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Mientras Rusia vive un clima fanatismo nacionalista, los ortodoxos rusos la tienen complicada

Consecuencias de la anexión de Crimea por Rusia.

 

En Rusia se ha desatado un clima de fanatismo nacionalista luego del referendum de Crimea y de las declaraciones de Putin apelando a la “Gran Rusia”, que ha creado internamente la persecución de quienes no siguen el juego. Pero mientras Putin presiona para incrementar el nacionalismo y así justificar su política, a la Iglesia Ortodoxa Rusa, que apuntala espiritualmente al régimen, se le diluye la posibilidad de seguir manteniendo el liderazgo dentro del mundo ortodoxo.

 

Putin y Patriarca Kirill

 

Esta tendencia seguirá creciendo porque el fuego es atizado por las sanciones recíprocas entre Rusia y Occidente, las noticias sobre los movimientos bélicos, la posibilidad de la secesión de otras provicias de Ucrania, como Kherson, y las actitudes ambiguas dentro de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

NUEVA PROVINCIA DE UCRANIA EN EL JUEGO DE IMPULSAR UN NUEVO REFERÉNDUM DE SECESIÓN

Ahora los ucranianos en Kherson, la provincia al norte de la península de Crimea, están empujando a votación por la secesión de Ucrania.

La provincia tiene una población de habla rusa enorme, y su voto podría ir en contra de Kiev como lo hizo el referéndum en Crimea. Además de un gran impulso de los políticos rusos étnicos, la propuesta en Kherson podría ser impulsada por la presencia de soldados rusos, manifestantes pro-Moscú y el tipo de propaganda por la cual Ucrania acusó a Moscú de participar en Crimea antes de la votación.

«No vamos a permitir que el país se divide aún más», dijo Mykola Mikolayenko, el alcalde de la ciudad capital de la provincia, en una reunión del consejo de la ciudad

«Si los concejales pro-Rusia quieren que Kherson se una a Rusia, mejor que piensen de nuevo. No será tolerado. Esto es traición».

Pero la gran mayoría de los residentes de la provincia de Kherson son de habla rusa, con el ucraniano surzhik (una mezcla de ruso y ucraniano) que se habla en las zonas rurales. Casi tres cuartas partes de la población de 1,2 millones se identifican como ucranianos y el 20 por ciento se consideran rusos, de acuerdo con estadísticas oficiales. Aún así, con la ampliación de la división étnica y la voluntad de Rusia de participar, no está claro cómo podría ir una votación.

Kherson es clave en el conflicto que se desarrolla porque vincula a Crimea con el continente por ferrocarril y carretera, y proporciona a la península impugnada la mayor parte de sus alimentos, agua potable y electricidad.

PROBLEMAS PARA LA IGLESIA ORTODOXA RUSA

Cuando el pasado 17 de marzo el presidente ruso Vladimir Putin dirigió al Parlamento federal su apasionado discurso sobre la defensa de la Gran Rusia, para justificar la anexión de la Crimea, las miradas de los presentes de las primeras filas vieron una ausencia con preocupación, se notaba la falta de la tiara blanca del patriarca Kirill. Sólo dos filas atrás estaba el sombrero de su vicario, el anciano metropolita Juvenaliy, enviado para representar a la Iglesia patriarcal, cuya bendición era indispensable para confirmar la necesaria reapropiación de la «tierra santa» de Crimea.

La ausencia de Kirill fue justificada por su portavoz con inciertas referencias a su estado de salud (pero resulta que el día anterior había presidido una larga celebración) y al devoto silencio cuaresmal (que también debería valer para Juvenaliy).

En realidad la falta bendición de Kiril demuestra el disgusto extremo del Patriarcado de Moscú frente a la crisis ucraniana, que puede sacudir también los cimientos de las mismas instituciones eclesiásticas, y echar por los aires las perspectivas de desarrollo que con tenacidad Kirill ha cosntruido en los últimos años. Parece que Putin, esta vez, fue demasiado lejos también para sus padres espirituales.

Kirill no es que no sea patriota. Es más, él es uno de los principales custodios y propagandistas. Kirill expresa la reencarnación del modelo llamado «josifiliano» – alusión al monje Josif de Volokolamk que en 1500 creó la idea de la Iglesia «constitutiva del Estado», una de las expresiones favoritas del actual patriarca, ideal realizado luego por el zar Iván el Terrible, que es la verdadera figura de referencia de su actual sucesor Putin.

Sin embargo hoy, mientras el 95% de los rusos de Crimea aprueba con entusiasmo el retorno a la madre Rusia y la mayoría de los rusos se enorgullece por la demostración de fuerza que el país opone a Occidente, el Patriarca se retira y se cierra en un ascético silencio.

¿Y ahora qué sucederá? ¿Se creará en Ucrania una [otra, ya hay dos] Iglesia [ortodoxa] independiente de Moscú?

¿Qué hacer con la misma diócesis de Crimea, que ahora se convirtió en rusa a nivel civil? ¿Pasará directamente bajo el Patriarcado de Moscú? ¿Y si Kiev no estuviese de acuerdo?

Ucrania a nivel eclesiástico expresa casi la mitad de las parroquias de todo el Patriarcado de Moscú (13.000 parroquias ucranianas frente a las 15.000 rusas).

Cerca del 60% del clero del Patriarcado de Moscú es de Ucrania, incluyendo numerosos obispos que trabajan en la propia Rusia.

En Ucrania además surgieron diversas tentativas de independencia autonomista, que quisieran la completa auto-acefalía y la independencia del Patriarcado de Moscú. Por otro lado la sede de Kiev es históricamente la originaria, de la cual Moscú se separó sólo en 1589.

La Iglesia de obediencia moscovita arriesga en aparecer a los ojos de los ucranianos como la «iglesia invasora», lo que daría aire nuevo al retomar la autoridad de la otra iglesia ortodoxa que hay en Ucrania, la Iglesia Ucraniana Independiente, del Patriarca Filaret Denisenko, hoy debilitada pero aún numerosa.

Sin contar está la Iglesia Grecocatólica del arzobispo mayor Svyatoslav Sevchuk, que tiene su bastión de Ucrania occidental y que ha apoyado las protestas del Maidan y la revolución de hecho en Kiev.

Kirill teme también perder su posición dominante en la entera comunión ortodoxa, que en 2016 se reunirá en Fanar [la sede del Patriarcado de Constantinopla] para el gran Concilio Panortodoxo, el primero de toda la historia milenaria de la Ortodoxia.

Actualmente Moscú representa el 70% de todos los ortodoxos del mundo; si su jurisdicción fuese dividida a mitad, se arriesgaría a terminar siendo otra minoría.

Esto, de hecho, podría ser la tumba de todas las ambiciones de la Ortodoxia rusa de guiar el mundo cristiano en contraposición (o al menos a la par) con el Papa de Roma.

Fuentes: Fox News, Asia News, Signos de estos Tiempos

 

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Fortalecimiento de las relaciones Rusia – Irán – China favorece la bomba atómica iraní

Los planes religiosos apocalípticos de Irán favorecidos.

