JMJ.

«Intentaremos llegar hasta Jorge (Bergoglio) y que los chicos puedan reencontrarse con él, pero todo dependerá del Comité Organizador en Río».

No obstante, confirmaron que dejarán en la comunidad de Varginha una imagen de la Virgen de Luján, réplica de la que el Papa tiene en la casa Santa Marta, donde reside en el Vaticano.

Los sacerdotes porteños dijeron que, de no ser posible ese encuentro con el Papa, jóvenes de la arquidiócesis llevarán otra imagen de la Virgen para dejar en la catedral de San Sebastián, en Río, después de la misa que presidirán el lunes 22 los obispos argentinos que acompañarán a las delegaciones juveniles nacionales.

Asimismo, destacaron que una tercera imagen mariana de carácter «peregrina» se intentará dejar en la residencia Sumaré, donde el Papa residirá durante su estadía en la ciudad carioca, para luego traerla de regreso a Buenos Aires.

«Es para que la Virgen de Luján, de la que es devoto, le haga compañía durante su estadía en Brasil», explicó Morelli.

Fuentes: Valores Religiosos, Los Andes, Signos de estos Tiempos

 

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El programa de re inserción de ex pandilleros más exitoso de occidente creado por un sacerdote [13-06-16]

Programa social y negocio rentable.
Todo comenzó hace 25 años cuando, ante la constatación de que muchos jóvenes se perdían entre los vicios propiciados por las pandillas, el padre Greg Boyle, s.j. (a quien los jóvenes llaman «Father G») se dio a la tarea de ayudar y sacar adelante a los muchachos, especialmente latinos, con un modelo de negocio rentable para mejorar la situación de violencia en que vivían los ex pandilleros.

 

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Desde la creación de Homeboy Industries, el objetivo fue hacer dinero: generar ganancias para poder dar ayuda a pandilleros arrepentidos en Los Ángeles. Se lo considera un plan modelo.

Unos 50 empleados rotan en los mesones donde se amasan, rellenan y moldean panes y galletas.

Cuando Herb Fingerhut asumió su cargo de director de operaciones de una panadería, tenía por delante algunos desafíos aparentemente sencillos: lograr que sus trabajadores se cubrieran el cabello con redecillas, que ajustaran los tiempos de producción, que se acostumbraran a marcar tarjeta a la llegada y a respetar los turnos del almuerzo.

Pero la misión era mucho mayor: se trataba de conseguir que expandilleros y delincuentes que habían integrado bandas rivales en las calles convivieran ahora en armonía. Y, como si ello fuera poco, que hicieran que el negocio diera ganancias.

La panadería de Fingerhut es, en realidad, un programa de reinserción de pandilleros que se considera modelo a nivel mundial: el más grande de Estados Unidos y el más duradero de Los Ángeles, la ciudad que, a mediados de los ’80, se había ganado la dudosa reputación de “capital pandillera” del país.

Allí -en una zona neutral del centro angelino pero muy cerca del East LA que supo cobijar a más de 1.300 bandas, según un conteo de las autoridades locales- nació Homeboy Industries.

“Empezamos a trabajar con la diversificación de la línea de panes. Lo que tenemos es una panadería artesanal totalmente profesional donde las personas que pasan por un entrenamiento quedan luego en capacidad de conseguir un trabajo y ganarse la vida”, dice a BBC Mundo el director de operaciones, un experto en marketing criado en una familia polaca con más de cien años de experiencia en pastelería.

Unos 50 empleados rotan en los mesones donde se amasan, rellenan y moldean panes y galletas. Otros se ocupan de llevar los productos a los más de 25 mercados del sur de California donde venden directo al público, a otros les toca la distribución a hoteles y restaurantes.

“Nuestra meta es un cliente nuevo a la semana. Y una facturación de diez millones de dólares”, afirma Fingerhut, que indica que han superado la marca de US$1,5 millones.

“FATHER-G”, LÍDER

La receta lleva 25 años de maduración: este abril, Homeboy festeja el cuarto de siglo como programa antipandillas y, según sus responsables, ha atendido a un promedio de 15.000 jóvenes al año que llegan en busca de ayuda.

La longevidad y el volumen del proyecto, sin embargo, no explican por completo por qué Homeboy atrae la mirada de académicos y activistas: desde el comienzo fue pensado como un programa de ayuda, sí, pero uno que debía garantizar cierta rentabilidad para conseguir fondos que ayudaran a su operación.

Así, esta organización sin fines de lucro se convirtió en un negocio –o varios- que dan mucho dinero. “Nada es tan efectivo para detener una bala como un empleo”, dice su eslogan.

La idea y la ejecución tienen un primer responsable, un hombre que ha adquirido estatus de celebridad entre participantes del programa y colaboradores: Greg Boyle.

