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Jesucristo revela al Padre Pío los 3 Días de Oscuridad

Que sucederá en esos 3 días y cómo protegernos.

En uno de los mensajes que Nuestro Señor le dio al Padre Pío le habló de los 3 días de oscuridad, las razones por las cuales está en sus planes, qué busca lograr con esto, que sucederá en ese momento y cómo debemos protegernos.

Los 3 días de oscuridad son el último episodio de la tribulación del final de los tiempos.

Es un parte aguas, porque cuando salga el sol nuevamente la tierra será otra y los seres humanos que la habiten también.

Ahí comenzará realmente la Era de Paz, fruto del triunfo del Inmaculado Corazón de María.

Aquí te contaremos lo que Nuestro Señor le reveló al Padre Pío sobre lo que sucederá en los 3 días de oscuridad, que como en el caso de Nínive es condicional a nuestra conversión, y qué nos recomienda hacer ante esa eventualidad para protegernos.

San Pío de Pietrelcina fue quizás uno de los místicos que tuvo más dones sobrenaturales en la historia de la Iglesia.

Murió en nuestra ventana de tiempo, en 1968, y su influencia en nuestro tiempo ha sido importantísima.

Tuvo apariciones de Jesucristo, de la Santísima Virgen.

La capacidad de ver apariciones de ángeles, demonios, almas del purgatorio.

Tenía el don de leer las conciencias, de levitar, de bilocarse.

Y se haría famoso sobre todo por los estigmas de la Pasión de Jesucristo, que despedían una rica fragancia.

Los llevó visiblemente durante 50 años y desaparecieron sin dejar cicatriz 3 días antes de su fallecimiento.

Su cuerpo incorrupto está en San Giovanni Rotondo, donde vivió toda su vida de fraile capuchino.

Pero también recibió mensajes escatológicos de Jesucristo sobre el final de los tiempos, que plasmó en una carta de 1959 dirigida a su superior, donde cuenta la revelación que le hizo el Señor sobre la tribulación del fin de los tiempos y los 3 días de oscuridad.

La carta es extensa, de modo que haremos un resumen de lo más significativo.

El Señor le dijo que los hombres corren hacia el abismo del infierno, dedicados a las diversiones y al hedonismo.

Y que la medida del pecado está colmada.

Porque los pecados de los hombres se han multiplicado sin límite; las irreverencias en la Iglesia, el orgullo pecaminoso cometido en actividades religiosas, la falta de amor fraterno, etc.

El amor del uno por el otro se ha convertido en una palabra vacía. 

Los hombres han abandonado el camino correcto para aventurarse en caminos que terminan en el desierto de la violencia.

Y le dijo que no sabe qué más hacer para que la humanidad se arrepienta. 

Si continúa por este camino, la ira de Dios se desencadenará como un tremendo rayo.

Y si no vuelve a beber de la fuente de la humildad, la caridad y el amor, vendrá una catástrofe.

También le dice que una y otra vez ha avisado a los hombres y a menudo les ha dado oportunidades para volver al verdadero camino.

Pero ahora la perversidad ha alcanzado su punto máximo.

Y entonces le pide al Padre Pío que diga a todos los hombres que ha llegado el tiempo en que se cumplirá una purificación. 

Sus ángeles, que serán los ejecutores de este trabajo, están preparados.

Y luego, Su reino será glorificado, y Su nombre será bendito desde la salida hasta la puesta del sol y Su reino no tendrá fin.

Y pide desde ahora hacer reparación, ser fervientes y que nos sacrifiquemos, porque muchas cosas están en peligro. 

Le dijo que ya no puede interceder por los hombres y que la piedad divina está a punto de terminar, porque el hombre había sido creado para amar la vida, y terminó destruyendo la vida.

Cuando el mundo fue confiado al hombre era un jardín, pero el hombre lo ha convertido en una atmósfera llena de venenos. 

Y vertió un juicio fuerte, nada sirve ahora para limpiar la casa del hombre, por lo tanto es necesario un trabajo profundo, que sólo puede venir del cielo.

Dijo también que este pueblo sin Dios y perverso, seguirá los pasos de los habitantes de Sodoma y Gomorra de la antigüedad, cuya perversidad incluso dijo no fue tan grande como la de los seres humanos actuales.

Y le dio una pista de las señales para saber cuándo sucederá.

Hay que observar el sol, la luna y las estrellas, y cuando aparezcan indebidamente alterados y revueltos, no está lejano el día.

Hay que permanecer unidos en la oración y vigilantes.

Rogar para que esos días sean acortados.

Y hacer acopio de alimentos. 

Y entonces dijo «prepárense para vivir tres días en total oscuridad».

Recién a la noche del tercer día el sol se levantará y será primavera.

El sol volverá a brillar y los ángeles descenderán del cielo y extenderán el espíritu de paz sobre la tierra. 

Pero luego que la luz vuelva, muchos serán los hombres que no la verán.

Y cuando todo termine, un sentimiento de inmensa gratitud tomará posesión de aquellos que sobrevivan a ésta terrible prueba.

¿Y qué sucederá en esos días?

La tierra temblará, los terremotos serán como una serpiente, los sentirán arrastrarse por todos lados y muchas piedras caerán. 

Un meteorito caerá sobre la tierra y explotará. 

La noche será muy fría. 

El viento rugirá y a continuación se oirán rayos y centellas. 

El viento traerá consigo gases envenenados que serán difundidos sobre la tierra entera.

Será un desastre peor que una guerra. 

Muchas cosas serán canceladas. 

Una tierra va a desaparecer, un país será borrado para siempre de los mapas geográficos.

Los negocios serán saqueados, los almacenes serán tomados en asalto y destruidos. 

Y sentenció «pobre será aquel que en esos días oscuros se encuentre sin una vela, sin una jarra de agua y sin lo necesario por tres meses»

¿Y esto sucederá en todo el mundo?

Dice que sí, pero a aquellos que estén en estado de gracia no les sucederá ningún mal, ni tampoco a los que busquen la protección de la Santísima Virgen.

De modo que habrá una protección a los justos y a los puros de corazón.

Porque la confianza en Dios le obliga a ir en la ayuda de los justos. 

Y el grito de ¡Quién como Dios! servirá de medio de protección.

La devastación será grande, pero al final Dios habrá purificado la tierra. 

Esto no es un castigo fruto de la irritación, sino para que la humanidad siga existiendo.

Este es un acto de amor para que no se pierdan más seres humanos en el infierno, porque debemos pensar que fuimos creados para vivir en lo eterno y no en esta vida pasajera.

Y por tanto debemos rogar para que se nos conceda la gracia de tener el alma preparada.

¿Y qué hay que hacer durante los 3 días de oscuridad?

En los días de oscuridad, los escogidos no deberán quedarse dormidos como Sus discípulos en el Huerto de los Olivos. 

Orarán incesantemente y no serán defraudados.

Pide rezar con los brazos extendidos o postrados sobre el suelo, de manera que se puedan salvar muchas almas.

Arrodillarse delante de un crucifijo.

Arrepentirnos de nuestros pecados y pedir la protección de la Santísima Virgen.

Rezar el Rosario, leer libros espirituales y hacer actos de amor.

Hacer oraciones a la Virgen María, a San José, a todos los santos que conocemos, y a los ángeles.

Nuestros ángeles custodios serán nuestros intercesores, debemos también implorar su ayuda.

Dice que hay que encender velas, una vela bendita bastará para muchos días. 

Hay que mantener las ventanas bien cubiertas y no mirar para afuera, porque los escogidos no deberán ver Su ira.

No debemos hablar a nadie fuera de la casa ni abrirle la puerta.

No salir tampoco de la casa porque se desatarán las fuerzas de la naturaleza y una lluvia de fuego hará temblar de miedo a la gente.

Pide que nadie atraviese los recintos ni salga incluso para alimentar a los animales, porque el que dé un paso fuera perecerá. 

Hay que tener valor y confiar que el Señor está entre nosotros.

Aquellos que sufran y mueran inocentemente serán mártires y serán reconocidos como tales en el Reino de Dios.

Y a la vuelta de la luz, cada uno debe dar gracias a la Santísima Trinidad por su protección.

Los 3 días de oscuridad es una profecía que ha sido revelada a santos y místicos desde hace siglos y los estudiosos consideran que es la culminación de la tribulación.

Y naturalmente es condicional a nuestra conversión, como fue la profecía que Dios le hizo proclamar a Jonás de que Nínive sería destruida en 40 días y al final no cumplió porque Nínive se convirtió.

Está en nuestras manos en definitiva.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la revelación de Jesucristo al Padre Pío sobre los 3 días de oscuridad. 

Y me gustaría preguntarte qué otra cosa has sentido decir sobre los 3 días de oscuridad.   

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Las Apariciones del Niño Jesús al Padre Pío fueron Diferentes a todas las conocidas [¿mira en qué?]

Qué gracias especiales le dio el Niño Jesús al Padre Pío.

El Niño Jesús se ha aparecido a varios místicos y videntes a través de los siglos.

Y muchas veces lo ha hecho en la forma sensible de un Niño.

Lo que nos lleva a pensar en Su nacimiento en Belén.

Y suscita el sentimiento de ternura que las personas suelen tener cuando ven un bebé.

El Padre Pío fue un agraciado de haber tenido estas apariciones, aunque rara vez las comentó.

Pero las apariciones del Niño Jesús que tuvo el Padre Pío fueron diferentes a las demás registradas, y por lo tanto fueron únicas en la historia.

Aquí hablaremos sobre esas apariciones y verás por qué fueron únicas.

El padre Pío era un gran devoto de la Santísima Virgen María y rezaba diariamente varios Rosarios.

Y obviamente adoraba a Jesús, especialmente durante la celebración de la eucaristía, cuando lloraba por su pasión.

Pero tenía un vínculo de amor con el Niño Jesús desde su infancia, que en una especie de juego de niños, providencial, comenzó con el armado del pesebre o belén en Navidad.

En su hogar en Pietrelcina, era él quien preparaba el pesebre para la familia. 

A menudo empezaba a trabajar en él ya en octubre. 

Cuando sacaba a pastar el rebaño familiar con unos amigos, buscaba arcilla para moldear las estatuillas de los pastores, las ovejas y los Reyes Magos. 

Y luego pondría un cuidado especial en la creación del niño Jesús, al que reconstruía una y otra vez incesantemente hasta que sentía que le había quedado perfecto.