 

La crisis entre occidente y Rusia en torno a Ucrania y Crimea ha afectado un área especialmente sensible como la de los intentos de frenar que Irán consiga la bomba nuclear, y le ha dado a este poder musulmán un respiro en su autonomía, con lo cual el mundo se está volviendo más inseguro por motivos indirectos al conflicto ucraniano.

 

ataque de israel a iran

 

Y como se ha dicho (ver aquí, aquí, aquí) el objetivo de Irán se desarrolla a través de coordenadas religiosas, porque su escatología (chiita) cree que está por llegar el Mahdi, el último profeta, para establecer el reinado mundial del Islam, y que su misión es generar las condiciones de conflicto necesarias para que éste aparezca. Y en este sentido, un Irán con la bomba atómica es realmente un problema mayor para la humanidad.

Un hecho favorable a esto es que Rusia, la República Islámica del Irán y China han fortalecido los lazos geopolíticos para crear un frente unido después que el presidente Vladimir V. Putin reclamó Crimea como parte de Rusia y después de que el gobierno local de Crimea aprobó un referéndum para separarse de la península de Ucrania.

EL FORTALECIMIENTO DE LA RELACIÓN RUSIA-CHINA-IRÁN Y LAS CONSECUENCIAS NUCLEARES

El enfrentamiento ruso-estadounidense sobre Ucrania ha hecho a estas tres naciones más unidas en el intento de crear un nuevo polo de poder, contrarrestando y resistiendo a Occidente – en particular los Estados Unidos – en la región y más allá.

La semana pasada, la estatal Press TV de Irán anunció que Putin y el presidente iraní, Hassan Rouhani acordaron que Moscú construiría dos centrales nucleares adicionales para Teherán, así como la construcción de nuevas instalaciones junto a la planta de energía de Irán en la ciudad de Bushehr. Cada planta ofrecerá a la República Islámica 1.000 megavatios de energía y ayudará a la República Islámica a la eliminación de su dependencia del petróleo también.

Desde la crisis de Ucrania, el jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán (AEOI), Ali Akbar Salehi, ha señalado en reiteradas ocasiones que la República Islámica de Irán está dispuesta a continuar su cooperación mutua con Rusia respecto a sus instalaciones nucleares e intereses estratégicos. China, que sigue en general la política exterior de Rusia en lo que respecta al programa nuclear de Irán, no se opuso a los recientes movimientos. Por otro lado, no ha habido un fuerte liderazgo de Occidente, en particular de la administración Obama, para condenar o detener tal movimiento.

La República Islámica se está beneficiando de la crisis de Ucrania, porque encuentra a Rusia acercándose hacia Teherán para reforzar su profundidad estratégica en la región con el fin de obstruir objetivos occidentales. Putin y el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, están tratando de restablecer su prestigio regional e internacional herido desafiando a Occidente. Además, Jamenei, Rouhani y su equipo nuclear se están aprovechando de esta crisis sintiendo menos presión para hacer concesiones en las negociaciones nucleares actuales.

Rouhani dirigió a los administradores provinciales y funcionarios de la provincia de Bushehr señalando,

Nuestra primera planta de energía nuclear está activa en la provincia (Bushehr) en la que se desarrollará, si Dios quiere… En base a nuestras estimaciones, la segunda central nuclear se construirá en la misma provincia, y espero que podamos utilizar las facilidades de esa provincia.

Sallehi desafiante declaró:

No tenemos la obligación de presentar a la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) las instalaciones nucleares que vamos a construir en el futuro y sólo 180 días antes de la entrada de sustancias nucleares allí vamos a informar a la AIEA de ellas.

Irán y el P5 +1 (EE.UU., Rusia, Francia, China, Gran Bretaña y Alemania) comenzaron sus negociaciones diplomáticas esta semana para avanzar en la disputa nuclear, que tiene como objetivo crear un acuerdo duradero para resolver definitivamente la vieja disputa nuclear, la prevención para que la República Islámica obtenga una bomba atómica y, posiblemente, evitar la amenaza de una nueva guerra en el Medio Oriente. El acuerdo nuclear provisional expira el 20 de julio y el P5 +1 apunta a un acuerdo sobre un amplio antes de esta fecha.

MÁS LIBERTAD PARA LOS PLANES DE IRÁN

Varios diplomáticos occidentales y analistas políticos afirman que la confrontación ruso-estadounidense no va a socavar la búsqueda de un acuerdo nuclear final sobre la actividad atómica de Irán o el desafío nuclear de Teherán, sin embargo, este punto de vista idealista parece ser poco realista.

Aunque Rusia y China acordaron reunirse de nuevo para las conversaciones nucleares y celebrar reuniones durante la crisis de Ucrania, este acto no significa necesariamente que vayan a estar de acuerdo con los términos de Occidente para el acuerdo nuclear final. Ellos van a utilizar estas conversaciones nucleares como palanca geopolítica y estratégica para empujar con fuerza para su propia agenda política y estratégica en las conversaciones nucleares.

En otras palabras, Rusia y China van a afectar los detalles del acuerdo final y matices que se están negociando, incluyendo la cantidad de centrifugadoras que Teherán puede retener, el nivel en el que se les permite enriquecer uranio, la preservación del reactor de plutonio en Arak (Fordow), y el alcance de los inspectores de vigilancia de la OIEA de las instalaciones nucleares.

Mientras las tensiones entre EE.UU. y Rusia continúan, Moscú va a ser mucho menos estricto sobre el programa nuclear de Irán. Mientras que las potencias occidentales intentan disminuir significativamente la escala y reducir las centrifugadoras de Teherán de aproximadamente 20.000 a unos pocos miles, Moscú ha sido mucho más indulgente, señalando que está dispuesto a aceptar un acuerdo final con Teherán conservando la mayor parte de su infraestructura nuclear, con casi 20.000 centrifugadoras. Beijing ha tomado la misma posición.

La crisis de Ucrania ha remitido a Beijing, Moscú y Teherán con una nueva plataforma para establecer aún más su profundidad estratégica y se presentan como actores políticos influyentes en la región. A medida que el enfrentamiento Occidente-Rusia hierve a fuego lento, a las potencias occidentales les resulta mucho más difícil de lograr apoyo de Moscú a los términos específicos que desean en el acuerdo nuclear final.

Si bien la crisis de Ucrania mueve a los líderes rusos más cerca de sus homólogos iraníes, Teherán siente menos presión para hacer concesiones también. El acuerdo final será probablemente mucho menos estricto sobre las actividades nucleares de Irán, el número de las centrifugadoras que puede retener, y el nivel de enriquecimiento de uranio que persiguen.

Fuentes: Front Page Magazine, Signos de estos Tiempos

 

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Por qué los católicos son perseguidos por los rusos en Ucrania y Crimea

Aunque Putin se declara protector universal de los cristianos.

 

Una de las cosas que ha llamado la atención en los sucesos de Ucrania y Crimea son las denuncias de las iglesias en comunión con Roma sobre la persecución rusa, a pesar de que el presidente Putin ha hecho campaña para construirse una imagen de protector de los cristianos, frente a un occidente laicista. En cambio el Patriarcado Ruso de Moscú no solo se ha alineado con la poítica rusa, sino que ha sido un soporte de ésta. Y en esta diferencia está la explicación.

