El argumento central para reprimir la moral cristiana.
Nos hemos encontrado mas de una vez con católicos que dicen que no leen más cuando otros católicos hablan del matrimonio gay, porque están cansados del tema. Sin embargo el tema del matrimonio homosexual excede ese hecho puntual y se ha transformado en un totalitarismo que impide a los disidentes, los católicos en este caso, expresar cualquier tipo de desacuerdo públicamente.
Lo que esta sucediendo con la “rebelión homosexual” encaja con lo que describió Goerge Orwell en su obra de 1945, “Rebelión en la Granja”, en la cual los animales de la granja se rebelan contra los humanos y toman el poder, pero con el tiempo, una parte de ellos, los cerdos, se van apoderando de la rebelión y termina con las escena del resto de los animales mirando por la ventana hacia adentro de la casa a los cerdos cenando, y les ven ya casi cara de humanos.
RECORDANDO LOS SUCESOS
Brendan Eich renunció como Director Ejecutivo de Mozilla, el fabricante del navegador Firefox, el 3 de abril. Eich es un programador de talento que inventó el lenguaje de programación JavaScript para Internet y que co-fundó la compañía Mozilla. Después de menos de dos semanas al frente de la compañía, se vio obligado a dimitir por el furor de Silicon Valley respecto a una donación de 1.000 dólares que hizo en 2008 a la Proposición 8 de la ley de California, que define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. Ver aquí.
Aunque Eich no es católico, el ex director de tecnología ha sido etiquetado con la lista usual de términos de los partidarios del matrimonio homosexual: intolerante, odioso, homofóbico. Incluso aún después de una declaración de Eich jurando proteger y consagrar los beneficios a los que se identifican como LGBT [lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer] en Mozilla y de continuar haciendo el entorno de apoyo e incluyente.
Sin embargo, Eich no se retractó o se disculpó por sus puntos de vista personales o de su donación pasada, por lo que un gran número de voces en el negocio de la tecnología han pedido su renuncia. Un sitio web de citas populares, OkCupid, lanzó una protesta instando a los usuarios a no utilizar el navegador Firefox, porque el nuevo líder de Mozilla «es un oponente de la igualdad de derechos para las parejas homosexuales» y «trata de negar el amor». Muchos de los propios empleados de Mozilla salieron a Twitter y blogs para expresar su decepción con las opiniones de Eich también. No mucho después, Eich renunció bajo la presión de la junta. Esta es la primera destitución pública que gira en torno al debate del matrimonio, y establece un precedente terrible.
En este escenario, los católicos de todo el mudno, no solo los norteamericanos, deben estar en pie de guerra, porque lo que está en juego aquí es la libertad de trabajar y mantener puntos de vista ortodoxos al mismo tiempo.
LAS TÁCTICAS DE INTIMIDACIÓN
Owen Thomas, editor de Valleywag, un sitio de chismes de Silicon Valley, emitió la siguiente declaración vituperante:
«Usted ya ha dicho que no va a traer ninguna creencia excluyente personal al lugar de trabajo, pero sus acciones en 2008 no fueron personales o privados. Fueron actos públicos de expresión, por lo que debe rendir cuentas ahora. No se limitó a expresar un punto de vista personal sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo; ha intentado persuadir a otros para apoyar su punto de vista».
Esta es una reprimenda terrible sobre el ejercicio de la libertad de expresión de Eich, que incluye la acción política. Thomas implica que las personas pueden pensar pensamientos «inaceptables» y mantener esos puntos de vista, pero que no está bien decirlo públicamente porque se entraría en el juego de convencer a otros de estos pensamientos.
El problema con esta afirmación es la siguiente: que los seres humanos tenemos creencias, porque las encontramos razonables. Si las encontramos razonables y dignas de celebración, es natural que nostros queramos compartir nuestros puntos de vista con los demás. Por supuesto el desacuerdo es parte de la vida, como lo es compartir nuestras creencias. Prohibir la el intercambio y el debate es prohibir el propio pensamiento humano.
Y peor aún es suponer que hacer un acto público de expresión de su posición, como por ejemplo una donación para una causa, es un acto militante y confrontacional con la opinión contraria.
Thomas cree que puede hacer una distinción entre «expresar» privadamente una visión personal y tratar de convencer a los demás de la misma. Eso es absurdo. Cualquier persona preocupada por el libre pensamiento, y los católicos en particular, deben estar muy alarmados ahora por su libertad de pensar y expresar creencias que son contra-culturales.
EL DOBLE DISCURSO DE MOZILLA
La Corporación Mozilla emitió también algunas declaraciones confusas en cuanto a la renuncia de Eich. Su comunicado dice,
«‘Nuestra cultura organizacional refleja la diversidad y la inclusión. Damos la bienvenida a las contribuciones de todos, independientemente de la edad, la cultura, el origen étnico, el género, la identidad de género, idioma, raza, orientación sexual, situación geográfica y puntos de vista religiosos. Mozilla apoya la igualdad para todos».
Pero la compañía está tomando claramente la posición de que no empleará, en posiciones de liderazgo, a personas que ocupen públicamente puntos de vista ortodoxos cristianos o musulmanes sobre el matrimonio gay.
«De acuerdo o en desacuerdo, ellos deben tener el valor de decirlo».
Las declaraciones de Mozilla han sido más que un ejercicio de doble lenguaje, diciendo una cosa mientras que significan lo contrario. Su compromiso con la «diversidad» implica claramente el nuevo fenómeno de que la diversidad sexual es más importante que los otros tipos de pensamiento. Todo pensamiento que contradiga, aunque sea indirectamente la diversidad sexual, es satanizado y reprimido duramente.
La máxima orwelliana «algunos son más iguales que otros» suena en voz muy alta a través de este comunicado. El despido de Eich envía un fuerte mensaje a los católicos y de cualquier persona que se opone a las mentalidades culturales que prevalecen sobre el matrimonio. Si no somos capaces de hablar ahora nos va a suceder como les pasó a los animales que Orwell imaginón, no a los cerdos.
SER CAPACES DE RESISTIR
La atracción del mismo sexo hace unos años, era poco más que una cuestión marginal. Ahora es la ortodoxia social que supone sanciones sociales y profesionales si no se cumple a pie juntillas.
Los defensores del matrimonio gay que sellaron el destino de Eich no parecen reconocer que una persona puede oponerse al matrimonio gay sin ningún odio o mala voluntad de las personas que sufren atracción del mismo sexo.
La etiquetas de «fanático» y «homofóbico» son tan eficaces hoy que la mayoría de la gente apoya el matrimonio gay con un deseo genuino de ser moral y estar en el «lado correcto de la historia.» Mientras que apoyar el matrimonio tradicional se agrupa injustamente con el racismo y el sexismo.
Pero no hay nada odioso o intolerante sobre el apoyo al matrimonio tradicional. Ahora es el momento para que los católicos expresen la verdad sobre el matrimonio porque en la medida que pasa el tiempo las represalias van a crecer.
Los puestos de trabajo de los católicos y su legítima posición en la esfera pública pueden pronto depender de ello. Eso ya le sucedió a Brendan Eich.
Fuentes: Aleteia, Signos de estos Tiempos