También preparaba las lucecitas, llenando las conchas vacías de los caracoles con unas gotas de aceite y un poco de estopa.

Y luego permanecía horas delante del nacimiento, cantando o rezando el Rosario.

Ya de mayor, contaba los días que faltaban para Navidad y enviaba a todos sus augurios de paz y alegría.

Y luego de ordenado sacerdote escribía también a sus hijos espirituales invitándoles a orar a Jesús Niño en los días que precedían a Navidad.

Llamaba a sus hijos espirituales a rezar especialmente la novena al niño Jesús.

Decía,

«Al comenzar la santa novena en honor del santo Niño Jesús, mi espíritu se ha sentido como renacer a una vida nueva; el corazón se siente demasiado pequeño para contener los bienes del cielo».

Y hay una frase que ha quedado para la posteridad y que revela cómo él se sentía ante el niño, decía 

«Soy el juguete del Niño Jesús, como me repite a menudo, pero lo que es peor, Jesús ha elegido un juguete sin valor».

Y en su celda de San Giovanni Rotondo tenía una estatua tallada por un escultor desconocido que representa al Niño Jesús de pie y tiene 60 centímetros de alto.

El Niño Jesús está vestido con una túnica beige hasta los pies, la pequeña mano derecha está mostrando sus 3 levantados en señal de bendición

Y en la izquierda sostiene un corazón rojo donde arde una llama dorada. 

En el borde inferior de la sotana hay pequeñas cruces doradas. 

Y la corona colocada en la cabeza está grabada con las palabras «Corazón del Mundo».

El Padre Pio lo llamaba el «Bebé de los Besos» porque, cada vez que estaba frente a él, le rezaba y lo besaba.

Hoy esa imagen está custodiada por la familia Campanini.

El propio Padre Pío se lo entregó a Carlo Campanini para sacarlo de su frontera de oración y llevarlo al mundo. 

Esta imagen se exhibe durante el período navideño en la iglesia de San Salvatore in Lauro, en Roma, dedicada a la Virgen de Loreto, cerca de la Piazza Navona, que es el centro de coordinación regional de los grupos de oración del Padre Pío, y conserva importantes reliquias del santo.

Pero detrás de esa devoción formal, el Padre Pío tenía un contacto sobrenatural con el Niño Jesús, al punto que su vinculación con Jesús era especialmente a través de su niñez.

Y trataba de evitar que los contactos sobrenaturales que tenía con Él, no se hicieran públicos, por ejemplo cuando le ocurrieron eventos extraordinarios en que el Niño se le apareció.

Aunque a veces él mismo escribía esos encuentros, como por ejemplo en una carta al padre Agostino de 1912 donde dice,

«Por fin vino el Niño Jesús… ¡cómo latía mi corazón, cómo me ardían las mejillas cerca de este celestial Niño!»  

El Niño Jesús se le aparecía al Padre Pío y en realidad no sabemos cuantas veces lo hizo, porque no lo manifestó.

Pero estas apariciones tuvieron una gran diferencia con otras apariciones, sobre las que hicimos videos.

La credibilidad de las apariciones del Niño Jesús al Padre Pío no dependieron del relato del santo.

Las apariciones conocidas del Padre Pío son atestiguadas por otras personas, que vieron al Padre Pío con el Niño Jesús.

Testigos han relatado que pudieron ver al Padre Pío sosteniendo en brazos a Jesús niño. 

Y no era una estatua de porcelana, sino el mismísimo Niño Jesús en visiones milagrosas.

Esto convierte a estas apariciones en únicas en la historia de la Iglesia.

La primera aparición del Niño Jesús al Padre Pío, testimoniada por personas externas, sucedió en noviembre de 1911, apenas un año después de su ordenación sacerdotal, cuando vivía en el convento de Venafro.

Fue testimoniada por el Padre Agostino.

Y la particularidad es que el Niño Jesús apareció con los estigmas de la crucifixión en manos, pies y costado. 

También la presencia de esos estigmas son un fenómeno raro en las apariciones de Jesús niño, aunque razonable en este caso de acuerdo a la vivencia que tenía el santo.

Los teólogos afirman que esto no es extrañar porque para san Pío de Pietrelcina, contemplar el misterio de la Navidad era ver al Niño Jesús a la luz del misterio Pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

La segunda aparición sucedió el 20 de septiembre de 1919 ya en San Giovanni Rotondo, en el primer aniversario de sus estigmas visibles, porque entre 1911 y 1918 sus estigmas fueron invisibles. 

Este suceso está documentado por el Padre Raffaele de Sant’Elia, que por ese entonces se estaba preparando para la ordenación sacerdotal.

Éste dormía en una celda casi enfrente a la número 5, que era la del Padre Pío. 

La noche entre el 19 y 20 de septiembre de 1919 no podía dormir

Y hacia medianoche se levanta asustado. 

El pasillo estaba en la oscuridad, sólo había una luz tenue de un candil.

Y mientras estaba a la puerta para salir, ve pasar al Padre Pío, todo luminoso, con algo en brazos. 

Avanzaba lentamente murmurando oraciones. 

Buscó una mejor vista y vio que tenía al Niño Jesús en sus brazos. 

Se quedó absorto en la puerta de su habitación, y cayó de rodillas. 

El Padre Pío pasó por su lado, todo refulgente y ni siquiera se percató de que Raffaele estaba allí.

Y la tercera aparición visible por otras personas sucedió el 24 de diciembre de 1922. 

Lucía Ladanza, una hija espiritual del Padre Pío, quiso pasar la vigilia de Navidad junto al Padre y narró lo que vio.

Aquella noche hacía frío y los frailes habían llevado a la sacristía un brasero con fuego. 

Ella y otras tres mujeres se quedaron junto al brasero esperando la media noche, para asistir a la Misa que debía celebrar el Padre Pío. 

Las otras tres mujeres comenzaron a adormecerse, mientras ella seguía rezando el rosario. 

Y en ese momento vio que por la escalera interior de la sacristía bajaba el Padre Pío y se detuvo junto a la ventana. 

Esto lo escribió en una página de su diario, fechada el 24 de diciembre de 1922. 

«Los frailes habían traído un gran brasero en la sacristía y había mucha gente alrededor para calentarse. 

Rezamos el Rosario mientras esperábamos la Misa. 

El padre Pío rezó con nosotros. 

De repente, en un halo de luz, vi aparecer al Niño Jesús en sus brazos. 

El rostro del Padre Pío se transfiguró, sus ojos se volvieron hacia esa figura de luz que tenía en sus brazos, que se mostraba con sus brazos abiertos y con una sonrisa como de asombro. 

Cuando la visión desapareció, el Padre Pío se dio cuenta de que lo había visto todo, por la forma en que lo miré. 

Se me acercó y me dijo: ‘Lucía, ¿qué has visto?’ 

Ella respondió: ‘Padre, he visto todo’. 

El Padre Pío entonces le advirtió con severidad: ‘No digas nada a nadie'».

Sin embargo, Lucía no fue ciertamente la única que presenció tales manifestaciones, los otros simplemente no lo comentaron.

Bueno hasta aquí lo que queríamos contar sobre las apariciones del Niño Jesús al Padre Pío, que son únicas en la historia de la Iglesia, porque al revés de las demás, no fueron informadas por el vidente, sino testimoniadas por otras personas, que vieron al Padre Pío con el Niño Jesús en brazos, vivo y refulgente.  

Y me gustaría preguntarte por qué crees tú que el Padre Pío no comentaba de esas apariciones, y por qué también, pudieron ser vistas por otras personas.  

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El Mundo Sobrenatural en que habitaba el Padre Pío

Qué nos dejó para nuestra época.

En nuestra ventana de tiempo vivió un hombre que tuvo dones sobrenaturales como pocos han tenido en la historia.

Hablamos del Padre Pío, que murió en 1968 y fue canonizado en el 2002.

En nuestra época incrédula, fuera y dentro de la Iglesia, Dios suscitó a un sacerdote que fue un compendio de todos los dones sobrenaturales.  

Y eso no es casualidad justamente por ello.

El Padre Pío fue un testimonio de lo que Dios está haciendo en la Tierra.

Y se lo dijo especialmente a los sacerdotes, que ceden a las presiones del mundo, para buscar explicaciones científicas de todo, descartando las sobrenaturales.

Aquí te queremos contar por qué Dios suscitó en nuestra época al Padre Pío, dentro precisamente de la Iglesia Católica y sobre los milagros que hacía mientras estaba vivo.

Aunque después de muerto los siguió haciendo y por eso la fama de las reliquias de este santo, su guante, sus sandalias, etc.   

La gran diferencia del catolicismo con la mayoría de las denominaciones cristianas es que el católico busca encontrarse con Jesucristo vivo actuando en la Tierra.

No es una fe que nace de leer un libro como la Biblia, sino por ver al Señor en acción, interviniendo en la historia y en la vida de cada persona.

Haciendo milagros pequeños y grandes, pero siempre presente.

Desde luego esa intervención de Dios está plasmada en la Biblia, que leída con ojos que reconocen el mundo sobrenatural, nos permite discernir y comprender los mandamientos de Dios.

La Biblia es nuestra guía, pero de nada vale poder recitar la Biblia si uno no se ha encontrado con Jesucristo actuando.

Y Dios nos lleva a eso.

Sobre finales del siglo XIX San Pío X alertó sobre el crecimiento de la que denominó la síntesis de todas las herejías, el modernismo.

Puede leerse la encíclica Pascendi, donde advirtió sobre el vaciamiento del contenido sobrenatural de las escrituras, que se estaba haciendo dentro de la Iglesia, en favor de una interpretación histórica y científica.

La exégesis bíblica que comenzaba a predominar en los seminarios era la protestante.

Y es por lo que se oyen homilías hoy de sacerdotes que niegan los milagros que narra la Biblia, por ejemplo «mira si Dios va a abrir el Mar Rojo para que pasen los israelitas, eso tiene que haber sido algo mucho menor, que después los judíos agrandaron, Dios no hace cosas tan grandiosas».

Por eso, dos décadas más tarde de Pascendi, Dios suscitó un sacerdote que mostró tantos dones sobrenaturales, como pocas veces se ha dado.

Les habló a los sacerdotes, porque fue el único sacerdote en la historia con los estigmas de cristo en sus manos y en sus pies.

Y por eso fue perseguido dentro de la Iglesia, en dos períodos se le prohibió celebrar misa y confesar.