 

mapa de ucrania por zonas

 

El politólogo y autor católico Geroge Weigel ha interpretado la situación como el resurgimiento del poder ruso imperial, que ha tenido una alianza histórica con la Iglesia Ortodoxa Rusa, cualquiera que fueran los poderes zaristas de turno a través de la historia. 

Sin embargo, y para equilibrar la interpretación, también hay que decir que la Iglesia Católica romana ha sido un soporte fiel a occidente, en especial podemos ver el papel que jugó Juan Pablo II en la caída del Muro de Berlín.

De modo que acá estamos frente a alineamientos políticos históricos que separan a los cristianos. A pesar de que occidente tenga actualmente una política de maltrato hacia el catolicismo, las viejas alianzas siguen funcionando, y quizás la próxima visita de Obama a Francisco pueda retocar en algo la persecución de los católicos en occidente, en virtud de la amenaza creciente de Rusia.

CATÓLICOS UCRANIANOS EN SITUACIÓN DE TOTAL PERSECUCIÓN EN CRIMEA

Sacerdotes en Crimea han sido acusados ??de ser «agentes del Vaticano» y de servir en el ‘Ejército SS’ por los partidarios de la unión con Rusia.

Desde que el presidente de Rusia firmó el proyecto de ley para anexar Crimea, la Iglesia greco-católica de Ucrania en la península (en comunión con Roma) ha experimentado lo que un oficial de la Iglesia llama «persecución total.»

«En este momento toda la vida católica griega ucraniana en Crimea está paralizada» dijo a ACI Prensa el 18 de marzo del Padre Volodymyr Zhdan, canciller de la eparquía Stryi en el oeste de Ucrania.

En referencia a los secuestros de tres sacerdotes católicos griegos de Ucrania en Crimea por las fuerzas pro-rusas, el padre Zhdan destacó que uno de esos casos se podría llamar un error, pero que «múltiples secuestros no son un accidente.»

Además de las detenciones en Crimea, varios otros problemas en las iglesia católica griega de Ucrania en todo el país se han reportado en los últimos días.

De acuerdo con el Servicio de Información Religiosa de Ucrania, un cable eléctrico importante de 130 pies fue robado de una pequeña capilla en la región de Kherson en el norte de Crimea el fin de semana. El 15 de marzo, una parroquia en Kolomyya fue destrozada, y otra en Dora fue quemada, según se informa en un incendio provocado. Ambas parroquias dañadas se encuentran en la región de Ivano-Frankivsk, en la frontera con Rumania, en el oeste de Ucrania.

En Crimea, el clero ha recibido amenazas telefónicas y mensajes. En la casa de un sacerdote detenido, fue dejada una nota que decía que esto debería ser «una lección para todos los agentes del Vaticano».

«Esto no es nuevo», dijo el Obispo Vasyl Ivasyuk, quien se desempeñó como exarca de Odesa-Krym del 2003 al 2014.

«Durante la época soviética, siempre nos acusa de ser agentes del Vaticano. Por supuesto que no todas las personas en Crimea piensan que somos espías, pero existe un grupo de pro-ruso muy activo allí que lo hace».

La Iglesia católica griega ucraniana fue duramente perseguida durante la era soviética, se consideró ilegal y operó por completo en la clandestinidad hasta 1989.

«La Iglesia salió de los subterráneos 25 años atrás, después de haber sido la iglesia ilegal más grande en el mundo durante 45 años antes», dijo el Obispo Boris Gudziak, eparca de París.

«La UGCC fue el mayor cuerpo social de oposición a la ideología soviética y el sistema totalitario. Era completamente ilegal, pero en las catacumbas era espiritualmente libre, porque no estaba colaborando».

El Obispo Ivasyuk confirmó que

«Muchos en Crimea respetan a la UGCC por no tomar parte en las elecciones, y permanecer fuera de la política», dijo. «Nuestros sacerdotes no se postulan para un cargo político, y esto les ha concedido una especie de autoridad moral.»

EL SOPORTE DE LOS ORTODOXOS RUSOS A PUTIN

En una conversación acerca de la ortodoxia rusa hace como una docena de años, una famosa fuente, que sólo puede ser citado off-the-record, el Principal Oficial del Vaticano, le dijo a George Weigel: «Ellos sólo saben ser capellán del zar, sea quien sea».

Dice Weigel:

Tal aspereza reflejaba la profunda frustración por el Patriarcado Ortodoxo Ruso que continuaba la grosería de Moscú (algunos dirían, crueldad) a Juan Pablo II y su mala costumbre de arrojar arena en los engranajes del diálogo internacional ortodoxo-católico. 

Y mi interlocutor seguramente sabía que había excepciones a la regla… Sin embargo, también hubo duras verdades en el comentario del Alto Oficial del Vaticano. La Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR) ha sido esclavizada por el poder político durante siglos, y su historia del siglo XX fue particularmente infeliz. 

Respecto a la releción con el poder soviético Weigel afirma:

Los bolcheviques odiaban a los sacerdotes piadosos, por lo que Lenin y sus sucesores aplastaron despiadadamente la auténtica vida religiosa Ortodoxa Rusa – la expresión de una gran tradición espiritual y teológica – donde pudieron, y la lista de los mártires de la IOR del comunismo es larga y noble. Después de Stalin rehabilitó a la IOR en su campaña para apuntalat el nacionalismo ruso después de la invasión alemana de junio de 1941, el liderazgo de la ortodoxia rusa, el Patriarcado de Moscú, se convirtió en una subsidiaria de propiedad total del régimen soviético, y en concreto de su policía secreta, la KGB. Los patriarcas de Moscú eran oficiales de alto rango de la KGB, el actual Patriarca Kirill, comenzó su carrera como representante de la IOR en el Consejo Mundial de Iglesias en 1971, cuando tenía veinticinco años de edad, un signo seguro de la afiliación a la KGB.

Weigel denucia el apoyo concreto de los principales de la ortodoxia rusa a los planes de restauración del imperio ruso:

En los últimos años, Kirill y su «ministro de exteriores», el Metropolita Hilarión, han sido portavoces de los esfuerzos del presidente ruso Vladimir Putin para reconstituir algo así como la antigua Unión Soviética en el nombre de un «espacio de la Rusia histórica», un ejercicio ruso que ha tenido una especial gravedad a su vez en Ucrania, a la vez, que han realizado una campaña de seducción en el Vaticano y entre los evangélicos protestantes estadounidenses, supuestamente al servicio de un frente unido contra la decadencia occidental y el secularismo. 

Pero en las ironías de la historia (o los extraños caminos de la providencia divina) la crisis de Ucrania, en la que Kirill ha sido hipócrita y e Hilarion mentiroso, sólo podría iniciar una ruptura en este patrón histórico de la ortodoxia jugando de perro guardián del poder autoritario entre los eslavos orientales.