Este sacerdote jesuita, fundador del emprendimiento, sigue siendo su motor: cuando “Father-G”, “G-Dog” o simplemente “G”, como lo apodan, está en la casa de Homeboy, su día es una sucesión de reuniones de cinco minutos con todos lo que hacen fila para verlo. Son muchos. Un salón lleno de rostros tatuados, brazos con marcas, cuerpos curtidos.

El resto del tiempo Boyle lo pasa viajando. Da cursos y charlas, es consultor de gobiernos y legislaturas, miembro del Concejo Nacional contra las Pandillas, integrante del grupo transnacional impulsado desde Los Ángeles para ayudar al proceso de pacificación entre maras en El Salvador.

“Cuando empezamos era el peor momento de violencia en Los Ángeles, con casi 1.000 homicidios (anuales) relacionados con pandillas en 1992. Desde entonces ese número se ha reducido a la mitad, y luego a la mitad… en gran medida gracias a este programa, que ayudó a cambiar la manera en la que se pensaba la intervención”, dice Boyle, de 58 años y tupida barba blanca, en diálogo con BBC Mundo. (Y las estadísticas lo apoyan: las cifras del alguacil del condado de Los Ángeles indican que en 2012 hubo 105 homicidios vinculados con la actividad pandillera).

DIVERSIFICAR INGRESOS

Fue en 1992 que el sacerdote creó la panadería. Luego vino un restaurante a la calle, un servicio de catering, mermeladas, una línea de tortillas propia que compite en el supermercado con las grandes marcas y tiene hasta su salsa para acompañar.

“El café, que se llama Homegirl, lo abrimos hace nueve años pero la idea estaba desde el principio, era sólo cuestión de tener los fondos. Y la razón detrás era darle una salida a las mujeres en peligro, sea porque ellas mismas integraban pandillas o porque estaban en situación de riesgo por sus parejas o familiares”, relata Patricia Zárate, una mexicana que supervisa la operación desde el día en que el café inauguró.

Desde entonces, han abierto otro en el edificio de la alcaldía y en la terminal internacional del aeropuerto de Los Ángeles.

Y hay más: Homeboy Silkscreen es un taller de estampado de ropa, que ofrece servicios de personalización de camisetas a terceros (y cobra, claro, por los servicios) y fabrica su propia línea de indumentaria. Algunas prendas, como bolsos y remeras, se consiguen en tiendas de diseño de Los Ángeles: se han vuelto un objeto de moda.

“Tratamos de buscar el revenue (ganancia) porque eso se inyecta de regreso a la organización. Sí funcionamos como un negocio: proveemos servicios, tenemos metas y presupuestos, competimos con los negocios locales. Los clientes pueden venir una vez por el fin social que hay detrás, pero vuelven sólo si el producto es bueno”, dice Zárate a BBC Mundo mientras ojea una bandeja gigante de tamales listos para hornear.

POR UN TIEMPO

Desde el punto de vista estrictamente económico, muchos critican que la producción en Homeboy está lejos de estar “optimizada”.

Hay más empleados de los necesarios (“tenemos que tener gente para cubrir cuando otros se van a sesiones de terapia o a estudiar, que es parte del programa”, dice Zárate). Quienes terminan su entrenamiento son impulsados a buscar trabajo con otro empleador, en lugar de poner los conocimientos avanzados al servicio de la compañía que los formó.

“No podemos olvidarnos por qué estamos haciendo todo esto, aunque atendamos también a las ganancias”, confirma Rubén Rodríguez, a cargo del taller de estampado textil y bordado que factura más de US$1 millón al año desde hace siete periodos contables.

Para los beneficiarios, el entrenamiento temporal es una tabla de salvación. Así lo dicen: hablan de cómo Father-G los rescató, de las ventajas de aprender disciplina y reglas de conducta entre pares, de cómo en breve deberán salir al mundo real y allí no habrá concesiones

“Tengo una niña y ahora quiero ser mejor mamá, quiero mantenerla a ella y mi independencia. Aquí aprendí a trabajar con gente y a ser muy amable”, dice Pamela Díaz, de 28 años y mesera en el café de la organización.

“Yo aprendí a hacer negocios, no sabía conducirme frente a la gente ni comunicarme ni hacer relaciones de trabajo. Mi objetivo ahora es convertirme en vendedor y comerciante senior para tener más oportunidades”, indica por su parte Mario McDonald, quien trabaja en los mercados.

Para el padre Boyle, las celebraciones del 25° aniversario son una ocasión para seguir en una cruzada, la del dinero. Conseguir sponsors y donaciones que sostengan a las Industrias Homeboy porque, pese al éxito relativo de sus líneas de negocios, los fondos no alcanzan.

“Pero queremos que, en un futuro, los ingresos que generamos representen al menos la mitad del costo de nuestras operaciones. Por ahora cubrimos un tercio. Vamos poco a poco”, dice el jesuita.

Fuentes: El Comercio, Info Católica, Signos de estos Tiempos

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