Sin embargo Dios hizo que los fieles reconocieran el gran poder de Dios actuando a través del Padre Pío, aunque algunos sacerdotes lo piensan principalmente como un gran confesor.

Dios lo usó para mostrar su poder maravilloso en la Tierra, haciéndole interceder en cientos de milagros probados.

Uno de ellos fue a Gemma Di Giorgio, una ciega de nacimiento, porque nació sin pupilas.

Los médicos decían que nada se podía hacer por su ceguera, porque su condición era inoperable.

Una monja de su familia aconsejó que llevaran a la niña al Padre Pío.

Le escribió una carta para que la recibiera, y recibió el mensaje del Padre Pío que iba a orar por ella.

En 1947 su abuela la llevó desde Sicilia a San Giovanni Rotondo a ver al Padre Pío.

Y lo maravilloso es que Gemma empezó a ver por primera vez, el mar y un barco de vapor, etc. mientras viajaba.

Y cuando llegó al Padre Pío éste no habló de su ceguera, solo oyó su confesión y trazó una cruz sobre los ojos de Gemma con su mano estigmatizada.

Revisada nuevamente por los médicos dijeron que la estructura física del ojo se mantuvo sin cambios, sin pupila, pero no se explican como estaba pudiendo ver.

Los milagros de sanación por intercesión del padre Pío se cuentan por cientos.

Ya sea presencialmente o por medio de la bilocación.

El padre Placido Bux fue hospitalizado con cirrosis hepática grave.

Y una noche se le apareció en Padre Pío exhortándolo a que tuviera paciencia, consolándolo y tranquilizándolo de que su recuperación iba a suceder.

Mientras Pío estaba lejos, en San Giovanni Rotondo.

Pero dejó la huella de su mano en el vidrio de la ventana, que no se podía limpiar ni con detergente.

Una vez el Cardenal Merry del Val contó al Papa Pío XII que había visto al Padre Pío rezando en San Pedro frente a la tumba de San Pío X, el día de la canonización de Santa Teresita.

El Papa preguntó a Don Orione qué pensaba del asunto.

Y Don Orione respondió: «Yo también lo vi. Estaba arrodillado rezando a San Pío X. Me miró sonriente y luego desapareció».

Hay cientos de bilocaciones informadas, pero la más extraordinaria fue la que sucedió a Monseñor Damiani en la década de 1930, que era hijo espiritual del Padre Pío.

Había ido a San Giovanni Rotondo a morir al lado del Padre Pío porque tenía una enfermedad coronaria grave.

Y el Padre Pío le dijo que por ahora no iba a morir y que le aseguraba que cuando muriera iba a estar bien atendido espiritualmente, que se fuera a Uruguay.  

Más adelante Monseñor Damiani, obispo de Salto, convocó una reunión entre obispos de Argentina y Uruguay.

Y una noche un fraile capuchino golpeó la puerta de la habitación del Cardenal Barbieri para decirle que Damini se estaba muriendo.

Y entonces llegaron a su lecho varios obispos y sacerdotes que lo acompañaron espiritualmente en el final; el Padre Pío había cumplido la promesa con creces.

Años después el cardenal Barbieri fue a San Giovanni Rotondo y reconoció en el padre Pío al capuchino que había visto aquella noche.

También el Padre Pío ha resucitado muertos.

En 1925 una madre tomó el tren hacia San Giovanni Rotondo con su bebe muy enfermo, desahuciado por los médicos, para ver al Padre Pío.

Pero en el trayecto el bebé murió y lo puso en la maleta y la  cerró.

A la mañana siguiente llegó al convento desesperada a los gritos para hablar con el Padre Pío, que estaba confesando a un médico y no por casualidad, sino que sucedió para que luego diera testimonio.

Entonces el Padre Pío puso sus manos estigmatizadas en la cabeza del bebé muerto, y oró mirando al cielo. 

Después de un rato, la criatura estaba viva de nuevo, todo lo que fue certificado por el médico que presenció todo.

El Padre Pío también realizaba vuelos extáticos.

El más célebre fue cuando los pilotos norteamericanos querían bombardear la zona del Monte Gargano y se les aparecía volando un fraile, que estiraba sus manos mostrando sus heridas, y les impedía arrojar las bombas.

Entonces el comandante de la base de Bari decidió pilotar él mismo el bombardero la próxima vez y le sucedió lo mismo, sólo que igual soltó las bombas sobre el blanco, pero cayeron inexplicablemente lejos.

Entonces el general fue informado sobre el padre Pío y decidió ir a visitarlo para confirmar el hecho.

Y cuando se vieron inmediatamente se reconocieron ambos.

Hay cientos de milagros maravillosos, como el Padre Pío bilocado indicando a los cirujanos lo que debían hacer en una operación, multiplicando la comida en el convento

También informando cuando moriría una persona y cuando se sanaría, y si una persona estaba en el cielo o en el purgatorio.

Además se comunicaba con sus hijos espirituales a distancia a través de aromas para indicarle cosas y avisarles de peligros, y daba instrucciones a los ángeles de la guarda de ellos.

Era un confesor incansable que era capaz de decirle a los confesados que pecado no le habían contado.

Su ángel de la guarda le traducía cartas y conversaciones en otros idiomas y le auxiliaba en muchas cosas más.

E insistía en que nos ocuparamos de nuestros ángeles de la guarda y les pidiéramos ayuda.

Recibía permanentemente almas del purgatorio que iban a pedir sus oraciones y luego volvían para agradecer por su pasaje al cielo.

En ocasiones su cuerpo estaba rodeado de gran luminosidad, atravesaba objetos sólidos y levitaba durante la misa.

Y sufría severos ataques físicos y espirituales de los demonios, con lo que también Dios nos demuestra que el malo existe y no es un producto de la imaginación humana.

Se han escrito ríos de tinta sobre los milagros intercedidos por el Padre Pío, con pruebas concretas, y sobre su vida, que se puede ver en los varios artículos y videos que hemos publicado. 

Bueno hasta aquí es suficiente para demostrar que Dios suscitó un sacerdote en nuestra época incrédula para mostrar su poder actuando en el mundo y haríamos bien en reconocerlo así.  

Lo que refuerza el carisma católico de dar prioridad al reconocimiento del poder de Dios actuando en el mundo y guiando nuestra vida. 

Y me gustaría preguntarte qué otros milagros del Padre Pío conoces.

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¿Sabías que el Padre Pío tuvo un Alma Gemela? [La Madre Esperanza y sus increíbles dones]

Fue contemporánea nuestra.

Hemos oído con bastante frecuencia que ya Dios no suscita santos como en los siglos anteriores, ni otorga dones sobrenaturales cómo han tenido santos de la talla del Padre Pío, Santa Catalina de Siena, Santa Gemma Galgani, San Antonio de Padua, por ejemplo.

Pero esto no es así, porque hasta hace 4 décadas tuvimos entre nosotros a una mística que tenía los mismos dones que el Padre Pío.

¿Entonces qué es lo que pasa? ¿Por qué no circula esta información, por qué no se habla de ella?

Posiblemente estas cosas no toman notoriedad porque tanto dentro como fuera de la Iglesia hay resistencia a creer en estos dones, y por eso quienes los tienen son perseguidos.

Aquí hablaremos sobre la beata Madre Esperanza, una monja que vivió en nuestra ventana de tiempo, con impresionantes dones sobrenaturales, que se debe conocer, porque nos hace vivir el esplendor del cielo.

Ver el libro de José María Zavala: MADRE ESPERANZA – Los milagros desconocidos del alma gemela de Padre Pío.

La Beata Madre Esperanza nació en España como María Josefa Alhama Valera, y fundó la Congregación de Esclavas del Amor Misericordioso en Madrid a finales de 1930.

Dejó la tierra a los 90 años, el 8 de febrero de 1983 en Collevalenza.

Fue beatificada el 31 de mayo de 2014 por Francisco.

Construyó el Santuario del Amor Misericordioso en Collevalenza, a sólo 120 km de Roma, en una colina justo encima de la ciudad de Todi. 

Allí hay dos piscinas de un agua que brota de un pozo sin cesar y que tiene propiedades sanadoras, tanto que lo llaman el segundo Lourdes.

Los técnicos decían que era imposible que en esa montaña hubiera una veta de agua.

Pero para la localización de la fuente de agua los testigos dicen que la veían hablar con alguien invisible, Jesús que estaba guiando la perforación.

Con esa agua sanó la Madre Esperanza de Jesús a un niño que se moría por las alergias. 

Mientras que también hizo un milagro a un chico que se había tragado una moneda que se instaló en su estómago. 

La madre fue a ver a Esperanza quien le dio agua de las piscinas para que le diera de beber diariamente. 

Cuando le hicieron los exámenes médicos la moneda había desaparecido. 

Es la versión femenina del Padre Pío, e incluso trabajaban juntos bilocándose para ayudar a los demás.

Tenía continuos éxtasis, sudores de sangre, bilocaciones, multiplicaciones de alimentos, ataques repetidos del demonio, visitas de almas del purgatorio, visiones y apariciones, comuniones inexplicables, profecías, lectura de conciencias, curaciones, estigmas y exhalaba un perfume sobrenatural.

Y hasta logró la resurrección de un muerto.

Durante su vida se la llamaba en Italia la «monja santa».

Fue un gran apóstol de la Misericordia Divina.

El mensaje al cual dedicó su vida entera, fue la comunicación del increíble Amor de Dios.

Y decía “Creer en ese Amor significa creer en la Misericordia» 

Cada día centenares de peregrinos provenientes de todas partes de Italia y del extranjero iban a verla, como al Padre Pío.

Escuchaba los sufrimientos y ruegos, les daba consejo, gracias espirituales y les hacía curaciones físicas.

Jacqueline Kennedy, la joven viuda del ex presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy fue a verla, lo mismo que Evita Perón, la esposa del presidente de Argentina.

Un caso de sanación fue al Padre Mariani. 

Debían extirparle al día siguiente un tumor en el vientre del tamaño de un melón. 

Pero percibió en su habitación la presencia de la Madre Esperanza en bilocación susurrándole al oído palabras de consuelo, mientras le acariciaba el abdomen con su mano estigmatizada. 

En un solo instante, desaparecieron juntos la Madre y los dolores.

El padre Mariani a la mañana se vistió y se fue del Hospital.

Y alarmada una enfermera le fue a contar al médico y éste le contestó que si había estado la Madre Esperanza entonces estaba curado; lo que sucedió. 