Eso es lo que explica la persecución contra la Iglesia católica Griega Ucraniana:

Cuando el pueblo de Ucrania se levantó contra el gobierno cleptocrático y despótico de Viktor Yanukovich el año pasado, las Iglesias ortodoxas ucranianas enfrentaron una elección dramática: solidaridad pastoral con la gente, o de pie junto al estado que reprimía brutalmente a los ciudadanos ucranianos reformistas. La Iglesia católica griega ucraniana (UGCC), la mayor de las Iglesias orientales católicas (bizantinas en la liturgia y la organización de la Iglesia, pero en plena comunión con el Obispo de Roma), no se enfrentó a este dilema; la UGCC fue durante mucho tiempo la caja de seguridad de la conciencia nacional ucraniana, y en el período post-soviético ha dedicado su vida pública a la construcción de la sociedad civil ucraniana. 

Fuentes: First Things, NCRegister, Signos de estos Tiempos

 

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La ‘guerra fría’ entre EE.UU. y Rusia: que hay de cosmético y que hay de fondo

Para comprender lo que está pasando con Crimea.

 

Como era previsible, Crimea ha votado a favor de un “protectorado” de Rusia; fue con un 96% de los votos a favor y EE.UU. ha reaccionado adoptando sanciones económicas contra Rusia y contra figuras políticas rusas, también predecible. Y los medios de comunicación sacan jugo de esta situación amplificando los conflictos, usando declaraciones “para la tribuna”, como en una cancha de fútbol.

 

votacion en referendum

 

Pero en realidad a ninguno de los dos contendientes, occidente y Rusia, les interesa llegar a una conflagración directa por un hecho de lógica geopolítica, más allá del formato que ha elegido Rusia. Crimea se alió con su aliado histórico y el resto de Ucrania quiere conseguirse un nuevo aliado, la Unión Europea, que ha coqueteado con esto durante un tiempo, antes de que imparables fuerzas internas ucranianas – con vínculos nazis -, desataran el conflicto que terminó en la destitución del presidente, su asilo en Crimea y el ‘protectorado’ de Rusia sobre ésta.

Lo demás son declaraciones “para la tribuna” de parte los políticos, para que consuma la opinión pública, acciones diplomáticas mas o menos en secreto y reforzamiento de las posiciones de cada parte, con el fin de que “la sangre no llegue al río”.

Por lo pronto, una lectura atenta de las declaraciones diplomáticas que importan hace pensar de que se está llegando a una comprensión de los problemas entre ambos y buscando soluciones, pero que no alejan en corto plazo la presencia de una ‘guerra fria’.

Para ampliar la comprensión geopolítica del conflicto recomendamos también leer otro artículo nuestro aquí.

MAS ALLÁ DE LO  ANECDÓTICO, LAS SANCIONES SON COSMÉTICAS

La Unión Europea y Estados Unidos han aprobado sanciones (cosméticas) porque es casi obligatorio no aceptar en silencio el estado de la situación en Ucrania y Crimea. Sanciones por las que en realidad ningún político con cargo en un gobierno u hombre de negocios influyentes se verá afectado en la realidad.

Pero mientras tanto se celebra la farsa sancionadora, la empresa pública rusa Rosneft entra en el capital de Pirelli, y la italiana Saipem prepara la ejecución, junto a la rusa Gazprom, del primer tramo del gaseoducto que unirá a Rusia, vía Crimea, con Europa.

En cuanto a la bolsa y los mercados financieros, no hay reacciones negativas. Los empresarios rusos Alex Knaster y Mikhail Fridman, muy cercano este último a Putin, mantienen su participación en el banco Unicredit. Algo que no ha espantado al fondo norteamericano BlackRock, que ha incrementado su participación en Unicredit, convirtiéndose así en su principal accionista.

UNA ANÉCDOTA: EE.UU. APROVECHA PARA CUMPLIR CON LA AGENDA LGTB

Estados Unidos, como había prometido, ha reaccionado adoptando sanciones económicas contra 10 figuras políticas prominentes, siete rusos y tres ucranianos (entre ellos el ex presidente Yanukovych).

Entre los políticos sancionados aparecen nombres como los de Putin (presidente), Medvedev (premier), Lavrov (cancillería), Miller (de Gazprom). Pero entre los cientos de políticos rusos, se ha sancionado aYelena Mizulina que no ha actuado en este tema internacional sino en el tema LGTB.

El objetivo era golpear a todos los personajes principales de alguna manera relacionados con el intento de anexar la Crimea a Rusia, congelando sus cuentas bancarias (u otros activos) en el extranjero y la prohibición de la expedición de visados.

¿Y por qué Yelena Mizulina? Mizulina es miembro de la Duma y tiene poco o nada que ver con Ucrania. No se trata de un poderoso político, no es un aliado clave de Putin ni una mente estratégica que haya colaborado con el despliegue de fuerzas en la guerra de Crimea.

Por eso, mientras todos los demás han emitido declaraciones de este calibre:

«Estoy muy feliz de encontrarme en esta lista de personas»,

Yelena dijo

«estoy sorprendida, de que me hayan incluido. No tengo cuentas bancarias o activos en el exterior e incluso ningún miembro de mi familia».

Pero  hay una razón para golpear a Yelena Mizulina por parte de la administración Obama: es la parlamentaria que patrocinó la llamada ley «anti-gay», que prohíbe la propaganda LGBT a los niños y las adopciones a los estadounidenses, después de la legalización en algunos Estados el matrimonio entre personas del mismo sexo. Según la misma Mizulina, se la ha insertado entre los sancionados como una forma de «venganza por mis ideas. Lo que acaba de ocurrir es una violación de mis derechos como ciudadana y política».

Esto demuestra la idea de que Barack Obama quiere demostrar al lobby LGBT su apoyo, también a través de sanciones a Rusia. Todo lo cual sigue siendo una mensaje para “la tribuna”.

UN POCO DE HISTORIA

Para ir al meollo real de la crisis, es necesario hacer un poco de historia.

En la crisis de Ucrania se mezclan problemas de autodeterminación y de derechos de las minorías que se acumulan desde la caída imperial en 1918. A la ocupación de la Alemania nazi le siguió la dolorosa pax soviética, que fue sólo latente. Tras la independencia ucraniana en 1991, la irresponsable gestión de las autoridades de la UE, y en particular la de Reino Unido, Polonia y Alemania, liberó instintos primarios, inmorales y socialmente peligrosos que se radicalizaron hasta estallar en la crisis actual.

Desde 1989 hasta el año 2000, Estados Unidos estuvo  muy activo en Rusia y en todo el espacio ex-soviético, mientras la Federación Rusa se mantuvo geopolíticamente bastante débil o neutral con respecto a Ucrania (como sucedió en Yugoslavia y en los países que formaron parte del Pacto de Varsovia).

Cuando, en el año 2000, Vladimir Putin fue elegido presidente de la Federación Rusa, heredó el país más grande del mundo en unas condiciones económicas y sociales desastrosas, a causa de los errores soviéticos, pero sobre todo de las desconsideradas políticas liberales de privatización durante la presidencia de Boris Yeltsin, instigadas por Occidente (especialmente por EE.UU, Holanda y Reino Unido).

Después de menos de un siglo de la reconstrucción post-zarista comenzada en 1917, con Putin, Rusia tenía que recuperar, con fatiga y dolor, el orden interno, el equilibrio social, la dignidad nacional y un papel de estabilizador en la región. Algo que fue posible también gracias a los enormes flujos de dinero que le proporcionó el comercio estatal de materias primas y la energía (gas y petróleo). En Europa, los principales referentes de esta política de renacimiento ruso en el ámbito industrial fueron la Alemania de Schroeder y la Italia de Berlusconi. No hay que olvidar que, al mismo tiempo, en el ámbito financiero, Rusia pudo beneficiarse del efecto palanca que le ofrecían las bolsas de valores por la gestión de los derivados y el trading energético, sobre todo en Reino Unido, Suiza y Austria. Directa o indirectamente, la riqueza de Rusia ha sido un motor económico para todos los países europeos.

A diferencia de ciertos estados europeos, EE.UU, y en consecuencia la UE, siguieron manteniendo una doble posición respecto a Rusia: partenariado estratégico y contención. Durante la era Clinton (1992-2000) dominó la actitud del “vencedor” que se arroga el derecho de dar lecciones sobre economía y democracia, con la intención de “abrir” a Rusia hacia los intereses de las empresas norteamericanas. Una operación que consiguió, puesto que hoy dos gigantes rusos de la energía, Rosneft y Gazprom, cuentan con significativas participaciones de sociedades americanas y europeas. En la era de George W. Bush (2001-2009), empeñado en buscar aliados en la “guerra contra el terrorismo”, las relaciones con Rusia se equilibraron un poco, a pesar del plan de defensa anti-misiles que desde 2003 su administración quiso implantar en Europa oriental.

Todo cambió en 2007, coincidiendo con el crack financiero de los USA. Ese mismo año, la administración norteamericana quiso negociar con Polonia y la República Checa la instalación en su territorio de sistemas anti-misiles teóricamente dirigidos contra Irán y Oriente Medio. En 2008, la presión de EE.UU, de la OTAN y de la UE provocó la reacción rusa que desembocó en la guerra de Georgia.

En septiembre de 2009, la administración Obama declaró la eliminación del plan de defensa anti-misiles en Europa, con palabras y actos conciliadores que sin embargo le obligaron a enfrentarse a los neocon americanos, una sección transversal a republicanos y demócratas, que seguían viendo en Rusia a un enemigo. Con todo ello, las grandes mentes de la política exterior y de seguridad de la UE nunca tomaron posición ni declararon sus intenciones. Sin embargo, un antiguo asesor de la seguridad de Carter y después de Obama, amado por la izquierda socialdemócrata europea, el judío polaco Zbigniew Brzezinski, publicó en 1998 un libro, “The grand chessboard”, donde teorizaba la necesidad de EE.UU de tomar el control de Ucrania. Por tanto, no es casual que otro judío, el húngaro George Soros, a través de sus fundaciones millonarias a favor de la ‘open society’, se encuentre tras muchos de los movimientos “revolucionarios” en Ucrania.

En el otoño de 2013, la crisis ucraniana ya estaba madura y preparada, enmascarada tras las legítimas exigencias de una minoría de querer acceder a los beneficios de libertad y democracia que la UE podría favorecer mediante un acuerdo de asociación (prólogo de un estatuto de miembro efectivo). Sobre los errores de valoración y de gestión por parte de la UE, que actuaba de manera inconsciente según su programa de partenariado “Eastern Neighbourhood”, hay que subrayar que cuando se crean expectativas hay que mantenerlas hasta el final. La UE “dejó preñada a Ucrania, y luego no quiso casarse con ella”, como comentó en una ocasión un audaz diplomático occidental.

Queda el hecho de que la comunidad internacional desautorizara los acuerdos: Rusia intentó muchas veces evitar la violación de los acuerdos internacionales de 1994 sobre la desnuclearización de Ucrania, que llevaron a su reconocimiento internacional garantizado por EE.UU, Rusia y Reino Unido, y luego los acuerdos firmados por el presidente electo Viktor Yanukovich el 20 de febrero de 2014 con los ministros de exteriores de Alemania, Polonia y Reino Unido para celebrar elecciones y realizar una reforma constitucional en sentido federal y autónomo. Pero esos acuerdos nunca contaron con el apoyo de los ministros europeos y pocas horas después de la firma un grupo de individuos armados llevaba a cabo un golpe de estado en Kiev, con la intención de abolir incluso el bilingüismo ruso-ucraniano, vigente desde los acuerdos de 1994.

LA SITUACIÓN ACTUAL

El referéndum que el 16 de marzo registró en Crimea un 96% de votos a favor de la independencia de Ucrania ha sido calificado como “ilegal” e “ilegítimo” por EE.UU y la UE. Aunque el referéndum se desarrolló correctamente según los observadores internacionales, y aunque no se haya decidido anexión alguna a Rusia, algo que habría que decidir si se diera el caso en la Duma, EE.UU y la UE han impuesto sanciones a Rusia porque habría “violado el derecho internacional”. Una posición difícilmente sostenible si miramos lo que Occidente ha hecho con las invasiones militares de guerra en Serbia, Libia, Iraq o Afganistán, por citar sólo algunas.

Los principios inviolables de la inviolabilidad de las fronteras, que nacieron con la Paz de Westfalia en 1648 tras la guerra de los 30 años y que se reiteraron en la Carta de la ONU de 1948, perdieron efectividad en la guerra de los USA contra Vietnam a finales de los 60. Ciertamente, estos principios fueron abandonados por quienes hoy los reclaman tras el bombardeo “humanitario” de Serbia en 1999 y todos los sucesivos con motivo de la “guerra contra el terrorismo”.

Según algunos analistas, hemos entrado ya en una nueva Guerra Fría, que esperamos que no se caliente, que durará algunos años y que causará daños considerables en Occidente, especialmente en la UE, pero también en Rusia. Estados Unidos, y quizás China, serían los únicos beneficiarios indirectos.

Más allá de la propaganda mediática, el diálogo diplomático entre Rusia y EE.UU afortunadamente parece continuar con llamadas telefónicas entre Lavrov y Kerry. El encuentro de seis horas entre los ministros de exteriores ruso y americano en Londres el pasado 14 de marzo no es ningún fracaso, digan lo que digan los medios. Si leemos con atención las declaraciones, podemos ver que Kerry ha entendido las dificultades de Rusia, que pide “ayuda” a EE.UU para encontrar una solución en la gestión de esas fuerzas “tóxicas” que han tomado el poder en Kiev. A decir verdad, Rusia hizo en el pasado la misma petición a la UE, que fue incapaz de dar pasos útiles. Vista la incapacidad de los servicios europeos dirigidos por Ashton, con Barroso y Van Rompuy, más preocupados por su propia supervivencia tras las elecciones del 25 de mayo que por encontrar una solución razonable para Ucrania, Rusia y EE.UU tratan de encontrar una solución razonable para todos. Eso explicaría la ponderación de las palabras empleadas por los dos diplomáticos y el hecho de que el propio Obama haya entendido que las “sanciones” son un acto obligatorio pero fundamental, aunque por ahora sólo sean una fachada.

Por el momento, la UE sale perdiendo. Hasta Alemania ha mostrado las limitaciones de su fuerza diplomática. Por otra parte, las relaciones entre Rusia y EE.UU son imprescindibles para gestionar la complicada situación en Irán, donde los conservadores radicales están presionando al presidente Rouhani, poniendo en peligro las negociaciones nucleares y los acuerdos sobre Siria y Líbano.