Ella no comprendía cómo se bilocaba. Ella decía,

«A veces el Señor me indica qué debo hacer para resolver un determinado problema y enseguida me encuentro ante la persona en cuestión y le digo todo lo que Jesús me ha encomendado, o aparezco de repente ante esa persona sin previo aviso por parte de Jesús»

Su cuerpo exhalaba un intenso perfume, lo que era un signo también de su presencia invisible en las bilocaciones, de manera similar al Padre Pío.

Unos años antes de fundar la congregación recibió los estigmas de la pasión del Señor.

Un médico afirmó públicamente que pudo atravesar con su propio índice los pies de la Madre Esperanza de un extremo a otro.

Llevaba mitones en las manos, hasta que obtuvo la gracia de que dichas heridas se cerraran visiblemente para permitirle trabajar, aunque el dolor persistió.

Las compañeras del convento también atestiguan que llevaba a veces las señales en la frente de la corona de espinas.

Y en una radiografía que le tomaron se pudo comprobar que su corazón estaba perforado, lo que se conoce como el fenómeno místico de la transverberación.

Ella leía el alma con la misma facilidad que uno lee un periódico, se anticipaba a que le contaran los pecados.

Y conocía cosas que sucederían en el futuro.

Vaticinó en su diario por ejemplo el estallido de la guerra civil española.

Y sabía la fecha de la muerte de las personas, incluso supo la propia.

También tenía el don de levitación. 

Por ejemplo varios testigos afirmaron que la Madre se elevaba unos veinte centímetros del suelo, mientras permanecía en éxtasis alabando al Señor y a su Providencia.

Porque la providencia era muy generosa con sus obras.

Entre los milagros se cuenta el haber dado de comer, como Jesús, a 3000 hombres en la II Guerra Mundial en Roma a donde viajó en 1936. 

Y era común la multiplicación de alimentos para alimentar a los niños de la escuela.

Las hermanas del convento dicen que los filetes se multiplicaban, y en un caso con unas pocas presas de pavo comieron 150 personas hasta hartarse, porque siempre quedaba pavo en la olla, por más que se sirviera.

En una oportunidad les faltaba aceite y milagrosamente las hermanas abrieron un bidón de agua y comprobaron que tenía aceite, y así uno tras otro, hasta que la la Madre Esperanza le dijo a Jesús que parara, porque se iban a quedar sin agua.

Pero lo más común era que cuando le faltaba dinero aparecieran billetes a la mañana siguiente en la celda de Esperanza.

Hay muchos testigos que vieron como una mano invisible le depositaba una hostia en la boca.

E incluso sucedió que en un enfrentamiento con el Obispo éste le prohibió comulgar, pero una hostia salió volando de las manos del sacerdote y se depositó en la la boca de la beata y lo vieron los presentes.

Tenía comunicación con los muertos. Una vez vio cómo el Señor le hizo ver que el alma de un obispo entraba en el paraíso durante su funeral.

Y también se le presentaban almas del purgatorio, ella oraba por ellos y luego veía como subían al paraíso.

También se le aparecían ángeles y tenía una relación con su angel de la guarda similar a la del Padre Pío

Una vez se le apareció Santa Teresita de Lisieux quien le dijo «yo he venido a manifestarte de parte del Buen Dios, que tú deberás comenzar donde yo he terminado».

Pero también tuvo muchas enfermedades, en el estómago, intestinos, huesos, pulmones, ojos, hasta tumores y parálisis, pero siempre se recuperaba milagrosamente.

El demonio le daba fuertes golpizas, le quebró dientes, y le arrancó casi todo el pelo de su cabeza.

Pero ella tenía una confianza inquebrantable en Jesús. 

Un día sus compañeras vieron a la Madre transfigurada en Jesús, mientras cenaba con sus apóstoles 

Y acabada la cena, les habló sobre su significado y les dio una bendición muy especial del mismísimo Jesús.

Varias veces se le apareció el niño Jesús que le pedía cosas, como por ejemplo que lo vistiera.

A la Madre Esperanza se le atribuye el milagro de la sanación física de Juan Pablo II porque a la hora que el pontífice casi moría desangrado el 13 de mayo de 1981, por las dos balas que se alojaron en su estómago disparadas por el turco Ali Agca, la beata vomitó sangre hasta llenar cuatro toallas, todo su camisón, las sábanas y el colchón de su cama. 

La Madre Esperanza ofreció todos sus sufrimientos y vómitos de sangre aquella madrugada para que Juan Pablo II pudiese seguir siendo Papa tras el atentado.

Por eso el 22 de noviembre de 1981 el papa Juan Pablo II, ya recuperado, visitó el santuario de la Madre Esperanza, aún antes de ir a Fátima para agradecer.

Y al año siguiente hizo que lo declararan basílica menor.

Y es interesante la relación que tuvo la Madre Esperanza con el padre Pío, que fue muy intensa a pesar de no haber estado en su presencia física nunca.

Por ejemplo, el Padre Pío se apareció a la médica de la Madre una madrugada para decirle que tenía que ir a verla porque estaba enferma.

También sufrió una persecución por parte de algunos jerarcas de la Iglesia como el padre Pío.

Y fue en esa oportunidad que ambos se vieron en bilocación en el Santo Oficio varias veces.

Bueno hasta aquí lo que queríamos contarte sobre esta mística con grandes poderes sobrenaturales y una fe inquebrantable, que se conoce poco.

Y me gustaría preguntarte que otros místicos con grandes dones sobrenaturales conoces.

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La Muerte del Padre Pío y el Cumplimiento de su Profecía

Difícilmente haya algún católico que no considere al padre Pío como uno de los santos más notables del siglo XX.

En el 2018 se cumplieron los 100 años de que recibiera los estigmas.

Y los 50 años de su muerte.

Él había dicho,

“Después de mi muerte haré más. Mi verdadera misión comenzará después de mi muerte”.

Y lo cumplió.

padre_pio_by_robertobizama

Aún si no le da demasiada importancia a los dones que tuvo en vida, solamente su devoción y su entrega, y su sabiduría trascendente, bastan para que cada cosa referida al padre Pío despierte nuestra atención.
.
Y en especial su muerte es ejemplo para nosotros de cómo se hace el pasaje.

Sus dones, su vida y su pensamiento son un todo coherente que hablan de un santo que por algo se lo considera uno de los mayores que vivió en el siglo XX. 

 

LA MUERTE DEL PADRE PÍO

El padre Pío murió el 23 de septiembre de 1968 a los 81 años, luego de unos años en que su salud se había deteriorado, aunque continuaba en su ministerio.

El 21 de septiembre el padre Pío estaba ya muy fatigado y el 22 de septiembre había pedido la dispensa para dar misa, aunque igual la celebró.

Se lo vio débil y frágil, con un hilo de voz y tambaleante al subir al altar.

Esa fue su última misa.

https://youtu.be/jPufKgGUPsc

En esos días les decía a sus hermanos capuchinos “nunca en mi vida he sufrido tanto”.

Pero no saben si se refería a sufrimientos físicos o espirituales.

Un compañero del convento le oyó decir,

“Mi Jesús, Madre María, les ofrezco el gemido de mi pobre alma”.

“Jesús, llámame”.

“No puedo seguir adelante”.

Incluso le pidió a su superior “dame el permiso para morir”.

El Padre Pío estaba en la cúspide de su fama, al punto que multitudes lo aclamaban en la plaza gritando “¡viva el Padre Pío!”

Y esperaban que apareciera en la ventana y les diera su bendición.

Un compañero le preguntó si esta era la última estación de su camino de la cruz y el Padre Pío le contestó,

“Me estoy preparando para el gran pasaje”.

“Nos vamos de la tierra y nos dirigimos hacia el cielo”.

Lentamente sus estigmas fueron desapareciendo y las señales de su ministerio con ellos.

Y en la noche del 22 de septiembre hizo su última confesión y renovó sus votos franciscanos.

Ya cuando estaba agonizando le dijo al padre Raffaele, que estaba junto a su cama, que no llamara al médico porque pertenecía más al otro mundo que a este.

Y también que rogara al Señor para que muriera.

Aún en ese momento el padre Pío se sentía un pecador, al punto que le dijo al padre Pellegrino,

“Hijo, si el Señor me acompaña esta noche, pídele a todos mis hermanos que me perdonen todos los problemas que les he causado y pídeles a todos nuestros compañeros huéspedes y a mis hijos espirituales que recen una oración por mi alma”.

En la madrugada del 23 de septiembre dijo “veo a dos madres” y sus labios estaban volviendo azules.

Probablemente se refería a que el velo del otro mundo se había abierto y veía a su madre biológica y a la Santísima Virgen.

A partir de esos momentos solo se le oyó “Jesús… María… Jesús… María…”, mientras sostenía un Rosario en su mano.

El enfermero Pio Miscio relata que el Padre Pío estaba sentado en una butaca con la respiración fatigosa y muy pálido.

El doctor Scarale le quitó la sonda de la nariz y le colocó la máscara de oxígeno.

Y cuándo advirtió qué estaba haciendo un infarto del miocardio intentó reanimarlo varias veces, pero expiró en sus brazos.

El Padre Pío murió a las 2:30 del 23 de septiembre de 1968 en la celda número 1 del Convento Capuchino de San Giovanni Rotondo.

Ya los estigmas habían desaparecido y quedaba solamente una línea rosada contorneándolos.

Fue enterrado el 26 de septiembre en la cripta de la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia.

Y a su misa de réquiem asistieron más de 100 mil personas.

Quienes recordaron su frase

“Después de mi muerte haré más. Mi verdadera misión comenzará después de mi muerte”.

Y lo cumplió porque son innumerables las personas que le han pedido favores y les cumplió, incluso dejándoles señales de su presencia.

Un caso maravilloso es la conversión al catolicismo de una parroquia entera.

  

LA CONVERSIÓN DE UNA PARROQUIA ROMANA AL CATOLICISMO POR INTERCESIÓN DEL PADRE PÍO

El desencadenante de esto fue que la madre de un sacerdote ortodoxo rumano tenía un cáncer terminal.

Su hijo, el padre Víctor Tudor, no conocía al Padre Pío en el 2002, cuando llegó el diagnóstico de cáncer de pulmón a su madre Lucrecia.

Los médicos le dijeron que era incurable porque no se podía operar, debido a que había hecho metástasis, y le dieron pocos meses de vida.

Entonces su hermano Mariano, que era un pintor de iconos que vivía en Roma, se movió para buscar algún médico de primer nivel para un segundo diagnóstico para su madre.

Consiguió a uno de los médicos más importantes del mundo en oncología y Lucrecia fue a Italia.

Allí el médico confirmó el diagnóstico primario y dijo que lo único que se podía hacer era utilizar fármacos para aliviar el dolor.

En ese período en que Lucrecia estuvo en Roma acompañaba su hijo Mariano que estaba haciendo un mosaico en una Iglesia.

Y en esas horas Lucrecia se dedicaba a recorrer la iglesia, llamándole poderosamente la atención una imagen del Padre Pío situada en un rincón de la iglesia.

Su hijo Mariano le contó quién era el padre Pío y Lucrecia quedó más interesada, tanto que en los días siguientes estaba permanentemente sentada ante la imagen e incluso conversaba con el santo.

Esto transcurrió durante 2 semanas, luego de lo cual Lucrecia se realizó un nuevo examen y el resultado fue sorprendente para los médicos, porque el cáncer había desaparecido completamente.

Entonces Lucrecia luego contó que había pedido la intercesión del Padre Pío.

Su hijo en Rumania, el sacerdote Víctor Tudor, quedó sobrecogido y comenzó a leer sobre la vida del Padre Pío, a quien no conocía, y a contarle a su comunidad los milagros de este Santo.

La comunidad, que conocía a Lucrecia y sus dificultades salud, se interesó especialmente por el Padre Pío, y se formó en la comunidad un clima de veneración al santo, y un gran interés por saber cada vez más de su vida y dones.

Y para complemento, otros enfermos de la parroquia pidieron la intercesión del Padre Pío y fueron sanados.

Fue así que la parroquia de unos 350 fieles decidió pasarse al Rito Greco Católico de Rumanía.

Esto significó que quedaran literalmente a la intemperie  porque tuvieron que construir un nuevo templo, lo que era difícil para una comunidad pobre.

Y mientras tanto celebraban la misa en la calle, aún con temperaturas invernales.

Pero ayuda llegó y un Obispo donó el terreno para la iglesia, y poco a poco se fueron dando hechos que ayudaron a la construcción del templo.

Cuando el padre Víctor fue a Roma a pedir ayuda para continuar, un Obispo le preguntó que patrón iba a tener su Iglesia y el padre Víctor le dijo que el Padre Pío.

Entonces el Obispo lo tranquilizó diciendo “no te preocupes el Padre Pío te hará la iglesia él solo”.

Fue así que la iglesia se inauguró.

Y no contento con esto, el Padre Víctor comenzó hacer un hospital para enfermos sin recursos, para aliviar sus sufrimientos, como realizó el padre Pío en San Giovanni Rotondo.

Esta obra está actualmente en desarrollo.

  

UN CAMPEÓN EN VARIAS DISCIPLINAS SOBRENATURALES

El padre Pío fue un campeón de la oración, recogiendo el pedido de Pío XII, de que los fieles se reunieran a orar a menudo como una comunidad.

Alentó grupos de oración que comenzaron en 1947 como apoyo para la casa Casa Sollievo della Sofferenza, que fue el hospital fundado por el Padre Pío en San Giovanni Rotondo para alivio del sufrimiento.

El Padre Pío decía “nunca se canse de orar, la oración es la mejor arma que tenemos y la clave del corazón de Dios”.

En el 2002 cuando la canonización de San Pío de Pietrelcina ya había 2700 grupos de oración del Padre Pío en todo el mundo, que luego se multiplicaron después de este reconocimiento de la iglesia.

El padre Pío también fue un campeón contra el aborto.

El creía que no sólo era un asesinato de un ser humano indefenso sino un suicidio para el mundo.

Incluso el padre Pellegrino Funicelli cuenta que el Padre Pío un día negó la absolución a una mujer porque ella se había sometido voluntariamente al aborto.

El padre Pellegrino le preguntó por qué había sido tan riguroso con esta pobre desgraciada.

Y Pío respondió que “el día que la gente pierda su horror por el aborto será el día más terrible para la humanidad, porque el aborto no es un homicidio contra un inocente solamente, sino también un suicidio y se cometen entonces dos crímenes en un mismo acto”.

Entonces Padre Pellegrino le preguntó porque le llamaba un suicidio.

Y San Pío le respondió que “el suicidio de la raza humana será entendida por los que van a ver la tierra poblada por ancianos y despoblada de niños, quemada como un desierto”.

Evidentemente el Padre Pío estaba adelantando lo que está empezando a suceder en el mundo, especialmente en los países desarrollados, que no pueden reponer con nuevos nacimientos a la población que muere.

Y eso les está sumiendo en una crisis para conseguir mano de obra, de costos mayores de la salud y de imposibilidad para hacer frente a las jubilaciones, porque cada vez hay más jubilados por cada trabajador activo.

Sin embargo estás posiciones que están refrendadas por la realidad se están debilitando en el Vaticano, porque hay indicios que podrían revertir la tradicional posición católica pro vida y conducir a la normalización de la anticoncepción y el aborto.

Ya hay obispos pro aborto, y otros que sin decirlo directamente, no apoyan las manifestaciones de los grupos pro vida.

El padre Pío fue además un gran confesor, que podía leer el corazón de los penitentes e incluso negar la absolución si el penitente mostraba signos insuficientes de contrición, como en el caso que mencionamos de la mujer que abortó.

Pero también tuvo otros dones como la participación en el sufrimiento de Nuestro Señor con los estigmas, las bilocaciones, fue una herramienta por la que Nuestra Señora y Su hijo le transmitieron mensajes, y podía hablar con su ángel de la guarda y sabía cómo utilizar su auxilio, entre otros dones que hemos destacado en muchos artículos que hemos publicado sobre él.

Aún después de muerto sigue generando milagros inusuales, como es el caso de una parroquia ortodoxa en Rumanía qué se convirtió masivamente al catolicismo en el año 2007.

  

15 MARAVILLOSAS FRASES DEL PADRE PÍO [PARA COMPRENDER SU MENSAJE]

Aquí hay 15 citas de expresiones del Padre Pío extraídas de sus cartas hacia sus directores y sus hijos espirituales, que revelan su pensamiento.

Jesús está contigo, incluso cuando no sientes su presencia. Él nunca está tan cerca de ti como lo está durante tus batallas espirituales. Él siempre está ahí, cerca de ti, te anima a luchar tu batalla con valentía. Él está allí para protegerte de los golpes del enemigo, para que no puedas ser lastimado.

Las tormentas que asolan a tu alrededor resultan ser para la gloria de Dios, tu propio mérito, y el bien de muchas almas.

Cada sacrificio que tu alma hace, cada bien que hace es dirigido a Dios para la santificación de todos.

No te dejes intimidar por la cruz. La prueba más segura de amor consiste en el sufrimiento por el ser querido, y si Dios sufrió tanto por amor, el dolor que sufrimos por Él llega a ser tan adorable como el amor por sí mismo.

La verdadera y sustancial devoción consiste en servir a Dios sin experimentar ningún consuelo sensible. Esto significa servir y amar a Dios por Su propio bien.

Cuanto mayores tus sufrimientos, mayor es el amor de Dios para ti.

Él te quiere totalmente para Sí mismo, Él quiere que pongas toda tu confianza y todo tu afecto sólo en Él y es precisamente por esta razón que Él te envía esta aridez espiritual, para unirte más estrechamente a Él.

Aquí te compartimos una infografía con 15 Frases del Padre Pío para tomar en cuenta y recordar:

Citas del Padre Pío
15 Frases del Padre Pío

Tenemos cerca de nosotros un espíritu angelical que nunca nos deja por un instante desde la cuna hasta la tumba, que guía y nos protege como un amigo o un hermano.

Tu debes tener fe ilimitada en la bondad divina, porque la victoria es absolutamente segura.

Tu te quejas porque las mismas pruebas están constantemente regresando. Pero mira, ¿qué tienes que temer? ¿Tienes miedo de que el artesano divino quiera perfeccionar su obra maestra de esta manera? ¿Quieres venir de la mano de un magnífico artista como un mero boceto y nada más?

Cuando sufrimos, Jesús está más cerca de nosotros.

Tu dice que estás preocupado por el futuro, ¿pero no sabes que el Señor está contigo y que nuestro enemigo no tiene poder sobre el que ha resuelto pertenecer totalmente a Jesús?.

Yo recomiendo calma y tranquilidad todo el tiempo.

¡Cuan insoportable es el dolor cuando sufre lejos de la Cruz, pero cuan dulce y llevadero se convierte cuando es ofrecido cerca de la Cruz de Jesús!

Si nos esforzamos sinceramente por amar a Jesús, esto solo nos va a quitar todo el temor de nuestros corazones y el alma encontrará que el lugar de andar en las sendas del Señor, es volando.

https://youtu.be/OMMDtldOkqw

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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Dios Entregó la Oraciones Más Eficaces de nuestra época al Padre Pío

El Padre Pío fue un sacerdote escogido por Dios para compartir la intimidad del amor divino.

Y lo hizo en la época de menos fe en Dios por la que ha pasado la humanidad.

Lo conocemos por los grandes dones espirituales extraordinarios y carismas.

Incluyendo el don de sanidad, bilocación, profecía, milagros, discernimiento de espíritus, etc.

Raras veces nos llegan a nosotros sus pensamientos y sus oraciones, sino sus dones.
.
En este artículo comenzaremos por revisar algunos de sus pensamientos y luego aterrizarlos en oraciones.
.
Y luego directamente tres de sus más conocidas oraciones.

  

DIOS LEVANTÓ AL PADRE PÍO EN LA ÉPOCA MÁS INCRÉDULA

La figura del Padre Pío es comparable a la de San Francisco de Asís, su padre en la fe, aunque aún no lo podemos discernir totalmente por la cercanía en el tiempo del santo de Pietrelcina.

No hay ningún Santo en el último siglo que haya tenido los dones sobrenaturales del Padre Pío.

Y precisamente Dios lo levantó en la época más incrédula de estos dos mil años, cuando la fe se está apagando y la apostasía está penetrando en la propia Iglesia.

Él nos ha legado reflexiones teológicas fácilmente comprensibles a todo el pueblo de Dios.

Veamos cinco.

«No tienes que ser digno, solo tienes que estar dispuesto».

El Señor nos pide que seamos perfectos sino que aceptemos el desafío diciendo que sí a seguirlo.