Para confirmar este compromiso americano, si bien bajo presión de los neocon y del lobby personal del premier israelí Netanyahu, hay que destacar la intervención diplomática de EE.UU en Arabia Saudí, que ha llevado a la destitución del incontrolable jefe de los servicios secretos, el príncipe Bandar. Además, los EE.UU están muy preocupados por el dumping de títulos de deuda pública americana que ya ha comenzado por parte de China y que Rusia también está valorando. Por otro lado, más de setecientos mil millones de dólares de deuda rusa están bloqueados en los bancos occidentales. Un default político de esta deuda tendría consecuencias gravísimas en la UE, pero también en los USA, que están haciendo todo lo posible para cerrar un acuerdo de partenariado transatlántico para el comercio y las inversiones.

En conclusión, de momento, podemos decir que la crisis es grave, que durará mucho, tal vez varios años, pero que por ahora no conviene a nadie transformar la situación en una guerra sino fría.

Fuentes: Tempi, Paginas Digitales, Signos de estos Tiempos

 

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Occidente sataniza a Putin diciendo que está loco, ¿pero está realmente loco?

El animal herido que se defiende.

 

Estamos presenciando un coro occidental, incluyendo a obispos y sacerdotes católicos romanos, dieciendo que Putin está loco con lo que hizo en Crimea, y muchos consumimos la idea de que Putin, en su afán imperialista, ha perdido la razón.

 

putin y obama

 

Sin embargo para el ex secretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger,

«la demonización de Putin no es una política, sino una excusa para la ausencia de una política».

¿VLADIMIR PUTIN PARECE HABER PERDIDO CONTACTO CON LA REALIDAD?

Angela Merkel habría dicho a Barack Obama después de hablar con el presidente ruso.

Él está «en otro mundo».

«Estoy de acuerdo con lo que dijo Angela Merkel… que está en otro mundo», dijo Madeleine Albright. «No tiene ningún sentido.»

John Kerry hizo su contribución a la teoría de locos implicando que Putin estaba canalizando a Napoleón:

«Usted está en el siglo XXI, se comporta a la moda del siglo XIX por invadir a otro país con un pretexto totalmente falsos.»

Ahora que Putin ha tomado Crimea sin disparar un tiro, y el 95 por ciento de un electorado de Crimea votó el domingo para unirse con Rusia, ¿siguen pareciendo irracionales de sus decisiones?

¿No era previsible que Rusia, una gran potencia que acababa de ver a su vecino fuera de la órbita de Rusia por un golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en Kiev, se trasladara a proteger una posición estratégica en el Mar Negro que ha mantenido durante dos siglos?

Zbigniew Brzezinski sugiere que Putin está decidido a recrear el imperio zarista. Otros dicen que Putin quiere recrear la Unión Soviética y el Imperio soviético.

Pero ¿por qué Rusia, que se desangró en las guerras de secesión por parte de terroristas musulmanes en las provincias del Norte del Cáucaso, de Chechenia, Daguestán e Ingushetia, y quiere invadir y re-anexar al gigante Kazajstán, o cualquier otra república musulmana de la antigua URSS, lo cual garantizaría la intervención jihadista y una guerra sin fin?

Si los estadounidenses quieren salir de Afganistán, ¿por qué Putin quiere regresar a Uzbekistán? ¿Por qué iba a querer anexionarse Ucrania occidental, donde el odio a Rusia se remonta a la hambruna forzada de la era de Stalin?

Invadir y ocupar toda Ucrania significaría costos interminables en sangre y dinero para Moscú, la enemistad de Europa y la hostilidad de los Estados Unidos. ¿Para qué fin Rusia, que disminuye su población en medio millón cada año, querría poner soldados rusos detrás de Varsovia?

UNA EXPLICACIÓN DE CÓMO VE PUTIN LAS COSAS

Hagamos un ejercicio y supongamos que Putin no está loco. ¿Quién y qué es él? ¿Por qué reacciona así?

Vladimir Putin se ve a sí mismo como protector de Rusia cuya seguridad es su legítima preocupación.

Considere el mundo que Putin vio, desde su punto de vista, cuando asumió el poder después de la década de Boris Yeltsin.

Vio una Madre Rusia que había sido saqueada por los oligarcas en complicidad con compinches capitalistas occidentales, entre ellos estadounidenses. Vio a millones de rusos étnicos dejados atrás, desde los países bálticos a Kazajistán.

Vio a un Estados Unidos que había engañado a Rusia con su promesa de no mover la OTAN hacia Europa del Este, si el Ejército Rojo no se moviera, y luego de la explosión de Rusia llevó a la OTAN a su porche.

Los neoconservadores se habían salido con la suya, no sólo con las naciones del Pacto de Varsovia de Europa central y oriental, sino con cinco de 15 repúblicas de la URSS, incluidas Ucrania y Georgia, generando una alianza con la OTAN creada para contener y, si es necesario, luchar contra Rusia.

Por otra parte tambie Putin probablemente se haya preguntado, ¿qué beneficios se ha derivado de tener Estonia y Letonia como aliados de la OTAN que justifiquen la pérdida de Rusia como amigo y socio que Ronald Reagan había hecho para el final de la Guerra Fría?

EE.UU. perdió Rusia, pero logró a Rumania como un aliado, ¿quién es irracional aquí?

En 1999, EE.UU. bombardeó Serbia durante 78 días, sin hacer caso de las protestas de una Rusia que había ido a la guerra por Serbia en 1914. Explotó una resolución del Consejo de Seguridad que autorizó para ir en ayuda de los libios en peligro de extinción en Bengasi para lanzar una guerra y derrocar al régimen libio.

Dio la ayuda militar a los rebeldes sirios y pidió la destitución de un régimen sirio que ha sido aliado de Rusia durante décadas.

ÉSTE PUTIN ES UNA CONSECUENCIA DE LA GEOPOLÍTICA OCCIDENTAL

Al final de la Guerra Fría, escribe el ex-embajador en Moscú Jack Matlock, el 80 por ciento de la gente de Rusia tenía una opinión favorable de los EE.UU. Una década más tarde, el 80 por ciento de los rusos eran antiamericanos.

Eso fue antes de que Putin, cuya aprobación se encuentra ahora en un 72 por ciento debido a que se percibe como que ha plantado cara a los estadounidenses y respondió al golpe en Kiev con su contra golpe en Crimea.

Estados Unidos y Rusia están en curso de colisión en una nueva Guerra Fría. Y occidente propagandea que la razón es que Putin se ha vuelto loco.

En esta situación geopolítica que mas o menos describimos, si la gente del este de Ucrania desea formalizar sus lazos históricos, culturales y étnicos con Rusia, y el pueblo de Ucrania occidental quiere cortar todos los lazos con Moscú y unirse a la Unión Europea, ¿por qué no conformarse con esto políticamente, diplomáticamente y democráticamente?

Fuentes: WND, Signos de estos Tiempos

 

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La Virgen María usada para una política bélica y expansionista

La Virgen de Kazán abre camino a los ejércitos rusos.

 

No es nuevo en la historia que los gobernantes usen símbolos religiosos para sus afanes políticos y bélicos, pero sí parece ser bastante extraño para el mundo secularizado de las últimas décadas, salvo en el mundo musulmán, donde todo gira en torno a la conquista de los infieles.

 

putin besando icono

 

Ahora llegan noticias que el presidente ruso Putin hizo volar el ícono de la Virgen de Kazán sobre el Mar Negro en vísperas de los sucesos de Ucrania y de la anexión de Crimea. Ver aquí la historia del Ícono de Nuestra Señora de Kazán.

LA PROTECCIÓN DE LA VIRGEN DE KAZÁN PARA FINES BÉLICOS

El mes pasado, cuando Vladimir Putin ordenó que la Virgen Negra de Kazan, el icono más sagrado de la Iglesia Ortodoxa Rusa, volara sobre el Mar Negro, muchos creyeron que deseaba asegurar las bendiciones para los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi.

Era la primera vez que el icono – o bien una copia del misma, porque el original fue robado y posiblemente destruido en 1904 -, se desplegó para bendecir una empresa pacífica.

A través de los siglos, la «Virgen Negra» ha sido llevada a los campos de batalla para bendecir a los ejércitos rusos en lucha con los suecos, polacos, turcos, persas, los invasores franceses y alemanes. Stalin lo envió a Stalingrado en 1943 para asegurar la victoria sobre los invasores alemanes bajo el mariscal de campo Friedrich Paulus.

Con las tropas de Putin en el control de Crimea y la amenaza de seguir avanzando en Ucrania, ahora sabemos que el icono fue llevado para bendecir una operación militar en esta ocasión también.

EL USO DE LA RETÓRICA DE PROTECCIÓN DE LOS CRISTIANOS

A lo largo del siglo XIX, Rusia utilizó «la protección de las minorías cristianas» como una excusa para invadir a sus vecinos musulmanes, sobre todo al Imperio Otomano e Irán, y la anexión de vastas porciones de territorio. El conjunto del norte del Cáucaso, además de Georgia y Armenia, se anexó con esa excusa, al igual que Crimea. En el siglo XVIII, la emperatriz Catalina II utilizó el pretexto de proteger a los cristianos para arrebatarle Daguestán y Georgia a Irán.

Rusia también utilizó la excusa para apoderarse de territorios que pertenecían a los vecinos europeos, entre ellos Alemania, Polonia y Finlandia. Durante casi 100 años, Rusia se expandió a una tasa promedio de 62 millas cuadradas (100 kilómetros cuadrados) al día, creando el imperio más grande de la historia en términos de territorio.

Llamándose a sí mismos como la «Tercera Roma» y el defensor definitivo del cristianismo, los constructores de imperios rusos alegaron que su empresa disfrutaba de la bendición divina.

OTRAS EXCUSAS

Rusia ha utilizado el truco de la concesión de la nacionalidad rusa a las personas de los países vecinos como pretexto para la invasión desde el siglo XVIII. En 1829, Rusia utilizó la excusa de liberar a las mujeres de Georgia, supuestamente concediendo la ciudadanía rusa, al harén del Shah de Persia como pretexto para una invasión de Irán. Una turba de Teherán se vengó asesinando al Encargado de Negocios de Rusia, Alexander Griboyedov.

En 1911, una serie de príncipes de Qajar liderados por schú Al-Saltaneh (el Haz de Luz de la monarquía) y opuestos a la revolución constitucional de Irán, se declararon súbditos del zar y las banderas rusas flamearon en la parte superior de sus palacios. El zar utilizó el pretexto de «proteger» a sus súbditos para invadir Irán, ocupó cinco provincias iraníes y envió un ejército para destruir el parlamento iraní recién creado.

En 1912, Rusia utilizó la excusa de proteger a sus ciudadanos para invadir partes de China y la anexión de grandes extensiones de tierra, especialmente en lo que hoy es Mongolia.

Después de la revolución bolchevique de 1917, el imperio, rebautizado como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, reemplazó el cristianismo con el comunismo como su matriz ideológica. Fue en nombre de la defensa del «socialismo» que, en los años 1950 y 1960, la Unión Soviética envió tanques a Hungría, Polonia y Checoslovaquia. La invasión de Afganistán en 1979, también fue vendida como un intento de «defender el socialismo.»

¿CONSTRUYENDO UN NUEVO IMPERIO?

Después de la desintegración del imperio soviético en 1991, Rusia revivió la vieja excusa de proteger su «familiares y amigos» en los países vecinos. En algunos casos, esas minorías son auténticas comunidades de más de un siglo más o menos. En otros, sin embargo, las comunidades son creaciones artificiales que se utilizan como medio de presión sobre los vecinos más débiles.

Con Putin, Moscú ha estado distribuyendo un gran número de pasaportes rusos, algunos sugieren que millones de personas, en los países vecinos, sobre todo Azerbaiyán, Bielorrusia, Ucrania, Letonia, Lituania, Estonia y Kazajstán.También hay un número significativo de titulares de pasaportes rusos en Transnistria, que forma parte de Moldavia, que no tiene una frontera con Rusia.

La primera prueba de la  excusa llegó en 2000, cuando, como primer ministro, Putin obligó Tayikistán a albergar 15.000 tropas rusas estacionadas en seis bases.

La próxima vez fue en agosto de 2008, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Beijing, cuando Putin, esta vez como presidente, ordenó la invasión de Georgia y anexó las repúblicas autónomas de Osetia del Sur y Abjasia. Hoy, Rusia tiene unos 40.000 soldados estacionados en los dos enclaves.

Ucrania es la tercera nación de experimentar el juego de Putin.

LA POSICIÓN DE RUSIA EN EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

Expertos dicen que las acciones de Putin en Crimea son síntomas de un malestar más profundo causado por la incapacidad de Rusia para adaptar su lugar en el orden internacional posterior a la Guerra Fría y la incapacidad de las potencias europeas y los Estados Unidos para dar cabida a Rusia de una manera acorde con su peso, y sus ambiciones.

En el último cuarto de siglo, con la pérdida de su influencia en Europa oriental y central, Rusia ha visto que la OTAN llega a la derecha en sus fronteras. Todo el continente europeo se ha reorganizado en el marco fijado por la OTAN y la Unión Europea. Hoy en día, Rusia es la única de las cuatro potencias europeas que sigue excluida de la OTAN y la UE.

Le tomó Rusia casi dos décadas para obtener la admisión en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y, más tentativamente, el ofrecimiento de una silla de lado en el G8. El único espacio de liderazgo que Rusia ha tenido es su asiento de poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, una reliquia de la Guerra Fría.

Putin ha construido su narrativa sobre el tema del cerco de potencias hostiles y sus «agentes» dentro de Rusia. Para Occidente, Rusia se queda fuera de Europa, pero sigue siendo, paradójicamente, su principal socio comercial.

Hacia el sur, Rusia está cercada por una serie de naciones de mayoría musulmana con profundo resentimiento a los zares y la opresión comunista. Hacia el este, Rusia se enfrenta a dos potencias hostiles, China y Japón, parte de cuyos territorios permanecer bajo ocupación rusa.