«Sirve al Señor con una sonrisa».

Debemos tomar la vida con alegría porque de esa forma podemos hacer que los inconvenientes propios y de nuestros hermanos no sean angustiantes.

«Dios siempre nos dará más de lo que merecemos».

Si entregamos la conducción de nuestra vida a Dios Él nos proveerá de cosas tan buenas que incluso no somos capaces de pedir ni de imaginar.

«Dios nunca permitirá que nos pase nada que no sea para nuestro mayor bien».

San Pablo ha dicho que todas las cosas funcionan para bien de quienes aman a Dios.

Por lo tanto nos queda a nosotros confiar en los caminos del Señor sin titubear.

«Ora, espera, no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y oirá tus oraciones».

Siempre habrá algo por lo que preocuparse pero si nos quedamos fijados en la preocupación no vamos a solucionar el posible problema.

Y como el Señor escucha cada una de nuestras oraciones, no tenemos más que orar y esperar.

  

PENSAMIENTOS DEL PADRE PÍO Y ORACIONES

  

UNO

No permitas que haya tristeza en tu alma, porque la tristeza impide que el Espíritu Santo actúe libremente.

Si alguna vez insistes en estar triste, que sea una santa tristeza ante la visión del mal que se está difundiendo más y más en la sociedad hoy en día.

¡Cuántos pobres son todos los días desertando de Dios, nuestro Supremo Bien!

Oración:

Señor Jesús, tú eres la razón de mi alegría, y nunca me abandonarás a mis enemigos.

Cuando los dardos opresivos de la tristeza, de la oscuridad, de la duda, del desaliento, o del temor vienen a mí, incita el Espíritu Santo dentro de mí para que pueda ser llenado de la luz del amor, de la oración, de la alabanza, de la gratitud y del recuerdo de la alegría a la cual estoy llamado contigo.

  

DOS

No te entregues como sucede a menudo, por desgracia.

En medio de las pruebas que pueden afligirte, solo deposita tu confianza en nuestro Bien Supremo sabiendo que Él nos cuida más de lo que una madre a su hijo.

Oración:

Señor Jesús, cuando estoy tentado a la auto-confianza en la batalla espiritual, por favor ayúdame a reenfocar tu victoria.

Cuando me resisto a ser levantado en la cruz contigo, graciosamente deja que tus brazos fuertes me sostengan.

Enséñame el amor del sacrificio por devoción a tu cruz.

Por favor, fortaléceme en todas las pruebas para que mi fe, esperanza y amor prevalezcan por la gracia.

  

TRES

Piensa cuando el enemigo está susurrando en voz alta en tu mente, cuando él quiere que creas que estás casi en el punto de estar perdido.

A pesar de estas malas insinuaciones, el Señor está contigo como nunca antes en tus tribulaciones.

Dios nos dice. Tened coraje, pues, y no tengáis miedo, porque es seguro que el que teme estar perdido no se perderá y el que pelee con los ojos fijos en Dios clamará victoria y el himno triunfal.

No hay nada que temer, porque el Padre celestial nos ha prometido la ayuda necesaria para evitar que seamos vencidos por las tentaciones.

Oración:

Señor Jesús, cuando la oscuridad desciende sobre mi alma y los espíritus malignos me atacan sin cesar, concédeme que me vuelva a ticon fe, esperanza y amor.

Deseo gritar: «¡Victoria!», y alabarte siempre.

¡Pero, desgraciadamente, soy débil! Por lo tanto, confiaré en tu misericordia que nunca cesa.

  

CUATRO

Negarse a someter su propio juicio al de los demás, especialmente a los que son expertos en el campo en cuestión, es una señal de que poseemos muy poca docilidad y un signo demasiado obvio de orgullo secreto.

Oración:

Señor Jesús, por favor ayúdame a honrar a aquellas personas a quienes has puesto en autoridad.

Protégeme, Señor, del orgullo secreto; hazme sensible a su veneno.

La altura del orgullo es cuando mi corazón se retira de ti, mi Hacedor.

Sálvame, Señor, de la locura y del vicio.

  

CINCO

No te acuestes nunca para dormir sin antes haber examinado tu conciencia en la forma en que has pasado el día y sin antes dirigir tus pensamientos a Dios.

Luego ofrece y consagra tu persona entera y la de cada cristiano.

Ofrece, además, a la gloria de Su divina Majestad, el resto que está lejos.

Y nunca olvides a tu Ángel de la Guarda que siempre está cerca de ti, que nunca te deja, no importa lo mal que lo trates.

¡O indescriptible excelencia de este buen ángel nuestro!

¡Cuántas veces, por desgracia, le he hecho llorar cuando me rehusé a cumplir sus deseos que también eran deseos de Dios!

Que este fiel amigo nuestro nos salve de una mayor infidelidad.

Oración:

Señor Jesús, es imposible para mí mostrar suficiente gratitud por el don de mi Ángel de la Guarda, mi fiel amigo de toda la vida y protector.

Por favor, concédeme la sensibilidad espiritual para oír el impulso de tus santos ángeles.

Al final de cada día, ayúdame a saber cómo mis actos honraron o deshonraron a Su Majestad.

  

SEIS

El alma que está destinada a reinar con Jesucristo en gloria eterna, debe ser remodelada por los golpes de martillo y cincel.

Pero ¿cuáles son estos golpes del martillo y del cincel mediante los cuales el artista divino prepara la piedra, el alma elegida?

Estos golpes del cincel son las sombras, temores, tentaciones, tormentos espirituales y agitación, con una pizca de desolación e incluso dolor físico.

Oración:

Señor Jesús, concede que en pruebas de fe y pruebas de amor, me aferro a ti en fe porque estás conmigo.

Deseo confiarme enteramente a tu bondad y protección.

 Sólo pido la gracia de nunca desagradarte.

Cuando caigo en la tentación, abogo por la gracia de levantarme y empezar de nuevo.

  

SIETE

No importa cuán grande sea el juicio a que el Señor te someta, no importa lo insoportable que sea tu desolación espiritual en ciertos momentos de tu vida.

Nunca pierdas el corazón.

Recurre con una confianza más infantil a Jesús, que nunca podrá resistir a darte un poco de consuelo y valor.

Volveos a Él en todo momento, incluso cuando el diablo trata de echar un manto sobre tu vida, mostrándote tus pecados.

Levanta tu voz en voz alta a Él y deja que exprese tu humildad espiritual, tu sincera contrición y tu oración vocal.

Es cierto que el poder de Dios triunfa sobre todo, pero la oración humilde y sufriente prevalece sobre Dios mismo.

Oración:

Señor Jesús, preparaste amorosamente una eterna corona de gloria para los que pelean la buena lucha por amor a ti.

Ruego por la confianza de someterme a cualquier juicio que creas conveniente para formarme como un soldado en tu ejército.

Señor, tú eres mi fortaleza y mi salvación.

Creo que no me abandonarás al infierno.

Yo soy tuyo y tú eres mío.

Seas glorificado en mí, pobre pecador.

  

OCHO

Que María, la Madre de Jesús y nuestra Madre, os haga comprender todo lo que está contenido en el gran secreto del sufrimiento, llevado con espíritu cristiano.

Que Ella obtenga para ti toda la fuerza que requieres para subir a la cumbre del Calvario cargada con tu propia cruz.

Desafortunadamente, se necesita una gran fuerza para seguir este camino, pero ten cuidado, porque el Salvador nunca te dejará solo ni sin su ayuda.

Oración:

Señor Jesús, tú me has dado a tu Madre como mi madre también.

Deseo estar siempre atento al gran secreto de María sobre el sufrimiento, llevado con espíritu cristiano.

Oh María, en mis alegrías y penas, ayúdame a hacer eco de tu himno de gratitud, el Magnificat.

Por favor, sostenme la mano al pie de la Cruz para no huir.

  

ORACIONES DEL PADRE PÍO

  

NOVENA EFICAZ AL SAGRADO CORAZÓN

Oh mi Jesús, Tú has dicho: «De cierto te digo, pide y recibirás, busca y encontrarás, golpea y se te abrirá.»

He aquí, llamo, busco y pido la gracia de (aquí nombra tu solicitud).

Padre nuestro… Dios te salve María… Gloria… Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en ti.

Oh mi Jesús, Tú has dicho: «En verdad te digo, si pides algo del Padre en Mi nombre, Él te lo dará».

He aquí, en Tu nombre, le pido al Padre por la gracia de (aquí nombra tu solicitud).

Padre nuestro… Dios te salve María… Gloria… Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en ti.

Oh mi Jesús, Tú has dicho: «De cierto te digo que el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».

Animado por tus palabras infalibles, ahora pido la gracia de (aquí nombra tu solicitud).

Padre nuestro… Dios te salve María… Gloria… Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en ti.

Oh Sagrado Corazón de Jesús, para quien es imposible no compadecerse de los afligidos, ten piedad de nosotros, miserables pecadores, y concédenos la gracia que te pedimos, a través del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, Tu tierna Madre y Nuestra.

Padre nuestro… Dios te salve María… Gloria… Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en ti.

«San José, padre adoptivo de Jesús, ruega por nosotros».

  

ORACIÓN DE SAN PÍO DE PIETRELCINA DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

Quédate conmigo, Señor, porque es necesario que
estés presente para que no te olvide. Ya sabes lo fácil que te abandono.

Quédate conmigo, Señor, porque soy débil
y necesito tu fuerza para no caer tan seguido.

Quédate conmigo, Señor, porque Tú eres mi vida,
y sin Ti, no tengo fervor.

Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi luz,
y sin ti, estoy en tinieblas.

Quédate conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad.

Quédate conmigo, Señor, para que escuche tu voz
y te siga.

Quédate conmigo, Señor, porque deseo amarte
mucho y estar siempre en tu compañía.

Quédate conmigo, Señor, si deseas que te sea fiel.

Quédate conmigo, Señor, por tan pobre que sea mi alma,
quiero que sea un lugar de consuelo para Ti, un nido de amor.

Quédate conmigo, Jesús, porque se está haciendo tarde y el día está llegando a su fin, y la vida pasa; muerte, juicio, eternidad se acerca.

Es necesario renovar mi fuerza, para no detenerme en el camino y para eso, te necesito.

Se está haciendo tarde y la muerte se acerca, temo la oscuridad, las tentaciones, la sequedad, la cruz, las tristezas.

¡Oh, cómo te necesito, mi Jesús, en esta noche de exilio!