En casa, Rusia se enfrenta a una guerra sin fin contra las fuerzas jihadistas en cinco repúblicas del Cáucaso, mientras que las relaciones con Georgia y Armenia siguen siendo tensas.

El primer ministro Dmitri Medvedev dice que Rusia está hoy en la vanguardia de la lucha contra el «terrorismo islámico», y su objetivo de conquistar el mundo. Sin embargo, los jihadistas no son los únicos que representan una amenaza a la visión idealizada de Putin, de una Rusia con un liderazgo global.

Grupos misioneros cristianos bien financiados, principalmente de los EE.UU., están ampliando sus redes en toda Rusia a expensas de la Iglesia ortodoxa, que se ha convertido en aliado ideológico de Putin.

Para empeorar las cosas para Putin, su estilo autocrático de gobierno también se ve desafiado por un número creciente de rusos seducidos por las ideas occidentales de la democracia multipartidista, el pluralismo y la desacralización del poder político.

Mientras tanto, la dominación de la economía rusa por los oligarcas, cuyo apoyo necesita Putin, se ha ralentizado, y en algunos casos incluso impedido el desarrollo genuino. Rusia se ha convertido en un exportador de materias primas, especialmente el petróleo y el gas, en función de los mercados europeos. Peor aún, una buena parte del capital formado en Rusia se abre paso en los bancos europeos, especialmente en Gran Bretaña y Suiza.

Hoy en día, la verdadera cuestión no es si las tropas rusas permanecen en el interior de sus bases en Crimea o muestran sus dientes en las calles de Sebastopol. El verdadero problema es cómo encuentra Rusia un lugar en un orden mundial, de cuya creación no participó.

Y esto sería peligroso, tanto para Rusia y como para el mundo, incluso si la Virgen Negra de Kazan fue llevada para realizar un milagro.

Fuentes: Asharq Al-Awsat, Signos de estos Tiempos

 

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El escenario que esta emergiendo en la frontera de la guerra fría entre Rusia y Occidente

Crimea para los rusos y Ucrania para los occidentales.

 

La situación de guerra fría entre el bloque occidental liberal y Rusia tiene condicionantes más profundas que las coyunturales de los episodios en Ucrania, que derivaron en la posible separación de Crimea. No se puede pensar en este escenario como un conflicto a resolver per se, sino como un proceso, un eslabon más del enfrentamiento.

 

soldados rusos en crimea

 

En este sentido, lo más realista tal vez sea que Ucrania se integre plenamente al orden occidental y que Crimea transite por una asociación más plena con Rusia. Aunque naturalmente, se creará allí un bolsón de tensiones, pero que ha sido siempre el signo de la guerra fría.

UNA PALABRA AUTORIZADA QUE PRESUPONE ESTE ESCENARIO

El ex secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates, el fin de semana pasado sugirió que el disputado territorio de Crimea permanecerá en «la mano de Rusia».

Gates, es muy respetado en la derecha y la izquierda. Si su evaluación es cierta, ¿qué estrategia a largo plazo está disponible para los EE.UU.? ¿Cómo deben los políticos occidentales evaluar esta crisis?

El juego geopolítico que todos los lados están jugando se rige por unas normas más estables y de más larga duración que esta crisis y estos líderes. Y en base a esas reglas, tal vez los gobiernos occidentales, que tienen en sus manos el siguiente movimiento, necesiten perder el movimiento actual con el fin de ganar el juego, porque ellos tienen ahora la respuesta luego de los sucesos de Crimea.

LOS INTERESES GEOPOLÍTICOS DE MOSCÚ Y OCCIDENTE

Los responsables de la política exterior de Rusia ven el mundo desde una atalaya de la pérdida y el cerco. El colapso de la Unión Soviética revirtió décadas, tal vez siglos, de expansión regional. Mientras un mundo dominado por la destreza militar estadounidense junto con el poder económico singular, representa para los estrategas y políticos de Moscú un ambiente hostil.

La estrategia de Rusia ha tratado constantemente de dominar su región inmediata, y no hay razón para creer que los rusos interpretarán el mundo en otros  términos que no sean los realistas basados en el poder.

Al igual que los chinos, creen que un mundo con múltiples grandes potencias es más seguro y amigable para sus intereses. Los gobiernos occidentales y las empresas occidentales, razonablemente argumentan, sesgan naturalmente los acuerdos políticos y económicos en su favor. En un mundo así, el dominio regional debe ser protegido.

Los responsables políticos occidentales tienden a entender este punto de vista, pero también creen que es a la vez erróneo y peligroso. Ellos han establecido instituciones internacionales, regímenes económicos y acuerdos de seguridad para reducir el tipo de miedo e incertidumbre que parece conducir a la gran estrategia de Rusia.

Así que ahora tenemos dos ideologías y sus respectivas estrategias operando en Ucrania: el realismo y los intereses de seguridad de Rusia, contra el internacionalismo liberal y las instituciones occidentales.

En el largo plazo, Putin es probablemente haga un exceso. La intimidación y el dominio tienen costos y requieren nuevas afirmaciones de poder. Más importante aún, no importa la seguridad y la amplitud de la zona económica que Moscú establezca en el este de Europa y Eurasia central, no va a vencer a Occidente en su propio juego: la generación de capital y la innovación tecnológica.

Estas son las estructuras de apoyo del poder moderno y no es probable que cambien rápidamente.

Y, sin embargo, los intereses y prerrogativas rusas no pueden ser ignorados. Los rusos ejercen el poder real y están dispuestos a defender enérgicamente sus intereses.

Los enfoques diplomáticos occidentales buscan sabiamente contener en lugar de enfrentar el dominio regional de Rusia. A largo plazo, esta es una estrategia prudente. Al adoptar este enfoque, sin embargo, los gobiernos occidentales también corren el riesgo de socavar su propia legitimidad y exacerbar las inestabilidades regionales a mediano y corto plazo.

UNA OPCIÓN REALISTA E INTERNACIONALISTA LIBERAL

En la medida que Crimea, con el apoyo de Rusia, empuja a un referéndum sobre la independencia, los gobiernos occidentales seguramente mantendrán sus objeciones. Y probablemente manejarán la idea de que podrían dar la bienvenida al resto de Ucrania como miembro de pleno derecho del orden internacional occidental.

En otras palabras, el escenario visto de desde occidente sería que Crimea se cambiaría por el premio mayor: Ucrania.

Es una solución realista basada en la política del poder, y que avanza en el orden internacionalista liberal. Es un movimiento similar al de Nixon en la «apertura» de China y la confirmación de la ruptura entre Moscú y Beijing.

Putin puede reclamar una victoria, pero será pírrica. Moscú ha ganado el acceso al Mar Negro y de la infraestructura militar en Crimea. Lo que va a perder en su ansiedad es un socio comercial y cultural de vital importancia, así como una gran parte de territorio.

Este escenario probablemente alimentará mayor inestabilidad en la zona, pero las fronteras geográficas en la guerra fría siempre fueron conflictivas, y no sería una novedad.

Fuentes: Mercatornet, Signos de estos Tiempos

 

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