Quédate conmigo esta noche, Jesús, en la vida con todos sus peligros. Te necesito.

Déjame reconocerte como lo hicieron tus discípulos al partir el pan, para que la Comunión eucarística sea la Luz que dispersa la oscuridad, la fuerza que me sostiene, la alegría única de mi corazón.

Quédate conmigo, Señor, porque a la hora de mi muerte, quiero permanecer unido a Ti, si no es por comunión, al menos por gracia y amor.

Quédate conmigo, Jesús, no pido consuelo divino, porque no lo merezco, sino el don de Tu Presencia, ¡oh sí, te pido esto!

Quédate conmigo, Señor, porque solo Tú me estás buscando, con Tu Amor, Tu Gracia, Tu Voluntad, Tu Corazón, Tu Espíritu, porque Te amo y no te pido otra recompensa que amarte más y más.

Con un amor firme, te amaré con todo mi corazón mientras estoy en la tierra y te seguiré amando perfectamente durante toda la eternidad. Amén.

  

ORACIÓN DE SANACIÓN Y MANTENIMIENTO POR PADRE PIO

Padre celestial, te agradezco por amarme.

Te agradezco por enviar a tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, al mundo para salvarme y para liberarme.

Confío en tu poder y gracia que me sostienen y me restauran.

Padre amoroso, tócame ahora con tus manos sanadoras, porque creo que tu voluntad es que esté bien presente, en cuerpo, alma y espíritu.

Cúbreme con la sangre preciosa de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo desde lo alto de mi cabeza hasta las plantas de mis pies.

Lanza todo lo que no debería estar en mí.

Elimina cualquier célula no saludable y anormal.

Abre cualquier arteria o vena bloqueada y reconstruye y repone cualquier área dañada.

Retira toda la inflamación y limpie cualquier infección por el poder de la preciosa sangre de Jesús.

Deja que el fuego de tu amor sanador pase por todo mi cuerpo para sanar y hacer nuevas las áreas enfermas, para que mi cuerpo funcione de la forma en que lo creaste para funcionar.

Toca también mi mente y mi emoción, incluso en lao más profunda de mi corazón.

Satura todo mi ser con Tu presencia, amor, alegría y paz y llévame cada vez más cerca de ti en cada momento de mi vida.

Y padre, lléname con tu Espíritu Santo y haz tus obras para que mi vida traiga gloria y honor a Tu santo nombre.

Pido esto en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Novena a San Pío de Pietrelcina

Esta Novena comienza el día 14 de septiembre y su fiesta es el día 23.

(A) ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.

Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición: Dios mío me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido porque eres infinitamente bueno. Dame tu santa gracia para no ofenderte más. Amén.

Padre Nuestro y Ave María.

Credo: Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

(B) ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

San Pío de Pietrelcina, te pedimos nos enseñes la humildad de corazón, para ser considerados entre los pequeños del Evangelio, a los que el Padre prometió revelar los misterios de su Reino.
Ayúdanos a orar sin cansarnos jamás con la certeza de que Dios conoce lo que necesitamos antes de que se lo pidamos.
Alcánzanos una mirada de fe capaz de reconocer prontamente en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.
Protégenos en la hora de la lucha y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón.
Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra.
Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria feliz, a donde esperamos llegar también nosotros para contemplar eternamente la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Día Primero. EL AMOR DEL PADRE PÍO HACIA DIOS

Oraciones para todos los días. (ver inciso “A”)

Reflexión: Dios es amor; Dios es un Padre bueno y misericordioso, lento a la cólera y pronto al perdón.

Dios nos ama –decía el padre Pío- y una de las pruebas que nos ama es el hecho de que nos tolera en el momento mismo en que lo ofendemos. Dios es Padre de todos; pero lo es, de modo especialísimo, para los desgraciados y de modo todavía más singular lo es para ti

Me siento devorado por el amor de Dios. Dios está, para mí, fijo en mi mente e impreso en mi corazón. Nunca lo pierdo de vista; admiro su belleza, sus sonrisas, sus misericordias.

El principal atributo de Dios es la misericordia que perdona y remedia los pecados de sus creaturas. Él es rico en misericordia. Su misericordia brota de su amor desinteresado y gratuito hacia los que no son amables ni merecen ser amados.

Siento cada vez la imperiosa necesidad –decía el Santo- de entregarme con más confianza a la misericordia divina y de poner sólo en Dios toda mi esperanza. Y repetía: Yo no deseo otra cosa que morir o amar a Dios: o la muerte o el amor, pues la vida sin este amor es peor que la muerte. Recuerda –escribía a una hija espiritual- que el gozne sobre el que gira la perfección es el amor; quien vive del amor, vive en Dios, porque Dios es amor, como dijo el Apóstol.

Oración final para todos los días. (ver inciso “B”)

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, a quien confiadamente invocamos con el nombre de Padre, intensifica en nosotros el espíritu de hijos adoptivos tuyos, y concédenos por intercesión y ejemplo de san Pío de Pietrelcina, que merezcamos entrar en posesión de la herencia que nos tienes prometida. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.

Día Segundo. AMOR DEL PADRE PÍO AL PRÓJIMO

Oraciones para todos los días. (ver inciso “A”)

Reflexión: Quien ama a Dios, tiene que amar también al prójimo. El amor a Dios y el amor al hermano forman un solo mandamiento.

La caridad –decía el padre Pío- es la perla de las virtudes. Del mismo modo que las perlas se mantienen unidas por el hilo, así las virtudes por la caridad. Y así como las perlas se caen si se rompe el hilo, de igual modo, disminuye la caridad y las virtudes desaparecen. El padre Pío no podía soportar ni la crítica ni el hablar mal de los hermanos.

La murmuración le daba náusea. Teniendo tantos defectos que criticar en nosotros, ¿para qué perdernos en contra de los hermanos?. Movido por este amor para con los hombres sus hermanos, exclamaba ante Dios como Moisés: “¡O perdonas a tu pueblo o bórrame del libro de la vida!.
Su amor al hombre lo lleva a dar vida a dos grandes obras: la Casa Alivio del Sufrimiento y los grupos de oración. Hablando de la Casa Alivio del Sufrimiento decía:
Háganla tan bonita como el paraíso, porque en ella va a habitar Cristo enfermo. A los médicos y enfermeros recomendaba:

Ustedes tienen la misión de curar al enfermo; pero si no llevan amor al lecho de los enfermos, no creo que las medicinas sirvan de mucho. Sean portadores de Dios para los enfermos; eso será más útil que cualquier otro cuidado.

Los grupos de oración tenían que ser de apoyo a la Casa Alivio del Sufrimiento.

Oración final para todos los días. (ver inciso “B”)

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, escucha con bondad la oración de tus fieles, y por la intercesión de san Pío de Pietrelcina, dígnate visitar con tu consuelo a nuestros hermanos enfermos y haz que recobren pronto la salud y te den gracias en la Iglesia. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Día Tercero. AMOR DEL PADRE PÍO A LA PALABRA DE DIOS

Oraciones para todos los días. (ver inciso “A”)

Reflexión: Uno de los deberes del sacerdote es la predicación de la Palabra de Dios. Los presbíteros, en virtud del sacramento del Orden, han sido consagrados para predicar el Evangelio. El sacerdote está acreditado oficialmente por la Iglesia para predicar la palabra como maestro.

Por eso el obispo, en la ceremonia de ordenación, le dijo: “Recibe el Espíritu Santo”.

Cuando el padre Pío llegó a San Giovanni Rotondo, el provincial lo encargó de la educación de unos treinta muchachitos que se preparaban a la vida religiosa capuchina. El superior, el Padre Paulino, nos describe así las ocupaciones en las que empleaba sus horas el padre Pío: “Se dedica a la lectura de libros espirituales, de modo especial a la lectura de la Sagrada Escritura”.

Uno de los niños de aquel tiempo, el padre Manuel de San Marco escribió:

“La forma de hablar del padre Pío en las conferencias era tan expresiva y conmovedora, que superaba todo lo imaginable, porque todo cuanto decía le salía de su misma vida, de su propio corazón. ¡Con qué dulzura nos hablaba de Jesús, Camino, Verdad y Vida! ¡Con qué ternura se expresaba cuando citaba textualmente las palabras del Señor!”

Todos los que conocieron al padre Pío y lo oyeron predicar, afirman que lo hacía con ardor y eficacia.

Oración final para todos los días. (ver inciso “B”)

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, escucha la oración de tu pueblo, da fuerza a cuantos predican el Evangelio en el mundo y concédenos que así como san Pío de Pietrelcina fue en la tierra un ardiente y humilde predicador de tu palabra, ahora en el cielo sea nuestro poderoso intercesor. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Día Cuarto. EL AMOR DEL PADRE PÍO A LA EUCARISTÍA

Oraciones para todos los días. (ver inciso “A”)

Reflexión: La Eucaristía es la acción de gracias por las maravillas que Dios ha hecho por nosotros con la muerte y resurrección de su Hijo Jesucristo. Jesús ha querido quedarse con nosotros real y sustancialmente con su cuerpo, sangre, alma y divinidad como sacrificio, es decir, memorial de su muerte y como alimento espiritual en la comunión sacramental.

Dios llamó al padre Pío a ser sacerdote y víctima. Gentes de todo el mundo acudían a San Giovanni Rotondo para ver de cerca al estigmatizado padre Pío celebrar la santa misa.

Cristo crucificado se hacía presente visiblemente en la persona de su ministro: su pasión y su muerte se reflejaba durante la celebración del sacrificio del Calvario, celebrada por un sacerdote que en aquel momento le prestaba voz, manos y corazón.

Lo que más me hiere –escribe el padre Pío a su director espiritual- es el abandono en que se encuentra Jesús en el Santísimo Sacramento. Mi corazón se siente como atraído por una fuerza superior antes de unirme a él al comulgar. Siento tanta hambre y sed de recibirlo, que falta poco para que no muera de ansia.

A veces voy a recibirlo como con fiebre. Y esta hambre y sed en lugar que se apague, después que lo he recibido, se acrecientan siempre más en mí, al grado de decirle a Jesús: ¡Basta!, Porque no aguanto más.

Oración final para todos los días. (ver inciso “B”)

Oremos: Padre celestial, para la mayor gloria de tu santo nombre y por el mayor bien de las almas, te suplicamos por intercesión de san Pío de Pietrelcina, que multipliques el número de tus sacerdotes. Derrama sobre ellos tu divino Espíritu, enamóralos de la cruz y haz muy fecundo su apostolado. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

Día Quinto. EL PADRE PÍO, MÁRTIR DEL CONFESIONARIO

Oraciones para todos los días. (ver inciso “A”)

Reflexión: Podemos resumir el ministerio sacerdotal del padre Pío, en dos polos luminosos: el altar y el confesionario. En el altar se inmolaba con Cristo en la cruz y en el confesionario repartía la infinita misericordia del Señor.

En el confesionario el padre Pío desempeñó su paternidad con fuerza y ternura. Era severo y exigente con los penitentes curiosos e hipócritas. Era inflexible con los pecados contra la vida, los pecados de la blasfemia y la trasgresión del precepto dela misa festiva. No era raro que cerrara la ventanilla del confesionario en las narices de los penitentes o les gritara: ¡Fuera de aquí, desgraciado!.

Sus explosiones eran fuertes vibraciones de su espíritu para romper ciertas barreras y sacudir ciertos corazones empedernidos.

El Papa Juan Pablo II, en la canonización del padre Pío, dijo:
“Aunque aquel singular confesor trataba a los peregrinos con aparente dureza, éstos, tomando conciencia de la gravedad del pecado y sinceramente arrepentidos, volvían casi siempre para recibir el abrazo pacificador del perdón sacramental”.

Un penitente tres veces despedido del confesionario y, finalmente absuelto, comentaba: “Ahora sí que he llegado a comprender la gravedad de mis faltas. Hasta este momento nadie había sacudido mi indiferencia, como ahora lo ha hecho el padre Pío. Ahora comprendo mejor y le agradezco a Dios que se haya servido para ello del pulso firme y, al mismo tiempo, paternal del padre Pío

¡Cuánto le costaban al padre Pío las confesiones! Solía decir: ¡Si supieran cuánto cuesta un alma!. Las almas no se dan como regalo: se compran. ¡Ustedes no saben lo que le costaron a Jesús!. Ahora y siempre hay que pagarlo con la misma moneda.

Oración final para todos los días. (ver inciso “B”)

Oremos: Dios todopoderoso y lleno de bondad, que nos has dado en san Pío de Pietrelcina un modelo de sacerdote consagrado al ministerio de la penitencia, concédenos, por su intercesión, convertirnos a ti de todo corazón y recibir tu misericordia abundante. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

Día Sexto. AMOR DEL PADRE PÍO A LA VIRGEN MARÍA

Oraciones para todos los días. (ver inciso “A”)

Reflexión: Desde niño el padre Pío tuvo siempre una tierna, afectuosa y confiada devoción a la Virgen María.

Cuando sacerdote se consagró totalmente a ella y la consideró “Dulcísima Madre de los sacerdotes, mediadora y dispensadora de todas las gracias”.
Cuando pasaba ante una imagen de la Virgen, decía: “Te saludo, María, saluda a Jesús de mi parte”.

Festejaba el mes de mayo con mucho fervor. Decía: El mes de mayo para mí es el mes de las gracias. Quisiera tener una voz poderosa para invitar a todos los pecadores del mundo a amar a la Virgen.

Su amor a la Virgen era muy grande –cuenta un sacerdote-. Recuerdo que una vez le pedimos al padre Pío, en la fiesta de la Asunción, que nos diera un pensamiento sobre la fiesta. Se le iluminó el rostro y sollozando dijo: “Hijos míos, amemos a la Virgen, ella es nuestra Madre”. Se emocionó y se puso a llorar. También nosotros nos pusimos a llorar, confundidos ante tanto amor.

Llamaba el rosario su arma preferida. Lo llevaba enrollado en la mano o en el brazo, como si fuera un arma siempre empuñada.
Su devoción a la Virgen era concreta y profunda, que lo llevaba a Cristo. La Virgen Dolorosa lo llevaba al misterio de la cruz, a embriagarse en los padecimientos de Jesús.

La Virgen lo introdujo también en el misterio eucarístico. Escribió: >¡Pobre madrecita, cuánto me quiere! ¡Con qué cariño me ha acompañado esta mañana hasta el altar! Me ha parecido que ella no tuviera ni siquiera en quién pensar sino sólo en mí, al llenarme el corazón de santos afectos.

Oración final para todos los días. (ver inciso “B”)

Oremos: Dios omnipotente y eterno, que has hecho grandes maravillas en la Virgen María, madre de tu Hijo y madre nuestra, por intercesión de san Pío de Pietrelcina, renueva en nosotros las maravillas del Espíritu para que podamos bendecir eternamente tu nombre. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Día Séptimo. AMOR DEL PADRE PÍO A LOS SANTOS ÁNGELES

Oraciones para todos los días. (ver inciso “A”)

Reflexión: Los ángeles de la guarda son seres espirituales que Dios envía a los hombres con la misión de custodiarnos y protegernos física y espiritualmente.
El ángel de la guarda no nos abandona nunca –decía el padre Pío-. Él es nuestro amigo más sincero y fiel.

El padre Pío le tenía mucha confianza y familiaridad y con frecuencia le daba encargos especiales. A quien iba a saludarlo antes de emprender un viaje, le decía: “El ángel de Dios te acompañe”. A sus hijos espirituales repetía con frecuencia: “cuando me necesites y no puedas venir a verme, mándame a tu ángel de la guarda con el mensaje”. El padre Agustín, su confesor, escribió: “El padre Pío no conoce ni el griego ni el francés, su ángel de la guarda le explica todo”.

En el libro Envíame a tu ángel de la guarda, el padre Alejo Parente nos cuenta este hecho asombroso: “Una vez el padre Pío estaba en la veranda y parecía
estar hablando con alguien, mientras que en realidad yo no veía a nadie. Me acerqué a él para entregarle algunas cartas. El padre me dijo bruscamente: “¿No ves que estoy ocupado?”.

Me quedé mortificado y me retiré un poco. Al poco tiempo, el padre Pío me llamó y me dijo: “¿No has visto estos ángeles de la guarda que estaban alrededor? Eran los ángeles de la guarda de mis hijos espirituales que venían a traerme sus mensajes. Debía yo darles las respuestas”. El padre Pío no era un hombre que inventara extrañezas o fuera preso de fantasías neuróticas. Ahora que la Iglesia ha reconocido su santidad, estas “extrañezas” se vuelven verdaderas enseñanzas para nosotros.

Oración final para todos los días. (ver inciso “B”)

Oremos: Te pedimos, Señor, que tus santos ángeles, nos ayuden en el peregrinar de esta vida y nos conduzcan después a la patria eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Día Octavo. EL AMOR DEL PADRE PÍO A LA IGLESIA Y AL PAPA

Oraciones para todos los días. (ver inciso “A”)

Reflexión: Ante el “Fenómeno” padre Pío, los fieles de todo el mundo llegaban a él en mayores grupos para oír sus misas y confesarse con él.
Sin embargo, desde diferentes sectores de la misma Iglesia surgieron calumnias y falsos informes sobre su vida y actividad, y hasta el mismo Santo Oficio de Roma le prohibió durante un tiempo celebrar en público y confesar.

¿Cómo reacciona el padre Pío? Con humildad, silencio y oración. Nos cuenta un cohermano suyo: “Al recibir la noticia de la prohibición de celebrar y confesar en público, el padre Pío dejó entrever unas lágrimas y un gesto de profundo dolor. Se retiró a la tribuna del coro y a los pies del crucifijo estuvo orando hasta la medianoche”.

Luego él mismo dijo: La Iglesia es una madre a la que hay que amar y más cuando nos pega. A un admirador e hijo espiritual que quería llevar una protesta públicamente, dijo: “Si en verdad me amas, no debes continuar lo que estás haciendo por mí. No se puede amar al hijo, mortificando a la madre Iglesia”.

El padre Pío amaba al Papa como a Cristo en la tierra, y diariamente ofrecía su vida por él. Mi primer recuerdo de cada día en la oración de la mañana –decía- es por el Papa. La fundación de los grupos de oración tiene como primera y principal intención orar por la Iglesia y por el Papa.

Yo quiero que mis grupos de oración –decía- oren siempre según las intenciones del Papa, a quien amo tanto, tanto, como al mismo Jesucristo.

Oración final para todos los días. (ver inciso “B”)

Oremos: Oh Dios, nuestro refugio y fortaleza, escucha benignamente las oraciones de tu Iglesia y, por la intercesión de san Pío de Pietrelcina, concédenos con abundancia cuanto te pedimos con fe. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Día Noveno. LA ORACIÓN DEL PADRE PÍO

Oraciones para todos los días. (ver inciso “A”)

Reflexión: El padre Pío repetía con frecuencia: Se busca a Dios en los libros, pero se lo encuentra en la oración. Si hoy no se cree, se debe a la falta de oración. Más se ora, más aumenta la fe y se encuentra a Dios.

El padre Gabriel Amorth, amigo e hijo espiritual del padre Pío, dijo: “El padre Pío, cuanto más avanzaba en edad, más sentía la necesidad de aumentar la oración. La necesidad de la oración le era sugerida por la conciencia de saberse indigno, se sentía un gran pecador, con el riesgo de poder perder la fe.

Por ello ha sido siempre un gran pedigüeño de oración. Yo sabía que sí quería verlo iluminado de gozo, no tenía más que decirle: “Padre rezo por usted”. El padre Pío se había definido a sí mismo: Un fraile que ora.

Sus biógrafos lo definen como a san Francisco de Asís. “Un hombre hecho oración”. Los continuos llamados del Papa Pío XII a la oración para que terminara la guerra, encontraron en el padre Pío una respuesta concreta. Él fundó sus ya famosos grupos de oración, que definió: “Semilleros de fe, hogares de amor en los cuales Cristo mismo está presente cada vez que se reúnen para la oración bajo la guía de sus directores espirituales”.

La oración principal que se reza en estos grupos, es el santo rosario y una breve reflexión sobre algún mensaje espiritual y los ejemplos de la vida santa del padre Pío. Pronto tuvieron mucha difusión en Italia y en todo el mundo. El mismo Santo Padre,

Juan Pablo II, dijo que los grupos de oración son una de las herencias espirituales más preciosas que nos dejó el santo.

Oración final para todos los días. (ver inciso “B”)

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, que nos diste en san Pío de Pietrelcina un modelo insigne de oración, haz que nuestra vida transcurra en una constante y ferviente unión contigo, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Fuente: Reina del Cielo

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